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Es por ello que si nos encontramos en una posición de liderazgo o guía, es necesario evaluar si
somos simples caudillos o de verdad estamos en el camino correcto de convertirnos en líderes.
4. El caudillo no admite errores, utilizando todas las oportunidades que tenga para
avergonzar a sus seguidores frente a todos para demostrar su autoridad. El líder
demuestra su autoridad utilizando las faltas como experiencias de aprendizaje,
conduciendo a su equipo a reflexionar y ajustar las acciones correspondientes para que
situación negativa sea el fertilizante para nuevas y mejores ideas y personas más sabias.
6. Un caudillo tiene una visión personal en la que se sirve de sus seguidores para
conseguirla, pero un líder de verdad, establece una visión compartida por su equipo, en
la que todos forman parte del esfuerzo y todos tienen recompensa igual en el éxito.
8. El caudillo promete ideales y sueños propios. El líder propone planes reales con metas
alcanzables de impacto significativo para todo el equipo.
9. El caudillo actúa por impulsos, el líder desarrolla una estrategia clara y trabaja para
clarificarla.
10. El caudillo está siempre lejano a sus seguidores, el líder vive con su equipo.
11. El caudillo no permite ser cuestionado por sus malas decisiones, errores o cualquier
yerro, un líder debe ser capaz de escuchar efectivamente, abierto a las críticas y debe
saber enmendar.
12. El caudillo al verse acorralado, siempre abandona su causa. El líder es perseverante, en
medio de la tormenta.
13. El caudillo le gustan los reconocimientos, los flashes, los reflectores, mientras que un
líder no importa darle la espalda al mundo para que su equipo se luzca y haga un trabajo
bien hecho.
15. El caudillo culpa a los demás de los errores, el líder toma la responsabilidad de mejorar
el trabajo de todos.
17. El líder saca lo mejor de su equipo, mientras que el caudillo es un vampiro de talentos.
18. Un caudillo se coloca en las primeras posiciones. El líder está en el lugar correcto en el
momento indicado.
19. El caudillo no le importa los problemas de sus seguidores, le interesa lo bueno que
puede obtener de ellos, mientras que el líder no mira a su equipo como simples fichas
de ajedrez que deben moverse a su conveniencia, sino como personas con debilidades,
virtudes y necesidades.
20. El caudillo no sabe cuál es el momento oportuno para dar el paso al costado para que
una nueva generación de líderes tomen el control. Un líder entiende que la sucesión es
un proceso natural, preparando al nuevo líder, dándole seguimiento a la visión y al final
convirtiéndose en un asesor de lujo para continuar con ella.
21. La visión del caudillo muere con él. El legado del líder permanece.