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HISTORIA 2

Moderna y
Argentina hasta 1852
Este grabado del 1500 es una alegoría que muestra cóm o el com ercio, vivificando las relaciones entre
hombres y naciones, permite el florecim iento de las ciencias y las artes, fenóm eno del que fueron suma­
mente conscientes los hombres que vivieron en los períodos iniciales de la época m oderna, abarcados en
este libro.
JOSÉ C. ASTOLFI

HISTORIA 2
M oderna y
Argentina hasta 1852

De acuerdo con los programas de segundo año del ciclo básico, de las
escuelas nacionales de comercio y educación técnica.
Todos los derechos reservados por (© , 1943) EDITORIAL KAPELUSZ S.A.
Buenos Aires. Hecho el depósito que establece la ley 11.723.
Decimoquinta edición, Febrero de 1980.
LIBRO DE EDICION ARGENTINA. Printed in Argentina.
ÍNDICE

1. Com ienzos de la m o d e rn id a d .......................................................... 1


2. Expansión u ltra m a rin a europea ...................................................... 29
3. La herencia política de losReyes Católicos ..................................... 53
4. La España de Carlos V y Felipe II ..................................................... 81
5. Hacia el e q u ilib rio europeo. Los A ustrias menores ..................... 101
6. El p re d o m in io francés ......................................................................... 119
7. Las nuevas ideas .................................................................................. 153
8. La Revolución Francesa ....................................................................... 181
9. El período de N apoleón ..................................................................... 203
10. Los albores revolucionarios ............................................................... 219
11. La Revolución de M ayo. Su expansión .......................................... 227
12. La Independencia A rg e n tin a ............................................................ 253
13. A utonom ías provin cia le s y u n id a d nacional .............................. 271
R eferen cias correspondientes
a las ilustraciones
que en cab ezan cad a capitulo

1. David. (Escultura de M ig u e l Á ngel, Florencia.)


Bocetos de Leonardo do V in c i.
2. A stro la b io .
Uso del cuadrante para orientarse.
3. La Reina. (Relieve de piedra de uno de los e d ificio s mayas de
U xm al.) M ed a lló n con el retra to de Carlos V.
4. M oneda española de p la ta de la época de Felipe II.
Retrato ideal de Felipe II con su escudo de arm as, realizado en
Japón en el siglo X V I. (Colección Ozawa, Y am agata.)
Barco usado en la b a ta lla de Lepanto.
5. Cortesanos de la época de Luis X I I I . (Grabado de A . Bosse/Bi-
blioteca N acional de Estampas, París.)
El in fa n te Baltasar Carlos. (Cuadro de Velázquez.)
C arroza inglesa de fines del siglo X V II.
6. C úpula de la iglesia de los Inválidos, rea lizad a por H ardouin
M an sa rt. (A rq u ite ctu ra de la época de Luis X IV .)
M e d a lla que representa a la regente A n a M a ría de A u stria cor.
su hijo , el fu tu ro Luis X IV . (Museo del Louvre.)
7. Ascensión en globo en el siglo X V II I. (Grabado de la época.)
El "T o c a d o r de c íta ra ". (D etalle del cuadro de W a tte a u conocido
con el nombre de "L o s encantos de la v id a ".)
8. Detención de Luis X V I y su fa m ilia en Varennes. (Fragm ento de
un grabado en m adera.)
M adam e Pom padour, según un cuadro de Boucher. (Colección
R o th sch ild /F o to Bulloz.)
9. R etrato de N apoleón em perador, realizado por Ingres. (Museo de
la A rm ad a , París.)
10. Cam pana de la a n tig u a ca te dra l de Buenos A ires, fu n d id a en Se­
v illa en 1 802 (actualm ente en el Cabildo).
11. T o rre del C abildo de Buenos Aires.
12. Fragm ento de " L a revista de R a n ca g ua ", óleo de J. M . Blanes.
13. Vendedor de periódicos de la época de Rosas (acuarela de For-
tuny).
CAPÍTULO 1

C O M IE N Z O S
DE LA M O D E R N ID A D

La Edad M oderna señala el flo re cim ie n to de la civiliz a c ió n


e u ropeo-occidental. El a rte y las letras producen obras
m aestras insuperables; el cristia nism o se depura y expande;
ia filo so fía da origen a nuevas corrientes del pensam iento;
la ciencia se o rganiza y siste m a tiza , a la vez que se encauza
hacia la técnica. Los descubrim ientos geográficos com pletan
el conocim iento del m undo; la co lonización abre nuevos m er­
cados y tran sfo rm a la econom ía. Las naciones se consolidan
en to rn o de m onarquías despóticas; la burguesía va desalo­
ja n d o a la nobleza en la conducción p o lítica ; las revoluciones
inglesas del siglo X V II y la norteam ericana del siglo X V III
preparan las p rofundas transform aciones de la Edad Con­
tem poránea.

Los grandes inventos Al conocerla, los árabes aprove­


charon su fuerza expansiva para
Recibe ese nombre la adopción arrojar cuerpos pesados de metal
por los europeos de algunos instru­ o piedra, haciéndola explotar den­
mentos y elementos ya conocidos tro de tubos de hierro o bronce;
en otras partes, por lo que no re­ así, en la primera mitad del siglo
sulta rigurosamente exacto llamar­ xrn, inventaron los cañones, imi­
los inventos. Pero sólo al llegar a tados luego por los turcos y los
Europa adquirieron la perfección italianos, y poco después por los
e importancia que los convirtieron demás países.
en factores muy eficaces. Los prin­ Al principio, la nueva arma re­
cipales son la pólvora, la brújula ventaba a menudo, debido a su
y la imprenta. construcción defectuosa; además,
L a p ó lv o r a . Los chinos la em­ era de poco alcance y exigía una
pleaban en la fabricación de cohe­ larga preparación en cada descar­
tes y fuegos artificiales. ga. Estos in conven ien tes fueron

1
subsanados m ediante su cesivos te fueron las telas de hilo de las
perfeccionamientos. ropas de desecho.
El empleo de la pólvora restó
eficacia a la armadura de los caba­ L a i m p r e n t a . G ú t e n b e r g . Pa­
lleros, facilitó la toma de los cas­ ra hacer más rápida y económica
tillos y transformó la táctica de las la confección de libros, ideóse ta­
batallas, basada hasta entonces so­ llar en relieve el texto de las pági­
bre los ataques en masa, que las nas, sobre planchas de madera,
armas de fuego volvían demasiado procedimiento que permitía obte­
mortíferos. ner muchas copias sin el fatigoso
trabajo de tener que escribirlas a
La b r ú j u l a . Los chinos y los mano.
árabes conocían también la pro­ Luego, cada letra fue moldeada
piedad de señalar el norte, que por separado, lo que hizo posible
posee la aguja imanada, aunque combinarla varias veces de dife­
no la aplicaban a bordo por falta rentes maneras. Pero la madera,
de un aparato capaz de neutralizar blanda y fibrosa, absorbía la tin­
los vaivenes de la nave. Los italia­ ta y deformaba rápidamente los
nos montaron la aguja sobre un trazos.
eje y la encerraron en una caja Juan Gútenberg, natural de M a­
( hússola, de ahí brújula), salvando guncia, establecido en la ciudad de
así la dificultad. El invento favo­ Estrasburgo, introdujo, hacia 1440,
reció la orientación de los barcos dos innovaciones fundamentales:
en alta mar. sustituyó la madera por una alea­
ción de plomo, estaño y antimonio,
E l p a p e l . Con la fibra del cá­ dura e impermeable, y en lugar
ñamo y del algodón, los chinos del tallado a mano co n fe c cio n ó
fabricaban papel. En la primera moldes en hueco, de manera que
mitad del siglo x i i los árabes intro­ jchando en ellos el metal fundido,
dujeron su elaboración en España, obtenía en menos tiempo una gran
de donde pasó a otros países de cantidad de letras llamadas tipos,
Europa. Al comienzo, la materia con la ventaja de ser todas iguales
prima empleada en este continen­ en tamaño y aspecto
Una imprenta del siglo X V I: en primer plano, un
hom bre entinta la plancha de texto compuesta con
tipos m óviles. Otro, a su lado, separa las páginas
ya impresas; los de atrás com ponen los textos.

transcurso del tiempo habían apa­


recido nuevos factores. Así, el cris­
tianismo aventajó a las religiones
paganas como fuente de inspira­
ción de los artistas; en la población
no predominaba ya la raza griega
\

o latina, sino la germánica, con gus­


tos e ideas distintas, y la organiza­
ción social y política, los trajes y
las costumbres, diferían de las de
la antigüedad.
El movimiento se proyectó en
tres direcciones: las letras y las
artes, en las que originó el Renaci­
miento propiamente dicho; la cien­
cia y la filosofía, en las que engen­
Los primeros caracteres tip o g r á fico s
dró el Humanismo, y la religión,
reproducían la escritura que hoy llama­ en la que provocó la Reforma.
mos gótica. Más tarde, las letras adop­ R en acim ien to, H um anism o y
taron una form a p rop ia distinta a la Reforma son pues tres expresiones
cursiva.
El primer libro confeccionado por el
de un solo fenómeno histórico, que
nuevo procedimiento fue la biblia, que se influyen y complementan recí­
apareció en Alemania en 1457. La im­ procamente.
prenta alcanzó rápida difusión; los libros
se multiplicaron y abarataron, y con ello
fue más fácil adquirirlos.
Pocas invenciones han tenido un efec­
to tan profundo y vasto en la cultura
humana.

El Renacimiento

Recibe el nombre de Renaci­


miento el movimiento renovador,
intelectual y artístico, producido
en Europa, y especialmente en Ita­
lia, a partir del siglo xv, por el
cual pareció nacer de nuevo la ci­
vilización grecolatina.
Este movimiento no surgió de
improviso, ya que tiene su origen
en fechas muy anteriores, pero en
el citado siglo aceleró su ritmo, al­
canzando e x ce p cio n a l intensidad.
Tam poco restableció exactamente
la antigua cultura, porque con el

M O V IM IE N T O R E N O V A D O R
D E LA ED A D M E D IA
CAUSAS DEL RENACIMIENTO artes, amigo del emperador Au­
gusto; sirvió para designar a los
papas, emperadores, reyes, prínci­
Entre las prin cip ales causas pes, señores y burgueses, que se
del Renacimiento figuran las si­ distinguían por su apoyo a la
guientes. cultura.
El mecenato tuvo en Italia sus
La ob ra p r e p a r a to r ia de la
primeros y más decididos repre­
Conocida com o pre-
E d a d M e d ia .
sentantes : el papa Nicolás V fundó
rrenacimiento, tuvo su foco princi­ la B ib lioteca V aticana, formada
pal en Florencia. por 5 000 volúmenes manuscritos;
Pío 11 escribió diversos trabajos de
La in te n s ific a c ió n de lo s es­
erudición y educación; Alejandro
tu d io s El conocimien­
c lá s ic o s .
V I creó la Universidad de Valen­
to de la cultura latina resultó favo­ cia, inspirada en las nuevas ideas.
recido con el hallazgo de estatuas A estos pontífices del siglo xv, hay
y restos de monumentos, sepulta­ que agregar los del siglo siguiente:
dos bajo montones de escombros, Julio II, León X , Clemente V II y
obra de la casualidad en algunos Pablo III.
casos, pero luego a consecuencia Los Médicis, de Florencia: Cos­
de excavaciones. Otras búsquedas me, llamado El Padre de la Patria,
determinaron el descubrimiento de Lorenzo, apellidado el Magnífico,
obras literarias, olvidadas en los Julián, y, por último, Juan y Julio,
desvanes de conventos y palacios. que fueron, respectivamente, los
La cultura griega, poco estudiada papas León X y Clemente V II ya
hasta entonces, se divulgó y en citados, ocupan el primer lugar
gran parte se reveló, gracias a las entre los señores y soberanos. Su
relaciones cada vez más sólidas y ejemplo fue imitado por los Sforza,
frecuentes con los eru ditos de de Milán, los Gonzaga, de Mantua,
Constantinopla, y más tarde por la el rey Altonso V, de Aragón.
emigración de éstos a los países
occidentales, adonde llevaron sus
bibliotecas y manuscritos, como
consecuencia de la caída de aque­
lla ciudad en poder de los turcos.

La p r o s p e r id a d e c o n ó m ic a .
El desarrollo de la industria y el
comercio, vigorizado por el descu­
brimiento de América aumentó la
riqueza y despertó el deseo de
embellecer la vida con el lujo y
las obras de arte.

L a a c c ió n d e lo s m e ce n a s.
Este nombre, com o se recordará,
era el de un gran protector de las

Óleo de R afael que representa al papa León X ,


mecena de los artistas. E l papa está examinando un
cód ice ilustrado, con el auxilio de una lupa. Lo
acompañan los cardenales M édicis y Rossi.

4
Las repúblicas de Venecia y Gé- intensidad. El desnudo volvió a
nova, y acaudalados banqueros y servir de modelo; por otra parte,
comerciantes, completan el elenco los cuadros fueron preferentemen­
ilustre de los mecenas que favore­ te retratos, ya que el paisaje y
cieron a los artistas, escritores, sa­ otros detalles sólo figuraban como
bios y eruditos, con dinero, regalos complemento.
y pensiones, los ampararon contra
las p ersecu cion es de sus enemi­ El R E S U R G IM IE N T O DE L O S G U S­

gos, y los honraron singularmente TOS C O S T U M B R E S P A G A N O S . La


Y

con todo género de muestras de mitología y los episodios históricos


aprecio. de la antigüedad suministraron te­
mas a la producción artística y lite­
La p r e s e n c ia s im u lt á n e a de raria. La corrupción de las cos­
GRAN NÚM ERO DE HOM BRES EX­ tumbres reprodujo en esta época
Nunca, desde los
T R A O R D IN A R IO S . el cuadro del final del im perio
tiempos de Pericles y de Augusto, romano, con las orgías, el afán
se habían visto reunidos tantos ta­ inmoderado de lujo y riqueza, los
lentos superiores. Las aptitudes de vicios de todo orden y los asesi­
cada uno despertaban la rivalidad natos y envenenamientos.
y la emulación de los demás. Los
maestros formaron nutridas escue­ La E X A L T A C IÓ N DE L A P E R S O N A ­

las de discípulos e imitadores. T o ­ Los artistas llevaron, salvo


L ID A D .

do esto engendró un ambiente ex­ excepciones, una vida intensa y


cepcional, donde reinaba la belleza tempestuosa. Algunos, como Ben-
y el saber. venuto Cellini, fueron aventureros;
otros, como R afael, perecieron
El DESEO DE UNA E X IS T E N C IA
víctimas de sus propios excesos,
M ÁS M A T E R IA L Y El
R E F IN A D A .
incompatibles con el trabajo ex­
bienestar económico de las clases traordinario que les exigía su pro­
pudientes influyó en un cambio en ducción. Casi todos adolecieron de
el género de vida. El ascetismo y una enorm e presunción, fuente
las penitencias, propios de la reli­ inagotable de intrigas y celos.
giosidad de la Edad Media, deja­
El p r e d o m in io de la p in tu r a .
ron de ser observados por la mayo­
Aun cuando la escultura y la ar­
ría de la gente.
quitectura alcanzaron notable per­
fección, sus obras no superaron a
CARACTERES las estatuas y monumentos anti­
guos. En cambio, la pintura, arte
DEL RENACIMIENTO
secundario hasta allí, culmina y se
convierte en la expresión típica y
Entre las característica s más acabada del Renacimiento.
notables del Renacimiento artís­ Distinguen a la pintura su pre­
tico, pod em os rem arcar las si­ ocupación por la exactitud de las
guientes. proporciones anatómicas del cuer­
po humano, la belleza física, la
La a d m ir a c ió n p or la fig u r a naturalidad —pues el pintor no tra­
H um ana. Este sentim iento, pro­ ta de estilizar sus modelos: aun
fundamente arraigado en los grie­ las vírgenes y los santos son retra­
gos, sofocado por el recato cris­ tos de seres de existencia real—y la
tiano, reaparece con singular expresión psicológica con que el

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Los esponsales de Santa Catalina, cuadro de Pablo
Caliari (llam ado “ el V eronés” por ser oriundo de
V eron a ). Este pintor trabajó, ante todo, para la
rica ciudad de Venecia, uno de los centros de di­
fusión de la cultura renacentista.

con elementos de la época en que


vive el artista.
Los dos tipos principales de pin­
tura fueron: la tela, o cuadro de
caballete, y el fresco, pintado sobre
una pared especialmente prepara­
da, la que exigía tres o cuatro re­
pasos para que los colores satura­
sen bien la su p erficie donde se
aplicaban. A pesar de ello, la ab­
sorción les quitó lentam ente el
brillo.

La arquitectura, del R e n a cim ie n to


imitó en grado apreciable a la grecorro­
mana, de la que tom ó el arco de medio
punto, el peristilo, las columnas jónicas y
corintias, el frontón triangular, el friso
decorado entre comisas y la cúpula semi-
esférica, o media naranja, coronada por
otra menor: la linterna. Sus rasgos sa­
lientes son: la simetría, la sobriedad, el
artista procura refle ja r la vida predominio de la línea recta, la forma
interior. prismática y las numerosas ventanas, en­
cuadradas a veces por pilastras, con re­
El dibujo, el cla roscu ro y la mates triangulares y semicirculares.
perspectiva son perfectas. Algunos La escultura imitó la exactitud anató­
cuadros, sobre todo los venecianos, mica, la majestad y la prolijidad en el
sobresalen por sus escorzos: formas estudio de los pliegues de las vestiduras
de las estatuas antiguas, pero les agregó
alteradas por enfoques muy difí­ la expresión y el realismo. Empleó el
ciles, com o ser el mirarlas desde mármol y, en menor escala, el bronce y
abajo o en ángulo muy cerrado. la terracota (barro amasado y cocido).
Los conjuntos de personas están El c in c ela d o alca n zó p rim ores de
fineza y buen gusto en la factura de em­
hábilmente combinados, en diver­ puñaduras de espadas, cascos, corazas,
sos planos, sin amontonamiento ni cálices, b a n d ejas, ornamentos sagrados,
pesadez, con una armoniosa diver­ piezas de vajilla y joyas. Benvertuto
sidad de actitudes que da a cada Cellini ocupa el primer lugar en este ar­
te. También modeló una famosa estatua
una su individualidad. El colorido de bronce, existente en Florencia, que
es vigoroso; poco variado en cier­ representa al héroe griego Perseo tenien­
tos casos, de gran opulencia en do en su mano la cabeza cortada de la
otros, pero en todos con exacto Medusa.
sentido del matiz y de la influencia
recíproca de los tonos. Los pintores LAS CIUDADES ITALIANAS
revelan un co m p le to desconoci­
miento de los trajes, armas y am­ S e ñ o r í o s y p r i n c i p a d o s . Como
bientes antiguos; todas las escenas, vimos al final de la Historia M e­
ya se desarrollen en Palestina, dieval, Italia no consiguió su uni­
Grecia o Roma, están compuestas dad política y quedó dividida en

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numerosos estados. El mayor era propicio al desarrollo del Renaci­
el reino de Nápoles, que compren­ miento. Allí adquirió su máximo
día el sur de la península, gober­ esplendor, para extenderse luego
nado por un príncipe aragonés (las por el resto de Europa. Además
islas de Cerdeña y Sicilia depen­ del mencionado, otros diversos mo­
dían directamente de Aragón). En tivos explican esta prioridad.
el centro se encontraban los esta­ Como antiguo centro del impe­
dos de la iglesia —bajo la soberanía rio romano, Italia poseía el más
del pontífice, residente en Roma—, importante conjunto de monumen­
y numerosos señoríos locales, como tos y documentos, sólo en parte
el ducado de Toscana, con capital destruidos por la acción del tiem­
en Florencia. En el norte estaban po y de los hombres. Además, la
las repúblicas mercantiles de Ve- tradición y la cultura latinas nun­
necia y Génova, los ducados de Sa- ca se habían extinguido totalmente.
boya y Milán y otra porción de La prolongación, durante varios
estados menores. siglos, del dominio bizantino en
algunos puntos de la península, los
viajes regulares realizados por las
EL RENACIMIENTO EN ITALIA flotas genovesas y venecianas a
Constantinopla, y la proximidad
La actividad mercantil e indus­ con el Oriente, m an tu vieron el
trial de las ciudades y de los seño- contacto con la civilización griega.
ri°s italianos, creó un ambiente El prerrenacimiento florentino,

7
guesía rica, inteligente y amante
de la belleza-, los nobles prefirie­
ron el cultivo del espíritu a las ca­
cerías y combates, objeto prefe­
rente de la atención de los de
otros países.

M ig u e l á n g e l . L eonardo. R a­
fael. Miguel Ángel B uonarroti
nació en 1475, en el pueblecillo de
Caprese (Toscana). A los catorce
años ingresó en la escuela de escul­
tura de Florencia, fundada por L o ­
in ic ia d o e n la s e g u n d a m i t a d d e l
renzo el M ag n ífico. Su primera
s ig lo x i i i , f u e e s c u e l a d e g r a n e f i ­
estatua célebre, La Piedad, repre­
c a c ia . senta a Cristo yacente sobre el re­
Italia había sufrido en menor gazo de la Virgen María; a ella
escala las numerosas guerras que siguió David, obra maestra de su
asolaran otros países; el ambiente juventud.
de relativa paz favoreció la preocu­ En 1505 se trasladó a Roma,
pación por la cultura. llamado por el papa Julio II, y allí
La autonomía y el florecimiento residió hasta su muerte, salvo una
económico de muchas de sus ciu­ breve estada en Florencia. En R o­
dades dio nacimiento a una bur­ ma escu lpió el M oisés, para la

8
tumba del mencionado pontífice
colocado luego en la iglesia de San
Pedro Encadenado (llamada así
por conservarse en ella las cadenas
con que los romanos aherrojaron
al apóstol). La estatua es consi­
derada como la obra más pujante
de la escultura moderna.
El patriarca hebreo aparece sentado,
con el rostro vuelto a la izquierda. Su
cabeza ostenta dos cuernos, representa­
ción de rayos o, según otros, símbolo
pagano de la energía; los brazos, muscu­
losos, están desnudos; bajo el derecho se
hallan las Tablas de la Ley; una larga
barba cae sobre el pecho, en gruesos
haces.
La figura correspondería a una perso­
na de cerca de tres metros y medio de
alto. Dícese que Miguel Ángel, al con­
cluirla, le dio un martillazo en la rodilla,
gritándole; “ ¡Habla!”

Fam osas estatuas suyas son


también las destinadas al mauso­
leo de la familia Médicis, que no
pudo terminar.
El arquitecto Donato Bramante,
para distraer a Miguel Ángel de
sus tareas, y con la esperanza de
hacerlo fracasar, hizo que el papa
Julio II le encargara la decoración
pictórica de la Capilla Sixtina. El
En el techo de la Capilla Sixtina, M iguel Ángel
representó las sibilas (adivinas, entre los antiguos
griegos) y los profetas judíos, que anuncian la ve­
nida del Mesías. Este detalle nos muestra la Sibila
de D elfos, pintada en tamaño m ayor al natural.

forasteros llegados con ese objeto, como


en peregrinación, de todos los puntos de
Europa.

El mismo pontífice lo designó


prefecto y arquitecto de San Pe­
dro, cargo que desempeñó gratui­
tamente, “por el amor de Dios”.
La colosal basílica fue planeada por
Bramante, pero Miguel Ángel mo­
dificó el primitivo proyecto, idean­
do la grandiosa cúpula de 134 m
de altura, la mayor del mundo.
Su construcción recién se ter­
minó 120 años más tarde. Juan
Lorenzo Bemini le agregó dos cam­
panarios y un doble pórtico, com­
puesto por columnas dóricas, que
flanquea la plaza convirtiéndola en
una especie de amplio vestíbulo.
Miguel Ángel murió en 1564 y
fue enterrado en Roma, pero los
florentinos substrajeron el cadáver
para darle sepultura en su ciudad.
L eon a rd o de V inci nació en
genial artista, en cambio, triunfó 1452, cerca de Florencia. Fue un
ampliamente. Los cuadros del te­ genio universal: ingeniero, arqui­
cho de la capilla, y las figuras de tecto, escultor, pintor, músico y
los flancos de la misma, son magní­
ficos por la firmeza y exactitud
del dibujo y el vigor del sombrea­
do. Representan once pasajes, ins­
pirados en el Génesis y en la vida
de los patriarcas, y un conjunto de
profetas y sibilas.
Veinticuatro años más tarde, a podido
de Pablo III, completó su trabajo pintan­
do en la pared del fondo de la capilla el
Juicio Final, soberbio fresco de veinte
tetros de alto por diez de ancho, en
cuya ejecución invirtió cinco años. La
noche de Navidad de 1541 fue solemne­
mente descubierto en presencia del papa,
cardenales, prelados y gran cantidad de

Leonardo de Vinci, según un autorretrato que rea­


lizó a la edad de sesenta y cinco años.

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Después de residir largamente
en esa ciudad, bajo la protección
de los Sforza, pasó a Francia, lia
mado por el rey Francisco I, y allí
murió, en 1519.
R a fa el Sanzio era natural de
Urbino, ciudad de los estados de
la iglesia, donde nació en 1483.
Fue discípulo del gran pintor Pe­
dro Vannucci, conocido por El Pe-
rugino, cuya influencia se nota en
sus primeras producciones. A los
veinte años se trasladó a Florencia,
y de allí a Roma, protegido por
su compatriota Bramante.
Los principales méritos de sus obras
residen en la pintura de tonos suaves,
poeta. Hizo ensayos sobre navega­ impregnada de una luz dorada, en la her­
ción aérea y submarina, y estudió mosura y gracia de sus imágenes, en la
química, física, anatomía, fisiología pericia en agrupar los personajes y en el
y medicina, ocupándose de la res­ dominio de la perspectiva, que infunde
a sus cuadros gran profundidad y espa­
piración y de la circu la ción de cio. Buscó la belleza perfecta: una cier­
la sangre. Mantuvo en secreto la ta idea que tenía en el espíritu, decía.
mayor parte de sus investigacio­
nes, a cuyo efecto escribía los re­
sultados de derecha a izquierda,
m ediante un sistem a de signos
ideado por él.
Sus dos cuadros más notables
son: el retrato de la Gioconda, da­
ma florentina, cuyo rostro anima
una sonrisa apenas percep tible,
que parece irradiar de toda la fiso­
nomía; las manos, de exquisita de­
licadeza, son consideradas las más
perfectas salidas de un pincel, y
La Cena, que representa a Jesús
y los doce apóstoles, pintada en
el refectorio de un convento de
Milán.
Trabajó infatigablemente en la Además de los tres artistas máximos
composición de frescos y telas. En­ que acabamos de estudiar, florecieron en
Italia muchos otros. Sólo citaremos a
tre los primeros sobresalen los de
Ticiano Vecellio, Pablo Caliari, el Vero-
las salas del Vaticano, como La nés, y Sa n tia go R o b u s ti, el Tintoreto,
escuela de Atenas, conjunto de re­ principales representantes de la escuela
tratos de los principales filósofos; veneciana de pintura. Ésta se caracteri­
zó por su colorido vivo y luminoso, rico
El Parnaso, que representa a los
en matices -d e cuyos contrastes, más que
más célebres poetas, y La disputa del dibujo y del claroscuro, obtenían los
del Santísimo Sacramento, consi­ efectos—, por la importancia que conce­
derado com o “la más alta expre­ dió al paisaje y por el empleo del óleo
sión de la pintura cristiana; más en los frescos.
que una obra maestra, una fecha
en el desarrollo del espíritu hu­ L a l i t e r a t u r a . Las letras ita­
mano”. lianas del Renacimiento presentan
las siguientes figuras principales:
Entre las telas figuran varias
sagradas familias, muchas mado- Nicolás Maquiavelo, oriundo de
nas (la Virgen M aría), designadas Florencia, actuó muchos años en la
por algún personaje o detalle que diplomacia como secretario de su
las singulariza, com o la de la silla, ciudad natal. Escribió El Príncipe,
del pescado, del gran duque, del tratado de política que preconiza
prado, de San Sixto; los retratos de la astucia y la falta de escrúpulos
Julio II, de León X , de la forna- en la conducta de los monarcas
rina, su modelo preferida, hija de para conseguir sus fines. El térmi­
un panadero ( fornaro); su autorre­ no maquiavélico califica hoy un
trato. procedimiento pérfido; en realidad,
Murió en 1520, a los treinta y hizo una pintura fiel del ambiente
siete años, después de una breve de su tiempo.
enfermedad. Su último cuadro, La Francisco Guicciardini, también
Transfiguración, terminado por un florentino, es autor de una Historia
discípulo, fue conducido procesio­ de Italia, correspondiente a su épo­
nalmente en las grandiosas exe­ ca, notable por el análisis profundo
quias que se le tributaron. de los personajes y de las causas

12
En el siglo X VI fueron creadas
doce universidades, mientras con­
servaban todo su prestigio la de
Alcalá, centro del renacentismo, y
la de Salamanca, fiel al saber tra­
dicional. T am bién se fundaron
muchas bibliotecas, como la de El
Escorial —por iniciativa de Felipe
II-, y diversos jardines botánicos.
La ciencia y la filosofía alcan­
zaron inusitado brillo. Entre sus
m ayores cu ltores figuran: Juan
Luis Vives, natural de Valencia,
pensador y erudito profundo. Es­
Torcuato Tasso (1 5 4 4 a 1 59 5 ) escribió p oe­
cribió en latín Tratado del alma
sías desde los dieciséis años, cuando estudiaba y de la vida, libro de psicología
con los jesuítas. Su obra más importante y c o ­
y educación; Tratado de la ense­
nocida es “ La Jerusalén libertada” .
ñanza, lleno de ideas nuevas y
acertadas; Instrucción de la mujer
cristiana.
y propósitos que inspiraron sus Elio Antonio de Nebrija (nom ­
acciones. bre de su pueblo natal, cercano a
Sevilla), cronista de los R ey es
Ludovico Ariosto, de Módena, C atólicos, profesor universitario,
escribió un poema heroico-cómico, autor del Arte de la lengua caste­
llamado Orlando Furioso, destina­ llana, de inapreciable valor para
do a cantar las aventuras fabulosas la consolidación del idioma. Cola­
de Rolando, nieto de Carlomagno. boró en la gigantesca Biblia Poli­
Torcuato Tasso, de Sorrento, es­ glota, que contiene la versión he­
cribió La Jerusalén Libertada, epo­ brea, griega y latina del libro
peya de la primera Cruzada, con sagrado, monumento insuperable
Godofredo de Bouillon como pro­ de filología.
tagonista. Juan de Valdés, su rival, escribió
un Diálogo de la lengua, rico vene­
EL RENACIMIENTO EN ro de observaciones lexicográficas.
LOS DEMÁS PAÍSES EUROPEOS Las letras españolas alcanzaron
su máximo esplendor, culminando
E spañ a. El movimiento rena­ en el Siglo de Oro, como veremos
centista, fomentado por los sobe­ en el capítulo V. En Portugal flo­
ranos de la casa de Austria, adqui­ reció Luis de Camoens, autor de
rió su plenitud en España a fines
del siglo xvi y en la primera mitad
del siguiente. Italia influyó consi­
derablemente, pero el genio ibérico
no tardó en encontrar su carácter
distintivo y una expresión propia.

Juan Luis Vives, español de nacim iento, vivió casi toda


8u vida fuera de su patria. Fue maestro de la princesa
^ a r ía , hija de Enrique V III de Inglaterra.
los Lusíadas, poema en el que cele­
bra las hazañas de sus compatrio­
tas en Oriente.
La arquitectura presentó tres
estilos:
El plateresco, cuya ornamenta­
ción excesiva da a los edificios el
aspecto de un delicado trabajo de
orfebrería, com o solían hacerlo los
plateros; de allí su nombre. La
catedral de Jaén (Andalucía) es
uno de los modelos.
El herreriano, cultivado por el
arquitecto Juan de Herrera: “el
hombre del cartabón y la ploma­
da”. L o caracterizan la línea recta,
la frialdad, la ausencia de ornato y
las grandes masas simples. El Es­
corial es su exponente.
El churrigueresco, o barroco es­
pañol, creado por el arquitecto Jo­
sé Churriguera, y al que solemos
llamar, impropiamente, estilo colo­
nial. Se caracteriza por las colum­ Un ejem plo de estilo “ plateresco” en arquitectura:
observe en esta fotografía del convento de San
nas y pilastras de fuste retorcido, Esteban (Salam anca) el preciosismo de la decora­
las ventanas y balcones de rejas ción de la fachada.

El palacio del Escorial, construido por orden de Felipe II en las proximidades de M adrid, está en
un páramo pedregoso que justifica su nom bre (es coria l). E jem p lo de estilo “ herreriano” , lo carac­
terizan la sobriedad, la simetría y la unidad de estilo. Su construcción dem andó veintiún años
(1 5 6 3 a 1 5 8 4 ).

14
En n u m e r o s o s altares y reta­
blos españoles de la época del
R enacim iento se admira la per­
fección alcanzada en la talla de
estatuas de madera. U no de los
más importantes escultores es­
pañoles, que tam bién c u lt i v ó
este género, fue A lonso Berru-
guete, autor de esta “ Virgen y
el N iño” que form a parte del
retablo de la Epifanía. (M u seo
de Valladolid.)

labradas y salientes, y por las fa­ personal y netamente español, de


chadas con escudos y guardacan­ línea pura, perfección anatómica
tones de piedra. Los techos son de y expresión noble. Entre sus tra­
tejas o azulejos, o forman azoteas bajos sobresalen el mausoleo de
con balaustradas y piñones. Puede mármol del cardenal Juan de Ta-
citarse, dentro del género, el frente vera, y la sillería de madera de la
de la catedral de Granada. catedral de Toledo.
La escultura se distinguió por La pintura alcanzó su apogeo
la severidad y el realismo de sus con varios artistas extraordinarios,
producciones. Usó el mármol, la que pueden parangonarse con los
piedra, el bronce y la madera; esta más grandes del Renacimiento ita­
última fue empleada en la factura liano.
de estatuas policromas, revestidas
de trajes primorosos. Diego Velázquez (1599 a 1660),
El tallado es un arte eminente­ sevillano, es la figura prominente
mente español, de origen árabe, de este arte en España. Algunos
a p lica d o en b a jo rre lie v e s y en críticos lo proclaman como el más
adornos de sillones, columnas, repi­ grande pintor que haya existido des­
sas, bancos, púlpitos, techos, para­ de el punto de vista de la técnica.
mentos. Se distinguió por la gama porten­
tosa de los colores, de una frescura
■Alonso Berruguete, escultor y y brillo excepcionales, la sinceri­
tallista, oriundo de Palencia (Cas­ dad del dibujo, el dominio de la
illa la V ieja), estudió en Italia, perspectiva, el seguro manejo de
donde fue discípulo de Miguel los grupos de personajes, semejan­
Angel. Supo encontrar una sello te en esto a Rafael, y el crudo

15
realismo de las imágenes, en con­ las M en in as (conjunto). Como
traste con el hondo ascetismo de autor religioso, pintó Cristo en la
otras obras suyas. D ejó una estu­ cruz. En los temas históricos so­
penda colección de cuadros de per­ bresale La rendición de Breda (el
sonajes: Felipe IV, su amigo y cuadro de las lanzas); en los mito­
sincero admirador, el infante Bal­ lógicos, Apolo visitando la fragua
tasar Carlos, el conde duque de de Vulcano; en los populares, Los
Olivares, María Teresa de Austria, borrachos.
B a rtolom é E steba n M u rillo Ronsard y otros seis poetas, con­
(1618 a 1682), también sevillano, junto llamado La Pléyade, nombre
discípulo de Velázquez, fue famoso de un grupo de siete estrellas,
por la perfección del dibujo, la ar­ adoptado ya en la antigüedad para
monía de los matices y la suavidad designar a otros tantos poetas de
de sus vírgenes y santos. Entre sus Alejandría.
cuadros religiosos figuran La In­
maculada Concepción, Santa Isa­ Francisco Rabelais compuso una
bel de Hungría curando a los tiño- novela satírica y por momentos
sos, la Asunción de la Virgen-, entre grosera: La vida inestimable del
los realistas: Muchachos que co­ gran Gargantúa y de su hijo Panta-
men fruta, Pilluelos jugando. gruel, notable por su apasionada
defensa de la ciencia y sus agudas
Domingo Theotocópuli ( El Gre­ observaciones.
co), aunque nacido en la isla de A ella pertenece el proverbial episo­
Creta, vivió en España, cuyo espí­ dio de los cameros de Panurgo. Viajando
ritu sintió profundamente. Fue un por mar, Panurgo fue agraviado por un
vigoroso pintor de figuras alarga­ pasajero que llevaba una majada de ove­
jas a bordo. Para vengarse, simuló una
das, rostros enjutos, manos exan­ reconciliación con el dueño del ganado y
gües y tonos obscuros. El enterra­ le compró un carnero. Luego, en un mo­
miento del Conde de Orgaz es uno mento propicio, lo hizo saltar al agua por
de sus cuadros más celebrados. la borda, ejemplo que fue seguido por los
demás animales, a pesar de los desespe­
rados esfuerzos del ovejero, que perdió
así sus bestias.
F r a n c i a . Las letras, protegidas
por los reyes, adquirieron en Fran­ Miguel de Montaigne escribió,
cia notable impulso. La nueva li­ sin plan preconcebido, al azar de
teratura fue cultivada por Pedro sus nutridas lecturas y de sus

17
El castillo de Chambord muestra los caracteres que asumió la arquitectura renacentista en Francia.
Tam bién aquí se observa la simetría entre ambas mitades del edificio, señaladas anteriormente com o
carácter propio de este período.

meditaciones, una obra intitulada manidad. Modesto actor, director


Ensayos, de profunda filosofía e de una compañía teatral que im­
impecable lenguaje. provisaba sus escenarios en el patio
El renacimiento artístico francés de las hosterías, se formó por su
respondió a la influencia italiana, solo esfuerzo, al impulso del genio.
y tuvo que luchar largamente con Son universalmente conocidos sus
el originario arte ojival, profunda­ principales dramas: Hamlet, R o­
mente arraigado. En arquitectura m eo y Julieta, El m erca d er de
cabe destacar a Pedro Lescot y a Venecia, Otelo, Macbeth, El rey
Filiberto Delorme, autores del pa­ Lear, Las aleg res com ad res de
lacio del Louvre y de las Tullerías, Windsor, donde aparece mezclado
respectivamente. En escultura so­ lo grotesco con lo sublime, y lo
bresalieron: Juan Goujon, que es­ cóm ico con la trágico.
culpió las ninfas de la fuente de
los Inocentes, y Germán Pilón, a
quien se debe la tumba de Enri­
que II.

I n g la te r r a . El Renacimiento
culminó durante la dinastía de los
Tudor. Su más alto representante
fue Guillermo Shakespeare (1564
a 1616), de Strafford del Avon,
poeta lírico exquisito, pero, sobre
todo, dramaturgo extraordinario,
creador de tipos perfectos de hu­

Re1liUo de Guillermo Shakespeare, realizado por


M artín Droeshout, que decoraba la primera edición
de sus obras teatrales, publicadas en 1623. (N a­
tional Portrait C allery, Londres.)

18
Pedro Pablo Rubens (1577 a
1640) nació accidentalmente en
Westfalia (Alemania), de familia
oriunda de Amberes. Permaneció
diez años en Italia, donde estudió
a fondo los grandes maestros de la
pintura, para establecerse luego en
la ciudad de sus padres.
Compuso cerca de dos mil dos­
cientos cuadros. Los más conoci­
dos son El descendimiento de la
F lan d es, H olanda y A le m a ­ cruz y Los episodios de la vida de
n ia .Floreció, sobre todo, la pin­ María de Médicis.
tura, célebre por el colorido bri­ P a b l o R e m b r a n d t (1607 a
llante, el sabio manejo de las luces 1669), nacido en Ley den (Holan­
y sombras, el realismo de las esce­ da), hijo de un molinero, habitó
nas, el cuidado de los detalles, la en Amsterdam. Sobresalió en el
fidelidad y exactitud de los retra­ retrato y en el estudio acabado de
tos y la aparición del paisaje como los interiores: habitaciones con su
tema principal del cuadro. moblaje y cortinados. Fue también

19
un magnífico grabador y aguafuer­ de Aristóteles, abogando por el
tista. Entre sus cuadros más famo­ conocimiento experimental de la
sos están La lección de Anatomía, Naturaleza y por el repudio de los
Los síndicos de los pañeros, La ídolos, como llamó a los prejuicios.
ronda nocturna y Los peregrinos Saber de memoria, no es saber,
de Emmaus. decía Montaigne, y en otro pasaje
A n t o n i o Van D y c k (1599 a de los Ensayos agregaba: lo que
1641), de Amberes, discípulo de nosotros queremos es formar un
Rubens, protegido de Carlos I de gentilhombre, y no un gramático o
Inglaterra, en cuya corte residió. un lóg ico...
Fue un pintor elegante y mesu­ Rabelais nos presenta el contraste en­
rado, de exquisita técnica. Hizo tre el escolasticismo y el humanismo:
treinta y ocho retratos de Carlos I, Gargantúa, gracias a veinte años de es­
fuerzos, sabe sus textos de memoria, del
y los de los principales personajes principio al fin, “y sin embargo, su padre
ingleses. vio que en nada le aprovechaban y, lo
que era peor aún, que lo volvían loco,
H ans H olb ein , de Augsburgo necio, soñador y atontado” . E u d em on ,
(sur de Baviera), pintor de Enri­ por el contrario, piensa con justicia, ha­
que V III de Inglaterra. Señala la bla con facilidad y tiene confianza en sí
mismo. Ambos jóvenes se encuentran:
transición entre la escuela medie­
Eudemon avanza con la gorra en la ma­
val y la renacentista. Su obra no, franco el rostro, la mirada tranquila,
maestra es el retrato de Erasmo. y cumplimenta a Gargantúa con frases
elegantes y graciosas. Éste lo mira cohi­
Alberto Durero, de Nuremberg bido, trata de responder algo, y, al fin,
(norte de Baviera), hijo de un “todo lo que hizo fue echarse a llorar
como un becerro, y se escondía la cara
joyero húngaro, fue llamado “el
con su gorra y no se le pudo sacar una
último de los pintores góticos”, por palabra” .
su cuidado escrupuloso en el dibu­ De más está decir que los humanistas,
jo de los menores detalles y la entusiasmados con sus ideas, exageraban
los defectos ajenos y enaltecían las pro­
fidelidad en la reproducción de los
pias virtudes.
modelos. Entre sus obras figuran
Los apóstoles y La adoración de
los reyes magos. Eximio grabador,
el primero de su tiempo, nos legó LA NUEVA CONCEPCIÓN
La vida de la Virgen y La melan­ DEL HOMBRE
colía.
El humanismo, favorecido por la
invención de la imprenta, la emi­
El Humanismo gración de los sabios griegos y la
protección de los mecenas, presen­
Las universidades permanecían ta los caracteres siguientes.
fieles a la escolástica de la Edad
Media. En contra de su enseñanza, La e r u d ic ió n y e l e n c ic lo p e ­
ceñida a los programas y textos Los humanistas se dedica­
d is m o .
consagrados, los hombres del R e­ ron afanosamente a la lectura, la
nacimiento propiciaron el estudio meditación y la investigación, esti­
libre y humano, basado en el razo­ mulados por una sed insaciable
namiento personal. de conocimiento; algunos, com o e!
El inglés Francisco Bacon escri­ famoso Pico de la Mirándola, abar­
bió El N uevo Órgano, en contra­ caron la totalidad de los conoci­
posición al Órgano o Lógica formal mientos de su época. Consecuencú

20
logia y la filología, ciencias nue- años entró en un convento, pero
de sus trabajos fueron la arqueo- más tarde, con permiso del papa,
vas, dedicadas al estudio de los dejó los hábitos monásticos. Cursó
monumentos del pasado y de los teología y filosofía en las univer­
idiomas. sidades de París y Oxford, y adop­
tó el nombre de Desiderio Erasmo,
L a r e s t a u r a c i ó n d e l l a t í n . El que significa deseoso de ser amado.
contacto asiduo con las obras clá­ Débil, enfermizo, dotado de pode­
sicas depuró este idioma empleado rosa inteligencia, dedicó su vida al
por los eruditos, devolviéndole el estudio, siendo protegido por el
brillo y la corrección perdidos en emperador Carlos V y por Enri­
la Edad Media; con ello se dife­ que V III de Inglaterra. “Cuando
renció definitivamente del habla tenga dinero —decía—, compraré
nacional. antes libros griegos, y luego vesti­
dos.” Hizo largos viajes con el solo
E l e s tu d io d e la s le n g u a s objeto de leer manuscritos raros.
El griego, descuidado
o r ie n ta le s . Publicó ediciones corregidas y
y hasta despreciado antes, fue en­ anotadas de autores clásicos, tra­
señado con entusiasmo y apren­ dujo obras griegas al latín, redactó
dido con pasión. Las obras de una versión griega de la Biblia,
los pensadores helénicos pudieron escribió numerosos libros, opúscu­
leerse en su versión original, sin los y folletos, y sostuvo una nutri­
las deformaciones de los traduc­ da correspondencia intelectual con
tores. En menor escala, fueron humanistas y eruditos. Es autor
también cultivados el hebreo y el del Elogio de la locura —aguda
caldeo. sátira dedicada a su amigo el es­
critor inglés Tomás M oro—, de los
E l d e s a r r o llo d e l r a c io c in io
C oloqu ios, y de otros trabajos.
y d e l e s p ír it u L o s hom­
c r ít ic o .
Falleció en Basilea en 1536.
bres del medioevo, profundamente Los españoles ya mencionados,
respetuosos de los sabios y filóso­ Vives, Nebrija y Valdés, figuran
fos antiguos, especialm en te de entre los más prestigiosos huma­
Aristóteles, no osaban contradecir­ nistas.
los. Los humanistas, en cambio,
con criterio más libre, descubrieron
numerosas fallas, lagunas y contra­ La crisis de la Cristiandad
dicciones en esos autores, y comen­
zaron a buscar la verdad por su Sus a n t e c e d e n t e s . El movi­
miento religioso de la Reforma fue
propio esfuerzo.
llamado así por sus promotores
Erasmo encarna en grado emi­
nente la figura del humanista. Na­
ció en Rotterdam (H olanda), en
el año 1467. Abandonado por sus
padres, fue recogido por los mon­
jes Jerónimos, quienes le dieron
una esmerada educación. A los 17

Desiderio Erasmo de R otterdam ; retrato del célebre huma­


nista r e a liz a d o por el artista alemán Hans H olbein
Joven.
porque, según ellos, estaba desti­ Por otra parte, la invención de
nado a reformar (en el sentido de la imprenta y el progreso de la
corregir) la iglesia católica. En instrucción ponían la Biblia al al­
realidad la dividió, separando de cance de todos, esparciendo la idea
su grey a los adeptos de las nue­ del libre examen y la convicción de
vas doctrinas; por esa razón, al­ que la salvación del alma y el per­
gunos historiadores denominan al dón de los pecados podía conse­
movimiento, con más propiedad, el guirse con sólo observar rectamen­
Cisma Protestante. Lo originaron te los preceptos del Evangelio.
muchas y complejas causas. La obra de los precursores, Wic-
La difusión del griego y del he­ lef y Hus, y la anarquía provocada
breo permitió a los humanistas la por el gran cisma de occidente
lectura de la Biblia y de los Evan­ (1378 a 1417), contribuyeron tam­
gelios en su texto original, donde bién a preparar un ambiente pro­
creyeron encontrar contradicciones picio.
y diferencias con la versión latina
de San Jerónimo. TRANSFORMACIONES
Por otra parte, la ciega confian­ ECONÓMICAS.
za en la propia razón, los llevó, ESTADOS NACIONALES
después de atacar a la escolástica,
a criticar al catolicismo y sostener La Reforma no fue, sin embargo, un
movimiento puramente religioso; junto a
que cada uno podía interpretar las ese factor predominante, hay otros total­
Sagradas Escrituras según su pro­ mente ajenos al mismo.
pia conciencia, teoría llamada del El e co n ó m ic o , nacido del deseo de
libre examen. apoderarse de los bienes del clero.
El social, basado en el descontento de
El afán de riquezas, las ambicio­ la clase pobre, sobre todo en Alemania,
nes políticas y la admiración por donde la Reforma provocó una subleva­
el paganismo, fenómenos propios ción campesina que amenazó seriamente
de esa época, fueron tan poderosos a los señores.
que llegaron a contagiar a algunos El político, porque en Francia existía
el anhelo de limitar la autoridad del mo­
pontífices y altos prelados. narca, y en Alemania y Holanda, el de
Hay que advertir que los prin­ independizarse de Carlos V la primera y
cipales cargos eclesiásticos estaban más tarde de Felipe II, la segunda. Los
reyes de Prusia vieron la oportunidad de
en manos de la nobleza, especial­
extender su dominio, y los de Inglaterra
mente en Italia, Francia y Alema­ la de adquirir mayor autoridad sobre sus
nia. Esos nobles tomaban los hábi­ súbditos. Todas las naciones aprovecha­
tos sin ninguna vocación religiosa, ron los disturbios para debilitar a las
y una vez conseguidos, obispados rivales, ahondando sus diferencias inter­
nas. Los protestantes y los católicos de
y curatos, los hacían atender por cada pais fueron así apoyados por los
modestos clérigos, mientras ellos estados enemigos.
residían en las cortes y las grandes
ciudades, lejos de su sede, acepta­
LUTERO
ban cargos de magistrados y emba­
jadores y hasta el mando de tropas. Martín Lutero,hijo de artesanos,
Los papas del Renacimiento po­ nació en 1483 en Eisleben (Sajo­
seyeron talento, sólida ilustración rna). Cursó estudios universitarios,
y refinado gusto artístico, pero su y a los veintidós años de edad in­
conducta no correspondió siempre gresó en un convento de monjes
a las exigencias de su altísima in­ agustinos. Sus conocimientos y elo­
vestidura. cuencia le proporcionaron el cargo

22
León X , deseoso de obtener dinero
para la construcción de la basílica
de San Pedro, organizó, en 1515,
una concesión de indulgencias en
gran escala.
Los dominicos recibieron el en­
cargo de hacer propaganda en Ale­
mania, lo que provocó el disgusto
de los agustinos. Además, para
abreviar trámites, el papa confió la
gestión financiera de las indulgen­
cias a los Fugger, banqueros de
Augsburgo, que le dieron un carác­
ter puramente comercial.
de profesor de teología de la Uni­ En octubre de 1517, Lutero pu­
versidad de Wittemberg. blicó un escrito con 95 proposi­
Tenía una imaginación ardiente ciones contrarías no sólo a la venta
y una voluntad inflexible. Era per­ de las indulgencias, sino al prin­
tinaz, irascible y decidido; el temor cipio en que se basaban. Siguiendo
de ser tentado por el diablo lo su campaña, entabló controversias
inquietó largo tiempo. públicas con teólogos y redactó
diversos panfletos en alemán. Sus
En el tabique de una habitación, ocu­ ideas y el movimiento provocado
pada por Lutero en 1521 y 1522, se por ellas constituyeron el lutera-
mostraba una mancha de tinta producida
—según la tradición—, cuando le arrojó el nismo.
tintero “ al diablo que lo molestaba” , im­
pidiéndole escribir. A principios de este C o n d e n a c i ó n d e L u t e r o . León
siglo la mancha quedó cubierta bajo una X no dio al principio mucha im­
capa de pintura. portancia al hecho, atribuyéndolo a
Una frase de San Pablo, que simples rivalidades entre los domi­
dice: el justo es salvado por la fe, nicos y los agustinos, pero en 1520
le devolvió la tranquilidad, pues condenó la doctrina de Lutero y
pensó que aunque el hombre co­ lo amenazó con la excomunión.
meta pecados, salvará su alma si En diciembre de ese año, el refor­
confía firmemente en Dios. mador, apoyado por sus discípulos
y secuaces, quemó públicamente el
Q uerella de las in d u l g e n ­
Llamábase indulgencia a la
c ia s .
facultad de convertir las peniten­
cias merecidas por los pecados, en
el pago de una multa a la iglesia.
documento que le comunicaba la Para conseguir el apoyo de los
amenaza. El papa la hizo entonces nobles, Lutero despertó su codicia,
efectiva. aconsejándoles quitar a la iglesia
Carlos I de España, nieto de los los bienes que poseía en Alemania:
Reyes Católicos, acababa de ser palacios, bosques, aldeas, y campos
designado emperador de Alemania, fértiles bien cultivados, cuya exten­
con el nombre de Carlos V. Deseo­ sión equivalía a la tercera parte de
so de evitar una guerra civil, reu­ la superficie del país. Sus exhor­
nió una asamblea, la Dieta de taciones fueron de inmediato escu­
Worms, ciudad de las orillas del chadas; el despojo se llamó secula­
Rin, y otorgó a Lutero un salvo­ rización (devolver las riquezas al
conducto para concurrir ante ella. siglo, es decir, a los laicos). Los
Tras una agitada controversia, caballeros y los campesinos quisie­
la Dieta desautorizó las doctrinas ron participar en el reparto, pero
de Lutero y le exigió una retrac­ la alta nobleza los aplastó al tér­
tación que éste no quiso formular. mino de una doble y sangrienta
Condenado a morir en la hogue­ guerra civil.
ra, como ftereje, Lutero fue salvado Las propiedades eclesiásticas pa­
por el elector de Sajonia, que lo saron a poder de los reyes y prín­
llevó secretamente al castillo de cipes. A lb erto de B randeburgo
Wartburg, donde quedó escondido adquirió la porción mayor, consis­
cerca de un año. Allí redactó una tente en los territorios de los caba­
nueva traducción de la Biblia al lleros de la orden teutónica, con­
idioma alemán. vertidos en el ducado de Prusia.

24
C o n f e s i ó n d e A u g s b u r g o . Las los sacerdotes oficiantes la comu­
guerras y tumultos inspiraron una nión por el vino, los luteranos la
tentativa de arreglo a la Dieta de otorgan a los fieles en las dos es­
Spira, la que propuso, en 1529, re­ pecies.
conocer la Reforma en los lugares Celebración de la misa en idio­
donde imperaba, con el compro­ ma nacional y no en latín.
miso de no llevarla a otras partes.
Seis príncipes y dieciocho ciudades Supresión de las imágenes. Sólo
protestaron contra esa limitación. conservaron la cruz.
El nombre de protestante sirvió Supresión del clero regular y
en lo sucesivo para designar a los cierre de los conventos.
disidentes. Supresión del celibato. Los sa­
.Las gestiones conciliatorias fue­ cerdotes tienen el derecho de ca­
ron proseguidas en 1530. Los par­ sarse. Lutero dio el ejemplo.
tidarios de la Reforma expusieron
su doctrina -redactada por un dis­ L ig a d e E s m a l c a l d a . La Con­
cípulo de Lutero—, en la Confesión fesión de Augsburgo fue rechazada
de Augsburgo, presentada ante una por la Dieta y por Carlos V. Los
dieta reunida en la ciudad de ese príncipes protestantes formaron
nombre. entonces una alianza, en 1531, lla­
Los puntos prin cip ales de la mada la Liga de Esmalcalda, y
doctrina luterana son los siguientes. reanudaron la guerra civil, que con
diversas alternativas se prolongó
Las Sagradas Escrituras consti­
hasta el año 1555. En esa fecha la
tuyen el único dogma; la palabra
dieta votó la pacificación de Augs­
del papa y las decisiones de los
burgo, que reconocía al luteranis-
concilios pueden ser discutidas.
mo, aceptaba el despojo de los
La fe es la única fuente de sal­ bienes eclesiásticos, con la obliga­
vación; las prácticas devotas, las ción de respetar en lo sucesivo las
penitencias, no son indispensables. nuevas propiedades de la iglesia,
Aceptación de sólo tres de los y establecía el principio absurdo
sacramentos: bautismo, confesión de que la religión de cada soberano
y comunión. No reconoce ese ca­ sería la de su pueblo. Lutero ha­
rácter al matrimonio ni a las órde­ bía muerto en 1546.
nes sagradas (tomar los hábitos),
La iglesia reformada quedó a cargo
y suprime la confirmación y la ex­ de los pastores o ministros, en cuyo nom­
tremaunción. La confesión es una bramiento in terven ía n los fieles y el
simple conversación, en la cual el estado; sobre ellos estaban los superin­
penitente no tiene el deber de enu­ tendentes u obispos, designados por el
príncipe, con funciones de simple fisca­
merar sus faltas, ni el sacerdote el lización.
derecho de absolverlo. La reforma afectó también los pue­
Negación de la presencia real blos escan d in av os, complicándose con
una cuestión política. El rey de Dina­
del cuerpo y sangre de Cristo en marca dominaba sobre Noruega y Suecia;
la hostia y vino consagrado. Según ésta última, convertida al luteranismo, se
esa
K doctrina, están indirectamente,7 sublevó en 1523, bajo las órdenes de
com o el fuego en un hierro hecho Gustavo Vasa, y consiguió la indepen­
ascua”. Además, mientras los ca­ dencia. Años más tarde, los daneses
destituyeron a su soberano y adoptaron
tólicos dan a los fieles la comunión el p rotesta n tism o, lo mismo que los
mediante la hostia, reservando a noruegos.

25
OTROS REFORMADORES gún la cual las personas están des­
tinadas a salvarse o perderse, por
Además de Lutero, actuaron en la voluntad de Dios, desde antes
el movimiento reformador, Calvi- de nacer, y cuanto hagan por evi­
no, Zuinglio, Juan de Leyde, el rey tarlo será inútil. Cada uno ignora,
Enrique V III de Inglaterra, Juan desde luego, el fin que le espera,
Knox. ya que “el designio divino es ocul­
to e incomprensible, aunque justo
C a l v i n o . La Reforma fue en­
y eq u ita tivo”. Esta creencia fue
cabezada en Francia por Juan Cal-
abandonada más tarde por la ma­
vino (1509 a 1564). Nacido en
yoría de sus discípulos.
Noyón, cerca de la frontera belga,
Lutero era robusto, violento, ale­
Calvino estudió derecho y se con­
gre, amigo de los placeres y de la
virtió a las nuevas creencias. Lue­
buena mesa; Calvino, en cambio,
go, para evitar persecuciones, huyó
delgado, enfermizo, frugal, melan­
a Suiza, donde concretó su doc­
cólico y taciturno.
trina en el libro La in stitu ción
En 1536 Calvino asumió el go­
cristiana. En general, se adapta al
bierno de la pequeña república de
luteranismo, exagerando su rigor.
Ginebra, implantando en ella la
Así, sólo acepta dos sacramentos:
dictadura que, con un breve inter­
el bautismo y la comunión, consi­
valo, ejerció tiránicamente durante
derando a esta última como un
el resto de su vida. Sus principales
simple acto simbólico, pues niega
adversarios políticos y religiosos
en absoluto la presencia de Cristo,
perecieron en la hoguera o el ca­
directa o indirectamente. Además,
dalso; la víctima más ilustre fue
suprime el altar, la cruz y toda
el médico español Miguel Servet,
jerarquía entre los ministros y pas­
tores. descubridor del mecanismo de la
circulación pulmonar.
La principal reforma consiste en Ginebra quedó consagrada como
la teoría de la predestinación, se- el baluarte del calvinism o. La
Academia, especie de universidad,
Juan Calvino (1 5 0 9 a 1 5 6 4 ), reform ador
protestante. preparaba los m isioneros de la
nueva doctrina, esparciéndolos por
millares en todas direcciones, y es­
pecialmente en Francia, Holanda
y Escocia. Su difusión fue mucho
mayor que la de las otras iglesias
reformadas.
En Zurich (S u iz a ), Ulderico
Zuinglio adoptó la reforma, hacién­
dola mucho más radical, hasta el
punto de provocar los anatemas de
Lutero. Los católicos suizos con­
siguieron vencerlo en una batalla,
en la que murió. Los partidarios
de Zuinglio se plegaron al calvi­
nismo.
J u a n d e L e y d e . Holandés, en­
cabezó la secta de los anabaptistas
(los rebautizados: porque volvían

26
Estatuta de U lderico Zuinglio, que recuerda en
Zurich al iniciador de la Reform a en Suiza.

reunió una asamblea de obispos de


su reino que no solamente le acor­
dó el divorcio sino que lo proclamó
jete supremo de la iglesia británi­
ca. Su separación del catolicismo
fue ratificada al año siguiente por
el Acta de Supremacía. Otras le­
yes y disposiciones posteriores con­
solidaron la nueva doctrina, lla­
mada anglicana ( anglo: inglés).
El anglicanismo acepta la mayo­
ría de las creencias calvinistas,
pero conserva parte de las ceremo­
nias católicas y la jerarquía de los
sacerdotes, sometidos al poder del
estado. Ni los católicos ni parte
de los protestantes ingleses acata­
ron de buen grado el anglicanismo
y fueron objeto de persecuciones,
destierros, confiscaciones y conde­
a tomar el bautismo al llegar a la nas de muerte. Un ministro cató­
edad adulta). Tuvo su centro en lico de gran cultura: Santo Tomás
la Alemania occidental y adquirió Moro, pereció en el cadalso.
un carácter comunista. Fue dura­ En Francia el partido calvinista,
mente reprimida. muy poderoso, entabló con la casa
En Escocia, el calvinismo realizó real y los católicos una serie de
la reforma llamada prebisteriana
bajo la dirección de Juan Knox,
organización democrática, indepen­
diente del soberano de ese país.

LAS PRIMERAS PROYECCIONES


HISTÓRICAS DE LA REFORMA

El rey de Inglaterra Enrique


VIII solicitó la autorización papal
para divorciarse de su esposa Cata­
lina de Aragón, hija de los Reyes
Católicos, a fin de contraer nuevas
nupcias con una dama de la corte,
llamada Ana Bolena.
Como el p o n tífic e negara su
consentimiento, el monarca inglés

rey Enrique V III, cuyos problemas personales re-


®ueltos desfavorablem ente por el Papa provocaron la
separación de la iglesia inglesa del seno del catolicismo.

27
Acrecentó el poder monárquico:
en los países protestantes, erigien­
do al rey en jefe de la iglesia na­
cional, o poniéndola bajo su con­
trol; en los países católicos, por las
concesiones que el papa tuvo que
hacer al soberano, para conservar
su apoyo.
luchas enconadas, conocidas con el M otivó una gran transformación
nombre de guerras de religión. Lo de la propiedad, que de eclesiásti­
mismo a co n te ció en Alem ania, ca se tornó laica, sobre todo en
donde el factor religioso, combina­ Alemania.
do con el político, originó la desas­ Favoreció el d esarrollo de la
trosa guerra de los Treinta Años instrucción primaria, pues hizo in­
(1618 a 1648). dispensable la lectura directa de
la Biblia, para poderla interpretar
A m p l it u d y c o n s e c u e n c ia s d e individualmente.
la R eform a. El protestantismo Determinó, dentro del catolicis­
abarcó a Inglaterra, Escocia, los mo, una enérgica reacción que pro­
países escandinavos, Holanda y dujo la llamada C on trarreform a
partes de Alemania, Francia y Sui­ (ver capítulo IV ).
za, comprendiendo en conjunto un Finalmente originó, durante el
tercio del catolicismo. Produjo los siglo XVII, la emigración de colonos
siguientes resultados. a la América del Norte para sus­
Rom pió la unidad del cristia­ traerse a las luchas religiosas de
nismo en Occidente. Inglaterra.

28
CAPÍTULO II

Los descubrim ientos geográficos agregaron a la m ita d del


m undo conocido la otra m ita d hasta entonces desconocida.
De esta m anera, en la Edad M oderna se d ifu n d e n por toda la
superficie terrestre nuevas cu ltu ra s, las que perm anecieron
recíprocam ente ignoradas d u ra n te m ilenios.

C ausas de los d e s c u b r im ie n ­ y el uso de los portulanos, exce­


tos. A fines de la Edad Media y lentes mapas, muy superiores a los
comienzos de la Edad Moderna se aparecidos hasta entonces; los re­
abre un fecundo período de des­ latos de Marco Polo, Juan Mande-
cubrimientos geográficos. Diversas ville y otros autores, llenos de de­
causas lo favorecieron: Las m ejo­ talles m aravillosos sobre lejanas
ras en la navegación, obtenidas por comarcas, pletóricas de riquezas;
la mayor solidez de los barcos, el las d ificu lta d es del tráfico con
empleo de la brújula y el astrola- Oriente, determinadas por la caída
bio, que permitían orientar y fijar de Constantinopla en poder de los
en posición a la nave en alta mar, turcos; y el aumento de poder de

29
Mapamundi de Behaim. ¿Qué falta representar entre Asia por un lado y
Africa y Europa por el otro?

se llegaría al Asia, con escala en las


los reyes, dueños ya de elementos
mencionadas islas. No se sospechaba si­
suficientes para intentar grandes quiera la existencia del continente ame­
empresas. ricano, porque las d im en sion es de la
Tierra eran calculadas en un tercio me­
Las cartas náuticas llegaron a un gra­ nos de lo que son.
do de notable perfección. Sobresale el
Mapa Catalán de 1375, al que siguieron
muchos otros, particularmente los de los
cartógrafos italianos, y entre éstos An­ La expansión de Portugal
drés Bianco y Fra Mauro.
En los portulanos figuraba la isla de por el Atlántico
Antilia, en el centro del océano Atlánti­
co, y la Stocafixa (isla de los bacalaos),
seguramente Terranova o el Labrador; Por el año 1415, el infante don
pero se colocaban también otras fantás­ Enrique, llamado el N avegante,
ticas, llamadas “ La Mano de Satanás” y hijo del rey Juan I, de Portugal, se
“ Las Siete Ciudades” , fundadas según la estableció en Sagres, cerca del ca­
leyenda por siete obispos españoles o
portugueses, fugitivos con un grupo de bo San Vicente, donde creó a sus
fieles, ante la in va sión de los árabes. axpensas un palacio, un observa­
También se encontraba en ellos la isla torio astronómico, una escuela de
Brasilia; algunos historiadores aseguran cosmografía y un arsenal, dedicán­
que es el Brasil, descubierto, a estar de
su opinión, por el portu gu és Sancho dose con ahínco a los estudios geo­
Brandao, en 1343, hecho que la corte de gráficos, con la colaboración de
Lisboa mantuvo secreto. marinos y cartógrafos. Su princi­
El cosmógrafo alemán Martín Behaim pal objetivo fue el África.
sirvió a Juan II, de Portugal. De regre­
so en Nuremberg, su ciudad natal, y con
Según Tolomeo, este continente
la colaboración de otros eruditos compu­ se prolongaba hasta el polo sur, y
so, por encargo de las autoridades muni­ su parte habitable terminaba antes
cipales, un mapamundi esférico, termi­ del ecuador, pues allí el clima era
nado en 1492.
tan caluroso que hacía imposible
Entre las Cananas y el norte de Ci- toda vida animal o vegetal. Estas
pango, sobre el trópico de Cáncer, colo­
caba la Antilia, de manera que siguiendo noticias no arredraron al intrépido
dicho trópico, como vía corta y directa, infante, quien mejoró notablemen­

30
marinos no se atrevían a flanquear
por su pon erlo más extenso. Gil
Eannes logró superar el obstáculo
y avanzó hacia el sur. Más tarde,
otro marino llegó al cabo Blanco,
en cuya cercanía fundaron los por­
tugueses su primera colonia.
En 1445, Dionisio Días tocó el
cabo Verde, así denominado por el
bosque de palmeras que lo cubre.
El paisaje, hasta allí árido, cambió
completamente, presentando una
vegetación exuberante, a pesar de
hallarse bajo el trópico. La afir­
mación de T o lo m e o quedó des­
mentida por la realidad.
te la construcción de los barcos y La muerte de don Enrique, en
alentó las exploraciones. 1460, no detuvo el impulso descu­
En 1418 y 1419 los portugueses bridor. En 1472, Juan de Santa-
descubrieron las pequeñas islas de rem y Pedro de Escobar cruzaron
Porto Santo y Madera, y más tar­ el ecuador. Por la misma fecha,
de ocuparon las Azores, excelentes Fernando Poo descubrió la isla que
estaciones para ulteriores viajes. lleva su nombre.
Sobre tierra firme africana la En la costa de Guinea fue cons­
parte conocida term inaba en el truida la fortaleza de San Jorge de
cabo Bojador, prolongado por un la Mina, famosa en los anales de
arrecife de 8 km de largo, que los la época.
En 1482, Diego Cao entró en la ENCUENTRO DE EUROPA
desembocadura del río Congo y Y AMÉRICA
continuó luego por un trecho hacia
el sur. V ia j e s y c o n q u is t a s de los

Finalmente, B artolom é Díaz, portu gu eses. En 1497, Vasco de


impulsado por una tormenta, do­ Gama zarpó de Lisboa con tres
bló el África en 1488, recorriendo naves. D obló el Cabo de Buena
su costa oriental hasta más allá de Esperanza, reconoció el litoral del
la bahía de Algoa (hoy Mossel este africano, hasta el puerto de
B ay). Por imposición de los tripu­ Melinde, y cruzó el océano Indico,
lantes, sin embargo, debió regresar, alcanzando en el año siguiente la
llegando a Lisboa a fines de ese costa de la India. Después de tra­
año. Díaz llamó Cabo de las Tor­ bar relaciones con el soberano de
mentas a la extrem idad sur de Calicut, importante centro mercan­
África, pero el rey Juan II, de Por­ til, emprendió el regreso, entrando
tugal, cambió ese nombre de mal en Lisboa con un rico cargamento.
agüero por el alentador de Buena El rey Manuel I le concedió la
Esperanza. nobleza y el título de Almirante
¡ de los mares de la India.
En 1500 partió una flota mu­
Con la exploración del litoral africa­ cho más poderosa, a las órdenes
no, Juan II perseguía el propósito de
desembarcar fuerzas a retaguardia de los de Pedro Álvarez Cabra!, que en su
musulmanes de la región mediterránea, viaje tocó el Brasil, repitiendo
para tomarlos entre dos fuegos, llegar a en lo demás el itinerario de Vasco
Jerusalén por tierra, a través del istmo de Gama.
de Suez y ocupar las comarcas en bene­
ficio de la corona lusitana. La caída de
Constantinopla le dio un nuevo y apre­ Los com ercia n tes árabes, alarmados
miante objetivo: encontrar una ruta dis­ por la presencia de los portugueses, en
tinta qu e c o n d u je s e al país de las quienes veían poderosos rivales, consi­
especias. guieron indisponerlos con el soberano de
Empleáronse cincuenta y tres años Calicut, y en 1501 Cabral debió sostener
para llegar hasta el ecuador -la mitad algunos combates antes de volver a la
del trayecto—; en diecisiete se cubrió el metrópoli. Vasco de Gama, enviado in­
resto. mediatamente con una nueva expedición,

32
procedió con energía: bombardeó a Ca- dieron las conquistas hasta las islas
licut, capturó numerosos barcos y quemó Molucas, entrando en relaciones
una escuadrilla cargada de arroz, cuyos
tripulantes fueron horriblemente mutila­ con China y Japón.
dos antes de ser ejecutados, otro buque El imperio colonial portugués
que regresaba de la Meca, corrió la mis­
ma suerte.
abarcó entonces desde el cabo Bo-
jador hasta los mares de la Mala­
La actividad de los portugueses sia, a lo largo de más de 20 000 km
perjudicaba al sultán de Egipto, de costa.
dueño del puerto de Alejandría, Los portugueses no colonizaron
uno de los principales puntos de esos vastos territorios. Como los
concentración de los productos de fenicios, fundaron centenares de
Oriente. Protestó en vano ante el castillejos, factorías fortificad as
papa; equipó entonces una flota que visitaban periódicamente las
con ayuda de los venecianos, tam­ carracas, pesadas naves de comer­
bién afectados, pero los portugue­ cio provistas de cañones. Median­
ses la derrotaron en la batalla na­ te tratados, o por la fuerza, obtu­
val de Diú. vieron de los reyes indios y de los
Alfonso de Alburquerque com­ sultanes mahometanos de las islas
pletó la dominación de las rutas la concesión de puertos y zonas,
marítimas. De 1510 a 1515 tomó donde establecieron guarniciones,
a Goa, convertida más tarde en ca­ almacenes y arsenales.
pital de las posesiones portuguesas
de Asia, Malaca, sobre el estrecho
que comunica el mar de la China Las especias, perlas, piedras preciosas,
perfumes, sustancias medicinales y tin­
meridional con el golfo de Bengala, tóreas, tejidos de seda, porcelanas, eran
la isla de Socotora, desde la cual depositados en Lisboa, inmenso mercado
Podía vigilar la entrada del mar que proveía a los intermediarios extran­
^ ° j° , y Ormuz, llave del g o lfo jeros, especialmente a los holandeses.
Pérsico. Muchos banqueros alemanes, genove-
ses y florentinos participaron con sus
Posteriores expediciones exten­ capitales en estas empresas.

33
Cristóbal Colón En 1476 formó parte de la tri­
pulación de una flota comercial
A n te ce d e n te s. Cristóbal Co­ destinada a las islas británicas. Los
lón nació en Génova, en el año corsarios franceses la atacaron y
1451. Fueron sus padres Domingo capturaron la nave que conducía
Colón, tejedor, y Susana Fontana- a Colón, llev á n d ola a Portugal,
rrosa. Sólo asistió a la escuela de pero el barco fue liberado y pudo
primeras letras, sostenida por el continuar su ruta; llegado a Ingla­
gremio de tejedores, pues no es terra, Colón participó de una ex­
cierto que estudiara en la Univer­ pedición que alcanzó Islandia.
sidad de Pavía, como suele afir­ En 1478 regresó a Lisboa donde
marse. E m barcóse a los catorce se unió en matrimonio con Felipa
años, quizás antes, alternando las Muñiz Perestrello, hija de un na
tareas de a bordo con el oficio vegante portugués de ascendencia
paterno. italiana, dedicándose al trazado
de cartas marinas y a la venta de
libros, en cuyas tareas lo secunda­
ba su hermano Bartolomé. Duran­
te un tiempo residió en la isla de
Porto Santo, en el Atlántico, de la
que su suegro había sido capitán;
allí adquirió interesantes noticias
sobre la existencia de tierras des­
conocidas situadas en el occidente
del océano.

Algunos navegantes de la antigüedad


probablemente llegaron a América; en
todo caso, los que consiguieron regresar
no tuvieron una noción exacta del lugar
visitado. Reminiscencias de estos viajes
inspiraron al filósofo griego Platón la
idea de la existencia de un continente
llamado Atlántida, que se habría hundi­
do por efectos de un cataclismo miles de
años antes de su época, según lo expresa
en su diálogo titulado Timeo.
En el año 874 los normandos llegaron
a Islandia, que ocuparon poco después.
Al final del siglo X arribaron a Groen­
landia. Posteriormente re corrieron una
parte del litoral de Canadá y de los Es­
tados Unidos, pero no fundaron allí esta­
blecimientos fijos.
Los misioneros irlandeses también hi­
cieron extensas excursiones por mar, en
los albores de la Edad Media, y desde
tiempos remotos, pescadores vascos y

Toda la vida de C olón está llena de interrogantes


históricos: también hay distintas versiones en to m o
a cóm o era su escudo de armas, dos de las cuales
se pueden cotejar aqu í: el león y el castillo le
habrían sido otorgados por los R eyes Católicos.
¡D e G a l l a c h .)

34
C olón explica sus planes e ideas ante los R eyes Católicos. (Cuadro d e Francisco Jover.J

bretones solían alcanzar la isla de Terra- rechazó el pedido ateniéndose al


nova, persiguiendo los cardúm enes de informe contrario de tres peritos,
bacalao, arenques y sardinas.
Estos viajes obscuros, con frecuencia
no por juzgarlo irrealizable, sino
alterados por la fantasía, no restan mé­ por las excesivas recompensas soli­
rito a la hazaña del descubridor del Nue­ citadas y por la vaguedad de la
vo Mundo. exposición inspirada en la descon­
Las asiduas lecturas confirmaron en fianza de que se aprovecharan de
Colón el convencimiento de la redondez
de la Tierra. los datos y cálculos.
Gran influencia ejerció sobre él una
carta del cosmógrafo florentino Toscane-
lli, que pudo leer en Lisboa. COLÓN EN ESPAÑA
Toscanelli calculaba en 230° la parte
del mundo conocida desde el extremo de Rechazado su proyecto por la
Asia a Lisboa, quedando solamente por
explorar, para dar la vuelta completa, corte lusitana, el marino genovés
130° hacia el oeste, que se reducían a pasó a España, en 1485 o comien­
116 entre Cabo Verde y las islas índicas, zos de 1486, en compañía de su
con la facilidad de recalar en el trayec­ hijo Diego, dirigiéndose a Huelva,
to en las hipotéticas islas de Antilla y
Cipango. residencia de algunos parientes de
Colón estimaba la separación de las su extinta esposa.
Canarias y el Catay (China) en sólo 78°, Cerca del puerto de Palos visitó
que según sus cá lcu lo s medían unos
5 762 kilómetros. En realidad hay 210°,
el convento de Santa María de la
con una extensión de más de 18 000 km, Rábida, de la orden franciscana, y
dentro de cuyo espacio están las Amé- expuso sus ideas a fray Juan Pé­
ricas y el océano Pacífico. rez, fray Antonio de Marchena y
« a este error, pudo afirmar que otras personas, todas las cuales las
el fin de España y el comienzo de la
ndia no están a mucha distancia uno de
acogieron favorablemente.
otro , lo que lo alentó para intentar la Gracias al apoyo de personajes
empresa.
influyentes, pudo aparecer poco
después ante los reyes. Estos orde­
Colón recurrió en primer térmi­ naron la formación de una junta
no a Juan II, de Portugal, quien en Salamanca, presidida por fray

35
Hernando de Talavera, para exa­ los posibles pleitos entre Castilla y las
minar las propuestas de Colón; nuevas tierras; finalmente, debía contri­
buir con un octavo de los gastos de la
pero la mayoría no las estimó sa­ expedición, con derecho a igual parte de
tisfactorias por los mismos moti­ las ganancias que ésta produjese.
vos que la portuguesa, y después
de tres años emitió un dictamen
negativo. Durante este lapso, el
El descubrimiento de América
descubridor recibió ayuda pecunia­ E spaña en el m om ento del
ria de los reyes, a quienes siguió en Reyes Ca­
d e s c u b r im ie n t o . L os
sus frecuentes viajes. Al mismo tólicos, Fernando de Aragón e Isa­
tiempo entabló nuevas negociacio­ bel de Castilla, consolidaron fir­
nes con Juan II, sin mayor resul­ memente las bases de la unidad
tado, com o tampoco lo obtuvo su política española.
hermano Bartolomé ante las cortes
de Inglaterra y Francia. La industria había alcanzado en
su época notable incremento. Pros­
Al conocer el fallo adverso de peraban las fábricas de tejidos, la
la junta de peritos, Colón volvió a metalurgia, cerámica, mueblería y
la Rábida, donde había dejado a joyería, la explotación de salinas
su hijo, con el propósito de regre­ y minas, al par que florecían la
sar a Portugal; Pérez y Marchena
ganadería, la pesca y los cultivos.
lo disuadieron, apoyados por el
piloto Martín Alonso Pinzón. Fray El comercio contaba con cerca
Juan Pérez escribió entonces a la de un millar de barcos mercantes,
reina, abogando calurosamente por que surcaban el Mediterráneo y el
la em presa propuesta. Isabel lo Atlántico. Barcelona, Valencia, Se­
llamó, y convencida por sus argu­ villa y Bilbao eran los principales
mentos, reanudáronse las negocia­ puertos.
ciones con la venida de Colón a
Los reyes católicos reglamentaron mi­
la Corte. La .expedición quedó de­ nuciosamente la producción y el inter­
cidida en principio, pero parecie­ cambio, suprimieron aduanas interiores y
ron otra vez tan exageradas las otras trabas, y dictaron leyes que prote­
condiciones impuestas, que la rei­ gían la industria nacional de la compe­
tencia extranjera.
na no las aceptó.
Los banqueros genoveses, lombardos y
Había partido ya Colón de San­ florentinos establecieron sucursales en
ta Fe, punto de residencia de los muchas ciudades españolas; a ellos se su­
reyes, frente a Granada, que esta­ maron poco después los alemanes, sobre
todo las poderosas casas de los Fugger y
ban sitiando, cuando a las dos le­ los Welser, llamados Fúcares y Belzares
guas fue alcanzado por un alguacil, por los castellanos.
con orden de regresar. El 17 de
abril de 1492 la reina Isabel firmó La cultura renacentista comenzó
con el marino las capitulaciones a difundirse en la Península. En
en Santa Fe. Zaragoza y en Valencia aparecie­
ron los primeros libros impresos;
Colón adquiría para si y sus descen­ entre 1474 y 1484 se instalaron
dientes el título de almirante de las islas
cuatro imprentas en el reino de
y tierras firmes que descubriera; sería
virrey y gobernador general de ellas, con Aragón y en el de Castilla.
facultad de proponer los candidatos para El poder exterior de España au­
los cargos que fuesen creados; recibiría mentó con las alianzas matrimo­
el décimo de las riquezas que se encon­
traran; le correspondería a él y a sus niales. Una hija de los soberanos
sucesores entender como únicos jueces en casóse con el rey de Portugal. Otra,

36
C a t a lin a <le A r a g ó n , con A r t u r o , Jttl 3 de agosto zarparon los bar­
príncipe heredero de Inglaterra, y cos tripulados por unos noventa
a la muerte de éste con su cuñado, hombres, cuatro de ellos procesa­
el futuro Enrique VIII. El infante dos por delitos comunes y que fue­
Don Juan y s u hermana Doña ron indultados al regreso; no les
Juana, con Margarita y Felipe, hi­ acompañaba ninguna mujer ni sa­
j o s de Maximiliano de Habsburgo, cerdote.
emperador de Alemania. No debe Colón asumió el mando de la
olvidarse, además, que la corona nave mayor: la Santa María, de
de Aragón poseía las islas de Cer- 225 toneladas, muy velera y pro­
deña y Sicilia. vista de puente (o sea de cubier­
ta ); Martín Alonso Pinzón, el de
La Pinta, y su hermano Vicente
EL VIAJE DESCUBRIDOR Yáñez Pinzón, el de La Niña.
La expedición permaneció en las
Los gastos ocasionados por esta Canarias hasta el 8 de septiembre,
política y por la guerra de Grana­ para arreglar algunas averías de
da consumieron el tesoro real. La Pinta.
La escasez de fondos provocó Ese día afrontó el mar descono­
dificultades para el equipo de la cido, navegando hacia el oeste, casi
expedición de Colón. De allí nació en línea recta dentro de la zona
la difundida leyenda según la cual de los vientos alisios, favorecida
Isabel vendió o empeñó sus joyas por un tiempo excepcionalmente
para conseguir el dinero indispen­ bueno.
sable; en realidad, ésta sólo ma­
nifestó su propósito de hacerlo, de Colón desplegó en el viaje su recono­
haber sido necesario. cida pericia y serenidad de ánimo. Ex­
plicó a la temerosa tripulación, en forma
La flotilla quedó formada por convincente, la causa de la desviación de
tres carabelas: la Pinta y la Niña, la aguja magnética hacia el noroeste,
embargadas a cuenta de la Villa pero les ocultó la verdadera distancia re­
de Palos, en castigo de algunas corrida, aminorándola, y aprovechó e?
levantarse vientos contrarios para demos-
faltas cometidas por ese municipio, trarles que, con su auxilio, era posible el
y la Santa María, arrendada a su retomo. Un supuesto motín, le habría
dueño. Los aprestos se debieron obligado a pedir tres días de plazo, con
en gran parte a la poderosa ayuda la promesa de regresar si a su término
no encontrase tierra. Los historiadores
pecuniaria y técnica de Martín actuales niegan que se haya producido
Alonso Pinzón. el motín.
R econstrucción de la cabina de C olón en xa
nave Santa M aría.

concluyente; de las seis distintas


señaladas por los historiadores,
reúne mayores probabilidades la
de Wattling.
El descubridor creyó hasta su
muerte haber llegado a las proxi­
midades de Catay. Exploró otras
islas y el 28 de octubre llegó a
Cuba, que denominó Juana, en ho­
nor del infante Don Juan. Después
de haber buscado en vano la resi­
dencia del Gran Kan, soberano de
aquel imperio, navegó en dirección
este, avistando Haití o Santo Do­
mingo, a la que dio el nombre de
Española. La Santa María naufra­
gó cerca del litoral, y con sus res­
tos levantó el fuerte de Navidad
al que puso guarnición. En enero
de 1493 emprendió el regreso a
bordo de La Niña.
Martín Alonso Pinzón, que se
El 7 de octubre las carabelas torcieron había separado y vuelto a reunir
rumbo al sudoeste, siguiendo el vuelo de en el transcurso de las exploracio­
una bandada de pájaros, de conformidad nes, alejóse de nuevo cerca de las
con el parecer de Vicente Pinzón, for­
mulado días antes. .
islas Azores.
La carabela del almirante sopor­
En la noche del 11, Colón vio tó una terrible tem pestad, pero
ana luz que oscilaba en la obscu­ consiguió guarecerse en una de las
ridad, posiblemente un fuego en­ islas mencionadas; de allí marchó
cendido por los indios en el extre­ a Lisboa, donde Colón tuvo la sa­
mo de sus piraguas, para atraer a tisfacción de hacer saber a Juan II
los peces. A las dos de la mañana el éxito de la empresa anterior­
del viernes 12 de Octubre, el ma­ mente desechada por el soberano
rino Juan Rodríguez Bermejo, co­ portugués.
nocido por Rodrigo de Triana, dio El 15 de m arzo entró en el
el grito de ¡tierra! desde el mástil puerto de Palos. Esa misma tarde
de La Pinta. Se disparó en seguida llegó La Pinta, que también había
un cañonazo, y las naves dejaron sufrido los efectos de la borrasca.
de avanzar hasta la salida del sol. Pinzón, que venía gravemente en­
El lugar de arribada era la isla fermo, falleció poco después.
llamada Guanahani por los natu­ El descubridor fue solemnemen­
rales (probablemente: isla de las te recibido en Barcelona por los
iguanas), y que Colón denominó reyes, ante los cuales exhibió algu-
San Salvador. Pertenece al archi­ aos indios, aves y productos de los
piélago de las Lucayas o Bahamas, países descubiertos, aunque muy
y no ha sido identificada en forma poco oro y objetos preciosos.

38
VIAJES POSTERIORES de azúcar de las Canarias y varias
DE COLÓN reses.
En busca de nuevos abasteci­
S e g u n d o v i a j e . El 25 de sep­ mientos, Colón envió a España al
tiembre de 1493, Colón salió de piloto Torres, dedicándose él a re­
Cádiz con 17 naves y 1 200 hom­ correr el interior de la Española;
bres, entre los que figuraban su con tres naves reconoció gran par­
hermano menor Diego, el cartó­ te del litoral sur de Cuba y la isla
grafo Juan de la Cosa, y Alonso de Jamaica.
de Ojeda, futuro explorador del En la Española se halló poco
Darién. oro y pronto faltaron víveres; el
A partir del l 9 de noviembre carácter díscolo y aventurero de la
descubrió sucesivamente diversas mayoría de los exp ed icion arios
islas de las Antillas Menores, desde agravó la situación. En mayo de
la Deseada hasta San Juan (actual 1496, el almirante decidió regresai
Puerto R ico). En la Española en­ a la Península, dejando como go­
contró destruido el fuerte Navidad bernador y capitán general a su
y muertos sus ocupantes, a causa hermano Bartolomé, llegado poco
de violentos conflictos estallados antes.
con los indígenas. Cerca del lugar
fundó una población con el nom­ T e r c e r v i a j e . Colón llevó con­
bre de Isabela, y comenzó las ta­ sigo quinientos indios, para ven­
reas de colonizar y convertir a los derlos como esclavos, lo que dis­
indios. gustó a la reina. Por otra parte
A ese efecto, venían con él algu­ el arcediano de Sevilla, Juan de
nos religiosos, en cab eza d os por Fonseca, encargado de los asun­
fray Bernardo Buil, y labradores tos de Indias, manifestó desde el
y mineros. También traía semillas primer momento su antipatía por
de cereales, legumbres, vides, caña el almirante.

39
Éste, sin duda, era mejor mari­ Isabela. Los motines y agitaciones
no que organizador y cometió mu­ seguían perturbando la colonia y,
chos errores, com o pudo compro­ com o la situación no mejorase con
barlo Juan de Aguado, enviado la llegada del almirante, los reyes
para verificar las frecuentes quejas enviaron a Francisco de Bobadilla
llegadas a la corte. Consiguió Co­ en carácter de comisionado y con
lón, sin embargo, disipar el am­ poderes extraordinarios.
biente desfavorable, y en mayo de Bobadilla, prevenido contra el
1498 zarpó de Sanlúcar de Barra- almirante, y procediendo con pre­
meda con 6 naves y 600 hombres. cipitación, lo aprisionó junto con
En las Canarias dividió su flota: sus hermanos Diego y Bartolomé,
la mitad fue directamente a la Es­ y los envió encadenados a España,
pañola; Colón, con la otra mitad, en octubre del año 1500.
tocó las islas de Cabo Verde y se Femando e Isabel repararon en
dirigió hacia el ecuador, pero un seguida el injusto agravio, y susti­
largo período de calma le obligó tuyeron a Bobadilla por Nicolás de
a torcer el rumbo hacia el oeste. Ovando en el gobierno de Santo
A fines de julio avistó la isla Tri­ Domingo.
nidad, penetró en el golfo de Paria C u a r t o v i a j e . El almirante es­
después de pasar ante el delta del cribió entonces su Libro de las Pro­
Orinoco, y reconoció la isla Mar fecías, dedicádo a los reyes. En
garita, sobre el litoral de Vene­ uno de los pasajes les proponía
zuela. emprender otro viaje con el exclu­
La amplitud y caudal del río sivo fin de conseguir oro y perlas
Orinoco confirmaron su convicción en cantidad suficiente para equi­
de haber llegado al Asia, precisa­ par un ejército, destinado a resca­
mente al lugar del Paraíso Terre­ tar el Santo Sepulcro de manos de
nal adonde nadie podía arribar si los infieles. Accedieron los sobera­
no lo amparaba la voluntad divina. nos bajo condición de que no to­
En la Española, Bartolomé Co­ caría en la Española, no tendría
lón había fundado la ciudad de mando alguno sobre las nuevas
Santo Domingo, sobre la costa sur, comarcas que descubriese, y renun­
llevando a ella los habitantes de ciaría a participar en toda posible

40
Con naves com o ésta se realizaron los primeros
viajes interoceánicos. La del grabado ilustraba una
Carta que C olón publicó en 1494, dirigida a R a­
fael Sánchez.

decidida protectora de Colón. En


vano peregrinó éste desde entonces
por la corte reclamando el recono­
cimiento de sus derechos. Fernan­
do le prestó poca atención, e igual
actitud adoptaron los nuevos re­
yes, Juana la Loca y Felipe el Her­
moso, recién llegados a Castilla.
Decepcionado, residió en un hu­
milde albergue, en Valladolid, don­
de murió el 21 de mayo de 1506,
aunque no en la miseria, como se
ha dicho. Sus restos fueron con­
ducidos años más tarde a Santo
Domingo, luego a La Habana y en
1898 a Sevilla.
Los descendientes de Colón entabla­
ron un largo pleito con la corona, re­
ganancia. Además, le encargaban suelto en 1536 por un fallo que anulaba
buscar una comunicación marítirm las mercedes concedidas en la capitula­
con las Indias. ción de Santa Fe, a cambio de la entrega
de la isla de Jamaica y de las tierras de
La escuadrilla, compuesta de 4 Veragua, en Panamá.
naves y 140 hombres, partió de
Cádiz en mayo de 1502. Colón
CONSECUENCIAS DEL
llevó consigo a su hermano Barto­
DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
lomé y a su hijo natural Fernando,
de catorce años de edad. Después
El descubrimiento de América
de descubrir la isla Martinica, llegó
con stitu ye uno de los aconteci­
a Santo Domingo, de arribada for­
mientos históricos de mayor tras­
zosa; pero Ovando no le dejó des­
cendencia. M ú ltip les y variadas
embarcar. C ontinuó entonces su
fueron sus consecuencias, que po­
ruta y tocó el litoral de América,
demos dividir en científicas, polí­
que recorrió desde Honduras hasta
ticas y económicas.
el golfo de Darién.
M uy maltrecho, intentó alcan­ C o n s e c u e n c ia s c ie n t íf ic a s .
zar la Española, sin conseguirlo, Adelantó el conocimiento cabal de
pues naufragó en la costa de Ja­ la Tierra. Determinó sus verdade­
maica. P erm an eció allí un año ras dimensiones y confirmó su es­
(junio de 1503 a junio de 1504), fericidad. Reveló la existencia de
soportando las mayores penurias. nuevas razas, idiomas y costum­
Al cabo de ese tiempo fue soco­ bres, numerosas especies ignoradas
rrido por Ovando y pudo llegar a de la fauna y de la flora, y muchas
Santo Domingo, de donde regresó sustancias curativas, aprovechadas
a España. por la medicina. Enriqueció la as­
El 26 de noviembre de 1504 tronomía con el hallazgo de astrus
murió Isabel la Católica, la más y. constelaciones desconocidas.

41
geográfica de las razas y originó la
formación de mestizos. Millares de
blancos fijaron su residencia en
América, y cruzándose con los me­
dios engendraron los mestizos. Los
negros, elemento étnico extraño al
medio, al unirse con blancos e indí­
genas originaron los mulatos y los
zambos, respectivamente.
C o n s e c u e n c ia s e c o n ó m ic a s .
Cambió las rutas comerciales. És­
tas se dirigían antes a Oriente, cru­
zando el Mediterráneo, y por los
puertos de Levante tomaban con­
tacto con el tráfico terrestre y ma­
rítimo de los árabes. Los mercados
C o n s e c u e n c i a s p o l í t i c a s . M o­ sudeuropeos, a su vez, estaban en
dificó la importancia de los esta­ comunicación con los de la Liga
dos eu ro p eo s. C on tribu yó a la Hanseática. Después del descubri­
decadencia de los estados del M e­ miento, se abrieron dos grandes
diterráneo, sobre todo Génova y rumbos: uno, dominado por los
Venecia; progresaron en cambio los portugueses, costeaba el continen­
del Atlántico, España y Portugal, te africano, y por el cabo de Buena
y posteriormente, Holanda e In­ Esperanza llegaba a la India, ar­
glaterra. Facilitó el robustecimien­ chipiélago Indomalayo, China y
to de la burguesía. Los comer­ Japón; el otro, en poder de los es­
ciantes, banqueros, industriales y pañoles, cruzaba el océano Atlán­
armadores de barcos prosperaron tico y llegaba a América. Amplió
rápidamente. Su riqueza mueble, el comercio. Con la explotación de
formada por dinero, mercaderías, las minas, el tabaco, cacao, algo­
naves y útiles, predominó sobre la dón, coca, añil, papa, maíz, aumen­
inmueble, constituida por la pro­ tó el intercambio de productos.
piedad del suelo, principal elemen­ En el siglo X V I I se formaron com­
to de dominación de la nobleza. pañías de comercio, con capitales
Concurrió a la consolidación de la considerables. La existencia de oro
autoridad monárquica. El poder y y plata creció en Europa en pro­
la riqueza, proporcionados por las porción de uno a doce, por la con­
conquistas, y el apoyo de la bur­ ducción a España de metales pre­
guesía, dieron a los reyes valiosos ciosos. Este aumento produjo un
medios para establecer el despo­ alza general en los precios. Fomen­
tismo. Produjo la reaparición de tó las industrias. La prosperidad
la esclavitud en occidente. La de­ elevó el nivel general de vida. La
bilidad física de muchos pueblos edificación, el mobiliario, los ves­
americanos, y la oposición obsti­ tidos, la ropa interior, los alimen­
nada de otros, provocó el resurgi­ tos, las alhajas y los artículos de
miento de la esclavitu d (supri­ adorno mejoraron sensiblemente.
mida por el cristianismo), con el La industria naviera se desarrolló
cautiverio de los negros, que fue­ con la habilitación de astilleros y
ron empleados en los trabajos más la con stru cción y ensanche de
pesados. Modificó la distribución puertos. Estableció el monopolio.

42
Las naciones colonizadoras acapa­ com o piloto de la expedición poi-
raron el movimiento económico de tuguesa de Gonzalo Coelho.
sus posesiones de ultramar, exclu­ Según Vespucio, en este último
yendo toda competencia extran­ viaje llegó hasta los 50° de latitud
jera. Implantó la explotación de sur, pero parece que a partir del
especies animales y vegetales in­ cabo Santa María —próximo a la
troducidas en América. El ganado isla Santa Catalina—, perdió de vis­
vacuno, ovino, caballar, mular, as­ ta el continente, internándose en el
nal, porcino y cabrío, variedades océano.
de aves de corral, legumbres, fru­ Como Vespucio no recibiese del
tas, cereales y plantas industriales, rey de Portugal la recompensa es­
originarias del V iejo Mundo, en­ perada, regresó a España, donde
contraron en el Nuevo, campo pro­ desempeñó el cargo de piloto ma­
picio para su multiplicación. yor, hasta su muerte, acaecida en
En lo que se refiere particular­ febrero de 1512.
mente a España el descubrimiento En cartas remitidas a Lorenzo
le aportó un inmenso poder, pero el de Médicis, señor de Florencia,
esfuerzo exigido por la conquista y Vespucio hizo un relato pintoresco
población de tan vastas comarcas de sus viajes. Al año siguiente fue­
concluyó por debilitarla. Sus indus­ ron publicadas en París, traducidas
trias, afectadas también por la ex­ al latín, con el título de Mundus
pulsión de los árabes y los judíos, Novus, pues al referirse al conti­
sufrieron el efecto de la magna nente americano decía el autor “y
empresa. a dichas regiones podemos cierta­
mente denominarlas nuevo mundo,
porque no las conocieron nuestros
EL NOMBRE DE AMÉRICA mayores”. En otro pasaje afirma:
“al sur de la línea equinoccial, he
El florentino Américo Vespucio encontrado países más templados
dedicóse desde su juventud al co­ y amenos, de mayor población que
mercio, como agente de la pode­ cuantos conocemos. Es la cuarta
rosa casa bancaria de los Médicis. parte de la Tierra” (las otras tres
En cumplimiento de sus tareas, eran Europa, Asia y África).
pasó a Sevilla, y al cabo de algún El capellán del duque de Lorena
tiempo se dedicó a la navegación. concibió el proyecto de incorporar
De los cuatro viajes que declara dichas cartas a una obra que tu­
haber efectuado, sólo dos son indis­ viese como base la cosmografía de
cutibles: el de 1499 a 1500, con Tolomeo, rectificada con los últi­
Alonso de Ojeda, y el de 1501, mos descubrim ientos. Para ello
recabó la colaboración de tres pro­
fesores, uno de los cuales era el
alemán Martín Waltzemüller.
Se p u b licó prim eram ente un
prólogo (introductio), con nocio­
nes generales y las cartas vespu-
cianas. En esa obra, el Nuevo
Continente es llamado por primera
vez Américi terrae, o sea: tierras
de A m érico. El lib ro com p leto
apareció en Estrasburgo en 1513.
Tanto éste como la Introductio

43
alcanzaron una gran difusión, con­ LOS VIAJES
sagrándose rápidamente el nombre DE LOS CASTELLANOS
de América.
El descu brim ien to hecho por
Colón determinó un intenso movi­
Hasta 1503, Vespucio firmó Alberigo; miento hacia el Nuevo Mundo.
de allí en adelante substituyó ese nom­ Entre 1499 y 1502 se realizaron
bre por el de Amérigo. Algunos histo­ seis expediciones castellanas, co­
riadores atribuyen el cambio a la impre­
sión profunda que causó en él la noticia nocidas con el nombre de viajes
de la existencia de una cadena de mon­ menores. Exploraron las costas de
tañas ricas en oro, llamadas A m erik, la actual Venezuela, y una de ellas,
situada en Nicaragua. dirigida por Vicente Yáñez Pinzón,
Así, un sabio alemán, profesor de uní. tocó el Brasil en febrero de 1500,
universidad francesa, dio a la tierra ex­ dos meses antes de que lo hiciera
plorada por españoles y portugueses el
nombre de un marino italiano. América
una expedición portuguesa manda­
nacía bajo el signo generoso de la cola­ da por Pedro Álvarez Cabral. Años
boración internacional. más tarde, los españoles fundaron
sUs- primeros establecimientos so­ traciones geográficas, firmaron una
bre el golfo de Darién, y en 1513, capitulación con el nuevo sobera­
Vasco Núñez de Balboa cruzó el no, Carlos I de España y V de
istmo de Panamá y descubrió el Alemania, por la que se compro­
océano Pacífico, que llamó mar metían a hallar la comunicación
del Sur. interoceánica buscada por Solís.
La flota, compuesta por 5 naves
EL CAMINO DE LA ESPECIERÍA y 265 tripulantes, zarpó de San-
lúcar de Barrameda el 20 de sep­
Desde entonces, la principal pre­ tiembre de 1519. Hizo escala en
ocupación de los españoles consis­ las islas Canarias y tomó rumbo al
tió en encontrar un paso que comu­ sur, probablemente en demanda de
nicara el océano Atlántico con el vientos propicios, que no encontró,
Pacífico, recientemente descubier­ perdiendo varias semanas. Maga­
to, a fin de llegar a las Indias por llanes, molesto por el contratiempo,
una ruta distinta a la que tenían se encolerizó ante un pedido de
monopolizada los portugueses. Esa explicaciones sobre la ruta seguida,
ruta fue llamada el camino de la que le hizo el segundo jefe, Juan
especiería, pues el principal obje­ de Cartagena, y ordenó su arresto.
tivo perseguido era alcanzar las El hecho dividió a la tripulación
Molucas, archipiélago de la Indo­ en dos bandos.
nesia y principal centro de pro­ En noviembre avistó el Brasil y
ducción de las especias: pimienta, recorrió su litoral, entrando a prin­
canela, clavo de olor, muy codi­ cipios de enero de 1520 en el río
ciadas en esa época. de la Plata.
Magallanes creyó, seguramente,
Juan Díaz de Solfa creyó encon­ haber llegado al anhelado paso, sin
trar ese paso en 1516 al entrar que la comprobación hecha por
en el río de la Plata, pero se con­ Solís de que el presunto estrecho
venció de su error y pereció a era un río, pareciera desviarle' de
manos de los indios. su idea.
Pero la exploración cuidadosa
A lejo García, con algunos com­
del estuario, hasta el río Uruguay,
pañeros náufragos de una de las
disipó sus esperanzas; ordenó en
naves de Solís, atravesó el sur del
consecuencia continuar viaje, y a
Brasil, el Paraguay y el Chaco, y
fines de mayo fondeó en el golfo
alcanzó los bordes del Imperio de
de San Julián. Allí sofocó con gran
los Incas. Pereció a su regreso,
victima de una emboscada.

MAGALLANES

Correspondió a Hernando de
Magallanes, marino portugués al
servicio de España, descubrir el
estrecho que com u n ica am bos
océanos.
Magallanes y el astrónomo Ruy
Ealeiro, encargado de las demos-

Magallanes, según un grabado antiguo.


energía un motín encabezado por descubierta en su fondo, practi­
Cartagena, quien fue abandonado cando constantes sondeos.
en el lugar, con un sacerdote, sin
que se sepa lo que les ocurrió En ese trayecto desertó un barco, que
después. regresó a Europa por vía de África, bajo
la dirección del piloto Esteban Gómez.
El 24 de agosto continuó la mar­ Al cruzar el Atlántico, sus tripulantes
cha con cuatro naves: la quinta avistaron las islas Malvinas, situadas so­
había naufragado mientras explo­ bre su ruta; en el mapa publicado en
raba las bocas del río Santa Cruz. 1526 por Diego de Ribera figuran con el
nombre de islas de Sansón.
El 21 de octubre llegó a un cabo,
denominado de las Vírgenes, al sur El 27 de noviembre de 1520, los
del cual abríase una ancha esco­ tres buques restantes salieron a un
tadura, que hizo explorar. Las na­ amplio océano, denominado Pací­
ves se internaron por la entrada fico por su aspecto tranquilo. Era

46
el mismo Mar del Sur descubierto hizo asesinar en un banquete a
por Balboa siete años antes. Maga­ Duarte Barbosa, cuñado y sucesor
lla n es tardó treinta y siete días en del malogrado jefe, y a los espa­
recorrer el estrecho, al que bautizó ñoles invitados.
con el nombre de Todos los Santos Los demás se apresuraron a zar­
y que hoy es designado con el suyo. par, bajo las órdenes del piloto
La travesía del P a c ífic o fue Juan Carvallo. Como a causa de
singularmente penosa: los marinos las pérdidas sufridas no podían tri­
padecieron hambre y sed, hasta pular suficientemente los tres bar­
llegar, en marzo de 1521, a un cos, incendiaron al más deteriorado.
archipiélago, que denominaron de Carvallo se dedicó a la piratería,
los Ladrones, porque los naturales con disgusto de sus subordinados,
del lugar, al subir a bordo, tomaron que acabaron por deponerlo. Gon­
sin ambages cuanto objeto les lla­ zalo Gómez de Espinosa y Juan
mó lo atención. En el mismo mes Sebastián Elcano asumieron enton­
la expedición alcanzó el archipié­ ces el mando de las dos naves
lago de San Lázaro, o de las Fili­ restantes. Luego de recorrer nu­
pinas, nombre que recibió más tar­ merosas islas, anclaron en el puerto
de en honor de Felipe II. de Tidore, en las Molucas. Allí
El reyezuelo de la isla de Cebú resolvieron separarse. Gómez pro­
se reconoció vasallo de Carlos V. curó alcanzar América, pero fue
Magallanes, en el deseo de com­ capturado por los portugueses; El­
placerlo y demostrar a la vez el cano, con la Victoria, cruzó el océa­
valor de sus soldados, atacó al so­ no índico, dobló el cabo de Buena
berano rival, del cercano islote de Esperanza y navegó en pleno
Mactán, pereciendo con siete com­ Atlántico, alejándose de los parajes
pañeros, el día 27 de abril, tras frecuentados por la escuadra del
una resistencia heroica. Para apla­ rey de Portugal.
car la cólera del inesperado ven­ La falta de víveres y de agua
cedor, el cobarde monarca de Cebú potable le obligó a tocar las islas
de Cabo Verde, donde el gober­ bamiento de la tierra”. Un tercero
nador detuvo a los marineros que naufragó y un cuarto volvió a Es­
desem barcaron ; otros m urieron paña, tras muchas peripecias.
durante el viaje.
Los cuatro buques restantes lle­
El 7 de septiembre de 1522, la
garon al Pacífico en mayo de 152&
V ictoria, con sólo 18 hom bres,
Loaysa y Elcano murieron a bordo
completamente exhaustos, entró en
de la nave capitana, que pudo lle­
Sanlúcar de Barrameda, casi a los
gar a Tidore; dos se fueron a pique,
tres años justos de la partida.
y la última alcanzó la costa de
Carlos V otorgó a Elcano un escudo México, después de recorrer, por
coronado con un globo, que ostentaba, en primera vez, todo el litoral oestñ
latín, la siguiente leyenda: “Fuiste el de la América del Sur y Central.
primero en circundarme” . La expedición
Desde Cuba, los españoles des­
de Magallanes, terminada por Elcano,
había c u m p lid o en efecto la primera cubrieron la península de Florida,
vuelta al mundo, y demostrado práctica­ en los actuales Estados Unidos;
mente la redondez de la Tierra. luego se internaron en ese país, y
en 1541 Hernando de Soto llegó
O t r o s v i a j e s . Una nueva flota
por primera vez a las orillas del río
salió de La Coruña en junio de
Misisipi. Otros navegantes reco­
1525, mandada por frey García
rrieron el litoral mexicano. Los
Jufré de Loaysa, para repetir el
viajes posteriores se confunden con
recorrido de Magallanes. Elcano
las campañas de conquista.
figuraba en ella en calidad de
piloto.
CONFLICTOS ENTRE
La expedición soportó furiosos ESPAÑA Y PORTUGAL
temporales y vientos contrarios.
Un barco se perdió frente al estre­ T r a t a d o d e T o r d e s i l l a s . Al
cho de Magallanes; otro, impulsa­ conocer el papa Alejandro V I los
do por el vendaval, recorrió la cos­ resultados del primer viaje de Co­
ta oriental de Tierra del Fuego lón, suscribió, en mayo de 1493,
hasta los 55° de latitud sur, donde vina bula que concedía a los Reyes
los marinos comprobaron “el aca­ Católicos las islas y tierras firmes
recien tem ente descubiertas o a LAS OTRAS EMPRESAS
descubrir, siempre que no hubiesen EUROPEAS EN AMÉRICA
sido adjudicadas por bulas ante­
riores a otro soberano. La actitud L o s i n g l e s e s . Entre 1497 y
del papa concordaba con las teo­ 1501 diversas expediciones salidas
rías políticas de la época, por las de Inglaterra recorrieran el litoral
cuales correspondía al jefe de la atlántico de la América del Norte,
cristiandad otorgar la soberanía desde Florida hasta 1^ península
sobre los pueblos infieles o desco­ del Labrador, que costearon infruc­
nocidos. tuosamente en busca de una vía
Poco después dictó una segunda marítima que condujese al Asia.
bula, destinada a deslindar las res­ Después de un intervalo de más
pectivas zonas de influencia de las de ochenta años, Gualterio Raleigh
coronas de Castilla y Portugal, las intentó fundar una colonia, sin con­
que separó por un meridiano tra­ seguirlo. Bautizó con el nombre de
zado cien leguas al oeste de las Virginia, Tas tierras por él visitadas.
islas Azores y de Cabo Verde; la Más tarde se formaron en Londres
zona oriental correspondía a los dos compañías, destinadas a la ex­
portugueses y la o ccid en ta l a plotación de esas regiones; una de
los españoles. ellas pasó luego al dominio real.
El rey de Portugal no aceptó La primera población estable de
esta resolución, y tras largas nego­ los ingleses fue Jamestown, a la
ciaciones firmó con los Reyes Cató­ entrada de la península de Chesa­
licos el Tratado de Tordesillas, que peake (1 6 0 7 ). En 1620 un grupo
llevaba la línea del papa 370 le­ de exiliados por causas religiosas
guas al oeste del archipiélago de fundó a Nueva Plymouth, más al
Cabo Verde. norte.
L os ingleses llegan a la costa de Virginia: la ilustración muestra cóm o las islas costeras dificul­
taban el acceso de loa barcos a tierra firme. Fue dibujada por De B ry (com o la de la pág. 3 9 )
e ilustraba el relato de uno de los descubridores de la comarca.
Posteriormente los reyes de In­ Unidos y con Jacobo Cartier entra­
glaterra concedieron permiso para ron en el rio San Lorenzo, en 1534.
instalar nuevas colonias, y desalo­ Después de una larga interrupción
jaron por la fuerza a varios grupos Sam uel Cham plain reanudó las
de holandeses establecidos en la expediciones y en 1608 fundó la
región. En definitiva, sobre el lito­ ciu dad de Q uébec y p o c o más
ral atlántico se constituyeron trece tarde Montreal. Champlain había
colonias, con las ciudades de Bos­ llevado consigo algunos misioneros
ton, Nueva York y Filadelíia. Los franciscanos, a los que se unieron
ingleses ocuparon también Jamai­ los jesuitas. Estos religiosos mar­
ca, en 1655, y otras islas de las charon a través de los bosques y
Antillas, y la parte occidental de descubrieron los grandes lagos.
la Guayana. Luego, con algunos aventureros,
descendieron por el río Misisipí,
L os f r a n c e s e s . Exploraron la desde sus nacientes hasta su con­
costa norte atlántica de los Estados fluencia con el Arkansas. Roberto
Cavelier de Lasalle recorrió des­ tentativas para establecerse en
pués totalmente el río, hasta salir la Florida y en el Brasil, sin re­
al golfo de México, y tomó pose­ sultado.
sión de la llanura meridional del
Misisipí, que llamó Luisiana, en L o s h o l a n d e s e s . El capitán
honor de su rey, Luis X IV . Se inglés Enrique Hudson, al servicio
formaron así dos colonias: la de de Holanda, exploró en 1609 el
Canadá o Nueva Francia al norte, río que hoy lleva su nombre. La
con capital en Montreal, y la de Compañía Holandesa de las Indias
Luisiana al sur, con capital en O ccid en tales fundó allí Nueva
Nueva Orleáns. Amsterdam, tomada por los ingle­
En las Antillas los franceses ses en 1664, que le cambiaron el
ocuparon Haití, Martinica, Guada­ nom bre por el de Nueva York.
lupe y otras islas menores, y en Otras poblaciones del mismo ori­
América del Sur, la parte oriental gen cayeron también en manos de
de la Guayana. Hicieron varias los británicos.

51
G rabado del siglo XVIII que muestra una población iroquesa asediada por las tropas francesas m a n ­
dadas por Champlain. Observe la em palizada y el río que protegen la aldea, y la torre desde la
cual actúan los atacantes.

Durante treinta años (1624 a y con asiento en la ciudad de


1654) los holandeses ocuparon la Bahía, fundada al efecto. La ac­
zona litoral del Brasil, entre los ción de los religiosos contribuyó
ríos San Francisco y Amazonas, eficazmente a la colonización, so­
donde estaban las ciudades de bre todo la de los jesuítas, quienes
Bahía y Pernambuco. Los criollos, en 1554 echaron las bases de la
dirigidos por Juan Fernández Viei- ciudad de San Pablo.
ra, apoyados después por tropas Por esa época, un grupo de pro­
portuguesas, los expulsaron. En testantes franceses intentó esta­
cambio, los holandeses consiguie­ blecerse en las costas de Río de
ron conservar la porción central de Janeiro; el gobernador Mende Sá
la Guayana, Curasao, y otras pe­ los desalojó y para impedir nuevos
queñas islas sobre el litoral de amagos fundó la ciudad de ese
Venezuela. nombre, en 1567.
L os p o r t u g u e s e s . Pedro Álva-
A partir de entonces el gobierno lusi­
rez Cabral tocó el Brasil en abril tano trabajó hábilmente y sin descanso
del año 1500, en el curso de un para ensanchar sus dominios americanos,
viaje a la India. Le sucedieron en la Guayana, en la cuenca selvosa del
otros marinos que exploraron las Amazonas, en la meseta de Matto Grosso
y, sobre todo, en las onduladas llanuras
costas, hasta que en 1530 Martín del sur, de clima templado, bañadas por
Alfonso de Souza inició la con­ los afluentes del Paraná y Uruguay, has­
quista y colonización del territo­ ta las márgenes del río de la Plata.
rio, fundando poco después San Sus planes de conquista encontraron
Vicente. eficaz apoyo en los mamelucos, mestizos
de india y portugués, los cuales, con otros
El Brasil fue dividido en vastas aven tu reros, formaban com pañías de
porciones, concedidas a particula­ guerra o bandeiras, bajo las órdenes de
res, comparables a los adelantados, audaces caudillos. Los bandeirantes des­
pero el sistema fracasó y fue reem­ alojaron a las misiones jesuíticas espa­
ñolas del alto Paraná, y a ellos se unie­
plazado por un gobierno único, ron más tarde los emboabas: buscadores
dependiente directamente del rey, de oro y diamantes.

52
CAPÍTULO III

LA H ER EN CIA PO LÍTICA
DE LOS
REYES C A T Ó L IC O S

El siglo X V I señala el apogeo p o litic o m ilita r de Carlos V,


soberano aue a los inmensos dom inios de A m é rica reunía
los del im p erio de A le m a n ia en Europa. Por eso se decía que
en sus estados "ja m á s se ponía el S o l". En la parte in fe rio r
del escudo del m onarca se agregaron dos colum nas, sím bolo
del estrecho de G ib ra lta r (las colum nas de Hércules de los
antiguos) con banderolas que llevaban la inscripción la tin a
"P lu s U ltr a " : más a llá ; porque los españoles habían tra n s­
puesto esa puerta del m undo conocido para tra n s ita r por la
vastedad del nuevo hem isferio.

Carlos V El nuevo rey, Carlos I, había


n a cid o en la ciu d ad de Gante
(actual Bélgica) en el año 1500,
LA CASA DE Sus abuelos paternos eran el empe­
AUSTRIA EN ESPAÑA rador de Alemania, Maximiliano,
soberano de Austria y otras comar­
La reina Isabel la Católica no cas, y María, hija de Carlos el
dejó hijo varón, pues el infante T em erario, duque de B orgoña,
don Juan murió en plena juventud. dueña de los Países Bajos, Flandes
El trono fue ocupado por la hija y porciones del norte y este de
ftiayor de Isabel, doña Juana, casa­ Francia; sus abuelos maternos, los
ba con Felipe de Habsburgo, de la Reyes Católicos, Fernando de Ara­
casa de Austria, apodado el Her­ gón, Cerdeña, Sicilia y Nápoles, e
moso. La reina Juana enloqueció Isa b el de Castilla, soberana de
a raíz del fallecimiento de su es­ América. La reunión de todos es­
poso, y su padre, Fernando el Ca­ tos dominios bajo su corona, lo
tólico, gobernó en su nombre. convirtió en un príncipe suma­
A la muerte de Fernando en mente poderoso antes de cumplir
1516 asumió el poder el infante los 20 años.
don Carlos, hijo mayor de Juana En efecto: a los estados here­
y de Felipe. dados por la muerte prematura de

53
Fragm ento de una extraña
joya, esculpida en piedra en
el siglo x v i. Representa a
Carlos V recibiendo el ho­
m enaje de Francisco I de
Francia. (M u seo de Histo­
ria del A r te de Viena / F o­
to E. Schw enk.)

su padre y la locura de su madre, Los mayas. Ocupaban gran par­


agregáronse los de su abuelo Maxi­ te de la América central. Forma­
miliano, pues al fallecimiento de ban tribus, reunidas en confedera­
éste, en 1519, los electores de Ale­ ciones, sometidas a jefes civiles y
mania proclamaron a Carlos empe­ militares. Cultivaban maíz, man­
rador, con el nombre de Carlos V, dioca, porotos, cacao, algodón, ta­
defraudando de esa forma al rey baco y añil. Su alimentación, esen­
de Francia, Francisco I, que tam­ cialmente vegetal, se completaba
bién aspiraba a esa corona. con productos de caza y pesca. Sus
Carlos V puso al servicio del industrias p rin cip ales fueron: la
alto cargo, sus condiciones de gue textil, la alfarera y la metalurgia,
rrero y político. Era tenaz, calcu­ que trabajaba en oro, plata, cobre
lador, dueño de sí mismo, activo, y bronce. E jercía n un com ercio
inflexible, desmesuradamente am­ muy activo y llevaban sus produc­
bicioso, bajo una apariencia mo­ tos por el mar Caribe y el golfo de
desta; recorrió reiteradamente las México.
comarcas de su vasto imperio y Creían en un dios supremo lla­
participó personalmente en varias mado Tohil, en dioses del cielo y
campañas militares. de la naturaleza, y en héroes divi­
nizados. El culto consistía en sa­
crificios de animales, danzas y cán­
Las civilizaciones ticos. Los sacerd otes ejercían la
prehispánicas adivinación y la hechicería.
Se han encontrado restos de más
Entre las principales civilizacio­ de cuarenta ciudades mayas, mu­
nes indígenas encontradas en Amé­ chas de ellas en medio de intrica-
rica cabe citar: das selvas, crecidas después de su

54
Estado actual de las ruinas de la ciudad ceremonial maya de Chichén Itzá.

destrucción. Las más famosas son Los aztecas. Fueron precedidos


las de Chitchén Itzá, al norte, y Pa- por anteriores civilizaciones, como
lenke, al sur. Los templos tienen la de los toltecas y la de los cbi-
la forma de pirámides cuadriláte­ chimecas. Por el siglo xm , invaso­
ras lisas o con escalones. Fueron res venidos del norte, los aztecas,
escultores, pintores y ceramistas. conquistaron el valle de Anáhuac
Crearon un sistema de escritura y y de allí se extendieron por Méxi­
un calendario. Su año constaba de co y parte de la América Central.
18 m eses de 20 días, más cinco Fundaron su capital: Tenochtitlán,
días suplementarios. en una isla del lago de Tezcuco.
Estaban organizados en conjun­
tos de familias que cultivaban la
tierra, y enviaban representantes
a grupos mayores, cuya asamblea
elegía dos jefes vitalicios, uno mi­
litar y religioso, de mayor impor­
tancia, y otro civil y judicial. Los
asesoraba un grupo de represen­
tantes llamados calpullis.
El ejército era objeto de especial
dedicación. Los soldados llevaban
casco y coraza e iban armados con
arcos, flechas, hondas, picas y es­
padas de madera durísima. Entre
sus cultivos, semejantes a los ma­
yas, figuraba el del nopal, variedad

Los mayas esculpieron escenas de gran com ple­


jid a d : en este dintel de piedra, un fiel aparece
postrado ante una divinidad-serpiente. (M u seo
Británico. )

55
Calendario solar azteca. ( M u seo d e An­
tropología, M é x ic o .)

de cacto donde se criaba la cochi­ importantes. Adoraban a un dios


nilla, insecto del que extraían un supremo, Teotl, y a otros menores.
tinte rojo. Otra especie, el maguey, Quetzalcoatl, dios del aire, era la
les proporcionaba pasta de papel; deidad de las artes y el saber. Que­
el henequén, fibra para hacer so­ maban los cadáveres y guardaban
gas, y el pulque, bebida alcohólica. las cenizas en urnas; celebraban
Con el cacao elaboraban el cho­ sangrientos sacrificios humanos.
colate, que consumían salado, co­ Dejaron un gran caudal de mo­
mo manjar de lujo. Sus industrias numentos, entre ellos los cúes o
principales eran la metalurgia, tex­ teocallis, templos gigantescos y pa­
til y alfarera. Fueron sedentarios lacios generalm ente b a jos, muy
y formaban pob la cion es, algunas amplios.

La pirámide truncada fue la característica dominante de la arquitectura mesoamericana : “ Avenida


de los muertos” , flanqueada por este tipo de construcciones, de la ciudad preazteca de Teotihuacán.
hombres. Su culto comprendía al­
gunos sacrificios; las víctimas más
famosas eran niños, llamados mo-
xos, que se separaban al cumplir
los siete años de edad, para re­
cluirlos, prepararlos y sacrificar­
los cuando llegaban a la pubertad.
Los incas. Bolivia y Perú sirvie­
ron de asiento para remotas civili­
zaciones, com o las de lea y Nazca,
centros poblados del sur, y el esta­
do del “Gran Chimú” al norte, fun­
dado por los yuncas. Se conservan
los restos de su capital, Chanchán,
cerca de la'actual ciudad peruana
de Trujillo. En la región de los
aymarás, vecina al lago Titicaca,
están las ruinas de Tiahuanaco,
objeto de cuidadosos estudios ar­
queológicos.
En el siglo x i i la tribu de los
quichuas o incas dominó a las ve­
cinas y fundó el Cuzco. Sucesivas
“ T u n jo” , figurina humana de oro golpeado y
fundido, característica del trabajo chibcha del
conquistas lograron crear un pode­
metal. roso estado que se extendía des­
de los dos grados de latitud norte
Los chibchas. En la actual Co­ hasta los 37 de latitud sur, y desde
lombia formaban dos estados prin­ las faldas orientales de los Andes
cipales: el de Muquetá o Bacatá, hasta los Andes del Pacífico. La
en la meseta de Bogotá, regido por
un jefe llamado Zipa, y el de Hun-
sa, en el valle de Tunja, cuyo se­
ñor se llamaba Zaque. Habitaban
en aldeas protegidas por cercados
de cañas entrelazadas, compues­
tas de chozas circulares de barro
con techo cónico de palmera o pa­
ja. Cultivaban el maíz, la mandio­
ca» la papa, la quínoa, el tomate,
los porotos, la coca, el tabaco y el
algodón. Fueron hábiles tejedores,
metalúrgicos y alfareros.
Adoraban el Sol, la Luna, y la
naturaleza representada por árbo-
®s> fuentes y lagos sagrados. Bo-
cftica, dios solar, habría tom ado
orrna humana para civilizar a los
Htua de gran tamaño, esculpida en un bloque
f i l a d a en San Agustín de Huila, Co-
M a c c h u - P i c c h u , imponente fortaleza incaica
construida en la montaña, y rodeada de andenes
de cultivo.

La propiedad del suelo estaba


separada en cuatro partes: la del
inca, la de los sacerdotes, la de los
jefes y la del pueblo. La existen­
cia de los súbditos estaba regla­
mentada y vigilada hasta en los
mínimos detalles. Los casamientos
eran decididos por los sacerdotes.
Cultivaban maíz, papa, mandioca,
ajíes, coca y algodón. Habían con­
seguido domesticar la llama y la
usaban como animal de carga. Ex­
plotaban minas de plata, cobre y
oro. Fueron tejedores y alfareros.
Adoraban a Viracocha, dios supre­
mo; a Pachacamac, dios de la vida,
y a Pacha Mama, la madre tierra
fecunda. También al Sol, la Luna,
los astros y la naturaleza. Los ca­
leyenda atribuía su fundación a dáveres momificados eran coloca­
una pareja form ada por Manco dos en las huacas, tumbas talladas
Cápac y Mama Odio, hijos del Sol. en las rocas, que contenían tam­
El Ayllu constituye su núcleo bién diversos útiles y joyas, para
social primitivo, análogo al calpu- la futura existencia del fallecido en
lli azteca. Los incas agruparon los otro mundo.
ayllus en unidades progresivamen­ Fueron escultores y pintores, pe­
te más grandes, que tenían como ro sobresalieron com o ceram istas
soberano supremo al inca. Seguía­ y músicos. A manera de escritura
le en importancia el Villac Unu, empleaban cuerdecillas de diver­
sumo sacerdote, que lo reemplaza­ sos colores, con nudos. Su idioma
ba en caso de ausencia. Para los es uno de los más ricos y armonio­
asuntos de importancia el inca con­ sos de América. Dividieron el año
sultaba con un consejo de prínci­ en doce meses lunares. Para ha-
pes formado por miembros de su cerlo coincidir con el año solar in-
familia. tercalaban días complementarios.
Tenían un ejército bien adies­
trado y disciplin a do, con armas
ofensivas y defensivas similares a
las de los pueblos antes citados.
En lugares estratégicos levantaron
los pucarás, fortalezas de piedra.
Una red de magníficos caminos fa­
cilitaba las marchas. A diferencia
de los aztecas, los incas procuraron
incorporar los pueblos ven cid os,
enseñándoles el idioma, la religión
y la cultura.

58
D esd e el r e cin to fortificado o “ pucará" de Tilcara, que controlaba el acceso a la quebrada de
H um ah u aca, al Altiplano y a los valles bajos jujeños, los indígenas opusieron tenaz resistencia a
los españoles.

LOS ABORÍGENES Sus industrias, domésticas y co­


ARGENTINOS lectivas, fueron la textil, la alfare­
ría, la m etalurgia, el tallado de
piedra, la cestería y la cordelería.
Por su procedencia y emigracio­ Pueden dividirse en cinco gru­
nes venidas del norte y del oeste, pos:
pueden clasificarse seis grupos. Los humahuacas, en Jujuy, ajus­
I9) P u e b lo s d e l n oroeste. tados a los rasgos expuestos.
Fueron sedentarios y agricultores, Los indígenas del altiplano, en
cultivaron el maíz, la papa, los za­ la Puna de Atacama, lugar de vas­
pallos, aprovecharon el algarrobo y tos salares, que les proporcionaban
la tuna. Construyeron acequias de sal, principal objeto de intercam­
rieg°, tallaron estrechas platafor­ bio. Han dejado una rica alfarería
mas en los flancos de las monta­ decorada, con grandes vasijas den­
nas (andenes) para cultivarlas. tro de las cuales se colocaban los
Guardaban los granos en silos, y cadáveres momificados y plegados
s molían con morteros de piedra. sobre sí mismos de manera que la
Domesticaron la llama, explota­
ron la vicuña y el guanaco; caza-
U r n a de cerámica d e l
an mamíferos y aves. Moraban valle de S a n ta M aría,
®n casas cuadradas, pequeñas, de Catamarca. (M u seo E t­
echo de caña y barro y paredes nográfico. )

e piedra (talladas en partes, que


®e encajaban unas en otras). En
as alturas levantaban recintos for­
ja d os rodeados de murallas pa-
fa refugiarse en caso de guerra, lla­
g ad o s pucarás.
cabeza se apoyaba en las rodillas. Adoraban los astros y los fenó­
La cultura atacameña, originaria menos atmosféricos, creían en la
de Chile, sufrió la influencia de in m ortalidad del alma. El culto
los “chinchas” peruanos. estaba en manos de magos y he­
chiceros que oficiaban también co­
Los diaguitas. Ocupaban el su­ mo médicos. Hablaban el idioma
doeste de Salta, Catamarca, el oes­ cacan y dialectos derivados, de los
te de Tucumán y zona santiague- que se conservan pocos elementos.
ña. Formaban un gran número de Tocaban diversos instrumentos: la
tribus, siendo la más notoria la de flauta u ocarina, el caramillo o
los calchaquíes. Fueron los indíge­ zampoña, el tambor y el cascabel.
nas más civilizados de la Argenti­ Ejecutaban danzas y pantomimas
na. Sus tribus eran mandadas por rituales; tuvieron influencias incai­
“caciques hereditarios” y se fede­ cas cuyo mayor o menor peso dis­
raban en caso de guerra a las ór­ cuten los arqueólogos.
denes de un jefe supremo llamado
Titaquin. La familia estaba sujeta Los indígenas de Santiago del
a la autoridad del padre; en caso Estero. Tuvieron una antiquísima
de morir éste, la viuda debía ca­ civilización descubierta y estudia­
sarse con un cuñado soltero, si lo da por los hermanos Emilio y Dun-
había. Las cerem on ia s fúnebres can W agner; flo r e ció particular­
duraban ocho días, y los deudos mente en la franja comprendida
llevaban luto durante un año. En­ entre los ríos Salado y Dulce. Los
terraban a los niños en cementerios citados arqueólogos reunieron, or­
separados. denaron y clasificaron una enorme
cantidad de restos que se conser­
van en un amplio museo. Presen­
tan caracteres análogos a los cita­
dos anteriormente.
Los com ech in g on es. Altos, de
piel oscura, y barbudos (esto últi­
mo muy raro en las razas indíge­
nas), vivían en las llamadas “casas
de piedra” excavadas en las mon­
tañas de Córdoba y San Luis, don­
de se descu brieron interesantes
pinturas y dibujos trazados en pa­
redes de roca.
Usaban hachas, martillos, bolas
y picos de piedra. Realizaban cul­
tivos muy rudimentarios, viviendo
especialmente de la caza y de la
recolección de frutos naturales. A
esta zona pertenecen los huarpes,
de caracteres análogos, que habi­
taban la región de la laguna Gua-
nacache.

U no de los muchos menhires hallados en T a fí


del V alle, Tucum án. Son piedras labradas de
hasta 2 m de alto y unas 4 tn de peso.
Pintura hallada en los abrigos rocosos de Cerro Colorado, C órdoba: aparecen figuras huma na a, arma­
das con arcos y flechas.

2 °) P u e b lo s d e l C h aco. Los Los matacos. Cazadores y pes­


tules y vilelas, en Tucumán, Salta cadores recorrieron el alto Pilco-
y Formosa. mayo y el alto y medio Bermejo.
Nómadas, no practicaban cultivos
Los salavinas y sartavirones, en y se limitaban a recoger frutos sil­
la región santiagueña entre el Dul­ vestres.
ce y el Salado. Iban, por lo común, Vestían con mantas de piel de
desnudos; llevaban largas cabelle­ zorro, corzo, etc., cosidas entre sí;
ras; vivían en ranchos de barro usaban cinturones de cuero apli-
con cerco de cactos. Form aban cados directamente sobre la piel.
pequeñas tribus que se federaban Se tatuaban la cara y se colocaban
en caso de guerra. en los lóbulos de las orejas bodo­
ques de madera. Sus viviendas
Los abá o chiriguanos, vinieron temporarias estaban hechas de ra­
en el siglo xviii desde el norte y mas; eran muy bajas y de forma
se radicaron en Salta y el noroes­ esférica. Confeccionaban una alfa­
te de Formosa.
rería rudimentaria; sus armas eran
el arco, la flecha, la maza ( “maca­
na” ) y la lanza, aguzada en ambos
extremos.

39) P u e b lo s de la cu en ca
d e l P la ta . indios del Para­
L os
ná. En la ribera del chaco santafe-
sino y correntino-entrerriano hasta
el delta.
Los del grupo guaycurú. Com­
prendía a los timbóes, mocoretaes,

Indígena m ataco actual, realizando una vasija


de cerámica.

61
corondas, charrúas, etc.; cazadores Los guaycurúes, de tez y ojos
y pescadores, sabían secar y ahu­ claros, agrupados en rancheríos.
mar los pescados. Los hombres Sus rasgos típicos coin cid en con
iban desnudos, vivían en albergues los ya descriptos; los tupiguaraníes,
improvisados con esteras. extendidos desde el río Amazonas
al Plata y del Atlántico a la actual
Los del grupo guaraní. Ubica­ Bolivia; vivían en casas colectivas,
dos en la vertiente paraguaya del de muchas habitaciones; dormían
Paraná, Misiones y norte de Co­ en hamacas suspendidas de tron­
rrientes. D e estatura m ediana, cos o postes. Cultivaban maíz, ba­
lampiños, bronceados; cultivaban, tata, mandioca, porotos y además
en forma rudimentaria, maíz, man­ la yerba mate y el tabaco. Practi­
dioca, zapallo, papa y algodón . caban la caza y la pesca y eran
Vivían de la caza y de la pesca. muy buenos canoeros. Las muje­
L evan taban ranchos de ramas y res hilaban y tejían el algodón y
hojas. Los hombres se incrustaban la fibra del caraguatá; hacían ces­
en el labio inferior el “tembetá”, tas y modelaban vasijas de barro.
cilindro de madera; se adornaban Formaban tribus dirigidas por “tu-
con plumas y collares de semillas bichás” (caciques).
y se pintaban la cara. Creían en Tupá, dios de los ra­
Formaban tribus mandadas por yos y relámpagos, y en Sermé, que
caciques. Como armas empleaban había enseñado a los hombres el
arcos, flechas y garrotes. Adora­ cultivo del suelo y el trabajo ma­
ban a un Ser Supremo y creían en nual. También practicaban la an­
la inmortalidad; devoraban parte
tropofagia ritual.
de sus enemigos sacrificados (an­
tropofagia ritual). H ablaban un Los chanáes y los charrúas ocu­
idioma dulce y expresivo. En el paban el litoral desde Yapeyú has­
delta se ubicó un grupo extraño ta el delta y se extendían por la
muy belicoso conocido por el nom­ república del Uruguay y parte del
bre de querandíes. litoral de la provincia. Los prime­
ros, de alta estatura, vestían con
Los indios del Uruguay. Consti­ pieles, vivían en toldos, navegaban
tuyeron tres grandes naciones ubi­ en largas canoas de hasta cuarenta
cadas de norte a sur, desde el Bra­ remeros. No practicaban la agri­
sil hasta el R ío de la Plata: cultura.

Grupo de charrúas, según una litografía del año 1832.


Enterraban a sus muertos en lu­ nes, cerca del mar (com o el de
gares determinados, y en señal de San Blas, en la zona de Bahía
duelo se cortaban una falange Blanca).
de un dedo de la mano. M uy be­ Los araucanos o aucas. Proce­
licosos, usaban las armas ya des- dentes de Chile, ocu paron Neu-
criptas. Los charrúas comprendían quén y el sudeste de Mendoza. Su
además otras tribus com o la de los aspecto físico coincidía con lo des-
y aros bohanes y minuanes. D e me­ cripto, salvo una mayor delicadeza
diana estatura, cabeza grande, cara de los rasgos: boca bien delineada
ancha, pómulos salientes, ojos pe­ y cabeza redonda. Los hombres
queños, negros y hundidos, y labios vestían el “chamal”, pieza de gé­
grandes, eran muy belicosos. nero pasada entre las piernas y
sujeta a la cintura, un p on ch o
4?) P u e b lo s de la pa m p a . y calzado de cuero, cosido con ten­
T am bién form aron tres grandes dones. Usaban adornos y se depi­
grupos: laban cuidadosamente el cuerpo.
Los p u elch es. Área de ocupa­ Cultivaban el suelo en forma su­
ción: sur de Buenos Aires, Córdo­ maria; con el maíz preparaban una
ba y San Luis, este de Mendoza y bebida fermentada, “la chicha”, de
La Pampa hasta el río Negro. Al­ la que hacían abuso. Su alimenta­
tos, de cara redonda, nariz ancha ción era satisfecha por la caza y
y cabello negro y cerdoso. Su ali­ la pesca.
mentación consistía principalmen­ H abitaban tolderías de cuero,
te en las liebres que cazaban, desarmables. M uy feroces e im­
ciervos y avestruces. Levantaban placables con el enemigo, creían en
viviendas transitorias con pieles y un Ser Superior, creador del Uni­
estacas. verso, por quien las almas serían
Eran muy belicosos; además de premiadas o castigadas. Temían a
las armas ya citadas usaban las te­ Pillán, genio del mal. Practicaron
mibles “bolas” de piedra, formando alguna alfarería. Les agradaban
un ramal de tres, forradas y uni­ las danzas, la música, los juegos,
das con tientos de cuero; las arro­
jaban después de hacerlas girar
con sorprendente rapidez sobre sus
cabezas y se enredaban de tal mo­
do en el cuerpo o extremidades de
la víctima que ésta quedaba atra­
pada.
otras ocasiones esgrimían la
bola perdida”, que arrojaban so-
re la cabeza de la víctima, frac-
rándole el cráneo. Creían en un
S^nio maligno llamado Gualichu.
enían un culto muy prolijo por
°s muertos: al cabo de un año del
a lecimiento, los descarnaban, pin-
ando los huesos de vivos colores
y colocándolos en una bolsa, cer­
ca del toldo. M ás tarde los lleva-
an a grandes enterratorios comu-

Joven araucana de fines del siglo pasado, con


a tradicionales adornos de plata.
Grabado del siglo pasado, que muestra a los tehuelches, protegidos por un paraviento de cuero, dan­
zando alrededor del fuego.

y los largos discursos en idioma Su alimento lo proporcionaban


araucano, enérgico y expresivo. la caza, peces, mariscos y frutos
Los pehueíches. H abitaban el naturales. Dejaron p rod u ctos de
sur de Mendoza y norte de Neu- alfarería con adornos por incisión,
quén. Eran altos, delgados y de y utensilios de piedra, madera y
tez oscura. Poco aguerridos, vi­ hueso; no tuvieron industria textil
vían de la recolección de frutos. ni metalúrgica. Las esposas eran
Practicaban algunos cultivos rudi­ compradas a sus padres, los niños
mentarios, caza, pesca, e industrias merecían esp ecial aten ción y el
primitivas, sobre todo la cestería. mejor trato. Cada tribu, mandada
También vivían en toldos. por un cacique, tenía su área pro­
pia de residencia, atacada y de­
fendida de sus agresores, causa de
59) P u e b lo s d e l a P a ta g o n ia . luchas encon adas y sangrientas.
Sus indígenas fueron llamados “pa­ Los vencidos quedaban sujetos a
tagones” (de pies gra n des) por la esclavitud. Su armamento con­
Magallanes, al observar las gran­ sistía en piedras arrojadizas, palos,
des huellas de sus pisadas, debidas arcos y flechas con puntas de pie­
a que envolvían sus pies con paja dra. Sólo conocieron la lanza y las
y cuero, aumentando su tamaño. boleadoras después de la llegada
Se les ha denominado tehuelches. del español.
Eran m uy altos (hasta dos me­ Creían en un Ser Superior, el Lal,
tros), de piel cobriza, oscuros y padre de todas las cosas y maes­
grandes ojos, póm u los salientes tro del hombre, y en Gualichu, es­
y frente deprimida. Se vestían con píritu maligno. Sus cadáveres eran
una especie de delantal de cuero enterrados en fosas individuales de
sujeto a la cintura y manto de pie­ poca profundidad y cubiertos con
les de guanaco, zorro, zorrino, gato cantos rodados dispuestos en círcu­
montés o puma. Los hombres se los de piedra. El culto estaba a
atravesaban el tabique nasal con cargo de “brujos” poseedores de
un huesecillo. Vivían también en talismanes y am uletos. También
tolderías desarmables. eran aficionados a la música, con

64
V ieja fotografía de un cacique alacaluf, vestido
con un manto de pieles de guanaco.

reminiscencias de una religión su­


perior más antigua.

Los yamanas y alacalufes. Eran


de baja estatura, tez cenicienta y
contextura débil, pasaban la ma­
yor parte del tiempo en el mar,
por eso su hogar más acabado era
la canoa, cuidadosamente construi­
da con cortezas unidas con tientos
de piel de foca o fibras de junco
y calafateada con musgo. En el
centro tenía un tablón con arena
de cuatro o cinco metros de largo
y menos de uno de ancho, que les
permitía encender fuego. Sus in­
dustrias y artes fueron muy rudi­
mentarias. Estos dos grupos están
en vías de extinción.

canciones largas y monótonas. Ce­


lebraban concursos de carreras de La conquista de Am érica
velocidad y resistencia, de levan­
tamiento de pesos, y de una espe­ E s t a b l e c im ie n t o d e l o s e s p a ­
cie de juego de pelota. ñoles. Corresponde al reinado de
Carlos V la formación del imperio
6?) P ueblos de T ie r r a del de ultramar, que convirtió a E s ­
F uego. Comprendían dos grupos: paña en la primera nación del
siglo XVI.
Los onas. Cazadores y recolec­ Durante este período se reali­
tores, de tez oscura, musculosos; zan: el viaje de Magallanes, las
resistentes en la marcha. Vestían con qu istas de M éx ico, América
de pieles. Unos cueros armados so­ C entral, V en ezu ela, C olom bia,
bre estacas o unas chozas cónicas Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y la
de troncos recubiertos con pieles cuenca del río de la Plata, y las
les servían de vivienda. Estaban exploraciones del Amazonas, del
armados con arcos y flechas con Orinoco y del Misisipí. En Ocea-
punta de piedra y hueso, emplea­ nía, Alvaro de Saavedra descubre
ban arpones de hueso para la caza Nueva Guinea, y R uy López de
y la pesca. F orm aban pequeñas Villalobos visita los archipiélagos
agrupaciones familiares; la esposa de las Carolinas y Filipinas, así
era tomada de fuera del grupo (so­ llamadas en homenaje al rey y a
lían acordarse intercambios); al su hijo Felipe.
morir el marido, debía sucederle Simultáneamente se organiza el
un hermano inmediato de éste, sol­ imperio, con la creación del Con­
tero; la mujer realizaba las tareas sejo de Indias, los virreinatos de
más pesadas. Creían en espíritus M éxico y Perú, las primeras au­
buenos y malos, pero se advierten diencias. las misiones religiosas.

65
CONCEPTO POLÍTICO tierras descubiertas a los Reyes
DE "INDIAS" Católicos. Pertenecían a éstos en
dominio personal, y no a los paí­
ses de Castilla y León.
Las Bases legales de los domi­
nios españoles en el Nuevo Mun­ 3° ) El “poblamiento”. Para ha­
do se afirmaron: cer efectivo el ejercicio del poder,
se dispuso la fundación de ciuda­
1?) Según la teoría del Dere­ des y plazas fuertes y la concen­
cho Divino, los soberanos ejercían tración de indígenas repartidos en
el poder por voluntad de Dios, la grupos numerosos entre los “enco­
que era confirmada por el Papa. menderos”, con facultad de explo­
Naturalmente, los caciques y jefes tarlos económicamente.
indígenas carecían de esa voluntad
divina, por lo que se consideró que 49) Dada la magnitud de la em­
los países donde mandaban esta- presa la Corona dio al prin cip io
gan “sin dueño”. participación a los encomenderos
(el rey les “encomendaba” el cargo
2 °) Aplicando la teoría del De­ de administrar vastas comarcas)
recho D ivin o, el papa Alejan­ en condiciones minuciosamente re­
dro V I otorgó la soberanía de las glamentadas. Comprendía un nú­
cleo de indios confiados a un par­ treinta días de trabajo obligatorio.
ticular por la vida de éste y con El Consejo de Indias por la Real
frecuencia de uno o más sucesores. Cédula de 1618 las consagró defi­
Debía atender a sus necesidades nitivamente.
materiales y civilizarlos. Recibía
com o retribución el producto del L a s r e d u c c i o n e s . Con los in­
trabajo en su obsequio: “el servi­ dios no encomendados se crearon
cio personal”. las redu ccion es. Debían residir
Hubo dos formas principales: la dentro de un área de la que estaba
mita, trabajo en las minas durante p roh ib id o alejarse. Tam poco po­
dos meses al año, y el yanaconaz- dían establecerse en esa zona per­
go, cultivo del suelo y quehaceres sonas extrañas. Los gobernaba un
domésticos. Cabildo de indios p resid id o por
un cacique. Un cura d octrin ero
En el R ío de la Plata las prime­
atendía el culto, y un corregidor
ras encomiendas ( o repartimiento
recau ¡aba un tributo anual sobre
de indios, co m o se d e c ía ) data­
cada varón de 18 a 50 años.
ban de 1549, en la época de Irala.
Cerca de Buenos Aires se insta­
Un censo de 1678 señalaba la exis­
laron las reducciones de Santiago
tencia de 259 encomiendas con tre­
de Baradero, con guaraníes del
ce mil indios en las gobernaciones
Delta, y la de Quilmes, con indios
de Buenos Aires y Tucumán. Ocho
diaguitas de ese nombre, traslada­
veces se ordenó la supresión a par­
dos desde Catam arca en castigo
tir de 1696, sin conseguirlo en la
por una sublevación.
práctica. Las últimas subsistieron
hasta 1803. Las “ ordenanzas de A lfa ro ", que legislaban so­
En 1543, atendiendo a la apa­ bre el trato dado a los indios. ( M u seo d e la Casa
d e G obierno.)
sionada campaña de fray Barto­
lomé de las Casas, Carlos V dictó
“Las Leyes Nuevas” que limitaban
la concesión de nuevas encomien­
das y disponían el cese de las res­
tantes a la muerte de sus dueños.
Los indios liberados quedarían ba­
jo el dominio directo de la Corona.
La aplicación de estas leyes fue
resistida y cayeron en desuso. Fe­
lipe III insistió en com b a tir los
abusos cada vez más graves de
los encomenderos. A ese efecto fue
designado F ra n cisco de A líaro,
quien en 1611 visitó el interior de
nuestro país, llegando hasta Bue­
nos Aires y Asunción. En octubre
Promulgó las Ordenanzas de Alia-
To> que prohibían el “servicio per­
sonal” de los indios. Sus artículos
limitaban severamente las atribu­
ciones sobre el indio encomenda­
do. Las reducían al cobro de un
tributo de cinco pesos anuales o
CONQUISTA DE MÉXICO los aztecas, situada en una isla del
lago Texcoco y retuvieron con ellos
Los españoles establecidos en al citado soberano, en prenda de
Cuba tuvieron pronto noticia de seguridad.
la existencia de un poderoso estado Velázquez mandó a M éxico un
indígena, el de los aztecas. Diego ejército con la misión de castigar
de Velázquez, gobernador de la a Cortés, que se había emancipado
isla, envió una expedición al man­ de su autoridad; pero la mayoría
do de Hernán Cortés, con el propó­ de sus componentes, tras breve
sito de conquistarlo. Cortés salió refriega, pasaron al bando del
de Cuba con 11 naves y 610 hom­ afortunado jefe y reforzaron sus
bres. En febrero de 1519 desem­ efectivos.
barcó en M éxico y fundó la pobla­ P o c o después los aztecas se
ción de V eracru z. Para evitar sublevaron, hirieron de muerte a
cualquier intento de regreso de sus Moctezuma y tras enérgicos com­
vacilantes com pañ eros, destruyó bates obligaron a los españoles a
las naves, menos una destinada a evacuar Tenochtitlán, amparados
mantener las comunicaciones con por la obscuridad. Este episodio es
Cuba. conocido por la noche triste (30 de
L os aztecas creyeron ver en junio de 1520).
ellos la vuelta del dios del aire y El contraste fue reparado por
su comitiva, que venían a castigar­ Cortés al mes siguiente con la vic­
los por los crímenes y faltas come­ toria de Otumba.
tidos. Atemorizado por eso M octe­ En 1521, Cortés habilitó una
zuma, jefe de los aztecas, quiso escuadra para completar el sitio de
detener á los invasores con regalos la capital azteca y después de 85
valiosos, pero sólo consiguió exci­ días de lucha entró en ella, a me­
tar su codicia. Cortés marchó al diados de agosto; sobre sus ruinas
interior; muchas tribus se aliaron levantó la actual ciudad de México.
con él; otras fueron arrolladas. En En 1534 el país fue erigido en
noviembre los conquistadores en­ virreinato, con el nombre de Nue­
traron en Tenochtitlán, capital de va España.
A m é r i c a C e n t r a l . Diversas
expediciones, encabezadas por Cor­
tes o sus lugartenientes, conquis­
taron Guatemala, El Salvador y
Honduras. Otros españoles, llega­
dos de Panamá, ocuparon Costa
Rica y Nicaragua, completando la
posesión de la América Central.

CONQUISTA DEL PERÚ

La conquista del vasto imperio


de los Incas fue realizada por dos
obscuros soldados: Francisco Piza-
rro y Diego de Almagro.
Las dos primeras expediciones
fracasaron. P izarro marchó en­
tonces a España, donde recabó la
au torización real para efectuar
una tercera, que salió de Panamá
en 1531.
Los españoles desembarcaron en
la actual república del Ecuador, y
marcharon hasta el norte del Perú,
donde fundaron la ciudad de San
Una vez crecido el m aíz, había que defender las ma­
zorcas de la voracidad de las aves. Con ese fin se
instalaban casillas para los vigías que tenían la misión
de espantarlas.

Miguel. Pizarro dejó allí a Sebas­


tián de Belalcázar con una guar­
nición, y salió con 60 jinetes y
120 infantes en busca del inca
Atahualpa, que se hallaba en la
región, al término de una campaña
victoriosa contra un hermano que
le disputaba el poder.
El 15 de noviembre de 1532
Pizarro tomó prisionero al inca, en
Cajamarca, haciéndole caer en una
celada en la que perecieron milla­
res de indígenas.
Atahualpa ofreció llenar con oro
una vasta habitación, y otra con
plata, hasta la altura que alcanzare
su brazo levantado, si se le devol­
vía la libertad. Los conquistadores

Un grupo de danzarines incaicos disfrazados con trajc9


hechos de plumas bailan al son de la caja que toe*
la mujer. Ésta viste una larga túnica, p a r c i a l m e n t e
cubierta por una mantilla que sujeta un “ t o p o " 0
alfiler de metal.
Los “ quipus" de los incas no eran una escritura sino
un sistema recordatorio; lo form aban una cuerda prin­
cipal y otras que pendían de ésta, de distintos colores:
los nudos hechos en las mismas representaban can­
tidades.

La ciudad de Lima, fundada por Fran­


cisco Pizarro en enero de 1535, quedó
como capital del virreinato, extendido al
principio a todas las posesiones españo­
las de la América del Sur.

CONQUISTA DEL ECUADOR

Sebastián de Belalcázar, lugar­


teniente de Pizarro, salió de San
Miguel para el norte a combatir
a un jefe indígena y después de
ardua lucha consiguió vencerlo.
En diciembre de 1533 fundó
una villa, que llamó San Francisco,
sobre las ruinas de la población
de Quito, incendiada por sus defen­
sores. Este último nombre ha pre­
dominado para designar la actual
aceptaron la oferta, pero luego eje­ capital del Ecuador.
cutaron al infeliz inca, so pretexto Belalcázar llegó después hasta
de que conspiraba contra ellos. Bogotá, donde encontró a Gonzalo
Reforzados por Almagro marcha­ Jiménez de Quesada, que acudía
ron al sur y entraron en el Cuzco, allí desde el litoral del mar Caribe.
capital de los Incas, el 15 de no­
viembre de 1533, al año justo de
la captura de Atahualpa. Poste­
riormente ocuparon el llamado Al­
to Perú, actual Bolivia, que forma­
ba parte del estado incaico.

Entre Almagro y Pizarro estalló una


guerra civil, por disidencias sobre el re­
parto del territorio adjudicado por Car­
los V a cada uno de ellos. Almagro fue
vencido y decapitado; Pizarro cayó ase­
sinado por los almagristas.
En 1542 fue creado el virreinato del
Perú; pero G on za lo P iza rro , hermano
del conquistador, se sublevó contra el
Virrey designado, lo derrotó e hizo ejecu­
tar. La guerra civil terminó con la pri­
sión y muerte del caudillo rebelde (1548).

Pi
de C ° prisionero a Atahualpa en la localidad
i*»ca ®^aniarca. Guarnan Pom a de A yala representa al
inertemente aherrojado.
E x p l o r a c i ó n d e l r í o A m a z o n a s . En
1541 Gonzalo Pizarro partió de Quito al
frente de una expedición, en buscp del
fabuloso país de la canela, señalado ha­
cia el este de los Andes Al llegar al río
Coca mandó construir una nave y la con­
fió a Francisco de Orellana, con la orden
de adelantarse a esperarlo. Orellana des­
obedeció esas instrucciones, penetró en
el Amazonas y lo recorrió hasta llegar a
su desembocadura, en 1542. En el tra­
yecto debió luchar con mujeres armadas
de arcos y flechas, que recordaban las
amazonas de la leyenda griega. D e ahí
el nombre del río.
Cabe señalar que los dos ríos más
grandes de América, el Misisipí y el
Amazonas, fueron descubiertos por espa­
ñoles, con escasa diferencia de tiempo.

CONQUISTA DE NUEVA GRANADA Sumapaz, acosados por los indios,


(Colombia) y finalmente penetraron en la me­
seta donde Quesada fundó la ciu­
En 1535 arribó a la región del dad de Santa Fe de Bogotá, en
Darién, ya ocupada por los espa­ agosto de 1538.
ñoles, la expedición de Fernández Mientras se completaba la con­
de Lugo, compuesta de 2 200 hom­ quista del valle del Magdalena y
bres. Después de algunas acciones sus montañas linderas, Pedro de
p o co felices, L u go com ision ó a Heredia ocupaba el territorio com­
Gonzalo Jiménez de Quesada para prendido éntre aquel río y el istmo
que remontase el río Magdalena de Darién y fundaba la ciudad de
con una columna de 700 hombres. Cartagena de Indias.
Inició la marcha en abril de 1536 El país conquistado se llamó
y se internó en la selva, donde los Nueva Granada, en honor de la
con qu istadores sufrieron crueles ciudad española de ese nombre,
padecimientos. cuna de Jiménez de Quesada.
Al año de la partida iniciaron La parte sur fue ocupada por
la ascensión de la cordillera de Belalcázar.
CONQUISTA DE VENEZUELA tes colonizadoras convergían, asi,
en el mismo punto.
En 1527 el capitán Juan de Am- Al retirarse los alemanes, el fér­
pués, al frente de 60 hombres, til y templado valle litoral, flan­
fundó la ciudad de Coro, en el lito­ queado por las sierras del sistema
ral de Venezuela, entablando rela­ Caribe, fue ocupado por diversos
ciones amistosas con los indios. grupos de colonizadores. En 1560
Su obra pacífica quedó interrum­ se echaron los cimientos de la po­
pida por la llegada de los agentes de blación de San Francisco, transfor­
los Welser, banqueros alemanes a mada en 1567, por Diego Losada,
quienes Carlos V había concedido en la ciudad de Caracas, nombre
una porción de ese territorio. de una tribu del lugar.
La colonización alemana duró Otras expediciones conquistaron
desde 1528 a 1545. Se caracterizó la Guayana y las amplias llanuras
Por su crueldad en el trato con los del Orinoco.
indígenas y por las notables explo­
raciones de sus capitanes, los cua­
les visitaron la cuenca del lago CONQUISTA DE CHILE
Maracaibo y las dilatadas sabanas
de los afluentes occidentales del En 1536 Diego de Almagro em­
fío Orinoco. Uno de ellos llegó a prendió desde el Perú una expe­
Bogotá, donde estaban Jiménez de dición a Chile. Marchó por la de­
Quesada y Belalcázar; tres corrien­ solada meseta boliviana y por la

73
Puna, soportando terribles priva­ estaban pobladas por los indoma­
ciones; atravesó los Andes, descen­ bles araucanos, quienes se opu­
dió a los valles chilenos y dio la sieron decididam ente al avance
vuelta por el desierto de Atacama, español. En 1553 iniciaron las hos­
sin encontrar los fabulosos tesoros tilidades, a las órdenes de Caupo-
con que había soñado. licán. Valdivia salió a combatirlos,
Pedro de Valdivia obtuvo auto­ pero fue vencido y capturado en
la batalla de Tucapel. Los indios
rización de Pizarro para intentar
lo sacrificaron, junto con los demás
de nuevo la empresa. Después de
prisioneros. Francisco de Villagra
cruzar el ya mencionado desierto
asumió el mando.
Je Atacama, fundó la ciudad de
Los araucanos formaron dos
Santiago el 12 de febrero de 1541.
ejércitos: uno quedó al sur, con
Los primeros tiempos fueron difí­
Caupolicán; el otro, al mando de
ciles, por el continuo ataque de los
Lautaro, partió en dirección a San­
indios y las conspiraciones de al­
tiago, pero fue derrotado por Vi­
gunos españoles descontentos. Val­
divia afrontó con decisión todas las llagra, pereciendo el jefe indígena,
dificultades, y con algunos refuer­ Días antes había llegado a Chile,
zos venidos del Perú recorrió el con importantes refuerzos, un nue­
vo gobernador: García Hurtado de
territorio hasta el río Maulé. Lue­
Mendoza, hijo del virrey del Perú,
go regresó a aquel país, donde lu­
quien em pren d ió una enérgica
chó contra la rebelión de Gonzalo
campaña contra C aupolicán. En
Pizarro.
1558 llegó frente al archipiélago
Regresó a Chile con más hom­
bres y recursos, fundando varias de Chiloé y lo hizo explorar. Entre
ciudades, entre ellas Concepción, a los destacados con ese fin figuraba
la vez que mandaba ocupar el Tu- Alonso de Ercilla, más tarde famo­
cumán en virtud de una concesión so autor del poema La Araucana,
recibida en premio de su reciente que canta las proezas de la con­
actu ación en favor de la causa quista de Chile.
del rey. Caupolicán cayó en una embos­
Las comarcas meridionales de cada y fue ejecutado.
Chile, bañadas por el río Bio-Bio, Los araucanos retrocedieron a las co­
marcas del sur, y todos los intentos de
dominarlos resultaron vanos. Al fin, por
tácito acuerdo, quedaron dueños de la
zona del Bio-Bio e islas adyacentes, y
conservaron su independencia hasta mu­
cho después de haberse constituido la
república chilena.
Durante el gobierno de Hurtado de
Mendoza fue co lo n iza d a la región de
Cuyo. El piloto Juan Ladrillero, nave­
gando por el archipiélago austral y el es­
trecho de Magallanes, completó el cono­
cimiento del litoral del Pacífico.

CONQUISTA DEL
RIO DE LA PLATA

L a e x p lo r a c ió n . El litoral del
río de la Plata fue visitado por
las expediciones de Solís y Maga­ derecha del río de la Plata, donde
llanes. Alejo García recorrió un el 3 de febrero de 1536 fundó a
extenso tram o desde el litoral Buenos Aires. Las contrariedades
brasileño hasta los confines de la padecidas y su mal estado de salud
actual Bolivia. Entre 1526 y 1530 determinaron al año siguiente el
llegaron Sebastián Gaboto y Diego regreso de Mendoza, que falleció
García. El primero remontó el río en alta mar.
Paraná y parte del Paraguay, y Su segundo, Juan de Ayolas, pe­
en la actual provincia de Santa Fe reció a su vez al regresar de una
fundó a Sancti Spíritus (Espíritu expedición a través del Chaco, en
Santo), primera población de blan­ la que había logrado tocar la tierra
cos en tierra argentina. Luego des­ del R ey Blanco, nombre con que
pachó partidas hacia el 'óeste, que era designado el inca por la leyen­
recorrieron las orillas de los ríos da. Un grupo salido en su auxilio
Tercero y Cuarto hasta la actual desde Buenos Aires construyó,
provincia de Córdoba. García, ve­ frente a la desembocadura del Pil-
nido después, debió someterse a la comayo, en el Paraguay, el fuerte
autoridad de Gaboto y colaborar de la Asunción, convertido poco
con él. Pero destruido Sancti Spí­ después en ciudad.
ritus por los indios, y malogrados La personalidad más represen­
algunos establecimientos de la cos­ tativa de este período fue Domingo
ta oriental del río de la Plata, Martínez de Irala, cuya influencia,
ambos jefes regresaron a España desde el gobierno o fuera de él,
por separado. predominó hasta su muerte. Des­
pobló a Buenos Aires para concen­
L a c o n q u i s t a . Fue iniciada trar en la Asunción a todos los es­
por el adelantado don Pedro de pañoles, y tentó de nuevo cruzar
Mendoza, que al frente de una ex­ el Chaco. Cuando lo consiguió tu­
pedición de 16 barcos y más de vo la desagradable sorpresa de
1500 hombres arribó a la orilla encontrar los dominios del Rey
U lrico Schmidel acom pañó a M endoza en su expedición al R ío de la Plata. A él pertenece este
dibujo del primitivo asiento de Buenos Aires, fortificada para resistir los ataques de los indíge­
nas, quienes finalmente la destruyeron.
La colonización del interior se realizó disputando palm o a palm o el terreno a los indios. Este
grabado del jesuita F. Baucke muestra un fortín construido para contenerlos; observe la numerosa
caballada, que desde entonces constituye la riqueza del territorio.

Blanco en poder de los españoles La del este, llegada directamen­


venidos con Pizarro. te de España, se extendió por el
A Mendoza su cedieron cinco litoral, marchó de sur a norte y
adelantados, cuya presencia en las tuvo su centro en la Asunción; de
tierras de su mando fue precaria, allí irradió varias expediciones que
siendo reemplazados de hecho por perdieron progresivamente empu­
lugartenientes. je, hasta detenerse en el seno de
La unión de los españoles y las las selvas tropicales y en los lími­
indias originó una generación de tes del virrein a to del Perú. Su
mestizos, que con los nativos, des­ distancia del mar provocó un mo­
cendientes de padre y madre blan­ vimiento inverso: de norte a sur,
cos, formaron los criollos o hijos terminado con la segunda funda­
de la tierra. La acción de éstos en ción de Buenos Aires.
la conquista y co lo n iz a ció n del La del norte, venida del Perú,
suelo fue muy im portante. Así, recorrió el interior del país, cono­
intervinieron efica zm en te en la cido genéricamente con el nombre
fundación de Santa F e y en la re­ de Tucumán. La inició Diego de
Rojas, en 1543. Los sucesores de
fundación de Buenos Aires (11 de
junio de 1580), efectu a da s por éste sostuvieron discusiones con los
Juan de Garay, y en la fundación gobernadores de Chile, que pre­
de Corrientes, hecha por Juan To­ tendían extender hasta allí su ju­
rres de Vera y Aragón, último ade­ risdicción. El rey Felipe II termi­
lantado. nó el pleito erigiendo al Tucumán
en gobernación autónoma. Funda­
L as c o r r ie n t e s poblado ras . ron siete de las actuales capitales
Fueron tres, y penetraron en el de provincia, siendo la más antigua
territorio argentino, el Paraguay, Santiago del Estero, que data de
el Uruguay y el sur del Brasil en 1553. Las seis restantes fueron
la siguiente forma. Córdoba, San Miguel de Tucumán,

76
Salta, San Salvador de Jujuy, La El rey de Francia, Carlos VIII, pre­
Rioja y Catamarca. Sostuvieron tendió el reino de Ñapóles, como here­
dero de sus antiguos señores de la casa
tres largas y encarnizadas guerras de Anjou, y su sucesor, Luis X II, el du­
con los indios calchaquíes; algunas cado de Milán, por ser descendiente de
tribus fueron sometidas, y otras una familia soberana de ese estado. En
exterm inadas o transportadas al Ñapóles, los franceses chocaron con Fer­
nando el Católico, primo del rey de ese
litoral. Intentaron repetidas veces, país y dueño de Sicilia; y en Milán, con
aunque sin resultado, ocupar la el emperador de Austria, Maximiliano,
porción del Chaco situada al sur de quien era vasallo el duque de esa
del Pilcomayo. ciudad.
Estallaron entonces diversas guerras,
La del oeste, procedente de Chi­ en las cuales el papa y los estados ita­
le, dominó la región de Cuyo, don­ lianos se aliaron a uno u otro bando ri­
de fundó las ciudades de Mendoza, val, procurando mantener el equilibrio
San Juan y San Luis. entre ellos, a fin de conservar la propia
independencia.
Las tres tendieron a fusionarse, Hasta 1513, las operaciones favorecie­
en virtud de la fuerza centrípeta ron a los españoles, gracias a su hábil
que las atraía hacia Buenos Aires. general Gonzalo de Córdoba, apodado El
Los españoles cruzaron apenas gran Capitán; los franceses tuvieron, a
su vez, un notable hombre de guerra:
el paralelo 35 de latitud sur. La Gastón de Foix, muerto prematuramente
Patagonia fue objeto de varias ten­ en un combate, y un bravo jefe: B ay ar­
tativas de conquista, todas malo­ do, llamado el caballero sin miedo y sin
gradas. reproche.

En 1515, Francisco I, que aca­


ESPAÑA EN ITALIA baba de suceder a su primo Luis
Y EN EL MEDITERRÁNEO X II, organizó una nueva expedi­
ción al norte de Italia. Los suizos,
L as guerras de It a l ia . L a r i­ aliados de los milaneses, le salieron
queza y la d e b i l i d a d d e I t a li a p r o ­ al encuentro, pero fueron comple­
vocaron y a le n t a r o n la s a m b i c i o n e s tamente derrotados en la batalla
d e o tr a s n a c io n e s m á s p o b r e s , p e r o de Mariñán; al año siguiente fir­
m i li t a r m e n t e m á s p o d e r o s a s . maron la paz, y en 1518, Carlos I,

Francisco I de Francia, rodeadt


Por sus tres hijos y un grupo
cortesanos. (Cuadro de G.
T ory / M u seo C ondé.)
nuevo rey de España, concertó un T ratado de M adrid, el rey de
tratado con Francisco I, cediéndo­ Francia renunció a sus dominios
le Milán a cambio de Nápoles. de Italia y prometió devolver las
ricas comarcas tomadas en el siglo
Las campañas de Italia señalan la
transición entre los viejos y los nuevos anterior a Carlos el Temerario.
métodos tácticos: junto a la antigua ca­ Francisco I juró cumplir el tra­
ballería, cubierta de hierro, que consti­ tado “como un ca b a llero”, pero
tuía la su p eriorid a d de los franceses,
apenas vuelto a su patria lo decla­
actuó la infantería, principal arma de los
españoles y los suizos, provista de espa­ ró nulo y reanudó la lucha, auxi­
das, arcabuces y largas picas de seis me­ liado por Solimán el Magnífico,
tros; la a rtillería comenzó también a sultán de Turquía, los príncipes
intervenir eficazmente en los combates.
alemanes protestantes, el rey de
Aunque la caballería obtuvo brillantes
triunfos, las otras armas concluyeron por Inglaterra -Enrique V III— y el
imponerse. papa Clemente VII.
Como emperador de Alemania, Carlos envió contra este último un
Carlos V exigió de Francisco I la ejército de mercenarios, en gran parte
alemanes, mandados por el condestable
restitución de los territorios arre­ de Borbón, noble francés enemigo de su
batados por Luis X I al duque de soberano. Pedro de Mendoza, el futuro
Borgoña, y el restablecimiento del fundador de Buenos Aires, figuraba entre
vasallaje ejercido por el Imperio, sus oficiales. Roma fue tomada por asal­
to y saqueada por la soldadesca, que
en otro tiempo, sobre el sur de provocó toda suerte de desmanes y sacri­
Francia y sobre Italia. Estas exi­ legios. El condestable murió en el asal­
gencias resultaban en extremo pe­ to, a consecuencia de un balazo dispa­
ligrosas para el monarca francés, rado, según v ersion es, por el artista
Benvenuto Cellini.
pues lo dejaban disminuido y ro­
deado por los territorios de Car­ El papa pidió la paz y realizó en
los V. No se trataba ya, como la ciudad de Bolonia la ceremonia
hasta entonces, de disputar Italia, tradicional de coronar a Carlos V
sino de asegurar la integridad terri­ como emperador. Francisco I, a su
torial y el prestigio de Francia en vez, celebró un nuevo tratado con
Europa. su afortunado adversario. Fue, co­
Desde 1520 a 1559 España y mo en otros casos una simple tre­
Francia, aliadas con otras naciones, gua pues la lucha no tardó en
sostuvieron cinco guerras. En la reanudarse con suerte contradicto­
primera, Francisco I fue derrotado ria; los imperiales se impusieron al
y tom ad o prision ero en Pavía fin, llegando a menos de 50 kiló­
(1 5 2 5 ), después de batirse con metros de París; Enrique V III que
singular bravura, lo que le permi­ se pasó al bando de Carlos V, ocu-
tió escribir a su madre la célebre pó por su parte el puerto francés
frase: “T odo se ha perdido menos de Boulogne.
el honor”. Conducido a Madrid, Francisco I murió en 1547; su
permaneció encerrado durante seis hijo, Enrique II, llevó las opera­
meses en la lóbrega sala de un ciones a la región del Rin, donde
castillo. Carlos V le impuso duras obtuvo éxitos, sobre todo en Metz,
condiciones en cambio de la liber­ ciudad sitiada por Carlos V y vigo­
tad. Al empezar la guerra había rosamente defendida por el duque
dicho, refirién dose a su rival: de Guisa, quien le obligó a retirar­
“Dentro de poco será un pobre rey se con grandes pérdidas. La guerra
o yo seré un pobre emperador”, y continuó hasta 1559, bajo el reina­
quiso cumplir la amenaza. Por el do de Felipe II.

78
L os t u r c o s . El sultán Solimán dos y señores flamencos, se tras­
el Magnífico (1520 a 1566), fue ladó de Gante a España, en 1517,
otro gran enemigo de Carlos V. Al para hacerse cargo del trono, fue
frente de su ejército, atacó reite­ recibido con cierta hostilidad. Las
radamente el imperio por el valle cortes y la opinión vieron con ma­
del Danubio, llegando dos veces a los ojos el encumbramiento de los
las puertas de Viena. El príncipe extranjeros en los principales car
Femando, hermano menor de Car­ gos del Estado. Además se resis­
los, logró contenerlos. tieron a soportar los grandes gastos
En el mar, la escuadra musul­ ocasionados por la política euro­
mana, a las órdenes de un audaz pea del rey, determinada por su
corsario apodado Barbarroja, aco­ nuevo título de emperador, ajena
metió con igual brío. El empera­ a los intereses de España.
dor resolvió abandonar el Medite­ Carlos V se ausentó para asistir
rráneo oriental y fortificar la línea a la dieta de Worms, y entonces
Sicilia-Malta-Trípoli, para prote­ el descontento engendró una su­
ger sus comunicaciones marítimas blevación, iniciada en la ciudad de
con Italia. En 1534, Barbarroja Toledo, y propagada rápidamente
perforó la defensa al apoderarse de a muchos lugares de Castilla. Los
Túnez, pero Carlos V consiguió rebeldes tomaron el nombre de
reconquistarla al año siguiente en comuneros, porque sostenían la li­
una brillante campaña. N o tuvo bertad de las comunas o munici­
la misma suerte su intento de des­ pios; mal organizados y divididos
alojar a los piratas berberiscos de por rencillas, fueron vencidos en
Argel, en 1541, pues la expedición, VMalar (abril de 1521). Su jefe,
de la que formaba parte Hernán Juan de Padilla, y los principales
Cortés, su frió un co m p le to de­ dirigentes, perecieron decapitados
sastre. en ese lugar.

AFIRMACIÓN
DEL PODER INTERIOR E l desastre de V illalar: perdida la batalla, loa je ­
fes com uneros, Juan de Padilla, B ravo y Maído*
nado (d e pie en el ce n tro ), se entregan a las
Cuando el joven Carlos, acom­ fuerzas leales al rey. (Cuadro d e M . "Picólo y
pañado por gran número de prela- L ó p ez .)
En la región de Valencia hubo cursos. El ejército español —sobre
otro m ovim iento, reprimido tras todo los tercios (regimientos de
porfiada lucha. infantería)— era reputado inven­
Los municipios y las cortes per­ cible.
dieron gran parte de la influencia Además de las luchas contra
que conservaban; los altos puestos, Francia, Carlos V debió afrontar
sin embargo, volvieron a manos de la crisis religiosa promovida por
los españoles. Lutero en Alemania. Durante mu­
La consolidación de su autori­ chos años se vio en la necesidad
dad en España permitió a Carlos V de contemporizar con los protes­
ocuparse con mayor atención de tantes, absorbido por sus guerras
los asuntos exteriores. con Francisco I, pero en 1547 los
España fue entonces la primera derrotó en la batalla de Muhlberg.
potencia del mundo. Poseía en Eu­ Los vencidos lograron reaccionar,
ropa parte de Italia, Austria, Ale­ y en 1552, ayudados por Enrique
mania, los Países Bajos y Flandes; II, estuvieron a punto de capturar
en América, la conquista de M é­ al emperador en Innsbruck (T i-
jico, el Perú y otros países le ha­ rol). Éste renunció a someterlos,
bían proporcionado cuantiosos re­ acordándoles la libertad de cultos.

80
CAPÍTULO IV

LA ESP A Ñ A DE CA RLO S V Y FELIPE II

Con el respaldo de España, el ca to licism o e n fre n tó la crisis


de la R eform a. Las guerras de relig ió n, las destinadas a
m antener la hegem onía p o lítica , la conquista y colonización
de A m é rica , agotaron los recursos hum anos y económicos de
Felipe II. Dos vigorosas naciones: In g la te rra y Francia, lo
detienen prim ero, y lo vencen después. El siglo X V II señala­
rá un e q u ilib rio entre las tres potencias.

España, Francia e Inglaterra C u m plido así el v olu n tario


a m ediados del siglo XVI abandono de todos sus poderes, el
ex monarca se retiró al monasterio
ESPAÑA de Yuste, en un lugar solitario de
Extrem adura, donde falleció en
Las complicaciones políticas eu­ 1558.
ropeas y las largas guerras consu­ La dinastía de los Habsburgo,
mieron gran parte de los recursos iniciada por el padre de Carlos V,
venidos de América y dispersaron quedó dividida en dos ramas: la
por los campos de Europa a la de España, y la de Austria y Ale­
mayoría de la juventud española, mania.
ya mermada por las expediciones
e inmigraciones al Nuevo Mundo.
En 1555 Carlos V, cansado y en­ FRANCIA
fermo, cedió a su hijo Felipe el
gobierno de los Países Bajos (Bél- El reinado de Francisco I abarcó
gica y Holanda actuales), y luego, una porción considerable de la pri­
sucesivamente, el de España, Amé- mera mitad del siglo xvi. La lu­
rica y las posesiones de Italia. Al­ cha que sostuvo con Carlos V for­
gunos meses más tarde abdicó la taleció el sentim iento nacional
corona im perial en favor de su francés. Pero ese sentimiento se
nermano Fernando, quien recibió vio amenazado cuando el reino co­
también el Austria y los territorios menzó a sentir los efectos del cis­
alemanes. ma religioso, causante de enérgicas

81
Después de su abdicación, Carlos V llega al monasterio de Yuste, en cu yo claustro pasó los tres
últimos años de su vida. (Cuadro del pintor A larcón.)

p ersecu cion es contra los protes­ venta de lanas a los centros texti­
tantes. les de Flandes e Italia, a la vez
En materia de política exterior que nacía la industria nacional de
obtuvo dos éxitos importantes: el
tratado de paz perpetua con los
suizos, que proporcionaron a Fran­
cia excelentes tropas mercenarias,
y la alianza con los turcos, que le
aseguró una ventaja comercial y
cultural en Oriente —Siria, Asia
Menor y los Balcanes (llamados
en general el L eva n te)—, manteni­
da hasta el comienzo del siglo xx.

INGLATERRA

Así como Francisco I llenó casi


toda la primera mitad del siglo xvi
en Francia, Enrique VIII la ocupó
en Inglaterra. Este soberano tan
fastuoso y hábil como aquél, im­
perioso en su decisiones, consumó
la Reforma anglicana, que lo hizo
jefe de la iglesia de su país y le
entregó sus cuantiosas riquezas.
Para asegurarla persiguió a los
protestantes de otras sectas y a los
católicos.
El comercio inglés comenzó a
adquirir impulso, sobre todo en la

En la colección de armaduras de la Torre de Londres se


usada en su juventud por el rey Enrique V III

82
los tejidos con la ayuda del minis­ más tarde, a los cuatro días del naci­
tro cardenal W olsey. miento de su primer hijo, el infante don
Carlos. En 1554 celebró segundas nup­
Con respecto a otras naciones, cias con María Túdor, reina de Ingla­
Inglaterra inauguró su política de terra. En el momento de ceñir la corona
tenía veintinueve años.
equilibrio, y en ese sentido estuvo
Poseía una notable ilustración; habla­
con España, contra Francia, y lue­ ba y escribía en latín y portugués y en­
go a favor de ésta, contra aquélla, tendía el francés y el italiano; fue amigo
para impedir que cualquiera de las y protector de la cultura.
dos adquiriera un excesivo poder. Extraordinariamente laborioso y muy
Sucedió a Enrique un niño de desconfiado, quería enterarse de todos
los asuntos, que estudiaba con diligencia,
nueve años: Eduardo VI, domina­ pero era lento en decidirse; los cortesa­
do por los calvinistas, y a la pre­ nos lo apodaron por ello “ prudente” ; los
matura muerte de éste, su herma­ enemigos, “irresoluto” .
na María I, Túdor, católica. Los Tenía un alto concepto del “ oficio de
cambios de credo de los monarcas rey, el más grande de todos” , y aunque
de trato cortés, sabía mantener las dis­
originaron sangrientos disturbios. tancias hasta con sus más íntimos alle­
gados.
Felipe II Taciturno, reservado, melancólico, po­
cas veces se le vio reír; residió habitual­
mente en las salas oscuras y frías, con
S e m b l a n z a d e l r e y . Carlos V, apariencia de celdas, del palacio de El
flamenco por nacimiento y educa­ Escorial. Profundamente r e lig io so , fue
ción, fue un soberano europeo y el campeón del catolicismo, eje funda­
mental de su política.
militar. Nunca habló bien el cas­
tellano, y la política continental
S u p r e s ió n de los fueros de
absorbió gran parte de su tiempo.
A r a g ó n . Eltem peram ento ab­
Felipe II, nacido en Valladolid
solutista de F elip e II no podía
en 1527, fue, por el contrario, un tolerar las libertades que aún sub­
monarca español y civil, que no
sistían en España. Suprimió prácti­
abandonó la Península desde su
camente el poco poder conservado
ascensión al trono, ni se puso al
por las cortes y las comunas, y un
frente de sus tropas.
episodio, pequeño al principio, le
En 1543 contrajo enlace con su prima permitió acabar con las institucio­
María de Portugal, quien murió dos años nes aragonesas.
Este cuadro de E lo r r ia g a
representa el m om ento en
que D on Juan de Lanuza,
bajo la v i g il a n c ia de los
soldados, se despide de los
suyos y parte hacia el pa­
tíbulo.

A n ton io Pérez, secretario del fueron quemados vivos, pues, gene­


rey, preso a consecuencia de cier­ ralmente se les ahorcaba antes de
tas maniobras políticas, logró eva­ entregar sus cuerpos a las llamas.
dirse disfrazado con las ropas de
La ejecución, que recibía el nombre
su mujer, refugiándose en Zarago­ de “ auto de fe” , era solemne. Los reos
za, capital de Aragón. Allí fue de­ desfilaban ante la muchedumbre llevan­
tenido, pero el pueblo lo libertó do en la mano cirios de cera verde, ves­
porque su arresto era contrario a tidos con túnicas amarillas y tocados con
altos birretes, decorados con diablos ro­
los antiguos fueros. Pérez huyó en­ jos. Les precedían y escoltaban familia­
tonces a Francia, donde re cib ió res del Santo Oficio, con la cabeza cu­
una pensión —lo mismo que en In­ bierta por un capuchón, provisto de dos
glaterra más tarde— en recompen­ aberturas ante los ojos, y multitud ue
religiosos que entonaban cánticos y mur­
sa de las importantes confidencias
muraban letanías. Cuenta la tra d ición
que hizo a ambos gobiernos sobre que en un “ auto de fe” celebrado en
asuntos del estado español. presencia de Felipe II, un titulado here­
Irritado por la actitud del pue­ je, Carlos de Sessa, interpeló al rey ex­
clamando: “ ¿C óm o un g en tilh om b re
blo de Zaragoza, Felipe II mandó como vos entrega a estos monjes un gen­
un ejército que ocupó la ciudad. tilhombre como y o?” i
El justicia mayor, Juan de Lanuza, “— Si mi hijo fuera tan perverso co­
jefe de la oposición, fue decapitado mo vos, yo mismo llevaría el primer haz
de leña para quemarlo” , replicó Felipe.
en 1592. Algunos nobles aragone­
ses partidarios suyos murieron en La religiosidad del monarca no
prisión ese mismo año, según pa­ le impidió ejercer estrictamente el
rece, envenenados. derecho de patronato, que le acor­
Poco después, las Cortes modi­ daba amplia ingerencia en la ad­
ficaron los fueros aragoneses. El ministración de la iglesia española;
cargo de justicia mayor pasó a ser llevó su celo al extremo de prohi­
de nombramiento real. bir, por testamento, a sus suceso­
F e l i p e II y l a I g l e s i a . Feli­ res, la renuncia de aquel derecho,
pe II, por intermedio del tribunal total o parcialmente.
de la Inquisición, o Santo Oficio, Con el mismo propósito de uni­
hizo perseguir sin descanso a los dad religiosa persiguió a los moros,
protestantes y herejes. Los culpa­ residentes sobre todo en Granada,
bles que no querían retractarse y los cuales, no obstante su aparente
los “relapsos” (reincidentes) mo­ conversión al catolicismo, mante­
rían en la hoguera, si bien pocos nían en secreto su fidelidad al Co­

84
Felipe II, ferviente católico, fue uno de los principales propulsores del m ovim iento reformista
de la iglesia apostólica romana. E l cuadro de Valdivieso lo representa presenciando el desarrollo
de un auto de fe desde una terraza de su palacio.

rán. Exasperados por el rigor, se F in de la guerra con F r a n c ia .


sublevaron en 1567, bajo la direc­ Poco antes de abdicar, Carlos V
ción de Aben-H um eya, y enta­ firmó una tregua con Enrique II,
blaron una encarnizada lucha de de Francia, sucesor de su padre
guerrillas, favorecidos por la frago­ Francisco I, que éste rompió al año
sidad de las sierras; la sierra de siguiente, atacan d o a Felipe II.
Alpujarra les servía principalmen­ Los españoles iniciaron las opera­
te de refugio. Don Juan de Aus­ ciones con la brillante victoria de
tria, hermano natural de Felipe II, San Quintín, pero la suerte de las
redujo a los rebeldes al cabo de armas se tornó luego favorable a
cuatro años de guerra sin cuartel. los franceses, quienes lograron apo­
Los pocos sob rev ivien tes fueron derarse de Calais, plaza ocupada
confinados en diversos puntos de por Inglaterra, aliada de España.
España. La guerra terminó en 1559, con
la paz de Cateau Cambresis. Por la fundación de órdenes religiosas
sus cláusulas principales, Enrique -rigurosamente disciplinadas-, ba­
II abandonaba definitivamente to­ jo la dependencia directa del papa.
da pretensión sobre Italia, y en Mientras la causa católica se
cambio se le reconocía el dominio mantenía así homogénea, en un solo
de los territorios de Metz, Toul y bloque, el protestantismo se frag­
Verdún, sobre la frontera del este. mentaba en una cantidad de sectas,
Inglaterra renunciaba a sus dere­ consecuencia natural de las disi­
chos sobre Calais. Nápoles y el dencias originadas por la facultad
Milanesado quedaban en poder de de interpretar, cada uno a su ma­
España. nera, los preceptos de la Biblia.
El tratado de Cateau Cambresis El movimiento protestante que­
señala el fin de la lucha entre dó detenido. Francia permaneció
Francia y la casa de Austria, co­ en definitiva fiel a la iglesia. Aus­
menzada en 1498. tria, Baviera, Bélgica y parte de
Como prenda de amistad, Fe­ Suiza volvieron al seno de la igle­
lipe II, viudo de María Túdor, casó sia de Roma.
con Isabel de Valois, hija de En­ España constituyó el más sólido
rique II. baluarte de la Contrarreforma, lla­
mada también reform a católica.
Este monarca murió durante los feste­
jos organizados en París con tal motivo, En el español, catolicismo y patria
a consecuencia de una herida en la ca­ formaban una unidad inseparable.
beza que accidentalmente recibió en un
torneo del que quiso participar personal­ L a c o m p a ñ í a d e J e s ú s . Esta
mente, justando contra el jefe de su Compañía, cuyos miembros se lla­
guardia. man jesuitas, fue fundada por San
Ignacio de Loyola (1491 a 1556).
LA CONTRARREFORMA Era un gentilhombre vasco, natu­
ral de Loyola, llamado Iñigo (Ig ­
Carácter de la contrarre­
nacio) López de Recalde. Luchó
form a. Frente a la amenaza del valientemente contra los franceses,
protestantismo, la iglesia católica y en un combate fue herido dé
procedió con energía en dos senti­ gravedad en ambas piernas. Du­
dos: desde el punto de vista del rante su larga convalecencia, de­
dogma, expresó ca tegórica m en te dicada a la lectura y a la medi­
sus principios, y estableció con cla­ tación de la vida de los santos,
ridad los límites que lo separaban formuló el propósito de ponerse al
de las nuevas creencias; desde el servicio de la religión, si se res­
punto de vista de la organización, tablecía.
mejoró la preparación del clero v
depuró sus costumbres.
Para luchar con mayor éxito, el
catolicismo consolidó el principio
unitario mediante la conservación
del latín com o lengua común para
el culto de todos los países, la afir­
mación del pod er suprem o del
pontífice, proclamado pastor uni­
versal, único intérprete de las es­
crituras, superior a los concilios, y
G ráfico del cisma protestante.

86
Una vez recuperada la salud, depositó enseñanza, secundaria y superior,
su espada a los pies de Nuestra Señora destinada a los hijos de nobles y
de Montserrat, cerca de Barcelona, y juz­
gando insuficiente su cultura se dirigió burgueses ricos, e im partida en
a París para estudiar teología. Tenía en amplios colegios, de perfecta orga­
esos momentos 57 años. P recozm en te nización, que alcanzaron pronto
calvo, la nariz prominente, las mejillas gran fama; a la propaganda entre
hundidas, los ojos de suave mirar, su as­
pecto y fisonomía revelaban la intensi­ los disidentes o indiferentes y a la
dad del trabajo y la severidad de los conversión de los pueblos paganos.
ayunos y mortificaciones que, según su
biógrafo, el padre Rivadeneyra, le pro­
Muchos miembros de la Compa­
ducían frecuentes desmayos y lo lleva­ ñía de Jesús partieron en misión
ron en más de una ocasión al borde de a las comarcas lejanas de Oriente:
la muerte. India Asiática, China y Japón; la
primera se estableció en Goa (In ­
En la Universidad de París, don­
dia Portuguesa). Los misioneros,
de se doctoró seis años más tarde,
pacientes, hábiles y dispuestos a
predicó con ardor a sus camaradas,
todos los sacrificios, consiguieron
seducidos en parte por el calvinis­
introducir el catolicismo en países
mo. Con seis compañeros, entre los
que no lo conocían, y revelaron a
cuales figuraba San Francisco Ja­
Europa las costumbres de pueblos
vier, fundó la orden, el 15 de agos­
y razas casi ignorados, a los cuales
to de 1534, día de la Asunción,
iniciaron en la civilización occiden­
confirmada por el papa en 1540.
tal. Su obra fue particularmente
Los estatutos redactad os por
notable en América. Actuaron efi­
San Ignacio de Loyola prescriben
cazmente en las colonias francesas
una prolongada y cuidadosa pre­
del Canadá, en California, en Ve­
paración y una sumisión estricta
nezuela, Ecuador, Perú y Brasil.
a la voluntad de los superiores,
bajo las órdenes de un jefe, el ge­ En 1585 llegaron los primeros jesuítas
neral, dependiente del papa. a Santiago del Estero. En 1607 crearon
la provincia religiosa del Paraguay, con
Para llenar sus fines, los jesuítas asiento en San Ignacio Guazú, fundada
se dedicaron con preferencia a la dos años más tarde. Redujeron los in-
dios del Guayrá, en el Alto Paraná, pero San Jerónimo (la vulgata), con ca­
hostilizados por los mestizos brasileños, rácter de único texto admitido; re­
emigraron en 1631 hacia el sur, radicán­
dose sobre el Paraná M edio y el Uruguay. conoció como dogma, o verdad que
no puede discutirse, no solamente
Una real cédula de Carlos III, las Sagradas Escrituras, sino tam­
celoso, com o otros soberanos de bién las resoluciones del Pontífice
Europa del poder alcanzado por la y de los Concilios en materia re­
orden, decretó en 1767 la expul­ ligiosa.
sión de los jesuitas, medida que se
Referentes al culto y al clero:
cumplió también en América. Las
respetó el uso del latín para la
misiones, privadas de sus directo­
misa, pero ordenó que el sacerdo­
res, decayeron inmediatamente.
te, desde el púlpito, dirigiera a los
fieles sermones en el idioma de
EL CONCILIO DE TRENTO éstos; sostuvo la existencia del cle­
ro regular y de los conventos, y la
De 1545 a 1563 sesionó, con p roh ibición de casarse para los
largos intervalos, en la ciudad de religiosos; fijó en 25 y 30 años,
ese nombre, una gran asamblea de respectivamente, la edad mínima
prelados que fijó la posición del para tomar los hábitos y ser desig­
catolicismo ante la Reforma. Sus nado obispo; dispuso que los pre­
resoluciones fueron de dos órdenes. lados residiesen en el lugar de su
Referentes a la doctrina: man­ jurisdicción; acordó la creación de
tuvo los siete sacramentos; afirmó seminarios, con objeto de impartir
la presencia efectiva del cuerpo y a los futuros sacerdotes una ins­
sangre de Cristo en la hostia y el trucción severa y completa, reco­
vino consagrados, reservando la mendándoles que, además de sus
segunda especie para los sacerdo­ funciones, se empeñasen en difun­
tes; decretó la conservación de las dir las enseñanzas cristianas.
imágenes, el culto de la Virgen y A los papas artistas y cortesanos
de los santos; conservó la traduc­ del Renacimiento, sucedieron los
ción latina de la Biblia hecha por místicos, de terrible energía: Pa­

Una reunión del Concilio de Trento, celebrado entre 1545 y 1563 en la ciudad del mismo nombre.
blo IV, im petu oso e in flexible; indispensables para afrontar las
Pío V, sa n tificad o después, que dificultades de la época. Francisco
desfilaba en las procesiones, por murió en 1560, después de dieci­
las calles de Roma, con los pies siete meses de reinado. Sus dos
desnudos y el sayal de los domi­ hermanos cayeron bajo la influen­
nicos; Sixto V, que reunió, a fuerza cia de la madre, Catalina de M é-
de economías, un gran tesoro des­ dicis, princesa italiana, carente de
tinado a costear una expedición escrúpulos, ambiciosa, audaz y pre­
contra los turcos. ocupada en mantener la autoridad
Pablo III había creado antes el real a toda costa.
tribunal de la Inquisición, formado El debilitamiento de esta autori­
por seis cardenales, para reprimir dad, en efecto, había despertado en
la propaganda cismática. la alta nobleza católica y protes­
tante —apoyada por sus parciales—
La Congregación del Index, co­
el deseo de asumir el gobierno.
misión encargada de examinar los
Al frente de los calvinistas, lla­
libros publicados y los que se pu­
mados también hugonotes (proba­
blicaran en lo sucesivo, redactó un
blemente del alemán eidgenossen:
catálogo de aquellos cuya lectura
los ju ra m en tad os), figuraban las
les estaba vedada a los fieles.
casas de Borbón, a la que perte­
necían el príncipe Luis de Condé
y Enrique, rey de Navarra, y la de
LAS GUERRAS DE RELIGIÓN Montmorency, emparentada con el
almirante Gaspar de Coligny.
La g u e r r a e n F r a n c i a . Fran­ La familia de Guisa encabezaba
cisco II, Carlos IX y Enrique III, a los católicos: Francisco, duque
hijos de Enrique II, ocuparon su­ de esa casa, se hizo famoso con su
cesivamente el trono. Los tres re­ defensa de la ciu dad de M etz,
yes, jóvenes y enfermizos, carecie- cuando fue sitiada en 1552 por
Ton de la ca p a cid a d y energía Carlos V; el cardenal de l-,orena,

89
hermano de Francisco, poseía in­ Los hugonotes organizaron, pa­
mensas riquezas; su sobrina, María ra defenderse, La Unión Calvinista,
Estuardo, reina de Escocia, había con un jefe militar y un consejo
contraído matrimonio con el rey electivo. Los católicos replicaron
Francisco II, durante el efímero fundando la Santa Liga, encabe­
reinado de éste. zada por Enrique, hijo y heredero
Los Guisa fueron los verdaderos del duque Francisco de Guisa. Jo­
soberanos de Francia. ven valiente, generoso y activo, no
Al poco tiempo de ceñir la co­ tardó en hacerse sumamente po­
rona Carlos IX , se iniciaron las pular.
guerras. En una de ellas, Francis­ De hecho, la Unión Calvinista y
co de Guisa murió asesinado, y los la Santa Liga dividieron a Francia
calvinistas lograron mucha influen­ en dos gobiernos, anulando, o poco
cia sobre el rey, con la consiguien­ menos, el poder del rey legítimo.
te alarma de Catalina de Médicis. Éste se vio obligado a designar
Resuelta a elim inarlos, la reina lugarteniente general del reino al
madre organizó una matanza ge­ duque de Guisa, después de lo cual
neral de hugonotes, abandonados a ambos marcharon a Blois. donde
su suerte por el voluble monarca, debían reunirse los estados genera­
que comenzó en la noche del 24 les, es decir, la asamblea de los
de agosto de 1572, día de San diputados del clero, la nobleza y la
B artolom é, y continuó hasta el burguesía.
día 26. Carlos IX falleció dos años
más tarde. Le sucedió Enrique III, Enrique III resolvió entonces salvar
inteligente e instruido, pero pro­ su trono eliminando al arrogante jefe
fundamente depravado. de la Liga. Una mañana de diciembre de

90
1588, el rey, que estaba en el lecho, lo ble, b u rlón, in capaz de guardar
mandó llamar. Al entrar el duque de rencor, con un gran concepto de
Guisa en el dormitorio, ocho gentiles-
hombres se alinearon, saludándolo con su autoridad, bajo apariencias cor­
profunda reverencia, pero no bien hubo teses.
pasado, cayeron sobre él y lo acribilla­
Venció a sus enemigos en las batallas
ron a puñaladas.
de Arques e Ivry, pero no pudo tomar a
Enrique III, una vez asegurado de la
París, ocupado por los españoles y liguis-
muerte del duque, se levantó de la cama
tas. En Ivry, al encabezar una carga de
y exclamó, dando un puntapié al cadá­
caballería, el rey, que llevaba en el som­
ver: “ ¡Y a no somos dos! ¡Ahora soy
brero un airón de plumas blancas dirigió
rey!”
a sus soldados una arenga famosa: “ Si
No lo fue mucho tiempo, pues mien­
perdéis vuestras cometas, destinadas a
tras sitiaba París —sublevado ante la no­
guiaros con sus sones, agrupaos en tom o
ticia del asesinato del duque-, un monje
de mi penacho blanco —les dijo—; lo en­
llamado Jacobo Clément lo hirió mortal­
contraréis en el camino de la victoria y
mente, en vengan za de aq u el suceso
del honor” .
(agosto de 1589).

Las acciones bélicas, consisten­


La Sa n t a L ig a y II.
F e l ip e
tes sobre todo en sitiar pequeñas
Enrique de Borbón, calvinista, rey plazas fuertes, las que eran sa­
de la Navarra francesa, era el pa­ queadas al rendirse, mantenían la
riente más próximo de Enrique III, lucha religiosa, pero sin inclinarla
con quien se había aliado meses a una decisión; la ayuda inglesa
antes. En consecuencia, se procla­ prestada a los hugonotes, y la es­
mó rey de Francia con el nombre pañola, a los católicos, contribuían
de Enrique IV. La Santa Liga lo a prolongarla. Enrique IV advirtió
desconoció, apoyada por Felipe II, que los ca tó lico s formaban gran
que abrigaba la intención de colo­ mayoría en Francia, y decidió de­
car en el trono francés a su hija jar el ca lvin ism o y reconciliarse
predilecta, Isabel Clara Eugenia, con la iglesia: “dar el salto mor­
nacida de su matrimonio con la tal”, según sus palabras.
princesa Isabel, hija de Enrique I I
De acucrdo con ello, a fines de julio
IV, r e y d e F r a n c i a
E n r iq u e de 1593, después de una larga conferen­
cia con cinco obispos, abjuró solemne­
Era un hábil estratego y un solda­ mente de sus creencias protestantes. La
do temerario, emprendedor, am ^ conversión fue recibida con gran júbilo.

91
Casi todos sus enemigos, opuestos a los España, y los estados generales,
planes de conquista de Felipe II, lo aca­ formados por diputados de las
taron inmediatamente.
provincias.
París cap itu ló en 1594, y la La propaganda protestante ganó
guarnición española que la defen­ prosélitos, sobre todo, en la parte
día evacuó la plaza. Al despedirla, norte; Carlos V trató inútilmente
el rey le dijo: “Recomendadme a de combatirla. Felipe II, además
vu estro señor, pero no volváis de proceder con energía contra los
más”. disidentes, envió guarniciones de
Por la paz de Vervins, firmada tropas españolas a las principales
en mayo de 1598, Felipe II reco­ ciudades, en reemplazo de las lo­
noció al nuevo monarca francés. cales. Los nobles y los burgueses
de mayor prestigio gestionaron sin
S u b l e v a c i ó n d e l o s P a ís e s éxito un cambio de actitud.
B a j o s . L os Países Bajos —eran así
llamados por estar sus tierras a En 1566, doscientos jóvenes de la aris
escaso nivel del mar, y aun debajo, tocracia se presentaron armados ante la
duquesa Margarita de Parma, hermana
protegidas por diques— compren­ natural de Felipe II y gobernadora de los
dían dos partes: la del sur, Flan- Países Bajos, para pedirle nuevamente la
des, rica e industrial; y la del nor­ suspensión de las p rin cip a le s m edidas
te, pobre, poblada por pescadores. adoptadas contra las libertades del país.
Margarita, al verlos desfilar, no pudo
Estaban divididos en provincias, contener las lágrimas. Al advertirlo uno
gobernadas por asambleas de re­ de sus consejeros exclamó: “ ¿Puede aca­
presentantes del clero, la nobleza so Vuestra Alteza temer a semejantes
y la burguesía: las ciudades goza­ mendigos?” Desde entonces, el califica­
tivo les quedó como apodo que acepta­
ban de amplia autonomía; el orden ron en gesto de desafío.
era mantenido por milicias reclu­
tadas en el lugar. En Bruselas, la En vista de la inutilidad de sus
capital, residían el gobernador trámites, los descontentos tomaron
general, nombrado por el rey de las armas, saqueando algunas igle­

92
Este cuadro de Rem brandt, famoso pintor renacentista de Amsterdam se conoce con el nombre
de “ La ronda nocturna” ; representa una com pañía de arcabuceros, con su capitán al frente.
Fueron éstos los hombres que se sublevaron contra la dom inación española. (R ijksm useum de
Am sterdam .)

sias. Felipe II envió entonces un Margarita, consiguió dividir a los


ejército de 14 000 hombres, a las rebeldes, en 1579, gracias a las
órdenes de don Fernando Álvarez diferencias religiosas: Flandes, que
de Toledo, duque de Alba, a quien seguía siendo católica, se sometió
nombró gobernador en lugar de la a España; el norte, calvinista, pro­
duquesa de Parma. Alba instituyó clamó su independencia en 1581,
un tribunal extraordinario, llama­
do de los Disturbios, pronto cono­
cido por el de la Sangre, a causa
de su excesiva severidad. En tres
meses ordenó 1800 ejecuciones,
siendo sus víctimas más ilustres
los condes Egmont y Hoorn, que
se habían distinguido en el servi­
cio de España. Lejos de amilanar­
se, la población se levantó en masa,
a principios de 1572, dirigida por
Guillermo de Nassau, príncipe de
Orange, apodado El Taciturno, por
su parquedad de palabras. La gue­
rra, singularmente cruel, permane­
ció indecisa; los holandeses rom­
pieron diques e inundaron varios
puntos de su país para dificultar
la marcha del enemigo; sus corsa­
rios hostigaron encarnizadamente
a la flota española; Francia e In­
glaterra les prestaron ayuda. Ale­
jandro Famesio, hijo de la duquesa
M edalla acuñada en la seg da mitad del siglo
XVI. Representa a M aría Estuardo, reina depuesta
de Escocia, condenada a muerte por Isabel I de
Inglaterra. (M u seo B ritánico.)

formando la República de las Pro­


vincias Unidas. La lucha continuó
hasta 1609, en cuya fecha, el nue­
vo rey, Felipe III, firmó una tregua
de doce años.
De hecho, los Países Bajos que­
daron seccionados en dos partes:
la española (más tarde Bélgica) y
la independiente.
el interior, con persecu cion es y
LA LUCHA CONTRA INGLATERRA condenas a muerte —entre éstas, la
de María Estuardo, reina de Esco­
A la muerte de María I Túdor, cia, expulsada por sus súbditos—;
ciñó la corona de Inglaterra su en el exterior, combatiendo a Feli­
hermana Isabel I, de religión an­ pe II. En el primer caso la religión
glicana. iba asociada con la sospecha de
La nueva reina luchó implaca­ que María Estuardo quería arreba­
blemente contra el catolicismo: en tarle la corona por ser su pariente
más inmediata, y en el segundo
con la codicia despertada por la
riqueza de los dominios españoles.
Para hostilizar a España, esti­
muló la guerra de corso: numero­
sos barcos, tripulados por marinos
audaces, apodados “los perros del
mar”, recorrieron el Atlántico v o’
Pacífico, capturaron los galeones
que volvían de América y saquea­
ron diversos puertos del Nuevo
Mundo.
Felipe II decidió declararle la
guerra, y en 1588 intentó apode­
rarse de las islas Británicas; para
ello organizó la “Armada Invenci­
ble”, com puesta de 135 naves,
2 000 cañones, 10 000 marinos y
19 000 soldados de desembarco, a
las órdenes de Alonso Pérez de
Guzmán, duque de Medina Sido-
nia. 30 000 hombres más, concen-

E l ju ic io a M aría Estuardo, según el d ibu jo de


R o b e r t B e a le , testigo presen cial. O b se rv e la disp o­
sición de los ju e c e s : la rein a acu sada está sentada
a t r a s , a la d e re ch a . ( M u s e o B r itá n ic o .)

94
En la época de Isabel I, la
flota inglesa alcanzó fama
mundial con el dom inio de
lo s m a r e s. Esta talla en
m adera del siglo XVI repre­
senta el “ A rk R oy a l” (A r ­
ca R ea l), buque insignia de
la soberana. (M u seo Bri­
tánico.)

trados en los P aíses B ajos, al preocupado, com o su padre, en li­


mando de Alejandro Farnesio, de­ brar al Mediterráneo occidental de
bían incorporárseles. La empresa los ataques de los piratas berberis­
fracasó completamente por la im­ cos de Trípoli, Túnez y Argel.
pericia del jefe, las violentas tem­
pestades y la tem eridad de los La flota de los españoles, venecianos
ingleses, esp ecia lm en te del gran y pontificios, integrada por 264 naves, al
mando de don Juan de Austria, triunfó
navegante y corsario Francisco
sobre los turcos en Lepanto, a la entrada
Drake, que acosaron sin cesar a los del golfo de Corinto, el 7 de octubre de
expedicionarios y lanzaron contra 1571. La victoria, sin embargo, no afec­
ellos los brulotes (pequeñas em­ tó fundamentalmente el poder del sultán
debido a las disidencias que separaron a
barcaciones rellenas de estopa y
los aliados.
alquitrán encendidos), utilizando El gran visir, o primer ministro turco,
el viento y las corrien tes favo­ pronunció al respecto esta frase, reflejo
rables. fiel de la situación: “ Cuando conquista­
mos un reino a los cristianos, les arran­
Al recibir Felipe II la noticia camos un miembro que no brota ya;
del desastre, sin perder la calma y cuando perdemos una escuadra, es como
aludiendo a la destruida escuadra, si nos raparan la barba: retoña con más
fuerza” .
exclamó: “Y o la envié a luchar
con los hombres y no con las tem­
pestades”.
LA UNIDAD
PENINSULAR ESPAÑOLA

ESPAÑA FRENTE A LOS TURCOS En el año 1578, el rey de Por­


tugal, don Sebastián, dirigió una
El sultán Selim II, sucesor de expedición contra Marruecos, pe­
Solimán el Magnífico, mantuvo el reciendo en la empresa. Dos años
Propósito de dominar el Medite­ más tarde, el trono quedó vacante
rráneo. Venecia, principal objetivo por fallecimiento del cardenal don
de sus ataques, consiguió el apoyo Enrique, tío del citado monarca.
del papa Pío V y del rey Felipe II, Felipe II, cuya madre era por­

95
tuguesa, se consideró sucesor legí­ destruido la actual crítica histórica
timo, y envió a ese país un ejército en forma documentada.
bajo el mando del duque de Alba, La vida de Felipe II fue amar­
para combatir al pretendiente An­ gada, entre otros sinsabores, por
tonio de Crato, sobrino bastardo de la inconducta de su primogénito,
don Enrique. Los invasores triun­ el infante Carlos.
faron fácilmente; Portugal y sus
colonias pasaron ai dominio de Es­ De aspecto físico desdichado, la debi­
paña, que las retuvo hasta 1640. lidad mental de este príncipe se agravó
La península ibérica quedó así uni­ por una lesión recibida en el cráneo al
caer desde lo alto de una escalera. En
ficada por más de medio siglo. su extravagante vanidad, que no se ave­
nía con el papel, relativamente secunda­
rio, propio de su estado y condición,
culpó a su padre de humillarle delibera­
ÚLTIMOS AÑOS DE FELIPE II damente, cobrándole un odio profundo;
pensó asesinarlo y huir a Flandes, al
amparo de los calvinistas. La conspira­
C ierto s escritores p resen ta n a ción, torpemente urdida, fue descubierta
F e lip e I I c o m o a u n m o n stru o , y y Felipe II no tuvo más remedio que or­
denar la prisión del infante y procesarlo.
a su rein ad o c o m o u n p e río d o de
Antes de dictarse la sentencia, Carlos
i n i q u i d a d e s . E s la d e n o m i n a d a dejó de existir a consecuencia de una
leyen d a negra, c u y a s fa lse d a d e s ha violenta fiebre.

96
Algunos meses después falleció la prosperidad económica y de la
también la reina Isabel de Valois. potencia política de Inglaterra.
Felipe II, que no tenía hijos varo­ En el orden externo, estimuló y
nes, contrajo cuartas nupcias, en apoyó la insurrección de los Países
1570, con su prima Ana de Aus­ Bajos y ayudó a los protestantes
tria de la que tuvo el infante don franceses. La derrota de la Arma­
Felipe. da Invencible le aseguró el domi­
nio de los mares. En el orden

El rey murió en El Escorial, en 1598,


después de soportar con admirable ente­
reza una prolongada y cruel enfermedad.
Próximo a la agonía, cubierto por las
llagas supurantes de una infección que
le corroía las carnes, hizo comparecer al
príncipe heredero “ para que viera en qué
paraban las grandezas de los reyes” .

Isabel de Inglaterra

El largo reinado de Isabel (1558


a 1603), o era isabelina, com o suele
designársela, señala el comienzo de

Isabel I de Inglaterra. Loa rasgos severos del ros-


tro se acentúan por la dureza de la lujosa vesti­
menta, que parece aprisionar el cuerpo de la reina
entre líneas geométricas. (Cuadro d e Nicolás Hil­
liard.)
interno, consolidó la religión angli­ la de barro cocido. Se generalizó el
cana, saneó las finanzas y resta­ uso de los buenos muebles y de las
bleció la tranquilidad pública. alfombras, tapices y cuadros. Los
Dos grandes renglones económi­ n obles con stru yeron castillos y
cos progresaron notablemente: la casas de campo en medio de ver­
ganadería, por la cruza y refina­ des prados, rodeados por árboles
miento de los animales vacunos y cuidados con esmero.
con reses traídas de Holanda —ori­ En las letras y en la filosofía
gen de la raza Durham—, o de florecieron Shakespeare y Bacon.
Alemania —origen de la raza Here- Isabel de Inglaterra murió de
ford—, y la fabricación de tejidos, pulmonía en abril de 1603.
desarrollada con la inmigración de
millares de obreros flamencos, fugi­
tivos de su patria por causas reli­ Enrique IV de Francia
giosas y políticas. Inglaterra, que
exportaba la lana para los estable­ E l e d i c t o d e n a n t e s . El nuevo
cimientos fabriles del continente soberano promulgó en abril de 1598
europeo, comenzó a tejerla en su el edicto de Nantes, que garanti­
propio territorio. zaba la libertad de conciencia en
El comercio acreció con igual todo el reino, la libertad de culto
ritmo. Londres igualó, y luego su­ en ciertos puntos y la igualdad
peró, al puerto de Amberes, afec­ absoluta entre católicos y protes­
tado por las guerras civiles. En tantes ante los empleos públicos.
1510, sir Tomás Gresham fundó Además, concedió a los calvinistas
el “Royal Exchange”, o Bolsa de alrededor de cien plazas fuertes,
Londres, convertida rápidamente com o prenda de seguridad, y les
- y hasta hace algunos años— en el reconoció el derecho de celebrar
más grande mercado de valores periódicamente asambleas genera­
del mundo. les denominadas sínodos.
Mejoraron también el género de
vida y la cultura. Las casas de M e j o r a s e n e l r e i n o . Al mis­
piedra fueron sustituyendo a las mo tiempo Enrique IV trabajó
de madera; la vajilla de metal, a empeñosamente en reparar los es­
E l “ R oyal Exchange” , o bolsa de Londres, llamaba la atención en la época por la columnata
y las estatuas que decoraban el edificio. Fue destruido en 1666 por un gran incendio.
tragos causados por las guerras de El enriquecimiento personal de
religión, contando para ello con la los reyes, con la confiscación de los
colaboración de su gran ministro bienes eclesiásticos en algunos paí­
M a x im ilia n o de Bethune, duque ses, y con los recursos de América
de Sully. en España.
Cabe citar entre sus mejores La form ación de un e jé rcito
actos, los siguientes: mejoró la mercenario bien disciplinado, que
agricultura y la ganadería, prohi­ dependía directamente del monar­
bió el embargo de los útiles de ca, y la supresión de toda tropa
labranza y de las reses, emprendió particular o municipal.
trabajos de canalización, irrigación La ampliación de la justicia real,
y desecación de pantanos, fomentó que suprimió los derechos feudales
el cultivo de la morera, para la de alta justicia (condenas a muer­
cría del gusano de seda, y estimuló te ) y limitó las facultades de los
las industrias de paños, terciopelos, tribunales señoriales y eclesiásticos.
tapices, cueros y cristales, y las La organización de una adminis­
sederías de Lyon. tración cada vez más centralizada:
ministros o secretarios de Estado,
La rigurosa economía y severa vigi­ consejos, intendentes, em plead os;
lancia de Sully restauraron las maltre­
todos dependientes del rey.
chas finanzas del reino. Además de pagar
fuertes deudas, pudo acumular un consi­
derable tesoro, no obstante haber reba­
jado determinados impuestos, abrumado­
res para el campesino.
Enrique IV deseaba llevar el bienes­
LAS NUEVAS IDEAS
tar a todos los hogares. “ Si Dios me
concede vida —decíale al duque de Sabo-
ya-, haré que no haya un campesino que Este absolutismo de hecho fue
no pueda poner una gallina en su olla explicado y sostenido teóricamente
cada domingo.”
por algunos tratadistas, como el
francés Juan Bodin, autor de la
obra más importante del siglo xvi
sobre el Estado.
El absolutism o El factor político se sobrepuso al
religioso, com o lo demuestra la
alianza de Francisco I con los tur­
La autoridad de los soberanos cos y de estados protestantes con
aumentó gradualmente hasta con­ católicos; sólo en España se con­
vertirlos en dueños y árbitros de funden en un solo concepto reli­
sus respectivos países. Diversas gión y nacionalidad.
causas facilitaron la concentración
L as naciones com b a tieron el
del mando, com o veremos a conti­
predominio de una de ellas (en este
nuación.
caso, España), preparando así la
La decadencia de la nobleza y idea del equilibrio europeo, que se
el debilitamiento de la iglesia, a desarrollará en el siglo siguiente.
consecuencia de las guerras civiles El tactor económico, principal
y de religión. resorte de la actividad de la bur­
La reducción del poder de los guesía, adquirió una importancia
parlamentos, fueros y autonomías decisiva en la con d u cción del
municipales. estado.

99
L a Compañía H olandesa de las Indias Occidental
envió en 1655 una em bajada a China, para gestión
un tratado com ercial. Los delegados volvieron impi
sionados por el fasto que rodeaba al emperador. (Gi
bado d e W . Hollar, 1 6 6 8 .)

las ciudades, o confederación de


ciudades, pasó ahora a la nación,
salvo en partes de Italia y Alema­
nia; hubo así una economía nacio­
nal, de horizontes más amplios.
La agricultura y la ganadería
preocuparon a los gobernantes, so­
bre todo en Francia e Inglaterra,
países donde adquirieron notable
impulso.
Las cuantiosas remesas de plata
americana desarrollaron la econo­
mía monetaria; los precios subie­
ron en beneficio de los traficantes
y en perjuicio de la masa obrera,
cuyos salarios se estancaron, por
la incapacidad de los gremios para
LOS CAMBIOS ECONÓMICOS defender sus intereses en el terreno
político.
Con el descubrimiento de Amé­ El crédito tomó mayor impor­
rica y la formación del imperio tancia y surgieron las grandes em ­
portugués en África y Asia, el eje presas con el propósito de explotar
comercial se desplazó del Medite­ países lejanos, siendo las primeras
rráneo al Atlántico, trazando un la Compañía de las Indias Orien­
semicírculo que va de Sevilla a tales, holandesa, con miras a la
Lisboa, A m beres, Á m sterdam y Indonesia, y las dos compañías
Londres, centros sucesivos del co­ inglesas con objetivos en América.
mercio mundial. De aquí el nacimiento del capi­
La actividad comercial y naval, talismo y el colonialismo, cada vez
que en la Edad Media y principios más influyentes en los siglos pos­
de la Moderna estaba en manos de teriores.

100
H A C IA EL EQ UILIBRIO EUROPEO

Los Austria menores

La decadencia p o lítica de España, in iciada al fin a l del reinado


de Felipe II, hace crisis en el período de sus tres sucesores,
de m an ifie sta in e p titu d . En cam bio, las letras b rilla n con in ­
com parable fu lg o r. Francia reem plaza a España en la p rim a ­
d o del m undo. Pero la revolución inglesa abre la era de la
soberanía popular, cuyas consecuencias se se n tirá n en el si­
glo X V II I.

Absolutismo monárquico el gobierno a su favorito, Francisco


de Sandoval, duque de Lerm a,
OLIVARES soberbio y rapaz. Durante su rei­
nado fueron expulsados los moros
A Felipe II sucedió su hijo, Feli­ que aún quedaban en España.
pe III, monarca tímido, piadoso, Felipe IV, hijo del monarca an­
amigo de las fiestas, que entregó terior, era más inteligente que su
Gaspar de G ium án, conde-duque de Olivare«, “ pri­
vado” del rey Felipe IV . Durante m6* de veinte
años fue el v e r d a d e r o g o b e r n a n t e de España.
(Fragm ento d e un cuadro de Velásques / M useo
del Prado.)

co y mental a quien apodaron el


Hechizado, por suponerlo víctima
de algún sortilegio diabólico. No
obstante su precaria salud, vivió
cerca de cuarenta años (1661 a
1700), dirigido por su madre, M a­
riana de Austria, por su hermano
bastardo don Juan de Austria (que
no debe ser confundido con el ven­
cedor de Lepanto), y otros perso­
najes, cuya despiadada guerra de
intrigas aceleraron el derrumbe de
padre y amigo de las artes, pero la monarquía.
indolente y dado a los placeres.
Delegó los asuntos de estado en
su favorito Gaspar de Guzmán,
conde-duque de Olivares, hombre
ambicioso y enérgico, que se esfor­
zó en levantar el decadente pode­
río español; para ello castigó seve­
ramente a los favoritos del rey
anterior y a los altos empleados
autores de abusos, suprimió mu­
chos puestos inútiles y procuró
unificar las distintas partes del rei­
no en un sistema administrativo,
político y financiero com ún.'
Sus tentativas fracasaron. Por­
tugal se sublevó en 1640 y procla­
mó rey a Juan IV de Braganza;
también hubo revueltas en Cata­
luña y Nápoles, y fueron necesa­
E l rey Carlos II de España, cuya debilidad física y
rias largas luchas para sofocarlas. mental se reflejan en este retrato, debido a Juan C.
Inglaterra y Francia entraron en Miranda. Fue el últim o H absburgo español. (M useo
la contienda y causaron sensibles d e Historia del A rte d e V iena.)

pérdidas. Olivares perdió el favor


real y murió loco. Como el rey carecía de descen­
Su sobrino, Luis de Haro, lo re­ dencia, preocupaba desde mucho
emplazó en el mando, y, aunque antes de su muerte a las cortes
hábil diplomático, cuidó en primer europeas el problema de la heren­
término sus intereses y los de sus cia española. Los principales aspi­
parientes y amigos. rantes eran el rey de Francia Luis
Los varones nacidos de los dos X IV y el emperador de Alemania
matrimonios de Felipe IV murie­ Leopoldo I, ambos hijos y esposos
ron antes que él, menos el último de princesas españolas. Luis apo­
y sucesor, Carlos II, retardado físi­ yaba a su nieto, Felipe de Anjou,

102
R endición de la ciudad holandesa de Breda a las armas españolas; episodio ocurrido b ajo el
reinado de Felipe IV . Cuadro de Velázquez, artista de la corte que pintó los principales perso­
najes de su época; vuelva a observar “ Las M eninas" (pág. 1 6 ). (M u seo del P rado.)

y Leopoldo a su segundo hijo, el fachadas de las iglesias. Esos sun­


archiduque Carlos. tuosos adornos, la profu sión de
Inglaterra y las demás naciones imágenes, el em p leo de m etales
veían con desagrado el posible finos (oro y plata) en la decora­
triunfo de cualquiera de ellos, pues ción de púlpitos y altares, etc., re­
los hubiera hecho demasiado pode­ cibió el nombre de barroco. Éste
rosos. Por eso pareció imponerse tuvo gran difusión en América gra­
la idea del reparto: la casa de cias a la riqueza de minerales cos­
Austria recibiría España, Flandes y tosos y a la propensión al lujo de
las colonias de América; la casa de su clase dirigente.
Francia, las posesiones de Italia:
Sicilia, Nápoles y Milán. Pero la En este período, las letras alcan­
idea no prosperó, y a la muerte de zaron en España un esplendor que,
Carlos estalló la llamada “Guerra iniciado en el siglo xvi, culmina
de Sucesión”, que estudiaremos en en el siglo x v i i con el nombre de
el capítulo siguiente. Siglo de Oro.
Entre sus rasgos característicos
caben citar los siguientes.
El Siglo de Oro español Su extraordinario vigor y per­
fección, debido a la presencia de
un gran número de autores emi­
E l b a r r o c o . En materia de ar­
nentes.
te: en contradicción a la tenden­
cia calvin ista de suprim ir todo Su ii¡fluencia en Francia, Italia,
adorno al templo, la arquitectura Portugal y América. Sus modelos
cristiana, con participación de ar­ inspiraron al francés Corneille y a
tistas, sobre todo italianos, se es­ otros literatos, al punto de incu­
meró en el lu jo de las naves y rrir más de una vez a la imitación.

103
Tam bién la escultura y demás artes
plásticas florecieron en el Siglo de
Oro español: o b s é r v e n s e , c o m o
ejem plo, estos apóstoles del retablo
m ayor de la C a t e d r a l de Huesca.
( F o to A rc h iv o M a s.)

La aparición de la mística, poe­ La e v o l u c i ó n d e l a p o e s í a .


sía y prosa de tema religioso, “lo La influencia poética ejercida por
más noble y orginal del pensamien­ Italia determinó la formación de
to hispánico”. la escuela italiana, encabezada por
Juan Boscán, a la que se opuso la
El apogeo de la novela: la caba­ española, sostenedora de los anti­
lleresca sufrió una franca decaden­ guos modelos. A parecieron des­
cia y fue barrida por el ridículo pués la escuela salmantina (de
que arrojó sobre ella El Quijote. Salamanca), sobria y profunda, y
Surgieron o se afirmaron, en cam­ la sevillana, suntuosa y deslum­
bio, la pastoril, la histórica y la brante.
costumbrista. La novela picaresca,
especie típicamente nacional, des­ El mal gusto literario de la época ori­
cribe con particular colorido y gra­ ginó el culteranismo, admirador de la
cejo las costumbres y la vida de extravagancia y rebuscamiento del len­
guaje, y el conceptismo, afecto a los
los truhanes y picaros (de donde equívocos y sutilezas de pensamiento y
le viene el nom bre), mezcla de lenguaje.
mendigos, jugadores fulleros y sol­
dados de aventura. La más antigua Fray Luis de León, profesor de
es El lazarillo de Tormes. Novelas la Universidad de Salamanca, fue
picarescas son también las llama­ un poeta apacible, inspirado en los
das ejemplares, de Cervantes. clásicos griegos y latinos.

104
Fray Luis de León.

llena de privaciones. Murió en


Madrid en 1616.
Es autor de las Novelas ejem ­
plares, de otras muy extensas y de
buena cantidad de comedias y poe­
sías. Pero su producción culmi­
nante, obra maestra de la litera­
tura castellana, es El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha,
llamada “epopeya cómica del gé­
nero humano”. Consta de dos par­
tes: la primera, impresa en 1605;
la segunda, diez años más tarde,
compuesta, entre otras causas, por
la necesidad de desvirtuar una
Encarcelado por la Inquisición, du­ falsa “continuación” de la primera,
rante cinco años, al volver a dictar su
cátedra pronunció aquellas sublimes pa­ que había aparecido.
labras: “ como decíamos ayer” , que en­
carnaban el olvido y el perdón por los Tiene por objeto aparente burlarse de
padecimientos sufridos. los libros de caballería y del exagerado
afán de aventuras, pero su verdadera sig­
nificación es más profunda. El protago­
Fernando de Herrera, célebre nista, Alonso Quijano, pacífico vecino de
por la encendida fantasía, la mag­ un lugar de la Mancha, enloquecido oor
nificencia de las imágenes y la la lectura de aquellos libros, con el nom­
bre de Don Quijote sale a desfacer en­
elegancia y sonoridad del estilo
tuertos y se convierte en el símbolo de
de sus odas y poesías. una época. Su contraste con el escudero
que lo acompaña, Sancho Panza, encar­
Félix Lope de Vega y Carpió, nación del sentido común y prosaico de
la vida, señala la eterna lucha entre el
de fecundidad no superada, escri­
espíritu y la materia.
bió más de 1800 obras dramá­
ticas, de las que se conservan unas Pedro Calderón de la Barca,
quinientas. soldado en su juventud y luego
eclesiástico, escribió más de cien
Además del teatro, cultivó la poesía
lírica, la novela, la historia y, en general, comedias y dramas de capa y es-
tod os los géneros, con una facilidad
asombrosa. En la madurez tomó los há­
bitos de franciscano. Ha sido denomina­
do el Fénix de los Ingenios.

Miguel de Cervantes Saavedra


nació en Alcalá de Henares en
1547. Combatió en Lepanto, y al
regresar a España fue capturado
por los piratas, que lo condujeron
a Argel, donde permaneció cautivo
cinco años. Vuelto a Madrid llevó
una existencia oscura y penosa,
M ig u e l d e C e rv a n te s S aa ved ra.
pada, en las que el honor, los celos, madre, María de Médicis. Era
el amor, la venganza y, en general, ésta una mujer supersticiosa y de
las fuertes pasiones, mueven a los escasa inteligencia, que no tardó
personajes. La vida es sueño y El en caer bajo la influencia de Leo­
alcalde de Zalamea son sus dos nor C aligai y Concino Concini,
obras más conocidas. quienes comenzaron a lucrar sin
ningún escrúpulo, a costa del
Francisco de Quevedo y Villegas estado.
compuso ingeniosos versos satíri­ En 1617, el joven rey, influido
cos, novelas picarescas y obras di­ por algunos cortesanos, ordenó el
dácticas y morales. arresto de Concini, y com o éste
pretendiera resistir fue muerto a
Juan Ruiz de Alarcón, mexicano,
pistoletazos. Su esposa, acusada
fue el poeta de la amistad y el
sacrificio. Su teatro persigue un de brujería, fue condenada a pere­
propósito moralizador; lo carac­ cer en la hoguera.
terizan la sen cillez y el gusto Luis X III era un monarca de
depurado. ánimo apocado y poco comunica­
tivo, inteligente, laborioso y buen
Otros escritores que están muy lejos soldado. Su carácter y sus pocos
de agotar el incomparable conjunto de años no le permitieron imponerse.
autores ilustres fueron Luis de Góngora
Francia fue convulsionada por los
y Argote, poeta culterano y brillante;
Baltasar Gracián, famoso por su obra El disturbios; los protestantes, orga­
criticón, y Tirso de Molina (fray Gabriel nizados militarmente, hicieron re­
T éllez), autor de más de setenta dramas conocer sus libertades y privile­
y comedias, como El burlador de Sevilla,
gios; la alta nobleza, los grandes,
basada sobre la leyenda de Juan Tenorio.
mediante amenazas y ataques de
Entre los historiadores descolló el pa­
dre Juan de Mariana con su Historia de fuerza, obtuvo crecidas sumas de
España. dinero en concepto de pensiones
La literatura religiosa contó con fray y regalos, que agotaron el tesoro, y
Luis de Granada y Santa Teresa de Je­ se adjudicó los principales puestos
sús, natural de Ávila, escritora apasiona­
públicos.
da, vigorosa y espontánea, autora de Las
moradas. En esas circunstancias comenzó
a actuar Armando du Plessis, car-

RICHELIEU

Un visionario semiloco, llamado


Ravaillac, asesinó en 1610 a Enri­
que IV. Con ello quedó interrum­
pido el período de prosperidad del
reino.
El hijo de Enrique IV, Luis
X III, niño de nueve años, ascendió
al trono bajo la regencia de su

M aría de M édicis, regente de Francia durante la m


noria de edad de Luis X I I I . (R etra to de F. Pourbu*
Galería de los Oíicios, Florencia.)

106
Arm ando du Plessis, cardenal de Richelieu,
ministro de Luis X II I .

L ucha contra los protes­


tantes. El cardenal no podía
tolerar que dentro del reino exis­
tiese un verdadero estado calvi­
nista, provisto de ejércitos y plazas
fuertes y con asambleas directivas.
En 1627, inició una campaña para
destruirlo, cuyo episodio más im­
portante fue la toma del puerto de
La Rochela, baluarte de los protes­
tantes, después de casi un año de
sitio. Este triunfo determinó el
sometimiento general de los hugo­
notes; un decreto, llamado la Gra­
denal de Richelieu. En 1624 fue
cia de Alais, les quitó los privile­
nombrado jefe del Consejo Real
gios militares, pero les dejó la li­
-puesto equivalente al actual de
bertad de culto y la igualdad con
prim er m in istro-, que conservó los católicos.
hasta su muerte (1 6 4 2 ).
Richelieu, poseedor de un pode­
roso talen to, extensa cultura y L ucha contra la nobleza .
enérgica voluntad, era de carácter Fue ésta más larga y enconada,
autoritario, violento e insensible. fecunda en conspiraciones y re­
Tenía el más alto concepto del vueltas, descubiertas y castigadas
poder real, símbolo de la nación. sin piedad. Muchos nobles pere­
Para afirmarlo se propuso: en lo cieron en el cadalso y numerosos
interior, establecer el absolutismo, castillos fueron demolidos. Gastón
y en lo exterior, consolidar el pres­ de Orleáns, hermano del rey, y
tigio de Francia. María de Médicis, tomaron parte
Luis X III, aun cuando no le en la oposición, junto con los seño­
tenía mucho afecto, lo dejó obrar res; todos fracasaron.
considerándolo indispensable. Pa­
ra realizar su prim er prop ósito, En 1630, la reina madre arrancó de
Luis X III, gravemente enfermo, la pro-
Richelieu se enfrentó con los pro­ mesa de licenciar al cardenal; meses más
testantes y con la nobleza. tarde, ya restablecido el monarca, lo vi-
sitó para decidirlo a firmar la destitu­ estaban los gobernadores, miem­
ción. En ese momento llegó Richelieu; bros de la aristocracia. Un edicto
como encontrara cerrado el salón donde
se celebraba la entrevista, penetró por prohibió intervenir en política a los
una puertecilla excusada, cuya llave po­ Parlamentos (cuerpos judiciales).
seía. “ ¡Vedle!” , exclamó el rey, descon­ Para- consolidar el prestigio ex­
certado. María de Médicis, repuesta de terior de Francia, su otro gran
la sorpresa, apostrofó violentamente al
primer ministro, que la escuchó impasi­ propósito, Richelieu desplegó una
ble. Luis X III puso fin a la penosa es­ política habilísima en la guerra de
cena sin adoptar ninguna resolución, pero los Treinta Años.
por la noche mandó llamar a Richelieu
y, después de una prolongada conversa­
ción, le ratificó su confianza. Los ami­ LA GUERRA -
gos de la reina madre fueron detenidos, DE LOS TREINTA AÑOS
y ésta, al cabo de algunos meses, recibió
la orden de abandonar la corte. Sus c a u s a s . Esta contienda, que
Un edicto p r o h ib ió , bajo pena de duró de 1618 a 1648, fue originada
muerte, los duelos, verdadera plaga de la
época. En señal de desafío, varios no­
por causas religiosas y políticas, y
bles se batieron a mediodía en la Plaza tuvo por escenario, en su mayor
Real, uno de los sitios más concurridos parte, el territorio del im perio
de París. Dos de ellos fueron arrestados alemán.
y decapitados, a pesar de las influencias
interpuestas a su favor. Como el rey in­ C a u s a s r e l i g i o s a s . Fueron,
sinuara a Richelieu su deseo de indultar­
los, éste le respondió: “ Señor: se trata
principalmente: la triple rivalidad
de cortar la cabeza a los duelos, o a los entre los luteranos, los católicos y
edictos de Vuestra Majestad” . los calvinistas; las nuevas expro­
piaciones de bienes eclesiásticos en
El absolutismo se afirmó tam­ violación con el compromiso de no
bién, mediante la creación de los continuarlas, establecido por la
intendentes, elegidos entre la bur­ pacificación de Augsburgo; los pro­
guesía, con la misión de inspeccio­ gresos de la Contrarreforma, en
nar las provincias, a cuyo frente vías de reconquistar al pueblo ale­
mán, y la sublevación de los pro­ penetró en el palacio real de Pra­
testantes checos, de Bohemia, con­ ga, capital del reino, y arrojó por
tra su rey católico. las ventanas a los funcionarios,
M u ch os prín cipes, partidarios acto conocido por la defenestración
de la Reforma, bajo la dirección de Praga.
del Elector Federico V, fundaron El conflicto cundió rápidamente
la Unión Evangélica, los príncipes por Alemania con la intervención
y obispos católicos, encabezados de la Unión Evangélica y la Santa
por el duque Maximiliano de Ba- Liga. M a x im ilia n o de B aviera
viera, respondieron constituyendo derrotó a los bohemios en la bata­
la Santa Liga. lla de la Montaña Blanca, en 1620.
La religión católica fue impuesta
en el país con exclusión de toda
C a u s a s p o l í t i c a s . Cabe señalar otra; el empleo del idioma alemán
entre ellas: el deseo sustentado por se hizo o b lig a torio; la nobleza
el emperador Fernando II de con­ quedó diezmada y los campesinos
vertir el Sacro Imperio, federal y debieron pagar pesadas contribu­
electivo, en centralizado y heredi­ ciones.
tario; la oposición de Francia a tal Los protestantes apelaron enton­
propósito, que hubiera creado una ces al auxilio del rey de Dinamar­
gran potencia sobre su frontera ca, quien fue rápidamente vencido.
oriental; la política de Richelieu, Alentado por su éxito, Fernando II
empeñado en extender los domi­ publicó el edicto de restitución,
nios franceses hasta la orilla iz­ ordenando la devolución de los
quierda del Rin, considerada por bienes eclesiásticos confiscados a
él com o límite natural del reino\ partir de 1552. Recibió el encar­
y la resistencia de los estados ale­ go de hacerlo cumplir, Wallenstein,
manés a dejarse absorber por el famoso aventurero al servicio del
emperador. emperador.
D e s a r r o l l o d e l a g u e r r a . La Circuló además la idea de que
lucha comenzó en Bohemia. Fer­ el soberano no debía ser electivo
nando II, que aspiraba implantar sino hereditario, con mando efec­
el catolicismo como religión única, tivo y absoluto sobre una Alema­
ordenó allí el cierre de algunos nia unificada, lo que alarmó a los
templos luteranos. La población se príncipes alemanes y a los monar­
sublevó; un grupo de exaltados cas vecinos.
La guerra de los Treinta Años sem bró la desolación en los países que fueron escenario de la
lucha. Los soldados mercenarios saqueaban e incendiaban granjas y aldeas ocasionando tanto
daño com o las batallas mismas. Este grabado pertenece a “ Las grandes miserias de la guerra”
dibujadas por J. Callot en 1633. (B iblioteca Nacional de Estampas, París.)

Uno de ellos, el rey de Suecia W e s t f a l ia y l a p a z r e l ig io s a .


Gustavo Adolfo intervino en favor
Los estados beligerantes firmaron
de los protestantes derrotando a
en 1648 los tratados de Munster
Wallenstein en la batalla de Lutzen
y Osnabrück (ciudades de West­
(1 6 3 2 ), pero murió en la acción,
falia), que inauguraron el princi­
anulándose con ello las ventajas
pio del equilibrio europeo y de la
de la victoria.
representación diplomática perma­
En 1635, Richelieu, que había nente e influyeron en la política
estado ayudando secretamente a continental hasta la Revolución
los enemigos del emperador, deci­ Francesa.
dió participar abiertamente en la
guerra. Los franceses atacaron con
especial empeño a los españoles,
aliados de Fernando II. Flandes
fue el principal teatro de las opera­
ciones. Luis de Condé, duque de
Enghien, jefe francés, obtuvo allí
los victorias de Rocroi y Lens.
En 1648 un ejército francosueco
a las órdenes de Enrique de Ture-
na derrotó a los austríacos en la
batalla de Sommerhausen, y mar­
chó sobre Viena. El nuevo empe­
rador, Femando III, elegido en
1637 a la muerte de su padre,
solicitó la paz.

M osqueteros de la guerra de los Teinta Años.

110
En materia de religión, la paz Los Estuardo en Inglaterra
de Westíalia mantuvo el principio
de que cada país tendría la de su Como Isabel, última soberana
soberano, aunque concedió facili­ de la casa Túdor, murió soltera,
dades a los disidentes para emigrar. el trono pasó a Jacobo, rey de
En materia política, conservó la Escocia, hijo de María Estuardo,
organización federal y electiva del su pariente más próximo.
imperio y la división de Alemania En materia política, Inglaterra
en centenares de pequeños esta­ estaba regida por los derechos con­
dos, y entregó porciones de terri­ sagrados en la carta magna sobre
torio alemán a Brandeburgo, que libertad individual e inviolabilidad
era uno de ellos, y a Suecia. Fran­ de la propiedad privada, y por la
cia recibió Alsacia, con excepción existencia del parlamento con fa­
de su capital -Estrasburgo—, alcan­ cultad de dictar las leyes y votar
zando así el Rin. España reconoció los im puestos. En materia reli­
la independencia de las Provincias giosa, sus habitantes se habían
Unidas, en los Países Bajos. dividido en anglicanos, católicos,
presbiterianos ( o puritanos) e in­
dependientes, nueva secta pro­
En la guerra de Treinta Años intervi­ testante.
nieron, por última vez, las bandas do Jacobo I, Estuardo, estaba con­
mercenarios contratados por los llamados
“ condottieri” , empresarios que las ponían
vencido de la indiscutible autori­
al servicio de los soberanos a cambio de dad del soberano “que tiene el po­
dinero. der de encumbrar y abatir, de vida
El armamento sufrió notables trans­ y muerte, de juzgar a sus súbdi­
formaciones, deb id a s principalmente a tos ... y en cambio es únicamente
Gustavo Adolfo. responsable ante Dios”. En con­
La infantería comenzó a usar el mos­
quete, arma más rápida y menos pesada secuencia, se propuso implantar el
que los antiguos arcabuces, y el cartucho, absolutismo en lo político, y el an<
que encerraba en un conjunto la pólvora glicanismo, con exclusión de todo
y la bala, y era disparado por percusión;
otro culto, en lo religioso, porque,
antes de esta modificación, el proyectil
se lanzaba con la combustión de un poco según una de sus expresiones ha-
de pólvora suelta, inflamada mediante
una mecha.
La artillería empleó cañones livianos,
de bronce, montados sobre cureñas con
ruedas, fácilmente transportables por ca­
ballos uncidos al carro; se cargaban tam­
bién con cartuchos.
En la táctica, fueron adoptados nue­
vos métodos: durante las batallas, las
tropas no formaron ya en masas profun­
das, sino en líneas delgadas que ofrecían
menor blanco a las balas y ampliaban el
radio de la acción; el abastecimiento y
la movilidad mejoraron considerablemen­
te, permitiendo las marchas forzadas, las
operaciones a largas distancias y las cam­
pañas de invierno.
La guerra revistió singular ferocidad
por el pillaje, y el maltrato de los habi­
tantes. Alemania, particularmente arra­
sada, tardó más de un siglo en restau
rarse.
bituales “sin obispo no hay rey” worth, conde de Straitord, y Gui­
(n o bishop, no king), o sea que el llermo Laud, arzobispo de Canter­
monarca carecía de fuerza suficien­ bury. El primero exigió impuestos
te si no incluía su dominio sobre arbitrarios, restableció otros, caídos
la Iglesia, a través del nombra­ en desuso, y creó el monopolio de
miento y dirección de los obispos. la venta de ciertos productos en
Las tentativas de Jacobo I cho­ beneficio de la corona; el segundo
caron con la oposición del parla­ acentuó la persecución contra los
mento, de los ciudadanos y de los puritanos. Estas medidas levanta­
fieles de los diferentes credos, ex­ ron vivas resistencias.
cepto los del oficial. Cuando Jaco­ Entre las contribuciones restau­
bo murió, en 1625, el reino se en­ radas figuraba el ship-m oney, o
contraba profundamente agitado. moneda del barco, impuesto desti­
nado a sostener la escuadra, que
solamente debía pagarse en caso
de guerra.
CARLOS I Un gentilhombre, Juan Hamp­
den, rehusó satisfacerlo por estar
la n ación en paz, y porque de
Le sucedió su hijo Carlos, quien
acuerdo con la carta magna, el rey
heredó las ideas y ambiciones de no tenía derecho a exigir ningún
su padre. Casado con Enriqueta impuesto sin la aprobación legisla­
María, de Francia, princesa católi­
tiva. Detenido y procesado por de­
ca, hermana de Luis X III, parecía
sacato, los jueces lo condenaron a
inclinarse a la religión de ésta. la confiscación de sus bienes. El
La tirantez de las relaciones con juicio despertó gran interés y sus­
las cámaras se agravó, por cuya citó apasionadas protestas.
razón el rey prescindió del parla­
Dos años después, el desconten­
mento al hacer la guerra a España
y luego a Francia, en ambas con to provocó en Escocia un movi­
miento armado. L os puritanos,
resultado adverso. Los gastos oca­
sionados por la lucha endeudaron
a Carlos I y le obligaron a convo­
car al parlamento para obtener re­
cursos. Éste, antes de votárselos,
le impuso la aceptación de la Peti­
ción de Derechos, que recordaba
las libertades y las facultades del
pod er legislativo, reclamando su
respeto en lo sucesivo (1 6 2 8 ). Al
año siguiente, Carlos I lo disolvió.
Desde entonces, hasta 1640, go­
bernó personalm ente, secundado
por sus ministros Tomás Went-

Enriqueta M aría, princesa francesa dada en matri­


m onio a Carlos I de Inglaterra, debió volver a
su patria tras la revolución que depuso a su espo­
so. (Cuadro d e A ntonio Van D yck / Pinacoteca de
Dreade.)

112
irritados por la política de Laúd, La revolución inglesa
ren ovaron un antiguo pacto -e l
covenant (convención)—, que los
comprometía a combatir por su fe,
organizaron un ejército e invadie­ Las derrotas del ejército real,
ron el norte de Inglaterra. sin embargo, obligaron a Carlos I
a citar de nuevo a las cámaras, las
Carlos I no estaba en condicio­ que, esta vez, permanecieron re­
nes de hacer frente a los escoceses, unidas durante trece años (1640 a
pues chocaba con la hostilidad 1653), con un intervalo, siendo co­
general del país y carecía de sufi­ nocido con el nombre de Parla­
cientes tropas y dinero para equi­ mento Largo, por su contraste con
par refuerzos. el anterior.
Convocó entonces a los diputa­ Los lores y los comunes adop­
dos en abril de 1640, pero en segui­ taron una actitud enérgica; los se­
da rompió con ellos, clausurando gundos declararon que la cámara
las sesiones al mes siguiente. Por de que formaban parte no podría
su poca duración fue denominado ser disuelta sino por su propia vo­
Parlamento Corto. luntad; los primeros procesaron

113
por alta traición a Strafford y a Ningún monarca inglés, de acuer­
Laúd, y los condenaron a muerte, do con la costumbre, había entrado
sin que el rey hiciera nada por sin invitación en la cámara de los
salvarlos. Comunes, ni lo hizo después. El
Cinco meses después de la eje­ atropello sublevó al pueblo londi­
cución de Strafford, ocurrió en Ir­ nense. El rey huyó de la ciudad
landa una m atanza de ingleses (enero de 1642), dando comienzo
por parte de católicos sublevados a la guerra civil, entre los caballe­
(1 6 4 1 ). El hecho, atribuido a ma­ ros, favorables a Carlos I, y los
nejos de Carlos I, motivó la vota­ cabeza redonda, así denominados
ción de una ley: la Gran Amones­ por llevar los cabellos cortos, con­
tación, o Memorial de Agravios, trarios al soberano. Los católicos
dirigida al monarca, que puntuali­ irlandeses apoyaron a los primeros,
zaba sus ilegalidades. Carlos I y los puritanos escoceses, a los se­
respondió concurriendo personal­ gundos, por la adhesión de éstos
mente a la cámara de los Comunes, al Covenant.
en compañía de un destacamento
de soldados, a fin de proceder al
arresto de cinco de sus miembros,
jefes de la oposición.
CROMWELL
Una vez instalado en el sitial del pre­
sidente, pidió a éste que le señalara los La lucha permaneció indecisa
culpados: “ No tengo ojos para ver, ni
hasta la intervención de Oliverio
lengua para hablar, sino cuando la cá­
mara me lo ordena” , le contestó. “ Creo Cromwell, gentilhombre rural, de
que mis ojos son tan buenos como los cuarenta y cinco años de edad,
vuestros —exclamó el rey—, pero los pá­ miembro del parlamento, afiliado a
jaros han volado” . Los cinco diputados,
la secta de los independientes.
en efecto, avisados a tiempo, se habían
asilado en el palacio municipal de Lon­
dres. Carlos I intentó apresarlos allí, al
día siguiente, fracasando de nuevo en De alta estatura, semblante rubicun­
sus propósitos. do, picado de viruelas, voz ronca y de
bruscos ademanes, Cromwell impresiona­
ba tanto por su fealdad como por su
energía.
Dotado de grandes condiciones mili­
tares, organizó un cuerpo de ejército mo­
delo, de ejemplar disciplina, basada en
la estricta observación de los principios
religiosos; sus soldados fueron llamados
costillas de hierro, por la resistencia con
que sus componentes sufrían los furiosos
mandobles de los caballeros.

Cromwell imprimió a la campa­


ña singular energía, sin dejarse
cohibir por el respeto que sus co­
legas sentían aún por el monarca.

E ste fragm ento de un grabado de 1648 mues­


tra a los fieles ingleses escuchando a un predi­
cador. ( M u seo B ritánico.)
Este grabado de la época muestra el episodio de la ejecución de Carlos I, en 1649, hecho descripto
en esta página.

Los realistas sufrieron una derro­ al rey, quien fue decapitado el 30


ta decisiva en Naseby (junio de de enero de 1649 (9 de febrero de
1645). Carlos I se rindió a los es^ nuestro calendario).
coceses, quienes lo entregaron por
la suma de cuatrocientas mil libras
esterlinas. El patíbulo llegaba a la altura del pri­
mer piso del palacio de White Hall, don­
Pero una grave disidencia sepa­ de Carlos I estaba recluido. El soberano
ró a los vencedores. La mayoría pasó por una ventana transformada en
del parlamento era puritana; la del puerta y dirigió una corta arenga al pú­
blico, proclamando su inocencia: al ter­
ejército, en cambio, independiente; minar se arrodilló ante el tajo y, a una
cada una quiso predominar. El rey señal suya, el verdugo lo decapitó. La
aprovechó la ocasión para fomen­ cabeza fue mostrada por el ejecutor a la
tar desde su encierro una segunda concurrencia.
guerra civil, contando sobre todo Dícese que Cromwell exclamó ante el
cadáver, ya depositado en el ataúd: “ He
con los escoceses, ganados a su aquí un cuerpo robusto que prometía
causa. Cromwell, jefe del partido largos años de vida” .
militar, la reprimió en pocos meses
y exigió el enjuiciamiento de Car­
los I. El parlamento, por su parte,
abrigaba el propósito de devolver­
le el trono. El ejército resolvió el LA REPÚBLICA
conflicto con un golpe de estado
que cambió la mayoría de las cá­ La república duró en Inglaterra
maras, al expulsar ciento cuarenta desde 1649 a 1660. Pueden seña­
diputados. El resto, llamado par­ larse tres períodos: el parlamenta­
lamento rabadilla, por la reducción rio, el de la dictadura y el de la
e x p e r im e n t a d a , c o n d e n ó a m u e rte decadencia.

115
La sala de la Cámara de los Comunes, representada en
el Gran Sello de Inglaterra. La inscripción d ice: “ 1651,
tercer año de libertad restaurada por gracia de D ios” .
(M u seo Británico.)

E l A c t a d e N a v e g a c i ó n . En
1651 el parlamento votó la ley co­
nocida con este nombre. Disponía
que los barcos extranjeros sólo po­
dían llevar a Inglaterra las mate­
rias primas y los productos del
propio país; los provenientes de
otras partes, sobre todo de Améri­
ca, Asia y África, debían ser trans­
portados por buques ingleses úni­
camente.
Esta im portante resolución,
mantenida hasta 1849, dio un im­
En el primer período el gobierno pulso extraordinario a la navega­
estuvo constituido por un consejo ción británica, de la que dependía
de estado, en cargado del poder la provisión de la mayor parte de
ejecutivo, del que formaba parte los productos requeridos para el
Cromwell, y por la cámara de los consumo y la industria nacional, y
Comunes, única representante del el servicio del comercio exterior.
poder legislativo, pues la cámara El Acta de Navegación provocó
de los Lores quedó suprimida. una guerra con Holanda, pues ésta
Los dos actos principales de la consideró que la medida arruinaría
república parlamentaria fueron la a su flota mercante, la principal de
pacificación interna y el acta de esa época. La ,lucha favoreció a
navegación. Inglaterra, cuyas escuadras consi­
guieron notables triunfos.

La p a c i f i c a c i ó n i n t e r n a . En
julio de 1649, Cromwell desembar­ LA DICTADURA DE CROMWELL
có en Irlanda, partidaria de los Es-
tuardo, y la sometió después de
A raíz de un nuevo conflicto en­
varias batallas, imponiendo terri­
tre el ejército y la cámara, Crom­
bles castigos. Las mejores propie­
well la disolvió el 30 de abril de
dades fueron confiscadas y repar­
1653, después de apostrofar vio­
tidas entre colon os ingleses; los
lentamente a los diputados, a
dueños de las demás quedaron en
quienes gritó, como final de discur­
condición de arrendatarios de per­
so : “Partid, y que no se oiga hablar
sonajes británicos, que las recibie­
más de vosotros”.
ron en donación.
El vencedor marchó en seguida Sobre la puerta cerrada de la
a Escocia para combatir a Carlos sala de sesiones, un desconocido
II, hijo del monarca ajusticiado, escribió: Se alquila esta casa, sin
que había sido proclamado rey; lo muebles.
derrotó fácilmente, obligándolo a A fin e s d e l m is m o a ñ o , la s tro ­
refugiarse en Francia. pas d e s ig n a r o n a C r o m w e ll lo r d

116
Oliverio Crom well, apoyado por el ejército, disuelve el parlamento inglés. (C ua­
dro de B enjam ín W est.)

protector de la república, con ca­ Contemporáneo de él fue el poeta


rácter vitalicio. El consejo de es­ Juan Milton, autor de El paraíso perdi­
do, a quien distinguió grandemente.
tado fue suprimido, y la nación
inglesa quedó dividida en diez re­
giones, gobernadas por generales. La muerte de Cromwell, acaeci­
El dictador, deseoso de restable­ da en 1658, determinó la rápida
cer la normalidad, reunió una es­ decadencia de la república. Ricar­
pecie de asamblea constituyente y do, su hijo y sucesor, carente de
convocó a tres parlamentos suce­ decisión y talento, convocó de nue­
sivos, en los que figuraba nueva­ vo a las cámaras y les envió su
mente la cám ara de los Lores. renuncia antes de cumplir los ocho
Como ninguno secundara sus pro­ meses de gobierno.
pósitos en la m edida esperada,
fueron disueltos al poco tiempo. R ecom en za ron los disturbios,
que duraron hasta 1660, fecha en
que Jorge Monk, jefe del ejército
El lord protector dirigió con acierto de Escocia, reunió otro parlamen­
la política externa. Apoyó a los protes­
tantes en los países donde aquéllos esta­ to, con facultades constituyentes.
ban en guerra, y se alió con Francia La inmensa mayoría de los dipu­
contra España, enviándole refuerzos que tados votó el restablecimiento de
contribuyeron al triunfo en la batalla de Carlos II, residente en Holanda.
las Dunas. Su intervención le valió la
isla de Jamaica y el pu tíx> de Dun­ Monk acató la decisión. La mo­
kerque. narquía quedó restaurada.
Carlos II, según una medalla que se acuñó el mismo año
i e su ascensión al trono ( 1 6 6 0 ) , festejando la restauración
de la monarquía. (M u seo Británico.)

Jacobo y los funcionarios cató­


licos prefirieron renunciar a los
cargos antes que someterse a un
juramento contrario a su concien­
cia. Una supuesta conspiración je­
suíta, inventada por un intrigante,
hizo recrudecer las persecuciones.
LA RESTAURACIÓN Carlos I I concluyó por disolver el
parlamento, en 1679.
La nueva cámara de los Comu­
Carlos II, frívolo y amante de nes aprobó el bilí de exclusión, que
los placeres, llevó una vida de fies­ quitaba a Jacobo el derecho de
tas, rodeándose de artistas, litera­ sucesión al trono. Para sostenerlos,
tos y cortesanos. Vendió el puerto los favorables a los Estuardo for­
de Dunkerque a los franceses y maron entonces un partido; sus
sostuvo una guerra poco feliz con contrarios constituyeron otro. Am­
Holanda. bos se motejaron recíprocamente
Aun cuando procuró mantener con el nombre de toríes (salteado­
cordiales relaciones con el parla­ res irlandeses) aplicado a los pri­
mento, una cuestión religiosa les meros, y whigs (bandidos escoce­
separó. Carlos I I simpatizaba en ses), adjudicado a los segundos.
secreto con el catolicismo; Jacobo, La cámara de los Lores, donde pre­
duque de York, su hermano y he­ dominaban los tories, rechazó el
redero, abrazó públicamente esa bilí de exclusión.
religión. Como las diversas sectas
protestantes abrigaban un odio Carlos II, ayudado fin an ciera m en te
profundo hacia los papistas, sus por Francia, consiguió formar un ejérci­
representantes votaron el bilí del to, con lo que pudo sofocar una conjura­
test, o ley de la prueba, por el cual ción de los whigs y prescindir del parla­
mento en los tres años finales de su
todo funcionario debía jurar que gobierno. En 1685 falleció, convirtién­
no creía en la presencia real de dose al catolicismo en sus últimos mo­
Cristo en la hostia consagrada. mentos.

118
El siglo X V II señala el apogeo de Francia b a jo el cetro de
Luis X IV . Las demás naciones se esfuerzan por detenerlo.
En la po lítica europea com ienzan a in te rv e n ir: Rusia, que
avanza hacia occidente; Prusia, que adquiere gran im p o rta n ­
cia m ilita r; y H olanda, con su próspero comercio.
En el orden c u ltu ra l florecen, en p rim e r té rm in o , las letras
francesas; la ciencia y la filo so fía renuevan sus concepciones
y m étodos, in icia n d o una era fecunda de progreso.

AGOTAMIENTO españ o l mantenerse en el concierto de la


política europea.
El inmenso esfuerzo de descu­
brir, conquistar y poblar América,
una de las hazañas más memora­ Luis XiV
bles de la Historia, y las incesantes
guerras habían agotado a España, REGENCIA DE
al absorber la parte más enérgica ANA DE AUSTRIA
y decidida de la población y los
tesoros de las cajas reales. Los me­ M a z a r i n o . Luis X III murió en
diocres soberanos que sucedieron 1643. Su esposa, Ana de Austria,
a Felipe II y los abusos de sus princesa española, asumió la regen­
favoritos acentuaron la decaden­ cia en nombre de su hijo, de cinco
cia. Quedaron yermos los campos, años de edad, el futuro Luis X IV ,
sem idespobladas las ciudades y y designó primer ministro al car­
en bancarrota las industrias y las denal Julio Mazarino, italiano, de
finanzas. Sólo el prestigio de la ascendencia humilde, que había
pasada grandeza y su coraje jamás salido de la obscuridad gracias a
desmentido permitieron a España la protección de Richelieu.

119
La nobleza, ávida de riqueza y Alentada por los desórdenes de
honores, comenzó de inmediato a La Fronda, España decidió conti­
conspirar, aprovechando el instan­ nuar la guerra contra Francia, a
te de debilidad por que pasaba la cuyo efecto retiró sus plenipoten­
monarquía y el descontento causa­ ciarios ante el congreso de West-
do por la influencia de un extran­ falia, pero no alcanzó resultados
jero. Gran número de canciones y decisivos. En 1658, Mazarino con­
libelos anónimos criticaron acerba- siguió la alianza de Inglaterra,
damente al cardenal, y las intrigas que le proporcionó un ejército de
y tumultos crearon un malestar 10 000 hombres. Así reforzado,
general, conocido con el nombre de Turena pudo derrotar a los espa­
La Fronda, por haber sido compa­ ñoles en la batalla de las Dunas,
rados sus autores con los pilluelos cerca de Dunkerque.
que reñían en las calles valiéndose Al año siguiente se firmó la Paz
de hondas ( fronde, en francés).
de los Pirineos, con algunas venta­
Las turbulencias de La Fronda jas territoriales para los franceses:
se prolongaron hasta 1652. El pa­ en ella se concertó el enlace de
pel principal correspondió al du­ Luis X IV con la infanta María
que de Enghien, más conocido con
Teresa, hija de Felipe IV. Maza­
el título de príncipe Condé, quien
rino falleció poco después, en 1661.
no vaciló en requerir el auxilio de
los españoles. Por un momento,
Ana de Austria y su hijo huyeron
de París, abandonado en manos El imperialismo de Luis XIV
de los rebeldes. Mazarino debió,
más tarde, refugiarse en Alemania. EL ABSOLUTISMO MONÁRQUICO
Finalm ente, Condé, vencido por
Turena, se vio precisado a emigrar Mientras vivió Mazarino, Luis
y la familia real retornó poco des­ X IV lo dejó gobernar; pero des­
pués a la capital, seguida por el aparecido su ministro, resolvió di­
primer ministro. rigir personalmente el estado.

120
Un m osquetero pasea con su dama por la galería del
palacio. En el m omento histórico tratado en este ca­
pítulo ubica Alejandro Dumas los episodios de su no­
vela “ Los tres m osqueteros” .

injusticia y tiranía respecto a los


hombres —decía—, querer el poder
sin sus compromisos”.
Esta teoría, denominada de de­
recho divino, fue desarrollada por
el obispo Jacobo Bossuet en su
obra Política extraída de las pala
brar de las Sagradas Escrituras.

La autoridad omnímoda del rey al­


canzó su máxima expresión en la solem­
nidad del ambiente que lo rodeaba y en
su género de e x isten cia . Un riguroso
ceremonial, la etiqueta, reglamentaba ca­
da uno de sus actos. Al despertarse en­
traban a saludarlo y atenderlo, por rigu­
D ejó actuar a la nobleza en la roso tumo, los “príncipes de la sangre” ,
miembros de su familia, e infinidad d;
corte, en el ejército y en la diplo­ servidores (el gran chambelán, el priniei
macia, pero muy poco en la admi­ ayuda de cámara, barberos, médicos, se
nistración, que confió a personas cretarios, ujieres, encargados del guar­
de la burguesía, más dóciles, pues darropa) a los que seguían los dignaua
rios de la iglesia, embajadores y alto?
por su origen no pretendían com­ funcionarios. Mientras tanto, el rey se
partir el mando con el soberano. vestía detrás de su bata de noche, que
Luis X IV fue un monarca de dos camareros mantenían extendida, a
espíritu práctico, extremadamente manera de cortina. Cada prenda le era
presentada y colocada por un personaje.
laborioso, enérgico y amigo del Después de oír misa, trabajaba con
orden. Aunque de inteligencia co­ sus ministros hasta la hora del almuerzo.
mún, supo rodearse de hombres Comía solo, y cada plato le era llevado
eminentes, y atendió sus consejos;
tenía un aire natural de majestad;
sus con ce p cio n e s eran siempre
grandiosas.
Sostenía que el rey representa­
ba a Dios sobre la Tierra, y que
sólo a Él debía rendir cuenta de
sus actos; su voluntad no debía,
por lo tanto, ser objetada ni discu­
tida por nadie. Se le atribuye la
conocida frase: El Estado soy yo.
En cambio de tan grandes prerro­
gativas, considerábase obligado a
servir al estado en la medida de su
capacidad, “porque sería ingrati­
tud y audacia respecto a Dios, e

L u is X I V , según el retra to r ea liz a d o p o r R igau d


por una comitiva de cinco personas. D e­ remonias religiosas deslumbraron a cuan­
dicaba la tarde a la caza o a los paseos; tos los presenciaban.
al regreso, tras despachar la correspon­ Los caballeros llevaban grandes pelu­
dencia, conversaba un rato con las da­ cas, de rizos empolvados, camisas ador­
mas, y a las diez de la noche cenaba, esta nadas con primorosos encajes, vistosos
vez en compañía de su familia. La ve­ trajes de calzón corto y casaca, recama­
lada terminaba, según los casos, con un dos en oro, medias de seda, zapatos de
baile, c o n c ie r to , espectáculo teatral o altos tacones, con hebillas de oro y plata.
partida de naipes. Las damas ceñían su busto con rígidos
Luis X IV no toleraba ninguna infrac­ corsés, terminado casi en punta en la
ción a este complicado programa coti­ cintura, de donde, así estrechada, surgía
diano. A un cortesano que se presentó el amplio ruedo de la falda, de larga
en el último minuto de la hora a que lo cola. La moda impuso los medallones
había citado, le dijo, con severidad: “Es­ con miniaturas, los abanicos, los guantes,
tuve a punto de esperar” . los pañuelos bordados y las tabaqueras:
Vatel, primer cocinero, se suicidó al tomar una pulgarada de rapé constituía
saber que no llegarían los pescados con todo un arte.
que debía preparar uno de los platos La vida de corte desarrolló la conver­
anunciados para el banquete del día. sación, chispeante e ingeniosa, y la finu­
El lecho real, colocado bajo un gran ra de los modales: la politesse. Los reyes
dosel, detrás de una balaustrada de ma­ extranjeros p rocu ra ron im ita r a Luis
dera dorada, tenía algo de altar; aunque XIV. Francia fue la maestra del buen
estuviese vacío, cualquiera que atravesa­ gusto.
se la alcoba debía hacerle una reverencia.
Luis X IV era objeto de exageradas El imperialismo de Luis X IV lo
adulaciones: lo llamaban “ el Rey Sol” , llevó a intentar el establecimiento
y una medalla, acuñada con ese propósi­
to, presentaba el busto del soberano fren­
de la hegem onía francesa sobre
te a ese astro en el ocaso, con la inscrip­ Europa, origen de enconadas gue­
ción: “ Cuando un sol se levanta, el otro rras, en las que, no obstante las
pone” . victorias obtenidas, el reino quedó
En Versalles, a veinte kilómetros al exhausto y agobiado por los im­
sudoeste de París, el soberano francés
hizo construir un magnífico palacio —obra
puestos.
del arquitecto Mansard, dentro de un
inmenso parque ideado por Le Nótre, J u a n B a u t i s t a C o l b e r t . En
artista jardinero—, que tardaron treinta y su lecho de muerte, Mazarino ha­
un años en terminarlo y costó cerca de bía dicho al rey: “Sire, os lo debo
doscientos millones de francos. Allí fijó
su residencia la corte. todo, pero creo saldar en cierta
El esplendor de las fiestas, comidas manera mi deuda entregándoos a
de gala, desfiles militares, cacerías y ce­ Colbert”.

Versalles no era una ciudad, sino el nom bre de un paraje que Luis X I I I com pró para construir un pabe­
llón de caza. Su hijo, Luis X I V , convirtió el albergue deportivo de su padre en un suntuoso palacio
rodeado por jardines, adornados con estatuas y fuentes.
Juan Bautista Colbert. Constantemente preocupa­
d o por sus múltiples asuntos, acogía con impacien­
cia y frialdad a los visitantes, deseoso de abreviar
las entrevistas.

Los consejos, en número de cua­


tro: el de Estado, presidido por el
mismo Luis X IV , deliberaba sobre
los grandes asuntos; el de finanzas,
trataba lo referente a impuestos y
recursos; el de despachos, examina­
ba los informes de los intendentes
y lo que atañía a la administración
interna, y el de partidas, veía en
última instancia las sentencias y
actos judiciales. Los ministros for­
maban parte de ellos.
Éste, hijo de un comerciante, Los in ten d en tes, gobernadores
ministro durante vein tid ós años de provincia con facultades judi­
(1661 a 1683), fue, en efecto, un ciales, financieras, militares y de
trabajador incansable, de claro ta­ policía; por su importancia, eran
lento, que murió agobiado por la llamados “el rey presente en la
enorme tarea. F a v o re ció el des­ provincia”.
arrollo del comercio, la industria,
la navegación y las colonias. En E l e j é r c i t o . Las largas gue­
tal sentido, puede con siderársele rras sostenidas por Luis X IV de­
como el verdadero creador de la terminaron fundam entales cam­
riqueza francesa. Los otros dos co­ bios en la organ ización militar.
laboradores más notables del go­ M ejoró la disciplina; se estableció
bierno de Luis X IV fueron el mar­ el escalafón de grados, desde sub­
qués de Loirvois, que aseguró la teniente a mariscal; las tropas de
p oten cia m ilitar del reino, y el línea fueron reforzadas con mili­
marqués de Vaubán, que consolidó cias; los cuerpos de artillería e
las fronteras, sobre todo la del nor­ ingenieros formaron armas separa­
deste, con una vasta red de forti­ das; V au ban concibió un nuevo
ficaciones. sistema de fortalezas semisubterrá-
neas, de forma estrellada; Colbert
creó una poderosa marina de
O r g a n iz a c ió n p o l ít ic a y ad­
guerra.
Después del sobe­
m in is t r a t iv a .
rano, el gobierno y la administra­ R e v o c a c ió n d e l E d ic t o de
ción dependían de los ministros, los N a n t e s . Luis X IV consideraba la
consejos y los intendentes. unidad religiosa como base indis­
L os m inistros, en número de pensable para la unidad política.
seis: el canciller, encargado de la En consecuencia, anuló las liber­
justicia; el inspector general de tades concedidas a los hugonotes
hacienda, que dirigía las finanzas; por el Edicto de Nantes, prohibien­
el secretario de la casa del rey (mi­ do toda religión que no fuese la
nistro del interior), del extranjero católica (octubre de 1685).
(ministro de relaciones exteriores), El decreto provocó la emigra­
de la guerra, y de la marina. ción de más de doscientos mil cal­

123
vinistas a Inglaterra, Holanda y nal cuyo monto variaba según la catego­
Brandeburgo. ría de los contribuyentes, y el décimo,
impuesto sobre las rentas y ganancias.
Colbert reorganizó a fondo el meca­
O r g a n iz a c ió n f in a n c ie r a . L os nismo financiero, haciéndole producir el
recursos del tesoro real provenían máximo: pero las incesantes guerras, las
grandes construcciones y el derroche de
del producto de num erosos im­ la corte consumían con exceso los ingre­
puestos. Los principales eran: la sos. Para cubrir la diferencia, echó ma­
talla real, pagada por los campe­ no de los empréstitos, y procedió a la
sinos y una parte de la burguesía, venta de empleos, muchos de los cuales,
completamente innecesarios, fueron crea­
en p ro p o rció n al v a lor de sus dos a ese solo efecto.
inmuebles (casas y terrenos); la
talla personal, calculada sobre la D e s a r r o l l o e c o n ó m i c o . Las
fortuna global (incluyendo dinero industrias existentes se perfeccio­
y toda clase de bienes); la gabela, naron y adquirieron impulso; otras
monopolio de la venta de la sal aparecieron con el apoyo del esta­
por el estado, y las ayudas, perci­ do, mediante concesiones, premios
bidas sobre el precio del vino y las
bebidas. El rey vendía los dere­
chos de cobra r la gabela y las
ayudas a em presarios llamados
fermiers généraux (hacendados ge­
nerales), semejantes a los antiguos
publícanos de Roma.
El considerable rendimiento de estos
tributos no alcanzaba, sin embargo, a sa­
tisfacer la voracidad del erario, por lo
que se crearon otros nuevos, como la
capitación (cápita: cabeza), tasa perso-

jrrabado de la época que muestra una multitud de


ontribuyentes pagando el impuesto personal, llama-
lo “ capitación” , creado en tiem pos de Luis X I V .

124
en dinero o exclusión del pago de El movimiento filosófico
impuestos. Entre las citadas indus­ y científico europeo
trias sobresalieron la tapicería (los
gobelin os de París), la sedería
(L ión ), la cerámica (porcelanas El siglo XVII registra en este
de Sèvres) y la fabricación de es­ orden grandes cambios. Al razona­
pejos, encajes y, en general, todo miento abstracto sucede la obser­
artículo de lujo. La labor en las vación directa de la naturaleza y
fábricas y talleres estaba regla­ la experimentación. Los sabios tra­
mentada y era severamente vigila­ bajan, en su mayoría, sin relación
da por inspectores reales. con las universidades ni sujeción a
sus programas, y sin especializarse
El co m e r c io señaló, asimismo, en determinada rama del conoci­
notables progresos, favorecido por miento. Muchos escriben sus obras
el aumento de la marina mercante, en el idioma nacional y no en latín,
que duplicó el número de sus na­ lo que permite su difusión entre el
ves, por la habilitación de nuevos público. Se forman asociaciones
puertos, como el de El Havre, en científicas que publican memorias
la desembocadura del río Sena, y y revistas. Los gobiernos inglés y
por la formación de grandes com­ francés favorecen especialm en te
pañías destinadas a traficar con este movimiento; el primero funda
América, África y Asia. la Sociedad Real, de Londres, y el
Observatorio de Greenwich, y el
Las colonias ta m p oco fueron
segundo la Academia de Ciencias
descuidadas: fue favorecida la emi­
y el Observatorio de París.
gración a Canadá, M artin ica y
Guadalupe, y se fundó Luisiana, Los franceses Descartes y Pas­
sobre el curso inferior del río Mi- cal crean las matemáticas superio­
sisipí. res. El alemán Képler sienta las
leyes del sistema planetario solar;
el italiano Galileo construye el pri­
mer telescopio y estudia las man­
E l m e r c a n t i l i s m o . El minis­ chas solares, la vía láctea, las ne­
tro Colbert desarrolló y aplicó una bulosas. El inglés Newton formula
doctrina económica conocida con la ley de la gravitación universal.
el nombre de mercantilismo. Se­ También la física registra pro­
gún ella, la riqueza de una nación gresos, con la invención de la má­
se obten ía v en d ien d o mucho y quina neumática, el termómetro, el
comprando poco, a fin de conse­ barómetro, el microscopio. El in­
guir un saldo positivo, pagado en glés Harvey y el español Servet
oro. Para esto, el país debía tratar determinan el mecanismo de la
de producir todo lo que necesitaba, circulación de la sangre.
para bastarse a sí mismo, y con­
quistar el mercado extranjero por
la perfección y baratura de los
artículos, o empleando la influen­
cia política, y aun la fuerza.

Galileo Galilei, físico y astrónom o italiano (1 5 6 4


a 1 6 4 2 ). (Cuadro de Süsterman / Galería de loa
Oficios, Florencia.)

125
Renato Descartes, célebre filósofo y m a t e m á tic o , nació en
Francia en 1596 y m urió en Estocolm o en 1650.

a jóvenes de la nobleza y de la
burguesía, que no tardó en conver­
tirse en un prestigioso centro de
altos estudios.
La literatura francesa de este
siglo se caracterizó por la claridad
del estilo, la dignidad del tono, no
exento de énfasis y por el respeto
En la filo s o fía descu ellan el por los clásicos griegos y latinos.
francés Descartes, con su “Discurso El teatro ocupó el primer lugar. Las
sobre el método”, Spinoza, judío de representaciones se realizaban en peque­
origen portugués, nacido en Ho­ ñas salas. El decorado -m u y sim ple- no
landa, y el alemán Leibnitz. El variaba en el transcurso del espectáculo;
así, los cinco actos de la tragedia El Cid
inglés Locke escribe obras de psi­ tenían por escenario una sencilla sala,
cología y educación, y otras sobre con cuatro puertas. A los costados de la
religión y política, de acentuada escena había una o más hileras de asien­
influencia sobre los filósofos del tos para los espectadores privilegiados,
muchos de los cuales llegaban tarde y
siglo siguiente.
cambiaban saludos con los presentes, mo­
lestando a los actores y resto del público,
que permanecía de pie en la sala.
EL MOVIMIENTO CULTURAL
P ed ro C orn eille, fue el primer
El siglo x vn fue particularmente gran autor dramático. Su principal
brillante para la cultura francesa. tragedia, El Cid, le dio inmediata
En 1635, el cardenal R ich elieu celebridad.
fundó la Academia de Letras, aún
existente. Tenía por principal mi­ Juan R a cin e se inspiró, sobre
sión depurar el idioma francés, fi­ todo, en el teatro griego; descolló
jar su correcto empleo y redactar con Fedra, tragedia ya tratada en
un diccionario. la antigüedad.
Mazarino dispuso en su testa­ Juan Bautista Poquelín, llama­
mento la fundación de un colegio do Molière, hijo de un rico burgués
destinado a instruir gratuitamente de París, fue a la vez autor y actor,

Observación de las manchas solares con el telescopio de Galileo. Form aba el aparato un tubo
de setenta centímetros de largo, mediante el cual el sabio italiano pudo descubrir las manchas
del Sol, las fases de Venus y los satélites de Júpiter, todo un mundo sideral inexplorado por
sus antecesores. (B iblioteca del Observatorio de París / F oto D raeger.)
E l teatro era una de las principales diversiones de Luis X I V y su corte: a veces, el mismo rey partici­
paba com o actor. E l grabado muestra la representación de la ópera “ A lceste” , de Quinault y Lully,
en el “ patio de m árm ol” del palacio de Versalles, que servía de m arco a la escena. N o preocupaba
la caracterización correcta de la época en que transcurría la acción. (B ibliot. N ac. d e Estampas, París.)

como Shakespeare. Compuso alre­ J a cob o B ossu et, obisp o de


dedor de treinta comedias, entre Meaux, fue el más grande orador
las cuales figura Tartufo. francés de su siglo. El rey lo nom­
bró preceptor del gran Delfín, he­
En 1673, mientras representaba el pa­
pel de protagonista de su obra El enier- redero del trono.
mo imaginario, se sintió gravemente in­
dispuesto; mediante un gran esfuerzo de El obispo Bossuet, retratado por Rigaud.
voluntad logró, sin embargo, concluir el
espectáculo. Conducido de inmediato a
su casa, falleció una hora después.

Juan de Laíontaine, poeta inge­


nioso y ameno, publicó una colec­
ción de fábulas, en las cuales, a
través de los animales, que le dan
tema y sirven de personajes, criti­
ca acertada m en te costumbres y
caracteres.

Corneille.
“JLliezer y R ebeca” , cuadro de N icolás Poussin (1 5 9 8 a 1 6 6 5 ), pintor francés de primer plano
en el siglo XII. E ligió sus temas en episodios de la Historia Antigua, en la Biblia (d e donde
proviene el tema del encuentro de Eliezer y R ebeca junto a la fuen te) y en las leyendas greco­
rromanas. (M u seo del Louvre.)

Luis X IV , a la manera de los mece­ En Italia se desarrolló un movi­


nas del Renacimiento, protegió a los miento artístico conocido con el
literatos, les asignó pensiones y los alojó
en Versalles. Racine fue nombrado gen­ nombre de Segundo Renacimiento,
tilhombre de cémara; Moliere recibió creador del estilo barroco en arqui­
también un cargo en la corte, y obtuvo tectura, recargado de adornos. Los
que el rey fuese padrino de uno de sus cuadros, de dibujo perfecto y suave
hijos.
colorido, tienen algo de amanerado
y teatral. Entre los muchos artis­
Nos hemos referido a los auto­
tas cabe señalar al escultor Juan
res españoles al hablar del Siglo
Bernini y a los pintores Guido
de Oro. En Inglaterra, después de
Reni y Juan Bautista Tiépolo.
Shakespeare, fallecido en 1616, so­
bresale Juan Milton, autor de El
Paraíso Perdido, extenso poema en
doce cantos inspirado en la Biblia. LA REVOLUCIÓN INGLESA
El Renacimiento artístico alcan­ DE 1688
zó en este siglo su apogeo en Es­
paña, Flandes, Holanda y Francia. Al morir Carlos II, su hermano,
En el capítulo primero citamos a el duque de York, ocupó el trono,
Velázquez, Murillo, El Greco, Ru- con el nombre de Jacobo II, apo­
bens, R em b ran dt y Van Dyck. yado por las tropas reales y los
Agregaremos, para España, los pin­ tories. Desde el primer instante
tores Francisco Zurbarán y José de hizo pública ostentación de fe ca­
Ribera, de in spiración profunda­ tólica y trabajó para restablecerla
mente religiosa; para Flandes, Da­ en Gran Bretaña.
vid Teniers, autor de animados Al principio la opinión lo acató.
cuadros de costumbres; para Ho­ Por su edad, Jacobo no podía rei­
landa, el gran paisajista Jacobo nar por mucho tiempo, y sus hijas,
Ruysdael; y para Francia, Carlos María y Ana, eran protestantes,
Lebrún —que decoró el palacio de pero tales perspectivas desapare­
Versalles con frescos grandiosos— cieron al dar a luz la reina a un
y Nicolás Poussin. varón.

128
Diez días después del nacimien­ Todo ciudadano podía usar del
to del príncipe, los protestantes derecho de petición, o sea de soli­
ingleses pidieron a Guillermo de citar del rey amparo para sus legí­
Orange, marido de la princesa M a­ timos intereses. La justicia sería
ría, que acudiese a defender la ejercida con rectitud y clemencia.
religión reformada. Guillermo des­ La Declaración de derechos fue
embarcó en Inglaterra con 14 000 leída a Guillermo y María en se­
hombres, a fines de 1688. Jacobo sión solemne, y sólo después de
II huyó a Francia, sin oponer re­ haber éstos jurado respetarla, se
sistencia. procedió a su proclamación. El he­
cho reviste extraordinaria impor­
LA DECLARACIÓN tancia, porque inaugura un nuevo
DE DERECHOS principio: el de la soberanía na­
cional, ya que los reyes adquirían
El parlamento proclamo reyes a el poder en virtud de un contrato,
María II y a Guillermo III en pa­ cuyas condiciones debían respetar,
ridad de mando, pues el príncipe y no por la fuerza de las armas o
de Orange no había querido acep­ por la voluntad de Dios, como ellos
tar el puesto secundario de rey pretendían.
consorte o, com o decía, “estar ata­ Otra ley, el bilí de tolerancia,
do por las cintas del delantal de acordó la libertad de culto a los
su esposa”. puritanos, presbiterianos e inde­
Juntamente con la elección de pendientes, es decir, a los protes­
los soberanos, las cámaras vota­ tantes que no pertenecían a la igle­
ron la Declaración de derechos, sia oficial; los católicos quedaron
enumeración minuciosa de las li­ excluidos de sus beneficios.
bertades inglesas.
D e acuerdo con sus disposicio­
nes, el rey no podía percibir im­ Europa frente a Luis XIV
puestos, ni suspender la aplicación
de las leyes, o sostener un ejército El imperialismo de Luis X IV
permanente, sin el consentimiento halló diversos motivos para pro­
del parlamento. Éste debía reunir­ vocar guerras. Pueden citarse en­
se con frecuencia, y la elección de tre ellos los siguientes.
sus miembros, lo mismo que los
debates, debían realizarse con ab­ La p o l ít ic a d e l a s f r o n t e r a s
soluta libertad. Proclamada por Ri-
n a t u r a l e s .
chelieu, consistía en fijar los lími­
tes de Francia en los Pirineos, los
Alpes y la orilla izquierda del Rin,
es decir en accidentes geográficos.
Su cumplimiento hacía necesario
tomar Saboya, al sudeste, y los
Países Bajos, Luxemburgo, Lorena,
parte de Alsacia y el Franco Con­
dado, al este y nordeste.

M a r ía I I , reina d e In g laterra . (N a tio n a l P o rtra it Ga-


H ery, L o n d r e s .)

129
El paren tesco con la casa tanda, la de la Liga de Augsburgo
real de Luis X IV era
E spaña. y la de la Sucesión Española.
hijo de Ana, y esposo de María La primera, contra España, tuvo
Teresa de Austria, infantas espa­ com o pretexto la reclamación de
ñolas. En esa doble vinculación algunas comarcas, que según Luis
fundó su derecho a reclamar algu­ X IV debían devolverse a su esposa
nas posesiones y a intervenir en la por razones de herencia. Le valió
designación del nuevo rey de Es­ la ocu p a ción de una parte de
paña, cuando el trono quedó va­ Flandes.
cante por muerte de Carlos II, en
el año 1700. La guerra de Holanda comenzó
con la invasión de ese país por dos
La p r e p o n d e r a n c ia f r a n c e s a .
grandes e jércitos mandados por
El aumento del poder francés alar­ Turena y Condé. Los holandeses
mó a las demás naciones, porque detuvieron su avance inundando
amenazaba destruir el equilibrio vastas comarcas mediante la rup­
europeo instaurado por los congre­ tura de diques que contenían las
sos de Westfalia; de aquí la forma­ aguas del mar cuyo nivel era más
ción de coaliciones generales para alto que el de las tierras.
combatirlo. Las principales potencias euro­
peas in tervin ieron en favor de
La c u e s t i ó n r e l i g i o s a . La re­ Holanda, p rolon g a n d o la lucha
vocación del Edicto de Nantes y durante cinco años sin resultado
la persecución de los calvinistas decisivo. La paz p ro p o rcio n ó a
erigió a Luis X IV en campeón del Francia algunas ventajas territo­
catolicismo y le acarreó la hostili­ riales en F landes y el F ranco
dad de las naciones protestantes. Condado.
Las principales guerras fueron La guerra de la Liga de Augs­
cuatro: la de Devolución, la de Ho­ burgo, llamada así por la ciudad

130
donde la concertaron las naciones Borbón, su familia, privó al fin sobre to­
adversas a Luis X IV , se originó do otro argumento.
Una mañana, en V ersa lles, contra­
por las anexiones realizadas por riando los principios del ceremonial, el
éste, en violación de los compromi­ soberano hizo abrir de par en par las
sos contraídos. puertas de su gabinete de trabajo, dando
El promotor y principal perso­ acceso a la multitud de cortesanos que
habitualmente aguardaban en las gale­
naje de la Liga fue Guillermo de rías. Una vez reunidos, tomó de la mano
Orange, que primero fue jefe del al duque de Anjou y exclamó: “ Señores,
gobierno holandés y después, se­ he aquí al rey de España” . Volviéndose
gún dijimos, rey de Inglaterra con en seguida a su nieto, le dijo entre otras
cosas: “ Sed buen español: es desde aho­
el nombre de Guillermo III. Du­ ra vuestro deber, pero recordad que sois
rante nueve años los franceses lu­ francés, para mantener la unión de am­
charon solos contra la mayoría de bas naciones” . Este concepto se concre­
Europa. El cansancio general im­ tó con la frase: Ya no hay Pirineos.
puso la paz en 1697. Luis X IV Aunque el nuevo rey, Felipe V,
evacuó los territorios anexados, fue aceptado al principio por todos
con excepción de la ciudad y re­ los estados, excepto Austria —que
gión de Estrasburgo. mantenía los derechos del archi­
duque Carlos—, algunas actitudes
de Luis X IV motivaron una nueva
LA SUCESIÓN ESPAÑOLA coalición contra él, en la que inter­
vinieron Austria, Inglaterra, Ho­
landa y los príncipes alemanes.
Carlos II quería con servar la
La guerra duró de 1702 a 1713.
integridad del imperio español, y En el curso de ella, entraron en la
al cabo de enconadas luchas diplo­ lucha Portugal y los Estados ita­
máticas, designó heredero de todos lianos, que pasaron de uno a otro
sus dominios a Felipe, duque de
bando, quedando al fin la mayoría
Anjou, mediante un testamento re­
de parte de la coalición.
dactado un mes antes de su muer­
Las operaciones militares tuvie­
te, ocurrida en noviembre de 1700.
ron por teatro a Alemania, los Paí­
Luis X IV , que había consentido en el ses Bajos, el este y norte de Fran­
reparto propuesto por Inglaterra (ver cia, y principalmente a España,
pág. 103), vaciló cinco días en aceptar donde se instalaron los dos preten­
la decisión del difunto monarca español, dientes: Felipe V, en Madrid, y el
porque la violación de lo pactado traería
fatalmente la guerra; la ambición y el archiduque Carlos, en Barcelona,
deseo de dar otra corona a la casa de acompañados por sendos ejércitos

Luis X I V presenta en Versalles a su nieto, el duque de A njou, proclam ándolo


rey de España.

131
de naturales y extranjeros, que lán, Cerdeña y Nápoles. A Ingla­
asolaron el país. terra se le confirmaba su soberanía
En 1704 los aliados emprendie­ sobre la isla de Menorca y el
ron la ofensiva con dos ejércitos: puerto de Gibraltar, conquistado
el austríaco, mandado por el prín­ en la guerra, y adquiría Terranova
cipe Eugenio de Saboya, y el anglo- y otras comarcas de América del
holandés, dirigido por Juan Chur- Norte, cedidas por Francia. Ade­
chill, duque de Malbourough. Uni­ más, obtenía de España el derecho
dos en los Países Bajos, obtuvieron de establecer asientos en las prin­
en 1706, la victoria de Ramillies, cipales ciudades de América, para
y en 1709, la de Malplaquet, e la venta de esclavos negros, cuyo
invadieron el norte de Francia; monopolio le era asegurado por
pero la línea Vauban, formada por treinta años, y de enviar anual­
tres series de fortalezas, los detuvo mente a cada puerto americano un
durante dos años. navio de permiso, cargado de mer­
En 1710, los franceses consi­ caderías.
guieron reaccionar: en ese año, el Inglaterra recabó, como se ve,
duque Luis de Vendóme derrotó el mayor provecho sobre todo en
completamente a los anglo-austría- materia comercial.
oos en Villaviciosa, al norte de
Francia perdió territorios y los
España; por su parte, el mariscal
excesivos gastos y los perjuicios
C laudio de V illars, rech a zó en
sufridos por el comercio marítimo
1712 al duque de Saboya en la
la sumieron en la miseria. Carlos
batalla de D enain, salvan do a
V I no aceptó el arreglo de la suce­
París.
sión española hasta 1725, en que,
por el Tratado de Viena, reconoció
LA PAZ DE UTRECHT a su antiguo rival.

En 1713 se firmó la paz en la


ciudad holandesa de Utrecht. Feli­ Las n u evas potencias
pe V era reconocido rey de España
y sus dominios, renunciando, en PRUSIA
cambio, a la corona de Francia; el
archiduque, emperador desde 1711, El reino de Prusia se formó len­
con el nombre de Carlos VI, reci­ tamente, por adiciones sucesivas de
bía los Países Bajos españoles, M i­ territorios separados entre sí, po-
bres, de escasa población y de dife­
rentes costumbres. Los principales
fueron: Brandeburgo, entre el Elba
y el Oder; Prusia Oriental, sobre el
Báltico, y el ducado de Cleves, en
el Rin.
Desde el comienzo del siglo xv
gobernó el estado la dinastía de los
Hohenzollern, originaria de un mi­
núsculo principado del sur de Ale­
mania, ribereño del Danubio.
Sus soberanos, titulados al principio
Electores de Brandeburgo, y desde 1701
reyes de Prusia, tuvieron cuatro propo­
sites principales.
Aumentar la superficie del país y sol­
dar sus partes aisladas: Alberto de Bran­
deburgo, como dijimos al hablar de la
Reforma, se apoderó de los bienes de
la Orden Teutónica; el tratado de West-
falia incorporó diversas regiones, entre
ellas la porción oriental de la Pomerania
sueca, que ensancharon el núcleo cen­
tral, acercándolo a los otros dominios.
Organizar un poderoso ejército: gra­
cias a una acción paciente y continuada,
que duró un siglo (1640 a 1740), y en
la que sobresalió Federico Guillermo I,
llamado el rey sargento, las tropas pru­
sianas, bien entrenadas y rigurosamente
disciplinadas, alcanzaron a contar 83 000
hombres, número muy elevado para la
época y para un estado de sólo dos mi­
llones y medio de habitantes.
Poblar y colonizar las comarcas de­
siertas: el edicto de Potsdam, de 1684,
ofreció viaje pagado, tierras, casas, exen­
ción de impuestos por diez años y acceso
a los empleos públicos, a los protestantes
franceses que quisieran radicarse en el
Electorado. La inmigración, ya atraída impaciente, de rápida, aunque no
por estas ventajas, aumentó considerable­ muy profunda comprensión, apa­
mente un año más tarde, a raíz de la
revocación del Edicto de Nantes. Cerca sionado admirador de la cultura
de 20 000 personas, fuertes, animosas e occidental que había co n o cid o
instruidas, fijaron su residencia sobre to­ en su niñez, gracias al trato de
do en Brandeburgo.
A consecuencia de ese afluir de po­ algunos extranjeros residentes en
blación se fundaron en Prusia once ciu­ Moscú.
dades y unas trescientas aldeas. Pedro I se propuso civilizar a
Unificar la administración: Los sobe­
ranos eliminaron los organismos locales, su pueblo y extender los dominios
crearon impuestos uniformes y centrali­ rusos hacia el oeste y el sur, en
zaron el gobierno. El ejército y la colo­ procura de costas marítimas, para
nización cooperaron poderosamente en la
“abrirse una ventana sobre Euro­
tarea unitaria.
pa”, según su expresión.
Sus tentativas de expansión cho­
RUSIA caron al sur con los turcos, a quie­
nes tomó Azof, en la desembocadu­
El territorio ruso estu vo por ra del Don, y al oeste con Suecia,
mucho tiempo dividido en princi­ nación gobernada por un joven rey,
pados, tributarios del Kan de los Carlos X II, intrépido y audaz, lla­
tártaros. Moscú (o M oscovia), el mado Cabeza de hierro por su tes­
principal de ellos, fue absorbiendo tarudez. Al principio, Carlos derro­
a los otros. A fines del siglo XV tó al zar, pero en 1709, habiéndose
sacudió la tutela asiática, y en el internado im prudentem ente en
siglo siguiente su soberano, Iván Rusia, fue vencido en la batalla
IV, el Terrible, inició una era de
conquistas.
En 1613, el príncipe Miguel,
pariente de Iván, fundó la dinastía
de los Romanotí.

Rusia, aislada de Europa por Suecia,


Polonia y Turquía, vivía adaptada a las
costumbres de Asia: los hombres lleva­
ban barbas y cabellos largos, y usaban
bombachas y túnicas de anchas mangas;
las mujeres, que permanecían encerra­
das, cuando estaban en presencia de ex­
traños cubrían la cara con un velo. La
masa de la población, dedicada a la agri­
cultura, estaba formada por mujiks o
siervos, groseros, dados a la embriaguez.
La tierra pertenecía a los nobles o bo­
yardos y el zar ejercía una autoridad
despótica.

En el siglo xvn, una


Pedro I, el Grande, soberano a escuadra fuerte era tan
los diez años de edad (1 6 8 2 ), so­ i m p o r t a n t e c o m o so n
portó un tiempo la regencia de su hoy los aviones milita­
res. P or eso, P edro el
herm ana m ayor, pero lu ego la Grande equipó una flo­
encerró en un convento y se hizo ta sobre el m odelo de
los barcos ingleses, pa­
cargo del poder. Era un gigante ra poder com petir en el
de dos metros de estatura, de fuer­ ám bito in t e r n a c io n a l.
(De Pictorial Educa-
za hercúlea, brutal, in fatigable, tion.)

134
de Póltava. La lucha prosiguió, in­ Ejército: lo organizó siguiendo
terviniendo otros países enemigos el modelo prusiano, aunque con­
de Suecia, y terminó con una paz taba también con los cosacos, cuer­
que reconocía a Pedro el Grande po irregular de caballería; equipó
la posesión de diversas comarcas además una escuadra.
sobre el mar Báltico.
Iglesia: substituyó al patriarca,
El soberano ruso realizó dos via­ jefe de la iglesia ortodoxa, por un
jes por los principales países de consejo de sacerdotes, el Santo Sí­
Europa, uno de incógnito y otro nodo, ante el cual tenía un repre­
oficial, y dedicó toda su energía a sentante.
implantar en su país cuanto había
Economía y cultura: estimuló el
visto, sin admitir demoras, llegan­
establecimiento de fábricas, la ex­
do a emplear la violencia para
plotación de minas, la mejora de la
allanar torpezas o mala voluntad.
agricultura y la construcción de
Su obra abarcó diversos órdenes.
canales; erigió la Academia Naval,
Gobierno: creó un Consejo de la Escuela de Cirugía, la de Inge­
Estado, de carácter consultivo, y niería. En 170'Efundo una nueva
diez colegios, especie de ministe­ ca p ita l: San P etersbu rgo (h o y
rios, formado cada uno por varias Leningrado), a orillas del Neva,
personas. Dividió a los funciona­ cerca del Báltico, y obligó a los
rios en catorce categorías, según nobles a levantar allí sus residen­
el rango y la nobleza. Fundó un cias; un arquitecto francés cons­
cuerpo regular de policía. truyó dos palacios, denominados
“de invierno” y “de verano”, para Westfalia, la independencia de las
residencia del Zar. Provincias Unidas, o sea la parte
septentrional de los Países Bajos.
Costumbres: hizo que los hom­
bres recortaran los cabellos y las La nueva nación constituyó una
barbas y vistieran al modo euro­ república federal, con autoridades
peo, y que las mujeres abandona­ locales, de amplia autonomía.
ran el velo y el encierro; impuso Los Estados Generales, forma­
a los cortesanos y funcionarios la dos por diputados de las provin­
celebración de reuniones y fiestas. cias, sesionaban en La Haya y
dictaban las leyes, ejercían la re­
La mayor parte de estas innovaciones presentación exterior y designaban
despertaron tenaz resistencia. Alexis, hi­
jo del zar, se pronunció también contra
los altos jefes del ejército y la
las iniciativas paternas; los principales armada.
opositores fueron a ju s ticia d o s, algunos
El Pensionado (llamado así por­
por la propia mano del soberano; Alexis,
condenado a muerte, pereció en la cár­ que percibía una pensión anual a
cel la víspera de su ejecución. título de sueldo), asesor y secre­
Pedro el Grande f íeció en enero de tario de los Estados Generales, te­
1725, a consecuencia de una pulmonía
contraída por arrojarse a las aguas del
nía funciones análogas a las de un
Neva, en pleno invierno, a fin de parti­ primer ministro.
cipar del salvamento de un barco próxi­
mo a naufragar. El Estatúder, jefe del poder eje­
Su obra política le sobrevivió, no así cutivo, aplicaba las leyes y vigilaba
la cultura, malograda casi por completo la administración.
poco después de su muerte.
Desde la época de Guillermo el Ta­
citurno, este último puesto se hizo here­
HOLANDA ditario en la familia de Orange, circuns­
tancia que determinó la aparición de dos
tendencias: la orangista, partidaria de la
España r e co n o ció definitiva­ monarquía, y la republicana. Esta últi­
mente en 1648, por la paz de ma predominó durante veinte años, pero

En la época del predom inio holandés, Amsterdam era un importantísim o centro com ercial. Este
grabado muestra una calle del siglo XVII: los escaparates de las tiendas, en las que se podía adquirir
cualquier producto, no importa de qué procedencia, estaban al alcance del peatón. En primer
término, un vendedor de anteojos; atrás, un zapatero.
Una escuela de niñas en el siglo x v n : la vieja maestra enseña a leer a un grupo
d e jovencitas sentadas en pequeñas sillas irregularmente distribuidas; ambiente m uy
distinto al de un aula form al de la actualidad. (Cuadro d e B osse.)

al producirse la invasión del ejército de


Luis X IV , el populacho, excitado por las Los productos del país, ganado,
noticias de los primeros descalabros, ase­
sinó al pensionado.
manteca, queso, arenques salados
El gobierno fue confiado entonces a y ahumados, paños, telas de hilo,
Guillermo de Orange, quien dirigió con llamadas “holandas”, terciopelos de
gran acierto y energía la defensa, erigién­ Utrecht, encajes, tapices y porce­
dose luego en el más implacable adver­
lanas.
sario del monarca francés. Cuando en
1688, Guillermo ascendió al trono de In­
glaterra, no dejó por eso el cargo de El transporte marítimo de sus
Estatúder. A su muerte, las Provincias artículos y de la mayoría de los
Unidas restablecieron la república, pero extran jeros. C om o los antiguos
los Orange recuperaron el poder, a me­
fenicios, eran los intermediarios de
diados del siglo XVIII.
las otras naciones, y recibieron el
Por su población, industria y apodo de carreteros de los mares.
comercio, Holanda era la más im­
portante de las siete provincias
de la Unión: contaba con grandes
ciudades, como Amsterdam, Rot­
terdam y La Haya, con la mitad
de la flota mercante, y satisfacía
con sus contribuciones más del cin­
cuenta por ciento de los gastos
públicos; de aquí que su nombre
fue desplazando al de Provincias
Unidas para designar a la nación.
La econ om ía holandesa com­
prendía tres fuentes principales.

“ La sirvienta perezosa” , cuadro de N icolás M aes


(1 6 3 2 a 1 6 9 3 ). Antes que los temas legendarios
o épicos, los artistas holandeses prefirieron las es­
cenas cotidianas de tipo hogareño: la señora des­
cubre, sonriendo, a la criadita dormida, mientras
tiene toda la tarea sin realizar. (G alería Nacional,
Londres.)
El comercio colonial. Holanda Sistem a colonial español
aprovechó la conquista de Portu­
gal por Felipe II para ocupar las El sistema colonial español se
factorías lusitanas de Asia. En fue elaborando a través del tiem­
1602 se creó en Amsterdam la po, conforme a las alternativas de
Compañía de las Indias Orientales las luchas dinásticas europeas y
encargada de la explotación direc­ de la implantación y desarrollo de
ta de las especias, adquiridas hasta una nueva socied ad en América,
entonces en Lisboa. donde se conciliaban las caracte­
rísticas del español peninsular, las
Las fuerzas de la compañía conquis­
taron el Cabo, en el sur de África, algu­ poderosas influencias de la tradi­
nos puertos de la India, Ceylán, Malaca, ción indígena y los nuevos ambien­
y varias islas del archipiélago malayo. tes físicos.
Fundaron Batavia, en Java, capital de
El régimen instituido por Es­
las nuevas posiciones. Poco después tra­
baron relaciones con China y Japón. paña estuvo con sagrado por las
L eyes de Indias, generales o par­
En 1621, surgió la Compañía de ticulares según la amplitud de apli­
las Indias Occidentales, fundadora cación, constantemente retocadas
de colonias en América del Norte, y adicionadas, lo que determinó la
Antillas, Guayanas y Brasil. Sus gigantesca tarea de organización y
operaciones fueron menos próspe­ ordenación en la llamada “Recopi­
ras que las de la otra compañía. lación de las Leyes de Indias”.
El Acta de Navegación, votada En 1503 fue creada la Casa
por el parlamento británico, causó de Contratación de Sevilla donde
grandes perjuicios al comercio ho­ se organizaban las ex p ed icion es
landés, y las guerras en que la con fia das a la in iciativa de los
nación se vio envuelta, sobre todo A delan tad os y la vigilancia del
la de la sucesión española, le aca­ cumplimiento de los compromisos
rrearon graves daños. contraídos con la Corona. En 1508

E dificio de la Casa de Contratación, en Sevilla. Fiscalizaba el com ercio con América y ejercía activi­
dades equivalentes a las de un tribunal de justicia en las cuestiones relacionadas con el nuevo mundo.
E l Himno es cantado por primera vez en los salones de la señora M aría Sánchez de Thom pson. ( Óleo
de P. Subercasseaux, M u seo H istórico N acional.)
Portal de una típica casa colonial, que se halla
en la ciudad de La Paz, Bolivia.

se completó con la fundación de


una Escuela de Náutica y la crea­
ción del cargo de P ilo to M a yor,
supremo juez en estas empresas.
Isa bel la C a tólica en cargó a
Juan Rodríguez de Fonseca la or­
ganización legal del sistema de co­
lonización americana. Finalmente,
en agosto de 1524, Carlos V creó
su Consejo de Indias bajo la pre­
sidencia de fray García de Loaiza.
Estaba formado por el presidente
y cinco co n se je ro s letrados, un
gran canciller o secretario general,
y numerosos otros funcionarios que
se fueron agregando.
A ten día el nombramiento, as­
censo, traslado y remoción de los
altos funcionarios de América. Cui­
daba de los intereses económicos, hasta que en 1680 apareció, sobre
formaba proyectos de ley, regla­ todo por obra de Juan de Solórza-
mentos, ordenanzas, etc. Resolvía no Pereira, Antonio de León Prie­
directam en te pleitos fiscales, de to y Juan de Matienzo, una reco­
comisos y contrabandos. L o inte­ pilación que contenía nada menos
graba una Junta de Guerra para que 6 377 d isp osicion es legales.
asuntos militares. Constaba de nueve libros, y, como
Al asumir la Casa de Borbón el apunta el historiador Levane, tenía
trono de España se fueron crean­ el defecto de la uniformidad, ya
do otros organismos que cercena­ que sigue los mismos principios a
ron las atribuciones del Consejo. las más diversas regiones. No ex­
En 1714, Felipe V creó una Secre­ cluía la aplicación de otras medi­
taria de D esp a ch o U niversal de das legales que hubiesen sido omi­
Indias. En 1787, C arlos III la tidas.
transformó en dos: una, de Gra­ Las autoridades del enorme sis­
cia, Justicia y Culto, y otra, de Ha­ tema pueden dividirse, según su
cienda y Guerra. Felipe admitió asiento, en residentes en España y
ingerencia en asuntos de Indias al residente^ en América. Entre las
“Consejo de Estado”: El Consejo primeras figuras-estaban el rey, de
de Indias fue expresamente supri­ dominio absoluto e ilim itado, el
mido en 1812. Todas las disposi­ mencionado Consejo de Indias, y
ciones dictadas por el rey, Consejo la Casa de Contratación para asun­
de Indias y otros magistrados con tos económicos, que creada en Se­
aprobación real se recopilaron en villa en 1503 y trasladada a Cádiz
un Cuerpo Único de Leyes. Hubie­ en 1718, fue suprimida en 1790.
ron muchas reco p ila cio n e s, que Al principio la Corona apeló a
em pezaban con el “Cedulario de la colaboración privada mediante
Puga” referen te s ó lo a México, los adelantados; luego surgieron los

139
E l virrey, junto con la Audiencia, constituía la
máxima expresión del poder político. (E l virrey
Francisco de T oled o, según Guarnan Pom a de
Ayala. )

su bdivisiones internas de los vi­


rreinatos.
La Audiencia fue el tribunal de
más alta jerarquía, en primera ins­
tancia o en grado de apelación, pa­
ra los pleitos civiles y criminales.
Fuera de las propias cumplía fun­
ciones políticas, com o la de dar su
opinión y consejo al virrey o ca­
pitán general, revisar las decisio­
nes de éstos a pedido de parte in­
teresada, vigilar la conducta de los
em plead os p ú b licos, el trato a
los indios, conceder matrícula a los
abogados, sin la cual no podían ac­
tuar, etc. La componían cinco “oi­
dores”, dos fiscales (u n o civil y
otro penal), y diversos otros fun­
cionarios. La primera A u dien cia
se instaló en Santo Domingo, en
1526. Además de las Audiencias
fu n cionaron , en algunos lugares,
tribunales de minería militares y
eclesiásticos.
gob ern ad ores, funcionarios nom­ E l j u i c i o d e r e s i d e n c i a . El v i ­
brados por la Corona, que admi­ rrey, capitán general o gobernador,
nistraban en nombre del sobera­ al dejar su puesto era sometido a
no. Finalmente fueron creados los un examen de su conducta por un
virreyes y capitanes generales. juez especial designado por la Au­
El virrey era el más alto magis­ diencia o el Consejo de Indias. Las
trado en América. Encarnaba la penas, poco frecuentes, consistían
persona del soberan o y no tenía en multas, con fin a m ien to (resi­
plazo fijo para su cargo, si bien dencia obligada en determ inado
la costumbre lo fijó entre tres y lugar) o inhabilitación para ejer­
seis años. Le estaba prohibido te­ cer cualquier otro cargo. El rey
ner bienes raíces en la colonia y podía eximir de ese juicio a fun­
más de cuatro esclavos, casarse él cionarios que habían acreditado
o sus hijos con mujeres del lugar, excepcionales méritos. Fueron así
intervenir en causas judiciales, etc. distinguidos entre nosotros los v i ­
El capitán general tenía análo­ rreyes Ceballos y Vértiz.
gas atribuciones, con la diferencia
de que las regiones que se le asig­ E l C a b i l d o . É s t e e r a tin a a u t o ­
naban eran menos im portantes; r id a d fo r m a d a p o r lo s p r in c ip a le s
era además presidente de la Au­ v e c i n o s r e s id e n t e s . C o m p r e n d í a u n
diencia. En 1782 una Real Orde­ a lc a ld e d e p r im e r v o t o y o t r o d e
nanza creó los in ten den tes para se g u n d o , r e e m p la z a n te en caso

140
de ausentarse el primero, y de seis meros miembros y luego se sortea­
a veinticuatro “regidores”, según la ban cada dos años entre una lista
importancia de la población; com­ de comerciantes matriculados.
prendía un alférez real para las ce­
remonias solemnes; el fiel ejecutor, L as a u t o r id a d e s e c l e s iá s t i­
que atendía la existencia de provi­ cas. C om prendían arzobispados,
siones de primera necesidad; el al­ obispados, parroquias y curatis.
guacil mayor; je fe de p o licía , el En el Río de la Plata sólo se es­
defensor de pobres, menores y au­ tablecieron los obispados de Asun­
sentes; un síndico procurador, que ción (1 5 4 7 ), Tucumán (1 5 7 0 ) y
intervenía en asuntos judiciales, y Buenos Aires (1 6 2 6 ). En 1807 el
otros fu n cion arios. Duraban un de Tucumán se dividió en los obis­
año, no percibían sueldo y no po­ pados de Córdoba y Salta.
dían ser reelectos de inmediato. El rey ejercía el derecho del Pa­
Tenía muy amplias atribuciones tronato que lo facultaba para pre­
ejecutivas, judiciales y administra­ sentar candidatos para la elección
tivas. En casos de graves y urgen­ de los altos cargos vacantes y con­
tes peligros sus miembros podían ceder el Pase (es decir la aplica­
invitar a los prin cip ales vecinos ción) de las bulas p on tificia s y
para tratar las medidas adecuadas. resoluciones de los concilios. Tam­
En nuestro territorio alcanzaron bién admitir nuevas órdenes reli­
gran im portan cia porque era la giosas, fundar iglesias, crear nue­
única oportunidad de los colonos vos obispados, etc. La conversión
de intervenir en asuntos públicos. de los indios fue una de las preo­
cupaciones más absorbentes de la
E l c o n s u l a d o . Era un tribunal empresa colonizadora. En 1522 los
que fue adquiriendo cada vez ma­ franciscanos fundaron en Texcoco
yor importancia en asuntos econó­ (M éx ico) la prim era escuela de
micos. El rey nombraba los pri­ catequización. Los m isioneros se

141
F a ch a d a d e la iglesia colonial de Tepotzotlán,
en M éxico.

te llegaron los jesuítas, que adqui­


rieron enorme importancia con sus
misiones. En nuestro país, Gaboto
trajo un franciscano que estable­
ció una capilla; otros vinieron con
M en doza, de don d e pasaron a
Asunción y Tucumán. Pertenecie­
ron a esa orden, entre muchas fi­
guras ilustres, íray Hernando de
Trejo y Sanabria y san Francisco
Solano.
Los dominicos desem barcaron
en 1543 con la expedición de Nú-
ñez de Prado. Uno de ellos, Luís
de Tejeda fue nuestro primer poe­
ta. Las misiones jesuíticas se es­
tablecieron, primero en territorio
hoy brasileño, luego fueron obliga­
das a emigrar por la hostilidad de
los mamelucos, mestizos de indios
y portugueses sostenidos por estos
últimos.
esmeraron en aprender los idiomas Después de una memorable emi­
indígenas. Se exten dieron luego gración se establecieron, en 1631,
por A m érica C entral, Colombia, en el Paraná medio (orillas del Pa­
Venezuela y Guayana. raguay y Corrientes) y en Misio­
En el Perú se desempeñaron los nes. Sus primeros establecimien­
dominicos, luego los mercedarios y tos fueron San Ignacio, Guazú e
otras órdenes menores. Finalmen- Itapúa; luego se fueron multipli­
P o r ta l d e la iglesia de
San Ig n a cio M in í ( p r o ­
vin cia de M isio n e s ) . Las
d e l i c a d a s escultu ras de
la r o c a han resistido al
e fe c t o d e v a s t a d o r d e l
tie m p o y d e l clim a tro ­
pical.

cando hasta abarcar el oriente del Grande, con un total de 54 000 ki­
Paraguay, nuestra actual provincia lómetros cu adrados y una cifra
de Misiones, la mitad oriental de máxima de 114 000 habitantes en
Corrientes y una ancha faja occi­ 1707. Sumaban 48 pueblos de los
dental de los actuales estados bra­ que 33 han subsistido. El gobierno
sileños de Santa Catalina y Río era ejercido por dos sacerdotes, el
rector, jefe de la administración, y
el maestro, en cargado de la ins­
trucción y práctica del culto.
El trazado de cada pueblo obe­
decía a un plano común, la vida
estaba regimentada en sus meno­
res detalles. -'Los niños aprendían
a leer y escribir y luego se inicia­
ban en un oficio y tareas agrícolas;
los más capaces eran instruidos en
las artes y en música. Para defen­
derse organizaban m ilicias bien
armadas y disciplinadas, que más
de una vez aportaron sus contin­
gentes a las luchas c o l o n ia l e s .
En 1767 el rey Carlos III ordenó la
expulsión de los jesuítas, arguyen­
do que atentaban contra las autori-

143
dades laicas. Sus establecimientos con fu n dirse con otro del mismo
fueron repartidos entre otras órde­ nombre, lugarteniente de Irala en
nes religiosas o sujetos a las auto­ A su n c ió n ). L legó hasta Sancti
ridades civiles; el cambio determi­ Spiritus, sobre el Paraná, donde
nó una rápida decadencia. Heredia, subordinado de Mendoza,
se le sublevó y dio muerte, regre­
sando al Perú.
En 1549, Juan Núñez de Prado
TUCUMÁN, CUYO p en etró hasta T u cu m án , donde
Y EL RÍO DE LA PLATA fundó la Ciudad del Barco, trasla­
EN EL SIGLO XVI dada luego a Salta y por tercera
vez a Santiago del Estero. Fue de­
El descubrimiento de Tucumán puesto y arrestado por Francisco
se debe a Diego de Almagro, veni­ de Aguirre, mandado desde Chile
do del P erú en su v ia je a Chile por Valdivia; trasladó nuevamen­
(1 5 3 6 ). R e co rrió Jujuy, Salta y te a Ciudad del Barco a un lugar
Catamarca. En 1543, Diego de R o­ próx im o y le cam b ió el nombre
jas salió del Perú, quien se abrió por Santiago del Estero. Por una
paso contra la resistencia indíge­ Real Orden, V a ld iv ia consiguió
na. Murió a consecuencia de una una franja territorial de cien le­
herida en una pierna por una fle­ guas de ancho que llegaba hasta
cha envenenada. Le sucedió Fran­ el meridiano de 64° y con eso Tu­
cisco de Mendoza (que no debe cumán quedó d e p e n d i e n t e d e Chi-

144
le. Los españoles procedentes del del Tucumán dependiente del vi­
norte protestaron por esta conce­ rreinato del Perú. Luego v o lv ió
sión y fueron atendidos por una allí el veterano Francisco Aguirre.
real cédula de Felipe II (agosto En mayo de 1565, su sobrino, Die­
de 1563) creando la gobernación go de Villaroel, fundó la ciudad de
Tucumán.
En 1571, el virrey del Perú,
F ran cisco de T o le d o , encargó a
Jerónimo Luis de Cabrera la fun­
dación de otras poblaciones. El 6
de julio de 1573 fundó Córdoba,
luego siguió hasta el Paraná, don­
de se produjo su en cuentro con
Garay. Otro conqu istador, Her­
nando de Lerm a, fundó Salta
(abril de 1582). Juan R am írez
de Velasco, capacitado gobernan­
te, gobernó siete años (1 5 8 6 /9 3 ).
En su período fueron fundadas La
Rioja y Jujuy. El siglo se cerró
siendo gobernador Pedro de Mer­
cado y Villacorta.
El siglo XVII se caracterizó por
tres sucesivas guerras encabezadas
por los calchaquíes durante un pe-
río de 35 años (1630-1665).
M onum ento a H ernando de Lerma erigido en la
ciudad de Salta.

145
La prim era (1630-1635), du­ nombre de Inca H ualpa. Consi­
rante el gobierno de Felipe de Al­ guió interesar a M ercado y Villa-
bornoz, motivada por un castigo y corta, d icién d ole que hacía esta
humillación a los principales caci­ maniobra para ganar la confianza
ques que pasaron a saludarlo; fue de los indios y conseguir así que
particularmente feroz y se agravó le revelaran dónde tenían enterra­
por una peste que hizo estragos en das enormes riquezas, que compar­
ambos bandos. Fue finalmente so­ tiría con M erca d o. E n terad o el
focada por refuerzos llegados del virrey del Perú, ordenó el arresto
Perú. de Chamijo, que fue resistido por
La segunda, muy breve (1 6 5 7 / los indios. Tras arduas luchas lo
59), la promovió un in trigan te: capturaron y rem itieron a Lima,
Pedro Chamijo, muy interiorizado donde fue decapitado.
en la vida, idioma y costum bres La tercera, muy breve (1 6 6 5 /
indígenas. Se presentó titulándose 66) determinó un cambio de re­
descendiente de los incas, con el sidencia de las tribus trasladadas
Sala capitular del cabildo de Asunción en la
que se aprecia el gran dosel con las reales ar­
mas de España.

de los valles a las llanuras. La de


los Quilmes fue trasladada a Bue­
nos Aires donde, com o se dijo, se
fundó una reducción.
Desde 1673 hasta lo largo del
1700 los españoles realizaron cua­
tro campañas en el Chaco llegan­
do hasta orillas del río Bermejo.
Capturaron varios centenares de
indios macovíes que ocuparon el
vacío dejado por los calchaquíes,
muertos durante la guerra.
El país de Cuyo (comprendía
las actuales p rov in cias de San
Juan, M en d oza y San Luis con
prolongación en la Patagonia y en
La Pampa) fue objeto de diversas
expedicion es, partidas de Chile, viento, etc. Obtuvo, por real cé­
hasta que su ocupación se forma­ dula, el permiso de comerciar con
lizó en 1561 con la fundación de el Brasil dentro de severas normas
Mendoza. Al año siguiente, otra reglamentarias.
expedición a las órdenes de Juan Vigiló estrictamente la conducta
Jofré fundó San Juan, y en 1561, de los encomenderos, persiguió la
Luis Jofré de Loaiza, San Luis, ac­ vagancia, procediendo al arresto de
tos simbólicos pues la ocupación “mozos p e rd id os” , obligándoles a
efectiva se realizó en 1596. emplearse en faenas rurales. Fue
notable una expedición al sur en
busca de la fabulosa “Ciudad de
Pretensiones extranjeras los Césares” que llegó hasta orillas
sobre el Río de la Plata del río Negro, exploró el interior de
la Banda Oriental, mejoró las es­
cuelas de prim eras letras, erigió
CONFLICTOS ENTRE ESPAÑA iglesias y favoreció la obra cate­
Y PORTUGAL quística de los franciscanos y je­
suítas.
A n t e c e d e n t e s . Hernandarias. En su última actuación (1614-
Nació en la Asunción. De familia 1618) se llevó a efecto la división
noble, intervino desde muy joven del territorio en dos provincias dis­
en la instalación de ciudades y co­ puesta por la Real Cédula de di­
lonias. Reemplazó a los goberna­ ciembre de 1617. Al terminar su
dores designados por España en gestión pública se instaló en Santa
sus ausencias, o en sus fallecimien­ Fe con su esposa, hija de Juan de
tos. En un período de siete años Garay; allí murió en 1634. Fue el
(1 6 0 2 /9 ) im pulsó el cultivo del primer criollo que gobernó en su
algodón, la explotación de los bos­ tierra y lo hizo, com o se dijo, “con
ques, la instalación de molinos de amor de Patria”.

147
LA GOBERNACIÓN DEL RÍO Los sucesos político-económicos
DE LA PLATA más importantes fueron:

l 9 La p ráctica de contraban­
Tenía por Capital a Buenos Ai­ do, o sea del comercio clandestino
res y comprendía: esta Provincia, con naciones extranjeras. Varios
Santa Fe, Entre Ríos, el Chaco, la gobernadores se dejaron tentar por
Banda Oriental y la Patagonia. las fructuosas ganancias y al tér­
Hasta la creación del Virreina­ mino de su período fueron proce­
to en 1776, es decir durante el pe­ sados y algunos castigados severa­
ríodo de algo más de un siglo y mente.
medio, se sucedieron 32 goberna­
dores, la mayoría de excelente de­ 2° Los piratas y corsarios asal­
sempeño. taban y secuestraban barcos espa­
Puede dividirse en dos perío­ ñoles y efectuaban desem barcos
dos: 1618-1680 y 1680-1776. para saquear poblaciones. En va­
En el primer período se erigió rias ocasiones llegaron a amenazar
el Obispado de Buenos Aires por Buenos Aires. Los vecinos fueron
la Bula del papa Paulo V, siendo organizados militarmente y no po­
su prim er titular fray Pedro de dían ausentarse de la ciudad sin
Carranza. permiso. El Fuerte (en el lugar

148
El fuerte de Buenos Aires en 1720. Contenía la residencia del virrey y alojaba una guarnición. En
el primer plano de este cuadro de Léonie Matthis puede observarse una procesión que atraviesa
la plaza.

de la actual Casa de Gobierno) fue ción, lo depuso y arrestó, ocupan­


reparado y artillado repetidas ve­ do su cargo. Apoyado por los ve­
ces. En 1658 ocurrió el principal cinos, desconoció a los sucesores
ataque por tres barcos mandados enviados por el virrey del Perú y
por el francés Timolemon Osmat, derrotó a uno de ellos. El goberna­
vencido en un combate naval. dor de Buenos Aires, Bruno Mau­
ricio de Zavala, marchó entonces
39 L os ataques de los indios, al Paraguay con 6 000 hombres,
por el norte, desde el Chaco hasta en gran parte indios m isioneros.
Santa Fe; por el oeste y el sur, des­ Antequera fue arrestado y envia­
de La Pampa. Estos últimos re­ do a Lima, donde lo condenaron
cién fueron elim inados en 1879 a muerte.
con la Campaña del Desierto del
General Roca. Los disturbios se agravaron en
Segundo período (1680-1776): 1730, con la llegada a la Asunción
de Hernando Mompó, un amigo de
l 9 Continúa la lucha contra los Antequera, quien logró sublevar a
contrabandistas, que desembarca­ los nativos, afirmando que tenían
ban en la Banda Oriental. derecho a resistir al soberano, si
sus órdenes eran contrarias al “co­
29 Estallaron graves disturbios mún”. M om pó proveyó de armas
en Paraguay y Corrientes, produ­ y dio alguna organización a sus
cidos por la actitu d de José de partidarios. Nuevamente m archó
Antequera, quien enviado por la Zavala, entró en Asunción y eje­
Audiencia de Charcas en 1721 pa­ cutó a Mompó. Hubo después un
ra resolver un c o n flic to entre el nuevo in ten to de levantamiento
Cabildo y el Gobernador de Asun­ en octubre de 1764, rápidamente

149
sofocado por el nuevo gobernador, lipe, D uque de A njou, nieto de
don Pedro de Cevallos. Luis X IV , quien resultó vencedor
y ocupó el trono con el nombre
39 El litoral de la Patagonia fue de Felipe V. Éste ordenó al gober­
recorrido por los padres jesuitas nador Juan de Valdés Inclán el
Quiroga, Cardiel y Strobel, apun­ desalojo de los portugueses de la
tando valiosos informes. El médi­ Colonia, conseguido tras seis me­
co inglés Tomás Falkner, por su ses de sitio en marzo de 1705. Pe­
parte, exploró La Pampa y se in­ ro negociaciones posteriores obtu­
ternó hacia el sur. Vuelto a su pa­ vieron de Felipe V la devolución
tria publicó un notable libro sobre de la Colonia en 1716. Esta nue­
los lugares recorridos . va ocupación debía durar 46 años.
Como los portugueses empeza­
Los CO N FLICTOS CON PORTU­ ban a avanzar desde la Colonia en
GAL. El l 9 de enero de 1680, M a­ dirección al Atlántico, el goberna­
nuel Lobo, gobernador de R ío de dor Zavala decidió cortarles el pa­
Janeiro, fundó en la costa oriental, so fundando Montevideo, con fa­
casi frente a Buenos Aires, la Co­ milias porteñas y otras traídas de
lonia de Sacramento. El goberna­ las Canarias, a fines de 1726. El
dor de Buenos Aires desalojó a los l 9 de enero de 1730 comenzó a ac­
invasores en él mes de agosto. El tuar su primer Cabildo. Cambian­
rey de Portugal protestó enérgica­ do de táctica, los portugueses se
mente y por el tratado de Badajoz fueron internando desde el norte y
obtuvo del m onarca español la fundaron la ciudad de San Pedro,
devolución de la plaza, realizada en la desembocadura de la laguna
en 1683. La segunda ocu p a ción de Los Patos.
duró 22 años. Durante ese perío­ Felipe IV, influido por su espo­
do cesó de gobernar España la sa doña Bárbara de Braganza, hija
Casa de Austria, con la muerte del rey de Portugal, firmó en ene­
en 1700 de Carlos II, que no dejó ro de 1750 el Tratado de Permu­
descendencia directa. Estalló en­ ta, por el cual cedía en América
tonces una larga guerra entre pa­ inmensos territorios por la sola de­
rientes de esa Casa y un Borbón, volución de la Colonia del Sacra­
francés, que alegaba mayor paren­ mento. La absurda transacción pro­
tesco. Ésta tuvo carácter interna­ vocó airadas protestas del propio
cional, pues Austria e Inglaterra hermano del rey, que debía suce-
apoyaron a Carlos de Habsburgo, derle con el nombre de Carlos III,
en tanto que Francia apoyó a Fe­ y de los jesuitas. El gobernador
EL TRATADO DE PERMUTA

Línea de Tórdesillas
_ ^ __ Línea del Tratado de
Perm uta

P arte adquirida por


Portugal, en virtud del
Tratado
Lím ites actuales del
Brasil

de Buenos Aires, José de Andonae- nuestro territorio. E xasperados


gui, elevó un respetuoso informe, por el desalojo, mal armados y sin
señalando las dificultades y des­ organ ización militar, resistieron
ventajas del tratado. heroicamente durante tres años la
Nada influyeron estas protestas acción represiva de los ejércitos
y, en 1715, llegaron dos comisio­ español y portugués, hasta ser de­
nes demarcadoras, una española y finitivamente vencidos, el 10 de
otra portuguesa, para trazar sobre febrero de 1756 en Caybate, don­
el terreno los nuevos límites. Sie­ de fueron exterminados cerca de
te misiones jesuíticas con un total 1 700 guaraníes.
de 30 000 indígenas debían eva­ Fernando V I decidió entonces
cuar sus viviendas y cultivos y cru­ suspender la permuta, que fue anu­
zar el Uruguay para instalarse en lada por Carlos III en 1761 con
con sen tim ien to de Portugal. Al
año siguiente el gobernador Pedro
de Ceballos sitió la Colonia (que
los portugueses no habían entre­
gado) y la tomó el 2 de noviem­
bre de 1762; luego avanzó por el
norte de la Banda Oriental hasta
tomar R ío Grande.
La Colonia del Sacramento en el siglo X V I I I
mostraba el m ism o aspecto simétrico y m onó­
tono de las demás ciudades del nuevo mundo.
Su posición estratégica m otivó una larga disputa
entre españoles y portugueses. ( Cuadro d e h éo -
nie M atthis.)

151
Pero el T ra ta d o de París de 9 000 soldados y tripulantes; con
1763 la devolvió, comenzando la ella intimó la rendición de la C o­
cuarta y última ocupación portu­ lonia, acatada por sus defensores.
guesa de la Colonia, que duró ca­ El tratado de San Ildefonso con­
torce años. firmó el triunfo.
La larga disputa inspiró a Car­
los III la creación del Virreinato
del Río de la Plata, con carácter Consecuencias de estas guerras.
provisorio, y confió a Ceballos, pri­ Comprobaron el valor de los crio­
mer titular del cargo, el mando de llos, quienes, salvo la expedición
una poderosa e x p e d ició n de 20 de Ceballos, sop ortaron solos la
barcos de guerra, 96 transportes y larga lucha.

. < ■ ' * P R O V IN C IA \
^CUZCO / DB
DE
A r e q u ip a / INT. V Loreto
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.PAz/'‘von .M...izq u e,,-'y PRO V IN C IA \
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\ ,P R E S .^ s / rK u v iiM tiM .
i i- v O C H U Q U IS A C A ( C h a r c a s )
o\ DE \
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A ta ca m a -o L ip e s s - ’ ^Tarija
C o b ija o (NT. DE
POTOSI/’ " " OV
^ KCHIQUITOS
S..SALVADOR 0?ánN N 2 I /
DE JUJUYO SALTA i 5 ! /
INT. DE
O DEL TU C U M A p ASUNCIÓN ¿
«SA LTA ! \ /O L.mm..
» 3/ !
»SAN M IG U E LDE _
_____ ./ V_ / ‘S. ' ,f PR O V . DE \
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ConiaDÓ ‘. T U C U M A N o ■no......
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DEL TU CU M A N \¡ a' J—
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Islas Malvinas
V IR R E IN A T O
Estrecho de
M a g a lla n e s DEL

152 R IO DE LA PLATA
CAPÍTU LO VII

LAS N U EV A S
IDEAS

El ad ve nim ie n to de la Casa de Borbón, en España, introduce


a llí y en H ispanoam érica la in flu e n cia francesa, ce n tra lista
en el orden p o lític o y lib e ral en el ideológico. Los principales
estados europeos, regidos por el despotism o ilustrado, e n ta ­
b la n com plicadas luchas con fines de predom inio, sobre todo
económ ico. Gran Bretaña echa las bases de su im perio co­
lo n ia l en d e trim e n to de Francia. La c u ltu ra sigue su m archa
ascendente con progresiva orien ta ció n técnica. La filosofía
y la economía someten a un severo exam en crítico los siste­
mas vigentes y auspician reform as radicales: la revolución
de Estados Unidos de A m é rica es la prim era aplicación de
esas reform as.

Las ideas políticas, sociales la libertad de comercio mediante la


y económ icas del siglo XVIII supresión de las aduanas y de
los monopolios, y por la libertad
de trabajo mediante la abolición de
Así como los pensadores del si­
glo x vn se dedicaron especialmen­ los gremios; proponían, además,
te a las ciencias, los del siglo xvm una distribución más razonable de
prefirieron las cuestiones políticas, los impuestos, a fin de que fuesen
sociales y económicas. Suelen divi­ pagados por todos, en proporción a
dirse en dos grupos: los economis­ su fortuna e ingresos.
tas y los filósofos. Entre los principales divulgado­
Los economistas estudiaron la res de las nuevas ideas figuraban
riqueza pú b lica y abogaron por Adam Smith, de Edimburgo, quien

153
C arlos S econ d a t, b a r ó n de M on teaqu ieu .

publicó, en 1776, su obra funda­


mental La riqueza de las naciones,
y los franceses Francisco Quesnay
y Vicente de Gournay.
Según Smith, el trabajo es la
verdadera fuente de la riqueza, y
en lugar de acumular oro, como
sostenía la escuela mercantilista y
el colbertismo, debíase fomentar la
industria y el consumo de los pro­
ductos. .
Quesnay, fundador de la doctri­ de los filósofos del siglo xvm . En
na fisiocrática (del griego íysé, su obra Tratado sobre el gobierno
materia, y cratos, gobierno), afir­ civil desarrolló la doctrina de los
maba que los fenómenos económi­ derechos del hombre, de la sobe­
cos están regidos por leyes tan ranía del pueblo y de la limitación
naturales com o las que presiden del poder del monarca.
el mundo físico, y que en conse­ Carlos de Secondat, barón de
cuencia lo único que incumbe al Montesquieu, nacido en La Bréde,
estado es dejarlas funcionar, sin cerca de Burdeos, es el autor de
oponerles trabas. Esta actitud fue El espíritu de las leyes, extensa
concretada por Quesnay en el le­ obra de sorprendente erudición.
ma: Dejar hacer; dejar pasar.
Los principales filósofos fueron Defiende en ella la división de la so­
franceses. Sus libros, impresos co­ beranía en tres poderes: el legislativo,
encargado de redactar las leyes; el e/e-
múnmente en el extranjero, para
evitar la censura, eran muy esti­
mados y comentados por la gente
culta ( eclairée: esclarecida, com o a
sí misma se llamaba), pertenecien­
te a la burguesía y, en menor nú­
mero, a la nobleza y el clero.
Mujeres de prestigio intelectual
reunían periódicamente en sus ca­
sas de París a escritores y literatos,
quienes, ante un auditorio atento
e inteligente, disertaban sobre los
sucesos de actualidad y criticaban
de una manera fina y mordaz los
actos del gobierno y de la corte.
Estos lugares de reunión se deno­
minaban salones. De esa manera,
las nuevas ideas ganaban adeptos.
El médico inglés Juan Locke
puede considerarse como precursor

V o lt a ir e , ya a n c ia n o . Escultura de
H oudon, que fuera contem poráneo de
aquél.

154
cutivo, que las hace cumplir, y el judi­ En el Contrato Social, su prin­
cial, que las aplica en los conflictos entre
particulares. Es un sistema adoptado por
cipal obra desde el punto de vista
casi todas las constituciones posteriores. revolucionario, defendió el princi­
Después de analizar las virtudes y de­ pio de la soberanía popular.
fectos de las distintas formas de gobier­
no, aboga por la monarquía parlamenta­
ria, de tipo inglés, que limita y fiscaliza
el poder del rey.
LA ILUSTRACIÓN
Francisco María Arouet de Vol- •LOS AVANCES CIENTÍFICOS
taire nacido en una localidad pró­
xima a París, fue novelista, poeta, L a E n c i c l o p e d i a . La instruc­
dramaturgo y filósofo. Combatió ción primaria había comenzado a
especialmente la intolerancia reli­ difundirse. En los países católicos
giosa e hizo un caluroso elogio de por obra de los religiosos, como
las libertades británicas. San José de Calasanz (1556 a
La influencia más grande en la 1648) en España, y San Juan Bau­
propaganda revolucionaria corres­ tista de La Salle (1651 a 1719), en
pondió a Juan Jacobo Rousseau, Francia. En los países protestan­
ginebrino, hijo de un relojero. tes, con intervención del estado.
Mientras los dos filósofos ante­
Los folletos, los libros y los pri­
riores eran ricos burgueses, que
meros periódicos eran leídos ávida­
sólo pedían reformas moderadas,
mente, a veces en cafés y hosterías
Rousseau, de clase humilde, adop­
ante grupos de analfabetos.
tó una actitud francamente sub­
versiva en escritos ardientes y apa­ En el arte plástico predomina­
sionados. D e ilustración irregular ron los franceses. La arquitectura
y carácter algo desequilibrado, co­ monumental europea de la época
mo lo demuestran sus fallas mora­ siguió el estilo de ese país. En la
les —expuestas por él mismo con pintura adquirió im portan cia el
singular franqueza en sus Confe­ pastel; los cuadros tratan temas
siones-, su in teligen cia genial, galantes y son de colores suaves;
aunque desordenada, ofrecía una W atteau fue el principal pintor del
mezcla exuberante de aciertos y género; La Tour es célebre por sus
paradojas. Criticó la vieja peda­ retratos.
gogía en Emilio, libro en que su­ Las letras produjeron novelas
giere un sistema de educación sin sentimentales o picarescas. En el
maestros, y una reforma religiosa teatro obtuvo gran éxito Beaumar-
basada en el culto del Ser Supremo. chais con su comedia El barbero
de Sevilla, que inspiró más tarde la
ópera de ese nombre a Rossini.
La música logró una notoriedad
jamás alcanzada hasta entonces.
Mozart fue uno de sus grandes
representantes.
Los avances científicos siguieron
el ritmo anterior. Las matemáticas
contaron con los trabajos de La-
place. En física, el francés Papín

Juan J acobo Rousseau.

155
P o co antes de morir, a los
37 años, W atteau pintó es­
te cuadro, conocido con el
nom bre de “ La enseña de
Gersaint” . R e p r e s e n t a el
negocio de venta de cua­
dros de su amigo Gersaint,
hecho por un encargo de
éste. El artista abandona
totalm ente los temas galan­
tes de la m ayoría de sus
obras para brindar una ima­
gen exacta y real de la so­
ciedad de París en 1720.
(Palacio de Chaxlottenbur-
burgo, B erlín.)

y el inglés W att estudiaron la fuer­ el sueco Linneo, la botánica, y el


za del vapor y crearon las primeras francés Button, la zoología.
calderas. Las electricidades está­ Desde fines del siglo x v i i apare­
tica o por frotamiento y la atmos­ cieron enciclopedias, es decir, re­
férica atrajeron la atención de los pertorios de conocimientos orde­
sabios. nados alfabéticam en te. La más
El n orteam erican o Franklin importante se debió a Diderot.
inventó el pararrayos. Los herma­ Dionisio Diderot, lo mismo que
nos Montgolfier, franceses, realiza­ Rousseau, fue hijo de obreros, y tu­
ron los primeros ensayos de aeros­ vo una juventud atormentada y
tación con globos. El francés La­ errabunda. La traducción de libros
voisier fundó la química moderna; ingleses y el dictado de clases par­
ticulares le proporcionaron la opor­
tunidad de completar sus conoci­
mientos: Catalina II de Rusia lo
protegió pecuniariamente.
Concibió una obra gigantesca
que, según sus palabras, “debía ser
el cuadro general de los esfuerzos
del espíritu humano en todos los
géneros y todos los siglos”; fue la
Enciclopedia, cuya composición le

W olfang A m adeo M ozart nació en Salzburgo en 1756.


B rilló desde niño por sus dotes musicales. M urió en
Viena en 1791, dejando a las generaciones futuras
enorme cantidad de com posiciones de permanente 0C'
tualidad.
absorb ió veintiún años (1751 a en hacer prosperar a los países que
1772), en parte debido a dos largas gobernaban, prestando una aten­
interrupciones, por oposición de la ción asidua a sus deberes y a la
censura. C om prende v ein tioch o ejecución de meditados planes. Pe­
grandes volúm enes, con mapas, ro no toleraron ninguna limitación
planos y dibujos industriales, y de su poder. Tenían como lema
colaboraron en ella muchos sabios “todo para el pueblo, pero nada
y escritores. por medio del pueblo”. Este siste­
Además de ser un vasto diccio­ ma recibió el nombre de despotis­
nario, el más completo de su época, mo ilustrado, y tuvo sus mayores
resultó un instrumento de propa­ representantes en Federico II de
ganda revolucionaria, porque las Prusia, Catalina II de Rusia, María
palabras referentes a política, reli­ Teresa de Austria y Carlos III de
gión, filosofía, economía, eran defi­ España.
nidas y explicadas de acuerdo con
las teorías en boga.

El despotismo
ilustrado en Europa

Los soberanos del siglo xviii fue­


ron en su mayoría instruidos y cul­
tivaron el trato de filó s o fo s y
sabios. Pusieron el mayor empeño

Federico II de Prusia, según un grabado


de la época.
FEDERICO II primaria obligatoria y duplicó el
ejército, considerado el mejor de
El engrandecimiento prusiano Europa por sus victorias y su orga­
culminó con Federico II, llamado nización ejemplar.
el Grande, monarca de agudo y
vasto talento, sumamente trabaja­
dor, poco escrupuloso en sus ma­ CATALINA DE RUSIA
niobras políticas, económico hasta
En 1763 tomó la corona de los
la avaricia, y dotado de singular zares Catalina II, princesa alema­
capacidad militar. na. Con la ayuda interesada de
En los cuarenta y seis años de
algunos aventureros, aprisionó e
gobierno (1740 a 1786) realizó
hizo morir en la cárcel a su esposo,
importantes crecimientos territo­
el inepto Pedro III. Inteligente,
riales: quitó la Silesia (valle del
instruida, audaz, laboriosa, fue
Óder) a los austríacos, y la con­
amiga de filósofos y escritores que
servó a pesar de dos guerras poste­
la colmaron de elogios.
riores, hechas por éstos con objeto
Continuó la política de expan­
de reconquistarla, e incorporó la
sión territorial, arrebatando a Tur­
Prusia polonesa, que se interpo­
nía entre la Prusia Oriental y el
B randeburgo, u n ifican d o así el
territorio.
También efectuó mejoras inte­
riores: intensificó la colonización,
con la entrada de 300 000 inmi­
grantes, desecó extensas áreas pan­
tanosas, fomentó la agricultura y
la industria, implantó la enseñanza
quía la península de Crimea y mia, Silesia, Hungría —tomada a
el litoral del Mar Negro, hasta el los turcos, y cuya superficie se iba
Dniéster, e interviniendo en la des­ ensanchando al compás de nuevas
membración de Polonia; colonizó conquistas—, los Países Bajos, y las
las regiones del Volga y de Ucra­ posesiones italianas: Milán y otras
nia con campesinos traídos de Ale­ regiones del Po.
mania; fundó alrededor de dos­ Los pueblos de estos países eran
cientas ciudades y pueblos, entre de raza e idioma diferentes, y go­
ellos el puerto de Sebastopol, y zaban de una amplia autonomía
organizó la administración de jus­ local, siendo el soberano su único
ticia. En cambio trató duramente lazo de unión.
a los siervos, originando por ello Desde 1438 los Habsburgo fue­
una terrible rebelión —encabezada ron invariablemente elegidos em­
por un cosaco que se hizo pasar peradores de A lem ania. C om o
por el difunto Pedro III—, que fue Carlos V I no tenía descendientes
cruelmente castigada. varones, el trono debía pasar a una
Catalina de R usia m urió en sobrina, por ser hija de su herma­
1796. no mayor; pero mediante el decre­
to llamado Pragmática Sanción, el
rey proclamó heredera a su propia
MARÍA TERESA DE AUSTRIA hija María Teresa, quien debió
defender la sucesión en una larga
Los dom in ios de Austria, en guerra.
1725, abarcaban los estados here­ La em peratriz M aría Teresa
ditarios de los Habsburgo, Bohe­ gobern ó durante cuarenta años

159
La emperatriz M aría Teresa de Austria, rodeada por
sus numerosos hijos e hijas: entre ellas M aría Antonie-
ta, que luego sería reina de Francia. (Cuadro de
autor desconocido / Galería Pitti, Florencia.)

macía del monarca sobre la Iglesia, en


todo lo que no afectase al dogma (siste­
ma llamado Josefismo).
Las reformas provocaron una tenaz
oposición y José II se vio obligado a
dejarlas sin efecto en Hungría, y en los
Países Bajos estalló una revolución, que
duró hasta después de su muerte, y que
únicamente pudo sofocarse con la abo­
lición de la mayor parte de las reformas.

G uerra de la s u c e s ió n de
La nación polonesa se
P o l o n ia .
constituyó a fines del siglo XIV,
después de sostener luchas secula­
res contra los tártaros. El país,
llanura sin límites naturales, esta­
(1740 a 1780). Era afable, senci­ ba habitado por pueblos de dife­
lla, inteligente, culta, enérgica y rentes razas, con predominio de los
laboriosa. Consiguió salvar la co­ eslavos, y de distintas religiones,
rona y conservó la integridad de con mayoría católica.
su territorio, menos la Silesia y
La sociedad comprendía dos clases ex­
algunas regiones de Italia. Trabajó tremas: los siervos, sumidos en la más
empeñosamente en la unificación terrible miseria, y la nobleza, dividida a
de sus dom inios, m ediante la su vez en: los magnates, unas trescientas
cen tralización administrativa y familias, poseedoras de inmensos terri­
torios, aldeas y castillos; nobleza media,
financiera. menos rica y poderosa, y baja nobleza,
Su hijo, José II, buen soldado, formada por una turba de aventureros,
gobernante activo y hombre de dueños de reducidos solares, cuya prin­
proverbial sencillez de costumbres, cipal riqueza consistía en un sable y un
caballo.
fue asociado al trono en 1765, y Ejercían el gobierno un rey electivo,
reinó sólo desde 1780 a 1790. carente de poder, y la Dieta, asamblea
formada por el Senado y la Cámara de
Confiando ciegamente en los dictados los Nuncios; sus leyes no eran válidas si
de la razón quiso aplicar de inmediato no resultaban aprobadas por unanimi­
un plan teórico y general de reforma, dad; con tal restricción fracasaban en sus
cuidadosamente elaborado por él. resultados casi todas las reuniones.
En el orden social abolió la servidumbre,
adjudicando a los campesinos la propie­
dad de las tierras, a cambio de una renta En 1733, el trono fue disputado
que debían pagar a los antiguos dueños, por Estanislao Leczinski, suegro de
y estableció la igualdad de todos ante la Luis X V , rey de Francia, y por
ley y los impuestos.
Augusto III de Sajonia. La quere­
En el orden político, dividió el estado
en trece gobernaciones, uniformemente lla originó una guerra de cinco
administradas, suprimió a las autoridades años, en la que intervinieron Rusia
locales, y declaró capital única a la ciu­ y Austria unidas contra Francia, y
dad de Viena. que terminó con la paz de Viena.
En el orden religioso, promulgó el
Edicto de Tolerancia de cultos, cerró nu­ Estanislao Leczinski renunció a la
merosos conventos y consagró la supre- corona, recibiendo en compensa-

160
Estanislao Leczinski, quien disputó con Augusto III
de Sajonia el trono polaco, para perderlo después de
cinco años de guerra. (Cuadro del si£io XVIII, existen­
te en Versalles.)

G u erra de la s u c e s ió n de
A u s t r i a (1740
a 1748). Cuando
murió el emperador Carlos VI, fue
desconocida la Pragmática San­
ción, que designaba heredera a su
hija María Teresa. Estalló enton­
ces una guerra, en la cual Prusia,
Francia, España y algunos Estados
menores lucharon contra Austria,
apoyada luego por Inglaterra y
Holanda.
ción la Lorena, que a su muerte
Federico II se apresuró a con­
debía pasar a su yerno. Augusto
quistar Silesia, objeto inmediato
fue reconocido rey de Polonia.
de sus am biciones m ientras un
Esta guerra demostró la incapacidad e jé rcito franco-alem án ocupaba
de P o lo n ia para defenderse, situación Bohemia y amenazaba a Viena.
que la ponía a merced del extranjero.
Prusia ambicionaba la región del Vístu­ María Teresa, con energía y deci­
la inferior, a fin de unir Brandeburgo sión varoniles, marchó en 1741 a
con Prusia Oriental. Rusia deseaba la Hungría, en demanda de ayuda;
porción central, que la acercaba al oeste 100 000 hombres empuñaron las
de Europa. Austria, la parte sur, que
redondeaba sus fronteras de Bohemia y armas en respuesta a su pedido. Se
Hungría. Hubo tres repartos: en 1772, libró de su principal enemigo fir­
1793 y 1795, participando de todos ellos mando la paz con el rey de Prusia,
Rusia y Prusia. Austria participó del y con los refuerzos húngaros pudo
primero y del tercero.
Polonia dejó de existir como nación -pasar a la ofensiva; sus tropas re­
hasta nuestros días. cuperaron a Bohemia y llegaron
al Rin. A esta altura de la con­ jonia y numerosos príncipes alemanes.
tienda recibió la adhesión de Ingla­ Federico II, por su parte, obtuvo el
apoyo de Inglaterra, decidida, por riva­
terra y Holanda.
lidades colon ia les, a obrar contra los
Federico II, considerando que franceses.
esa ayuda ponía en peligro sus El pase de Francia al partido de Aus­
recientes conquistas, volvió a la tria y el de Inglaterra al de Prusia es
lucha derrotando a las fuerzas de conocido por la reversión de las alianzas.
María Teresa en dos grandes ba­
tallas. Su in terven ción se llamó G uerra de los S ie t e A ños.
Segunda guerra de Silesia. Por su En 1756, el rey de Prusia precipitó
parte, los franceses combatieron, los acontecimientos, al ocupar Sa­
en los Países B ajos, contra los jonia, para luego penetrar en Bo­
anglo-holandeses. Al m ando del hemia.
mariscal Mauricio de Sajonia ob­
tuvieron brillantes victorias, inicia­ Dos ejércitos lo amenazaron por
das por la de Fontenoy (1 7 4 5 ). La los flancos, pero los derrotó com­
contienda terminó en 1748 con la pletamente: el fran co-sajón en
paz de Aquisgrán: Francia, a pesar Rossbach (noviembre de 1757) y
de sus éxitos, devolvió los territo­ al austríaco en Leuthen (diciem­
rios ocupados durante la guerra; bre del mismo año), batallas ga­
María Teresa fue reconocida como nadas por la aplicación de nuevas
soberana de Austria; Prusia quedó concepciones estratégicas, que con­
en posesión de Silesia. sagraron a Federico II com o el
más grande militar de su tiempo.
La paz de Aquisgrán no satisfizo a No obstante sus victorias, pron­
las potencias, que se prepararon para to fue acosado por otros ejércitos,
una nueva contienda. María Teresa per­
rusos y austríacos. Gracias a la
seguía como principal propósito aislar a
Federico II para hacerle restituir lo que habilidad y rapidez de sus mar­
le había tomado; para ello consiguió, chas consiguió enfrentarlos, pero
mediante hábiles negociaciones, la alian­ en 1759 no pudo evitar que las dos
za francesa, asegurada mediante el ma­
trimonio de su hija, María Antonieta,
prin cip ales fuerzas enemigas se
con el delfín Luis, heredero del trono, y unieran y le infligieran un gran
la alianza de Rusia, Suecia, Polonia, Sa- desastre en K u n e r s d o r í . Los triun­

162
F ederico II de Prusia, reputado por sus dotes de estratego, dirigió personalmente las campañas
m ilitares: este cuadro de F. Rocher lo muestra arengando a sus tropas, en m edio de la nieve,
antes de la batalla de Leuthen ( 1 7 5 7 ) , en la que derrotó al ejército austríaco.

fadores no supieron, sin embargo, virtió a Rusia de enemiga en alia­


aprovechar el éxito alcanzado, y da de Prusia. Austria renunció
permitieron a Federico rehacerse entonces a seguir peleando, actitud
con su proverbial actividad, y arro­ imitada por las demás naciones.
llar a los austríacos en nuevas La paz general se firmó en Pa­
batallas. rís, en 1763. Inglaterra adquirió
Mientras se desarrollaba esta las posesiones francesas del Cana­
campaña, Francia perdía sus pose­ dá, los territorios situados al este
siones del Canadá, conquistadas del Misisipí, algunas Antillas y las
por un ejército británico, reforzado posesiones españolas de la Florida.
por milicias de las colonias, hasta Portugal, apoyado por la diploma­
alcanzar 60 000 hombres. Los fran­ cia inglesa, recuperó la Colonia del
ceses, mucho menos numerosos, re­ Sacramento en el R ío de la Plata.
sistieron con energía hasta que, España, en cambio, obtuvo la de­
desprovistos de recursos y sin apo­ volución de La Habana, en Cuba,
yo del gobierno central, evacuaron y de Manila, en las Filipinas, ocu­
el valle del Ohío, perdieron la for­ padas por los británicos durante la
taleza de L uisburgo, en Nueva lucha, y la entrega de la Luisiana,
Escocia, y se concentraron en la cedida por Francia en compensa­
ciudad de Québec, a las órdenes ción de la pérdida de la Florida.
del marqués Luis de Morttcalm. El
general inglés Jacobo W olfe los El Tratado de París consagró el apo­
derrotó en las afueras de la pobla­ geo del poderío colonial inglés en Amé­
rica a costa del francés, reducido a unos
ción; ambos jefes perecieron en la pocos establecimientos en las Guayanas
batalla (1 7 5 9 ). Montreal resistió y las Antillas. Pero la participación de
un año más. los colonos americanos en la guerra tuvo
Un suceso inesperado cambió la un efecto análogo al de las invasiones
inglesas entre nosotros: permitió la for­
faz de las operaciones en Europa: mación de un cuadro de oficiales, des­
el nuevo zar, Pedro III, gran admi­ pertó el entusiasmo bélico de los natura­
rador de Federico el Grande, con­ les y les dio conciencia de su fuerza.

163
El general inglés W olfe desplegó hábilmente sus tropas alrededor de la ciudad de Québec,
último baluarte francés sobre el río San Lorenzo. E n una encarnizada batalla, derrotó a su
adversario, el marqués de M ontcalm . Este cuadro de B enjam ín W est representa la muerte de
W olfe, en el m om ento de recibir la noticia de su triunfo. E n la lucha, también perdió la vida
su adversario.

Los Borbones en España Julio Alberoni, compatriota de


Isabel Farnesio, hombre activo e
La dinastía de los B orbon es inteligente, más tarde cardenal, no
reorga n izó la administración, si­ tardó en adueñarse de la confianza
guiendo el modelo francés. Favo­ del rey, y dirigió com o ministro
reció el progreso y la cultura e los asuntos públicos de España, de
introdujo grandes cambios en el 1714 a 1720.
gobierno de América, concediéndo­ A imitación de Colbert, creó las
le además franquicias comerciales. manufacturas reales: fábricas de
paños de Guadalajara, de cristales
Felipe V casó con Luisa de Saboya, y de la Granja, de tapices de M a­
a la muerte de ésta, con Isabel Famesio,
ambas princesas italianas. De su primer drid, para las que contrató a arte­
matrimonio nacieron los infantes Luis y sanos extranjeros; estimuló el co­
Fernando; del segundo, Carlos y Felipe. mercio, sobre todo la exportación
de vinos, y com b a tió el contra­
bando.
Alberoni quería devolver a Es­
paña el antiguo prestigio y satis­
facer la ambición de la reina de
hacer a sus hijos soberanos de es­
tados italianos. Con singular ener­
gía equipó un fuerte ejército y una
poderosa escuadra, y atacó brus­
camente las antiguas posesiones
españolas de Italia, ocupadas por

Retrato de Felipe V de España, reali­


zado por Rigaud. (M u seo del L ouvre.)
El advenimiento de la dinastía francesa de los
Borbones impuso cierta variación en la indumen­
taria, que se “ afrancesó'’ , com o puede verse en el
traje de estos elegantes. En cam bio, las mujeres
aquí representadas siguen usando la vestimenta
española.

nito, proclamado rey con el nombre de


Luis I, pero en agosto del mismo año
retomó la corona, por haber muerto el
nuevo monarca. Su estad o m ental se
agravó; en sus últimos años solía perma­
necer en el lecho durante varias sema­
nas, sin hablar con nadie, alimentándose
apenas; falleció en 1746 a consecuencia
de un ataque de apoplejía.

A Felipe V sucedió Fernando


VI, tímido y vacilante, dominado
por su esposa, la varonil doña Bár­
Austria. Pero Francia, Inglaterra bara de Braganza, princesa de
y Holanda acudieron en auxilio de Portugal.
ésta y le hicieron fracasar; al fir­ Durante su reinado sobresalie­
marse la paz, los aliados exigieron ron los ministros marqués de la
-com o condición previa— la sepa­ Ensenada y José de Carvajal v
ración de Alberoni. Lancáster.
José Patino, ministro de nota­ De la obra de éstos merecen es­
bles aptitudes, prosiguió sin em­ pecial mención el saneamiento de
bargo, la obra de progreso. Hizo las finanzas, la construcción de ca­
construir arsenales, fomentó la ma­ minos y canales, la mejora de la
rina mercante y de guerra y su­ agricultura, muy decaída desde la
primió las aduanas interiores, salvo expulsión de los moros, la contra­
la de Andalucía, que entorpecían tación de sabios extranjeros, para
el tráfico interior. renovar la enseñanza, y la creación
La guerra con Austria recomen­ de la Academia de Bellas Artes de
zó, contando España esta vez con San Fernando.
la alianza francesa. El reino de
Nápoles, o de las Dos Sicilias, fue
restablecido a favor del infante
don Carlos, ya duque de Parma,
trono que ocupó después su her­
mano Felipe, cumpliéndose así los
anhelos de Isabel Farnesio.

Felipe V, afectado por accesos de pro­


funda m ela n colía , había abdicado, en
enero de 1724, en favor de su primogé-

F e m a n d o V I , según u n re tra to existen­


te en el M u s e o d e l P r a d o , M a d r id .
CARLOS III Y SUS MINISTROS Entre los hechos más notables
de este remado cabe señalar los
Como Fernando V I murió sin siguientes. /
descendencia, lo reemplazó su her­ La creación de sociedad es de
mano Carlos, rey de las Dos Sici- Amigos del País, juntas populares
lias, quien tomó el nombre de Car­ que fueron muy eficaces en el fo­
los III (1759 a 1788). mento de la agricultura, comercio
Al abandonar N ápoles, llevó e instrucción; esta institución se
consigo a España a algunos exce­ implantó también en América.
lentes co n sejeros italianos, como La tentativa fracasada de colo­
Bernardo Tanucci, Jerónimo Gri­ nización interior, mediante la insta­
maldi y el Marqués de Esquilache. lación de seis mil campesinos ale­
Sus principales ministros españoles manes y flamencos en la región de
fueron los condes de Aranda, de Sierra Morena.
Floridablanca y de Campomanes. La reconstrucción parcial de las
obras de riego de Murcia, ejecuta­
das por los árabes, y abandonadas
después.
La construcción de un grandioso
acueducto para proveer de agua a
Madrid y otros p u eblos circun­
vecinos.
La cultura fue especialmente fa­
vorecida con la fundación del Real
Colegio de San Isidro, las Acade­
mias de Medicina, Matemáticas y
Jurisprudencia, jardines botánicos, /
observatorios astronómicos, gabi­
netes de historia natural, labora­
torios de química.

C a rlos I I I d e E sp a ñ a , cu a d r o d e l p in to r alem án
(1T
A n to n io R . M e n g s . ( M u s e o d e l P r a d o , M a d r i d . )
Este reglamento protegía la construcción de bu­
ques en España y daba prioridad a los peninsu­
lares para el com ercio con las colonias.

Contribuyó mucho a estas ini­


ciativas el eminente economista,
filósofo y literato Gaspar Melchor
de Jovellanos, autor de un valioso
Informe acerca de la L ey Agraria.

L os PACTOS DE f a m i l i a . La Casa de
Borbón gobernaba en Francia, España y
las Dos Sicilias. Anteponiendo los inte­
reses dinásticos a los de sus respectivos
estados, y con el objeto de apoyarse mu­
tuamente en cualquier conflicto exterior,
sus reyes firmaron los pactos llamados
de familia. La alianza francoespañola,
concertada en Sevilla en 1729, fue rati­
ficada por el tratado de El Escorial, y
nuevamente confirmada en París. Como
consecuencia de esos tratados las dos na­
ciones se vieron recíprocamente obliga­
das a intervenir en guerras que no les
interesaban de una manera directa.

pretendieron excluir los cueros de


entre los artículos exportables, ale­
La política borbónica gando que no eran frutos del país.
en América El virrey Arredondo los permi­
tió com o tales, el virrey M eló los
prohibió, pero a partir de 1796 una
R e f o r m a s c o m e r c i a l e s . En real orden los permitió definitiva­
1766 se abolió el sistema de las mente.
dos flotas y el puerto único, habi­
litándose el comercio de la penín­ L a s i n d u s t r i a s . Cifraron su
sula con otros puntos de América, principal renglón en la explotación
entre ellos el de B uenos Aires del ganado; las reses traídas por
(1 7 7 6 ). Con el Bando de libre in­ Jos conquistadores, vacuna, caba­
ternación, aprobado por la Corona, llar, asnal, mular, ovina, cabría, se
Ceballos abrió a ese intercambio multiplicaron prodigiosamente; las
nuestro interior y el de Chile y Pe­ que conseguían escapar eran favo­
rú, que siguieron esa vía. recidas por el clima templado, las
Estas franquicias fueron amplia­ abundantes aguadas y los nutriti­
das por el Reglamento de Comer­ vos frutos. El padre Lozano men­
cio Libre del 12 de octubre de ciona vacadas de treinta a cuarenta
1778, que aum entaba considera­ mil cabezas. “ Su aparición —d ice-
blemente su ejercicio. En 1791 se era precedida por un rumor sordo
permitió el comercio de negros es­ y una espesa nube de polvo que
clavos en Buenos Aires, en 1795 daba la impresión de un incendio;
se aumentaron las facilidades del su paso detenía la marcha de los
intercambio con Brasil y Guinea. viajeros durante dos días.”
A raíz del comercio de esclavos los El C abild o de B uenos Aires
viejos partida rios del monopolio otorgó “ perm isos de vaquerías”,
“ Enlazando ganado en las pampas” . ( Grabado del año 1794 realizado por F em and o Braxnbila.)

autorizando la matanza de hasta riqueza; se inicia entonces la sala­


diez o doce mil de estos animales zón, el tasajo (carne directamente
sin dueño, llam ados cim arrones, secada por el sol) llamada “char­
mostrencos o realengos. De éstos, que”. Otros p rod u ctos animales
sólo aprovechaban el cuero, que­ fueron el sebo, la grasa, las colas y
dando el resto com o presa de di­ crines de caballo, la lana esquila­
versos animales carnívoros, sobre da y las plumas de avestruz que,
todo perros, que formaban grandes rizadas y teñidas, en Europa ser­
bandas. Los abusos obligaron a las vían para adornar sombreros. No
autoridades a restringir estos per­ se exportaba todavía la industria
misos. de granja, prod u ctora de leche,
El ganado “con dueño” se cria­ manteca y queso.
ba en grandes “estancias”, sin cer­
cas al principio, por su gran exten­ L a a g r i c u l t u r a . En las cha­
sión. Los dueños se alojaban en cras linderas a las ciudades se cul­
una amplia casa, defendida por fo­ tivaban legumbres y frutales; en
sos y hasta por algún cañón en las regiones del litoral, trigo y
previsión de los ataques de los in­ maíz, y más al norte, algodón, ta­
dios. En un ángulo se elevaba un baco y yerba mate. Hubo viñedos
“mirador”, torrecilla para vigilar la en Córdoba y en Cuyo y caña de
llanura. En diversos puntos se azúcar en Tucumán, introducida
construían los “puestos”, ranchos por los jesuítas. Estas tareas exi­
primitivos donde se alojaban guar­ gían el trabajo de peones de cam­
dianes para determ inadas áreas. po; Ceballos reglamentó su traba­
El cuero fue la primera línea del jo, fijando las horas diarias de las
comercio exterior, llegando a servir tareas, alternadas con descansos
para señalar precios; un negro, por para las com idas. Se les debía
ejemplo, valía cien cueros. también dar mate siete veces por
En 1785 se llegaron a exportar día y abundante agua fresca. Vér-
1 400 000 cueros, cifra que quedó tiz implantó el trabajo obligatorio
estacionaria. N o tardó en com­ en tiempos de cosechas de trigo,
prenderse que la carne abandona­ organ izan do batidas de vagos y
da podía tam bién ser fuente de holgazanes.

168
\
j ? ) y de oro en Córdoba; de cobre
en Catamarca y de mercurio y azo­
gue en Misiones.

L a p e s c a . N o llegó a constituir
una industria. En cambio se inten­
tó la caza de la ballena y de los
lobos marinos en el litoral Atlánti­
co (un partido de la provincia de
Buenos Aires conserva el nombre
de Lobería).

La i n d u s t r i a . Era ejercida en
pequeña escala en el seno de las
familias, con escasos obreros y
peones; participaban las mujeres
y los esclavos. En Buenos Aires y
los principales centros del interior
se obtenían tejidos, vinos y aguar­
dientes, curtidos, platería, carretas,
L a m i n e r í a . Dentro del actual embarcaciones de poco calado, etc.
territorio argentino fueron explo­ La alfarería fabricaba ladrillos, ca­
tadas en reducida escala minas de charros y tejas. Hubo fábricas de
oro y plata en Famatina (L a R ío - velas y jabones y molinos harine­
U n grupo de marinos ha desem barcado en Puerto Deseado, y se entrega a la matanza de lobos de
mar, m uy abundantes en la zona. ( Grabado d e Ñ uño da Silva, 1586, publicado por “ M onum enta
ros. En todas partes se fabricaban L a s c o m u n i c a c i o n e s . L os via­
dulces; Cuyo preparaba “orejones” jeros utilizaban simples senderos,
de durazno y ciruela. con escasísimos puentes; los arro­
Los obreros trataron de organi­ yos se cruzaban por lugares vadea-
zarse en gremios; en 1788 se cons­ bles, a caballo o en carreta, balsa
tituyó, con aprobación superior, el o canoa o bien montado sobre una
de los plateros. Los zapateros no bolsa de cuero rellena de paja, lla­
lo consiguieron por no ponerse de mada “pelota”, de la cual tiraba
acuerdo criollos y españoles sobre un ca b a llo. Un viaje de Buenos
la distribución de los cargos direc­ Aires a Mendoza duraba cuarenta
tivos. Faltaban obreros especiali­ días; a Salta, setenta.
zados; en 1796 se contrataron seis El transporte se hacía a lomo de
maestros curtidores de los Estados muía; carretas de altísimas ruedas
Unidos de América. tiradas por bueyes formaban lar­

t
gas caravanas, guiadas por baquea­ Los blancos. Se distinguían, a su
nos, conocedores del rumbo a se­ vez, en españoles, criollos y extran­
guir. Al term inar la jornada se jeros. Los españoles desempeñaban
instalaba el cam pa m en to, dispo­ casi la totalidad de las funciones
niendo los vehículos en forma de públicas; eran además propietarios,
cuadrado, dentro del cual se co­ comerciantes, industriales o profe­
locaban los caballos; toda la noche sionales con estudios superiores.
se montaba guardia. Formaban la gran mayoría de los
A largas distancias encontrában­ “vecinos”, es decir “afincados” (en
se “postas”, destinadas al servicio casa propia) y miembros de la mi­
de correos. Este servicio inició sus licia, esp ecie de guardia armada.
actividades en 1748. Había rama­ Los de menor categoría ejercían el
les a Asunción y Montevideo. El comercio al menudeo o se emplea­
viaje se realizaba en “galeras”, de ban com o mayordomos de estan­
caja pequeña y muy empinada; es­ cias o capataces de minas. Sus ras­
taban montadas sobre tiras de cue­ gos característicos eran el fervor
ro, que mantenían la caja en sus­ religioso, el sentido del honor, el
penso. La correspondencia urgente apego a la tradición y el espíritu
se mandaba por “chasques”, famo­ guerrero.
sos por su velocidad. Los criollos, sus hijos nativos de
aquí, eran mirados con desconfian­
za y apartados de los cargos oficia­
les. Tenían el genio vivo, la afición
Vida, sociedad y cultura
a los esfu erzos físicos; un tanto
en el Virreinato dados a la holganza, derrochaban
los caudales acumulados por sus
Entraban en la composición de padres. D e aquí el dicho “padre
la sociedad tres razas; la blanca, pulpero, hijo caballero y nieto por­
la indígena y la negra. D e su mez­ diosero”. Tenían una gran fe en la
cla resultó una gran variedad de grandeza futura del país y escaso
tipos, siendo los tres principales el resp eto por las disposiciones le­
mestizo, de indio y blanco; el mu­ gales. •
lato, de negro y blanco, y el zam­ Los extranjeros: les estaba pro­
bo, de indio y negro. hibido residir en A m érica, pero

171
Alcaldes del Cabildo de Buenos Aires, vestidos
con atuendos de c e r e m o n ia . ( D ib u jo d e F.
P a u cke.)

siguiéndoles en número los italia­


nos y franceses.
Los indios. Y a se trató en otro
capítulo el sistema de la encomien­
da, mita y yanaconazgo; la forma
posterior de la reducción y la muy
importante de las misiones jesuí­
ticas. Los indios del Chaco y de
La Pampa conservaron su indepen­
dencia y hostilizaron a los colonos
con ataques; los “malones” arrea­
ban el ganado, quemaban las casas,
mataban a los hombres y se lleva­
ban a las mujeres y a los niños.
Para proteger la campaña se creó
en 1752 un cuerpo de caballería
llamado “blandengues” (d e blan­
dir, manejar la lanza). En tiem­
pos de Vértiz se crearon fronteras
defensivas; una iba del Atlántico
a los Andes con veintitrés fortines.
Hubo diez líneas más en la pro­
vincia de Buenos Aires, siete en
Córdoba, dos en San Luis y dos en
Mendoza.
La moneda, acuñada en oro: el
doblón de ocho escudos, el de cua­
tro y el de uno (este último podía
estimarse en 1900 en dos pesos con
trece centavos y m edio). De pla­
“ Indios pampas” . ( D ibujo d e época d e E m eric
ta : la onza, el patacón o peso fuer­
E ssex Vidal.) te, el medio peso, la peseta y el
real (dieciséis centavos y medio de
muchos se naturalizaban en Espa­ oro) el medio real y el cuarto real
ña, y desde ese momento eran con­
M oneda usada en el río de la Plata en 1770.
siderados españoles; solían modi­ ( M u seo del B anco de la N a ción .)
ficar sus apellidos dándoles formas
castellanas. En buen número eran
judíos de origen portugués, o m o­
ros conversos al cristianismo, en­
trados clan destin am en te. Varias
veces se ordenó la expulsión, pero
en la práctica sólo se aplicó a los
solteros y recién llegados. En 1770
un escritor señala la presencia de
456 extranjeros varones en Buenos
Aires, la mitad eran portugueses,

172
o cuartillo. Las monedas se acu­ En 1800 podía calcu larse que
ñaban en la ceca de Potosí. 15 000 personas sabían leer y es­
cribir en el R ío de la Plata.

LA CULTURA La en señ an za s u p e r io r y es
r Lo que llam am os ense­
p e c ia l .

La e n s e ñ a n z a p r i m a r i a . Estu­ ñanza media comprendía dos gran­


vo en gran parte en manos de los des colegios: l 9) El Real Colegio
religiosos. En las ciudades, además de Nuestra Señora de Montserrat,
de este tipo de escuelas existían en Córdoba, fundado en 1687 por
las escuelas del R ey, sostenidas por el presbítero Ig n a cio D uarte y
el Cabildo y las Cajas Reales, y Quirós; fue cedido ocho años más
las privadas, a cargo de particu­ tarde a los jesuítas. Al principio
lares con licencia previo examen funcionaba como pensionado de
de aptitud y certificado de mora­ los alumnos de la Universidad, pe­
lidad y buena conducta. El primer ro luego se transformó en colegio
maestro de este tipo fue Francisco preparatorio de ésta. Al ser ex­
de Vitoria, en 1605. Permanecían pulsados los jesuítas, en 1767, se
en la escuela todo el día, llevándo­ hicieron carg o de él los francis­
se la merienda en una cesta. El canos.
maestro estaba autorizado a apli­ 29) El colegio de San Carlos o
car castigos corporales de acuerdo Real Convictorio Carolino, funda­
con un viejo aforismo que aecía do por Vértiz en 1782; fue su pri­
“la letra con sangre entra". mer rector el canónigo santafesi-
El virrey Vértiz dispuso que ca­ no Juan Baltasar Macid. Por este
da Cabildo abriese y sostuviese colegio pasaron Saavedra, Belgra-
una escuela. Sobremonte creó las no, M oren o, R ivad av ia y otros
primeras escuelas de campaña y futuros patriotas. Vértiz pensaba
de niñas, en Córdoba. Cisneros, en prolongar el colegio con una uni­
su último año de gobierno, hizo versidad, pero la idea fue abando­
obligatoria la enseñanza primaria. nada.
OTROS ESTABLECIMIENTOS En Chuquisaca se fundó otra
CULTURALES universidad en 1624 que enseña­
ba D e re ch o y T e o lo g ía ; fueron
El Protomedicato, otra creación ilustres alumnos, Moreno, Castelli,
de Vértiz. T ras p r o lijo exam en López y Planes, Gorriti y Mon-
otorgaba un diploma de compe­ teagudo. Algunas familias envia­
tencia para quienes demostraban ban a sus hijos a Chile, donde estu­
conocimientos médicos. En 1801 dió Dorrego, o a España, como fue
se le agregó la Cátedra de Ana­ el caso de Belgrano.
tomía y Cirugía, y al año siguiente
la de Medicina y Química. Puede La i m p r e n t a . La establecieron
considerarse el primer bosquejo los jesuítas en Misiones. El primer
de nuestra Facultad de Medicina. libro impreso apareció en 1700,
La enseñanza universitaria se luego siguieron otros; digno de par­
impartía en C órdoba. Se inició ticular mención es “El Arte de la
en 1613 con el c o le g io de San Lengua Guaraní”, del padre Anto­
Francisco Javier fundado por fray nio Ruiz de Montoya, primer apor­
H ernando de T r e j o y Sanabria. te importante para el conocimiento
Fue con sagrado oficialmente en de este idioma. D ejó de funcionar
1622. Comprendía la Facultad de en 1747.
Teología y Escolástica; en 1791 se La Universidad de Córdoba ad­
le agregó la cátedra de Derecho y quirió una imprenta en Europa,
en 1808 la de Matemáticas. Era que pasó luego al colegio Montse­
un internado de severa disciplina; rrat; publicó algunos libros y so­
la “colación de grados” o entrega bre todo textos de enseñanza, pla­
de los títulos a los egresados daba nillas y documentación escolar y
ocasión a ceremonias de gran so­ crónicas de actos literarios.
lemnidad. Encontramos, entre sus Vértiz la trasladó a Buenos Ai­
alumnos, a Paso, Alberti, Castro res en 1780, in dem nizando a la
Barros, José Valentín Góm ez y Universidad con la suma de “un
José María Paz. mil pesos fuertes”. Se la llam ó

Protom edicato de Buenos Aires, una de las creaciones del progresista virrey Vértiz. ( Fragm ento del
mural de A ntonio G onzález M oren o.)
Esta imprenta fue traída de C órdoba a
Buenos Aires después de la expulsión de
los jesuítas. Los ingresos que producía
se destinaban a sostener la Casa de N i­
ños Expósitos.

Real Imprenta de Niños Expósi­ bello y Mesa. Sus originales de­


tos, porque sus ingresos eran des­ bían ser previam ente aprobados
tinados a atender las necesidades por la censura; salía dos veces por
de los niños “expósitos”, es decir semana, reducidas después a una,
aban don ados anónimamente por pero que en determinadas ocasio­
sus padres. nes solía multiplicar su número de
Hubo otra traída por los francis­ páginas. Cesó de salir el 17 de oc­
canos en 1804 y una tercera en tubre de 1802 por orden del virrey
Montevideo durante la segunda in­ del Pío. Pero un mes antes de su
vasión inglesa; más tarde fue ad­ desaparición comenzó a publicar
quirida por la de los Niños Expó­ el “Semanario de Agricultura, In­
sitos para ampliar su material. dustria y Comercio”, dirigido por

E l p e r i o d i s m o . En la segunda S i •cv:
mitad del siglo x v n circularon en
'£ >
Buenos Aires hojas manuscritas; ¥
primero, clandestinas, y luego pú­
K't
blicamente. El l 9 de abril de 1801 i ti
EN Q U E SE E X P L I- <fv*>"
apareció el primer número de un
periódico impreso llamado “El T e­
I can todos los principios
'h

légrafo M e r c a n til” . L a palabra de Oraciones , con


m m
telégrafo no aludía a lo que hoy toda claridad, y 0.
llamamos con ese nombre, aún no diíiincion.
inventado; venía del griego telos:
lejos, y grafeia: escribir; “palabras VC.Ü POR VALERI O J N O N T M O
venidas desde lejos”, porque, en £í)
efecto, informaba de las últimas Ahor» n u f varotnte íorrtg.do.
noticias venidas de Europa. Fue
su primer director Francisco Ca- g

C a te c is m o e d ita d o e n la im p re n ta d e N iñ o s E x ­
KX CON LICENCIA.

$
p ó s ito s, la cu al te n ía el p riv ile g io d e p u b lica r
tod a s las cartillas y ca tecism os.

¡*y. En Buenos-Ayres • En la Rea!


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cordobés José Luis de Tejeda. En­
M iercoles i . de A b ril de iS o r . _ ^ tre las obras poéticas encontramos
% A d m ira n Ja liVtkvhtM jpeSamta rerum. > “El triunfo Argentino”, de Vicente
í la U0f>i h h r . at Uimh g loria; ü f* e n V i»g. ->b-4 - <>
j Su ai na Uva iinunt, suJItau c /o Q O Q > Q Q »
López, celebrando la victoria so­
bre los ingleses; entre las en prosa
5/>¿j vafidn tohtu r comptde vhRum. Tibu* 1ib. a .
«■ira .«íMjníy¿"«? , »«* <*•*"“ i * « ' >’/ ’«'• Eleg. 6 . cabe citar la “Guía de forasteros”,
A l inocente asido á la cadena,
la esp era r.« consuela y acaricia.
de José Joaquín de Araujo.
Suena el hierro en los pie* , v dale pena*
mas canta confiado «n la Ju sticia .
La v i d a , l a s o c i e d a d . Había
F t, patriotism o , p rin cip io el mas fecundo de grandioso» marcadas diferencias en los modos
hechos y que , tal *ez se con cierte en pasión , recurre á t o ­
do genero de medios para alcanzar su» f in « . N o siem pre se de vida, condicionados por las ca­
requieren sacrificios . ni beroyeidadrs para roauifcstarlo? y
quizá está menos expuesto i la sospecha de ostentación , ó
tegorías sociales. El grupo que lla­
vanidad , quando son nías humildes sus efe& o?. Esta rele­ mamos aristocracia señala el tono
vante prenda que , con alguna propiedad , puede llamarse
virtud , es la que exige anualm ente , 1a atención en toda* mayor de la sociabilidad. El pa­
las Naciones %para reblar sus matimas i la con stitu ción que
caJa una Je ellas t ie n e : y es también la q w (qual devoradora
dre ejercía dominio absoluto en
llama que tocando en la Tea , arde .oas quanto á roplos inten- su familia, elegía el marido futuro
tan apagarla) inflamando el p ech o del H. fltjr de este Peri6,fic$
no. ce d ió ', ni p u d o ced er i sus muchos O positores» a las hijas, quienes en algunas oca­
N o pudieron re n d ó m e , no i pero lo* choques de una con ­
tinuada L id , -amortiguaron mis tuerzas , deJiHccieron mis
siones lo conocían poco tiempo an­
bríos , y aun qu^bfa” 'aro*> mi sal|»J en ta n to m odo , que tes de la boda.
( t - >no suele d r .ir ;e i f.:c i..cr*a embainar el » c e r o , y des­
casar n*au hoy , para q.ic lo , p tid id c j alientos tornasen á Se consideraba falla grave la del
hijo que “levantaba la voz” o riera
en presencia de su progenitor y era
Hipólito Vieytes. Su salida quedó común que en algunas ocasiones
interrumpida durante las invasio­ fuera golpeado o castigado con un
nes inglesas; reapareció después rebenque. Los mozos acompaña­
de la reconquista, pero en febre­ ban a sus novias sin poder tomar­
ro de 1807 dejó de existir. las del brazo o de la mano, sino
A principios de mayo de 1810, sostenerlas por el codo (al menos
B e l g r a n o fu n dó el sem anario públicamente).
“Correo de Comercio”; publicó 52 Las mujeres se consagraban a la
números hasta febrero de 181? vida doméstica. Se casaban muy
jóvenes; la frecuente maternidad
E l t e a t r o . Sus primeros espec­ y la vida sedentaria les imprimían
táculos fueron organizados com o muy pron to un a sp ecto de ma­
número de festejos oficiales. Du­ tronas.
rante la gobernación de Vértiz se Cada casa se empeñaba en aten­
inauguró un edificio apropiado en der sus necesidades mediante va­
las actuales calles Alsina y Perú. riados quehaceres, los esclavos te­
En 1789 se llevó a escena “Siripo”, nían en eso su papel principal. En
primera obra de autor de argumen­ caso de estrechez económica los
to local de Manuel de Labardén; negros salían a vender productos
un incendio lo destruyó en 1792. caseros: cigarros, velas de sebo,
Se instaló otro provisional frente mazamorra, pasteles, etc.
a la iglesia de La M erced en 1804. La religión católica, hondamen­
te sentida y predicada, influía en
L os a u t o r e s . La obra teatral forma decisiva sobre la moral y las
más antigua de autor nacional es costumbres. El sacerdote era el
“El peregrino de Babilonia”, del consejero y el invitado de honor

176
en todas las solem nidades. Los las ceremonias de recepción de las
miembros de la casa se reunían pa­ altas autoridades civiles y eclesiás­
ra rezar el rosario, y los hijos an­ ticas, con fuegos de artificio, ca­
tes de acostarse pedían la bendi­ rreras de caballos, etc. Las fiestas
ción a los padres. Los ayunos y familiares eran cuidadosam en te
abstinencias se observaban riguro­ preparadas; el obsequiante solía,
samente. en estos casos, solicitar a sus ín­
La existencia se deslizaba tran­ timos la colaboración de sirvientes
quila y un tanto monótona, pero y el préstamo de vajilla. Los visi­
eran frecuentes las diversiones pú­ tantes llevaban regalos y pasteles.
blicas como las corridas de toros, Las personas mayores jugaban al
con su circo especial en el Retiro, tresillo o a la malilla, en tanto que
los jóvenes organizaban partidas M arqu és de L oreto (1 7 8 4 /8 9 );
de lotería y prendas, o bailes don­ Nicolás de Arredondo (1 7 8 9 /9 5 );
de lucían suma gracia. Pedro M eló de Portugal y Villeux
La vida rural era esencialmente (1 7 9 5 /9 9 ); Antonio Olaguer Fe-
pastoril; las faenas ganaderas co­ liú (1 7 9 9 /9 9 ); Gabriel Cortés y
mo el rodeo, la marca y la doma del Fierro (1 7 9 9 /0 1 ); Joaquín del
provocaban la con cen tra ción de Pino (1 8 0 1 /0 4 ); Rafael de So-
mucha gente; se organizaban ver­ bremonte (1 8 0 4 /0 7 ); Santiago de
daderos torneos de habilidad y co­ Liniers (1 8 0 7 /0 9 ); Baltasar Hi­
raje. Terminaban con carreras de dalgo de C isneros ( 1 8 0 9 /1 0 ) ;
sortija, juegos de pato y bailes. Francisco Javier de Elía (1 8 1 0 /
La “pulpería” —especie de alma­ 11), no reconocido por Buenos Ai­
cén de comestibles, bebidas, y mul­ res, quedó en Montevideo. Sobre­
titud de objetos domésticos, solía salió Vértiz, cuyas principales ini­
ser centro de cantores y guitarre­ ciativas fueron citadas en diversas
ros. En ese medio rústico apare­ partes del libro; todos los demás
ció el gaucho, que fue al principio fueron funcionarios correctos, me­
un fugitivo de las ciudades, aven­ reciendo especial mención del Pi­
turero sin más amparo que sus do­ no, que falleció aquí, donde se ra­
tes físicas y su cuchillo. El movi­ dicó su familia. Una de sus hijas
miento emancipador lo convirtió se casó con Rivadavia.
en el nervio de las guerras de la
independencia.

La independencia
CUADRO SINÓPTICO DE de Estados Unidos de América
LOS VIRREYES

La mala situación financiera por


Pedro de Ceballos (1 7 7 6 /7 8 ); que pasaba el gobierno inglés a
Juan José de V értiz y S alcedo" causa de los grandes gastos origi­
(1 7 7 8 /8 4 ); N icolás del Campo, nados por las guerras europeas le

178
U n grupo de jóvenes de
Boston, algunos de ellos
d is fr a z a d o s de indios,
arroja al mar un carga­
m ento de té. El hecho,
a c a e c i d o en 1773, fue
uno de los desencade­
nantes de la lucha por
la independencia.

indujo a crear impuestos en Amé­ consideradas violatorias de sus de­


rica; entre otros, el del papel sella­ rechos. El gabinete británico no
do y el del té. hizo lugar a lo solicitado y declaró
Los colonos rehusaron pagarlos, a las colonias en estado de rebelión.
pues sostenían que, com o ciudada­ En abril de 1775 comenzaron
nos, no estaban obligados a abonar las hostilidades, con el combate de
contribuciones votadas por un Par­
lamento en el que no tenían dipu­
tados; este principio fue resumido
por la fórmula: sin representación,
no hay imposición.
Surgieron, en consecuencia, vio­
lentos conflictos, sobre todo en la
ciudad de Boston, donde un grupo
de jóvenes arrojó al mar un carga­
mento de té, lo que determinó por
parte de los ingleses severas re­
presalias.

En respuesta a ello, represen­


tantes de las colonias, reunidos en
Filadelfia, resolvieron mantener el
boycott ya iniciado, a las merca­
derías británicas, y pedir al rey
Jorge III la derogación de las leyes
Jorge W ashington, llam ado “ padre de la
patria” por sus compatriotas. (Cuadro del
pintor estadounidense Gilberto Stuart.)

En 1777 los americanos consi­


guieron una gran victoria, en Sara-
toga. Al propio tiempo Benjamín
Franklin, enviado a Europa, consi­
guió la alianza de Francia, a la que
poco después adhirió España. Con
esta ayuda, las operaciones se ace­
leraron; el principal ejército inglés,
sitiado en York Town por las fuer­
zas franco-americanas, tuvo que
capitular en 1781. El tratado de
Lexington. Jorge Wàshington fue Versalles de 1783 consagró la inde­
nombrado comandante en jefe del pendencia de Estados Unidos de
ejército revolucionario. Su serena América. En 1787 la nueva repú­
energía, sus virtudes cívicas, su ab­ blica se organizó definitivamente,
negación, paciencia y valor, le per­ de acuerdo con la Constitución de
mitieron vencer los muchos incon­ esa fecha, que, con algunas enmien­
venientes de la larga lucha. El das, es la que aún está en vigencia.
4 de julio de 1776, en uno de los
momentos más críticos de la gue­
rra, fue proclamada en Filadelfia
Washington fue su primer presidente
la independencia, de acuerdo con y ejerció el mandato durante dos perío­
la fórmula presentada por una co­ dos. Al serle ofrecido el cargo por ter­
misión de diputados que adoptó, cera vez no aceptó y pasó a residir en
con pocas variantes, el texto redac­ su establecimiento de campo, donde fa­
lleció en 1799. Al año sigu ien te fue
tado por uno de ellos: Tomás designada con su nombre la capital fe­
Jélferson. deral, que acababa de fundarse.

180
CAPÍTULO VIII

LA R EV O LU C IÓ N
FR A N CESA

El m ovim ie n to renovador politicoeconóm ico in icia d o por la?


revoluciones inglesas del siglo X V II y co n tin ua d o por la de
los Estados Unidos de A m érica en el siglo siguiente, adquiere
poco después su m áxim a expansión con la revolución fra n ce ­
sa. Fue al p rin cip io un m ovim ie n to nacional y burgués, des­
tin a d o a lim ita r el poder absoluto del m onarca y re fo rm a r la
a d m in istra ció n ; pero alcanzó rápidam ente proyecciones con­
tin e n ta le s e in a uguró una era de profundas transform aciones,
sobre todo en el orden social.

Luis XV Luis X V asumió personalmente


el poder, aunque sólo contaba tre­
La c o r t e se t o r n a im p o p u l a r . ce años de edad.
El fa llecim ien to de Luis X IV
(1 7 1 5 ) dio término a un reinado
de setenta y dos años, que figura
entre los más largos de la historia.
D ejó com o sucesor a un biznieto,
de cinco años de edad, el futuro
Luis X V .
E je rció la regencia el duque
Felipe de Orleáns, descendiente de
un hermano de Luis X IV , hombre
generoso y cortés, inteligente y
valeroso, pero inconstante, bebedor
y libertino. En 1723 falleció repen­
tinamente durante un festín.

Luis X V , retrato de Van L oo. Detrás del monarca


hay un manto adornado con flores de lis, sím bolo de
la m onarquía francesa. (M u seo de G renoble.)
Fue un soberano de deficiente educa­ La oposición del rey a tales preten­
ción, dominado por la pereza y el tedio, siones provocó un largo conflicto;
incapaz de un esfuerzo serio; egoísta e
indiferente a cuanto no se refiriera a su el parlamento de París suspendió
comodidad, bienestar o caprichos, em­ en 1770 sus actividades, por lo que
pleaba su tiempo en menudencias, aven­ fue disuelto, creándose en su lugar
turas galantes o en recoger chismes. No
consejos judiciales. La misma me­
carecía de inteligencia y en más de una
ocasión demostró que, de habérselo pro­ dida recayó sobre los de las pro­
puesto, pudo ser un buen gobernante. vincias que habían hecho causa
Los apuros financieros aumen­ común con el de la capital.
taron con las guerras, con los valio­ El pueblo manifestó su simpatía
sos regalos hechos por el rey a sus por la actitud de los parlamentos,
favoritas, con las espléndidas di­ y los tumultos aumentaron. “El sis­
versiones y los demás gastos de la tema —escribía un autor— se abre
corte, a la que un escritor llamó por todas las costuras.”
por esa causa la tumba de la na­ Luis X V advirtió la inminencia de la
ción. Para salir de la dificultad se catástrofe, pero calculó con acierto que
apeló a los peores extremos: el se produciría después de su muerte: “ la
buena máquina -d ijo en cierta ocasión,
atraso en el pago de los sueldos, refiriéndose al estado— durará tanto co­
el cobro de los impuestos hasta con mo nos” ; pensamiento compendiado en
dos años de anticipación, la crea­ la frase: “ Después de mí, el diluvio” .
ción de uno nuevo: el vigésimo, Falleció en 1774 víctima de la viruela,
su ced ién d ole en el tron o su n ieto,
sobre las rentas, la suspensión del Luis XVI.
reembolso de las deudas, los em­
préstitos forzosos.
Eran las favoritas de Luis X V i E l A n t i g u o R é g i m e n . La so­
quienes gobernaban realmente al ciedad y el gobierno europeos de
Estado; las dos más importantes la segunda mitad del siglo XVIII se
fueron Juana Poisson, marquesa de caracterizan por la desigualdad
Pompadour, que protegió las letras existente entre la clase privilegiada
y los artistas, y Juana Becú, con­
desa de Dubarry, mujer de baja
estofa, ennoblecida por su casa­
miento, a cambio de dinero, con
un cortesano arruinado.
La vida escandalosa del rey hizo
impopular a la Corte, tanto que
muchos de sus miembros evitaban
ir a París por temor a las mani­
festaciones hostiles del pueblo. La
opinión fue adem ás con m ovid a
por algunos procesos sensacionales,
causados por cuestiones religiosas
y por la actitud de los parlamentos
Estos tribunales de justicia afir­
maron su derecho de examinar los
decretos y edictos reales, formular
observaciones y aun no aplicarlos
si los consideraban inconvenientes.

ANTIGU O R É G I M E N EN FR A N C IA
182
y la masa del pueblo, y por el
despotismo con que los soberanos
ejercían el poder.
Estos rasgos, menos acentuados
en algunos países com o Inglaterra,
Holanda y Suiza, alcanzaron en
Francia notable intensidad, consti­
tuyendo lo que más tarde se llamó
antiguo régimen. Como en este
país originó una revolución de tras­ La nobleza, o segundo estado,
cendencia mundial, vamos a refe­ solía diferenciarse en rancia y nue­
rirnos particularmente a él. va, según que sus títulos arranca­
La sociedad francesa se dividía ran del feudalismo o de una dispo­
en tres clases: el clero, la nobleza sición real más reciente. También
y el estado llano. se la distinguió por nobleza de
corte, la residente en Versalles con
El clero tenía a su cargo la ense­ el soberano, y nobleza de provincia,
ñanza, la beneficencia y el registro la radicada en sus tierras, donde
civil de las personas. Subsistía la vigilaba o dirigía las faenas rurales.
costumbre de proveer las dignida­ Los nobles tampoco pagaban im­
des mayores con miembros de la puestos; solamente ellos ocupaban
nobleza, no sólo desprovistos de los grados del ejército, a partir de
vocación religiosa, sino, y en mu­ teniente; desempeñaban embaja­
chos casos, hasta incrédulos. El das y recibían condecoraciones.
derecho de regalía, en virtud del Eran juzgados por tribunales espe­
cual el soberano proponía al papa ciales, y con servaban sobre los
los candidatos para llenar las va­ campesinos buena parte de los de­
cantes, favorecía estas designacio­ rechos de la época feudal.
nes. El alto clero disfrutaba de
cuantiosos recursos, proporciona­ El estado llano, o tercer estado,
dos por las rentas de las propie­ comprendía el resto de la nación:
dades eclesiásticas, los derechos veintitrés m illon es de personas
señoriales y el diezmo, especie de frente a los trescientos mil de las
impuesto cobrado sobre los pro­ dos primeras clases. Además de
ductos del campo. pagar la larga serie de impuestos,
El bajo clero, contrariamente al reseñada en las partes referentes a
anterior, recibía un sueldo escaso, Luis X IV y X V , debían entregar
llevaba una vida de privaciones y el diezmo a la iglesia, y el censo y
estaba formado generalmente por otros tributos a los nobles; en total,
hijos de labradores, que participa­ cuatro quintas partes de los ingre­
ban de las angustias del pueblo, al sos, quedándoles apenas un quinto
cual apoyaron en el estallido de la para subvenir a sus necesidades.
revolución. El clero, que formaba Estaban som etidos, simultánea­
el primer estado, no pagaba im­ mente, a la autoridad del rey, del
puestos fijos y tenía tribunales clero y del señor, lo que les coar­
propios. taba toda libertad.

183
E l tercer estado aspiraba a alcanzar la igualdad cívica. P or eso, la lámina presenta a los nobles
(sim bolizados por las armas y el palacio B o r b ó n ), al clero (representado por objetos del culto
y la iglesia de N otre D a m e) y al estado llano (cu yos atributos son el barco m ercante y la riqueza
agropecuaria) colocados en un mismo nivel. (B ibliot. N ac. de Estam pas, París.)

El tercer estado comprendía: la do en barrios especiales; los de


burguesía, residente en las ciuda­ otros credos sufrían persecuciones.
des, compuesta por médicos, abo­ La justicia aplicaba códigos dife­
gados, ingenieros, comerciantes y rentes, según las regiones, y los
banqueros, clase ilustrada que a magistrados que la ejercían com­
fuerza de ingenio había conseguido praban sus cargos. Las faltas y
enriquecerse; los obreros, agrupa­ delitos eran castigados con exce­
dos en gremios, y los campesinos. sivo rigor.
Los jornales eran muy reducidos y los
artículos de primera necesidad, caros. En ANTECEDENTES
los momentos de crisis, la miseria del DE LA REVOLUCIÓN
pueblo llegaba al hambre: millares de
individuos, sobre todo en las grandes po­
blaciones, vagabundeaban, viviendo de la Luis X V I no había sido educado
limosna o del delito. para el gobierno, al cual llegó por
la muerte prematura de su padre
La monarquía era absoluta: el y de su hermano mayor. Sencillo,
rey podía ordenar el arresto de bondadoso, tímido, dominado por
cualquier persona y mantenerla el perpetuo temor de errar, por
detenida el tiempo que quisiera, sin
expresar la causa, y la censura
previa sometía las obras al examen
de funcionarios, que prohibían la
publicación de aquellas considera­
das in conven ien tes; no existía,
pues, libertad de imprenta. La
única religión autorizada era la
católica; los judíos, tolerados por
ex cep ción , estaban som etidos a
condiciones humillantes, residien­

L u is X V I , r ep resen ta d o c o n to d a la p o m p a cortesana.
( C u a d r o d e A . F . C a l l e t / M u s e o d e V e r s a l l e s .)

184
M aría Antonieta de Austria, a los 32 años de edad
según el retrato hecho por M adam e V ig é e -L e b r u n
(M u seo de Versalles.)

También abolió la corves real, tra­


bajo gratuito y obligatorio de los
campesinos, utilizados en el arreglo
de los caminos públicos, creando
en su lugar un impuesto -abonado
por los propietarios, cualquiera
que fuese su con d ición social-,
con cuyo producto debían costear­
se las obras de vialidad.
El parlamento de París, supri­
mido por Luis X V y repuesto por
el nuevo monarca, insistió en sus
propósitos de ingerencia política, y
rehusó su aprobación a la mayoría
de estas medidas. Su oposición fue
cuyo motivo pasaba su vida en
compartida por la reina, los corte­
decir por la noche que se había
sanos, la nobleza, los funcionarios
equivocado por la mañana, estaba
y los maestros de gremios. Tantos
dispuesto siempre a inclinarse a la
enemigos concluyeron por derribar
opinión del último que lo visitaba.
a Turgot, cuyas reformas quedaron
Era de una voracidad extraordi­
sin efecto.
naria, grueso, y torpe en sus moda­
El banquero Jacobo Nécker, que
les y lenguaje; a los asuntos de
reemplazó a Turgot, trató de poner
estado, que poco entendía, prefería
un poco de orden en las finanzas,
la caza y los trabajos de carpin­
con el mismo resultado negativo.
tería y de mecánica. Su esposa,
Los ministros posteriores volvie­
María Antonieta, joven inexperta
ron a emplear el gastado sistema
y caprichosa, tenía sobre él gran
del empréstito y la supresión de
influencia; sus diversiones, aunque
pagos, para ir salvando los déficit.
inocentes, dispendiosas, inspiraron
infames calumnias, que le atraje­
ron el odio popular. R e u n i ó n d e l o s E s t a d o s G e­
Luis X V I, muy bien intencio­ n e r a l e s . Nécker, vuelto al minis­
nado, se rodeó de excelentes mi­ terio en 1788, convocó, para obte­
nistros. ner nuevos recursos, a los Estados
Roberto Turgot, uno de ellos, Generales, asamblea de represen­
encargado de la cartera de Hacien­ tantes del clero, la nobleza y la
da, encaró una serie de valientes burguesía, que no se reunía desde
reformas, de acuerdo con las doc­ el año 1614. El decreto pertinente
trinas de los economistas: redujo fijó su número en trescientos para
los gastos de la corte; suprimió los cada uno de los dos primeros esta­
gremios, que entorpecían el adelan­ dos, y seiscientos para el tercero.
to de la industria, y ordenó la libre
Los diputados del clero y la nobleza
circulación de los cereales, vendi­ fueron elegidos por las personas perte­
dos hasta entonces solamente den­ necientes a su clase; los del estado llano,
tro de las zonas de producción. solamente por los que pagaban impues-

185
N écker realizó por primera
vez un balance de las fi­
nanzas francesas. E l graba­
do lo m u e s tr a r in d ie n d o
cuentas al rey. Éste eleva
los ojos b u s c a n d o inspira­
ción en sus a n t e c e s o r e s ,
abrumado por el déficit del
p r e s u p u e s to . H a sta ese
m o m e n to , bastaba que el
rey lo ordenara para ob te­
ner dinero de las arcas rea­
les, sin ningún control de
•as existencias.

tos directos: propietarios, comerciantes, mayo de 1789. Luis X V I les ma­


abogados, médicos; los obreros y cam­ nifestó que debían concretarse a
pesinos, por lo tanto, quedaron excluidos.
Los representantes llevaban cuadernos
las cuestiones financieras, sin tocar
que contenían los principales deseos de lo referente a la autoridad real ni
sus electores. Redactados en términos a los principios de la monarquía.
moderados, con múltiples manifestacio­ Sus palabras causaron estupefac­
nes de cariño y respeto al rey, estos cua­
dernos, incluso un buen número de los ción; el contenido de los cuadernos
de la clase privilegiada, reclamaban una sería, pues, inútil, fracasando el
Constitución escrita y otras reformas. esperado cambio fundamental. Su­
cedía que el monarca, inclinado
Los Estados Generales iniciaron antes a aceptar las reformas, había
sus sesiones en Versalles, el 5 de cambiado bruscamente de parecer.

Nécker pronuncia un discurso ante los Estados Generales, el día 5 de m ayo de 1789, fecha
de la inauguración de las sesiones. (Cuadro d e A . Ciuder.)
Inmediatamente estalló un con­ LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
flicto sobre la manera de votar.
Los representantes del tercer esta­
do reclamaban debates en una sala Los actos del 17 y 20 de junio
implicaban un alzamiento contra
única, y la aprobación de los pro­
la autoridad monárquica; compren­
yectos por mayoría de sufragios
diéndolo así, Luis X V I fue el 23 a
individuales; de esa manera tenían la sesión de los tres estados reu­
asegurado el predominio, porque, nidos, para desaprobar en absoluto
además de ser seiscientos, conta­ la creación de la Asamblea Nacio­
ban con la adhesión de muchos nal y reiterar la decisión de formar
sacerdotes y algunos nobles. El tres cámaras. Al terminar su dis­
rey, por el contrario, ordenó la reu­ curso, declaró levantada la sesión;
nión de los estados en salas sepa­ los diputados de la nobleza y parte
radas, con lo que anulaba la supe­ del cle ro abandonaron la sala,
rioridad numérica de los diputados m ientras los demás, en cambio,
populares, reducidos al voto de su permanecieron en sus asientos.
cámara, frente a los dos votos de
la nobleza y el clero. Un funcionario de la corte se dirigió
Después de cinco semanas de entonces a Bailly -presidente de la reu­
nión— y le dijo: “ ¿Habéis oído la orden
infructuosas gestiones, los delega­ del rey?” . “ M e parece —replicó Bailly—
dos del estado llano, “considerando que la nación congregada en asamblea no
que representaban el noventa y puede recibir órdenes” . Un noble pasa­
seis por ciento de la nación”, se do al pueblo, Gabriel Honorato Riquetti,
conde de Mirabeau, orador de extraor­
erigieron, el 17 de junio, en Asam- dinaria elocuencia, puesto de pie y enca­
blea N acion al, d ecla ran d o que rándose con el funcionario, exclamó: “ Id
resolverían todos los asuntos in­ a decir a vuestro amo que estamos aquí
cluidos en los cuadernos y no sola­ por la voluntad del pueblo, y que solo se
nos arrancará por la fuerza de las bayo­
mente los financieros, con la pre­ netas” , palabras acogidas con grandes
sencia de los otros estados o sin ella. aplausos por los asistentes y, al conocer­
Luis X V I hizo cerrar la sala de las, por la muchedumbre aglomerada en
sesiones, pero los congresales, reu­ el exterior.
Luis X V I no se atrevió a emplear la
nidos el día 20 en una cancha de violencia, limitándose a manifestar, cuan­
pelota, bajo la presidencia de Juan do le informaron de lo sucedido: “Y
Bailly, juraron “no separarse mien­ bien; si no quieren irse, que se queden” .
tras no quedase esta b lecid a la
Constitución del Reino”, episodio La energía del tercer estado con­
conocido con el nombre de Jura­ cluyó por imponerse. El día 9 de
mento de la cancha de pelota. julio, la mayoría de los diputados

187
M irabeau in crep ^ a un funcionario de la
corte. (D ib u jo de C. Laplante.)

mente defendida, que a la sazón


sólo encerraba a siete personas. Su
jefe y el alcalde de París fueron
degollados, y sus cabezas paseadas
sobre picas.
Los revolucionarios se organi­
zaron militarmente, formando la
Guardia Nacional, a las órdenes
del marqués de Lafayette, y adop­
taron una nueva bandera compues­
ta por tres franjas verticales: una
central, blanca, color del rey, y las
otras dos, roja y azul, colores de
París. La asamblea podía contar
en lo sucesivo con un ejército en
que apoyarse. Luis X V I volvió a
de los tres órdenes formaron una aceptar los hechos, sin intentar
asamblea, que se llamó Constitu­ resistirlos.
yente, para indicar que su princi­
pal propósito era dictar una Cons­ La Declaración
titución.
La aparente transigencia carecía,
de los Derechos del Hombre
sin embargo, de sinceridad, pues la
En el resto de Francia, muchos
Corte preparaba un acto de fuerza:
castillos y residencias señoriales
regimientos de mercenarios extran­
fueron saqueados e incendiados.
jeros fueron llegando a París y
Los desmanes hicieron nacer la
Versalles, e inesperadamente, Néc-
especie, rápidamente difundida, de
ker y sus m inistros, sindicados
que bandas de merodeadores reco-
como partidarios de los sucesos,
debieron dejar sus cargos.
La actitud del pueblo de París
salvó la situación. Desde tiempo
atrás venían produciéndose en la
ciudad tumultos y motines, algu­
nos de ellos sangrientos; la noticia
'de la separación de Nécker y la
inminente disolución de la Asam­
blea, propalada por elocuentes agi­
tadores, entre los cuales descolló
Camilo Desmoulins, lo decidió a
empuñar las armas. El 14 de julio
de 1789, nutridas columnas toma­
ron por asalto la fortaleza de la
B astilla, prisión política escasa-

Un soldado de la Guardia N acional, organizada


bajo las órdenes de Lafayette.
rrían el país cometiendo robos y maniobras sospechosas de la Corte,
asesinatos. Dominados por el pá­ suscitó nuevas desconfianzas.
nico —el gran miedo se le llamó L os agitadores significaron al
después—, los vecinos tomaron las pueblo la conveniencia de vigilar
armas para rechazar las presuntas de cerca al rey, y con ese fin, varios
agresiones, y conservaron los cuer­ millares de mujeres, a las que se
pos así constituidos, que engrosa­ agregó una muchedumbre armada,
ron las tropas del pueblo. marcharon a Versalles el 5 de oc­
Estos acontecimientos hallaron tubre. Al día siguiente, después de
eco en la sesión de la Asamblea, una refriega con los guardias del
celebrada la noche del 4 de agosto. palacio, la familia real consintió en
Como los diputados atribuían los trasladarse a París, ejemplo imi­
desórdenes al descontento ocasio­ tado por la Asamblea poco más
nado por los privilegios, resolvie­ tarde.
ron suprimirlos en principio; varios
La agitación, cada vez más intensa,
nobles y sacerdotes dieron el ejem­ era mantenida en la capital por tres me­
plo, renunciando espontáneamente dios principales.
a los suyos. Los clubes, palabra de origen inglés
La igualdad social, proclamada con que se designaba a los partidos: el
de los jacobinos, así apodado por reunir­
esa noche, quedó consagrada el se en un antiguo convento de esa orden,
día 26 con la Declaración de los creó rápidamente filiales en toda Fran­
derechos del hombre, compuesta cia, y constituyó la principal fuerza po­
de un preámbulo y diecisiete ar­ lítica; el de los cordeleros, que también
debía su nombre al convento anterior­
tículos, que serviría de prólogo y mente instalado en el local de sus sesio­
fundamento a la constitución. nes, estaba formado por gente más avan­
zada y decidida, pero limitó su acción a
Según sus disposiciones, los hombres la capital.
nacen y permanecen libres e iguales en Las secciones, asambleas de los elec­
derechos. Son sus derechos naturales: la tores de diputados del estado llano, co­
propiedad, la libertad, la seguridad y rrespondientes a cada uno de los cuaren­
la resistencia a la opresión. La soberanía ta y ocho barrios en que se dividía París
reside en la nación. Nadie está obligado Los p e rió d ico s , aparecidos en gran
a hacer lo que la ley no ordena, ni número, que publicaban fogosos artícu­
puede ser privado de lo que no prohí­ los de propaganda. El Amigo del Pueblo,
be. Todos los hombres son iguales ante redactado por Juan Pablo Marat, oscuro
la ley. médico de la servidumbre del duque de
E sta b lecía , además, la libertad de Orleáns, adquirió rápida fama entre la
opinión, de religión y de prensa; el re­ gente inculta, por su lenguaje grosero y
parto de los impuestos en proporción a la violencia de su prédica.
las riquezas y la votación de los mismos
por los diputados; la inviolabilidad de la
propiedad privada; la responsabilidad de
los funcionarios; el libre acceso a los em­
pleos oficiales y garantías personales pa­
ra los casos de arresto y enjuiciamiento.

LA AGITACIÓN
REVOLUCIONARIA

Luis X V I no promulgó la Decla­


ración; su actitud, vinculada con

Juan P . M a ra t, red a cto r d el “ A m ig o del


P u e b lo ” . ( G r a b a d o d e J . B o z e / M u s e o
C a r n a v a l e t .)
Para dar carácter nacional a la publicano, encabezado por el club
revolución, sus dirigentes organi­ de los cordeleros. El 17 de julio,
zaron una concentración general gran número de personas, reunidas
de delegaciones armadas, represen­ en el Campo de Marte, especie de
tantes de las fuerzas populares de amplio estadio de los suburbios
todo el reino. El acto, efectuado en de París, firmaron una petición en
París, celebrando el primer aniver­ la que reclamaban el enjuiciamien­
sario de la toma de la Bastilla, to del soberano y la organización
recibió el nombre de Fiesta de la de un nuevo poder ejecutivo. La
F ed eración . A nte una inmensa burguesía, en cambio, satisfecha
multitud y catorce mil delegados con las conquistas alcanzadas, de­
en formación militar, el marqués seaba el cese de los tumultos y la
de Lafayette prestó juramento de vuelta a la normalidad; la guardia
fidelidad, en nombre de todos, a nacional, compuesta en gran parte
la Constitución que acababa de por personas de su clase, acudió
terminarse; después de él, lo hizo en consecuencia a disolver a los
Luis X V I. manifestantes, y ante su negativa
Probablemente el rey hubiera hizo fuego sobre ellos, dispersán­
aceptado el nuevo orden de cosas, dolos. Luego, aprovechando el des­
de no haber mediado ciertas refor­ concierto producido por este acto
mas eclesiásticas de la Asamblea de fuerza, conocido por “La fusi­
-resistidas por el clero y condena­ lería del Campo de Marte”, los
das por el pontífice— que hirieron moderados restablecieron en el
sus sentimientos religiosos, y lo trono a Luis X V I, aceptando las
decidieron a huir de Francia. En vagas excusas que diera sobre su
la noche del 21 de junio de 1791, frustrada huida. La Constitución,
salió de París con su familia y definitivamente sancionada el 3 de
consiguió llegar hasta Varennes, septiembre, fue aprobada diez días
cerca de la frontera con Alemania, después por el rey. El 30 de ese
donde fue descubierto y detenido; mes, la A sam blea clausuró sus
una comisión de tres diputados lo sesiones.
condujo de nuevo a la capital. La
Asamblea lo suspendió en su cargo. La Constitución de 1791, que llevaba
como preámbulo la Declaración de los
La tentativa de fuga de Luis derechos del hombre, dividía el gobierno
X V I determinó un movimiento re­ en tres poderes: el ejecutivo, desempe-

Ilustración de autor anónim o: muestra la entrada de la familia real a París, después de su intento
de fuga. Gran cantidad de público se agolpa en torno a la carroza, dificultando su avance.
(B ibliot. Nac. de Estampas, París.)
ñado por el rey, con derecho a vetar.las El papa condenó la medida y
leyes aprobadas por la asamblea; el legis­
excomulgó a los autores; el clero
lativo, formado por una cámara de dipu­
tados, elegidos, sin distinción de clase, no quiso aceptarla; la Asamblea
por los contribuyentes directos, que se exigió entonces un juramento de
renovaba cada dos años totalm en te, y obediencia: ciento treinta obispos
el judicial, compuesto por magistrados
electivos.
y cuarenta mil sacerdotes se nega­
ron a prestarlo. La iglesia francesa
quedó dividida en dos fracciones:
R e f o r m a s f i n a n c i e r a s . La ga­ la de los refractarios, enemigos de
bela, las ayudas y las aduanas inte­ la constitución civil, y la de los
riores fueron suprimidas, creándose juramentados, una ínfima minoría
en su reemplazo nuevas contribu­ que la aceptaba.
ciones, que debían ser abonadas en
proporción a las rentas personales.
Para saldar la enorme deuda
pública, la Asamblea decidió na­ LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
cionalizar los bienes del clero y
emitir un papel moneda de circu­ La nueva Asamblea, creada por
lación obligatoria , los asignados, la constitución, inauguró sus sesio­
hasta una cantidad igual al mon­ nes el l 9 de octubre. El elemento
to calculado de esos bienes. monárquico, que era mayoría, cho­
có desde el primer momento con
R e f o r m a s e c l e s i á s t i c a s . La el pueblo de París, decidido a lle­
Constituyente suprim ió los con­ var adelante la revolu ción , por
ventos y las comunidades religio­ cuya causa la cámara no alcanzó
sas, y votó la Constitución civil del a durar un año de los dos que le
clero, que redujo el número de correspondían ( l 9 de octubre de
obispos, los cuales debían ser ele­ 1791 a 20 de septiembre de 1792).
gidos por el mismo sistema em­ Los principales acontecimientos de
pleado para los diputados y sin in­ este período fueron los siguientes.
tervención del papa; además, como
la nacionalización de sus bienes L a s in t r ig a s d e l o s e m ig r a d o s
dejaba a los eclesiásticos sin recur­ Y LA GUERRA CON AUSTRIA. M u -
sos, les fijó un sueldo. Con ello la chos nobles abandonaron el reino,
iglesia perdía su libertad, convir­ incluso los hermanos del monarca,
tiéndose en una dependencia del y congregados en diversos puntos
estado. fronterizos, especialmente en Co-

191
blenza, conspiraron en secreta inte­ de la nación” , y escuchó impasible los
ligencia con Luis X V I. improperios que le dirigieron; no obstan­
te, mantuvo los vetos cuya revocación le
En agosto de 1791, el rey de exigían.
Prusia y el emperador de Austria,
reunidos en Pillnitz (Sajonia), pu­ L A JORNADA DEL 10 DE AGOSTO.
blicaron un manifiesto condenan­ En el mes de julio, Prusia se alió
do la Revolución, aunque sin com­ con Austria y envió un ejército con
prometerse a atacarla. la intención de tomar París.
La Asamblea, en respuesta, pi­
La noticia exaltó a los revolu­
dió la internación de los emigrados
cionarios, que declararon la Patria
franceses residentes en las proxi­
en peligro; los clubes sesionaron en
midades de la frontera. El sobe­
forma permanente, y de las pro­
rano austríaco rechazó con altane­
vincias llegaron refuerzos. Los vo­
ría la reclamación. El 20 de abril
luntarios de Marsella entraron en
de 1792, la legislatura le declaró
la capital cantando un himno, rá­
la guerra.
pidamente divulgado con el nom­
bre de La Marsellesa, compuesto
L a JORNADA DEL 20 DE JUNIO.
por un militar, poeta y músico,
Las tropas francesas invadieron los llamado Rouget de Lisie, mientras
Países Bajos austríacos, pero fue­ estaba de guarnición en Estrasbur­
ron rechazadas. El contraste irritó go. Las secciones presentaron un
a los jacobinos, que lo atribuyeron ultimátum a la Asamblea exigiendo
a manejos del rey, y como éste la destitución del monarca; ante su
vetara algunas leyes destinadas a negativa, el 10 de agosto, tras un
aumentar la defensa, el 20 de junio sangriento combate con la guardia
exteriorizaron su descontento con suiza, encargada de su defensa, to­
un gran desfile, so pretexto de ce­ maron por asalto las Tullerías. El
lebrar el aniversario del juramento rey y su familia buscaron amparo
de la Cancha de Pelota. en el recinto de la Asamblea, si­
tuado en los fondos de los jardines
Los manifestantes forzaron la entrada del palacio; los diputados se lo
del palacio real de las Tullerías, llegando
hasta un salón donde estaba Luis X V I;
prometieron, pero bajo la presión
este consintió en ponerse un gorro frigio de los acontecim ientos, votaron
y en beber un vaso de vino “ a la salud horas más tarde la suspensión del
soberano y la convocatoria de una
convención especial, para juzgarlo
y modificar la constitución.
Acto continuo, la Asamblea de­
signó un poder ejecutivo provisio­
nal, en reem plazo del rey. Su
miembro más destacado era el abo­
gado Santiago Dantón, presidente
de los cordeleros, y uno de los más
activos dirigentes de la jornada.

Luis X V I y su familia, tocados con bonetes


rojos y la escarapela tricolor, son obligados
a beber a la salud de la N ación. (Grabado
anónim o, M useo Carnavalet.)
Santiago D antón, presidente de los cordeleros. (Según
un retrato existente en el M u seo Carnavalet, París.)

Las matanzas de septiembre, co­


mo se las llamó, fueron imitadas
en otros lugares.
El 20 de septiembre de 1792 el
ejército revolucionario derrotó al
prusiano en Valmy, salvando a
París; en la misma fecha, la asam­
blea legislativa celebró su última
reunión.

El 13 de agosto, sin consultar a la La Convención


asamblea, el gobierno municipal, o
Comuna de París, dispuso el en­ Al día siguiente, la Convención
cierro de la familia real en la torre comenzó sus tareas, que debían du­
del Temple. rar hasta el 26 de octubre de 1795.
Las fuerzas prusianas, entretan­ Sus m iem bros habían sido elegidos
to, tomaban la plaza fuerte de Ver- por sufragio universal, es decir, por el
dún, con lo cual parecía inminente voto de todos los ciudadanos mayores de
la caída de la capital.. Marat y 21 años. Por primera vez, los obreros y
campesinos intervenían en la formación
otros caudillos co n v en cieron al
de los poderes públicos, aunque sólo con­
pueblo de que antes de ir a luchar currieron a las urnas los afiliados de los
con los enemigos de afuera, era ne­ partidos jacobino y cordelero; por esto
cesario terminar con los del inte­ predominaron en la nueva asamblea las
rior. Las cárceles rebosaban de tendencias republicana y democrática.
La convención asumió y ejerció los
sacerdotes refractarios y de enemi­ tres poderes: legislativo, ejecutivo y ju­
gos políticos. Desde el 2 hasta el dicial, y se atribuyó el derecho de cam­
7 de septiembre, grupos de foraji­ biar la constitución, lo que llevó a cabo
dos recorrieron las prisiones, sin en 1793 por la llamada reform a del
año I, y luego en 1795 con la del año III.
que nadie osara detenerlos, y luego
de una parodia de juicio, condena­ De su seno surgieron tres grupos.
ron y ejecutaron a sablazos a cerca El girondino, así llamado porque lo
de mil doscientas personas. encabezaban representantes del

193
Durante la época revolucionaria los cafés fueron importantes centros de reunión, donde se discu­
tía ardientemente los aciertos o errores de la gestión gubernamental, y se obtenía inform ación
acerca de la suerte de los ejércitos que com batían contra los enemigos extranjeros. (M u seo Car­
navalet / F oto Bulloz.)

departamento de la Gironda, tenía llanura (a p o d a d o pantano por


como p rin cip al orador a Pedro sus adversarios), que comprendía
Vergniaud, y como inspiradora a diputados de voluntad indecisa, y
una mujer de talento, María Ro- que oscilaban entre los otros dos
land: era moderado y rechazaba la según las circunstancias.
violencia. El montañés, que reci­ El primer acto de la Convención
bía ese nom bre por ocupar sus consistió en abolir la monarquía y
adeptos los asientos más altos de la decretar la anotación de las fechas,
sala de sesiones, estaba formado con el año 1° de la era de la R e­
por jacobinos y cordeleros, dirigi­ pública. De inmediato procesó a
dos por Marat, Dantón y el abo­ Luis X V I y lo condenó a muerte,
gado M a xim ilia n o R o b esp ierre, declarándolo “culpable de conspi­
secuaz decidido de las ideas de rar contra la libertad de la na­
Rousseau; era un grupo avanzado ción y atentar a la seguridad del
y partidario del terror. El de la Estado”.

El triunfo de la bur­
guesía significó también
una g e n e r a liz a c ió n de
sus formas de vida a un
sector más amplio de la
s o c ie d a d . Este cuadro
de Com bette representa
a una familia burgue­
sa de la época. (M u seo
de Tours.)
La sentencia se cumplió el 21 de ene­ El tribunal revolucionario, con
ro de 1793, en la plaza llamada de la
Revolución (hoy de la Concordia). El
jueces y jurados elegidos por la
desdichado monarca demostró en sus úl­ convención, que juzgaba, sin ape­
timos instantes una serenidad y firmeza lación, a los acusados políticos.
de que había carecido anteriormente; in­
tentó dirigir la palabra a la muchedum­
Los rep resen ta n tes en misión,
bre, pero su voz fue ahogada por el delegaciones de dos diputados, en­
redoble de los tambores de la guardia viadas con plenos poderes, que ins­
nacional; in stan tes después su cabeza peccionaban los ejércitos o los
caía bajo la guillotina, aparato adoptado
departamentos.
oficialmente para las ejecuciones, que
pronto adquiriría triste celebridad. Los comités de vigilancia, las
sociedades populares y los agentes
El conflicto entre los montañe­ nacionales: los dos primeros, inte­
ses y los girondinos no tardó en grados por ciudadanos pertenecien­
hacer crisis; los primeros, apoya­ tes a los clubes jacobinos; los últi­
dos por la Comuna y las secciones mos, nombrados por la convención,
armadas, arrancaron de la intimi­ y todos, dedicados al espionaje, a
dada C on v en ción el arresto de las detenciones y a la aplicación
V ergn iau d y veintiocho colegas de medidas de fuerza.
(jornada del 2 de junio). Una ley llamada de sospechosos
autorizó el arresto de las personas
E l T e r r o r . Estalló entonces denunciadas como enemigos de la
una insurrección girondina cuyos república, aunque no hubieran ac­
centros principales fueron Burdeos tuado abiertamente contra ella.
y Lión. Una joven de esta tenden­ El comité revolucionario conde­
cia, Carlota Corday, asesinó a Ma- naba a muerte diariamente a gran
rat. Al movimiento vino a sumarse número de personas: solamente en
otro de carácter realista y católico, París, perecieron dos mil seiscien­
surgido en la Vendée (región del tos veintisiete.
Loira inferior), y en Bretaña; tres
cuartas partes de Francia estaban Vergniaud y los girondinos subieron
en armas contra París, en tanto al patíbulo cantando La Marsellesa. Bai-
lly, el antiguo presidente de la Asamblea
que el territorio era invadido por Nacional, fue ejecutado en una rigurosa
varios ejércitos extranjeros.
Para poder afrontar tan graves
peligros, la Convención constituyó
el gobierno revolucionario, que es­
taba integrado por los siguientes
organismos:
El comité de salvación pública,
encargado de los asuntos interio­
res y exteriores. Lo componían 12
diputados, que duraban un mes en
sus cargos, pudiendo ser reelectos.
R ob esp ierre estuvo a su frente
de septiembre de 1793 a julio de
1794.
El comité de seguridad general,
compuesto también por diputados,
que vigilaba la conducta política
de los habitantes.
Los girondinos son conducidos a la guillotina. (Cuadro del pintor alemán Carlos Von P ito ty .)

mañana de invierno; alguien le preguntó clamó antes de morir: “Libertad, ¡cuán­


al verlo tiritar: “ ¿Tiemblas, Bailly?” . “ Sí tos crímenes se cometen en tu nombre!”
—replicó—, pero es de frío.” El célebre María Antonieta y la princesa Isabel,
químico Lavoisier pidió la postergación hermana del rey, joven de carácter dulce
de su muerte por una semana, a fin de e inofensivo, perecieron a su tumo. El
terminar un experimento; no se accedió delfín Luis, heredero del trono, niño de
a ello, contestándosele que “ la República diez años, sucumbió a los malos tratos
no necesitaba sabios” . El poeta Andrés sufridos en la cárcel; su hermana María
Chenier, ante la guillotina, tocó su frente Teresa salvó la vida: en 1795 se le per­
diciendo: “ Siento que aquí había algo” . mitió ir a Viena, junto a los parientes
Las mujeres no fueron exceptuadas: de su madre.
el verdugo alzó por los cabellos la cabe­ Fouché, en Lión, y Carrier, en Nan-
za recién cortada de Carlota Corday y le tes, ordenaron la ejecución de millares
aplicó una bofetada. María Roland ex­ de prisioneros.
Maxim iliano R obespierre: admirador de Rousseau, se esforzó por
aplicar sus teorías. (R etra to anónimo conservado en Versalles.)

Mediante estas sangrientas me­


didas pronto quedaron sofocadas
las insurrecciones; Burdeos, Lión y
otras ciudades concluyeron por ce­
der; los vendeanos fueron exter­
minados.

C a í d a d e R o b e s p i e r r e . Los
montañeses no tardaron en formar
tres núcleos: el avanzado o rabio­ En materia religiosa combatió el
so, cuyo jefe era Jacobo Hébert, ateísmo, divulgado por los rabiosos,
preten día extrem ar aún más el e intentó fundar, siguiendo las
terrorismo; el moderado o indul­ ideas de Rousseau, el culto del Ser
gente, encabezado por Dantón y Supremo. El acto inaugural de la
Desmoulins, reclamaba en cambio nueva secta se celebró solemne­
la cesación de las ejecuciones; el mente el 8 de junio. El calendario,
tercero respondía a Robespierre, y modificado el año anterior, había
contaba con el núcleo principal del substituido los nombres de los me­
partido. Este último eliminó a sus ses por otros tornados de las prin­
rivales en dos sem anas (24 de cipales manifestaciones del clima
marzo - 5 de abril); primero ca­ y la vegetación.
yeron los rabiosos y después los En materia política intensificó
indulgentes. las persecuciones contra los corrup­
tores de las costumbres, cualquiera
Dantón, avisado del peligro que co­
rría, no quiso huir, respondiendo a quie­
que fuese su partido, a quienes el
nes se lo aconsejaban: “ ¿Por ventura se tribunal revolucionario podía con­
puede llevar el suelo de la patria bajo denar a muerte, sin necesidad de
la suela de los zapatos?” . Su brillante pruebas. Comenzó entonces la era
defensa ante el tribunal revolucionario
del gran terror.
pareció inclinar los ánimos en favor su­
yo; Robespierre, miembro todopoderoso La nueva orientación de Robes­
del comité de salvación pública, preci­ pierre alarmó a muchos jacobinos,
pitó su ejecución.
culpables de irregularidades finan­
Ya en el cadalso abrazó a Desmou­
lins, sacrificado junto con él; el verdugo cieras y de llevar una vida de or­
q u iso im p ed irlo. Miserable -exclamó gías y de vicios; por otra parte, el
Dantón-, ¿acaso impedirás que nuestras pueblo estaba ya cansado de tan­
cabezas se besen en el canasto? Las ca­
tas ejecuciones, que la pacificación
bezas de los guillotinados caían, en efec­
to, dentro de un cesto común. interior y los triunfos exteriores no
justificaban.
Desde ese momento Robespierre Todos los que se sintieron ame­
ejerció de hecho la dictadura; fa­ nazados por el misticismo sangui­
nático e intransigente, procuró no nario del dictador se unieron para
ya la consolidación de la república, derribarlo. El 9 de termidor (mes
sino el triunfo de la virtud, apli­ del c a lo r -27 de julio de 1794) la
cando medidas politicorreligiosas, Convención, tras tempestuosos de­
en colaboración con sus adeptos bates, ordenó el arresto de Robes­
Saint-Just y Couthón. pierre. Libertado por la Comuna,

197
no supo organizar su defensa, y muerte; los sospechosos recupera­
fue de nuevo detenido en la ma­ ron la libertad; el club de los ja­
drugada del día 10, puesto fuera cobinos fue clausurado y los prin­
de la ley y guillotinado esa misma cipales terroristas murieron a su
tarde con sus prin cip ales parti­ turno en el cadalso, entre ellos el
darios. cruel Fouquier-Tinville, acusador
A ello siguió la reacción termi­ del tribunal revolu cion ario. Dos
doriana; cesaron las sentencias de motines provocados por los monta­
ñeses, con objeto de recuperar el
poder, fueron severamente repri­
midos. La reacción despertó las
actividades de los realistas, encar­
nadas en los petim etres ( petits
maîtres, señoritos), jóvenes perte­
necientes a familias enriquecidas
durante la revolución, que ansia­
ban ocultar su origen exagerando
la demostración de lealtad al an­
tiguo régimen.
A pesar de todo, la Convención
se mantenía fiel a la república, y
para impedir la caída de ésta, de­
cretó que en la nueva cámara a
elegirse, debían figurar dos terce­
ras partes de los diputados que
cesaban.
Esto originó la jomada del 13 de
vendimiario (mes de la vendimia,
5 de octubre de 1795), organizada
por los realistas, movimiento rá­
pida y enérgicam ente sofocado
por el jov en general Napoleón
Bonaparte. El 26 de ese mes, la Dispuso la fundación de Escue­
Convención dio por terminada su las Centrales, destinadas a la se­
tarea. gunda enseñanza, con el régimen
del internado, uno para cada de­
LA OBRA DE LA CONVENCIÓN partamento.
En la cultura superior creó la
Escuela Normal, para preparar el
A pesar de una vida tan agitada,
profesorado de los futuros maes­
la Convención llevó a cabo funda­
tros, la Politécnica (facultad de
mentales reformas políticas, finan­
ingeniería) y la de Salud (facultad
cieras y culturales.
de medicina); reorganizó fa Aca­
demia Francesa y le agregó otras
O b r a p o l í t i c a . Promulgó dos
academias, cuyo conjunto formó el
constituciones republicanas: la del
Instituto de Francia.
año I (1 7 9 3 ), que no se aplicó, y
Adoptó el sistema métrico de­
la del año III (1 7 9 5 ), que estable­ cimal.
ció el Directorio.
Creó el Conservatorio de Músi­
Reorganizó el ejército, instituyó
ca y Declamación, la Escuela de
el servicio militar obligatorio, la
Artes y Oficios, los Archivos Na­
unificación de las tropas y el as­
cionales, el Museo del Louvre y la
censo por méritos.
Biblioteca Nacional.
Restableció el orden interior y
venció a las potencias extranjeras.
El Directorio
Procedió a la depuración de los
empleados administrativos, distri­ La nueva Constitución otorgaba
buyendo los puestos de los cesan­ el poder legislativo a dos cámaras:
tes entre los jacobinos. el Consejo de los Quinientos, que
discutía las leyes, y el Consejo de
O b r a f i n a n c i e r a . Aprobó el los Ancianos, que las aprobaba o
Gran libro de la deuda pública, rechazaba. El poder ejecutivo era
debido a Pablo Cambórt; era una desempeñado por un Directorio de
anotación ordenada de todas las cinco miembros, elegidos por el
deudas fiscales, redu cidas a un Consejo de Ancianos, de una lista
solo tipo, con interés uniforme. que le presentaba el de los Qui­
Reguló el precio de los artículos nientos. El poder judicial conservó
de primera necesidad mediante la su organización anterior.
llamada ley del máximo, y fijó el Sólo tuvieron derecho a votar
m onto de los salarios obreros los ciudadanos m ayores de 21
por otra ley denominada del mí­ años, que supieran leer y escribir
nimo, medidas que fracasaron en la y pagaran impuestos directos con
práctica. lo que se restringía grandemente
Confiscó los bienes de los nobles el sufragio.
emigrados, y levantó empréstitos El nuevo gobierno lucho contra
forzosos entre los ricos. los realistas, deseosos de restable­
Emitió cantidades enormes de cer la monarquía, y contra los ex­
asignados, lo que redujo su valor tremistas, partidarios de un régi­
adquisitivo a cifras irrisorias. men político más avanzado. Cada
vez que el Directorio reprimía una
O b r a c u l t u r a l . Estableció la de estas tendencias, la otra reco­
enseñanza primaria, laica, gratuita braba su fuerza, y así, sólo pudo
y obligatoria. mantenerse con golpes de Estado

199
Barras, uno de los cinco m iembros del Directorio,
vistiendo el traje de ceremonias. (B ibliot. Nac. de
Estampas, Paría.)

nización administrativa creeron un


malestar profundo. La burguesía
pensó entonces que sólo un general
enérgico y capaz podría salvarla.
Las miradas se con cen traron en
Bonaparte.

L a g u e r r a c o n t r a E u r o p a . La
invasión prusiana de 1792 fue de­
tenida, según dijimos, en la batalla
de Valmy. El general Dumouriez,
jefe del ejército francés, tomó la
ofensiva y ocupó los Países Bajos
austríacos, como consecuencia de
apoyados por el ejército, consisten­ la victoria de Jemmapes.
tes en la expulsión de diputados En 1793, Inglaterra, Holanda,
adversos, arrestos y destierros. España, Portugal, los reinos italia­
Esta política, la angustiosa si­ nos de Cerdeña y Nápoles, y los
tuación financiera, las derrotas Estados alemanes, se unieron a
sufridas en una nueva guerra ex­ Austria y Prusia, formando la pri­
terior, iniciada en 1799, la relaja­ mera coalición contra Francia. A
ción de la conducta y la desorga- los dos años, Prusia, España y Ho-
landa se retiraron. El resto de la chazados y obligados a reembar­
coalición subsistió dos años más. carse; los austríacos, derrotados
Los aliados querían limitar la por el general Jourdán, en Wattig-
propaganda revolucionaria, que co­
menzaba a difundirse en sus esta­
dos, y por parte de algunos de
ellos, también desmembrar a Fran­
cia en su provecho.
Pareció al principio que nada
podría con ten erlos. Dumouriez,
derrotado por los austríacos en la
batalla de Néerwinden, perdió los
territorios conquistados meses an­
tes, y se pasó al enemigo.
Los prusianos recuperaron las
ciudades de la región del Rin; los
ingleses asediaron a Dunkerque;
los españoles cruzaron los Pirineos
y los austrosardos los Alpes; Tolón
fue tomada por una fuerza anglo-
española.
Pronto la situación cambió por
completo. Los ingleses fueron re-

L á za ro H o ch e , general rev o lu c io n a rio q u e v en -


01Ó al e jé r c it o prusiano en G eisb erg. ( M u s e o
de V e r s a l l e s .)
rúes (1 79 3), volvieron a los Países conquistar territorios los indujo a perder
Bajos, que perdieron definitiva­ mucho tiempo en el asedio de ciudades,
en lugar de atacar rápidamente los pun­
mente por la batalla de Fleurus tos vitales.
(1 7 9 4 ); el general Lázaro Hoche
La a c t it u d del g o b ie r n o r e v o lu ­
derrotó a los prusianos en Geisberg
Fue enérgica y decidida. La
c io n a r io .
(1 7 9 4 ); los invasores de los Alpes leva en masa de todos los hombres hábi­
y los Pirineos entonces retrocedie­ les llevó a las filas a un millón de solda­
ron a su punto de partida, y Tolón dos, que aseguraron la superioridad nu­
se rindió después de un corto sitio. mérica frente a los ejércitos invasores, en
parte mercenarios; la inteligente activi­
En 1795, España y Prusia fir­ dad del comité de sa lv a ción p ú b lica
maron la paz, por los tratados da proporcionó armamentos, p ertrech os y
Basilea, y Holanda por el tratado recursos de todo género, reorganizó la
de La Haya. oficialidad, muy reducida por la deser­
ción de los nobles que la constituían, im­
El éxito francés obedeció a dos provisó generales, a scen d ien d o rápida­
causas principales. mente a jóvenes de grandes aptitudes
estratégicas, implantó una rigurosa dis­
ciplina y exaltó el sentimiento patriótico.
L a a c t i t u d d e l o s e n e m i g o s . La
reciproca desconfianza entorpeció la co­ Lázaro Carnot, antiguo capitán de in­
ordinación de los ejércitos; la fe ciega genieros, promovido a general, fue el
en su superioridad militar frente a las obrero más eficiente de la transformación
improvisadas tropas francesas les hizo militar, y mereció el dictado de organi­
incurrir en graves descuidos; el ansia de zador de la victoria

202
CAPITULO IX

EL PERÍODO
DE N A PO LEÓ N

En Francia, la nueva clase d irig e n te surgida de la revolución,


debió defenderse de dos enem igos: la a n tig u a nobleza, em ­
peñada en restaurar a los Borbones y recuperar sus p rivilegios,
y el p ro le ta ria d o , cuyas condiciones no habían m ejorado en
la m edida que reclam aba. Para m an te n e r sus posiciones,
aq u ella clase apeló al e jé rcito , que había a d q u irid o progresi­
va im p orta n cia con sus éxitos en la guerra c iv il y en la guerra
e xte rio r. A ese fin buscó un general que le sirviera de ins­
tru m e n to y e lig ió a Bonaparte. Por su genio m ilita r y su
a m b ición no estaba éste dispuesto a un papel subalterno, y
cobró sus servicios adueñándose del poder. Los p rincipales
estados europeos, encabezados por In g la te rra , se coaligaron
entonces para contener los planes de dom inación co n tin e n ta l
que se había tra z a d o N apoleón.

Napoleón las escasas propiedades familiares,


en el curso de disturbios ocurridos
en Córcega, lo obligaron a contri­
Napoleón Bonaparte nació el 15 buir con su precario sueldo al sos­
de agosto de 1769, en A ja ccio, tén de su numerosa familia. En la
capital de Córcega, isla que aca­ fecha mencionada comenzó a dis­
baba de ser incorporada a Francia. tinguirse al aconsejar una manio­
Estudió en la escuela militar de bra que facilitó la toma del puerto
Brienne, y luego en la de París, de de Tolón, ocupado por una fuerza
donde egresó con el grado de sub­ angloespañola. En la jornada del
teniente de artillería. Hasta 1793 13 de vendimiario salvó a la Con­
llevó una oscura vida de guarni­ vención, amenazada por los realis­
ción, am argada p or incesantes tas, obteniendo en recompensa el
aprem ios econ óm icos, pues la cargo de general en jefe del ejér­
muerte de su padre y la ruina de cito destinado a operar en Italia.

203
Napoleón era de mediana estatura, de nentes de la primera coalición a
mirada fulgurante, difícil de sostener; Inglaterra, Austria, C erdeña y
brusco en sus ademanes y siempre move­ otros estados italianos. A fin de
dizo e inquieto. D e una laboriosidad
incomparable, trabajaba hasta dieciocho dominar a los austríacos, Camot
horas diarias sin experimentar cansan­ planeó una marcha convergente de
cio. “He conocido el límite de mis bra­ tres ejércitos sobre Viena. Dos de
zos y de mis piernas —solía decir—, pero
ellos debieron replegarse; sólo que­
nunca el de mi trabajo.” Su atención,
concentrada e intensa, le permitía aislar dó el del sur, situado en la frontera
cada asunto de los otros; comparaba su italiana, que acababa de confiarse
mente a un mueble con muchos compar­ a Bonaparte.
timientos, de los que sólo estaba abierto
Lo com p on ían cuarenta mil
uno por vez. Tenía una memoria asom­
brosa y una imaginación potente, aso­ hombres, mal armados, desprovis­
ciada, por raro contraste, a un espíritu tos de todo recurso, pero Napoleón
eminentemente práctico. Poseía una am­ logró infundirles ánimo y realizó
plia cultura general, pero fue notable,
sobre todo, por el genio militar. La am­
con ellos una campaña que, al decir
bición lo absorbía por entero, y cuando de uno de sus generales, “le abrió
alcanzó el poder, no toleró ninguna in­ las puertas de la inmortalidad”.
gerencia ni consejo. Afable al principio, Deslizándose a lo largo del lito­
tornóse seco y brutal; no reía nunca, y
en sus momentos de cólera empleaba
ral, cruzó los Apeninos e introdujo
términos groseros, en francés o italiano. una cuña entre los ejércitos aus­
Los hombres, con raras excepciones, no tríaco y sardo, a los que derrotó
le merecían gran estimación. En la vida separadamente. El rey de Cerdeña
privada fue bondadoso y noble; afectuo­
so y solícito con su familia, y generoso
pidió entonces la paz.
y agradecido con sus amigos. El triunfo de Lodi, obtenido en
mayo de 1796, le entregó la ciudad
de Milán y la Lombardía. En se­
LA CAMPAÑA DE ITALIA guida sitió la fortaleza de Mantua,
llave estratégica de la llanura ve­
Los tratados de paz de Basilea neciana; cuatro ejércitos, enviados
y La Haya redujeron los com po­ en socorro de la plaza, fueron suce­
sivamente rechazados; el último, EXPEDICIÓN A EGIPTO
en Rívoli, en enero de 1797. Al
mes siguiente, la guarnición ca­ D e los antiguos enemigos, resta­
pituló. ba solam ente Inglaterra. Bona­
Después de conceder la paz al parte resolvió apoderarse de Egip­
papa y a los pequeños estados del to, para con v ertirlo en base de
centro de Italia, a trueque de enor­ operaciones contra las posesiones
mes con trib u cion es, B onaparte británicas de la India.
marchó sobre Viena, arrollando En mayo de 1798 salió de T o­
cuanto se oponía a su paso. Estaba lón, con una escuadra de cerca de
a menos de cien kilómetros de ella trescientas naves y treinta y cinco
cuando el emperador solicitó un mil hombres de desembarco. Lle­
armisticio, ce le b ra d o en Leoben. vaba consigo una numerosa comi­
La campaña de Italia duró un sión de sabios para estudiar el
año (abril de 1796-1797). En su
transcurso se libraron d ie cio ch o
batallas y sesenta y cinco comba­
tes, en los que los franceses toma­
ron cien mil prisioneros y seiscien­
tos cañones.
En octubre, Austria firmó la paz
de Campo Formio, por la cual re­
nunciaba a los Países Bajos y al
Milanesado. La república de Ve-
necia, que perdió su independen­
cia, fue repartida entre los dos pac­
tantes. Con el norte de Italia, el
Directorio organizó la República
Cisalpina.
país. Mediante una hábil manio­ austrorrusos mandados por el ge­
bra burló la vigilancia de la flota neral Alejandro Sttvaiofí, recon­
inglesa, conquistó la isla de Malta quistaron el valle del Po, mediante
y desembarcó en Alejandría, el 30 repetidas victorias, a la vez que los
de junio. austríacos se adueñaban del resto
Egipto, sometido nominalmente de la península; Holanda, conver­
a Turquía, se hallaba en realidad tida por el Directorio en república
bajo el poder de los mamelucos, aliada, fue invadida por un ejército
jinetes guerreros, que form aban anglorruso; otro, compuesto por
una especie de institución feudal; austríacos y rusos, avanzó a tra­
los franceses los deshicieron en la vés de Suiza.
batalla de Las Pirámides, cerca de A causa de las disensiones pro­
El Cairo, pero su escuadra fue ani­ ducidas entre Suvaroff y los gene­
quilada diez días más tarde por la rales austríacos, el comando aliado
del almirante Nelson, en la rada resolvió pasar a Alemania las tro­
de Abukir. pas de estos últimos, situadas en
En 1799, Napoleón, aislado de Suiza, sustituyéndolas con las fuer­
Francia, em pren d ió una expedi­ zas rusas de Italia. Pero los movi­
ción a Siria, donde arrolló a los mientos no se combinaron debida­
turcos, que habían entrado en la mente, y los austríacos dejaron
guerra como consecuencia de la in­ Suiza antes de la llegada de sus
vasión de Egipto. Un nuevo ejérci­ reemplazantes; el general Andrés
to otomano, conducido por barcos Massena, encargado de las opera­
británicos, desembarcó en la proxi­ ciones en ese frente, aprovechó la
midad de Alejandría, con el propó­ circunstancia para derrotar, en Zu-
sito de aislarlo; enterado a tiempo, rich, a los rusos que quedaban
Napoleón fue a su encuentro y lo (septiembre de 1799), y luego a
venció en la misma playa. Suvaroff, que venía a reunírseles.
En agosto dejó el mando al ge­
neral Kléber y volvió a Francia
burlando el bloqueo inglés.
Después de diversas peripecias,
Egipto fue evacuado por los fran­
ceses en 1801. La expedición de
Bonaparte despertó al país de su
letargo secular. Provocó el estudio
de su lejana historia y lo encaminó
hacia el progreso.

La s e g u n d a c o a l i c i ó n . Mien­
tras ocurrían estos sucesos, Ingla­
terra organizó una segunda coali­
ción, con Austria, Rusia, Turquía
y Nápoles.
La guerra comenzó desfavora­
blemente para los franceses. En
Alemania, el archiduque Carlos,
hermano del emperador Francis­
co II, d errotó a Jourdan en la
batalla de Stockach; en Italia, los

206
E l general Andrés Massena: decía que “ el
ruido del cañón le aclaraba las ideas” . (Cua­
dro de A ntonio Groa / M u seo de Versalles.)

inminente motín popular; en reali­


dad era para alejarse de la capital,
cuya oposición al golpe proyectado
temían. El plan estuvo a punto de
fracasar al día siguiente, por la
actitud violenta de los Quinientos,
que intentaron agredir a Napoleón
mientras les hablaba de la nece­
sidad de un cambio de gobierno.
La firmeza de su hermano Luciano
y la intervención de los granaderos
En Holanda, los franceses, por lo libraron del aprieto; a una orden
su parte, encerraron a los invaso­ de Murat, en efecto, los soldados
res en Alkmaar, obligándoles a ca­ desalojaron a los diputados del
pitular en el mes de octubre. recinto, que fue clausurado. Por
A pesar de la reacción favorable, la noche, una asamblea compuesta
Francia estaba amenazada, en el por minorías de cada uno de los
Rin y los Alpes, por una doble consejos, proclamó la caducidad
invasión de los ejércitos austríacos. del Directorio, y nombró un poder
ejecutivo provisional, formado por
tres cónsules: Bonaparte, Sieyes y
EL CONSULADO Roger Ducós.
El golpe de estado del 18 y 19
Este peligro, unido a los otros brumario no levantó ninguna re­
factores de desprestigio del Direc­ sistencia.
torio, ya citados, precipitó la crisis •Un proyecto de Constitución so­
política. metido a plebiscito, fue aprobado
Dos de los cinco directores: Ba­ por tres millones de votos, contra
rras y Sieyes, junto con el ministro sólo mil quinientos sesenta y dos.
de relaciones exteriores, Talley­ Pero aún antes de conocerse los
rand, el jefe de policía, Fouché, el resultados se aplicó desde el 24
presidente del Consejo de los Qui­ de diciembre de 1799, y se la c o ­
nientos, Luciano Bonaparte, her­ noce con el nombre de Constitu­
mano de Napoleón, éste y su cuña­ ción del Año V.
do, el general Joaquín Murat, y
contando con el apoyo de otros
jefes, organizaron un golpe de El poder ejecutivo constaba de tre9
cónsules, que duraban diez años; los pri­
estado. meros en ocupar el cargo: Napoleón Bo­
E l 18 brum ario del año vm naparte, Cambaceres y Lebrun eran ex­
(mes de la bruma: 9 de noviembre presamente designados en un artículo de
de 1799), N apoleón , vuelto de la Constitución, pero los sucesores de­
bían ser electos por el Senado. Toda la
Egipto poco antes, fue nombrado autoridad recaía en el p rim er cón su l
jefe de la guarnición de París. El (Bonaparte); sus colegas, de carácter
Consejo de los Ancianos y el de meramente consultivo, carecían de ma­
los Quinientos resolvieron trasla­ yores atribuciones.
El poder legislativo comprendía cua­
darse a Saint-Cloud, con el pretex­ tro cámaras: el Consejo de Estado, com­
to de ponerse a recaudo de un puesto por altos funcionarios y presidido

207
por el primer cónsul, preparaba exclusi­ rían en funciones hasta recibir la
vamente los proyectos de ley; el Tribu­ con firm a ción de dicho nombra­
nado los discutía sin votar; el Cuerpo
Legislativo los votaba sin discusión, ate­ miento por el papa.
niéndose al informe presentado por una
comisión de tribunos; el Senado vigilaba Con su política religiosa, Bonaparte
el cumplimiento de la Constitución y se atrajo a la iglesia, poderoso sostén de
elegía a los cónsules, a sus propios inte­ la causa monárquica: “ los campesinos
grantes y a los del Tribunado y Cuerpo son más católicos que realistas —mani­
Legislativo, tomándolos de una “ lista de festaba—, y a no mediar la Constitución
notabilidades” v otad a in d irecta m en te
civil del clero, habrían aceptado la revo­
por el pueblo mediante un complicado lución” . En un plano más general, opi­
sistema electoral. naba que “ una nación sin religión es
comparable a un barco sin brújula” .
Por otra parte, obteniendo del pontí­
Napoleón reorganizó el país en
fice la renuncia de toda reclamación res­
breve plazo con su acostumbrada pecto a las cuantiosas propiedades con­
actividad. fiscadas al clero, Bonaparte prestaba un
servicio inmenso a sus dueños presentes,
E l C o n c o r d a t o . El Estado inquietos por la amenaza de posibles
re iv in d ica cio n e s , y se aseguraba su
francés se reconcilió con la iglesia adhesión.
católica por medio del Concordato
de 1801. De acuerdo con sus cláu­
sulas, el papa Pío VII, ascendido E l C ó d ig o d e N a p o l e ó n . La
al solio pontificio en 1800, acep­ Convención y el Directorio habían
taba la nacionalización de los bie­ p ro y e cta d o un código, pero los
nes del clero, la asignación de un acontecimientos no les permitieron
sueldo a los sacerdotes, el jura­ dar térm ino a la em presa. En
mento de fid e lid a d al gobierno, 1800, Napoleón recogió la idea y
que éstos debían prestar al asumir nombró una comisión de seis emi­
el cargo, y la facultad del primer nentes ju riscon su ltos; él mismo
cónsul para reglam entar ciertos presidió muchas reuniones e inter­
actos externos del culto. En cam­ vino activamente en los debates.
bio, Napoleón declaraba que la re­ Finalmente, fue san cion ado en
ligión católica era la de la mayo­ 1804 con el título de Código Civil,
ría de los franceses, y disponía monumento jurídico que encierra
que los obispos, una vez designados en forma metódica y articulada los
por el poder ejecutivo, no entra­ principios del derecho privado, to-

Nauoleón, sentado,
y el representante
del papa P ío V II,
d e p ie, fir m a n el
Concordato, después
de largas y difíci­
les n e g o c ia c io n e s .
(D ib u jo de W icar f
M u seo d e V ersa-
11—.)
La m ente organizadora de N apoleón trascendió a
todos los órdenes; durante el Consulado, en 1800,
se im plantó el uso del sistema m étrico decim al en
toda Francia. Su em pleo efectivo tardó en im po­
nerse. (Cuadro de Labrouse.)

da vía vigente en Francia y difun­


dido por todo el mundo.
Su creador dijo más tarde que
ese código —conocido generalmen­
te con el nombre de Código de
N apoleón- haría más por su gloria,
ante la posteridad, que las batallas
que había ganado.

E l C onsulado v it a l ic io . En enemigo, circunstancia que no era exclu­


siva de este príncipe, pues miles de no­
1802, Napoleón instituyó la Legión bles emigrados lo habían hecho también.
de Honor, destinada a recompen­ El sacrificio del duque de Enghien, al
sar los méritos de los civiles y mi­ decir de Talleyrand, fue, más que un cri­
litares. Algunos meses después, un men, un error.
Por su parte, los republicanos reali­
plebiscito lo consagró cónsul único zaron varias conjuraciones, pero todas
y vitalicio, con derecho a designar fracasaron.
sucesor, ley que lo convertía en
verdadero soberano.
Los realistas habían creído con­ P a z d e A m i é n s . El primer cón­
tar con Bonaparte para restaurar sul preparó dos ejércitos, en el
a los Borbones; su evidente inten­ año 1800, para combatir a los aus­
ción de llegar al trono disipó tales tríacos, situados en Italia y Ale­
esperanzas, y en 1803, tramaron mania. Al frente de uno de ellos
una conspiración para matarlo. La atravesó los Alpes y obtuvo el
tentativa fue descubierta, y sus triunfo de Marengo (14 de ju n io);
principales agentes castigados con el otro, mandado por el general
severidad. Víctor Moreau, cruzó el Rin, ven­
ció al adversario en Hohenlinden,
Para demostrar de una manera indu­ el 3 de diciembre, y se acercó a
dable su aversión a la dinastía depuesta, Viena.
Napoleón hizo arrestar, abusivamente, en
territorio alemán, al príncipe Luis de El emperador Francisco II firmó
Borbón Condé, duque de Enghien, pa­ entonces la paz de Luneville, rei­
riente de Luis X V I. Llevado a Vincennes, teración de los tratados anteriores.
un tribunal militar lo juzgó en forma Como el nuevo zar de Rusia se
sumaria, el 21 de marzo de 1804, y lo
condenó a muerte por el delito de haber había reconciliado con el primer
militado contra Francia en las filas del cónsul, sólo quedaba en pie Ingla-

Este grabado representa el


fusilamiento del ducjue de
Enghien, en el C a stillo de
Vincennes, com o represalia
w los atentados re*li*tas.

209
La batalla de Kohenlinden (diciem bre de 1 8 0 0 ). E l general M oreau, al frente de
las tropas francesas, triunfó sobre el ejército austríaco. (Grabado de Duplessis-
B erteauxJ

térra que, en marzo de 1802, con­ ria, proclamando a Napoleón, en


sintió en celebrar el tratado de su artículo 29, emperador de los
Amiéns. Gran Bretaña devolvía las franceses. La coronación del nuevo
colonias tomadas a Francia y a soberano se realizó con gran pom­
sus aliadas, España y Holanda, en pa en la catedral de Nuestra Se­
el curso de la guerra, menos Tri­ ñora, el 2 de diciembre, en pre­
nidad, en América, y Ceylán, en sencia de Pío VII, especialmente
Asia, y accedía a evacuar Egipto invitado.
y la isla de Malta, a la sazón en su El imperio, que duró diez años
poder; Napoleón prometía abando­ (1804 a 1814), fue cada vez más
nar los lugares del reino de Ná- d e sp ótico y personal. En 1807,
poles ocu pa d os por las tropas Napoleón refundió el tribunado
francesas. El tratado de Amiéns, con el Cuerpo Legislativo; tanto
recibido con gran júbilo, sólo ase­ éste como el senado quedaron re­
guró la paz por poco más de un ducidos a la categoría de asesores,
año (marzo de 1802 a mayo de con lo que desapareció de hecho
1803). el poder parlamentario.
Apareció una corte imperial, re­
Napoleón emperador gida por el viejo protocolo de los
Borbones, y compuesta por la fa­
La reform a constitucional del milia de Napoleón, por los anti­
año xii (1 8 0 4 ), realizada por el guos aristócratas pasados a su cau­
senado, reemplazó el consulado vi­ sa y por los generales, ministros y
talicio por la monarquía heredita­ magistrados ennoblecidos con los

La coronación de Na­
p oleón : con sus propias
manos se co lo có la dia­
dem a im p e r ia l, y el
cuadro lo representa en
el m om ento en que co­
rona a su esposa, Jose­
fina. Detrás de él, sen­
tado ante el altar, el
papa P ío V II. (Frag­
m ento d é l c u a d r o de
Luis D avid.)
La revolución se hace cada vez más extremista (m o ­
vimiento hacia la izquierda hasta 1 7 9 4 ). Luego se
inicia la reacción (m ovim iento hacia la derecha) : co*
mienza b ajo Luis X V I ( 1 7 8 9 ) , culmina con Robes*
pierre (1 7 9 4 ) y termina con el em perador N apoleón 1
(1 8 0 4 ).

1812, donde lo retuvo dos años.


Con esta actitud, perdió la simpa­
tía de los católicos, que había bus­
cado con tanto empeño.
Para satisfacer los incesantes
gastos de guerra, restableció los an­
tiguos gravámenes suprimidos por
la revolución, que resultaron aún
más onerosos a causa de la crisis
económica, consecuente con el blo­
queo establecido, como veremos,
por la escuadra inglesa.
Por otra parte, la reposición de
las grandes bajas experimentadas
títulos de príncipe, duque, conde o por el ejército en sus luchas, ex­
barón. tremó la severidad del recluta­
La policía, a las órdenes de Fou- miento. En 1813 y 1814 fueron
ché, practicó el espionaje en vasta enrolados jóvenes con uno y dos
escala, y arrestó arbitrariamente a años de an ticip ación a la edad
muchos presuntos opositores, cuyo legal. Esta constante demanda de
destino ulterior quedó largo tiem­ vidas provocó el odio de las fami­
po ignorado. lias hacia el emperador, a quien
La censura previa volvió a fun­ apodaron el ogro de Córcega.
cionar; la mayoría de los periódi­ Desde el punto de vista cons­
cos dejaron de aparecer, y los tructivo, el período imperial regis­
restantes sólo podían publicar no­ tra la promulgación de los nuevos
ticias favorables al gobierno. códigos comercial, procesal y pe­
Reviviendo la época de Carlo- nal, la creación del Tribunal de
magno, a quien por lo demás con­ Cuentas, fisca liza d or del movi­
sideraba antecesor suyo, Napoleón miento de fondos de la administra­
quiso convertir al papa en una ción pública, la reorganización de
especie de lugarteniente espiritual. la enseñanza, monopolizada por el
Exasperado por la serena resisten­ estado bajo la dirección del gran
cia de Pío VII, lo hizo arrestar, maestre de la universidad, la fun­
en 1809, y trasladar a Francia en dación de la Comedia Francesa, el

En 1808, las tropas francesa!


o c u p a r o n R o m a . Al año si­
guiente, N apoleón hizo arrestar
al papa P ío V II. La ocupación
napoleónica reportó a aquella
ciudad grandes m e jo r a s edili-
cias, pero no conquistó el afec­
to de la población. (M u seo N a­
poleónico.)

211
El almirante H oracio Nelson (1 7 5 8 -1 8 0 5 ), comandan­
te de la armada inglesa que derrotó a N apoleón en
Trafalgar.

estímulo de la agricultura y la in­


dustria, y la realización de grandes
trabajos públicos: caminos, puer­
tos y canales, y monumentos.

LAS GUERRAS DEL IMPERIO

Desde 1808 hasta su caída, Na­


Persia e India, a fin de estudiar la posi­
poleón tuvo como enemiga impla­
bilidad de establecer mercados y fundar
cable a la Gran Bretaña, conse­ factorías, con la consiguiente alarma de
cuente con su política de impedir Inglaterra.
la preponderancia de una nación Otros motivos acentuaron el antago­
en la Europa continental. Con su nismo trancoinglés. La falta de cumpli­
miento del compromiso de evacuar M al­
riqueza, su escuadra, sus vastas ta, contraído por la paz de Amiéns; la
posesiones y su hábil diplomacia, ocupación de Bélgica y el puerto de Am-
formó contra el emperador cuatro beres por los franceses, que los acercaba
coaliciones, además de las dos or­ demasiado a las bocas del Támesis, arte­
ria vital del tráfico británico: “ Amberes
ganizadas para combatir a la Re­ es una pistola cargada, que apunta al
pública. corazón de Inglaterra” , decía Napoleón;
la negativa del emperador a firmar un
tratado de comercio, actitud que, unida
T e r c e r a c o a l i c i ó n . Rotas las a otras medidas, demostraban la inten­
hostilidades, Inglaterra luchó sola, ción de iniciar una competencia econó­
de 1803 a 1805, fecha en la cual mica con su rival.
logró constituir la tercera coalición,
En mayo de 1803, N apoleón
con Francisco II de Austria y Ale­
reunió un ejército sobre el Canal
jandro I de Rusia. de la Mancha, con el propósito de
La nueva guerra obedeció principal­
intentar la invasión de Inglaterra.
mente a varías causas, detalladas a con­ La empresa no pudo llevarse a
tinuación. cabo por la superioridad naval in­
glesa, definitivamente consagrada
L a in g e r e n c ia fr a n c e s a en lo s
p a í s e s VECINOS. Napoleón se erigió en
en la batalla librada el 21 de octu­
mediador de la Confederación Suiza -lo bre de 1805 en Traíalgar, donde el
que equivalía a establecer un protecto­ almirante Nelson, que murió en la
rado sobre ella-, y en soberano del reino acción, derrotó p or c o m p le to a
de Italia, creado con los territorios del
norte de la pen ín su la; en Alemania,
la escuadra francoespañola.
suprimió muchos pequeños estados; Ge­ España, en efecto, había firma­
nova fue anexada al imperio. Estas me­ do con Francia un tratado secreto,
didas afectaban principalmente los inte­ llamado de los subsidios, por el
reses de Austria.
que se comprometía a entregarle
Las a m b ic io n e s del nuevo zar. seis millones de francos mensuales;
Chocaban con las aspiraciones francesas descubierto el pacto por los ingle­
de apoderarse de Constantino pía y los ses, éstos capturaron, tras reñido
Balcanes. combate, tres fragatas españolas y
L os PLANES DE C O L O N IZ A C IÓ N . E l volaron otra provenientes del Río
emperador destacó misiones en Turquía, de la Plata, con valiosos caudales,
agresión que había determinado su les a su hermano José; transformó en
entrada en la contienda. reino a la República de Holanda, a be­
neficio de su otro hermano Luis, y fundó
En septiembre de 1805, mientras la Confederación del Rin, integrada por
el ejército francés estaba concen­ los estados alemanes del sur y del oeste
trado en el noroeste, los austríacos, de la que se proclamó protector; el Sa­
sin previa declaración de guerra, cro Imperio Romano-Germánico, funda­
do en 962, dejó de existir: Francisco II
emprendieron la marcha, con la
tomó el título de emperador de Austria
intención de tomarlo por la espal­ con el nombre de Francisco 1.
da. Pero Napoleón, mediante una
rápida maniobra, los rodeó en Ulm, C u a r t a c o a l i c i ó n (1806 a
obligándoles a capitular; acto con­ 1807). La intervención francesa
tinuo recorrió el valle del Danubio, en Alemania decidió la entrada en
a marchas forzadas, y ocupó Viena. la guerra del rey de Prusia, Federi­
Un nuevo ejército austríaco, y el co Guillermo III. Prusia, Inglate­
ruso, que había llegado con extre­ rra y Rusia formaron así la cuarta
mada lentitud, acamparon al norte coalición.
de esa capital. El emperador salió Las operaciones militares com­
a su encuentro y los derrotó com­ prendieron dos etapas.
pletamente, en Austerlitz, el 2 de La campaña de Alemania, ini­
diciembre, mediante una maniobra ciada por Napoleón el 1? de octu­
genial que partió en dos la línea bre de 1806, se decidió el día 14
enemiga. con las batallas sim ultáneas de
Los rusos se retiraron sin firmar Jena y Auerstaedt, a 20 km de dis­
la paz; Francisco II aceptó el tra­ tancia una de otra, ganadas por el
tado de Presburgo: Austria entre­ emperador y el mariscal Luis Ni­
gaba a Francia los territorios vene­ colás Davout, respectivamente.
cianos adquiridos en 1797, el Tirol El e jé rcito prusiano no pudo
y las comarcas que poseía en Ale­ reponerse del desastre. Berlín y
mania. Con ello perdía el litoral las principales ciudades del reino
del A d riá tico y el acceso a los cayeron en poder de los vencedo­
valles del Rin y del Po. res, y Federico Guillermo III se
En 1806, Napoleón cedió el Tirol y replegó a las comarcas del Báltico.
los dominios austríacos de Alemania a
los soberanos de Baviera y Wurtembere.
La campaña de Polonia (febrero
aliados suyos; otorgó el reino de Ñapó­ a julio de 1807). Napoleón avanzó
A lo largo de la época napoleónica se acum uló una verdadera pinacoteca, cuyos cuadros representan a
Napoleón al frente de sus tropas en las numerosas batallas que tuvieron lugar durante el consulado y el
imperio. Esta escena lo muestra en Jena, revistando las tropas. (G alería de las Batallas, Versalles.)

en demanda de sus enemigos, en elector de Sajonia, nombrado rey,


pleno invierno, a través de espesos fue, a la vez, gran duque de Varso-
bosques y llanuras desoladas, cu­ via. Estos tres estados entraron en
biertas de nieve. Nunca las tropas la Confederación del Rin.
francesas habían llegado tan lejos
de su país; una parte de ellas rodeó LA GUERRA ESPAÑOLA
el puerto de Danzig, y los cuerpos POR SU INDEPENDENCIA
principales, bajo el mando del em­
perador, interceptaron los ejércitos La flota británica bloqueó las
rusos que intentaban socorrer a los costas francesas; Napoleón contes­
sitiados, derrotándolos en las en­ tó, en noviembre de 1806, decre­
carnizadas batallas de E ylau y tando el bloqueo continental, que
Friedland. cerraba los puertos de Francia y
de las naciones aliadas a las mer­
Alejandro I y Napoleón cele­ caderías procedentes de Inglaterra,
braron poco después una entrevis­ medida que sólo podía resultar efi­
ta a orillas del río Niemen, acor­
caz si era aplicada en toda Europa;
dando la paz de T ilsit; Prusia
con ese fin, anexó sucesivamente
perdió su porción de Polonia (con­
vertida en el gran ducado de Var- los Estados Pontificios, el reino de
sovia), y otros territorios del oeste, Holanda y la costa alemana del
con los que se formó el reino de mar del Norte.
Westfalia, a favor de Jerónimo, El gobierno español prestó su
hermano menor de Napoleón; el adhesión al bloqueo, no así el de

214
L>a entrevista de Tilsit.
N a p o l e ó n recibe a los
reyes de Prusia, Luisa
y F e d e r i c o Guillermo
III, y al zar A lejandro
de Rusia. En el rostro
de la reina se refleja
el pesar que le causa
la d e s v e n t a jo s a situa­
ción en que ha queda­
do P r u s ia d e s p u é s de
las d e r r o t a s s u frid a s .
(Cuadro de N . G osse.)

Portugal, tradicional aliado de In­ circunstancias parecían favorecer


glaterra. Un ejército francés,' al sus miras: al inteligente rey Car­
mando del mariscal Andoche Ju- los III, muerto en 1788, había su­
not, ocupó entonces ese país, en cedido en el trono su hijo Carlos
noviembre de 1807, pasando a tra­ IV, de escasas luces y débil carác­
vés de España con consentimiento ter, totalmente sometido a la vo­
de su soberano; la familia real por­ luntad de su favorito, Manuel de
tuguesa se trasladó al Brasil. Godoy. El príncipe heredero,, dis­
La idea de someter a España y gustado con su padre y con Godoy,
adquirir con ello sus extensos do­ por medio de un motín estallado
minios sedujo a Napoleón. Las en Aranjuez, hizo abdicar al prime­

Fragm ento del cuadro


d e G oya titulado “ La
familia de Carlos I V ” .
Pese a su condición de
pintor de la corte, el
g e n ia i a r t is t a español
r e t r a t ó sin m ie d o ni
p ie d a d la e x p r e s ió n
abotagada del rey, así
com o el gesto arrogante
y fatuo de la reina M a ­
ría Luisa. (M u seo del
P rado.)
ro y expulsó al segundo, procla­ Aun antes de enterarse de la
mándose rey con el nombre de farsa de Bayona, el pueblo de Ma­
Fernando V II (1 8 0 8 ). drid se lanzó a la calle para atacar
El mariscal Murat, que se halla­ a los regimientos de Murat, acuar­
ba en el reino al frente de 80 000 telados en la capital; pero al cabo
hombres, aparentemente destina­ de recia lucha, fue vencido y dura­
dos a reforzar las tropas de Junot, mente castigado. El movimiento se
v isitó en ton ces a C arlos IV , de propagó, sin embargo, con la rapi­
acuerdo con instrucciones recibidas dez del rayo, y en todas partes
del emperador, y consiguió que de­ surgieron juntas de defensa, coor­
clarase nula su abdicación, por dinadas más tarde en la central
haberle sido arrancada violenta­ de Sevilla.
mente. Dos soberanos pretendían En América, la opinión repudió
así, mandar al mismo tiempo sobre unánimemente a José I. Los dele­
España y sus dominios, con el con­ gados enviados por él para comu­
siguiente desconcierto. nicar su advenimiento fueron arres­
Napoleón, continuando el plan tados, y las autoridades locales
concebido, invitó a padre e hijo juraron acatamiento a Fernando
para que fueran a conversar con VII, con la acostumbrada solem­
él en Bayona, pequeña ciudad fran­ nidad.
cesa vecina a los Pirineos. Allí, tras La guerra entablada en la pe­
una escena borrascosa. Femando nínsula resultó funesta para los
VII devolvió la corona a Carlos IV, franceses a causa de las dificulta­
quien la cedió a su amigo, el gran des del suelo, del sistema de lucha
Napoleón con la única condición por partidas sueltas que acosaban
de que España conservaría su inde­ a los invasores sin dar grandes
pendencia (5 de mayo de 1808). batallas, del carácter religioso y
El emperador proclamó rey a su patriótico de la campaña, destina­
hermano José, reconocido por un da a combatir a los herejes extran­
supuesto Congreso; los ex monar­ jeros, y de la singular crueldad
cas quedaron internados en sendos desplegada por ambas partes.
castillos de Francia. Apenas iniciadas las operaciones,
E l 2 de m ayo de 1808, en M adrid; los granaderos de M urat asaitan y toman, tras recia lucha,
e l parque de Artillería, ocupado por el pueblo sublevado a las órdenes de los capitanes Luis Daoiz
(rodilla en tierra, frente al ca ñ ón ) y Pedro Velarde (ju nto a la ru ed a ). (Cuadro de Manuel
C astellano.)

el general Pedro Dupont, enviado Napoleón comprendió toda la


a Andalucía, debió capitular en gravedad del hecho y resolvió tras­
Bailén (19 de julio de 1808), de­ ladarse personalmente a España,
rrotado por las fuerzas españolas pero temiendo un ataque repentino
del general Francisco Javier Cas­ de los austríacos durante su ausen­
taños, en cuyas filas actuó brillan­ cia, quiso conferenciar primero con
temente José de San Martín, pre­ el zar, para pedirle que los vigilara.
miado con una medalla de oro y
ascendido por ello a teniente coro­ Los dos soberanos se encontraron en
Erfurt, Sajonia, donde permanecieron die­
nel de caballería. A consecuencia cisiete días, rodeados por reyes y prín­
del contraste, José I abandonó Ma­ cipes vasallos del imperio. N a p oleón
drid. . v colmó de agasajos a su invitado, suce-
Al mes siguiente, Junot rendíase, diéndose los banquetes, desfiles militares
y representaciones teatrales; Alejandro,
a su vez, en Cintra, cercado por las por su parte, exteriorizó la más profunda
tropas anglo-portuguesas del gene­ admiración por el emperador, y cuando
ral Jorge W éllesley, futuro duque el gran actor Taima, en el curso de un
de Wéllington. espectáculo, recitó un verso que decía:
“ la amistad de un gran hombre es un
Estos descalabros alcanzaron in­ don de los dioses” , se puso de pie y miró
mensa repercusión; la leyenda de a Napoleón, como haciendo suya la frase.
la invencibilidad de las huestes A pesar de tales efusiones, la entre­
napoleónicas quedaba desvirtuada vista de Krfurt señaló el principio de la
defección del zar; Talleyrand, en efecto,
y la suerte de las armas parecía lo informó secretamente del descontento
cambiar. que reinaba en Francia y de las verda-

217
deras dificultades con que tropezaba el la del consejo de regencia. Al prin- í
emperador. Alejandro I, que prestó gran cipio existió el deseo de mantener ■
atención a estas noticias, decidió en con­
secuencia mantenerse a la expectativa. la división de los tres órdenes: ;
clero, nobleza y estado llano, pero I
Napoleón cruzó los Pirineos con tras mucha deliberación, el consejo I
de regencia convocó una cámara I
180 000 hombres a fines de 1808;
venció a las tropas que le salieron única, formada por diputados titu­
lares, elegidos por las partes libres i
al encuentro y ocupó Madrid. Una
del territorio, y otros, suplentes, en
parte de su ejército sitió a Zara­
representación de las partes ocupa­
goza, tomándola al cabo de cuatro
das por los franceses, y de América.
meses de heroica defensa, en la que
La asamblea se reunió a fines
pereció la mitad de la población.
de septiembre de 1810, cerca de
En enero de 1809, los austríacos,
Cádiz, adonde pasó el año siguien­
com o lo había sospechado Napo­
león, penetraron en el territorio de te, y adoptó el título de Cortea
Generales y Extraordinarias, decla­
la Confederación del Rin, sin que
Alejandro tratara de detenerlos. rando que en ella residía la sobe­
ranía nacional y que reconocía a
El emperador partió en seguida a
combatirlos. Fernando V II como único y legí­
A principios de 1810, las fuerzas timo rey. Luego tomó juramento
francesas entraron en Sevilla. La al consejo de regencia, que siguió
junta residente en esa ciudad se actuando como poder ejecutivo.
trasladó a Cádiz, donde fue reem­ El 19 de marzo de 1812 las
plazada poco después por un con­ Cortes aprobaron una Constitución,
sejo de regencia. Es éste el mo­ considerada durante varias déca­
mento de la sublevación de los das como modelo por los liberales
países hispanoamericanos, que con­ europeos. Comenzaba con la decla­
sideraron perdida a España. ración de que: “La Nación españo­
la es la reunión de todos los es­
pañoles de ambos hem isferios”.
Confiaba el poder ejecutivo al rey,
EL MOVIMIENTO hereditario y sin responsabilidad,
CONSTITUCIONAL EN ESPAÑA y a un ministerio responsable ante
la cámara; el poder legislativo era
La difícil situación política crea­ desempeñado por un Consejo de
da por el conflicto entre Fernando Estado y una Cámara de Dipu­
VII y su padre, hizo nacer, ya antes tados; el judicial gozaría de plena
de la entrevista de Bayona, la idea independencia. Aseguraba los de­
de convocar las antiguas cortes. rechos individuales y la libertad
Consumado el atropello napoleó­ de imprenta. Otras leyes supri­
nico, aquel propósito maduró en la mieron el Consejo de Indias y la
mente de las juntas y luego en Inquisición.

218
CAPITULO X

LOS ALBORES

R E V O LU C IO N A R IO S

Los jefes b ritá n ico s prisioneros por su derrota en ia Segunda


Invasión fueron confinados a Lujan.
A llí los v isita ro n algunos p a trio ta s, a quienes presentaron las
ve n tajas que les resultarían de a ceptar el protectorado inglés.
Su respuesta fue te rm in a n te : “ Queremos al am o vie jo o a
n in g u n o ".
¡El am o v ie jo ! Carlos IV y Fernando V II habían abdicado en
Bayona, cediendo la soberanía de España a Napoleón, quien
la co n fió a su herm ano José.
El am o nuevo era, pues, uno de los n in g u n o . Ya no había
soberanos de a fu e ra y el poder pasaba ló g ic a m e n te a los
criollos.

Pretensiones inglesas INVASIONES INGLESAS


en América
A ntecedentes.

La política británica buscó en­ 1°) El Pacto de familia, llama­


tonces contactar con los criollos, do así porque comprometía a los
demostrándoles las ventajas que Borbones de España con los de
les brindaría un co m e rcio libre, Francia, sus inmediatos parientes,
hasta entonces restringido por el obligándoles a intervenir en cual­
mezquino m o n o p o lio de los co­ quier guerra sostenida por una de
merciantes de Cádiz. Pero preten­ las partes. Como Inglaterra sostu­
dían algo más: su incorporación al vo perm anentes co n flicto s con
dominio británico, aspiración im­ Francia, su aliada tuvo que apo­
posible por las diferencias sociales, yarla con el riesgo de ver agredi­
religiosas, de idioma, costumbres, das sus colonias de América por la
etcétera. poderosa flota británica.

219
Las fábricas i n g le ­
sas c o m e n z a r o n a
p r o d u c ir en abun­
d a n c ia mercaderías
de d is t in t o s tipos
que n e c e s it a b a n
mercados que las ab­
sorbieran.

29) La n e c e s id a d de n u evos (en muchos renglones) su cliente


mercados por el comercio inglés, exclusivo.
para proveerse de materias primas
y encontrar compradores de sus 2 °) La urgencia de nuevos mer­
productos industriales. cados, debido al bloqueo continen­
tal impuesto por Napoleón, que
3 °) La ignorancia inglesa res­ cerraba los puertos de Europa al
pecto a la índole de los hispano­ comercio inglés. Aunque algunos
americanos. Suponían que los in­ le escaparon, y en otros se practi­
dígenas los recibirían pasivamente, caba un activo contrabando, fue
como un simple cambio de amos, un duro golpe para la economía
y los criollos simpatizarían con el británica.
nu evo régim en, más liberal que
el español. 39) Los planes de Miranda. El
patriota venezolano Francisco M i­
randa, radicado en Londres, fundó
C ausas in m e d ia t a s . con otros criollos establecidos allí,
o de paso, la Gran Reunión A m e­
19 ) La independencia de los Es­ ricana o Logia Lautaro. Calmo­
tados Unidos de América, que pri­ samente apoyado por el comodoro
vó al comercio inglés de los privi­ sir Home Popham, elevó en 1804
legios que le proporcionaba el ser al primer ministro inglés Pitt un

E l patriota venezolano Francisco de Miranda, prisionero en La Carraca. Arrestado por los españoles
después de un frustrado intento de em ancipación, m urió en esa prisión de la ciudad de Cádiz en 1816.
( Cuadro de Antonio M ichelena.)
vasto proyecto de invasión a va­ 69) La expedición inglesa a Co­
rios puntos de la América espa­ lonia del Cabo, a las órdenes del
ñola. Uno de ellos era Buenos Ai­ general David Baird, ocupó este
res. Por el momento quedó a la punto, lugar estratég ico porque
expectativa. dom inaba el paso del Atlántico
al océano In d ico. El alm irante
49) La guerra an glo-españ ola Popham, que comandaba la escua­
(1796-1802). Sus principales epi­ dra, tuvo allí oportunidad de reco­
sodios fueron la derrota de la es­ ger información de marinos y co­
cuadra española en el cabo San merciantes que habían estado en
Vicente (1 7 9 7 ) y la ocupación de Buenos Aires; esto le sugirió la
la isla de Menorca en España, y idea de llevar a la práctica el an­
T rin id ad, en las bocas del Ori­ tiguo proyecto de Miranda, apro­
noco, en Venezuela. bado por Pitt. Convenció a Baird,
quien le cedió parte de las tropas
5 °) La agresión contra cuatro al mando del general Guillermo
fragatas españolas. El 5 de oc­ Carr Béresford, reforzadas con un
tubre de 1804, a la altura del ca­ destacamento de artillería de la
bo Santa María, cercano a Cádiz, guarnición de la isla de Santa Ele­
un número igual de fragatas ingle­ na; en total unos 1 600 hombres.
sas de mayor poder las atacó, rin­
diendo tres de ellas y volando la P r i m e r a i n v a s i ó n . El 8 de ju­
Mercedes, a cuyo bordo perecieron nio entró en el Río de la Plata.
la esposa e hijos de Diego de Al- Después de vacilar entre dirigirse
vear, quien se salvó por hallarse a Montevideo o a Buenos Aires,
en otra de las naves, en compañía Popham se decidió por esta últi­
de su hijo Carlos, de gran actua­ ma, por ser la capital del virrei­
ción después en la Argentina. nato. El 25 desem barcaron en
La célebre victoria de Traíalgar Quilmes; al día siguiente se en­
sobre la escuadra franco-española vió contra ellos algunas milicias al
por parte de la inglesa del almi­ mando de don Pedro Arce, que
rante Nelson, muerto en la acción fueron fácilmente desbandadas, y
(21 de octubre de 1805), aseguró los invasores cruzaron el Riachue­
definitivamente la supremacía de lo por el Puente de Gálvez. Esa
Gran Bretaña. tarde el virrey Sobremonte salió
*

precipitadamente de Buenos Aires religión católica y a la propiedad


con una corta escolta, dejando ór­ privada. Luego se apresuró a cap­
denes al brigadier José Ignacio de turar los caudales que Sobremonte
la Quintana de negociar una ca­ había hecho retirar a Luján. Su
pitulación. monto excedía al millón y medio
El 27, a las 3 de la tarde, bajo de pesos fuertes, y junto con otras
una lluvia torrencial, la columna sumas secuestradas de la Real Ha­
invasora ocupó el Fuerte sin re­ cienda y el Consulado, fue remiti­
sistencia. Béresford asumió el car­ do a Londres.
go de gobernador, y lanzó una pro­ La dominación inglesa no du­
clama o fre cie n d o garantías a la raría más de 47 días. El vecinda­
U n im provisado ejército se dispone a hacer frente al invasor. Este grabado popular de la época tiene
una leyenda que reza: “ Los patriotas se preparan a resistir al invasor trem olando com o bandera el
estandarte del Cabildo de la Villa de Luján. A ñ o 1806.”

rio porteño, sobre todo la gente ford una columna de 500 hombres
joven, reaccionó apasionadamente que los dispersó el 10 de agosto
y de inmediato se aprestó a recha­ en la chacra de Perdriel (cerca
zar al invasor. Se comenzó a cavar del actual Campo de M a y o). Du­
una galería subterránea por debajo rante la lucha, Pueyrredón cayó
del Fuerte y luego hacerlo volar bajo su caballo, alcanzado por las
con una cantidad de barriles de balas; pero salió ileso, salvado por
pólvora. En la campaña el joven uno de sus hombres.
criollo Juan Martín de Pueyrredón
llegó a reunir 700 gauchos mal ar­ Santiago de Liniers, oficial de la
mados. Contra ellos envió Béres- marina de guerra, consiguió pasar
a Montevideo donde el gobernador
de la plaza, Pascual Ruiz Huido-
bro, le proporcionó 500 soldados.
A ellos se sumó el corsario francés
Mordeille con 73 marineros. Pa­
saron a la Colonia y de allí a ori­
llas del río Luján; en la marcha
fueron agregándose los gauchos
dispersos de Perdriel y un número
siempre creciente de voluntarios.
El día 10 ocuparon el Retiro y,
tras una reorganización de los con­
tingentes, atacaron el 12 de agosto
a los británicos, concentrados en

Este grabado inglés de la época muestra el de­


sembarco en Quilmes, y el disciplinado avance
de las tropas de Beresford. E n segundo plano,
el Riachuelo.

223
la Plaza Mayor; desalojados de llegada de los caudales proceden­
allí se en cerraron en el Fuerte, tes de aquí originó el envío de re­
donde izaron bandera de parla­ fuerzos. El prim ero p ro ce d ió a
mento. tomar M a ld on a d o, puerto de la
Salió Béresford y se adelantó Banda Oriental; luego llegaron su­
hacia Liniers ofreciéndole su es­ cesivamente los de Samuel Ach-
pada, que le fue devuelta en señal muty, Whitelocke (nombrado go­
de aprecio. Como Liniers otorgara bernador y general en je f e ) y
una capitulación que permitía el finalmente Roberto Craufurd.
reembarco de los vencidos con des­ A mediados de 1807 sumaban
tino a España, el vecindario y el 12 000 hombres, 20 naves de gue­
Cabildo protestaron, y la resolu­ rra y 90 transportes.
ción quedó sin efecto. Los jefes P o c o después de su llegada,
fueron enviados entonces a Luján Achmuty atacó M ontevideo y lo
y los 1200 soldados rendidos se tomó por asalto después de una
distribuyeron en distintos puntos reñida lucha. Sobremonte no ha­
del interior del país; Béresford y bía atinado a hacer nada eficaz
Pack, su segundo, consiguieron fu­ para detenerlos; ante esta nueva
garse a Montevideo, en ese m o­ prueba de incapacidad, las princi­
mento en poder de los ingleses; el pales autoridades de Buenos Aires,
p rim ero regresó a Inglaterra y el sa cerd ocio y los vecinos más
el segundo se acopló a la nueva ilustres, reunidos en el Cabildo
invasión. abierto, resolv ieron destituirlo.
Traído a esta ciudad se lo recluyó
C a b il d o a b ie r t o del 14 de en un convento hasta su envío a
agosto. A los cabildantes regula­ España.
res se sumaron 100 vecinos nota­ Ante la inminencia de un nuevo
bles. Un enorme gentío ocupaba ataque, Liniers procedió a organi­
la plaza, siguiendo ansiosamente zar militarmente a todo hombre
las deliberaciones. Decidieron con­ de 16 a 50 años, form an d o con
fiar el mando militar a Liniers y
el político a la Audiencia.
Enterados de que Sobremonte
se acercaba con refuerzos reclu­
tados en el interior, le enviaron a
tres comisionados a su encuentro
para pedirle que con firm a ra los
nombramientos hechos y no entra­
ra en la ciudad. Tras algunas va­
cilaciones, Sobremonte accedió, di­
rigiéndose a la Banda Oriental.
Mitre considera este acto como
“una verdadera revolución y la pri­
mera en que ensayó sus fuerzas el
pueblo de Buenos Aires”.

S e g u n d a i n v a s i ó n . El entusias­
mo provocado en Londres por la

Santiago de Linierj. ( ó l e o d e R alael del Villar


/ M u seo H istórico N acional.)

224
Estas banderas fueron capturadas a los regimientos ingleses durante las invasiones de 1806-1807. ( ó le o
d e Tom ás del Villar q ue se conserva en el M u seo H istórico de Luján.)

ellos un ejército de 8 600 hombres. los Corrales de Miserere (hoy Pla­


Comprendía cuerpos criollos de za Once).
infantería: los Patricios porteños, Con energía y actividad nota­
los A rrib eñ os, del in terior del bles, alentados por Martín de Ál-
país; los Pardos y Morenos, gente zaga, los Patricios y otros cuerpos
de color, los Cazadores Correnti- abrieron trincheras, levantaron
nos, naturales de esa zona, y los barricadas y formar.on “cantones”,
Granaderos de Tetrada. La caba­ grupos de combatientes instalados
llería comprendía tres escuadrones. en las azoteas. Liniers volvió al
Los españ oles formaron cinco Fuerte el día 3 de julio y rechazó
batallones, según las diversas re­ una intimación de rendirse.
giones de su patria, y los escua­ Whitelocke ordenó el ataque el
drones de Cazadores y Carabine­ día 5. Las tropas se dividieron en
ros de Carlos V. tres grupos: el del norte, a la iz­
Whitelocke dejó 2 000 hombres quierda, avanzaría por el descam­
en Montevideo y con los restantes pado para tomar el Retiro. Los
y 18 cañones desembarcó el 28 y del centro y sur desfilarían por las
29 de junio en la ensenada de Ba­ calles “sin hacer fuego bajo nin­
rragán. Algunas tentativas de Li- gún concepto”. Todos terminarían
niers para detenerlos no dieron re­ por concentrarse frente al Fuerte.
sultado y los invasores ocuparon El ala norte cumplió su cometido

225
El 7 de julio capituló White-
locke sobre la base -de la evacua­
ción de Montevideo y todo el Río
de la Plata en el término de 2 me­
ses. La defensa costó 302 muertos
y 514 heridos y causó al enemigo
alrededor de 2 500 bajas.

CONSECUENCIA DE
LAS INVASIONES

l 9) Demostraron a los criollos


su importancia como pueblo. Fue
objeto de desbordantes manifesta­
ciones de júbilo que se extendieron
por todos los ámbitos del virrei­
nato y en otros puntos más lejanos
del continente.

2 °) D espertaron el antagonis­
mo entre españoles y criollos; unos
y otros se atribuían el mayor mé­
tras un vigoroso combate. El gru­ rito de la victoria.
po central soportó durante el tra­
yecto el fuego desde azoteas y ven­
tanas; tam bién se v o lc ó agua y 3 °) Dejaron a los criollos orga­
aceite hirviendo sobre éste. Con nizados militarmente con cuerpos
en condiciones de emprender cam­
todo, cu atro colum nas llegaron
pañas de gran magnitud.
hasta el Retiro; otra se rindió ante
la iglesia de La M erced y la sexta
a tres cuadras de la de San Miguel. 4 °) Contribuyeron a la forma­
El ala sur descendió por la ac­ ción de ideales de libertad; se tuvo
tual calle Belgrano hasta Perú y la conciencia de formar un estado
dobló hacia la plaza, pero no pudo independiente capaz de sostener su
pasar de la actual calle Alsina; sus soberanía.
restos se refugiaron en la Casa
de la Virreina Vieja (Belgrano y 5 °) Activaron el m ovim ien to
Perú), rindiéndose poco después. comercial. Durante la ocupación
La parte externa de este grupo británica salieron grandes carga­
entró en la iglesia de Santo D o­ mentos de frutos del país y entra­
mingo; rodeada la manzana por ron muchas y variadas mercaderías
los defensores y bombardeada du­ inglesas, lo cual trajo una eleva­
rante 2 horas, terminó también por ción del nivel de vida, a la que no
rendirse. se quiso renunciar.

226
SU EX P A N S IÓ N

La Revolución de M a yo fu e un fenóm eno p o lítico de segre­


gación n a tu ra l y de ca rá cte r am ericano. 1"?) Obedeció al
m alestar económ ico causado por el m onopolio com ercial aún
predom inante, pese a ciertas m edidas liberales de los Bor-
bones. 2?) Respondió a l se n tim ie n to in n a to de lib e rta d p o lí­
tic a , ya m anifestado por agitaciones y d istu rb io s y expuesto
teóricam ente por los tra ta d ista s españoles, Suárez, V ic to ria y
M a ria n a (fines del 1 500 y com ienzos del 1600). 3 9) Por la
índole llana y dem ocrática de nuestra sociedad co lo n ia l, don­
de no se alca n zó a fo rm a r una nobleza poderosa y una masa
indígena sumisa. 4 9) El descontento de los criollos excluidos
de los cargos públicos. 5°) Las teorías de los filósofos y eco­
nom istas europeos del siglo X V III y de la Revolución Fran­
cesa, conocidas por los criollos cultos. 69) La a cd ó n de los
agitadores a m e r ic a n o s , en p rim e r té rm in o del venezolano
M ira n d a .
Desde su origen, la Revolución de M a yo tu v o por m eta todo
el inm enso V irre in a to . El genio de San M a rtín a m p lió aún
más el panoram a, haciéndolo am ericano. Fue uno de los fu n ­
dadores de la Logia Lautaro, cuyo fin p rin cip a l era la inde­
pendencia absoluta.

Antecedentes de la orden de proceder a la “solemne


Revolución de Mayo jura”, y así se hizo.
En agosto llegó a Buenos Aires
Bernardo de Sassenay, enviado
Liniers fue nombrado virrey del confidencial de Napoleón, para ob­
R ío de la Plata y asumió el cargo tener aquí el reconocimiento de
en mayo de 1808. A fines de ju­ José Bonaparte como rey de Es­
nio, con motivo de la ascensión de paña. La circunstancia de ser Li­
Fernando V II al trono, llegó la niers francés despertó sospechas

227
Fernando V II, rey de Espafia.

en el bando español intransigente;


para disiparlas recibió Liniers a
Sassenay en presencia de varias
autoridades y, enterado de la cues­
tión, ordenó su inmediato reembar­
co para Montevideo, donde Elío,
gobernador de la plaza, lo encar­
celó, enviándolo después a Europa.
Como el rey de Portugal estaba
casado con doña Carlota Joaquina,
herm ana de Femando VII, ese
reino, consecuente con su propósi­
to de ensanchar sus dominios en
América hacia el sur, reclamó que desde Montevideo por Francisco
se la reconociera regente absoluta, Javier de Elío, quien le envió una
por ser la pariente más cercana del carta conminándolo a presentar su
rey cautivo y admitido en España renuncia. Liniers le ordenó venir
el acceso de las mujeres al trono. a Buenos Aires para explicar su
Mujer ambiciosa y de tempera­ actitud, y com o se negara, lo des­
mento varonil, envió hábiles agen­ tituyó el 17 de setiembre. Envia­
tes a Buenos Aires y consiguió la do un marino español para que lo
adhesión de algunos patriotas co­ arrestase, Elío tuvo con él un vio­
mo Vieytes, Castelli y Belgrano. lento in cid en te, g olp e á n d o lo y
Éstos exigían la absoluta indepen­ amenazándolo con una pistola. El
dencia del virreinato con respecto maltrecho agente partió al siguien­
a Portugal com o obstáculo insal­ te día para la Colonia, y Elío se
vable para cualquier acuerdo; ante h izo con firm a r p or un C abildo
esa condición, fracasaron las ne­ abierto y asoció a su gobierno una
gociaciones. junta de vecinos de Montevideo y
La d escon fian za del elemento otros pueblos.
hispánico encabezado por Álzaga Álzaga y sus partidarios, refor­
respecto a Liniers fu e apoyad a zados así y apoyados por los cuer-
M artín de Álzaga.
Baltasar H idalgo de Cisneros.

pos de gallegos, catalanes y viz­


caínos, ocuparon la plaza mayor a
las voces de “ ¡abajo el traidor Li-
niers!, ¡Juntas como en España!”.
Una delegación acudió al Fuerte,
y atendidos por Liniers, le exigió
la renuncia. Accedió impresiona­
do; pero mientras la redactaba lle­
garon a la plaza en formación de
combate los Patricios y otros cuer­
pos criollos y dispersaron fácilmen­
te los cuerpos españoles. Saavedra
se presentó entonces en el despa­
cho donde estaban el virrey y sus
adversarios, e invitó a éstos a salir el título de Conde de Buenos Ai­
a la plaza para que se enteraran res. Incierto Cisneros de si sería
de la verdadera voluntad del pue­ bien recibido, se instaló en la Co­
blo. Su presencia provocó desbor­ lonia. Allí lo visitó Liniers, invi­
dantes exclamaciones al grito de tándolo a pasar a Buenos Aires,
“ jviva don Santiago de Liniers; no el 30 de julio de 1809. Su gobier­
queremos que otros nos manden!”. no debía durar menos de un año.
Vuelto a la sala, Liniers rompió Al mismo tiempo estallaron dis­
el acta de la renuncia. Al día si­ turbios en Chuquisaca y poco des­
guiente la Audiencia, presidida por pués en La Paz; estos últimos de
el virrey, ordenó que Álzaga y cua­ mayor gravedad porque destituye­
tro cabildantes fueran confinados a ron a las autoridades y eligieron
Carmen de Patagones, pero Elío en su lugar a una junta de crio­
despachó una nave que los condu­ llos. El virrey del Perú envió en­
jo a Montevideo. tonces un ejército para sofocar el
Enterada la Junta Central de movimiento, lo que logró merced
Sevilla de estos sucesos, nombró a la gran superioridad de sus tro­
virrey a Baltasar Hidalgo de Cis­ pas. Pedro Domingo Murillo, prin­
neros, compensando a Liniers con cipal cabecilla, fue ahorcado. Al
subir al cadalso pronunció estas
proféticas palabras: “La tea que
he encendido ya no podrán extin­
guirla los tiranos”.
O tros síntom as de próxim os
acontecimientos fueron las dos ten­
tativas del patriota venezolano M i­
randa en 1806 de expedicionar en
su patria. Ambas fracasaron. Un
colombiano, Antonio Marino, con­
movió allí con sus escritos, pero
su propaganda no llegó a concre­
tarse en una acción armada.
Aspecto actual de una calle de la histórica ciudad
de Colonia, en Uruguay.

229
El movimiento libertador El día 21, Castelli y Martín R o­
dríguez visitaron nuevam ente el
Fuerte, y el primero manifestó que
El 13 de mayo de 1810, noticias en comisión del pueblo y del ejér­
llegadas a Montevideo anunciaban cito le exigían “ la cesación del
la invasión napoleónica de Anda­ mando del v irrein a to” . Cisneros
lucía y la inminencia de la caída reaccionó iracundo, exclamando:
de Cádiz, último baluarte de la “ ¡Qué atrevimiento es éste!”, pero
resistencia española. el fiscal de la Audiencia, Caspe, lo
El 18, Cisneros lanzó una pro­ condujo a otra habitación y lo per­
clama recomendando calma y ape­ suadió a renunciar. Así lo hizo.
lando a la fidelidad de los vecinos. El mismo 21 se reunió el Cabil­
El 19, Belgrano y Saavedra pi­ do y acordó convocar, al día si­
dieron al Cabildo regular la con­ guiente, un “congreso general” con
vocación de otro abierto, con la participación de “la parte más sa­
prevención de que si no se hacía na e importante del pueblo”; a
“lo haría por sí solo el pueblo”. este efecto se hicieron y repartie­
Igual gestión realizó Castelli ante ron. p recip itad a m en te las invita­
el Síndico Procurador del Cabildo. ciones.
Enterado Cisneros, reunió el 20
en el Fuerte a los jefes militares
para preguntarles si podía contar EL CABILDO ABIERTO
con ellos. Saavedra respondió con
tibieza y el virrey los despidió en DEL 22 DE MAYO
silencio. Después de una larga de­
liberación nocturna, los patriotas
decidieron proceder. A las nueve se instalaron en la
galería alta del Cabildo, 251 de los
400 invitados; el gran número de
EL VIREY DE BUEN05-AYRES &c&c. ausentes correspondió a españoles,
que se abstuvieron de hacer abier­
A to* to el debate; el obispo Lué abogó
LIALES Y GBNBROSOS PUEBLOS en favor de la absoluta obediencia
dei Vireycaso de Buano-Ay ros.
a España. Le replicó Castelli, y
se sucedieron otros oradores; final­
mente se votó sobre si el virrey
debía ser reemplazado y por quién.
De los presentes sólo votaron 224,
por haberse ausentado los demás
en el curso de los debates. Dado
lo avanzado de la tarde se resolvió
reunirse al día siguiente para efec­
tuar el escrutinio. Con variantes
personales, 115 votaron por la de­
posición de Cisneros. Así se pro­
clamó, pero con dos agregad os:
1° que sería el Cabildo quien de­
signara la Junta de Gobierno, y

Fragmento de la proclam a de Cisneros, apare­


cida el 18 de m ayo de 1810.
Este óleo de Pedro Subercasseaux representa el Cabildo Abierto del 22 de m ayo. Los invitados se
han ubicado en la larga sala; lo nutrido de la concurrencia obliga a muchos a permanecer de pie.
E l cuadro reproduce el m om ento en que usó de la palabra Juan José Paso.

2° que ésta sería provisoria hasta para preguntarles si podían contar


que llegaran diputados del resto con ellos, recibiendo una respuesta
del virreinato. negativa.
Impacientes, los patriotas gol­
L a J u n t a d e l 24. A pesar de pearon las puertas cerradas gritan­
haber sido proclamada por bando do: “El pueblo quiere saber de qué
la cesantía del virrey, leído por el se trata”; salió Martín Rodríguez
pregonero al son del tambor en a calm arlos, y entonces cesó la
diversos puntos de la ciudad, al obstinada resistencia de Cisneros,
día siguiente, a las 9 de la mañana, quien entregó su renuncia al mo­
se designó una Junta con Cisneros mento. Más tarde un grupo de
como presidente, dos vocales adic­ criollos, encabezados por Beruti,
tos y dos patriotas, Saavedra y presentó una lista que contenía
Castelli. los nombres de una Junta de go­
Convocados los elegidos se pre­ bierno, avalada por num erosas
sentaron en el Cabildo entre salvas firmas.
de artillería y repique de campa­ Aceptada, tras algunas objecio­
nas. La reacción patriota contra nes, los componentes de la misma
esa maniobra fue tremenda: “Un fueron convocados y tomaron in­
rugido popular”, dice el historiador mediatamente posesión de sus car­
Groussac. Castelli y Saavedra re­ gos. Éstos eran: Comelio Saave­
nunciaron, y sus colegas los imi­ dra, presidente; Mariano Moreno
taron. y Juan José Paso, secretarios, y
Manuel Alberti, Miguel de Azcué-
E l d ía 25. N o obstante la llu­ naga, Manuel Belgrano, Juan José
via, la Plaza M ayor desbordó de Castelli, Juan Larrea y Domingo
gente. El Cabildo se reunió a las Matheu, vocales. Nueve en total;
8 y, tras larga deliberación, llamó los dos últimos nativos de Espa­
a los jefes de los cuerpos militares ña, los recientes electos se trasla-

231
E l C a b ild o y la plaza despu és llam ad a d e M a y o co n stitu y e ro n el m a rco d e lo s aco n te cim ie n to s de 1810.
( Ó l e o d e C . C a r n a c i n i , q u e e v o c a su a s p e c t o en e s a é p o c a . )
Los m iembros de la Primera Junta: 1, Cornelio
Saavedra; 2, M ariano M oreno; 3, Juan José Pa­
so; 4, M anuel B elgrano; 5, Juan José Castelli;
6, Juan Larrea; 7, D om ingo M atheu; 8, Manuel
Alberti, y 9, M iguel de Azcuénaga.

daron al Fuerte, saludados en el


trayecto por clamorosas expresio­
nes de júbilo.
El acta de institución de la Jun­
ta contenía un reglamento que fi­
jaba sus atribuciones y las prime­
ras disposiciones, una de las cuales
fue reclamar obediencia a las au­
toridades civiles y militares.
Comunicada la instalación a los
centros del virreinato, fue recono­
cida en el mes de junio por 15 ciu­
dades y pueblos; 7 más lo hicieron
en el curso de setiembre. Resistie­
ron Montevideo, sometida a Elío;
el Alto Perú, ocupado por el ejér­
cito realista, y Córdoba, por in­
fluencias de Liniers, apoyado por
el gobernador intendente, el obispo
y altos funcionarios.
Sin perder tiempo, se acordó en­
viar expediciones a esos lugares y
al Paraguay, que denotó una po­
sición ambigua.

EXPANSIÓN DEL MOVIMIENTO:


EL INTERIOR

l 9) Expedición al Norte. Par­


tió el 9 de julio de 1810; contaba
con 1 150 hombres al mando del
coronel Francisco Antonio Ortiz de
Ocampo. Al entrar en territorio
de Córdoba, los contrarrevolucio-
La casa de Liniers en Alta Gracia, Córdoba.

Se acordó un armisticio (suspen­


narios huyeron, pero fueron perse­ sión de la lucha) de cuarenta días,
guidos y capturados. L le g ó de pero antes de que venciera atacó
Buenos Aires la orden de fusilar­ el jefe español por sorpresa y ob­
los, con excepción del obispo, por tuvo un completo triunfo, seguido
su carácter sacerdotal. La orden del desbande y dispersión de los
se cumplió en la posta de Cabeza patriotas; sólo un pequeño núcleo,
del Tigre el 26 de agosto. Pere­ dirigido por Juan Martín de Puey-
cieron Liniers, el gobernador in­ rredón, pudo retornar hasta Jujuy.
tendente Gutiérrez de la Concha
2° ) A l Paraguay. P artió de
y los funcionarios Allende Moreno
Buenos Aires y concentró sus efec­
(ningún parentesco con Mariano)
y Rodríguez. Por su actitud vaci­ tivos en “La Bajada” (hoy Paraná,
Entre R íos); en el mes de octubre
lante, Ocampo fue separado del
llegó a Misiones y en diciembre
mando en noviembre y reemplaza­
do por Antonio González Balcarce. cruzó el río Paraná, en Campi­
chuelo. Contra lo que Belgrano
Éste siguió rumbo al norte y
tras sufrir un ligero contraste en suponía, fue mal recibido por la
población, que huyó llevándose el
Cotagaita, o b tu v o un com p leto
ganado. Pese a ello siguió avan­
triunfo sobre el ejército realista
zando hasta las vecin d a d es de
en Suipacha el 7 de noviembre,
Asunción.
primera gran victoria patriota. Los
vencedores avanzaron hasta el río Allí fue vencido por las tropas
Desaguadero, que marcaba el lí­ del gobernador Bernardo Velasco
mite con el v irrein ato del Perú. (enormemente superiores), el 19
Allí los esperaba el general Go- de enero de 1811.
yeneche con un fuerte ejército.
Tenazmente perseguido por el no para negociar la incorporación
comandante Cavañas, y rodeado del Paraguay, pero sólo consiguió
en torno de un cerrito, llamado un tratado de amistad, que de he­
desde entonces “de los Porteños”, cho dejó separado el territorio pa­
ofreció una heroica resistencia. Al raguayo.
día siguiente firmó una capitula­
ción que permitió a los vencidos 3 °) A la Banda O riental. El
retirarse del territorio con sus ar­ vocal Paso concurrió a Montevi­
mas y bagajes. deo para negociar con un Cabildo
En mayo los paraguayos depu­ abierto, pero éste le exigió como
sieron al gobernador Velasco, re­ medida previa reconocer la autori­
emplazándolo por una Junta de dad del Consejo de Regencia de
tres miembros. Alentado por ello, Cádiz. Poco después llegaba Elío
el gobierno patrio envió a Belgra- de España con el título de Virrey.

236
Con esto quedaron definitivamente Cerca de allí chocó contra una
rotas las relaciones. La campaña columna realista, venciéndola am­
uruguaya se sublevó entonces; los pliamente en Las Piedras (18 de
primeros en hacerlo se pronuncia­ m ayo); luego sitió a la ciudad.
ron en lo que se llamó el “grito Elío solicitó entonces ayuda a la
de Asencio” (nombre del lugar) corte portuguesa, que mandó 3 000
el 28 de febrero de 1811, difun­ hombres que penetraron en terri­
diéndose rápidamente. D e Buenos torio oriental. Al mismo tiempo
Aires enviaron tropas a las órdenes una escuadra realista bombardeó
de Rondeau. Buenos Aires sin causar mayores
daños.
A r t i g a s . José Gervasio Artigas, Manuel de Sarratea, enviado a
nacido cerca de M o n te v id e o en R ío de Janeiro con el apoyo de
1764, ingresó en el cu erp o de Lord Strangford, influyente emba­
Blandengues, especie de policía ru­ jador inglés, gestionó el retiro de
ral. Actuó con Liniers en la Re­ los invasores, y ante la demora en
conquista y fue promovido al ran­ ser atendido negoció un arreglo di­
go de teniente coronel. Vuelto a recto con Elío, quien accedió a fir­
su patria, R on d ea u le c o n fió el mar un armisticio el 20 de octubre.
mando de su vanguardia y en ma­ Los patriotas evacuarían la Banda
yo marchó con ella sobre la ca­ Oriental y el jefe español haría re­
pital uruguaya. tirarse a los portugueses. Artigas

237
“ É xodo del pueblo oriental” . ( Óleo de M elchor M éndez M agariños.) B ajo la conducción de Artigas,
millares de hombres y mujeres emigraron a Entre R íos. ( Palacio Legislativo de M on tevid eo.)

no aceptó el convenio y dirigió el El más importante ocurrió en


llamado “éxodo oriental”. Millares Venezuela, donde adueñados del
de hombres, mujeres y niños aban­ poder los patriotas proclam aron
donaron sus hogares y tras largas el 5 de julio de 1811 la república,
y fatigosas marchas se instalaron libre e independiente. Fue el pri­
en el norte de Entre Ríos, acam­ mer Estado americano en hacer
pando sobre el arroyo Ajuí (algo una declaración tan definida.
al norte de la actual Concordia).
En mayo de 1812 los portugueses D i s e n s i o n e s i n t e r n a s . N o tar­
se retiraron por un pacto celebra­ daron en delinearse dos tendencias
do con el Triunvirato, nueva forma en el seno de la Junta, la conser­
del gobierno patrio. vadora, encabezada por Saavedra,
partidaria de un cambio lento y
gradual, y la demócrata, por M o­
reno, que pretendía una transfor­
Relaciones con los mación rápida y radical. Para ce­
lebrar la victoria de Suipacha, la
movimientos revolucionarios
oficialidad del regimiento de Pa­
hispanoamericanos tricios organizó un banquete en ho­
nor de su jefe Saavedra, al que
La Junta destacó a Chile a An­ acudió la mujer de éste. En los
tonio Álvarez Jonte para conseguir brindis, un capitán llamado Duar-
la alianza con un gobierno propio te proclamó a Saavedra “empera­
instalado allí; se proyectó un tra­ dor de América”, disparate inspi­
tado político-comercial con el nom­ rado por su estado de embriaguez.
bre de la Unión del Sur. Simultá­ Enterado Moreno, el 6 de diciem­
neamente llegó a su conocimiento bre presentó a la Junta un “De­
la noticia de otros levantamientos creto de honores”, que admitía que
en distintos virreinatos y capita­ éstos fueran tributados a la Junta
nías generales de Hispanoamérica. en g en era l, p e r o nunca a ninguno

238
Cornelio Saavedra. ( Óleo de B. Marcal / M useo
Histórico N acional.)

de sus miembros en particular. En


cuanto a Duarte, lo condenaba al
destierro, sin que le valiera de dis­
culpa su borrachera, de acuerdo
con un párrafo que todavía suele
repetirse hoy: “Ningún habitante
de Buenos Aires (por extensión
ningún argentino) ni ebrio ni dor­
mido debe tener expresiones con­
tra la libertad de su país”. Saave­
dra aceptó serenamente, sin obje­
tarla, la declaración.
Poco después otro incidente to­
davía más serio tuvo un desenlace
mayor. Por la circular del 27 de
mayo la Junta anunciaba que los
diputados llegados del interior se­
rían incorporados a ésta. Moreno
y los demócratas interpretaron que
no debían integrar la Junta, sino tar la decisión, no obstante estar
formar un cuerpo aparte; en cam­ interesados en el resultado. Admi­
bio, Saavedra, tomando el término tido esto, a pesar de la oposición de
“incorporar” al pie de la letra, sos­ Moreno, por gran mayoría entra­
tuvo que debían incluirse en ella. ron a formar parte del gobierno.
En diciembre eran catorce los Moreno presentó su renuncia in­
llegados que reclamaban su incor­ mediatamente. A unque ésta no
poración. El 18 de diciembre fue­ le fue expresamente aceptada, en
ron admitidos en una sesión, y, la práctica se le sustituyó en su
tras un debate, se les permitió vo­ puesto de secretario por Hipólito
Vieytes.
Poco después la Junta Grande
encargó a Moreno una misión di­
plomática en el Brasil e Inglaterra.
Embarcó en una goleta con su her­
mano Manuel y el joven Tomás
Guido. Cayó gravemente enfermo;
la ausencia de médicos y la esca­
sez de remedios a bordo hizo que
se le administrara un violento vo­
mitivo, que contribuyó a su muer­
te el 4 de marzo de 1811. Sus úl­
timas palabras fueron: “ ¡Viva mi
patria aunque y o perezca!”. La
falta de elementos necesarios para
embalsamarlo obligó a arrojarlo al
mar.

M a ria n o M o r e n o . ( Ó l e o d e P

239
M ariano M oreno muere a bordo de la goleta inglesa en viaje a Inglaterra en misión diplom ática. Lo
asisten su hermano Manuel y Tom ás Guido.

M del 5 y 6 de
o v im ie n t o E l T r i u n v i r a t o . El fracaso de
La tirantez entre saave-
a b r il . las expediciones libertadoras alar­
dristas y morenistas hizo crisis el mó la opinión y decidió un cambio
5 y 6 de abril. Elementos de los de g o b ie r n o : el poder ejecutivo
suburbios, manejados por algunos quedaba c o n c e n t r a d o en tres
“alcaldes” de barrio, se juntaron miembros; los otros componentes
en la Plaza Mayor en la noche constituirían una “Junta conserva­
del 5 y la madrugada del 6 y pre­ dora”, con los diputados de las pro­
sentaron una nota; el C abildo, vincias y los de la capital.
cómplice, la elevó al Fuerte, obte­ Los tres miembros electos fue­
niendo la separación de los más ron Feliciano Chiclana, Manuel de
notorios demócratas y su reempla­ Sarratea y Juan José Paso, con
zo por algunos de sus cabecillas. tres ministros adjuntos: Bernardi-
g an M a r t ín retom a a la patria. ( D ibujo de
F ortany.)

no Rivadavia, de Guerra; José Ju­


lián Pérez, de Gobierno, y Vicente
López, de Hacienda.
No tardó en producirse una ti­
rantez entre la Junta Conservado­
ra y el Triunvirato respecto de sus
respectivas atribuciones. La Jun­
ta dictó en su favor un Reglamen­
to Orgánico, que el T riu n vira to
anuló al mes siguiente, afirmando
su superioridad en un “Estatuto
Provisional”.
Diversos acon tecim ien tos em­
peoraron la situación; los soldados
y jefes subalternos del cuerpo de
Patricios se sublevaron contra la
orden de cortarse una trenza, pen­
diente del hombro, ostentada co­
mo signo particular de distinción.
Fueron en ton ces sitiados en su El Triunvirato reconoció a San
cuartel, con el decisivo apoyo de Martín el grado de Teniente Co­
las tropas que acababan de regre­ ronel y le encargó la formación de
sar del sitio de Montevideo. La un cuerpo de caballería, teniendo
Junta de Observación fue disuelta por segundo a Alvear.
y sus miembros recibieron orden Con genio y paciencia se pro­
de alejarse de Buenos Aires dentro puso y logró crear un cuerpo mo­
de las 24 horas. delo, el regimiento de Granaderos
Buenos Aires asumió el estado a Caballo. A poco de su llegada,
de provincia, bajo el gobierno de se descubrió una conspiración or­
Azcuénaga. Se convocó una asam­ ganizada por Álzaga para deponer
blea con cabildantes, 100 vecinos al Triunvirato y establecer un go­
porteños y algunos delegados del bierno adicto a España. Denuncia­
interior, con el cargo de asesorar da por algunos de sus componen­
la conducta del Triunvirato, pero tes, el gobierno actuó con terrible
este la disolvió sin que llegara a energía el 6 de julio. Álzaga fue
funcionar. arrestado y fusilado el mismo día
en la P laza M a y or; hubo otras
condenas a muerte y penas me­
L legada de Sa n M a r t ín . El 9 nores.
de marzo de 1812 fondeó en el De la obra del Triunvirato cabe
Puerto de Buenos Aires la fragata citar el decreto de Libertad de Im­
Jorge Canning, a cuyo bordo ve­ prenta, el de seguridad individual,
nían San Martín, Alvear y otros que garantizaba los derechos hu­
oficiales de carrera, instruidos en manos, y el de justicia, que supri­
a ciencia y el arte de la guerra, mía la Audiencia y la reemplazaba
confiada hasta en ton ces a jefes, por otras au toridades judiciales.
c°n muy pocas excepcion es, im­ También se prohibió en lo suce­
provisados. sivo la trata de esclavos.

241
Este antiguo grabado muestra el cuartel de R etiro, en donde San M artín disciplinó al regimiento
de Granaderos a Caballo. La elevada m oral militar infundida por el procer sirvió de ejem plo
a los defensores de la libertad nacional.

M a r tín de Á lz a g a , c a b e cilla d e un m o t ín q u e n o a lca n z ó a estallar, se co n fie sa m o m e n to s antes


de su e je c u c ió n . ( Ó l e o d e V i e y r a , e x i s t e n t e en e l M u s e o H i s t ó r i c o N a c i o n a l .)
L os m ilitares recién llegados de su superioridad naval, inició
formaron una sociedad política se­ una serie de ataques sorpresivos a
creta: la Logia Lautaro, cuyo fin poblaciones del litoral del Paraná.
principal era la inmediata y abso­ A fin de contrariarlos se levanta­
luta independencia y la sanción de ron baterías en el pueblo de Ro­
una constitución política. Para ello sario, con su consiguiente guarni­
era indispensable asumir el gobier­ c ió n '^ cargo de Belgrano. El 13
no. Ciertas torpezas de los miem­ de febrero éste pidió permiso para
bros del Triunvirato favorecieron que los soldados llevaran en el
la empresa. ojal de su uniforme una escarape­
El 8 de octubre de 1812 los re­ la celeste y blanca. El Triunvira­
gimientos, inclusive el de Grana­ to la aceptó por decreto el 18 de
deros, depusieron al Triunvirato y febrero de 1812; animado por es­
designaron otro formado por Pa­ ta aprob a ción , Belgrano decidió
so, Rodríguez Peña y Antonio Ál- izar banderas con los mismos co­
varez Jonte. En el curso de su lores en las baterías, mediante una
duración, Paso fue sustituido por solemne cerem onia cu m plida el
José Julián Pérez, y éste a su vez 27 de lebrero de 1812, fecha de la
P o r Juan Larrea; Álvarez Jonte lo inauguración de nuestra bandera.
fue por Gervasio de Posadas. Esta vez el Triunvirato lo de­
saprobó, ordenándole arriarla. An­
La a c c ió n m ilita r . Vuelto Elío tes de enterarse de esto, Belgrano
a España, fue sustituido por el ge­ pasó a hacerse cargo del Ejército
neral Antonio Gaspar de Vigodet. del Norte, acuartelado en Jujuy, y
®1 20 de octubre de 1811 rompió allí la volvió a ostentar en solem­
Un armisticio que se había con­ ne ceremonia el 25 de mayo. El
certado con los patriotas y, valido Triunvirato consideró esto un de­

243
sacato a sus órdenes y lo apercibió Belgrano llegase del norte y Tris­
severamente; Belgrano aclaró su tán del sur.
conducta e informó de su inmedia­ El 20 de febrero de 1813 se li­
to retiro, agregando que acaso vol­ bró la batalla de Salta, muy encar­
vería a flamear el día de una gran nizada, que terminó con una com­
victoria. Así sucedió efectivamen­ pleta victoria de Belgrano. Al día
te, izándola después de la batalla siguiente se rindió lo que quedaba
de Tucumán, a principios del año del ejército realista: 2 generales,
siguiente. 7 jefes, 117 oficiales y 2 636 sol­
dados. Éstos fueron puestos en li­
bertad bajo juramento de no vol­
T u c u m á n y S a l t a . En agosto
ver a combatir, aunque muchos no
de 1812 penetró por el valle de
lo cumplieron. Belgrano fue pro­
Humahuaca un poderoso ejército
movido a general, pero rehusó el
realista, al mando del general Pío
ascenso. Se resolvió obsequiarle
Tristán. El día 23, Belgrano aban­
40 000 pesos, suma entonces muy
donó Jujuy seguido por la masa
importante, que él dedicó a fun­
de la población, episodio conocido
dar 4 escuelas.
com o el “éxodo jujeño”.
El 3 de setiembre la retaguar­
dia patriota y la vanguardia rea­ V IL C A P U G IO Y A Y O H U M A . El
lista chocaron junto al río Las Pie­ virrey del Perú alistó un nuevo
dras. Como el éxito le favoreciera, ejército de 4 500 hombres puesto
Belgrano decidió esperar en Tu­ a las órdenes del general Joaquín
cumán, en lugar de retroceder has­ de la Pezuela. Éste consiguió sor­
ta Córdoba, según las instrucciones prender a Belgrano en la pampa
recibidas de Buenos Aires. Allí se de Vilcapugio, acción que quedó
libró el 24 de setiembre una re­ indecisa por un tiempo y concluyó
ñida batalla, term inada con el con la derrota de los independien­
triunfo patriota. Belgrano avanzó tes. Sin perder el ánimo, Belgrano
entonces en persecución del ene­ consiguió rehacer sus tropas y el
migo, y mediante acertadas manio­ 14 de noviembre trabó nueva lu­
bras logró interponerse entre Tris­ cha en la pampa de Ayohuma.
tán, acampado en Salta, y el Alto Después de 3 horas de desespe­
Perú, de tal manera que el frente rada pelea, nuestro ejército quedó
de lucha quedó invertido, como si virtualmente deshecho. Sus restos
Estado actual de la posta de Yatasto, declarada lugar histórico. A llí, Juan M artín de Pueyrredón
delegó el mando del E jército del N orte en M anuel Belgrano.

regresaron a Salta; en la Posta de


Yatasto, Belgrano entregó el man­
do a San Martín, designado para
sucederle.

C o m b a t e d e San L o ren zo .
L le g a b a é ste con la fa m a de su
tr iu n fo e n S a n L o r e n z o , d o n d e , c o n
su r e g im ie n to d e G r a n a d e r o s a C a ­
b a llo con cen tra d o tra s la s t a p ia s
d e l c o n v e n t o , la n z ó u n a b r io s a c a r ­
ga q u e s o r p r e n d ió a l e n e m ig o , d e ­
s e m b a r c a d o p o c o a n tes. L o a ta có

por los dos flancos, obligándolo a


refugiarse en las naves con graves
pérdidas. San Martín, que enca­
bezaba una columna, recibió una
descarga que mató su caballo, ca-
E l c o n v e n to d e S an C a rlos, en la posta de San
L o r e n z o , testigo de la d errota realista.

245
Este óleo de Eduar­
do de M artino mues­
tra el com bate que
tuvo lugar frente a
M ontevideo entre la
escuadra española y
las naves de Guiller­
m o Brown, que ob­
tuvieron allí un re­
sonante triunfo (m o ­
y o de 1 8 1 4 ).

yendo con él en tierra; un realista a marinos extranjeros de buques


trató de atravesarlo con su bayo­ mercantes, y la pelea, a nativos,
neta, pero lo derribó el granadero de poca o ninguna experiencia.
llamado Baigorria. Juan Bautista Asumió el mando el marino ir­
Cabral a su vez desmontó y tomó landés Guillermo Brown, residente
a San Martín por los sobacos para en Buenos Aires. La escuadra es­
alzarlo; con eso descuidó su defen­ pañola comprendía 14 naves de
sa recibiendo dos heridas mortales. guerra y 8 m ercantes arm ados.
En su agonía exclamó: “ ¡Muero Brown operó contra ella en M on­
contento, hemos batido al enemi­ tevideo, y la destruyó completa*
go!”. A la sombra de un pino, hoy mente al cabo de 3 días de ope­
legendario, San Martín alcanzó a raciones (14 a 17 de m ayo).
redactar el parte de la victoria. En ese momento tomó el man­
do de las fuerzas sitiadoras Carlos
Segun do s it io d e M o n t e v id e o .
de A lvea r, quien debió afrontar
In icia d o en el mes de octubre, también las hostilidades de Arti­
afrontó dos serios obstáculos: las gas. La situación del enemigo se
disidencias entre las tropas envia­ volvió pronto insostenible por la
das de Buenos Aires y las de Ar­ falta de víveres y hasta de agua
tigas, que m aniobraban por su
cuenta, y el dominio de la vía ma­
rítima y fluvial por los sitiados,
que les permitía procurarse víve­
res mediante saqueos a las pobla­
ciones de nuestro litoral y recibir
pertrechos y refuerzos de España
(uno de ellos de 2 000 hombres).
Se imponía el bloqueo y a ese
efecto el Triunvirato adquirió 12
barcos mercantes, los adaptó para
la lucha y los tripuló con un millar
de hombres. Confió las maniobras
Carlos de Alvear. (Según un cuadro d e autor
anónimo existente en el M u seo H istórico Na­
cional. )

246
potable; iniciadas las negociacio­ Los comienzos de nuestra
nes, Vigodet capituló el 24 de ju­
nio de 1814, con 6 000 hombres
soberanía
y un enorme material bélico. Ro-
marate, segundo jefe naval, lo hizo
a su vez en Concepción del Uru­ LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII
guay, donde se había refu gia d o
después de un encuentro en Mar­ Fue convocada por el Triunvi­
tín García. rato; se formó con cuatro diputa­
A p o g e o d e A r t i g a s . Aunque el
dos por Buenos Aires, dos por ca­
caudillo oriental celebró un pacto da capital de provincia y uno por
con Alvear, no llegó a concretar­ cada ciudad menor. Tucumán, una
se. El Directorio destacó entonces de éstas, enviaría también dos co­
contra él una columna al mando mo homenaje especial por el triun­
del coronel Dorrego, pero fue ven­ fo obtenido allí.
cida en el combate de Guayabos. La Asamblea se reunió el 31 de
Artigas resolvió entonces evacuar enero de 1813, declarán dose so­
la Banda Oriental, y se estableció berana, y eligió como presidente a
en el campamento de “La Purifi­ Alvear y como secretarios a José
cación”. Creó una bandera y un Valentín Gómez e Hipólito Viey-
escudo y asumió el título de “Pro­ tes. En el período de febrero a
tector de los Pueblos Libres”. Ex­
noviembre votó 114 resoluciones;
tendió su influencia sobre Entre luego, perturbada por intrigas, con­
Ríos, Corrientes y algunas antiguas cluyó por ser disuelta el 15 de
misiones jesuíticas y contó con la abril de 1815. Declaró libres a los
adhesión de los federales de Santa esclavos nacidos desde el día de su
Fe y Córdoba. El año 1815 seña­ inauguración y a los fugitivos de
ló el apogeo de su poder.
otros lugares “por el solo hecho
de pisar el territorio de las Provin­
cias Unidas”; abolió la mita, el tri­
buto, y todo otro gravamen que
pesara sobre los indios. Suprimió
los títulos de nobleza y los “ma­
yorazgos”, que consagraban here­
dero de todos los bienes de familia
al hijo mayor, en detrimento de
sus hermanos; ordenó la acuña­
ción de monedas con el sello de
la Asamblea, que era nuestro es­
cudo, y la inscripción “En Unión
y Libertad”, y en el reverso un
sol, rodeado por la leyenda “Pro­
vincias del R ío de la Plata”.
Declaró feriado el 25 de mayo;
proclamó la independencia de la
Iglesia argentina de toda autori­
dad eclesiástica española y regla­
mentó la actividad de las órdenes

M onum ento a Artigas en M ontevideo, Uruguay.

247
Anverso y reverso de las monedas acuñadas por la
Asamblea de 1 813: en una de las caras se destaca el
escudo, en la otra el sol.

Tres Cruces, que resolvió recono­


cer a la Asamblea Nacional, siem­
pre que ésta reconociera a su vez
la confederación que había esta­
blecido con sus provincias adictas,
y enviar a cinco diputados, uno por
cada ciu dad con C a b ild o y dos
por Montevideo.
Éstos llevaban instrucciones, v o­
tadas el 13 de abril, respecto a
cu atro puntos fu n dam en tales:
l 9, independencia de España; 2°
retención por parte de cada pro­
vincia de todos los poderes “no
expresamente delegados al gobier­
no Central”, y ejercer el derecho
de aprobar o rechazar una Cons-»
titución que sancionara la Asam­
blea; 39, garantizar la igualdad,
religiosas. El 11 de mayo aprobó libertad y seguridad de los ciuda­
la letra de nuestro Himno Nacio­ danos y la tolerancia religiosa, y
nal y la música del maestro cata­ 4° la capital debía establecerse
lán Blas Parera. “previa e indispensablemente”, fue­
ra de Buenos Aires.
La Asamblea rechazó en sesión
A c t i t u d d e A r t i g a s . Inauguró secreta los diplomas de los dipu­
por su parte un congreso en el tados orientales y quedaron rotas
mes de abril en la localidad de las relaciones con Artigas.

E l Him no es cantado por primera vez en los salones de la señora M aría Sánchez de Thom pson. ( Óleo
de P. Subercasseaux / M u seo H istórico N acional.)
Artigas inaugura el congreso de Tres Cruces, celebrado en abril de 1813. D e allí surgieron las Ins­
trucciones que portaban los diputados orientales. ( Cuadro d e Pedro Blanes V iale.)

E l D i r e c t o r i o . El 21 de ene­ Consultivo, con un presidente que


ro de 1814, a pedido del propio reemplazaría al Director en caso
Triunvirato, la Asamblea concen­ de enferm edad, un secretario y
tró el poder en una sola persona siete vocales, tres de ellos los mi­
con el título de “Director Supre­ nistros designados por el Director.
mo”, elig ien d o para el cargo a
Gervasio Antonio de Posadas. Un
N u e v a s d iv is io n e s t e r r it o r ia ­
decreto del día 26 fijaba sus atri­
les. Buenos Aires se erigió en in­
buciones; com o insignia de su cargo
tendencia (enero de 1812); de la
debía llevar en las ceremonias una
de Córdoba se desprendió la de
banda a través del pecho, blanca
La Rioja, y la de Cuyo se dividió
en el centro y azul en los costados.
en tres: Mendoza, San Juan y San
Se creaba adem ás un C on sejo
Luis. En 1814 se creó la de M on­
tevideo o Provincia Oriental, que
incluía a Entre Ríos y Corrientes;
de la intendencia de Salta (con
Jujuy) se separó la de Tucumán
con Catamarca y Santiago del Es­
tero.

M i s i o n e s d i p l o m á t i c a s . A fi­
nes de diciem bre de 1814 par­
tieron Belgrano y R ivad av ia en

Gervasio Antonio Posadas, primer Director Su­


prem o de las Provincias Unidas del R ío de la
Plata.

249
misión diplomática frente a Ingla­ Alvear, ya en Córdoba, debió re­
terra y Fernando VII, ya restable­ gresar a Buenos Aires.
cido en el trono. En Río de Janei­ Pero la Logia de allí impuso la
ro se les unió Manuel José García, renuncia a Posadas y lo reempla­
y en Londres, Sarratea. Aquí las zó por Alvear; el acto fue en ge­
gestiones pasaron por curiosas in­ neral repudiado en el resto del país
cidencias, sin resultados positivos. y, tras diversas agitaciones, el Ca­
Belgrano regresó en noviembre de bildo de Buenos Aires, apoyado
1815 y Rivadavia inició gestiones por una parte de las propias fuer­
para pasar a España, con la garan­ zas de Alvear, exigió la destitución
tía de que se respetaría su liber­ de éste, la disolución de la Asam­
tad. Recién la obtuvo en mayo blea, y el arresto y proceso de Po­
de 1816 y a poco de estar se pro­ sadas, sus ministros y numerosos
dujo en Tucumán la Declaración funcionarios.
de la Independencia; indignado el Alvear partió para Río de Ja­
ministerio español, recibió la orden neiro, haciéndose cargo del mando
de salir inmediatamente del reino. Juan José Viamonte. El 20 de
abril de 1815, electores designados
R e n u n c ia d e P o s a d a s y d ir e c ­ de entre cierto número de vecinos,
t o r io de A lvear. A le n t a d o por por decisión del Cabildo, confiaron
s u t r i u n f o c o n la t o m a d e M o n t e ­ el cargo de Director Supremo a
v id e o , A lv e a r o b t u v o e l m a n d o d e l Rondeau, vigilado por una Junta
E j é r c i t o d e l N o r t e , q u e h a b ía d e ­ de Observación de cinco miembros.
ja d o en m a n o s d e R o n d e a u , p a ra El 16 de mayo promulgó un Es­
e m p re n d e r una n u e v a ca m p a ñ a al tatuto Provisional, organizando el
A lto P erú . P e r o la o f i c i a l i d a d d e país; su disposición más importan­
d ic h o e jé r c ito se s u b le v ó m a n te ­ te ordenaba la convocación de un
n i e n d o la j e f a t u r a d e R o n d e a u , y Congreso en Tucumán.
Rondeau no llegó a asumir el
mando, que quedó en manos de su
segundo, Álvarez Thomas, durante
11 meses (m ayo de 1815 a abril
de 1816). El principal aconteci­
miento de este período consistió
en el enfrentamiento con Artigas,
apoyado en Santa Fe por Estanis­
lao López, quien iba surgiendo a
su vez como primera figura. Se en­
vió una expedición contra ellos a
cargo de Viamonte, la cual llegó
hasta la mencionada ciudad, don­
de tuvo que rendirse. Siguieron
varias tramitaciones entre los ven­
cedores que con clu y eron con la
renuncia de Álvarez Thomas y el
nombramiento de González Bal-
carce.

José Rondeau, nom brado D irector Suprem o en


1819. ( ó l e o de G aetano Gallina / M u seo H istó­
rico Nacional.)
Ig n a cio Á lv a r e z T h o m a s. ( D ib u jo d e J. B a z .)

lumna realista fue derrotada en La


Florida (25 de mayo de 1814).
En cambio se sufrió un contras­
te en El Tejar (febrero de 1815).
Los patriotas retrocedieron hasta
Javí, en la frontera jujeña, donde
consiguieron un brillante desquite
en Puesto del Marqués. Alentados
por ello, los patriotas invadieron
de nuevo el Alto Perú al man­
do de Rondeau. Después de al­
gunas maniobras desafortunadas
fueron acorralados en Sipe Sipe,
donde los derrotaron totalmente
(29 de octubre de 1815).
El Alto Perú quedó así defi­
nitivamente perdido. En Tucumán
se levantó un campamento forti­
E l A l t o P e r ú . L os vencedores ficado llamado La Ciudadela, que
de Ayohuma procuraron sacar ven­ sirvió en lo sucesivo de cuartel
taja de su victoria, pero los patrio­ general. En agosto de 1816 asu­
tas de la región, organizados por mió Belgrano el mando.
Warnes y Arenales, les opusieron Desde ese momento hasta 1821
encarnizada resistencia. Cerca de la defensa de la frontera quedó
Santa Cruz de la Sierra una co- en manos de los gauchos nativos,

Este dibu jo de Alcides d ’ Orbigny muestra el aspecto que tenían, en la época de las guerras de la
independencia, las aldeas del A lto Perú (actualm ente B oliv ia ).
con algunas pocas tropas de línea, jurar a su oficialidad y tropa que
bajo la inteligencia genial y he­ seguirían p elea n d o hasta la vic­
roica de Martín Miguel Güemes. toria.
Perteneciente a una de las princi­
pales familias de ab olen g o, éste B u c h a r d o . Otra hazaña memo­
estuvo en Suipacha y Huaqui y rable de esta época fue la campa­
quedó de gu arn ición en Buenos ña realizada con la fragata La Ar­
Aires, hasta que San Martín, con gentina, que duró 2 años (1 8 1 7 /
intuición genial, lo llevó consigo 19) y completó la primera vuelta
al tomar el mando en reemplazo al mundo después de haber reco­
de Belgrano. rrido los archipiélagos del Pacífico
Todas las invasiones realistas, y su costa americana, venciendo a
dirigidas por sus mejores genera­ corsarios, desembarcando en varios
les (Pezuela, Olañeta, Canterac), puntos de California y M éxico y
entre 1814 y 1821, terminaron por sembrando el terror en el enemigo.
fracasar. El 7 de junio de 1821, En su viaje, rescató a la corbe­
Güemes fue mortalmente herido, ta corsaria argentina Chacábuco,
muriendo el 17 de junio, en pleno detenida en las islas Hawai, y con­
bosque, a la sombra de un cebil siguió que el rey del lugar recono­
colorado; próximo a la agonía, hizo ciera la independencia argentina.

252
Los d iputados que fo rm a ro n el Congreso eran personas de
probado pa trio tism o . Como en todas las asambleas de la re­
vo lución, predom inaban en el Congreso los eclesiásticos, en­
tre ellos A n to n io Sáenz, Justo Santa M a ría de Oro, Cayetano
Rodríguez y Pedro Ignacio C astro Barros. T am b ié n fig u ra b a n
Juan José Paso, Tom ás de A nchorena y Pedro M edrano en la
representación bonaerense; Eduardo Pérez Bulnes en la co r­
dobesa; José Colom bres, Pedro A rá o z y Pedro León G allo en
la de las provincias del T ucu m á n ; José Ignacio G o rriti, M a ­
ria no Boedo y Teodoro Sánchez de Bustam ante en la de Salta
y J u ju y ; José M a ria n o Serrano en la a lto p eru a n a , y Tom ás
Godoy C ru z, Juan M a rtín de Pueyrredón y Francisco Narciso
Lap rid a en la cuyana. Este ú ltim o fue presidente del Con­
greso d u ra n te el' mes de ju lio de 1 8 1 6, en que fue d e cla ­
rada la independencia. Como en la Asam blea del año X I I I ,
los presidentes eran renovados cada mes.

Congreso de Tucumán Perú, em igrados de allí por el


avance realista. Treinta y uno en
total.
El Congreso inició sus sesiones
Se realizó con diputados de Bue­ el 24 de marzo, en medio de las
nos Aires y de las Provincias, ex­ más grandes tribulaciones, cuando
ceptuando Santa Fe, Entre Ríos nuestro país era el único que con­
y Corrientes que, dominadas por servaba su independencia, frente
Artigas, habían organizado un con­ a la reacción triunfante en todas
greso rival en Concepción del Uru­ partes de las armas realistas.
guay. Tam poco in tervin o el Pa­ El 3 de mayo el Congreso desig­
raguay, pero sí diputados del Alto nó Director Supremo a Pueyrre-

253
Fachada de la Casa de Tucumán.

dón, quien pasó ese mes y el de


junio en la laboriosa preparación
de un programa de trabajo.
El presidente, Francisco Narciso
Laprida, propuso que se tratara en
primer término el tema de la De­
claración de la Independencia. Se
realizó el memorable 9 de julio
de 1816. El secretario Paso leyó
el acta que declara “Romper los
violentos vínculos que los ligaban a
los reyes de España, sus sucesores
y la metrópoli”. Fue aprobado por
unanimidad, en medio de entusias­
tas aclamaciones de la numerosa
concurrencia que llenaba el edifi­
cio y la calle. Al día siguiente se
celebró una misa en acción de
gracias, y el 21 los diputados jura­
ron sostener la independencia has­
ta “con la vida, haberes y fama”.
Esta D ecla ra ción fue impresa
en 3 000 ejemplares, 1 500 en cas-
N a rcis o L a prida .

Hechos posteriores

A principios de febrero de 1817,


el Congreso se trasladó a Buenos
Aires, y el 3 de diciembre aprobó
el Reglamento Provisional, basado
en el Estatuto de 18 í 5.

D ir e c t o r io de P ueyrredón .
Al marchar a Buenos Aires mantu­
vo en Córdoba una entrevista se­
creta con San Martín, combinando
tellano, 1 000 en quichua y 500 los detalles de la Expedición Li­
en aymará. Fue leída públicamen­ bertadora a Chile. Se instaló en la
te en sus dos partes y repartida Capital a fines de julio y gobernó
entre la gente ilustrada. los tres años de su duración legal,
siendo el único Director Supremo
que logró esto. Supo mantener el
S í m b o l o s p a t r i o s . El día 20 de
orden, reprimiendo una agitación
julio se consagró definitivamente
que amenazaba con recurrir a la
la Bandera N acional, Celeste y
violencia. Se vio obligado el 15 de
Blanca. Otra resolución del 25 de
diciembre de 1816 a ordenar el
febrero de 1818 agregó en la fran­
destierro de Dorrego, seguido en
ja media un sol, por propuesta del
febrero de 1817 por el de otros
diputado Chorroarín.
agitadores.
Respecto al escudo, ya ha sido
tratado en otro pasaje. Se trabó
luego un largo y enojoso debate
sobre la forma definitiva de go­
bierno, pues había partidarios de
adoptar una monarquía instalando
a un descendiente de los incas.
El proyecto contó con la simpa­
tía de Belgrano, temeroso de que
una form a popu lar de gobierno
provocara distu rbios y revueltas
“por la falta de experiencia en el
ejercicio de esta forma”. La cues­
tión fue resuelta el 15 de julio por
fray Justo Santa María de Oro,
quien manifestó que “no podía es­
tablecerse una forma de gobierno
sin consultar de antemano la vo­
luntad popular”.

Entrevista de San M artín y Pueyrredón, cele­


brada en C órdoba.
Restauró el antiguo “Colegio de curó continuar resistiendo en la
San Carlos” con el nombre de “Co­ M esop otam ia, pero su teniente,
legio de la Unión del Sud”. En Ramírez, se opuso. Derrotado por
noviembre de 1818 fundó la “Caja Artigas en Las Guachas el 20 de
Nacional de fondos de Sud Amé­ junio de 1820, logró rehacerse, y
rica”, primer banco oficial. Avanzó cerca de la ciudad de Paraná ob­
la línea de fronteras hasta arrojar tuvo sobre el caudillo una victo­
a los indios al otro lado del río Sa­ ria definitiva.
lado. Combatió enérgicamente una Con algo más de un centenar de
carestía de pan y carne, que obe­ hombres, Artigas pasó al Paraguay
decía en gran parte a especulacio­ el 23 de setiembre y se rindió a
nes dolosas. Reform ó la Escuela Francisco Gaspar de Francia, dic­
de M atem áticas para militares, tador de ese país, quien lo confinó
fundada en enero de 1816, para al lejano pueblecito de Cuaragua-
convertirla en un verdadero Cole­ tí. Allí vivió muchos años en una
gio Militar, dirigido por el sabio sufrida indigencia, hasta que en
ingeniero Felipe Senillosa. A fines 1845 el nuevo gobernante del Pa­
de 1816, reglamentó el Corso ya raguay, Francisco Solano López, le
existente de hecho, disp on ien d o asignó com o residencia una quin­
que si en las capturas figuraban ta cercana a Asunción, pasándole
negros esclavos, debían venderlos un corto subsidio. Allí falleció el
al Estado a razón de 50 pesos ca­ 23 de setiembre de 1850, a los 86
da uno; después de enrolarlos por años de edad.
4 años en el ejército se les daría En 1856 se repatriaron sus res­
la libertad. tos con grandes honores y se los
ubicó en un Panteón: sobre su
C a í d a d e A r t i g a s . En agosto
tumba fue grabado este epitafio:
de 1816, un fuerte ejército portu­
gués mandado por el general Le-
cor invadió la Banda Oriental. Ar­
tigas le salió al encuentro y fue
vencido en Carumbé; su segundo,
Fructuoso Rivera, lo fue en India
Muerta. P u eyrred ón o fr e c ió la
ayuda del Directorio, a condición
de que el caudillo reconociera su
autoridad, pero éste rechazó la
oferta contestando que “no vende­
ría el rico patrimonio de los orien­
tales al bajo precio de la necesi­
dad”. Reanudadas las acciones, los
uruguayos fueron derrotados tras
dura lucha en la batalla del Arro­
yo Catalán, el 5 de enero de 1817.
Empleando el sistema de guerri­
llas, la obstin ada resistencia se
prolongó tres años; la reñida bata­
lla de Tacuarembó terminó defi­
nitivamente la lucha.
Artigas cruzó el Uruguay y pro­

256
“Artigas, fundador de la nacionali­ na conducta; dotada de amplios
dad oriental”. poderes, revisaba en apelación los
juicios menores. Esta Constitución
sólo fue aplicada en la práctica por
C o n s t i t u c i ó n d e 1819. Apro­ poco tiempo, y en forma parcial.
bada por el Congreso el 25 de ma­ Con todo fue el ensayo más com­
yo, reconocía los tres poderes: el pleto y orgánico en su género an­
legislativo, con dos cám aras: un terior a 1853.
senado, in tegrado por personajes
de categoría, y cámara de diputa­
dos, elegidos a razón de uno por L o s CAUDILLOS DEL LITORAL.
cada 25 000 habitantes o fracción En el curso de los acontecimientos
que no bajase de 16 000. El Eje­ se destacaron dos figuras: en En­
cutivo estaba a cargo de un Direc­ tre Ríos, Ramírez, vencedor de su
tor Supremo designado por ambas rival Eusebio Hereñú, apoyado por
cám aras reunidas en Asamblea. el Directorio, y en Santa Fe, Esta­
Duraba cinco años y podía ser re­ nislao López-, contra éste se envió
electo por una sola vez; tenía la una columna al mando de Díaz
facultad de nombrar al gobernador Vélez, quien logró ocupar esa ca­
de cada provincia pero de entre pital, pero quedó estrecham ente
una lista presentada por los res­ sitiado y a duras penas pudo aban­
pectivos cabildos, y por sí solo los donar la ciudad, embarcándose en
obispos y demás empleados de la una flotilla enviada para socorrer­
administración. lo. El 23 de julio de 1818, López
El Poder Judicial comprendía se instaló en el gobierno, que ocu­
una Alta Corte, de miembros ina­ pó durante 20 años hasta su muer­
movibles mientras observaran bue­ te, acaecida en julio de 1838.
D i r e c t o r i o d e R o n d e a u . La presentó su renuncia. Fue reem­
reelección de Pueyrredón se vio plazado por Manuel de Sarratea,
frustrada debido a la tenaz oposi­ designado Gobernador de Buenos
ción de éste en aceptarla. Fue en­ Aires después de una serie de ne­
tonces elegido Rondeau. Pidió a gociaciones que concluyeron con eí
San Martín que regresara de Chi­ Tratado del Pilar, firmado el 23
le, ya liberado por él, para que lo de febrero. Proclamó el sistema de
apoyase con su ejército. San Mar­ federación como forma de gobierno
tín cruzó la cordillera y avanzó y dispuso la pronta convocación de
hasta el sur de Córdoba. Ante la un Congreso Constituyente. Dis­
hostilidad que encontró en el ca­ ponía además severas penas a la
mino, el descontento de la tropa y mayoría de los Directores supre­
la falta de medios eficaces de lo­ mos y miembros de los anterio­
comoción, suspendió la marcha y res congresos. La Junta de Repre­
regresó a Chile (diciem bre). sentantes, elegida en la ciudad,
D ejó en San Juan al Batallón aprobó inmediatamente el tratado.
de Cazadores de Los Andes, que El 25 de febrero, Ramírez y Ló­
se sublevó días más tarde, acatan­ pez entraron en Buenos Aires y
do la autoridad del coronel Maria­ “ataron sus caballos en las rejas
no Mendizábal. de la Pirámide de M ayo”. Perma­
También fue llamado el Ejérci­ necieron cinco días en la ciudad,
to del Norte, pero se sublevó el 8 siendo objeto de agasajos. Quedó
de enero de 1820 y, a las órde­ com o gobernador Sarratea, pero
nes de Juan Bautista Bustos, pasó fue depuesto por un golpe militar
a Córdoba. a cargo de Balcarce. La decidida
actitud de Ramírez y López lo de­
salojó a los pocos días, reponiendo
C a íd a d e l D i r e c t o r i o . López a Sarratea. Mientras tanto se reu­
y Ramírez, reforzados por un gru­ nió la Junta de Representantes de
po de chilenos emigrados, partida­ la Provincia, que aceptó la renun­
rios de José Miguel Carrera, y otro cia de aquél y su reemplazo por
de correntinos, derrotaron en Ce­ Ildefonso Ramos Mejía; simultá­
peda, el 1° de febrero de 1820, a neamente un grupo de oficiales y
las fuerzas directoriales y avanza­ tropas impuso la designación de
ron sobre Buenos Aires. Rondeau Soler al Cabildo de Luján.

258
Ramos M ejía renunció; antes de La nueva ruta con ceb id a por
serle aceptada la renuncia, el Ca­ San Martín era un vasto semicírcu­
bildo de Buenos Aires asumió el lo hacia el oeste, con dos momen­
mando. Como Soler retenía el su­ tos: 1° ocupar Chile, que había
yo, el 20 de junio hubo tres gober­ caído nuevamente en manos de los
nadores simultáneos. Quedó en de- realistas a consecuencia del desas­
fintiva Soler, pero inmediatamente tre de Rancagua; 29, pasar de allí
acudieron López, Alvear y Carrera a Perú, atacando Lima de frente.
y lo derrotaron en el sangriento Dos formidables obstáculos natu­
com bate de Cañada de la Cruz. rales se oponían: la cordillera de
Después de otra serie de inciden­ los Andes y el Pacífico; montaña
cias y encuentros armados, a fines y mar.
de setiembre la Junta designó go­ En ese momento una grave do­
bernador interino a M artín R o­ lencia lo abatió: intensas fiebres
dríguez. y repetidos vómitos de sangre. Le
concedieron licencia para pasar a
Córdoba; el clima y la esmerada
asistencia médica lograron mejo­
Proyección continental rarlo.
E ntonces so licitó y obtuvo el
P l a n Sa n m a r t in ia n o . La bre­ nombramiento de gobernador in­
ve estancia de San Martín en el tendente de Cuyo y se instaló en
Ejército del Norte bastó para que Mendoza, llevando a su lado a su
se convenciera de la imposibilidad esposa, que había quedado en Bue­
de llegar hasta Lima por el Alto nos Aires, y trabando relaciones
Perú. Lo comprobaban las sucesi­ con las prin cip ales familias del
vas derrotas de Huaqui, Vilcapu- lugar. Remedios se con qu istó la
gio, Ayohuma y Sipe Sipe. Allí co­ simpatía de las damas, que la se­
rrespondía una posición defensiva cundaron en felices iniciativas pa­
y nada más. trióticas, com o la confección de la
Bandera del E jército de los Andes.

citó para ella la propiedad de una


pequeña chacra. El Cabildo le
otorgó una mucho mayor, que con­
servó durante años.
Una tentativa de Alvear, en ese
momento D irector Suprem o, de
reemplazarlo en el cargo por el
coronel Gregorio Perdriel, encontró
tal unánime resistencia, que tuvo
que quedar sin efecto. Poco des­
pués cayó Alvear y, tras algunos
Directores interinos, el Congreso
de Tucumán eligió para el cargo
a Pueyrredón, que estaba en esa
ciudad. Camino a Buenos Aires,
los dos proceres se encontraron
allí, y “en dos días con sus .no­
ches” acordaron todos los detalles
de la expedición a Chile. Pueyrre­
bandera, jurada por las tropas y dón cumplió fielmente no omitien­
el pueblo en una ceremonia de im­ do ningún sa crificio por el feliz
presionante grandeza. éxito de la empresa; quedó expre­
La tarea abrum adora de San samente establecido que la inde­
M artín era d o b le : com o gober­ pendencia de Chile sería respetada.
nador y como je fe m ilitar. Con
asombrosa dedicación e inagotable O r g a n i z a c i ó n d e l E j é r c it o
energía llenó am bos com etidos. de los A n d e s . Fueron reclutados
Auspició la fundación del colegio los hombres hábiles y los negros
de la Santísima Trinidad y de es­ esclavos, confiscados a los españo­
cuelas de primeras letras, implantó les o comprados a los criollos. La
la vacuna contra la viruela, pro­ o ficia lid a d se formó con indivi­
longó el hermoso paseo de La Ala­ duos de las mejores familias; re­
meda, de Mendoza, reparó cami­ cibió a los escuadrones de Grana­
nos, combatió el juego, la vagancia deros a Caballo, que operaban en
y el delito. Favoreció la situación otros frentes, y a los emigrados
de los peones en materia de sala­ chilenos adictos a O’Higgins. E l
rios y tratamiento. cuerpo expedicionario alcanzaría
Al aproximarse el momento de un efectivo de 4 000 hombres.
la partida hacia Chile, que lo ab­ El mendocino fray Luis Beltrán
sorbía intensamente, trasmitió sus estableció talleres para la fabrica­
funciones civiles al coronel Luzu- ción de balas de cañón, cartuchos,
riaga. Ascendido al cargo de co­ cureñas, monturas, calzado, mochi­
ronel mayor, lo aceptó declarando las, herraduras, etc. Álvarez Con-
que “jamás aceptaría una gradua­ darco instaló una fábrica de pól­
ción mayor”. Había renunciado a vora. Los uniformes fueron teji­
la mitad de su sueldo, pero al na­ dos y confeccionados en talleres
cer Mercedes, su hija menor, soli- dom ésticos. Pueyrredón rem itió

260
M onum ento a Fray Luis Beltrán, levantado en
la Alameda de la ciudad de Mendoza.

desde Buenos Aires frazadas, pon­


chos, charque, sables, tiendas de
campaña y los “dos únicos clari­
nes” que había encontrado (para
los toques de ord en a n za s). En
agosto de 1815 fue instalado el
campamento de El Plumerillo cer­
ca de Mendoza. El mérito más
genial de San Martín consistió en
la “educación moral de las tropas” ;
el soldado dejó de ser una unidad
pasiva para convertirse en un co­
laborador entusiasta de la empre­
sa. El vecindario, las mujeres, los
niños, respondieron a cuanta exi­
gencia hacía el ejército, entregan­
do joyas, y com o ya se dijo, con­
feccionando y bordando la bandera
y los uniformes, etc.
San Martín organizó un vasto
y permanente sistema de espiona­
je. Envió a Santiago de Chile al
ingeniero Álvarez Condarco con la
aparente misión de comunicar al
capitán general español el Acta de
la Independencia, que naturalmen­
te fue rechazada. Al ir siguió el
camino de Los Patos y al volver

A cinco kilómetros de la ciudad de M endoza se encuentra el campo del Plum erillo, actualmente lugar
histórico. Esta fotografía muestra el pórtico de entrada.
Yesquero de oro que perteneció a San M artín.
( M u seo H istórico N acional.)

José de San M artín, según un óleo de autor


el de Uspallata, e informó a San
anónimo. Martín acerca de las característi­
cas de los mismos. También con­
siguió comunicarse con los indios
araucanos, a solo efecto de que se
mantuvieran pasivos. El espionaje
comprendía a agitadores que esta­
ban en contacto con los simpatizan­
tes chilenos, tanto para conseguir
adeptos como para desorientar a
los realistas haciéndoles llegar fal­
sas confidencias. Esta política, lla­
mada “guerra de Zapa”, fue luego
ampliamente aplicada en el Perú.

P a s o d e l o s A n d e s . Para des­
pistar al enemigo se realizó por
seis lugares: dos al norte, dos al
centro y dos al sur. Los del centro
fueron los verdaderamente impor­
tantes: el de Los Patos, a cargo de
San Martín y O’Higgins con el
grueso de las tropas, y el de Uspa­
llata, con Las Heras al frente. Des­
pués de sostener algunos combates
con destacamentos realistas avan­
zados, ambas columnas se unieron
en San Felipe de Aconcagua, para
marchar directamente sobre San­
tiago. Precipitadamente el enemi­
go logró concentrar a 3 000 hom­
bres, quienes al mando del general
Chifles de asta usados por San M artín en sus Maroto los esperaron en una me­
campañas. (M u seo Histórico N acional.) seta frente al cerro de Chacabuco.

262
B a t a l l a d e C h a c a b u c o . Se li­ ros que habían quedado de reser­
bró el 12 de febrero de 1817. San va, cargó temerariamente al ene­
Martín concibió un ataque frontal migo, bajo una lluvia de balas,
dirigido por O’Higgins y otro sobre empuñando la bandera; O’Higgins,
el flanco izquierdo, dirigido por rehecho, acudió en su apoyo. En
Soler, para tomar por sorpresa al ese momento llegó la vanguardia
enemigo, cortándole en lo posible de Soler, que definió la victoria.
la retirada. Ahorrando detalles, di­ Los realistas sufrieron 500 bajas
remos que Soler tardó en llegar por y 600 prisioneros; las bajas patrio­
obstáculos encontrados en el ca­ tas fueron solamente 12 muertos
mino, y que el choque frontal diri­ y 120 heridos. M arcó del Pont hu­
gido por O’Higgins fue rechazado yó hacia Valparaíso, pero lo al­
por Maroto. canzaron y capturaron. Los realis­
Ante el inminente peligro, San tas se agruparon a las órdenes del
Martín, al mando de 250 granade­ coronel José Ordóñez; perseguidos

263
por Las Heras, al que más tarde se
unió O’Higgins, fueron derrotados
en el Cerro de Gavilán. Luego si­
tiados en Talcahuano, puerto for­
tificado, donde podían recibir re­
fuerzos y víveres. Al cabo de 5
meses, O’Higgins intentó tomarlo
por asalto, pero fue rechazado, su­
friendo graves bajas.

P r o c la m a c ió n de la in d e p e n ­
d e n c ia d e Se juró solem­
C h ile .
nemente en Santiago el 12 de fe­
brero de 1818, primer aniversario
de Chacabuco, y luego en las de­
más ciudades.

I n v a s i ó n d e O s o r i o . En enero
de ese año llegó a Talcahuano el
general Mariano Osorio, del Perú,
con una e x p ed ición de más de
3 000 hombres. O’Higgins retroce­
dió hacia el norte. Ordóñez, tras
una serie de marchas estratégicas,
decidió atacar al a n och ecer del
19 de marzo, por sorpresa, a los
patriotas, ya dirigidos p or San
Martín. Lo hizo en la llanura de
Cancha Rayada, provocando gran
confusión, capturando gran canti-

dad de material bélico. O’Higgins


fue herido en el brazo derecho,
San Martín logró retirarse, mien­
tras que Las Heras pudo hacerlo
con un cuerpo de 3 000 hombres,
que con enérgicas disp osicion es
consiguió mantener disciplinados.
-La noticia causó pánico en San­
tiago, pero la sucesiva llegada de
O’Higgins y San Martín levantó
los ánimos; este último dijo a la
muchedumbre agolpada para reci­
birlo: “La Patria existe y triunfará,
y yo empeño palabra de honor de
dar en breve un día de gloria a la
América del Sur”.
Después de algunas deliberacio­
nes, se decidió esperar al enemigo,
y el 4 de abril, a sólo 15 días de
Cancha Rayada, el ejército patrio,
fuerte de 5 000 hombres y 22 ca­
ñones, enfrentó al enemigo a orillas
del río Maipú, 10 kilómetros al sur
de la capital.
La batalla, iniciada cerca del
mediodía del domingo 5 de abril,
fue una de las más memorables
entre todas las de las campañas
libertadoras de América. Osorio,
secundado por notables jefes, ata­
có briosamente, haciendo vacilar
en algunos puntos la victoria. En
una oportuna maniobra ordenada to honor del hom bre am ericano
por San Martín, la reserva atacó el merecía”.
flanco izquierdo del grueso de las Pero San Martín no había veni­
tropas realistas, consiguiendo do­ do para que lo homenajearan. El
minarlo. propósito era asegurar la ayuda ar­
Osorio huyó prematuramente, y gentina para marchar al Perú, para
su segundo, Ordóñez, se encerró en lo que era indispensable adquirir
la hacienda de Lo Espejo (nombre y equipar una escuadra. El sur de
del dueño de la misma). En ese Chile había sido ocupado por los
momento llegó O’Higgins, pese a independientes en diversos com­
su herida, y echando su brazo iz­ bates. Los realistas conservaron la
quierdo al hombro de San Martín, isla de Chiloé, al mando del bri­
exclamó: “ ¡Gloria al salvador de gadier Quintanilla, quien sólo se
Chile!”. Este episodio es recorda­ rindió en enero de 1826.
do como “el abrazo de Maipú”.
El momento final de la lucha
consistió en la toma de Lo Espejo, L a C a m p a ñ a N a v a l . El gobier­
conseguida tras dura lucha. Las no chileno com p ró una fragata
pérdidas españolas ascendieron a norteamericana que bautizó con el
1 000 muertos y cerca de 2 400 pri­ nombre de Lautaro, primera uni­
sioneros, incluyendo a los heridos. dad de combate. Dentro del año
Los patriotas sufrieron 1 000 bajas 1818, se le agregó otra fragata,
entre muertos y heridos. San Martín, y dos buques meno­
res. Asumió su mando el coman­
dante de artillería argentino Blan­
San M a r t ín e n B u e n o s A ir e s . co Encalada. A fines del mes de
P oco después, el 11 de marzo, el octubre, frente a Talcahuano, con­
héroe llegó allí, a deshoras, para siguió desbaratar un convoy realis­
esquivar un gran homenaje popu­ ta venido de España, capturando
lar que se le había preparado. la fragata María Isabel, que lo es­
El 17 lo recibió el Congreso en coltaba, y cinco de las naves de
sesión solemne, y el presidente de transporte. L a María Isabel cam­
éste, Matías Patrón, le dio las gra­ bió su nombre por el de O’Híggíns.
cias “por los servicios que con tan­ En noviembre la flota pasó a de­

El Congreso recibió a San M artín en sesión solemne después de su retom o de Chile. ( Cuadro de
Giudice. )
pender del almirante Tomás Ale­ LA LIBERTAD DEL PERÚ
jandro Cochtane (Cókrein), aris­
tócrata inglés, alejado de su país Al recibir San Martín la orden
por ruidosos escándalos privados. del Directorio de ir a sostenerlo
Con suma audacia e innegable pe­ con su ejército, decidió, el 2 de
ricia recorrió con la escuadra las abril de 1820, reunir una Junta
costas del norte de Chile y del de jefes y oficiales, manifestando
Perú, amagando dos veces atacar su p ro p ó sito de renunciar, por
el puerto fortificado de El Callao. negarse a intervenir en luchas
En febrero de 1826 se apoderó de internas de la Patria. La Junta,
Valdivia, baluarte español, que se presidida por Las Heras, aprobó
mantenía al sur de Chile; quedó así entonces “el acta de Rancagua”
asegurado el dominio del mar. (lugar de la reunión), declarando
r

a su jefe “desligado de toda depen­ che del 5 al 6 de noviembre, pe­


dencia de las autoridades argenti­ netró en el puerto, desafiando el
nas”. Fue en cambio nombrado fuego de las baterías, y capturó
por el gobierno chileno, General una fragata.
en Jefe de la expedición al Perú. Simultáneamente a esta campa­
Zarpó de Valparaíso el 20 de ña marítima, se d esarrolló otra
agosto de 1820, con 14 transportes terrestre, a cargo del general Are­
escoltados por 8 barcos de guerra. nales. Engrosó sus filas con la in­
Contaba con 4 134 hombres, de los corporación de muchos volunta­
cuales 2 313 eran argentinos. La rios, promovió la sublevación de
escuadra de Cochrane contaba con indios, y obtuvo la victoria de Pas­
1 600 marinos. co, el 6 de diciembre. Después
El 8 de setiembre desembarcó volvió a reunirse con San Martín
en la bahía de Paracas y ocupó la en el litoral.
cercana ciudad de Pisco. Luego Hacia el sur, envió expediciones
practicó la genial maniobra de ir a puertos intermedios, situados en­
desembarcando sucesivamente en tre Valparaíso y El Callao, aún en
diversos puntos de la costa, obli­ manos realistas. El 2 de diciem­
gando al enemigo a seguir con fa­ bre, San Martín consiguió la in­
tigosas marchas por tierra mientras corporación a su ejército del bata­
él lo hacía descansadamente por llón realista “Numancia”, de 650
mar. Fueron a Ancón, cerca de plazas, compuesto en su mayoría
Lima; a los 10 días de Huacho y por patriotas americanos. El 29
Huaura, 20 leguas al norte. Desde de enero de 1821, la oficialidad
allí promovieron la sublevación del española, reunida en Aznapuquio,
norte del Perú y de la ciudad de exigió la renuncia de Pezuela y
Guayaquil en Ecuador. proclamó virrey a José de Lerma.
Por su parte, Cochrane mantenía El 1? de enero, un ejército espa­
el bloqueo de El Callao, y en la no­ ñol que debía marchar a América,

La e s c u a d r a del P a cí­
fico, a las órdenes de
Cochrane, transportó los
c o n t in g e n t e s militares
hasta el Perú. ( Bajo-
relieve. )
se sublevó contra el sistema des­ del interior del país. San Martín
pótico de Fernando V II y le obli­ envió contra ellos a una columna
gó a aceptar una constitución. Los dirigida por Domingo Tristán, pero
triunfadores creían que con ese éste fue derrotado el 7 de abril
cambio los patriotas depondrían de 1822 en la batalla de lea.
sus armas; comisionados con ese
objeto, enviaron delegados a distin­ B o l í v a r . En el norte del con­
tos puntos de América. El del Pe­ tinente, Simón Bolívar consiguió,
rú, don Manuel Abreu, consiguió tras arduas luchas,, liberar a Nueva
que San Martín y Lerma se entre­ Granada con la victoria de Boya-
vistaran en Punchauca, el 2 de ju­ cá (7 de agosto de 1819), y a V e­
nio de 1821. Pese a la cordialidad nezuela, su tierra natal, mediante
y recíproca estima manifestada por la encarnizada batalla de Carabo-
ellos y sus oficiales, no se arribó a bo (24 de junio de 1821).
un arreglo. Los españoles preten­ Destacó luego al general Anto­
dían que, con el nuevo régimen, los nio José Sucre al Ecuador, pero la
patriotas aceptaran la dominación suerte de las armas le fue adversa
de la metrópoli, pero San Martín y debió firmar un armisticio. San
sostuvo com o condición previa la Martín le envió un refuerzo de
total independencia, por lo que fra­ 1 500 hombres al mando de Santa
casaron las negociaciones. Cruz; figuraba en éste un escua­
Al mes siguiente, Lerma evacuó drón de G ranaderos a C aballo
Lima, dejando num erosos enfer­ quienes, a las órdenes de Lavalle,
mos en los hospitales. San Martín derrotaron en Río Bamba a un
no quiso ocuparla, hasta que lo so­ enemigo cuatro veces superior en
licitó una comisión de delegados número (21 de abril). Poco des­
del Cabildo de la ciudad. Luego pués, el 24 de mayo, coronando
convocó al pueblo para que votase maniobras audaces en las faldas
si quería la independencia y así lo del volcán Pichincha, Sucre obtu­
hicieron en un acta que llegó a vo la victoria de ese nombre y
reunir 5 000 firmas. ocupó la ciudad de Quito.
Entonces San Martín la procla­
mó, en un solemne acto público,
el 28 de julio, desplegando por pri­
mera vez la bandera por él conce­
bida. El 2 de agosto tomó el título
de “Protector del Perú”. El 21 de
setiembre el general realista La
Mar^ entregó El Callao; varios ofi­
ciales americanos al servicio de Es­
paña pasaron a las filas indepen­
dientes, y San Martín les recono­
ció el grado. Uno de ellos, Andrés
Santa Cruz, tuvo después una des­
tacada actuación en la política pe­
ruana.
Mientras tanto Lerma, secunda­
do por los prestigiosos generales
Valdés y Canterac, tomó posesión
Sim ón B olívar.
E n t r e v is t a de G u a y a q u il . E l mentos por el banquero Alejandro
26 de julio de 1822 se encontraron Aguado, amigo de su juventud, que
en ese puerto San Martín y Bolí­ le fijó una cantidad en pago del
var. Al día siguiente celebraron cargo de tutor de sus hijos meno­
una larga conferencia. San Martín res, tarea que desempeñó escru­
requirió la colaboración del héroe pulosamente. Más tarde Chile le
v en ezolan o, pero éste solamente dio de alta en su ejército, abonán­
le ofreció una columna d(? 1 500 dole el sueldo correspon d ien te;
hombres, equivalente al auxilio de también el Perú cumplió con ese
Santa Cruz, contingente demasia­ deber. Pasó días serenos, muy vi­
do exiguo para rematar con la vic­ sitado por viajeros de los tres paí­
toria la campaña de la independen­ ses en que actuó, la mayoría hijos
cia del Perú. de personajes que había tratado.
Le ofreció entonces servir a sus Formaban una asidua familia, su «
órdenes, pero rehusó acepta rlo. hija Mercedes, el marido de ésta,
Por la noche se celebró un ban­ Mariano Balcarce, y las dos nietas,
quete; a poco de levantarse de la en Gran Bourg, quinta próxima a
mesa, nuestro libertador empren­ París.
dió el regreso a Lima. Al sentirse enfermo se trasladó
Una vez allí reunió un Congreso al puerto de Boulogne Sur Mer, en
Constituyente, abrió sus sesiones y procura de un clima más benigno,
dejó un pliego que contenía su re­ y allí falleció el 17 de agosto de
nuncia indeclinable al cargo. Fue­ 1850. Sus restos fueron repatria­
ron vanas todas las gestiones para dos en 1880 y depositados en la
que lá retirase; finalmente la acep­ Catedral de Buenos Aires.
taron, otorgándole el grado de ge­
neralísimo del ejército y un voto
de gracias por los servicios pres­
tados.
Fin de la campaña
Esa misma noche partió a Chi­ emancipadora
le; tras una breve permanencia pa­
só a Mendoza y finalmente a Bue­ El Perú independiente pasó por
nos Aires, donde rindió un piadoso un período de agitaciones violen­
homenaje a su mujer, fallecida el tas, aprovechado por los realistas
3 de agosto de 1823. En 1824 par­ para tomar El Callao y por breve
tió para Europa con su hija M er­ tiempo también Lima'.
cedes, fija n d o su residen cia en Como último recurso se llamó a
Bélgica; en 1829 volvió a Buenos Bolívar, quien asumió la jefatura
Aires, pero ofendido por algunos militar en setiembre de 1823. Des­
comentarios publicados por políti­ pués de una activa reparación del
cos que veían con inquietud su orden, y reforzado por tropas co ­
presencia, capaz de frustrar sus lombianas, en 1824 inició la ofen­
am biciones, re so lv ió no desem­ siva, confiando el mando de las
barcar. tropas a su fidelísimo amigo Sucre,
Vuelto a Europa se radicó en quien el 9 de diciembre de 1824
Francia, donde vivió con sencilla obtuvo la victoria decisiva de Aya-
dignidad, ayudado en ciertos mo­ cucho.

270
CAPITULO XIII

A U T O N O M ÍA S PR O V IN CIA LES
Y U N ID A D N A C IO N A L

La e sta biliza ció n po lítica del país dem andó un largo y d o lo ­


roso proceso de m edio siglo. C onsistió esencialm ente en la"
pugna entre Buenos A ires, que aspiraba a m antener su supe­
rio rid a d sobre el resto del país, com o c a p ita l, consagrada
por el v irre in a to , y el localism o p ro vin cia l, ansioso de a d q u i­
r ir una autonom ía propia en todos los asuntos locales y una
p a rticip a ció n propia en la p o lítica nacional. Se puede resu­
m ir, designándola una lucha entre u n ita rio s y federales.
La in icia la crisis del A ñ o V e in te y te rm in a con la caída de
Rosas en la b a ta lla de Caseros.
En el orden interno, Buenos A ire s prosperó con los e je m p la ­
res gobiernos de M a rtín Rodríguez y Las Heras. Se perturba
con la presidencia de R ivadavia para oponer un p o d e r n a c io ­
n a l al Im perio del Brasil, con m otivo de la guerra por la
posesión de la Banda O rie n ta l. Para Buenos A ire s fue un pe­
ríodo fecundo de leyes y disposiciones m agistrales, m uchas
de las cuales no se a p lica ro n , y r e s u r g ie ro n después de la
C o nstitución d e fin itiv a del país.
A lg u n o s de los ca u dillos locales aspiraban a extender su do ­
m in io sobre toda la nación. Por sucesivas elim inaciones que­
daron tre s : López, en el lito ra l; Q uiroga, en el in te rio r, y
Rosas, en Buenos A ire s, único con salida al m ar.
El asesinato de Q uiroga y la d e clinación de López, anciano
y enferm o, d e jaron lib re cam po a Rosas.

Elección de Martín Rodríguez apodado “los Colorados del M on­


te”, por el color del uniforme y el
Nombrado gobernador a fines lugar de su reclutamiento y adies­
de setiembre de 1820, logró con­ tramiento: la estancia del Monte,
solidarse en el cargo sofocando una administrada por Juan Manuel de
su blev ación del co ro n e l Pagóla. Rosas, quien los mandaba; ésta fue
En esto pesó decisivamente la in­ su primera intervención de impor­
tervención del reg im ien to N 9 5 tancia en política.

271
Rodríguez se empeñó en cele­ año 20. In clu sive h u bo por un
brar un acuerdo ron Estanislao Ló­ momento sim patizantes de una
pez, obtenido a cambio de la en­ monarquía, pero la Asamblea del
trega de 25 000 reses en concepto año X III anuló defin itivam en te
de “indemnización” por las pérdi­ esas aspiraciones al abolir los títu­
das sufridas en la guerra contra el los de nobleza, blasones, mayoraz­
Directorio. Las remesas se envia­ gos, etc. Se impuso entonces el
ron en 42 partidas entre 1821 y principio republicano, o sea del go­
1823, con un total de 30 000 cabe­ bierno por la mayoría popular y
zas, superior en 5 000 a lo exigido. directa.
Rosas contribuyó eficazmente en
las entregas, por lo que el gobierno Federación. El proceso del po-
le abonó 37 500 pesos, y le donó blamiento originó distintas corrien­
una estancia, llamada “del R ey”, tes: los venidos directamente de
hasta entonces del Estado. Santa España y los llegados de Perú y
Fe lo designó ciudadano honorario Chile; éstos nunca se íusionaron
y miembro perpetuo del Cabildo totalmente.
de esa ciudad. A la distinta procedencia se su­
m ó: a ) el aislamiento de los cen­
tros poblados, separados por largas
Proyectos para la unidad distancias desiertas y de tránsito
lento y difícil; b ) las distintas re­
nacional giones naturales con su ecología
propia (relieve, clima, fauna, flo­
Las aspiraciones políticas del ra, etc.); c ) la autonomía de las
momento pueden comentarse en Intendencias, cada una con su pro­
dos palabras: Democracia y Fede­ pia política e intereses; d ) la im­
ración. portancia política de los Cabildos,
que en casos de urgencia se veían
Democracia. La ausencia de me­ obligados a tomar resoluciones sin
tales preciosos de fácil obtención consultar a la autoridad central.
y de masas indígenas dóciles alejó
del R ío de la Plata a la nobleza P r e d o m in io de B uenos A ir e s .
ambiciosa de la Corte. Aquí sólo P o r su m a y o r p o b la c ió n c o n c e n t r a ­
vinieron, con pocas excepciones, os­ d a , r iq u e z a , c u lt u r a , a n t ig u o p r e s ­
curos hidalgos y pobres labriegos. t i g i o d e c a p i t a l d e v ir r e in a t o , p a p e l
La ganadería, principal fuente m i lit a r p r e d o m i n a n t e d e s d e la s in ­
de recursos, la escasa población y v a s i o n e s in g le s a s y s u s it u a c ió n d e
el enorme territorio, favorecieron puerto único p a r a la s c o m u n i c a c i o ­
la vida libre, el contacto con la na­ n e s c o n E u r o p a , B u e n o s A ir e s p re ­
turaleza y la independencia indi­ d o m i n ó s o b r e la s d e m á s c iu d a d e s
vidual. d e l in t e r io r .
El espíritu de mayo animó, pues, Este poder absorbente provocó
un movimiento libertador e igua­ la reacción de las provincias: se
litario. preguntaban si la revolución de
Pero la burguesía porteña, al mayo se limitaba a cambiar el yu­
igual que la de algunas ciudades go español por el porteño.
del interior, procuró conservar en E l d e s c o n t e n t o o r i g i n ó a l o s cau­
sus manos el gobierno y lo consi­ dillos. É s t o s n o e r a n a g i t a d o r e s
guió, no sin d ificu ltad , hasta el a n ó n i m o s ; e n la m a y o r í a d e l o s c a -

272
Iglesia de la localidad bonaerense de Pilar, don­
de se firm ó el tratado que lleva su nombre.

sos pertenecían a familias de lar­


go arraigo y prestigio. Carecían en
general de ilustración por la falta
de medios para adquirirla, pero la
suplían con su inteligencia natural,
la viveza criolla, sostenida por un
buen sentido, capaz de mostrarles
lo más conveniente.
El caudillo disponía de las mi­
licias locales, formadas por todos
los hombres útiles. Hubo algunos
grupos disciplinados y uniformados
al uso militar, pero la masa prin­
cipal form ó la m on ton era (de
montón: acumulación de objetos
sin orden), agrupación de jinetes
armados que cuando divisaba al
enemigo cargaba sin orden ni ma­
niobra, produciendo el choque o
“entrevero”.
Pese a todo, la idea de Unidad
Nacional está presente en todos
los caudillos, quienes comprendían
que era una exigencia indeclinable;
la dificultad radicaba en la forma En este proceso cayeron algu­
de alcanzarla. La personalidad de nos caudillos que pretendieron ex­
las provincias fue surgiendo des­ tender su autoridad más allá de los
de 1815: Santa Fe, Corrientes y límites de sus provincias corres­
Entre Ríos la consiguieron por el pondientes. Fue el caso de Ra­
tratado del Pilar, el gobernador mírez, vencedor de Artigas, quien
Bustos la proclamó en Córdoba tuvo aspiraciones de dominio na­
en 1821, la de Tucumán lo.fue en cional, alarmando a los goberna­
1819, cuando Bernabé Aráoz creó dores Rodríguez, de Buenos Aires;
una “república” que abarcaba a López, de Santa Fe, y Bustos, de
Catamarca y Santiago del Estero; Córdoba, quienes se com bin aron
estas dos no tardaron en separar­ para combatirlo.
se, y Aráoz fue depuesto en 1821. Ramírez cruzó el Paraná para
La Rio ja, que estaba en la in­ atacar Santa Fe, pero fue derrota­
tendencia de Córdoba, se separó do por López en Cor anda (26 de
en 1826 y no tardó en quedar so­ mayo de 1821). Luego marchó ha­
metida a la influencia de Facundo cia Córdoba, donde se le unió el
Quiroga. Salta y Jujuy quedaron caudillo chileno Carrera, pero Bus­
unidas hasta 1834. El 1“? de mar­ tos los derrotó en Cruz Alta (16 de
zo de 1820, Cuyo se dividió, por de junio), y allí se separaron.
acuerdo de las partes, en las pro­ Con refuerzos de López y Rodrí­
vincias de Mendoza, San Luis y guez, Bustos persiguió a Ramírez
San Juan. y lo derrotó en San Francisco del

273
R ío Seco. Pudiendo salvarse, ad­ fusilado en Mendoza, el 4 de se­
virtió que su compañera, llamada tiembre de 1821. La desaparición
Delfina, había sido capturada, por de Ramírez y López contribuyó
lo que regresó para salvarla, y ca­ decididamente a la p a cifica ción
yó fulminado por un pistoletazo en general.
el corazón. Su cabeza embalsama­
da fue exhibida por López en el
balcón de la Casa de Gobierno de G o b ie r n o de M a r t ín R o d r í­
Santa Fe. guez (1 8 2 1 ). N o m b r ó m i n is t r o de
Carrera siguió hacia el oeste, G o b ie r n o a B e r n a r d in o R iv a d a v ia
pero al entrar en San Juan fue y d e R e la c io n e s E x te r io r e s a M a ­
derrotado en Punta del Médano y n u e l J o s é G a r c ía . E n e s e corto

274
Este m onum ento a M artín R odríguez se levanta
en la ciudad de Tandil.

período se realizaron una extraor­


dinaria cantidad de reformas de
diverso orden.

1°) P olítico-ad m in istra tivas.


Adoptó el sufragio universal, ex­
tendiendo el voto a todo hombre
libre al cumplir la edad de 20 años.
Suprimió el trad icion al Cabildo,
repartiendo sus funciones entre los
tres poderes: legislativo, ejecutivo
y judicial. Por la L ey del Olvido
concedió amnistía a todos los con­
denados y procesados por causas
políticas. Organizó el poder judi­
cial, en diversa instancia, y creó
el Defensor de menores, pobres y
ausentes, para asumir la represen­
tación de éstos en caso de ser pro­
cesados. Reorganizó la policía, que
pasó a depender del ministro de
gobierno, y fijó la jurisdicción de
los comisarios de la ciudad y de la tura de las calles de Buenos Aires,
campaña. Creó el Registro Oficial las ochavas en las esquinas y la
para la p u b lica ció n de leyes y numeración de las casas.
actas del gobierno y otras reparti­
ciones; creó el cementerio de la 29) Económico-financieras. En
Recoleta, cerrando otros que fun­ 1822 fundó el Banco de Descuen­
cionaban en iglesias y conventos. tos con la facultad de emitir mo­
Ordenó la delineación y nomencla­ neda de papel, y al año siguiente
la Caja de Ahorros, para fomentar de Blandengues de la Frontera, pa­
las pequeñas economía^. Contrató ra vigilar a los indios.
un empréstito con la casa Baring
Hermanos, de Londres, por valor 4 °) E clesiá stica s., Provocaron
nominal de cinco millones, con un cierta resistencia por afectar dere­
interés del 6 % anual, pero los chos considerados privativos de la
títulos sólo pudieron colocarse al Iglesia, como la supresión de cier­
70 % de su valor. Su importe de­ tas Órdenes, cuyos bienes fueron
bía emplearse en construir el puer­ confiscados; la fijación en 30 años
to de Buenos Aires, instalar un ser­ de edad para tomar los hábitos en
vicio de aguas corrientes y fundar los conventos, limitando el número
tres pueblos; ninguno de estos tres de sus miembros, que no podía ser
objetivos llegó a concretarse. Tam­ mayor de 30 ni menor de 16. Abo­
bién se procedió a la apertura de lió el cobro del diezmo, impuesto
la Bolsa Mercantil, para facilitar al culto, percibido directam en te
las tran saccion es c o m e r c i a l e s . por la Iglesia, y el fuero eclesiás­
Creó la Caja de Crédito Público y tico, derecho de los sacerdotes de
Amortización, para el puntual ser­ ser juzgados por un tribunal espe­
vicio de la deuda. Dispuso la for­ cial, aún por causas comunes.
mación anual del presupuesto, so­
metido a la aprobación del Poder 59) Educativas. Fundó la Uni­
Legislativo. versidad, designando rector a An­
tonio Sáenz, quien había elaborado
3 °) Militares. Por las leyes de el proyecto. La solemne inaugura­
Retiro y Premio, separó del servi­ ción se realizó en el templo de San
cio activo a cierto número de jefes Ignacio, el 12 de agosto de 1821.
y oficiales, asignándoles una pen­ Un decreto de febrero del año si­
sión. Otra medida reglamentó la guiente dividió su enseñanza en
confección y entrega de los unifor­ seis departamentos: 1°, de Prime­
mes y equipos de las tropas, y la ras Letras; 2°, de Ejercicios Prepa­
creación del Cuerpo del Orden, in­ ratorios; 3°, de Ciencias Exactas;
tegrado por comerciantes, propie­ 49, de Medicina; 59, de Jurispru­
tarios y principales vecinos para dencia, y 6°, de Ciencias Sagradas.
contribuir en caso de necesidad a Se creó el C oleg io de C iencias
sofocar cualquier tumulto o conato Morales, especie de bach illera to
de sedición. Restableció el cuerpo donde los alumnos eran pupilos y
vestían uniforme; allí se educaron otra provincia sin haber consulta­
muchos jóvenes famosos después do con las otras tres.
en la cultura y en la política. Se En 1823, Santa Fe pactó con los
desarrolló la instrucción primaria. orientales una cam paña contra
En 1820, Diego Thompson fue au­ los brasileños (que ocupaban su
torizado a aplicar el sistema llama­ territoriq) sin el consentim iento
do “Lancasteriano” (por el nombre requerido de los asociados. Con
de uno de sus cr e a d o r e s ). Con­ eso, el tratado cesó de hecho.
sistía en el empleo de “monitores”, En el orden político interno ca­
alumnos aventajados, que una vez be señalar un motín ocurrido la
que daba la clase el maestro, se noche del 19 al 20 de marzo de
hacían cargo de un grupo de com­ 1823, por un grupo de militares y
pañeros, para tomarles la lección civiles, so pretexto de defender la
y aclararles las dudas. Al recibirse, religión, a su entender atropellada
se les otorgaba el título de maes­ por el gobierno. Fue rápidamente
tros. En 1825 recibió el nombre sofocada por las tropas al mando
de Escuela Normal. Cesó en 1831. del coronel Dorrego.
La clase acomodada mandaba a
sus hijos a colegios pagos. En 1822
se fundaron escuelas en los prin­ C a m p a ñ a d e l D e s i e r t o . Bajo
cipales puntos de la Cam paña. las órdenes directas del goberna­
También se fundó la Sociedad de dor Rodríguez, se realizaron tres
B en eficen cia , por decreto del 2 campañas contra los indígenas, al
de enero de 1823. Fue su primera sur del río Salado, considerado lí­
presidenta Doña M ercedes Lasala mite de separación, llegando hasta
de Riglos. Confiaba a las damas las sierras de Tandil, pero sin con­
la Casa de Expósitos, el Asilo de seguir todavía crear centros es­
Huérfanos (sin protección de fa­ tables.
miliares), el Asilo de Dementes y
E xtraviados (locos y maníacos)
y el Hospital de Mujeres. También A c c ió n D ip lo m á t ic a . Como
le fue confiada la creación y di­ había ocurrido en el Perú, también
rección de las escuelas de niñas acudieron a Buenos Aires Comi­
en la ciudad y campaña. sionados Regios, para arreglar un
acuerdo con los liberales españo­
les, adueñados del poder. La con­
T r a ta d o d e l C u a d r ilá t e r o . dición de independencia absoluta,
Acordado el 25 de enero de 1822, anteriormente invocada por San
consagraba la paz y amistad, ade­ Martín, malogró la misión.
más de la ayuda recíproca en ca­
so de agresión externa, la libertad
de comercio entre ellas y la con­ R e l a c i o n e s c o n e l B r a s i l . El

vocación de un Congreso General 7 de setiembre, el príncipe don


para organizar definitivamente el Pedro, hijo del Rey de Portugal,
país. a quien representaba, proclamó la
Recibió ese nombre por ser cua­ independencia. Un congreso esta­
tro las provincias que lo firmaron: bleció el Imperio como forma de
Buenos Aires, Santa Fe, Entre gobierno, coronando a don Pedro.
Ríos y Corrientes. Un artículo pro­ Comunicado el hecho, se envió a
hibía iniciar h ostilidades contra R ío de Janeiro una comisión di­

277
Este grabado de D ’ Orbigny muestra un grupo de indígenas patagones y aucas (a u ca : sinónimo de
“ guerreros” aplicado a diversas tribu s), en la localidad de Carmen de Patagones.

plomática para gestionar la eva­ los de Guerra y Hacienda, pero no


cuación de la Banda Oriental, a a Rivadavia, que se ausentó a In­
lo que el soberano se negó. glaterra. Su cartera quedó provi­
sionalmente a cargo de García.
G o b i e r n o d e L a s H e r a s . El 2
de abril de 1824, la Junta de Re­
presentantes eligió gobernador, en
reemplazo de Rodríguez, al gene­ El Congreso Constituyente
ral Las Heras, famoso por sus brin-
llantes campañas en Chile y Perú. En diciembre de 1824 se reunió
Éste quiso mantener a los minis­ un Congreso Constituyente, forma­
tros de su antecesor, aceptando a do por diputados de todo el país,
a razón de uno por cada 15 000
habitantes o fracción mayor a los
7 500. Cuarenta en total. Este nú­
mero fue duplicado a fines del año
siguiente.
Figuraban también representan­
tes de la Banda Oriental, Tarija
y Misiones. E lig ió presidente a
Manuel Antonio Castro, diputado
por Buenos Aires, reemplazado a
fines de enero de 1825 por Lapri-
da, diputado por San Juan. Por
primera vez se tomaron apuntes
taquigráficos de las sesiones.

G en eral G re g o r io L as H éras.
Portada de la Constitución de 1826.

El 23 de enero de 1825 se votó


una L ey Fundamental, que 'con­
fiaba el Poder Ejecutivo Nacional
interinamente al gobierno de la
Provincia de Buenos Aires. Esto
implicaba el cese de Las Heras co­
mo gobernador; en efecto, el 6 de
febrero de 1826 resultó elegido
presidente Rivadavia, por 35 votos
sobre 39 presentes. Tras algunos
reparos legales, tanto de Las Heras
como de la Junta de Representan­
tes de las Provincias, que fue di­
suelta por el Congreso, quedó fija
la designación. Meses más tarde,
Las Heras pasó a residir a Chile
con su familia.

P R E S ID E N C IA DE R IV A D A V IA

El 8 de febrero de 1826 asumió aunque unitaria, reconocía cierto


el m ando; n om bró a Alvear mi­ grado de libertad a las provincias:
nistro de Guerra y Marina, a Ju­ los gobern adores seguían siendo
lián Segundo Agüero, de gobierno; designados por el Presidente, pero
a Francisco de la Cruz, de Nego­ con acuerdo del Senado y de en­
cios Extranjeros, y a Salvador M a­ tre los tres candidatos propuestos
ría del Carril, de Hacienda. por un “Consejo de Administración
El 4 de marzo el Congreso apro­ Provincial” encargado de atender
bó una ley por la cual la ciudad asuntos locales y cuyos miembros
de Buenos Aires con su territorio duraban cuatro años.
adyacente pasaba a ser Capital de
la Nación; el resto de la provincia O p o s ic ió n de la s p r o v in c ia s .
quedaba también sometido a las Las protestas fueron unánimes,
autoridades nacionales interina­ encabezadas por Córdoba. Una ac­
mente. Semejante medida, que de titud precipitada del general La-
hecho suprimía a la Provincia de madrid agravó el conflicto: envia­
Buenos Aires, fue acaloradamente do a Tucumán, su provincia natal,
discutida, y finalmente aprobada para reclutar fuerzas destinadas a
por los diputados, por 25 votos la guerra ya declarada al Brasil,
contra 14. de la cual se hablará más adelan­
te, empleó a éstas para reemplazar
C o n s t i t u c i ó n d e 1826. Apro­ por la fuerza al gobernador y cele­
bada el 24 de diciembre, decla­ brar un pacto con los gobernadores
raba aprobar la forma de gobierno de Salta y Catamarca, de filiación
de represen tación repu blican a, unitaria. Un caudillo riojano, Juan
consolidada en unidad de nación; Facundo Quiroga, salió a combatir­

279
lo y lo derrotó en El Tala (octu­ comunes, entre los que se encon­
bre de 1826). traba Quiroga, quien desem peñó
Alarmado por estos sucesos, el un destacado papel en la lucha que
Congreso resolvió destacar comi­ sofocó el movimiento. Así obtuvo
siones para entrevistar a 'cada go­ com o premio su libertad.
bernador, entregar un ejemplar de Vuelto a la provincia natal, lo
la Constitución de 1826 y expli­ designaron con el cargo de sargen­
carles sus alcances. Quiroga devol­ to mayor de Milicias, con las que
vió el mensaje sin abrirlo; Bustos, venció a Lamadrid, primeramente
de Córdoba, lo pasó a la Legislatu­ en El Tala y por segunda vez en
ra, que rehusó examinarlo. Ibarra El Rincón. Luego consiguió some­
insultó al delegado y le dio orden ter a su influencia, no sólo a La
de retirarse inmediatamente, mien­ Rioja, sino también a Tucum án,
tras que Estanislao López, por su Catamarca, San Juan y Mendoza.
parte, se limitó a consultar a su Pudo levantarse así contra Riva-
Legislatura, que igualmente lo re­ davia: el caudillo gaucho del inte­
chazó. rior frente al presidente del Litoral.
Pese a estas enormes dificulta­
Q u i r o g a . Fue éste uno de los des, más la perspectiva de una gue­
principales protagon istas de las rra con el Brasil, Rivadavia, en los
guerras civiles. Natural de La Rio- 16 meses de su gobierno, ayudado
ja, formó parte del regimiento de por el Congreso, sancionó memo­
Arribeños y después del regimien­ rables leyes, que en general no pa­
to de Granaderos a Caballo, pero saron por el momento de ser pro­
abandonó sus filas y volvió a San yectos, pero destinados a cumplirse
Luis, donde en 1819 fue encarce­ más adelante.
lado por sus fechorías. Entre ellas cabe citar:
En esta ciudad estaban confi­
nados Marcó del Pont junto con 1®) La ley de enfiteusis: siste­
otros generales y jefes realistas ma de entrega condicional de lotes
rendidos en C hile. En 1819 se de propiedad del Estado, a quie­
sublevaron gracias al apoyo de al­ nes se comprometieran a ocuparlas
gunos vecinos con los que habían y trabajarlas personalmente. Paga­
trabado cordiales relaciones. Apu­ rían un canon anual; si al cabo de
radas las autoridades locales, re­ veinte años aún la ocupaban, la
forzaron sus tropas con los presos adquirirían en propiedad absoluta
(aplicada solamente en Buenos Ai­
res, pronto la alteró la especula­
ción de mala fe).
Rosas liquidó el sistema, fijando
un plazo a los concesionarios para
comprar la tierra o devolverla al
Estado.
2®) Creación del Banco Nacio­
nal, sobre la base del Banco de
Descuento, que era provincial. T e­
nía el privilegio de imprimir papel
moneda de curso obligatorio; con-

Facundo Quiroga.
Bernardino Rivadavia. ( Óleo d e Prilidiano P uey-
rredón. )

cómodas, que les servían de asien­


to. Fundó un observatorio meteo­
rológico para la p red icción del
tiempo, y un museo de Historia
Natural.

Guerra con el Brasil

El emperador Pedro I consideró


a la Banda Oriental como una pro­
vincia dentro de sus territorios. En
Montevideo y otros puntos se eli­
gieron a diputados y senadores pa­
ra incorporarse al Congreso en Río
de Janeiro.
Muchos orientales disidentes,
refugiados en Buenos Aires, co­
menzaron a conspirar. Juan An­
tonio Lavalleja, jefe de un grupo
de sólo treinta y tre, componentes,
once de ellos argentinos, logró de­
sembarcar, el 19 de abril de 1825,
cedió préstamos y adelantos con en un lugar llamado el Rincón de
el interés del m ed io por ciento la Agraciada. Se le incorporaron
mensual. Fue resistida por muchos el general Fructuoso Rivera y el
prestamistas particulares, caudillos coronel Julián Laguna, uruguayos
provinciales que acuñaban mone­ al servicio del Brasil, con sus res­
pectivas tropas, a las que se suma­
da de mala ley, y por la propia
p rovin cia de Buenos Aires, que ron numerosos paisanos.
perdía su banco; com o afirma el
historiador Ramos Mejía, esto con­
tribuyó a la caída del régimen pre­
sidencial.

3? ) Creó un Servicio Nacional


de Correos, con dirección central
en Buenos Aires.

4? ) Estableció la vacu n ación


obligatoria contra la viruela para
los alumnos; dispuso la construc­
ción de edificios escolares, para

r
reemplazar las casas privadas, in-

P e d r o I , e m p e ra d o r d e l B rasil.
“ E l juram ento de los 33 orientales” . Este óleo de Juan M . Blanes evoca el desem barco del pequeño
grupo de patriotas uruguayos en la playa de La Agraciada, en donde se juramentaron.

El 14 de setiembre, Rivera ob­ El gobierno im perial protestó


tuvo un triunfo en el combate del enérgicamente y movilizó su es­
Rincón de las Gallinas, y el 12 de cuadra; en respuesta de ello Go­
octubre, Lavalleja otro en Sarandí. mensoro fue aceptado y se recono­
Mientras tanto, en el pueblo de La ció a la Banda Oriental “de hecho
Florida, un congreso nombró go­ incorporada a la República de las
bernador a Lavalleja, y el 25 de Provincias Unidas del R ío de la
agosto votó su adhesión “a las de­ Plata”.
más provincias argentinas”, envian­ Don Pedro declaró entonces la
do a Tomás Gomensoro para que guerra, el 10 de diciembre, y el
se incorporase al congreso reunido gobierno argentino la aceptó el l 9
en Buenos Aires. de enero de 1826.
CAMPAÑA TERRESTRE. Barbacena retrocedió, persegui­
ITUZAINGÓ do, y después de algunas manio­
bras, los dos ejércitos chocaron en
Un ejército ya concentrado en Ituzaingó, el 20 de febrero. Su lu­
Concepción del Uruguay cruzó el cha fue larga y obstinada, y termi­
río y, tras alguna demora, comen­ nó con la victoria de Alvear; pero
zó a operar a las órdenes del ge­ los vencidos se retiraron en orden
neral Alvear. y, reforzados por nuevas tropas, se
Con las incorporaciones urugua­ prepararon para una nueva cam­
yas alcanzó un efectivo de 5 000 a paña, en tanto que Alvear, carente
6 000 hombres. En una atrevida de todo refuerzo de hombres y ma­
maniobra, Alvear avanzó por el terial, se vio obligado a replegarse
valle del R ío Negro, región bosco­ y limitarse a mantener a raya a los
sa y prácticamente desierta, y el imperiales, venciendo sus vanguar­
26 de enero de 1827 llegó a la dias en los combates de Camacuá
ciudad fronteriza de Bagé, partien­ y Yerbal.
do en dos la línea adversaria.
Copiosas lluvias permitieron al
Marqués de Barbacena, jefe de los CAMPAÑA MARITIMA. BROWN
imperiales, replegarse y restable­
cer su unidad. Alvear lo hostigó La escuadra republicana, impro­
con dos columnas de caballería al visada, se reducía a unas diez na­
m an do de L a v a lle y M ansilla, ves de mediano porte y quince em­
quienes consiguieron las brillantes barcaciones menores. La escuadra
victorias de Bacacay y Ombú, res­ imperial contaba con 80 unidades,
pectivamente. 64 de primera línea.
Ésta procedió a bloquear la en­ sembarco, enviada a destruir la
trada del R ío de la Plata, priván­ base de Carmen de Patagones (fe­
donos de toda comunicación ex­ brero-marzo de 1827). Consiguie­
terior. Aunque no pudo levantar ron desembarcar, pero fueron re­
el b loq u eo, audaces ataques de chazados por la heroica defensa a
Brown abrieron brechas proviso­ cargo de una escasa guarnición, re­
rias que perm itieron incursiones forzada por grupos de gauchos vo­
audaces de algunas naves nuestras, luntarios.
hasta el mismo frente de R ío de Una de las naves fue hundida, y
Janeiro, con graves pérdidas para las otras tres, asaltadas con lan­
los adversarios. chas, se rindieron, quedando to­
Frente a La Colonia y Montevi­ talmente an iqu ilad o el enemigo.
deo, Brown realizó intrépidas ope­ Mandaba a los defensores el coro­
raciones de hostigamiento. Los im­ nel Lacarra, y a los voluntarios, un
periales intentaron, con un golpe famoso gaucho llamado Molina.
decisivo sobre Buenos Aires, des­ Brown intentó varias veces rom­
truir nuestra escuadra. El 11 de per el bloqueo, pero, pese a sus
junio atacaron con 31 naves; el prodigios de audacia y heroísmo,
pueblo de la ciudad, concentrado no lo consiguió. Los dos principa­
en la playa, siguió con angustia las les encuentros se produjeron frente
peripecias de la lucha, y cuando a Monte Santiago (fines de febre­
al final los atacantes debieron re­ ro ), y entre Quilmes y Punta Lara
tirarse, estalló en una rum orosa (mediados de junio).
aclamación de júbilo. R iva d a v ia , acosa d o al mismo
Al desembarcar Brown, fue al­ tiempo por los caudillos, envió a
zado en andas y paseado hasta el Río de Janeiro una misión enca­
Fuerte. Otros dos éxitos notables bezada por García; com o le reco­
fueron el triunfo de Juncal, a la mendaron conseguir la paz a todo
entrada del río Uruguay, el 9 de trance, aceptó las condiciones del
febrero de 1827, donde Brown des­ imperio: evacuación de la Banda
truyó casi por completo a una di­ Oriental, desarme de Martín Gar­
visión enemiga que impedía el pa­ cía y pago de una indemnización
so por este río a los refu erzos por los perjuicios causados al co­
argentinos, y una expedición de mercio brasileño por los corsarios.
4 naves con 400 hombres de de­ Su conocimiento produjo una vio­

E l com bate naval de


Los Pozos, favorable
a la flota argentina.
{Según un ó le o de
E. de M ar ti n o. )

284
lenta indignación, que obligó a Ri- gobernador a Dorrego, el 18 de
vadavia a renunciar, el 27 de junio agosto de 1828. Éste tuvo que en­
de 1827, con la orden de ausentar­ frentar una violenta campaña opo­
se inmediatamente del país. sitora, que consideraba deshonrosa
Tras una leve tentativa de vol­ la paz con el Brasil. El desconten­
ver, en tiempos de Rosas, inmedia­ to de la o ficia lid a d del ejército
tamente frustrada, Rivadavia de­ vencedor de Ituzaingó era mani­
bió ausentarse de nuevo. Estuvo fiesto, y cundió la opinión de que
un tiempo en R ío de Janeiro, y se sublevaría al llegar a Buenos
pasó luego a Cádiz, donde falleció Aires.
el 2 de setiembre de 1845. Sus Enterado Dorrego, a quien acon­
restos fueron repatriados en 1857, sejaron que licen ciase las tropas
y descansan en, un mausoleo de la antes de su arribo, consideró que
plaza Once de Setiembre. debía honrarlas con una recepción
Dorrego, en ese momento gober­ triunfal. Así fue acogida la prime­
nador de Buenos Aires, envió otra ra división, al mando de Lavalle;
misión al Brasil, compuesta por pero el l 9 de diciembre éste mar­
los generales Guido y Juan Ramón chó al frente de la misma para
Balcarce, con el poderoso auxilio ocupar el Fuerte.
de Lord Ponsonby, agente confi­ Dorrego huyó, mientras que sus
dencial del gobierno británico. Se ministros Guido y Balcarce enta­
acordó un nuevo tratado de paz, blaron negociaciones. La tarde de
el 27 de agosto. La Banda Orien­ ese mismo día se reunieron los uni­
tal sería reconocida com o “Repú­ tarios en la iglesia de San Roque
blica Independiente”, y los brasi­ y designaron gobernador a Lavalle,
leños proced erían a evacuar las agitando sus sombreros en medio
guarniciones que conservaban en de un gran griterío. También re­
la Colonia y Montevideo. No se solvió la disolución de la Cámara
trató acerca de ningún tipo de in­ de Representantes.
demnización. El tratado fue acep­ El flamante gobernador salió en
tado por una convención nacional persecución de Dorrego, derrotan­
reunida en Santa Fe en setiembre do en Navarro a las pocas fuerzas
de 1828. que lo acompañaban y tomándolo
Los uruguayos sancionaron una prisionero. Algunos personajes uni­
C on stitu ción , aprobada por el tarios enviaron cartas a Lavalle
Brasil y la Argentina, y proclama­ aconsejándole que lo fusilara; con
da solemnemente el 18 de julio alevosía insinuaron que acaso no
de 1830. se atrevía a hacerlo.

El predominio federal

GOBIERNO DE DORREGO

R e v o l u c ió n d e l l9 d e d ic ie m ­
bre de1828. Vuelta Buenos Ai­
res a su carácter de provincia, la
Cámara de Representantes eligió

M a n u e l D o rre g o .
Juan Lavalle.

a Córdoba, venció a Bustos en la


hacienda de San Roque y ocupó
la ciudad, donde fue proclamado
gobernador.
En junio invadió Quiroga la pro­
vincia por el sur y consiguió ocu­
parla. Paz acampó en La Tablada,
algo al oeste, donde el 22 y 23 se
trabó una reñida lucha. La habi­
lidad estratégica de Paz descon­
certó y finalmente dispersó las tro­
El concepto del coraje, caracte­ pas de Quiroga, que sólo acertaba
rístico de Lavalle, se indignó ante a atropellar buscando el entrevero.
la supuesta duda, y ordenó la in­ D e esa manera sus 5 000 hombres
mediata ejecución, com u n ica n d o cedieron ante menos de la mitad
en parte oficial haberla efectuado de adversarios, abandonando 1 000-
“por su orden”. Sin embargo, agre­ muertos y 500 prisioneros.
gó: “Quiera el pueblo de Buenos Por su parte L a v a lle invadió
Aires persuadirse de que la muerte Santa Fe; su importante retaguar­
del coronel Dorrego es el sacrifi­ dia, a las órdenes del coron el
cio mayor que puedo hacer en su Rauch, fue vencida y dispersada
obsequio”. Lavalle se arrepintió por los gauchos e indios del cau­
am argam ente más tarde de este dillo Miranda. Mientras tanto, La-
acto. valle, extraviado por falsos guías,
La víctima era la única persona acampó en un lugar de pastos no­
con suficiente prestigio entre los civos que envenenaron la mayoría
federales para competir con Rosas; de sus caballos. E n torp ecid o en
le dejó, pues, abierto el camino sus maniobras, fue derrotado el 26
a la gobernación. Sirvió también de abril en Puente de Márquez,
de motivo para que la convención, por las fuerzas combinadas de Ló­
reunida en Santa Fe, designara a pez y Rosas.
Estanislao López “Jefe del Ejérci­ Vuelto a Buenos Aires, tuvo que
to Nacional”, recomendándole res­ sufrir la agresión del capitán fran­
tablecer el orden alterado por la cés Venancourt, quien con dos bu­
insurrección del l 9 de diciembre. ques de guerra consiguió liberar a

CAMPAÑAS DE PAZ Y LAVALLE

El l 9 de enero de 1829 llegó a


Buenos Aires la segunda división
del e jé rcito , m andada por José
María Paz. En una entrevista con
Lavalle, convinieron que éste ope­
raría en el Litoral mientras que
Paz lo haría en el interior. Marchó

General José M aría Pa*.

286
muchos presos políticos que La- Pero la noticia de los triunfos
valle, para mayor seguridad, había de Paz envalentonó a los unita­
embarcado en un pontón, condu­ rios, que n o aceptaron la lista
ciéndolos al campamento rosista compartida y se presentaron con
de La Ensenada (cerca de la ac­ una propia que triunfó holgada­
tual ciudad de La Plata). mente. Contrariado, Lavalle anuló
Lavalle decidió entonces nego­ la elección y mantuvo en Barracas
ciar, y con su tradicional temeri­ otra conferencia con Rosas; acor­
dad marchó solo al campamento daron que aquél renunciaría y se­
de Rosas en Cañuelas, donde, ante ría reem p la za d o por Juan José
el asombro de los centinelas, pidió Viamonte.
ser llevado a la presencia de éste.
Como no estaba, se echó sobre su
catre de campaña y se quedó dor­ R osa s g ob ern a d or d e p r o v in ­
mido. Al volver Rosas, éste lo c ia .Ganado a la causa federal, en
despertó y entablaron una larga vez de llamar nuevamente a elec­
conversación de la que resultó la ciones como lo había dispuesto La-
Convención de Cañuelas, que acor­ valle, Viamonte decidió restable­
daba elegir una Cámara de Repre­ cer la que funcionaba durante el
sentantes de una lista de candida­ gobierno de Dorrego, disuelta por
tos, que una vez reunida eligiría la resolución unitaria del l 9 de di­
gobernador a Félix Álzaga. ciembre de 1828. Sus componen­
Juan M anuel de Rosas.

Rosas y nunca lo hizo, pretextando


que el país “no estaba todavía pre­
parado” para resolver el arduo
problema.

D e r r o t a d e lo s u n ita r io s .
Córdoba fue simultáneamente in­
vadida por un ejército porteño de
4 000 hombres y fuerzas santafe-
sinas de López; de Santiago del
tes eligieron gobernador a Rosas Estero, donde había instaurado su
el 6 de diciembre de 1829 por 32 poder Felipe Ibarra, y nuevamente
votos contra 2, concediéndole “fa­ por Quiroga, desde Cuyo.
cultades extraordinarias”. El día 8 Los lugartenientes de Paz, quien
se hizo cargo del poder. se reservó para combatir a López,
fueron vencidos totalmente por las
fuerzas invasoras, que además su­
blevaron al gauchaje de Córdoba.
La Liga Unitaria y la Federal El 10 de mayo, en el curso de
una escaramuza, habiéndose ade­
Quiroga restableció su ejército y lantado Paz, fue engañado por las
en febrero de 1830 volvió a inva­ exclamaciones de una partida que
dir Córdoba, pero sufrió un defini­ lo saludó de lejos y se dirigió a su
tivo desastre en Oncativo (25 dfc encuentro. Al acercarse y advertir
febrero de 1830). En ese momen­ el error, volvió grupas, pero con
to habían llegado dos comisionados un tiro certero de boleadoras lo
de Rosas para tramitar un acuer­ derribaron y fue capturado cerca
do; Quiroga se refugió dentro de la de El Tío.
galera que los transportaba, que Lo llevaron a Santa Fe, donde
lo condujo a Buenos Aires. López lo trató con respeto. Su ac­
El 31 de agosto, delegados de titud era calculada. Como todos
diez provincias reunidos en Cór­ los caudillos, admiraba y temía su
doba votaron una “Liga de Paz y gran capacidad militar; tenerlo a
Alianza”, designando a José María su disposición implicaba una ven­
Paz supremo jefe militar interino, taja enorme sobre sus rivales.
hasta tanto se constituyera el país. Rosas no dejó de comprenderlo,
Frente a esto, los representantes y pidió su remisión a Buenos Aires
de Buenos Aires, Santa Fe y En­ para procesarlo en su carácter de
tre Ríos firmaron en Santa Fe, el Jefe Supremo de la Federación.
4 de enero de 1831, el llamado Una vez en su poder, lo confinó a
“Pacto Federal” o “Liga del Lito­ Luján, donde residió con cierta co­
ral”; Corrientes envió su adhesión. modidad, aunque m uy v ig ila d o.
Se creó una Comisión Permanen­ Más adelante lo trasladó a Buenos
te, con amplias facultades, hasta Aires, le dio de alta en el ejército
tanto no se reuniera un Congreso y le toleró un domicilio privado.
General Federativo para constituir Alguien le aconsejó que visitara
definitivamente el país. Es éste a Rosas para agradecerle; tras mu­
el congreso que debía con v oca r cho vacilar acudió a la casa parti­

288
En el museo de Luján se conserva esta celda de
la cárcel, utilizada en época de Rosas. E n ella
fue recluido el general Paz.

causa federal. La Cámara entregó


a Rosas el grado de brigadier y el
título de “Restaurador de las Le­
yes”, que aceptó después de débi­
les reparos de una supuesta modes­
tia. Uno de sus primeros actos fue
rendir un solemne funeral a Dorre-
go; pronunció un breve discurso
anunciando que la inocencia y el
crimen no serían confundidos.
Luego, sucesivamente: a ) orde­
nó quem ar en a cto p ú b lico los
ejemplares de los impresos publi­
cados a pártir del 1° de diciembre
que contuvieran ataques contra las
personalidades del Partido Fede­
ral; b ) declaró reos de rebelión a
cuantos habían participado de la
revolución del 1° de diciembre que
habían encumbrado a Lavalle, sal­
cular de éste en la calle Alsina. vo los que después hubieran dado
Como el tiempo pasaba, Paz salió pruebas in equ ívocas de repudio;
al patio y comenzó a recorrerlo c ) ordenó que la divisa punzó fue­
con impaciencia. Allí tuvo la sen­ se de uso obligatorio por parte de
sación de que Rosas lo espiaba; los empleados, sacerdotes, aboga­
finalmente acudió Manuelita, dis­ dos, médicos, etc., con la inscrip­
pensando a su padre, que no lo ción “Federación”, para civiles, y
podía recibir. Como López, Rosas “Federación o Muerte”, para los
también estimaba que en caso de militares.
guerra externa o interna el más Conforme a la con v en id o, co­
capacitado para maniobrar contra menzó a reunirse en Santa Fe un
el enemigo era Paz. Al cabo de un Congreso Constituyente. Rosas re­
tiempo, éste consiguió evadirse. tiró a sus representantes y los de­
más se fueron retirando, quedando
disuelto.

ROSAS EN EL GOBIERNO M e d i d a s d e G o b i e r n o , a) im­


plantó la enseñanza obligatoria de
Al ser secuestrado Paz, su ejér­ la religión en las escuelas; b ) pro­
cito, dirigido por Lamadrid, se re­ hibió la instalación de pulperías y
tiró a Tucumán, donde fue derro­ tiendas volantes en la campaña;
tado nuevamente por Quiroga en c ) reglam entó severam ente los
La Ciudadela; de esta manera to­ juegos de carnaval; d ) ordenó una
das las provincias quedaron en ma­ requisa general de armas, prohi­
nos federales. biendo su venta a particulares;
E n e n e ro de 1832, un s o le m n e e ) reorganizó la policía, aumen­
“t e d é u m ” c o n s a g ró e l t r iu n f o d e la tando el número de comisarios de

289
Grabado popular de la época que representa a los “ colorados” de Rosas, grupo de gauchos discipli­
nados militarmente.

la campaña. Su gestión financiera decepción de Rosas, que esperaba


fue precaria y persistió con ligero serle reiteradas. Tradujo su des­
aumento del déficit entre gastos e contento en rechazar por tres veces
ingresos. la reelección en su cargo.

P o l í t i c a e x t e r i o r . Restable­
ció las relaciones con la Santa Se­ GOBIERNO DE BALCARCE
de, interrumpidas desde la Revolu­
ción de Mayo. Nombró a Alvear
Fue elegido entonces goberna­
nuestro representante en los Es­ dor Juan Ramón Balcaice, quien
tados Unidos de América, cargo asumió el cargo el 17 de diciembre
que ocupó hasta su fallecimiento.
de 1832. El nuevo mandatario ob­
Nombró a Manuel M oreno Encar­
servó una política propia, que lo
gado de Negocios en Inglaterra.
liberaba de ser simple instrumento
P rotestó en érgicam en te por el
de su antecesor. Fue apoyado por
atropello cometido contra las islas la clase moderada, y provocó la
Malvinas el 31 de diciembre de
reacción indignada de los rosistas,
1831, por la nave de guerra nor­
quienes apodaron lomos negros a
teamericana Lexington, destacada
los de esa clase por usar levitas de
en misión de vigilancia contra pi­
ese color. En la renovación de las
ratas y corsarios. D e acuerdo con
Cámaras ganaron los lomos negros,
una ley de 1821 decretó que todo
lo que motivó tumultuosas protes­
extranjero, con más de dos años
tas, atribuyéndolo a fraude. Ei?
de residencia, propietario comer­
ese momento, Rosas estaba ausen­
ciante o en ejercicio de una profe­
te en la Campaña del Desierto, y
sión liberal u oficio mecánico, de­
su esposa, de genio arrebatado, no
bía enrolarse y servir en la “Guar­
vacilaba en tramar intrigas.
dia Nacional” para garantir el or­
den público. D aría m o tiv o más
tarde a un serio conflicto diplo­
mático con Francia. LA CAMPAÑA DEL DESIERTO
En mayo de 1832, Rosas devol­
vió las “facultades extraordinarias”. Rosas había concebido un vasto
Esa devolución, tras acalorado de­ proyecto de campaña contra los in­
bate, fue aceptada con profunda dígenas. Desde Chile, dirigida por

290
el general Bulnes, desde el Cen­ REVOLUCIÓN DE LOS
tro por Quiroga y desde Buenos RESTAURADORES
Aires por el mismo Rosas. Los chi­
lenos desistieron. Quiroga no acep­ El 11 de octu b re de 1833,
tó; las operaciones del Centro tu­ 10 000 hombres, entre militares y
vieron por principal ep isod io la civiles, se reunieron en Barracas al
derrota del ca ciq u e Y anquetruz mando del general Agustín Pinedo,
por Ruiz Huidobro, en Las Acolla­ sitiaron Buenos Aires, sosteniendo
radas (sur de San Luis). Allí se algunos combates con las fuerzas
detuvo por falta de recursos. locales. Esas laboriosas negocia­
Rosas fue el único que llenó su ciones obtuvieron la renuncia de
cometido. Salió de la guardia del Balcarce. La Cámara de Repre­
Monte el 22 de marzo y acampó sentantes lo reemplazó por Via-
en Napostá, algo al sur de Bahía monte, con carácter interino.
Blanca; de allí despachó columnas A éste le fue imposible mante­
que recorrieron el río Colorado ner el orden: grupos de empon­
hasta sus nacientes y el río Negro chados recorrían las calles al
hasta la confluencia del Neuquén anochecer, tiroteando las casas de
y el Limay. En su expedición res­ los contrarios a Rosas; por ello re­
cató a unos 2 000 cautivos, causó nunció, el 3 de junio.
6 000 bajas y p or prim era vez, La Cámara de Representantes
aunque por poco tiempo, consiguió eligió entonces a Rosas, quien no
d e s p e j a r d e i n d i o s la p r o v i n c i a . aceptó; ta m p oco aceptaron sus

291
principales adeptos; finalmente el partidario del aplazam iento del
presidente de la Cámara, Manuel mismo.
V. Maza, se hizo cargo del mando. En noviembre de 1834 estalló
un conflicto armado entre el go­
bernador de Salta, Pablo Latorre,
y el de Tucumán, Alejandro H e­
ASESINATO DE QUIROGA
redia. Rosas convenció a Quiroga
de ir a reconciliarlos; a éste le gus­
Tres caudillos locales aspiraban tó la idea, pues le daría prestigio,
a adueñarse del poder nacional: pero temía el riesgo de ser hostili­
Rosas, López y Quiroga. López, zado por los Reynafé al cruzar
caudillo del litoral, necesitaba ex­ Córdoba. Calculó que podría evi­
pandirse hacia el interior para dar tar el peligro con la rapidez de su
más cuerpo a su zona de influen­ marcha, que no daría tiempo de
cia; Quiroga, caudillo de la región preparar una emboscada. Efecti­
andina, precisaba en cambio acer­ vamente, llegó sano y salvo a San­
carse al litoral para tener acceso tiago del Estero, pero allí se en­
al R ío de la Plata. teró de la derrota y muerte de
El primero m archaba hacia el Latorre, que hacía inútil toda ges­
oeste, el segundo hacia el e ste: tión, y emprendió el regreso.
chocaron en Córdoba. Rosas que­ Había dado marco suficiente pa­
dó a la expectativa, considerando ra organizar la emboscada: en Ba­
la p osib ilid a d de una recíproca rranca Yaco, lugar agreste. El 16
destrucción. de febrero de 1835 fue atacado y
José Vicente Reynaíé, goberna­ muerto por una partida encabeza­
dor de Córdoba, se inclinó en fa­ da por Santos Pérez. Todos los
vor de López. Mientras tanto Qui­ ocu pan tes de la galera fueron
roga, instalado en Buenos Aires, igualmente ultimados, tras lo que
donde hacía vida social, auspició desbarrancaron el veh ícu lo. Allí
la urgencia de la reunión de un fue encontrado Quiroga, y sepul­
Congreso Nacional Constituyente, tado provisoriamente en una capi­
en abierta contradicción con Rosas, lla cercana.

Asesinato de Facundo Quiroga en Barranca Y aco. (Litografía d e B a d e / M u seo de Luján.)


El impacto de esta muerte fue Manuel López, fanático admirador
inmediato: el 7 de marzo de 1835 de Rosas.
la Cámara de Representantes vo­ Los presuntos culpables fueron
tó una ley nombrando gobernador trasladados a B uenos A ires; el
y capitán general de la Provincia proceso, instruido por Manuel Vi­
de Buenos Aires por cinco años a cente Maza, condenó a muerte a
Juan Manuel de Rosas, con la “su­ Santos Pérez y a José Vicente y
ma del poder público” durante el Guillermo Reynafé. Una vez fu­
tiempo que juzgara necesario. silados, los' cuerpos permanecieron
Antes de aceptar, Rosas pidió 6 horas colgados bajo los arcos del
que fuera consultada la voluntad Cabildo. Al mismo tiempo fueron
del pueblo: el escru tin io arrojó ejecutados en el Retiro otros cin­
9 312 votos en favor contra sólo 8 co reos.
en contra (28 de marzo). Se reali­
zó únicamente en la capital por
con siderarse urgente la designa­
ción y “ser evidente la adhesión Rosas
universal que por él manifiesta la
campaña”.
Con esta maniobra, el poder de Juan Manuel de Rosas nació en
Rosas no dependía ya de la Cá­ Buenos Aires el 30 de marzo de
mara de Representantes, sino di­ 1793. Hijo de León Ortiz de R o­
rectamente del pueblo. zas y Agustina López Osornio, am­
Al tomar el mando, el 13 de bos de familia de abolengo. Des­
abril, se em peñ ó en castigar de pués de algunos estudios en la
inmediato a los cu lpa b les de la escuela de F ran cisco A rgerich,
muerte de Quiroga. Cortó comu­ donde aprendió a escribir con le­
nicaciones con C órdoba (actitud tra caligráfica, clara y elegante, c o ­
imitada por otros caudillos) hasta mo lo muestran sus manuscritos,
tanto cesase el gobernador Reyna- pasó los mejores días de la niñez
fé. Éste fue separado del cargo, en la estancia conocida como el
nombrándose en su reemplazo a Rincón de López, en las bocas del

E xposición de los cadáveres de Santos Pérez y R eynafé, considerados culpables del asesinato de Fa­
cundo Quiroga. ( Litografía de B acle, “ M onum enta Iconographica” .)
r
r ío S a la d o , e n co n ta cto con lo s N o poseía talento superior; es­
g a u c h o s e in d io s . taba, en cambio, dotado de astucia
Desde 1811 asumió la dirección natural, espíritu práctico y profun­
de esa estancia, donde aplicó se­ do conocimiento de los hombres
vera disciplina. En 1813 contrajo y sus pasiones. Era muy laborioso,
enlace con Encarnación Ezcurra, pero dedicaba mucho tiempo a pe­
en quien encontró una compañera queños detalles de la administra­
enérgica y decidida. ción, como vigilar el empleo de
D ejó entonces la casa paterna cada resma de papel usada en las
para formar con Juan Nepomuce- oficinas, o la cuenta de las velas
no Terrero una sociedad dedicada consumidas por un cura de cam­
a la salazón de carne y pescado, paña. Nada escapaba a su control.
compraventa de frutos del país y Su insensibilidad moral incitó y
cría del ganado, que tuvo asiento autorizó los peores excesos contra
en la gran estancia “Los Cerrillos”, sus enem igos; amaba la broma
cerca de la localidad de Monte. mortificante y se rodeó de bufo­
Vicente López lo nombró “Coman­ nes, a quienes sugería y azuzaba
dante General de Campaña”, que grotescas ocurrencias.
era tanto como entregarle toda la Aborrecía el desorden y procla­
Provincia de Buenos Aires. maba frecuentemente “odio eterno
a los tumultos y obediencia a las
S e m b l a n z a d e R o s a s . Heredó autoridades constituidas”. Protegió
de la familia paterna los ojos cla­ los intereses de los estancieros lati­
ros, el tipo rubio, la elegancia en fundistas, a cuya clase pertenecía.
el porte y los modales, y de la ma­
dre, el espíritu terco y arrebatado
y el ansia de mandar. Usurpación de las M alvinas
Su larga permanencia en el cam­
po le permitió tratar con igual as­ Don Luis Vernet se estableció
cendiente a la gente culta de los en Puerto Soledad con varias fa­
salones porteños y al paisanaje de milias, ganado y útiles agrícolas;
las soledades de la pampa. en 1829 fue designado gobernador.

Aún se conserva este rancho de la estancia Los Cerrillos, que perteneció a la com pañía saladeril de
Rosas y Terrero.
D ocum ento que denuncia el ataque a la corbeta
“ Lexington” en Puerto Soledad. Publicado en
Buenos Aires, en 1832. ( M u seo de la Casa de
G obierno. )

representante oficial argentino en


Londres, elevó una protesta for­
mal. Siguieron largas negociacio­
nes infructuosas, quedando el inci­
dente sin solución.

La ciudad y la campaña

SOCIEDAD, ECONOMÍA
Y CULTURA

L a s o c i e d a d . La clase llamada
“decente” (altos funcionarios, je­
fes militares, hacendados, comer­
ciantes, sacerdotes, profesionales,
etcétera) mantenía las tradiciona­
les relaciones de los bailes y ter­
tulias de los que era principal fi­
gura Manuelita, la hija de Rosas.
Éste se alojaba en una casa si­
Tuvo que enfrentar varios atrope­ tuada en la esquina de las actuales
llos de cazadores furtivos de lobos calles Bolívar y Moreno, pero pa­
marinos. Una fragata de guerra saba temporadas en otra residen­
norteamericana “lo castigó” enton­ cia ubicada en Palermo, precisa­
ces, d esem barcan do un destaca­ mente en el lugar donde ahora se
mento en P u erto Soledad, que levanta la estatua de Sarmiento.
arrestó a Vem et y seis de los prin­ Solía celebrar allí reuniones cam­
cipales vecinos (31 de diciembre). pestres.
Rosas entabló una reclamación También eran comunes las ca­
ante el gobierno de los Estados balgatas organizadas por la clase
Unidos de América y después de dirigente hasta San Isidro, en una
algunos trámites logró que éste la­ avenida a orillas del río llamada
mentara el hecho y reconociera la Pasaje de la Alameda (hoy Lean­
soberanía argentina. dro N. Alem ) : concurría gran nú­
En 1833 ocurrió otro atropello mero de personas, que la recorrían
con su m ad o por el capitán de la repetidas veces.
corbeta inglesa Clío. Valiéndose de Cabe citar también Los Santos
la imposibilidad de defensa, éste Lugares, cerca de la actual Villa
desembarcó en Puerto Soledad el Devoto, donde existía un campa­
3 de enero y arrió la bandera ar­ mento militar permanente, depósi­
gentina. to de armas y pertrechos. Éste
El gobierno protestó ante el en­ adquirió triste fama al ser emplea­
cargado de negocios en Buenos Ai­ do como cárcel de presos políticos,
res mientras que Manuel Moreno, donde en ocasiones los fusilaban.

295
L a c l a s e h u m i l d e . Compren­ actual calle Belgrano, apodada su
día varios niveles, según la impor­ zona “el barrio del mondongo” o
tancia de sus actividades económi­ “del tambor”. Según el lugar de
cas: los abastecedores de carne África de donde los habían traído,
poseían playas de matanzas, carre­ formaban grupos con un “rey” o
tas, puestos de venta, etc. Se les una “reina” y una comisión encar­
reconoció un tribunal propio para gada de celebrar ruidosas fiestas
resolver los asuntos referentes a donde se bailaba el “candombe”.
su ramo. Rosas y su hija concurrían a veces.
Los plateros, lomilleros y herre­ Los indios fueron tratados amis­
ros tenían casi todos sus talleres en tosamente. Hacia el oeste de la
el barrio de La Concepción (sudes­ ciudad, acudían a ciertos puntos
te de la ciudad). para cambiar cueros, pieles, plu­
Los negros, fanáticos admirado­ mas de avestruz, etc., por aguar­
res de Rosas, residían en su ma­ diente, tabaco, y adornos de visto­
yoría en la parroquia de Montse­ sos colores. El gobierno dedicaba
rrat, iglesia que se levanta en la unos dos millones de pesos anua­

“ E l candom be fed era l". ( Cuadro de B on eo.) C om o contraste de la lámina anterior, un grupo de
negros, acompañándose por sus tambores tradicionales, baila el antiguo ritmo africano en presencia
de Rosas.
les para obsequiarles ropas, yerba, de” y el “British Packet”, órgano
azúcar, sal, reses, etc., que les eran de la colectividad inglesa.
entregadas por los pulperos de la En 1843 apareció “El Archivo
campaña. A m erica n o” , y durante un año
(1 8 3 7 /3 8 ) el semanario literario-
musical “ La M od a ” , de R a fa el
La c u l t u r a . En 1830 fue clau­ Corvalán.
surado el “Colegio de Ciencias M o­ Se destacaron el doctor Francis­
rales”. En su lugar funcionó, años co Javier Muñiz, por sus estudios
más tarde, un “Colegio Republica­ sobre fósiles, y el tratamiento de
no Federal”, de carácter privado, enfermedades infecciosas, y Pedro
dirigido por el jesuita Padre Ma- de Angelis, por su ordenación y
jesté. publicación de documentos histó­
En 1838 se dejó sin presupuesto ricos, fuente valiosa para los his­
a la Universidad, que debió em­ toriadores del futuro.
plear recursos propios para seguir El teatro gozó de gran favor;
funcionando. Al mismo tiempo se llevaba a escena obras del reperto­
suprimió el sueldo de los maestros rio español y tal cual traducción
de la ciudad y la campaña. Los de otras europeas. Al final del pe­
padres o encargados de los alum­ ríodo rosista actuaron con gran
nos debieron subvencionarlos. aceptación compañías de óperas lí­
También qu ed ó a ca rg o de la ricas venidas de Italia.
beneficencia la “Casa de Expósi­
tos” y el “Asilo de Huérfanos”. La
entrada de libros del extranjero y L a e c o n o m í a . Buenos Aires go­
los publicados en el país debían zó del cierre de la navegación de
ser aprobados previamente por la los ríos, que obligaba a las embar­
Censura. caciones extranjeras a dejar allí
El número de periódicos, que sus mercaderías; su aduana cobra­
alcanzaba en 1833 a 43, bajó a 3 ba los derechos de importación, an­
solamente; en 1842: “La Gaceta tes que parte de ellas pasaran al
Mercantil”, “El Diario de la Tar­ interior.

297
M ientras el litoral y diversos de marcas y señales. Las principa­
puntos del país sufrieron las con­ les industrias derivadas del ganado
secuencias de las guerras civiles, eran la saladera y la extracción de
faena de gran cantidad de ganado cueros.
para alimentar a los combatientes Se trató de extender el cultivo
y destrucción de talleres y centros del trigo. Rosas prohibió su im­
fabriles, Buenos Aires, mantenida portación, salvo cuando su venta
al margen de esas luchas, siguió alcanzase un precio máximo, y aun
progresando, sobre todo en su ga­ así con permiso especial.
nadería. El comercio sufrió grandes os­
En 1840, Claudio Stegmarrn in­ cilaciones; lo perjudicaron largos
trodujo ovejas y carneros de raza bloqueos de las escuadras inglesa
merina; en 1848, Guillermo White, y francesa durante los conflictos
el primer toro de raza Durham, sostenidos por ese motivo.
que se caracteriza por sus cuernos La moneda se desvalorizó con el
cortos. abuso de los billetes impresos. En
En 1844, Ricardo Newton ten­ 1851 alcanzaron un monto de 125
dió el primer alambrado, que sus­ millones; como carecían de respal­
tituyó con ventaja a las antiguas do en metálico, la onza de oro, que
cercas de troncos y arbustos. Tam­ valía 114 pesos al subir Rosas, se
bién se ensayaron nuevos sistemas cotizó a su caída en 331.

La EDITORIAL KAPELUSZ S.A. dio término a la decimoquinta edición de esta obra, que
consta de 8.000 ejemplares, en el mes de febrero de 1980, en los Talleres Gráficos La Prensa
Médica Argentina, Junín 845, Buenos Aires.

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