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En este Bosquejo para sermones vemos siete parábolas o misterios sobre “el reino de
los cielos”, los cuales son mencionados por Jesús en sus parábolas.
La palabra “parábola” aparece 36 veces en los cuatro Evangelios. En este capítulo Jesús
usó esta palabra 14 veces contando las siete parábolas sobre el Reino de Dios.
En este capítulo tenemos siete parábolas o misterios (versículo 11) sobre “el reino de
los cielos” Vs. 3. Tomando estas siete parábolas en conjunto tenemos la historia de la
iglesia desde su principio hasta su fin. Fue Jesús quien inició la iglesia durante su
ministerio aquí en la tierra. “He aquí, el sembrador (Jesús) salió a sembrar” (Vs. 3) hasta
su final “al fin del siglo” (Vs. 49).
Tabla de Contenidos
1 1. La Parábola del Sembrador – Vs. 3-9, 18-23
2 2. La Parábola del Trigo y la Cizaña – Vs. 24-30, 36-43
3 3. La Parábola de la Semilla de Mostaza – Vs. 31-32
4 4. La Parábola de la Levadura – Vs. 33
5 5. La Parábola del Tesoro Escondido – Vr. 44
6 6. La Parábola de la Perla de Gran Precio – Vs. 45-46
7 7. La Parábola de la Red – Vs. 47-50
o 7.1 Relacionado
En esta parábola tenemos el Sembrador que es Cristo y su iglesia (Vs. 3). La buena
semilla es la Palabra de Dios (Vs. 19) siendo sembrada en el campo, el mundo (Vs.
38). También tenemos cuatro resultados de la siembra, cuatro tipos de oyentes y el
resultado.
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los
abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No
puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que
no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los
conoceréis.” Mateo 7:16-20.
En esta parábola tenemos el enemigo que es el diablo (Vs. 39) sembrando su semilla
en la iglesia. La semilla que Satanás siembra es de mentira, odio, discordia y
divisiones. Pero la iglesia verdadera aguanta todos estos ataques de Satanás y será
victoriosa en el día final. Jesús dijo:
“edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
Es interesante notar que la cizaña no consiguió sofocar el trigo igual que Satanás no
puede destruir la Iglesia verdadera de Cristo.
Esta parábola da énfasis a la iglesia visible, la iglesia profesante que el mundo conoce
por su apariencia externa. Esta iglesia tenía su comienzo con el nacimiento de Jesús,
que no fue percibido por el mundo. Jesús nació humildemente y por 30 años el mundo
no conoció que el Hijo de Dios estaba aquí en la tierra. Pero como la semilla de mostaza
creció hasta ser un árbol, la iglesia ha crecido y se ha expandido por todo el mundo. En
su ramaje, (bajo el nombre cristiano) Satanás ha venido a hacer sus nidos, sus falsas
iglesias que profesan ser cristianas, pero por sus prácticas cualquier verdadero cristiano
puede reconocer que son falsas. Los peores crímenes contra la humanidad han sido
cometidos por una de estas falsas iglesias que tiene su sede sobre siete montes en Italia
(Apoc. 17:9). Los peores atrocidades contra los verdaderos seguidores de Jesús fueron
cometidos por esta iglesia falsa.
“Un tesoro escondido en un campo” Sabemos que según Vr. 38 “el campo es el
mundo”. En el mundo hay luz, porque los cristianos son “la luz del mundo” (Mateo 5:14),
pero la mayoría de las personas no lo encuentran la Luz, porque prefieren quedarse en
sus pecados, no queriendo buscar este tesoro. Pero cuando alguno lo encuentra, lo
esconde en su corazón. Pero este tesoro no puede ser escondido, porque cuando
Cristo entra en una vida, hay una transformación interna que se refleja en el rostro y de
la vida.
“Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su
rostro como el rostro de un ángel.” Hechos 6:15
“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin
letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con
Jesús”. Hechos 4:13
Hace muchos años dos hombres estaban buscando oro en una montaña, y uno de ellos
encontró una piedra muy singular. Partiéndolo, quedó electrizado al ver que contenía
oro. Trabajando duramente, pronto los hombres descubrieron una abundancia del
precioso metal. Embargados de gozo, empezaron a gritar contentos: “¡Lo encontramos!
¡Lo encontramos! ¡Somos ricos!” Pero tuvieron que interrumpir su celebración para ir a
una ciudad vecina, y aprovisionarse. Antes de salir del campamento, acordaron que no
dirían nada a nadie acerca de su hallazgo. Y, desde luego, ni uno de ellos dijo ni una
palabra de ello a nadie mientras estuvieron en la ciudad. Pero, para su sorpresa, vieron
cuando estaban dispuestos a retornar a su campamento, que había cientos de hombres
dispuestos a seguirles. Cuando preguntaron a la multitud quién era el que había
revelado su secreto, vino la respuesta: “Nadie. ¡Vuestras caras lo mostraban!”
“Va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo” Esta persona no está comprando
la salvación, porque ya la encontró. Ahora quiere poseer todo el campo, todo que el
Señor tiene para él. Está dispuesta a vender todo para seguir a Jesús y cumplir Su
voluntad. Para mi esto representa un cristiano dispuesto a seguir a Jesús, cualquier
que sea el costo. Jesús dijo a un joven que quería seguirlo:
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo; y ven y sígueme” Mateo 19:21.
La renombrada cantante de ópera, la sueca Jenny Lind, fue a Nueva York durante la
época culminante de su fama e influencia en el mundo de la música. Durante su visita,
asistió a un servicio en el que predicaba el Pastor Olaf Hedstrom. Al finalizar la reunión,
fue a hablar con el ministro, por cuanto sentía la carga de sus pecados pesando sobre
ella. Después de oír acerca de sus problemas, el predicador le presentó las demandas
de Cristo. Jenny Lind lloraba al arrodillarse e invocar el nombre del Señor, y fue
gloriosamente salvada. Hedstrom recibió más tarde varias cartas en las que ella le
expresaba su aprecio por la ayuda espiritual que había recibido. Dijo que había decidido
a dejar el teatro definitivamente y para siempre. Esta decisión hizo sensación, y sus
admiradores se manifestaron amargamente en contra. Pero ella se mantuvo firme en
su propósito, y se dedicó a seguir metas celestiales.
Un día una amiga halló a la antigua celebridad sentada en la playa con una Biblia abierta
en su falda. Después de haber hablado un cierto tiempo, vino la pregunta inevitable: “A
qué se debió que dejaras el escenario precisamente en tu tiempo de mayor
fama?” Estuvo un momento silencioso, y después dijo con profundidad: “Cada día que
pasaba, la actividad teatral me hacía pensar menos en mi Biblia, y a duras penas en
todo lo que hay más allá de esta vida, así que, ¿qué otro camino podía tomar, más que
éste?”
Este tesoro está en el mundo, pero no es del mundo. Este es un tesoro que solamente
los que buscan de corazón, lo encontraron.
En esta última parábola sobre “el reino de los cielos” tenemos la iglesia verdadera y la
iglesia falsa. La iglesia verdadera dentro la falsa, las dos en el mundo. La “red” fue
echada en el mar. Según Isaías 57:20 el mar es el mundo perdido, “Pero los impíos son
como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y
lodo.”
Jesús ordenó a su iglesia a lanzar la red en el mar y recoger todos los peces que ella
pueda. El trabajo de la iglesia no es para ser un tribunal que juzga a las personas que
quieren entrar en sus puertas. La iglesia es para toda clase de peces. El trabajo de la
iglesia es para lanzar la red, y tratar de adoctrinar todos los miembros, enseñando las
cosas que Jesús ordenó. Muchas veces un pez para el mundo es muy feo,
desagradable y sin ningún valor, pero el poder de Dios puede cambiar el corazón de un
hombre y hacerle apto para entrar en el reino de Dios.
Mel Trotter vivía en la ciudad de Chicago pero era un borracho. No conseguía vivir sin
el licor y cuando su niñita murió vendió sus zapatos nuevos para comprar la
bebida. Unas semanas después cuando estaba pensando en quitar su vida, en una
noche fría el estaba pasando por las calles de la cuidad y vio una luz y gente
cantando. Un señor en la puerta lo vio e invitó a entrar. Era un servicio evangélico y
cuando se hizo la invitación el fue a la frente y aceptó a Cristo como su Salvador. Su
vida se transformó y luego se tornó una nueva persona y dedicó su vida al Señor y se
tornó un gran predicador en aquella ciudad por muchos años.
En esta parábola leamos sobre la siega, “al fin del siglo” cuando todos las peces serán
recogidos. Es interesante notar que las peces buenos son recogidos primeros (Vs. 48)
como la verdadera iglesia de Cristo será raptada de este mundo antes del fin. Leamos
sobre este evento en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:51-52. Este evento
acontece antes de “la tribulación”. La iglesia falsa continuará por lo menos siete años
más, en cuanto la verdadera iglesia está gozando “las bodas del Cordero” en el
cielo (Apocalipsis 19:9-10).
Después vendrá el fin cuando los peces malos son recogidos, y juzgados por el Señor
(Vs. 49-50). Este es conocido como “el juicio del gran trono blanco” (Apocalipsis 20:11-
15). En este evento los malos serán juzgados por sus obras y castigados en el Lago de
Fuego, el infierno eterno por toda la eternidad.