Está en la página 1de 2

No hurtarás

Lectura bíblica: Gal.. 5:14; Mt. 7:12; He. 4:12; Ro. 13:8; Ex. 22:1, 7; Lc. 19:8
Bosquejo
1. Robar quebranta la ley de Dios
2. El hecho de haber robado requiere restitución

Carga a impartir
Robar es tomar algo que pertenece a otra persona sin que ésta haya dado su
consentimiento. Esto incluye “prestarse” sin devolverlo o reponerlo. Robar es pecado,
y es algo que debe declarase primeramente confesando el hecho malo y después
reponiendo o restaurando lo que se tomó.

Versículo a memorizar
“... confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño, y añadirá
sobre ello la quinta parte..” (Números 5:7)

Detalles a enseñar
A. Hurtar quebranta la ley básica de Dios
1. La ley básica de Dios dice que debemos AMAR a nuestro prójimo como a
nosotros mismos (Gá. 5:14) y tratar a nuestro prójimo como nos gustaría
que nos tratara a nosotros (Mt. 7:12).
2. Hurtar es tomar lo que pertenece a otro. Ya sea que esa persona haya
trabajado por la cosa hurtada, o sus padres, o haya sido un regalo, de todos
modos, alguien tuvo que trabajar y pagar por ello.

3. Hurtar no sólo significa tomar el dinero de otros, o una cosa valiosa: hurtar
o robar es tomar CUALQUIER COSA que es de otra persona sin que ella
sepa o sin su permiso. Quizá sea una cosa pequeña, como un lápiz, un
borrador, una calcomanía, etc. Nuestra conciencia protestará fuertemente
si nosotros intencionalmente tomamos algo que no nos pertenece. Esa
fuerte advertencia interior representa la advertencia de Dios a nosotros. El
conoce nuestros pensamientos e intenciones (He. 4:12) y nos está
advirtiendo que no robemos.
B. Hurtar requiere restitución
1. Algunas veces hurtamos sin intención “pidiendo prestado” algo y
“olvidándonos” (o siendo descuidados) de devolverlo. Devolver alguna cosa
o devolver el dinero prestado es la responsabilidad de quien pidió prestado.
Si no devuelven aquello que se han prestado o no reponen el dinero, lo han
robado, exactamente como lo hace un ladrón. Aunque el que prestó quizá
haya olvidado que le pedimos prestado, el Señor no. Esta es una advertencia
para que no pidamos cosas prestadas a los demás (Ro. 13:8).
2. Otra forma de ser culpables de robar es tomar algo que encontramos.
Cualquier cosa perdida tiene un dueño. Si nos encontramos algo debemos
siempre buscar al dueño o devolverlo a la autoridad apropiada para que
pueda ser devuelta a su dueño (si es que esa persona reportó lo perdido). Si
la persona no reportó lo perdido y no se encuentra al dueño de aquél objeto,
probablemente regresará al que la encontró.

3. Hurtar requiere restitución. Esto significa que no solamente debemos


confesar nuestro pecado al Señor y al dueño del objeto, sino que debemos
pagar o reponer lo que hurtamos. En el Antiguo Testamento Dios requería
de reponer por lo menos una quinta parte más, algunas veces el doble o aun
el quíntuple (Nm. 5:7; Ex. 22:1, 7). Esto enseña al ladrón a no ser perezoso,
avaro ni codicioso. Dios se alegra cuando aclaramos las cosas malas que
hicimos en el pasado. Esto es lo que hizo Zaqueo cuando se salvó (Lc. 19:8).

También podría gustarte