Hecho en Bolivia, no es una frase casual, sino causal, a

nuestro país nos tomara decenas de años lograr lo que soñamos ser: Una
economía fuerte y sólida en el mundo, que compita con quienes son líderes
indiscutibles. Ahora eso es parece solo un sueño, pero si tomamos en cuenta
los cambios significativos en el mundo moderno, podríamos pensar y decir que
iniciamos un proceso profundo de transformaciones y son mejores tiempos que
viene para la economía Boliviana.

La historia Boliviana iniciaba su vida independiente con una región arrasada

por la guerra y en depresión económica, situación que se acompañaba por un
sector minero descapitalizado y una economía basada en la subsistencia.

Es entonces que con la finalidad de reorganizar y volver a desarrollar la

economía, se decidió nacionalizar todas las minas abandonadas e invitar a
capitalistas extranjeros para que volvieran a poner en explotación las minas.
Esta iniciativa se vio truncada por los altos costes, que resultaban prohibitivos.

Finalmente, ante la necesidad de contar con recursos, se decidió confiscar a

favor del nuevo estado el patrimonio eclesiástico. Este patrimonio se otorgó en
arrendamiento y los ingresos generados fueron destinados a la creación de
servicios sociales y centros educativos en los centros urbanos de Bolivia.

De esta manera la creación del estado independiente de Bolivia surgió sobre

una economía bastante delicada ocasionada por los muchos años de guerra,
partiendo la nueva república en un contexto económico desastroso, nada
favorable para ese nuevo camino independiente y de libertades.

Quise comenzar este trabajo revisando la historia, que en términos de un

analogismo, podremos ver y analizar aquellos aspectos que están inmersos
dentro de ambas coyunturas, para poder en base a ello, comprender el camino
que podría estar trazado si sabemos aprovechar las coyunturas y comprender
el cauce milenario de la historia Boliviana, siglos que parece ser mucho tiempo
para algunos, sin embargo, para nosotros podría ser solamente un parpadeo.
Aunque parezcan irónicos los planteamientos anteriores, me parecieron
importantes mencionarlos, ya que el verdadero motor y el verdadero impulso
de nuestra economía podría radicar precisamente en nuestra historia y en la
evolución de la misma; y pasarla por alto me parecería tratar de entender la
actualidad sin saber cómo se llegó a ella.

Es por eso que dedico gran parte de este análisis económico y social de la
evolución de la economía de Bolivia desde el inicio de la era del MAS a la
cabeza del estado boliviano, con un discurso socialista y cómo sus
representantes están orientado el crecimiento económico.

Sin embargo, es importante realizar algunas consideraciones orientadas a

coadyuvar el desarrollo las cuales deberían promover un sistema de comercio
multilateral libre, abierto y estable; salvaguardar sus derechos y cumplir las
obligaciones contraídas en virtud de acuerdos y arreglos comerciales
relacionados con el comercio de ámbito multilateral, regional y bilateral;
además de garantizar, mantener y mejorar el acceso para sus exportaciones a
mercados extranjeros.

Bolivia podría ser un ejemplo empírico de economías debilitadas con altos

conflictos sociales, que mediante cambios estructurales y reformas
gubernamentales, no solamente podrá lograr salir del estancamiento, sino
mejorar, y lograr colocarse en un alto nicho dentro de éste mundo globalizado,
en donde, como dijera Darwin, ganará el más fuerte.

Después de algunos años de esfuerzo y trabajo, Bolivia podrá ser capaz de

enseñarle al mundo con profunda convicción de que la reforma es la única
esperanza de lograr un desarrollo sostenido, racional y acelerado; y que la
reforma estructural de la economía es la única vía correcta hacia el desarrollo
económico; y entonces una vez iniciada la reforma y la apertura al mundo
exterior, el campo de visión boliviano podrá tener una perspectiva mucho mas
amplia

Bolivia podría descartar la antigua idea de que una economía socialista es

incompatible con una economía de mercado planificada y respondiendo a las
leyes del mercado, adoptando el principio según el cual la economía planificada
es algo primordial y la regulación del mercado algo secundario.

Podría decirse entonces que de ese modo surgirá la teoría de que, a partir del
sistema de propiedad pública, se puede instaurar una economía de mercado
planificada en la que se armonicen la planificación y las leyes del mercado,
creándose las bases teóricas y los modelos necesarios a la reforma estructural
de la economía. Definitivamente, podría constituirse en un eslabón esencial y
dar un paso decisivo.

Por lo tanto, se puede concluir que el mercado es el mecanismo externo más

importante para lograr la igualdad de oportunidades, una competencia
equitativa y una mayor eficacia.