Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El artículo es un acercamiento a la fábula gongorina desde un punto de vista del petrarquismo, una visión del
amor bajo la perspectiva lírica dominante de los siglos XV y XVI. En palabras de su autora «el estudio aboradará
tres cuestiones: el tratamiento del concepto del amor y la presencia de elementos renacentistas y barrocos en el
desarrollo del episodio amoroso; el tratamiento gongorino de la imagineria petrarquista; y el empleo de
estructuras petrarquistas».
La introducción nos sitúa en una descripción muy general de los rasgos petrarquistas y neoplatónicos, para de ese
modo poder ir profundizando en el desarrollo del estudio. El petrarquismo se desarrolla en entornos de naturaleza
idealizada, pues el mundo natural es el más perfecto de los mundos posibles. Esta suerte de locus amoenus, forma
una parte fundamental dentro de la fábula, pues cada elemento y cada paso que aparece dentro de la narración
están siempre en relación con este concepto. Dentro de este marco, la autora presenta una importante apreciación
recordando que estamos ante una obra del Barroco y que este periodo se caracteriza por una fuerte suma de
contrastes. La consumación amorosa de Acis y Galatea es ya una conducta impropia del ideal petrarquista, basado
en la idealización, por lo que desde la misma estructura argumental, sin entrar en detalles, Góngora nos da un
fuerte contraste: idealización vs consumación. Sobre los personajes se alude en el artículo a estos contrastes, la
autora nos muestra como Galatea cumple prácticamente con todos los cánones de belleza petrarquista, descritos
con metáforas alusivas a su blanca piel, a sus ojos como estrellas lucientes (quizá este sea el gran emblema
metafórico del petrarquismo), al color de sus mejillas, o la esquivez de su conducta, etc. La intención de la autora
no es desentrañar todos los significados entrelazados en los versos de Góngora, sino más bien aportar una visión
más global de las ideas para relacionarlas con el petrarquismo, así en los versos lucientes ojos de su blanca
pluma; / si roca de cristal no es de Neptuno, / pavón de Venus es, cisne de Juno la profesora Moranta explica la
asociación de la blanca pluma del cisne transmutada en pavón, en la que se reflejan los ojos de la ninfa; sin
embargo, en la edición de Ponce Cárdenas se advierte, aludiendo a Jorge Guillén, que existe una hipálage en el
intercambio de diosas y animales, un juego mucho más sutil y profundo, difícil de apreciar. Del petrarquismo de
Acis no se nos muestra tan abundante. La presentación de un joven vigoroso, viril, y de aspecto algo desaliñado
por la intensidad del calor, puede que no encaje en su totalidad con el petrarquismo, aunque si incluye muchos de
sus rasgos como su identificación con Cupido, o su propia juventud. La autora nos ofrece varias comparativas en
las que poder comparar los elementos de la fábula con los ideales petraquistas. Una vez expuestos los tópicos del
Canzionere, tanto en sus personajes como en las situaciones en las que ambos confluyen, la autora se adentra en
terrenos más estructurales que estilísticos, para poder apreciar la barroquización que ha sufrido el poema, y por
extensión, el barroquismo de Góngora. De los muchos elementos barroquizantes, destaca sobre todo la
bimembración, y el hipérbaton como elementos más característicos, esta desnaturalización del lenguaje alterando
gravemente el orden natural de sus elementos supone el gran paso adelante para la revitalización (y también en
parte denostación) de la fábula mitológica.
Otro de los puntos que destaca del artículo es la mención a la comentada paleta de colores de Góngora,
convirtiendo la fábula en un paisaje pictórico. Esta idea se aprecia cuando Cupido le clav en el pecho el pincel y
ella bosqueja la imagen de su enamorado. Más imágenes coloristas son el verde del entorno de este locus
amoenus, el rojo de la pasión, la blancura de la ninfa, el dorado del sol y del brillo de los ojos, el amarillo asociado
al cabello y barba de Acis, y el negro, generalmente asociado a Polifemo, pero que aparece con motivo del
contraste Eros-Thanatos del verso negras vïolas, blancos alhelíes, flores que adornan el tálamo de los amantes y
que como bien señala la autora, evocan al verso virgiliano et nigrae violae sunt.
El estudio ofrece una visión del modelo petrarquista de la fábula pero a su vez incide en señalar como también
bebe del amor cortés medieval, superando ambos conceptos en la consumación amorosa de los jóvenes, mostrada
con suma delicadeza sin asomo de lascivia. Con lo que Góngora consigue crear una nueva sensibilidad hacia el
tema amoroso dentro de su mundo barroco. Rodriguez-Moranta nos acerca una visión clara y esquematizada de
cómo el petrarquismo garcilasiano sigue presente en Góngora incluso cuando parecía superado por su propio
agotamiento.
1
«Tradicionalmente el personaje de Acis es el menos interesante de los tres, Ovidio apenas si esboza su silueta de adolescente
sugiriendo en pocas palabras una belleza grácil y un poco afeminada como si hubiera querido extremar el contraste entre este
efebo grácil y la potencia monstruosa del cíclope» (Jammes, 1987: 453).
Bibliografía:
2«Mientras los hombres son atraídos al amor por la belleza, las mujeres (se decía) se abrían a él por los tributos recibidos»
Parker (2000:106)