Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cómo Mejorar La Enseñanza de Las Matemáticas Innovando en El Uso de Casos, Problemas o Ejercicios Matemáticos
Cómo Mejorar La Enseñanza de Las Matemáticas Innovando en El Uso de Casos, Problemas o Ejercicios Matemáticos
Una clave para mejorar la calidad está en una cultura diferente de la tarea de matemática,
porque a través de ella la enseñanza puede experimentar apertura y amplitud. Si ya no se
busca - como los ejercicios de rutina - la ruta más rápida hacia la solución, y si la calidad de
la enseñanza ya no se mide a través de la observación de la rapidez con la que cuántos
alumnos dominan el algoritmo tratado; entonces se abre la posibilidad a que las actividades
matemáticas adquieran mayor valor.
Para alcanzar esto, junto con los ejercicios de rutina, deben encontrar cabida más "casos
abiertos" en la enseñanza. Se enumeran aquí algunas posibilidades, sin pretender
presentarlas todas, tomando en cuenta los principios operativos de cómo se pueden
desarrollar los ejercicios de manera mas abierta:
Al final del caso no se encuentra una pregunta; el alumno debe encontrar por si
mismo una o más preguntas.
A continuación se muestra, con la ayuda de algunos ejemplos del quinto o sexto grado (Ver:
Matemáticas para Todos 5 primaria y 6 primaria), cómo los casos se pueden convertir en
materia de enseñanza. Por supuesto que no todos los aspectos mencionados anteriormente
pueden ser tomados en cuenta; algunos, que van con el caso respectivo, son escogidos
como ejemplos.
Ejemplo A
La vida cotidiana ofrece variados casos que permiten trabajar la matemática de manera
contextualizada. También facilitan la manipulación, de tal manera que puede trabajarse con
material concreto, si es necesario.
Los alumnos habrían encontrado fácil y rápidamente la solución, que es "La señora Márquez
recibe 41 soles de vuelto". Ellos habrían subrayado el resultado "41 soles", habrían
formulado una oración como respuesta - y todos quedarían contentos.
Sin embargo el proceso de solución habría tenido lugar en un nivel muy bajo, ya que no se
habría exigido un pensar verdadero.
Por la oración "El señor López dice ...", un ejercicio de rutina se convierte en un caso
estimulante con carácter motivador y la pregunta "¿El Señor López tiene razón?" incentiva a
pensar mas allá.
Ejemplo B
Junto con aquellos orientados a la vida cotidiana, también es importante tratar
tempranamente los casos dentro de la matemática en la clase. Los siguientes tomados del
área de la teoría de la divisibilidad (Ver: Matemáticas para Todos y primaria Capítulo I:
Divisibilidad) le exigen al alumno mucho conocimiento previo, si los quiere solucionar
directamente.
Experimentando sin sistema, el alumno no va a llegar muy lejos. Si muchos eventos felices
se juntan, encontrará por casualidad la solución correcta. El experimentar con (o sin) sistema
es el punto de partida y desemboca, en el camino, en un procedimiento dirigido y
sistemático.
¿Se puede decir de inmediato algo sobre el número buscado ("por lo menos",
"a lo mas", "aproximadamente")?
¿Se puede encontrar el número buscado con un solo paso de cálculo?
Para muchos alumnos es de ayuda escoger un procedimiento paso a paso,
dividiendo (según George Polya) el caso. El alumno soluciona primero
preguntas relacionadas que son mas fáciles y que lo llevarán sucesivamente a
la solución del problema inicial que es más complejo.
o Primer paso: ¿Cuál es el menor número divisible entre 2 y 3? (Solución:
6)
o Segundo paso: ¿Cuál es el menor número divisible entre 2, 3 y 4?
(Solución: 12)
o Tercer paso: ¿Cuál es el menor número divisible entre 2; 3; 4 y 5?
(Solución: 60)
o Cuarto paso: ¿Cuál es el menor número divisible entre 2; 3; 4; 5 y 6?
(Solución: 60)
o Quinto paso: ¿Cuál es el menor número divisible entre 2; 3; 4; 5; 6, y
10? (Solución: 60)
Durante la solución de este caso, el alumno puede adquirir ejemplarmente la estrategia típica
para solucionar problemas, de múltiples usos en la matemática: el reducir un problema más
complejo primero a problemas parciales más simples, para encontrar de esta manera una
ruta de solución.
Ejemplo C
Caso
La señora Suárez divide una caminata en tres partes iguales, las cuales quiere recorrer en
tres días. En el primer día logra un tercio más, en el segundo día un cuarto menos de lo
planeado. ¿Cuánto le queda para el tercer día?
Este caso es muy complicado, porque el trecho total no está dado concretamente. Pero
también ofrece diferentes posibilidades de solución en diferentes niveles de abstracción:
Para poder hacer una afirmación, sobre cual es la parte del trecho total que la
señora Suárez ha recorrido, es razonable pasar la división del segundo tercio a
todo el trecho total:
Por lo tanto la señora Suárez recorre en el primer día 1/9 del trecho total más.
En el tercer paso se incluyen los datos para el segundo día.
Si la señora Suárez lograra lo que se propuso para ese día, llegaría hasta el
siguiente punto:
+ 1/3
4/9 del trecho total
7/9 del trecho total
Para poder decir exactamente cuál es la parte del trecho total que la señora
Suárez ha recorrido al final del segundo día; (cuál es la parte que todavía tiene
que recorrer) todas las nueve partes deben ser divididas en cuartos cada una:
¿Con qué supuesta longitud del trecho total el cálculo es más fácil?
En el análisis minucioso del texto, uno se encuentra con dos datos más que
deben ser tomados en cuenta, "un tercio más" y "un cuarto menos".
Por lo tanto, sería de mucha ayuda para el cálculo si la longitud del trecho total
es divisible "entre tres", "nuevamente entre tres" y "entre cuatro", es decir en
total entre 3 · 3 · 4 = 36. De esta manera parece razonable partir de un múltiplo
de 36 (36; 72; 108; 144; ...).
Ha recorrido 32 km es decir 4/9 del trecho total. Todavía tiene que recorrer 40
km, es decir 5/9 del trecho total.
Observaciones finales
Muchos profesores actualmente solo aceptan rutas de solución algebraicas formales, lo cual
debe ser cuestionado por principio. Con los tres ejemplos elegidos al azar se quiso
demostrar cómo la clase puede ser transformada por los casos a través de un procedimiento
diferente en la enseñanza. Con las diferentes posibilidades de solución, de acuerdo a su
grado de abstracción, se muestra claramente que el alumno es creativo en cada uno de los
métodos de solución. Ya no se encuentra en el primer plano el cálculo demostrado por el
profesor, sino el trabajo intensivo con un problema, cuya solución puede encontrarse de
diferentes maneras.
Estilos de aprendizaje
El término “estilos de aprendizaje” se refiere al hecho de que cuando queremos aprender algo
cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque la
estrategias concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender, cada uno de
nosotros tiende a desarrollar unas preferencias globales. Estas preferencias o tendencias a
utilizar más unas determinadas maneras de aprender que otras constituyen nuestro estilo de
aprendizaje.
Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado de muchos factores, como por ejemplo la
motivación, el bagaje cultural previo y la edad. Pero esos factores no explican por qué con
frecuencia nos encontramos con alumnos con la misma motivación y de la misma edad y
bagaje cultural que, sin embargo, aprenden de distinta manera.
Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto de vista del profesor el concepto de
los estilos de aprendizaje resulta especialmente atrayendo porque nos ofrece grandes
posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo.
El concepto de los estilos de aprendizaje está directamente relacionado con la concepción del
aprendizaje como un proceso activo. Si consideramos que el aprendizaje equivale a recibir
información de manera pasiva lo que el alumno haga o piense no es muy importante, pero si
entendemos el aprendizaje como una elaboración por parte del receptor de la información
recibida parece bastante evidente que cada uno de nosotros elaborará y relacionará los datos
recibidos en función de sus propis características.
Los distintos modelos y teorías existentes sobre estilos de aprendizaje lo que nos ofrecen es
un marco conceptual que nos ayude a entender los comportamientos que observamos a
diario en el aula, cómo se relacionan esos comportamientos con la forma en que están
aprendiendo nuestros alumnos y el tipo de actuaciones que pueden resultar más eficaces en
un momento dado.
Pero la realidad siempre es mucho más compleja que cualquier teoría. La forma en que
elaboremos la información y la aprendamos variará en función del contexto, es decir, de lo
que estemos tratando de aprender, de tal forma que nuestra manera de aprender puede
variar significativamente de una materia a otra. Por lo tanto es importante no utilizar los estilos
de aprendizaje como una herramienta para clasificar a los alumnos en categorías cerradas.
Nuestra manera de aprender evoluciona y cambia constantemente, como nosotros mismos.
En las últimas décadas se han elaborado todo tipo de teorías y modelos para explicar las
diferencias en la forma de aprender. Pero, de todas esas teorías y modelos ¿cuál es la
buena?
La respuesta es que todas y ninguna. La palabra “aprendizaje” es un término muy amplio que
abarca fases distintas de un mismo y complejo proceso. Cada uno de los modelos y teorías
existentes enfoca el aprendizaje desde un ángulo distinto. Cuando se contempla la totalidad
del proceso de aprendizaje se percibe que estas teorías y modelos aparentemente
contradictorios entre sí no lo son tanto e incluso que se complementan.
Una posible manera de entender las distintas teorías es el siguiente modelo de tres pasos:
C) Una vez organizada esta información la utilizamos de una manera o de otra. La rueda del
aprendizaje de Kolb distingue entre alumnos activos, teóricos, reflexivos y pragmáticos.