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—El comienzo

—La pobreza

—“Escapada”

—Secuestro

—Cumpleaños feliz

—Reencuentro

—Soledad

—Tragedia
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El comienzo

Esta es la vida de Pablo Hernández el era un niño pequeño de 6 años , que


vivía con 3 integrantes más en su familia, su padre: José Hernández, su madre:
María García y su pequeño hermano: Pedro, de tan solo 8 meses de nacido,
Pablo quería demasiado a su abuela, como ella a él, eran una relación
inseparable! Siempre que Pablo salía de la escuela pedía permiso a sus padres
para visitar a su abuela y casi nunca se lo negaban. Pablo era un niño muy feliz
al que no le faltaba nada, vivía en una casa demasiado grande en aquel año
1996, su padre tenía un trabajo estable, al igual que su madre, lo único que le
molestaba era su hermano, ya que pensaba que sus padres le daban más
atención a el. El era un niño que se enojaba constantemente con sus padres y
de vez en cuando los trataba mal, pero aún así eran una familia bastante bonita.

La familia Hernández era bastante feliz, hasta que su padre fue despedido del
trabajo, y su madre fue víctima de negligencia por parte de su trabajo, ya que
aveces no le pagaban o le pagaban el dinero incompleto, así que decidió
renunciar, conforme pasó el tiempo se iban quedando cada vez sin dinero,
gastando solamente en lo indispensable, llegando a tal punto de vender su
carro, pero eso no era su ciente para sus necesidades, apenas podían pagar el
recibo de luz.

Tiempo después gente del gobierno llegó a casa de los Hernández para
embargarla, ya que Jose había pedido un préstamo al banco para tratar de
sobrevivir unos pocos meses, pero lastimosamente no pudieron saldar la deuda.
Después llegaron hasta tal punto de quedarse sin nada.

La madre de José con lástima de su hijo le prestó 50 mil pesos, para viajar a
otro estado, el cual era bastante peligroso llamado: “Sonora” , lo hicieron ya que
estaban seguros que la vida y el hogar era más barato que en cualquier otro
lado.

La pobr a

Y así fue, lograron conseguir una hogar bastante pequeño y en muy mal estado
por solo treinta mil pesos quedándose con solamente veinte mil para su comida
mantenimiento y pañales del bebé. Al parecer la familia iba acostumbrándose
poco a poco pero cada vez con menos presupuesto, José había hecho unos
cambios radicales en la casa, ya que había comprado un par de botes de
pintura para así, mantener la casa en buen estado.
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Un día José llego a su casa emocionado, gritando:
-María, María!-
-Conseguí nuevo trabajo!-
Desde ese momento ambos pensaron que ya habían solucionado todo, y que
solo era cuestión de un par de meses para que regresaran a la ciudad, entonces
María exclamó
- ah si, que es!?-
“es algo fácil” dijo José, “solo tengo que entregar unas cajas, pero eso si, lo
único que no puedo hacer es abrirlas” dijo José, bastante ingenuo, y María,
nada tonta le dijo que era un poco peligroso y que probablemente se trataba de
el narcotra co, pero a José no le importo, así que eso generó una pelea entre
ellos, provocando que Pablo preguntará a sus padres por qué se peleaban, al
escuchar eso José decidió ignorar a María e irse a la cama.

Al día siguiente, en la mañana, se oía que golpeaban la puerta fuertemente, y


nadie sabía que estaba sucediendo, así que Pablo fue a revisar, y vio a dos
hombres armados por la ventana, Pablo rápidamente despertó a su padre y le
dijo lo que estaba pasando, al momento que Pablo le dijo a José, su madre se
despertó, asustada, trató de esconderse junto con sus dos niños, entonces se
metieron debajo de la cama.

Mientras Juan abría la puerta ambos niños estaban llorando, pero la madre los
consoló. Después de tres minutos José regresó a contarles lo que había
pasado, al parecer solo le habían dado una advertencia, ya que José había
abierto uno de los tantos paquetes que tenía que entregar, pero José no pudo
ver que había en aquellas cajas, solo sabía que esos hombres no eran hombres
cualquiera, eran pertenecientes al narcotra co. Así fue como Juan supuso que
en cada uno de los paquetes habían sustancias ilícitas. No sabía lo que le
esperaba…

Pasaron los días , y Jose seguía trabajando, pero quiso asegurar que si lo
“despedian” al menos tuviera algo que vender, así que a cada uno de los
paquetes, les quitaba pequeñas porciones hasta juntar una bolsa grande.

José trabajaba, pero en su conciencia estaba que lo que estába haciendo era
algo ilegal y malo, y no dejaba de recordar lo que aquellos hombres le habían
dicho, pero sabía que si dejaba de hacerlo los hombres le podrían quitar la vida.

En un día “normal” de trabajo, Jose se encuentra con un policía, el policía


sospechando de José preguntó que qué traía en la mochila, y el sabía que algo
malo le pasaría. El policía, exigente quería ver que había, así que José,
espantado, decidió darle la mochila, y el policía se dio cuenta de lo que había
dentro, el policía pensó que por tra car ese tipo de cosas iba a tener bastante
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“Escapada”

dinero, así que le dijo: “Como nos podemos arreglar”, José desesperado le dijo,
no tengo nada, el policía “amable”, le dijo que se podía ir, pero antes le pidió
todos sus datos, así que el policía ya sabía su nombre y datos, José pensó que
ya se había salvado, pero no fue asi…

Era una mañana nublada y un poco fría, José se desperto, ya que había tenido
un pensamiento: Creyó que podía escapar de su “trabajo” saliendo del estado,
así que poco después de una hora salió de casa, con una par de mochilas,
entre ellas, una de su hijo, y robó más dos kilos de mercancía, algo que sabía
que haría enfadar al “Cartel”

Esa misma mañana Pablo se despertó, y como siempre lo hacía, quiso ir a


saludar a sus padres, pero solo se encontraba su madre, con un sueño tan
profundo, y su pequeño hermanito apenas, despertando, Pablo pensó que solo
había salido temprano a trabajar, así que volvió a la cama y durmió, apenas
pasaron veinte minutos, cuando se oyó un grito de su madre diciendo - !José,
dónde estás?! -, rápidamente Pablo fue a ver que le sucedía a su madre, fue ahí
cuando ambos se dieron cuenta que su padre escapó, pasaron las horas,
cuando un grupo de 4 hombres llegaron la casa de Pablo, preguntando por
José, María salió y le dijo a uno de ellos, que había escapado, entonces otro
hombre le dijo - Tienes veinticuatro horas para decirnos dónde está -, esas
fueron sus últimas palabras.

María, desesperada, tratando de buscar a José empezó a gritar su nombre,


pero era inútil ya que nadie la oía, tampoco podían llamarle por teléfono, ya que
por su falta de dinero no les alcanzaba para uno.

Pasaban las horas, y no tenían ninguna señal sobre José. María sabía lo que
podía pasar así que su única opción es tratar de escapar también, para aunque
sea proteger a sus dos niños, así que Maria le gritó a Pablo -¡hijo, empaca todo
lo que puedas en la mochila de tu papá!- Pablo no entendía lo que pasaba, pero
le hizo caso a su madre, e hizo lo que le dijo, después de varios minutos
salieron de casa, en camino a Estados Unidos.

Pablo su madre y su hermano, llegaron a la frontera, ya que solo era cuestión de


metros para llegar. María estaba segura que los iban a dejar pasar facilmente, ya
que cuando tenían una vida estable había tramitado una “Visa”, por si en algún
momento quisieran viajar a Estados Unidos, así que solo le quedaba caminar
algunos metros para nalmente llegar a la frontera.

Cuando llegaron a la frontera un hombre de pelo un poco amarillo le dijo a


Maria -all your documents please-, María respondio -yes sure- y le dio todos
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sus datos, María estaba cien por ciento segura que no habría ningún problema,
hasta que el hombre dijo -Wait a minute please- Maria no sabía que pasaba y no
respondió nada. El hombre su fue varios minutos con todos sus documentos,
nalmente regresó y le dijo, -follow me please-, María un poco confundida lo
siguió, y llegaron a una o cina donde el hombre le dijo -we have a problem, you
cannot pass, cause your documents are expired-, Maria quiso sobornar al
sheri , pero solo traía quince dólares, así que ni siquiera lo intentó.

Al regresar a Sonora, gastó sus últimos 5 pesos, ya que solo tenia los 15
dólares con los que quiso sobornar al sheri , y compró una llamada en un
teléfono público y llamo a su madre, rogándole que fuera por ella. Cuando la
madre estaba a punto de decirle que le iba a mandar dinero, se cortó la llamada,
casi apunto cuando la mamá le iba a dar las instrucciones. ya que solo tenía 5
pesos para llamar, maria, desesperada solo pudo incarse y llorar.

Secu tro

Regresaron a su antigua casa, pero se encontraba rodeada por al menos


cuarenta hombres, entre ellos el policía que días antes había detenido a José
para revisar su mochila, por eso estaban ahí, por qué el policía le dijo a un
amigo que tenía en el mismo cartel lo que hizo Jose, robar mercancia. Casi al
llegar a la esquina Pablo se dio cuenta y le gritó a su madre, pero el grito hizo
que que uno de los hombres escuchara al niño, en ese momento alguien de
ellos gritó -ahí están, agarrenlos!- en ese momento se dirigían hacia ella todos
esos hombres y María apenas podía ver la poca luz de la noche, María estaba
en el suelo, prácticamente hecha bolita, rodada de hombres gritando y
empujándose entre ellos. Pasaron dos minutos cuando María entre desmayada
o dormida, abrió los ojos, entre borroso apenas pudo ver a su pequeño hijo
tirado llorando, pero eso no le preocupaba, le preocupaba que a donde miraba
no veía a su pequeño hijo, Pablo…

Así es, lo peor había pasado, habían secuestrado a Pablo hombres del mismo
cartel como acto de venganza hacia José.

El pequeño Pablo estaba confundido, no sabía lo que estaba pasando, estaba


en una camioneta denominada pickup, con 4 “vatos”, así se llamaban entre
ellos, cuando Pablo despertó un hombre le dijo -que onda huerco, como te
llamas- Pablo le respondió un poco penoso: -Pablo- y uno de ellos dijo, - ja,
ahora eres: “el pablito”- pablito solo se rio y miró el camino. Pasaron apenas
cinco minutos, cuando Pablo levantó la cabeza para ver a donde habían
llegado, y vio que era una casa grande, al parecer muy lujosa, pero después un
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hombre lo cargó y se lo llevó a un sótano bastante feo y obscuro. Pablo solo se
acostó y miró su alrededor. Despues escucho que alguien gritó, -Carlos!- y al
parecer el que había cargado al pequeño Pablo se llamaba “Carlos”, así que
Carlos gritó -que quieres?-, -hechale un avisito al José, pa’ que sepa que
tenemos a su hijo-, al momento de que Pablo escuchó “jose”, levantó la cabeza
y supo que se trataba de su padre, y Pablo gritó -no le hagan nada a mi papá!-
alguien le respondió -callate!- y dijo -ya avísale!- Pablo se puso llorar y a gritar,
pero entonces alguien se dirigio directamente a él y con una cinta le tapó la
boca.

Después de eso el tal “Carlos” entró al cuarto donde estaba encerrado, y le dijo
-Vente mijo, vamos a chambear-, Pablo se paró y lo siguió, al parecer Pablo ya
tenía un nuevo trabajo, lo único que tenía que hacer era cerrar algunas bolsas
que tenían lo que Pablo llamaba como “polvitos” que en realidad eran
sustancias ilícitas. Cuando pablo estaba por terminar de “trabajar”, le dio
curiosidad que tenían esas bolsas y a que sabía aquello que habia dentro de
ellas, entonces dirigió una de aquellas bolsas hacia su cara y todo el “polvito”
cayó dentro de su boca y ojos, también le quedó manchada toda la cara, como
si fuera harina.
Cuando eso sucedió, Carlos gritó -Pablito, no!-, pero era demasiado tarde,
Pablo sintió como si lo hubieran knockeado y cayó al suelo.

Afortunadamente no le paso nada, ya que solo fue cuestión de tiempo para que
el efecto pasara. Cuando despertó miró a Carlos, y pablito le dijo,- Sácame de
aquí por favor, quiero a mi abuelita- entonces Carlos se sintió mal por pablito, y
le contó una historia -mira mijo, yo pasé lo mismo que tú, con esta gente no se
juega, a mi me trajeron aquí desde los diez años, y yo tengo cuarenta y tres. No
intentes nada mijo, no va a servir, con el patrón no se juega-
Esas fueran las últimas palabras de Carlos antes de retirarse del sótano, y esas
palabras quedaron en la mente de Pablo durante horas, haciendo que
re exionara y pensara a cada rato de ellas, -Con el patrón no se juega- repetía
y repetía en su mente.

Pasaron dos horas y pablito seguía repitiendo las mismas palabras, pero en eso
llegó otro hombre que no era Carlos, y le dijo -vente mijo, vamos a trabajar, pa
que no esté de ojo- ese hombre se lo llevó a un lugar lleno de autos, y su único
trabajo era ayudar a los mecánicos a pasar las herramientas que le pedían, pero
Pablito no se sabía los nombres de aquellas herramientas, entonces uno de los
casi cien mecánicos que se encontraban ahí le dijo, -tráeme el perico, muevete!-
Pablito no sabía que era eso entonces buscó y buscó y le llevó lo primero que
vio, pero lamentablemente traje otra herramienta que no era, entonces el
mecánico se enojó tanto que le gritó demasiado fuerte, provocando que Pablito
llorara y gritara. Carlos escuchó el llanto de Pablito, y como ya eran casi
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amigos, corrió a defenderlo, y en seguida le gritó al mecanico -¡que te pasa!, tu
solo eres otro trabajador mas no le hables así!- en seguida Pablito corrió a
abrazarlo, pensando que era su heroe.

Después de ese suceso, se abrió una puerta, al parecer de oro, y salió un


hombre con ropa bastante lujosa y joyas en sus prendas, exclamando por
Carlos -Carlos, ven acá- después de eso, Carlos fue a la habitación de ese
hombre, y pablito solo que quedó observando, pasaron varios minutos, cuando
de repente se escuchó como si alguien hubiera azotado algo más de 4 veces,
después de eso, Pablito nunca más volvió a ver a Carlos.

A la mañana siguiente, se escuchó que llegó una camioneta, y de ella se bajaron


7 hombres, que poco a poco Pablo se fue enterando que se llaman “Narcos”,
cuando iban bajando se veía que traían a alguien con la cabeza cubierta y con
las manos vendadas, pero por la voz supo reconocer que era su padre, y grito
-papá! Papa! Papa!- Pablo vio como encerraban a su padre en otro sótano, ya
que aparententemente ya lo habían encontrado.

Cumpleaños feliz

Hoy es 23 de Diciembre cumpleaños de Pablito, y ellos supieron ya que al


parecer para eso trajeron a su padre, entonces llegaron más de 40 hombres con
demasiados regalos para Pablito y un pastel enorme, y ahí, le cantaron las
mañanitas, y lo sacaron a un patio enorme, donde al parecer había una esta,
especialmente dedicada a Pablito, ese día Pablito se sintió parte de esa
“familia”.

Al día siguiente era noche buena, donde llevaron a Pablito a la calle a pedir
posada y le dieron demasiados dulces para el solo, aunque Pablo extrañaba
celebrar navidad con su familia, no con gente desconocida, pero aún así se la
estaba pasando súper bien.

25 de Diciembre: Pablo se despertó y el sabía perfectamente, que santa claus


tenía que llegar, entonces se paró ansiosamente a ver si había algo, pero solo
encontró gente trabajando, y uno de ellos le dijo, vente a chambear, fue ahí
donde Pablo vio lo que le generó un trauma: su padre tirado en el piso, casi
muerto trabajando y limpiando el piso, justo cuando iba a gritar, un hombre le
hizo el ademán de que se callara, y pablito siguió las indicaciones de aquel
aterrador hombre.
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Reencuentro

Pasaron dos años y pablito ahora tenía ocho, pero tenía la misma vida
miserable, trabajando en cosas que no le gustaban, viendo como gente moría
durante el tiempo que ha estado y viviendo alrededor de un monton de hombres
gruñones, ese mismo día su trabajo era únicamente entregar un pequeño
paquete con “polvito”. Llegó a su destino bastante rapido, ya que le habían
proporcionado una bicicleta, solo quedaba entregar el paquete, y cuando tocó
la puerta vio a un hombre alto que salió a recibir el paquete. El hombre un poco
confundido preguntó que qué hacía ahí entregando paquetes un niño tan
pequeño, y Pablo no supo que responder, después de eso el hombre le dijo -Se
libre hijo, vete, escápate- Pablo salió corriendo de ahí un poco aterrado y pensó
lo que le dijo el hombre. Entonces pablo no volvió a “la casa” sino que se fue a
mendigar por Sonora.

Soledad

Después de varios días Pablo no sabía que hacer, pero tenía que pensar como
ganar dinero o comida, ya que no podía sobrevivir ni siquiera un día más sin
comida. Entonces, un milagro sucedió encontró a su madre sentada en los
escalones de una farmacia, con su pequeño hermano de apenas un año, y solo
una cobija, entonces Pablo se dirigió rápidamente hacia su madre y entre
lágrimas le pregunto -madre por qué no estás en casa?- su madre tardó en
responder y le dijo -El narco la quemó- después le dijo -Vete de aquí, nos
abandonaste a mi y a tu hermanito, eres igual que tu padre, lárgate!-

Pablo con una mirada bastante triste, salió corriendo del lugar y durante los
últimos tres dias estuvo tirado por las banquetas pidiendo dinero, pero fue inutil.
Ese mismo día Pablo se desmayó por la falta de comida que tenía y quedó
tirado en el rayo del sol, que lo estaba deshidratando.

No pasaron ni quince minutos cuando Pablo despertó en el “Sótano” y se sintió


como en casa, ya que al parecer su madre no lo quería y su padre tampoco, por
eso los abandono. Al despertar entró alguien al sótano, y le trajo una mesa
móvil llena de comida, y entre todo ese bu et se encontraba su comida favorita,
una hamburguesa, no pudo esperar ni un segundo, cuando se lanzó a la mesa y
el primer bocado fue a aquella hamburguesa. Finalmente su hambre fue
apagada y el pequeño Pablo estaba feliz.
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Tra a

Dos años después, en su cumpleaños número diez, alguien del cartel llegó con
Pablo diciendo las siguientes palabras -Tu padre y tu madre han muerto en un
incendio- Pablo ya era un niño mas grande, y sabía que su padre había
escapado, y que era imposible que hubieran muerto juntos, así que Pablo,
sospechando, solo le respondió -si, gracias por avisar-,

Pablo estuvo llorando durante horas en el sótano, cuando de repente alguien


entró y le dijo que fuera a comer. Ya que había llegado a la mesa, se sentó y
tomos sus cubiertos, pero escuchó dos “narcos” hablando

-Oye, ya le dijeron al huerco ese que sus padres disque murieron?-


-Pues le dije a Juan, y creo que ya le dijo-
-Ah okay, namas que no sepa que los matamos uno por uno-
-Simón, ya me encargue de eso-

Al oír eso Pablo, quiso llorar pero si lo hacía iban a saber que había escuchado,
así que solo lloró por dentro. Cuando todos se sentaron uno de ellos puso una
botella de mezcal y le sirvió un vaso al niño, y le dijo -Pruébale mijo, ta bueno-
Pablo no quiso pero lo hizo por miedo. Cuando terminó de comer se paró y se
fue al sótano, de nuevo a llorar.

Esa es mi historia, así es, yo soy Pablo, el niño que ha sufrido tanto,
actualmente tengo una fundación que evita que gente sea secuestrada día a día
por el narcotra co, con la ayuda de una especie de policía llamada la APN (anti
secuestros por narcotra co), ya que el gobierno hace un pésimo trabajo,
también tengo una empresa de mezcal que es famosa en todo el mundo. Le
agarré gusto gracias a aquella vez que un “Narco” me obligó a tomarlo, cuento
esta historia para aquellos que han sufrido gracias a los “Narcotra cantes”,
lamentablemente así es la vida en mi país.

Me escapé de los narcos a mis 20 años, me tuvieron encerrado 14 años de mi


vida, también me quitaron a mis padres, pero logré salír adelante, lo primero que
hice fue buscar a mi abuela, pero cuando llegué a su casa unas señoras me
dijeron que había muerto hace años, dejándome sin la oportunidad de
despedirme.
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Yo siempre estuve consciente que lo que hacía era malo, pero ellos me
obligaban a hacerlo, espero este libro les de fuerzas a los y las victimas del
crimen organizado.

Años después encontré a mi hermano y junto con el hice mi empresa, la cual


ahorita es muy exitosa, el tuvo una infancia feliz, ya que cuando mi madre murió
fue rescatado por una institución mexicana llamada DIF, y vivió una vida
bastante feliz en comparación a la mía.

Con cariño, Pablo Hernández…

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