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EL PRIMER AÑO DE LA VIDA DEL NIÑO

Génesis de las relaciones objetales.


Dr. Rene Spitz.

Spitz parte de la hipótesis de que el niño al nacer se halla en un estado NO-DIFERENCIADO; todas sus
funciones incluidas los instintos se diferenciarán más tarde por medio del desarrollo, no tiene
constituido un YO al nacer.
No existen todavía mecanismos de defensa, durante el primer año solo podemos entrever algunos
atisbos de ellos, en forma mas fisiológica que psicológica.
Los principales principios psicoanalíticos que se pueden aplicar durante el primer año de vida son los
siguientes (entre otros):
1. Los dos principios fundamentales del funcionamiento psíquico: el principio del placer y el principio de
la realidad.
2. La división de la psique en sistemas: ICS, PCS, y CS (tópico)
3. La división de la psique en instancias: Ello, Yo y Superyo. (estructural)
4. La división de la energía psiquica en Libido y en Agresión. El concepto de la carga invertida de energía
psíquica (catexis). (dinámico).
5. El concepto de los estadios libidinales.
6. El concepto de las zonas erógenas.
7. El papel de la serie complementaria en la etiología de la neurosis, que según SPITZ debe aplicarse
también a todos los fenómenos de la psicología humana entre un factor congénito y un factor
ambiente.
Esto equivale también a sostener que todo fenómeno psíquico esta sujeto a las leyes de la causalidad y
que la sucesión de esas causas debe ser remontada hasta su origen.

FACTORES CONGENITOS

Cuando nacemos estamos provistos de lo que SPITZ denomina bagaje congénito, que incluye:
1. Bagaje hereditario, determinado por los genes y los cromosomas.
2. Influencias intrauterinas.
3. Influencias que han tenido lugar durante el parto.

FACTOR AMBIENTE

En el útero materno, las relaciones de la madre con el feto son de un completo parasitismo. En el curso
del primer año, el niño pasará por estados de simbiosis con la madre, para terminar en un estadio
donde se desarrollan relaciones jerárquicas. Esto permite examinar el desarrollo de las relaciones
sociales en un STATUS NASCENDI, desde lo fisiológico a lo psicológico.
En la díada madre-hijo hay profundas diferencias entre las estructuras psíquicas de la madre y el niño.
En la díada formada por la madre y su bebe, la primera tiene una organización claramente circunscripta
a actitudes individuales bajo el aspecto de iniciativas personales en una interacción circular con el
medio.
Por el contrario, el niño al nacer, aun teniendo una individualidad demostrable, carece de organización
comparable, no desarrolla iniciativa personal, su interacción con el medio es puramente fisiológica.
La otra diferencia entre la madre y el hijo en el medio es: En el caso del adulto, esta constituido por un
gran numero de factores diferentes, que presentan campos de fuerzas móviles que influyen sobre la
personalidad. En cambio para el recién nacido, el medio esta compuesto de un solo individuo: la madre.
Incluso este individuo único no es percibido por el niño en cuanto a entidad separada de él sino que
forma parte sencillamente del conjunto de necesidades del lactante y de su satisfacción.
El niño pasa el primer año, cuando es criado normalmente, dentro de un sistema cerrado. La estructura
deL sistema es sencilla: la madre y el lactante.
La madre es la que sirve de intérprete para las fuerzas transmitidas del medio.
DEFINICIÓN DEL OBJETO DE LA LIBIDO

El Objeto del instinto es aquel en el cual o por medio del cual, puede el instinto alcanzar su satisfacción.
Es lo mas variable del instinto; no se halla enlazado a él originariamente, sino esta subordinado a él a
consecuencia de su adecuación al logro de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al sujeto,
sino que puede ser una parte cualquiera de su propio cuerpo y es susceptible de ser sustituido por otra
parte. El objeto de la libido varía necesariamente y con frecuencia en el transcurso de la vida.

EL OBJETO DE LA LIBIDO

El concepto de relaciones objétales implica un sujeto y un objeto. En el sujeto recién nacido no hay
posibilidad de ejercer ninguna ACCION PSIQUICA; por lo tanto no hay relaciones objétales ni objeto.
Ambos irán apareciendo en el transcurso del primer año, hacia el final del cual tendrá lugar el
establecimiento del objeto definitivo de la libido.
En este desarrollo SPITZ diferencia tres estadios:
1. Estadio preobjetal.
2. Estadio del objeto precursor.
3. Estadio del objeto propiamente dicho.

EL ESTADIO PREOBJETAL

Coincide con el estadio descripto por Freud como estadio de narcisismo primario. Spitz describe este
estadio de somato-psique con el término INDEFERENCIACION término que designa un estado de
organización primitiva en el recién nacido, incapaz de diferenciar un objeto de otro, o incluso lo que
rodea a su propia persona. Percibe el seno que lo alimenta como parte integrante de su propia persona.
El mundo externo esta excluido de la percepción del recién nacido por un UMBRAL DE PERCEPCION en
extremo elevado. Se puede afirmar que el mundo exterior no existe para el recién nacido, toda
percepción ocurre en función del sistema interceptor; las respuestas que el niño manifiesta tiene lugar
en función de la percepción de necesidades que le son comunicadas por este sistema.
Los estímulos procedentes del exterior solo se perciben cuando traspasan la barrera de percepción
previa, interrumpen en la quietud del recién nacido que reacciona a ellos con desagrado. Las respuestas
del recién nacido predominantemente tienen un matiz de desagrado durante las primeras horas y el
estado contrario no es de placer sino de sosiego.
El estadio preobjetal se caracteriza por la sonrisa como respuesta a una parte del rostro humano, por la
que se establece una relación preobjtal porque todavía no se reconoce al objeto por sus cualidades de
proveer a la satisfacción de las necesidades, cualidades que se mantienen invariables a través de todas
las vicisitudes que transforman los atributos exteriores del objeto.
La señal-gestalt es el precursor del objeto, no es el objeto pues en cuanto se modifican sus atributos
superficiales (se pone de perfil) no es reconocido como proveedor de satisfacciones pero prepara el
establecimiento del objeto libidinal razón por la cual Spitz denomina a esta señal por la cual verifica el
reconocimiento Precursor del objeto.

EL PAPEL DE LOS AFECTOS EN LAS RELACIONES ENTRE MADRE E HIJO

Los sentimientos de la madre hacia un hijo (actitud afectiva) tienen una importancia primordial en el
tema de la conciencia y en el aprendizaje del niño.
Todos recibimos las manifestaciones afectivas y reaccionamos a ellas de una manera afectiva. En el niño
es todavía más pronunciado. Durante los tres primeros meses las experiencias del niño se limitan al
afecto pues el aparato perceptivo si bien va madurando fisiológicamente no se ha desarrollado aun
desde el punto de vista psicológico de tal modo que es la actitud afectiva de la madre la que le sirve de
orientación.
Es un proceso circular, las actitudes del niño ejercerá su influencia en la madre. El padre, los hermanos
tiene su natural importancia, incluso el medio cultural influye en el niño. Sin embargo, todo ello se
transmite al niño por la madre al menos en nuestra cultura occidental.
La relación con la madre es el factor que modifica la vida del niño durante los primeros meses. El otro
elemento a considerar es el bagaje congénito del niño. Los dos factores en interacción consisten pues,
en una madre con su individualidad formada y un niño con su individualidad en formación.

ALCANCES TEORICOS DEL ESTABLECIMIENTO DEL OBJETO PRECURSOR

Esta etapa señala la transición entre la percepción interna de la experiencia (estadio narcisista
primaria), a la percepción externa del estímulo (libido objetal) procedente del medio.
Supone el establecimiento de indicios de memoria consciente en la psiquis del niño y una división entre
el conciente y el preconciente separados ambos del inconsciente.
La transición entre el estadio narcisista primario al estadio de la libido objetal y el establecimiento de
indicios de memoria, dan lugar a la iniciación del pensamiento, La iniciación del pensamiento introduce
la función del principio de realidad (rodeo)
Iniciación rudimentaria del Yo (organización rectora central, esfera libre de conflicto del Yo) permite al
niño coordinar sus actos intencionales al servicio de fines de defensa y de dominio. La barrera alzada
contra los estímulos se hace cada vez menos necesaria.
La acción se convierte en el instrumento psíquico del desarrollo y no solo en una forma de canalizar las
energías libidinales y agresivas. Transición de la pasividad a la motilidad dirigida.
Este fenómeno representa la iniciación de las relaciones sociales (prototipo de todas las futuras
relaciones.

PLASTICIDAD DEL PSIQUISMO INFANTIL

Uno de los factores que hace que el periodo que se extiende durante el primer año de vida sea él más
plástico es el hecho de que en esta época el niño atraviesa un proceso de transiciones continuas, de
transformaciones rápidas, violentas e incluso tempestuosas.
Las experiencias que se viven en esta época son mas profundas que en cualquier otra. Pero en el
cuadro de esta evolución hay épocas específicas en las cuales acontece un cambio de direcciones, una
REORGANIZACIÓN completa de la estructura física. Son periodos particularmente vulnerables, durante
los cuales cualquier traumatismo tiene consecuencias de gravedad. Por analogía con la embriología
Spitz ha llamado ORGANIZADORES a ciertas estructuras que se desarrollan en un determinado punto
donde se juntan diversas líneas de desarrollo.
Durante estos periodos críticos las corrientes del desarrollo que operan en los diferentes sectores de la
personalidad se integran, por una parte, unas con otras y por otra al proceso de maduración.
Esta integración tiene por resultado la formación de una nueva estructura psíquica sobre un nivel de
complejidad más elevado. Lo que ha llamado ORGANIZADOR es el resultado de la INTEGRACIÓN
COMPLETA. El primer organizador es la SONRISA, que es solo el síntoma visible de la convergencia de
una serie de corrientes de desarrollo en el psiquismo: el niño sé desvía de la sensación interior hacia la
percepción exterior, el preconsciente y lo consciente, se establecen y diferencian uno de otro; se
implementan los rudimentos del Yo, el niño comienza a aplicar el principio de realidad. Si el niño
consigue establecer esos organizadores su desarrollo puede seguir en la dirección normal, si no lo
consigue permanece el sistema difuso y se producen desviaciones y falsos desarrollos.
Otro de los factores que intervienen en la explicación de la plasticidad del psiquismo infantil en el
primer año de vida es la ausencia de una estructura psíquica bien establecida y diferenciada. La
organización psicológica usada para los intercambios con el mundo exterior es el Yo. Al nacer el niño no
tiene aun un Yo. Puede defenderse de los estimulos por la barrera protectora del elevado umbral de
percepción. Cuando este nivel empieza a disminuir los estimulos modificaran la personalidad del niño
hasta que esta se forma y estructure. El desarrollo de la eficiencia del Yo dura años y es un proceso
lento y progresivo.

LAS FUERZAS FORMATIVAS EN LA RELACION MADRE-HIJO

La madre constituye un estimulo para las respuestas del niño. Las satisfacciones obtenidas de las
acciones en que se traducen los impulsos, van desarrollando los diversos sectores de la personalidad
del niño. Si la actitud materna es conciente o inconscientemente tierna facilitara multitud de acciones
diversas de su niño que influyen en la formación y dirección de la personalidad del niño: Proceso de
moldeo. Este proceso de moldeo se realiza mediante una serie de interacciones en un marco social,
formado por la pareja madre-hijo que, hasta cierto punto esta aislada de lo que la rodea y unida entre sí
por lazos extremadamente poderosos. Para explicar la forma en la que el niño percibe las actitudes y
deseos conscientes e inconscientes de la madre que determinaran el Moldeo, Spitz hace referencias el
modo de comunicación entre las distintas especies animales que utilizan para comunicarse conductas
que comportan signos posturales, configuraciones y vocalizaciones. Son acciones expresivas. Un
individuo, ante un determinado estimulo que percibe reacciona con una RESPUESTA NO DIRIGIDA.
En el desarrollo humano del lenguaje, esta especie de comunicación primitiva representa la parte
filogenético que cada uno posee al nacer, sobre ella se injertara un desarrollo ontogenetico
exclusivamente humano que consistirá en una comunicación dirigirá y transmitida con ayuda de señales
y signos semánticos.
La primera comunicación entre madre e hijo se sirve de un lenguaje del cuerpo. Se sostiene que durante
los primeros meses de vida el sensorio permanece en un estado de transición gradual: la recepción
cenestésica (Ballon). Luego la percepción será diacrítica. La recepción cenestésica ocurre a nivel de la
sensibilidad profunda y en términos de totalidad y provoca respuestas de totalidad, como las viscerales.
En la comunicación madre-hijo el sensorio representa una parte mínima pues se trata de una
comunicación no verbal, no dirigida, expresiva con predominio de la recepción de las señales
cenestésicas (equilibrio, tensiones (muscular y otras), postura, temperatura, vibración, contacto, ritmo,
tempo, duración, gama de tonos, matiz de tonos, etc.) que luego iran siendo reemplazadas por la
percepción diacrítica o por señales semánticas.
A través de esa comunicación sé ira formando el psiquismo infantil. El intercambio entre madre e hijo se
produce constantemte sin que la madre y lo que la rodea lo advierte y ejercerá una presión constante
que moldeara por efecto acumulativo el psiquismo infantil a través de experiencias, estímulos y
respuestas constantemente repetidas. Los procesos afectivos, las interacciones afectivas y las
percepciones afectivas, preceden a cualquier otra función que posteriormente habrá de desarrollarse
sobre las bases creadas por los intercambios afectivos. Se establecen las bases de las relaciones
objetales que permitirán la iniciación de las relaciones con las cosas.

LA ANGUSTIA DE LOS OCHO MESES

En el desarrollo de la percepción, el desagrado en tan necesario como el placer. Ambos colaboran en la


formación del psiquismo y privar al niño de uno de ellos solo puede conducir al desequilibrio. Entre el
sexto y el octavo mes se presenta una transformación, la discriminación diacrítica ha progresado, el
niño ya no sonríe a cualquiera, ahora distingue entre conocidos y extraños. Si el extraño se le aproxima
responde con timidez o llanto, también suele esconderse bajo la manta, taparse los ojos con la mano,
REHUSA EL CONTACTO CON EL EXTRAÑO, esto es según Spitz la primera manifestación de la angustia
propiamente dicha, la angustia de los ocho meses.
Spitz distingue tres fases en el desarrollo de la angustia propiamente dicha:
1) las dos primeras semanas, no es angustia verdadera sino manifestación de desagrado pertenecientes
a estado fisiológicos, que puede extenderse hasta la sexta semana. A partir de la octava semana los
estados de tensión se organizan, empiezan a perder su carácter difuso; se manifiestan en situaciones
cada vez mas especificas (la madre reconoce cuando llora por hambre, dolor de estomago o porque se
aburre. La compresión de los que lo rodean aumenta progresivamente. En la medida que el niño logra
que se satisfaga sus necesidades ira estableciendo una relación entre sus propias manifestaciones y las
repuestas que provoca.
2) Durante el segundo trimestre se presenta la reacción del MIEDO: se dirige a un objeto del contorno
físico, reacción de huida ante personas u objetos con lo que el niño tuvo una experiencia previa
desagradable.

3) Del sexto al octavo mes el niño rehúsa contacto con el extraño. La angustia que manifiesta ante los
extraños se debe según Spitz una percepción intra psíquica de la no identidad del extraño con la madre,
de lo cual al niño esta privado, indicándome por medio de esta reacción que la madre se ha convertido
en su objeto libidinal y que adquirió ya una nueva función: la del enjuiciamiento Frente a la percepción
del rostro extraño compara con los de los vestigios de memoria del rostro de la madre, comprueba la
no identidad y lo rechaza.
Lo expuesto señala la emergencia del segundo organizador, la personalidad del niño y su conducta
experimentaran una transformación fundamental:
- establecimiento de nuevas relaciones sociales más complejas.
- Comienza la comprensión del gesto social en cuanto medio de comunicación reciproca (prohibiciones
y ordenes especialmente)
- Noción de espacio que reclama los limites de la cuna.
- Principio de comprensión de las relaciones entre las cosas.
- Manifestación de preferencias por juguetes alimentos.
- Matices en las actitudes afectivas, por Ej., celos, cólera, rabia, actitud posesiva, etc.
El fenómeno de la angustia de los ocho meses demuestra que el niño ha conseguido reservar al rostro
de la madre un lugar único entre todos los demás rostros humanos.
En opinión de Spitz este es el criterio para la constitución de un objeto libidinal. Este no solo ha sido
constituido en el terreno visual, sino también y ante todo en el terreno afectivo. El objeto existe a
condición de que no puede confundírselo con nada: el niño ha encontrado al compañero con el cual
crea relaciones objétales. En el terreno físico la mielinizacion de las vías nerviosas que permite la
función del aparato sensorio, a la coordinación de los efectores pone grupos de músculos al servicio de
series de acciones, ajustes de postura y equilibrio.
En el aparato mental se ha almacenado vestigios de memoria que son la base de las operaciones
ideatorias.
Por ultimo en el nivel de organización psíquica, la maduración y el desarrollo del bagaje congénito han
hecho posible poner los efectores al servicio de acciones dirigidas que permiten al niño la descarga de
tensiones de afecto, lo que reduce el nivel de tensión del psiquismo y permite organizar mejor la
satisfacción de las necesidades.

MISION Y EVOLUCION DE LOS IMPULSOS

Al nacer y durante el estadio narcisista que sigue al nacimiento, los impulsos no se diferencias entre si.
Los impulsos libidinales se separan de los agresivos merced a los intercambios entre la madre y el
lactante en el curso de los primeros meses de su vida, mediante experiencias distintas en el sector
particular de cada uno de los impulsos. Esta es la situación cuando queda establecido el precursor del
objeto: luego sigue un periodo de transición. Durante este tiempo la gratificación de estos impulsos se
apoya en las gratificaciones orales y la madre es la que satisface estas necesidades siendo por lo tanto
la madre la persona a la que se dirige tanto los impulsos agresivos como los libidinales. Siguiendo a
Hartman, Spitz habla del objeto malo (hacia el cual se dirige la agresión) y el objeto bueno (hacia el cual
se dirige el impulso libidinal. El origen de este estadio preambivalente ha sido marcado por el
nacimiento de un rudimento del Yo (aparato guía central coordinado). La función del Yo durante ese
periodo es la coordinación y la función progresiva de la experiencia discreta con la percepción
correspondiente de lo que lo rodea. La presencia del Yo permite a los impulsos una descarga en forma
de noción dirigida. En estas acciones, se ira diferenciando entre si los impulsos: el agresivo dirigido al
objeto malo, el libidinal, dirigido al objeto bueno.
Alrededor del sexto mes se produce una síntesis. El Yo ha adquirido la suficiente importancia y su
función integradora basándose en innumerables experiencias repetidas con la madre, efectúa una
FUSION de los dos objetos (bueno y malo) en la persona de la madre. Ambos impulsos se dirigirán hacia
un solo objeto perceptual. En ese momento se forma el objeto libidinal hacia un solo objeto perceptual.
En este momento se forma el objeto libidinal propiamente dicho y da origen a las verdaderas relaciones
objetales.
Tanto la privación como el auge de uno de los impulsos conducirá a una deformacion de las relaciones
objetales. La compensación que ofrece el objeto bueno a los daños ocasionados por el objeto malo
sirve para reforzar la función de la tolerancia a la frustración.
En la capacidad de tolerar la frustración se refuerza el principio de la realidad (facultad de suspender la
satisfacción inmediata del impulso permite el ejercicio del pensamiento, el cual por su parte permitirá
descargar el impulso en una actividad dirigida y la descarga de la agresión hacia el objeto para adquirir
dominio sobre el medio.

EL COMIENZO DE LA COMUNICACIÓN SEMANTICA Y SU ORIGEN.

Luego del establecimiento del segundo organizador se producen grandes transformaciones en las
relaciones objétales y el niño comienza a comprender gestos, matices en las actitudes afectivas y surge
la facultad de participación de una actividad lúdica reciproca. Entre los más importantes progresos del
niño en dicha fase esta la comprensión de las prohibiciones y de las órdenes así como los comienzos del
mecanismo de identificación.
Cuando el niño comienza a caminar, se hace independiente, pone distancia entre el y su madre y las
intervenciones de ella se efectúan cada vez mas a través de palabras y gestos. Del murmullo con el que
la mamá le hablaba a su bebe que no impedían ni obligaban a nada, pasa la madre a expresar en sus
frases prohibiciones, ordenes y esto forma parte de la acción de la madre. El signo negativo y la palabra
No representan el primer concepto abstracto que se cristaliza en la vida mental del niño. Esto ya no es
imitación pura pues el niño lo usa cuando quiere.
El dinamismo por el cual se adquiere el signo semántico No es:
1) el objeto libidinal inflige una frustración al niño con el gesto NO, produciendo desagrado;
2) el gesto deja un vestigio en la memoria.
3) la carga de desagrado produce en el Ello una sacudida agresiva que quedara asociada a l vestigio de
memoria en el YO.
El dominio del Yo presupone la adquisición de las facultades de JUICIO y NEGACIÓN. Con la conquista
del gesto negativo la acción (que implica contacto directo) se ve reemplazada por el verbo, es decir,
comienza la comunicación a distancia. A esta conquista, a la adquisición del signo negativo y de la
palabra NO, considera Spitz síntoma visible de la formación del Tercer Organizador.

DEFORMACIONES Y DESVIACIONES DE LAS RELACIONES OBJETALES.

Desde el nacimiento hasta los seis meses la seguridad del niño se halla fundada en la actitud mantenida
por su madre y cuya consecuencia afecta al desarrollo de la segunda mitad del primer año de vida. Las
señales afectivas que el niño recibe de su madre, su calidad, constancia y estabilidad aseguran el normal
desarrollo psíquico del niño. Estas señales afectivas pueden no ser advertidas consientemente por la
madre pues están determinadas por actitudes inconcientes. Todo depende de la normalidad o
anormalidad de las mismas.
Las desviaciones de la norma pueden ser muy variadas. Los afectos de la madre pueden ser variables y
contradictorios. A estas señales inestables que no le ofrecen seguridad el niño responderá con la
formación de relaciones objétales impropias o insuficientes o no formara ninguna.
Spitz intenta una clasificación etiológica de las deformaciones objétales del lactante sobre la hipótesis
de: si la relación del niño sano con la madre es normal no deberá existir trastornos en el desarrollo
psicológico de aquel. La relación normal entre ambos es la que satisface tanto a la madre como al niño:
La satisfacción de la madre dependerá de la influencia que ejerza sobre su personalidad el hecho de
tener y criar un hijo por un lado, la gratificación narcisista (parte de su cuerpo) y por otro la satisfacción
de la libido objetal. La satisfacción que la madre recibe de su hijo es una satisfacción para su Ello, para
su Yo y para su Superyo y dependerá de la naturaleza de dichos componentes de su personalidad y de
las transformaciones a que estos han estado sujetos en el momento de dar a luz, de la forma en que el
niño en virtud de su bagaje congénito sea capaz de satisfacer la síntesis de los componentes de la
personalidad materna y además por las condiciones de la realidad externa.
La satisfacción del niño al comienzo, en el nivel más primitivo de su desarrollo, serán satisfacciones que
estan más cerca de lo fisiológico que de lo psicológico. Saciar sus tensiones y necesidades, librarlo de
las sensaciones de desagrado llevan al niño al sentimiento de seguridad.
Despùes del nacimiento del Yo, las respuestas de la madre a la iniciativa del niño proporcionara la
satisfacción de sus impulsos libidinales y agresivos en formas de acción. Son interacciones circulares
entre madre e hijo que se desarrollan progresivamente permitiendo y facilitando la maduración del
niño, que conduce a la formación de sistemas múltiples en la estrutura del YO. Las relaciones objetales
se producen entre dos compañeros desiguales pero el modo de satisfacción de uno representa una
satisfacción para el otro. Las desviaciones de la personalidad de la madre se manifestaran en los
trastornos del niño. Las relaciones objétales no satisfactorias pueden ser impropias o insuficientes.

Las relaciones objetales impropias se deben a que el comportamiento específico de la madre actúa en
forma de toxina típica, los trastornos que provoca son llamados por Spitz TRSTORNOS PSICOTOXICOS
DE LA INFANCIA.
Las relaciones objetales insuficientes provocan en los niños cuadros clínicos muy categóricos, como si
se les hubiera privado de un elemento esencial para la vida y los trastornos ocasionados son llamados
trastorno de carencia afectiva. Se priva a los niños de provisiones libidinales. Según la medida de esta
privación se subdividen estos trastornos en:

a) Por carencia parcial: depresión anaclítica que sigue un proceso de deterioro. Primer mes de
abandono, llora y se aferra a cualquier observador, el segundo mes el llanto se trasforma en chillido,
pierde peso, se estanca el desarrollo.
El tercer mes rechaza el contacto con los otros, permanecen acostado boca abajo. Insomnio, pierde
peso y se enferma, se observa retraso motor, rigidez de la expresión facial. Despues emite sonidos
extraños, el retraso aumenta y se convierte en letargia. Si entre el tercero y quinto mes de este proceso
reaparece la madre, el trastorno desaparece.
2) Por carencia total: Marasmo, pasa rápidamente los estados antes descriptos y luego entra en una
pasividad total. Yace en su cuna con el rostro vació de expresión. Con aire idiota, coordinación ocular
defectuosa. La imposibilidad de la descarga de los impulsos agresivos hacen que el lactante los vuelva
sobre si mismo, lo que origina el detenimiento del desarrollo y puede provocar la muerte; el impulso
libidinal se acota en el esfuerzo pro conservar la vida.

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