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Para ofrecer al lector de este dossier una perspectiva com-
parada del tema de los parques urbanos se ofrece este artículo sobre
los parques de la capital del país. Su autora es historiadora del Arte
de la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich, maestra en res-
tauración de monumentos de la Technische Universität de Berlín y
actualmente candidata a doctora en Historia del Arte por esta misma
universidad.
E
n el año de 1897 Genaro Val-
derrama, administrador de
parques y jardines públicos de
Bogotá, denunciaba: “Aquí se
ha creído que con mantener
aseadas las calles y algunas casas, esto basta
para mantener la salubridad en la ciudad
[…] una vez que se sabe que la vegetación
es el agente más poderoso que obra sobre la
salubridad pública, deben hacerse todos los
esfuerzos posibles para aumentar la vege-
tación en la ciudad, pues la que hay en los
parques y jardines públicos y privados no es
suficiente para una población como la de esta
capital”1. Esta exigencia contradice algunas
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El parque debía ser encerrado por una verja y estatuas, bustos, medallones y placas conmemorativas
existentes en Bogotá en 1938, Bogotá 1938, p. 49).
tener acceso por cuatro portales, uno a cada
uno de sus lados9. Tenía como mobiliario 9) Ibídem, p. 44.
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Pabellón de las Es precisamente después de la esas plazas, en donde solo existe una monto-
Bellas Artes.
construcción del Parque Centenario en 1889 nera de árboles colocados sin gusto, sin arte y
cuando Valderrama solicita la creación de sin reglas ningunas de jardinería”10. Su crítica
un verdadero parque para la ciudad, que no se limitaba a la apariencia de los parques,
realmente supliera sus necesidades. En este sino también a su función: “En todas las ca-
sentido agregaría “lo que aquí llamamos con pitales civilizadas del mundo hay un centro
el nombre pomposo de parques no lo son, ni que atrae en los días de descanso a las gentes,
pueden serlo por lo reducido del espacio de en donde encuentran diversiones honestas y
apropiadas para ellas y sus familias, que aleja
de ciertos focos de corrupción especialmente
a la juventud, tales como el Central Park en
New York, el High Park en Londres y el Bois
de Boulogne en París. La mayor parte de los
habitantes de estas felices poblaciones se tras-
ladan allí en busca de expansión y alegría,
y vuelven, al empezar la semana al trabajo
o al estudio, sin que un pesar les acompañe.
Nuestra capital, ya un poco populosa, nece-
sita de un canto y de algo que aleje a nuestra
Ubicación Antiguo 10) AGN, MOP, “Bogotá, parques, plazas y jardines varios
Parque Centenario. 1887-1916”, Tomo 823, Folio 66-67.
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12) “Además, si como se ha pensado, se quiere llevar a a los soldados desconocidos, donado por la Estatua ecuestre
de Bolívar.
efecto la formación de un parque positivo en las inme- Sociedad de Caridad15. Además se reubicaron
diaciones de esta capital, yo me encargo de establecerlo
tal como debe serlo, adoptando un plano por el estilo
del que presento con las modificaciones necesarias
para semejarlo al de Monceau en Paris, que es el más 14) La exposición contaba en el momento de su inaugu-
bello que conozco” (carta de Genaro Valderrama al ración con el Kiosco de la Música, el Pabellón Egipcio,
Ministro de Fomento, 16.04.1889, en: AGN, MOP, el Pabellón de la Industria, el Kiosco de la Luz, el
“Bogotá, parques, plazas y jardines varios 1887-1916”, Pabellón de Bellas Artes, el Pabellón de las Máquinas
Tomo 823, Folio 5). y el Pabellón Japonés, así como con algunos establos
para animales y pequeños pabellones donados por
13) Para una reseña de las obras planeadas ver Revista del
algunas industrias.
Centenario, Bogotá, 1910. El Parque de la Independen-
cia existe hoy solo en forma parcial. 15) Revista del Centenario, 16.04.1910, Nº 12, p. 90.
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cana era entonces sentirse y verse como una meros decenios del siglo XX los parques se Templete de la
ciudad civilizada y progresiva18. Sin embargo concebirán también como un instrumento de Música.
existía una discrepancia entre la función pu- control del tiempo libre de los obreros. Entre
ramente representativa de estos parques y la las costumbres de estos últimos, sobre todo la
situación real de la ciudad. del consumo de chicha, se creía ver un impe-
En el contexto de Bogotá ya se ha- dimento para alcanzar el anhelado progreso
bía reconocido en los parques, desde finales del país. Algunas instituciones intentaron
del siglo XIX, un antídoto para los problemas regularlas mediante normas o condenas
higiénicos de la ciudad. Además, en los pri- morales. Igualmente, empezó a verse que el
contacto del ser humano con la naturaleza,
así como también la práctica de deportes y
18) En otras ciudades del país también se convertirán pla- de la educación física al aire libre, ejercían
zas coloniales en jardines y parques, o se construirán una influencia positiva. Ya desde el siglo XIX
parques con carácter representativo; entre ellos el Bos- algunos habitantes de la ciudad practicaban
que de la República en Tunja en 1918, la plaza y parque algunos deportes en clubes privados, con
de la Pola en Riosucio (Caldas), el Parque la Libertad en exclusivo acceso, entre ellos el tenis y el polo.
Pereira, y en Bucaramanga la Plaza de García Rovira, La práctica del deporte se veía como un even-
el Parque Romero y el Parque de Santander. to de distinción social. Así mismo, algunos
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habitantes pasaban sus vacaciones en una de características para la ciudad, este no será
las poblaciones cercanas a Bogotá, o tenían construido. Las razones para esto son nu-
una quinta en uno de los barrios suburbanos, merosas. Por un lado existían problemas de
en los que recibían aire puro. presupuesto, de manera que hasta el mante-
En este contexto es que se pide nimiento y cuidado de los parques existentes
un parque para la ciudad, no sólo con un se veía en peligro. Por otra parte no existía
100 fin contemplativo y representativo, como aun en la ciudad una planeación y regulación
se menciona en un artículo de revista que urbanística. Las discusiones sobre la nece-
describe el Parque de Santander en 1918: “Si sidad de la planeación de la ciudad, en las
algo, a la verdad, necesitan las ciudades an- que también se hablaba sobre la necesidad
chas, frías, melancólicas […] cuando llega la de la creación de parques, eran numerosas,
noche, es un sitio con árboles, con bancos, pero no llegaban a la concreción21. Durante
con viento, con música […] un sitio, en fin, a los años veinte se modificaron algunos de
donde puedan ir unos y otros, sin boleta de los parques ya existentes, entre ellos el Par-
entrada, sin traje de etiqueta, en busca de un que Santander y el Parque del Centenario.
rato de paz, de reposo o de olvido, en busca El cambio principal consistió en el retiro de
de un poco de aire para los pulmones y de un las verjas, así como en la modernización de
poco de música para el espíritu”19. los parques. Esta ocurrió por medio de la
La función representativa de los inclusión de algunos elementos como balaus-
parques pasa a un último plano para dar tradas, terrazas y fuentes, como en la remo-
paso a una función más social, como se rela- delación general del Parque Santander o en la
ta, entre otros, en un artículo de 1913: “Tam- del Parque del Centenario, en la que se erigió
bién es tiempo y es indispensable fundar en “La Rebeca” en 1926. También se levantaron
un predio rural inmediato y ligado a Bogotá algunos bustos en el Parque de la Indepen-
por buenas y baratas vías de comunicación, dencia, como el busto de Carlos Martínez
el Gran PARQUE-BOSQUE de 200 ó más Silva en 1926 y el de Joaquín Vélez en 1927.
hectáreas de extensión, con abundantes Aparte de estas modificaciones a parques
aguas y distracciones populares, a fin de que existentes, se crearon nuevos parques. Algu-
concurra allí con gusto los días festivos el
pueblo, a pasar el necesario rato de solaz, y
principalmente para fortificar su organismo,
respirando aire bien oxigenado, tan distinto 20) “Árboles que debemos aclimatar”, en: Anales de
del contaminado con que funcionan diaria- Ingeniería, Serie 2, Año 25, Vol. XX, Nos. 239 y 240,
mente sus pulmones en la ciudad. No sólo en enero-febrero 1913, p. 225.
las principales capitales del globo existen es- 21) Para un resumen de las leyes urbanísticas durante
tos bosques, sino también en las de segundo los años veinte, véase DEL CASTILLO Juan Carlos,
y tercer orden, y hasta en las poblaciones de Bogotá: el tránsito a la ciudad moderna 1920-1950, Uni-
menos de 100.000 habitantes, de manera que versidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2003. En las
Bogotá, por ser capital y con 119.012 almas, revistas aparecían artículos que referían la necesidad de
según el censo de este año, está obligada a no parques y el estado en otros países: “En general, el área
demorar la fundación de tal parque”20. de los parques y jardines públicos no debe ser nunca
A pesar de las numerosas peti- inferior a un décimo del área total de la población; así,
ciones de la creación de un parque con esas Viena tiene un área de parques igual a 14 % del área
total; Londres tiene cerca de 11 %; París está por debajo
del término medio con cerca del 8 %” (en Boletín de la
19) “Por esos parques”, en: Boletín de la Sociedad de Embe- Sociedad de Embellecimiento de Bogotá, 2ª. época, No.
llecimiento de Bogotá, Año I, No. 7, 10.08.1918, p. 1. 32, noviembre 1923, p. 111-114).
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25) DE LA CRUZ Pablo, “El Parque Nacional”, en: Registro 26) AGN, Edificios Nacionales, Correspondencia, Bogotá,
Municipal, Tomo IV, julio-diciembre 1934, Bogotá, Parque Nacional 1932-34, Tomo 293, Folio 268, Carta
pp. 54-56. de Guillermo Nannetti, 14.03.1934.
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