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LOS GALLIANZOS SIN PLUMAS

Efraín y Enrique eran dos pequeños hermanos, su abuelo se llamaba don Santos y ese tenía un chancho llamado
pascual. El abuelo siempre levantaba a sus dos nietos para que trajeran comida en latas para el hambriento marrano.
Pero lo que traían los dos niños, para el abuelo era poco y siempre se quejaba de que Pascual estaba flaco y que
necesitaba más comida. Ellos tenían que traer comida de los basurales. Un día, Efraín se cortó la planta del pie con
un vidrio cuando regresaba del muladar trayendo la comida a Pascual. Al día siguiente tuvo que ir a traer como sea la
comida para el chancho, pero al regresar Efraín se sintió peor y le dijo al abuelo don santos.

El desconsiderado abuelo no entendía nada, el prefería que su chanco estuviera gordo y lo que le pasara a su nieto
Efraín no le interesaba nada. Al final, Enrique tenía que ir solo al trabajo y hacer doble trabajo por su hermano.
Enrique trataba de traer lo mejor para Pascual.
Un día Enrique trajo del muladar un perro que le pusieron el nombre de Pedro; pero el abuelo quiso botarlo.
Enrique convenció al abuelo al decirle que iría con su perro al basural, ya que este tenía un buen olfato para
conseguir más comida para el chancho. Una mañana, Enrique amaneció resfriado y así se fue a traer comida para
Pascual.

Al día siguiente ya no pudo levantarse por que tenía mucha fiebre. Entonces el abuelo Santos insulto a sus nietos
diciéndoles que no servían para nada. Furioso el abuelo intento de levantarlos diciéndoles que eran ociosos. Enrique
trato de levantarse y decidió ir al muladar y llevo varias latas vacías. Al volver Enrique con los cubos llenos de
comida, el chancho se lo comió y Enrique lloró por Pedrito y se enfrentó a su abuelo. Enrique empujó la pierna de
palo de su abuelo con una vara, y este se resbaló y se precipito de espaldas al chiquero. Enrique y Efraín huyeron.

Interior “L”
Padrón es un hombre pobre que vive en una habitación de una casa de vecindad y trabaja como colchonero. Su
única familia es su hija, Paulina, de 15 años de edad.

El colchonero llega muy cansado de trabajar y se acuesta en el catre, le pide un te a Paulina y empieza a recordar lo
que le ha pasado a su familia. La esposa falleció víctima de la tuberculosis y al poco tiempo fallece su hijo, por la
misma enfermedad. Recuerda cómo y cuándo se enteró de que su hija estaba embarazada. También recuerda las
conversaciones que tuvo con Domingo Allende, que era el responsable del embarazo y de cómo aceptó el dinero
que le ofrecieron para que no demandara a Domingo por abuso de menores, ya que Paulina tenía 14 años.

Luego piensa en la forma en que gastó el dinero, como dejó de trabajar, hizo algunos arreglos en la habitación en la
que viven y en como malgastó gran parte del dinero en apuestas y en juergas con sus amigos.

Un día regresó del trabajo y se encontró con que la hija había perdido al niño y estaba grave. El dinero que le
quedaba se gastó en medicinas para Paulina y se quedaron sin un centavo. Tuvo que volver al trabajo para ganarse la
vida. De repente se da cuenta de que su hija puede ser la solución a sus problemas. Se incorpora y le dice: Paulina,
puedes buscar a Domingo otra vez, yo no voy a estar en casa por la tarde.  La hija lo mira fijamente y le
responde: "Lo pensaré"

MAR AFUERA
Dionisio y Janampa en la madrugada, zarparon en una barca a la mar, alejados de la fogata de la orilla y de los barcos
de los otros pescadores.
Dionisio miraba su rostro bajo la luna, intentaba conversar, pero Janampa no hablaba, y en su rostro se veía
decidido, cruelmente convencido.

Dionisio dijo aquí está bien para lanzar la red, tú no sabes nada dijo Janampa, casi colérico. Dionisio se acordó de la
Negra Prieta, que le dijo que tuviera cuidado con Janampa; esa madrugada se despidió dándole un beso a la Negra.

Desde entonces Dionisio no abrió la boca, y con una latita botaba el agua del barco; Janampa le dijo, ahí hay una
media botella de pisco, tomate un trago y él se tomó el resto; Dionisio Pensó que podía empezar una conversación;
Pero Janampa guardo silencio.  Y reía con burla.
Dionisio tuvo la certeza de que las intenciones de Janampa no eran pescar, recordó cómo conoció a Janampa, se
conocieron hacía dos años en una construcción, eran albañiles, Janampa era alegre, pasaba el día cantando,
haciendo bromas, se acordó que un día le ganó todo su sueldo jugando al póquer; pero eso fue hace tiempo se dijo.

Janampa comenzó a silbar una canción. Y preguntó, te acuerdas de esto. Dionisio recordó aquel día de fiesta en que
conoció a La Prieta y abrazándola se retiró en la madrugada al acantilado. Pero aquella noche Janampa había
intentado conquistar a La Prieta; pero esta la rechazo diciendo que era un hombre mujeriego.

Ya estaba amaneciendo, Dionisio se limpió con el brazo un sudor frío; hubiera querido aclarar las cosas; pero tenía
en la cabeza una confusión que no pudo razonar.

Dionisio recordó aquel día mientras trabajaba en la barca de Pascual, que Janampa se acercó y mirando a La Prieta,
dijo, nos volveremos a ver y tal vez juguemos como en la construcción, y puedo recuperar lo perdido. Ahora Dionisio
entendía que Janampa quería recuperar a La Prieta y no el juego de Póquer. Recordó que La Prieta lo decía, Janampa
siempre ronda por acá, en las noches.

Esa mañana antes de embarcarse, Dionisio había estado con La Prieta abrazados a la orilla de un depósito. Janampa
se le acercó y lo tomó del brazo y lo dijo “Nos Hacemos a la Mar esta madrugada”. Se hubiera rehusado, ponerse de
rodilla, pactar una tregua. Pero ahora echaba la red en las aguas, y se echó sobre la popa, y hundió los brazos en el
mar, hasta los codos; y resignadamente esperaba la hora de la apuñalada.

EN LA COMISARÍA
La historia trata sobre Martín y su amigo Ricardo. Los dos están detenidos en la comisaría por no haber pagado una
cerveza. En el mismo lugar estaban un grupo de hombres y un panadero que había golpeado a su esposa.
El comisario les dijo que, si alguien se quería ir, primero debían de darle una golpiza al panadero, así que Ricardo le
estaba insistiendo a Martín que lo hiciera. Mientras pasaba el tiempo en la comisaría y se decidía si iba a golpear al
panadero o no, Martín recordaba que Ricardo siempre lo había defendido y también de que tenía una cita con Luisa.
Martín se da cuenta que el panadero llevaba un buen rato observándolo, así que no se aguanta y le da una paliza.
Así fue como Martín y su amigo salen de la comisaría, y además, a tiempo para ir a su cita con Luisa.

LA INSIGNIA
una tarde en que pase por el malecón, note en un basurero, un objeto brillante, lo cogí y lo frote contra la manga de
mi saco, era una insignia, lo guarde en el bolsillo de mi saco y me olvide de él.
Un día mande a lavar mi saco y al entregarme, me dieron la insignia en una cajita. A partir de ahí lo use; una serie de
cosas extrañas me sucedieron.

Estando en una librería, el dueño se me acerca y me ofrece libros de Feifer, yo no había preguntado y no sabía quién
era el escritor. Y el hombre me dijo, lo mataron de un bastonazo en la estación de Praga, me retire comprando un
libro de mecánica.

Mientras caminaba por una plaza, un hombre me dejo una carta, con una dirección y una cita “segunda sesión
martes 4”. Yo fui y encontré a muchas personas que caminaban y tenían la misma insignia que yo, y me estrechaban
la mano, y juntos entramos a la casa señalada. Un hombre de rostro grave habló desde un estrado; yo no entendí;
pero otros salían entusiasmados. Al salir un hombre me preguntó si era nuevo, Quien me introdujo. Le hable del
hombre de la librería, hizo memoria y dijo haya es Martín, él es un muy buen colaborador. Hablamos de Feifer y el
dolor que causo su muerte.

Mi jefe me dijo que le llevara todo los números que empiecen con 38 ,y desde entonces hice muchas otras cosas,
tuve que llevar una docena de papagayos, arroje cascara de plátano a una residencia. Al cabo de un año me
ascendieron un grado. Mi familia se preocupó por las cosas extrañas que hacía; nunca podía responderlos a sus
preguntas, yo no hallaba un razonamiento claro de las cosas que hacía y no tenía argumentos para responderlos.
Y yo seguía trabajando con muchas ganas, fui relator, tesorero, a los tres años me enviaron al extranjero, sin un
céntimo, pero siempre hallaba alguien que me sustentaba, así me vinculé con otros, aprendí lenguas foráneas. Di
conferencias, inauguré filiales y vi cómo se extendía la insignia de plata.

Han pasado diez años y ahora soy presidente, me tratan con respeto, y a pesar de todo, si me preguntan por la
organización y el sentido que esta tiene, yo no sabría responder, vivo en la más absoluta ignorancia.

EL BANQUETE
Don Fernando pasamano preparaba todo para este suceso, que se dedicó a renovar todo lo que había en su casa.
Hasta tiró algunas paredes, agrandó algunas ventanas y también cambió todas sus vestiduras.
Se preocupó tanto por la recepción que ordenó que construyeran un jardín hermoso donde no había nada, luego se
preocuparon por el banquete, pero no sabían que servir así que hicieron una encuesta en los mejores hoteles y
restaurantes de la ciudad, envió a traer todo desde el extranjero. Había gastado casi toda su fortuna, pero su esposa
le dijo que no importaba ya que recuperarían el dinero con cosas que podrían ofrecer los asistentes. Pero lo que más
le preocupaba a don Fernando era la asistencia del presidente, ya que le había dicho que le enviaría una respuesta
de su asistencia. Hizo que pintaran un cuadro grande y lo colocaran en lo más alto de la sala, pronto llegó la
respuesta con un sí del presidente. El día esperado había llegado, los asistentes comenzaron a llegar poco a poco,
luego llegó el presidente.
Don Fernando lo recibió con algarabía, pronto comenzaron a servir el banquete, disimuladamente los asistentes se
bebieron todo el whisky. Don Fernando quería hablar con el presidente, pero no podía porque la concurrencia no lo
dejaba ya que tenía que animarlos. Ya a la media noche don Fernando pudo hablar con él, y el presidente le ofreció
la embajada de Roma y muchas cosas más. Al retirarse todos, solo quedaron don Fernando y su mujer contentos con
las promesas del presidente. Al día siguiente despertó, pero su mujer llego alborotada trayendo el periódico donde
decía que un ministro le había dado golpe de estado al presidente y había sido obligado a renunciar.

DOBLAJE
El cuento doblaje se da entorno de un artista plástico   que pasa el tiempo leyendo libros de ciencias ocultas. Desde
el instante en que se da un encuentro   inesperado y casual con un hombre supuestamente   parecido a él, se le
despierta la profunda obsesión por la búsqueda d su doble. Él se siente confundido, o sea, reconoce que sus ideas
son descabelladas, absurdas, pero no descanta la posibilidad de que sean verdades; por ello, decide viajar.
Al comienzo rechaza la idea por los trabajos pendientes que tenía; pero al estudiar detalladamente en un hemisferio
las antípodas de Londres; encuentra la ciudad   Australlana de Sydney y decide ir allí.Apenas aterriza el avión se
arrepiente de su absurdo  viaje y piensa en regresar, pero desiste.

Al darse cuenta que la ciudad de Sydney es muy grande, renuncia a la búsqueda de su supuesto doble. Sin embargo,
permanece en ella siete semanas enamorado de una mujer llamada winnie. Durante su romance suceden hechos
sorprendentes que vuelven la atmósfera inestable y rara. El gran desconcierto llega a su clima cuando en la casita
amueblada pasaban juntos momentos felices, inesperadamente se produce una escena violenta por celos. Al
regresar a la ciudad de Londres y terminada su relación amorosa con Winnie, el protagonista nuevamente recupera
el equilibrio emocional. Solamente cuando se instala en su antiguo departamento, el surgimiento de grandes
sensaciones contribuye a devolver la atmósfera enigmática. La culminación de la irrealidad, dada por una serie de
acontecimientos contradictorios al final del cuento, postran al pintor en grandes confusiones.

LA MOLICIE
La molicie, era poderosa se adueñaba fácilmente, de los espíritus de la casa. Aprovechaba cualquier instante de
flaqueza, para tender sobre nosotros sus brazos tentadores. Nuestra habitación estaba prevenida. Yo pintaba y mi
compañero trazaba con el pincel. A pesar de esas medidas no nos considerábamos enteramente seguros. Corríamos
a través del corredor caldeado, hacia la ducha. A veces cuando el calor no era intenso salíamos a dar un paseo entre
las arboledas, huyendo de la molicie. Cuando llegaba pedíamos café antes de que los ojos se nos cerraran. Entonces
mis compañeros y yo, huíamos y llegábamos exhaustos a nuestro cuarto, donde la cama nos recibía con los brazos
abiertos.

Veíamos, entonces que la molicie retozaba en el patio, bajo el resplandor del sol y, reptando por las paredes, hacia
suyo los departamentos y las casas. Veíamos hombres y mujeres que bebían lentos, jarros de agua y, envuelto en sus
sábanas como en su sudario, proseguía su descomposición.

La poca gente que disponía, de recursos se libraba de la molicie, abandonando la ciudad, huyeron a las sierras
nevadas, o hacia las playas frescas. Nosotros teníamos que enfrentar al peligro. Esperando la llegada del otoño. Los
adinerados emigraban hacia los salones de fiesta en busca de mujerzuelas, para hallar, en el delirio un remedio a su
cansancio.

Al promediar la estación la lucha se hizo insostenible. No corría un aliento de aire y el tiempo detenido husmeaba
sórdidamente entre las cosas. Comprendimos que la molicie era como una enfermedad cósmica que atacaba a los
seres inorgánicos, dándoles una blanda apariencia de cosas vivas e inútiles. El mal fue subiendo de piso en piso.
Nosotros ocupábamos el último piso. Abrimos los grifos. Pero pronto el agua se recalentó. Vivíamos en un estado de
somnolencia torpe, de embrutecimiento progresivo. ¿Cuánto tiempo duraría aquel estado? No lo sé. Entonces
sobrevino un gran silencio, luego una ráfaga de aire fresco abrió de par en par las ventanas, y unas gotas de agua
motearon los cristales. Los árboles habían amarillado. La tierra despertó con un esténtor de inmenso y contagioso
júbilo. Fuimos participes de aquel renacimiento. Había llegado el otoño.

LA BOTELLA DE CHICHA
Este cuento trata de un muchacho que necesitaba de dinero así que comenzó a buscar algo en su casa que pudiera
vender. Encontró en su casa una botella de chicha que su familia había estado guardando por más de quince años,
pensó en venderla, agarro la botella y la vació en una pipa de barro.
luego puso la botella en su lugar y la relleno con vinagre, esa botella la abrirían cuando él se recibiera de bachiller o
su hermana se casase, fue a la chichería para venderla pero no le creyó que fuera de tanto tiempo así que le dijo que
se fuera a otro sitio.
no encontró respuesta así que se regresó a su casa para poner todo en su sitio pero al llegar a su casa encontró
algarabía era porque su hermano había llegado después de tanto tiempo.
lo que le impacto fue que la botella llena de vinagre estaba sobre la mesa, él se apresuró a guardar la pipa de barro
que tenía, luego empezaron a brindar con el vinagre
pero el muchacho no resistió así que trajo la pipa de barro y les dijo que se la habían vendido y que era muy antigua,
pero sus familiares lo menospreciaron y arrojaron la botella a la calle donde se desperdició ese tesoro tan

EXPLICACIONES A UN CABO EN SERVICIO


Un señor que busca empleo, por ende se levanta temprano y le pide a su mujer que esta le dé dinero para ir a buscar
trabajo, ella le contesta que no debería darle sin embargo termina dándole, este sale a buscar trabajo y se va a una
cantina.
Ahí se encuentra con una amigo de la infancia (Simón Barriga) junto con él se pone a tomar explicándole su motivo y
forma de buscar trabajo y luego de varias copas ellos habían formado una empresa, una gran empresa, pero
imaginariamente así que decidieron salir a celebrar el hecho.
Se van a la casa del señor que busca trabajo y al final terminaron en el Hotel Bolívar brindando de lo bueno, Simón
Barriga sale a llamar a su mujer para infórmale lo que está haciendo y nunca más regresa.

El señor que busca trabajo ya al ver que no viene sale a buscarlo, el mesero le pide la cuenta este no tiene con qué
pagar puesto que Simón Barriga lo había invitado esta vez a tomar, al ver que no llegaba el mesero llama al policía de
servicio y este lo detiene por mentiroso.

Este cuento presenta rasgos en el aspecto de género, situación económica.


Puesto que presenta el rol establecido de la mujer, la amada de casa, la que no debe de trabajar, la que debe estar
ahí para ayudar al marido.
En la situación económica presenta rasgos clásicos de esa época la escasez de empleo, la búsqueda del mismo, la
ilusión de formar una empresa, pero al fin y al cabo todo termina en puras especulaciones.

SCORPIO
Tobías había arrebatado el escorpión a Ramón su hermano; Dándole un golpe con la tijera de podar.
Ramón había quedado con el labio partido; y estaba hablando en su cuarto, yo lo vi primero en la enredadera,
porque es más grande que yo abuso de mí y me pega; nunca va a cuidarlo él mejor que yo. Yo lo daría comer moscas,
arañitas, se acordó de su arañita que criaba en un zapato, lo alimentaba de moscas, de lombrices; quien Tobías lo
ahogó en unas gotas de amoníaco.

Ramón salió al jardín y por la ventana espió el cuarto de Tobías, quien tenía el escorpión en una campana de vidrio,
en la mano un lápiz; con el que golpeaba la campana, lo está atormentando, seguro que lo aplastará se decía Ramón.
Al ver a Tobías tomar una caja de fósforo. Ramón pensó lo va a quemar; Pero Tobías se prendió un cigarro, el humo
lo arrojó por el orificio superior de la campana, donde el alacrán semiasfixiado, comenzó a dar coletazos contra el
cristal. Los ojos de Ramón se humedecían de cólera.

Tobías se puso el pijama y empezó a dar vueltas en su cuarto, él también parece un escorpión dijo Ramón, quisiera
tener un cigarro enorme, para atorarlo de humo por la ventana. Ramón se retiró hacia el jardín y contemplo el cielo;
luego de un momento se acordó de Scorpio. Tomando su linterna, saltó por la ventana, mientras Tobías dormía
cubierto con la sabana, las manos inmóviles como dos arañas de mar. Ramón pensó en vengarse con el lapicero
malogrado que Tobías tenía clavado en la pared. Pero Tobías despertaría y todo estaría perdido.Ramón ilumino al
alacrán y ahí caminaba doblado con su lanceta suspendida sobre su cabeza. Ramón había leído de las propiedades
que tenían esa lanceta. Tomó a Scorpio y levantando la Campana, dejo caer en la cama de Tobías.

Ramón regresó al jardín, recordó al escorpión, avanzando cautelosamente con el aguijón erguido hacia la araña
(Tobías).

LOS MERENGUES
Cuando hubo su mamá cerrada la puerta de su cuarto, perico se levantó de la cama y con el oído pegado en la
madera.
Escuchó los pasos de su mamá, que se alejaba por el corredor. Se acercó rápidamente a la cocina de kerosene,
puesto que en una de las hornillas su madre guardaba el dinero.

Tomando la la bolsita de cuero, comenzó a contar, y contó hasta cuarenta soles. Cogió solo veinte soles, y se fue a
comprarse los ricos merengues.

Se inventaría una historia, para contarlo a su mamá y así evitar que sospeche de él. Porque en aquellos callejones
de Santa Cruz, nunca faltaban personas desconocidas, y las puertas nunca están aseguradas, siempre quedaban
entreabiertas.

Perico había tenía un gran anhelo y era comerse unos merengues de una pastelería, donde él siempre iba. En aquella
pastelería veía a hombre de tirantes y muchos niños que se deleitaban comiendo. Él siempre se pasaba las salivas,
esperando algún día poder deleitarse con los merengues que había ahí.

Como siempre iba a esa pastelería ya el encargado de la pastelería lo reconocía. Y siempre lo votaba. Un día hombre
le preguntó por sus padres, su familia, su nombre, edad, y luego le invitó una rosquita, aunque él hubiera preferido
unos merengues, Pero como fue invitado qué más da, tuvo que aceptar

En una oportunidad el hizo lo que siempre su perrito hacía, y era correr cuando él lo lanzaba la carne y el pobre
perrito lo atrapaba entre sus colmillos; Pues estando él en la tienda, la hija del pastelero le regaló un pan de yema
que estaba muy duro. Atrápalo, le dijo lanzándolo por encima del mostrador, el pobre Perico hizo un gran esfuerzo
por atraparlo, pero fue en vano, el pan cayó al piso.
Pero ahora las cosas no eran la misma, él no iba a mirar que otros comen, iba a comprar los merengues. Llegando a
la pastelería vio una larga cola. Se puso a esperar, pero como no resistía más por probar ya esos ricos merengues.
Empezó a empujar. Ahora no tenía vergüenza, puesto que el empuñaba un dinero y esto le hacía sentir cierta
autoridad y le daba derecho a codearse con los hombres de tirantes

El trabajador le quiso sacar, nuevamente tú, vamos de la tienda. Él lejos de intimidarse y de salir corriendo como
antes, con voz de autoridad y triunfo dijo ¡Veinte soles de merengues! Él pastelero no le hizo caso, y continuó
atendiendo a los clientes. Perico no contento con esto insistió nuevamente ¡Veinte soles de merengues! Él empleado
que no era paciente y lejos de atenderlo, lo tomo de las orejas, estas bromeando, a ver enséñame la plata.

Mejor no hubiera preguntado, puesto que Perico con orgullo tiro el dinero en el mostrador, un puñado de monedas.
El empleado asombrado, le respondió quieres que te de todo esto en merengues, Perico respondió si. Buen
empacho te vas dar. Y siguió atendiendo a los demás.

Perico seguía insistiendo una y otra vez, pero al ser ignorado, tuvo que coger, de uno en uno sus monedas y se fue
muy enojado, con el dinero empuñado en las manos y los ojos húmedos. Camino y camino y de pronto ya estaba en
lo alto del acantilado, contemplo la playa. Y comenzó a botar las monedas de una en una, haciéndoles tintinear sobre
las rocas. Pensó que cuando fuera grande se vengaría cortando la cabeza de esos hombres gordos y de los
trabajadores de la pastelería. Esto ha sido 

EL TONEL DE ACEITE
En la semioscuridad de la cocina, iluminada tan solo por los carbones rojos que ardían bajo las parrillas, la vieja
Dorotea interrogaba a su sobrino Pascual, quién estaba sentado en cuclillas, elevaba hacia ella sus ojos
despavoridos.

Así que fue el hacha de Eleuterio, murmuró ella, y todo fue por la Antoña, interrogo nuevamente, el muchacho
asintió con la cabeza, por esa piojosa que aún no puede ser madre, Pascual de pronto levantó la faz lívida manchada
de lágrimas, y exclamo ¡tengo miedo! Tía Dorotea, los guardias ya deben de conocer todo, Esteban tenía un tío cabo
me perseguirán.

Calla deslenguada, interrumpió la vieja, ya sabes lo que me puede pasar si te encuentran aquí, recuerda lo que le
paso a la Tía Domitila, por esconder al bribón de Domingo, que se había robado dos vacas y solo por dos vacas, la
vieja le dijo debes irte, te daré una barra de pan y date prisa y si te pescan no digas que estuviste aquí.

Pero ya era tarde dos guardias llegaron al rancho de Pedro Limayta, la vieja Dorotea husmeaba por la ventana, el
muchacho de un brinco se arrojó de espalda contra la pared, y quedó inmovilizado, salta por la ventana, corre.

Pero ya es tarde los guardias entraron al corral, y algunos carneros gritaron, la vieja miro por todos lados de la
cocina, y vio junto a la puerta el tonel de aceite, y tomándole al muchacho del brazo le ordeno que se metiera allí,
cuando abran la puerta hunde la cabeza yo te avisare con un golpe cuando se hayan ido, los guardias entraron a la
cocina, la tía Dorotea sentada con la mirada perdida en las llamitas de fuego, uno de los guardias pregunto por su
sobrino, yo no tengo sobrino dijo ella.

y Pascual Molina, no lo conozco, uno de los guardias la cogió por la espalda y la levanto de un golpe, no me toques
rugió la vieja, con un tono feroz que hizo retroceder al guardia, luego de mirar por los alrededores y el terrado  y al
ver el tonel de aceite, que cosa hay allí pregunto uno de los guardias al mismo tiempo que se aproximaba, aceite
respondió ella, el guardia luego de haber metido el dedo dijo, ya vendré por aquí para que me regale , en una
forma de congraciarse y se marcharon.

La vieja cogió un mazo y se aproximó al tonel de aceite y le dio un golpe, ya puedes salir grito, el surco de sus labios
se distendió brotaron de ella una sonrisa primitiva, acida, como arrancada a bofetones. Fin del resumen del cuento
el tonel de Aceite

De acuerdo al relato, no explica exactamente qué es lo que cometió Pascual en Contra de Esteban, pero si menciona
el objeto que uso en contra de Esteban, un Hacha.
La historia menciona que algo le ocurrió a la tía Domitila por esconder en su casa al bribón de Domingo que se
había robado dos vacas, y solo por dos vacas. Eso es muestra de que, lo que le ocurrió a Esteban no ha sido algo
leve, como un golpe con el hacha, y si fue un golpe con el hacha, es un objeto que en manos de una persona celosa
que viene a propinarte un golpe las probabilidades de que te mate son muchas. Porque una vez golpeado te volverá
a propinar una y otra vez. Desde mi punto de vista, Esteban fue asesinado por celos, a manos de Pascual

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