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Una llamada de Gracia.

Mateo 20:1-16

La segunda mitad del capítulo 19 provee el contexto necesario para entender la primera mitad del
capítulo 20. Ambos pasajes enfatizan que las reglas con el reino de los cielos operan, son muy
diferentes de las de este mundo. Ambas tienen que ver con la recompensa para el discipulado que
se sacrifica.

En 19: 16-22, un joven rico viene a Jesús ¿Qué hare para tener la vida eterna? Cuando Jesús le dice
que venda sus posesiones y las de a los pobres, ese hombre se aleja tristemente porque tenía
muchas posesiones. Pedro hace notar que los discípulos ya han abandonado todo y han seguido a
Jesús ¿Cuál será su recompensa?

Jesús dice “más muchos serán postreros y postreros primeros (19:30) y después relata la parábola
de los obreros de la viña. Su conclusión en esta parábola es “así los primeros serán postreros y los
postreros primeros” (20:16), poniendo en medio la parábola con esta paradoja que explica su
significado. Esto no es lo último que escucharemos sobre la ambición de los discípulos. Poco
después de la parábola de los obreros de la viña, la madre de Jacobo y Juan llega a Jesús para
pedirle lugar especial para sus hijos en el reino, una petición que Jesús dice que no es suya
conceder. (20:20-23).

1. Un llamamiento. ver. 1-7)


a) Los contratados Un salario fijo
Para los judíos fue la salvación en primer lugar. Juan 1:11
Romanos 9:1-5
b) Los desocupados un salario justo. Injertados. No tener trabajo significaba
padecer hambre, lo que hizo el dueño del campo, que ocupo trabajadores
cuando el día ya era avanzado, y no le harían falta, fue un acto de
generosidad.
Los de la hora tercera. 9 am
Los de las horas sexta y novena 12 y 3 pm
Los de la hora undécima 5 pm. No se menciona nada del dinero

La atención del señor de la viña no parece estar concentrada en la urgencia de la cosecha, sino en
la necesidad de los trabajadores. El objeto directo de esta parábola parece demostrar que aunque
los judíos fueron llamados primeros a la viña, en el largo plazo del evangelio será predicado a los
gentiles que deben ser recibidos con los privilegios y ventajas en igualdad. Mientras no seamos
contratados en el servicio de Dios estamos todo el día de ociosos: un estado pecaminoso, aunque
para satanás sea un estado de esclavitud. El mercado es el mundo y de él fuimos llamados por el
evangelio.

2. ¿Qué pues tendremos?


a) El mayordomo. Representa a Jesucristo
b) Los últimos trabajadores. Se les da un denario- el salario de un día-

Los que habían trabajado todo el día no se quejan. Lo que perciben es


generosidad, y apenas pueden esperar a ver cuál es su salario.

c) Los primeros trabajadores. Lo que habían trabajado todo el día reciben un


denario, el salario de un día. Es en ese momento que se quejan. Su queja
no es que ellos debían recibir más dinero, sino que el dueño los ha
igualado a los que llegaron casi al final del día con ellos.

¿Es mejor vivir la vida sin Cristo- sin fe, sin oración, sin esperanza- y solamente pagar al costo del
discipulado en los últimos días de la vida? Decir que sí a éstas preguntas, entonces quiere decir
que realmente no valoramos nuestra relación con Cristo, o que solamente la valoramos por la olla
de oro que vamos a encontrar al final del arco iris más que por la misma relación.

Las riquezas de la gracia divina son objetadas en vos alta por los fariseos orgullosos y por los
cristianos nominales, hay en nosotros una gran inclinación a pensar que tenemos demasiado poco,
y los demás mucho de las señales del favor de Dios; y que hacemos demasiado y los demás muy
poco en la obra de Dios. Pero si Dios da gracia a otros, es bondad para ellos, y no injusticia para
nosotros. Aquí la naturaleza de la envidia. Es una avaricia descontenta por el bien de los demás y
que desea su mal. ¡No es justo! Esa es la queja de Jonás, y del hermano mayor del prodigo, y de los
fariseos y de nosotros. Dejemos irse todo reclamo orgulloso y procuremos la salvación como
dadiva gratuita. Efesios 2:8-9. Porque por gracia sois salvos……..

3. La gran Inversión. Romanos 11: 17-18


a) Los primeros serán postreros
b) Los postreros primeros
c) Muchos son llamados, más pocos los escogidos

Así es el reino de los cielos. La gracia de Dios no está limitada por nuestras ideas de justicia; sus
dones sobrepasan mucho lo que podríamos merecer. Se nos hace difícil abandonar nuestra escala
humana de valores, y aceptar la grandeza del corazón de Dios hacia aquellos que nosotros
consideramos in merecedores.

Ten cuidado, no sea que, animando el espíritu de estos murmuradores por causa del denario dado
a los contratados a última hora, pierdas tu propio denario, aunque hayas sido uno de los primeros
en la viña; mientras que la gratitud de parte de los que comenzaron a trabajar tan tarde, puede
inspirarlos a sentir humildad y tal admiración por la gracia que los ha contratado y recompensado,
que pueda colocarlos en el primer lugar. Los llamados son enfáticamente distintos a los escogidos,
y este término aquí solo puede significar los invitados. De modo que el sentido es : muchos
reciben las invitaciones del evangelio, pero no a todos los ha escogido Dios por la santificación del
Espíritu y fe de la verdad.

Romanos 15:7 por tanto recibíos los unos a los otros, como también cristo nos recibió para gloria
de Dios.

Esta es la gran inversión. Los últimos se convierten en primeros por la gracia; los primeros se
convierten en los últimos por su ambición (Bruner, 726).

Romanos 11: 1-6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia…

 La llamada al seguimiento es, pues, vinculación a la persona de Jesucristo, ruptura de todo


legalismo por la gracia de aquel que llama. Es una llamada de Gracia, un mandamiento de
gracia. Se sitúa más allá de la enemistad entre la ley y el evangelio. Cristo llama y el
discípulo sigue. La gracia y el mandamiento se unifican.

La gracia cara es el Evangelio que siempre hemos de buscar, son los dones que hemos de pedir, es
la puerta a la que se llama. Es cara porque llama al seguimiento, es gracia por que llama al
seguimiento de Jesucristo; es cara porque le cuesta al hombre la vida, es gracia porque le regala la
vida; es cara porque condena el pecado, es gracia porque justifica al pecador. Sobre todo, la gracia
es cara porque ha costado cara a Dios, porque le ha costado la vida de su Hijo y porque lo que ha
costado caro a Dios no puede resultarnos barato a nosotros. Es Gracia, sobre todo, porque Dios no
ha considerado a su Hijo demasiado caro con tal de devolvernos la vida, entregándolo por
nosotros. La gracia cara es la encarnación de Dios.

Dietrich Bonhoeffer. EL precio de la Gracia

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