Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las ideas de negocio son fuentes para descubrir verdaderas oportunidades de negocio. Las ideas
de negocio derivan generalmente de una o varias de las siguientes fuentes:
o La formación académica de los promotores. Es normal que unos estudios determinados determinan
la naturaleza del emprendimiento. Así, un arquitecto puede montar un estudio de arquitectura, un
abogado un despacho de abogados, etc.
o Los cambios sociales de nuestro entorno. Son ideas que surgen a medida que cambia la sociedad,
propiciadas por el envejecimiento de la población, la incorporación de la mujer al mercado laboral, el
aumento de la inmigración... De esta manera se crean empresas de catering, empresas que cuidan
de niños y mayores, locutorios, etc.
o Las nuevas formas de vivir el ocio. Ideas surgidas de la detección de una demanda de actividades
de ocio, culturales y artísticas de mayor calidad. Por ejemplo, empresas dedicadas a la enseñanza
de técnicas de navegación, agencias de ocio, casas y centros de turismo rural, talleres de artesanía
y empresas agroalimentarias.
o La aparición de nuevas fuentes de energía no contaminantes y que velan por la protección del
medioambiente. Es el caso de las energías renovables como alternativa a las fuentes convencionales
y la generación de empresas de consultoría medioambiental.
Montar un negocio rentable no tiene que estar reservado a las grandes ciudades. Un pueblo o las
zonas de menor población también pueden ser buenos lugares para empezar una empresa.
Después de que una lectora nos preguntará sobre las posibles ideas para ciudades pequeñas,
vamos a presentar algunos consejos.
La ventaja del pueblo respecto a la gran ciudad es que suele haber menos competencia, con el
inconveniente de que también hay menos mercado. Por lo tanto, es muy importante estudiar muy
bien las necesidades no cubiertas localmente.
Probablemente sería un error letal querer competir con la única tienda de alimentación del pueblo
que lleva 20 años satisfaciendo a sus clientes. Además de no tener mercado para dos tiendas, los
clientes de ciudades pequeñas suelen ser más fieles y la nueva tienda tendría todas las de perder.
Estudia la oferta de tiendas y servicios disponibles en el pueblo. Pregúntate que puede faltar. Es
posible que los habitantes tengan que coger el coche para comprar algunas cosas muy habituales,
y que apreciarían poder disfrutar de ellas localmente. Es un ejercicio complicado, porque
seguramente faltarán muchos servicios, pero para muchos de ellos los clientes preferirán irse a la
ciudad, o el número de habitantes no sería suficiente para ser rentable. Hace falta estudiar las cosas
rigurosamente.
Otra forma de encontrar ideas es estudiando al perfil de los habitantes. ¿Son personas que
trabajan en la ciudad y solo residen en el pueblo? ¿Son agricultores? ¿Son trabajadores de una
industria local? Si te interesas por las personas que viven en el pueblo podrás descubrir más
fácilmente que tipo de servicios les podría venir bien y constituir un negocio rentable.
Normalmente, las personas son muy orgullosas del pueblo donde viven, y más si nacieron allí. Una
buena opción de negocio es apostar por este orgullo. Puede ser con ropa o joyería inspirada en la
cultura local, o directamente haciendo objetos personalizados con el nombre del pueblo o sus
distintivos más importantes.
La idea anterior (ropa y joyería identitaria) puede ser aplicada a turistas. En este caso, si el pueblo
disfruta de las visitas de clientes de fuera, se puede ampliar el concepto a todo tipo de especialidades
locales, empezando por artesanías y comida.
En España es muy habitual que las familias originarias de un pueblo vuelvan a pasar las vacaciones
en él cada verano, a veces incluso cuando los niños nacieron en otro lugar. Este regreso anual puede
ser aprovechado para hacer negocios temporales, aprovechando el aumento de clientes
potenciales. También es buen momento para vender los productos “de la tierra” que los visitantes se
llevarán con orgullo para casa.
El turismo puede ser una fuente importante de beneficios. Hay que ser imaginativo. Si tienes
talentos de fotografía puedes sacar tus propias fotos de los lugares más interesantes de la zona y
venderles en una tienda, o comercializarlas en todas las tiendas de souvenirs de los alrededores.
Si la zona no es especialmente turística, se pueden inventar nuevos atractivos para atraer visitantes.
Por ejemplo, si en el pueblo hay una industria específica, se puede pensar en organizar visitas
guiadas para explicar cómo se fabrica tal o tal cosa, y al final de la misma vender algún recuerdo.
Evidentemente, si se trata de una fábrica de mazapán es más fácil que si se fabrican muebles, incluso
en una fábrica de muebles hay cosas interesantes que ver. Dejo como prueba el interés de los
televidentes por los documentales.
f- Turismo rural
Es difícil de hablar de negocios en un pueblo sin pensar en el turismo rural, un sector que ha crecido
muchísimo en los últimos años. Sin embargo, este crecimiento ha sido superior a la demanda, por lo
que antes de meterse en una inversión importante, es fundamental estudiar correctamente la
oferta existente, y ofrecer un servicio muy competitivo.
g- Grandes instalaciones
Si dispones de un presupuesto más alto o de una finca que lo permita, una posible idea de negocio
es transformar esta casa en algún centro. Una opción es apostar por crear un campamento de verano
para los chavales, ya que muchas personas con hijos trabajan gran parte del verano y no pueden
cuidar de sus hijos. Otra opción es crear una residencia para ancianos. Si el lugar es tranquilo y
agradable, y se ofrece un buen servicio, podría ser una buena idea.
Echa un vistazo a lo que se produce en tu zona. A lo mejor existe alguna deliciosa especialidad que
apreciarían personas de otras regiones e incluso de otros países. ¿Por qué no apostar por ella?
Basta con ponerse de acuerdo con un productor local y empezar a distribuir por España y por
Europa gracias a la web. O incluso puede ser una fabricación propia. Y quien dice dulces dice ropa,
artesanía, lo que sea que pueda tener mercado en otros lugares.
Ya siendo más generales, estando en un pueblo pequeño o en la capital del país, muchos negocios
se pueden desarrollar igual por Internet. ¿Igual? No. Realmente desde un pueblo se
pueden aprovechar muchas ventajas: un alquiler es mucho más barato, los sueldos también. Y
como muchas cosas se pueden externalizar con profesionales a distancia, los inconvenientes son
menores. Puedes dedicarte a un blog, o abrir una tienda online, o inventar la nueva web que dejará
a Facebook como una antigüedad. Aunque en algún momento será necesario desplazarse
físicamente a la gran ciudad.
Si quieres vender tus creaciones o manualidades, tienes muchas plataformas para hacerlo, aunque
te recomiendo Etsy.com.
Si estas decidido a emprender, tienes que hacer un poco de vigilancia tecnológica. No es algo
reservado a las grandes empresas punteras. Vale también para las pequeñas ideas de negocio. Leer
artículos en blogs como este ayuda, pero hay muchas más formas de enterarse de nuevos
conceptos. Por ejemplo, puede ponerte una alerta en Google Noticias con una selección de palabras
que te interesen: “nuevo concepto de zapatería”, por decir algo. Entonces recibirás en tu correo
noticias relacionadas, que quizás te den nuevas ideas. Incluso en la televisión, en programas tan
poco tecnológicos como España Directo (y equivalentes locales), puedes ver iniciativas que
funcionan.
Todo puede ser una buena fuente de inspiración para un negocio. Lo importante es encontrar algo
con el mercado suficiente, y luego tener los conocimientos y las ganas de hacerlo funcionar. Porque
como decía Steve Jobs: La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que lo que haces.
Si todavía no lo has encontrado, sigue buscando. No te rindas. Como para todas las cosas
del corazón, sabrás cuando lo hayas encontrado.