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EL NIÑO QUE PERDIO A SU PADRE

Había una vez un niño llamado Jerónimo, que iba ir a su pueblo de visita, y se encontró con un
vagabundo: -Hola, ¿Qué haces acá?, dijo el vagabundo-, me perdí, ¿me ayudas?, respondió el
niño. - ¡claro!, entonces el vagabundo lo llevó a la dirección que le había dado Jerónimo, pero
los dos se perdieron y quedaron solos en la noche y no veían nada, entonces el niño trataba
de buscar algo para encender un palo para hacer una fogata y encontraron 10 palos y 5
piedras e hicieron una fogata y pasaron la noche juntos.

Jerónimo, despertó al día siguiente muy temprano y el vagabundo ya no estaba. Entonces se


fue al pueblo en busca de su padre al pueblo, pero no lo encontró, ni en el pueblo ni en su
casa.

El niño no se dió por vencido y siguió buscándolo por el pueblo, sin resultado, estaba tan
cansado que se quedó dormido. Al otro día nuevamente se encontró con el vagabundo en un
árbol diciendo: ¡ayuda! ¡ayuda!, me muero de hambre, entonces Jerónimo le dio unas cuantas
manzanas y naranjas que había encontrado, también encontró una escalera y la acercó al árbol
donde estaba el vagabundo para que éste pudiera bajar, -mi nombre es Juan- dijo el
vagabundo, - y en agradecimiento a lo que hiciste por mí, te ayudaré a encontrar a tu padre-.

Entonces comenzaron la búsqueda que duró varios días, en el camino se enteraron por la
gente del pueblo que su padre Hector, se había ido del país. El niño solo, preocupado y
asustado, quiso irse del pueblo, pero antes dejó una carta, en la casa que se supone vivía su
papá, para contarle que había venido al pueblo encontrarlo, pero no lo logró, además en unos
días sería su cumpleaños y tenía la intención que lo pasaran juntos.

Antes de que Jerónimo, saliera de la casa de su padre, fue a la cocina y tomó un vaso de agua y
se encontró con una nota pegada en el refrigerador que decía: -Hijo, espero que encuentres
esta nota, tuve que irme del país, por un trabajo nuevo y mejor, apenas pueda te visitaré.

Así el niño y el vagabundo que lo había acompañado, se despidieron, Jerónimo volvió a su


actual casa y el vagabundo volvió a su árbol.

El día que Jerónimo, estaba de cumpleaños, recibió una gran sorpresa, su padre llegó para
visitarlo. El niño estaba feliz, y juró que ese día sería inolvidable.

F i n

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