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CONTRA LA AVENENCIA DE LA CREATIVIDAD

Francisco Martínez Pintor (ffank) 2013

El talante que caracteriza al talento irrazonable es totalmente


independiente de la unanimidad y la conformidad, máxime cuando hoy
más que nunca se enfatiza la necesidad de avanzar hacia una
educación integral que sustituya el dogmatismo por la indagación y el
descubrimiento. Pero realmente lo sugerente no es reinventar lo ya
establecido, en todo caso desmaterializar la ingenuidad con otro tipo
de inmaterialidad más empoderizada.

Cuando una idea se dice que es creativa, existe un cierto consenso al


considerarla original y adecuada, pero la originalidad no significa que
sea o parezca novedosa y mucho menos oportuna. Una idea innovadora
puede ser tan aleatoria que no tiene por qué responder a ninguna
necesidad concreta o dejaría de ser creativa, y mucho menos alguna
obligación de solucionar un problema o satisfacer alguna demanda. Si
partimos de que la creatividad contiene un núcleo latente de absoluta
insubordinación, capaz de rechazar toda forma de instrumentalización, el
trabajo creativo no es otra cosa que una propiedad natural y
cosustancial del sujeto creativo.

No hay producto creativo porque hablamos de un fenómeno tan


complejo que abarca características de un objeto, de una idea y de una
persona. La creatividad es una forma de ser, propensa siempre a
maximizar las posibilidades de producir ideas novedosas y adecuadas.
Lo que no se puede afirmar es que seamos creativos, simplemente
cuando hacemos lo que nos gusta, ni cuando disfrutamos con lo que
requiere un esfuerzo. La creatividad no representa ningún sacrifico por el
mero hecho de ser un proceso constructivo, pero si presenta el arrojo y
la bizarría de algo más que un simple denuedo.
Entre las diferencias individuales ligadas a factores de personalidad
están las de interpretación subjetiva, ya que la presión externa suele ser
implacable y objeto de múltiples obstáculos para la creatividad. El
problema es cuando la presión interna inhibe nuestras habilidades,
llegando a redefinir la visión y el análisis resultante de todas las
interacciones dinámicas, como son las actitudes, las variables de
personalidad, las emociones.

Como nuestra naturaleza es creativa, comenzando por la imperiosa


necesidad adaptativa ante las dificultades y las respuestas usuales, se
puede considerar una cualidad esencial del ser humano. Incluso se
refuerza cada vez que entramos en un estado de fluidez psicológica, en
el cual la imaginación se manifiesta como la cara más visible de la
inteligencia. Luego no es cierto que tengamos que recurrir a los
procesos inconscientes o preconscientes para ser creativos, así como
tampoco se requiere una sensibilidad especial, simplemente se requiere
una sociedad de la imaginación, tal y como se propuso en la ciudad de
Cáceres, con motivo de la celebración del Año europeo de la Innovación
y la Creatividad (2009) el 5º Congreso Internacional de Creatividad e
Innovación bajo el lema "Ciudades Creativas en la Sociedad de la
Imaginación.

No cabe duda de que lo percibido llega a la memoria de manera


constantemente ignorada por nuestros cinco o seis sentidos,
indebidamente jactanciosos; mientras que lo verdaderamente particular
pasa desapercibido, ajeno a la inteligencia y a la entrada de información
preatencional. Entretanto el interés facilita los aspectos positivos, la
atención previene de la pasividad y la asociación de ideas no es más
que la acumulación de las torpezas. Teniendo en cuenta que la memoria
es un trastero que recauda imágenes mentales de significación
asequible, corriente y por desgracia, en exceso evidente; no es de
extrañar que al pensar con imágenes se tienda a la exageración y a
lo novedoso, bajo el principio de lo insólito y lo políticamente
complejo. –
Una curiosidad frecuente impulsa a confiar en la capacidad de
recordar y comparar, contrarresta también el olvido, seduce a la razón
hasta el punto de subjetivar a la misma distracción. Sería un camino
indirecto (pensamiento lateral) para recuperar el origen de la idea,
potenciarla nuevamente y transformarla en otra cosa más ambiciosa.

Sin embargo, la creatividad puede llevar a engaño, pues no se


multiplica ni se cuantifica. Todas las reflexiones posteriores parten de
una idea inane, produciéndose paralelamente el desuso de sus leyes
naturales. Esta inferencia acróstica de dudosa eficacia tiene que ver con
aquella energía oscura, de formulación desconocida y con la suerte de
que nada se tiene en cuenta, mientras no sea necesario.

Existe por tanto una confluencia de factores que soportan demasiada


realidad, tantos como imágenes nos vienen a la cabeza en busca de
libertad, aquella que Hegel denominaba como el crimen de la sociedad
demencial. Racionalmente infantiles, neuróticos y delirantes, jugamos
con la morfología de lo imaginario en un desenfreno, propio de un ínterin
e insensato aquelarre y de una ilógica transaccional, prácticamente a
cambio nada.

Si como dice Julián Betancourt, la creatividad está ligada a todos los


ámbitos de la actividad humana y es el producto de un devenir histórico
social determinado, realmente rozaríamos la estulticia cada vez que
intentamos negociar de manera unilateral, cuál es la porción de
creatividad que nos está reservada para nuestro peculiar envaramiento.

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Csikszentmihalyi, M. (1998). Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la


invención. Paidós. Barcelona
De la Torre, S. y Violant, V. (2006). Comprender y evaluar la creatividad. Vol 1 y 2. Aljibe,
Málaga.
Romo, M. (1997). Psicología de la creatividad. Paidós. Barcelona
Sternberg, R.J. y Lubart, T.I.(1997) La Creatividad En Una Cultura Conformista. Un desafio a
las masas. Paidós. Barcelona.
Betancourt, Julián, Creatividad en la educación para transformar, Escrito por Santos,
2011. Méjico.

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