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Algo sexual.

Dr. Francisco Delfín Lara.


Médico Cirujano Universidad Nacional Autónoma de México. Sexólogo educador por el Grupo
Interdisciplinario de Sexología y el Instituto Mexicano de Sexología. Autor del libro Sex populi de
Editorial Alfil, México, 2010. www.sexualogia.com
paquin_49@yahoo.com

Consciente de que el presente título puede prestarse a múltiples interpretaciones, lo elegí


para dar una conferencia el 1 de octubre en Morelia, Mch. en el marco del XVI Congreso
Internacional de Algología. Como me agrada crear expectativas jugué un poco con las
palabras y adecué el prefijo Algos (dolor) para combinarlo con el término sexual; mi
objetivo era señalar que incluso las personas que padecen dolor crónico conservan el
erotismo y se benefician de un trato afectuoso. Igualmente traté de enfatizar que tanto el
erotismo como la sexualidad no, necesariamente, incluyen el coito.
Cuando me hicieron la invitación para participar acepté de inmediato pues era una
oportunidad para entrar en contacto con otro tipo de especialistas que por cierto trabajan
con una gran cantidad de gente ya que 28.5 de millones de mexicanos padecen dolor
crónico. (1)
Convencido de que todo mundo habla de cualquier tema pero, a la hora de explicar los
significados la gente recula, acudí al Diccionario de la Real Academia Española donde
dice lo siguiente respecto a dolor:
1.m Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.
2.m Sentimiento de pena y congoja.
En cambio la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor dice: Experiencia
sensorial y emocional desagradable con daño tisular o potencial o descrito en términos de
dicho daño. (2)
Armado con esto me puse a buscar artículos acerca del dolor crónico y la sexualidad o el
erotismo sólo para toparme conque muy poco se ha escrito al respecto, eso en vez de vez
de desilusionarme me animo para continuar porque pensé: capaz que la charla puede
sensibilizar a alguien en ese ámbito.
Querámoslo o no puede parecer una verdadera irreverencia que en un Congreso sobre

dolor se hable sobre el tema sexual pues se le relaciona con infinidad de situaciones entre

las que destacan: diversión, placer, picardía, amor y hasta tiene un aspecto sórdido en

cambio el dolor, es considerado algo muy serio y me atrevería a decir que en ocasiones
hasta encomiable pues durante mucho tiempo se apreciaba a quien lo soportaba con

estoicismo.

Allá por 1886 el Dr. Richard von Krafft-Ebing publicó su libro Psicopatía sexual que según

el autor de este escrito marca el inicio de la Sexología, pues bien ese psiquiatra forense

fue el creador de dos conceptos por demás interesantes: Sadismo, después de leer

algunas obras de Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como El marqués

de Sade; se dice que este personaje pasó más de la mitad de su vida en prisión, incluso

estuvo recluido en la Bastilla. Prolífico escritor y pensador del cual se desconoce, por lo

general, su faceta revolucionaria y anticlerical. Las siguientes palabras lo pintan de cuerpo

entero y me parece que por desgracia, siguen vigentes:

La ley sólo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando

quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda

comprarse por dinero.

Vale la pena que la próxima vez que lo lea ponga atención en estos menesteres porque

según Xaby Lizarraga: al Marqués de Sade le quedó chica la revolución francesa. Krafft-

Ebing, también habló de Masoquismo término relacionado con Leopold von Sacher

Masoch autor de: Venus con abrigo de pieles. Pero ni el sadismo ni el masoquismo vienen

al caso pues en ambas circunstancias, el placer sexual se relaciona, necesariamente, con

estímulos dolorosos además la gente que interviene en esas prácticas lo hace de forma

voluntaria; en cambio a las personas con dolor crónico no es eso lo que sucede.

La mayoría de las investigaciones coinciden en que, el dolor y la enfermedad crónica

afectan negativamente tanto las relaciones como la satisfacción sexual de los pacientes y

de sus parejas. Esto significa que a causa del dolor crónico, la expresión sexual puede

distorsionarse, inhibirse, sublimarse o alienarse incluso hace que algunas personas se

tornen exigentes o temerosas. La idea de que la actividad sexual causa, precipita o


agrava el dolor, mueve al individuo a mostrarse reluctante a participar pues la ansiedad y

la depresión suelen alterar la función sexual.

Debe quedar bien claro que el deseo y la necesidad sexual no desaparecen por el dolor,

aunque resulte difícil de entender y de aceptar, la sexualidad no desaparece cuando el

dolor golpea, sólo se posterga y es que aun en las situaciones más extremas es posible

expresar la sexualidad, por supuesto de alguna manera distinta a la que acostumbramos

y no debe perderse de vista que aparte de ser una necesidad es un derecho inherente e

inalienable de los seres humanos.

Muchas enfermedades y procedimientos quirúrgicos pueden ocasionar dificultades

sexuales y entre las

que tienen efectos más devastadores se cuentan las enfermedades del sistema

neuromuscular; cualquier discapacidad del sistema nervioso o pérdida de los movimientos

musculoesqueléticos, como en la esclerosis múltiple, distrofia muscular o artritis puede

involucrar alguna disfunción sexual.

Quienes padecen dolor crónico son portadores de miedos entre los que destacan:

• Ser menos atractivos,

• a tener dolor durante el encuentro sexual; su pareja teme causarlo,

• a fracasar,

• a que cualquier caricia deba terminar en una cópula,

• a no tener una respuesta inmediata a los estímulos eróticos,

• y en el supuesto de una cópula a ser incapaz de alcanzar el orgasmo.

Para vivir de una manera más armónica cuando se padece dolor crónico pueden resultar

útiles las siguientes sugerencias:

• Aceptar el dolor, suena tonto pero con frecuencia la persona lo niega, no se atiende y

por tanto la gravedad se hace mayor; esto suele suceder con más frecuencia en los

varones,
• compartir sentimientos con la pareja, sobretodo, por parte de ambos,

• analizar ¿qué cambió, desde el punto de vista eróticosexual a raíz del dolor?,

• qué requiere cada miembro de la pareja en el ámbito del erotismo; con frecuencia la

gente se crea expectativas, no realistas, en relación con la otra persona,

• explorar otras formas de expresión sexoeróticas.

Los profesionales de la terapia sexual conocen que el dolor durante la actividad coital es

bastante frecuente, por ejemplo, Graziottin encontró Dispareunia en 10 a 15% de mujeres

jóvenes y en 33% de menopáusicas. (3) Pero algo que sigue vigente es que los varones

se quejan menos de dolores durante la cópula, sin que ello implique su inexistencia; a los

raquíticos reportes debemos agregar unas cuantas investigaciones al respecto.

El tema de la sexualidad pareciera estar vedado para estas personas pues, lo mismo que

la mayoría de la gente pocas veces se atreven a solicitar la ayuda del profesional de la

salud: Si le comento que se me antoja puede pensar que no me duele tanto. Como la

mayoría de las personas consideran que Dolor mata sexualidad por lo cual, se resignan a

vivir en la abstinencia. Por otra parte siempre está vigente la interrogante de ¿a quién le

pregunto? A lo antes mencionado debe agregarse que pocas son las escuelas o

facultades de Medicina que incluyen el tema de la sexualidad o la Sexología en su

currícula y por ello el médico, en términos generales tampoco se atreve a incursionar por

los ámbitos del erotismo; suelen temer que se consuma mucho tiempo si se aborda el

tema o que el paciente pueda ofenderse. Todo lo anterior se erige como una barrera

infranqueable.

En varias ocasiones he manifestado que vivimos en una época y en una sociedad que se

caracterizan por ser hipergenitalizadas y orgasmomaniácas por ello concuerdo con la

sexóloga Esther Corona en que padecemos la: Mecánica copular. El coito pero sobretodo,

la penetración y el orgasmo se convierten en una obsesión a los cuales debe llegarse a

cualquier precio; parafraseando a Vince Lombardi, aquel gran entrenador de futbol


americano, la gente parece decir y vivir: El coito no es importante, es lo único, borrando

de golpe y porrazo otras opciones a la consecución del placer como puede ser la

Masturbación o para que no se estremezcan las buenas conciencias: el Autoerotismo. En

las penumbras pueden susurrar: Cómo se atreven a insinuar que el paciente con dolor

crónico piense en algún momento en lo sexual, imposible imaginar que quiera y menos

aun se atreva a profanar su cuerpo. Pero la realidad entabla singulares batallas contra

nuestros prejuicios y como señala la sexóloga escandinava Tarja Sandberg: El placer

sexual es un analgésico que levanta el ánimo y la sensación de satisfacción general. (4)

Basta y sobre con evocar las sensaciones consecutivas a un encuentro sexual

satisfactorio, quienes alcanzan el orgasmo difícilmente logran describirlo pero algunas

personas, sobretodo mujeres, cuando la experiencia resultó plena de afecto, respeto,

cuidado, atenciones, pasión e inventiva suelen decir que resultó muy agradable pese a no

alcanzar el clímax; insisto con los varones suele no suceder eso porque estamos

convencidos de que es indispensable eyacular: Si no lo logro puedo enfermarme y tú vas

a ser la culpable, así que ayúdame a lograrlo.

Es indudable que la información realista, respetuosa y actualizada permitirá al paciente y

a su pareja hallar respuestas a infinidad de cuestionamientos que a veces no se

comparten ni entre ellos mismos, estoy parcialmente de acuerdo con, Schover el al: ...

entre 80 y 90% de los pacientes se benefician con un breve consejo sexual y no necesitan

de una consulta especializada (5). Como se comentó renglones antes no todos los

profesionales de la salud están embebidos en el tema, habrá algunos que por diferentes

motivos no quieran abordarlo y habrá que respetar esa situación pero lo ideal sería que

en ese caso canalizara a sus pacientes con un terapeuta sexual para que las asesorara.

Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos y tomar en cuenta lo dicho por Grau Abalo et

al: La función terapéutica no es hacer labor proselitista o predicar, sino sugerir alternativas

(6). Tenemos derecho a practicar nuestras creencias religiosas pero, es preferible y muy
aconsejable mantenerlas al margen para de ese modo brindar el mejor de los servicios a

quienes nos consultan; si alguien cree que un enfermo debe abstenerse de la práctica

sexual por el sólo hecho de tener un padecimiento está cometiendo un error aunque ello

no niega la existencia de situaciones concretas como Placenta previa, en que la cópula

está prohibida.

El profesional de la salud aunque no sea un sexólogo puede evaluar el erotismo de sus

pacientes poniendo en práctica los siguientes pasos:

• Abrir el tema en el consultorio,

• mantener una postura respetuosa,

• evaluar la relación de pareja y averiguar cómo, el paciente, califica su vivencia sexual,

• analizar cómo el dolor ha afectado el erotismo; tomar en cuenta que en ocasiones se

descubren ganancias secundarias, por ejemplo el esposo que no toca a su esposa para

no molestarla pero que en realidad padece disfunción eréctil,

• analizar efectos secundarios del tratamiento,

• explorar con la pareja posibles formas de expresión erótica distintas a la cópula,

• animarlos a que avisen a la pareja acerca de cualquier incomodidad pues, no se trata de

comportarse como mártires,

• señalarles que pueden usar lubricantes, solubles en agua cuando sea necesario,

• enfatizar que las caricias siempre serán bienvenidas.

Por cierto, resulta dramático que la posición sexual más frecuente, entre los

heterosexuales, causa enormes dificultades cuando se padece dolor crónico por causas

neuromusculares; si bien, cuando el hombre está encima de su pareja existe una buena

comunicación tanto verbal como visual, resulta difícil para la mujer abducir y rotar las

caderas para la posición en decúbito supino, mejor conocida como la del Misionero. En

cambio en las posturas laterales, con penetración a vagina desde la parte posterior,

resultan menos forzadas y por tanto disminuyen el miedo de la pareja a ocasionar dolor.
Los tranquilizantes mayores, los relajantes musculares y los narcóticos han formado parte

tradicional del tratamiento del dolor pero la disminución del apetito sexual y la potencia

son efectos comunes; motivo por el cual resulta indispensable informar a los pacientes al

respecto y auxiliarlos para que sincronicen sus dosis, es decir, que procuren el encuentro

erótico cuando el efecto analgésico esté en su apogeo.

A manera de corolario:

• La sexualidad y el erotismo son inherentes a todos los seres humanos,

• ambas características nos acompañan a lo largo de nuestras vidas,

• el dolor crónico más que eliminarlas las modifica y pueden disfrutarse con tratamientos

adecuados,

• el encuentro erótico no forzosamente debe terminar en coito y tampoco es indispensable

alcanzar el orgasmo, lo que sí es ideal es que ambas personas disfruten,

• el autoerotismo es una opción que siempre está al alcance de la mano,

• por más grave que esté el paciente, por más intenso que sea el dolor, el saberse amado

y deseado aumentan tanto su autoestima como su calidad de vida,

• según el Dr. Benjamín Domínguez Trejo, los moduladores psicológicos que más

funcionan contra la adversidad son: apoyo social como amigos, vecinos, parientes,

mascotas, psicólogos, médicos, libros de autoayuda. (1). Yo agregaría que la cercanía,

el afecto y el amor también contribuyen con un granito (qué va con un puñado) de arena

a que esa persona viva no sólo de forma más placentera sino también más digna.

Bibliografía:
1. Boletín UNAM-DGCS-581. Hasta 60% de alivio al dolor crónico, con elementos
psicológicos. Ciudad Universitaria septiembre 30 del 2010.
2. Dagnino S. Jorge. Definiciones y clasificaciones del dolor. Boletín de la Escuela de
Medicina. Vol. 23 No. 3. 1994. http://escuela.med.puc.cl/publ/boletin/dolor/
Definiciones.html
3. Graziottin A. Clinical Approach to Dyspareunia. Journal of Sex Marital Therapy.
2001;27:607-613
4. Love-ly sexuality. Living with MSD. Nesletter of the Allied Health Professionales in
Rheumatology. Volum 9 No. 2. 2008.
5. Schover LR et al. Psycholigical aspects of pacientes with cancer.: Sexual problems in
patients with cancer. En_ Clinical Oncology: A multidisciplinary approach. 2ed. New
York. American Cancer Society.1989:383-418
6. Grau Abalo JA et al. La sexualidad en pacientes con cáncer: Algunas consideraciones
sobre su evaluación y tratamiento. Revista Cubana de Oncología. 1999;15(1):49-65

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