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EL

MULTIPLICADOR

KEYNESIANO

Por Hugo A. Castro Pueyrredón

Material didáctico dirigido a una introducción al conocimiento del pensamiento


de Keynesiano, elaborado en función de la experiencia docente en el Ciclo Básico
Común de la Universidad de Buenos Aires.
EL EFECTO MULTIPLICADOR

“Dejamos sentado que la ocupación solamente puede


aumentar pari passu con la inversión. Ahora podemos llevar
esta idea un poco mas lejos; porque, en circunstancias dadas,
puede establecerse una relación definida, que llamaremos el
multiplicador, entre los ingresos y la inversión...Su
razonamiento dependía de la noción fundamental de que, si la
propensión a consumir se da por conocida, el cambio en el
volumen de ocupación será función del cambio neto en el
volumen de inversión”

John Maynard Keynes


Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

El concepto del multiplicador forma parte esencial del pensamiento


keynesiano. Por este mecanismo las variaciones en el ingreso total se potencian. El
libre accionar las fuerzas del mercado en lugar eliminar una perturbación inicial, la
potencia; lo que puede ser tanto beneficioso como perjudicial, según sea el signo de la
variación.

Mientras las concepciones clásica y neoclásica suponen que ante una


perturbación, el accionar de las fuerzas del mercado, la mano invisible de Adam Smith,
nos hará retornar hacia el equilibrio, la concepción keynesiana supone todo lo
contrario: el accionar del mercado en lugar de eliminarla la ampliará, la “multiplicará”.

Esto implica consecuencias en el campo de la teoría económica y en la


valoración de la intervención pública.

La consecuencia teórica del planteo keynesiano es la reformulación del


concepto de equilibrio. Para las escuelas clásica y neoclásica el equilibrio
macroeconómico solo es posible en pleno empleo, y el mercado lo restablecerá
automáticamente ante cualquier perturbación.
Para keynes en cambio el equilibrio es factible en cualquier nivel de actividad,
en tanto no existan fuerzas de mercado que lo hagan variar, el que puede ser cercano
o lejano al pleno empleo.

En cuanto a la intervención pública, los keynesianos la consideran necesaria


puesto que no solo no perciben en el mercado dichas fuerzas estabilizadoras, sino que
entienden que de no actuar las variaciones en el volumen del ingreso se multiplicarán.

La visión keynesiana es diametralmente opuesta en este sentido a la de


clásicos y neoclásicos, puesto que los estos entienden que la intromisión estatal
impedirá que los mecanismos equilibradores del mercado actúen correctamente. Estos
consideran que la intervención publica solo es válida en los casos de “fallas de
mercado”, cuyos casos, en su concepción, son excepcionales.

INTRODUCCION
Para comprender el mecanismo del multiplicador iniciaremos por lo más
simple. En una sociedad donde solamente actúan personas y empresas, el gasto
agregado, o sea el destino final de los bienes serán el consumo y la inversión:

Y=C+I

A la par el destino que las personas darán a sus ingresos serán el consumo y
el ahorro:

Y=C+S

Por tanto ex – post, y estando en equilibrio, la inversión será equivalente al


ahorro.

I=S

La mera descripción de los hechos acaecidos (ex – post) no permite construir


un análisis científico de los hechos, puesto que no aporte explicación alguna de las
causas por las cuales se ha arribado a esta situación.

Para ello debemos comprender el comportamiento de los individuos, y así los


deseos previos en el agregado social. Esto es lo que se da en llamar el análisis ex –
ante, antes de los hechos, de los deseos e intenciones de los actores.

En las equivalencias expuestas se observan cuatro variables: ingreso,


consumo, ahorro e inversión.

Y : El ingreso es el conjunto de remuneraciones que perciben las personas


dueñas de los factores productivos: salarios al trabajo, intereses al capital financiero,
rentas a los terratenientes y ganancias a los empresarios; que como hemos visto en
cuentas nacionales, es equivalente a la demanda agregada y a las mencionadas
equivalencias del ingreso y el gasto.

C : El consumo. Es el gasto para sostener su cotidianeidad, y por tanto el


determinante de sus condiciones de vida. Es una proporción del ingreso de la gente.
Las personas toman sus decisiones de gasto principalmente en función de sus
ingresos presentes.

Una persona puede gastar un monto superior a sus ingresos si tiene ahorros.
Como los ahorros son limitados no le será posible sostener esta situación en el tiempo.
Otra posibilidad es endeudarse, pero en tanto aumente sus deudas le será cada vez
más difícil el acceso al crédito, hasta ser inaccesible. En conclusión, y más allá de
ciertas posibilidades temporalmente limitadas, el consumo estará determinado por el
ingreso presente.

S : El ahorro. El ahorro es la parte del ingreso no consumida. Las personas


ahorran pensando en su consumo futuro: por seguridad ante posibles caídas en el
ingreso, para la vejez, para comprar bienes durables del alto valor (como por ejemplo
la vivienda). Así las decisiones de ahorro se toman también en función del ingreso
presente.

Las tres variables descriptas, ingreso, consumo y ahorro, tienen la


característica común de ser resultados, y las últimas dependientes del ingreso
presente, por lo que el valor que alcancen solo es determinable ex – post.
Como decíamos las personas tienen como conducta el consumir una cierta
proporción de su ingreso y el ahorrar la otra parte, a estas proporciones se las
denomina propensión al consumo y propensión al ahorro respectivamente. Estas
propensiones se cuantifican como la parte proporcional del ingreso dedicada al
consumo y al ahorro:

C
c= Y

S
s= Y

En consecuencia ambas tendrán valores entre 0 (cero) y 1 (uno); y la suma


simple de ellas será igual a y 1 (uno). Esto equivale a decir que su suma es la
totalidad del ingreso, y por tanto que el consumo y el ahorro son equivalentes al
ingreso total.

1= c+s

Estas propensiones, que son proporciones del ingreso, varían en tanto lo


haga el ingreso de los distintos estratos sociales. En los estratos sociales inferiores las
personas dedican la totalidad de su ingreso a satisfacer sus necesidades básicas,
disponiendo de una nula capacidad de ahorro. En este segmento social:

c=1 y s=0

A medida que ascendemos en la escala social, las personas gozan de un


mayor nivel de ingreso. En tanto ya tienen satisfechas sus necesidades básicas
pueden dedicar una parte de su ingreso a mejorar sus condiciones de vida y la otra al
ahorro.

Un aumento en el ingreso nacional tiene el efecto de elevar el nivel de ingreso


de las personas en conjunto, y por lo expuesto, de aumentar la propensión al ahorro y
disminuir la propensión al consumo.

Esto nos muestra que las propensiones al consumo y al ahorro no son


constantes validas para todo nivel de ingreso, sino que varían con aquel.

Por ello se establecen los conceptos de propensiones marginales al consumo


y al ahorro. Estas son las proporciones dedicadas al consumo y al ahorro
respectivamente únicamente de la variación en el ingreso, no de la totalidad de este.

Se puede considerar, a efectos de simplificar el análisis, que los trabajadores


son quienes tienen menores niveles de ingreso y que, por lo tanto su propensión al
ahorro en nula, que los empresarios quienes tienen los mayores niveles de ingreso; y
que en consecuencia el ahorro lo efectúan únicamente los empresarios.

LA FUNCION INVERSION

En el análisis de esta sociedad simple, carente de estado y de relaciones


económicas con otras sociedades, la única variable que nos permite explicar las
variaciones en el nivel de actividad económica, o sea en el ingreso nacional, es la
inversión.

La inversión en términos económicos son las erogaciones en ampliación o


reposición de los medios de producción. No se considera como inversión a la mera
adquisición de bienes físicos o financieros, que son meros cambios en la propiedad.
Tampoco a las “inversiones financieras”, como por ejemplo los depósitos a plazo fijo,
puesto que no constituyen una ampliación de los medios de producción.

La ampliación de la capacidad productiva de las empresas es definida por


estas en función del costo de oportunidad de este dinero y de sus expectativas de
futuro.

El costo de oportunidad es por definición la mejor alternativa desechada.


Antes de tomar una decisión económica se estudian las alternativas posibles. Se
elegirá una de todas estas posibilidades y se desechará el resto. Se considera que la
mejor de las desechadas es el costo de oportunidad.

Las empresas para analizar las alternativas de inversión deben poder


compararlas. Como habitualmente los distintos proyectos requieran diferentes montos
de inversión y muestran plazos diversos para su retorno, se los compara en función de
la tasa de ganancia. Este indicador tiene la ventaja de permitir la comparación de la
totalidad de los proyectos de inversión que tenga esta empresa entre sí y con la tasa
de interés que ofrezca el sistema financiero.

En consecuencia todo proyecto de inversión antes de efectuarse será


comparado primero con la tasa de interés (r). Todo proyecto de inversión cuya tasa de
ganancia sea inferior a la tasa de interés, que el empresario puede obtener en el
sistema financiero, será automáticamente desechada, puesto que la colocación a
interés es más redituable.
Por lo tanto las variaciones en la tasa de interés que el sistema financiero
esté dispuesto a pagar por las colocaciones afectarán directamente el volumen de
inversión: si disminuye la tasa de interés algunos proyectos que no se hubieran
efectuado al anterior interés ahora sí se efectuarán; en caso de aumentar la tasa de
interés se abandonarán los proyectos que tengan una tasa de ganancia menor al
interés vigente.

En consecuencia el volumen de inversión tendrá una relación inversa con la


tasa de interés: cuanto mayor sea la tasa de interés menor será la inversión.

Al evaluar los distintos proyectos de inversión se están efectuando supuestos


respecto del nivel de actividad económica en el futuro, y particularmente respecto de
la demanda de los bienes que producirán estos nuevos emprendimientos.

Por ejemplo si una empresa productora de caramelos espera un aumento en


el nivel económico que eleve la ocupación y el ingreso, y por lo tanto la demanda de
caramelos, ampliará su capacidad productiva para satisfacer este aumento en la
demanda. En cambio si su visión respecto del futuro es pesimista, y por tanto no
espera que crezca la demanda de su producto, no efectuará inversión alguna puesto
que esta carecerá de sentido.

A este conjunto de supuestos respecto del futuro es lo que se denomina


“expectativas de futuro”. Estas visiones respecto del futuro varían entre los distintos
individuos, pero generalmente estas presunciones suelen ser similares en el conjunto
del empresariado.

En consecuencia el volumen de inversión tendrá una relación directa con las


expectativas de futuro: cuanto mejores sean las expectativas de futuro mayor será la
inversión, y a la inversa unas expectativas pesimistas supondrán una menor inversión.

Como hemos descripto la inversión es una función dependiente de la tasa de


interés y de las expectativas de futuro:

I = I (r, exp. fut.)

La inversión no depende del nivel de ingreso actual, sino, como hemos


descripto, de la tasa de interés y de las expectativas respecto de la actividad
económica en el futuro.

En tanto el volumen de inversión está determinado por variables distintas del


nivel de ingreso actual, estará determinado por los deseos de los actores, ex – ante.
No es un mero resultado del nivel de actividad alcanzado, ex – post, como el consumo
y el ahorro.

Las estadísticas consideran a la variación de stocks como inversión. Las


empresas tienen en sus depósitos una cierta cantidad de mercadería, su stock, con el
objetivo de no perder venta alguna por carecer de la mercadería. Una disminución de
la demanda de sus productos tendrá como primer efecto la ampliación del stock, ante
esto la empresa ajustará su producción a la nueva demanda y eliminará el stock no
deseado; una ampliación de la demanda tendrá como primer efecto la reducción de los
stocks, las empresas ante ello aumentarán su producción para satisfacer a los
demandantes y para reponer su stock de seguridad.

Vemos que existe una inversión no deseada, la variación de stocks de


mercancía, que es debido a desfases temporales entre la producción y la demanda,
pero podemos afirmar que la inversión no deseada será nula en equilibrio, por lo cual
en esta situación sólo habrá inversión deseada, inversión ex – ante.

EL MULTIPLICADOR SIMPLE

En la economía simple descrita anteriormente se observaba que:

1) Y=C+S
2) Y=C+I
3) I=S
4) C=cY
5) S=sY
6) I = I(r, exp. fut.)

Donde:
Y = ingreso nacional
C = consumo
S = ahorro
I = inversión
c = propensión al consumo
s = propensión al ahorro
r = tasa de interés
exp. fut. = expectativas de futuro

Si en la equivalencia 2) sustituimos el consumo y la inversión por las


equivalencias 4) y 6) observamos que:

Y = c Y + I(r, exp. fut.)

Si en ambos miembros de esta equivalencia restamos c Y, un mismo


elemento, la equivalencia se mantiene:

Y - c Y = I(r, exp. fut.)

Si despejamos el factor común:

Y (1 - c) = I(r, exp. fut.)

Si dividimos ambos miembros de la equivalencia por (1 - c), un mismo


elemento, la equivalencia se mantiene:

Y= 1 I (r, exp. fut.)


(1 - c)

En factor 1/1-c (uno dividido uno menos la propensión al consumo) es lo que


John Maynard Keynes denominó efecto multiplicador.

Ya habíamos expuesto que el ingreso depende de la inversión y de la


propensión al consumo, el multiplicador es la formalización, la exposición en forma
matemática, de esta relación entre el volumen de ingreso, el volumen de la inversión y
la propensión al consumo.

La propensión al consumo tiene valores entre 0 (cero) y 1 (uno), por lo cual el


divisor del multiplicador (1-c) tendrá también valores en el mismo rango.

En teoría el multiplicador podría tener valores entre 1(uno), cuando la


propensión al consumo es nula y por tanto el divisor es igual a la unidad, e infinito (,
cuando la propensión al consumo es igual a la unidad y por tanto el divisor es nulo.

Por tanto cuanto mayor sea la propensión al consumo menor será el valor del
divisor y por lo tanto mayor el valor del multiplicador.

En situaciones normales la propensión al consumo oscila entre 0,7 y 0,8


según los países, con lo cual los valores normales del multiplicador oscilan entre 3.33
y 5 respectivamente. Esto significa que una ampliación de la inversión producirá un
aumento en el ingreso entre 3 y 5 veces mayor su propia variación, una disminución
de la inversión provocará similar efecto pero de sentido inverso.

El funcionamiento del efecto multiplicador se observa en el cuadro: dada una


propensión al consumo de 0,7 y un aumento en la inversión de 100 en el momento
inicial, momento cero, esto producirá en el momento inmediato posterior un aumento
en el consumo de 0.7 veces el incremento de ese momento.
Así el incremento inicial (momento cero) en la inversión de $100, significa que
se compraron bienes y servicios a otras empresas por estos $100. Estas empresas a
la vez pagaron salarios, rentas y ganancias por los $100. El aumento en los ingresos
de las personas, que tienen una propensión al consumo (según el supuesto) de 0.7,
provocará un aumento en el consumo de $70 (100 por 0.7).

El mayor consumo provocará un aumento equivalente ($70) en el ingreso.


Mediante el mismo mecanismo este aumento de $70 en el ingreso del primen
momento provocará uno de $49 en el segundo, de $34.3 en el tercero, de $24$ en el
cuarto, y así continuará decreciendo ante cada iteración, hasta tener valores
imperceptibles

La suma de todos estos incrementos, incluyendo el inicial en la inversión, será


de 333,33, lo cual es igual a aumento inicial en la inversión por el multiplicador

Momento ∆I c C ∆Y
0 100,0 0,7 100,0
1 0,7 70,0 70,0
2 0,7 49,0 49,0
3 0,7 34,3 34,3
4 0,7 24,0 24,0
5 0,7 16,8 16,8
6 0,7 11,8 11,8
7 0,7 8,2 8,2
8 0,7 5,8 5,8
9 0,7 4,0 4,0
10 0,7 2,8 2,8
11 0,7 2,0 2,0
12 0,7 1,4 1,4
13 0,7 1,0 1,0
.... ... ... ...
Total 100,0 233,3 333,3

LA PARADOJA DEL AHORRADOR

La conclusión de esta paradoja tan simple como profunda para las


concepciones económicas: no existe una correspondencia directa entre bienestar
individual y general sino que pueden llegar a ser directamente contradictorios.

Si una persona ahorra mucho se verá beneficiada por un incremento en su


riqueza; pero al hacerlo disminuye la propensión al consumo de esta sociedad, y por
tanto la demanda agregada y el volumen de ingreso de equilibrio.
Si el conjunto de los habitantes de esta sociedad actuara de esta manera la
propensión al consumo se anulará, el consumo será nulo y la actividad general caerá
profundamente, provocando una grave recesión. La contracción será tal que el ingreso
a este nuevo nivel les permitirá ahorrar menos que en la situación inicial (antes del
incremento en la propensión al ahorro).

En este ejemplo por el absurdo, y aun suponiendo que las expectativas de


futuro no se vean influenciadas y por tanto no varíe la inversión, el ingreso sería
solamente entre un quinto y un tercio de la situación anterior, tomando el indicador
habitual de propensión al consumo, que es entre 0,7 y 0,8.
Tanto clásicos como neoclásicos entienden que en tanto una persona actúe
en su propio beneficio, al hacerlo contribuye al bienestar general.

Esta paradoja muestra la invalidez de esa percepción de la relación entre lo


individual y lo general, según la visión keynesiana.

Esta distinta visión es otro de los elementos que llevan a los keynesianos a la
justificación de la intervención publica. El estado es el único que puede salvaguardar el
bienestar general y por lo tanto es su responsabilidad, puesto que los accionares
individuales no siempre llevan al bienestar general.

DE LA EQUIVALENCIA A LA CAUSALIDAD

La equivalencia entre inversión y ahorro, al tener una explicación de las


causas, se transforma en una relación de causalidad, donde es la inversión quien
determina el ahorro, no a la inversa.

Como hemos visto la tasa de interés y las expectativas de futuro determinarán


el volumen de la inversión; el volumen de inversión y la propensión al consumo
determinarán al nivel de ingreso, y que se ahorrará una parte de este último.

En resumen la equivalencia ex – post entre inversión y ahorro se transforma


en una relación casual donde la inversión determina el ahorro.

Los clásicos y neoclásicos consideran valida la ley de Say. Esta teoría afirma
que la oferta genera su propia demanda. Consecuencia directa de esta concepción es
considerar que es el ahorro quien determina la inversión, a la inversa del análisis
keynesiano.

LA INCLUSION DEL ESTADO

En el esquema de una economía simple se aprecia que el volumen de ingreso


estará determinado por el volumen de la variable exógena, aquella determinada por
factores distintos al propio nivel de actividad económica, y por el multiplicador (que
depende de la propensión al consumo):

Y= 1 I
(1 - c)
O lo que es lo mismo, puesto que las propensiones al consumo y al ahorro
suman la unidad:

Y= 1 I
s

Esta simplificación de la sociedad no ha incluido ni la existencia de un estado


ni las relaciones comerciales con el resto del mundo.

El accionar del estado en la sociedad consiste en efectuar cierto volumen de


gasto publico (G) y en recaudar impuestos (T).
El gasto público tiene un efecto expansivo porque amplia la demanda
agregada. Se determina políticamente: las autoridades de este estado lo hacen en
función de las necesidades de esta sociedad, y/o del sector social del cual provienen;
dependiendo del tipo de organización política que se halla dado esta sociedad
(democracia, monarquía, dictadura, etc.). No es objeto de este material discutir la
calidad de las decisiones respecto del gasto publico, sino destacar que la
determinación de su volumen es el fruto de decisiones de carácter político de la
conducción de este estado, no dependiente del volumen de ingreso presente.

Por ello el gasto publico (G) es una variable exógena, y su volumen será
determinante del ingreso, y no determinado por él; similar al caso de la inversión.

G=G

Además el estado recauda impuestos (T), que al igual que el ahorro son
salidas del flujo circular. Lo que el estado establece no es un volumen de recaudación
(T), sino que se fijan tasas impositivas (t). Así los ingresos tributarios del estado
dependerán del volumen del ingreso.

Un claro ejemplo para el caso argentino es el impuesto al valor agregado


(IVA), el más importante impuesto por los ingresos que le genera al estado nacional:
se establece una tasa del 21%, con lo cual se recaudará este porcentaje del PBI, que
es la suma de los valores agregados. Si hay recesión los ingresos públicos
disminuirán, si aumentan la producción y el ingreso lo hará la recaudación impositiva.
Así vemos que la recaudación impositiva (T) es una variable endógena, dependiente
de volumen de ingreso.

T=tY

Las tasas impositivas reducen el ingreso disponible de las personas, lo cual


tiene un efecto similar a una reducción en la propensión al consumo. Por lo que un
aumento en las tasas impositivas reducirá el consumo presente y el multiplicador.

En tanto las decisiones de consumo se efectúan sobre el ingreso disponible,


lo que queda luego de pagar impuestos, y no sobre el ingreso total, por lo cual el
multiplicador debe ser modificado.
Por un mecanismo análogo al ya desarrollado se obtiene1:

Y= 1 (I + G)
s+t

En esta sociedad, ya incluida la incidencia del estado, las equivalencias son:

1) Y=C+S+T
2) Y=C+I+G

La equivalencia entre flujos de entrada y de salida será:

3) I+G=S+T

1
El objetivo de este material es aportar a la enseñanza del
pensamiento económico, no explicar desarrollos matemáticos, por lo
cual he considerado redundante exponer el desarrollo matemático para
despejar la formula expuesta.
Y las variables componentes del análisis de una sociedad con estado sin
comercio externo son:

Endógenas Exógenas
C=cY I = I(r, exp. fut.)
S=sY G=G
T=tY

LA INCLUSION DEL COMERCIO EXTERIOR

Las relaciones comerciales internacionales son las ventas de productos


nacionales a los residentes en otros países, las exportaciones (X), y la compra de sus
productos extranjeros por residentes en nuestro país, las importaciones (M).

Las exportaciones son una ampliación de la demanda agregada al sumarse


los no residentes a la demanda de bienes producidos en el país. Las importaciones
son el inverso.

El volumen de las exportaciones (X) estará determinado por la demanda que


el resto del mundo haga de nuestros productos. Esta es una variable exógena, no
determinada por el volumen de actividad económica interna, salvo que la nación en
análisis tenga una marcada influencia en la actividad económica del mundo. Puesto
que la variación en la actividad económica en nuestro país no tiene influencia
significativa en el resto del mundo será el ingreso del resto del mundo el determinante
de las exportaciones:

X = X (ingreso del resto del mundo)

En cuanto a las importaciones (M), al ser la parte de la demanda interna que


se satisface con productos del extranjero, su comportamiento es asimilable al del
consumo: existe una cierta propensión a la importación, que es parte de la propensión
al consumo, y su volumen depende del de actividad económica.

M=mY

En tanto las importaciones son una sustitución de consumo de producción


interna por producción extranjera, debemos incluir esta modificación de la pauta de
consumo en el multiplicador, cuyo resultado final es:

Y= 1 (I + G + X)
s+t+m

Así, ya incluidos el estado y el comercio exterior, el ingreso es:

Y = C + I + G + (X – M)

La equivalencia entre flujos de entrada y de salida es:

I+G+X=S+T+M

Y las variables componentes del análisis de una sociedad con estado y


comercio externo son:
Endógenas Exógenas
C=cY I = I(r, exp. fut.)
S=sY G=G
T=tY X = X (resto del mundo)
M=mY

Las propensiones al consumo, al ahorro y a las importaciones son pautas de


comportamiento de los habitantes de esta sociedad, y por lo tanto habitualmente no
ofrecen mayores variaciones.

Habitualmente las tasas impositivas son bastante invariables, se las modifica


en función de objetivos políticos de largo plazo, y no ante variaciones en el nivel de
ingreso de corto plazo.

Por ello el valor del multiplicador, determinado por las propensiones al


consumo, la importación y las tasas impositivas, es por lo general constante en el
corto plazo.

En el corto plazo son las variables exógenas, multiplicador de por medio,


quienes determinan el nivel de ingreso.

LOS FLUJOS DE ENTRADA Y SALIDA

En mi experiencia como docente el modelo del flujo circular, flujos de


entradas y flujos de salida como fuerzas que hacen variar el volumen de actividad
económica, en tanto no resalta la importancia del consumo, suele inducir el error de
suponer el restablecimiento del equilibrio sin variaciones en el volumen del ingreso.

En este método de exposición se resalta la equivalencia de los flujos:

I+G+X=S+T+M

Como hemos desarrollado los flujos de entrada (I + G + X) son todas


variables exógenas, son ellas quienes determinan el volumen de ingreso; mientras los
flujos de salida (S + T + M) son determinados por el ingreso, y por tanto variables
endógenas.

EN CONCLUSION

El multiplicador es uno de los elementos centrales de la exposición de


keynes. Este efecto muestra como los mecanismos del mercado no solamente no
tienden a eliminar una perturbación inicial sino que los amplían, lo multiplican.

Las pautas de comportamiento (las propensiones al consumo, al ahorro, a las


importaciones y las tasas impositivas) son constantes en el corto plazo, y determinan
el valor del multiplicador.

Las variables exógenas, aquellas independientes de la actividad económica


presente (inversión, gasto publico y exportaciones) son quienes causan las variaciones
en el volumen de ingreso, puesto que su volumen está determinado por elementos
independientes (exógenos) del nivel de ingreso.

En consecuencia, toda variación en las variables exógenas implicará una


variación mucho mayor en el volumen del ingreso, tanto mayor como lo determine el
multiplicador.

BIBLIOGRAFIA

 Keynes John Maynard – Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero –


Fondo de Cultura Económica – México 1986
 Lipsay Richard - Introducción a la economía positiva – Vincens Universidad –
Buenos Aires 1980
 Argentato Nicolás – Elementos de economía política moderna – El Coloquio –
Buenos Aires 1976
 Dobb Maurice - Teorías del valor y la distribución desde Adam Smith – Siglo XXI –
México 1985.

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