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Japón: Identidad, identidades (III) ISSN:
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PRÓLOGO: AQUELLO QUE SOMOS Y LO QUE QUEREMOS SER EN JAPÓN
Harumi Nishinotoin
Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto
h.nishinotoin@gmail.com
A día de hoy, España vive con Japón un momento muy dulce, y pensamos
que Japón con España también. El cariño es mutuo, la admiración es mutua;
muchas veces hemos pensado los responsable de Revista Kokoro que si un español
ofreciese su mano, con toda seguridad, aparecería un japonés para estrecharla, o, a
lo mejor, le respondería con una reverencia, según marca su etiqueta. Eso es lo que
hacemos desde Kokoro, lanzar y estrechar una mano a Japón; es lo que llevamos
haciendo desde el 1 de enero de 2007, día en el que oficialmente nació Kokoro,
aunque la idea ya nos rondaba a unos cuantos desde hacía algún tiempo.
Los monográficos como este, en formato CD, tienen como fin dar visibilidad a la
cantidad de buenos trabajos que, por falta de espacio (léase, falta de financiación),
no consiguen publicarse en formato papel; pero tienen la misma consideración
para nosotros. A la vez, es una buena plataforma para que quienes comienzan a
adentrarse en la investigación sobre Japón den sus primeros pasos. Es más, nos
gusta el hecho de que bajo el epígrafe “Identidad, identidades”, especialistas y
nuevas promesas converjan y dialoguen sobre el mundo de los otaku, sobre el viejo
barrio de Yoshiwara o la vistosa estética del teatro Kabuki, como sucede en este
número III de estas monografías. Ojalá pudiéramos hacer más, ojalá pudiéramos
dar más páginas a nuestra edición en papel, mejor calidad… Pero, créannos cuando
decimos que nunca alguien hizo tanto con tan poco, aunque la aseveración tiene un
poco de trampa, porque esfuerzos humanos si hemos tenido; todo se merecen los
esfuerzos de maquetación, de revisión, de lectura… No buscamos, sin embargo, el
reconocimiento, por supuesto, con compartir lo que amamos ya nos basta.
Finalmente, gracias una vez más a todo el equipo, por trabajar con tanta pasión y
mantener vivo este kokoro-corazón que es nuestra revista; y gracias a los autores
por compartir vuestros hallazgos, y por la paciencia, por comprender que somos
muy pocos haciendo el trabajo de muchos. Dicho todo esto, sólo nos queda
pronunciar nuestro acostumbrado: ¡Salud y hasta el próximo número!
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Abstract: Japanese history and literature are filled with masculine archetypes that
reflect the cultural and political evolution of this Asian country: the tradition
embodied in the courageous samurai loyal to his master, the difficult process of
breakdown that came upon writers and intellectuals from the Meiji period, or the
uninspired life of the clerk consecrated to his job. In contrast to this variety of
masculine profiles, the transmitted feminine figure presents an apparent static and
unchanging role: delicate geishas serving tea, smiling lolitas posing for a photo,
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mothers and wives dedicated to the upbringing and education of their children.
The image of the woman seems to be circumscribed to the domestic and sensitivity
space of Japanese history. However, if we voluntarily distance ourselves from these
traditional images and delve into history, we can discover other female models:
strong women who had to survive in a hostile social environment, and who played
a central role in the cultural and political life of the time.
Within the culture of harmony and perfection, were the called oiran: women who
worked in the now-defunct pleasure district of Yoshiwara, in the old Edo. Her
beauty and sensuality were used as instruments of power over nobles and lords
for more than 300 years.
Introducción.
La industria del sexo se sitúa como una de las actividades comerciales más
antiguas del mundo. Cada civilización ha desarrollado en este sentido negocios de
distintas características, dependiendo de sus rasgos culturales y sus circunstancias
político-sociales. La historia de los países europeos tampoco está exenta de este
tipo de costumbres, que no pueden achacarse a una superioridad moral, o a
distintos valores religiosos. Cuestiones estas que deben mirarse desde un punto de
vista histórico-social y ser analizadas en el seno de su propia cultura. De este modo,
nos disponemos a hacer una breve aproximación a la historia y al desarrollo de
Yoshiwara, el antiguo barrio de placer de Tokio. Que quedó grabado en la
imaginería popular japonesa durante todos los años que permaneció activo, del
1626 al 1959. Debemos enmarcarlo dentro del llamado mundo flotante (浮世) del
Edo clásico. Concepto que describe un mundo en el que las relaciones humanas
adoptaron un tono ligero y hedonista, en contraposición a la gravedad difundida
por las doctrinas budistas del momento. Un lugar en el cual confluían personajes
de toda clase: geishas, actores de kabuki, samuráis, comerciantes y artistas. De
estos últimos surge el movimiento pictórico del ukiyo-e, que plasma en sus
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grabados las escenas icónicas de estos centros de placer, sus calles, sus gentes y la
belleza de las mujeres que allí vivían.
Imágenes que han pasado a formar parte del imaginario japonés y que han
adquirido la condición de símbolos culturales, especialmente fuera de Japón. Una
visión exótica e idealizada de un periodo de la historia japonesa especialmente
duro para las mujeres, cuya vida y experiencias merece la pena analizar desde un
prisma diferente a aquel que las pinturas y los relatos nos ofrecen en calidad de
productos artísticos. En este breve artículo estudiaremos la construcción y
planificación del barrio rojo de Tokio, así como la jerarquía presente en las
relaciones sociales dentro del mismo. También trataremos de presentar un retrato
de la vida cotidiana de estas mujeres, y la característica figura de la oiran dentro
del Japón clásico.
1HANE, Misiko. Breve historia de Japón, Madrid, Alianza Editorial, 2003, pp. 72-113.
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siglos después ocurrirá con la llamada Ley de Regulación de Negocios que Afectan
a la Moral Pública o Fūzoku Eigyō Torishimari Hō (風俗営業取締法), promulgada
en 1948. Dichas reglas obedecían, principalmente, a facilitar el control
gubernamental sobre este tipo de negocios y sus beneficios.
2 La palabra yuukaku (遊郭) está formada a partir de los kanji 遊 “jugar” y 郭 “barrio”. Dicha
etimología ilustra el cariz de las actividades que se realizaban en estos lugares, no sólo de carácter
sexual, sino también recreativo.
3ISAHARA, Saikaku, Life of an Amorous Woman and Other Writings (trad. de Ivan Morris), New
Cuando los daimios o alguna figura relevante quería casarse con alguna de ellas,
debían ejercer el llamado miuke (身請け): el pago de toda la deuda que la mujer
había contraído. Tras lo cual éstas se convertían en sus mujeres o concubinas
(mekake 妾). El concubinato fue una práctica cotidiana en Japón debido a la
necesidad de engendrar un hijo varón que perpetuara el clan familiar, entendido
éste como una trasmisión de valores y no de sangre. Es después de la revolución
Meiji cuando se empiezan a elaborar algunas leyes al respecto, en un intento por
modernizar el país de cara a la moralidad de las potencias extranjeras. Sin
embargo, la prostitución y el llamado mundo flotante (浮世) no se reducía a estos
barrios; casas de huéspedes, casas de citas y mujeres sin filiación determinada
ofrecían sus servicios a los viajeros y paseantes del Japón feudal. Fuera del distrito
proliferaban lugares como algunos baños públicos (湯女風呂)4, donde trabajaban
prostitutas de bajo escalafón que ofrecían servicios sexuales a precios mínimos.
Con el transcurrir del tiempo, esta competencia fue ilegalizada debido a la presión
ejercida por los tratantes de los yūkaku, que veían peligrar su negocio por la
multiplicación de estos locales independientes. La historia de los yūkaku está
encadenada a los devenires económicos y sociales de Japón. Con la llegada del fin
del shogunato Tokugawa, un periodo de gran escasez asoló la capital, coincidiendo
esto con el inicio del declive del barrio rojo de Tokio: Yoshiwara. El aura elitista y
sofisticado que poseía esta zona urbana entró en decadencia, reflejándose, entre
4 Los distintos locales de la industria sexual en el Japón actual se agrupan bajo la eufemística
denominación de mizushōbai (水商売), literalmente: “negocios del agua”. Herencia directa de este
tipo de baños presentes ya en el periodo Tokugawa.
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otros aspectos, en el exponencial aumento del número de mujeres: desde las 2000
hasta las 4000 en pocos años5. Los cambios en la moral y los valores de la sociedad
japonesa fueron asentándose con la introducción de las políticas renovadoras de
Meiji. La promoción y difusión de las ideas occidentales, así como los cambios
estructurales en la economía y la industria, provocaron, finalmente, la desaparición
de este tipo de zonas recreativas, que pasaron a la historia y la imaginería colectiva
como recuerdos del Japón premoderno.
Tres eran los puntos esenciales que marcaban el ritmo de la ciudad y el país,
agrupados bajo el nombre de Edo no meibutsu san senryō (江戸の名物三千両).
Fueron los representantes de la prosperidad y la vida social de la época el mercado
fluvial de pescado o Uogashi (魚河岸), el barrio de artistas y personajes
relacionados con el mundo de las artes escénicas Shibaichō (芝居町) y el barrio de
placer, llamado Yoshiwara (吉原). Algunas de estas zonas aún conservan algo de su
esplendor pasado en la vida actual de la populosa ciudad de Tokio.
5JANSEN, Marious B., The making old modern Japan, Cambridge, Harvard University Press, 2002, pp.
223-257.
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La historia del barrio rojo de Tokio tuvo un desarrollo un tanto particular. Tras ser
rechazada la proposición de su apertura en un primer momento, consigue,
finalmente, la aprobación de los gobernantes en 1617. Dicho permiso concede los
derechos para establecer un barrio de placer que surtiera a sus habitantes, y
resuelve ubicar éste en la zona de Nihonbashi (日本橋). En noviembre 1618,
después de acondicionar la zona establecida, los burdeles o girō (妓楼) abren sus
puertas convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la ciudad7. Sin
embargo, no sería este el emplazamiento definitivo del barrio de Yoshiwara. Dicho
traslado se debió, en parte, a su situación: en pleno corazón de la capital y cerca de
las residencias de los principales daimios, frente al Palacio Imperial; así como al
crecimiento frenético de los negocios y la afluencia de personas. Por lo que se
6Estos cambios en la grafía son muy frecuentes en la lengua japonesa. Para entenderlo tendríamos
que remitirnos al concepto de kotodama (言霊): la idea shintoísta del poder espiritual que las
palabras contienen. Concepto que, entre otras cosas, ha influido en el desarrollo tradicional de la
poesía o en los ritos cotidianos de la vida japonesa.
7LONGSTREET, Stephen, Yoshiwara: Geishas, Courtesans, and the Pleasure Quarters of Old Tokyo ,
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La crisis económica y social fue, poco a poco, malogrando las condiciones de este
barrio, hasta que en 1923 todo fue arrasado por un gran fuego. La que fuera una de
las zonas más prósperas e influyentes de la vieja Edo desapareció definitivamente
unos años después; con las iniciativas progresistas que abogaban por eliminar los
símbolos arcaicos del viejo Japón y la oposición de los grupos conservadores que
veían en este barrio la decadencia de la antaño refinada cultura japonesa. En la
actualidad apenas quedan restos de este antiguo lugar de placer, habiéndose
transformado en una apacible zona residencial en el Distrito de Taito, Sensoku.
Vida cotidiana.
los establecimientos; damas vestidas con lujosas ropas; escenas eróticas sobre
suelos de tatami. Las pinturas conocidas como shunga y los relatos tradicionales
también han contribuido a crear esa realidad exótica que muchas veces se
relaciona con la vida de la época. Pero estas imágenes no dejan de ser creaciones
artísticas que no reflejan el verdadero aspecto de la vida cotidiana de muchas de
estas personas.
La mayoría de estas mujeres eran vendidas por sus familias a los diferentes girō de
Yoshiwara. Gracias a los documentos conservados podemos saber hoy cómo se
comerciaba con ellas, siendo vendidas como mercancía por precios que iban desde
los 3 o 5 ryo11 por las hijas de familias campesinas hasta los 20 ryo pagados por las
mujeres de familias bushi12. Una vez adquiridas, debían aprender una forma
determinada de hablar conocida como arinshukotoba 13 ( あ りん す こと ば ),
destinada a ocultar su procedencia de cara a los clientes 14.
por “arinshu”.
14DE BECKER, The Nightless City, pp. 44-52.
15LONGSTREET, Yoshiwara, pp. 122-135.
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Había días especialmente ajetreados en los barrios de placer, como, por ejemplo, el
hinamatsuri (ひな祭り) o día de las niñas. Este día las prostitutas se vestían con
kimonos especialmente encargados para la ocasión, pagados por los clientes o por
ellas mismas, con la consiguiente carga económica que ello suponía. Este era uno
16 Vemos en la labor de estas mujeres una fuerte relación con las características del trabajo
“hosstes” del Japón contemporáneo. Para una vision más detallada, ver: PARREÑAS, R., Illicit
flirtations: Labor, migration, and sex trafficking in Tokyo, Stanford University Press, 2011.
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de los motivos por los que la deuda que habían contraído con el dueño del burdel
al ser vendidas por sus familias no se acababa nunca. Tenían que pagar los objetos
personales y los productos para la vida cotidiana, por lo que muchas se veían
obligadas a trabajar en estas condiciones de esclavitud hasta la muerte. Algunas
intentaban huir de esta situación de explotación, y, en caso de ser descubiertas,
eran sancionadas sin comida, maltratadas físicamente o, incluso, asesinadas por
sus dueños como castigo ejemplar para el resto de mujeres.
Oiran (花魁).
El estatus de las oiran las dotaba de una serie de beneficios sólo reservados a ellas.
Disfrutaban de aposentos privados y sirvientes; habitualmente jóvenes o niñas
llamadas kamuro (禿), que, además de servir, eran formadas en diferentes artes
(en japonés: gei 芸) como música, escritura o danza. Una educación dirigida a
convertirlas en las siguientes oiran, proceso escalonado que se iniciaba con su
primer periodo, cuando pasaban a denominarse shinzō (新造) y se especializaban
en tocar el samisén y en las “artes amatorias”19.
Si la mayoría de prostitutas eran exhibidas en los locales hasta que el cliente las
elegía, la rutina laboral de las oiran se regía por un proceso distinto. Empezaban a
trabajar con la caída del sol, literalmente a la hora en la que se encendían las
linternas de papel 20 (llamadas andon 行灯). Esta tenue luz marcaba el momento en
el que las oiran, ataviadas con sus mejores kimonos, iniciaban su procesión diaria
por la calle principal del barrio. Eran seguidas por sus sirvientes, así como por toda
una comitiva de curiosos llegados para ver este espectáculo nocturno conocido
como oirandōchū (花魁道中).
arruinar” y “castillo”; tayū (太夫) por “rechoncho, gordo” y “marido”; y oiran (花魁) por “flores” y
“portar por encima de otros”.
19LONGSTREET, Yoshiwara, pp. 82-101.
20ISAHARA. Life of an Amorous Woman (trad. de Ivan Morris), pp. 100-120.
21DE BECKER, The Nightless City, pp. 94-99.
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El proceso de selección que debían pasar los pretendientes de una oiran era largo y
ceremonioso, e, incluso, corrían el riesgo de ser rechazados por estas en una
segunda cita a pesar de su estatus elevado. Las normas prohibían las relaciones
sexuales antes de la tercera cita, estableciéndose de manera tácita un periodo
previo de noviazgo en el cual debían agasajar y tratar de conquistar a la dama.
Gastando en ello unas cantidades elevadas de dinero que no estaba al alcance de la
mayoría de ciudadanos de la antigua Edo24. Si el cliente no era rechazado, la
tercera cita se celebraba una falsa ceremonia de bodas en la que el hombre debía
aportar el ajuar tradicional: cama, kimonos y regalos para el dueño y personas del
entorno de la mujer. Una vez que el cliente había elegido y celebrado estos falsos
ritos matrimoniales no podía engañar a su oiran con otras prostitutas. Jurando
unos votos de fidelidad que, de ser traicionados, acarreaban una serie de castigos
sociales, como perder el moño característico de los samuráis o mage (髷). De
manera que, aunque se incurría en una aparente transgresión de las normas
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Conclusión.
Situación que únicamente puede ser revertida mediante una educación en valores,
un cambio en los roles sociales vinculados al sexo y un análisis objetivo de las
dinámicas que desembocan en estos episodios de desigualdad, al margen de las
políticas y discursos culturales de cada comunidad o país. Una tarea conjunta de
hombres y mujeres que no puede ser postergada por más tiempo.
Bibliografía.
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Margherita Cianci
Universidad de Salamanca
margheharuko@gmail.com
Abstract: The paper analyses nine lexemes of ambiguity and vagueness which
commonly appear in replies to invitations. Starting from the Brown and Levinson
(1987) model of politeness strategies the aim of the present work will be focused
on indirect utterances called “off record acts” which are connected with ambiguity.
The purpose of the present work is to discuss about the pragmatics and the
semantics of such lexemes in order to understand which is the limit between
uncertainty and courtesy, whether politeness is preferred and where there is an
effective doubtful situation.
Keywords: Politeness, Pragmatics, Ambiguity.
1. Introduction.
The work presents the major findings on Japanese ambiguity, vagueness and
indirectness. There will be introduced also some cultural and social aspects which
are strictly correlated to the concepts and there will be realized some comparisons.
There will be later illustrated the methodology and a sample of the questionnaire
which has been realized by explaining the choice of the analyzed lexemes, the
answers adopted and the relative meanings. Finally, there will be reported and
discussed the survey's results. The essential aim of the work consists in attempting
to discover the use of such lexemes in that peculiar context, the real boundary
between uncertainty and politeness, and the unavoidable variables which could
delimit a research on linguistic ambiguity.
What does it mean to be polite? And in which ways are people considered to
be polite or not from a sociopragmatic perspective? There are a lot of definitions
of the Latin term “politus” according to dictionaries such as: “Having or showing
that one has good manners and consideration for other people” (Oxford Advanced
Dictionary, 1995) or “Someone who is polite has good manners and behaves in a
way that is socially correct and considerate for other people feelings.” (Collins
Cobuild English Language Dictionary, 1993).
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address terms, pronouns, and speech formulas as well as general rules of etiquette
and protocol to express various levels of politeness […] but the strategies used, as
well as the level of intensity and overall importance of conventions of politeness,
differ from one language to the next.” (Senko K. Maynard, 1997: 55-56).
By being polite people seek to find a social balance which is usually considered the
best way to avoid social disagreement. Japanese call this concept wakimae. As
claimed by Maynard (1997): “wakimae refers to sets of social norms of appropriate
behaviour people must observe to be considered polite in society. The
manipulation of politeness strategies is a concrete method for meeting the social
rules of wakimae.” (Senko K. Maynard, 1997: 57)1.
“[…] differences in politeness forms and strategies reflect divergences in the ways
in which politeness is conceptualized in different cultures. In contrast […] that
politeness is conceptualized in the same way across cultures, and that differences
in politeness forms and strategies are simply a reflection of divergences in the
structures that constitute different languages and the norms governing the use of
those structures.” (Haugh, 2004:2) 2.
1 MAYNARD SENKO, K., Japanese Communication: Language and Thought in Context, Honolulu, University of Hawaii Press,
1997.
2 HAUGH, M., “Revisiting the Conceptualization of Politeness in English and Japanese”, Multilingua, 23 (1), 2004, pp. 1-27.
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Whether the concept of politeness was not be considered from a semantic
perspective but from a sociopragmatic one it would likely result more complicated
to determine which are the variables involved in the idea of respecting other's
feeling. In fact, depending on the context or situation taken into exam there could
be different perspectives about the same behavior that could result polite for some
people but not enough polite for others (Tsuruta 2002 referring to Leech
1983:102)3.
The idea that Japanese are more polite or more used to polite expressions than
other cultures could not be generalized. If there are cases where people of different
cultures could feel that Japanese are not polite at all, there are also situations
where they are more often used to respect the social hierarchies by choosing the
appropriate politeness strategies (Maynard 1997)4.
3 TSURUTA, Y., “Politeness, the Japanese style: an investigation into the use of honorifics forms and people's attitudes
towards such use”, British Library Document Supply Centre, 2002.
4 MAYNARD SENKO, K., Japanese Communication: Language and Thought in Context, Honolulu, University of Hawaii Press.
1997.
5 NAKANE, C., Japanese Society, Weidenfeld & Nicolson Ltd., London, 1970.
6 MATSUMOTO, Y., “Reexamination of the Universality of Face: Politeness Phenomena in Japanese”, Journal of Pragmatics,
nº12, 1988, pp.403-426.
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Starting from the concept of “face” which represents: “the public self image
that every member wants to claim for himself” (B&L, 1987:61) Brown and
Levinson theory has been always considered as the starting paradigm for all the
studies on sociopragmatic politeness. Brown and Levinson's model identifies some
possible strategies in doing a “face threatening act” (FTA) as far as “any rational
agent will seek to avoid these face-threatening act or will employ certain strategies
to minimize the threat” (B&L, 1987:68)7.
The concept of “losing face” or “making the other's faces threaten” has been widely
argued, and according to that B&L realized a map in which are shown some
possible strategies for doing a FTA (B&L, 1987:69)8.
7 BROWN, P. & LEVINSON, S., Politeness: Some Universals in Language Usage, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.
8 BROWN, P. & LEVINSON, S., Politeness: Some Universals in Language Usage, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.
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saving the hearer's face and the potential damage of an FTA could be minimized as
long as such redressive actions may be expressed by using two different aspects of
“face”, negative or positive. According to B&L definitions negative face represents:
“the want of every 'competent adult member' that his actions be unimpeded by
others” and positive face: “the want of every member that his wants be desirable to
at least some others” (B&L, 1987:62). On the other hand, doing a FTA off record
underlines the indirectness of such speech act.
By arguing that, linguistic strategies of off record acts include metaphors and irony,
rethorical questions, clues, be ambiguous, vague and indirect (B&L, 1987).
In the next paragraph there will be discussed the concept of vagueness and
ambiguity in order to understand what kind of relations can be found according to
Brown and Levinson's model.
2.2 The definition of ambiguity and vagueness and its pragmatic correlations
with the “off record” acts in B&L.
The term ambiguous derives from the Latin word “ambiguus” that means
literally: “inclining for one side and also for another at the same time”. Oxford
Wordpower Dictionary (1993) defines the meaning of ambiguous as “having more
than one possible meaning” and the term of ambiguity as “the possibility of being
understood in more than one way”.
“the category 'vagueness' covers a closed set of items which are inherently
imprecise and which the participants interpret based on an understanding that the
speaker is indicating, through the choice of vague language, that what is said is not
9 CHENG, W. & WARREN, M., “Indirectness, Inexplicitness and Vagueness made clearer”, Pragmatics, nº 13 (3), 2003, pp.
381-400.
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to be interpreted precisely […] Given that the precise meaning can not be retrieved
by the hearer, the successful use of vague language requires the participants in the
discourse to have a shared understanding to the relative status of a particular set
of vague lexical items.” (Cheng and Warren, 2003: 394).
Rinnert and Kobayashi (1999) reports that: “Leech (1983:108) maintained the
same parallel relation between indirectness and politeness offering two rationales:
(1) indirectness increases the degree of optionality and (2) when an illocution
(speech act) is more indirect, its force tends to be diminished and more tentative”
(Rinnert and Kobayashi, 1999: 1174)10.
In the scheme below there have been reported, indeed, all the possible strategies
(off record), claimed by B&L (1987) to avoid to do a FTA in a direct way.
10 RINNERT, C. & KOBAYASHI, H., “Requestive hints in Japanese and English”, Journal of Pragmatics, nº 31, 1999, pp. 1173-
1201.
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B&L (1987) categorizes the strategy of ambiguity and vagueness among the off
record acts (as shown in the figure above). According to their definition: “a
communicative act is done off record if it is done in such a way that is not possible
to attribute only one clear communicative intention to the act” (B&L, 1987:211).
Therefore the speaker has the tendency to maintain himself outside the real
meaning of the speech act by returning any understanding responsibility to the
hearer. In other words: “if a speaker wants to do an FTA, but wants to avoid the
responsibility for doing it, he can do it off record and leave it up to the addressee
and decide how to interpret it” (B&L, 1987:211).
These off record expressions are represented, indeed, by all the indirect utterances
and uses of a language, as included by B&L (1987) in the chart.
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How does the system work? And how the strategies will be involved in an off
record speech act? “The basic way to do this is to invite conversational
implicatures by violating, in some way, the Gricean Maxim of efficient
communication” (B&L, 1987:213).
In the specific case of the Maxim of manners, which represents the violated
principle in ambiguity speech acts, it refers to 1) avoid obscurity 2) avoid
ambiguity 3) be brief 4) be orderly. As Tsuda (1993) concludes: “In short, these
maxims specify what participants have to do in order to converse in a maximally
efficient, rational, co-operative way: they should speak sincerely, relevantly and
clearly, while providing sufficient information” (B&L, 1987:102-3 in Tsuda,
1993:64).
As B&L claims: “Rather than inviting a particular implicature, the speaker may
choose to go off record by being vague and ambiguous (that is, violating the
Manner Maxim) in such a way that his communicated intent remains ill-defined
[…] by using what is technically indirectness, the speaker will have given a bow to
the hearer's face and therefore minimized the threat of the FTA” (B&L, 1987:225).
11 TSUDA, S., “Indirectness in Discourse: What Does It Do in Conversation?”, Intercultural Communication Studies, vol. III,
(1), 1993, pp. 63-74.
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As it has been argued by Tsuda (1993): “indirectness is preferred for two main
reasons: to save face if a conversational contribution is not well received, and to
achieve the sense of rapport that comes from being understood without saying
what one means” (Tannen 1989:23 in Tsuda, 1993:66-67). This behavior seems to
be present in Japanese communication interaction.
Among Japanese there is, indeed, the cultural tendency to avoid saying things
directly in order to limit discussions which could break up the internal harmony
between members of the same group. Indirectness and vagueness are of course
preferred to directness in many occasions. In B&L (1987) politeness studies
Japanese is usually considered be as a deferential linguistic society.
The use of honorifics as the wide range of polite expressions seems to be more
present in Japanese than in other languages. Giving deferences is part of the
negative politeness strategies as well as using ambiguous and vague expressions
seems to be related to the off record acts. If it is true that Japanese society could be
considered as a deferential one is it also true that Japanese are used to result more
ambiguous than European or American? Does it represent only a perception or is it
12 TSUDA, S., “Indirectness in Discourse: What Does It Do in Conversation?”, Intercultural Communication Studies, vol. III,
(1), 1993, pp. 63-74.
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a reality? The use of indirect and ambiguous expressions in Japanese is more often
found than in other languages? Does it depends on culture or is it just a generalist
impression of foreigners? How do Japanese use these expressions and in which
occasions? What is the real meaning behind that use?
If it is true that Japanese is a polite language and off record act are one of the
possible strategies to do an FTA, is it also true that Japanese use such expressions
to result more polite or do they use it also in other contexts? Which is the limit
between doubt and courtesy by using such expressions?
Starting from the B&L theory on the universals of politeness and, more
specifically, from the assumption that ambiguous, vague and indirect expressions
seem to join the off records act to do a FTA related to linguistic strategies, this
work will represent an exploratory attempt to see how and when Japanese use
some of these expressions to reply to invitations and which is the real meaning
behind such use. Whether Japan has been always considered as a keigo society,
where honorifics and hierarchy still determine and underline the rules of internal
ranking positions (Nakane, 1970)13 it has also been considered as one of the
favourite society where ambiguity and indirectness are wide used in order to
maintain the wa or “internal peace.” (Davies & Ikeno, 2002)14.
There have been written quite a lot of studies about cultural differences
between the way of communication of Japanese related to other cultures in the
world. The results usually agree about the objectivity that those from collectivistic
11
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cultures tend to promote equivocal communication tactics in order to smooth
social difficulties and promote the in-group peace (Bello, Ragsdale, Brandau-
Brown & Thibodeaux, 2003: 179)15.
Japan has a unique culture and while analysing lexemes from a linguistic
perspective it is fundamental to underline all the extended cultural aspects which
exist from a sociological analysis. As reported by Nakai (2002): “One of the
distinguishing characteristics of Japanese communication that results in the
perceived difficulty is the use of ambiguous expressions”
(異文化コミュニケーション研究, 2002: 99)16.
It is relevant to note that ambiguity and vagueness are both features of Japanese
culture. Japanese usually do not say things directly or just prefer to use other ways
to express their thoughts. For instance, silence represents one of the possible
communicative features which are more widely used in Japanese communication.
However, silence could be considered as a specific socio-cultural characteristic
which determine conversation between Japanese as it has been explained by Ishii
and Bruneau in Nakai (2002): “North American societies, for example, are so
15 BELLO, R., RAGSDALE, J.D., BRANDAU-BROWN, F.E., THIBODEAUX, T., “Cultural Perceptions of Equivocation and
Directness: Dimensional or Unique?”, Intercultural Communication Studies XV (3), 2006, pp.179-188.
16 NAKAI, F., “The Role of Cultural Influence in Japanese Communication: A Literature Review on Social and Situational
Factors and Japanese Indirectness.”異文化コミュニケーション研究 , Tokyo, Kanda University of International Studies, 2002, pp.
99-122.
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involved in linear progression that even flashes of silence are filled with action and
doing. In these cultures, silence is viewed as dark, negative and full of “no things”-
all of which are considered socially undesirable” (Ishii & Bruneau, 1988: 310 in
Nakai, 2002:101)17.
As Tannen argues (1985) speaking about the concept of silence: “if indirectness is
a matter of saying one thing and meaning another, silence can be a matter of saying
nothing and meaning something” (Tannen, 1985:97 in Nakai, 2002: 102). By
continuing the discussion Nakai (2002) reports: “to the Japanese, language is a
means of communication, whereas to the people of many other cultures it is the
means” (Kunihiro, in Ishii 1984:65 in Nakai, 2002:102). There is, indeed, a
different conceptualization in the meaning of silence between Japanese and other
cultures.
Discussing about cultural features which interact in the linguistic choice of being
ambiguous or indirect it results necessary to explain the concepts of amae, uchiand
soto, honne and tatemae. In Japan there is the tendency to distinguish between uchi
and soto, inside and outside. Relationships are usually determined by considering
these two aspects of in or out groups relationships.
In a considerably closed society such as the Japanese one, people are used to
consider themselves in relation to a relevant group they join to. It comes from the
ancient cultural feature that Japanese had to cooperate in order to survive in the
17 NAKAI, F., “The Role of Cultural Influence in Japanese Communication: A Literature Review on Social and Situational
Factors and Japanese Indirectness”, 異文化コミュニケーション研究 , Tokyo, Kanda University of International Studies, 2002,
pp. 99-122.
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society. As Mickova (2003)18 argues:
The concept of uchi and soto is connected, indeed, with the one of amae. Amae
represents the desire and the need to be loved, to be considered as part of a group
or a community, to be accepted by the others. Japanese usually has many
difficulties in saying no directly to the others because they are scared to break up
the relationships and, in some ways, be pushed away from the group (Davies &
Ikeno, 2002)19.
Japanese have thus the tendency to maintain and respect the harmony, better
known as wa. In order to preserve the harmony and the internal balance between
the members of a group it results necessary suppressing their own personal and
individualistic ambitions and behave appropriately. As it has been reported by
Mickova (2003) in her argumentation: “Communication in such society is required
to be indirect. It is a must demanded by the commonly shared value of harmony.”
(Mickova, 2003:137)20.
Of course also Japanese have feelings even though they not easily express it,
especially in formal environments. There is a distinction, indeed, between honne
and tatemae, between the true thoughts and feelings (honne) and what is
considered more appropriate to do in order to not break the harmony in a group
18 MICKOVA, L., “The Japanese Indirectness Phenomenon”, Asian and African Studies, nº 12, (2), 2003, pp. 135-147.
19 DAVIES, R.J. & IKENO, O., The Japanese Mind. Understanding Contemporary Japanese Culture, New York, Tuttle Publishing,
2002.
20 MICKOVA, L., “The Japanese Indirectness Phenomenon”, Asian and African Studies, nº12 (2), 2003, 135-147.
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(tatemae). If honne is used only in the family, intimate friends and with inner-circle
people, tatemae is always used in formal occasions and with people of out-group.
There have been conducted many sociological studies on these concepts which
represent a relevant characteristic of Japanese culture in order to better realize
why Japanese seem to be more indirect and why foreigners have usually a
perception of not better understanding their thoughts and feelings.
Barbara Pizziconi (2009)21 and Michael Haugh (2003)22 conducted relevant studies
about the perception of Japanese communication especially in relation to
ambiguity, vagueness and indirectness.
She claims that Japanese seem to be ambiguous when speakers want to be vague
and decide deliberately to be indirect. As argued in her paper: “we judge people
based on the way they talk and against our parameter of 'normality', i.e. the
normalized behaviours that we are familiar with” (Pizziconi, 2009:244). As
reported in her article by Clancy: “it is widely recognized that the communicative
style of the Japanese is context dependent, indirect, rich in connotation and evasive
21 PIZZICONI, B., “Stereotyping Communication Styles In and Out of The Language and Culture classroom: Japanese
Indirectness, Ambiguity and Vagueness”, In: Gómez Morón, Reyes and Padilla Cruz, Manuel and Fernández Amaya, Lucía and
De la O Hernández López, María, (eds.) Pragmatics Applied to Language Teaching and Learning, Cambridge Scholars
Publishing, 2009, pp. 221-254.
22 HAUGH, M., “Japanese and Non-Japanese Perception of Japanese Communication”, New Zealand Journal of Asian Studies,
nº5, (1), 2003, pp. 156-177.
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in denotation” (Clancy, 1986 in Pizziconi, 2009:223). By arguing that, Clancy
means that the natural tendency of the Japanese is represented by preferring the
silence rather to the words, the inclination to be more inexplicit and to not say
thing directly (hakkiri iwanai). And she adds: “clearly, Japanese style of
communication can work only in a rather homogenous society in which people
actually can anticipate each other's needs, wants and reactions” (Clancy, 1986 in
Pizziconi, 2009:224).
If indeed we can surely admit that Japanese language has undeniable vague and
ambiguous linguistic nuances, it is also relevant to declare that the perception of
ambiguous characteristics depend on the interpretation of non- Japanese native
speakers. It is fundamental to not generalize the concept that Japanese is more
vague or more indirect than other languages. Indirectness is not the only feature of
Japanese language. It cannot promote ambiguity but of course it can express
ambiguity if there is the intention to be vague (Pizziconi, 2009: 249). “The degree
of indirectness we perceive is also a function of participants' goals and
expectations (our frames) and therefore it is an emergent property of specific
interactions” (Pizziconi 2009:249)24.
23 PIZZICONI, B., “Stereotyping Communication Styles In and Out of The Language and Culture classroom: Japanese
Indirectness, Ambiguity and Vagueness”, In: Gómez Morón, Reyes and Padilla Cruz, Manuel and Fernández Amaya, Lucía and
De la O Hernández López, María, (eds.) Pragmatics Applied to Language Teaching and Learning, Cambridge Scholars
Publishing, 2009.
24 PIZZICONI, B., “Stereotyping Communication Styles In and Out of The Language and Culture classroom: Japanese
Indirectness, Ambiguity and Vagueness”, In: Gómez Morón, Reyes and Padilla Cruz, Manuel and Fernández Amaya, Lucía and
De la O Hernández López, María, (eds.) Pragmatics Applied to Language Teaching and Learning, Cambridge Scholars
Publishing, 2009.
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Haugh (2003) conducted a study on the perception of Japanese communication by
administering two questionnaires to native and non-native speakers of Japanese.
He agrees with Pizziconi concerning the non-generalization of the idea that
Japanese is always been considered as more vague than English especially from a
linguistic perspective and there should be done a distinction between the words
ambiguous, vague and indirect.
In relation to the issue Haugh (2003) argues that: “This is not to say that Japanese
communication is not vague at times, but examination of supposed examples of
vagueness in Japanese indicate that the claim that Japanese communication is
characteristically vague is over-stated” (Haugh, 2003: 158). There are indeed cases
where English has been considered as being more indirect than Japanese (Haugh,
2003:158)25.
Although the results of the survey conducted by Haugh (2003) demonstrates that
25 HAUGH, M., “Japanese and Non-Japanese Perception of Japanese Communication”, New Zealand Journal of Asian Studies
nº 5, (1), 2003, pp. 156-177.
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both Japanese and non-Japanese speakers perceive Japanese as more vague and
indirect than English, the perception in the concept of vagueness and ambiguity
achieved by Japanese seems to be weaker than the one of non-Japanese speakers.
Moreover, as it has been assumed: “In the case of non-Japanese the perception that
Japanese is vague may partially arise in some cases from a lack of sufficient
proficiency in the Japanese to be able to use contextual cues and infer clear,
unambiguous speaker meanings” (Haugh, 2003: 173)26.
It results not easy to determine whether Japanese is linguistically more vague than
other languages (such as English) but there is a common agreement in the
perception that Japanese sounds to be more indirect than English, as it has been
argued by Haugh (2003).
4. Methodology.
During my stay in Japan I had the opportunity to meet many Japanese and I
always had the perception that they were often used to prefer ambiguous lexemes
in conversation. This linguistic feature interested me a lot, even if I already knew
that Japanese were not culturally used to say things so directly. Hence, I decided to
ask to the Japanese which was the real meaning of such expressions and in which
occasions they were more used to prefer one to another.
26 HAUGH, M., “Japanese and Non-Japanese Perception of Japanese Communication”, New Zealand Journal of Asian Studies,
nº 5, (1), 2003, pp. 156-177.
18
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approach. The interview-style method would have been result more complicated
especially considered that the people whom I gave the questionnaire were not
linguistic experts and while it would have generated many misunderstandings it
would also have been very difficult to categorize the relative answers.
All the respondents (n=33) who completed the questionnaire was resident in
Japan, in the Kansai areas of Kyoto, Osaka and Shiga Prefectures. 20 of the
respondents were female while 13 were male. The male age average was around
43 (between 20 and 70 years old) and the female was around 42 years old
(between 18 and 68 years old). The vast majority of them joined the Hippo-Family
Clubs with me during the homestay experience.
In this section I will illustrate which has been the questionnaire’s enquire,
which lexemes have been included in the survey and which answers have been
chosen. The enquire was about expressions of ambiguity which are often used to
appear in Japanese in order to reply to invitations. It has been asked to the
participants to mark the answer one, two, three or all of them- in the case it would
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have resulted necessary- and leave, if possible, a comment by explaining the
reasons of their choices.
The questionnaire has been structured in nine different points where there have
been reported a variety of lexemes which Japanese use in standard conversation.
The style is very informal, as it could appear in friendship dialogues.
The lexemes analyzed were about nine as there have been reported in the answers
「まだわからない」、「もしかしたら...かもしれない」、「...かな」、「ちょっ
と...かな」、「ちょっと...分からないな」、「...たら...かな」、「考えとく」、
「たぶん、まあまあ」 literally translatable in English as: “I do not know yet”, “It
is possible that…”, “Maybe it is difficult”, “Maybe it is a bit difficult”, “I do not know
the plans”, “If I…maybe..”, “I will think about that”, “Perhaps” and “Pretty much”.
The questions reported are always the same
「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」- “Can we meet up this Saturday?”
exceptionally for the last question (n.9) which reports a different sentence:
「この映画をすごく面白いらしいけど見に行きたい?」- “This film sounds
interesting, do you want to watch it?”.
The possible answers are fixed for all the questions: 「本当に分からない」,
「分かってるけど行くかどうかをまだ決められない」,
「ことわりたいけど失礼だと思って言わない」 and underline different aspects
of ambiguity: “I really do not know”, “I know but I cannot decide if I will go or not”,
“I would say no but I think it would be too impolite so I prefer to not answer”.
Question 1
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
20
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あなた: 「今週の土曜日時間があるかどうかまだ分からない」
A: “Can we meet up this Saturday?”
You: “I do not know yet if I have time this Saturday”
Comments:
‐本当に分からない時その表現を使う。I usually use this expression when I really
do not know my plans.
‐予定が分からないので。I do not know my plans.
Question 2
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
あなた: 「もしかしたらバイトが入るかもしれない」
A: “Can we meet up this Saturday?”
You: “It is possible that I have part-time job.”
Comments:
‐バイトがあったら出来ないので。When I do not know if I have to work.
‐本当に分からない時その表現を使うけど、決められないときも使う。I use this
expression when I do not know yet my plans and sometimes when I cannot decide.
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Question 3
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
あなた: 「今週の土曜日バイトが入るので難しいかな」
Comments:
‐行けない時よく使う。I use this expression frequently when I cannot go.
‐無理だけど失礼だと思うのでたぶんはっきり言わない。だから難しいとか厳し
いも使う。難しい使ったらもっと優しい感じ。 I use this expression when I
cannot go but I do not say it too directly so I prefer to use difficult(muzukashii). It is
a smoother way to say that “I can’t”.
Question 4
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
あなた: 「ちょっと難しいかな」
22
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Comments:
-上と同じ。Same as above.
Question 5
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない? 」
あなた: 「ちょっと予定がわからないな…」
A:“Can we meet up this Saturday?”
You: “I do not know the plans”
Comments:
-予定が分からない時使う。I use this expression when I do not know my plans.
-「ちょっと」を使うと、もっと優しい感じ。When I use chotto, it sounds
smoother.
‐本当に分からない時使うけど断りたい時も使う。I usually use this when I do
not know but also when I want to say that “I can’t”.
Question 6
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
あなた: 「土曜日はバイトがなかったら行けるかな…」
A:“Can we meet up this Saturday?”
You: “If I do not have part-time job maybe we can meet up”
23
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Comments:
-上と同じ。Same as above.
-
バイトがあるか予定がまだ分からない時使うけど理由を言う。断りたい時も時
々使う。If I do not know yet if I have to work, I use this expression. But I usually
say the reason. Sometimes I use this also when I want to turn down an invitation.
Question 7
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
あなた: 「考えとく」
A:“Can we meet up this Saturday?”
You: “I will think about that”
Comments:
-断りたい時よく使う。I often use this when I want to turn down an invitation.
Question 8
Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」
24
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あなた: 「たぶん大丈夫」
A:“Can we meet up this Saturday?”
You: “Perhaps it is fine”
Comments:
‐行きたいと思う気持ちが強いけど、もし行けなくなると困るので、「たぶん行
ける」、と言っておく。
I can go and I strongly want to go. But, I will be worried if just in case that I cannot
go, so I use tabun.
Question 9
Aさん: 「この映画をすごく面白いらしいけど見に行きたい?」
あなた: 「まあまあ…」
A: “This film sounds interesting, do you want to watch it?”
You: “Pretty much”
Comments:
-たぶんその映画を見に行きたくないけどはっきり言わない。Maybe I do not
25
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want to watch the movie but I do not say it directly.
-断りたいけど失礼だと思う。It could be impolite though I want to turn down an
invitation.
‐とっても見たい気持ちではない。It isn’t so strong to feel to go, in this case.
In the tables above have been reported the results of the survey, divided into male
and female and with a sum of the total. The number of the respondents of men and
women was not equal but I decided it could have been interesting to report the
number of the replies in parallel in order to see if there are some gender
differences. Before starting to discuss the survey results it is important to highlight
that it does not represent a quantitative research but a qualitative one, since that
the number of the respondents was not so huge and it has not been possible to
collect a large number of data.
As the table reports, the total of the respondent to the first question:
Aさん:「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:「今週の土曜日時間が
あるかどうかまだ分からない」 seems to agree to the first reply
「本当に分からない」 in the case where the lexeme of ambiguity
「まだ分からない」is usually used. A not so distant number of replies opted also
for the second one 「分かってるけど行くかどうかをまだ決められない」 which
underlines uncertainty but not a politeness strategy of saving the hearer's face. It is
interesting to note that a fewer number of respondents also use this expression
when they do not want to say “no” directly in order to not result as impolite.
Regarding the second question:
Aさん:「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:「もしかしたらバイト
が入るかもしれない」 the vast majority of the respondents seem to agree in
particular with the first and the second answers 「本当に分からない」,
「分かってるけど行くかどうかをまだ決められない」 so it seems that when
using the lexeme 「もしかしたら....かもしれない」there is no attempt at saving
26
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the hearer's face. Also in this case only a lower number of respondents seem to use
the expression to avoid direct refusals.
There is, however, a difference in replies in the third and fourth questions where
there have been reported two relative similar lexemes: Aさん:
「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:「今週の土曜日バイトが入る
ので難しいかな」, 「ちょっと難しいかな」 where the use of the ambiguous and
dubitative particle「かな」has been presented alone and with the word
「ちょっと」. The majority of the respondents seems to agree with the third
answer 「ことわりたいけど失礼だと思って言わない」 hence there is a strong
attempt at saving the hearer's face by saying that “maybe it could be difficult, or
maybe it could be a bit difficult” to realize the wants of the interlocutor. By using
this expression Japanese avoid to say “I can't” so directly and remaining in the
vagueness of “ it is difficult”. Only a few number of respondents, in the first case of
「難しいかな」should use the expression also when they effectively do not know
or have not decided yet. It is interesting to underline that, in the case of
「ちょっと」there is a strong agreement for the third reply and the number of
respondents for the first and the second is completely irrelevant. In the question
number five: Aさん: 「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:
「ちょっと予定がわからないな...」 the agreement seem to opt for the first
answer 「本当に分からない」 and a not so distant number of the respondents
seem to use the lexeme also when deciding to be polite with the interlocutor.
Therefore, whether there is no attempt to save the hearer's face there could be
cases where the situation could be exactly the opposite. In any case, the use
of「ちょっと」seems to give a different nuance to the sentence by a tendency to
be not direct. According to the question number six: Aさん:
「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:「土曜日はバイトがなかった
ら行けるかな...」 it seems that a slightly majority of respondents tend to use the
27
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particle 「たら」with no attempt at saving the hearer's face but the difference is
not so wide with a number of them that use the latter as a face saving strategy.
In the question number seven: Aさん:
「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた: 「考えとく」the attempt at
saving the hearer face by avoiding to do a FTA (B&L 1987) is quite evident even if a
not so relevant number of the respondents still use the lexeme 「考えとく」when
effectively they do not have decided yet something. In the case of question number
eight: Aさん:「今週の土曜日一緒に遊びに行かない?」あなた:「たぶん大丈夫」
it is evident that the use of 「たぶん」seems not to be related with uncertainty,
even if a few number of respondents has opted for the reply number one or two
but a more consistent number of them does not reply at all or left a comment by
claiming that they will go for sure and that the feeling of certainty is quite strong.
This is not the case of the last question: Aさん:
「この映画をすごく面白いらしいけど見に行きたい?」 あなた:「まあまあ...」
where there is effectively a strong inclination to use this lexeme in situation where
there is an evident attempt at saving the hearer's face by not resulting too direct.
5.1 Considerations.
As it has been introduced in the previous paragraph, the aim of this survey
is not to give a number of data but it represents an attempt to ask to Japanese
which are the cases where they use these common sentences in order to reply to
invitations. The survey has been conducted by using qualitative research methods
and it cannot be taken as a sample of data. Nevertheless it is interesting to note
how Japanese have replied to the questions proposed and which are the tendencies
in using such lexemes.
From a broader point of view, it could be argued that the use of the lexemes
presented in the questions number one and two 「まだ分からない」,
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Of course, this is not the case of the lexemes used in question number three and
four 「難しいかな」,「ちょっと難しいかな」 which are more widely used in
cases of non-direct refusal and when there is effectively the attempt to not say “I
can't” in more direct way. Of course the use of the lexeme muzukashii which
literally means “difficult” could even generate a confusion to the foreigners which
are used to think that maybe there could be something that could effectively create
some “difficulties” and do not interpret the sentence as an impossibility. It is
interesting to note that among Japanese natives the meaning of that sentence is
very clear and it represents a “direct” refusal (Mickova, 2003)27.
In the comments reported below the answers people wrote that the use of chotto
and muzukashii represents a smoother way to avoid to say “I can't” or “It is
impossible” in a more direct way.
27 MICKOVA, L., “The Japanese Indirectness Phenomenon”, Asian and African Studies, nº 12, (2), 2003, pp. 135-147.
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In questions number seven and nine the tendency of using the lexemes
「考えとく, まあまあ...」 does not seem to generate any doubt in the attempt of
being smooth and gentle with the interlocutor by not saying “no” directly and in
the comments people underlined that, especially in the case of「考えとく」the
attempt is to avoid to be rude speaking with the interlocutor.
Despite all the revealed data and all the personal comments which usually tended
to give a more exhaustive explanation of the chosen answer and which are
basically related to remark the uncertain situation which could generate the use of
one or another lexeme it is interesting to notice that the use of these vague
expressions used in invitation present different meanings and nuances.
If mada wakarai and kamoshirenai are usually used to express a real uncertainty
the use of chotto muzukashii kana, kangaetoku, maamaa presented in that
particular and specific sentences does not seem to generate any doubts in the
refusal.
On the other hands, the use of chotto... wakaranai or tara seemed to have
generated some perplexity also among natives since that the difference in the
number of the respondents to the first, second and third questions seem not be too
huge. Hence, it could mean that the use of the lexemes would present some
variables depending on the situation and could not be generalized from a linguistic
perspective. Of course the use of tabun that usually Westerners or Italian do not
use so frequently seems to be preferred by the Japanese. In that specific case tabun
does not mean “maybe” but it is widely used in order to underline that something
can always happen suddenly and it could impede us to realize our wants.
In conclusion, considering all the personal variables involved in such survey's topic
it could be argued that the tendency of Japanese to not resulting as being direct
represent a perception of both Japanese natives and non-natives and it would be
better connected with some peculiar characteristic of relevant cultural differences
(Haugh, 2003)28.
Of course, there are some evident stereotypes that could be moderated in order to
have a more realistic perception of vagueness used by Japanese and in which cases
there are overgeneralizations (Pizziconi, 2009)29. From a pragmatic perspective,
considered the exploratory feature of such survey, it could be argued that there are
specific cases where Japanese use some lexemes in order to avoid to say “no”
28 HAUGH, M., “Japanese and Non-Japanese Perception of Japanese Communication”, New Zealand Journal of Asian Studies,
nº 5, (1), 2003, pp. 156-177.
29 PIZZICONI, B., “Stereotyping Communication Styles In and Out of The Language and Culture classroom: Japanese
Indirectness, Ambiguity and Vagueness”, In: Gómez Morón, Reyes and Padilla Cruz, Manuel and Fernández Amaya, Lucía and
De la O Hernández López, María, (eds.), Pragmatics Applied to Language Teaching and Learning, Cambridge Scholars
Publishing, 2009.
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directly and in order to avoid to threat the hearer's face (as reported in questions
3,4,7,9) but there are some cases where is not easy to understand well which is the
limit between uncertainty and politeness (as in questions 5,6). By contrast, there
seem to be some cases where the level of uncertainty is better underlined (as in
questions 1, 2).
Finally, there is a unique case where the level of uncertainty, whilst marked by a
vague lexeme (question 8) does not characterize any intention of resulting vague
and ambiguous. It could be claimed, indeed, that Japanese is a language where
lexemes of vagueness and ambiguity are often used in order to preserve the
harmony but the limit between uncertainty and politeness is not always
understandable considered the variables that could be involved in conversations,
also depending on the contexts and situations analyzed.
However, as reported in the analysis above, the use of one or another lexeme could
highlight a propensity to remark uncertainty or politeness, depending on the
choice of the lexeme, the contexts, the situation and the relationships of the
speaker involved. At this stage it is important to consider that there are many
differences in the use of the lexemes and, of course, in the choice of some
expressions in situations where the relationship between the speakers is not
horizontal but vertical, as it could happen by analyzing conversations between
senpai-kohai or between colleagues working in the same company. It is
fundamental to restate that this survey analyses a friendly conversational context,
as it can be found in uchi relationships between members who join the same social
group. The choice of the words, the register of formality and the sentence typology
could vary if the speakers involved in the conversation fulfill different social status
and of course the replies could not be as the ones proposed.
6. Conclusions.
32
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The present work, starting from the B&L theory of linguistic politeness
strategies, has represented a qualitative empirical research in order to better
understand which is the limit between uncertainty and politeness, from a
pragmatic perspective. After a literature review of the previous researches on
Japanese ambiguity (aimaisa) and the report of field studies, the purpose of the
work has been mainly focused on some common lexemes used in daily
conversations to reply to invitation through the administration of a questionnaire
to natives.
From the questionnaire, with an accurate analysis of the results, seem to appear
that the clear limit between uncertainty and politeness in the proposed lexemes'
use is not always traceable- although the preference of one to another lexeme
convey a more clarity in the meaning of the latter.
It emerged that there are cases where the level on uncertainty is stronger than the
one of politeness and cases where the situation is basically the opposite, depending
on the lexeme. However, even if a “universal” reply seems to be difficult to find,
considered all the social and personal variables involved in the use of linguistic
ambiguity, it is also clear that, by using one expression or another Japanese are
generally inclined to express different feelings.
It is important to not forget all the cultural features which are always connected
with such socio-pragmatic researches in order to better realize a complete study
which always has to take into account about all the relative variables involved.
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GRAND-MÈRE KALLE, DE ISLA REUNIÓN, Y YAMA UBA, DE JAPÓN1: VIDAS
PARALELAS DE DOS BRUJAS
Abstract: While Grand-mère Kalle is the example par excellence of the image of the
witch from Reunion Island, Yama Uba is said to be a yōkai, belonging to Japanese
folklore. These two women have helped to frighten children (and also adults) from
their respective oral traditions for a very long time. In this article, both female
images will be analysed in order to find out the origin of their respective legendary
sources and to describe in detail the features which make up their mythological
shapes from one side of the planet to the other.
Keywords: Witch, folklore, Gran-mère Kalle, matriarchy, oral tradition, Yama Uba.
1
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Introducción: un marco referencial para el estudio.
Pongámonos aquí serios, como hay que ponerse para contar un cuento
infantil: “Había una vez una vieja bruja bien malvada que habitaba en una
recóndita montaña, desde la que vigilaba con atención el territorio circundante,
yermo y desangelado; desde su altozano esperaba a sus desdichadas víctimas para
matarlas y luego devorarlas. Tenía sus ropas negras y raídas, y era desgreñada y
solitaria…”. Estas pocas líneas, pintiparadamente inventadas ahora para esta
ocasión académica, podrían servir tanto para comenzar a contar la historia de
Grand-mère Kalle, oriunda de la hermosa Isla Reunión, pero también para las
leyendas concernientes a la desarrapada anciana Yama Uba, del siempre sugerente
País del Sol Naciente. Si hay lectores alemanes, griegos, irlandeses o vascos (entre
otras nacionalidades), pensarán que también las tradiciones orales de sus
respectivos países cuentan con personajes de idénticas características. Están en lo
cierto. Porque, cuentos, leyendas o fábulas para asustar por las noches a los niños
de cualquier parte del mundo, en las que estas viejas damas terribles son sus
protagonistas, las podemos encontrar, como digo, esparcidas a lo largo y ancho del
orbe. Sin embargo, y para ir afinando en nuestros objetivos, vamos a centrar
nuestro estudio en dos amas muy bien localizadas sobre él, las citadas: Grand-mère
Kalle y Yama Uba.
De ellas podemos decir, como de Morgana, Rusalka, las Banshee de Irlanda, etc.,
que son mujeres hechiceras, malvadas, asesinas que no sienten la más mínima
empatía hacia el pobre viajero que tiene la desdicha de cruzarse con ellas, con el
desconocido que, por azar, entra en sus dominios2; pero, si leemos más allá de esto,
si vamos hasta los orígenes de sus leyendas, comprobaremos que todas ellas (al
menos de las que podemos conocer su intrahistoria) tienen una triste historia tras
de sí, desconocida por el gran público, pero que es la que nos interesa ahora para
contarla en este trabajo, una historia que nos ayudará a conocer más de ellas y más
2 En la Rioja Alavesa, por ejemplo, tenemos la leyenda de la Hechicera de Elvillar, que coincide de
lleno con los personajes protagonistas de este trabajo.
2
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sobre la posterior construcción del mito de la bruja. Aunque pueda parecer que la
geografía separa a ambas protagonistas, las profundas raíces de los mitos quizás
lleguen a rozarse de algún modo entre sí, en los orígenes, en la conformación de los
personajes arquetípicos. El conocido mitógrafo Joseph Campbell se ha expresado a
este respecto:
3
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Dentro del mundo infinito de los cuentos tradicionales se han elaborado ya muchas
definiciones para todos y cada uno de los personajes arquetípicos que los
constituyen, pero la inclusión de Grand-mère Kalle y de Yama Uba en el grupo de
los malvados encontraría un atenuante que, como digo, les es ajeno a ellas. Leamos
ahora una de estas definiciones de personajes femeninos maléficos para seguir
desarrollando nuestros argumentos. La primera de estas aserciones tiene que ver,
sobre todo, con la hechicera de Isla Reunión:
4
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afanes de venganza con los que equilibrar la balanza de su vida3. Pero Yama Uba
cuenta con un número muy extenso de leyendas que mixtifican su
comportamiento. Muchas de ellas (las más antiguas) muestran una Uba más
tranquila, que está dispuesta a ayudar a los campesinos vecinos a cambio de
sustento, incluso se relaciona con ellos por el día y se retira por la noche a la
soledad de su montaña. Un comportamiento más humano que el que aparece en
leyendas posteriores, cuando el personaje se muestra plenamente demonizado.
3 Es un calco de lo que realiza otra conocida asesina de hombres, nuestra Serrana de la Vera, cuya
leyenda se ubica en la comarca cacereña de La Vera.
5
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peculiaridades que las distinguen de las niponas; por ejemplo, sólo tienen un pie y
éste tiene vuelto lo de atrás hacia adelante; además, sus manos sólo tienen tres
dedos cada una. Se cree que este personaje imaginario ingresó en el folclore de
Japón durante las épocas de Nara (710-784) y Heian (794-1185), en las que
muchos otros elementos de la cultura china también lo hicieron.
6
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“La madre naturaleza, cuando se la comprende correctamente, no es una
bruja envenenadora, sino una figura benéfica que nos muestra el camino. Que sea
percibida de un modo u otro depende en gran parte –aunque no exclusivamente-
de la persona, de su circunstancia y su capacidad para interpretarla del modo
adecuado. Por medio del conocimiento de la psicología, resulta posible objetivar
este poder benéfico y a la vez peligroso, de manera que pueda establecer con él una
relación que para determinadas personas resulta extremadamente necesaria: por
una parte, porque a través de él pueden desarrollar su espiritualidad individual; y,
por otra porque lo inconsciente, sin que se den cuenta, les está envenenando como
una insidiosa bruja o una maga.” (Birkhäuser-Oeri, 2010: p.23).
Así, este breve ensayo quiere hacer eso, comprender correctamente, en sus
respectivos marcos antropológicos, a estas dos mujeres, saber qué elementos
fundamentaron sus leyendas y cómo se fueron transformando hasta llegar hasta
nosotros, convertidas en materia popular. Quizás, antes de analizar estos dos casos
concretos, será conveniente dar unas pinceladas generales sobre la presencia de
los personajes femeninos en los cuentos tradicionales y en las leyendas, con el fin
de realizar un marco mejor en el que situar tanto a Grand-mére Kalle como a Yama
Uba.
No descubro nada nuevo cuando digo que las mujeres que habitan en
soledad, en el imaginario de lo terrible, del miedo y de la noche, no son, en
absoluto, de confianza para la sociedad organizada. Las encontraremos
diseminadas por todo el mundo, no se trata de casos aislados. Así, en la mitología
griega localizaremos a Medusa, que tenía serpientes por cabellos y cuya mirada
petrificaba a quienes osaban observarla; en la preciosa comarca de La Vera
tenemos a la Serrana, una mujerona fuerte que acaba con la vida de los incautos
pastores que pasan por allí con su ganado para pastar; la Tulevieja o la Llorona4,
4 En ella en concreto no se cumple eso de la mujer sacerdotisa o curandera, aunque, una de sus
inspiradoras y matriz de su mito, la diosa mexica Cihuacóatl, sí lo era y mucho. Ella era la protectora
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que encontramos en el folclore latinoamericano, relacionada con el mundo
acuático, que asesinó (o perdió, según versiones más edulcoradas) a sus hijos; la
Chancalaera o la Pantaruja de Las Hurdes, esa linda comarca extremeña que aún
sigue guardando un halo de misterio, sobre todo al caer la noche. Y, mezclando la
apariencia humana con la animal, todos pensaremos en la feroz Esfinge, que puso a
prueba al héroe tebano Edipo.
Como digo, la mujer, separada, alejada de la sociedad estructurada, que habita sola
en el bosque o en las orillas de los río, en las montañas o en las oquedades
próximas al mar es, por definición, un ser misterioso, es la curandera, la hechicera,
la maga, la sacerdotisa y, también la bruja. Estas mujeres se convertían en sujetos
sospechosos, que confabulaban contra quienes viven en una sociedad “ordenada”,
de la que ellas no forman parte. Su espacio es un espacio incivilizado: lo agreste, la
naturaleza inhóspita, se rodea de los animales salvajes, está a merced de los
elementos, frente al orden de lo que representa lo domesticado, lo sembrado, la
jerarquía social, etc. Ante estas dificultades, sin embargo, la mujer sabe siempre
apañárselas bien, es una superviviente nata que se adapta a lo que tiene, que no se
duele ni se lamenta. Esta relación de la mujer para con el medio que la alberga
tampoco es vana, sino que el lugar en el que habita explica muchas veces el
carácter de la persona; con la descripción salvaje, abrupta de las montañas, bosque
o volcanes donde ellas moran, se explica también su personalidad5. La escritora
Beatriz Osés, citando a su vez a esa institución de la antropología que fue Julio Caro
Baroja, ha dejado escrito:
de los partos, la patrona de los médicos y sangradores, conocía mil y un remedios naturales para
curar las enfermedades de los niños y, del mismo modo, sabía provocar el aborto.
5 Por ejemplo, las violentas erupciones del volcán Masaya de Nicaragua, también llamado “La boca
del infierno”, se atribuían a los enfados de las brujas que habitaban en él.
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esta forma, cada pueblo encierra sus leyendas, sus relatos míticos y sus
explicaciones cosmogónicas sobre su espacio inmediato.” (Oses, 2008:
373).
Desde luego, son muchas las fuentes que nos hablan de la importancia que
tuvieron las mujeres en los días antiguos; nos hablan de diosas primordiales y
también de mujeres chamanas o sacerdotisas, en cuyas manos estaba el timón de
sus respectivas poblaciones. En Japón, por ejemplo, una mujer fue la encargada de
unificar a muchas tribus de la región central de la isla principal, la emperatriz
Himiko (fallecida hacia el año 248), que ha pasado a formar parte del legendarium
del País del Sol Naciente y a la que se le otorga el apelativo de “La reina-chamana”.
Desde el continente asiático, sin embargo, en los antiguos tiempos en los que se
compusieron los himnos de los Vedas (1500-1000 a.C.), y a pesar de la aludida
preponderancia femenina que detectamos en varios de estos textos, la mujer
aparece sometida por el hombre. La experta en literatura india Sofía Moncó ha
escrito a este respecto:
Y este mismo sistema que describe la profesora Moncó nos serviría para definir la
situación de la mujer japonesa tras la llegada y el arraigo de las doctrinas
confucianistas a dicho país asiático, que tienen un patrón similar y que dejan a la
mujer supeditada a los deseos de los hombres, desprovistas de algo tan esencial
como es la capacidad de decisión y coartada su capacidad de actuación. Leamos el
párrafo esclarecedor de Lucía Alonso Sánchez, de la Universidad de Salamanca, en
el que dice:
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“Según Kaibara Ekiken, la mujer estaba destinada a casarse, y todo
lo que hiciese en la vida debía estar enfocado para tal propósito. Por ello,
las mujeres sólo podían recibir educación para complacer a sus maridos, es
decir, sólo podían estudiar música y otras artes para entretener a sus
cónyuges.” (Alonso Sánchez, 2010:4).
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Que el dios Savitŗ6 te perfeccione.” (Moncó, 1999: 87).
Algunos lectores podrán decir que no hace falta irse tan lejos en el mapa ni en el
tiempo para descubrir estas realidades. En efecto, y por desgracia, todas estas
cuestiones nos suenan y bastante, en nuestras grandes ciudades y, sobre todo, en
las zonas más rurales. Vamos a poner ahora un ejemplo ubicado en la Península
Ibérica, en la Galicia de finales del siglo XIX, más en concreto, sacado de un
fragmento de Araceli Herrero Figueroa, citado por el profesor y excelente
conocedor de la literatura gallega Xulio Pardo de Neira:
Después de estos párrafos introductorios, nos hemos movido ya por varios lugares
del mundo que nos han dado el fondo sobre el que colocaremos a nuestras dos
protagonistas; vamos a comenzar ya nuestro trabajo trazando las personalidades
de Gran-méreKalle y YamaUba, las cuales muestran algunos interesantes puntos en
común.
6Setrata de una divinidad solar. No representa al astro en sí, sino a su fuerza, a su potencia capaz de
dar vida, capaz de abatir todo lo impuro.
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escoba voladora y gato negro, sin embargo, en ella encontraremos matices que
llaman a culturas asiáticas, a la religión hindú, más en concreto, a la diosa Kali, “La
negra” (por el color de su piel con la que se la representa), como ya explicaremos
luego. Así, en el ancho espíritu asimilativo de Reunión, en el que todo tiene cabida,
sin excluir nada, también su folclore se compone con ingredientes tomados de tres
continentes: Europa, África y Asia.
Entrando ya en harina, Kalle nace en plena época de la esclavitud de la isla (la cual
ha dejado su indeleble marca en muchos aspectos de la sociedad reunionense de
hoy en día), en su porción occidental, más en concreto, donde ésta trabajaba en la
recolección de la caña de azúcar, una de las más importantes fuentes de ingresos
de la ínsula. En un principio, la apariencia de esta mujer no tenía nada que ver con
la representación que se hace de ella en el presente o la que de ella se tiene en el
imaginario de Isla Reunión. La bruja que viste ropas viejas y tiene un pelo largo y
descuidado no siempre lució así. Cuenta la leyenda que Kalle era una joven
bellísima, de raza criolla, de cuerpo estilizado, con una hermosa melena negra y de
ojos preciosos, muy profundos, que era capaz de rendir a sus pies a cualquier
hombre que la contemplase; además de su físico privilegiado, Kalle era una
muchacha dulce e inteligente, que sabía cantar con una voz hermosa y embelesar a
los mismos pájaros, todo un ramillete de virtudes.
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dorado de París, donde seguiría con una vida cómoda, a ella se le denunciaría a las
autoridades, pudiendo ser castigada con latigazos y con la prisión.
A los pocos meses del noviazgo, Kalle estaba embarazada y su pareja muy feliz y
exultante por su futura paternidad. Tanto que decide contárselo a sus padres,
esperando que estos se conmovieran y consintieran su matrimonio con la hermosa
Kalle y su aceptación en la familia; sin embargo, he aquí que éstos reaccionaron,
como era de esperar, violentamente. A la irá por creer que Kalle había intentado
aprovecharse de su inocente hijo sumaron una acusación terrible: la de que ella era
una bruja que, con un potente hechizo, había conseguido engatusar a su vástago;
por todo ello, tenían que expulsarla lo más lejos posible, y, con ella, también al niño
que llevaba aún en su vientre. De la noche a la mañana, Kalle pasó de vivir en los
campos de cañas a las inhóspitas montañas de la isla, acusada de brujería,
esperando un niño, sin ayuda ni compasión de nadie. En Reunión se decía de
aquellos esclavos que se alejaban como proscritos de la sociedad que se convertían
en un marron, esto es, un prisionero huido, condenado a no volver a formar parte
de la sociedad, a ser un paria. Esta palabra está tomada de chat marron, los gatos
salvajes que no aceptaban ser domesticados y que rondaban las casas en busca de
alimento, pero con su hogar siempre alejado de la civilización.
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manera estuvieron durante un tiempo; pero, como se dice en los cuentos
tradicionales, los bosques y los caminos tienen ojos y oídos. La parte que sigue
ahora es especialmente dura: el antiguo dueño de la plantación siguió una noche
los pasos de su hijo y encontró el refugio de Kalle. Poseído por un odio
incontenible, esperó a que Kalle dejase a solas a su bebé, tomó a éste por sus pies y
lo lanzó, sin ningún remordimiento, sin pararse a pensar que se trataba de su
propio nieto, por un escarpado precipicio. Al contemplar su cuerpecito sin vida,
Kalle se abalanzó en pos de él, a pesar de ser un barranco de rocas afiladas. Ella
sobrevivirá a la caída, pero saldría de allí con su cuerpo deformado, se volvió loca,
aulló como un animal, se desgarró el vestido, se revolcó por el suelo víctima del
dolor… Nunca volvería a ser la que fue.
El final de esta historia es un final triste; ella se instalará en las laderas del volcán
de la isla, el Piton de la Fournaise; se dice, aún hoy, que sus violentas erupciones
las provoca la ira de Grand-mére Kalle, al recordar a su hijo muerto. Ronda las
casas al caer la noche y roba y mata a los niños que están solos, lo mismo que
hicieron con su bebé. Cuentan allí que los animales de la noche son sus aliados en
estas batidas, que sigue buscando, impenitente y de manera obsesiva, a su
vástago… que se casó con el mismo diablo y que los dos habitan al pie de este
volcán, y muchas, muchas leyendas más que invito a descubrir al lector.
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Recapitulando, diremos que la historia de Kalle es conocida en toda la isla desde
hace generaciones, se trata de una historia desgraciada que tiene como
protagonista a una mujer que fue víctima de la injustica. Si buscásemos sus
orígenes, a los elementos criollos, en los que es común encontrar al hombre blanco
como la causa de muchas de sus desdichas, sería posible que esta leyenda tuviese
como poso algo del rico folclore tamil (una minoría que mantiene muy vivas sus
tradiciones en Reunión), en concreto, que tuviese que ver con las leyendas que se
le atribuyen a la terrible diosa Kali (“La mujer negra”). Como Kalle, Kali es una
mujer fuerte y decidida, autosuficiente, pero capaz de llevar a cabo grandes
crímenes y calamidades, es artera y no se puede confiar en ella.
Más difícil nos resulta conocer la biografía oficial de Yama Uba, a la que se
ubica en varios puntos del país. En todos los cuentos y leyendas japonesas se nos
presenta ya anciana; es una vieja andrajosa que habita en las montañas y que
asalta a los caminantes, a los que mata sin piedad. Sin embargo, también ella hubo
de tener juventud. Sabemos, por diferentes fuentes 7, que tiene la cualidad mágica
de poder transformarse en una bella muchacha para atraer a sus víctimas, aunque,
en algunos grabados, como el de Totoya Hokkei (1780-1850), la representan
desarrapada y descuidada, vestida con hojas y maleza, pero con rasgos jóvenes,
igual que aparece en la famosa lámina del grabador Utamaro, de 1802, en la que
amamanta a Kintoki con unos senos grandes y turgentes, en absoluto ajados.
Pero estos lances, un tanto más alejados de su faceta más humana, no son los que
nos interesan en este trabajo. Sí son interesantes, en cambio, conocer la práctica
que se realizaba en Japón en tiempos de sequías o de malas cosechas (algo que
también sucedía en la Edad Media europea, sólo que con los niños; y fue esto del
infanticidio lo que generó, por ejemplo, cuentos populares como el que
protagonizan Hansel y Gretel). La teoría de que esta (o estas) “viejas de la
7 Véase, por ejemplo, lo recogido en los libros de: FRANK, Bernard, Kata-imi et kata-tagae; étude sur
les interdits de direction á l'époqueHeian, Tokyo, Presses Universitaires de France, 1958; o: SEKI,
Keigo, Types of JapaneseFolktales, Tokyo, Society for Asian Folklore, 1966.
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montaña” podrían ser ancianas abandonadas por sus propias familias es bastante
factible, tiene un poso antropológico8. A diferencia de Grand-mére Kalle, Yama Uba
busca mantener contacto con la sociedad. En algunos cuentos se dice que una vez
al año abandona su cueva y baja al mercado, incluso que esta visita propicia más
ventas y trae suerte a los mercaderes. Otras historias, siguiendo esta misma línea,
dicen que hay que guardarse las monedas con las que paga la anciana, ya que son
una especie de amuletos que libran del mal a quienes las portan.
Una similitud que muestra con el personaje de Reunión es que, según las variantes
de su historia que se escuchan en algunas regiones de Japón, tiene una pareja
igualmente desconcertante, el Yamajiji (o “Viejo de la montaña”), un anciano
ermitaño que posee un solo pie (como la Yama Uba china) y también un solo ojo (o
uno gigante y el otro muy pequeñito). También a él se le atribuyen prácticas
asesinas e, incluso, caníbales. A las dos protagonistas de nuestro artículo se les ha
colocado el marbete de “brujas” en el imaginario colectivo, en el ámbito de los
cuentos. Han quedado como mujeres solitarias que habitan los lugares salvajes y
aislados de sus respectivas islas, en las alturas, desde donde otean bien el
horizonte y desde donde pueden detectar la presencia de intrusos en sus dominios.
Pero, Yama Uba, en algunos de sus relatos, se nos parece más a una de esas
ancianas abandonadas que buscan algo de comida del viajero que a una hechicera.
Como la protagonista de la leyenda que cuenta cómo robo el pescado seco de un
caminante. Hasta ahí, podríamos tomarlo como un hecho creíble, un acto
desesperado de una octogenaria famélica; luego, la fantasía, la evocación de un ser
al que la sociedad desprecia, añadiría que, además, se comió una oveja entera, que
incluso quiso devorar al pobre viajero. ¿Pasó de verdad? ¿Hubo siquiera un intento
de morderle un dedo? Que el lector saque ahora sus propias conclusiones.
Conclusiones.
8Asíse recoge, por ejemplo, en: DANELY, Jason, “Aging and Abandonment: Obasute Narratives in
Contemporary Japan”, Loss and Recovery in Modern Japanese Literature. AAS, 2012, pp. 1-24.
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Las historias, las leyendas de Yama Uba y de Grand-mére Kalle se sumarían
al patrimonio oral que protagonizan otras muchas mujeres cuyas historias
verdaderas, antes de convertirse en brujas o en personajes terribles con los que
asustar a los más pequeños, se desconocen (el caso de los juicios de Zugarramurdi
sería un buen ejemplo). No podemos negar que, en el caso de las brujas, se ha
hecho en Europa una especial caza de ellas (aprovecho la frase hecha muy
conscientemente). Tradicionalmente (y este adverbio me viene como anillo al
dedo), los cuentos y las leyendas se han quedado sólo con una parte de sus
protagonistas, olvidando su trasfondo. Aunque creemos que este debe ser su
normal funcionamiento, ya que el maniqueísmo de sus protagonistas es un
ingrediente fundamental, también creemos que estas historias cobran pleno
sentido cuando se conocen cuantos más elementos de ellas mejor. Malos debe
haber en los cuentos populares, eso no se puede cambiar (creo que nadie querrá
modificarlo si queremos que haya cuentos); pero, cuando exista la posibilidad,
recomiendo la lectura de esa “vida anterior” de estos protagonistas que están
instalados en el lado oscuro de la fuerza. Tal vez así el encuentro con el cuento, con
la fábula, con el folclore, en definitiva, sea más enriquecedor y -lo que creo que es
lo más importante- también más auténtico.
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RESUMEN: Los carteles, elemento clave en la historia del diseño gráfico, comunican
visualmente mensajes e ideas. Una necesidad comunicativa inherente al ser
humano y que en el caso del teatro kabuki, como espectáculo popular, es
fundamental para su difusión y desarrollo. Un recorrido por la historia del diseño
gráfico japonés a través de imágenes: desde el grabado o ukiyo-e que poseía un
fuerte atractivo comunicativo para las masas y que abrió el camino para la
comunicación gráfica comercial en Japón, pasando por una revisión de la obra de
autores más experimentales, hasta nuestros días. Imágenes que son reflejo de una
sociedad cambiante pero que mantienen rasgos comunes propios de la cultura
visual japonesa.
Palabras clave: Kabuki, ukiyo-e, diseño gráfico, cultura visual.
1. Introducción.
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educó al público en cultura visual relacionada con este área. Por su parte, en Japón,
no será hasta finales del siglo XIX y a principios del siglo XX cuando el arte
comercial empiece a ser visto como categoría diferente a las Bellas Artes. Kaiser4
apunta como una de estas distinciones la del lenguaje; así, el término zuan
(diseño), shōgyō bijutsu (arte comercial) y dezain (una traducción de la palabra
inglesa design) vino a ser de uso común durante los primeros años del siglo XX,
separando el arte comercial o diseño del bijutsu o Bellas Artes. Otras razones
aludibles fueron los perjuicios jerárquicos del establishment del arte, que causó
que los anti-diseñadores enfatizaran el mérito estético del “arte puro” en
detrimento del trabajo de diseño. No obstante, esta distinción entre el llamado
“arte comercial” y el “arte puro” es arbitraria, ya que los aspectos comerciales y
económicos del arte en Japón han sido objeto de estudios extensos, habitualmente
bajo la mirada del patrocinio. Las comisiones de los artistas de la escuela Kano
para decorar los castillos de los daimyōs (señores feudales) y las pinturas privadas
del surimono, ediciones limitadas de alta calidad que normalmente representaban
escenas de la vida diaria y poesía, son sólo dos ejemplos del arte comercial en el
periodo Edo.
Tanto Hobo como Kaiser coinciden en señalar que el diseño gráfico moderno en
Japón es el resultado de la síntesis de diferentes fuentes y que las raíces del diseño
gráfico japonés se encuentran, entre los lenguajes históricamente menos
antiguos,en las escuelas de pintura Kano y Rimpa y en los grabados ukiyo-e del
periodo anteriormente mencionado.Serán estos últimos el objeto de este estudio,
como medio de comunicación de masas y por ser un referente único en la
evolución de la culturavisual japonesa.
4KAISER, Andrew, “Constructing Modernity: Japanese Graphic Designfrom 1900 to 1930”, (Tesis
doctoral), Universidad de Cincinnati, 2006, pp. 6-7.
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del mundo cambió de significado, como afirma David Almazán:5 «La palabra
japonesa ukiyo-e se compone de tres caracteres, o kanji, que significan “flotante”
(uki), “mundo” (yo) y pintura (e) y que se traducen como la “pintura o grabado del
mundo flotante”. El término proviene originalmente del Budismo, como expresión
peyorativa para referirse al ilusorio mundo efímero que es necesario trascender
para alcanzar el verdadero conocimiento. Las clases medias y populares de las
ciudades japonesas se sintieron más atraídas por las diversiones mundanas que
por la salvación eterna. Hicieron suyo el término ukiyo para definir su cultura».
Los grabados sobre kabuki están llenos de información sobre la cultura popular y
la experiencia humana en el periodo Edo tardío, donde el barrio de los teatros era
uno de los centros de atracción (Fig. nº 1 y 2). El kabuki, un género teatral hablado,
bailado y cantado6, nació a principios del siglo XVII y tuvo su apogeo hacia el 1740.
Con tramas inspiradas en relatos históricos o sucesos de la época, conectaban con
el público en un espectáculo con un estilo propio de intensa acción y dramatismo.
Los actores eran súper estrellas en los siglos XVIII y XIX en Japón, admirados por
fans apasionados con un apetito insaciable por imágenes de los mismos, los
espectadores querían llevarse a casa el retrato de su actor preferido o la escena
5ALMAZÁN, David, “El grabado ukiyoe como reflejo de los valores de la cultura japonesa”, Kokoro,
nº Extraordinario 1, 2013. pp. 1-2.
6 Para saber más sobre este género teatral, léase: CID LUCAS, Fernando, La espléndida flor de mil
colores: el teatro kabuki: (notas para una aproximación), Mérida, Consejería de Cultura de la Junta
de Extremadura, 2006.
4
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más espectacular de la obra. Por un lado, los propietarios de las salas buscaban un
medio como reclamo publicitario y encontraron en la creciente industria editora
una forma de producir grabados de forma masiva a todo color de los actores en
escena, que se podían comprar a buen precio como souvenir o sustitutos de la
experiencia en el teatro. Grabados que conectaron a los fans con sus ídolos,
incluyendo retratos dentro y fuera del escenario y satisfacían la curiosidad
“vouyerística” de la vida de sus actores favoritos, con escenas de fantasía de los
actores en agrupaciones extrañas, e, incluso, retratos de la muerte de actores
especiales más famosos. Los primeros retratos de actores aparecen a finales del
siglo XVII. Durante la primera mitad del siglo XVIII se representa casi siempre al
actor solo, sobre un espacio vacío, en una escena o pose espectacular del drama
(mie). Posteriormente, se profundizará en su personalidad y en el juego teatral del
actor.
El diseño gráfico es un arte comercial dirigido a las masas, tal y como lo fueron los
ukiyo-e siglos antes de que naciera el diseño. Algunos autores, como Gangitano7,
5
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afirman que en el Japón de Edo surgió el verdadero arte popular o Pop Art y, sin
duda, constituyó un momento en la historia de la cultura visual japonesa que
influenciará al desarrollo del diseño gráfico japonés hasta el día de hoy.
8BENJAMIN, David, Sumo, a thinking fan’s guide to Japan’s national sport, Tokyo, Tuttle Publishing,
2011, pp. 173-174.
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El cartel publicitario de kabuki constaba de una sola imagen que incluía una lista
de actores y músicos trabajando para un teatro durante una temporada, su función
era presentar el reparto de cada producción. Los banzuke se enviaban a mecenas
especiales o se pegaban por la ciudad, en lugares de reunión como en los cruces de
las calles, restaurantes y baños públicos. En cuanto a la composición, en la parte
superior central se representaba la cortina del teatro y su emblema (mon). Los
actores mejor pagados tenían sus nombres en una impresión más gruesa y su
retrato ilustrado en el centro de la imagen, como puede apreciarse en este
kaomise-banzuke para el teatro Ichimura-za (Fig. nº 7). El nombre kaomise
(“mostrar los rostros”) venía dado porque este tipo de cartel se difundía al
principio de la temporada para presentar a los nuevos actores que se incorporaban
al teatro. Los tsujibanzuke eran versiones más pequeñas de los programas que
aparecían pintados en la fachada de los teatros, carteles pensados para ser
pegados por las calles y anunciar la producción vigente. Normalmente, el recorrido
visual del cartel seguía la estructura correspondiente al orden de lectura japonés:
de derecha a izquierda y de arriba a abajo. El Centro de Investigación de Artes
Escénicas Japonesas ofrece una descripción detallada de estos elementos, como
puede verse en el cartel realizado sobre una producción para el teatro Kawarazaki
(Fig. nº 8). En el extremo superior derecho aparece primero un subtítulo (que, en
este caso, se sitúa sobre el título) y que hace referencia al contenido de la obra.
Bajo este, y en una escritura de mayor tamaño, aparece el título de la obra
(ōnadai). Hacia la izquierda aparecen imágenes de los personajes protagonistas
con sus respectivos actores y sus escudos familiares por orden de importancia,
junto a anuncios de espectáculos musicales (jōjuri). Justo debajo, en la parte
inferior, se muestra el reparto y el nombre del teatro.
Aunque durante el periodo Edo se usaba una sola hoja impresa, con el paso del
tiempo, el número de actores aumentó y el banzuke se extendió transversalmente.
En el cartel para las funciones de apertura del nuevo teatro imperial (Fig. nº 9), se
ilustran las tres obras representadas de derecha a izquierda: Yoritomo, Igagoe y
Hagoromo. Debajo hay breves descripciones del espectáculo inicial y las funciones,
así como una crítica de un reportero americano que asistía en la escena. Además
de los nombres de las funciones en las ilustraciones, aparecen de nuevo detalles de
las variadas escenas en la caja rectangular en la parte inferior, así como los
nombres de los miembros del reparto y sus papeles, y el nombre del teatro escrito
7
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en la caligrafía kanteiryū. Entre los miembros del reparto aparecen los tres actores
principales de la propia compañía del teatro imperial.
En una segunda fase, con la invención en 1765 de la técnica del grabado en madera
que introduce varios colores (nishiki-e), se consiguió un mayor realismo en los
retratos con estampas más detallistas y vistosas, especialmente en los ropajes y los
maquillajes de los actores, y así surgieron los diseños de retratos o semblanzas,
denominados nigao-e, de la mano de artistas como Ippitsusai Bunchō y Katsukawa
Shunshō (Fig. nº 11). La escuela Torii es sustituida por la escuela Katsukawa,
creando retratos fieles de los actores muy atractivos para el público de la época.
En 1794, Tōshūsai Sharaku inicia una tercera fase, donde, inspirado por los
retratos de gran tamaño de bellezas femeninas de Utamaro, introduce el ōkubi-e:
retratos que muestran solo la cabeza o la cabeza y el torso, con las facciones algo
exageradas, pero con un gran estudio psicológico del personaje (Fig. nº 12).
9AKAMA, Ryō, “Yakusha-e: las estampas de actores en el contexto visual del ukiyo-e”, Fantasía en
escena Kunisada y la escuela Utagawa, 2014, pp. 31-44.
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kabuki (Fig. nº 13), se analiza una típica composición donde aparecen diferentes
piezas de información. Normalmente, la firma del artista está en una de las
esquinas inferiores, donde se lee el nombre del autor, en este caso, Tokoyuni y la
partícula ga (significa “pintado por”). Otro elemento que solía aparecer era el sello
del censor (durante una época, todos los grabados debían ser supervisados por
censores oficiales), esto permite fechar de forma exacta el grabado. También había
un sello del editor en algún lado de la parte inferior. En la parte superior solía
incluirse el título de la estampa y, en el caso del kabuki-ga, el nombre del actor y el
papel que interpreta. Esta información aparece a veces en un recuadro llamado
cartela o, a veces, simplemente sobre el fondo. En este caso, el nombre del actor
está en la parte de debajo de la cartela. Los nombres de los actores están
organizados en pequeños números de familias (en Japón, el nombre de la familia se
escribe primero) y el nombre del papel que representa el actor se escribe
normalmente más pequeño que el nombre propio. Algo común en los actores de
kabuki-ga es que tienen nombres artísticos, pseudónimos, heredados de nombres
de familia y que, conforme van creciendo las generaciones, van adoptando el
mismo nombre. En kabuki a este proceso se le llame shūmei. Algo similar ocurre
con los artistas de uikyo-e, que adoptan los nombres familiares y de las escuelas a
las que pertenecen.
Por último, Toyohara Kunichika representa la transición del periodo Edo a la era
Meiji, con diseños representativos del nuevo periodo (Fig. nº 15) y siendo la figura
10ALMAZÁN, David, “Utagawa Kunisada (1786-1865) y la serie Mitaterokkasen (1858): poetas del
periodo Heian y teatro kabuki del periodo Edo en el grabado japonés ukiyo-e”, Artigrama, nº 24,
2009, p. 760.
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central de los creadores de yakusha-e, una posición que ocupó hasta el año 1900.
Hasta entonces, el teatro kabuki y los grabados ukiyo-e permanecerían como dos
industrias íntimamente relacionadas, pero la aparición de la fotografía ocuparía el
lugar de las estampas xilográficas.
A partir de los años 20, y hasta la Primera Guerra Mundial, el diseño gráfico
en Japón se va desarrollando entendido como arte comercial influenciado por las
vanguardias de Occidente. Tras unos años de censura en la Segunda Guerra
Mundial, donde se prohíbe dicha occidentalización, será en el año 1951 cuando se
constituya el Japan Advertising Artist Club (JAAC), que reunirá a los primeros
11THORNTON, Richard S., Japanese Graphic Design, Laurence King Ltd., 1991, p. 41.
10
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Desde la última mitad de los años 60 hasta la primera de los 80, el teatro japonés
fue liderado por un movimiento teatral experimental y, a menudo, controvertido,
llamado angura (underground). Los carteles para las funciones de este
movimiento teatral eran diseñados por un grupo de jóvenes artistas como
Tadanori Yokō, Kiyoshi Awazu y Akira Uno, que llegaron a convertirse en los
artistas más famosos de su generación. Sus trabajos, que empleaban modos de
expresión inseparables del trabajo teatral que los inspiraba, revolucionaría el
diseño gráfico en Japón. Relacionado con los eventos sociales y políticos del
periodo, para ellos, los carteles no eran un medio de publicidad solamente sino
también un medio de autoexpresión, y la tendencia era usarlos para comunicar el
mensaje de rebeldía de su tiempo. Si bien, ya no hablamos de obras expresamente
creadas para teatro kabuki, es interesante ver cómo aparecen elementos
relacionados con este arte y el ukiyo-e.
Algunos de estos artistas vivían una relación inseparable con el mundo del teatro
llegando a realizar no solo carteles sino también escenografías. Tal es el caso de
Ikko Tanaka. Su temprana afición por el teatro japonés, sobre todo teatro Nō, le
acompañaría el resto de su vida. Su obra se basa en la síntesis, formas planas y
geométricas y un cuidado estudio del espacio. En algunas obras introduce a
personajes típicos personajes provenientes del teatro kabuki y del ukiyo-e-,
usando formas básicas, pero que mantienen la esencia del retrato tradicional (Fig.
nº 19). Kouga Hirano muestra una versión contemporánea del personaje del
12MENEGAZZO, Rosella, “The Relationship between Japanese Traditional Art and Modern Japanese
Posters”, TheNippon posters. The 200th ddd gallery Exhibition, DNP GraphicDesign Archives
Collection VI, DNP Foundation for cultural promotion, Tokyo, 2014, p. 11.
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ladrón Nezumi Kozo en dos carteles donde combina la tipografía kanteiryū y los
personajes de kabuki con elementos psicodélicos (Fig. nº 20). Pero el artista más
reconocido será Tadanori Yokō, quien realiza con maestría una fusión de pasado y
presente, generando una obra única. Amigo del director de teatro Juro Kara, ambos
admiradores del Avant-Garde, incluyeron elementos del teatro kabuki en sus
obras. Como ejemplo, un cartel conmemorativo (Fig. nº 21) que Yokō realiza
inspirado por el dramaturgo Yukio Mishima, que también creó dramas para
kabuki. O un retrato de actor, a modo de okubi-e contemporáneo (Fig. nº 22), que
resulta inquietante, al mostrar elementos figurativos más occidentales (sombra,
profundidad…) pero que incluye detalles tradicionales como la cartela o las
pequeñas estampas en la base, que, probablemente, simbolizan los personajes que
el actor interpreta, personajes femeninos ( onnagata) que en teatro kabuki son
representados por hombres. Hobo13 confirma que la libertad visual de Yokō
demostrada en su apropiación de estilos y la construcción narrativa a veces caótica
de sus carteles, refleja la experimentación en el diseño gráfico japonés de aquella
época, sin dejar de lado la tradición gráfica construida a lo largo de los siglos en
Japón.
http://www.performingarts.jp/E/pre_interview/1001/pre_interview1001e.pdf
12
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Son estos carteles más novedosos en cuanto a diseño, aquellos que corresponden a
producciones menos tradicionales. El experto en kabuki, Régis Allègre18 estudia la
transformación de esta forma de arte por parte de los actores jóvenes que están
15HAGEMAN, Ryan, “A visual archive surveying the history of graphic design in Japan”, en:
http://gurafiku.org
16 KASHIWAGI, Hiroshi, “Introducing Japanese Culture through Design”, en:
http://www.wochikochi.jp/english/foreign/2014/12/introducing-japanese-culture-through-
design.php
17 STRIBLEY, Mary, “Graphic design from around the world: Japanese Design”, en:
https://designschool.canva.com/blog/japanese-design/
18 ALLÈGRE, Régis, “Interview: Régis Allègre – kabuki21.com”, en:
https://kabukilive.wordpress.com/2016/03/22/interview-regis-allegre-kabuki21-com/
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creando nuevos estilos, como el Sūpā Kabuki II19, con Ichikawa Ennosuke a la
cabeza, y el Sci-Fi Kabuki, con Ichikawa Ebizō entre otros. El mayor miedo para el
autor es que tal vez el género acabe sucumbiendo a la moda Idol, una tendencia
estética de la cultura pop japonesa cada vez más en auge. Los actores se convierten
en estrellas, no por sus habilidades en el escenario, sino por su look y su atractivo
físico. Observando un cartel actual, es evidente una estética que se presta a la
confusión, sin saberse bien si lo que comunica es un espectáculo kabuki o un
concierto de J-pop (Fig. nº 32). Los actores de hoy día son tratados como ídolos y
aparecen en dramas de televisión o películas de cine, así como en todo tipo de
productos de merchandising (Fig. nº 33), objetos de coleccionista de la cultura fan,
tal y como fueron las estampas del ukiyo-e.
19Sobre este subgénero del kabuki, puede leerse en español: CID LUCAS, Fernando, “La culminación
de lo barroco en el teatro tradicional nipón ¡super Kabuki!”, ADE teatro: Revista de la Asociación de
Directores de Escena de España, nº 125, 2009, pp. 164-167.
20KASHIWAGI, Hiroshi, “Posters: The Tradition of Visual Culture”, The Nippon posters. The 200th
ddd gallery Exhibition, DNP GraphicDesign Archives Collection VI, DNP Foundation for cultural
promotion, Tokio, 2014, pp. 6-7.
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acercan a otras audiencias con los actores más jóvenes interpretando a famosos
personajes de manga y anime. Es el caso de Super Kabuki II: One Piece, estrenada
en 2015 con gran éxito y que se sigue representando en teatros donde, antes de
empezar el espectáculo, entre las líneas verticales negras, naranjas y verdes
características del telón en el escenario (joshikimaku), aparecen personajes del
célebre manga observando al espectador (Fig. nº 36).
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han creado carteles que sean atractivos para locales y extranjeros (Fig. nº
39).
8. Conclusión.
tercera-dimension-del-cartel/
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www.internationalposter.com
http://iaddb.org
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ANEXO: ILUSTRACIONES.
Fig. nº 1. OdoriKeiyō Edo-e no sakae , de Toyokuni III. Una escena del interior del teatro
kabuki que representa la producción de Shibaraku en julio de 1858.
Fig. nº 2. Mon Kamban de la serie “Eventos Anuales del teatro Edo”, por Adachi Ginkō, 1897.
Estampa de una serie de 25 que representa los eventos típicos del teatro que se celebran
durante un año en Edo. La imagen muestra los rótulos que anunciaban los nombres y
escudos de los actores que aparecían en el teatro en esa temporada.
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Fig. nº 7. Kaomise-banzuke para el teatro Ichimura-za. Escuela Torīca. Principios del s. XIX.
(Fuente: http://ana-3.lcs.mit.edu/~jnc/prints/PFAC/s1golden.html).
Fig. nº 9. Torii Kiyotada VII y otros autores desconocidos. Tsuji Banzuke para las funciones
de inicio del teatro imperial: Yoritomo, Iagaoe y Hagoromo. 1911.
Fig. nº 10. Torii Kiyonobu I. Los actores Iwai Sagenta y Katsuyama Matagorō, 1705.
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Fig. nº 11. Katsukawa Shunshō. Los actores Nakajima Mihoemon II como Bōmon no Saishō
Kiyotada e IchikawaEbizō III como Shinozuka Iga no kami en una escena de Shibaraku.
1775.
Fig. nº 12. Tōshūsai Sharaku. Arashi Ryuzo como Ishibe Kinkichi, el prestamista. 1794/5.
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Fig. nº 14. Utagawa Kunisada I (Toyokuni III). Actores Ichikawa Komazō VII como
hermano pequeño de Sangorō Sankichi, Onoe Baikō IV como mujer de Sangorō e
Ichikawa Danjūrō VIII como Sangorō. 1853.
Fig. nº 15. Toyohara Kunichika. Actores Seki Sanjūrō III como Akabori Mizuemon, Ichimura
Uzaemon XIII como Ishii Heisuke, y Nakamura Shikan IV como Nakano Tōbei. 1862.
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Fig. nº 16. Hikifuda del Período Meiji protagonizado por actores de teatro Kabuki.
(Fuente:http://revistacultural.ecosdeasia.com/de-la-cartela-a-youtube-un-acercamiento-a-
la-publicidad-japonesa/).
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Fig. nº 33. Caja de caramelos y calendario de 2015 con actores de teatro kabuki.
(Fuente: https://www.insidekyoto.com/kabuki-kyotos-minamiza-theater).
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Abstract: In recent years, the manga industry has not only become a cultural
phenomenon of great international projection, but also has given rise to a large fan
movement that has come to constitute its own sub-culture, the so-called otaku
culture. This article aims to review the history of manga from a social perspective,
paying special attention to the evolution of the otaku culture from the emergence
of modern manga to the present day.
Keywords: Otaku, manga, culture, history, society.
Introducción.
1
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Los orígenes histórico-artísticos del manga.
Situar los orígenes artísticos del manga no está exento de cierto debate.
Tradicionalmente se ha aceptado que los Chōjū-jinbutsu-giga, cuatro rollos
pictóricos realizados supuestamente por el monje Toba Sōjō entre los siglos XII y
XIII, son los antecedentes más antiguo del manga. La humanización de los animales,
su tono caricaturesco, la composición de las escenas o la inclusión de texto, son
elementos que podrían situarlos en los orígenes mismos del manga1.
Pero no es hasta el siglo XIX cuando el relevante pintor Katsushika Hokusai acuñó
el término manga en una de sus obras más famosas, el Hokusai Manga, un
muestrario de escenas compiladas en 15 volúmenes. En ella, la palabra manga
utiliza los kanjis man 漫 (aleatorio, irresponsable, espontáneo, informal) y ga 画
(dibujo), por lo que el concepto manga se podría traducir como “dibujos
aleatorios”2. La obra de Hokusai comparte con los Chōjū-giga el tono caricaturesco,
pero, al tratarse de esbozos realizados de forma aleatoria y sin nexo argumental, es
difícil considerar que su planteamiento sea parecido al manga moderno. Sin
embargo, es la irrupción en Japón en la segunda mitad del siglo XIX de las revistas
satíricas occidentales la que marca la primera identificación del manga con el
tebeo.
A partir de 1862, Charles Wirgman publicó The Japan Punch, más tarde sucedida
por publicaciones como Tokyo Puck, de Rakuten Kitazawa, o Toba-e, de George
Bigot. Estas primeras revistas consistían en adaptaciones de revistas europeas
realizadas por extranjeros. No es hasta principios del siglo XX que las editoriales
japonesas comenzaron a publicar sus propias revistas de historietas destinadas a
un público infantil, como Shōnen Club, de Kōdansha, que inició su publicación en
1914. En las décadas siguientes, autores como Ippei Okamoto, el mencionado
Rakuten Kitazawa, Katsuichi Kabashima o, más tarde, Suiho Tagawa, publicaron las
primeras historietas infantiles de largo recorrido, siguiendo el estilo del cómic
1 YAMADA, Akira, “El desarrollo del manga en la sociedad actual: pasado, presente y futuro”, en:
Fernando Cid Lucas (ed.), ¿Qué es Japón? Introducción a la cultura japonesa , Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Cáceres, 2011, p. 286.
2 GÓMEZ ARAGÓN, Anjhara; RAMÍREZ BAEZA, Víctor, “Otakus en Akihabara: La introducción de un
nuevo colectivo social en el turismo global”, en: José Luis Jiménez Caballero y Pilar de Fuentes Ruiz
(coord.), II Jornadas de Investigación en el Turismo: La adaptación del turismo a los cambios
globales, Sevilla, 2009, p. 441.
2
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occidental3. Este desarrollo se vio interrumpido por el interludio que en Japón
supuso la Segunda Guerra Mundial.
El nacimiento del manga moderno.
Fernando Cid Lucas (ed.), ¿Qué es Japón? Introducción a la cultura japonesa , Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Cáceres, 2011, p. 295.
6 YAMADA, Akira,“El desarrollo del manga en la sociedad actual” , Op. Cit., p. 289.
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también un mensaje pacifista y en defensa del medio ambiente. 7 Frente a esta
tradición, algunos mangakas comenzaron a elaborar historias de temática adulta
con intención de crítica política y social. El término para definir a estas obras es
gekiga (“imágenes dramáticas”), acuñado por Tatsumi Yoshihiro en 1957. Para la
opinión pública y política de la época, el manga era una forma inocente de
entretenimiento para niños, pero el gekiga se relacionaba con artistas de clase baja,
educación pobre y ligados a movimientos políticos anti-sistema. Ambas tradiciones
se consideraron enfrentadas e ilustraban en el cómic la realidad política de los
primeros años posteriores a la ocupación8.
La madurez de la industria.
De una manera progresiva, ya desde finales de los años 50, la industria del
manga comenzó a transformarse para adecuarse a una demanda creciente y a un
mercado que exigía una mayor diversificación. Según Sharon Kinsella, a lo largo de
los años 60 las numerosas pequeñas editoriales que publicaban manga fueron
adquiridas progresivamente por grandes compañías editoriales asentadas en
Tokio. Este proceso de concentración de la industria acarreó una reorganización de
la forma de producir manga, comenzando por una diversificación del trabajo de los
artistas dirigida a acelerar el proceso para ajustarlo a un nuevo ritmo de
publicación semanal9. La nueva estructura productiva de las editoriales se tradujo
en la sustitución como figura clave del mangaka, que hasta entonces trabajaba de
forma independiente, por el editor, quien comenzó a actuar como intermediario
entre el artista y la editorial. De esta forma, el artista únicamente se centraba en
realizar un boceto a lápiz que, tras ser supervisado por el editor, se dirigía a las
fases de entintado, añadido de tramas y bocadillos y a la tipografía de los textos,
fases realizadas en muchas ocasiones por otros artistas. Este sistema se hará
definitorio de la industria del manga hasta la actualidad. La publicación semanal de
las revistas supuso también una considerable revolución en la forma de consumir
manga, ya que éstas superaron rápidamente las cuotas de mercado alcanzadas por
las tradicionales revistas mensuales. Como ejemplo, la revista Shōnen Jump, una de
las más importantes incluso hoy día, alcanzó a mediados de los 80 cifras de ventas
7 MARTÍ ESCAYOL, Maria Antònia, “La novela gráfica japonesa: Osamu Tezuka”, en: Fernando Cid
Lucas (ed.), La narrativa japonesa: del “Genji Monogatari” al manga , Ediciones Cátedra, Madrid,
2014, pp. 308-309.
8 KINSELLA, Sharon, Adult Manga… , Op. Cit., pp. 25-29.
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semanales de unos 6 millones de copias10, con un promedio que no descendía de
los 3 millones11.
El crecimiento de la industria del manga es una de las claves del auge de una
industria paralela: el anime. Originalmente llamada: ア ニ メ ー シ ョ ン ー
(animeeshon, animation, en inglés), pronto se abrevió como: アニメ (anime)12, y,
aunque no se puede afirmar que la totalidad de la producción de animación
japonesa esté ligada o derive directamente del manga, lo cierto es que el anime se
convirtió en una adaptación del formato narrativo y, sobre todo, del estilo visual
del manga al medio animado. Según Akira Yamada, de hecho, lo más habitual es
que las publicaciones más famosas del manga terminaran siendo adaptadas al
anime 13 . Sin embargo, a partir de los años 80 el anime fue adquiriendo
paulatinamente entidad propia con el surgimiento de estudios tan pujantes como
Ghibli, centrados sobre todo en los largometrajes. El anime era, por tanto, a la vez
una consecuencia del éxito del manga y una causa del mismo, ya que se trataba de
un formato mucho más accesible que el manga en papel, y pronto se convirtió en
una puerta de acceso al mismo para un público mucho más amplio. Obras que
habían adquirido cierto renombre en el formato manga se veían catapultadas a
nuevos niveles de popularidad en sus versiones anime, que eran visionadas por un
público nuevo del que una parte se interesaba por la obra original. Como ejemplo
de obras que comenzaron siendo manga pero que alcanzaron la cumbre de su
popularidad a raíz de su versión anime, se pueden citar fenómenos como
Doraemon (1969), Kochikame (1976), o, más tarde, Dragon Ball.
10 YAMADA, Akira,“El desarrollo del manga en la sociedad actual” … Op. Cit., p. 287.
11 MARTÍNEZ HERRERO, Javier, Japón, de la Katana al Manga, Shinden Ediciones S.L., Barcelona,
2008, p. 342
12 HORNO LÓPEZ, Antonio, Animación Japonesa: Análisis de series de anime actuales (tesis
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la década de los 70, obras como Heidi podían verse en España, e incluso antes en
Estados Unidos, pero no es hasta finales de los 80 y principios de los 90 cuando se
asiste a la verdadera incursión del anime en Occidente, con la llegada de series
como Doraemon, Dragon Ball o Saint Seiya, que alcanzarían gran popularidad entre
los jóvenes de la época 14 y serían los precursores de los movimientos de
aficionados al manga fuera de Japón. En este contexto, el autor Robin E. Brener
resalta el papel del anime como principal difusor de este medio cultural en
Occidente15.
Los aficionados al manga.
14 Ibid., p. 298.
15 BRENER, Robin E,Understanding Manga and Anime, Connecticut Libraries Unlimited, Westport,
2007, p. 18.
16 Obras manga realizadas por aficionados, normalmente basadas en mangas o animes populares,
18 YAMADA, Akira, “El desarrollo del manga en la sociedad actual”… Op. Cit., p. 298.
19 C. MCKEVITT, Andrew, “You Are Not Alone!: Anime and the Globalizing of America”, en
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adolescencia, proliferaron con el éxito de la revista Shōnen Jump durante los años
80. La mayoría eran historias de fantasía y aventuras, como las mencionadas
DragonBall o Saint Seiya, pero, en lo que se refiere a la franja de edad, también se
pueden incluir las historias deportivas como Captain Tsubasa o Touch (Oliver y
Benji y Bateadores en España). Es interesante comprobar, como menciona Akira
Yamada, que muchas de estas obras tratan temas y situaciones morales y
personales complejas, que en Occidente sólo eran visibles en contenidos
destinados a públicos más adultos. En concreto, se refiere, sobre todo, al
tratamiento frecuente y abierto de la muerte de personajes protagonistas. El
manga de humor también tuvo una importante cota de éxito, con el referente de
Kochikame, una obra que gozó de tanta popularidad en Japón que su protagonista
fue homenajeado con una estatua en la estación de Kameari, en Tokio. 20 Por su
parte, Sharon Kinsella considera que la transformación de la industria tiene su
reflejo en esta diversificación de los géneros. En concreto el gekiga, que antes tenía
un marcado carácter de crítica política y social, matizó sus contenidos y fue
absorbido por el manga, convirtiéndose en el género que actualmente se conoce
como seinen, el destinado a los varones adultos, y dando lugar a obras de culto
como Golgo 13 o, más recientemente, Akira. Sin embargo, a pesar de la supervisión
de las editoriales, más cercanas a las disposiciones gubernamentales de Japón,
estas obras mantuvieron ciertos temas adultos y planteaban debates de carácter
económico, político, social o ecológico21.
La controversia del otaku.
20 YAMADA, Akira, “El desarrollo del manga en la sociedad actual” … Op. Cit., p. 293.
21 KINSELLA, Sharon, Adult Manga… Op. Cit., pp. 46-48.
22 HATO, Hino; KATSUSHIGE, Murai; PINANSKI, Samuel, “La cultura “otaku” se proyecta al
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“asesino otaku”23. El caso Miyazaki derivó en un profundo debate social acerca de
la cultura del manga y de sus aficionados, los otaku, a los que se definía como
retraídos y poco sociables, con tendencia al gore y a las parafilias sexuales, en cuyo
culmen se situaba el eterno debate sobre el Lolicom y el “erotismo infantil”24.
En los años 90, voces de la industria del manga y el anime y de colectivos otaku se
alzaron para defender lo positivo de dicha comunidad, a la que consideraban la
llave de la modernidad, sobre todo después de que el medio adquiriera una
relevancia nunca vista gracias al éxito de Neon Genesis Evangelion25. En este
contexto, el debate acerca de la cultura de los otaku no tardó en alcanzar el ámbito
académico e intelectual. Obras como An introduction to Otaku Studies (Otakugaku
nyūmon), publicada por el crítico cultural Okada Toshio en 1996, el estudioso
Ōtsuka Eiji o el artista Murakami Takashi, escribieron estudios dentro de la órbita
de los defensores del colectivo otaku 26. Sin embargo, es la famosa obra del filósofo
Azuma Hiroki: Otaku: Japan’s Database Animals (Dōbutsukasuruposutomodan),
publicada en Japón en el año 2001, la que sentó el precedente de los estudios otaku,
centrados en estudiar y comprender el fenómeno de los aficionados al manga
dentro de la sociedad japonesa, a través de un profundo análisis acerca de las
características sociológicas, filosóficas y de consumo del colectivo otaku.
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Si ya en los años 80 habían surgido franquicias de gran éxito comercial como
Dragon Ball, Saint Seiya o Doraemon, las franquicias de éxito surgidas a finales de
los 90 las han sobrepasado y han llegado a alcanzar récords de popularidad.
Nombres como Naruto o, sobre todo, One Piece, se han convertido en la actualidad
en iconos culturales28. Este éxito ha sido aprovechado por la industria del manga,
que ha intentado sacar el máximo provecho de sus iconos más rentables. De esta
forma, según Carmen Mangirón, la capacidad de los creadores japoneses de
explotar de forma eficiente un mismo producto o licencia en diversos medios,
refiriéndose sobre todo a la conjunción del manga con el anime y los videojuegos,
en este orden, y definida como transmedia story telling (narración transmediática),
es una de las claves de su éxito global 29. Esta autora también recalca que otra de
estas claves son las políticas que, desde comienzos del nuevo milenio, está llevando
a cabo el gobierno japonés para incentivar la creación y explotación de la
propiedad intelectual y promoverla en el exterior. En 2002 se introdujo el
Intellectual Property Strategic Program , que dio lugar a la Japan Brand Strategy, la
estrategia de la marca Japón. Para ello, han recurrido a los procesos GILT
(globalización, internacionalización, localización y traducción), a través de los
cuales se busca asegurar la posibilidad de vender un producto en distintos países
mediante la adaptación del mismo a las necesidades concretas de sus
consumidores, diseñando productos culturalmente neutros o adaptables (métodos
como el flipping, la inversión del sentido de un manga para adaptarlo al sentido de
lectura occidental, o el estilo mukokuseki, que muestra tramas y ambientaciones
no japonesas, así como la censura de la violencia y el sexo o la traducción
adaptada) e impulsando su traducción y localización. Estos procesos de adaptación
se han reducido con el paso de los años, ya que el éxito del Cool Japan y el interés
por la cultura japonesa, ha favorecido que los aficionados occidentales demanden
traducciones más fieles, obras sin censura o la lectura en el sentido original30.
28 One Piece alcanzó el récord de ser el cómic impreso más vendido de la historia, según el Libro
Guinness de los Récords, en junio de 2015 con 320 millones de copias vendidas. Noticia disponible
en: https://www.cultture.com/62596-el-manga-one-piece-entra-en-el-libro-guinness-de-los-
records (última consulta: 02/08/2017).
29MANGIRÓN, Carmen, “Manga, anime y videojuegos japoneses: análisis de los principales factores
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decrecientes. Es por esto que en 2014 se inició la campaña M.A.G. (“Manga-Anime
Guardians”) para concienciar a los aficionados de los peligros de la piratería, que
causó 19.600 millones de dólares en pérdidas en Estados Unidos en 2013. Dado lo
reciente de estas medidas, aún es pronto para observar qué impacto tendrán en un
mercado que se alimenta principalmente de su popularidad, ya que, a pesar de
todo, Internet y la piratería favorecen una difusión mucho más rápida que los
medios convencionales31. El acelerado crecimiento de la popularidad del manga es
palpable en la mayor visibilidad de sus aficionados, sobre todo fuera de Japón. El
Salón del Manga de Barcelona celebró su primera edición en 1994, y en el año
2000 hizo lo propio la Japan Expo de París, actualmente la mayor cita europea para
aficionados al manga. Las cifras de asistencia de esta última son un ejemplo del
interés que el manga despierta en Occidente, pasando de 3.200 asistentes en su
primera edición hasta los 192.000 visitantes que se registraron en 2011 32.
Asimismo, en el año 2001 se celebró el primer World Cosplay Summit. De este
modo, un movimiento como el cosplay, una práctica periférica de la comunidad
otaku japonesa durante las convenciones de manga, ha adquirido entidad propia
con concursos internacionales que cuentan con representantes oficiales de un gran
número de países.
Otra muestra importante del éxito del manga y el anime fuera de Japón es la
aparición de los fan-sub o fan translation, grupos de aficionados al manga que se
dedican a traducir obras tanto de manga como de anime que no se publican en sus
idiomas nativos, bien traduciéndolas del inglés o directamente del japonés. El gran
número de estos grupos, que realizan y distribuyen su trabajo a través de Internet,
normalmente de forma desinteresada, así como la rapidez con que publican sus
versiones traducidas (a veces únicamente con horas de diferencia respecto a la
publicación o estreno en Japón), son una muestra del verdadero fenómeno fan que
existe fuera de Japón, más allá de las cifras de ventas o de asistencia a
convenciones. Sin embargo, esta forma de distribución ilegal está siendo
perseguida por el gobierno japonés, a pesar de que los fan-sub son en parte
responsables de la rápida popularización del manga y el anime fuera de Japón, y de
que, de hecho, muchas editoriales sean tolerantes con estos trabajos33.
31CERDA, Fabián, “Japón lanza masiva campaña contra la piratería de anime en línea”, en:
http://www.anmtvla.com/2014/07/japon-lanza-masiva-campana-contra-la.html (última consulta:
02/08/2017).
32HATO, Hino; KATSUSHIGE, Murai; PINANSKI, Samuel, “La cultura”… Op. Cit.
33MANGIRÓN, Carmen, “Manga, anime y videojuegos japoneses”, Op. Cit., pp. 38-40.
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directamente de él, por ejemplo, el manwha coreano o la aparición en las últimas
décadas de autores de manga fuera de Japón. Según Nissim Kadosh, esto se debe a
que los países de Asia Oriental consideran el modelo japonés como un modelo a
seguir, tanto económica como social y culturalmente, y lo relaciona con el
movimiento del Cool Japan, el soft power japonés. Esto se refiere a la importancia
de explotar por parte de un país medios culturales nuevos que le permitan influir
en otros países34.
Conclusión: un fenómeno social conocido como manga.
Las razones del éxito del manga, tanto dentro como fuera de Japón, parecen
ser muy variadas. En Occidente, para David Almazán una sería el surgimiento del
llamado neojaponismo, heredero del japonismo, movimiento cultural que se
interesó por Japón a finales del siglo XIX con el aperturismo Meiji35. Esta tendencia
parece ser consecuencia de los esfuerzos realizados por el gobierno japonés para
utilizar el manga y la cultura pop como herramientas para dar a conocer Japón al
resto del mundo; un representante de esta política es el ex-ministro de Asuntos
Exteriores japonés, Tarō Asō, quien alegaba que el interés de gran parte de los
aficionados de todo el mundo por el manga japonés deriva en interés por el propio
Japón y su cultura36. Un dato que puede considerarse a favor de este argumento
sería la correlación entre la globalización del manga y el incremento de estudiantes
de lengua japonesa, que entre 1990 y 2003 pasó de 980.000 a 2.350.000, según la
Japan Foundation37. Por su parte, Andrew C. McKevitt ofrece otra perspectiva y
relaciona la expansión del anime con los procesos de globalización. Considera que
la globalización cultural, entendida como la expansión de la cultura
estadounidense en el resto de Occidente y los procesos que provocan una mayor
uniformidad entre culturas occidentales, ha favorecido la expansión del anime en
cuanto a que éste formaba parte ya en los años 80 de la vida de las familias de clase
media americana. Estados Unidos es el principal mercado del manga fuera de
Japón, por lo que el éxito allí favorecería el éxito en el resto de Occidente38. Azuma
Hiroki también incluye a la cultura otaku como parte de los procesos de
globalización. Una de las conclusiones que el filósofo japonés extrae del profundo
análisis que realizó en su obra de 2001, Otaku, mencionada anteriormente en este
texto, es la importante influencia estadounidense que tiene el manga moderno.
34KADOSH OTMAZGIN, Nissim, “Contesting soft power: Japanese popular culture in East and
Southeast Asia”, en: International Relations of the Asia-Pacific, Vol. 8, Kyoto University, 2008, pp.
73-98.
35ALMAZÁN TOMÁS, David, “Hacia la literatura japonesa…”, Op. Cit., p. 166.
36GÓMEZ ARAGÓN, Anjhara; RAMÍREZ BAEZA, Víctor, “Otakus en Akihabara…”, Op. Cit., p. 441.
37Ibid., p. 346.
38C. MCKEVITT, Andrew, “You Are Not Alone!...”, Op. Cit., pp. 893-921.
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Para Azuma, de hecho, responde a la “americanización” del Japón de post-guerra39,
y que los hábitos de consumo de los otaku son la manifestación japonesa de la
posmodernidad global, caracterizada principalmente por el consumismo
norteamericano40. En definitiva, los otaku serían la figura japonesa del consumidor
globalizado.
Es probable que esto se deba a que el papel del manga en la sociedad japonesa es,
según mi opinión, distinto al que tiene internacionalmente y que ha popularizado
el gobierno japonés. Dentro de las fronteras niponas, el consumo del manga no está
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representado mayoritariamente, como se pudiera creer, por los otaku, las
convenciones, los cosplayers, el merchandising o Akihabara, sino por las revistas
semanales de usar y tirar. La diversificación de géneros por edades nos permite
adivinar un medio cultural enfocado a todos los públicos, cuyos principales
consumidores son lectores casuales de todas las edades, desde empleados que
compran sus revistas antes de montar en el tren de camino al trabajo y las tiran al
bajar hasta niños que ven su serie anime tras la escuela. Así, el manga, en
conclusión, cobra especial relevancia a la hora de estudiar la sociedad japonesa por
su papel omnipresente. No es un entretenimiento restringido a aficionados, como
en Occidente, sino un medio más masivo, más cercano, creo, al papel del deporte o
la televisión en nuestra cultura.
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MÁS LIBROS BUENOS QUE LLEGAN DESDE JAPÓN (PARA QUEDARSE): DE
BANANA YOSHIMOTO, HAIKUS Y LA ESTÉTICA DE UNA CIVILIZACIÓN
El tiempo que paso leyendo lo que me llega al buzón para luego reseñarlo y
el que paso leyendo por puro disfrute, por propia elección, se ha vuelto, desde hace
ya mucho, el mismo tiempo. Lo digo porque, por ejemplo, Lagartija1, de la escritora
Banana Yoshimoto (Tokio, 1964),
aun llegando desde su editorial en
España, es un buen regalo, un
regalo que quien me conoce me
habría hecho sin yo tener que
buscar luego el ticket regalo o sin
obligarme a esbozar una sonrisa
forzada por el presente. Lagartija
es un libro agradable de llevar bajo
el brazo a cualquier sitio, sabiendo
que nunca molesta allí, que en
cualquier sitio queda bien y que es
bueno para pararse a leer en
cualquier momento. Desde la
ilustración de su portada se define
lo que el lector va a encontrar en
su interior: una chica, sola, de
espaldas a nosotros, mira las luces
de la gran Tokio en la noche,
mientras cae una débil estrella
fugaz sobre ella.
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Los sentimientos de los personajes de
Yoshimoto son los de seres que suelen
sentirse solos en ese hormiguero de más
de 37 millones de personas que tiene el
área urbana de la capital nipona. Junto
con Murakami (Kioto, 1949), que ya es
indiscutible en cualquier canon (oriental u
occidental), y yo me atrevería a sumar a
esta pequeña lista a la gran narradora
Yoko Ogawa (Okayama, 1962), se
erigirían como los autores que Occidente
debe leer para iniciarse en la idiosincrasia
del Japón de hoy. Esto contiene Lagartija,
un conjunto de seis relatos que destilan la
melancolía del país asiático; una
melancolía que resulta incluso bella;
narrando sobre Tokio, que no se detiene,
que es una ciudad capaz de todo, que casi
se figura como un personaje más para
Yoshimoto, y en donde todo cabe, incluso “palabras que hablaran de soledad 2”.
2
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líneas. Los textos que conforman este volumen (que, además, cuenta con el
pequeño regalo kawaii de un posfacio a la edición española (pp. 157-158)) nos
ayudan a descubrir Japón, es cierto; y también -estoy seguro de ello- al hombre del
siglo XXI (sea japonés o no, aventuro a escribir). Otro de los cuentos, “Soñando con
kimchi”, creo que debería ser un relato obligatorio en los clubes de lectura, en las
materias sobre sociología o literatura japonesa en las universidades o en las salas
de espera de la Seguridad Social, donde tendría que reinar la buena literatura como
parte de los programas nacionales para la mantener la salud del ciudadano.
Yoshimoto despliega, una vez más, todo el poder de su estética minimalista, se nos
habla de infelicidad, pero también de
las consecuencias de elegir a alguien
y, por causa de esto, de dejar de elegir
a los demás.
Este almohadón
para quién será…
Crepúsculo de primavera. 5
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por su parte, autores más cercanos a nosotros, como Ippekiro Nakatsuka (1887-
1946), quien se revolvió contra el lenguaje del haiku anterior a él , que lo hizo más
extenso y lo difundió hacia ámbitos nunca arados, se muestra bastante más carnal.
Como muestra, un botón recogido en el costurero que es el libro que aquí reseño:
El césped ardiente;
y una mujer
de pechos hermosos.6
Y, es cierto, nos llega al español desde la traducción inglesa que Patricia Donegal,
junto a Yoshie Ishibaki, hicieron de los haikus en japonés, pero, aún en esas, es un
libro que el amante de esta estrofa podrá aprovechar bien. También la palabra de
Dios nos han llegado, por boca de su hijo, desde lo que éste dijo en arameo, que se
recogió luego en griego para luego ser pasada al latín y glosada a los oídos
“todoquisquiense” en castellano; y no discutimos que, tras ese trasiego de siglos y
de lenguas, algunos buenos granos de la cosecha nos hayan llegado a nosotros tras
la criba. A algunos les molestará y buscará un purismo que debieran aplicar a todas
sus acciones vitales, y no sólo a la lectura; yo, personalmente, me quedo con los
nuevos autores que nos presentan Donegal e Ishibashi (de los que ni siquiera
habíamos oído hablar en los libros publicados en español hasta ahora y de quienes
los editores nos dan una breve nota biográfica al final del libro de cada uno de
ellos), una introducción clara y bien expuesta que hace que uno se pare a pensar
sobre ese sentimiento raro que, en palabras del maestro Franco Battiato: “(ci)
prende, piano piano, per la mano”, y que es, incluso, cuantificable: “¿Cuánto me
quieres?” “Lo que dure la lectura de este libro” “Lo que dure la interpretación de
cada uno de sus versos”. El lector puede elegir, aún tenemos libertad.
Aunque el amor también pueda ser un motivo estético, no se recoge como tal en el
cabal libro de Laura Riccca (investigadora en la Università di Bologna), La
tradizione estética giapponese. Sulla natura della belleza 7. Otro libro bien enfocado
salido de la editorial romana Carocci, a quien hay que aplaudir su buen hacer en el
ámbito de los estudios de las culturas de Oriente. Yo ya he recomendado varias
monografías suyas a quienes andan metidos en investigaciones sobre manga y
6 DONEGAN, Patricia & ISHIBASHI, Yoshie (ed. y trad.), Op. Cit., p. 69.
7 Roma, Carocci editore, 2015 (189 pp.).
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anime -y creo que no erraba-, y ahora escribo pensando en quienes estudien temas
artísticos, pues -hasta donde yo conozco- no hay otro manual más completo que el
de Ricca. Así, el lector que ame Japón tiene aquí un buen motivo para aprender la
lengua de Dante. El libro de Ricca está lleno de datos necesarios, nos da las
respuesta a las preguntas que nos suscita el arte en Japón, cuya estética es un
puente directo hacia la preceptiva literaria8; nos ayuda a “saber ver” la belleza del
arte japonés, y ese saber ver (tan presente en la literatura nipona, que se
componen de kanjis, que no son sino imágenes que hay que saber ver, además de
leer) es el que sale de las manos del hombre y el que surge en buena parte del arte
japonés de manera espontánea, como regalo de la sagrada naturaleza, algo que, por
otra parte, nos aclara en gran medida la idiosincrasia de la fe vernácula del Japón,
el Shintoísmo.
8 Véase, por ejemplo, lo recogido en la primera parte del libro de: SASAKI, Kennichi (ed.), Asian
Aesthetics, Kyoto, Kyoto University Press, 2002.
9 RICCA, Laura, La tradizione estética giapponese. Sulla natura della belleza, Roma, Carocci editore,
2015, p. 19.