Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Portada
Sinopsis
Portadilla
Dedicatoria
Cita
NOTA PRELIMINAR Y ABREVIATURAS
INTRODUCCIÓN. La caída de Robespierre de cerca
PRELUDIO. En torno a la medianoche
Parte I. ELEMENTOS CONSPIRATIVOS (de las 17.00 a la
medianoche)
MEDIANOCHE
EN TORNO A LA MEDIANOCHE
DESPUÉS DE MEDIANOCHE
AGRADECIMIENTOS
SIGLAS Y ABREVIATURAS
RELACIÓN DE PERSONAJES
COLIN JONES
MARC-ANTOINE BAUDOT,
sobre el derrocamiento de Robespierre
NOTA PRELIMINAR Y ABREVIATURAS
Algunos miembros del CSP llegan nada menos que a las siete de
la mañana, aunque las sesiones plenarias formales se desarrollan,
más o menos, desde las diez hasta el mediodía, cuando algunos de
ellos se trasladan al salón de sesiones de la Convención, donde
comienza entonces la sesión principal de la Asamblea. 18 Cuando
esta termina, los miembros del CSP cenan, invariablemente
separados, y muchos se reúnen de nuevo alrededor de las ocho de
la tarde o incluso después. Los asiduos del Club de los Jacobinos
pueden volver de allí a las diez más o menos. A veces, el trabajo se
prolonga hasta las dos o las tres de la madrugada. Hoy, desde
luego, salta a la vista que va a durar más. Entre las horas
establecidas para las sesiones (y a veces también durante las
propias sesiones), los miembros del equipo abordan en despachos
separados las distintas labores que se les han asignado.
Los tres pilares del CSP, los más regulares en cuanto a asistencia
y los que más se ocupan del papeleo, son Barère, Billaud-Varenne y
Collot d’Herbois. 21 Bertrand Barère, abogado y hombre de letras
gascón, es el principal vínculo con la Convención en cuestiones de
estrategia. De la correspondencia con los representantes en misión
—una responsabilidad colosal, ya que a menudo hay decenas de
diputados repartidos por los departamentos a fin de hacer cumplir la
legislación revolucionaria— se encargan Billaud-Varenne, otro
exabogado, y Collot d’Herbois, quien antes de 1789 había seguido
una pintoresca trayectoria profesional como dramaturgo y director
de cómicos de la legua. Ambos fueron los últimos en sumarse a «los
doce que gobiernan», a principios de septiembre de 1793. En aquel
momento, se pensó que su proverbial radicalismo sería un medio de
apaciguar el movimiento de los sans-culottes. Aunque no han
dejado de ser extremistas, ambos son, de los pies a la cabeza, el
prototipo de miembro del CSP.
02.30
02.00-03.00
Por otra parte, los que van a morir ejecutados hoy en la Place du
Trône-Renversé, tras ser juzgados y condenados por el Tribunal
Revolucionario, no tendrán siquiera derecho a una ceremonia
rudimentaria. Una vez que la guillotina haya cumplido con su misión,
el verdugo y sus ayudantes colocarán los cuerpos y las cabezas
cercenadas en cestos de gran tamaño, y, tras sentarse sobre ellos
para cerrarlos, los amontonarán en carretas pintadas de rojo y
forradas con plomo para evitar que se derramen los fluidos
corporales. 7 Los vehículos pondrán entonces rumbo al sur entre
tierras de labranza a fin de llegar al cementerio del viejo convento de
Picpus, propiedad recién nacionalizada que alberga los cadáveres
de los ajusticiados desde que, el 14 de junio, se trasladó la guillotina
al sudeste de la ciudad. Casi mil trescientos individuos ya han sido
enterrados allí, de modo que se ha hecho necesaria una tercera
fosa común.
03.00
Acto seguido, les pide que saquen este recuerdo personal tres o
cuatro veces al año en memoria de su madre.
03.00
Si bien los nombres de Collot y Billaud son los que con más
facilidad acuden a la mente de Saint-Just en este sentido, lo cierto
es que también podría incluir a Barère y, sin duda, estará pensando
en Carnot. Con este último se lleva a matar. 14 Carnot debe su
elección para el CSP a su considerable pericia militar, y siempre que
se abordan cuestiones castrenses trata a los demás con
prepotencia. Saint-Just, en cambio, entró a servir en el Comité sin
tener ninguna experiencia real en las fuerzas armadas, pero durante
1793 se dedicó a estudiar a fondo el ámbito militar. En otoño de
aquel año, cuando ejercía de representante en misión con el ejército
del Rin con su amigo del alma y colega Philippe Le Bas, aportó no
poca energía y denuedo al cargo. Después, durante la primavera del
año siguiente, de nuevo con Le Bas, desempeñó una función aún
más destacada con el ejército del norte y, de hecho, a él se debe en
gran medida la victoria francesa en la batalla de Fleurus.
Los colegas del CSP se han habituado a oír las coléricas disputas
entre Carnot y Saint-Just sobre asuntos militares, que van desde la
elección de generales (Carnot valora más la experiencia castrense,
y Saint-Just, el patriotismo) hasta cuestiones de táctica y estrategia
(Saint-Just tiende a ser más arrojado). Carnot se centra en un plan
grandioso de expansión territorial que pretende extender las
fronteras francesas, sobre todo en el Flandes occidental, a lo largo
del canal de la Mancha, a fin de allanar el terreno para un asalto a
los Países Bajos. Hay colegas que apoyan con entusiasmo esa
idea: Barère es muy consciente de que las victorias militares
refuerzan el apoyo patriótico al Gobierno revolucionario. Además, la
perspectiva de ampliar la base imponible y de ofrecer la oportunidad
para obtener un buen botín que permita cubrir los gastos generados
por la guerra resulta muy atractiva para el Comité de Finanzas de
Cambon. Saint-Just, por el contrario, se muestra en general más
entusiasta con una política fiscal expansiva y, en el frente
septentrional, prefiere un enfoque defensivo centrado en asegurar la
frontera. Como Robespierre, teme que el afán de progresos militares
propicie la aparición de un dirigente carismático y barra de un
plumazo las reformas que ha logrado la Revolución. A fin de
prevenir cualquier tendencia al despotismo militar, prefiere centrar
su atención en las nuevas instituciones sociales más que en las
conquistas. Los costes de estas pueden cubrirse mediante
impuestos progresivos y medidas de redistribución social, así como
ejerciendo el terror contra quienes no parecen dispuestos a unirse a
la «comunidad de afectos». Esta comunidad implica a otra
comunidad de personas odiosas que deben erradicarse con el uso
del terror. Es indudable que Saint-Just es sincero al adherirse a
estas ideas, pero también es capaz de una gran crueldad a la hora
de ponerlas en práctica. «Para fundar la República que tanto tiempo
llevaba soñando —bromearía un diputado—, habría dado su propia
cabeza, pero también las de otros cien mil.» 15
Robespierre, que no entiende gran cosa de asuntos militares y
que, en un primer momento, se había opuesto a que Francia entrase
en guerra con el argumento, ya célebre, de que «a nadie le gustan
los misioneros armados», suele seguir la senda que marca su joven
aliado en ese terreno. 16 Además, si Saint-Just no para de darle la
tabarra en lo relativo al frente septentrional, su hermano Augustin
hace otro tanto en lo tocante al sudeste, donde ha estado sirviendo
en calidad de representante en misión. Influido por el joven oficial de
artillería Buonaparte, Augustin es partidario de una resuelta
acometida hacia el Piamonte destinada a amenazar incluso a Viena,
en tanto que Carnot se opone a ello por miedo a poner en peligro las
líneas de suministro francesas frente a las incursiones británicas en
la costa. El regreso de Augustin a París desde el frente a mediados
de julio a fin de apelar al CSP no sirvió para convencer a Carnot, lo
que alimentó más si cabe la animadversión de Robespierre.
04.00
Las vías principales por las que avanza esta hueste casi muda
están bien salpicadas de cafeterías, tascas y tabernas. 4 Muchos de
los caminantes se detienen a tomar un café au lait, el desayuno
esencial de las clases obreras parisinas desde hace décadas, si
bien los porteadores del mercado de Les Halles siguen prefiriendo
un copazo de vino tinto barato o de aguardiente (eau-de-vie). Por lo
general, a estas horas, las relaciones sociales son de lo más
rudimentarias. Es recomendable presentarse tempranito en los
puntos de contratación, de modo que los momentos de indisciplina
azuzados por el alcohol tendrán que esperar a las paradas que
harán los trabajadores al final de la jornada, de regreso a casa.
07.00
08.00
09.45
Hay otro motivo por el que Dumas espera que Robespierre actúe
hoy con contundencia: el magistrado teme que su propia vida se
encuentre amenazada. La brutalidad y el sadismo que despliega a la
hora de juzgar y condenar a los reos le ha valido, como a Fouquier,
una fama execrable en la capital, en cuyas calles es imposible que
se sienta a salvo de los ataques de quienes quieren hacerle daño o
vengarse de él por haber condenado a amigos o familiares. 6 Tiene
dos pistolas cargadas en su mesa del Tribunal y, en su casa de la
Rue de Seine (Unité), una mirilla que le permite evaluar las
intenciones de quienes van a verlo antes de abrir.
Además, ha oído que, hace unos días, los enemigos políticos que
tiene en su departamento natal del Jura han testificado contra él
ante el CSG, pues se cuenta que conspiró para facilitar la
emigración de su hermano. 7 Los dos estaban metidos hasta las
cejas en corruptelas antes de la Revolución. Además, Dumas ha
aceptado sobornos de acusados a cambio de su absolución en el
juicio. En el Club de los Jacobinos, está luchando contra sus
enemigos, que han conseguido infiltrarse en la burocracia del CSG,
pero existe el riesgo de que lo desenmascaren como
contrarrevolucionario. No tiene del todo claro que su relación con
Robespierre le garantice la inmunidad política. Su situación es
delicada, y se acerca la hora de la verdad. Para él sería una
bendición que Robespierre emprendiese una acción rápida contra
los enemigos que tiene en el CSG.
10.00
10.45
11.30
11.59
Tirano.
Robespierre dice
—¡Canalla! ¡La misma virtud que invocas exige a la humanidad que te mande al
patíbulo! 21
Robespierre responde:
13.30
13.45
13.45
POR LA CIUDAD
14.00
TRIBUNAL REVOLUCIONARIO,
PALACIO DE JUSTICIA, ÎLE DE LA CITÉ
14.00
14.00
14.00
POR LA CIUDAD
Sería fácil concluir, a partir de este diálogo sotto voce, que las
fuerzas de represión estaban aplastando a la opinión popular y
dando pie a un conformismo ciego con el Gobierno central. Pero
¿era así? ¿Cuántos parisinos pensaban como estos jóvenes,
quienes, pese a ser conscientes de que debían expresar su opinión
con cautela, no se privaban de decir lo que pensaban en los
espacios de libertad que quedaban en la ciudad (aun cuando, en
esta ocasión, en efecto, los estuvieran escuchando)?
15.00
Billaud, Collot y Barère han sacado mucho más provecho del que
podían haber imaginado del ataque imprevisto de Tallien a
Robespierre. Al final de la reunión que tuvieron anoche, el temor a la
popularidad del Incorruptible los había llevado incluso a estar
dispuestos a asumir el riesgo de colaborar con Saint-Just en la
búsqueda de un nuevo consenso en el seno de los comités. Sin
embargo, la intervención de Tallien ha puesto a Robespierre en la
línea de fuego y, al mismo tiempo, ha revelado su falta de apoyo
popular. Por otra parte, los dirigentes del CSP han conseguido
intervenir a tiempo en el instante mismo en que Tallien daba la
impresión de querer ampliar su ataque y propiciar el regreso al
terror. La intervención del impredecible Tallien se ha aprovechado
con la máxima eficacia. El arresto de Dumas, el presidente del
Tribunal Revolucionario, es una concesión aceptable: se trata de
uno de los seguidores más tenaces de Robespierre y debe de haber
estado relamiéndose ante la idea de condenar a la guillotina a
Teresa Cabarrús, la amante de Tallien. Con esta excepción, las
instituciones del Gobierno revolucionario no se han visto
amenazadas. Además, se ha dispuesto la detención no solo de
Robespierre, sino también, como bonificación inesperada, de sus
dos principales aliados en la Convención, Couthon y Saint-Just, y de
otros dos acólitos: Le Bas y su hermano Augustin. Parece
demasiado bonito para ser verdad.
Y Robespierre le responde:
—¡Eso es mentira!
15.30
15.30
15.45
15.45
En ese momento, parece que solo dos de los seis jefes de legión
han transmitido la orden de movilización emitida por Hanriot. Eso
significa que solo 16 de las 48 secciones se la comunicarán a sus
respectivos batallones. Bien por ignorar lo que está ocurriendo, bien
por estar de parte de Hanriot, el ciudadano Olivier, jefe de la sexta
legión, ha dado curso a la orden. En la primera legión de Fauconnier
reinan la confusión y la ineptitud. Fauconnier se hallaba ausente
cuando el CSP ha prohibido a los jefes de legión enviar hombres a
la Maison Commune, y cuando un emisario de Hanriot le ha llevado
la orden a su domicilio, en Île Saint-Louis, dando por hecho que
debía de estar allí, su mujer se ha atribuido alegremente las
funciones de su esposo y ha mandado hacer llegar el mensaje a las
ocho secciones de la legión. La ciudadana Fauconnier va a tener
mucho que explicarle a su marido.
16.15
PRISIÓN DE LA FORCE
16.15
16.15
16.30
16.30
Si las secciones a las que han puesto hasta ahora sobre aviso del
arresto de Robespierre han reaccionado con cierto aletargamiento,
la Maison Commune cuenta con un oasis de apoyo que trabaja con
ahínco en favor de su causa: se trata de la Administración Policial,
alojada en el edificio de la Mairie, en la Île de la Cité. Las noticias de
cómo han sacado a Dumas del asiento del presidente en el vecino
Tribunal Revolucionario esa misma tarde han llegado hace poco,
cuando la mayoría de los empleados de la Administración Policial
había salido a comer. Tras saciar su hambre como es debido, han
regresado a sus escritorios para topar con la enérgica respuesta de
sus superiores ante la situación. Reciben instrucciones urgentes de
copiar y hacer llegar cuanto antes a los guardias de las cien
cárceles de la ciudad una orden por la que se les prohíbe dejar
entrar o salir a nadie sin una aprobación oficial de la policía. 22 Es
fundamental actuar con rapidez, pues los diputados detenidos
todavía no han sido trasladados a sus respectivas prisiones y, por
tanto, aún hay tiempo de poner freno a las iniciativas de la
Convención. Todo apunta a que les espera una noche muy larga.
16.45
16.45
17.00
17.30
—Cuando no hay órdenes ni jefes, no hay más remedio que ponerse en marcha sin
jefe. Hoy mando yo, así que ¡adelante! Quienes quieran venir conmigo, no tienen más
que seguirme. ¡Yo respondo!
17.30
17.30
17.30
17.30
17.30
Los invitados de Vergne oyen cada vez más fuerte, y cada vez más
cercano e insistente, el tambor que toca a générale. A pesar del
sopor que sigue a la comilona, Fouquier-Tinville está lo
suficientemente alerta como para darse cuenta de que algo
inesperado está ocurriendo en la ciudad. Por fin llegan noticias:
acaban de arrestar a Robespierre, Couthon y Saint-Just en la
Convención. 26 Ya no se trata de una manifestación de obreros en
defensa de su salario, sino de... ¿de qué? Nadie lo sabe con
seguridad.
18.00
DEPENDENCIAS DE FOUQUIER-TINVILLE,
PALACIO DE JUSTICIA, ÎLE DE LA CITÉ
18.15
18.15
PLACE DU TRÔNE-RENVERSÉ
18.30
18.30
18.30
18.45
19.00
19.00
MAISON COMMUNE
19.00
19.15
19.45
POR LA CIUDAD
Por todas partes hay quien sigue pensando que los disturbios de
hoy están conectados con las protestas relativas al tope salarial
impuesto el 23 de julio. 37 En algunos casos es así. En la fábrica de
pólvora de Grenelle, en el extremo sudoeste de la capital, los
trabajadores del edificio han estado protestando con fuerza contra la
medida y exigiendo que los liberen de sus contratos. Cuando han
descansado para cenar, algunos han ido a la Maison Commune y
han visto que se congregaba allí más gente para manifestarse
contra lo mismo. 38
20.15
DESPACHO DE FOUQUIER-TINVILLE,
PALACIO DE JUSTICIA, ÎLE DE LA CITÉ
20.15
MAISON COMMUNE
20.30
PLACE DU CARROUSEL
20.30
—¡Tenemos que tomar las medidas necesarias para salvar la libertad! Si queremos
derrotar a los conspiradores, hay que ser más rápidos que ellos.
20.45
PLACE DU CARROUSEL
—Me— han declarado fuera de la ley, pero, con la ayuda del cañón, ¡ya se verá!
20.45
20.45
Restando los dos que están en misión fuera de París y los tres
que se encuentran detenidos, quedan seis para asumir las labores
del Gobierno. Cuentan, eso sí, con la voluntariosa ayuda del CSG.
Le Bas se halla en prisión y David está convaleciente, mientras que
Jagot ha mandado recado de que estaba indispuesto y
Lavicomterie, sorprendentemente, brilla por su ausencia. 24 Aun así,
el resto de los integrantes del Comité de Seguridad General está
participando muy activamente en las operaciones del día. Algunos
están trabajando en las dependencias del Hôtel de Brionne, aunque
todo apunta a que Amar y Ruhl eran los únicos que estaban
presentes a las cinco, cuando Hanriot llevó a cabo su asalto. 25
Vadier, que ha adoptado una posición más discreta tras el
estruendoso ataque emprendido contra Robespierre en la
Convención, constituye una presencia persistente en la mesa verde.
Voulland y él tienen la cabeza gacha y las mangas arremangadas
mientras se afanan en gestionar la crisis.
—Solo uno: que pongamos a algún diputado al mando de la fuerza armada de París. 34
—Me siento muy honrado por la distinción que me otorga la Convención. No defraudaré
su confianza. Aun así, dado que desconozco la geografía de París, debo pedir que se
me brinden asesores. 2
21.00
21.00
21.00
21.00
POR LA CIUDAD
21.30
MAISON COMMUNE
22.00
MAISON COMMUNE
22.15
22.30
22.30
MAISON COMMUNE
23.00
23.00
Todo esto resulta, sin duda, excesivo para Chardin, quien, pese a
la elevada posición que ocupa en la GN, opta por abandonarlo todo
para pasar la noche en compañía de una amiga y una botella de
vino. Ya habrá tiempo por la mañana de comprobar hacia dónde se
ha decantado la situación.
23.00
Y dicho esto, abandona la sala con Fréron para dar el parte a los
comités gubernamentales, y es su ayudante Féraud quien prosigue
con las buenas noticias:
—Yo he estado visitando casi todos los puestos de esta parte de París, y no he
encontrado más que republicanos de bien que han jurado dar la vida por defender la
Convención.
—¡Nosotros también estamos dispuestos a morir! —se oye gritar a los ciudadanos del
público.
—Y también he hecho detener a un emisario de la Comuna que iba dando órdenes
a los hombres de la Guardia Nacional apostados ante la Convención, con la intención
de que se retiraran.
Satisfechos con la labor que han llevado a cabo esta noche y con
el impresionante éxito de los auxiliares, Barras y Fréron han acudido
después a la sala del CSP, donde se han encontrado a Billaud-
Varenne tendido en un catre. Su cansancio es más que
comprensible, y en ese momento intenta combatirlo con un poco de
rapé. Como cabe esperar de él, apenas se muestra impresionado
con lo que se ha logrado hasta el momento. Corre el rumor de que
Robespierre ha dicho que, antes de dos horas, se impondrá a los
diputados, y Billaud señala con dureza:
—La Comuna tendría que estar ya rodeada. Si no se lo impedimos, Robespierre y
Hanriot vendrán a degollarnos. 11
«¡Sí! ¡Sí!», se oye gritar por todas partes entre vivos aplausos.
23.00
23.30
SECCIÓN RÉVOLUTIONNAIRE
23.30
Julliot advierte que se está quedando sin hueco para quienes van
llegando. Los hombres ya están llenando las calles que
desembocan en la plaza: la Rue de l’Échelle, la Rue Saint-Nicaise,
varios tramos de la Rue Saint-Honoré, etcétera. Ha dispuesto varios
batallones en el extremo opuesto de los jardines del palacio de las
Tullerías, y unos cuantos más de reserva en la Place de la
Révolution. También tiene tropas en los muelles y, para no bloquear
el punto de paso del Pont-Neuf, ha apostado batallones hacia el
este, en el Quai du Louvre, en dirección al Quai de l’École.
23.30
MAISON COMMUNE
Nicolas-Paul Hugot y un conciudadano suyo de Bercy ―un pueblo
situado a la orilla del Sena que linda con el extremo sudeste de
París― han llegado a la Comuna con una carta de las autoridades
de su municipio con la intención de averiguar si volverán a abrirse
las puertas de ese lado de la ciudad, pues los habitantes de la
localidad necesitan acceder por la mañana para llevar sus carros de
frutas y verduras o simplemente para acudir a su lugar de
trabajo. 38
Arthur abre la puerta un poco más para que los recién llegados
puedan ver al grupo trabajar, antes de urgirlos a partir cuanto antes.
Podría decirse que, desde que salió de su casa esta mañana a las
ocho, Giot no ha dejado de ser el hombre equivocado en el lugar
equivocado. 16 Elegido por antojo del agente nacional Payan para
comandar las fuerzas armadas de la Comuna tras el arresto de
Hanriot, ha desplegado desde entonces un bochornoso nivel de
incompetencia.
MAISON COMMUNE
Couthon responde:
—En nombre de la Convención. ¿Acaso no formamos todavía parte de ella? El resto no
es más que un puñado de conspiradores a los que nuestras fuerzas armadas
dispersarán de inmediato, dándoles su merecido.
Hace una hora más o menos, los dos habían jurado con audacia
que irían a la Comuna, encontrarían a Hanriot y le pegarían un tiro.
A fin de cuentas, ha sido declarado proscrito y se ha puesto precio a
su cabeza. Entran en la cámara del Concejo (lo que vuelve a dejar
en evidencia las pésimas medidas de seguridad adoptadas), pero
los descubren de inmediato, los reducen y los llevan a la Salle de
l’Égalité, donde, además de los nueve miembros del Comité de
Ejecución, hay una veintena aproximada de asistentes, entre
quienes se incluyen Robespierre y Le Bas. Ante semejante ocasión,
Morel intenta sacar una pistola, pero enseguida lo sujetan y lo
desarman.
SECCIÓN DE GRAVILLIERS
La plaza que había visto la ejecución del tirano Luis XVI sería el
sitio más apropiado para la muerte del tirano Robespierre.
CONTRA EL PUEBLO 7
En los meses siguientes a la journée, el hecho de que el 9 de
termidor dejara de considerarse como el fruto de la colaboración
entre el pueblo de París y la Convención fue consecuencia del
desmoronamiento de la relación entre estos dos protagonistas
durante el período termidoriano. El cambio de planteamiento estuvo
estrechamente ligado a la voluntad de hacer extensivo el ataque
contra Robespierre a otros elementos y a otras personas del
Gobierno revolucionario del año II.
Durante buena parte del año II, la opinión pública parisina había
estado dominada por las posturas radicales del movimiento de los
sans-culottes. Este movimiento llevaba ya varios meses en
decadencia antes del 9 de termidor, y la journée liberó toda una
oleada de la energía crítica que llevaba un tiempo reprimida. Los
meses siguientes fueron testigos de un cierto reequilibrio en la
opinión parisina. Las aspiraciones igualitarias implícitas en las
medidas socioeconómicas del Gobierno revolucionario del año II se
vieron sometidas a un ataque devastador. La minoría selecta
termidoriana favoreció la diferenciación social y promovió la
desigualdad. En consecuencia, la opinión pública de la capital se vio
irremediablemente fracturada y se abrió un abismo cada vez mayor
entre ricos y pobres.
Aquel día, el éxito del CSP se debió en gran parte a que Billaud,
Collot y Barère supieron explotar el excelente punto de partida que
les había brindado Tallien, improvisando a partir de ahí hasta unificar
por completo a la Convención. No solo cargaron contra Robespierre,
sino que —dando un paso que nadie habría podido prever—
implicaron también a sus dos aliados, Saint-Just y Couthon, a su
hermano y a Le Bas. Lo que ocurrió el 9 de termidor fue una clase
magistral de improvisación por parte del CSP.
No es difícil ver que sus colegas del Ejecutivo miraban con temor
sus ambiciones. Robespierre llevaba meses aludiendo de forma
obsesiva a los arrestos, a los periódicos y al Tribunal
Revolucionario, lo cual, sumado a su conducta errática, los había
llevado a dudar también cada vez más de su juicio. 36 Estaban
preocupados por el poder que estaban amasando Couthon, Saint-
Just y él a través del Bureau de Police, lo que suponía una
evaluación muy errada de un cuerpo mediocre. Sin embargo, si se
hubieran llevado a cabo las purgas de sus enemigos en los tres
ámbitos señalados por él en su discurso del 8 de termidor —el
Gobierno, el Legislativo y la burocracia—, Robespierre habría
alcanzado unas cotas de autoridad de las que nadie había gozado
desde 1789, pues probablemente contaría con un CSP renovado,
una Convención sin enemigos y una prensa sometida a la fuerza.
Tampoco daba la impresión de estar concibiendo este nivel de poder
a la manera de una administración provisional como la de Cincinato,
nombre que, al parecer, no llegó a usar nunca. 37 Todo apunta a
que, una vez lograda semejante autoridad personal, no tuviese
ninguna estrategia de salida. A sus colegas, todo esto les parecía un
modo de allanar el terreno a fuerza de purgas para instaurar una
forma u otra de poder personal que ellos no dudaban en llamar
tiranía.
LA COMUNA Y EL PUEBLO
Sin duda, lo que más se temía en las calles de la ciudad era que
la contrarrevolución estuviera acechando en algún lado,
amenazando los logros obtenidos por la Revolución desde 1789.
Barère había sabido convertir esta inquietud en un agente de
movilización masiva al servicio de la Convención. «Ciudadanos —
había preguntado en su proclamación, leída y releída en voz alta por
toda la ciudad y durante toda la noche—, ¿queréis perder en un día
seis años de Revolución, de sacrificios y de coraje? ¿Queréis volver
al yugo que os habéis sacudido?»
Figura 14. Le Triomphe des Parisiens, donde se dan vivas a los «atletas generosos
e intrépidos de la libertad» (Biblioteca Británica, French Revolution Pamphlets).
No puedo hacer aquí una relación de todos los lugares en los que
he presentado trabajos y ponencias, pero sí debo mencionar el
honor que supuso ser invitado a pronunciar conferencias plenarias
que me ayudaron a dar forma a mis ideas. Entre ellas se incluyen la
conferencia de la Facultad de Historia de la Universidad de Oxford
(2011), la conferencia Douglas Southall Freeman de la Universidad
de Richmond (2013), la conferencia de la Social History Society
(2014) y la conferencia Besterman de la Fundación Voltaire (2015).
Por último, pienso en todo el tiempo que he pasado con este libro
en la cabeza en compañía de mi esposa, Josephine McDonagh, a
quien se lo dedico con amor.
SIGLAS Y ABREVIATURAS
(Se indican con asterisco los que murieron guillotinados por actos
vinculados al 9 de termidor).
COMITÉS GUBERNAMENTALES
Barère, Bertrand
Billaud-Varenne, Jacques-Nicolas
Carnot, Lazare
Collot d’Herbois, Jean-Marie
*Couthon, Georges
Lindet, Robert
Prieur de la Côte d’Or, Claude-Antoine
*Robespierre, Maximilien
*Saint-Just, Louis-Antoine
Amar, André
Bayle, Moyse
David, Jacques-Louis
Dubarran, Joseph-Nicolas Barbeau
Jagot, Grégoire
Lacoste, Élie
Lavicomterie, Louis-Charles
Le Bas, Philippe (suicidio, 9-10 de termidor)
Louis du Bas-Rhin, Jean-Antoine
Ruhl, Philippe
Vadier, Marc-Guillaume-Alexis
Voulland, Jean-Henri
CONVENCIÓN NACIONAL
Auxiliares de Barras
ADMINISTRACIÓN GUBERNAMENTAL
COMUNA
Dirección
Comité de Ejecución
Concejales
POLICÍAS Y ESPÍAS
TRIBUNAL REVOLUCIONARIO
CÁRCELES DE PARÍS
Oficiales al mando
CÍRCULO DE ROBESPIERRE
OTROS
FUENTES PRIMARIAS
Robespierre
GOBIERNO Y POLÍTICOS
FUENTES SECUNDARIAS
Robespierre
9 de termidor
PUBLICACIONES PERIÓDICAS
FUENTES SECUNDARIAS