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Análisis retórico de Ay muerte, la confrontación como existencia.

Víctor Javier Lazo Bianco.

“Quiso cantar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras


y recordar su mentirosa vida de verdades.”
Epitafio de Octavio Paz.

Basado en el texto de Arduini, Prolegómenos para una teoría de las figuras, el presente
texto abordará un análisis retórico del poema ¡Ay muerte! de Carlos German Belli de la
Torre. Considerando necesario la revisión de los campos retóricos y figurativos
presentes en el poema para dar cuenta de cómo mantienen funcionamiento, desde la
perspectiva retórica, la relación lengua-mundo y la creación de un nuevo mundo
inteligible a una sensibilidad particular, la del poeta. Para ello hemos dividido la
investigación en cinco partes; un acercamiento al creador, a su contexto, el
descubrimiento del campo retórico del que se sirve, las figuras que viven en el campo
retórico establecido y por último una interpretación basado en la investigación
realizada.
1. Un acercamiento a Carlos Germán Belli.
Carlos Germán Belli de la Torre, nacido en Lima en 1927, es uno de los poetas más
importantes de la literatura peruana. Perteneciente a la generación del 50 y con varios
poemarios en su haber, Belli resulta un caso especial en nuestras letras. Como diría el
propio Vargas Llosa:
“Carlos Germán Belli es un caso aparte en la poesía de lengua española.
Sin antecedentes ni discípulos, desde que descubrió la poesía todavía en
el colegio y leyendo a Rubén Darío, según confesión propia, ha seguido
como poeta un camino personal, creando, como dice Borges, sus propios
precursores y construyendo una obra de insolente y sorprendente
naturaleza, que, al cabo de los años, ha ido siendo reconocida como una
de las más profundas y originales de nuestro tiempo. “(Vargas Llosa,
2008)
El poeta, graduado y luego catedrático en su alma mater la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, ha sido reconocido a lo largo de su trayectoria, por distintos rasgos de
su poesía como el empleo de formas de la poesía española del siglo de oro y el curioso
diálogo que esta establece con los coloquialismos del habla peruana, más que nada,
limeña.
Belli, hombre entendido en cuestiones burocráticas, dado el empleo de amanuense en
el Senado Peruano, descubre la realidad del país de una manera singular, sobretodo
poética.
1.2. En torno al contexto.
Para situarnos mejor, el poema ¡Ay muerte!, pertenece al libro ¡Oh, hada cibernética!
Publicado en 1961. La situación de la poesía peruana en los años cuarenta halla
dialéctica en el debate de poesía pura o comprometida, bifurcaciones de las que no
escapará del todo. El caso de Belli es complicado, ya que entre las posibles temáticas
sociales de sus poemas, no escapan al ideal de crear un nuevo lenguaje en pos de una
estética pura, bando al que se inclina. Sin embargo, esclarecer este punto no es parte
de esta investigación, hay un contexto más directo:
“Habría que recordar que al ingresar a la década del 60’, la sociedad y la
cultura están marcadas por el restablecimiento de la democracia formal
en el país y el retorno de deportados- entre ellos algunos escritores- y por
algunas circunstancias como el triunfo de la Revolución Cubana, la
descolonización de parte del África y, en el ámbito nacional, las
demandas de los sectores campesino y laboral urbano.”(Luz Carrillo,
2010)
En este período, la política económica de los gobiernos de turno descuidó la agricultura
en la sierra. El campo carecía de apoyo financiero y tecnológico. Gamonales y
terratenientes eran propietarios de grandes extensiones de tierra cultivable. La masa
campesina era explotada por éstos y no encuentra ninguna solución a sus problemas
ante la indiferencia del gobierno, que no le brinda una adecuada solución a sus
problemas.
El gobierno del general Odría (1948 -1956) pone en marcha un fuerte movimiento
urbanizador, e inicia también una agresiva política infraestructura. La oferta laboral y la
supuesta posibilidad de una vida mejor con salud, educación y trabajo, atraen grandes
masas de provincianos, principalmente de la sierra, que irán a engrosar las filas del
proletariado de Lima. El migrante se convierte así en mano de obra barata para el
comercio y la industria. Producto de ello es la explosión demográfica que después de
súper poblar callejones, quintas, solares, etc., motivó la necesidad de salir hacia las
zonas periféricas de la ciudad. De esta manera, la fisonomía de la ciudad se altera y
surgen las barriadas, cuyas vivencias son descritas por el grupo de escritores de esta
generación.
Debemos tener en consideración que ¡Oh, hada cibernética! aparece a los inicios de la
década del sesenta, arrastrando el conglomerado de factores sociopolíticos del
cincuenta y abriendo las puertas a lo venidero; los sesenta posteriores registrarán
influencias de este poemario. Esta revisión del contexto nos acercará a la idea
siguiente en este análisis; el campo retórico, donde todas las palabras dispuestas en el
poema configuran una relación entre lengua y mundo.
2. ¡Ay muerte!
El poema en que centraremos nuestro foco de análisis, será necesario volver a él para
articular correctamente nuestra investigación:

¡Ay muerte!...
¡Ay muerte!, no te acerques,
pues ando todavía,
a estas alturas de mi vida,
hidrópico de todo,
cual si fuera un flamante ser fetal;
e inerme, mal mi grado, con mi seso,
que es un grano de arena,
con este cuero, cuanto oscuro, pobre. (Belli, 1961)

3. Campo retórico.
Tomaremos los conceptos de Arduini para acercarnos a la noción de campo retórico
asumiéndolo como “la vasta área de los conocimientos y de las experiencias
comunicativas adquiridas por el individuo, por la sociedad o las culturas.” (Arduini,
2000). En otras palabras podríamos atenderlo como el banco donde se depositan todas
estas experiencias de las que habla el teórico italiano. Es necesario establecer el
análisis del campo retórico para comprender el funcionamiento del texto. En este
sentido, nuestra interpretación se ligará a la retórica porque esta delimitará los límites
dentro de los cuales el ejercicio interpretativo puede ser tratado.
Apreciaremos la res semántico-extensional, “el conjunto de seres, estados, procesos,
acciones, ideas, reales o imaginarias, efectivas o posibles, que constituyen el referente
del texto” (Arduini, 2000). Desde el título, que para la edición que tratamos puede
tratarse de un acomodo del editor (ya que Belli tiene un sentido particular de titular sus
poemas, y por ello nos referimos a que muchos de ellos llevan el simple título poema,
otro ejemplo podría ser su primero libro Poemas, 1958), como puede tratarse de por sí
de una iteración para el verso que inicia el texto. ¡Ay muerte!, donde la interjección “Ay”,
ya nos suscita la exclamación de temor o pánico hacia la muerte. Esta elección de
discurso es fácil de hallar en la historia de la poesía, el yo lírico exclama, canta, quizá
hallamos fuente en la poesía española del siglo de oro: “(…) las corrientes de la
llamada vanguardia han dejado una huella, al igual que los grandes poetas del Siglo de
Oro, y clásicos como Petrarca (…)” (Vargas Llosa, 2008). No te acerques, continúa, la
cercanía de la muerte puede hallarse como leit motiv en la historia de la literatura,
recordamos sin embargo un pasaje importante para la literatura española, como son las
Coplas de Manrique.
Pues ando todavía, dice el segundo verso. El “andar” va ligado a las expresiones
coloquiales figuradas donde el hombre vive andando, como caminante, hace camino al
andar. Asimismo encontramos otro verso donde se confirma el habla común
poetizando: a estas alturas de mi vida. ¿La vida puede tener alturas?, ahí es donde
reside el genio de Belli:
“Pero no menos importante para darle el ser han sido la jerga limeña y los
dichos y refranes barriobajeros que en los poemas de Belli a menudo se
confunden con los cultismos y arcaísmos más rebuscados en imágenes,
metáforas y alegorías tan inesperadas como truculentas.” (Vargas Llosa,
2008)
Hidrópico de todo, aquí es donde Belli empieza a enredar otro tipo de campo retórico.
La hidropesía consta de la acumulación de líquido en los tejidos. El discurso científico
ingresa a nuestra esfera de discurso con una función ingeniosa que se completará en
el siguiente verso; cual si fuera un flamante se fetal. Detengámonos en dos palabras
cruciales: Flamante y fetal. La primera nos muestra la idea de lucidez, resplandor, un
feto resplandeciente, vivo. Ahora la noción de feto es aún más importante que su
epíteto. Aquí, la hidropesía se completa, ya que los fetos están en medio de una
atmosfera acuosa. Más allá de la antítesis muerte-feto que revisaremos más adelante,
es importante resaltar como articula el campo retórico insertando el discurso científico.
Pero eso no es todo, aquí Belli dialoga con Nicanor Parra y con muchos poetas que
ejercen su visión sobre lo fetal, ejerciendo desde ya, un quiebre en el poema. En
palabras de Enrique Lihn: “Belli es un autor desconcertante; desafía a los lectores de
poesía de derecha o izquierda, que quisieran inscribirlo en una ideología espiritualista o
burdamente materialista.” (Lihn, 1981)
E inerme, dice luego el poema. Esta palabra, que significa indefenso o desarmado, no
pertenece a un habla común o inculta. En este sentido, Belli juega dentro de su campo
retórico y alterna entre distintos tipos de discursos en pos de construir una voz propia.
Mal mi grado, continua el verso, podemos rastrear esta expresión en Garcilaso en sus
sonetos: “Torna a caer y deja, mal mi grado, / libre el lugar a la desconfianza” el dialogo
que establece Belli con la poesía del siglo de oro y la alternancia entre modos de
discurso para articular su campo retórico es brillante. Significa, contra la voluntad, con
desagrado. Con mi seso, finaliza el verso, incluyendo un elemento visceral.
Que es un grano de arena, El seso del yo lírico es un grano de arena. Podemos
apreciar la tensión que se genera entre lo hidrópico y lo seco que es la arena, en
particular lo ínfimo de un solo grano de arena. Por último leemos: con este cuero,
cuanto oscuro, pobre. El cuero, propio de los animales ingresa en nuestro campo
retórico. Lo oscuro emparentado a lo pobre, donde culmina el poema y termina nuestro
viaje a través de todos los discursos que emplea Belli para establecer su campo
retórico, el cual, definiremos de la siguiente manera.
Entre la mezcla que fluctúa en el texto, distinguimos tres tipos de enunciados que
engloban el campo retórico propuesto por el poeta: El discurso científico, donde la idea
de lo fetal se manifiesta como la respuesta directa al estímulo de la muerte. Los
coloquialismos, donde se esconde lo cotidiano del ser propenso a la muerte
(recordemos el contexto, heredero del existencialismo). Y por último el dialogo con la
poesía española clásica, que refinan estéticamente la voz propia del poeta. Hasta aquí
hemos dado cuenta, al mismo tiempo, de la capacidad de intellectio del enunciador, ya
que se establece como “el proceso operacional, no solo como el nivel a partir del cual
obtenemos la intensionalización de la res semántico extensional, sino como el proceso
que selecciona cuanto el campo retórico pone a su disposición.” (Arduini, 2000)
4. Campo figurativo.
Dentro de los campos figurativos se gesta el universo figurativo, valga la redundancia,
con la que llegaremos al entendimiento de los recursos literarios, por no reiterar, las
figuras que Belli dispone en el texto.

4.1. Metáfora.
Para Arduini, la metáfora se propone como la invención de un segmento del mundo, es
decir, la figura es necesaria para dar inteligibilidad a cierta imagen o idea. “El
comentario es posterior a la figura, es un intento de traducción parcial y, en última
instancia, insuficiente.” (Arduini, 2000).
La metáfora que se dibuja primero es la vida como un andar; no te acerques, pues
ando todavía. Sin embargo el momento crucial que engloba lo metafórico del poema es
el siguiente verso: hidrópico de todo, / cual si fuera un flamante ser fetal” dentro de lo
propuesto por Eco y Bottiroli “la metáfora es concebida como una intersección,
considerando que metaforizante y metaforizado tienen un término medio que permite la
desambiguación y, por lo tanto, legitima la metáfora.”. Ahora, lo que permite la
desambiguación será quizá la antítesis que genera esta metáfora, la cual analizaremos
líneas más abajo. El ser fetal cargado de vitalidad fulminante, repleta de agua en los
tejidos, agua de vida, es lo que eleva esta construcción figurada.
Por otro lado el seso, que es un grano de arena, resulta complejo. En un a priori este
verso insinúa muchísimo. Reflexionando en torno a él, Belli nos muestra lo
insignificante de la razón, pues el seso representa a la cordura o el juicio. Es importante
resaltar el a priori mencionado, en la medida que, el verso por sí mismo está intentando
ingresar, o nosotros como receptores intentamos asimilarlo, descubriendo el campo
retórico.
En tanto al campo figurativo de las metáforas debemos considerar que Belli teje de
manera espléndida. Bajo el ojo de Rimbaud: “El poeta (…) debe hacer que sus
invenciones se sientan, se palpen, de escuchen; si lo que trae de allá abajo tiene
forma, él le da forma, si es informe, lo que da es informe. ¡Hallar una lengua!”. Belli lo
consigue.
4.2. Metonimia y sinécdoque.
Para este caso Arduini reafirmará la idea de las figuras necesarias para hacer
palpables otros universos. La noción de contigüidad es el eje metonímico. Es este
sentido, en base a la tipología propuesta, hallamos una metonimia en el poema. Con
este cuero, si bien el verso continúa, debemos detenernos en la interrogante de por
qué el uso del vocablo que designa al pellejo de un animal y no piel. Más allá de
responder la incógnita a partir del campo retórico en que se desarrolla el poema, Belli
pone en funcionamiento esta figura literaria para designar la materia por el objeto. El
cuero encierra a un hombre, pero qué tipo de hombre. A manera de complementación
el verso con mi seso, ya establece la cercanía con lo visceral propio de un discurso de
lo animal. El hombre es simplificado a lo primitivo de su existencia.
Curiosamente, se podría armar una poética del cuerpo en la poesía de Belli,
argumentada en la alternancia casi imperceptible de lo metonímico y lo sinecdóquico.
Decimos esto porque en el ceso y el cuero se puede hallar la parte por el todo.
Encontrando el singular caso de metonimias aisladas bajo el amplio manto de una
sinécdoque que ordena a las anteriores.
4.3. Antítesis.
Con ello llegamos al campo figurativo que condensa el poema. Si bien no es la figura
que genera isotopías, es la que domina el sentido del poema. Se gesta en la idea de
que lo contrario a la figura de muerte está un ser en estado fetal, un ser lleno de vida
que paradójicamente aún no ha nacido, pero que lleva sobre los hombros el destino de
existir. Este será el eje del poema, para lo cual decimos que: “La idea de dialéctica no
es la trinitaria, tesis-antítesis-síntesis, sino propiamente antitética, que non admite
síntesis”. (Arduini, 2000).
Como mencionamos líneas arriba, Belli resulta desconcertante y este poema lo
demuestra por el predominio del campo figurativo de la antítesis. “La antítesis pone a
prueba la comprensión, crea una tensión creativa que rompe certezas definidas e
ilumina las cosas con un sentido no reconocible inmediatamente”. (Arduini, 2000).
Creemos que los campos figurativos que fluctúan en el poema ¡Ay muerte! de Carlos
Germán Belli funcionan como un engranaje perfecto, donde la antítesis es
predominante: “En este caso, la figura retórica es evidentemente bastante más que una
ruptura semántica, la figura puede ser asumida como materia de la misma definición
del hombre: la antítesis y la paradoja son el hombre.”. (Arduini, 2000).
5. A manera de interpretación.
La fuerza con que empieza el texto, donde se invoca un estado de temor, de
ofuscamiento, de enfrentarse a la muerte diciéndole no te acerques, es un ingreso al
pensamiento del yo lírico para hacerlo dar cuenta de su postura frente a la muerte.
Andar es combatirla, alejarla. Contraponiendo la imagen hidrópica del feto, el ser que
ansía la existencia mundana para toparse con la realidad del ceso, del cuero, cuanto
más oscuro, pobre, El golpe que asesta la realidad, pues al final sale a flote la herencia
existencialista del destino último como bien lo pensaba Heidegger, el perecer.
Belli distribuye de manera brillante las figuras que se sirven del campo retórico
construido por su propia voz. El ritmo pausado que ofrecen las comas interrumpiendo
cada idea cuando debe ser interrumpida nos manifiestan la verdadera maestría del
poeta. En ese juego del lenguaje propuesto, los coloquialismos en conjunto a los altos
recursos de la poesía española del siglo de oro componen una amalgama que da
cuerpo y belleza a un poema que, en mi visión particular, condensa la pluma de Carlos
Germán Belli.

6. Conclusiones.
 Entre la mezcla que fluctúa en el texto, distinguimos tres tipos de enunciados que
engloban el campo retórico propuesto por el poeta: El discurso científico, donde la idea
de lo fetal se manifiesta como la respuesta directa al estímulo de la muerte. Los
coloquialismos, donde se esconde lo cotidiano del ser propenso a la muerte
(recordemos el contexto, heredero del existencialismo). Y por último el dialogo con la
poesía española clásica, que refinan estéticamente la voz propia del poeta.
 Curiosamente, se podría armar una poética del cuerpo en la poesía de Belli,
argumentada en la alternancia casi imperceptible de lo metonímico y lo sinecdóquico.
Encontrando el singular caso de metonimias aisladas bajo el amplio manto de una
sinécdoque que ordena a las anteriores.
 Creemos que los campos figurativos que fluctúan en el poema ¡Ay muerte! de Carlos
Germán Belli funcionan como un engranaje perfecto, donde la antítesis es
predominante: “En este caso, la figura retórica es evidentemente bastante más que una
ruptura semántica, la figura puede ser asumida como materia de la misma definición
del hombre: la antítesis y la paradoja son el hombre.”. (Arduini, 2000).
 En ese juego del lenguaje propuesto, los coloquialismos en conjunto a los altos
recursos de la poesía española del siglo de oro componen una amalgama que da
cuerpo y belleza a un poema que, en mi visión particular, condensa la pluma de Carlos
Germán Belli.
Bibliografía.
Arduini, Stefano. Prolegómenos para una teoría de las figuras. Murcia: Universidad,
Servicio de publicaciones. España. 2000.
Belli, Carlós Germán. El pie sobre el cuello. Editorial Alfa. Montevideo. 1967.
Espejo, Olga. Un poeta peruano contemporáneo: Belli ensayo bibliográfico (1958-
1995). Revista Iberoamericana. Nro. 175. 1996.
Lihn, Enrique. En alabanza de Carlos Germán Belli. Chile. 1981.
Luz Carrillo, Sonia. Cuatro décadas de poesía en el Perú. Revista Páginas. Lima. 2010.
Sainz de Medrano, Luis. La penúltima poesía peruana: Carlos Germán Belli. Biblioteca
Americana. España. 2013.
Vargas Llosa, Mario. Carlos Germán Belli: El poeta del hada cibernética. Prólogo de
Los versos juntos. Poesía completa. Sevilla. 2008.

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