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DE JUAN CAPITULO 15
VERSICULOS 1-17.
(CON RESPECTO A LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS COMO
RESPONSABLES DEL IGLECRECIMIENTO)
*Analice el evangelio de Juan capitulo. 15 versículos 1- 17 con respecto a lo que Dios espera de
nosotros como responsables del Iglecrecimiento y presente un ensayo de su estudio.
El Señor en tal sentido nos dice en su palabra: mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos.”
En este particular puedo inferir, que en esta porción de la palabra, Dios nos dice que nosotros
somos los pámpanos o brotes de la vid y que mientras estemos adheridos a sus ramas, entonces
podremos dar fruto; en cambio sí nos alejamos de ese árbol de la vid o tratamos de pegarnos a
otro árbol que no sea Jesus, entonces nos secaremos y solamente serviremos para hacer leña.
Dios lo que espera pues, es que nos mantengamos como sus verdaderos discípulos, vivos, puros
y conectados a la savia de nuestro Señor Jesucristo quien se ha manifestado como nuestra única
verdadera fuente de vida.
Pasemos pues a nuestro estudio analítico, y al respecto partiremos con el análisis del artículo
15: versículos 1 del libro de Juan que nos dice: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el
agricultor” (Juan 15:1).aquí el Señor Jesús en su eterna sabiduría, nos representa gráficamente
el evangelio con una granja donde hay muchas gente sembrando, trabajando predicando,
plantando pero donde esos frutos, esos testimonios no vienen del hombre directamente, sino
del gran poder de Dios Padre, quien es quien ha estado cultivando a través del Espíritu Santo,
pero, que en todo momento espera de nosotros la obediencia en sus mandamientos, porque
de esta depende nuestra autoridad espiritual y nuestra crecimiento.
Otra cosa muy clara es, que El Señor Jesús, El solo no representa esa vid, porque además está
su padre quien es El agricultor , quien se encarga de cortar todas las ramas en mí que no dan
fruto, y todas las que dan fruto las limpia para que den más. [...] Igual que la rama no puede dar
fruto por sí sola, sino que tiene que seguir unida a la vid, ustedes tampoco pueden dar fruto si
no siguen en unión conmigo. Yo soy la vid y ustedes son las ramas” (Juan 15:2-5).
Muy particularmente observo, que el Señor Jesús, fue enfático en su partida y aseguro que Él se
iria, pero antes les dejaría al Espíritu Santo, para consolar a sus discípulos fieles y es de esa
forma como se convertirán en sus ramas y así se convertirán en partes de esa vid, pero que
para poder dar fruto de calidad, es decir poder crecer en el evangelio, deberían permanecer
unidas al Señor, lo que no es más que permanecer en su palabra y dejar que la luz de Dios
Padre resplandezca en nuestras vidas y en nuestras iglesias con un crecimiento fuerte y
saludable, iglesias con miembros que han buscado mantener su corazón limpio del pecado, sea
amable con las personas, arranque todo rencor, toda pena y capaz de dar buenos frutos.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera
como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto
es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”
En este particular puedo inferir, que en esta porción de la palabra Dios nos dice que nosotros
somos los pámpanos o brotes de la vid y que mientras estemos adheridos a sus ramas, entonces
podremos dar fruto; en cambio si nos alejamos de ese árbol de la vid o tratamos de pegarnos a
otro árbol que no sea Jesus, entonces nos secaremos y solamente serviremos para hacer leña.
En tal sentido desde el punto de vista del Iglecrecimiento, tenemos que estar claro que si
permanecemos adheridos al árbol de la vid que es Jesucristo podremos dar fruto de vida eterna,
de lo contrario no podrán dar frutos de vida eterna, frutos en abundancia y si por el contrario
nos separamos de Él, en, perderíamos la sabia del árbol, es decir perderíamos el camino, la
verdad y la vida y fuera de Él solo encontraríamos tinieblas y finalmente nuestra alma, estaría en
peligro de perderse porque si no está Jesus, tampoco habrá salvación, porque Él fue quien vino
a morir en la Cruz del calvario por Usted y por mí.
Definitivamente, debo resaltar claramente en este caso La savia, los nutrientes, la energía debe
provenir de él. "Cuando le damos a Cristo, los deseos de nuestro corazón, entonces todo lo que
hacen es tocado y controlado por su amor. Ajustamos nuestras vidas a su voluntad, cuando
venimos a Él en la oración. En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así
mis discípulos" (Juan 15:7- 8).
Ahora Bien, “hay una sola prueba de que estamos dando Frutos” (Juan 15:7-11), aparte de que
nuestras oraciones estarán de acuerdo con todo lo que Cristo significa y desea en nuestras vidas
y nuestro crecimiento espiritual será de acuerdo al espíritu de Dios, por eso El solo nos pedirá
que permanezcamos en El y Él se encargara de producir nuestro carácter conforme a su
voluntad.