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Psicoanalisis y Aprendizaje PDF
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Los aprendizajes se logran cuando las estructuras cognitivas se articulan con las
desiderativas, que son las que estructuran el aparato psíquico (1). Esto significa que
cualquier irregularidad en la estructuración psíquica impacta en el proceso de
aprendizaje ocasionando modalidades atípicas en el aprender. A modo de ejemplo
podemos mencionar que si el grado de cohesión yoica no es el óptimo y se producen
desintegraciones del yo, el sujeto tendrá dificultades en lo cognitivo, para lograr la
noción de conservación del objeto; lo que dificultaría el desarrollo del pensamiento
lógico. En este mismo sentido un sujeto que no ha establecido claramente la
diferencia Yo no-Yo, presentará dificultades cognitivas en los procesos de
clasificación y seriación, perturbando también el pensamiento lógico.
Freud describe dos modos de funcionamiento, a los que llamó proceso primario y
proceso secundario.
Alguien que ha logrado identidad y que por lo tanto se diferencia de los otros,
Que comparte con los otros los códigos sociales que le permiten ingresar en el
registro simbólico.
“En función del proyecto de vida propio” lo entendemos como la posibilidad que
los saberes estén al servicio del proyecto de vida que cada uno tenga. Este proyecto
surge de reflexionar ante los interrogantes: “¿qué soy?” y ¿”cómo desearía ser?”. La
segunda pregunta nos plantea el ideal del yo. Y de esta manera nos vemos en la
obligación de interrogar al psicoanálisis para dar cuenta de algunas respuestas a estas
preguntas.
Si observamos la relación del niño con sus semejantes más cercanos (padres,
hermanos, abuelos...) podemos comprobar que no solo recibe de ellos la
confirmación de su identidad, sino también recibe de ellos el “no”, a través de
múltiples prohibiciones que empiezan a conformar una aproximación a las nociones
de “bien” y “mal”.
Esta valoración agrega algo más a la primera distancia mencionada. No solo la
refuerza sino que le dice al niño algo más. No solo ratifica la identidad, sino que
agrega el perfil del “buen niño” algo parecido a un ideal, al que el niño debe
aspirar. Del lado del niño esta valoración le permite conectarse con un ideal, y
empezar a apartarse del soporte que le brinda ese otro, el semejante, para
empezar a soportarse en el Otro, como lugar de la Ley que rige el
comportamiento humano. Esto es posible porque el niño advierte que las leyes
que rigen el intercambio entre las personas están por encima de ellas. Así
descubre que su mamá y su papá, antes omnipotentes soportes de su vida
infantil, también se someten a esas reglas que regulan la vida de su familia y
grupo que lo rodea.
Esta cuestión de la Ley también permite formar la noción de límite.
Así el niño advierte los límites propios y los de sus semejantes.
Este proceso lento y re-actualizado durante toda la vida permite la salida de esa
posición infantil de omnipotencia para pasar a una más adulta, con un ideal para
alcanzar y un proyecto para lograrlo (esto en términos psicoanalíticos se denomina
atravesamiento por la castración) (2).
(1) Ver: de Lajonquière, Leandro. De Piaget a Freud. Ed. Nueva Visión. 1996.
(2) Ver: Lacan, Jaques. Función y campo de la palabra y del lenguaje. Escritos 1. Siglo XXI.
1971.
(3) Ver: Freud, Sigmund. Introducción al Psicoanálisis. Obras Completas.
(4) Ver: Cordiè, Anny. Los retrasados no existen. Nueva Visión. 1994.