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DIECIOCHO 36.

1 (Spring 2013) 99

UNA CURIOSA VERSIÓN DE LA


GENEALOGÍA DE LOS DIOSES
PAGAN OS DE BOCCACCIO EN EL
XVIII ESPAÑOL1

MARTA GONZÁLEZ GONZÁLEZ


Universidad de Málaga

Introducción
La obra que nos ocupa es El Polytheismo
elucidado, personages de la gentilidad a cara
descubierta. Curioso, y utilissimo à toda suerte de
personas, principalmente à la juventud, que se deleyta en
Poeticas invenciones. Por el Doct. Don Blas Hypolito Garcia de Soto, Abad de Santiago
de Lossada, en el Obispado de Lugo, Académico de número de la Sapiencia de Roma,
etc. En Madrid, en la imprenta del Mercurio por Joseph de Orga, 1753.
En otro lugar hemos repasado los libros de tema mitológico publicados
en España con anterioridad a este que estamos presentando con el fin de
poder determinar en él posibles influencias (González González).
Señalamos entonces que contábamos sobre todo con traducciones al
castellano de exitosas obras francesas como la Historia poetica, para la
inteligencia de los Poetas, y Autores antiguos. Escrita en lengua francesa, por el
Reverendo Padre Pedro Gautruche, de la Compañia de Jesus. Aora traducida en Idioma
Castellano, por Don Pablo Vertejo, en Madrid, en la Imprenta de los Herederos
de Antonio González de Reyes, 17252 (la obra del jesuita francés había sido
publicada en París en 1650) o la Nueva Cyropedia, ó Viages de Cyro, y un
Discurso sobre la Mythologia que escrivió en lengua francesa monsieur de Ramsay; con
una Carta de monsieur Freret, académico de la Academia Real de París, en que
manifiesta la exacta chronologia de la obra. Lo que tradujo al castellano Francisco
Savila; dala al publico un amigo, y afecto del traductor, Barcelona, en la imprenta de
los Herederos de Juan Pablo, y Maria Martí, administrada por Mauro Martí,
2 vols., 17383, una obra curiosa pero de título engañoso: ese “discurso sobre
la mitología”, bastante breve, es un repaso por las doctrinas de los filósofos
–y no de los poetas— acerca del alma. A estas obras publicadas en lengua
                                                                                                                       
1 Este trabajo se adscribe al Proyecto de Investigación “Historiografía de la
literatura grecolatina en España. De la Ilustración al liberalismo (1778-1850)”
FF12010-14963 / FILO.

2Esta es la edición que hemos manejado, pero las hay anteriores: Madrid, Juan
Martínez de Casas, 1719; Madrid, Francisco del Hierro, 1721.

3Esta edición no hemos podido consultarla. Utilizamos la publicada en Madrid,


Imprenta del Consejo de Indias, 1784. Hay otra posterior, en la Imprenta Real,
1805.

 
100 González, "Una curiosa versión de la Genealogía de los dioses paganos"

castellana con anterioridad al tratado que nos ocupa habría que añadir otras
dos, traducidas con posterioridad a nuestra lengua pero que bien pudo
conocer el abad en su lengua original: el Panteon Mytico, ó Historia Fabulosa de
los Dioses escrita en lengua latina por el R.P. Francisco Pomey, de la Compañia de
Jesus. Traducida al castellano, y añadida una copiosa colección de dioses de la antiguedad
por D. Lorenzo Diaz de la Madrid, Madrid, por Joachin Ibarra, 1764
(publicación original en lengua latina en 16594) y el Diccionario abreviado de la
fabula, para la inteligencia de los poetas, pinturas y estatuas, cuyos asuntos estan
tomados de la historia poetica. Escrito en francés por Mr. Chompré, Licenciado en
Derecho. Traducido al castellano de la undecima y ultima edicion. En Madrid, por D.
Manuel de Sancha, 17835 (publicada originalmente en francés en 1727).
Ya en aquella ocasión adelantábamos que, pese a estos posibles
precedentes, El Polytheismo elucidado era en realidad una peculiar, tardía y no
reconocida versión de la Genealogía de los dioses paganos, de Giovanni
Boccaccio. Queremos detenernos ahora en la demostración de este hecho.

La estructura de la obra, un calco de Boccaccio


El Polytheismo elucidado sigue fielmente la estructura de la Genealogía de los
dioses paganos en los libros I-X, aunque sintetizando numerosos epígrafes del
original; en el libro XI presenta de manera seguida y todavía más abreviada
que en los libros anteriores el contenido de los libros XI-XIII de Boccaccio.
Si lo habitual es que los capítulos dentro de cada libro se presenten muy
resumidos, en este caso son eliminados capítulos enteros de los libros XII y
XIII (por ejemplo, los trabajos de Heracles). Los dos últimos libros de la
Genealogía, que suelen considerarse en la propia obra del italiano una adición
posterior, no se recogen en la el Polytheismo elucidado.
Como muestra del modo en que Don Blas Hipólito “se inspira” en
Boccaccio, recogemos los epígrafes del primer libro en una y otra obras:

Genealogía de los dioses Polytheismo elucidado


paganos
LIBRO I: Sobre la eternidad; LIBRO I: Demogorgon, Eternidad
Sobre Caos; Sobre Litigio, primer hijo de y Cahos (sic); Litigio, hijo de
Demogorgón; Sobre Pan, segundo hijo de Demogorgon; Pan, hijo de Demogorgon;
Demogorgón; Sobre Cloto, Láquesis y Cloto, Atropos y Laquesis, hijas de
Atropo, hijas de Demogorgón; Sobre Demogorgon; Phiton, hijo de
                                                                                                                       
4 La obra se tradujo muy tempranamente al inglés, en 1698, y al francés, en 1715,
datos tomados de J. Closa Farrés. El autor analiza en detalle la difusión, en los
siglos XVIII y XIX hispánicos, de las obras de Pomey y Gautruche y el modo en
que se funden en estos manuales la tradición humanística y la cristiana.

5Hasta donde sabemos, esta edición de 1783 es la primera en castellano del famoso
diccionario de Étienne Chompré, cuya primera edición francesa es de 1727.

 
DIECIOCHO 36.1 (Spring 2013) 101

Polo, sexto hijo de Demogorgón; Sobre Demogorgon; La Tierra, hija de


Pitón, séptimo hijo de Demogorgón; Demogorgon; La Noche, hija de la
Sobre Tierra, octava de los hijos de Tierra; Tartaro, hijo de la Tierra; Tages
Demogorgón; Sobre Noche, primera hija ò Tagetes, hijo de la Tierra; Antheo, hijo
de la Tierra; Sobre Fama, la segunda de de la Tierra; Herebo, hijo de la Tierra;
los hijos de la Tierra; Sobre Tártaro, Amor y otros hijos del Herebo (Gracia,
tercer hijo de la Tierra; Sobre Tages, Fatiga, Embidia, Temor, Engaño y
cuarto hijo de la Tierra; Sobre Anteo, Fraude, Pobreza y Miseria, Quexa).
quinto hijo de la Tierra; Sobre Erebo,
noveno hijo de Demogorgón que tuvo
ventiún hijos; Sobre Amor, primer hijo
del Erebo; Sobre Gracia, segunda hija
del Erebo y la Noche; Sobre Trabajo,
tercer hijo del Erebo; Sobre Celos o
Envidia, cuarta hija del Erebo; Sobre
Miedo, quinto hijo del Erebo; Sobre
Engaño, sexto hijo del Erebo; Sobre
Fraude, séptimo hijo del Erebo; Sobre
Pertinacia, octava hija del Erebo; Sobre
Necesidad, novena hija del Erebo; Sobre
Miseria, décima hija del Erebo; Sobre
Hambre, undécima hija del Erebo; Sobre
Queja, duodécima hija del Erebo; Sobre
Enfermedad, decimotercera hija del
Erebo; Sobre Vejez, decimocuarta hija
del Erebo; Sobre Palidez, decimoquinta
hija del Erebo; Sobre Tiniebla,
decimosexta hija del Erebo; Sobre Sueño,
decimoséptimo hijo del Erebo; Sobre
Muerte, decimoctava hija del Erebo;
Sobre Caronte, decimonoveno hijo del
Erebo; Sobre Día, vigésima hija del
Erebo

Es evidente que el autor condensa mucho el original y, en cuanto al


hecho de que a partir del libro XI en adelante esa simplificación se lleve al
extremo, el propio abad da una pista sobre ello cuando, al final de la obra, al
referirse a su tarea de desenmascaramiento de los dioses paganos, afirme
que “no havrà sido en vano el trabajo de descubrir las caras à los fingidos
Dioses, y à tantos enmascarados Personages. Este mismo beneficio se pudo
hacer à otros muchos; pero, ò porque se cansò la pluma, ò havia de correr
repitiendo lo yà escrito, se les dexò en su sèr phantastico”.

La pista de Demogorgón

 
102 González, "Una curiosa versión de la Genealogía de los dioses paganos"

Vistos los índices de ambas obras no parece necesario demostrar que


estamos ante una versión, un tanto singular, de la obra de Boccaccio, pero,
en cualquier caso, queremos señalar algunos de los indicios de este hecho
que parecen más seguros. Uno de ellos es la aparición de la figura de
Demogorgón. Este personaje, desconocido para los antiguos, lo ha tomado
Boccaccio de un tal Teodoncio, misterioso autor cuya obra se ha perdido y
al que remite con frecuencia el italiano (Seznec 186-187). El caso es que el
autor de la obra que estamos comentando, nada proclive a citar fuentes (¡ni
siquiera a Boccaccio!) también lo menciona:

Que los mas antiguos Arcades venerassen por principio la Tierra, afirma
Theodoncio, movidos de que todos los vivientes y no vivientes nacen y se
conservan en la tierra, y en tierra y polvo se convierten todas las cosas que
mueren y se deshacen; aunque no tenian a la tierra por Numen Divino,
sino por receptaculo y habitacion del que lo era y a quien llamaban
Demogorgon; esto es, mente y sabiduria de la tierra. Admiraban de esta
grossera maquina, que se pisa, producirse robustos Arboles, hermosisimas
Flores, sazonados Frutos, caudalosisimos Rios, salir tal vez fuertissimos
Uracanes, en muchos montes vivissimas Llamas (...) y en consequencia de
su admiracion dieron en la estolidez de que el Factor de tan estupendas
maravillas se ocultasse en su vastissimo seno; lo que hizo creer el silencio,
que naturalmente preocupa en tales lugares; a algunos, que se adelantaron
a entrar curiosos en profundas Cuevas; y assentado este concepto
impusieron penal Ley para que nadie fuesse atrevido a nombrar aquella
mente Divina por su propio nombre Demogorgon. Esta recibida de todos
esta palabra Demon, ò Demonio, por propia de los Espiritus infernales, pero
en su verdadera significacion dice Sabiduria, y Gorgona tierra, y unidas las
dos resulta Sabiduria de la tierra.

Comparemos el texto con lo que dice, bastante más prolijo, Boccaccio:

(...) a mí, que andaba errante en medio de las entrañas de la tierra, se me


apareció el inactivo antepasado de todos los dioses paganos, rodeado por
todas partes de nubes y sombra, Demogorgón, horrible por su mismo
nombre, cubierto de una cierta palidez musgosa y por una descuidada
humedad (...) Pues Teodoncio dice que la causa de esta necia credulidad
tiene su origen no en los hombres de ciencia sino más bien en los más
antiguos campesinos de Arcadia. Estos, al ser hombres de tierra adentro,
montaraces y semisalvajes y como vieran que la tierra, por su propio
impulso, producía bosques y toda clase de arbustos, hacía brotar flores,
frutos y simientes, que alimentaba a todos los animales y finalmente
recibía en sí misma cualquier cosa que moría y, todavía más, que los
montes vomitaban llamas, que el fuego se arrancaba del duro sílice, que
los vientos soplaban desde lugares cóncavos y valles y se dieran cuenta de
que ella, la tierra, se movía alguna vez e incluso emitía rugidos (...)
neciamente lo creyeron. Pero quienes siguieron después de estos, que
tenían el pesamiento algo más profundo, no llamaron simplemente a la
tierra la autora de estas cosas, sino que había implícita en ella una mente

 
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divina con cuyo pensamiento y voluntad se producían las cosas. Y


pensaron que esa mente tenía su morada en lugares subterráneos.
Aumentó la credibilidad en este error entre los campesinos el haber
entrado en los antros y profundísimos recovecos de la tierra alguna vez,
porque en ellos, al avanzar con una luz cada vez más mortecina, parece
que se agranda el silencio, la superstición se acostumbró a penetrar en las
mentes con el horror natural de los lugares y la sospecha de la presencia
desconocida de alguna divinidad que, conjeturada como tal divinidad por
aquellos, no la consideraron otro que Demogorgón, por el hecho de que
se creía que su mansión estaba en las entrañas de la tierra, como se ha
dicho. Así pues, éste, al ser tenido entre los más antiguos Arcadios en alto
honor, considerando que se aumentaba la majestad de su divinidad
manteniendo en silencio su nombre, o pensando que no era decoroso que
un nombre tan elevado corriese de boca en boca entre los mortales, o
quizá temiendo que al ser nombrado se irritara contra ellos, se prohibió,
con el consentimiento popular, que fuera nombrado por alguien sin
castigo. Lo que ciertamente parece atestiguar Lucano6. [...] Demogorgón
en griego significa en latín, según pienso, dios de la tierra. Pues demon es
dios, como dice Leoncio, pero Gorgon se interpreta como tierra. O mejor
aún, la sabiduría de la tierra, puesto que se presenta como el dios que sabe
o la sabiduría.

El texto de Boccaccio, que hemos abreviado considerablemente, cita a


Teodoncio, a Lucano, a Estacio y a Leoncio. El abad sólo a Teodoncio, en
relación con Demogorgón. Tenemos que señalar que ninguna de las obras
de mitología publicadas anteriormente en castellano y que hemos citado al
comienzo de esta trabajo se hacen eco de esta fantástica figura salvo el
diccionario de Chompré que sí le dedica una entrada: Demogorgon, “Deidad
bajo cuyo nombre adoraban los Antiguos a la naturaleza”. Evidentemente,
esa escueta fuente no puede ser la que ha inspirado el texto de Blas Hipólito
García de Soto.
Hemos citado este pasaje por extenso para ejemplificar el modo de
proceder del autor de esta curiosa obra. No se trata, en sentido estricto, de
una traducción, y tampoco el abad presenta así su trabajo, pese a la gloria
que ello podía haberle reportado. Y decimos gloria porque la primera
traducción publicada en castellano de la Genealogía de los dioses paganos se
hizo esperar mucho. Así, en un detalladísimo estudio sobre la recepción en
España de Boccaccio (Lucía Megías 423) leemos lo siguiente: “El primer
Boccaccio que se difunde en suelo peninsular es el Boccaccio humanista, el
Boccaccio de los casos de príncipes, de historias de «claras» mujeres y de
genealogía de dioses (...) de las Genealogie deorum gentilium se conocen cuatro
testimonios manuscritos en latín y seis de la traducción al castellano, uno de
ellos en la Biblioteca del Marqués de Santillana”. De uno de esos códices, en
                                                                                                                       
6 Aquí Boccaccio cita largamente a Lucano y también a Estacio, referencias que
elimina, como es habitual, el autor del Polytheismo elucidado.

 
104 González, "Una curiosa versión de la Genealogía de los dioses paganos"

el que se conserva el prólogo del traductor, se ha podido conocer que éste


fue Martín de Ávila y que realizó la versión castellana por orden del
Marqués de Santillana (Piccus). Pero si descontamos esa primera
traducción, largo tiempo inédita (véase, ahora, Gómez Sánchez), la obra
mitológica de Boccaccio no se puso en castellano hasta 1983.
Sin embargo, Blas Hipólito no hace referencia alguna a Boccaccio ni a
su importante obra y eso se debe, pensamos, a la particular intención con la
que él ha escrito su propio libro.

Intención del tratado


Las obras que podrían servir de referencia a ésta del abad de Santiago y
que la precedieron en el s. XVIII tienen una marcada y reconocida voluntad
didáctica. Así, por ejemplo, en el prólogo del traductor a la Historia Poética
de Gautruche, éste recuerda cómo la obra tuvo que ser reimpresa varias
veces en Francia y considera que la traducción castellana será muy útil “no
solo à la juventud dedicada à la perfecta inteligencia de los AA y Poetas
Latinos, sino tambien à la edad mas adelantada, para la inteligencia de
nuestros Poetas Castellanos, en cuyas obras se encuentran frequentemente
bellissimas alusiones à estas Fabulas”.
Argumentos parecidos se esgrimen en el prólogo a la traducción del
Panteón Mítico de Pomey, donde a la finalidad didáctica se suma el intento,
éste sí compartido por el autor del Polytheismo elucidado, de poner de
manifiesto ante los ojos de los jóvenes estudiosos la ceguera de los antiguos,
“para que se venga en conocimiento de los crasos errores de los Gentiles,
en que vemos enredados, entre ellos, aun à los mas sublimes
entendimientos, que carecieron de la luz clarissima que alumbrò despues el
Catholicismo”.
En fin, el deseo de ilustrar a los jóvenes es más explícito que en ningún
otro lugar en las palabras que preceden la traducción castellana del
diccionario de Chompré. No es necesario insistir en la utilidad del
conocimiento de la mitología para entender a los poetas y a los artistas
plásticos, afirma el autor de la traducción, y explica así el objeto de ésta : “El
principal objeto que se ha tenido en la traduccion de este Diccionario ha
sido el que pueda servir para el uso de las aulas de Humanidades en el
estudio de los Poetas, á vista de que los vocabularios del Latin al Castellano,
o al contrario, de que por lo comun se valen los discipulos, estan muy
escasos de articulos de Mitologia, y aun los que traen, no prestan sino una
ligera idéa”.
Frente a esto, ¿qué justificación de su obra ofrece el doctor Blas
Hipólito? Sus palabras introductorias son muy breves y las reproducimos
casi íntegramente:

Ofreciendo la Maquina del Universo vastisimos argumentos, para


convencer la existencia de un Numen Soberano, Criador, y Governador
de sus admirablemente unidas partes, pudo la ciega passion de los

 
DIECIOCHO 36.1 (Spring 2013) 105

hombres hacerlos tropezar en dos extremos desvarios. No es perceptible


como por otra parte, adornados de vivas, y perspicaces luces, negassen
algunos toda Deidad, y la atribuyessen otros a tanta multitud de
individuos, y cosas, que no puede reducirse a numero; aunque el de treinta
mil señalo Hesiodo, citado por Eusebio Cesariense, sin reparar en que
fuessen los estimados Dioses racionales, ò irracionales, sensibles ò
insensibles. Todas las Ciencias, y Artes se presume haver tenido por
inventores a los Hebreos, Assyrios, Egypcios, Arcades y otros semejantes
antiguos Pueblos; y ellos mismos fueron los primeros a introducir la vana
creencia de multiplicados Dioses. (...) Otro genero de Deidades logro
aplauso entre los Antiguos, nacido de dos causas: ya de que por alguna
accion singularisima, particular invencion, destreza, sabiduria, y otras
prendas, fuese alguno estimado por mas que lo regular, equivocandose la
Divinidad que le daban con la Heroicidad que al presente semejantes
hombres consiguen, ya de que ofuscada la razon en aquellos Siglos, no
siendo capaces los hombres de un claro conocimiento fingian los Sabios
acomodadas figuras a su rusticidad, y sin desnudarlo de esta, lo que
recibieron por doctrina dexaron à la posteridad por incognito mysterio.
En la presente Obrilla ha sido el intento, de todas las sobredichas especies, deshacer la
figura execrable de algunos (ya que no puede ser de todos los Dioses) dexandolos en el
natural sentido, o historial, que cubriò el aparente velo de Divinidad atribuido.

La cursiva del final del texto, nuestra, quiere llamar la atención sobre las
palabras que dan la clave de las intenciones de su autor. No es mucho, pero
es muy claro, y esa información se ve ratificada por las palabras de D. Pedro
García de San Pablo en su aprobación al texto, que insiste en la utilidad que
se puede obtener de “los errores de Gentilismo” y de la transformación
moralizante de sus historias, algo que, según él, nadie ha hecho antes con
tanto acierto como el autor de este libro.
En efecto, lo que distingue y caracteriza la obra de Blas Hipólito son
esas “transformaciones moralizadas”. Ese es su interés principal, incluso
parece que por encima del de dejar a los dioses paganos “a cara
descubierta”. Ya en otro lugar hemos señalado que esa función que el abad
pretende moralizadora la lleva a cabo con constantes alusiones y paralelos
(bastante forzados, por lo general) con la historia de España. Sirva de
ejemplo el modo en el que cierra el relato referido a Medea. Tras detenerse
en los crímenes de la maga, concluye así, en tono irónico:

En premio a tan buenas mañas y galanterias fue de los Griegos y


Romanos venerada por Diosa. Concedian entre aquellas gentes la
prerrogativa de Divinidad los dos afectos de amor y de temor, y por este
merecia particular respeto Medea, si despues de muerta pudiera exercer las
inhumanidades, y encantos, que viva; porque igual respeto se ha de tener
al amigo, y al enemigo, cuya voluntad debe captarse, del uno para que se
conserve, y del otro para que no dañe. Admirable prudencia de que usò la
sin igual Heroina la Reyna Doña Maria, muger de Don Sancho el Bravo,
en le inexplicable desunion de los Magnates, honrando a los afectos, y

 
106 González, "Una curiosa versión de la Genealogía de los dioses paganos"

alagando a los desavenidos, para conservar a su hijo Don Fernando


Quarto el Reyno, que dexò su marido grangeado contra el derecho de los
Infantes de la Cerda. Inhumana Medea contra sus mismos hijos, era
temible de qualesquiera otros, y mas con la facilidad de maleficiar con
medios imperceptibles; puesto que un mal que se teme, y no puede
prevenirse causa continuas mortales zozobras; y si la Divinidad era el mas
expresivo alago, seguros se tendrian aquellos Barbaros de las artes
inhumanas de aquella Esfinge.

Estamos ante un texto precioso para entender el tenor de la obra de Blas


Hipólito. De un lado, tenemos la clara, aunque no reconocida, “inspiración”
en Boccaccio; de otro, la referencia, con fin ejemplificador, a un episodio de
la historia de España; finalmente, una demostración de cómo dejar “a cara
descubierta” a los personajes de la gentilidad, ya que Medea, nos dice el
abad, si fue tenida por diosa, lo fue para que con el halago se neutralizaran
sus malas artes. También es ejemplo este pasaje de que las fuentes todas
están borradas, no sólo la principal (y creemos que única), Boccaccio, sino
también las que el italiano mencionaba en su obra. Todo esto se puede
comprobar si citamos el texto original de la Genealogía de los dioses paganos del
que parte en esta ocasión nuestro autor: “Así pues, adornada con estas
fechorías, Medea descubre un lugar primero entre los Griegos, que habían
debido conocerla mejor, después entre los Romanos, para ser considerada
como una diosa y honrada con sacrificios por ellos, como atestigua
claramente Macrobio”.
El relato del Polytheismo elucidado comienza de la misma manera, siempre
parafrasendo, no traduciendo, enlaza después con un ejemplo de la historia
de España y elimina las referencias eruditas del original.

Conclusión
La influencia de la Genealogía de los dioses paganos, de Giovanni Boccaccio,
ha sido señalada y estudiada en obras en lengua castellana como las
Quaestiones sobre los dioses de los gentiles del Tostado, 1507 (Saquero y González
Rolán), la Philosofía secreta de Juan Pérez de Moya, 1585 (Iglesias & Álvarez,
Herreros), o el Teatro de los dioses de la gentilidad de Baltasar de Vitoria, 1620
(Tejerina). Estas son, por otra parte, las tres primeras obras citadas en el
indispensable artículo de Antonio Ramón Navarrete sobre los manuales de
mitología en España; pero no hemos visto, en cambio, referencias a esta
obra del abad de Santiago de Losada en los estudios sobre la pervivencia de
Boccaccio y sólo la hemos encontrado citada sin comentario alguno y de
manera indirecta en el mencionado artículo (Navarrete 12).
Pese al subtítulo, Curioso, y utilissimo à toda suerte de personas, principalmente
à la juventud, que se deleyta en Poeticas invenciones, el libro del abad de Santiago de
Losada, no tiene nada en común con los tratados de mitología que se
habían publicado en España en el primera mitad del siglo XVIII ni con los
que se publicarán después del suyo, pero constituye un ejemplo, hasta

 
DIECIOCHO 36.1 (Spring 2013) 107

donde sabemos desatendido, de la influencia de Boccaccio en nuestras


letras.

OBRAS CITADAS

Boccaccio. Genealogía de los dioses paganos, edición preparada por Mª C.


Álvarez y R.Mª Iglesias. Madrid: Editora Nacional, 1983.

Closa Farrés, Josep. “Humanisme classicista i humanisme cristià en


l'enseyament de la mitologia al llarg dels segles XVIII y XIX
Hispànics”. Faventia 5.2 (1983): 131-139.

Gómez Sánchez, Esperanza M. Boccaccio en España: la traducción castellana de


Genealogie deorum por Martín de Ávila. Edición crítica, introducción,
estudio y notas mitológicas. Madrid: UCM (Tesis Doctorales), 1994.

González González, Marta. "El Polytheismo elucidado (1753) de don Blas


Hipólito García de Soto y la Genealogía de los dioses paganos de Boccaccio”.
En Virtuti magistri honos. Studia Graecolatina A. Alberte septuagesimo anno
dicata. Ed. C. Macías & S. Núñez. Zaragoza: Pórtico, 2011. 109-124.

Herreros, Elena. “La leyenda de Eneas en dos mitógrafos españoles: Juan


Pérez de Moya y Baltasar de Vitoria”. CFClat 10 (1996): 193-203.

Iglesias, Rosa y Consuelo Álvarez. “La Philosofía secreta de Pérez de Moya: la


utilización de sus modelos”. En Los humanistas españoles y el humanismo
europeo. Murcia: U de Murcia, 1990. 185-189.

Lucía Megías, José Manuel. “Imágenes de recepción de Boccaccio a través


de sus códices: primeras notas”. Cuadernos de Filología Italiana (número
extraordinario) (2001): 415-477.

Navarrete Orcera, Antonio R. “Manuales de Mitología en España (1507-


2002)”. Tempus 31 (2002): 5-120.

Palau, Antonio. Manual del Librero Hispanoamericano. Barcelona: Librería


Palau, 1948-1977.

Piccus, Jules. “El traductor español de la Genealogia deorum”. En Homenaje a


Rodríguez Moñino. Madrid: Castalia, 1966. 59-75.

Saquero, Pilar y Tomás González Rolán. “Las ‘Quaestiones sobre los dioses
de los gentiles’ del Tostado: un documento importante sobre la
presencia de Boccaccio en la literatura medieval español”. Cuadernos de
Filología Clásica 19 (1985): 85-114.

 
108 González, "Una curiosa versión de la Genealogía de los dioses paganos"

Seznec, Jean. Los dioses de la antigüedad en la Edad Media y el Renacimiento.


Madrid: Taurus, 1983.

Tejerina, Belén. “El De Genealogia Deorum Gentilium en una mitografía


española del s. XVIII: el Teatro de los dioses de la gentilidad de Baltasar de
Vitoria”. Revista de Filología Moderna 55 (1975): 591-601.

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