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REVISTA DE PENSAMIENTO

Y DEBATE DEL MUSEO NACIONAL


CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA

PRIMAVERA-VERANO 2010
5 EUROS

# 1 — Redes. Conceptualismos del Sur. Mujeres Creando. Haití 1804 — Carta de...
Valparaíso — Reverso. Desvíos de la deriva. Flávio de Carvalho — Documenta. Martín
Ramírez, José Val Del Omar — Portfolio. Horacio Zabala — Debate. Pamplona 72 —

Principio Potosí
Sumario nº1

REDES 3 Red de Conceptualismos del Sur


Manifiesto de la Red de Conceptualismos del Sur. Cartografías: Un itinerario
de riesgo en América del Sur, por Ana Longoni y Miguel A. López.
El Archivo Clemente Padín, por Fernando Davis.
Políticas de Archivo. Experiencias colectivas de la Red de Conceptualismos
del Sur, por Jaime Vindel, David Gutiérrez, Cristian Gómez Moya y Joaquín
Barriendos.

9 Mujeres Creando
En la piel de la ciudad. El grafiti de Mujeres Creando, por María Laura Rosa.
Un feminismo de impuras, por María Galindo.

16 Todos somos negros


La revolución haitiana de 1804, por Eduardo Grüner.

CARTA DE... 20 Valparaíso


Hacer sin esperanza, por Alejandro Gabriel Crispiani.
Valparaíso (auto)coreográfico, por Paulina Varas.

PORTADA 28 Principio Potosí


Bolivia, la historia alternativa, por Silvia Rivera Cusicanqui.
Ausencia determinada, por Alberto Moreiras.
El Noviciado del Infierno, por Esperanza López-Parada.
Arlequines y Polichinelas, por Chantal Maillard.

REVERSO 46 Desvíos de la Deriva


Un traje moderno para el hombre tropical, por Lisette Lagnado.
Volando sobre las costas brasileñas, por Flávio de Carvalho.

DOCUMENTA 54 Martín Ramírez


Arte y Locura, por José Luís Pardo. El margen Ramírez. Espejos de un
extranjero, primitivo e iletrado, por Luís Pérez-Oramas.

62 José Val del Omar


El que ama, arde, por Eduardo A. Russo.
Luz táctil. Música callada, por Eugeni Bonet.

PORTFOLIO 68 Horacio Zabala. Anteproyectos.

74 Efrén Álvarez. Las memorias del mono.

DEBATE 76 Pamplona 72
La invasión de los tomates asesinos, por Francesc Torres.
El carnaval de la comunicación, por José Díaz Cuyás.
El resto es silencio, por Jorge Fernández Guerra.
Una postradición paradójica, por Juan Luís Moraza.
El origen y el fin, por Jesús Carrillo.
EDITORIAL

¿Pueden los museos ser críticos?


Manuel Borja-Villel
Director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

L
a crítica institucional es seguramente la misiblemente vinculado al poder y que los museos, valores eternos del arte y de la cultura. Los mu-
más institucional de las críticas. No po- como lugares privilegiados en los que éste se mues- seos se ven hoy ante la alternativa de trabajar en
día ser de otro modo. Mientras que los tra y se hace valer, son máquinas de reproducción un sentido o en el otro.
artistas con una producción fácilmente social más que de cambio y transformación? Uno de los rasgos distintivos del artista mo-
comercializable no necesitan en sentido estricto Sabemos desde Michel Foucault que el discur- derno fue adoptar estrategias de resistencia que
de la institución, los que realizan un análisis críti- so y sus dispositivos institucionales no son los ins- impidieran la absorción instantánea de su trabajo
co del sistema, al margen del mercado, encuentran trumentos de un poder que opera por detrás de un en la corriente general de los signos. Tras los fra-
en el museo su misma condición de posibilidad, por modo oculto, sino que ellos mismos son el poder. casos revolucionarios del siglo XIX y la expansión
lo que difícilmente pueden escapar de las lógicas No son neutros o inocuos, sino que marcan los cau- imparable de la cultura del consumo y el espectá-
de funcionamiento y del aparato ideológico que es ces por los que discurre nuestro destino. Carece de culo, los artistas cifraron en dicha resistencia la
objeto de su crítica. No se nos escapa que la crí- sentido una práctica artística cuya función sea me- posibilidad de generar una práctica plausible tanto
tica institucional se ha convertido en una de las ramente revelar aquello que las instituciones es- desde el punto de vista poético como desde el punto
formas de hacer artístico más significativas de las conden, como si la verdad fuese algo que estuviese de vista político. Es lo que Mallarmé denominará
últimas décadas, una auténtica línea de fuerza en ahí, accesible simplemente con retirar el velo que “acción restringida”. Esta consiste en una resis-
plena era neoliberal, que hace patentes las ambiva- la cubre. Ello es fruto de una concepción idealista tencia interior, estructural a ser absorbido: aque-
lencias de la cultura en la sociedad actual. ¿Cómo del arte que ignora que dicha “verdad” no es algo lla que adoptó Duchamp, al decidir transformar
se puede ser crítico desde la propia institución? establecido de antemano, sino que responde a una los ready-made en pequeños objetos reificados de
A nadie se le escapa la voracidad del sistema y su conjugación de poderes y a un dispositivo del que la Boîte en valise, o cuando Mallarmé buscó en los
capacidad para cancelar la propia crítica. En una la propia crítica forma también parte. Nos parece entresijos del lenguaje transformar radicalmente
época en la que el conocimiento está en la base de que hoy es mucho más pertinente aquel arte que el propio dispositivo en una obra abierta. El extra-
nuestro sistema económico y en el que se generan e se desarrolle a partir de nuevas formas de relación ñamiento y la resistencia, frente a la transparencia
intercambian subjetividades con la misma fluidez y que sea capaz de generarlas. Esto no es nuevo en de lo dado, no irían destinados a inhibir la acción,
con la que mercadeamos con marcas y productos absoluto, los constructivistas soviéticos y tantos sino que generarían el espacio mental y sensorial
comerciales, no nos sorprende que la crítica sea otros artistas desde Marcel Duchamp a Marcel desde el que proyectar la acción en otros ámbitos.
percibida más como un feedback que abre poten- Broodthaers, pasando por Lygia Clark, hicieron de Dista de ser evidente el modo en que el sistema
cialidades y fortalece los flancos de la institución, ello su bandera durante el largo siglo XX. Más que del arte y la cultura pueden seguir operando tal
que como un peligro real. Si en el período moderno la circularidad sin salida de la crítica institucional, reordenación de lo sensible, tal apertura desde la
los regímenes autoritarios se mostraban inflexi- la práctica artística de hoy debe hacer causa común resistencia en la situación actual. Para algunos, el
bles ante cualquier opinión que pudiese poner en con una institucionalidad crítica, es decir, aquella modernismo norteamericano, de la mano de Cle-
peligro una estructura de poder determinada –las que se cuestiona a sí misma, a la vez que cuestiona ment Greenberg, pervirtió definitivamente el sen-
distopías de George Orwell en 1984 o en Animal las formas específicas en que se organiza lo social, tido de este gesto convirtiéndolo en un principio de
Farm–, en nuestra modernidad desbordada, la cen- mediante la propuesta imaginativa de espacios y enajenación respecto a todo proceso externo, neu-
sura deja de ser necesaria. Como decía J.G. Ballard modelos de agenciamiento diferentes. tralizándolo y poniéndolo al servicio de la élite y el

U
en Kingdom Come, no hay nada que censurar, ya capital. Con el fin de superar este caveat, repetido
que cualquier operación acaba siendo reducida a na obra de arte no es política por sus hasta la extenuación por la crítica institucional,
la transacción de la máquina registradora. contenidos, sino por su propia estruc- reivindicamos la necesidad de repensar desde el
¿Será cierto que los museos han dejado de ser tura como obra de arte y por su ins- museo la potencia de la “acción restringida”, par-
lugares de educación y conocimiento y que, atra- cripción como tal dentro de un sistema tiendo de la consciencia de que el propio museo es
pados por la redes de la sociedad del espectáculo, simbólico y cultural específico. Como nos recuerda hoy el dispositivo en cuestión, sin solución de con-
han convertido en una mera impostura su tradi- Jacques Rancière, una pieza de literatura es po- tinuidad con aquellos otros que alberga, las obras
cional defensa de los más altos valores cívicos? No lítica porque es literaria: por permitirnos conce- singulares. Herencia y producto privilegiado de la
podemos ignorar que los museos han adquirido su bir y experimentar una división alternativa de lo Ilustración, los museos han sido, y siguen siendo,
reciente centralidad de la mano del poder político sensible. No se trata de una cápsula situada fuera ciegos a esta circunstancia y continúan concibién-
y económico que utiliza su prestigio cultural y su del mundo “real”, que sirva de escape fantasioso dose a sí mismos como un vehículo transparente y
notoriedad mediática para disfrazar, adornar o le- del encorsetamiento social y disuada de cualquier neutro –el cubo blanco– que tiene la misión de pre-
gitimar sus operaciones. Su vinculación con el po- posibilidad de contestación. Todo lo contrario: su servar y transmitir intactas las esencias eternas
der es evidente tanto en su versión liberal america- efectividad poética y política deriva de su capacidad del arte. Las variantes museísticas de las últimas
na, como en la versión pública europea. Proyectos de invocar la experiencia de otro mundo posible, a décadas no dejan de ser una versión postmoderna,
como los del Guggenheim y Louvre en los Emiratos la vez que la urgencia de sacudirse las estructuras espectacular y banalizada de ese mismo modelo.
Árabes son ante todo operaciones de naturaleza caducas de lo dado. Esto no se produce de una vez El proyecto del Reina Sofía está orientado ha-
política y económica. Pero, ¿qué hay de nuevo en para siempre, el sentido de la obra de arte, como el cia la transformación crítica del museo. Una trans-
todo esto? ¿No es igualmente cierto que el expre- de cualquier otro signo, está en perpetua negocia- formación que nunca llega del todo a su objetivo,
sionismo abstracto fue utilizado como avanzadilla ción y en una relación de intertextualidad abierta pero que permanece siempre en proceso. Esta se
artística en la política exterior americana o que el con múltiples y cambiantes estratos discursivos y opera a distintos niveles. El primero y más general
régimen de Franco utilizó hábilmente el desgarro diferentes niveles de interpretación y de acción. se refiere a su modelo de educación. El museo ha
existencial de los artistas españoles vinculados al Es fundamental generar dispositivos narrativos y sido, por su ideario ilustrado, una institución pe-
informalismo para promover la idea de una Espa- mantener vivas estructuras de interpelación que dagógica destinada a formar sujetos más libres y
ña pretendidamente moderna? ¿Será cierto que, impidan, como temía Benjamin, la cristalización y por ello más felices. Esta misión lo hizo copartícipe
después de todo, el arte de vanguardia está irre- fijación de significados espurios en nombre de los en la construcción disciplinaria de subjetividades

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 1


EDITORIAL

normalizadas y en la governance general de la so- implica el mantenimiento de una continua nego- a partir de la conquista española, así como de los
ciedad. Hoy cumple estas funciones mediante la ciación que no puede resolverse nunca en una defi- particulares modos de antagonismo y resistencia
reproducción de un perfil de visitante integrante nitiva absorción o en la cristalización de la relación resultantes. Los textos e imágenes que contiene la
de una masa consumidora indiferenciada, que en una transacción económica. Tal negociación, revista no se limitan a explicar el proyecto exposi-
asiste pasivamente al espectáculo de la cultura, basada en el reconocimiento del otro, subvierte tivo de Alice Creischer, Andreas Siekmann y Max
sin tener el más mínimo resquicio para interrogar desde dentro tanto el principio paternalista de la Hinderer, sino que argumentan discursivamente
o interrogarse ante aquello que se le ofrece. Los pedagogía ilustrada, como la tendencia neoliberal a la pregnancia y persistencia de una modernidad
modelos más sofisticados de museo participati- neutralizar mediante su empresarialización la di- barroca, teatral, en donde las imágenes de la ex-
vo o relacional no hacen sino ajustar este perfil mensión política de las nuevas subjetividades. plotación se mezclan y entrecruzan con las de la

L
a un supuesto cambio de paradigma que exige la resistencia en un irresoluble juego de espejos.
reproducción de un sujeto proactivo adaptado al a revista Carta que ahora ponemos en La locura, nos contó Foucault, es el otro ne-
nuevo sistema de producción postfordista. En vez marcha no es un mero portavoz de las cesario de la ratio moderna. El entrecomillado de
de pugnar por ocupar el horizonte ideológico de propuestas que tienen lugar dentro del esta devuelve dimensiones inquietantes y cerca-
lo contemporáneo, en un gesto conscientemente museo, sino que se concibe como parte nas a la mirada del excluido, en este caso el artista
anacrónico, el Reina Sofía vuelve críticamente so- integral del mismo proyecto de interpelación so- Martín Ramírez, que desarrolló su trabajo creativo
bre los principios ilustrados del proyecto educativo cial, que no puede prescindir del potencial discur- dentro de los marcos de reclusión de una institu-
moderno al reivindicar la figura del visitante como sivo y crítico del medio impreso. En ella aparecen, ción mental. El filósofo José Luis Pardo aplica su
sujeto político; un agente que ve enriquecidas y es- en primer lugar bajo el epígrafe Redes, las voces agudo análisis a desgranar las claves de la locura en
timuladas sus capacidades críticas a través de una de aquellos otros que comparten proyectos con el la modernidad y aporta nuevas herramientas para
experiencia de la diferencia, de la discontinuidad, museo a partir de la afirmación de su soberanía entender esta última. Otro “otro” de la ortodoxia
que pone en entredicho la ligazón transparente y autonomía respecto al mismo. En este número moderna es el carnaval, la desestabilización y el
entre un presente incuestionable y la imagen fija inicial, estas voces no podían ser otras que las de desorden provisional de lo dado, que revela obli-
del pasado que a menudo transmiten los museos. los miembros de la red Conceptualismos del Sur, cuamente y recurriendo a lo grotesco, las imágenes
La misión pedagógica del museo es la de estimular que articula una constelación de investigadores vedadas de lo social. Los Encuentros de Pamplo-
actitudes refractarias frente a la cristalización de de América Latina y España, que trabajan para na, hito singular de la vanguardia internacional
imágenes paralizantes de la realidad que permitan invertir las dinámicas de expropiación del patri- en la España del tardo franquismo, fue objeto de
atisbar horizontes alternativos de sentido. monio inmaterial y la memoria del activismo ar- una rigurosa relectura en la exposición que comi-
Estas operaciones de puertas adentro serían tístico y político latinoamericano desde finales de sarió José Díaz Cuyás. La multiplicidad de voces
solo una bienintencionada excepción dentro de la los sesenta. Además de estos objetivos concretos, contrapuestas, los travestimientos múltiples, la
diseminación generalizada del nuevo catecismo nuestra colaboración con la red pone a prueba unos aparición de actores insospechados, así como el
ideológico, si no se abordara simultáneamente una nuevos patrones de política cultural, no colonialis- propio desarrollo festivo de los Encuentros impi-
relectura crítica de los principios mismos de legiti- tas, a la vez que propone una noción de patrimonio den la cristalización de aquel evento como origen
midad y autoridad cultural, que sustentan el museo cultural no basada en la propiedad material de los de una pretendida modernidad española, pero a
mediante un reconocimiento de facto de la urgen- objetos –en este caso, fundamentalmente docu- la vez nos devuelven la posibilidad de interpretar
cia de renegociar el contrato social de la cultura. mentos-, sino en el libre acceso a un archivo de lo dicha modernidad de otro modo, un modo en que la
Intentos previos de derribar los muros del museo común no sujeto a las convenciones de lo privado máscara, lo grotesco y la anamorfosis forman parte
desde fuera acabaron en una absorción y neutrali- y de lo público. consustancial del todo. Esta inclusión no es un ges-
zación de la disidencia. Los bárbaros, sin embargo, Carta propone un mapa geopolítico alternati- to vacío de intención, sino que pretende introducir
ya no vienen, o tal vez se infiltraron hace tiempo en vo a las dinámicas centro-periferia que han domi- un ingrediente de apertura en una narración his-
el corazón mismo del museo, a través de la asimila- nado el sistema de la cultura. Así nuestra geografía toriográfica aparentemente cerrada, como es la del
ción de las lógicas del neoliberalismo. Lo que hay particular reconoce un foco intenso de enuncia- arte contemporáneo español. Carta busca activar
“afuera” es una multitud de agentes individuales y ción en Valparaíso, a orillas del Pacífico, desde don- dicha posibilidad para hacer visibles las posiciones
colectivos dotados de una potencia de producción de se nos da cuenta de un desvío y una deriva del discordantes y las disensiones que provoca actual-
cultural y creativa inaudita en otros periodos. Esta proyecto moderno en América Latina, el que ilus- mente la interpretación de los Encuentros.
se realimenta y distribuye en circuitos aparente- tra la exposición comisariada por Lisette Lagnado Carta es una pieza más en ese dispositivo crí-
mente autónomos y autosuficientes, pero desde sus con la colaboración de María Berrios. Además de tico y autocrítico que pretende ser el museo. No lo
mismos modos de hacer proyecta una nueva divi- la propuesta pedagógica de la escuela de arquitec- es por la acogida de contenidos críticos, sino por
sión de lo sensible que se objetiva de forma política tura de Valparaíso, Carta nos habla también de la introducir el cuestionamiento y la apertura en el
en demandas y dinámicas antagonistas de nuevo relectura lúdica y transgresora de los brasileños interior de sus operaciones. Su lectura, como la vi-
cuño. Las industrias creativas primero, y tras ellas Flavio de Carvalho y Lina Bo Bardi de la doctrina sita a nuestra colección, a nuestras exposiciones
las instituciones culturales, han sido las encarga- europea de Le Corbusier. La impugnación de los o a las actividades que programamos, suscita una
das de absorber esa energía dentro de un sistema de patrones dominantes de interpretación de la mo- inquietud ante la naturaleza de la cultura contem-
producción y de explotación del trabajo, el llamado dernidad se exacerba en otro proyecto, Principio poránea, que los museos normalmente pretenden
capitalismo cognitivo, que ha generado un nuevo Potosí, que encuentra su proyección discursiva en eludir, reconduciendo toda experiencia hacia el
tipo proletariado precario. Ante este panorama, los textos de Alberto Moreiras y de la antropóloga ocio. Dicha inquietud debería ser un fermento de
el museo está ensayando protocolos de actuación y activista indígena Silvia Rivera Cusicanqui. Aquí, posiciones críticas que se proyecten más allá de
y trabajo en red, basados en el reconocimiento de no solo se recoge una lectura alternativa de la mo- los muros del museo: unos muros que deseamos
estos individuos y grupos como agentes culturales dernidad, sino una denuncia radical del principio se trasmuten en puntos de referencia provisiona-
y como sujetos políticos en términos de igualdad y de explotación y dislocación social y cultural que les en la triangulación de nuevos espacios sociales
no como una mera subcontrata de servicios. Ello supone la implantación del capitalismo moderno más abiertos y libres. x

CARTA
Director Consejo Editorial Diseño y edición Impresión
Manuel Borja-Villel María Luisa Blanco, Manuel MKL Diseño Gráfico TF Impresores
Borja-Villel, Jesús Carrillo, Ramón Reboiras
Directora Editorial Lynne Cooke, Chema Encuadernación
María Luisa Blanco González, Georges Didi- Maquetación Ramos
Huberman, Ana Longoni, Julio López, Luis Palop
Rosario Peiró, Teresa ISSN:
Velázquez Redactores y NIPO: 553-10-013-X
colaboradores DEP. LEGAL:
Coordinador de Teresa Ochoa de Zabalegui,
contenidos Mercedes Pineda, Mafalda
Jesús Carrillo Rodríguez, Ángel Serrano

2 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes
PROYECTOS / INVESTIGACIÓN / ACCIONES / HISTORIAS

objetivo principal de la Red es, en con- Grabado de Hélio


secuencia, reivindicar la presencia de la Oiticica para el libro
MANIFIESTO “Alias” donde recoge
memoria sensible de aquellas experiencias su pensamiento

Red Conceptualismos del Sur. para que ésta se convierta en una fuerza
antagonista en el marco del capitalismo
cognitivo actual. 
crítico. Projeto Hélio
Oiticica.

Quiénes somos, dónde estamos, La Red Conceptualismos del Sur es cons-


ciente de que los museos, los coleccionis-
tas y las instituciones artísticas públicas
qué queremos y privadas que participan del sistema in-
ternacional de arte contemporáneo están
inmersos en una fuerte disputa en torno a
la visibilidad, la pertenencia y la gestión de
La Red Conceptualismos del Sur es una han visto interrumpidos por la superposi- tales patrimonios artísticos y experiencias
plataforma internacional de trabajo, pen- ción continua de diversos mecanismos: la políticas. No es gratuito por lo tanto que,
samiento y toma de posición colectiva. Se inoculación de la memoria colectiva desde desde hace algunos años, asistamos a un ge-
fundó hacia finales de 2007 por un grupo de los aparatos de Estado, el olvido defensivo neralizado proceso de institucionalización
investigadores y artistas preocupados por asimilado por la sociedad civil, la despoliti- y canonización de los archivos, documentos
la necesidad de intervenir políticamente en zación de las subjetividades en su reacomo- y demás restos materiales e inmateriales
los procesos de neutralización del potencial do dentro de las economías neoliberales, la derivados de dichas prácticas conceptuales.
crítico de un conjunto de prácticas concep- estetización de la contracultura, etcétera. Nuestro propósito de reconectar con dichas
tuales que tuvieron lugar en América Latina A más de treinta años de la irrupción de las experiencias para reactivar su potencia
a partir de la década de los sesenta. dictaduras en buena parte de América La- revulsiva toma como punto de partida la El objetivo
La Red Conceptualismos del Sur considera tina, su efecto traumático sigue sofocando necesidad de incidir en este territorio en principal
que, de la misma manera que sucedió con la vida pensante de nuestras sociedades e pos de revertir estas y otras estrategias de de la Red es
otros proyectos emancipatorios, la potencia inmunizando la potencia poético-política neutralización.  reivindicar
revulsiva de dichas prácticas conceptuales de aquellas experiencias.  En este escenario, la Red Conceptualis-
quedó desarticulada por la fuerza de la vio- La Red Conceptualismos del Sur sur- mos del Sur se postula como una posibilidad
la presencia
lencia de Estado. Los diferentes intentos de gió  con la intención de contribuir a la diferente de pensar, hacer, tomar partido, de la memoria
reactivación de esta potencia disruptiva se reactivación de dicha potencia crítica. El concebir, exhibir e historiar políticamente sensible

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 3


redes

“Sea marginal”, una la fuerza disruptiva y la capacidad crítica


de las proclamas de
de las prácticas artísticas conceptuales la-
desobediencia civil
más célebres de tinoamericanas.
Oiticica, testimonia Frente a la necesidad perentoria de in-
la muerte de su amigo cidir críticamente en las circunstancias ac-
“Cara de Caballo” a
manos de la policía
tuales, la Red viene articulando una serie
en Río de Janeiro. de iniciativas que podrían resumirse en las
Projeto Hélio Oiticica. siguientes cuatro orientaciones de nuestro
trabajo, que han sido concebidas como zo-
nas indisociables entre sí.

Políticas de investigación. Asumimos que


investigar es ante todo un ejercicio político
y no meramente académico. Investigar para
nosotros es restituir, nombrar y producir
sentido en torno a un conjunto de experien-
cias poético-políticas cuya potencia crítica
ha sido anulada. Esto implica confrontar
y hacernos cargo de las tensiones ocasio-
nadas por las políticas del olvido, así como
abordar también la instrumentalización del
pensamiento y de la creación en el contexto
del capitalismo cognitivo actual. La Red se
asume por lo tanto como una parte crítica
y activa en el nuevo diagrama geopolítico
de las fuerzas globales de la economía cul-
tural.

Políticas de archivo. Queremos generar y


apoyar iniciativas de constitución, preser-
vación y derecho al uso público de aquellos
acervos documentales conectados con di-
chas experiencias. Queremos generar un
circuito de Archivos en Red, que socialice
y facilite el acceso público a los documen-
tos. Creemos en la urgencia de intervenir
colectiva y decididamente para impedir
La Red que continúe el expolio, el saqueo o la
promueve y destrucción de documentos, colecciones Experimentos de activación. Queremos abarcar publicaciones, proyectos expo-
establece y demás formas de bienes patrimoniales. generar estrategias de acción que actualicen sitivos, discusiones públicas, iniciativas
diferentes Pensamos que las políticas de constitución la potencia contaminadora y revulsiva de di- museológicas, u otros dispositivos de
formas de de los archivos no sólo deben coincidir con chas experiencias. Esto implica ir más allá publicitación que desborden el territo-
el reconocimiento de las secuelas del colo- de su mera visibilidad, no sólo porque dichas rio del arte.
alianza, nialismo, sino también con la presencia de prácticas son irreducibles a su mera objetua- Cualquiera que sea su formato, estas in-
colaboración la colonialidad en la América Latina con- lidad, sino porque lo que nos interesa es co- tervenciones tienen el objetivo de poner
o cooperación temporánea. Insistimos –más aún en la nectarlas de forma viva con el presente. en marcha nociones diferentes de historia,
con otros actual coyuntura política que atraviesan Nos queremos asumir como un la- de acervo y de transmisión de los saberes y
varios países en el continente– en la ne- boratorio de experimentación capaz de las potencias así interpelados. x
sujetos cesidad acuciante de generar políticas de
individuales Estado coincidentes y coordinadas en pos
y/o colectivos de establecer una red de archivos pública y
descentralizada. Integran la Red Conceptualismos del Sur (hasta hoy):
Producción de memoria de la experien- Halim Badawi, Bogotá; Joaquín México; Marcelo Expósito, Fernanda Nogueira, São Paulo/
cia. Rastrear, reunir, organizar y reinterpre- Barriendos, México/Barcelona; Barcelona/Buenos Aires; Barcelona; Soledad Novoa,
tar los documentos producidos por dichas Assumpta Bassas, Barcelona; Fernando Fraenza, Córdoba; Santiago de Chile; Luisa
Patricia Betancur, Montevideo; Cristina Freire, São Paulo; Ordóñez, Bogotá; Clemente
experiencias es necesario pero insuficiente
Marcus Betti, São Paulo; Isabel García, Santiago de Padín, Montevideo; Juan Pablo
ya que, en sí mismas, estas labores sólo per- Manuel Borja-Villel, Madrid; Chile; Pilar García, México; Pérez Rocca, Buenos Aires;
miten el acceso a su exterioridad formal y a Carina Cagnolo, Córdoba; Cristián Gómez Moya, Alejandra Perié, Córdoba;
sus consabidas representaciones. Para des- Graciela Carnevale, Rosario; Santiago de Chile; Júlia Reboucas, Minas Gerais;
bloquear su potencia crítica interrumpida Jesús Carrillo, Madrid; Chema González, Madrid; Cristina Ribas, Rio de Janeiro;
es necesario que también su memoria in- María Fernanda Cartagena, David Gutiérrez, Bogotá; Suely Rolnik, São Paulo;
material sea confrontada. Es indispensable Quito; Fernanda Carvajal, María Iñigo, Madrid; Juan Carlos Romero, Buenos
Santiago de Chile/Buenos Aires; Jens Kastner, Viena; Aires; Sylvia Suárez, Bogotá;
por tanto recuperar el registro sensible de
Helena Chávez, México; Syd Krochmalny, Buenos Aires; Mabel Tapia, París/Buenos
la experiencia y los afectos que de ellas de- Lía Colombino, Asunción; Ana Longoni, Buenos Aires; Aires; Emilio Tarazona, Lima;
vienen como una forma de intervención di- María Clara Cortés, Bogotá; Miguel López, Lima/Barcelona; Paulina Varas, Valparaíso;
recta en el olvido. Hacerlo implica, a su vez, Fernando Davis, La Plata/ William López, Bogotá; Ana Vidal, Bahía Blanca;
rehabilitar la fuerza disruptiva del contexto Buenos Aires;María de los Antoni Mercader , Barcelona; Jaime Vindel, León/Madrid;
cultural en el que tuvieron sus condiciones Ángeles de Rueda, La Plata; Octavio Mercado, México; Rafael Vital, São Paulo;
de posibilidad. Felipe Ehrenberg, São Paulo/ André Mesquita, São Paulo; Isobel Whitelegg, Londres.

4 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

las funciones de una institución, pública o


RED CONCEPTUALISMOS DEL SUR privada, una definición que extraemos de
Estado de los archivos de arte crítico en Co-

Cartografías. Un Itinerario lombia (1963-81).En cada caso, precisamos


dónde está ubicado el archivo en cuestión,

de riesgo en América del Sur


cuál es su origen, quiénes son los interlo-
cutores posibles, qué material reúne, por
qué es relevante, cómo se resguarda y qué
políticas de consulta y apertura al público
sostiene.
El proyecto ‘Cartografías’, impulsado por la de lo latinoamericano. A nivel regional, ya La segunda zona es una cronología de
Red Conceptualismos del Sur desde 2007, algunas inicitaivas locales como el proyecto acontecimientos clave desde 1950 en ade-
constituye un trabajo colectivo de investi- Micromuseo en Perú o el Museo del Barro lante. Sospechamos que fuera de cada país
gación en torno al estado de archivos y de en Paraguay (fundado en 1980, aunque con –e incluso dentro de él– las producciones,
documentación de episodios de arte crítico antecedentes desde 1972) están logrando prácticas, ideas e intervenciones de muchos
desde 1950 en América del Sur. El proyec- catalizar no sólo una reflexión epistemo- artistas, gestores, críticos y teóricos no ca-
to surgió ante la urgencia de activar nue- lógica sobre este campo, sino además, una nónicos (e incluso algunos no canónicos
vos circuitos de intercambio y producción apuesta museográfica que desjerarquiza las que fueron finalmente canonizados por el
crítica ubicados por fuera de las agendas lecturas tradicionales de lo estético, al mis- sistema artístico) se desconocen parcial o
metropolitanas del arte. El objetivo es des- mo tiempo que cuestionan la noción de arte totalmente.
plegar y reforzar la operatividad simbólica contemporáneo entendida en el sentido abs- Además de consignar brevemente el
que renovadas tramas de acción local (co- tracto y universal del contexto occidental. acontecimiento clave, incluimos informa-
lectivos de trabajo, espacios independien- Son todas estas experiencias las que po- ción acerca de quiénes han investigado
tes, investigaciones y nuevas instituciones) nen en escena el carácter discontinuo de la cuestión y qué bibliografía al respecto
habían ya comenzado en distintos puntos la propia historia (y de la política) y cuya puede consultarse, así como en qué archi-
del continente. El proyecto propone trazar emergente simbiosis con lo urbano, duran- vos existen fuentes para documentarlo. En
un conjunto de herramientas conceptuales te las últimas décadas, revela nuevas fisuras varios casos, por supuesto, no existen inves-
y metodológicas que apuestan por generar situadas tanto dentro como fuera de la tra- tigaciones o no han sido localizados fondos
nuevas lógicas de conservación y políticas dición del arte y de sus mecanismos, en su documentales, pero justamente el ejercicio
de trabajo en torno a los acervos artísticos. permanente voluntad de “participar, discu- cartográfico posibilita el señalamiento de
El proyecto hace frente a la ausencia de tir e intervenir en los debates de la cultura vacíos de las fuerzas críticas más radicales
políticas locales en materia de archivos, así contemporánea a través de un uso experi- en la memoria, y por ende la posibilidad de
como a la creciente apetencia por parte del mental de los medios con vista a potenciar configurar nuevos diagramas de interven-
mercado internacional de los fondos docu- su campo discursivo”, tal y como afirma Ma- ción.
mentales latinoamericanos y su instalación ría Fernanda Cartagena en su documento-
en instituciones de países centrales, des- informe para este proyecto titulado Estado Fases. El proyecto, cuya primera fase ha
plazando los legados culturales a escenarios de los Archivos de Arte Contemporáneo en sido financiada por el MACBA y la segunda
ajenos y distantes a ellos. Ecuador. por la SEACEX y el MNCARS, se ha desa-
En cuanto a la lábil noción de arte crítico, Nuestra apuesta es generar nuevas uni- rrollado en dos fases que han permitido la
elegida para nombrar o definir el universo dades de sentido que logran dibujar un elaboración de siete cartografías nacionales:
de prácticas artísticas que nos interesa do- mapa cuyas definiciones geopolíticas (te- Argentina, Brasil, Chile, Colombia Ecuador,
cumentar, investigar y recuperar, recurri- rritoriales y nominales) se encuentren en Paraguay y Perú. En total, en ambas fases se
mos no a una categoría cerrada sino al uso permanente crisis. revelaron 90 archivos en Colombia, 35 en
táctico y provisorio de un concepto abierto, Cartografías propone así reconsiderar Ecuador, 31 en Perú, 26 en Argentina, 21 en
puesto en relación con lo experimental, lo experiencias cuya fuerza radica en su po- Paraguay, 17 en Chile y 12 en Brasil, más una
conceptual, lo disidente, lo antagonista y tencial fricción con el orden en una mul- serie de fondos documentales pequeños.
otros énfasis. Los episodios cartografiados tiplicidad de escenarios. Episodios que Entre ellos hay archivos institucionales
dan cuenta de experiencias muy disímiles habían quedado al margen, desclasificados estatales o privados, autónomos o ubica-
entre sí, y su condición crítica puede aludir o silenciados en sus propios escenarios, dos en museos, universidades, bibliotecas,
tanto a una postura explícita frente al arte manifestaciones tradicionalmente no mu- etc. Hay archivos personales (de artistas o
y la política, como a una referencia menos seificables, muchas veces sin registro visual en manos de artistas, galeristas, investiga-
evidente. O bien ser un efecto de lectura ni escrito alguno. dores, críticos, o bien de sus herederos o al-
retrospectivo. Algunas de estas prácticas baceas). Hay pocos archivos ya instituidos,
manifiestan su voluntad de confrontar o in- Estructura. Cada cartografía nacional, de reconocidos como espacios de consulta des-
cidir desde el arte sobre las condiciones de las siete ya realizadas desde 2007 hasta hoy, de hace años, y muchos archivos en proceso
existencia, poniendo en cuestión, reformu- se estructura en dos zonas. La primera da de constituirse, cuya existencia se ignoraba
lando o desbordando la noción instituida de cuenta de los archivos existentes (sean es-
Cartografías al iniciar este trabajo. Hay archivos abiertos
obra, arte y artista, a la vez que la concep- tos institucionales o iniciativas particulares se propone a la consulta pública, algunos restringidos
ción y los modos de hacer de lo político. de artistas o investigadores, públicos o pri- reconsiderar y otros directamente clausurados a causa
En otros casos, la apuesta crítica se cons- vados, consolidados, incipientes, planeados experiencias de distintos factores. Hay archivos en bue-
tituye a partir de las emergencias simbóli- a futuro o en riesgo inmediato por la pre- nas condiciones de preservación y otros,
que habían
cas surgidas desde la cultura popular y la cariedad de sus condiciones), y señala qué en franco riesgo. Los recursos con los que
cultura indígena, cuya concepción de lo es- posibilidades existen de superar su inexis- quedado al cuentan tienden a ser insuficientes, y sus
tético altera y conmueve radicalmente los tencia o no constitución. Entendemos en margen, depositarios prevén en varios casos que su
parámetros de la historia del arte tal cual este sentido que archivo es un conjunto de silenciadas destino será la donación a alguna iniciativa
la conocemos. En este sentido resulta re- documentos reunidos por el interés para la o desclasifica- local o bien la institucionalización del pro-
velador que varios de los países con un alto investigación, intelectual o profesional de pio archivo.
índice de comunidades indígenas como un coleccionista, un artista, un investigador
das de sus Definimos en cada caso y en base a ese
Paraguay, Ecuador, Bolivia y Perú se hallen o un galerista constituido en una trayecto- propios diagnóstico situaciones prioritarias de reci-
excluidos de las más recientes narraciones ria profesional, o bien para el desarrollo de escenarios bir atención o políticas específicas por parte

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 5


redes

de la Red, conjugando variables como la im- La ausencia chivos, los incentivos para la investigación a colecciones de documentos con valor pa-
portancia del archivo, el riesgo de pérdida sobre acervos de artistas como el uruguayo trimonial, difundiendo la memoria en be-
o escasez
(por las deficitarias condiciones de pre- Clemente Padín o el argentino Juan Car- neficio de investigaciones y estudios locales
servación o la imposibilidad de resguardo de recursos los Romero, la articulación de un proyec- y extranjeros.
por parte de sus poseedores) y la afinidad materiales to a gran escala de relectura de escrituras En un sentido similar, en Brasil y en Pa-
de los responsables del archivo con los ali- y la insufi- críticas producidas entre los años 50 y 80 raguay se viene intentando impulsar distin-
neamientos políticos de la Red. ciencia de en América Latina (el caso del teórico pe- tos acuerdos con los gobiernos regionales
ruano-mexicano Juan Acha, el crítico bra- y el Estado para alcanzar las condiciones
Diagnóstico. Más allá de las diferencias políticas sileño Frederico Morais, el crítico y gestor políticas, jurídicas y culturales que per-
nacionales, es compartida la debilidad ins- públicas son brasileño Walter Zanini, el artista argentino mitan poner en operación normativas que
titucional en materia de archivos y centros patrones Roberto Jacoby o el teórico paraguayo Ticio regulen el tránsito y la comercialización de
de documentación. La ausencia o escasez compartidos Escobar) y la investigación en curso sobre documentos, obras y registros tomando en
de recursos materiales y la insuficiencia redes artísticas alternativas en torno a la cuenta las necesidades específicas de este
de políticas públicas de preservación de poesía visual y el arte-correo en los años 60 tipo de acervos. Sensibilizar a la sociedad
los documentos son ciertamente patrones y 70, por citar los más importantes. en torno a las consecuencias que supone la
compartidos. Se trata de materializar estructuras de compra de archivos de arte por coleccionis-
Por otra parte, la existencia de valio- producción que no estén signadas por la tas privados y entidades extranjeras es otro
sas iniciativas independientes, tanto in- subordinación y la verticalidad con que de los objetivos.
dividuales como colectivas, son las que ciertas dinámicas Norte-Sur han marcado Durante 2010 se pondrá en marcha una
rescatan documentos, los organizan y los la incorporación domesticada de la peri- tercera fase del proyecto, encarando las car-
disponen a la consulta pública, en muchos feria a los relatos canónicos. Varios de es- tografías de Bolivia, Venezuela y Uruguay,
casos sostenidas exclusivamente a costa del tos proyectos de investigación están ya en que permitirá culminar con el rastreo de
trabajo voluntario y en condiciones mate- marcha y se prevé su visibilidad a través de archivos y episodios clave en América del
riales precarias. A veces son las investiga- publicaciones, exposiciones, talleres, se- Sur. La culminación de esta tercera etapa
ciones las que generan en América Latina minarios y otros dispositivos de activación permitirá la preparación colectiva de una
archivos, en la medida en que llaman la de la memoria sensible durante 2010-2012 publicación que recoja las observaciones
atención sobre acontecimientos inexplo- en distintas ciudades de América Latina, el y diagnósticos de los informes y las cro-
rados, y otorgan legibilidad a sus escasos Caribe y Europa. nologías transversales, acompañada de un
restos materiales. Por otro lado, resulta notable observar estudio comparativo y análisis crítico entre
En síntesis, las cartografías orientan los incipientes efectos que el solo acto de los distintos documentos. El libro pretende
nuestro trabajo como Red a través de tres emprender la tarea cartográfica, de nom- aportar así una serie de ideas concretas para
coordenadas prioritarias: 1) trazar cartogra- brar como archivo ciertos conjuntos docu- delinear una política en red en torno a los
fías de archivos y depósitos documentales mentales, de preguntar por su existencia o archivos en América Latina.
de arte crítico; 2) establecer diagnósticos y su destino futuro, ha producido de hecho. Es urgente promover nuevas activa-
estrategias de intervención sobre el estado Esto implica una llamada de atención: el ciones locales que puedan actuar ante los
de conservación de aquellos acervos; y 3) di- mismo ejercicio de cartografiar, es decir, el peligros latentes de despojo y deterioro
señar un mapa de zonas de la memoria crí- acto de contactar, entrevistar e interesarse, material de nuestros archivos. Hoy más
tica radical no atendidas, que puedan servir termina siendo instituyente de la idea de ar- que nunca resulta necesaria una respuesta
de índice a la hora de diseñar políticas de chivo orgánico y otorgándole un incipiente inteligente, responsable y conjunta de parte
archivos e investigación. interés público. de la sociedad civil de los países de América
La política general a la que apuntamos El efecto sobre la subjetividad de los de- Latina y el Caribe; una respuesta que esté,
se sostiene en dos vectores principales: el positarios de esos restos –en el sentido ben- asimismo, en sintonía con aquellas instan-
trabajo en red y el apuntalamiento de lo lo- jaminiano del término, entendidos como cias, personas e instituciones a nivel regio-
cal. El trabajo en red es entendido como la aquello que puede producir reverberacio- nal e internacional interesadas en articular
construcción de un tejido de relaciones que nes del pasado sobre nuestro presente– se políticas que contribuyan a descolonizar el
habilite la puesta en red de archivos e in- traduce también en un cambio de estatuto tránsito de los patrimonios materiales e in-
vestigaciones y que sume distintos agentes y de valor (de uso y de cambio). Ante ello materiales y a reinventar los regímenes glo-
locales. Se apela así a instituir un espacio in- se han iniciado dinámicas de cooperación bales de propiedad intelectual. Suscribimos
terinstitucional que interpele a los deposi- y alianzas entre los múltiples agentes de la en este sentido el manifiesto colectivo que
tarios privados para generar legados públi- sociedad implicados en el cuidado del pa- Red de Conceptualismos del Sur publicó en
cos que lo preserven de distintos riesgos (su trimonio material como en la reactivación Internet el pasado 23 de octubre y que se
privatización, el deteriorio, el olvido), que crítica de esas potencias poético-políticas titula Estado de alerta.
permitan formentar estrategias tales como del arte, ya sean sujetos (colectivos de in- Somos conscientes de que este proyecto
su digitalización con la intención de impe- vestigación, los propios depositarios de los constituye sólo uno de los múltiples pasos
dir el deterioro y la pérdida de documentos, archivos) o instituciones locales. hacia un tipo distinto de cultura política
así como potenciar su acceso público. Por mencionar un caso concreto, en Co- respecto a los archivos de arte en América
En un sentido complementario, apun- lombia el equipo de trabajo que realizó el Latina; una política contraria a la apropia-
talar lo local implica generar estructuras informe Cartografías viene adelantando ción y privatización por la cual muchos de
materiales y simbólicas que afiancen las discusiones sobre políticas de adquisición estos acervos se han visto convertidos en un
iniciativas de discusión y trabajo colectivo y conservación de algunos de los acervos en preciado botín de lo que podría denominar-
ya en marcha en cada contexto específico, riesgo –o cuyos custodios no puedan preser- se como las nuevas batallas neocoloniales
así como la creación de plataformas y po- varlos– ante la posibilidad de que éstos se del capitalismo cognitivo.
líticas locales concretas en torno a esos depositen en el Archivo Distrital de Bogotá, Nuestro llamamiento es para actuar en
patrimonios. de la Alcaldía de Bogotá, con el propósito de el terreno de lo colectivo. Reconocemos que
garantizar la transparencia, accesibilidad y sin iniciativas regionales y nuevas políticas
Proyecciones. Desde 2007 el proyecto conservación pública de la información de locales (y lo que es peor, sin archivos) será
Cartografías ha permitido elaborar líneas interés para la historia y para el país. muy difícil revertir los procesos que neutra-
de investigación y trazar un mapa de accio- Las conversaciones ya están en marcha: lizan la potencialidad política de las prác-
nes descentralizado. Los resultados afectan el Archivo de Bogotá podría permitir orga- ticas artísticas críticas del continente. x
a varios proyectos: la consolidación de ar- nizar y servir de fondo de consulta abierto ana longoni y miguel a. lópez.

6 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

buscaron abrir flancos críticos en los blo- El Archivo Padín


RED CONCEPTUALISMOS DEL SUR queos impuestos a la comunicación por reúne en Montevideo
las condiciones de agudizada represión uno de los fondos

El Archivo Padín y la experiencia


más interesantes del
desatadas por las dictaduras, a través de arte-correo y la expe-
circuitos marginales, como definió en 1976 rimentación poética
el artista argentino Edgardo Antonio Vigo, latinoamericana de

radical de la Nueva Poesía que posibilitaron esquivar los mecanismos


de control y censura administrados por el
los años sesenta y
setenta.

dispositivo represivo, operando muchas


veces como canales de denuncia de las
En el curso de los años sesenta y setenta, el contexto latinoamericano. La opción sistemáticas violaciones a los derechos
la escena latinoamericana asiste a la emer- crítica que movilizó estas diversas inicia- humanos perpetradas por los regímenes
gencia y desarrollo de diferentes iniciativas tivas en red no implicó, sin embargo, una dictatoriales.
editoriales experimentales, coincidentes renuncia radical y definitiva a los espacios
en su apuesta por construir redes colabo- institucionales, sino, en muchos casos, su Breve historia del archivo. El archivo de
rativas y de comunicación entre artistas, ocupación táctica, con el propósito de tras- Clemente Padín se va conformado como
fuera del circuito de posiciones y trayectos tornar, desde el interior del mismo museo resultado de esta potente trama de inter-
administrados por los centros de arte y los o de la galería, sus regímenes conceptuales cambios. Entre 1965 y 1969, Padín integra
ordenamientos de poder/saber que dicha normalizados, desafiando la propia lógica junto con los poetas Héctor Paz, Juan José
trama reproduce y naturaliza. institucional y sus rutinas disciplinarias. Linares y Julio Moses, en Montevideo, el
El arte-correo potenció esta red de in- En un contexto de creciente conflicti- grupo editorial de la revista Los huevos del
tercambios, excediendo ampliamente vidad sociopolítica, estas redes colectivas Plata y toma contacto con poetas y artistas
visuales de otros países, involucrados en
proyectos similares. Entre 1969 y 1972 edi-
ta Ovum 10, centrada en la poesía visual y
experimental, y autodefinida como “revis-
ta de investigación poética y de difusión de
las corrientes de la nueva poesía”.
En una serie de escritos dirigidos desde
las páginas de la publicación, Padín propo-
ne una temprana conceptualización de es-
tas prácticas, conectando la radicalización
del lenguaje, auspiciada por la nueva poe-
sía, con las exigencias revolucionarias que
entonces interpelaban fuertemente la re-
gión. En una segunda etapa (1972-1975) la
revista se publica con el nombre de Ovum,
bajo un sistema de edición cooperativo.
La red de contactos conformada en
torno a las revistas, opera asimismo como
base de otros proyectos de intercambio
de poesía visual y arte-correo que Padín
impulsa en los mismos años en que edita
Ovum 10. Entre 1969 y 1974, organiza una
serie de exposiciones colectivas como las
que dedica en 1969 a la Nueva Poesía o a la
Poesía Fónica y que culmina en 1974, con
el Festival de la Postal Creativa en la Gale-
ría U de Montevideo.
En su despliegue simultáneo, las revis-
tas y las exposiciones configuran una doble
plataforma de intervención, desde donde
toman cuerpo diferentes iniciativas cola-
borativas en red. En su trama, silenciosa, El Archivo
el archivo va condensando la densidad Padín consti-
conflictual de las encrucijadas y conexio-
nes múltiples que estos diversos proyectos
tuye uno de
movilizan. los casos más
En la década de los setenta, el archivo interesantes
Padín registra dos pérdidas significativas de arte críti-
e irrecuperables. La primera tiene lugar en
co en Uru-
septiembre de 1973, tras el golpe de estado
en Chile, cuando la Exposición Exhaustiva guay, recupe-
de la Nueva Poesía, una inciativa que re- rado ahora
unía a más de trescientos poetas experi- dentro del
mentales de treinta países, que Padín ha- proyecto
bía organizado un año antes en la Galería U
de Montevideo y que esperaba mostrar en
Conceptua-
el Museo de Arte Contemporáneo de San- lismos del
tiago, es extraviada en un sótano de la Em- Sur

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 7


redes

bajada chilena. La segunda pérdida ocurre


tras su detención en agosto de 1977 por la
dictadura uruguaya y su procesamiento
bajo los cargos de escarnio y vilipendio a la
moral de las Fuerzas Armadas. Entonces
fueron confiscadas una serie de cajas del
archivo e innumerables libros, revistas y
catálogos, que nunca fueron devueltos.
Los artistas de la red de arte-correo
impulsaron una potente campaña inter-
nacional exigiendo la libertad de Padín y
Jorge Caraballo (también detenido por la
dictadura), que contó con el apoyo de Am-
nistía Internacional. En 1979 ambos artis-
tas fueron liberados bajo palabra.
En los años que siguen a la transición
democrática en Uruguay, el archivo regis-
tra un crecimiento exponencial, a partir
del restablecimiento de la trama de con-
tactos con la red de arte-correo y la reac-
tivación de los intercambios colectivos,
interrumpidos en su intensidad durante la
dictadura. El archivo Padín se encuentra
actualmente en su domicilio particular, en
la ciudad de Montevideo.

Diagnóstico y custodia. En abril de 2009,


por iniciativa de la Red Conceptualismos
del Sur (RCS) y con la financiación de la
SEACEX y el MNCARS, se realizó un diag-
nóstico general del archivo Padín en la que
el artista prestó su colaboración perma-
nente a los investigadores encargados de
la ejecución, Cristina Freire y Fernando
Davis.
Los principales objetivos de dicho diag-
nóstico fueron la descripción del estado
del archivo, la elaboración de un plan de
trabajo que involucre las acciones necesa-
rias para la catalogación, conservación y
apertura pública del mismo y la propuesta
de tareas de investigación en articulación “Los Huevos del El archivo diagrama su conflictividad escribieron al referirse a estas prácticas
con otros proyectos de la RCS. Plata” (en la imagen) en las fricciones e interpelaciones recípro- y las revistas de poesía experimental, con
y “Ovum” fueron
En esta etapa fue crucial, asimismo, el dos de las cabeceras cas que los diversos documentos ponen en el propósito de investigar la dinámica de
contacto con los responsables de diferen- más activas y juego al inscribirse en una trama interpre- los intercambios que estas publicaciones
tes centros de documentación locales, con cosmopolitas de la tativa que apuesta a darles legibilidad. diagramaron.
Nueva Poesía en el
el propósito de evaluar qué institución po- Las conexiones entre las escenas brasi-
continente.
dría acoger en custodia el archivo. Investigación. El archivo Padín consti- leña, uruguaya y argentina entre 1968 y los
Actualmente se están realizando ges- tuye uno de los principales fondos docu- primeros años de la década de los setenta,
tiones con el Archivo General de la Uni- mentales del proyecto de la RCS “Redes constituyen, por la particular densidad de
versidad de la República, institución que artísticas alternativas: las ediciones de tales intercambios, un nudo significativo.
proponemos para la custodia transitoria poesía visual y el arte correo”, cuyos obje- El archivo de Padín resulta crucial en el
del archivo Padín por un período de tres tivos son la “catalogación, documentación, análisis de esta índole de problemas.
años (que podrá ser renovado), de cara a investigación y puesta en red de un con- Estudiar la conformación y dinámica de
convenir, entre las partes involucradas en junto de valiosos archivos y reservorios estas redes alternativas –en sus trayectos
el proyecto, los términos de un programa documentales no sistematizados (o sólo oblicuos y en sus intersecciones variables,
general de trabajo, criterios de cataloga- parcialmente), con sede en diferentes ins- en la porosidad de sus contornos y en la
ción del material cedido en custodia y téc- tituciones o conservados por los mismos indisciplina de sus derivas– es, antes que
nicas archivísticas que aseguren su con- artistas que participaron activamente de nada, una apuesta por activar el espesor
servación y uso. estas iniciativas colectivas”. conflictual de ese complejo programa
En relación con la organización del La primera etapa de la investigación, ac- poético-político, el vertiginoso ritmo de
archivo, una pregunta crucial es cómo tualmente en curso, tiene como punto de sus aspiraciones utópicas en la exigencia
identificar los diferentes materiales que partida la pregunta por los modos en que de trastornar el arte para transformar los
lo integran, despegándolos de su cuerpo los mismos artistas percibieron este pro- modos de vida. Pero no para confinarlo al
indiferenciado, sin desactivar la conflicti- ceso de conformación de redes alternati- pasado, en tanto episodio cerrado y defi-
vidad insumisa del archivo en su reorde- vas, cómo entendieron o reflexionaron en nitivo de la vanguardia, sino para recupe-
namiento clasificatorio, manteniendo la torno a su participación e involucramiento rarlo en su capacidad de interpelar el pre-
compleja dispersión de sus anudamientos en dichos proyectos. sente (atrevida, perturbadoramente), con
cruzados, sus filiaciones deshilachadas y Se trabajará con los textos (muchos nuevas resonancias críticas. x fernando
sus zonas de densidad. de ellos inéditos) que los mismos artistas davis

8 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

M.C. cuestiona la lucha que concibe el


ACCIÓN patriarcado, aquella que implica un senti-
do militar. Según ellas mismas dicen: “Lu-
En la piel de la ciudad. char se conjuga con amar, se conjuga con
sentir y crear”. Por esto, el grafiti es “un

El grafiti de Mujeres Creando


método, una forma o una estrategia de lu-
cha, como prefieran llamarlo”. Al emplear
el grafiti como medio que visibiliza la bús-
queda creativa de un cambio social, M.C.
vincula ética y estética, política y arte, lo
Históricamente el espacio público estuvo Ante la cruenta realidad, un grupo de privado con lo público. No se reivindican
vedado y connotado para las mujeres. Ve- mujeres comienza a organizarse en La ni artistas callejeras ni activistas, pero asu-
dado porque la dignidad de las mujeres fue Paz en 1992. Junto a María Galindo, Julie- men, a partir de la noción de impostoras, la
construida por el patriarcado a partir de ta Paredes y Mónica Mendoza se suman convivencia entre el mundo de la calle con
su desempeño reservado al ámbito de lo Florentina Alegre, Julieta Ojeda, Rosario el institucional del arte. Prácticas disrup-
privado. Connotado porque aquellas que Adrián y muchas más que a los malestares tivas que conducen al cuestionamiento de
salían de lo doméstico era por necesidad y al sentido crítico agregaron inteligencia, legitimación que conlleva toda institución
económica. Es decir, el espacio público energía e imaginación. Esta comunidad de artística: ¿Visibilizar no es también un
estuvo –y en muchos sitios sigue estando- mujeres, que pasó de reunirse en el Café modo de subvertir, de crear conciencia, de
atravesado por nociones de clase y género Carcajada a autogestionar su propia casa cambiar? ¿No se está dislocando el sistema
a las que hay que agregar, si hablamos de llamada Virgen de los Deseos, situada en al tomarlo de aliado de la difusión de pro-
Latinoamérica, el componente étnico. la calle 20 de octubre de La Paz, lleva años blemáticas tapadas, encubiertas, disimula-
Por este motivo, en el origen de los mo- siendo parte de los procesos sociales y po- das?
vimientos de mujeres se encuentra la calle. líticos bolivianos, conformando una alter- Para reflexionar sobre el trabajo de
Desde el sufragismo a la segunda ola de los nativa de cambio, y enriqueciendo al femi- M.C. nos detendremos en sus obras, piezas
años sesenta en el siglo pasado, el espacio nismo no sólo de su país sino al de América y acciones, que a través de grafitis reflejan
público se convierte en el territorio de la del Sur gracias a sus alianzas. un camino que va desde la calle a la institu-
convergencia y difusión de los reclamos, M.C. desmitifica el populismo de iz- ción y vuelve a la calle.
denuncias y marchas. Fue allí en donde se quierda, los movimientos de pueblos ori-
advierte que lo político no es sólo lo que ginarios, la demagogia progresista y a los
afecta al Estado y al bienestar público, sino intelectuales, entre otras instituciones y “Las putas amantes de la vida
también al entramado de lo privado con demás sujetos y agrupaciones sociales. Rei-
aclaramos que, ni Sánchez de
consecuencias en lo público. Así, lo priva- vindica una genealogía habitada por abue-
do es político, lo personal es político tal y las y abuelos anarquistas bolivianos, auto- Lozada ni Sánchez Berzaín son
como desvelaron y proclamaron las femi- didactas que escrutaban por cuenta propia hijos nuestros”
nistas de la segunda ola. el contexto. Mujeres rebeldes bolivianas La Paz, septiembre de 2003.
Ahora bien, para hablar de movimien- y mujeres que vivieron llevando adelante
tos de mujeres en Latinoamérica debemos su deseo y su libertad. Como la chola Pepa En el marco de un tenso clima político
tener en cuenta la diversidad y particula- Infante cuyo concepto del amor libre y la ante la demanda de un referéndum para
ridad histórica, social y étnica que carac- conquista de un espacio propio marcó un decidir el destino del gas boliviano y su po-
terizan al continente y que llevan a que hito en la Bolivia de los años 30. Esto no sible exportación a través de Chile y Perú,
los feminismos, aunque en muchos casos significa que desconozcan lo planteado por se inician bloqueos de rutas y protestas.
sean tributarios de los europeos y norte- las feministas europeas y estadounidenses, En la localidad rural de Warisata, el blo-
americanos, planteen matices propios que sino que desarrollan teorías y prácticas queo imposibilita el retorno de un grupo
dificultan lecturas restringidas. No quiero propias, definidas a partir de dos hechos: la de turistas ingleses y norteamericanos
dejar de mencionar las genealogías de mu- realidad con la que conviven y las alianzas que hacían alpinismo en el monte nevado
jeres que acompañaron y pelearon al lado que sostienen -insospechadas para la nor- del Illampu. Sanchéz Berzaín, ministro
de los hombres en las luchas armadas que matividad- basadas en el placer de la rela- de Defensa, decide entrar al pueblo con el
atravesaron el territorio continental desde ción y la solidaridad entre mujeres. ejército tomando la excusa de los turistas,
el siglo XIX hasta la actualidad, podemos
señalar que desde Juana de Azurduy –gue-
La calle como
rrillera de la independencia boliviana- a las escenario de la
soldaderas mexicanas o a las guerrilleras lucha semántica y
más contemporáneas, todas estas mujeres subversiva de un
alimentaron y dieron identidad propia a colectivo que utiliza el
grafiti como principal
los feminismos locales. arma de insurrección.
Es así como en Mujeres Creando (M.C.) Un muro de La Paz,
convergen varias situaciones que pueden Bolivia con alusiones
a su presidente.
sintetizarse en dos: la calle como el espa-
cio en donde ejercitar la libertad de mane-
ra creativa y en donde visibilizar ese 50%
que forma parte de lo real, pero inexisten-
te tanto para las mediaciones que buscan
interpretar la realidad como para los códi-
gos culturales. Y por otro lado, la compleja
historia boliviana atravesada por el racis-
mo, el sexismo, la pobreza y la violencia, tal
y como recoge el estudio Machos, varones
y maricones de María Galindo y Julieta Pa-
redes.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 9


redes

En la Bienal de Allí se plantearon propuestas concretas Julio Cordero -uno de los más importan-
Sao Paulo 2006, con el objeto de no judicializar el trabajo tes fotógrafos bolivianos de principios del
Mujeres Creando
presentó un potente
de las mujeres, de avanzar en los derechos siglo XX- con el lenguaje. Más allá de sus
artefacto conceptual humanos –salud para ellas y sus familias, habituales grafitis presentaron una larga
ensamblando sus contención- y desvelar el entramado co- carta dirigida a Evo Morales escrita por
habituales grafitis rrupto del que son víctimas. Dicha frase un personaje, Zárate, “el temible Willka”,
sobre las fotografías
de Julio Cordero, que
fue empleada para acciones de M.C., grafi- un indio sublevado que en las guerras ci-
ya a principios del tis, carteles y proclamas que conformaron viles del siglo pasado ayuda a los liberales
siglo XX denunciaba una muestra de arte y un libro. La exposi- a triunfar y que luego sería traicionado y
la explotación ción se inauguró en La Paz el 20 de enero asesinado. Dicha carta exhibe con preocu-
indígena.
de 2006, en el marco de los festejos por la pación la ambición de poder de Morales y
asunción de Evo Morales, como forma crí- se pregunta si será posible un cambio ra-
tica y reflexiva sobre la inviabilidad de un dical.
cambio social sin un cambio sexual. Así Las imágenes de Cordero, exponentes
dirán “no hay libertad política sin libertad de la injusticia social más extrema sobre la
sexual”. Tanto el seminario en forma de ta- base del racismo y el sexismo, mostraba a
lleres, como la muestra viajaron en 2007 a niñas trabajadoras violadas por patrones,
Buenos Aires, estudiando y reflexionando indios ubicados a la vanguardia del ejér-
sobre la prostitución en Argentina. cito para su pronta muerte, es decir, a los
La muestra se llevó a cabo en el Centro más conocidos exponentes de un genoci-
Cultural Borges, en pleno centro de Bue- dio perdurable.
nos Aires y exhibió grafitis, fotos, carteles y “El cambio social es un hecho creativo y
actividades desarrolladas en dicha ciudad la creatividad es un instrumento de lucha”,
junto a las realizadas en Bolivia. Aquí M.C. afirman las M.C. Y porque el momento de
no sólo estableció vínculos con feministas la contemporaneidad es una de las más
argentinas, incrementando el debate so- firmes instancias de libertad que directa-
que ni habían sido tomados como rehenes, bre el tema de la trata unido al de la prosti- mente desafian la escritura, exhibición,
ni corrían riesgo sus vidas. El pueblo opu- tución, sino que enlazó dicha temática a un conservación, mercado y demás articula-
so resistencia y sufrió una brutal represión espacio institucional, hecho impensable dores del campo artístico, debemos medi-
en la que murieron tres personas, entre antes de M.C. tar hasta donde llega esa libertad.
ellas una niña aymara de 8 años, Marlene Está en nosotros poder reflexionar so-
Rojas, que se había asomado por la venta- bre el espacio de libertad que implica el
na para curiosear. M.C. estuvo, una sema- No soy originaria soy original arte contemporáneo. Pensar con qué he-
na antes del suceso, marchando con dos rramientas puedo traer a la memoria, lle-
27 Bienal de San Pablo 2006.
telas que decían: Las putas amantes de la var al discurso, nombrar lo hasta entonces
vida aclaramos que ni Sánchez de Lozada Bajo el lema Como viver junto, su comi- mudo de ciertas voces que son incómodas
ni Sánchez Berzaín son hijos nuestros y No saria Lisette Lagnado invita a M.C. en la para los discursos de autoridad circulan-
vamos a desarmar la casa del amo con las selección oficial de artistas. Ellas presen- tes. Contemplar el lugar desde donde ha-
herramientas del amo. taron una de las obras más fuertes de la blamos y la importancia de buscar lazos
Ante las muertes deciden hacer una Bienal. Pintando los muros de negro y em- que intercambien nuestras experiencias.
huelga de hambre, el 13 de octubre de pleando el blanco para las palabras, arti- Es entonces un ejemplo saludable el de
2003, en la Defensoría del Pueblo de la ciu- cularon imágenes fotográficas del archivo Mujeres Creando. x maría laura losa
dad de La Paz, la cual toman pacíficamen-
te. Sufren represión y entonces deciden
reanudar la huelga en la Casa de la Cultu-
ra al día siguiente. Allí, funcionarios de la
Alcaldía les piden que esperen un día más.
Al día siguiente se hace pública la “prime-
ra huelga de hambre” iniciada por la ex
Defensora del Pueblo Ana María Campero
junto a intelectuales y gente de clase me-
dia, lo que borró de un plumazo la lucha
de M. C., su iniciativa y su reprimenda. Sin
embargo M. C. sumó a periodistas, trabaja-
doras y mujeres invisibilizadas dentro de
los movimientos sociales, para continuar
con la huelga y reescribir parte de la his-
toria. Frente a estos hechos María Galindo
escribió un sentido y bello texto que tituló
Se acercó a la ventana de la vida a recibir la
muerte.

“Ninguna mujer nace para puta”


La Paz-Buenos Aires, 2003-2007.
En julio de 2003, en La Paz, se realizó el
primer seminario organizado por mujeres
en situación de prostitución que recibió
el nombre Ninguna mujer nace para puta.

10 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

ACCIÓN

Un feminismo
de impuras
Más allá de la relación con el Estado. Insta-
ladas más acá y mas allá de la relación única,
exclusiva y obsesiva con el Estado. Huidas
del juego demanda-victima-concesión,
que es la relación única en la que se han
colocado históricamente los movimientos
sociales. Mujeres Creando ha abierto en
la sociedad boliviana, otras formas de ha-
cer política, otros escenarios para hacerlo
y otros escenarios temáticos desde donde
hacerlo.
Hemos huido también del mito de la ley,
huimos del mito de que la ley resuelve o re-
media la injusticia social. Por eso miramos
con indiferencia las torres de leyes antidis-
crimanatorias para maricones, mujeres, ni- Mujeres Creando
ños o discapacitados como quien contempla ha abierto en la
sociedad boliviana
un montón de papeles inservibles. una profunda guerra
Estamos instaladas en el centro de las semiótica que afecta
sensibilidades sociales comunicándonos a todos los frentes.
desde las zonas de placer y de dolor de la
sociedad con todos los sectores sociales
imaginables. bitan simultáneamente y que celebramos espacio feminista complejo impuro y que
No interesa que seamos cuatro locas, no públicamente. Somos un movimiento de tiene la potencia de convocar y de servir
interesa que como voz contestataria nos “indias, putas y lesbianas, juntas, revueltas de espejo para cualquier mujer del mundo
coloquen la etiqueta de marginales o mi- y hermanadas”. Esto quiere decir, que no desde su rebeldía, no desde su comodidad.
noritarias porque no nos deseamos, ni nos nos quedamos en el grito de afirmación de la Por eso nuestro feminismo está compuesto
pretendemos complacientes con ninguna diferencia, hacemos de la diferencia un pe- por exiliadas del neoliberalismo que son las
mayoría. No caemos en el proselitismo y dazo que se completa en la relación de soli- mal llamadas migrantes.
por eso no apelamos sino a la desobediencia daridad con la otra- diferente desdibujando Nuestro feminismo está compuesto
y la provocación. las separaciones de odio que el patriarcado de indígenas desobedientes de mandatos
Somos un referente de rebeldía cuya nos enseña a asumir como propias. culturales, está compuesto de lesbianas
dimensión no tiene límite de edad, de co- Cuestionamos las corrientes feministas incorrectas, de mujeres en situación de
lor de piel, ni de sexo; un referente de re- que han reducido el sujeto político del fe- prostitución, de desempleadas crónicas,
beldía, contestación y alegría que se nutre minismo a la mujer blanca heterosexual, de adolescentes crónicas, configurando
de nuestras tercas, histéricas y constantes madre y habitante de las sociedades capi- una coreografía infinita y multicolor inago-
transgresiones y que se abre camino sub- talistas del norte. table. Nuestro feminismo está compuesto
terráneo dentro y fuera de todas las insti- Cuestionamos los feminismos que, en por mujeres incómodas, innombrables, in-
tuciones sociales, incluida, ¡ojo!, incluida nombre de todas las mujeres, han construi- aceptables. Nuestra alianza es indigesta e
también La Iglesia. do espacios, derechos y representación, en insoportable.
Cuando hablamos de otros escenarios realidad, sólo para algunas mujeres. Esos
estamos hablando de la calle, la calle como feminismos se han convertido en simple li- Un pene, cualquier pene, es siempre una
el lugar y el centro de la vitalidad social, la beralismo y han sido devorados por los par- miniatura. Muy a pesar de la misoginia so-
calle como el espacio de encuentro, la calle tidos políticos, por el Estado, y por el propio cial que ha pretendido encasillarnos como
como el lugar de sentido. Por eso somos gra- círculo vicioso de un discurso cerrado que un movimiento de odio contra los hombres,
fiteras y por eso también hacemos acciones garantiza estatus y privilegios para unas nuestro discurso y nuestras manos agarran
callejeras que plantean a fin de cuentas que mujeres, y que al mismo tiempo omite, hace atrevidamente el cuerpo sacralizado del va-
la toma del espacio público en la sociedad Nuestro invisibles e ignora a las otras mujeres. rón para humanizarlo. Eso provoca explo-
por parte de las mujeres es la toma de la feminismo Hacemos un feminismo de impuras sivos debates entre padres, curas, policías,
calle. Por eso en boca de la vendedora am- está consti- construido sobre un sujeto complejo, ba- hermanos, vecinos, amigos y amantes. En-
bulante leemos su silencio con el siguiente sado en alianzas insólitas y prohibidas tendemos que el feminismo es un espacio
tuido por las
grafiti: La calle es mi casa sin marido, la calle donde lo prohibido es la alianza, donde lo de las mujeres y desde las mujeres, pero no
es mi trabajo sin patrones. exiliadas del prohibido es ser hermana de quién no debes para las mujeres. Es una propuesta para la
neoliberalis- serlo, donde lo prohibido es identificarte sociedad en su conjunto, por eso es univer-
Alianzas insólitas. Muy a pesar de toda la mo. Somos un con quien no deberías hacerlo. Ese sujeto sal. Eso no implica que el feminismo tenga
homofobia social que ha presionado para movimiento complejo de indias, putas y lesbianas es un que hacerse cargo de convertir, tutelar o
encasillarnos como un movimiento de les- espacio metafórico. Un espacio simbólico reeducar a los hombres con nuevas for-
bianas, nosotras hemos transcendido esos
de indias, construido uniendo las puntas más extre- mas de comprensión de su masculinidad.
esquemas cientos de veces sin dejar de putas y les- mas de la condición de las mujeres. Partir Creemos que la fuerza interpeladora del
ejercer todas las identidades que nos ha- bianas de esos lugares nos permite construir un feminismo contra toda relación de poder,

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 11


redes

basados en la biología de nuestro cuerpo. venimos oyendo hablar desde que estába-
Sin embargo, la domesticación de los mos en la cuna.
movimientos sociales y la asignación de un • La Voz de mi Deseo, una escuela de radio
guion oficial simplista para cada movimien- donde las mujeres rompen la mudez y ela-
to no es algo que solamente recae sobre el boran y ponen en onda sus propias voces.
feminismo. • Mujer Pública, una revista internacional de
Ocurrió y ocurre lo mismo con el movi- pensamiento feminista que se produce desde
miento ecologista, con el de maricones y el seis países del mundo y se distribuye en ocho
de lesbianas bautizado como movimiento para seguir calentando el fuego de la utopía y
gay y, hace mucho más tiempo, también rompiendo los muros de la soledad.
con el movimiento obrero.
Los movimientos aparecen clasificados ¿Qué somos entonces? Con estas prác-
y separados unos de otros, ajenos unos a ticas y este puñado de intuiciones resulta
los otros y respondiendo a un guión oficial pues difícil autodefinirnos.
que no solamente los banaliza sino que los ¿Somos un grupo de prófugas del pa-
homogeniza y los convierte en algo rígido. triarcado?
Esa ha sido una de las formas más eficaces ¿Somos una grupo de huidas de la insti-
por parte de los organismos internacionales tucionalidad?
y los estados para neutralizar el potencial ¿Somos unas monjas del siglo XXI que
subversivo de los movimientos y para ani- han formado un convento donde entregarse
quilar su fuerza expresiva y su capacidad a sus propias formas de comprensión de la
creativa. vida?
Somos y hemos sido parte de los proce- No somos un grupo de artistas porque el
sos sociales y políticos. Hemos regalado a arte es en sí mismo ajeno a una gran canti-
las luchas creatividad y fuerza expresiva: dad de nuestras prácticas. Nosotras mismas
La utopía es ciega y camina a tropezones, es nos colocamos fuera del mundo del arte.
sorda y habla a gritos, el color de su piel es Cuando ocupamos un lugar que perte-
tan blanca como morena y es que nosotras... nece al mundo del arte lo hacemos como
No tenemos línea, somos pura curva. intrusas o como inquilinas.
A mí me gusta autocalificarme como agi-
Política concreta. Entendemos lo cotidia- tadora callejera, grafitera y cocinera, pero
no como el lugar más fecundo desde donde esa calificación tampoco encaja con todas
desordenar la sociedad, por eso practica- nosotras.
coloca la relación con el universo masculino María Galindo en una mos una política concreta que consiste No somos tampoco un grupo de activis-
en una situación que no permite el discurso de las escenografías en no producir únicamente discurso, sino tas porque el activismo es el invento de la
más radicales del
fácil de autojusticacion. Nos interesa más colectivo.“Un pene,
realizar una serie de acciones y prácticas idiotez.
esa posibilidad que aquella que indica que cualquier pene, solidarias que confieran al discurso la base El activismo es la prohibición de hacer
las mujeres debemos incorporar a los hom- es siempre una que necesita para alimentarse y sostenerse política al margen de los partidos.
bres al feminismo para que este adquiera miniatura”, dice uno como una fuerza social y no como una mera El activismo es la forma de expropiarte
de los grafitis de M.C.
validez social universal. retórica. de la política.
Y no es que queramos refundar un esen- Nuestra política concreta está hecha de Cuando te dicen que haces activismo te
cialismo en torno de ser mujeres, ni mucho una serie de espacios pequeños cuya tras- están diciendo que no haces política, sino
menos apoyarnos en el binarismo hombre- cendencia radica en vidas concretas. que te limitas a esa cosa poco elaborada que
mujer. En la construcción del genero no Esta política concreta consiste en varias es protestar o denunciar.
todo es performativo, hay realidades, cuali- alternativas en la práctica cotidiana: Somos un movimiento de feministas
dades, sensibilidades no sólo performativas •Radio Deseo (www.radiodeseo.com), una autoconvocadas. No somos por tanto un
sino también históricas. radio que transmite para dos ciudades 14 partido político, ni una oenegé, pero como
horas al día, y por internet, donde no sola- movimiento social tampoco encajamos con
La domesticación de los movimientos mente hemos invitado a las Mujeres Crean- aquello que se entiende por movimiento.
sociales. Queremos todo el paraíso, no el 30, do. Somos perdedoras natas porque no es la
40 o 50% del infierno neoliberal. El neolibe- • Mi mamá trabaja, un centro de educación efectividad ni el éxito la vara con la que se
ralismo logró domesticar a los movimien- inicial, es decir, desde el primer año de vida puede medir la trascendencia de nuestras
tos sociales hasta el punto que cada uno hasta los cuatro años, porque la maternidad si- acciones.
debía responder a un guión de demandas y gue siendo una carga solitaria de las mujeres. Somos muy pocas para constituir un
temáticas. Así surgió una supuesta agenda • La Virgen de los Deseos, una casa roja, pero movimiento y, sin embargo, infinitas veces
de derechos de las mujeres. Agenda en la que es también un centro autogestionario. hemos movido, interpelado, confundido y
que nosotras nunca entramos, no somos
No somos Se podría definir como un quilombo donde conmovido a nuestra sociedad entera.
un movimiento de reivindicación de dere- un grupo pasa de todo. Hay desde baño público has- La creatividad es nuestro principal ins-
chos y espacios dentro del sistema, y por eso de artistas. ta comedor, pero, sobre todo, es un espacio trumento de lucha.
fuimos tan fieras a la hora de cuestionar las Cuando que alberga cualquier conspiración. Cambiar una sociedad es reinventarla,
cuotas que las mujeres, desde los partidos, ocupamos • Contra la usura bancaria, una oficina de no gobernarla. x maría galindo/muje-
reclamaban. atención sobre endeudamiento por mi- res creando
Nos hemos concentrado en el esfuer- un lugar en crocrédito, porque aunque la cooperación
zo inconcluso de analizar las formas de el mundo internacional quiera seguir diciendo que
opresión que pesan sobre nuestra socie- del arte lo es ayuda al desarrollo, es una política de Enlaces:
dad, entendiendo que lo que determina la hacemos sobreendeudamiento de las mujeres. Es mujerescreando@entelnet.bo
subordinación de las mujeres no puede ser un mecanismo para utilizar la fuerza de las www.mujerescreando.org
visto parcialmente sin tocar los privilegios
como intrusas mujeres como colchón de la crisis econó- www.mujerescreando.com
de raza, edad u opción sexual como si todas o como mica que no data de hace un año sino que, www.radiodeseo.com
las mujeres tuviéramos intereses comunes inquilinas para nosotras, es una crisis eterna de la que

12 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

Imagen de la muestra
“Inventario 1965-
1975” basada en
la recuperación del
Archivo Graciela
Carnevale, que tuvo
lugar en 2008 en
Rosario (Argentina).

de este entramado y de discursos sobre el


RED CONCEPTUALISMOS DEL SUR mismo, se ha convertido en la acción inte-
resada de multinacionales de conocimiento
Políticas de archivo. que regulan y exhiben prácticas artísticas
de manera desterritorializada.

Experiencias colectivas de la Red


Estas multinacionales, instituciones,
museos y universidades, como el Interna-
tional Center of American Arts, se carac-

de Conceptualismos del Sur terizan por ser proyectos de financiación


norteamericanos y europeos sostenidos en
estrategias de estudio e interlocución a gru-
pos de conocimiento y movimientos socia-
les en Latinoamérica. Se basan en la ausen-
Uno de los principios rectores que permitió ción de la potencia crítica de algunas expe- cia de plataformas de discusión en los países
que la Red Conceptualismos del Sur emer- riencias conceptuales de América Latina, latinoamericanos. Gestionan la dirección de
giera como una plataforma internacional cuando éstas forman parte del discurso ya pares latinoamericanos de centros recono-
de trabajo, pensamiento y toma de posición normalizado sobre las prácticas periféricas, cidos de investigación y de ejercicio político
colectiva fue la necesidad compartida de sus corre a cargo de Jaime Vindel. en el desarrollo de sus iniciativas. Generan
miembros de revalorar la dimensión políti- Con acentos temáticos distintivos pero planes programáticos de investigación y
ca de algunos archivos relacionados con las convergentes en su apuesta crítica, estas acción cultural sobre los escenarios locales
prácticas conceptuales en América Latina, contribuciones no pretenden otra cosa que de interlocución durante varios años. De-
y la de reactivar su potencialidad crítica abrir el debate sobre las políticas de archivo terminan estrategias de visibilidad nacio-
con la idea de transformar el presente. Sin a partir de la puesta en tensión de un ele- nal e internacional a su nombre. Apuntan a
pretender agotar las preocupaciones de la mento común: las consecuencias que re- generar estados del arte de las circunstan-
RCS por las políticas de archivo –y sin la in- sultan del proceso de rehistorización de las cias sociales y culturales de América Latina
tención de generar definiciones categóricas prácticas conceptuales de América Latina. partiendo de los fundamentos epistémicos
del problema– en lo que sigue se presentan de sus discursos. Desarrollan procesos de
cuatro enfoques, coyunturas o ejes relacio- capacitación e interlocución de los miem-
nados con el binomio políticas de archivo/ Geopolíticas de archivos de arte bros latinoamericanos para generar comu-
prácticas conceptuales de América Latina de América Latina nidades intelectuales. Y ,por último, cons-
en el escenario global. tituyen redes de trabajo en América Latina
En las siguientes consideraciones crí- El arte latinoamericano se encuentra hoy bajo proyectos de su iniciativa. El arte latino-
ticas, David Gutiérrez nos aproxima a la en el centro de las dinámicas de exhibición e Todos estos puntos son atractivos para americano se
instrumentalización corporativa de los investigación de instituciones museísticas y los interlocutores latinoamericanos y de encuentra
procesos de construcción de conocimien- académicas de países centrales. En este con- hecho fortalecen su trabajo. Este proceso
to y de cooperación desigual con América texto, las estrategias de divulgación cultural no es nocivo en sí mismo para la investi- hoy en el
Latina. Los archivos digitales y los ban- pasan, inevitablemente, por estrategias de gación sobre arte latinoamericano, sino centro de las
cos globales de imágenes en el marco del valorización de los procesos de conocimien- en la medida en que la autonomía en la dinámicas de
acceso universal son abordados por Cris- to sobre las prácticas y categorización de construcción de conocimiento debe ser exhibición e
tian Gómez Moya. De las prácticas insti- las poéticas ubicadas en el entramado la- negociada en el contexto de un entramado
tuyentes como parte de la producción de tinoamericano del discurso sobre el arte. discursivo y de categorías de lo latinoame-
investigación
imaginarios archivísticos de los museos de La identificación y estudio de documentos ricano fuera de sí, fuera de Latinoamérica. de países
arte habla Joaquín Barriendos, y la anula- y archivos, que permitan la construcción La circunstancia epistemológica anuncia centrales

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 13


redes

El museo un asunto de poder en la construcción de además de señalar sus oportunidades de identitaria, privada y esencialista sin tener
conocimiento. Esta dinámica de identifica- acceso, conllevaría advertir sobre cierta di- en cuenta las políticas de lo público.
está obligado
ción, clasificación y visualización del arte mensión sin tiempo ni espacio que sostiene Así, una prospectiva sobre archivos di-
a ser un latinoamericano alude al mismo tiempo su misma categoría desterritorializada. En gitales estaría muy emparetada con aque-
dispositivo de a modos de comprensión y relaciones de términos más precisos, la euforia emanci- llo que se ha definido como una imagen-
intervención dependencia e interdependencia en la so- padora que ostentan estos nuevos depósitos archivo, es decir, si el archivo es un locus,
documental ciedad del conocimiento latinoamericano. digitales corre el riesgo de transformarse el cual requiere ser administrado, también
Fortalecidas por la debilidad de escenarios en una complacencia neutral ahistórica en debemos tener en cuenta que éste es hoy
y no un conte- locales, en la generación de conocimiento donde lo que finalmente prevalecerá será el en día un lugar claramente no fijado, ya que
nedor del autónomo sobre el arte y sus archivos, las banco de imágenes. Una economía digital se ha diluido entre redes; es decir, un lugar
espectáculo multinacionales de conocimiento impo- de acceso universal debe tener en cuenta, invisible porque se encuentra atrás de la
nen exprofeso el marco de referencia que por lo tanto, que las plusvalías de la ima- imagen. Entonces, el desafío de los archivos
orienta las políticas de investigación. Esta gen –disponibles como catálogos banca- digitales del arte-político latinoamericano
dinámica se puede revisar críticamente rios (image-banking) en la red global– no y de las instituciones museísticas que fa-
en la pertinencia y entendimiento sobre equivalen necesariamente a una apertura vorecen su acceso e interactividad pública,
las categorías que clasifican la compleji- del saber, sino más bien contribuyen a ten- no pasa tanto por resguardar el envanecido
dad de lo documentos y archivos. x david sionar el valor histórico-local de las otras patrimonio simbólico local. Su labor está en
gutiérrez castañeda. políticas de archivo. advertir oportunamente de las convenien-
Dado el precarizado sostén archivístico- cias y contradicciones de diluir los registros
institucional de la gobernabilidad cultural hasta un nivel en el que ya no es posible
en el contexto latinoamericano, podríamos adjudicarse la propiedad del documento
Entre el archivo digital afirmar bajo una perspectiva occidentaliza- o su copia, mucho menos del original, y las
y el banco de imágenes da que la carencia de archivos de arte polí- implicaciones de negociar la reproducción
tico en zonas específicamente localizadas de estas mismas copias hasta el punto de
En un contexto de liberalización y apertura del subcontinente constituiría lo nuevo inscribirlas como universales, y, con ello,
de los derechos sobre los registros, copias y atemporal para el saber centralizado y, por la eventualidad de volverlas sólo imagen.
visualidades de los archivos de arte latinoa- contraparte, equivaldría a una carencia de Es precisamente en esta coyuntura que re-
mericanos, las instituciones museísticas modernidad para el propio saber latinoame- sulta ineludible pensar el acontecimiento
globales y sus administraciones progresis- ricano. En este sentido, los archivos digita- político que activan los archivos digitales en
tas han detectado que el acceso a la infor- les responderían a una tradición moderna contraposición al banking que instituye la
mación constituye una oportuna estrategia y su actualización vendría dada por una alta imagen-archivo. x cristian gómez moya
política. Este acceso se ha traducido –más conectividad, que permitiría un acceso mul-
allá de sus políticas de exhibición, colección tihistórico y desterritorializado en perjuicio
y conservación– en el desarrollo de amplios de unas políticas de administración local.
archivos digitales puestos en la red, archi- Sin embargo, también debemos sospechar Imaginarios Archivísticos:
vos que, fundamentados en un sentido con- de una excesiva vinculación a un lugar, ya Museos, contra-canon y
trahegemónico de lo cultural, han abierto que su reivindicación simplemente acaba-
prácticas instituyentes
una vía para renegociar los saberes univer- ría por emular el aparato estado-nación de
sales y ponerlos al alcance de los diversos la territorialidad. Una territorialidad enten- La irradiación del posestructuralismo ha-
usuarios conectados globalmente. dida como garante profiláctico de unos do- cia el terreno de la administración creati-
En este contexto del arte global sin fron- cumentos originales bajo sello patrimonial, va de la cultura y la gestión progresista de
teras, comprender los archivos digitales, fundamentado en una cultura de la imagen lo artístico, trajo consigo el derrumbe de
muchos de los imaginarios archivísticos
que la burocracia estatal tardo-naciona-
lista había percibido como inamovibles .
A su vez impulsó el cuestionamiento de
las inercias autolegitimadoras de la insti-
tución museo.
En consecuencia, la pregunta por la ac-
tualidad de las políticas de archivo de los
museos de arte conlleva la siguiente apues-
ta: asumir que, ya que los archivos son ar-
tefactos simbólico-sociales constituidos y
actualizados en el curso de su performati-
vidad histórica, los registros y documentos
que los conforman son dispositivos facti-
bles de ser reinterpretados, socializados,
aprehendidos, soterrados, manipulados,
vindicados, oficializados o deslegitimados
a través de la aparición de nuevos imagina-
rios archivísticos.
Estos últimos son, en el sentido amplio
de la palabra, espacios instituyentes y en-
granajes discursivos que permiten reacti-
var los acontecimientos del pasado, ya sea
como fuerzas disruptivas del presente o
bien como coerciones monumentalizantes.
Toda intersección con el pasado es, en este
sentido, una lucha política y epistémica en
y por el presente.

14 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


red

En la medida en la que los museos reivin- ción de archivos parece requerir no sólo la superponían visualmente con el sonido de La Red Conceptua-
diquen el hecho de que los restos de algunas irrupción de estrategias radicales de inter- los testimonios recopilados recientemente lismos del Sur en una
demostración abierta
prácticas artísticas –o bien determinados vención en los procesos de construcción de por Ana Longoni y Mariano Mestman para de los mecanismos
objetos (obras de arte o no)– operen bajo los nuevos imaginarios archivísticos pos- su investigación sobre el itinerario del 68 de la comunicación
la forma de documentos, huellas o registros nacionales, sino también la emergencia de argentino. En los dos corredores restantes, global y conceoptual.
del pasado, estarán conminados a conver- nuevas prácticas instituyentes conscientes el público tenía acceso a un amplio mate-
tirse en dispositivos de intervención y en de las políticas, las biopolíticas y las geopo- rial de visualización y consulta (una copia
herramientas de disrupción de los procesos líticas de archivo de los museos de arte. x parcial del archivo se encontraba dispuesta
de canonización de los relatos del arte; de joaquín barriendos en el centro del segundo túnel), que incluía
lo contrario, su función se limitará a servir desde los documentos históricos de los se-
de contendedores del espectáculo a través senta y setenta a aquellos que constataban
del display de las ruinas (de la historia glo- Por una política alternativa las resonancias diacrónicas de la experien-
bal) del arte. Por lo tanto, la transformación del archivo descentrado: cia en los más diversos medios.
crítica de la lógica representacional de los El título del experimento curatorial
El caso de Inventario
museos debería venir acompañada de una expresaba un doble deseo: por un lado, in-
interpelación radical de nuestros deseos de Con frecuencia, la expansión del canon del ventariar el archivo para su publicación en
transmisión y acceso al pasado, de nuestras arte contemporáneo a partir de la inclusión un catálogo que diera cuenta del conjun-
estrategias y persistencias colectivas ante el en él de las prácticas denominadas perifé- to de sus documentos, por otro, inventar
olvido y de nuestra necesidad de identificar- ricas impone sobre éstas un marco episte- modos de activar críticamente en el pre-
nos con o de desidentificarnos de nuestras mológico que compromete el despliegue sente el sustrato utópico de las prácticas
instituciones culturales y de sus políticas de su potencia disruptiva en el presente. que conforman su acervo documental. La
de archivo. Frente a esta circunstancia se hace urgen- exposición del archivo se conciliaba con
Es en este escenario en el que debemos te imaginar políticas de visibilidad de los su puesta en valor de uso. El desmontaje
preguntarnos por la relación coyuntural restos documentales de estas experiencias de las narrativas que operaba pretendía li-
entre la aparición de un conjunto de nue- que respondan a una lógica alternativa. En berar a experiencias como Tucumán Arde
vas estrategias adquisitivas y expositivas este sentido, una tentativa sumamente va- de su consagración institucional en cuanto
en el interior de los museos, por un lado, y liosa fue la muestra Inventario 1965-1975. emblema del conceptualismo latinoamerica-
el reclamo de visibilidad internacional de Archivo Graciela Carnevale, celebrada en el no, difiriendo el sentido del evento original
una serie de acervos documentales, proto- Centro Cultural Parque de España de Rosa- como posibilidad generadora de un nuevo
archivos o compendios de registros relacio- rio (Argentina) entre el 3 de octubre y el 9 acontecimiento. El énfasis en la materiali-
nados con las prácticas conceptuales y con de noviembre de 2008. dad y en la procesualidad de la constitución
las turbulencias políticas que tuvieron lugar Los tres túneles que conformaban el del orden discursivo del archivo, se posicio-
en América Latina a partir de la década de espacio de exhibición fueron intervenidos naba contra la homogeneidad esteticista del
los sesentas, por el otro. del siguiente modo: el primero de ellos se documento artistificado predominante en
En otras palabras, es en este marco en encontraba prácticamente vacío. Sólo unas eventos como la Documenta 12, volviendo
el que debemos preguntarnos por el pro- luces proyectadas sobre la pared desvela- sobre sí misma la potencialidad desmitifi-
ceso de fertilización cruzada entre ciertas ban su mediación simbólica en tanto con- cadora de la experiencia originaria.
prácticas conceptuales no canónicas, peri- tenedor cultural. Al fondo de la sala, una Este enfoque epistemocrítico revela las
féricas, marginales, radicales, o en proceso sucesión aleatoria de imágenes proceden- fisuras de todo relato que pretenda proveer
de canonización, y los nuevos imaginarios tes del archivo que daban cuenta del pro- al espectador de una explicación unívoca
archivísticos globales de algunos museos ceso de producción y difusión de Tucumán del sentido histórico de aquellas prácticas,
centro-progresistas de arte contemporá- Arde (inciativa que aglutinó a un conjunto apostando por la singularidad y la mul-
neo. de artistas argentinos que denunciaron la tiplicidad de lecturas a la hora de definir
Desde nuestro punto de vista, el debate crisis de subsistencia que afectaba a la pro- dialógica, pero también agonísticamente,
por las políticas de adquisición y exhibi- vincia durante la dictadura de Onganía) se su memoria sensible. x jaime vindel

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 15


redes

En lo que respeta al tema que nos con-


HISTORIA cierne, su dinámica interroga críticamen-
te, de hecho, todas las aporías de cualquier

Todos somos negros. principio de identidad universal. Con la De-


claración de Independencia de 1804 nace,
como decíamos, una república negra, pero
La revolución haitiana de 1804 con nombre indígena (Hayti, en efecto, es
el antiguo nombre taíno de la isla). Primera
manifestación de pluralidades identitarias
cruzadas.
Pero si se quisieran más pruebas de la
Me permitiré comenzar citando muy El Bicentena- las que toman el poder para fundar una re- densidad filosófica del contenido político
abruptamente una frase que se ha hecho rio de 2010 pública llamada, justamente, negra. de la revolución, bastaría citar el primer
justamente célebre en ciertos círculos Pero, volvamos a nuestra frasecita, nues- párrafo del Preámbulo de la nueva consti-
restringidos, aunque debería serlo mucho ignora la más tra frase-cita. ¿Qué se está jugando en su tución, que Dessalines promulga el 20 de
más, por sus enormes alcances para una radical e extraña formulación? Recordemos algunos mayo de 1805:
teoría crítica de la identidad. La frase dice inesperada mínimos antecedentes. Haití –que antes “En presencia del Ser Supremo, ante
así: “Todos los ciudadanos, de aquí en ade- de las de 1804 se llamaba Saint-Domingue– era quien todos los mortales son iguales, y que
lante, serán conocidos por la denominación de lejos la más rica colonia francesa en el ha diseminado tantas clases de seres dife-
genérica de negros”.
revoluciones Caribe, y hay quien afirma que era la más rentes sobre la superficie del globo con el
Bien. Esta frase no es una ocurrencia americanas, rica colonia en cualquier parte. solo propósito de manifestar su gloria y po-
caprichosa, ni un exabrupto provocativo, la de Haití En 1789, cuando estalla la Revolución der mediante la diversidad de sus obras…”
ni mucho menos un delirio surrealista. Es de 1804 Francesa había en esa sociedad plantadora Ya no se trata, se ve, de la simple ho-
el artículo 14 de la Constitución Haitiana y esclavista, productora de azúcar y café, mogeneidad abstracta de la igualdad ante
de 1805, promulgada por Jean-Jacques Des- unos 500.000 esclavos de origen africano, la Ley (humana o divina). Se empieza por
salines sobre los borradores redactados por unos 27.000 colonos blancos y unos 34.000 afirmar una igualdad universal para, en el
Toussaint Louverture en 1801, pero cuya mulatos. Ya desde principios del siglo XVIII mismo movimiento, aseverar la diferencia
institucionalización tuvo que esperar a la los muy cartesianos ocupantes franceses, y la diversidad. Se apela a la retórica ilus-
Declaración de Independencia de 1804, con con su racionalista pasión taxonómica, ha- trada de la revolución francesa (el Ser Su-
Toussaint ya muerto en las cárceles napo- bían creído poder detectar y clasificar 126 premo) para inmediatamente dotar al Ser
leónicas. tonalidades diferentes de negritud, cada de determinaciones particular-concretas.
Sirva de paso, esta referencia, para inte- una con su respectiva denominación y ca- La siguiente frase avanza un paso más en
rrogar la extraña idea continental de festejar racterología. este camino:
el llamado Bicentenario de las revoluciones “Ante la creación entera, cuyos hijos des-
independentistas americanas en el 2010, Doscientas mil vidas. Estallada la revolu- poseídos hemos tan injustamente y durante
cuando la primera, la más radical y la más ción en la metrópolis, los esclavos reciben tanto tiempo sido considerados…”
inesperada de esas revoluciones se llevó a alborozados las noticias sobre su máximo
cabo en 1804 y no en 1810. La más radical, documento político, la Declaración de los Universalismo y particularismo. Otra
digo, puesto que allí son directamente los Derechos Universales del Hombre y del vez, la totalidad de la creación es especi-
ex esclavos africanos –es decir, la clase do- Ciudadano, sólo para enterarse rápida- ficada por su parte excluída, desposeída
minada por excelencia y no las nuevas élites mente de que ellos no son miembros de ese –por esa parte-que-no-tiene-parte–, como
burguesas de composición europea blanca– universal: son la parte sin la cual el todo no diría Jacques Rancière: para nuestro caso,
podría funcionar (algo más de la tercera los antiguos esclavos negros (etnia y clase
parte de los ingresos franceses provienen son nuevamente convocados para definir
solamente del trabajo esclavo de Saint-Do- un no-lugar en la totalidad).
mingue), y por lo tanto deben quedar como Todo concurre a la arquitectura textual
particularidad excluida del Universal para de una complicada dialéctica en la cual
que el nuevo Todo pueda ser sostenido por universalismo y particularismo son con-
la economía. Y que por lo tanto tendrán que frontados. Universalismo y particularis-
iniciar –en 1791–un largo y violento proce- mo, en efecto, se referencian mutuamente,
so revolucionario propio con la paradójica aunque sin operar una síntesis superadora,
finalidad de que se cumpla integralmente como quisiera cierta vulgata hegeliana: la
esa postulación de universalidad que les es igualdad universal no podría ser alcanzada
ajena o mejor dicho enajenada, lo cual cos- sin la demanda particular de los esclavos
tará a los ex esclavos la friolera de 200.000 negros que han sido expulsados de la uni-
vidas. versalidad; al revés, esa demanda particular
La verdadera paradoja –casi nos atreve- no tiene sentido sino por su referencia a la
ríamos a decir el escándalo –es que la re- universalidad. Pero particularidad y univer-
volución haitiana es, en este sentido, más salidad no se recubren ni se identifican ple-
francesa que la francesa –puesto que sólo namente: la primera desborda a la segunda,
esa parte excluida de lo Universal puede y la segunda le queda chica a la primera. La
llevar a cabo el principio de universalidad–, parte es más que el todo al cual la parte le
pero sólo puede ser más francesa que la hace falta.
francesa porque es haitiana –porque es la Esta estructura se manifiesta más aún
Acta de una venta particularidad que por definición le falta a cuando confrontamos aquellos artículos
de terreno, fechada la totalidad–. El artículo 14 es pues, como se del cuerpo constitucional que abordan es-
en el mes de febrero suele decir, una reparación jurídico-política pecialmente las cuestiones raciales y clasis-
de 1791. Imagen
en primer lugar, pero también, y sobre todo, tas. El artículo 12 nos advierte que “Ninguna
procedente de los
Archivos Nacionales filosófica, y de una radicalidad filosófica au- persona blanca, de cualquier nacionalidad,
de Haití. ténticamente inédita. podrá poner pie en este territorio en calidad

16 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


redes

de amo o propietario, ni en el futuro adquirir que en ella ha tenido el conflicto político


aquí propiedad alguna”. El siguiente artí- entre las razas.
culo, sin embargo, aclara que “el artículo El artículo 14 (y toda la Constitución a la
precedente no tendrá efecto ninguno so- cual pertenece) hace de facto la crítica, in-
bre las mujeres blancas que hayan sido na- cluso anticipada, de una (ideo)lógica cons-
turalizadas por el gobierno (…) Incluidos en titucional que imagina el estado-nación
la presente disposición están también los moderno como una unidad homogénea,
alemanes y polacos (¿?) naturalizados por sin distinciones de clases, razas, género,
el gobierno”. Y así llegamos a nuestro famo- etcétera. Y también, hay que decirlo, hace
so artículo 14, que ahora citamos completo: la crítica -mucho más anticipada- de ciertas
“Todas las distinciones de color necesaria- celebraciones multiculturalistas, ingenuas
mente desaparecerán entre los hijos de una o no, que suelen pasar por alto hasta qué
y la misma familia, donde el Jefe del Estado punto la emergencia de las diferencias son
es el padre ; todos los ciudadanos haitianos, una función de las desigualdades produci-
de aquí en adelante, serán conocidos por la das por el poder.
denominación genérica de negros”. Al mismo tiempo, sin embargo, hay en
No sabemos por qué se hace la extra- la constitución de 1805, y en el propio ar-
ña especificación sobre los “alemanes y tículo 14, una concepción unitaria de la na-
polacos” naturalizados. Pero, sin duda, su ción. Pero véase con cuál criterio: “Todas
mención es el colmo de la ironía particu- las distinciones de color necesariamente
larista, más subrayado aún por el hecho de desaparecerán entre los hijos de una y la
que también alemanes y polacos –que uno misma familia, donde el Jefe del Estado es
suele asociar con la piel blanquísima y los el padre”. Paternalismo, decíamos antes –y
cabellos rubios de sajones y eslavos- son, por supuesto, podríamos agregar patriar-
ahora, negros. calismo–; la nación es pensada como una
Esta generalización a primera vista ab- gran familia unida e indivisible (donde, ya
surda tiene el enorme valor de producir sabemos, todos los miembros son negros),
una disrupción del racialismo biologicista dirigida, como corresponde a la metáfora,
o naturalista que, entre fines del siglo XVIII por el padre en tanto Jefe del Estado (aun-
y principios del XIX, ha comenzado a im- que no solamente: ya hemos visto que, ale-
ponerse: si incluso los polacos y alemanes góricamente, hay a la vez un retorno de la
pueden ser decretados negros, entonces mater(ia) implícita en esa carne negra, sin
está claro que negro es una denominación la cual no puede pensarse la ciudadanía
política (o político-cultural, si se quiere), es haitiana).
decir arbitraria (en un sentido más o menos
saussuriano de la arbitrariedad del signo) y Identidad dividida. Es justamente contra
no natural ni necesaria. Y que, por lo tanto, esta analogía entre el estado y la familia (una Grabado francés de la Todo lo anterior hace a lo que podría-
lo fue siempre: con el mismo gesto se de- oposición que en la tradición política euro- época que representa mos llamar una identidad dividida –o, si
al libertador de Haití
construye la falacia racista que atribuye ras- pea puede ya detectarse en la antigua Grecia Toussaint Louverture,
se quiere, bifurcada– haitiana. Tenemos
gos diferenciales a las 126 distintas especies y su distinción entre polis y oikos, central portando en sus una nación nueva, fundada desde cero: al
de negritud. incluso como motivo de conflicto trágico manos la Declaración contrario de lo que sucederá con las otras
tal y como se encuentra en la Antígona de de Independencia de independencias americanas, hay una radi-
1804.
Crítica del multiculturalismo. Hay que Sófocles), es contra esta analogía, decíamos, cal discontinuidad ( jurídica, sin duda, pero
insistir entonces: mediante este acto de que luchan los primeros grandes teorizado- también, y sobre todo, étnico-cultural: es
habla –este verdadero y poderoso perfor- res del Estado europeo-moderno (el debate una nación negra) respecto de la situación
mativo– se produce una inquietante apo- puede leerse en Maquiavelo, en Hobbes, en colonial.
ría filosófica, la de que el universal es de- Locke). Obviamente, se trata ante todo de Pero su novedad consiste, ante todo, en
rivado de una generalización de uno de sus un combate contra el paternalismo feudal. un reconocimiento y una puesta en escena
particulares. Y no de uno cualquiera, sino, Pero es también un argumento tendente a de los irresolubles conflictos heredados de
nuevamente, del que hasta entonces había la separación entre sociedad política y so- la situación colonial y de la lógica étnica,
sido materialmente excluido. Es una apo- ciedad civil –o más genéricamente, entre social y económica de la plantación: el idea-
ría casi benjaminiana: es el polo extremo estado y sociedad–, separación necesaria rio de la Revolución Francesa es, al mismo
aquel que se contrapone a la pretensión de para la autonomía de la ascendente clase tiempo que conservado, llevado más allá de
universalidad, el que pone de manifiesto la burguesa. Pero sea como sea, esa es una ella misma, un más allá donde se encuentra
constelación en su totalidad. cuestión europea, occidental. con el color negro; y ese color local, por así
Como dice, no sin discreto sarcasmo, Sy- El artículo 14 nada tiene que ver con esa llamarlo, obliga a un retroceso –para las
bille Fischer, “llamar a todos los haitianos, polémica, y por otra parte, al considerarla concepciones evolucionistas y progresistas
más allá del color de su piel, negros, es un de facto ajena, refuta asimismo su natura- eurocéntricas– hacia las tradiciones socia-
gesto similar al de llamar a todo el mundo, lidad: la unidad política que levanta como les y míticas africanas.
más allá de su sexo, mujeres”. De cualquier programa es la de la estructura social no Su modernidad –plenamente asumida
manera, y para volver a ello, está clara la tradicional o premoderna, sino, sencilla- Al contrario bajo el ideario de la Revolución France-
intención político-cultural de la cláusula. mente, africana, es decir otra, en la cual la sa– sólo puede ser realizada mediante un
Finalmente, ¿para qué es necesario legal- lógica del poder político es indistinguible de de lo que recurso a la tradición. Como reza esa ex-
mente introducirla, si ya ha empezado por lo que los antropólogos han estudiado como sucederá con traordinaria primera frase de la biografía
aclararse que en Haití no será permitida estructuras del parentesco, que, al decir por las otras in- de Zapata por John Womack: “Esta es la
ninguna clase de distinciones por el color ejemplo de Lévi-Strauss, transforman la dependencias historia de unos campesinos que no querían
de la piel? El sentido no es, pues, meramen- consanguinidad biológica en alianza social y cambiar, y que por eso mismo hicieron una
te jurídico: se trata, todavía, de no ocultar política. Otra muestra, pues, de politización
americanas revolución”.
ni disfrazar, en la historia que ahora puede –es decir, de materialización, en el sentido Haití es una Podrían citarse varias otras instancias
llamarse haitiana, el lugar determinante estricto– de una naturaleza abstracta. nación nueva paradójicas (o tal vez habría que decir dia-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 17


redes

tres vértices (África/Europa/América), y no


una menos compleja oposición lineal como
en los otros casos que hemos mencionado
(África/Europa, India/Europa, etcétera), o
una continuidad cultural con discontinui-
dad jurídica como en el caso de los otros
movimientos independentistas latinoa-
mericanos.
El vértice África es aquí, por supuesto, el
tercero excluido que se incluye rompiendo
toda posibilidad de un equilibrio (aunque
fuera conflictivo) entre dos polos (Euro-
pa/las colonias), al introducir, por un lado,
la noción de un retorno mítico a Guinea
(como denominaban los esclavos a Africa)
y su propia tensión interna con una creolité
afroamericana, por el otro la cuestión de la
negritud, y todo ello al mismo tiempo adhi-
riendo (no hace falta repetir con qué mayo-
res y heterotópicos alcances) el ideario de la
Revolución Francesa y la modernidad.
Ni las teorías clásicas del nacionalismo
–que, como hemos dicho, tienden a con-
siderarlo un fenómeno de la modernidad
europea–, ni la teoría de Benedict Ander-
son –que si bien busca sortear esa impron-
ta eurocéntrica, construye una serie de
modelos en ninguno de los cuales encaja el
caso haitiano–, ni el mainstream de la teo-
ría poscolonial –que, con todos sus rizomas,
hibrideces, in-betweens y demás sigue pen-
sando, paradójicamente, de manera binaria
la relación metrópoliscolonia- pueden por
Intervención del lécticas) para ilustrar esta bifurcación de los un invento del mundo colonial en su lucha lo tanto dar cuenta acabadamente de lo que
artista argentino tiempos históricos que, lejos de ser extra- por romper con las potencias imperiales. llamaremos –siguiendo a nuestro modo a
Juan Carlos Romero
a raíz de la iniciativa
moderna, pertenece a una modernidad que Haití, sin embargo, no encaja en ninguno Lévi-Strauss- la bifurcación tripartita con
“Todos somos sólo cuando se aborda desde lo que Benja- de los paradigmas que Anderson expone la que tuvo que confrontarse la revolución
negros”. min llamaría la historia de los vencidos se detalladamente. haitiana.
muestra, ella también, como teniendo una No es un típico nacionalismo criollo
identidad dividida. como los habituales en las independen- La bifurcación tripartita. Con bifur-
En Haití, sería el caso de la religión vudú cias de América Latina, donde las minorías cación tripartita estamos acuñando, para
o de la lengua créole, que no vamos a dis- mayoritariamente blancas propulsaron lo mayor claridad, lo que en verdad es un pleo-
cutir ahora. Esta podría ser una vía para que se puede llamar un nativismo fronterizo, nasmo: pese al equívoco de la raíz bi, toda
pensar la sintomática y casi total ausencia, aunque conservando los valores culturales bifurcación abre tres direcciones, como es
en la denominada teoría poscolonial, de re- europeos y un orden social con suprema- fácil apreciar en lo que se llama una bifurca-
ferencias a un fenómeno como el haitiano cía blanca. Tampoco es Haití exactamente ción del camino, ante la cual se puede avan-
que parecería deber ser un ejemplo para- el caso de los movimientos anticoloniales zar por la izquierda, por la derecha o hacia
digmático para sus categorías. ¿No ilustra de la India o de Africa, que insuflaron en atrás (de vuelta a Guinea, por así decir).
en efecto ejemplarmente el artículo 14 eso sus demandas de soberanía un deseo de di- La bifurcación, es sabido, es una figura
que Gayatri Spivak ha denominado esencia- ferencia absoluta con Europa, basada en la central en la llamada teoría de las catástro-
lismo estratégico? Sin embargo, parece que pureza de sus orígenes étnico-culturales. fes de René Thom y otros. Y en otro regis-
las cosas no fueran tan fáciles. La revolución haitiana supuso una tro teórico y literario, es el lugar en el cual
transculturación conflictiva (o catastrófica, Edipo se encuentra con su destino: ese cru-
Nacionalismo criollo. Doris Garraway como la hemos denominado en otro lugar) ce de tres caminos (que los latinos llaman
introduce una hipótesis para explicar esta marcada por una tensión no resuelta entre trivium, del cual deriva nuestro adjetivo
impotencia de la teoría poscolonial ante el esas referencias culturales: una tensión en trivial) donde, justamente por no querer
fenómeno Haití: la de la no pertinencia de buena medida vinculada con el hecho de retroceder, asesina a su padre Layo y se
las categorías de nacionalismo con las cua- que, en el momento de producirse el mo- precipita en la tragedia.
les los académicos intentan caracterizar vimiento emancipatorio, una muy impor- Ahora bien, en un párrafo anterior espe-
los movimientos anticoloniales modernos, tante porción de los esclavos insurgentes, culábamos con la idea de que los esclavos
categorías que no pueden dar cuenta del algo más de un tercio del total, no eran afri- –revirtiendo la lógica de universalización
fenómeno de la revolución haitiana. canos originarios, sino que sus antepasados de la particularidad operada por el eurocen-
Uno de los textos más influyentes so- provenían (una proveniencia forzada, por trismo colonial– se asumen como la parte
bre este tema, el de Benedict Anderson, el supuesto) de África, pero ya podían consi- que se proyecta hacia el todo señalándole su
libro Comunidades Imaginadas (que, no derarse antillanos o caribeños. universalidad como falsa, puesto que trun-
hace falta decirlo, nunca menciona a Hai- Hay pues en este caso una suerte de ca. A eso puede llamárselo universalismo
tí), avanza la sugestiva hipótesis de que el triángulo tensional que es algo así como si- particular en cuanto opuesto al particula-
nacionalismo no es un producto europeo métricamente inverso al triángulo atlántico rismo universal europeo y en cuanto cum-
posterior a la Revolución Francesa –como del que tanto se ha hablado para calificar al ple la premisa de un auténtico pensamiento
convencionalmente se da por sentado– sino comercio esclavista, y que como tal supone crítico: la de –para decirlo con Adorno– una

18 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


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dialéctica negativa que reinstala en el cen-


tro del universal el conflicto irresoluble CONVOCATORIA
con el particular excluido, desnudando la
violencia de la negación del otro interno y
rechazando las tentaciones del pensamien-
to identitario.
Una denominación genérica.
Este es el significado profundo del artí-
culo 14 con su irónica –y politizada – uni- La proclama haitiana en la calle
versalización del color negro. Pero tal lógica
lo que hace es construir y constituir a ese
color como el significante privilegiado –o,
si se quiere decir así, el operador semiótico
fundamental- de una materialidad crítica,
una bifurcación catastrófica, que va a atra-
vesar de una u otra manera la productividad
discursiva (filosófica, ensayística, ficcional,
narrativa, poética y estética) de la cultura
antillana. Billete conmemorativo
de la proclamación
Negros aunque no todos. Desde ya, el de la Constitución
haitiana de 1801,
cruce conflictivo y la intertextualidad trá-
con la efigie de su
gica son un proceso presente en toda la cul- libertador Toussaint-
tura latinoamericana (y en toda cultura neo Louverture.
o poscolonial) y en ese contexto debe ser
pensado el color negro. Pero en el Caribe la “Todos los ciudadanos, de aquí en adelante, La radicalidad filosófica inédita de la ge-
cuestión de la negritud introduce una espe- serán conocidos por la denominación gené- neralización arbitraria ahora todos somos
cificidad, incluso una extremidad, que le da rica de negros” Artículo 14, Constitución negros, incluyendo explícitamente a las
toda su peculiar singularidad. Y esa extremi- Haitiana de 1805. mujeres blancas, los polacos y los alemanes
dad, esa especificidad que también –bajo la (sic), deja claro que para los revoluciona-
lógica del artículo 14- es críticamente uni- En medio de los festejos previstos en torno rios haitianos negro es una denominación
versalizable, en cuanto muestra las aporías al Bicentenario de las revoluciones inde- política y no biológica, que desconstruye la
irresueltas y probablemente irresolubles de pendistas americanas de 1810, es llamati- falacia racista y aspira a un nuevo univer-
una relación distinta con una modernidad va la omisión de la revolución haitiana de sal desde la generalización del particular
presuntamente homogeneizada por la cul- 1804, la primera, la más radical y la más (más) excluido.
tura occidental. inesperada de todas ellas. Allí fueron los Convocamos a retomar la proclama hai-
Esta última conclusión podría llegar a ser ex esclavos de origen africano –es decir tiana e instalarla en la calle, no sólo para
importante. Personalmente, siempre me ha la clase dominada por excelencia, y no las llamar la atención sobre la historia silen-
sorprendido la excesiva facilidad con la que nuevas élites burguesas de composición ciada de esta revolución negra de 1804 ante
el pensamiento post se somete –aunque sea europea blanca- los que tomaron el poder los homenajes del Bicentenario criollo, sino
para oponérsele- a la versión dominante de para fundar una república llamada, justa- además por la carga disruptiva que aún
la modernidad presentada como lo que ese mente, negra. Negra y a la vez con nombre porta intacta la idea de que todos y todas
mismo pensamiento denominó un gran re- indígena, ya que Hayti es el viejo nombre podamos definirnos como negros.
lato homogéneo y lineal. taíno de la isla. Carteles, afiches, autoadhesivos, vo-
Pero no hay una sola modernidad: la mo- Haití, hasta entonces llamada Saint- lantes, grafiti, avisos en publicaciones y
dernidad es tanto el particularismo univer- Domingue, era por lejos la más rica colonia cualquier otro medio puede redundar en
sal del Todos somos iguales menos algunos francesa en el Caribe. Una sociedad plan- extender esta campaña anónima y colec-
de la Revolución Francesa como el univer- tadora y esclavista productora de azúcar tiva por toda América Latina y el resto del
salismo particular del Todos somos negros y café, con medio millón de esclavos, que mundo. x
aunque no todos lo seamos de la Revolución proporcionaba más de la tercera parte de
Haitiana. los ingresos franceses.
El concepto de una identidad inten- La Constitución de Haití fue promulgada Red Conceptualismos del Sur
cionalmente bifurcada, mostrando como sobre los borradores redactados en 1801 por
decíamos que hay otra modernidad, o in- el liberto Toussaint Louverture, muerto en Post-Scriptum: Esta convocatoria anónima,
cluso una contramodernidad periférica, la cárcel napoleónica, quien había encabe- abierta y descentralizada, lanzada desde
quizá permitiría sortear la oposición bina- zado la revuelta antiesclavista desde 1791. la Red Conceptualismos del Sur viene
ria modernidad-posmodernidad en la que A diferencia de lo que sucederá con otras circulando profusamente desde abril de
permanece encerrado el academicismo independencias americanas, hay en este 2009 a través de internet y de distintas
post, incluyendo a los estudios culturales y No hay silenciado caso, que costó doscientas mil publicaciones impresas (la revista Ramona
la teoría postcolonial. una sola vidas humanas, una radical discontinuidad de Buenos Aires y la revista Plus de
Desde ya, es una vía siempre incompleta modernidad: (jurídica, sin duda, pero también y sobre Valdivia, entre otras). Ha sido traducida
y en proceso de destotalización y retotaliza- todo, étnico-cultural) respecto de la situa- a distintos idiomas (castellano, inglés,
vale tanto lo
ción, como diría un Sartre. Es decir: la vía ción colonial. francés, portugués) y se ha discutido en
misma de lo que solemos llamar identidad. universal de El ideario de igualdad de la Revolución diversos foros y asambleas. Viene siendo
La relación de desconexión-reconexión la Revolución Francesa de 1789 es llevado más allá de ella asumida por distintos artistas y colectivos,
bifurcante de las identidades resguar- Francesa misma, que terminó pretendiendo impedir así como por asociaciones sociales y
da, al fin y al cabo, sus propios enigmas, como lo la abolición de la esclavitud en Haití. Los es- culturales. Algunos registros de las
que tal vez sería conveniente custodiar. x clavos haitianos se enteraron muy pronto acciones y producciones que en torno a esta
eduardo grüner, Profesor de Antropología
particular de de que en la noción de universalidad pro- convocatoria se han impulsado se reúnen en
del Arte y de Teoría Política de la Universi- la Revolución clamada por los Derechos Universales del www.todosomosnegros.blogspot.com.
dad de Buenos Aires. Haitiana Hombre, no tenía lugar su particularidad.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 19


CARTA DE...

VALPARAÍSO
La ciudad chilena sigue desafiando a la utopía desde su Escuela de Arquitectura.
Un referente en la experimentación mundial desde finales de los años cincuenta que funde
poesía y construcción en su metodología. Dos visiones abordan un proyecto radical .

Hacer sin esperanza


Por Alejandro Gabriel Crispiani

P
ocas dudas caben de que la Escuela de superficial. Más que como un corpus de ideas, esta reconoce “el cuerpo, la voz, el ademán, la pausa,
Arquitectura de la Universidad Católica posición se comporta un tanto como las obras artís- la palabra, la situación real, concreta e inmediata
de Valparaíso ha sido y quizás aún siga ticas, con respecto a las cuales nadie está obligado de lo que se da ‘allí y ahora’ donde se abre el juego
siendo una experiencia excepcional que a entrar en contacto y que tienen toda la libertad a lo que ya se sabe y a lo que no se sabe”(Iommi,
ha excedido el ámbito latinoamericano. Guiada de presentarse como un tómalo o déjalo. De op- Segunda carta sobre la Phaléne). Necesariamente,
desde 1952 por un colectivo de artistas y profesio- tar por la primera alternativa, lo que se nos pasa el acto poético es comandado por un poeta, pero
nales, entre los que tuvieron un papel principal a requerir es una cierta suspensión de la incredu- está abierto a cualquiera que quiera intervenir en
el arquitecto Alberto Cruz Covarrubias y el poeta lidad, que no tiene porqué ser completa pero que él. De ahí la particular tensión de estos actos que
Godofredo Iommi, su valoración ha sido, de todas de no existir bloquea, digamos, toda la operación. podían postularse como arte colectivo sin que esto
maneras, mucho más extrema y dispar de lo que Algo de esto es lo que la Escuela de Arquitectura afectara la idea del artista como poseedor de un don
suele ser en relación con este tipo de experiencias de Valparaíso reclamó y reclama para sus formas extraordinario. En principio puede reconocer dis-
pedagógicas y artísticas. Pero si hay algo que no se de crear y aprender, y también en un cierto grado tintos grados de formalización, pudiendo ser com-
le podría negar es el calificativo de radical. Esta para su comprensión cabal. Esto por pletamente espontáneo u obedecer
radicalidad está, por supuesto, en las obras crea- supuesto no es casualidad, sino que a una cierta escenificación.
das en relación con ella, principalmente obras de
arquitectura, aunque no sólo, ya que también po-
se debe, efectivamente, a la intención
que prima en muchos de sus momen-
La forma También en su transcurso pue-
de tener cabida la creación de obras
dríamos hablar de escultura, poesía y diseño, pero tos de considerarse y de hacerse en los de crear, plásticas o de otra índole, aun pro-
la radicalidad que se expresa en estas obras es en
realidad un reflejo, a veces inclusive pálido, de la
términos de una obra artística, apli-
cándose a sí misma y construyéndose
construir y yectos de arquitectura. Es mucho lo
que aún resta saber con respecto a
de su pensamiento. Radicalidad densa y particu- en base a la propia idea de obra de arte enseñar de los actos poéticos desarrollados por
larmente trabajada desde el punto de vista teórico, que sostiene. En tal sentido, no man- Iommi. En ellos su autor vio no la
que toma posición frente a la totalidad del mundo tiene sólo una relación con las obras la Escuela manera de hacer arte que deman-
y que exige de quien quiere formar parte de ella, de arte en general sino, y quizás esto tuvo en el daban los tiempos, sino ese tipo de
nada menos que cambiar de vida. Es una posición sea lo más interesante, con una forma obra que sumándose a la tradición ya
que no se deja aprehender completamente, que de arte específica que de alguna mane- acto poético abierta a finales del siglo XIX estaba
aparece como resistente a cualquier explicación
exhaustiva que la agote y la fije quitándole libertad
ra creó y desarrolló.
Como resulta conocido en la cul-
su piedra destinada (por su propia naturaleza
de obra de arte y sin necesidad de
de movimiento, quizás en el entendido de que para tura del arte y la arquitectura en Chi- basal proponérselo) a conducir los tiem-
comprender es necesario primero cambiar de vida le, esta forma de arte que le es propia a pos, a orientarlos. No a la manera de
y no al revés, como tantas veces mandan nuestro la EAV, que en la práctica le pertenece las revoluciones sociales, políticas
hábitos intelectuales. sólo a ella y que sólo ella ha desarrollado son los lla- o técnicas, sino según otra lógica más poderosa,
Para los que intentamos verla y comprenderla mados actos poéticos, un tipo de obra creado por el imperceptible y ajena en definitiva a cualquier vo-
desde fuera (que no hemos cambiado nuestra vida poeta Godofredo Iommi probablemente hacia fina- luntad individual.
en sintonía con sus ideas), lo que se presenta en les de los años cuarenta y que siguió desarrollando Iommi vio en los actos poéticos un sentido par-
primer lugar es la existencia de un núcleo duro de hasta su muerte en 1997. Recogiendo temas tanto ticularmente alto, inconmensurable: la posibilidad
convicciones que no se ponen en discusión ya que de las vanguardias históricas como de la fenomeno- de hacer presente “la realidad poética del mundo
no se trata de convencer con ellas a nadie. Desde logía y el pensamiento de Heidegger, el acto poético en cuanto poética”, un tipo de “juego para que
ellas se construye una posición que suele reclamar es básicamente lo que indica su nombre: poesía en cualquiera traiga allí el juego poético del mundo”
bastante rápidamente la adhesión o la impugna- forma de acto, que puede ser recitada o creada en (Segunda carta...). La gravitación del pensamiento
ción, que en ambos casos puede ser profunda o su transcurso. Una manera de hacer poesía que de Heidegger es evidente. El acto poético es una

20 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


En la Escuela de
Valparaíso domina la
visión de la arquitectura
como acto poético.
En la imagen, una
instalación de los
primeros tiempos de
Ciudad Abierta,
hacia 1972.

operación que se realiza sobre el lenguaje y que


resuena en todo el hacer del hombre. La forma de
crear, construir y enseñar de la EAV, su posición
frente a la realidad, su manera de entender la rela-
ción entre las artes, la ciencia, la técnica y las disci-
plinas de la proyectación y aún su propio discurso
americanista tuvieron en gran medida en el acto
poético su piedra basal.

D
esde allí se construye la relación entre
arquitectura y poesía, y también entre
las distintas artes. Sobre él se asentó
la posición que la Escuela ha tomado
en relación con el resto del mundo. La creencia en
la capacidad reveladora de estos actos (que no se
supone ha de manifestarse de manera inmedia-
ta), la suspensión de la incredulidad respecto a los
mismos y su aceptación en cuanto tales, resultó y
probablemente aún resulta insalvable para partici-
par plenamente en la filosofía de la EAV, al menos
de la visión de ésta que sostuvieron sus principales
creadores, el propio Godofredo Iommi y Alberto
Cruz Covarrubias. Con el acto poético comienza,
parecería, ese tómalo o déjalo.
La radicalidad de la EAV se inicia en el acto áreas de lo humano que se manifestarían en la obra crear no una arquitectura sino una ciudad que le
poético, que contiene in nuce toda su filosofía. Las de arte. La obra de arte tendría la capacidad de dar fuera propia. Esto sin ninguna intención evidente.
diversas modalidades de estos actos la acompaña- cuenta en sus propios términos y según su propia De ninguna manera Ciudad Abierta intenta ser un
ron a lo largo de toda su historia que se inicia en naturalaza no sólo de la dimensión política, sino modelo de nada. No se plantea como un ejemplo
1952 (en rigor, la Escuela de Arquitectura de la Uni- también de la religiosa, social, técnica, etc. Es des- ni quiere convencer a nadie de algo. Es entre otras
versidad Católica de Valparaíso ya existía y era una de ella donde lo demás acontece y donde nacería lo cosas el intento de llevar el mundo de contenidos
institución reconocida en el medio chileno, pero verdaderamente nuevo. y proposiciones del acto poético al ámbito mayor
en ese año se hacen cargo de ella Cruz, Iommi y un Es entonces, desde esta nueva forma de arte, que históricamente el hombre ha construido, la
grupo de jóvenes profesores) y se prolonga hasta el acto poético, que la EAV se propuso construir ciudad. Así pensada desde la obra de arte, esta ciu-
hoy día. Al contrario de varias de las vanguardias su propia realidad como Escuela de Arquitectura. dad puede no tener nada que decir con respecto a
latinoamericanas de los años sesenta que buscaron Realidad material concreta, que se da aquí y ahora la ciudad actual. No tiene relación directa con sus
aunar radicalidad estética y radicalidad política, la y se hace de manera colectiva, como el acto poéti- problemas ya que obedece a otro universo de sen-
radicalidad de la EAV no reconoce ni quiere reco- co mismo. La empresa que más va a caracterizar tidos, el del acto poético. No es ni un laboratorio
nocer ninguna dimensión política, porque entien- este impulso, como quizás resulte conocido, fue la ni un modelo.
de que la verdadera transformación, lo verdadera- creación en 1972 de Ciudad Abierta, en la que la También frente a Ciudad Abierta cabe la incredu-
mente nuevo, no puede venir de allí, sino de otras EAV se propuso no sin cierto grado de desmesura, lidad, cabe preguntarse si no se trata finalmente de

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 21


CARTA DE...

un conjunto de construcciones con un nombre más de alguna manera quitarle significación, sacarle el guía de la Escuela, se concluye que “el camino no es
o menos metafórico y altisonante. Es una posibili- peso o el lastre del significado para así poder actuar el camino”. Este es uno de los lemas de la EAV. Ese
dad con tanto derecho y razón de ser como el verla en libertad. Vaciar al presente de su significación camino que no es tal, es la esperanza. Es el futuro
con los ojos con que en general se ve una obra artís- para que así tuviera la oportunidad de volverse au- planificado, es la forma dominada por el significado
tica. También como toda obra de arte necesitó que téntico y receptivo a lo verdaderamente nuevo, esta que no permite desvíos y que le ordena al presen-
esta incredulidad ya fuera suspendida mucho antes, es la propuesta de Iommi. te su rumbo de manera taxativa e inapelable. El
en el momento de su ideación y durante todo el lar- Esto ya habría acontecido en la obra de arte camino es lo contrario de la aventura y se supone
go proceso de construcción, que continúa hasta hoy. moderno y de hecho en toda obra en que se hubiera también que de la libertad. Tomar por el camino
El conjunto de edificaciones y lugares de Ciudad puesto en juego una verdadera poiesis, ya fuera un de la esperanza sería renunciar a la libertad. Sería
Abierta, proyectada y hecha a mano por profesores producto de la ciencia, la técnica u otra creación también ir en contra del presente auténtico que se
y alumnos de la EAV desde 1972, da muestra que humana. Siguiendo la profesión de fe heideggeria- mueve de otra manera.

I
esta suspensión de la incredulidad, que se inicia en na que es característica de su pensamiento, Iommi
relación con el acto poético, se ha pensado como postula que esto habría tenido lugar primeramen- ommi creía también que el atarse a la espe-
un principio activo más que como una instancia te en el ámbito del lenguaje, específicamente en la ranza tenía siempre consecuencias graves.
contemplativa. Principio en rigor constructivo que poesía moderna. Allí justamente habría comenza- Ese habría sido, según explica en el mismo
aprovecha justamente el impulso hacia un arte he- do a abrirse camino la palabra sin significado, en texto anterior, el “paso fatal, el grueso, aun-
cho por todos que está en el corazón la obra de los simbolistas franceses, que necesario, tal vez, error” de las vanguardias del
de estos actos. principalmente Baudelaire, Lautre- siglo XX, particularmente de los movimientos que
Pero este hacer que demanda la sus- Vivir y crear mont y Rimbaud, pero también en Poe más le interesaron, el futurismo italiano y el su-
pensión de la incredulidad, demanda en Lewis Carroll. La importancia de rrealismo francés. Ambos habrían sucumbido a una
también otra condición, tan impor- sin esperanza estas obras es capital: “Este quiebro de las peores formas de la esperanza, aquella que
tante y central como la anterior. Una
condición que de no existir haría que
fue el gran es decisivo y grandioso, porque abre el
mundo de la modernidad”, dice Iom-
se nutre de significados que tienen que ver con el
gobierno de los hombres, en suma, con la política.
lo anterior se traicionara a sí mismo, mandato de mi en un texto titulado Hoy me voy a El grueso error de estas vanguardias es referido por
A la suspensión de la incredulidad le ocupar de mi cólera. La modernidad Iommi en los siguientes términos:
debe acompañar necesariamente el Iommi para trabajaría, entonces, para desmante- “(En la primera posguerra mundial) Puesto
dejar toda esperanza. Si no es así, construir un lar los significados, más que producir que había que cambiar la vida, es el objetivo esen-
esa incredulidad no es pura, está conocimiento le interesaría medirse cial de la poesía, lo propio era hacerlo con medios
contaminada y no puede desplegar- mundo mejor incansablemente con lo desconocido. adecuados. ¿Cuáles fueron? La política. Y de un
se plenamente. Como en la Divina
Comedia, al ingresar ya sea a un acto
o transformar En la creencia de Iommi, sólo la ab-
soluta fidelidad a este principio ase-
salto la poesía cede su propio campo para poner-
se al servicio de lo que supone la llevará a ser más
poético, en la Ciudad Abierta o en la el existente guraría la auténtica creación como poética, la poesía comprometida. (…) El mundo
EAV, se debe dejar atrás toda espe- afirma en Hay que ser aboslutamente vivió en aquellos días las grandes esperanzas. Por
ranza, particularmente la de cons- moderno: un lado, por primera vez en la historia humana se
truir un mundo mejor o transformar el existente, “Explorar sin tregua el lenguaje más allá de va a consumar la experiencia de lo que se llamó el
aunque no sólo estas. El hacer sin esperanza es un todo significado. Tal nuestra incalculable libertad. socialismo científico. Camino certero para alcanzar
punto central en el pensamiento de Godofredo Como se lo dijeron las Musas a Hesíodo, palabra la libertad plena del ser humano y vivir el amor (las
Iommi. Casi no hay texto suyo en el que, de una anterior al juicio. Palabra que revela, explorando dos luces del surrealismo). La respuesta de Euro-
manera ya sea velada o directa, no se trate este pun- su maravilla de ser palabra interminablemente. Al pa fue otra invención. Nada había que hipotecara
to. Vivir y crear sin esperanza sería el gran mandato fondo del abismo para encontrar lo desconocido. el futuro. Había que vivir el inmediato presente
y la manera de situarnos frente a todo. Cayeron los significados, con ellos el sentido de un con lo mejor del ser humano, su capacidad para el

E
mundo. ¿Qué va a ocurrir? Lo espléndido, de nuevo arrojo. Había que vivir peligrosamente como cantó
n 1969, en el hirviente clima político y abierta y reiniciada la aventura. La aventura de la Nietzsche. Y Mussolini construyó frente a Lenin
cultural por el por el que atraviesa Chi- palabra que aquí y en los cielos manifiesta el ser otra forma de vida. Tales fueron las dos alas de la
le (y muchos de los países del mundo) del hombre. Quiero recordar algo. Cuando decimos esperanza. Y los poetas se comprometieron. Los
que era sólo la antesala de lo que se iba caída de significados no pretendemos ignorar que futuristas y D´Annunzio fueron fascistas. Los su-
a vivir en los primeros años setenta, cuando se fun- toda palabra lo tiene. Queremos indicar que no es rrealistas, comunistas”.
da Ciudad Abierta, escribe provocadoramente sus la cota privilegiada de la palabra, que es simple- Iommi no tiene dudas, el resultado de estas
líneas más taxativas al respecto: mente un parámetro más, como la pronunciación grandes esperanzas a las que se habrían sumado los
“La esperanza es la matriz de todas las jus- o caligrafía que interviene como elemento consti- poetas, sería justamente la Segunda Guerra Mun-
tificaciones. Pero lo que se abre como posible es tutivo en la construcción de un sentido. No cuen- dial y sus horrores. Sólo un grupo de intelectuales
verdaderamente un tiempo nuevo. Una noción del ta ya la lógica fondo-forma, pensamiento-lirismo, y artistas (entre los que Iommi ubica cuestionable-
tiempo que desestima la esperanza, que rechaza la continente-contenido, ideología-discurso, etc. para mente a Heidegger) se habría mantenido al margen
nostalgia y lo futurible como puntos de apoyo. Otro acercarse a la poiesis”. de ellas: “Ellos fueron los intachables testigos de la
modo de entender la sucesión se dibuja, ya se dibu- Las obras de la poesía moderna mostrarían catástrofe de la esperanza. Ni Rusia, ni Alemania, ni
jó hace mucho tiempo en la realidad. En la espe- desde su naturaleza artística esta caída de los sig- Estados Unidos, ninguna ideología cancela la men-
ranza el mundo siempre será mañana. El de hoy es nificados, marcarían el paso, el rumbo que indefec- tira que lleva consigo cualquier clase de esperanza
un entretanto. Todas las formas de existencia que tiblemente habrían de tomar los tiempos, pese a las meramente humana”.
conocemos se apoyan en el tiempo de la esperanza demoras que pudieran producirse. La caída de los Queda flotando en las últimas palabras que
y la nostalgia. Las nuevas que se reclaman piden significados arrastraría consigo la esperanza y la quizás aquello que invalidaría la esperanza sería
sostenerse en la abertura o vigilia ininterrumpida nostalgia, pero lo más importante para Iommi sería la perspectiva meramente humana en que ésta se
de la libertad”. tomar conciencia de la estrecha relación que estos instala. También se transparenta sutilmente la
El acto poético y todo lo que sobre él se puede significados guardan con la primera. La tentativa adscripción religiosa de Iommi, que al igual que
construir, con su radical reconocimiento del aquí de la esperanza sería la de hacer significar el futu- la mayoría de los miembros fundadores de la EAV
y el ahora, se instalaría justamente en este tiem- ro a partir de una manera inauténtica y retrasada fue un católico militante. En tal sentido, no debería
po nuevo, que se habría vuelto particularmente de comprender el presente, a partir de traicionar confundirse esperanza con fe.
evidente en esos años, pero que ya vendría parpa- un presente que ya no aceptaría ser entendido a Sin entrar en este tema, resulta importante se-
deando y de hecho haciéndose presente en obras partir de una significación que intenta dominarlo ñalar que esta concepción tan negativa de la espe-
ya fuera del arte o la ciencia, desde finales del siglo en nombre de un mañana ideado desde las viejas ranza que sustenta Iommi, desde la que se invalida
XIX. La esperanza y la nostalgia serían formas de oposiciones. todo tipo de acción política, al menos para el artista
hacer significar el presente recubriendo su verda- En la página final del primer libro de Amereida, o aquellos empeñados en cualquier hacer poético
dera condición y las posibilidades que ésta contiene obra escrita en conjunto por Iommi, Cruz y otros (y no debería excluirse de este hacer a científicos
en cuanto tal. Quitarle al presente la nostalgia y la artistas e integrantes de la EAV, publicado justa- o practicantes de cualquier oficio) es también una
esperanza, que serían en definitiva lo mismo, sería mente en 1969 y que ha sido y es sin duda el libro- de las líneas de su discusión con el marxismo. Esta

22 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


Una de las imágenes
más simbólicas de
Godofredo Iommi,
creador y animador de la
EAV y propulsor del texto
colectivo “Amereida”
sobre el viaje y la
fundación de América.
En medio de una
carretera nevada de los
Andes, Iommi aparece
saludando una nueva
acción poética de su
invención.

discusión, nunca demasiado frontal, recorre de to- monumental tratado sobre la esperanza, Bloch ningún camino para llegar a él. No se puede esperar
das maneras sus ensayos, emergiendo con claridad desarrolla in extenso exactamente lo contrario nada concreto de él, y no debería despertar ninguna
en alguno de ellos. Baste un ejemplo para mostrar de lo sostenido por Iommi, considerando a la esperanza; pero surgido en el medio del desierto
un tanto los modos de esta discusión. En un texto esperanza como una suerte de “sueño conscien- muestra otra cosa diferente al desierto. La dimen-
colectivo de la EAV, se hacen explícitos sus funda- te hacia adelante”, proceso humano inevitable sión política que puede tomar la esperanza, es so-
mentos, los llamados pizarrones de la Exposición 20 guiado por el “presentimiento objetivo de lo que lamente una de las dimensiones posibles.
años Escuela de Arquitectura UCV, escritos en 1972, todavía-no-ha-llegado-a-ser, en el sentido de lo que El hacer sin esperanza de Iommi no se refiere
se incorpora una larga cita de Marx tomada de su todavía-no-ha-llegado-a-ser-lo-que-debiera”. sólo a ella sino que intenta abarcar todas, es abso-
Introducción general a la crítica de la economía po- La esperanza sería para Bloch un principio de- lutamente radical. Ningún tipo de esperanza de-
lítica, referida a sus ideas con respecto al arte y las seante que no tiene nada de fantasioso, una suerte bería contaminar el hacer creador. Ningún tipo de
obras de arte, aunque sin hacer notar su origen. Es de Eros capaz de dirigir lo real presente hacia lo interés, necesidad, previsión, ansia, expectativa o
una cita que posteriormente fue uti- que debe ser, una instancia superior cálculo que no sea absolutamente gratuito. El hacer
lizada por Iommi para contestar jus- y conciente del soñar despierto que sin esperanza es una empresa desmesurada, hiper-
tamente a la crítica de arte marxista,
tanto en su vertiente más ortodoxa
Ciudad siempre ha acompañado al hombre.
Es desde allí que intenta una visión
bólica, inhumana en todo el sentido de la palabra,
de la que se sabe de antemano que es imposible de
como a los autores que renovaron Abierta se mas humana del marxismo, menos sostener plenamente.
esta crítica en los años sesenta. Era científica pero supuestamente no Todas las empresas creativas encaradas por
evidentemente una discusión inevi- fundó bajo el menos objetiva. Iommi a lo largo de su vida responden a este rasgo,
table, teniendo en cuenta los alcan- gobierno de La utopía concreta postulada como ese mandato que se impuso en su juventud
ces y la gravitación que el marxismo por Bloch, producto del aquí y aho- en Buenos Aires junto a sus compañeros de la Her-
tuvo tanto en la política como en la Allende como ra marxista y movida por el principio mandad de la Orquídea, de ser Dante o nada. Son
cultura de los años sesenta y setenta.
Particularmente en el caso de Chile,
una nueva esperanza, estaba en las antípodas
del universo de ideas de la EAV aun-
empresas a las que el fracaso justamente les daría
la dimensión de su grandeza y estarían destinadas
que a partir del gobierno de la Unidad catástrofe de que no obstante se cruzan en algu- a ser traicionadas. Pero esto también era parte del
Popular de Salvador Allende en 1970
vio la llegada al poder, con sus alterna-
la esperanza nos puntos. También Ciudad Abierta
se construye concretamente aquí y
juego: “Esta luz originaria, desde la cual nosotros
partimos, la hemos –nosotros mismos- traiciona-
tivas, de esa filosofía. Ciudad Abierta ahora, a la vez que tiene algo de uto- do muchas veces, porque en el vaivén del trabajo
se fundó justamente bajo el gobierno pía, ya que se instala en un lugar sin uno se traiciona y se rescata constantemente: es
de Allende, seguramente una nueva catástrofe de lugar, por encima de las fuerzas más evidentes que una ilusión, por no decir una mentira, creer que se
la esperanza en la visión de Iommi. pugnan en la realidad. Pero no la mueve ninguna puede trabajar de otro modo, yo diría vivir de otro
La reconsideración de la esperanza por el esperanza, la dimensión de futuro ha quedado en modo. Uno vive constantemente traicionándose y
marxismo renovado de la segunda posguerra y los suspenso. Como lo señalan Cruz y Iommi, allí se constantemente rescatándose”. x
años sesenta, tuvo su formulación teórica más de- consuma un proceso que no estaría claro si quizás
sarrollada e influyente en la obra de Ernst Bloch, no recorrería toda la historia y al que Ciudad Abier-
representante del llamado humanismo marxista ta daría respuesta, proceso que iría, como reza uno Alejandro Gabriel Crispiani
y autor influyente también en ciertos pensadores de sus textos, de la utopía al espejismo. Profesor de la Facultad de Arquitectura, Diseño
cristianos de los años sesenta, particularmente El espejismo es a su manera un tipo de reali- y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad
en su famoso libro El principio esperanza (publi- dad, una realidad sin espesor que hace aparecer Católica de Chile.
cado en su versión definitiva en 1959). En este algo deseable (el oasis) pero que no nos muestra

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 23


CARTA DE...

Valparaíso (auto)coreográfico
Por Paulina Varas*

¿No existe, en la idea de desplazamiento largo en Valparaíso, ¿Al Paraíso? Hay algo en esta ciudad no hubiera otra opción posible que el desacuerdo.
el territorio, todavía la ilusión de la búsqueda de lo que se manifiesta como una posición de cierta irre- “La historia es representación, reconstruc-
original entendido como remoto? levancia con sentido. Una especie de biografía co- ción del pasado. La memoria es vida encarnada en
Marcelo Expósito lectiva que determina el lugar y el posicionamiento grupos, cambiante, pendular entre el recuerdo y la
discursivo, más allá de tópicos comunes referidos amnesia, desatada o más bien inconsciente de las
Una pregunta descifra mucho más que un mapa sólo a localizaciones geográficas. Situándonos en deformaciones y manipulaciones, siempre apro-
o un tipo de narración descriptiva a una ciudad este contexto -determinado por su lugaridad y vechable, actualizable, particular, mágica por su
en sí, un Valparaíso profundo que es al mismo experiencia subjetiva- que se trama a partir de su efectividad sagrada”, como sostiene Pierre Nora
tiempo mínimo y universal, liso y estriado, oscuro y topografía diseminada y fragmentada, se van con- en Los lugares de la memoria, pues, como decía al
expuesto, quizá es la experiencia construida como formando distintos sentidos poéticos y políticos principio de este texto, cuando pienso en Valparaí-
huella y sobre-expuesta a un tiempo circular. que no escapan a un espacio biográfico, herederos so, no sé muy bien a que Valparaíso nos referimos,
José Llano Loyola de una historia compleja, que a la vez sobrevive a si al de historias representadas o a la intemperie del

H
las adversidades del tiempo. Valparaíso efectivo y afectivo que se
ay una línea de Valparaíso, una letra El espacio biográfico se refiere, encuentra en la calle.
de Valparaíso, una retórica de Valpa- además de a las prácticas que mode-
raíso… Cuando me pregunto a qué nos lan nuestra historia, a aquellos inte- La Escuela, Sobre la(s) memoria(s). Hay una
referimos con Valparaíso, siempre
pienso en una oscilación. No creo que hablar de
reses políticos que están presentes
en las relaciones dentro del contexto
fundada en serie de relatos que forman parte de
la historia y sus memorias, y configu-
una ciudad sea fácil, ni menos representarla. Las artístico, aquellas actividades que 1952, dio ran el imaginario colectivo que bus-
ciudades tienen formas que podrían ser dibujadas, presentan cierta diferencia necesa- ca un lugar desde donde originarse.
pintadas, desplegadas, fotografiadas, para de este ria para nuestro espacio común. Hal a conocer Uno de ellos es el sitio desde donde
modo ubicarlas en el imaginario colectivo global y Foster ha comentado que “es induda- otra mirada comenzó el poblamiento en la Ciu-
señalar las características específicas de cada una. ble que el problema de las políticas de dad a mediados del Siglo XVI y se lla-
Pero es justamente sobre su condición informe, en la representación es de carácter es- distinta de ma La Matriz… Como señala Alberto
la que se depositan las posibilidades de referirse
a ellas abarcando su potencial crítico. Lo informe
trictamente contextual: lo que puede
parecer radical en Soho puede ser
configurar Madrid en La línea de la memoria,
“la primera imagen de Valparaíso
de cada ciudad seria aquello que no es solamente contrarrevolucionario en la Nicara- una fundación corresponde a una xilografía que
el diseño de los edificios ni su orden espacial, ni los
modos de habitar determinados, ni los ciudadanos
gua sandinista”, y eso ocurre porque
el carácter contextual de las políticas
proyectual ilustra el texto de Alonso de Ovalle,
Histórica relación del Reyno de Chi-
y las esferas públicas, sino una mezcla indetermi- de la representación se transforma en le (Roma, 1646). En ella se ilustra el
nada de límites análogos y lógicas materiales. Estos un problema a la hora de identificar borde costero y el sector matriz de
elementos van tejiéndose, impactan sobre mi bio- la producción estética o cultural de los diversos las construcciones de la ciudad. Además de aludir a
grafía y me atraviesan como espectros que compo- países y ciudades de la geografía contemporánea. Valparaíso interesa a su autor la mención a la Igle-
nen aquello que entiendo como el espacio común, También en una constante lucha frente a los in- sia de la Compañía de Jesús, San Salvador de la Ma-
desafiando su futuro frente a las incertidumbres tentos de homogeneización, sobre los cuales se triz. La realización de esta xilografía está elaborada
que se producen cada vez que adjetivamos y plura- generaría cierta resistencia con un fuerte carácter en base al relato de oídas, es Ovalle quien cuenta al
lizamos aquella palabra intraducible que significa productivo, como una condición de origen, como si ilustrador del texto, con imágenes que retiene en su
memoria y que son ejecutadas por el grabador”. El
ejercicio del relato y su interpretación no sólo fue
una especie de toponimia biográfica que constru-
yó trayectorias genealógicas, sino que contribuyó
a algo más intenso, a entender la deriva de ese viaje
como una huella del propio imaginario porteño.
Es así como existen dos acontecimientos que
resuenan en el imaginario cultural de Valparaíso,
que no remarcan todas las experiencias que allí
se han contenido y desarrollado, pero sí reflejan y
condicionan algunas prácticas creativas, de relato
y deriva que, en su relación con aquello que llama-
mos memoria, activan desde el cuerpo la travesía
interior.
La Universidad, la Escuela de Arquitectura de
la Universidad Católica de Valparaíso, fundada en
1952 por un grupo de jóvenes arquitectos liderados
por Alberto Cruz y el poeta Godofredo Iommi, dio a
conocer otra mirada de configurar un acto de fun-
dación proyectual, su peculiar proyecto docente se
basó en la conjunción de arquitectura y poesía –a
lo mejor entendiendo que la noción de la palabra
tiende a comprender lo original como germen–
establecieron un diálogo entre diversas disciplinas,
donde cada cierto tiempo realizaban actos poéticos
públicos –que atesoraban la voluntad y lo plástico
como lógicas de sentido y no de producción-, de
los cuales el más conocido se denominaba phalè-

24 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


VALPARAISO

Proyectos de habitáculos originales para la futura


e ingenios voladores, Ciudad Abierta e incluso
algunos de los bocetos llamar la atención del
que Iommi dibujaba turismo internacional
pensando en soluciones desde Valparaíso.

ne que consistía en una creación colectiva pública Plan de Estudios la realización de travesías anua- habían atracado en el puerto, una visita sin duda
y que Iommi desarrolló en diversas ciudades del les por América aludiendo al mito del viaje como particular para un día que se inscribirá en un com-
mundo. fundación y como parte de la transmisión oral de la plejo imaginario político-cultural nacional, pues la
En 1965, se conforma en la Escuela una pro- poesía, es decir, como una forma de participación primera Bienal de Valparaíso será clausurada cin-
puesta poética sobre América llamada Amereida. anterior a la escritura. En ellas se llevan a cabo ac- co días después de su inauguración –después del
Esta proposición trata de un texto colectivo que tos y proclamaciones, que culminan en leves obras Golpe Militar del 11 de septiembre– y se reabrirán
se gesta sobre el proceso del viaje y alude princi- de arquitectura y diseño que se donan a la gente sus puertas el 15 de octubre del mismo año con una
palmente a La Eneida, en relación al viaje y la fun- del lugar. administración diferente de la originaria del pro-
dación, que se conjuga en la experiencia de una La Política Municipal es el segundo aconteci- yecto. La Bienal seguirá su curso administrada por
estatura épica. Como ha señalado Alberto Cruz, miento al que nos referimos dado que tienen lugar personas colaboradoras del régimen dictatorial y se
“habitamos un continente que no cuenta con un una serie de sucesos en el contexto artístico de la realizará durante más de veinte años la impostura
Partenón ni con un cortejo de obras originales, ciudad que sitúan la exhibición como un ejercicio de esta administración siempre manteniendo como
esas, que expresan el ser ellas en toda obra. Por de circulación y legitimación dentro de las redes y sede principal el Museo Municipal, y emplazándo-
eso la poesía ha señalado que los originales han circuitos artísticos aparentes. Desde 1960, funcio- se según los requerimientos espaciales en distintos
de ser los poemas; no para sustituir, sí para dejar naban en Valparaíso los Salones de Otoño, convo- puntos de la ciudad.
abierta la cuestión”, siguiendo tal visión, profeso- cando a una serie de pintores y escultores naciona- Al revisar cada una de las portadas de los ca-
res de la Escuela organizaban una travesía por el les, con una exposición anual pero por cuestiones tálogos de la Bienal de Valparaíso –en términos de
interior del continente, uniendo Tierra del Fuego presupuestarias 13 años después el Salón desapare- la visualidad que anunciaba– es posible entender
con Santa Cruz de la Sierra, donde participaban ar- ce y se toma la decisión de crear una Bienal. cómo esas políticas de la representación se transfor-
tistas e intelectuales europeos que reconfiguraban El día 6 de septiembre de 1973, se inaugura la man en una representación de la política municipal
el Norte ya no como un reflejo sino como un gozne Primera Bienal Internacional de Arte de Valparaí- que allí se manifestó… Ambos acontecimientos, la
o un biselado más complejo de nuestra america- so en el Museo de Bellas Artes Municipal. En ese Escuela y la Municipalidad, sitúan a la memoria en
neidad. Posteriormente, en 1984, se incluye en el momento, una serie de barcos y buques extranjeros su dimensión más material, en un reconocimiento

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 25


CARTA DE...

sobre un vacío de lugar que busca su redefinición raciones donde el sujeto establece de manera di- cos códigos morales. La casa o casucha popular es
entre el viaje y su trasmisión oral y la emergencia versa, heterogénea, múltiple, compleja y mixta, una única, y funcional, está construida, adaptada para
de la visualidad impuesta como un tipo de politica lectura de la realidad y su realidad mediante este la actividad constante del morador”, y entendemos
de las imágenes. Cabe mencionar que en estas dos sistema de notación material, construyendo así una esa actividad constante como un códice abierto y
dimensiones la representación se transforma en un situación escindida no sólo con la discursividad del extenso “sobre nuestros propios imaginarios re-
cuerpo que logra su materialidad sobre lo dialógico proyecto arquitectural clásico sino a su vez con la planteando la noción de identidad que depositada
y relacional, en especial exponiendo propia concepción de proyecto arqui- sobre las condiciones de sus cerros y sus especula-
la experiencia como camino de co- tectónico” . ción urbanas, y entretejida por las realidades, actúa
munidad. De esta manera el sujeto, en- como espacio de encuentro bajo el discurso de la
Gabriela tendiendo lo complejo de instalarse experiencia”.
Diálogos Autocoreográficos. Lo es- sobre un contexto, y comprendien- La poeta chilena Gabriela Mistral decía que
pecífico de esta ciudad es el entrama- Mistral do que es parte de ese proceso, co- Valparaíso es una ciudad que no permanecía en un
do social, la memoria que expone la decía que mienza a formar, a seleccionar y a lugar fijo, sino que su loca geografía y el ethos de
cultura material, las formas de apro- generar una serie de lecturas, textos, su inspiración poética construyen una representa-
piación y ocupación del paisaje, pero Valparaíso instrumentos y materiales sobre sus ción del sueño de la utopía. Sobre lo que José Llano
sobre todo la manera de pensar sobre
cómo se configura y se construye una
era una producciones socioespaciales que
se construyen como, según sostiene
comenta, “Valparaíso es una ciudad inacabada de
recónditos imaginarios, que busca detrás de cada
alternativa a partir de la rapidez con ciudad que no Llano, “el corpus de sus huellas y de puesto una cuota de sobrevivencia, de su propia
la que instalan proyectos inmobilia-
rios de la mano de propuestas cultu-
permanecía su lenguaje. De esas huellas y produc-
ciones se desprenden desde algo tan
vida y de su recurso diario. Su geografía desprende
una exudación que se despliega frente a la habita-
rales del espectáculo. La condición nunca en un habitual como las postales -sistema bilidad de un contexto remoto y borroso”.
de la ciudad adquiere especificidades de registro sociohistóricos- que lo Esta temporalidad descrita sobre encuen-
en esa cuota que potencia su capital lugar fijo cotidiano toma como una tipo de re- tros físicos y orales que dan cabida a las propias
crítico, y en la posibilidad de que se gistro cultural, pasando por relatos construcciones porteñas desarrollan no sólo ca-
traduzca en objetivos comunes, inte- generacionales y las historias sociales racterísticas tectónicas en su conformación como
reses colectivos y experiencias heterogéneas múlti- sobre las miradas del puerto y sus propias leyendas, huella sino una serie de agrupaciones en torno a la
ples para permitirnos repensar nuestro lugar desde a registros de representación como cómics, pintu- geografía infraestructural, como la relación de los
el sur. Es así como el discurso surge no ya como ras, poemas, y croquis que interpelan al recurso de ascensores junto a los puestos de barrio, esa coti-
emergencia sino como una parte de la deriva que una mirada fugaz pero precisa sobre la ciudad”. dianidad de lo social en la historia oral del puer-
involucraría la propiedad en base a la intervención Por consiguiente, la Notación del Intérprete se to… “Aquí los vecinos uno ya los conoce”, comenta
como participación. basa en la materia pero también recibe el eco de Llano, “a los que suben todos los días, ya se hacen
Hay muchas formas de referirse a la condición sus imaginarios, como aquél que recuerda y relata conocidos, ya sabes quienes vienen atrasados, co-
urbana de Valparaíso como entramado de repre- Guillermo Quiñónez. “Cada colina porteña tiene rriendo y les recuerdas cosas pequeñas, como si
sentaciones materiales, justamente en ese inters- su arquitectura, su ingeniería, su geografía, des- se les han quedado las llaves o algún documento”.
ticio donde el habitante es parte del mismo paisaje, iguales en las cubiertas, en los aparejos, diferentes Cualidades que representan como la distribución
autoconstruyéndolo. Según el arquitecto José Lla- en las proas, todas amenazando al plan. También del espacio construido y afectado por lo cotidiano
no Loyola la noción de la Notación del intérprete cada una tiene su color propio, diurno o nocturno. remarca y caracteriza la relación topográfica entre
sería aquello que propone cómo estas prácticas Cada cerro tiene su moral, así como sus vientos los espacios verticales y el pequeño espacio plano
de representación material de la ciudad desde el y lluvias; ése rechaza la poligamia y el otro de al de la ciudad.
campo arquitectónico señalan una marca diferida lado la ampara. En éste hay una iglesia católica y De esta manera, la geografía íntima de Valpa-
en el paisaje: “Un tipo de representación material en el otro una iglesia metodista”. Nadie sabe dónde raíso y sus sorprendentes figuras y coreografías
que operaría a modo de huella y de campo de ope- funcionan los tribunales que cumplen los drásti- residenciales “construyeron una suerte de ciuda-
des archipiélagos donde hay muchos mundos y se
pueden ir de un mundo a otro en cincuenta pasos…
las hay con puerta, que no se abre nunca, utilizando
la ventana para entrar o salir”.
A partir de esta serie de observaciones, la No-
ción de Intérprete que contiene el trabajo de José
Llano se fija en esta serie de afecciones implícitas
en el estudio de las configuraciones urbanas y so-
ciales, para finalmente impactar sobre el sentido
de aquello que se expone fuera de sí. “Tengo la im-
presión”, afirma Llano, “que Valparaíso es siempre
algo más, más que un conjunto de calles o un con-
junto de individuos, de tradiciones, de costumbres
o de cultura.
Hay una condición que se transmite más allá,
que se plasma en la identidad y se sedimenta no
sólo en su tectónica cotidiana, sino también en lo
precario del acontecer. En la inefable mirada de que
algo sucederá y que sólo espera ver y contemplar
ese algo; esto nos llevaría a pensar que un proceso
o una señal en muy corto tiempo sucederá y apare-
cerá a la vez. Este paisaje de acontecimientos, que
tiene la capacidad de construir una representación
a través de una paradoja de la presencia sobre la
ausencia de orden, que no indica un desorden sino
una pregunta sobre ¿qué es? duplica la ausencia y
la eficacia de la cosa misma.
Ese Valparaíso que se representa bajo una
ciudad compleja y de una naturaleza entrópica,
que transforma y transmuta sus signos sobre una
gramática sedimentada de tectónica espacial, que
nos espera sobre el transcurso de su historia y nos

26 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


VALPARAISO

habla sobre los modos de habitar y su construcción


de una poética expuesta.”

La memoria y la residencia. El historiador chile-


no Pablo Aravena se ha pregunta sobre ¿Qué sujeto
es el de la memoria patrimonial?, refiriéndose a la
inclusión de los barrios históricos de Valparaíso
en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO
desde mediados del 2003. Se trata de plantear
que el patrimonio sería una apelación al pasado,
suponiendo un tipo de memoria donde el autor
pregunta ¿la memoria de quién? Por tanto, se trata
de considerar no sólo una identificación si no tam-
bién aquella posibilidad del sujeto de reactivar la
memoria desde su experiencia contemporánea a
partir de su capacidad crítica. En esta ciudad se
manifiesta también un entramado de posiciones
disensuales, que muchas veces no son visibilizadas
desde los medios de masas administrados, y aquel
sujeto también manifiesta maneras de hacer, vivir
y compartir que no se condicen con aquella ciudad
que se quiere exportar.
Por otro lado, el historiador del arte José de
Nordenflycht argumenta, “no es una simple metá-
fora decir que el lugar del patrimonio no es siempre
un lugar ameno; de hecho, el valor analítico de esta
observación radica en que hoy la pregunta sobre
el lugar espera respuestas a un malestar radicado
en distintos niveles no siempre convergentes”, y
pregunta más adelante, “¿Cuál es el lugar del pa-
trimonio en el proceso del saber que interroga al
poder? ¿Cuál es el lugar del patrimonio en el deba-
te contemporáneo sobre la producción cultural?”
Esa producción cultural involucra una necesaria
condición disensual para proponer un entramado En estas páginas, de la mecánica y
cultural complejo y diverso, que reside ciertamen- otro de los desarrollos aerodinámica con la
te en ese malestar que señala el autor. Esta cues- más leonardescos de habitual propuesta
tión ha determinado que una serie de proyectos Godofredo Iommi, el poética y utópica que
llamado “boingballon”, caracterizó siempre las
de reformación urbana se hayan comenzado a de- un ingenio volador acciones más singulares
sarrollar frente a la cercanía de un gran proyecto en el que se funden de la Escuela de
cultural que se desarrollará en Valparaíso, que es conocimientos propios Arquietctura.
la tercera versión del Forum de las Culturas en el
año 2010.
El carácter productivo que determina la cons- Marcelo ha realizado una serie de notas sobre deja de lado la especificidad que sobrevive a la im-
trucción de una toma de posición frente a proyec- el proyecto que ha comenzado, y que se basan en plantación de modelos que absorben las particula-
tos culturales del espectáculo masivo, se instala como las administraciones publicas y las empre- ridades. Sobre todo, sabemos que las alternativas
como una presencia diferida, un desplazamiento sas privadas han imaginado el futuro de la ciudad. son pensar estrategias en estos escenarios que van
de las practicas y acciones sobre esa construcción de “La penetración de la nueva colonialidad”, afirma más rápido que la cotidianidad que las acecha.
lugar. En el caso de nuestra experiencia de trabajo en una de ellas, “se produce no solamente por la La Ciudad debería pensar en su futuro diseñado
en Valparaíso, donde las producciones culturales y profundización de los dispositivos de explotación en conjunto con los deseos colectivos, en base a su
su autogestión se redefinen en relación al contex- de los recursos naturales y humanos. Consiste realidad fragmentada por la geografía que la contie-
to urbano y humano y donde se emplaza el Cen- también en el establecimiento de una fuerte he- ne, es entonces cuando se pueden enunciar aquellas
tro de Residencias para Artistas Contemporáneos gemonía del capitalismo a la hora de construir un preguntas que contiene el trabajo de campo de Mar-
(CRAC), adquiere especificidades que implican al imaginario global sobre cuáles son los modelos de celo para su proyecto audiovisual, y que son “¿Cuáles
arte como una experiencia pública y que claramen- desarrollo deseables”. son los nuevos conflictos y tensiones alrededor de la
te redefinen los mismos conceptos que hemos esta- Otra de sus reflexiones va más lejos, “resulta fuerza de trabajo creativa? ¿Cómo se reinventan las
do trabajando, pero justo en esa cuota que potencia imprescindible pensar cómo el modelo Fórum está dinámicas de negociación y conflicto? ¿Cómo operar
su capital crítico, y la posibilidad en que se traduzca siendo exportado, no a las metrópolis centrales, en el interior del modelo, y no fuera de él?”
en objetivos comunes, intereses colectivos y expe- como históricamente sucedió con el modelo expo- Las respuestas, a modo de estrategias de ac-
riencias múltiples, heterogéneas y que nos permi- sición universal, sino a territorios y ciudades que ción y pensamiento, se basan en ideas que tienen su
tan repensar nuestro lugar desde el Sur. simultáneamente están en decadencia y se consi- asidero en aquello que nos emociona diariamente,
Desde la experiencia de trabajo que hemos deran emergentes, en lo que podríamos llamar los asentado en las prácticas como formas de actuar y
compartido con Marcelo Expósito a partir de su re- márgenes. No a Berlín ni a África, sino a Monterrey, modos de hacer, a partir de la creación de signos
sidencia en el CRAC durante varios meses, a partir Valparaíso, Nápoles. El modelo Fórum se exporta que resignifican nuestro escenario cultural y social,
de su proyecto audiovisual llamado Sinfonía de la explotando las ilusiones que en determinados luga- que se basan en las afecciones que compartimos,
ciudad globalizada (la ciudad dinámica), que con- res de la periferia genera la marca Barcelona; el mo- como una trama de deseos y sueños comunes. x
siste en un díptico videográfico inspirado en el mo- delo fórum explota directamente (descaradamente)
vimiento histórico de las sinfonías urbanas del cine las ilusiones locales de reflotar lugares en receso
de vanguardia europeo de la década de 1920 para, mediante la adquisición de esa marca.” Paulina Varas es codirectora del CRAC (Centro
según palabras del autor,“acometer una tentativa Para la ciudad este escenario de transacciones de Residencias para Artistas Contemporáneos de
de representación visual de las transformaciones a globales representará un desafío para pensar aque- Valparaíso)
las que los procesos de globalización someten des- llos modos de organización que permanecen más *En colaboración con José Llano Loyola y Marcelo
de hace años a entornos metropolitanos de todo allá de un evento cultural de masas. Junto a ello, Expósito
el mundo”. la importación del modelo de industrias creativas

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 27


Una de las láminas más a las elites dominantes
simbólicas del “Álbum” se hace patente, en este
de Melchor María caso el clero.
Mercado, en que la crítica

Principio
28 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010
PORTADA

Replantear el concepto de modernidad


y corregir muchos puntos de vista de la
occidentalizada visión poscolonial sobre la
Conquista, son dos de los objetivos de Principio
Potosí, uno de los más arriesgados e importantes
proyectos expositivos que el Museo Nacional
Reina Sofía presenta hasta el 6 de setiembre
de 2010 en sus salas. La presencia de la pintura
barroca virreinal de los siglos XVII y XVIII con
la desinhibida lectura de más de una docena
de artistas contemporáneos latinoamericanos
abren el campo de interpretación a itinerarios
inexplorados. Al mismo tiempo, la muestra pone
de relieve la trascendencia de la explotación
económica y la preeminencia cultural de las
rutas comerciales que partían de La Paz, Potosí
u Oruro hasta El Callao recorriendo la columna
vertebral de unas sociedades estratificadas y
dominadas por la exclusión y el racismo. La
modernidad no empezó en América con la
Ilustración sino con las minas de plata y su
inhumana explotación y comercio.
Textos de Silvia Rivera, Alberto Moreiras,
Esperanza López-Parada y Chantal Maillard

Potosí
CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 29
PORTADA

Bolivia, la historia alternativa


La cinematografía de Jorge Sanjinés y el Álbum de Melchor María Mercado dan pie a un
análisis poscolonial de Bolivia que derriba los estereotipos de la historiografía occidental.
Dos sociólogos de la imagen interrogan a una sociedad indígena. Por Silvia Rivera Cusicanqui.

E
l primer anclaje metodológico de la minos del impacto que pudieron tener estas obras que habitaba las ciudades. En sus alegorías, Merca-
idea de historias alternativas, es que sobre sus contemporáneos, pareciera imposible do reflexiona sobre la naturaleza frágil e ilegítima
su sola enunciación nos remite a la compararlas. Pero es relevante abordarlas desde del poder político en la joven República, que con-
pluralidad de significados que puede un punto de vista sociológico, en la medida en que tinuaba fundado en la hipocresía y la segregación
tener la historia, según quiénes sean la etnografía, la imaginación y la oralidad fueron social, y en la que una minoría letrada detentaba la
los sujetos que la hacen, la narran o la sufren. En la integradas en sus películas y pinturas, constituyen- propiedad, el poder y la autoridad, mientras la gran
cultura boliviana moderna, esta pluralidad de sig- do una interpretación comprensiva de la sociedad, mayoría de la población estaba obligada tan sólo a
nificados se ha manifestado en diversos formatos que resulta válida aún en nuestros días. trabajar y a obedecer.
no escritos, incluyendo el testimonio oral, el dibu- Ambos autores son miembros de la elite letra-
jo, la pintura, la fotografía o el cine. En una socie- da mestizo-criolla: Mercado en la ciudad de Sucre El ciclo testimonial en las películas de Jorge
dad poscolonial y pluricultural como la boliviana, (que en el siglo XIX era la capital de la república) Sanjinés. Nuestro interés por las fuentes no es-
con una población indígena mayor al 60% del total, y Sanjinés en el siglo veinte en La Paz (sede de los critas comienza por los años 1970, cuando se vivía
en la que la gran mayoría habla qhichwa, aymara, poderes ejecutivo y legislativo). El discurso icono- una suerte de silencio colectivo durante la dictadu-
guaraní o besero –junto a muchas otras lenguas-, gráfico de ambos pone especial énfasis en la inicia- ra del Coronel Bánzer (1971-1978). Fue una época
las imágenes han jugado un papel crucial en la tiva cultural y la acción colectiva de las poblaciones en la que sólo se podía hablar con alguna libertad,
comunicación intercultural, no como un proceso indígenas y cholas, que son las protagonistas prin- si se usaban las formas codificadas y metafóricas
unívoco sino dotado de múltiples significados. Es el del aymara o el qhichwa. La oralidad resultó así un
caso de las pinturas coloniales del barroco andino, medio crucial para confrontar las graves distorsio-
ideadas por la Iglesia como un medio de conver- nes informativas y la censura de prensa impuestas
sión de los indios al catolicismo, que son resigni- por el Gobierno. En esos años salieron a la luz dos
ficadas y se convierten en vehículos de denuncia libros de gran impacto político: la investigación do-
de la opresión colonial por parte de la elite cacical
indígena. De hecho, existe en los Andes una larga
En una sociedad cumental sobre La masacre del valle (enero de 1974,
valles de Cochabamba) y la autobiografía de Domi-
tradición de teatro social, así como de pintura, te-
jido y otros modos de comunicación visual, ejem-
poscolonial y tila Chungara, Si me permiten hablar, firmada por
Moema Viezzer. Ambos circularon ampliamente, y
plarmente representados en el trabajo del cronista
qhichwa-hablante Waman Puma de Ayala, que en
pluricultural contribuyeron a la toma de conciencia pública so-
bre las acciones represivas del gobierno y sus am-
su famosa Carta al Rey de España (Guamán Poma
[1613] 1988), un documento de más de mil páginas como la plias consecuencias políticas (Comisión de Justicia
y Paz 1975, Viezzer 1976). A pesar de la mediación
y cientos de dibujos, expuso las penurias de los in-
dios y los abusos de los españoles, en una situación boliviana, las autoral en ambos libros, allí se escucha la inmedia-
tez y el sentido de realidad de las voces subalternas,
colonial que él percibió como el mundo al revés.
En este ensayo deseo hacer un análisis retros- imágenes han que fueron testigos y protagonistas de un momen-
to crítico en la historia boliviana. Se trata de voces

jugado un papel
pectivo del uso de medios visuales en los siglos XIX particulares, enraizadas en experiencias locales y
y XX, a través de las películas y pinturas de dos au- circunscritas. El testimonio de Domitila nos habla
tores: el cineasta Jorge Sanjinés y el pintor-explo- desde el punto de vista de un ama de casa minera,
rador y político Melchor María Mercado, buscando crucial en la que vive en el corazón de la economía capitalista
comprender sus complejos modos de narración y estatal, las minas nacionalizadas en 1952; en tanto
representación, que a su vez se vieron marcados
por la historia social de su época. Propongo concep-
comunicación que la documentación sobre la masacre campesina
de 1974 nos habla desde los cuerpos heridos y muti-
tualizar su trabajo como una suerte de sociología de lados de sus víctimas. Un conjunto de extraordina-
la imagen, dado que no nos muestran simplemen- rias fotografías y documentos escritos y orales nos
te una copia o analogon de la realidad (cf. Barthes, cipales de las escenas narradas en su trabajo. En revela lo que las fuentes oficiales buscaban acallar:
1995), sino más bien una interpretación de la socie- las películas de Sanjinés, especialmente El coraje el gobierno solo reconoció 13 muertos, 10 heridos
dad de su época, en sus dimensiones abigarradas y del pueblo (1971) y Banderas del Amanecer (1983), y 21 prisioneros, a los que acusó de ser “extremis-
conflictivas. Pese a que entre estos autores media puede observarse la huella de una observación tas extranjeros”. La Comisión de Justicia y Paz, un
casi un siglo de distancia, la obra de ambos nos participante altamente politizada y comprome- organismo vinculado a la Iglesia Católica, encar-
muestra representaciones o lecturas visuales de las tida en la lucha contra las dictaduras de los años gado de los derechos humanos, calculó que hubo
realidades sociales que atestiguaron, donde los ges- 1960-1980, así como el uso de formatos de inves- 80 muertos y más de 100 heridos, todos ellos cam-
tos y palabras de la gente nos revelan la naturaleza tigación preparatorios –testimonios orales, foto- pesinos qhichwa-hablantes de las comunidades de
no coetánea de la sociedad y los diversos horizontes grafía, cine documental- que fueron herramientas Tolata, Epizana y Melga, que recibieron el impacto
de memoria e identidad que permean las acciones centrales para su reconstrucción y teorización de de balas disparadas desde los tanques y camiones
e intercambios sociales de sus sujetos colectivos. la sociedad boliviana, en cuanto espacio en el que enviados por el Gobierno para dialogar con ellos y
Tanto Sanjinés como Mercado se nutrieron de predominan formas coloniales de dominación, que pacificar la protesta (Rivera [1984] 2003).
fuentes orales, y ejercieron formas no convencio- marcan la experiencia cotidiana de la gente. Estas Domitila Chungara y muchos otros dirigentes
nales de investigación etnográfica. Pero mientras ideas serán presentadas en forma más elaborada populares, así como los campesinos muertos de Co-
Sanjinés, trabajó en plena era de la reproducción unos años más tarde, en su película La nación clan- chabamba, reaparecen en algunas de las películas
mecánica (Benjamin, 1978), y sus películas goza- destina (1989). En el Álbum de Melchor María Mer- de Jorge Sanjinés. Las fotografías que ilustraron el
ron de amplia circulación nacional e internacional, cado (1841-1869), la experiencia del confinamiento informe sobre La masacre del valle pueden verse,
la única obra que nos legó Mercado, el Álbum de y deportación a distantes fronteras de la República como puesta en escena, en las primeras secuencias
Paisajes, Tipos Humanos y Costumbres de Bolivia le permitió expresar una mirada sobre el país que de La nación clandestina, y nos transmiten ese sen-
(1841-1869) no llegó a publicarse en vida. En tér- habría sido inaccesible para la miope elite letrada timiento de horror e impotencia que exhala la his-

30 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

El “Álbum” de Melchor
María Mercado recogió
entre 1841 y 1869 las
distintas costumbres y
tipos humanos de Bolivia.

toria de las dictaduras en nuestro país, al mostrar dictaduras de Barrientos y Bánzer. Los significados el dolor del exilio. Una buena parte del tiempo na-
los cuerpos llevados en frazadas por sus compañe- plurales de la historia son recreados a través de un rrativo nos muestra a Sebastián caminando desde
ros. La solidaridad de este gesto podría interpre- contrapunto entre voces de hombres y mujeres, de la ciudad a su comunidad en el altiplano, llevando
tarse también como una disputa sobre la verdad obreros y campesinos, que lejos de integrarse en colgada atrás una máscara de danzante, que suges-
histórica: al rescatar sus cuerpos, los muertos en una visión lineal y progresiva de la historia, perma- tivamente mira hacia atrás. Esta máscara le servirá
la masacre podían no sólo ser velados y enterrados necen como hilos sueltos de un tejido inconcluso, para ejecutar una danza-ritual de la muerte, me-
por sus familiares, sino también contados por las que será terminado de tejer por el espectador. diante la cual espera reconciliarse con su comuni-
comunidades y organismos de derechos humanos. En Banderas del amanecer (1983), un largome- dad, de la que fue expulsado por traición y por sus
En el caso de Domitila, la película El coraje del pue- traje documental, Sanjinés convoca nuevas voces actos corruptos en la ciudad. Durante el viaje, el
blo (1971) se basa en su reconstrucción testimonial vivas que provienen de esa nación clandestina, so- protagonista transita entre la atmósfera caótica y
de la situación que se vivía durante la dictadura bre la que teorizará posteriormente en la película violenta de un barrio suburbano, hacia su familia y
del General Barrientos (1964-1969) en las minas del mismo nombre. Se trata de una suerte de épica su comunidad. Mediante sucesivos flash-backs re-
de estaño nacionalizadas, y toma la forma de un de la democracia, que articula conflictivamente el construye los hechos pasados que lo condujeron a
sociodrama en el que la masacre de San Juan (24 pasado en una diversidad de versiones, construyen- tomar la decisión de morir danzando. En este esce-
junio 1965) es reactualizada por los sobrevivien- do un mapa cognoscitivo complejo, que termina por nario, la memoria no resulta un acto de nostalgia,
tes y familiares de las víctimas. Frente a la cámara, desafiar la inevitabilidad de la muerte. La valentía sino una liberación y un despertar de la vida aliena-
ellos reviven la brutal represión sufrida durante y el coraje de las multitudes que aparecen en Ban- da en la ciudad, donde por mucho tiempo negó sus
la trágica noche de San Juan y los episodios subsi- deras... dan continuidad al ciclo histórico iniciado orígenes indígenas y se cambió de nombre.
guientes de violencia estatal y resistencia obrera, con El Coraje... El tema de la muerte y clausura El proverbio aymara qhip nayr uñtasis sarna-
que culminaron en el apoyo de algunas fracciones del pasado volverá más claramente en La nación qapxañani (expresión conceptual compleja que se
del sindicalismo minero a las acciones guerrille- clandestina, una película de ficción que reflexiona traduce más o menos por “mirando atrás y adelante
ras del Che Guevara en Ñancahuazú en 1967. Pero profundamente sobre la naturaleza del tiempo podemos caminar”, basada en el juego de metáfo-
además, Domitila y las dirigentes del Comité de histórico. En este trabajo, Sanjinés nos ofrece una ras entre nayra, que significa ojo y también pasado
Amas de Casa desafían, a través de sus voces y sus lectura del pasado, “no como algo muerto y despro- y qhipa que significa espalda y, al mismo tiempo,
acciones, la visión masculina de la identidad social visto de funciones de renovación”, sino como un futuro) expresa esta percepción radicalmente di-
minera, imbuyéndole una marca de humanidad y tiempo “reversible”, es decir, un “pasado que puede ferente del tiempo histórico, por lo cual la imagen
dignidad que se expresa en su lucha por la supervi- ser futuro” (Mamani, 1992). de Sebastián, caminando con una máscara que mira
vencia física y cultural. La versión iconográfica de A través del itinerario del personaje princi- atrás, condensa el proverbio en forma elocuente y
Sanjinés es entonces una reconstrucción –mediada pal, Sebastián Mamani, que retorna a la comuni- precisa. Paradójicamente, la recuperación de la
por su propia voz autoral- de la memoria colectiva dad después de largos años intentando buscarse conciencia y el renacimiento que experimenta en
de estos diversos segmentos de las poblaciones mi- la vida en la ciudad, la película narra, mediante un el proceso de retorno a la comunidad, terminará
neras, tal como se forjó a través de la oposición a las montaje paralelo, la recuperación de la memoria y con una frenética danza en la que morirá, en una

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 31


PORTADA

suerte de autosacrificio humano, que permitirá itinerantes Kallawaya-, donde se encuentran fil- ideológica entre sujeto y objeto, ficción y realidad,
reordenar el tiempo y restaurar el ciclo de la vida mando una obra de ficción que reconstruye la épica masculino y femenino, habitantes urbanos y cam-
colectiva. La interpretación sociológica de Sanjinés de la conquista española y la derrota y muerte del pesinos indígenas; así como la confrontación más
acerca del tiempo histórico en los Andes permite Inka. Sin embargo, el equipo de cineastas termina sutil entre cineastas cholos y blancos, es tratada
entonces cuestionar la idea de progreso encarnada comportándose como los conquistadores, sacando como una suerte de juego de espejos, en el cual cada
en la historia oficial, sea en su versión oligárqui- a la luz los mismos prejuicios, violencia simbólica situación corre paralela y metaforiza a las otras,
ca o nacionalista (ver, por ejemplo, Moreno, 1973; y racismo internalizado, que su trabajo de ficción construyendo una poderosa descripción de con-
Fellman Velarde, 1970). Al mostrarnos la experien- pretende criticar. junto de la trama colonial que hace de la sordera
cia descentrada de las comunidades indígenas en Este tratamiento alegórico y simbólico del cultural una marca reveladora de la imposibilidad
la Bolivia contemporánea, Jorge Sanjinés revela argumento también estuvo presente en La nación de comunicarse. Como en el drama ritual del siglo
las huellas de un pasado colonial no digerido, y los clandestina (1989), especialmente en una sub-tra- XVIII, Muerte de Atawallpa, en la que buena parte
momentos de peligro vividos por las sociedades ma en la que un estudiante, que escapa de la policía, de la acción se desarrolla a través de un diálogo en
indígenas que luchan por validar sus tradiciones trata de buscar refugio y abrigo en el campo, en la dos idiomas mutuamente incomprensibles, la total
ancestrales como rutas viables hacia un futuro li- casa de una familia de habla aymara. Incapaz de co- ausencia de comunicación y la naturaleza defor-
bre de opresión, permanentemente amenazado por municarse con ellos, el estudiante izquierdista, que mante de la traducción resultan una clave para la
la mirada oficial y por la represión estatal, que las supuestamente lucha por su liberación, finalmente comprensión de las películas de Sanjinés, así como
condena a la muerte y a la borradura de la historia es alcanzado por las balas, poco después de expre- un rasgo duradero del tejido social en la Bolivia co-
(Benjamin, 1970). sar su rabia y frustración con una frase típicamente lonial y poscolonial.
Para recibir el canto de los pájaros (1995) perte- racista: “Indios ignorantes, estúpidos”. El hecho de La originalidad de Para recibir el canto de los
nece al género alegórico, que no ha sido muy tran- que vista una camisa hecha jirones, y de que pida pájaros reside en el hecho de que aborda el tema
sitado en la filmografía boliviana contemporánea. prestada ropa para protegerse de sus perseguido- con un tono autocrítico, al comentar sobre el acto
Es más bien típico de los dramas y obras de teatro- res, añade matices a la alegoría, ya que la palabra invasor de hacer cine, reflexionando sobre las bre-
danza que aún se ponen en escena en muchas co- aymara con la que se designa a la minoría opresora chas culturales y tecnológicas entre los cineastas y
munidades y pueblos de la región. En este sentido, mestizo-criolla es q’ara, literalmente desnudo. sus personajes. Al hacerlo, renuncia a la habitual
se trata de una película muy original, y ha provoca- En Para recibir el canto de los pájaros, la ale- visión idílica y voluntarista de cooperación mutua
do una serie de críticas y controversias en el país, goría va más lejos, a lo largo de una serie de sub- y compromiso con las metas comunes, que forma
quizás porque intenta reflexionar sobre las formas tramas que reflejan la desconfianza y segregación parte de la retórica de la intelectualidad progresista
sutiles de racismo que imprimen su sello en la vida interna en el equipo de cineastas -una comunidad hacia la población indígena a la que busca repre-
diaria de la intelectualidad criollo-mestiza. La pelí- aparentemente homogénea- y sus prejuicios y acti- sentar. El argumento entrelaza dos momentos his-
cula pinta un cruel retrato de la doble moral de un tudes racistas hacia los miembros de la comunidad tóricos: uno imaginario, en el que se reactualiza el
equipo de cineastas que trabaja en una comunidad indígena que trabajan como extras o les brindan drama de la conquista, y otro real, el tiempo vivido
de Charazani –la tierra de los famosos curanderos hospitalidad en su tierra. La brecha perceptiva e por los cineastas, en su intento de explotar los es-

32 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

Una de las ilustraciones “Mundo al revés”, una


más celebradas crítica a la estratificada
de Mercado es la sociedad colonial
representación irónica del boliviana.

pectaculares paisajes y la indianidad emblemática simplemente escuchar el canto de los pájaros. Ésta estratos de la población popular, en sus trajines
de la comunidad que eligieron como localización resulta ser una poderosa metáfora sobre la natura- por los caminos del mercado interno y fronterizo.
para su película. leza alienante de la dominación cultural occidental La mayoría indígena era en su tiempo la única que
A través de esta mezcla de temporalidades, los sobre el territorio de la comunidad indígena y so- pagaba impuestos (situación que continuó hasta
cineastas se ven confrontados a su propia incapaci- bre sus modos de comunicarse con la naturaleza. bien entrado el siglo XX), pues el legado del sistema
dad de manejar sus relaciones con la comunidad y Pero también es una metáfora de la crítica cultural tributario colonial había permanecido intacto. La
comprender sus valores culturales, lo que permite que la comunidad ejerce sobre el orden social colo- historiografía tradicional nos ha mostrado al siglo
a Sanjinés poner en evidencia una brecha comu- nial, tan vigente y dominante en la Bolivia moder- XIX como una época de crisis y depresión económi-
nicativa que resulta típica de la situación colonial. na. Su visión pesimista de la vida contemporánea ca, y esclavitud de la población indígena, que sólo
El frágil espejo de la ciudadanía y la modernidad se conecta así con una larga tradición de escritores sería superada con el crecimiento de la economía
estalla así en pedazos. Esta es una versión moderna y artistas que fueron capaces de percibir la dolorosa exportadora de minerales hacia fines de ese siglo.
de lo que Waman Puma de Ayala ya había señalado fractura psíquica que introduce la experiencia co- Sin embargo, Mercado nos muestra una sociedad
en uno de sus dibujos de La Nueva Coronica, en que lonial, bajo la forma del silencio social. vitalmente interconectada a través de rutas de
se ve al adelantado Candia en un curioso diálogo comercio y una serie de relaciones económicas y
con el Inka Wayna Qhapaq. Éste le pregunta: Kay Melchor María Mercado, o la narrativa de una simbólicas, en las que se involucraron hombres y
quritachu mikhunki (“¿Este oro comes?”), y Candia nación posible. Será preciso retroceder un siglo mujeres de estratos populares, asumiendo el pa-
responde: “Sí, este oro comemos”. para abordar al segundo de nuestros sociólogos de pel de emprendedores, comerciantes de chicha y
Aquí se expone de manera simbólica y con- la imagen, Melchor María Mercado, a partir de su alimentos, vinculados a una serie de intercambios
densada los rasgos básicos de la relación colo- única obra conocida, el Álbum de Paisajes, Tipos rural-urbanos.
nial. Sanjinés desarrolla este tema en sus aristas Humanos y Costumbres de Bolivia (1841-1869), que Las investigaciones recientes de historiadores
menos visibles, mostrando la internalización del vio la luz pública recién en 1991. Mercado pinta sus del siglo XIX nos han confirmado que el triunfo de
malentendido cultural en el sentido común de láminas en el curso de prolongadas deportaciones, la economía exportadora fue en realidad un mo-
la elite mestiza, que se vuelca contra sí misma y como prisionero político, en rincones alejados del mento de intensificación de la opresión hacia las
termina paralizando sus propias acciones. Así, la territorio. Bolivia había alcanzado la condición de poblaciones indígenas, en tanto que las décadas an-
larga historia de incomunicación colonial resulta país independiente recién en 1825, cuando él era un teriores de depresión y crisis en la economía expor-
no sólo no superada, sino reforzada, bloqueando escolar, y las instituciones republicanas, así como tadora alimentaron más bien una amplia gama de
la posibilidad de una relación de confianza y co- la vida social colectiva, continuaban aún moldea- oportunidades para el comercio interior, el creci-
existencia intercultural. En un momento de crisis, das por el sistema colonial. miento de los mercados y la proliferación de tratos
el Otro indígena se convierte –a los ojos de los ci- Sus acuarelas muestran una especial sensibi- y contratos por parte de las poblaciones indígenas y
neastas- en un enemigo potencialmente peligroso, lidad a la estratificación colonial de la nueva repú- cholas de la región andina (cf. Mitre, 1986), tal como
un fantasma que acecha en silencio y obstaculiza la blica, con sus rígidas fronteras étnicas, emblema- nos muestra elocuentemente el Álbum de Mercado.
posibilidad de toda acción creativa, ya sea filmar o tizadas en la vestimenta, pintando a los diversos Asimismo, mientras las fuentes escritas tienden a

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 33


PORTADA

considerar únicamente a los varones como sujetos res, pero en su caso, las similitudes y el compor-
económicamente activos (en cuanto trabajadores, tamiento imitativo se hacen evidentes. Estudios
comerciantes o tributarios), los escenarios y rutas
mercantiles que retrata Mercado están llenos de Las alegorías contemporáneos sobre la vestimenta y su influjo
en lo que Rossana Barragán (1992) denomina la
mujeres, incluso encabezando cuadrillas de comer-
ciantes, y no sólo como vendedoras ambulantes o de Mercado, tan emergencia de la tercera república (la república
mestiza, ubicada entre la República de Indios y

oscuras como
acompañantes de sus pares masculinos. la República de Españoles, sancionadas por la le-
En el siglo XIX, tanto como en el período co- gislación colonial temprana), nos han brindado
lonial, las principales rutas de comercio estuvie- evidencias de que las mujeres cruzan más fácil-
ron conectadas con los centros mineros de La Paz,
Oruro y Potosí. Los historiadores contemporáneos
las de Sanjinés, mente las fronteras étnicas, en su tránsito por los
centros urbanos y rutas comerciales del siglo XIX.
han puesto en evidencia la organización espacial de
los mercados de larga distancia, poniendo énfasis
reflejan un punto Esta situación parece haberse revertido en algún
momento posterior, ya que la pollera y la manta,
en la centralidad de las minas como el corazón de
un vasto sistema de intercambios (ver, por ejem-
de vista pesimista emblemas de la identidad chola, son usadas por las
mujeres qhichwas y aymaras de los Andes, como
plo, Larson, 1992; Tandeter, 1992; Mitre, 1986) que
se formó desde el siglo XVI, o sea, desde el inicio
sobre la sociedad marca de indigeneidad, en tanto que los varones
suelen utilizar el terno y el sombrero occidenta-
mismo del dominio colonial. Pero la iconografía de
Mercado va más allá de la economía minera como
boliviana les, que se volvieron hegemónicos durante el siglo
XIX (cfr. Berger, 1980). En este sentido, las lámi-
fuerza motriz en la organización del mercado re- nas de Mercado constituyen una valiosa fuente
gional. Al representar estos centros, se nutre de las para la comprensión de la vida cotidiana en los
ideas de centralidad, poder y sacralidad propias del espacios rurales y urbanos de Bolivia, revelándo-
mundo andino: La Paz y Potosí se muestran como en los que se dan encuentro e interactúan diver- nos rasgos que difícilmente pueden rastrearse en
ciudades regidas por poderosas montañas (Illimani sos estratos sociales. Pero también pueden verse la documentación escrita.
y Sumaq Urqu), y se conciben, de acuerdo con la distinciones: de poder, riqueza y categoría social. Como en el caso de Jorge Sanjinés, Mercado
visión indígena, como repositorios de riqueza mi- El circuito comercial de La Paz, más oligárquico y utiliza el género alegórico para representar con-
neral y de poder sagrado. racialmente segmentado, es demarcado a partir de ceptos más abstractos y juicios críticos sobre la
La Paz y Potosí son figuradas como santuarios convenciones de vestimenta y otros emblemas de sociedad. Mientras que en sus series etnográficas,
naturales en los que las montañas organizan el es- jerarquía social, que parecen regular la extensión la actividad mercantil es escenario del pluralismo
pacio y la vida de sus habitantes, constituyéndose y dirección de los intercambios sociales y mercan- y la autonomía cultural de la sociedad civil en sus
en nudos centrales de un intenso y abigarrado te- tiles. Parece además que las mujeres son quienes estratos populares, en el polo opuesto, la sociedad
jido de rutas comerciales por las que transitan sus cruzan las fronteras étnicas con mayor facilidad política masculina se muestra con rasgos autorita-
personajes. que los varones; estos últimos están rígidamente rios y retrógrados, como opresora de los sectores
Los gestos corporales y la vestimenta de los fijados a categorías sociales que se expresan en indígenas y trabajadores. Esto se pinta como un
tipos humanos retratados en el Álbum nos dan códigos de vestimenta obligatorios, permitiendo mundo al revés, en el que dos bueyes manipulan un
una rica información sobre las etiquetas y fron- distinguir a los indios de los cholos, los mestizos arado, que es tirado por fuerza humana. La idea del
teras étnicas, y sobre la proliferación de tipos y los caballeros, que se veían –de acuerdo con su mundo al revés, como ya se señaló, evoca los dibu-
mezclados que cruzan estas fronteras a lo largo estatus social- obligados o eximidos de prestar jos de la Nueva Coronica de Waman Puma, uno de
de las rutas mercantiles. Los mercados se mues- contribuciones tributarias al Estado. Estas distin- los más tempranos sociólogos de la imagen en los
tran como espacios abigarrados y heterogéneos, ciones y etiquetas también se aplican a las muje- Andes, y resulta una idea profundamente enraiza-

Un malentendido

E
s difícil para mí articular de modo co- poeta que sabe del ruedo del sol y de la luna y de nocimiento. Varios de ellos eran también artistas
herente un trayecto de debates y cor- las estaciones y de los cuatro vientos del mundo, del closet, como yo llamo a mucha gente que estudia
tocircuitos tan rico y complejo como el para sembrar la comida”, basado en la Nueva Co- ciencias sociales en Bolivia. Pues aquí el ser artista
que vivimos desde que fui invitada por rónica de Guamán Poma de Ayala, les había hecho te priva de una palabra pública relevante para la
Alice Creischer, Andreas Siekman y Max Hinderer, buena impresión, tanto como nuestra metodolo- política, aunque puedas estar en el circuito de los
como co-curadora boliviana de la muestra Principio gía de la sociología de la imagen, que cuestionaba reconocimientos y los premios.
Potosí. Mi incorporación al equipo se produjo en otras fronteras entre el arte y la sociología, entre A partir de esta postura, que nos convirtió en
enero del 2009 y duró hasta noviembre de ese año, la artesanía intelectual y las metanarrativas que seres fronterizos –a caballo entre el activismo y la
cuando renuncié definitivamente a dicha posición, fungen como teoría, entre la política y el quehacer sociología, entre el arte y el pensamiento teórico–
no sin antes haber lanzado una especie de ultimá- estético-teórico. nos animamos a aceptar el reto de trabajar en la
tum, ante el propio Museo Reina Sofía, aclarando A la sazón habíamos creado en La Paz un gru- contextualización de la sección colonial de la mues-
las condiciones en las que yo y el equipo con el que po de trabajo llamado El Colectivo, que estaba en tra Principio Potosí. Mi función como curadora y
trabajo aceptaríamos formar parte del proyecto. En proceso de editar su primera revista. El grupo se las metas generales del trabajo fueron discutidas
ambos casos subyacía un motivo intuido de fondo: había formado por afinidad –teórica, estética, vi- en comunidad, e incluso sometidas a un ciclo de
Creímos percibir una actitud como naturalizada de vencial- entre gente de varias generaciones de la ritos y consultas con la hoja de coca, de la mano de
patronaje cultural y colonialismo, que certificaba universidad pública paceña, estudiantes, egresados nuestros consejeros y yatiris, don Roberto y doña
y autorizaba desde el Norte, lo que pensábamos y o licenciados de Sociología, a los que se sumó más Pancha. Concebimos nuestra versión de la expo-
sentíamos en el Sur. tarde una compañera de Antropología, un histo- sición como un reverso de la historia hegemónica
Nuestra relación con el arte contemporáneo es riador argenboli, un fotógrafo ítalobrasilero y una de occidente, que anticipa un dominio incontenible
casi nula, y pensé que Alice, Andreas y Max busca- historiadora de Estados Unidos. En el núcleo más de la cosificación del mundo. Pensamos culminar
ban un afuera, con el cual dialogar. Un afuera del activo se hallaba un grupo de jóvenes exalumnos esta lectura a través de un montaje visual de nues-
arte, en primer lugar. O quizás un espacio-en-el- y alumnos de mi seminario, quienes se habían tras ideas, averiguaciones y percepciones sobre el
medio (taypi) entre las dos esferas, que nos per- reapropiado de la metodología multimedia de la universo colonial potosino y su trasfondo andino.
mitiera, por ello mismo, hacer inteligible ese afue- sociología de la imagen y ensanchado por cuenta Pero además este proceso pretendía explorar las
ra. Pensé que mi texto sobre el “indio, astrólogo, propia sus potencialidades como propuesta de co- conexiones –metafóricas y contingentes– del Prin-

34 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

da en la experiencia catastrófica de la conquista y damente, Mercado introduce un efecto de montaje


la colonización sobre la población indígena de los para mostrarnos agudos contrastes entre diversas
Andes.
El Álbum cubre una variedad de temas y regio- Tras la revolución secuencias y temáticas.
El país político y el país real (tal como fueron

de 1952, la
nes que van desde la etnografía del comercio y los definidos por el líder populista colombiano Jorge
mercados, una diversidad de festividades y rituales Eliecer Gaitán, cfr. Rivera, 1982) están separados
populares, la vida en las misiones de la región ama- por un abismo: el primero es excluyente, patriarcal
zónica y una larga serie de láminas dedicadas a la palabra “indio” y parasitario, en tanto que el segundo es un espacio
arquitectura y a las iglesias rurales, para terminar heterogéneo en el que florecen los intercambios in-
con un par de alegorías que interpretan crítica-
mente la corrupción y doble moral de la iglesia y
fue purgada terétnicos, dando lugar a la miscegenación cultural
y a la creatividad productiva y festiva
el poder judicial, enmarcadas en la noción de un
mundo al revés. Podríamos aventurar la interpre-
del lenguaje El potencial epistemológico de las fuentes
tación de que el conjunto del Álbum es un intento
de representar al mismo tiempo los fundamentos
oficial y sustituida orales e iconográficas. En este ensayo he in-
tentado abordar lo que Homi Bhabha denomina
materiales y culturales de una nación posible, a la
par que los límites que sobre este proyecto impuso
por la de las narrativas fragmentadas de la nación (Babha,
1990). En una sociedad poscolonial como la boli-
el legado colonial y las instituciones jurídicas y po-
líticas que moldean y organizan la vida republica- “campesino” viana, la imagen de una nación moderna posible y
deseable está cruzada por fuerzas divisivas como la
na. En este sentido, Mercado trabaja a contrapelo etnicidad y la dominación colonial, que discurren
de la historiografía tradicional, para la cual el siglo por debajo de la aparente igualdad promovida por
XIX fue una época de retroceso y estancamiento, el mercado, el modelo ciudadano y la democracia.
tan sólo superada por la acción progresista de las que nos revelan las paradojas de una sociedad co- Estas divisiones, negadas por las elites dominantes
razas superiores. Tal es el punto de vista del his- lonial, y la contradicción entre su sistema jurídico o, en el mejor de los casos, reconocidas sólo como
toriador del siglo XIX, Gabriel René Moreno (cf. y las realidades económicas que alimentan la vida ornamentos culturalistas en un modelo hegemóni-
[1888] 1973), para quien la población indígena del colectiva co de sociedad occidental, emergen a la superficie
país era el mayor obstáculo en el camino hacia el Las alegorías de Melchor María Mercado, tan con toda nitidez, cuando pueden escucharse o re-
progreso y la civilización. Pero este punto de vista, oscuras como las de Jorge Sanjinés, reflejan un presentarse las imágenes y voces subalternas. El
con todo lo anacrónico que pueda parecer, ha sido punto de vista profundamente pesimista sobre la cine y la pintura son, en este sentido, medios más
retomado y actualizado por los historiadores na- sociedad boliviana, en particular de sus elites do- aptos para atravesar la superficie de esas ideas
cionalistas de 1952, como José Fellman Velarde, minantes: la iglesia como nido de corrupción, el consoladoras, en la medida en que expresan mo-
para quien la sociedad boliviana era un conglome- sistema judicial marcado por la ambición y la doble mentos y segmentos de un pasado no conquistado,
rado de identidades esencializadas en términos de moral: un mundo al revés en el que los papeles de que ha permanecido rebelde al discurso integra-
raza y clase, que bajo el liderazgo de una metafísi- trabajadores y animales resultan invertidos. Esto dor y totalizante de la ciencia social y sus grandes
ca clase media, dejaría por fin atrás la prehistoria es a la vez un diagnóstico lúcido de las brechas en- narrativas. Es por eso que, en lugar de ver en ellas
para transformarse en una sociedad moderna y tre lo social como conjunto de normas que regulan tan sólo fuentes ilustrativas para interpretaciones
occidental, superando así su pasado indígena de la relación entre dominantes y dominados, basa- más generales de la sociedad –tales como las que
barbarie y precapitalismo. Estas interpretaciones das en la igualdad ciudadana, y aquellas prácticas formulan típicamente los cientistas sociales libe-
son puestas en tela de juicio, de antemano, en la sociales que reproducen la inequidad, el autorita- rales, nacionalistas o marxistas- propongo más
obra de Mercado, a través de la sátira y la alegoría, rismo y la injusticia de modo cotidiano. Delibera- bien comprenderlas como piezas interpretativas

cipio Potosí, con la experiencia contemporánea del pregnancia simbólica para el mundo indio ameri- del trabajo, que provocó una grave crisis en el pro-
akapacha, el “aquí y ahora” del capitalismo globali- cano. Los malentendidos comenzaron justamente yecto, cuyo desenlace fue mi renuncia a la posición
zado, al que –demás está decirlo– nosotros vivimos cuando nos tocó explicar y justificar de mil mane- de curadora. Una sesión de consulta con la hoja
y conocemos en y desde el Sur. Quizás por eso nos ras esta sugerencia de elección, a la que añadimos de coca nos llevó a declinar también la invitación
pareció tan extraña la melancolía y la negatividad una solicitud de préstamo de 4 kipus del Museo del Museo Reina Sofía para organizar una feria y
de la mirada alemana, inspirada en filósofos del Etnológico de Berlín (que por cierto fue negada). montar un espacio expositivo propio –en torno a
desastre como Giorgio Agamben. Opusimos desde El circuito de fiestas que armó el calendario de 6 de los cuadros seleccionados- que iba a ser una
el inicio una visión pícara, celebratoria, negada a nuestro trabajo incluía la del 25 de julio en Guaqui, suerte de espacio paralelo y disidente de la muestra
toda idea sobre la inevitabilidad de un devenir ca- 5 de agosto y 4 de octubre en Jesús de Machaqa, oficial.
tastrófico. Creíamos que el Principio Esperanza, de el 14 de septiembre y 17 de enero en Caquiaviri, el No renunciamos, empero, a continuar con el
Ernst Bloch, podía haber sido un puente, una espe- 16 de julio y el 8-9 de septiembre en Chuchulaya, trabajo de contextualización ya iniciado. Propusi-
cie de traducción de lo que sentíamos como reverso Todos Santos en Carabuco, además de las fiestas mos que toda nuestra investigación y el montaje
de la propuesta original, centrada como estaba en del Niño y el Carnaval Minero en Potosí. Todo este creativo que habíamos ideado para ella, se plasmen
la hegemonía, la acumulación y el sufrimiento co- itinerario nos ayudó a comprender el papel de las en un catálogo multimedia que titularemos Princi-
lectivo. Iglesias y en particular de las capillas rurales, como pio Potosí Reversa.
El afuera del que hablamos parte también de sitios contestados de hegemonía cultural. Esta con- Creemos que sólo en ese texto –que se pre-
una noción aymara que podría traducirse como un testación logra, aún en forma efímera –en sus mo- sentará en Madrid en la primera semana de julio-
estar en-diálogo-entre-gentes (jaqjam parlaña), mentos de climax ritual- armar un mapa sagrado lograremos explicitar plenamente las ideas que nos
anteponiendo la honestidad a la conveniencia, el de peregrinaciones y ceremonias, donde se expresa mueven y los malentendidos que provocaron. En
goce creativo a la normalización. Emprendimos no sólo un gesto demoledor de los aparatos ideo- él esperamos plasmar, con autonomía y apertura
entonces una gira por las fiestas patronales de las lógicos coloniales, sino también una modernidad mental, un diálogo ch’ixi entre el Sur y el Norte,
Iglesias en las que se guardan cuadros elegidos para alterna y subversiva, un contrapoder simbólico y un espacio abigarrado y manchado, en el que las
la muestra. De entrada, nos percatamos de una gran material. tensiones coloniales y las resistencias subterráneas
ausencia en la selección: Tata Santiago Illapa que De todo este proceso fue surgiendo una idea de puedan configurar un camino de inteligibilidad
es, junto con la Virgen María, la imagen de mayor contextualización y una propuesta de instalación para nuestra experiencia colectiva. x S.R.C..

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 35


PORTADA

El “Álbum” de Melchor
María Mercado recogió
entre 1841 y 1869 las
distintas costumbres y
tipos humanos de Bolivia.

en y por sí mismas, permeadas por voces autorales y Ukamau (1966), que los indios existían y que el llas, ambos logran articular y poner en evidencia
que no sólo describen o reflejan una realidad dada, colonialismo seguía en plena vigencia, a pesar de las bases de una distinta nación posible, más au-
sino que la interpretan, teorizan y reflexionan so- los efectos democratizantes y redistributivos de téntica y plural, y de otra modernidad, que Partha
bre ella, brindándonos una mirada genuinamente la reforma agraria, el voto universal y la reforma Chatterjee ha llamado “nuestra modernidad”, para
sociológica sobre la organización, los valores y las educativa. Esta transformación de la naturaleza el caso de la India (Chatterjee 1997). El aquí y ahora
fuerzas morales y económicas que moldean la so- colonial de la sociedad boliviana permitió que su- de ambos autores está intensamente comprometi-
ciedad. Mientras que los textos escritos represen- jetos sociales antes silenciados comenzaran a ha- do con la historia y la política, a través de las inte-
tativos del pensamiento social boliviano tienden a blar, revelándonos un pasado no superado, ajeno al racciones sociales que se dan en un escenario como
domesticar el pasado –haciéndolo transparente e discurso integrador y totalizante del Estado. el andino: un paisaje que no puede ser fácilmente

L
inteligible- las fuentes orales e iconográficas apun- domesticado o controlado sino es por la paciente y
tan a la irreductibilidad de la experiencia humana, as voces críticas y conflictivas de los centenaria acción humana de apertura de espacios
a las grietas y fracturas del ámbito normativo, mos- sujetos subalternos y actores sociales productivos, caminos y sitios ceremoniales. Este
trando cómo las cosas son, en lugar de pensar en indígenas son así obliteradas del sen- legado no resulta exotizado, sino integrado en la
cómo deberían ser. Mientras que la escritura y los tido común dominante, afectando la arena social a través de la metáfora de la caminata
marcos conceptuales de la ciencia social convencio- propia producción de fuentes históricas y de in- colectiva que transita por amplios espacios abier-
nal tienden a obliterar las voces subalternas o a in- terpretaciones por parte de la historiografía y la tos, una imagen recurrente tanto en las acuarelas
tegrarlas en una narrativa monológica de progreso ciencia social. La imagen dominante que surge de de Mercado como en las películas de Sanjinés.
y modernización, la imagen pictórica o audiovisual ellas se encuentra moldeada por una visión lineal Es el observador de estas obras quien encontrará
reactualiza las fuerzas que moldean la sociedad, a y evolucionista de la historia, propia de la raciona- en ellas las bases de un nuevo sentido de pertenen-
tiempo de organizar lo abigarrado y caótico en un lidad occidental, en la que estas voces se perciben cia a una nación posible, plural y abierta, en la que
conjunto de descripciones densas e iluminadoras. como anacronismos, obstáculos o interferencias se reconozca la heterogeneidad social no como un
Más que ornamentos, interferencias o ruidos, en la al ideal de una sociedad homogénea, moderna y obstáculo sino como una fuente potencialmente
obra de Sanjinés y Mercado los sectores subalter- occidentalizada. Así, las sociedades indígenas son enriquecedora de la modernidad y la diferencia,
nos indígenas, trabajadores y campesinos, ocupan vistas como ajenas al mercado, estáticas e incam- capaz de superar las sucesivas derrotas y frustra-
un lugar central y ejercen una crítica práctica a las biantes, apegadas a tradiciones irracionales que ciones colectivas atestiguadas y reiteradamente ex-
fuerzas subyacentes del colonialismo, el racismo y consisten en repeticiones mecánicas de un pasado puestas por la historiografía tradicional. La inme-
la opresión patriarcal, incluso desde mucho antes inaprensible. Como nos lo muestran las acuarelas diatez y la fuerza de sus imágenes y alegorías, y el
de que estos conceptos fuesen adoptados por la de Mercado, la iniciativa histórica y cultural de los sentido metafórico de la composición y el montaje
ciencia social contemporánea. sujetos indígenas incluyó una activa participación forman parte de un juego de interpretaciones sobre
Luego de la revolución de 1952, cuando se tor- en los circuitos de mercado interno, que se estan- el pasado, no como algo dado, acabado y muerto,
nó hegemónico el ideal de una sociedad homogénea caron sólo cuando se volvió dominante el modelo sino un pasado-como-futuro (como lo expresó el
y occidental, el lenguaje oficial fue purgado de la oligárquico de una economía exportadora de ma- proverbio aymara ya citado): una fuente de renova-
palabra indio, sustituyéndola por campesino. De terias primas. ción y de crítica moral frente a lo dado, a la opresión
este modo las palabras fueron usadas para encu- De otro lado, la voz testimonial de Domitila y a la dominación occidental en tanto resultados
brir la realidad antes que para designarla, lo que Chungara y las fotografías de la masacre de 1974, inevitables del progreso y la modernización.
permitió desconocer y borrar del debate público, reconstruidas en las películas de Jorge Sanjinés, En la versión de Sanjinés, el testimonio de
de la ciencia social y de la prensa, la persistencia del revelan la existencia de una pluralidad de sujetos, Domitila nos habla desde una posición existen-
problema colonial y del racismo. No fue un sociólo- que se nutren de la cultura aymara-qhichwa y re- cial doblemente descentrada: como mujer y como
go sino un cineasta –Jorge Sanjinés- el primero en velan concepciones diversas del tiempo histórico miembro de una clase oprimida, marcada por sus
exponer los problemas cotidianos del racismo en y del orden social. A pesar de que la interpretación raíces qhichwas: las comunidades mineras del
la interacción entre miembros de la elite occiden- de conjunto de ambos autores es radicalmente pe- norte de Potosí. De otro lado, personajes como Se-
tal y trabajadores o campesinos indígenas, mos- simista, mostrando la imposibilidad de un cambio bastián nos revelan las dolorosas disyunciones de
trándonos en sus películas Yawar Mallku (1969) que provenga del interior de las elites mestizo-crio- la migración rural-urbana y la occidentalización,

36 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

con sus huellas de negación y vergüenza cultural. Mientras los historiadores de la revolución dos sociólogos de la imagen que han representado
Para ambos, la historia tiene sentidos contradicto- retrataron a multitudes apegadas a tradiciones y teorizado la naturaleza de la sociedad boliviana,
rios, que oscilan entre la derrota y la esperanza de obsoletas y estáticas, que debían ser conducidas desde el punto de su población indígena y traba-
la liberación, entre la posibilidad de la vida o de la pasivamente al progreso por los líderes ilustra- jadora, recreando un pasado aún vivo y resistente
muerte, como si en ellos mismos se reunieran con- dos, Mercado nos muestra la movilidad social de a las fuerzas homogeneizadoras de la occidentali-
tradictoriamente los fragmentos de la nación. Sus los estratos populares, su multiplicidad de oficios zación.
vidas representan una suerte de crítica práctica a la y prácticas económicas, y su habilidad para la co- El tipo de conocimiento producido por estos
visión homogeneizante, masculino-centrada y ra- municación intercultural a través del lenguaje de autores nos permite borrar la distinción entre
cionalista de la sociedad y de la historia, dominante los intercambios mercantiles, aunque a la vez re- arte y ciencias sociales y nos exige un enfoque
en el discurso oficial tanto como en las narrativas produce una estratificación de castas basada en el transdisciplinario que nos ayude a explorar las
hegemónicas de la ciencia social. status tributario que se estableció desde tiempos contradicciones y sesgos de la modernización, así
En el Álbum de Mercado, el montaje de lámi- coloniales. Lo que está en juego en el Álbum es en- como su naturaleza inconclusa y fragmentaria.
nas y las secuencias temáticas que lo organizan nos tonces una visión alternativa de la modernidad, con Este enfoque no solo nos permitirá comprender
permiten imaginar una sociedad abigarrada, mu- todas sus contradicciones, barreras institucionales mejor el pasado, sino también “imaginar una co-
cho más diversa y compleja que la que nos revela la y jerarquías impuestas. munidad-nación” capaz de superar el destino de

E
historiografía contemporánea. La vida cotidiana de anonimato colectivo impuesto a la gran mayoría
los comerciantes de chicha, arrieros y vendedores n sociedades poscoloniales como la bo- de la población, a partir del modelo de nación oc-
ambulantes –muchos de ellos mujeres– ha dejado liviana, la cuestión de las fuentes tiene cidental (Anderson, 1991).
escasas evidencias documentales, y las que tene- profundas implicaciones teóricas y Imaginar una comunidad futura en la que el
mos son por lo general equívocas. Así, las fuentes políticas. Como nunca antes, se ha lan- abigarramiento y la heterogeneidad social del país
coloniales españolas eran completamente ciegas zado una severa crítica a la historiografía oficial y puedan ser reconocidos y plenamente integrados
a la iniciativa y a la participación económica de las a la sociología liberal. Puede ponerse en duda la en los diseños institucionales y en los marcos nor-
mujeres en los tambos de los caminos que conecta- posibilidad de un conocimiento objetivo en una mativos de la acción pública, superando así el lega-
ban Lima a Potosí: los cronistas no podían siquiera sociedad multicultural como la nuestra, en la que do colonial y construyendo un sistema democrático
imaginar qué hacían esas mujeres en los tambos, las fuentes oficiales se escriben en castellano, pero en el que la diversidad pueda expresarse plenamen-
excepto vender sus propios cuerpos. la mayoría de la población habla idiomas nativos y te y la coexistencia sea posible en términos menos
Mercado representa lo que vio en las rutas se comporta conforme a marcos culturales radical- violentos y más incluyentes. x
de arriería que conducían a La Paz y Potosí, desa- mente distintos a los de la minoría. Esta crítica ha
fiando de antemano lo que vendría a ser la historia puesto en entredicho el pretencioso postulado de
oficial en el ciclo populista del MNR (Movimien- objetividad en las ciencias sociales, dando paso a Silvia Rivera Cusicanqui
to Nacionalista Revolucionario). Para ésta, antes una serie de visiones fragmentadas de la sociedad, Profesora de la Universidad Mayor de San Andrés,
de la revolución (1952), las sociedades indígenas que aún no han sido capaces de articularse en una La Paz, Bolivia.
y campesinas eran pre-mercantiles, estancadas e única lectura alternativa de la historia social del *Este artículo fue escrito en su versión original
incapaces del cambio social. En el Álbum vemos país. Pero es precisamente en su pluralidad y diver- en 1996, antes de la irrupción de los movimientos
justamente lo contrario: una multiplicidad de es- sidad donde reside el potencial epistemológico de indígenas en la arena política electoral lo que dio
tratos en el interior de los grupos subalternos de las fuentes no escritas, para desvelar la textura de lugar a cambios que han terminado con una nueva
la sociedad, que nos habla de los cambios no sólo las relaciones sociales en una sociedad no-coetánea Constitución Política del Estado en la que el reco-
en la actividad económica sino también en la ves- como la boliviana (cf. Bloch 1971). nocimiento de la diversidad cultural ha adquirido
timenta, los patrones de consumo y las formas de En esta reflexión en torno a las fuentes orales fuerza normativa.
intercambio intercultural. y visuales, me he propuesto analizar el trabajo de

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CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 37


PORTADA

El Noviciado del Infierno


Con Potosí comenzó una institucional e instituida mecánica del desgaste y la explotación
colonial. Viajamos a las entrañas de un símbolo de gran poder alegórico y a un inframundo
donde se aúnan la esclavitud y la avaricia. Por Esperanza López-Parada

D
esde su blog, el Colectivo Nichoeco- gros muy rricos”, ornada de monasterios, templos de las minas de Zacatecas en un grabado de José
lógico informa del tercer evento ar- y santuarios, las vetas y minerales se dan en ella en de Ribera Fernández. Este tipo de escenas no son
tístico Minas que, convocado el 24 de tan gran número que el oro se trata “como polbo” infrecuentes en la portada de un libro de mapas
octubre de 2009 en Santiago de Chile y la plata “como piedra” (1140). o, incluso, en los bordes de algún plano. Muchas
bajo el título común de Minas trabajando-traba- En el grabado que acompaña a su texto (y que veces, nos encontraremos la veduta de una ciudad
jando Minas, jugaba con la terminología geológica ilustra esta página), Felipe Waman perfila contra en la distancia, y sobre ella, los signos de la pose-
y con el doble sentido de la palabra en Latinoame- la montaña el escudo de Aragón y Castilla que la sión española, en eje vertical y hegemónico, en una
rica, que designa, por un lado, el yacimiento de mi- coronan como una especie de gran cabeza heráldi- jerarquización taimada que organiza y detenta su
nerales en el seno de la tierra y “en referencia explí- ca; a los lados, las columnas Plus Ultra, a modo de fuerza con el expolio de aquél al que domina. El
citamente genital” el cuerpo de la mujer, poblado extremidades, el regalo con que Carlos V premia otro colonizado se somete mediante los instru-
de profundidades, de íntimos y fecundables reco- el servicio crematístico de sus extracciones; sos- mentos de un poder obtenido o enajenado de su
vecos bajo la piel de una tierra-fémina, impositiva teniéndolas, los cuatro suyos o provincias andinas, mismo subsuelo.
y tradicionalmente conquistada. La violación de la personificados en cuerpo del montículo, y el Inca Entonces, la perversidad de este circuito pa-
interioridad, que une a la mina y a la mujer en un si- mismo, en medio, a la manera de corazón, sujetán- radójico encuentra, para su expresión, vías alegó-
milar y trágico destino, ya había sido explorada por dolo todo. En la falda del monte se deja ver la mina ricas e imágenes incluyentes, y la heráldica toma
el Proyecto de Artistas que en su primera versión, de plata como una informe matriz, un debilitado posesión del cerro en nombre o en sustitución de
Minas multidisciplinares corporales, denunciaba útero, casi exhausto, de cuyo canal gestor parece la efigie del rey que simbólicamente se superpone
las violencias intrafamiliares, el feminicidio y las a la anatomía del apu, monte, colina o elevación
desigualdades de género. sagrada de los incas. El cuerpo imprevisible de un
Más allá de la facilidad un poco básica de monarca lejano superpuesto al cuerpo expropiado
la metonimia, detrás de la estrategia que reúne de una montaña antigua, o el nuevo orden político y
alusivamente ambos términos, hay un complejo violento del mundo sobre el viejo esquema relacio-

Potosí se erige
mecanismo de significación y condena: la mina es nal nativo. Alrededor de las minas de plata y de su
el símbolo histórico de una explotación colonial, posesión, surgirá este discurso dúplice, bífido, que
de relaciones verticales de dominio y expolio. Es coincide en sus sofistas retruécanos con los alega-
también el ámbito por excelencia del Imperio en
Indias, al establecer los españoles un régimen de
en una poderosa tos justificadores de la conquista española, cuando
la perseguida idolatría indígena, su pasión icónica
extracción y desgaste, de acumulación derrochada
de los interiores del continente, frente a la econo-
máquina por el ídolo de oro, palidece ante la codicia enco-
mendera que encuentra, sin embargo, patente de
mía agraria de superficie indígena.
El cerro Potosí, por ejemplo, rico en vetas de
alegórica, corso en el mismo aparato del poder al que contri-
buye con un quinto de lo extraído.
plata, se levanta en cuanto núcleo productivo –y
se diría inagotable- del Virreinato del Perú, des-
fundadora de Los pensadores imperiales defienden entonces
la propiedad natural de este espacio para la corona
cubierto como un milagro inesperado del Nuevo
Mundo. En su redondeadas simas se contienen altí-
una conflictiva con un argumento de derecho universal hispánico
sobre las tierras fértiles en plata y mercurio de Boli-
simos y sofisticados procesos de conceptualización
espacial para un tipo de “mecanismo hegemónico modernidad via. José de Acosta arguye la importante función de
cebo, la atracción que éstas ofrecen a los buscavidas
que actúa sobre los individuos” estratificándolos, peninsulares, con cuya rapiña llegará también, sin
a su vez, en niveles de diferenciación económica. embargo, el Evangelio. Acosta se hace acompañar
Poco a poco, según cronistas, mineros, azogueros, de una teología profética y predispuesta –de Isaías
criollos o indios esclavizados en sus galerías, según parida la floreciente villa que se extiende al pie. a San Agustín- para la legitimación ad eternum del
también los peninsulares y europeos del XVII que Para el cronista ilustrador, Potosí –y no Cuzco- proceso en confirmación celestial de regímenes
reciben sus objetos y sus fábulas de enriquecimien- podría ser el verdadero ombligo de todas las cosas, coloniales. Potosí funge como un pulido símbolo
to inmediato, Potosí se erige en poderosa máquina el comienzo del Imperio, su primera base. Pero, en de la conversión del continente, de la previsora
alegórica, fundadora de una conflictiva moderni- efecto, como señala Alberto Moreiras (2010), “no providencia divina que enriquece a un pueblo, que
dad, una especie de umbral de todo lo conocido, el se trata tanto de una reterritorialización del orbe a lo favorece hasta estimular el robo, sólo como vía
gran órgano productor que expele una abundancia través de la reflexión geográfica que las Indias im- para su más rápido bautismo, descubriéndose así
incontable. plican, como de la exposición declarada de un sis- “que las tierras de Indias más copiosas de minas y
En la sección de la Nueva Coronica y Buen Go- tema distinto de relaciones, el comienzo en Potosí riqueza han sido las más cultivadas en la religión
bierno que Felipe Waman Puma de Ayala dedica a de un moderno estado de la cuestión; no un origen cristiana, aprovechándose el Señor para sus fines
la ciudad surgida de su mina, el cronista ladino la sino un conducto originario que funda el nuevo soberanos de nuestras pretensiones” (98-99).
considera el tope de “treze cielos”, “mienbro uni- orden de la violencia”. La mina de Potosí –como Desde luego, todas las alegorías que se movi-
versal, socorro del pueblo de Dios de Jerusalem, las de Ouro Preto, Minas Gerais o Huancavelica– lizan para narrar Potosí provienen también, re-
ayuda de la santa fee católica y gran servidor de posibilitó la acumulación imprescindible y previa forzando ese circuito cerrado de la explotación,
la corona enpereal” (1142). Por ella, “por la dicha a cualquier robo, también a cualquier construcción del propio sistema iconográfico occidental que lo
mina, [Castilla] es Castilla, Roma es Roma, el papa impositiva estatal. De sus galerías salieron las can- fuerza. Lo confirma hasta el dibujo de Waman, el
es papa, el rrey es monarca del mundo, y la san- tidades necesarias para establecerse lo que empie- cronista indígena que ha aprendido a duras penas
ta madre yglecia es defendida y nuestra santa fe za con ella: una institucional e instituida mecánica una escritura y un castellano de urgencia, al cubrir
guardada por los quatro rreys de las Yndias y por del desgaste y de la explotación colonial. con los signos monárquicos del escudo, columnas
el enperador Ynga”. Villa poderosa y noble que El dibujo del indio Waman coloca el escu- y símbolos matriciales del propio Imperio aquella
“acude con comida, uino, carne y rropa”, habitada do imperial en la cima del Potosí. Curiosamente mina de plata que, a la vez, le ofrece fundamento
de “muchos caualleros, y bezinos y soldados y ne- una disposición similar ofrece la representación operativo. Recordemos que Waman coloca por en-

38 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

El indio Waman deja


entrever el poder
imperial de Carlos V,
cuyo escudo sostienenen
los cuatro “suyos” y el
Inca, y la mina como una
matriz exhausta en su
representación de Potosí.

cima del incanato el poder de Castilla, para caer de


este modo en el complejo de mimesis que describie-
ra Homi Bhabha y que Ranahit Guha calificase de
fracaso histórico: “la dependencia representativa
de los espacios oprimidos respecto a los procesos
de representación opresores” (284).
La imposibilidad de pensar Potosí, más allá de
esos esquemas ascensionales y alegóricos vigentes
en la retórica imperial, desvela o saca a la luz, como
una pobre extracción de ganga, hasta qué punto las
acumulaciones coloniales funcionan como sistema
histórico impositivo, generador de imágenes que
sostienen su propia injusticia.

A
sí pues, tenemos la figura del rey, sutil,
esquemáticamente sugerida sobre la
figura excavada de un cerro. Los sofis-
ticados procesos que permiten leer la
una sobre la otra pertenecen al sistema que socava
aquél, que explota la montaña de mineral y azogue.
Por supuesto, la estrategia es política, pero como
vería muy bien Louis Marin en su estudio sobre
la anatomía monárquica de Luis XIV, se desliza
hacia una cuestión formal (423). Hay maniobras
–sinécdoques, metonimias, personificaciones, so-
bredeterminaciones, metáforas- que hacen posible
lo que se orienta ahora en violencia analógica, en
imposición estilística.
La inteligibilidad de la tiranía se desliza hacia
la exégesis de su representación; o más bien, la
efigie, la figura del poder ocuparía el lugar, susti-
tuyéndolo, del poder en sí: el retrato del rey-cerro
en lugar del reinado de un omnívoro Felipe de Es-
paña. La cuestión del dominio hegemónico, de su
justificación, se articularía desde la cuestión de lo
que Marin llama su figurabilidad y que consiste en
el modo plástico por el cual el monarca se agota y
se reduce a su perfil figurado. El absolutismo del
regente, con su código de esclavitudes y manipu- ción de un inframundo que no tiene una ubicación
laciones, se disolvería en el escenario de la imagen, clara ni un acceso fácil. Los dibujos que represen-
en una hermenéutica de lo simbólico; se desmem- tan la entrada en el cerro no dejan de ofrecer si-
braría en una simple cuestión retórica, la perma-
nencia de un absoluto injusto en la permanencia
Si Potosí es militudes dantescas con una bajada de grado en la
ontológica escala de los seres o con la inmersión en
de una alegoría. ¿No es este desliz, sin embargo,
sospechosamente moderno, esta suplantación del
una alegoría, una siniestra caverna platónica, donde las ideas se
materializan en esclavitud física y en cadenas de
problema por la pregunta acerca de la forma del
problema?
tendría que ser avaricia. Sorprende el minero medio vestido de un
grabado de Theodor de Bry que enseña al especta-
Quedémonos de momento con esta argucia
plástica de Waman, la fundición de la imagen real
una alegoría dor su trasera desnuda en un contrapicado audaz,
como un demonio imparable de la extracción y el
y la imagen minera en una única alegoría político-
antropológica que se articula mediante el esque-
plutónica, pecado. Los mapas de la zona no son menos explí-
citos y por ende emblemáticos. Cartografían con
ma y la metodología de la riqueza acumulada, de la
apropiación en un monarca y en un lugar de todos un sustituto minucia estos escenarios de debajo, los espacios
freáticos y perversos de una realidad aniquilada,
los bienes posibles, acumulación de valores en la
persona expropiadora y en el sitio expropiado. Y aparatoso y las párcelas secretas de una invisibilidad, que son,
sin embargo, parte recóndita y subyacente, parte
digamos, en consecuencia, que la acumulación es el
vehículo que posibilita la operación alegórica. barroco de las sustentante de lo visible y tangible, de lo cotidiano
y conocido que pasa encima.

bocas del Hades


Pero si Potosí es una alegoría, tendría que ser, Potosí se coloca en tanto espejo de lo inima-
más bien, una alegoría plutónica, un sustituto apa- ginable –eso sumergido que no podemos ver–; se
ratoso y barroco de las bocas del Hades –Orsúa y ofrece en espectáculo horrible de lo que sucede por
Vela lo llama “noviciado del infierno” en su His- dentro, es la cifra de todas las especulaciones ba-
toria de la villa imperial del Potosí–, la manifesta- rrocas en esa dirección. El jesuita Kircher andaba,

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 39


PORTADA

por entonces, levantando carta de las intimidades sentable, anfibológica, como tantos no-lugares con- aproximaciones justas entre elementos, sino de
de Gea, de sus volcanes, ríos y lagos ocultos en su temporáneos, un contraemplazamiento que invier- enérgicas y forzadas violentas acumulaciones
libro Mundus subterraneus, quo universae denique te procesos y asignaciones: lo que Foucault designa analógicas, de desordenadas apropiaciones de sig-
naturae divitiae (1664), pero ninguno de sus graba- como el quiebre y la contradicción de las utopías, lo nificación, una especie de gran orgía inestable de
dos y quimeras supera el vértigo del descensus ad sin espacio más allá de todos los lugares. la semántica.
Potosí, el abismo de claroscuros de esa oquedad. Louis Marin cita el Traité des Quatre fins der- Empeñada en la arrogancia y el excedente,
La interioridad que Potosí desvela, el interior nières de los Essais de Morale de Pierre Nicole para en la demostración de la cantidad y el número, la
que la mina exterioriza implica dificultades nota- entender, como característica ineludible del cuer- riqueza potosina permite unos suplementos de ca-
bles de expresión y significancia: ¿cómo se cuenta po profano del poder, que ese dominio absoluto no pital en todas las direcciones, también de capital
lo que pasa allí, en esa hondura nefasta que genera se sostiene sino sobre una servidumbre absoluta. de sentido, que facilitan la creación de imágenes,
muerte? Quiero decir que las minas de plata de Po- Extrapolando la ecuación, también la forma de la metáforas y composiciones alegóricas. Durante
tosí son, de nuevo, como ya hemos visto, más que acumulación primitiva se gestiona sobre un des- días enteros, a la menor ocasión de juerga y des-
un lugar representativo, una logística de la repre- gaste inaugural, sobre formas iniciales del derroche pilfarro, la ciudad se autocelebra en espectáculos
sentación. Exigen unas tareas descriptivas muy masivo. En realidad éstas parecen coadyuvar de un de lujo desmedidos que los cronistas no dejan de
complicadas que habiliten la visión de lo interior, modo básico a cualquier proceso narrativo, a cual- referir entre el deslumbre y la alarma. Los alardes
de lo bajo y secreto. Lo privado, lo interior se pone quier discursividad que exceda el simple interés técnico-festivos darán para simular un mar entero
en contacto con el exterior que le es dependiente. de comunicar. La alegoría es la figura del consumo en medio de la villa, un océano artificial pretendido,
Potosí comunica un adentro inimaginable con expresivo, una construcción desproporcionada que o para provocar la erupción pseudovolcánica de un
un afuera que es su oximorónico espejo. Invierte sin rebosa los límites de su misma coherencia. En ella granizo de azúcar, pintura y espejismos de las posi-
duda las relaciones de ambos, y los bordes de lo ínti- no parece servir sólo la semejanza, ni la simbiosis bilidades de fabulación que la región estimula. De
mo y secreto se inscriben en la dinámica de lo visi- restauradora. Antes bien, resulta siempre de una hecho, el proceso de modernidad de Potosí llega a
ble por primera vez. La confusión de sus direcciones desproporción –el rey como cerro, el infierno como su culminación cuando para conmemorar el Cor-
hace de la mina del XVII una heterotopía irrepre- mina, la mina como matriz imperial–, nunca de pus, entre el jolgorio de arcos, campanas, farolillos,

La destrucción y la
riqueza corren paralelas
en Potosí, como la vida
humana. Tanto es así
que las ciudades mineras
tenían algo de infierno
para los grabadores y
cronistas de la época.
En la imagen pequeña,
la visión que Waman
Poma realiza de la ciudad
portuaria de El Callao,
lugar de salida de todos
los metales preciosos
hacia España.

40 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

esculturas comestibles, carbunclos, joyas, brillos y tribuyen al progreso inhumano de una ingeniería El derroche, como la acumulación, más allá de
banderas bordadas de tafetán con las minas como de la riqueza y de una ostentosa plástica del poder. su contenido político-marxista, serían entonces
emblema, la ciudad organice una alusiva esceno- Sobre las colinas adyacentes, las seis mil guayras operaciones transhistóricas, en las que se juega
grafía de éstas y levante en la plaza un cerro igual, –hogueras encendidas para fundir la plata y sepa- cierta naturaleza inmutable, cierta ontología ge-
todo él con granos de plata, a modo de exposición rarla de escoria y desmontes-, se miran y se viven neral de lo humano. Trasmutadora, acumulante
fractal y abismal de sí mismo. como la alegre iluminación de un nuevorriquismo y rápidamente empobrecida con la misma com-
Los cronistas Vázquez de Espinosa, Arzáns de milagroso, de un pelotazo del XVII, del que no dejan pulsión, esta macro-ingeniería practicada en Po-
Orsúa y el minero y experto en azogue Luis de Ca- de contarse casos envidiables: el del azoguero que tosí pareció a algunos pensadores lascasianos una
poche comentan esa macroescena en la que la mina en ocho meses vuelve a España más poderoso que alquimia diabólica. Pocos de los trabajadores que
se duplica y se repite. La acumulación del metal en el papa romano, el minero paupérrimo que por el bajaban al corazón esquilmado del cerro salían con
el centro de la villa, como otro monte, depurado y importe de un guiso de gallina consigue comprar- vida y ésta se soportaba sólo con el consumo de
extraído desde sí mismo, hace de toda la región una coca; había mineros que no veían la luz del día en
narcisista alegoría inclusiva, una estética doblada meses porque en el recorrido de ascenso se per-
y especular, adelantado paradigma de muchas de día mucha jornada y la duración de la existencia
nuestras metarrepresentaciones modernas. En eso no superaba ni siquiera los dos años. El exceso de
consiste su enloquecida contemporaneidad, en la sacrificio que esa riqueza pide en retribución y los
capacidad creada por el capital para el derroche y
para el lujo estilístico de una metáfora circular que
Pocos de los niveles de crueldad por ella favorecidos cumplían
el principio de modernidad que ya defendiera Ma-
se autorrefiere. Potosí es, desde luego, esa poderosa
máquina alegórica que intuíamos, pero su condi-
trabajadores quiavelo y, según el cual, la mejor manera de po-
seer una región consiste en destruirla: irse a vivir
ción de modernidad radica, más bien, en la dilapi-
dación que acompaña cualquiera de sus fundacio- que bajaban a una ciudad o arruinarla son las dos opciones de
dominación que El príncipe ofrece sobre ciertos
nes. Varias son las razones que la designan como
tal, entre los procesos simbólicos de conceptuali- al corazón espacios rebeldes.
Potosí se derrumbaba, sin duda, al mismo rit-
zación y representación que engendre.
De hecho, cerro -y villa a su amparo- gestio- esquilmado mo de intensidad productiva con que se levantó.
Y la villa equiparará la grandeza de sus ingresos

del cerro salían


nan las imágenes de su economía derrochadora y con la “magnificencia de unos gastos”, que hacen
desgastante dentro de una escala de dimensiones de ella “el abreviado mundo” del menoscabo (Ar-

con vida
preindustriales. Las cifras que su explotación arroja záns II, 158). Es más: parecerá intuir, al fin de esto,
deslumbran con el encantamiento de una cueva de que lo uno deriva de lo otro, la prosperidad de la
bandidos, y Antonio de León Pinelo en su Paraíso ruina, el desmedro es porción inexcusable de la
en el Nuevo Mundo calcula las cantidades obtenidas grandiosidad.Entonces comienza un espectáculo
de plata como para tender un puente a lo Calatra- equivalente de pobreza, subdesarrollo y dependen-
va desde allá hasta Madrid, construido con 2.071 se una veta entera o la historia de los oficiales del cia, cumpliendo el axioma benjaminiano según el
leguas de largo, cuatro dedos de espesor y 14 varas capitán Gil de Nortes que, antes de que esté frío su cual todo documento de cultura va acompañado
de ancho (338). Al año, según la relación de Arzáns cadáver, ya han huido “con los 2.000.000 de pesos de un documento de barbarie; o mejor, realizando
de Orzúa y Vela, a acomienzos del siglo XVIII, se que aquél tenía de caudal” (Arzáns I, 179). esa sistemática y entrópica desposesion del mito
necesitan millares de mulas para el acarreo, 5.000 La labor interventora sobre una naturaleza, faústico: mito que alguien calificó de movimiento
pesos en velas, miles en madera de cedro para las que no se explota sino que se expolia, evoca en caracterizador de lo moderno y que persigue la ob-
ruedas de ingenios y transportes; al año además magnitud las proyectos de un megalómano artis- tención de riquezas incontables al precio paralelo
se consumen 2.000 fanegas de trigo y 300.000 de ta de intervenciones, las pretensiones imposibles de uno mismo. Potosí encarna la imagen de nuestra
otras semillas, de las que más de 160.000 costales de de algún sobredimensionado Land Art. Vázquez contemporaneidad, ese espejismo de obtención de
maíz se destinan a la chicha de los 5.000 indios que de Espinosa comenta cómo el cerro estaba todo algo hasta los límites de la propia pérdida, algo -un
trabajan en sus 1.500 galerías, así como un millón horadado por dentro para incrementar la produc- poder falsamente acumulativo- que se paga en ex-
de cestas de coca para mantenerlos en pie, 100.000 ción y se mantenía en pie merced a un entramado tinción y desgaste. x
arrobas de especias o 12.000 zurrones de miel. de vigas y soportes. Operación de vaciamiento del
Las tareas matemáticas para el acondiciona- pico, suplantación de la montaña por una elevación
miento de los ochenta socavones que conducían a hueca a la manera de un antiguo Tindaya, Potosí Esperanza López-Parada es poeta y profesora
su interior, la lagunización de la zona para proveer recuerda los Earth Works de ciertas intervenciones de Literatura Hispanoamericana de la Universi-
de fuerza hidráulica el complejo y los procesos quí- que se articulan como labores efímeras de tecno- dad Complutense, Madrid.
micos de depuración de los metales extraídos con- logía y paisaje.

Bibliografía

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Madrid: Atlas. y comentario de Porras Barrenechea. Sofía, 5 de febrero de 2010.
Lima: [Imprenta Torres Aguirre].

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 41


PORTADA

Ausencia determinada
Bartolomé de las Casas defendió a los indios pero también la integridad del imperio español.
La historia del conflicto colonial es la historia entre la acumulación primitiva de riqueza y los
procesos hegemónicos. Por Alberto Moreiras

S
i Maquiavelo es el primer pensador del ¿Cómo podría un pensador orgánico del impe- diferencia entre conquisto y cogito, en su tropolo-
estado nacional como acumulación po- rio pensar la violencia constituyente del imperio y gía posibilitante.
lítica primitiva, ¿podemos concebir un mantenerse en ella? Como dice Louis Althusser, En la Brevísima, De las Casas le pide al Príncipe
pensador orgánico del imperio capaz de “un pensador idealista es como un hombre que Felipe que termine con la extracción salvaje de
pensar la acumulación imperial primitiva? Habría sabe de antemano a la vez de dónde viene el tren capital en las Indias sobre la base de preservar la
que teorizar un Maquiavelo español—una ausencia al que se va a subir y a dónde va . . . El materialis- integridad del dominium imperial. Es cosa, dice
determinada, como el mismo Príncipe maquiavé- ta, en cambio, es el hombre que se sube a un tren Las Casas, de evitar la destrucción, pues la des-
lico, capaz de haber pensado y de haber sostenido en movimiento (el curso del mundo, el curso de la trucción dañará el imperio. De las Casas entendió
el pensamiento de la violencia en el nacimiento historia, el curso de la vida) sin saber ni de dónde el proceso histórico como forma equivocada de
del imperio a pesar de los bloqueos ideológicos im- viene el tren ni a dónde va”. acumulación primitiva: mejor cristianizar, y así
puestos por los teóricos del estado español. Muchos Pero el tren que se mueve y el hombre que viaja cooperarán.
piensan que Bartolomé de las Casas habría sido ese tienen tiempo por delante: el tiempo no ha sido ex- La acumulación primitiva, de la primera a la
pensador dado que se acercó al pensamiento de la propiado. El pensador materialista está lejos de la segunda fase de la Conquista, pasó de entenderse
violencia fundacional en su misma obsesión por vida desnuda, no puede todavía acercarse a ella. Si como la extracción brutal e indiscriminada de oro,
impedirla. la acumulación primitiva es el afuera necesario del plata, perlas y piedras preciosas a la percepción de
Pero De las Casas es quizá mejor entendido círculo vicioso de la relación de capital, separación que los indios muertos en los proyectos mineros
como un pensador utópico del estado cristiano. total, en el otro lado está el colapso de la distinción podrían ser mano de obra provechosa. La separa-
No fue un pensador de la liberación porque quiso adentro-afuera en la indiferenciación total. ción del productor de los medios de producción
evitar la destrucción de los territorios imperiales El pensador orgánico del imperio, cuando el fue del abuso asesino al tipo de esclavizamiento
y de sus habitantes nativos en busca de una mejor imperio está aún por decidirse, cuando sólo existe tributario disfrazado como mitas, repartimientos,
territorialización. Denunció la acumulación pri- la necesidad de acumulación imperial primitiva, no encomiendas, asientos y otras clases de explota-
mitiva como máquina infernal, pero sus razones piensa la indiferenciación final de la expropiación: ción del trabajo.
estaban todavía al servicio del imperio en cuanto sólo piensa cómo hacerla pensable. O impensable. El momento en el que los nativos del Nuevo
utopía imperial. En el Democrates alter, Juan Ginés de Sepúlveda Mundo fueron forzados a admitir que la política
La acumulación primitiva no es tanto lo que justifica el trabajo de la Conquista en un antece- lascasiana era mejor sin duda que las prácticas de
los españoles hicieron como lo que permitió que dente del imperativo categórico kantiano: “Todo lo los crueles tiranos Alvarado o Pedrarias Dávila fue
los españoles hicieran lo que hicieron. Para Marx la que queréis que los hombres hagan con vosotros, el momento en el que la razón imperial española
acumulación primitiva juega en la economía políti- hacedlo vosotros con ellos”. El razonamiento de empezó a hacerse razón hegemónica, razón razo-
ca el papel del pecado original en la teología. Es el Sepúlveda queda contenido en la norma de que lo nable o razón post-terror. Razón tras terror, pero
origen sin origen del capitalismo, y también el ori- que es superior tiene derecho de dominación so- razón basada en el terror: sin el terror original, la
gen sin origen de la territorialización imperial. No bre lo inferior, y que el derecho impone obligación. acumulación primitiva no habría pasado a su se-
se explica por ellas: se necesita para explicarlas. La dominación de lo inferior por lo superior es la gunda fase, y De las Casas no habría convertido a
La acumulación primitiva rompe el principio única forma en la que lo inferior puede abandonar ningún indio.
de razón suficiente en economía política y así lo tendencialmente su inferioridad. Por lo tanto, para El imperio nunca habría despertado a su con-
funda. La acumulación primitiva es para Marx el él, la dominación es un acto ético: “y todo esto por dición de verdad. La historia del conflicto colonial
proceso histórico de separación entre el productor decreto y ley divina y natural que manda que lo más moderno es la historia de las diversas y complejas
y los medios de producción. Fuera de la historia, perfecto y poderoso domine sobre lo imperfecto y relaciones entre acumulación primitiva y procesos
funda la historia. Se situa entre la no-separación desigual” . hegemónicos.
y la separación total, y no lleva ninguna de ellas a La guerra es justa porque es mejor, universal- Desde el necesario pero imposible pensamiento
su consumación. mente, ser cristiano que no serlo y dado que no hay de la acumulación primitiva como fundamento del
La separación total es vida desnuda. La no se- sino guerra para forzar a los nativos a abandonar fundamento, razón de razón, la historia del conflic-
paración es vida desnuda. En el medio está la fisura sus nefandas prácticas idólatras, la guerra es nece- to colonial no puede entenderse todavía como la
de la acumulación primitiva: el doble de la historia. saria. Si “yo conquisto” significa que tomo posesión mera historia de la constitución de una formación
Florece porque florece. Dice Marx: ¨Lo único que de la tierra de tal manera que permito a lo caído hegemónica.
nos interesa es el secreto que descubrió en el Nue- participar en su propia dominación, entonces la in- Más bien, la historia de todo proceso hegemóni-
vo Mundo la economía política del Viejo Mundo: clusión diferencial es el mecanismo fundamental co es siempre deconstituyente y prescribe la historia
que el modo capitalista de producción y acumula- de la dominación imperial. de un olvido: la hegemonía es siempre el olvido de la
ción, y por lo tanto también la propiedad privada La expropiación, por lo tanto, debe pensarse en acumulación primitiva, la incapacidad de sostenerse
capitalista, tienen como condición fundamental la primer lugar como colocación dentro del disposi- en la violencia, en el pecado original de la economía
aniquilación de la propiedad privada que descansa tivo de la verdad imperial. Antes de que la verdad política. La acumulación primitiva es el ser material-
en el trabajo del individuo; en otras palabras, en la imperial pueda reescribirse como cogito, o de que inmaterial de los seres.
expropiación del trabajador”. la ética pase a epistemología, antes de que la co- El afuera constitutivo de la razón imperial mo-
Pero si la expropiación del trabajador es el locación de lo caído y no verdadero en el espacio derna es un principio de insurgencia que sólo puede
pecado original de la economía política, si ha co- de la verdad pueda redefinirse como la operación entenderse negativamente, esto es, como aquello que
menzado siempre de antemano y nunca llega a calculativa de la res cogitans, el mundo debe quedar no ha sido sujeto a la garantía de la dominación, y por
consumarse, todavía tiene historia: hay una histo- preparado para su apropiación sin falla. Conquisto lo tanto como lo que permanece sujetable. x
ria de la expropiación y de la separación, aunque es la tropología necesaria del cogito en la medida en
la expropiación y la separación funden la historia. que ningún cogito es posible sin una previa terri-
La territorialización imperial del Nuevo Mundo, torialización que lo sostenga en su diferencia con Alberto Moreiras
en su momento español temprano, constituye algo respecto de sí mismo. Profesor del Centre for Modern Thought.
así como la irrupción en la historia del impensable La ausencia determinada, el pensador orgáni- University of Aberdeen , Escocia.
mismo de la historia. co de la acumulación imperial española, vive en la

42 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

Arlequines y polichinelas
El arte de la denuncia presenta en la India una nueva paradoja en el mundo global. Vende
en Occidente y llora inconsolable por la virtud robada por la propia occidentalización. En el
fondo está una religión enfrentada a toda una sociedad de consumo. Por Chantal Maillard

A
rte des-integrado. Primero fueron los
payasos. Miles y miles de payasos mo-
ribundos que perdían su sangre por
una nariz redonda y colorada, y sus
lágrimas con la pintura blanca de sus ojos. Paya-
sos que se despeñaban por un acantilado que era
el final abrupto de un continente enrojecido por
su sangre.
Me gusta ir a ver las exposiciones sin prepara-
ción al respecto; en la medida de lo posible, cuido
mi ignorancia para con lo que me espera. Me gusta
que la obra me sorprenda, y procuro saber menos
acerca de ella de lo que procuraré saber si me im-
pacta. Melting Wit me llamó la atención, al princi-
pio, porque el rojo es llamativo de por sí. Miré más
detenidamente y vi que los payasos tenían el rostro
oscuro. ¡Eran payasos indios! Tal como se repre-
sentaba aquí, con su nariz redonda y colorada y su
rostro pintado de blanco y negro, el payaso es una
figura occidental que data de los albores del XIX;
era, entonces, el augusto, el idiota, descendiente
del Polichinela que, en el siglo XVI, acompañaba
al clown, por su parte, descendiente del Arlequín.
No obstante, lo que tenía ante mí eran payasos de
rostro moreno, payasos indios, y no uno sólo, sino
todo un pueblo. ¿Qué hacía esa figura propiamente
occidental en la obra de un artista indio?
No tardé en comprender cuando me enfrenté
a los creadores de la náusea. Unos personajes ves-
tidos de ejecutivo caminan sobre pilas de lo que, a
primera vista, parecen montones de basura. Mu-
chos de ellos llevan un maletín negro en la mano.
De su boca sale una nube negra, a veces dos, que se
despliegan en volutas por encima de los montícu-
los y que parece dejarles exhaustos. Caen, se levan-
tan, resbalan sobre lo que ahora, desde más cerca,
compruebo que son cuerpos humanos destrozados, El universo de N. S.
montones de cuerpos que adquieren, con el color Harsha representa el
pardo de la aguada, la transparencia de lo anónimo, mundo de la náusea y de la
la gran masa anónima pisoteada por los hombres insatisfacción.

que, aferrados al maletín, no pueden librarse de


la negrura que ellos mismos exhalan. Esto, en un el abismo, otros, llevados por la náusea. Éste es el mercante, hemos tergiversado, trivializado y des-
lienzo de casi seis metros de largo dividido hori- universo de N.S. Harsha. virtuado: le hemos quitado su virtud, su fuerza (vis-
zontalmente en cinco franjas que recuerdan las Hablar de colonización, hoy, es un anacronis- virtus), que es lo que hace que una cultura pueda
tiras de cómic. mo; debemos hablar de globalización, aunque ésta subsistir como tal.
Casi al final de la serie, del mismo tamaño de no deje de ser una colonización a gran escala, in- Colonizar es un término económico propio
los ejecutivos, de pie, un Brahma de cuatro cabezas dependientemente de quienes quieran verlo desde de la modernidad, nunca desligado del concep-
vestido con un longui del color de la renuncia, mira los beneficios que de este fenómeno pudiesen ob- to de progreso entendido como incremento. La
hacia las cuatro direcciones, con un rosario en una tener los pueblos conquistados y prefieran hablar posmodernidad lo hereda convirtiendo lo que era
mano, en otra, los vedas, una flor de loto en la terce- de mundialización. incremento lineal en incremento acumulativo.
ra y en la cuarta, un recipiente para las pujas. Los beneficios, sin embargo, no es cosa muy Las naciones y los individuos que progresan son
La gran desarticulación del territorio indio, aparente por el momento, en India. Habrá que los que tienen más, saben más, pueden más, res-
los millones de seres con rostros indefinidos, con preguntarse si, hasta la fecha, los contratos empre- ponden más, etc. Pero mientras algunas naciones
ojos y boca vaciados por el espanto, y la gran ma- sariales no han hecho simplemente más ricos a los e individuos reemplazan mejor por más, para otros,
rea, la nube pestilente, vomitada de boca en boca ricos y se haya transformado lo que para muchos aún se trata de mejorar. No progresan igual los que
por personajes morenos y rubios. Nadie, nadie con era una economía de subsistencia en economía de ya tienen que los que tienen poco o nada. Y es evi-
libertad, con decisión, con palabra, todos juguetes beneficio, por un lado, y de auténtica miseria, por dente que no puede hablarse de posmodernidad allí
de la náusea. otro. donde aún se habla de ser modernos.
Éste es el reino de los Arlequines, los listos, Hemos exportado nuestros valores, nuestras A diferencia de las conquistas bélicas, la globa-
que trocaron su traje de rombos por un traje de mercancías, nuestro modo de ver la vida, de pensar, lización tiene a su favor que el conquistado accede
ejecutivo y su instrumento musical por un maletín. nuestros intereses y, a cambio, nos hemos apropia- a serlo y, aún más, quiere serlo. ¿Tiene sentido, en
Peleles todos, al fin y al cabo, unos rodando hacia do de su cultura, a la que, para convertirla en valor tal caso, hablar de conquista? ¿Cómo no? La socie-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 43


PORTADA

dad de mercado utiliza un arma extremadamente to al intelecto es privativo de las vanguardias; sólo
efectiva y mucho más sutil que otras; en realidad en ellas es donde la obra, ha de ser entendida (en su
la violencia de sangre pertenece al pasado, la que
se ejerce ahora tiene que ver con el deseo. Lo que
La violencia concepto) antes que intuida o percibida.
Observo la obra de Harsha, y me pregunto qué
introducimos es el mito de la felicidad; nadie se
puede resistir a esto. Es fácil, cuando una cultura
de sangre categoría expresa. No hace falta pensar mucho, está
dada en el título de los creadores de náusea. Expre-
ha sido desvirtuada, convertir a los individuos en
adictos al consumo. pertenece, en sa, entre otras cosas, hastío. No es éste un senti-
miento que se contemple en los tratados de estética
Veo la globalización como la última coloniza-
ción, aquella ante la que no habrá revuelta posible realidad, al indios, ni como sentimiento básico, ni como rasa.
Ninguna de las modalidades del mismo: el spleen
porque en su programación está la capacidad de
reconvertir cualquier enfrentamiento y utilizar pasado, la que del romanticismo y el tedio de finales del XIX, el
cansancio existencial (el absurdo y la naúsea) de

se ejerec ahora
su energía en propio beneficio. Así, por supuesto, la preguerra en el XX (La náusea de Sartre data de
con el arte de denuncia. 1938; el mito de Sísifo de Camus es de 1942), o el

tiene que ver con


desaliento y el abatimiento de nuestra época, son
La paradoja del arte de denuncia en los terri- estados que la estética india haya contemplado.
torios globalizados. Cuando hablamos de arte Al parecer, la náusea sólo es representable dentro
contemporáneo en los territorios globalizados,
estamos hablando de arte occidental, por supuesto.
el deseo de los parámetros del arte de la sociedad que la
ha generado, que la ha nombrado como categoría
Y cuando hablamos de arte indio contemporáneo, sentimental. ¿Qué puede deducirse de esto? En
tenemos que hablar del arte de denuncia. La tarea primer lugar, que las emociones no sólo son cultu-
de los artistas indios, hoy, es, en efecto, en gran me- rales, sino también epocales. En segundo lugar, que
dida, la denuncia de lo que está ocurriendo en su cia en su capacidad de distinguir la verdadera na- son exportables. Así que, si un artista indio pinta
entorno. ¿Quién mejor que el artista para hacer- turaleza de la realidad fenoménica. Lo demás es la náusea es que, o bien que éste ha sido educado
lo? Pocos son los que, viviendo en su país de ori- Dharma. en/por la sociedad occidental, o bien, que en su so-
gen no se sensibilizan con su realidad. Ayuda, por Así que cuando el artista indio denuncia, lo hace ciedad ha sido introducido, por la razón que sea, el
supuesto, el hecho de que el arte de denuncia está con categorías que han hecho posible que existan germen de esa nueva modalidad existencial.
de moda y se paga bien. ¿Dónde? En los circuitos en India los artistas y el arte tal como entendemos
del mercado occidental, por supuesto. Y es que el dichos términos después de las vanguardias y, por Influencias: caminos de ida y vuelta. Los in-
artista indio contemporáneo se enfrenta con una supuesto, el arte de denuncia. Y lo que denuncia es, dios no fueron conquistadores: su tradición no les
doble paradoja. En primer lugar, el de artista es un al fin y al cabo, la misma intromisión que ha hecho permite salir de sus fronteras. Embarcarse, cruzar
concepto occidental (la historia del arte de Occi- posible su denuncia. Ésta es la paradoja. los mares, sería abandonar del territorio sagrado,
dente lo elaboró hace pocos siglos); esto hace que, Existe, en los tratados de estética indios, una volverse impuro. Así que utilizaron su fuerza en lo
para denunciar los resultados de la intromisión de noción de la que se parte para hablar de todas las que sí podían hacer: protegerse. La sociedad india
las naciones occidentales, los artistas indios tengan artes, que las unifica a todas y es su principal ingre- protegió su cultura, de manera que pese a haber
que hacerlo con las armas que éstas les proporcio- diente. Es la noción de rasa. El arte debe ser capaz sido, ella sí, conquistada repetidas veces a lo largo
nan, desde unos parámetros que nos les pertene- de emocionar de una determinada manera; debe de su historia, y haber asimilado muchas culturas,
cen, que son importados, y de cuya importación ser capaz de transformar las emociones básicas, la suya nunca desapareció. La invasión musulmana
ellos son a la vez artífices y beneficiarios. Pasa en ordinarias, en otras modalidades de la experien- (el Norte fue conquistado a inicios del siglo XIII y
esto con el arte como con cualquier otra cosa. cia susceptibles de ser saboreadas por medio de la el Sur a mediados del XVI) y la europea (iniciada
La segunda parte tiene que ver con la expre- representación. El Tratado de la dramaturgia de con los primeros asentamientos comerciales de los
sión arte de denuncia y, antes aún, con el propio Bharata (siglo XII) enunciaba ocho sentimientos portugueses en el XVI y culminando con el reino de
concepto de denuncia. La denuncia es un movi- ordinarios, a los que corresponderían ocho rasas, los británicos) fueron las dos últimas de una larga
miento de la conciencia que se siente (o se cree) o modalidades de la emoción susceptibles de ser serie de colonizaciones.
libre, entendiendo la libertad como la posesión de paladeadas en la recepción. La modernidad es un término europeo. Sola-
unos derechos civiles que pueden defenderse y exi- La teoría de los rasas se hizo extensiva a todas mente puede aplicarse a otros territorios conjunta-
girse, y que no se habrían obtenido de no ser por la las artes, por lo que es de rigurosa aplicación en la mente con el de occidentalización, lo cual, en India,
Ilustración–la Historia, de nuevo. música y en la pintura tanto como en la danza u no sucedería hasta que, a principios del XIX, los
Si hablamos de libertad, en India, cualquiera otras manifestaciones en las que las emociones es- británicos introdujesen su sistema de enseñanza, y
entenderá que nos estamos refiriendo a algo muy tén involucradas, lo cual, en las artes tradicionales las familias adineradas indias enviasen a sus hijos a
distinto, como el grado de elevación de la concien- indias, es siempre. En efecto, el paso del sentimien- las escuelas británicas. La recepción de lo europeo
se fomentó sobre todo en Calcuta, centro de gran
actividad intelectual y, a mediados de siglo (1857)
se fundaron las principales universidades –un per-
fecto triángulo de Norte a Sur pasando por la costa
oeste: Calcuta-Bombay-Madrás– en las que profe-
sores europeos impartían una enseñanza europea.
La admiración que los indios profesaron, desde en-
tonces, hacia los británicos, sobre todo en los in-
telectuales, tendría graves consecuencias para el
legado tradicional ya que, al ser interpretado den-
tro de los parámetros del pensamiento europeo,
el hinduismo se encontró, de repente, volcado en
moldes cristianos, y su pensamiento, impregnado
de teología cristiana.
No sería correcto, sin embargo, mantener una
visión unívoca de las influencias. Es muy probable
que éstas fuesen bastante más endebles en la In-
dia que a la inversa, y ya sería hora que reconozca-
mos, le pese a quien le pese, que el conocimiento
de los textos indios consiguió alterar por completo
el rumbo de la filosofía europea, y ello, con todas
las consecuencias. Es un hecho que movimientos
como el idealismo filosófico (a partir de Fichte) o

44 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PRINCIPIO POTOSÍ

El despeñadero de
los clowns de Harsha,
en esta página, y los
señores del maletín
negro que pasean por
montañas de residuos,
en la otra página,
denuncian explíctamente
el momento que está
atravesando un país,
la India, desvirtuado
culturalmente por la
globalización.

el romanticismo, que consideramos modalidades (el receptor se ha transformado en consumidor) tuvo éxito. Se exhibió en la iglesia Saint-Bernard
de la conciencia europea y forman parte de su his- sin sacudirle, para que así colabore en mantener, de París (en un barrio de población mayormente
toria, habrían sido impensables sin la introducción en el ámbito de su demanda, el nivel adecuado de emigrante, a cuya puerta el artista repartió comida
del vedanta y del budismo a partir de su traducción insatisfacción. vegetariana: ¡una intervención no es una obra de
a idiomas europeos. Hay, en esta presencia de la Hay en la India, actualmente, no pocas manos caridad, cuidado, el fin no es el mismo!) y, después,
India en nuestra cultura, un tesoro que no ha sido que trabajan para contarnos la historia de este úl- fue adquirida por un coleccionista y situada en el
suficientemente investigado. No se ha abordado timo sometimiento. Podríamos hablar de la bien Gran Canal de Venecia, en la entrada del Palazzo
con suficiente hondura y claridad cómo, a través conocida Sheela Gowda, nacida en Bhadravati Grassi. ¿Cumplió la obra social una finalidad so-
de Schopenhauer, Fichte, Schelling y, por supuesto, (Karnataka) en 1957, mencionar su A Blanket and cial? No, cumplió con los requisitos del arte, que es
Hegel, que supo ocultar estratégicamente lo que su the sky, un artefacto rectangular de dos metros y ser una mercancía de alto valor que haga circular
sistema a todas luces le debía tras unas potentes medio por uno y medio, construido con láminas de la economía. La “obra con carácter social” vende,
invectivas, sin olvidar a Nietzsche y a los filóso- bidones y cuya parte superior está agujereada de y el artista lo sabe.
fos de la posmodernidad, recuperamos un origen manera que, al introducir la cabeza en su interior, Hay, ciertamente, otro punto de vista, desde
nunca perdido del todo (gracias a los pensadores uno pueda imaginar tanto la ciudad mísera con su el que la globalización se entiende como un fenó-
heterodoxos), el que, a través de los presocráticos, cielo estrellado y el mendigo que, para dormir, tan meno de transferencias, de migraciones mutuas,
nos unía a la India desde una edad temprana. sólo posee un cielo de mentira; o aludir a sus his- maridajes e interculturalidad que desembocaría,
torias, éstas que ella cuenta en largas tiras de foto- finalmente, en un mundo feliz. Pero la visión in-
La última colonización. El de las influencias es grafías y un trozo de material, un testimonio. Pero genua de una globalización bienhechora que daría
un fenómeno que se da, casi siempre, de manera prefiero hablar de artistas que no han estudiado en pie a una sociedad de derecho no pasa fácilmente
biunívoca, aunque no siempre sea un bien lo que capitales europeas ni tienen residencia en Suiza, por el tamiz de la razón crítica, pues ¿cuáles son los
se da y lo que se recibe. La sociedad mercantil artistas que, desde dentro de la India, reflejan en valores que se supone sostendrían –o sostendrán–
utiliza, hoy en día, un arma de la que difícilmen- su obra, consciente y pretendidamente, su propia la estructura de este mundo? ¿No serán los de una
te pueden los individuos defenderse: el virus de la contradicción (que es la de todos sus conciudada- sociedad hecha a imagen de la nuestra, la del occi-
insatisfacción. Los productos desvirtuados que el nos, desde el más rico al más pobre) respecto de la dente enriquecido a costa de los otros, los que ya no
mercado reparte provocan en el individuo, trans- globalización. N.S. Harsha nació en Mysore (Kar- serán otros? Porque, siendo así, el planteamiento
formado en consumidor, una tasa de insatisfacción nataka); se formó allí y trabaja allí. Puedo decir que de una interculturalidad es uno más de los em-
que le llevará a desear más y, así, a seguir consu- no he visto obra más explícita que la suya. Come bustes con los que, por el momento, mantenemos
miendo. Give Us a Speech es toda la India, reflejada con su tranquilos a quienes esquilmamos. Lo que no hay
El deseo, del que todas las escuelas de pensamiento tradicional paciencia que roza el absurdo, su espera es interculturalidad; lo que hay es la explotación de
indias invitan a deshacerse es, precisamente, lo que muda de que la solución les venga de fuera. los materiales exportables, la profusión de las mix-
fomenta la sociedad de mercado, de manera que la Pero también podría hablar de otros artistas turas devaluantes, la desvirtuación mercante de lo
India se enfrenta a la mayor embestida contra el más remunerados, como es el caso de Subodh Gup- genuino, el imperio del kitsch, y es una sociedad
núcleo de sus tradiciones. Esto es lo que el artista ta, nacido en Khagoul (Bihar) en 1964, que realiza culturalmente depauperada, plural en apariencia
intuye, y lo que condena y denuncia. El de la de- sus obras con utensilios de cocina de metal que se pero única en su degradación y en su minusvalía,
nuncia es un rincón de las artes en el que el artista usan en la India, como los típicos recipientes de la que conseguiremos mientras sigan vigentes las
hace lo que a un periodista le está vedado: el apor- varios compartimentos superpuestos para llevar reglas de este juego. x
te de juicio moral en forma de ejemplo. Sólo que, la comida. Con ellos, entre otras cosas, realizó Very
lo que no sabe cuando empieza, lo que descubrirá hungry god (2006), una enorme calavera que el ar-
paulatinamente, es que, de forma irremediable, su tista concibió después de que ver cómo, en un lugar Chantal Maillard es poeta y doctora en Filosofía.
producto (pues la obra, una vez puesta y expuesta de acogida decidieran poner trozos de cerdo en la Su último libro, “Hainuwele”, está editado por
en las vías comerciales, se convierte en producto) comida, de modo que los musulmanes no podían Tusquets. Vivió en Benarés, en cuya universidad se
será inmediata y convenientemente desvirtuado acceder a ella. Nadie dudará de que la intención especializó en religión de la India.
de modo que pueda ser entregado al consumidor fuese la de denunciar un maltrato, pero… la obra

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 45


REVERSO Tomando de testigo a Le Corbusier, arquitectos y artistas de Latinoamerica
perfilaron desde los años treinta la utopía de una ciudad del futuro. Desvíos de la deriva presenta
en el Museo Nacional Reina Sofía aquel momento en que el arte emprendió el vuelo.

Un traje moderno
para el hombre tropical
Por Lisette Lagnado*

1
Flávio de Carvalho. Propongo revisitar las describe la figura de Flávio con adjetivos como ex- quien se entrega al flujo discursivo que caracte-
Experiencias de Flávio de Carvalho como hibicionista, excéntrico, etc. riza el método psicoanalítico. El lector pasa rápi-
procedimiento artístico de compleja afini- Existe un dato radicalmente moderno en estos damente de una hostilidad pasiva a un ambiente
dad con el comportamiento lúdico-cons- noticiarios detectivescos que acompañan tanto a agresivo. Se hace necesario “abandonar el terreno”
tructivo que inspiró a surrealistas y situacionis- los hechos urbanos como a los artísticos: situar en pero, como justifica Flávio, su “deseo experimen-
tas. Para ello es necesario reunir sus ideas, todavía campos antagónicos la personalidad del individuo tal” le incita a continuar. “Soy uno contra mil”, dice
dispersas, sobre la ciudad en términos de arqui- y la voluntad de un colectivo, masa o multitud. a manera de explicación racional. Sin éxito. Decide
tectura, urbanismo y comportamiento, y aceptar Aunque fue un artista multidisciplinar, se le entonces enfrentarse a la masa con su propia irra-
su trayectoria heterodoxa: ingeniero civil por el suele identificar fácilmente como un agitador cul- cionalidad: “Soy sólo uno… vosotros, centenares…”.
Armstrong College de la Universidad de Durham tural. En un São Paulo todavía provinciano fundó En este momento, la beligerancia de la situación
en Newcastle (Gran Bretaña), Flávio fue un lector el Clube dos Artistas Modernos (CAM, en 1932, alcanza el culmen y se oye el rumor “mata… aga-
voraz de Freud y de la Antropofagia de Oswald de con Di Cavalcanti, Antonio Gomide y Carlos Pra- rra…lincha…”.
Andrade. do), donde organizó varios ciclos de conferencias La segunda parte, que describe la travesía,
Destacado artista del modernis- y exposiciones y, sobre todo, creó en cataloga conceptos como totemismo, fetichismo y
mo brasileño, autor de memorables 1933 el Teatro da Experiência. Con complejo de omnipotencia, por citar los más repe-
retratos al óleo y dibujos de estilo ex- Es importante su producción en el campo de la es- tidos. Si el artista quiso demostrar la barbarie de
presionista (destacan especialmente cenografía y los figurines para teatro una masa provocada en su fe, también describe de
los retratos de su madre muriendo, la entender y danza, afirma una vocación para la manera significativa el miedo que se apoderó de su
serie Trágica, 1947, colección MAC-
USP), Flávio debe parte de su pres-
el paso de representación en el espacio públi-
co entendido como una plaza donde
mente y de su cuerpo.
Dedica el último capítulo al instinto grega-
tigio a su contribución singular a la Le Corbusier una platea de participantes adquiere rio, en el que cuestiona la voluntad de conservar
historiografía de la moda. En 1956,
aparte de publicar semanalmente
hacia un el papel principal.
¿Cómo surge la idea de la Ex-
el pasado y la tradición y de vivir en bandos o re-
baños, igual que los animales. El texto narrativo,
un artículo sobre La moda y el hombre urbanismo periencia nº 2? No se corresponde resultado de la Experiencia inaugural, revela una
nuevo, lanza un traje de hombre para con una deambulación sin destino cientificidad subjetiva en que la ciudad es un labo-
la vida en los trópicos. Sin embargo, sensible porque el objetivo ya está dado en ratorio en el que jefes invisibles guían las conductas
no construyó ningún edificio de peso: surgido en la salida: “desvendar el alma de los de un cortejo que puede ser tanto religioso como
una villa de diecisiete casas en la Ala- creyentes por medio de un agente patriótico.
Latinoamerica

2
meda Lorena en São Paulo, hoy en día cualquiera que permita estudiar la
completamente descaracterizada, y reacción en las fisionomías, en los Le Corbusier. Le Corbusier encuentra su
la Fazenda da Capuava, entregada a gestos, en el paso, en la mirada… profesión (o vocación, palabra que prefie-
su suerte. sentir por fin el latido del ambiente, ro ya que es posible optar por la pasión y
De Flávio se conocen –aunque entre pocos palpar psíquicamente la emoción tempestuosa del la libertad de pensamiento) después de un
historiadores– las Experiencias nº 2 y 3; una ne- alma colectiva, registrar el desagüe de esa emoción, viaje a Oriente, que realizó de mayo a octubre de
bulosa envuelve la Experiencia nº 1, la única de la provocar una revuelta para ver algo del inconscien- 1911 y durante el que llevó un diario con muchos
que no hay registro; y de la nº 4, una expedición al te”. Tampoco es un paseo o una promenade. Flávio dibujos. Si el viaje a Oriente definió su opción pro-
Amazonas para grabar a la Diosa Blanca raptada se pone un gorro e inicia una marcha en dirección fesional, la situación cambiará completamente en
por indios rubios con ojos azules, sólo se sabe (va- contraria, supuestamente “para observar mejor calidad e intensidad en 1929.
gamente) que no alcanzó el éxito pretendido por el efecto de mi acto impío en la fisionomía de los El viaje a Latinoamérica, que coincide con una
el artista. Raymond Frajmund fue testigo de esta creyentes”. Es un recorrido transformador tanto búsqueda interior y una “redefinición de rumbos”
experiencia de 1958 y fotografió una ceremonia para su autor como para el grupo de personas que (Carlos Ferreira Martins), se justifica tanto por el
con los indios. De todas ellas encontramos un pu- se cruza con él. viaje en sí como por la fabulación de un continente
ñado de declaraciones contradictorias de diversos En lugar de los mapas psicogeográficos deja- nuevo –la Utopialand de Blaise Cendrars, y tam-
personajes. dos por los situacionistas, Flávio anota el aconte- bién los Tristes Trópicos de Claude Lévi-Strauss,
Por ello, es mejor centrarse en el análisis de la cimiento, por escrito y con dibujos, a posteriori. cuya frase de apertura dice mucho sobre la distan-
Experiencia nº 2, de 1931, en la que el artista desfila El relato se divide en dos partes y tiene un tono in cia entre el momento de la partida y el del regreso:
en sentido contrario a una procesión del Corpus crescendo, tanto en el fervor de los rezos como en la “Odio los viajes y a los exploradores”.
Christi, y a la Experiencia nº 3, en la que desfila por indignación contra esa “actitud provocadora”. Es interesante entender el paso de un Le Cor-
la ciudad usando el New Look, su ropa masculina Inicialmente el artista busca rescatar, de me- busier claramente racionalista, abstracto, cartesia-
tropical (1956). Ambas tienen un sentido generado moria, las reacciones emocionales de la multitud. no, mecanicista hacia un urbanismo sensible, posi-
a partir de una caminata por la vía pública. Todas En mitad del camino suelta varios calificativos de blemente surgido del contacto con Latinoamérica.
tienen una amplia repercusión en la prensa, que cuño social (el negro, la mujer, las gordas) como Para Ferreira Martins, el viaje fue el medio que le

46 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


DESVÍOS DE LA DERIVA

Proyecto de Flávio de
Carvalho para el “Faro de
Colón”, en la República
Dominicana,1928.
(Archivo Leonardo
Crecenti)

3
permitió “ampliar el horizonte del conocimiento y Le Corbusier y Flávio de Carvalho. La se negó a publicarlo”, según el prefacio del propio
de la formación de carácter”. De la lectura de Pre- llegada a Brasil de Le Corbusier se debió artista, pretendía ser un “libro de viajes”. La pri-
cisiones y en particular del “Corolario Brasileño… a un esfuerzo conjunto de los arquitectos mera edición salió en 1936 pero se incluyen no-
que también es uruguayo”, emana el magnetismo locales. Lucio Costa argumentó que le ha- tas de 1934. El capítulo Volando sobre las Costas
de los aires latinos. “Cuando todo es una fiesta”, bían escogido (pudieron haber invitado a Gropius, Brasileñas y Notas sobre la sensación de miedo, se-
“cuando uno está en Río de Janeiro”, “cuando con gran experiencia en la Bauhaus) por su capa- leccionado para ser publicado en este primer nú-
trepamos por las favelas de los negros”, “cuando cidad de reunir tres puntos de vista: el sociológico mero de la revista Carta, trae consigo una extraña
subimos en un avión y planeamos”, “cuando todo (por la importancia de lo social), la adecuación a las resonancia con algunos pasajes de Le Corbusier
es fiesta o espectáculo, entonces todo es alegría”, nuevas tecnologías y el abordaje plástico. En una en Precisiones. Cabe destacar que el hecho de la
“cuando uno es urbanista y arquitecto”, “cuando reunión en casa de Paulo Prado, magnate del café y observación a partir de la experiencia del vuelo
todo es tan sublime y magnífico… entonces lo ve- mecenas del modernismo brasileño, Le Corbusier inauguraría nuevas perspectivas para ambos, so-
mos todo, lo comprendemos todo”. dice sobre Flávio, de quien sigue su trayectoria, que bre todo la percepción de una simultaneidad de
Y, ¿qué entender de esta epifanía? es un “revolucionario romántico”. estratos entre presente, pasado y futuro sobre una
Hay muchos Le Corbusier que se pueden des- ¿Y si confrontásemos ahora el grado de ro- misma topografía. x
codificar. Yannis Tsiomis, arquitecto y urbanista manticismo de cada uno? ¿Flávio de Carvalho, su-
que estudió ampliamente el impacto del paisaje en jeto contemplativo, en un ambiente desvinculado
sus proyectos de ciudades, prefiere referirse a una de toda acción? ¿No sería el momento de incluir las Lisette Lagnado es comisaria de la exposición
genealogía antes que a una influencia cuando surge Experiencias nº 2 y 3 en una reflexión urbana que Desvíos de la deriva. Experiencias, travesías y mor-
la cuestión de la relación de Le Corbusier con los recupere su carga revolucionaria? Ya que Flávio fologías, en el Museo Nacional Reina Sofía hasta
arquitectos brasileños durante sus dos viajes (1929 no destaca por sus construcciones, ¿cómo puede el 23 de agosto de 2010. También fue la comisaria
y 1936) y posteriormente mediante un constante su reflexión sobre La casa del hombre del siglo XX general de la Bienal de São Paulo en 2005. La
intercambio de correspondencia. Según Tsiomis, –título de una conferencia que imparte en 1930– obra de Flávio de Carvalho comparte diálogo con
si no hubiese una predisposición o una apertura tener todavía hoy alguna repercusión? otros artistas como Lina Bo Bardi, Sergio Bernar-
a las ideas de Le Corbusier, no hubieran tenido la Os Ossos do Mundo (Los Huesos del Mundo), des o el pintor chileno Roberto Matta.
receptividad que tuvieron. “libro encargado por una editorial que más tarde

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 47


REVERSO

Volando sobre
las costas brasileñas
Por Flávio de Carvalho*

P
erdí mi barco en Río. Información equi- Unas manos tiran del tubo; las entrañas de la nueva posición, y despega contra el viento.
vocada del steward. Tras una serie de pe- diosa todavía contienen el gran sexo blanco y lar- En sólo unos minutos estamos volando: la nave
ripecias y sustos y después de tres días, go… Un esfuerzo más y el tubo se vence goteando…, se levanta con suavidad, nadie se da cuenta, subía-
embarcaba en el avión, rumbo al norte, desde la superficie oscura del agua se escucha el mos lentamente, abajo los navíos disminuían de
con la promesa del comandante de esperarme en himno alegre que alaba el hecho. tamaño, las casas adquirían una nueva perspectiva,
Recife y la promesa que las cocineras de mi tía ha- Es la hora del café en la zona de embarque, el sol en el horizonte iluminaba de lado la ciudad
bían hecho a Santa Teresita. óptimo café. “Vamos”, dijo el capitán –dos campa- y la bahía. Los seres humanos se movían dentro
Cinco de la madrugada. Muelle Mauá. Me nadas, embarque de la tripulación–. La tripulación de las barcas y de las calles y de los jardines, como
presentan al comandante, el comandante Klueth la componen: el comandante, el radiotelegrafista, hormigas que ocupan las diferentes secciones de
–es su primer viaje en tres años–. El correo postal el mecánico, sentado al lado del comandante en la un hormiguero, y se volvían tan pequeños que pa-
entra en la lancha y nos dirigimos a la pequeña isla cabina, y el cabinboy que se encarga de las maletas recían insignificantes y despreciables.
de Panair. y del bienestar de los pasajeros. La aeronave es de Tenía la misma sensación que tendría un ar-
Estaba oscuro y, alrededor, los navíos, las bar- doble mando y el mecánico, sentado al lado del co- queólogo que, después de pasarse toda la vida
cas y los diques parecían fantasmas fluctuantes. mandante, puede asumir el control del aparato y reconstruyendo una ciudad, de pronto acaba su
El agua, en un canto matinal y alegre, tarareaba así proporcionar al capitán un merecido descanso. trabajo: observa al mismo tiempo todas las partes
contra la aeronave... Hombres vestidos con el La nave tiene capacidad para dieciséis pasajeros y y todos los detalles de la ciudad.
mono de trabajo, como si fueran es un monoplano accionado por dos Un hombre cuando vuela se siente superior
muñecos blancos, trabajaban en potentes motores capaces de alcan- porque entiende la ciudad y el mundo de las cosas
silencio acondicionando el avión...
Las sombras errantes despertaban
Un hombre zar una velocidad de crucero de unos
200 km por hora con viento a favor
como si las percibiese a través de un organismo
transparente. Al mismo tiempo que veo a un per-
del pesado sueño de la noche y las cuando vuela –en las costas brasileñas el viento sonaje cargando un carro de verduras, veo a otro
montañas adormecidas enriquecían sopla casi siempre de sur a norte, lo personaje que necesita y busca verduras, pero nin-
el aire fresco de la mañana. Las nubes se siente que es particularmente interesante guno de los dos personajes sabe de la existencia del
se movían y, debajo, el tubo de gaso- superior en mi caso–. otro –simplemente son conscientes de su predis-
lina grueso y largo y blanco y rugoso Una campanada: embarque de posición individual y suponen que cerca debe exis-
parecía el pene de un dios extraño. porque pasajeros. Piso solemne la pasarela, tir un personaje con la predisposición contraria y
Dos hombres con jeringas enormes
introducían aceite en los motores…
entiende penetro en el interior del avión. Soy
el único pasajero pero me sigue, al
dispuesto a recibirlo.
La visión del hombre cuando está volando
La aeronave era bella y acogedora la ciudad servicio de la compañía, otro radio- adquiere una dimensión diferente a la que tiene
como el sexo de una mujer. telegrafista, un tal Sr. Osvaldo Aran- el habitante de la superficie; es capaz de prever y
En la zona de embarque de la isla, como si la ha –el cabinboy diligente nos ayuda a calcular el destino del habitante de la superficie,
el comandante recogía papeles, ma- percibiese en entrar en el avión–. Una vez dentro, su punto de vista recorre el presente, el pasado y el
pas y cartas de vientos, y conversaba reclinado sobre un sofá, el cabinboy futuro de este personaje, porque percibe la predis-
con el mecánico. El cielo clareaba, las transparencia me entrega un sobre transparente posición para dar y para recibir de un determinado
grandes sombras desaparecían y los que contiene un poco de algodón personaje. Naturalmente, toda la orientación del
objetos, iluminados poco a poco, asu- en rama para los oídos (ruido de los habitante de la superficie está basada en su predis-
mían sus formas convencionales –el comandante motores) y chicle perfumado para sustituir el ci- posición para recibir este o aquel acontecimiento
me informa de que saldremos “en cuanto claree un garro (está prohibido fumar dentro o cerca de la y sigue su rumbo según su receptividad, es decir,
poco más”–. aeronave). El Sr. Osvaldo Aranha pide al cabinboy su comportamiento en este supuesto futuro sólo
Era el único pasajero, salí para examinar la luz; algodón común, demostrando, tras una larga ex- se puede alterar por su predisposición o capacidad
en el horizonte, las primeras manchas rojas del sol plicación, que el algodón común es mejor que el de recibir cosas.
escondido, el resto aún oscuro y gris, sólo punteado especial ofrecido por la compañía. Lo que hizo que Un personaje que siguiera un camino en línea
por la luz blanca en torno a las embarcaciones. la conversación versara sobre los diferentes tipos recta y que estuviera provisto de aparatos capaces
A través de la humareda de un cigarro saboreé de algodón. Se habló del algodón de Seridó, de la de proporcionarle una visión perfecta del final del
los últimos preparativos del avión; entre las alas subida de precios y de la importancia de Brasil en camino, sería totalmente capaz de adivinar su futu-
del aparato muñecos blancos manipulan jeringas el mercado internacional del algodón. ro en un momento dado si construyera un panora-
enormes y caminan, pisan con cautela y con la agi- Motores en movimiento, primero lentamente ma de su conducta al final del camino. La visión del
lidad de las arañas: parecían una diosa preparándo- para calentar, fallan un poco, después más y más hombre cuando está volando prescinde de la con-
se para un rito sagrado. El silencio de las sombras rápido: la aeronave rompe poderosa las aguas, por dición en línea recta, concede al espectador una es-
ofrecía un ambiente de altar y la diosa estática las ventanas sólo agua, chorros de agua golpean con pecie de transparencia de las cosas; sin embargo, el
recibía las caricias y el contacto de las pequeñas violencia los cristales, parece que todo está bajo el observador, cuando vuela, no está sujeto al mismo
criaturas… agua. Los motores se paran, la aeronave toma una destino que los habitantes de la superficie sino que

48 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


Propuesta futurista
del arquitecto Sergio
Bernardes para un
superaeropuerto en Río

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 49


REVERSO

presiente el destino de los seres de la superficie, A lo lejos, en la inmensa planicie, una humareda un paisaje inmóvil. El brillo del sol hace que todo
mientras que ve el suyo propio un tanto nublado. indicaba una civilización próxima. Abajo, el agua sea aún más inmóvil. Abajo, el mundo en detalle
Su superioridad reside en que comprende mejor y se volvía de repente verde-amarilla; las columnas y quieto imprime todavía más somnolencia a la
más rápidamente los valores de la vida; sale de un de humo aumentan en número, nos acercamos len- escena.
agujero y se eleva sobre la tierra, sale de dentro de tamente a la tierra… La planicie se transformaba Toda sensación desaparece del mundo a esca-
la tierra, crece sobre la superficie y la abandona. en pantano a través de algo que parecía un estua- la minúscula; al lado, el ronquido constante de los
La cultura y la sensibilidad del hombre que rio complejo y con muchas ramificaciones; era un motores recuerda el zumbido del grillo en el panta-
vuela no puede ser ni matriarcal ni patriarcal, pues riachuelo… Parecía encaje de Ceará. La aeronave no tropical, el mundo pierde los sentidos y los mo-
camina hacia algo que no tiene ni protuberancia ni se balanceaba y la planicie se extendía hasta donde vimientos y adormece en el sueño de mediodía…
concavidad, que no pertenece al sistema vegetativo alcanzaba la vista. Abajo selva y más selva. El avión Las imágenes fijas brillan sin reflejos… Era como
de la tierra, que no tiene las raíces matriarcales ni oscila, entornando los ojos la selva parece un re- la muerte iluminada por el sol. Se dormía bien a
la alegría del brote fálico sobre la tierra: el hombre baño de ovejas visto desde arriba, volamos alto. La bordo…
que vuela, aparte de ser extrauterino es también sensación de inseguridad aumenta a medida que Miro hacia abajo y mi imaginación trabaja de
extraterrestre, es decir, ha dado un paso más allá nos alejamos de la playa, el piloto sube y abajo veo una manera inadecuada. Empiezo a pensar y a me-
del matriarcado y del patriarcado, ha adquirido unos cocoteros y una choza sórdida, me viene a la ditar sobre la posibilidad de un desastre; los tiran-
una dimensión que probablemente su evolución cabeza la tragedia del avión que chocó con un co- tes y las barras compresoras del avión se intercalan
no conocía. cotero en la que murieron el piloto y con el paisaje inmutable… Qué sujeta

E
el radiotelegrafista, pero qué impor- las alas, examino junta por junta para
l punto de vista elevado permitía con- ta, el avión desciende con una fuerte El hombre ver si existe una fisura o una tuerca
templar, a la vez, los quehaceres de di-
ferentes pequeños mundos que igno-
inclinación, parece que va a aterrizar
en el pantano… una curva pronuncia-
que vuela, suelta, paso revista a los alambres
torcidos, ¿no habrá algún cable roto?
ran por completo la existencia uno del da y nos dirigimos al agua. aparte de ser –empiezo a contar los pequeños re-
otro. La visión aérea multiplicaba enormemente Es Caravelas –una iglesia, una maches de las juntas, sólo hay unos
nuestra sensibilidad, englobaba el mundo de los bandera de San Juan, algunas casas extrauterino, pocos pero son de duraluminio, hago
hombres con un pequeño esfuerzo mental: de un en ruinas, una calle frente al puerto, es extrate- un esfuerzo, intento calcular aproxi-
vistazo hacíamos un análisis general y simultáneo canoas… Caravelas es sólo eso, al me- madamente la cizalladura de cada
de todas las actividades de la ciudad, lo que sería nos eso parece. rrestre, ha uno y deducir el esfuerzo bruto del
imposible si estuviéramos situados en una de las
secciones de la ciudad, donde nuestra visión sería
Son las once. El avión se para, me
quito el algodón de los oídos, vamos a
dado un paso tirante, llego a la conclusión de que
una de las piezas principales trabaja
simplemente la del pequeño mundo originario de bajar y a estirar las piernas. En la isla más allá del con una resistencia a 2000 kg.
esa sección. La conquista del aire significa para el
hombre un enorme aumento de su sensibilidad y
fluctuante se preparan de nuevo el
reabastecimiento y la lubrificación,
matriarcado y No por ello me siento más segu-
ro, mis conocimientos de ingeniería
de su capacidad de entender y razonar. Un hombre sube un agente, formalidades con el el patriarcado me perturban y me permiten conce-
sobre la tierra es un ser casi ciego y encerrado en comandante, dos nuevos pasajeros bir todo tipo de accidentes, incluso
un agujero, un ser ignorante con una geometría y una pasajera, ingerimos el clásico tengo miedo de escribir la palabra
regional y con un punto de vista restringido a su y sabroso café que se encuentra en accidente en mi cuaderno de notas.
agujero. todas las islas de la compañía… Dos campanadas El piloto aumenta considerablemente la altura
Al volar me sentía superior ya que sentía lo que y otra vez volando. del aparato, el paisaje cambia, el mundo se vuel-
los que estaban abajo no podían presentir ni sentir Vuelve el paisaje fijo y estático, el avión vuela ve aún más minúsculo y su belleza me distrae…
y, ¿qué otra superioridad puede desear un hombre como si estuviera quieto, nos dirigimos hacia la No pienso en accidentes… Sin embargo esa idea
sino la de una mayor percepción? El hombre que playa; en ambas márgenes un brazo de mar y una regresa con más insistencia, ya no puedo dejar de
vuela posee un sentido más que los otros; posee aldea a su lado, en el horizonte el perfil truncado de mirar las juntas del avión, pienso continuamente
una transparencia equivalente de las cosas. una cumbre que es como un volcán extinto, abajo en algún posible fallo en su mantenimiento, o en
Antes de aterrizar en Vitória, atravesamos du- en las carreteras individuos minúsculos caminan un defecto de fabricación, espero ver una junta que
rante todo el viaje un vasto panorama de planicies indiferentes al ronquido de la aeronave. La sensa- se abre o un ala que se parte en dos… Qué haría el
y pantanos, en parte cubierto por un velo de nebli- ción es de perfecta seguridad, una seguridad y esta- piloto en ese caso… ¡Pobre piloto!… Si existen los
na y con pocas montañas. bilidad tan grandes que tengo la impresión de que siniestros esto sería sin duda un siniestro… Mejor
La aeronave se aleja del mar a veces a unos diez todo se ha interrumpido y que el avión está sólo pensar en otra cosa, miro hacia abajo, la tierra y el
km de la costa y a veces a más, cubriendo grandes suspendido en el espacio y que, inmóvil, contempla mar, volamos alto… Qué incertidumbre… No debe-
extensiones de pantanales y tierra firme; la neblina
impedía la visibilidad, volábamos bajo. Me parecía
poco seguro que un hidroplano se alejara tanto del
mar, y había momentos en que esperaba ansioso
que pasáramos rápido por la tierra, y veía la apari-
ción del mar como un alivio.
Vitória, situada en un valle y sobre pequeños
montes, parecía vivir lentamente en el siglo pasa-
do.
Entre Vitória y Caravelas el viaje es monótono,
se duerme bien a bordo, una sucesión inmensa de
playas flanqueadas por lo que parecen ser colinas
bajas, y lejos, bien lejos, quieto e inmóvil, el mismo
eterno paisaje brillaba al sol. Mirando hacia abajo
daba la sensación de que el mar, perfectamente en
calma, carecía de movimiento; el aparato parecía
parado y, sin embargo, viajábamos a cerca de 200
km por hora con el viento a favor.
Sobre el mar serpentean las corrientes y, for-
mando filas amarillentas, una procesión de hue-
vos de pez cubre la superficie como si se tratara
de encaje. A medida que avanzábamos hacia el
norte, el sol brillaba aún más, la aeronave impa-
sible dominaba perfectamente su ruta, siempre
acompañada por el ronquido monótono del motor.

50 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


DESVÍOS DE LA DERIVA

Sérgio Bernardes fue


un gran aficionado a la
velocidad y empezó su
carrera con otros dos
ilustres arquitectos
brasileños: Oscar
Niemeyer y Lucio
Costa. La Cibernética al
servicio del hombre es
todo un manifiesto en
favor de la técnica y la
automatización y por la
conquista del tiempo libre.
En la otra página, croquis
para el Hotel Manaus
en Río.

ría haber escrito nada sobre este tema, estoy con- tinto al mío, tal vez equilibrando el mío. Semejante lidades de la incipiente raza americana.
mocionado… Ni siquiera puedo mirar ya las partes raciocinio, erróneo o cierto, me calmaba un poco, Era la imagen de América. Empecé a apreciar
del avión ni hacia los lados… Cierro los ojos. me sentía más seguro, pero sólo por un momento. vivamente la imagen de América.
Me sentía hipnotizado… Creía que si escribía La sensación de equilibrio y seguridad era casi si- La sensación de miedo desaparece al estar ab-
sobre este tema podía precipitar los acontecimien- multánea a la sensación de peligro, fluctuaban de sorto en mi nuevo pensamiento, de todas maneras
tos, parecía que si me movía podía interrumpir el un lado a otro, me sentía seguro e inseguro al mis- ansío llegar a Ilhéus.
estado de equilibrio inestable que se mantenía gra- mo tiempo, o casi al mismo tiempo, esta extraña Estamos llegando a algún lugar. Espío a través
cias al zumbido de los motores, tenía la sensación situación se prolongó durante algunos minutos, del cristal, efectivamente, allí abajo resplandece Il-
de que perturbar ese equilibrio significaba preci- estaba en pleno dominio del miedo. héus. La aeronave desciende lentamente en curva,
pitar el desastre. Estoy ansioso por llegar a Ilhéus, como si llegar el comandante para los motores a 150 m de altura
Mi estado psicológico era igual al del sueño, los a Ilhéus significara, de repente, el fin del peligro. y nos deslizamos agradable y lentamente por el es-
factores de riesgo que hacían que me encontrara Volamos a gran altura, no debería haber escri- pacio, al entrar por una curva suave el hidroplano
en una situación de inmovilidad somnolienta eran to sobre el peligro, me prometo a mí mismo que no se acerca al mar sin ningún sobresalto ni vaivén…
los mismos que se podían encontrar en el estado escribiré más. Mi mano está sudada, sólo la mano, El contacto con el agua, ni un mínimo sobresalto
del sueño, mi inmovilidad y mi temor eran la in- estoy seguro de que estoy pálido, efectivamente si no fuera por el chorro de agua golpeando contra
movilidad y el temor del sueño, mis deseos eran de tengo mucha hambre, he traído sándwiches pero el cristal, pasaría desapercibido.
suicidio, atravesaba un periodo de presuicidio per- no me puedo mover, tengo miedo de moverme. El amerizaje fue una obra de arte, el mejor
fectamente compatible con la hipnosis del sueño. Subíamos a gran altura. Sólo mil metros. Los amerizaje de todo el viaje.
Aclarar el misterio de mi temor, o incluso mover- pasajeros meditativos contemplaban el paisaje. Salimos del interior del avión: saludos al co-
me un poco, podía significar el desastre. Noto que la pasajera sentada a mi lado es intere- mandante, café en la isla, miradas a la bella ame-
Aclarar el misterio provocaría la materializa- sante, grandes ojos azules, cabello castaño atracti- ricana.
ción del peligro, imaginaba entonces: existen a bor- vo, labios gruesos y muy pintados, orificios nasales Ilhéus es más pequeño que Vitória. Panorama:
do otras personas con un ánimo posiblemente dis- sensuales, parecía reunir todos los defectos y cua- una iglesia gótica y un gran barco de vela con cua-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 51


REVERSO

tro mástiles anclado en el puerto, de esos que ya centenario, que pueden romper una telaraña o in- ma, camina hacia el suicidio, se adormece, su vida
no se ven. terrumpir el zumbido de una mosca. al aire libre es un desagüe completamente obstrui-
Varios pasajeros embarcan en Ilhéus. Todos La grieta es tan cómoda y tan compatible do y cegado por las callejuelas, es un desagüe sopo-
parecen desconfiados, y tienen la fisonomía inde- con la falta de aventura y la inmovilidad (se sien- rífero que se encoge hacia el sucio y oscuro interior
cisa de los que contemplan el paisaje con una cier- te como arropada por un útero), que moverse de de los montículos de cubos.
ta duda sobre su valor, parecen un poco mareados, allí sería como salir del útero y hacer un esfuerzo Se tiene la impresión de que las avenidas prin-
el contorno de los labios siempre es un indicador. aventurero, un esfuerzo meloso, sería como entrar cipales espantan a la población acicalada, que fun-
Volamos rumbo a Bahía. Manchan el panorama las en contacto con el mundo de la luz, el mundo del cionan como un mundo exterior completamente
sombras negras de las nubes. Se repiten las sensa- peligro y la novedad. extraño a la vida de los cubículos y de las calle-

E
ciones de otras etapas. juelas. Es la ciudad que más necesita de la inter-
En el fondo de un compartimento, cómoda- l bahiano, dentro de las grietas de su ciu- vención seria y autónoma de un urbanista. Allí se
mente recostada sobre un sofá, está la bella ame- dad, prueba la dulzura de la oscuridad comprende que un urbanista pueda representar un
ricana, el cabello ligeramente desaliñado cae so- intrauterina y cultiva, a través del tacto, factor de progreso en la historia de un pueblo.
bre la frente. Su belleza en abandono decía cosas el gusto por el polvo y las sombras. Su fo- He visto la iglesia de San Francisco, el Rococó
interesantes. Establecí contacto mental con ella, bia, característica esencialmente colonial, rechaza más dorado y más raro del mundo. San Francisco,
una especie de magia a través del pensamiento. El los fantasmas de la civilización por ser elementos sólo oro, brilla con millones de reflejos, ha sido muy
cabinboy pasa y ofrece un nuevo cocktail; empiezo peligrosos para esa forma de estabilidad, y capaces emocionante, una de las dos grandes emociones
a degustar las oscilaciones del avión, del alcohol y de generar catástrofes. Las campanas de las tres- del viaje: el Mangue en Río (zona de prostíbulos)
de la pasajera. cientas iglesias repican en el tímpano del hombre y San Francisco en Bahía.
En Bahía tuve la sensación de que la población adormilado, el ruido del mundo se presenta como La entrada a la iglesia no es una penetración
oscurecía a medida que nos dirigía- una cosa longincua, feérica e inacce- corriente en un lugar cualquiera; quien allí entra
mos al norte. Durante horas recorrí sible, tocar el ruido del mundo sería siente que hay algo de disparatado porque todo es
callejuelas estrechas con casas anti- La civilización perturbar el delicioso suicidio, agu- dorado, lo único que no es dorado es el suelo. La luz
quísimas coloreadas por el tiempo;
la vida pasaba como hace dos siglos.
aparece en jerear su voluptuosidad. No se olvi-
den de que el ritmo de las campanas
interior de San Francisco no tiene parangón con la
de ninguna iglesia del mundo y precisamente ahí
Montones de cubos de colores; la ar- un momento perpetúa la somnolencia y protege reside su diferencia; la atmósfera de San Francisco
quitectura colonial, de gran y extraña al héroe uterino del mundo del pe- no sólo es diferente sino antagónica a la idea mis-
belleza, contribuye al atractivo del de agonía de ligro… Repicad campanas… Repicad ma de iglesia.
cuadro. Esquivando estos montícu- la ciudad y y repicad… El pueblo anestesiado os El interior de una iglesia cumple una función
los se llega, de vez en cuando, a una bendice, kirie eleison… ¡El mundo protectora y maternal, acaricia y nutre la oscuri-
gran avenida, que es el esfuerzo de la se manifiesta duerme en paz! dad intrauterina; el interior de una iglesia se re-
civilización para guiar y conducir el
aliento de la ciudad. La civilización
como Los objetos extraños, los objetos
de la claridad surgen de no se sabe
laciona con el interior del útero y las sombras en
ese interior son sombras uterinas. San Francisco
aparece en un momento de agonía de consecuencia dónde; es el modo de la civilización. ofrece el aspecto de un sexo de mujer excesiva-
la ciudad y se manifiesta como conse-
cuencia de esa agonía.
de esa misma Como prismas transparentes sin fin
penetran y rasgan las grietas, nadie
mente adornado y perfumado. El exceso de oro,
roto únicamente por el azul claro y el blanco de las
¿Dónde y cómo surge la civiliza- agonía sabe cómo salieron, de dónde vienen, flores de papel, tiene el aspecto de un cabaret de
ción? La agonía proviene de la som- ni hacia dónde van, el negro en movi- lujo de finales del siglo XIX, la iluminación cálida
nolencia y conduce a la completa ex- miento interrumpe su gesto y, quieto es sumamente excitante y tiene algo de El Dorado
tinción; la ciudad encerrada entra poco a poco en y semiagachado, contempla el misterioso prisma, y de aventurero. De las rugosidades del Rococó han
el sueño de la inmovilidad. En el caso de Bahía, la su actitud se eterniza y su pensamiento se trans- salido algunos de los más bellos ejemplos de la es-
civilización surge como un fantasma extraño; los forma en historia. cultura en madera de Brasil. Son figuras extáticas,
habitantes de la ciudad, paralizados entre las grie- Bahía nunca ha tenido un plan urbanístico, por de mirada alucinada, pintadas con colores suaves y
tas de los cubos, cultivan el temor hacia las cosas lo menos ningún plan eficaz para su desarrollo. La perceptibles sólo al observador que busca el deta-
extrañas, las cosas que pueden perturbar su sueño ciudad, abandonada a su suerte, se ahoga en sí mis- lle, parecen nacer del estreñimiento del Barroco.

52 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


DESVÍOS DE LA DERIVA

Tres de las obsesiones


más recurrentes en los
trabajos proyectuales
de Sérgio Bernardes: la
selva amazónica, en la
foto con una propuesta
de paso elevado, las
aeronaves, y el perfil
futuro de Río De Janeiro
con la nueva estética de
los rascacielos.

¿Por qué este exceso de oro que crea tan sin- ferencia entre una muerte hoy o dentro de veinte La aparición del Ideal en el instante del peli-
gular iluminación? Sentí que debía haber una co- años, como si existiese una ley de compensación gro llega como una nostalgia de lo no realizado y en
nexión entre la somnolencia de la población anes- que resolviera mecánicamente cualquier diferen- este punto la emoción del miedo y la de la osadía se
tesiada y la creación dorada del templo del miedo. cia al colocar en pie de igualdad las emociones de encuentran, ya que ambas necesitan recordar los
Posiblemente, el templo proporciona un refugio una desaparición por accidente con las emociones ideales para materializarse. La emoción del miedo
acogedor diverso, más claro y más cálido que el de veinte o treinta años más de vida. Optimista y recuerda los ideales con el objetivo de realizarlos,
refugio de la vida diaria que se manifiesta en las bien alimentado ansiaba sensaciones de peligro. El es decir, valora los ideales mientras que la emoción
sombras de las grietas del montón acumulado de día anterior no había comido nada antes de llegar de la osadía sitúa los ideales, bajo un plano burles-
las viviendas. El beato buscaría en el a Bahía y las sensaciones de mayor co con el objetivo de gastar una broma, devalúa
templo no un refugio en la sombra, un peligro se habían manifestado pre- los ideales transformándolos en cosas graciosas y
recogimiento en la oscuridad, como Había mo- cisamente en momentos de hambre pequeñas, en cantidades menospreciables, y una
todos los beatos del mundo, sino una
aventura sexual hacia la semiclari-
mentos en aguda, porque el estómago vacío es
incompatible con la sensación de
sonrisa cínica invade al osado, una sonrisa venga-
tiva contra la naturaleza. El osado busca su propia
dad, una especie de acontecimiento que, invadido seguridad y es un grave error no co- destrucción y desea la catástrofe.
diferente en su vida diaria. mer en los momentos de miedo. La El alimento produce cinismo y altera la per-
El tema me arrebataba. por una son- comida apacigua el miedo, o lo redu- cepción de los recuerdos. La falta de alimento en
risa diabólica,

S
ce considerablemente. un psiconeurótico amoroso tiende a conservar su
alí de Bahía apesadumbra- Miedo y comida no pueden estado de angustia, que se une de manera natural
do por no haber visto la gran miraba al mar convivir en un mismo organismo. al miedo o a la nostalgia de lo no realizado.
cantidad de iglesias que do-
mina la vida de la ciudad.
y deseaba que El hombre que ha comido parece
absorber en la digestión la energía
El cabinboy está medio mareado; nos acerca-
mos al final del viaje; a lo largo de la costa, las ara-
Salimos a las seis de la madrugada el avión se que le pudiera transformar en un pucas (estructuras piramidales hechas para cazar,
de un muelle repleto de políticos y
representantes oficiales, y el inter-
hiciera ser más sensible, más emotivo y,
por tanto, apto para tener miedo.
n. de la trad.) nos esperan en línea, al otro lado un
zepelín vuela bajo rumbo al sur, parece que está
ventor, el Sr. Juraci Magalhães. Lo en- pedazos El miedo es, por consiguiente, una quieto… Qué sosiego viajar en un zepelín.
contré un poco gordo, de una gordura superemotividad, producto de la En Recife descendemos en curva pasando a
despreciativa. El Sr. Interventor dis- imaginación y el raciocinio, y para diez metros de unos almacenes, amerizaje suave, el
tribuye amablemente abrazos entre los políticos, que funcione con eficacia necesita que la energía hidroavión se posa con garbo en la bahía, salgo del
entramos en el hidroavión y despegamos rumbo a disponible en el organismo no esté ocupada en avión, agradezco al comandante el haber acelerado
Aracajú y Recife. otra cosa. la marcha, y corriendo cojo el barco al otro lado del
Aracajú es una ciudad bonita y progresista, lle- El miedo es un producto de la civilización; muelle, llego cinco minutos antes de su partida. x
na de cocoteros. El paisaje es interesante. En Bahía pertenece al mundo de la luz y a la aventura ex-
comí bien y temprano, me sentía bien y en exce- trauterina, y es la primera psiconeurosis del hom-
lente estado de forma y de espíritu, la noción de bre valiente e inquieto y la gran acción en la que se *Flávio de Carvalho es uno de los protagonistas
peligro había desaparecido: el estómago lleno me refleja el intelecto. de la exposición Desvíos de la deriva.
daba una sensación de bienestar opuesta al peli- El miedo se puede producir en cualquier mo- Experiencias, travesías y morfologías, que
gro, el alimento funciona como un punto de apoyo mento sólo por la emoción de la autoinferioridad; puede verse en el Museo Nacional Reina Sofía
que disminuye considerablemente cualquier pre- el organismo en estado de inferioridad tiene que hasta al 23 de agosto de 2010. El texto que aquí
sentimiento de peligro. La persona alimentada es encarar un destino fatal, tiene su curso trazado y reproducimos está sacado del libro titulado
más arrogante, parece desear el peligro en vez de se dirige hacia la catástrofe. La visión de este des- Os ossos do mundo, publicado en 1936, y que ha
temerlo. tino, junto con los recuerdos del pasado y las ideas sido reeditado en 2005 por Editora Antiqua,
Había momentos en que, invadido por una del Yo, provocan la angustia del miedo. La angustia Sâo Paulo.
sonrisa diabólica, miraba al mar y deseaba fer- del miedo es, por tanto, una función del estado de
vientemente que el avión se hiciera pedazos, la inferioridad psíquica u orgánica y la sensación de Traducción: Mercedes Pineda
emoción valía la pena, no encontraba ninguna di- hambre es un estado de inferioridad.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 53


Ramírez (Jalisco, 1895- eran las más frecuentes.
California, 1963) creó Sus últimos 33 años los
una gran cantidad de pasó recluido en una
dibujos en los que repetía institución psiquiátrica del
constantemente sus Norte de California.
obsesiones: los túneles

54 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


DOCUMENTA Ningún artista contemporáneo refleja como el mexicano Martín Ramírez los
estigmas de la locura y la reclusión psiquiátrica. La iconografía popular, los túneles y laberintos
recorren los caminos de este artista que de forma obsesiva reclama la atención del espectador.

Martín Ramírez,
arte y locura
Por José Luis Pardo

Aquel, pues, aquel que sin la locura de las musas mento en el arte correspondiente. Pero, aunque en persona) nos ilustran acerca de los parecidos en-
acude a las puertas de la poesía, persuadido de un sentido muy vago y genérico pueda establecerse tre los rasgos de la personalidad del gran artista
que, como por arte, va a hacerse un verdadero poe- un parentesco entre lo que los antiguos llamaban y los del psicópata, una comparación que durante
ta, lo será imperfecto, y toda obra que sea capaz de Melancolía y lo que así llamaron los modernos, o mucho tiempo ha contribuido a alimentar la ima-
crear estando en su sano juicio quedará eclipsada entre la acedía medieval y renacentista y la depre- gen romántica del artista genial como individuo
por la de los inspirados y posesos. sión en su sentido psiquiátrico más o menos con- psíquicamente anómalo, de cuyo trastorno men-
Platón, Fedro. temporáneo, claro está que lo que verdaderamente tal emanaría su innovación estética, e igualmen-
nos enseña algo sobre el significado diferencial de te la del enfermo mental como artista potencial
The world has gone mad today esos términos y sobre lo que distingue unas épo- o, según se decía en una película de Jules Dassin
And good’s bad today, cas de otras es justamente aquello que de la me- protagonizada por Richard Widmark en 1950, La
And black’s white today, lancolía es irreductible a la acedía y lo que separa noche y la ciudad, como «artista sin arte». Aunque
And day’s night today. radicalmente a esta última de la depresión clínica, esta tendencia ha arrojado algunos resultados de
Cole Porter, Anything goes pues es obvio que las palabras griegas o latinas que enorme dignidad intelectual, como es notable-
podemos traducir a las lenguas modernas como lo- mente el caso de la obra del psiquiatra y filósofo
Today I might be mad, cura no determinaban la misma conducta social ni Karl Jaspers sobre Strindberg y Van Gogh (tradu-
Tomorrow I’ll be glad, comportaban el mismo contenido conceptual en cida entre nosotros con el castizo título de Genio
I’ve got Friday on my mind los diversos momentos históricos o en las diversas y locura), en general ha sido responsable de una
G. Young & H. Vanda, Friday on my mind formas de sociedad en las que pueden considerar- nefasta y peregrina idea que también ha impreg-

L
se, como lo prueba simplemente el hecho de que la nado la interpretación del arte contemporáneo,
a primera dificultad a la hora de estable- asociación de la locura con la enfermedad mental según la cual la obra extraería su autenticidad del
cer alguna relación entre arte y locura y el tratamiento médico sea un fenómeno relati- hecho de ser la expresión directa e inmediata de los
procede, sin duda alguna, de que ni el vamente reciente. sentimientos (y, por tanto, de la psique) del artista,
uno ni la otra han existido siempre del El olvido de esta advertencia es el responsable como en aquel divertido argumento mencionado
modo como hoy los conocemos, y por tanto la mera de que hoy observemos ante todo la locura desde alguna vez por Ernst Gombrich, que pretendía apo-
enunciación de la cuestión es equívoca: esta es la una perspectiva psiquiátrica o psicológica y, por yar en semejante (e indemostrable) veracidad la
lección que se desprende de la Historia de la locura tanto, de que la mayor parte de las investigaciones superioridad de la vaca de Dubuffet sobre el toro
de Michel Foucault, y debería serlo igualmente de de la conexión entre arte y locura pertenezcan a de Potter.
cualquier texto que lleve en su portada la fórmu- este ámbito: el psiquiatra y el experto en arte (por Esta psicologización galopante, además de
la Historia del arte. No hay un mismo fenómeno, separado o reunidos por la fortuna en la misma promover una lectura del objeto estético que sólo
continuo en el espacio y en el tiempo, al que se
pueda denominar simplemente arte (buena parte
del legado del pasado que llena nuestros museos, Los motivos populares de
su Jalisco natal aparecen
y que hoy llamamos así, no fue experimentado en recurrentemente en los
su tiempo como arte, sino como técnica, artesanía, laberínticos trazados de
devoción religiosa, habilidad servil, utilidad social, Ramírez, en la actualidad
considerado ya un artista
propaganda, etc., etc.), así como tampoco hay un
méxico-estadounidense.
significado constante del concepto arte a lo largo
de los siglos (baste notar que en la antigua Grecia
existía únicamente una palabra —téchne— para
designar igualmente lo que nosotros llamamos
hoy arte y lo que llamamos técnica). Tampoco con
respecto a la locura podríamos hablar de una esen-
cia universal con múltiples manifestaciones his-
tóricas, aunque la costumbre de las exposiciones
temáticas —que, a fuerza de reinar, impera entre
nosotros— propicia a menudo el equívoco: así, por
ejemplo, la muestra comisariada por Jean Clair en
2006 Melancolía, genio y locura en Occidente, al
margen de su interés y de la calidad de sus ingre-
dientes, apoyaba su argumento precisamente en la
idea de una persistencia de la locura a través de la
historia, que por su parte se reflejaría en cada mo-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 55


DOCUMENTA

puede provocar una actitud defensiva en el espec-


tador sensato (la de protegerse contra el artista
que pretende arrojar la privacidad glandular de
su ego hipertrofiado sobre el público), desde el
punto de vista de la comparación que nos ocupa
tiene la desventaja de no poder nunca dar una ex-
plicación solvente de la diferencia existente entre
la conducta del loco y la del artista (es decir, de por
qué la misma perturbación conduce en un caso a la
genialidad y en el otro a la psicopatología), lo que
realimenta en definitiva la permanente acusación
de arbitrariedad dirigida contra el arte contempo-
ráneo (“¿por qué tolerar a unos lo que hace que a
otros se les encierre?”) y la ya aludida idealización
de la enfermedad mental, que puede haber contri-
buido positivamente en algún momento al aban-
dono de terapias brutalmente agresivas, pero que
raramente ha ayudado a mitigar el sufrimiento de
quienes la padecen.

P
ara salir de este atolladero sin devaluar ni
abandonar del todo el carácter fructífe-
ro de la comparación entre arte y locura,
caben dos caminos complementarios. El
primero consiste en des-psicologizar el trastorno
mental para permitirle alcanzar su nivel de perti-
nencia artística. Pongamos un ejemplo que ya te-
nemos algo fatigado: es posible y plausible sostener
que, cuando Kierkegaard escribió El concepto de la
angustia, estaba genuina y personalmente angus-
tiado, y es más que probable que el hecho de estar-
lo constituyera una condición necesaria para que
Kierkegaard abordara la redacción de esta obra.
Ahora bien, si a continuación intentamos expli-
car la obra de Kierkegaard en función de su estado
mental, sencillamente la habremos convertido en
expresión de su trastorno emocional, eliminando
de ella todo valor literario o intelectual, y transfor-
mándola en un documento con un interés exclu-
sivamente clínico. Sin embargo, lo que podríamos
llamar el talento de Kierkegaard consiste en que,
lejos de haber hecho de su obra la expresión de un
síntoma personal, ha conseguido hacer del sínto-
ma —o sea, de la angustia— una obra, es decir, ha
conseguido construir con su escritura una angustia
que ya no es la del individuo privado Sören Kier-
kegaard, sino una angustia perfectamente imper-
sonal y virtualmente universal (pero sin embargo
única, especialísima y cualificada), capaz de per-
mitir a cualquier lector entender qué es la angustia
sin necesidad de conocer el penoso caso particular
del autor, y de hacerlo de un modo que conservaría
plenamente su vigencia si mañana se descubriese
que este libro no lo escribió Kierkegaard sino un
primo suyo que disfrutó durante toda su vida de
una felicidad imperturbada.
Gilles Deleuze —acaso el pensador contem-
poráneo a quien se debe el mayor esfuerzo para
liberar de sus definiciones clínicas a perturbacio-
nes como la esquizofrenia, la paranoia o la perver-
sión— decía que del mismo modo que hay quienes
pretenden explicar la pintura de El Greco por un
defecto visual, podría explicarse también la lite-
ratura de Proust o de Kafka a partir de un cierto
trastorno del lenguaje, como un tartamudeo o
una torpeza verbal, pero siempre a condición de
entender que dicho trastorno no afectaría exclusi-
vamente al Habla (o sea, a lo que Saussure llamaba
parole) sino a la Lengua, a condición de que no se
trate de un problema en la realización fáctica más
o menos defectuosa de un determinado código
lingüístico, sino del código mismo en sus articu-
laciones sintácticas, semánticas o pragmáticas.
O, dicho de otra manera, que la locura se vuelve

56 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


MARTÍN RAMIREZ

Trenes, galerías y “recluirse” en una gran


símbolos aztecas. cantidad de dibujos
Entre 1948 y su muerte, hechos con materiales
Ramírez concibió un pobres a veces en lugares
mundo y un territorio y soportes inverosímiles.
propios que le hizo

intelectual o estéticamente interesante cuando de- la re-socialización de ambas esferas: no, no fueron do el juego y quiénes son considerados sus agen-
jamos de considerarla como el desarreglo empírico ni la absenta, ni la sexualidad, ni alguna misteriosa tes legítimos—, es imposible. Y será únicamente
y contingente de un sistema —el de la percepción o alteración psíquica las que hicieron a Baudelaire el éxito —en caso de producirse— de esta apuesta,
el del pensamiento— cuyo funcionamiento ideal y romper con las reglas que definían en su tiempo que comporta no solamente la calidad de las obras,
correcto no resultaría puesto en cuestión por esos el juego de la literatura e inventar otras alterna- sino el nacimiento de nuevas instituciones críticas,
fallos locales, y empezamos a imaginar qué pasaría tivas; más bien sucedió exactamente al contrario: lo que determinará que aquella aparente locura se
si la locura fuese una posibilidad trascendental del fue debido a que Baudelaire modificaba de forma convierta en arte, e incluso en el arte más genuina
propio pensamiento y no un desdichado avatar de innovadora las reglas del campo literario, debido a y propiamente considerado como tal.
sus deficitarias concreciones históricas, una aven- que cambiaba la definición misma de la literatura Lo demás —es decir, las especulaciones acerca
tura legítima de la percepción y no una patología (haciendo cosas que sus contemporáneos insta- de los estados de alma de los artistas en el proce-
derivada de un accidente genético o ambiental. lados en el juego establecido sólo podían percibir so de creación y sus paralelismos con los trastor-
Y este es el punto en el cual suele también como locuras), que fue inmediatamente cargado nos psiquiátricos o la inspiración divina de los
conectarse la conducta del artista con la conduc- socialmente con la fama y la personalidad psico- antiguos poetas poseídos por los dioses— son, en
ta psíquicamente desviada, al llamar la atención lógica del loco, del perturbado, del psíquicamente verdad, metáforas poéticas que nos oscurecen el
sobre el hecho de que la creación estética no con- anormal. Una vez que la apuesta de Baudelaire (¡y hecho de que, así como los escritores nos enseñan
siste tanto en una habilidad competencial en el de unos cuantos más!) tuvo éxito histórica, social las enfermedades de la lengua que constituyen el
marco de cierta normatividad como en la capa- y políticamente, una vez que consiguíó institucio- lenguaje de nuestra época, los artistas visuales y
cidad para modificar las reglas del juego. Pero de nalizar un ethos del artista profesional moderno gráficos son los catalogadores de las enfermedades
nuevo perderíamos lo esencial de este tópico si nos y un nómos del campo crítico de la literatura, los de la vista que contienen el secreto perceptivo de
limitásemos a buscar la capacidad del artista para herederos de este campo no tuvieron necesidad nuestra época. Pero todas ellas son enfermedades
inventar nuevas reglas o romper con las vigentes de cargar con esa figura psicológica del individuo colectivas, y no perturbaciones individuales. x
en alguna peculiaridad psicológica que tuviera su anómalo o perturbado para asegurar su condición
correlato en la patología psiquiátrica. Esto sería artística, que debían exclusivamente al juicio de
tan ingenuo como pensar que Baudelaire escribía sus pares sobre sus obras. La locura de los innova- José Luis Pardo
como lo hacía debido a su consumo de absenta o a dores, de los creadores de nuevos géneros o de nue- es filósofo y Premio Nacional de Ensayo.
su licenciosa vida sexual. Pues el segundo de los ca- vos órdenes artísticos, no es por tanto una locura La exposición Martín Ramírez. Marcos de reclu-
minos mencionados para salir del atolladero de las psíquica sino únicamente social o genuinamente sión puede verse en el Museo Nacional Reina
viejas relaciones entre arte y locura es el que nos estética; es la locura de quien hace algo que, hasta Sofía hasta el 12 de julio de 2010.
enseñó el sociólogo Pierre Bourdieu, y comporta ese momento —considerando cómo está distribui-

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DOCUMENTA Contemporáneo del expresionismo abstracto y del gran arte americano,
Ramírez mantuvo desde la reclusión y el silencio una declaración plenamente desafiante: los
márgenes están llamados a ser un capítulo central del arte en cualquier momento.

El margen Ramírez
Espejos de un extranjero, primitivo e iletrado

Por Luis Pérez-Oramas

U
na cita apócrifa de Borges habla de la de eventos capaz de producir sentido: durante los obra se encarnó a través del dibujo es presumible
extraña complejidad de las causas que mismos años del siglo XX en que Greenberg enun- que no lo fuera como consecuencia de una decisión
solemos llamar el azar. Fue el azar, su ciaba su pensamiento, y su doctrina se constituía reflexiva, excluyente de otras opciones, ni como
red de razones impenetrables que en- como una clave de lectura para la modernidad tar- resultado de una explícita consideración sobre la
mascaran siempre la posibilidad de sentido, lo que día al norte del continente americano, el emigrante pertinencia del medio gráfico para su obra.
hizo que, durante los años cuarenta del siglo mo- mexicano Martín Ramírez, que no podía sino igno- Martín Ramírez pintaba simplemente en sus
derno, mientras en la Costa Oeste de Estados Uni- rarlo todo del mundo del arte, era recluído en una dibujos –lo que no quiere decir que su pintura haya
dos el paciente Martín Ramírez era trasladado de institución psiquiátrica, y allí iniciaba la hechura sido de ningún modo simple–, con lo que se puede
una institución psiquiátrica a otra, se encadenaran de su propia obra, en la que quizás se neutralizan afirmar que su obra fue fruto, alternativamente, de
los hechos que anunciarían el protagonismo mun- algunas de las oposiciones hermenéuticas estable- la adversidad –que le ofreció la escacez de sus ma-
dial de una escuela de pintura brutalmente expre- cidas por Greenberg. teriales– y de la necesidad –que le impulsó a crear
siva y monumental, troquelada en la costa opuesta En aquel ensayo de Greenberg reside buena sin descanso–.
del país por figuras como Hans Hofmann y Willem parte de la justificación que llevaría a privilegiar La suya es obra de un artista excepcional, y ex-
De Kooning, Jackson Pollock y Clyfford Still, que el formato monumental del arte norteamericano cepcionalmente silencioso, en la que sobresalen a
se reconocería en el discurso autorizado del crítico dominante. En él, Greenberg subrayaba la suspen- la vez, en una articulación sobre la cual reside su
Clement Greenberg. Capítulo postrero en Occiden- sión de las jerarquías compositivas en la pintura especificidad y su elocuencia plástica, las dos cua-
te de cierto subjetivismo romántico, heroico y so- moderna, otorgando, en su construcción de la teo- lidades que Greenberg veía como opuestas cuando
litario, esta escuela de pintura (y sus derivaciones ría de la pintura americana contemporánea, un anunciaba aquella nueva muerte de la pintura: por
en escultura y gráfica) serviría además como cor- rol central a la obra tardía de Monet. Pasando con una parte, la repetición alucinatoria de elementos
pus demostrativo para la última de las modernas somera inteligencia sobre dos asuntos bien distin- casi similares que producen formas expansivas,
ideologías artísticas formalistas, contribuyendo a tos –la reducción de la profundidad inherente a la descentradas, polifónicas, todas de «igual impor-
reforzar el espacio disciplinal del arte. negación del cuadro como ilusoria cavidad cúbica tancia, diferentes pero equivalentes», y por otra, la
Dicho espacio disciplinal forma aún el suelo de y el descentramiento del cuadro a través de un abor- impactante supervivencia de una arquitectura pic-
muchas de nuestras actuales ideolo- daje polifónico de su composición–, tórica teatral, escénica, donde algo, objetivamente
gías estéticas –por asociación o por Greenberg trazaba una curiosa genea- representado y estructuralmente controlado, está
oposición-, y su escasa inclusividad
permite definir, señalar o estigma-
la obra de logía de la subversión del cuadro de
caballete, de Picasso y Klee a Dubuffet
sucediendo en términos de actividad diegética, es
decir, en tanto que representación.
tizar lo que no reside en su interior, Ramírez es y Torres García, para concluir con el En ese sentido, la presencia de elementos icó-
lo extranjero, lo outsider, primitivo, apocalíptico anuncio de su definitiva nicos que se repiten en la obra de Ramírez hasta
silvestre o iletrado: residuos clasi- fruto, alterna- destrucción por Pollock. producir el sucedáneo personalísimo de una alu-
ficatorios, experiencias de extraña- tivamente, de A pesar de la innegable suprema- cinante composición ajerárquica, coincide con la
mientos foráneos, cuya potencial cía ideológica ejercida hasta fines de sobrevivencia en su obra de aquella ilusoria cavi-
capacidad de deconstrucción de ese la adversidad los años sesenta por la pintura monu- dad cúbica en la que la representación tiene lugar y
mundo del arte, que los rechaza, se
neutraliza en la medida en que éste
y de la nece- mental a la americana, el cuadro de
caballete no falleció o, si se prefiere,
donde yace, desde siempre, la clave de lo discursivo
en la imagen.
los asimila como contraejemplos de sidad, que le no cesó de nacer de su propia muerte Pocos artistas han llegado a distinguirse como
su propia norma, como márgenes en la jurisprudencia teórica de las artes Ramírez por una forma de ejecución de sus obras
exóticos que alimentan sus certezas hizo crear sin visuales de Occidente. Desde la unifor- de borde a borde, lo cual se traduce, en el caso de su
interiores. descanso midad alucinatoria, como la llamara trabajo, en estructuras de rítmica complejidad al
Por ello, importa señalar el con- Greenberg, de la pintura americana servicio de impactantes estrategias de amplifica-
temporáneo desencuentro entre la all-over, de borde a borde, se genera- ción y resonancia. Dos modalidades estructurales
fundación teórica de la «pintura a ron nuevas matrices para la pintura parecen sobresalir en su obra, y en ambas es posible
la americana» –como la llamara Greenberg– y la de caballete, como puede observarse en la obra de distinguir la manifiesta repetición de dispositivos
figura recluida –y por lo tanto excluida– de Mar- Robert Ryman o Blinky Palermo, por citar dos de icónicos que exasperan –con ciertas limitaciones–
tín Ramírez.En 1948, cuando Clement Greenberg sus postreros practicantes, si bien opuestos. el campo visual: algunos dibujos asumen la forma
publicaba un artículo de título conclusivo: La crisis El pensamiento de Greenberg, dirigido hacia de amplias superficies –a la manera de un scroll– en
de la pintura de caballete, Ramírez era trasladado un abordaje del arte centrado en la especificidad las que la pérdida de jerarquías figurales sobresale
del Stockton State Hospital (donde había sido hos- material de los medios artísticos, estaba ideológi- por encima de la centralidad de una específica na-
pitalizado en 1931 con diagnóstico de depresión camente regulado por un imaginario en el que la rración figurativa; otros dibujos representan esce-
maníaca, dementia praecox, en forma catatónica) primacía de la pintura ocupaba un rol protagonista nas donde cabe distinguir la primacía de una figura
al DeWitt State Hospital de Auburn (California), y tenía por objeto, sobremanera, a la pintura ame- encastrada –y centrada– en la cavidad ilusoria de la
donde el azar permitiría su reconocimiento como ricana de su tiempo. representación, cuyos bordes suelen estar, no obs-
artista. Martín Ramírez, por su parte, fue necesaria- tante, hechos de formas repetitivas y alucinantes.
Me interesa partir de esta coincidencia de fe- mente indiferente a estas distinciones formales: En la mayoría de los casos, estas formaciones
chas, como si se tratara de una colisión involuntaria pintaba Ramírez con lo que tenía a mano y si su enmarcan la presencia, generalmente centrada, de

58 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


Sin título (Conejo/venado
Marrón), c. 1960-63. Una
vez más la resonancia
teatral y los marcos se
adueñan de la obra de
Ramírez.

un actante, de un protagonista figural: un jinete ar- ción o, si se quiere, una excrecencia de la materia Todo había comenzado, en la constitución de
mado, un tren, una sucesión de automóviles que gráfica o pictórica de la cual surge y en la que, a la este poderoso –y contestado– corpus de ideas, en
se sobreponen unos a otros, un personaje ínfimo vez, naufraga. Esto no conlleva, como lo pudiera 1940, cuando Greenberg publicó en la revista lite-
ante la abismal boca de un túnel, el edificio de una sospechar una lectura greenbergiana, ni la neu- raria Partisan Review el gran texto regulador del
iglesia, una figura sacra, reinante, o todos estos ele- tralización de esa tensión constitutiva de lo visible formalismo moderno que fungiría como matriz
mentos confundidos en la soberbia arquitectura, –entre la figura y lo figural– sobre la que se juega ideológica sobre el arte de la posguerra en Estados
saturada de repeticiones y colisiones de sus mag- buena parte de las tensiones visuales en la obra de Unidos y, por extensión, sobre buena parte del
níficos paisajes. (Untitled collage, c. 1952.) nuestro artista, ni la suspensión de la producción mundo, a saber, aquel ensayo estratégicamente
Cabe señalar un aspecto suplementario, cons- de diferenciaciones entre, precisamente, el cam- titulado Hacia un Nuevo Laoconte.
titutivo de estos protagonistas figurales en la obra po visual –es decir el espacio de enunciación de El arte que Greenberg convocaba desde este
de Ramírez: en la mayoría de los casos están hechos las figuras– y la superficie representada, la escena gran ensayo iniciático era programáticamente
de la misma materia repetida, expansiva de las es- figurada o enunciada, que Martín Ramírez maneja silencioso: un arte que clausuraba, en nombre del
tructuras all-over que los enmarcan. Es el caso de con una sorprendente eficacia intuitiva. autismo de las formas, el protagonismo de lo narra-

E
los vagones del tren, en Trenes y túneles (Trenes y tivo, la sucesión de los discursos, la digresión de la
túneles, 1948-63) y en otra versión sin título de este l azar, pues, o su obtusa causalidad, hizo anécdota, el tiempo en fin de la palabra proferida y
motivo (Sin título, c. 1950); o de los jinetes, que a que coincidieran en el tiempo y en el transformada en visiones, que había regido el arte
menudo montan caballos cuyo cuerpo ostenta re- espacio dos eventos: por una parte, la de Occidente hasta que Lessing lo denunciara en
petidamente las mismas líneas como variaciones reclusión de Martín Ramírez, el anó- su primer Laoconte, hacia el cual Greenberg decía
de una estructura dominante, all-over, que los ro- nimo inmigrante perdido en la inmensidad árida querer volver sus intenciones. Era éste un arte puro
dea (Horse and Rider, 1954). de una potencia que agoniza en su primera Gran bajo la égida siguiente: «La pureza en arte consiste
Todo sucede, entonces, como si la obra de Depresión, llegado a los Estados Unidos huyen- en la aceptación, voluntaria aceptación, de los lími-
Ramírez pusiese en cuestión, implícitamente, la do de la última de las guerras religiosas del siglo tes específicos del medio artístico».
pertinencia teórica de la distinción figura/fondo XIX, condenado de por vida a los falansterios de la Con ello esta teoría formalista se oponía a la
o, si se quiere (y para hacernos eco de la tardía so- locura y, paradójicamente, también liberado para norma humanística que había regido las artes vi-
brevivencia de Diderot que transpira el texto de desarrollar su arte plenamente; y, por otra par- suales de Occidente hasta Lessing, consistente en
Greenberg) la distinción entre cavidad teatral y te, la constitución de un cuerpo de pensamiento el establecimiento de un protocolo de posibilidad
superficie mural sobre la cual se construía enton- fuerte, imaginado en los meandros marxistas de para el pasaje permanente entre las estrategias
ces la teoría –o quizás la ideología– de la pintura una nación que encarnaría con éxito inédito las retóricas, verbales, narrativas y las estrategias vi-
americana. formas más extremas del materialismo capitalista suales, figurales y figurativas. En otras palabras, un
Al compartir la primacía escénica del cuadro moderno; una teoría crítica para un arte que servi- régimen de adecuación y equivalencia, de mutuo
con una estrategia constituyente asjerárquica y ría, a la vez, de épico emblema y contraejemplo de equilibrio y neutralización entre poesía y pintura,
expansiva de repeticiones alucinatorias, la obra aquel productivismo, de su ideología libertaria, de historia y representación, narración y figuración,
de Ramírez se sostiene sobre una comprensión de su voluntad de poder: el expresionismo abstracto, siguiendo el célebre motto de Horacio según el cual
la figura en un sentido mucho más profundo que el último muralismo y acaso también última ecuación la pintura sería como la poesía, y viceversa, esta se-
que cualquier teoría pudiese proveer: la figura es estética de lo sublime en el repertorio de las artes ría como la pintura. La constatación por parte de
allí un accidente de su propia superficie de inscrip- visuales de Occidente. Lessing de una diferencia estructural, insalvable,

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 59


DOCUMENTA

entre las formas artísticas determinadas por el de su medio material», que el crítico norteameri- de marcas repetidas y repetitivas, encastrada en
tiempo –la música, la poesía– y aquellas determi- cano interpretaba como «el signo de una revuelta medio de alucinantes saturaciones que ocupan
nadas por el espacio –la escultura, la pintura– daría en contra del dominio de la literatura». «Las artes» todo el espacio de la representación, de borde a
al traste con aquel proyecto retórico alrededor del –escribía- «han sido forzadas a retornar hacia sus borde, Ramirez inscribe, en cantidad suficiente-
cual se constituyeron las jerarquías de la represen- medios, y allí han sido aisladas, concentradas y de- mente significativa como para hacer sistema en su
tación clásica. finidas. Es por virtud de sus medios que cada arte obra, una ilusoria cavidad visual donde aloja a sus
Del complejo tratado de Lessing queda siem- es única y estrictamente idéntica a sí misma. Para protagonistas, a sus héroes y esfigies insistentes:
pre algo por comentar, pero quizás el punctum ar- restaurar la identidad de un arte se debe enfatizar jinetes, trenes, madonnas.
gumental de sus razones aparece sintomáticamen- la opacidad de su medio. En el caso de las artes vi- Ramírez excava pues en el centro de la repre-
te resumido en una frase que evoca el sufrimiento suales ese medio aparece como físico; por lo tanto sentación, suspendida pero no denegada; suspen-
del troyano Laoconte, mientras se extingue en el la pintura pura y la escultura pura buscan sobre dida en el mismo sentido de la suspensión barroca,
abrazo de las serpientes, tal como es representado todo afectar a sus espectadores físicamente». es decir, interrumpida, desasida de continuidad

M
en la célebre escultura de Atenodoro, Agesandro diegética, incapaz de ser aprehendida en la clave
y Polidoro. Dice, casi abrupto, el texto de Lessing: artín Ramírez fue un artista silen- de su proveniencia o en la intensidad de su destino
«Una boca abierta es, en pintura, una mancha; en cioso. Sólo en 1952, veintiún años narrativo; allí Ramírez cava sistemáticamente un
escultura, un hueco». La frase, ciertamente inespe- después de su arresto por la policía abismo, una hendidura toda enmarcada de repe-
rada, destaca por su inmensa sinceridad visual: el de San Joaquín durante los turbu- ticiones, como si fuese una taracea dibujada: una
grito de Laoconte falleciendo marca un territorio lentos años de la Gran Depresión, llegó a proferir boca (de teatro) abierta (Caballo y jinete, 1954, Col.
imposible para la escultura, en la que se conden- una palabra. Le visitaba entonces su sobrino, quien Solomon R. Guggenheim Museum), al final de la
sa la constelación entera de las artes visuales, en intentó por última vez comunicarle los hechos cual suele haber un hoyo negro, o un efecto de som-
cuanto éstas son incapaces en verdad de proferi- que habían acaecido a su familia en México, tras bras condensadas, subrayando de negro el entorno
miento alguno: de allí que el grito se reduzca para su emigración, y que Ramírez había erróneamen- de una figura en acción o estática, cuando no sim-
Lessing a una sima abierta, a un hoyo negro, a un te interpretado desde hacía lustros, creyendo a su plemente la entrada de un túnel, el acceso ciego a
hueco mudo; para subrayar aún más su implícito esposa culpable de la entrega y posterior muerte de una caverna. (Sin título, Super Chief, 1954)
socavamiento formal, Lessing lo ima- su hermano a manos de las tropas Salvo escasas excepciones, que coinciden con
gina traducido en la pintura como una de los ejércitos federales durante la algunas obras pertenecientes al repertorio sacro
mancha, como una presencia informe y La ausencia rebelión cristera. Aquella primera del artista, la arquitectura de las obras de Ramí-
sin sentido. Fascinante resulta pensar –y acaso última- palabra después rez, en las que se privilegia la presencia de algún
entonces que, en esta frase de Lessing, de palabra de un silencio de años fue, lacóni- protagonista, ostenta este dispositivo: un hueco
las artes visuales y espaciales (pintura
y escultura) sufren un repentino re-
que dominó ca y apocalíptica, la siguiente: «Dile
a mi mujer que nos veremos en el
o una mancha allí donde el artista ancla la figura
encargada de decir, en sus dibujos, el tema que se
torno a la materialidad primitiva de la vida de valle de Josafat». representa: el guerrero armado, el tren o los carros
sus medios: por una parte la mancha No fue esta frase alucinada que trashuman, el personaje que se enmarca, aisla-
superficial, el pigmento brutalmente
Ramírez fue sobre el valle del Juicio Final lo do (Unitled-Courtyard, c. 1953), o que se adentra y
aplanado en el soporte de la pintura; y paliada por contrario del ingente silencio de desciende hasta perderse en las sombras inciertas
por otra parte la hendidura, la cavidad, décadas que rodeó a Ramírez y que de una profundidad oscura que todas las obras de
la grieta ciega en la escultura. Y allí mis-una obra nadie puede en rigor interpretar; lo Ramírez evocan, sin que ninguna llegue en verdad
mo se hacen mudas, precisamente, en la
coordenada de representación de toda
plena de contrario de esa ausencia de pala-
bra fue toda una obra constituida
a describirla (Untitled-Breck Girl, 1953).
Se trata aquí de señalar una recurrencia es-
fuente de voz –o de discurso-: aquella resonancias y por resonancias y ecos visuales, tructural en la obra de Ramírez: incluso cuando
boca abierta, profiriente, desde la cual
retornan pintura y escultura a un si-
ecos visuales teatralmente arquitectónica, sono-
ra, con un innato sentido de la mo-
nuestro artista produce imágenes rigurosamente
all over, en las que los motivos se repiten o se dise-
lencio inexorable allí mismo donde re- numentalidad y de la perspectiva, minan polifónicamente, y la estructura asemeja a
presentan, impotentes, el acto instinti- obsesivamente centrada en estra- un scroll, estos motivos suelen inscribirse en una
vo en el cual la voz se desagrega en el ruido que la tegias de amplificación repetitivas que enmarcan aureola de sombras ovales, como si se encontra-
constituye y que es, también, informe y sin sentido; y proyectan la presencia anclante de figuras, los sen obstruyendo la boca de una cavidad, o ante una
aquel del grito, de la expiración, del alarido. actantes de una narración siempre suspendida, a hendidura, o en la oscuridad de un abismo teatral.
Lessing había esclarecido los términos estruc- punto de iniciarse, o sincopada, congelada, desasi- En aquellas obras en las que priva la centralidad de
turales, y por lo tanto la posibilidad de una esté- da de destino o conclusión en sus protagonistas. una arquitectura escénica, la cavidad que enmarca
tica de pasajes entre géneros y formas disímiles: Sucede que el silencio de Ramírez fue fruto de a los protagonistas aparece intensificada por la pre-
las acciones son directamente representadas por la coerción y del encierro en el instante histórico sencia de elementos repetitivos, por una exacerba-
las artes temporales e indirectamente por aquellas en el que Greenberg anunciaba aquel otro silencio, ción de las figuras de borde o marco, que a menudo
espaciales; el espacio, directamente representado aquella opacidad. Su obra, en cambio, alimentada ocupan, ensanchándose, todo el campo visual, de
por la pintura y la escultura, es indirectamente re- por la pulsión solitaria de la libertad es, sin que ello borde a borde de la composición. Sucede, entonces,
presentado en el flujo de las palabras o los sonidos. importase nada a este artista de la necesidad, anti- en la obra de Ramírez, que cohabitan los dos rasgos
Greenberg, por su parte, volcado hacia la esencia greenbergiana, porque en ella el medio se encuen- excluyentes sobre cuya oposición Greenberg tra-
material del medio artístico –marxista al fin- pre- tra al servicio de la obra, y no la obra al servicio del mó la ficción historicista de la (nueva) muerte de la
tendía clausurar toda posibilidad para esa estética medio plástico. pintura (de caballete), a saber la cavidad cúbica y el
de transiciones e intercambios, para esa poética No solamente interesa que Ramírez produjera abordaje polifónico de la composición, que encuen-
humanística que había sobrevivido medio milenio obras siguiendo estrictas estrategias de saturación tran así en Ramírez una inesperada coordenada de
de negocios y pasajes, traducciones y equivalencias all over, exactamente en el sentido opuesto al pro- neutralidad.
entre géneros, al anunciar en su ensayo el fin de pugnado por Greenberg; cavando, en la superficie Un ejemplo extraordinario es la obra titulada
toda hibridez pre-moderna, denunciándola como plena de repeticiones y leitmotivs, opaca de orna- Túneles con carros (c. 1953): en ella el dinamismo
la clave de su mayor y más execrable antiforma: la mentaciones, un nicho, generalmente oscuro: un de las repeticiones subvierte la narrativa espacial
teatralidad kitsch. túnel, una ventana, un abismo en el que se incrusta del túnel, transformándolo en un dispositivo de
Greenberg vuelve pues sobre los pasos de el motivo de una acción indescifrable y suspendida, ascensión en medio del cual flotan, improbables,
Lessing, de una manera radicalmente diferente, como quien habla de una piedra encastrada, pre- los automóviles. La cavidad central a lo largo de la
al propugnar un nuevo orden de silencio para las cisamente, «aislado, concentrado, definido», para cual estos se inscriben, contra toda ley visual o fí-
artes visuales, un régimen artístico empeñado en retomar las palabras de Greenberg. O, para ser sica, no deja de funcionar como un túnel, es decir
escapar de las ideas del tema (subject matter), fa- más precisos, una boca de teatro, o la boca de un como la representación de un hueco, pero los ca-
voreciendo una noción de contenido (content) in- túnel que actúa en la pintura como una mancha, y rros no se distinguen, figuralmente, de los óvalos
dependiente de lo que el artista «tiene o no en su en la abismal arquitectura espacial de estos dibu- laterales, figuras abstractas que se repiten como un
mente cuando realiza la obra», es decir, «una casi jos como un hueco, para retomar las elocuentes y motivo ornamental. En ese sentido, suspendiendo
completa absorción en la verdadera cualidad física conclusivas imágenes de Lessing. Rodeada, pues, la narrativa del túnel, la propia obra alcanza a ser

60 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


MARTÍN RAMÍREZ

una imagen hendida, y el túnel en rigor funciona primera importancia para comprender el régimen ción, lo que hubiese sido su propio cuerpo físico,
como una literal hendidura en la representación. El de la representación moderna, la noción de ergon la densidad objetual que tendrían en otro mundo
tema (subject matter) se transforma en contenido –obra– y la dialéctica que la constituye entre lo posible, si fuesen verdaderos cuadros enmarcados,
(content) y la imagen toda interesa por su potencia esencial y lo residual, entre lo central y lo marginal. ostensorios o retablos.
de suspensión, por la imposibilidad de anclarla se- Se trata, en fin, de un tema capital para la práctica y Quizás esta es la palabra clave: retablos. Se-
mióticamente con la que nos confronta, por ser una para la teoría del juicio estético en la medida en que guramente Ramírez, el piadoso pastor mexicano,
imagen abierta en el plano de la representación y, éste debe estar interpelado por una ontología de los obsesionado por imágenes bíblicas, pudo haber
a la vez, en el plano de lo representado. bordes, por una ontología de las figuras marginales visto la exuberante riqueza de retablos y arteso-
Esta apertura de la imagen es una forma de de la representación. nados coloniales en su México natal: arquitecturas
desvelar su capacidad para manifestar la ambiva- Obviamente, uno de los aspectos centrales del ficticias, edificios representados en madera esto-
lencia de la representación, algo que quizás el texto problema de lo parergonal concierne a la función fada que enmarcan figuras sagradas, para refulgir
regulador del formalismo greenbergiano olvida (en del dispositivo del enmarcaje. A lo largo del ensayo de luces de oro desde su cuerpo tallado; laberintos
una iteración suplementaria de los muchos olvidos de Derrida abundan las reproduciones de comple- churriguerescos cuyo eco no es difícil encontrar
modernos sobre los que se erige toda ideología jas y barrocas estructuras de marco: dispositivos en muchas de las obras de Martín Ramírez. Puro
modernista), a saber, que en la transparencia de arquitectónicos, frontispicios, enmarcamientos enmarcamiento, marco todo, en fin, parergia pura,
una imagen subsiste, y se manifiesta siempre, la de puertas, arcos celebratorios, saturadas esce- añorada y recreada desde un exilio hospitalario
opacidad de su aparato; que la opacidad del medio nografías de teatro. «El marco» –escribe Derrida- para otorgar un centro posible a las escasas figuras
no cancela la posibilidad de viabilizar dimensio- «opera, en efecto. Lugar de trabajo, origen estruc- que se repiten en su obra, y en las que se constela su
nes simbólicas y protorrepresentativas, es decir turalmente bordeado del suplemento de valor, es propia memoria de extrañado y de extranjero.
transparentes; ello, incluso, en la más abstracta de decir desbordado sobre sus dos bordes por lo que Martín Ramírez, feligrés católico y devoto, ha-
las obras de arte. desborda, el marco en efecto trabaja. Como la ma- bía sido también jinete armado en tiempos de ame-
Pero lo fundamental en esta conversión in- dera. Se agrieta, se cuartea, se disloca al tiempo que naza, minero y obrero en las vías férreas del exilio,
esperada del tema –un motivo representado, un coopera en la producción del producto, lo desborda y cuando su vida se vió clausurada por la reclusión
enunciado– en contenido –un aparato de enun- y de allí se deduce. No se deja nunca, simplemente, psiquiátrica, mantuvo las cifras aisladas de su pro-
ciación, una estrategia de amplificación pregnante exhibir». pia memoria autobiográfica, en cierta
que se apropia en la misma medida que constituye Todo lo cual nos lleva a la extraor- forma obsesivamente autorretratísti-
su propio campo visible, el campo de su visibilidad dinaria y sistemática amplificación Cada una de cas: representó a su mujer, a la mujer,
potencial, enfatizando su propia opacidad all over– de figuras de marco que caracteriza la a la Virgen Santísima; se representó a
se traduce por una operación típicamente moderna obra de Martín Ramírez. La práctica estas obras sí mismo como un jinete armado; re-
que ha sido descrita en diversas ocasiones por his-
toriadores y teóricos del arte: la magnificación de
por medio de la cual alcanza a produ-
cir fascinantes arquitecturas figura-
son como presentó a los santos de su devoción y
a los paisajes de su deriva, representó
elementos accesorios, bien sea a través de un brutal les consiste en la repetición obsesiva espejos de lo los túneles de minas y vías férreas, los
cambio de escala o mediante recursos de repetición de dispositivos de enmarcamiento trenes que lo llevaron al destino de su
y obstinación –ambos presentes en Ramírez– de hasta lograr efectos inéditos de am-
que había silencio y de su obra.
manera que un elemento marginal, una figura de plificación y estriamiento, es decir de sido Martín Ramírez enmarcó todas estas
borde, pasa a tomar el protagonismo visual, lo que agrietamiento, de cuarteamiento, de figuras en complejos retablos dibu-
generalmente implica una inversión de jerarquías dislocación de las superficies repre- Ramírez, el jados, en altares ocres y marrones
dentro de la representación: el elemento central,
el anclaje del motivo o de la storia, se transforma
sentadas: con ello los dibujos de Ra-
mírez reproducen los márgenes del
extranjero, el como el precario cartón donde los
materializaba, a falta de estofados y
en un ínfimo detalle, o se pierde en el océano de papel donde se inscriben sus escenas, primitivo, el doraduras. Con ello hizo una obra a
lo visible.
Son numerosos los ejemplos de esta operación
traduciéndolos en un infinito sistema
centrípeto de ecos, o específicamente
iletrado contraestilo de lo que anunciaba el
cánon de su tiempo, que él sólo po-
en las artes visuales occidentales, pero pocos po- en una estructura deductiva más que día ignorar: una obra en apariencia
seen la claridad descriptiva de la célebre Caída de en una composición relacional. Es de caballete que en verdad realizaba
Ícaro de Peter Brueghel: en ese cuadro emblemáti- esta moldura dibujada, que puede ser asociada a materialmente en el suelo, proyectando su cuerpo
co, la figura central de toda la acción representada, una forma estriada barroca, la que produce en estas enteramente sobre el soporte, como Pollock; una
el propio Ícaro, aparece como un mínimo detalle obras todo efecto de hendidura, es decir, es ella la obra de complejas perspectivas, de abismales pro-
apenas visible, del cual podemos identificar tan que actúa como una incisión, penetrando el campo fundidades: todo marco, enmarcamientos satura-
sólo un fragmento del cuerpo, mientras naufraga visual y constituyéndose en un eficaz sistema de dos y saturantes que producen superficies de borde
literalmente en el océano; en cambio, la figura ac- inscripción para las figuras de anclaje temático, a borde, como ondas incesantes que paradójica-
cesoria por excelencia, el emblema desde antiguo para los motivos. La consecuencia de esta opera- mente no enmarcan casi nada; tan sólo una figura
de las figuras de borde, ínfimas e infinitesimales, ción, como hemos anotado, es la transformación solitaria, íngrima, a lo sumo unos seres desasidos
desprovistas de significación trascendente, puros del complejo entramado del marco en el verdadero de su propia historia por los accidentes del lugar
operadores de lejanía y por lo tanto de agotamien- protagonista de las obras: en ese hueco producido (figurativo y figural) donde se encuentran.
to de lo visible, el navío y sus velámenes, aparece por arquitecturas de enmarcamiento, Ramírez co- Cada una de estas obras son como espejos de
avanzando con presencia monumental hacia el loca a sus figuras seculares, insignificantes desde el lo que había sido Martín Ramírez, el extranjero,
centro de la representación. (Peter Brueghel: Pai- punto de vista de una historia narrada: el jinete, el el silvestre, el primitivo, el iletrado; aquella figu-
saje con la caída de Icaro, 1555). tren, el automóvil, el personaje (Sin título. Figura ra venida de fuera –un outsider-, un protagonista
La más antigua jurisprudencia sobre este pro- en rojo, c. 1948-63). Es allí donde la representación parergonal del arte de América, trabajando en sus
blema se encuentra, de nuevo, en la Historia Natu- se congela en sus obras. márgenes, mientras el mundo del arte se hechi-
ral de Plinio: allí se narra la anécdota de Protógenes, Pero los efectos de la primacía de lo parergonal zaba con la voz heroica que anunciaba la pintura
célebre artista de la Antigüedad que se había dedi- en la obra de Ramírez son múltiples y complejos: plana, dominante y moribunda del expresionismo
cado hasta sus cincuenta años a la representación la amplificación de figuras de enmarcamiento no abstracto, acaso sin saber que nada se concluye de-
de navíos, razón por la cual habiendo ya alcanzado destituye la centralidad de los motivos; sirve en finitivamente en el universo de las producciones
la celebridad en la ejecución de grandes temas, so- cambio para saturar, o para exacerbar vibratoria- simbólicas; que los márgenes estan llamados a ser
lía añadir como rasgo identificatorio de sus obras mente, con su obsesiva presencia, la integridad del un día centro porque existen –Derrida dixit - en
la presencia de «pequeños navíos de guerra que los campo visual, de borde a borde, transformándolo razón de una carencia fundamental en el interior
pintores llamaban parergia», es decir fuera de obra, en un espacio opaco y estriado, en una superficie del ergon. x
hors-d’oeuvre. fractal, fracturada. En ese sentido se puede afirmar
El desarrollo más consistente de este comple- que sus obras son arquitectónicas, en una acepción
jo problema teórico, cuya referencia más antigua más compleja que la de la simple representación Luis Pérez-Oramas
es el texto de Plinio, ha sido quizás producido por de arquitecturas figurativas, escenas teatrales o lu- es comisario de pintura latinoamericana del
Jacques Derrida en su ensayo titulado Parergon. Se gares de representación. Los dibujos de Ramírez Museum of Modern Art (MOMA), Nueva York.
trata de un asunto a la vez filosófico y topológico de describen, a través de esta estrategia de amplifica-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 61


DOCUMENTA. La pasión por la tecnología cinematográfica, de la que fue constante inventor,
y la misión pedagógica de sus documentales se alían en la obra de un personaje, José Val del Omar,
que desborda cualquier clasificación. Un “iluminado” que vuelve del olvido a la sala de los sueños.

Val del Omar


El que ama, arde
Por Eduardo A. Russo

“La vida es sólo una explosión al ralentí, el interrogante. Val del Omar era, para entonces y Además de ahondar en la técnica —una técnica
y yo pretendo comprimirla hasta convertirla desde esta latitud Sur, sólo el enigmático responsa- muy especial, impulsada por una vocación metafí-
en éxtasis, en eterno instante.” ble de algunas arrebatadoras imágenes emitidas en sica, para la que ideó el nombre de mecamística–,
José Val del Omar un programa sobre actualidad cinematográfica de la Val del Omar se sumó, como fotógrafo y documen-

D
Televisión Española, donde se le presentaba como talista, al Patronato de las Misiones Pedagógicas
escubrir a Val del Omar. José Val del figura destacada y a revalorizar en la historia del de la República. Junto a intelectuales y poetas
Omar (Granada, 1904- Madrid, 1982) es documental peninsular. Poco después tuvo la for- como Luis Cernuda, María Zambrano, Manuel
todavía casi desconocido en los libros tuna de deslumbrarse con el descubrimiento: pero Bartolomé Cossio, Alejandro Casona y Federico
de referencia e historias del cine. Muy a pesar de la inmersión intensiva en su cine, Val del García Lorca, emprendió una tarea a lo largo del
pocos han oído de él, menos son los que han vis- Omar todavía hoy le resuena como el nombre de país, fomentando el encuentro con la producción
to su obra dentro del ámbito internacional, pero una terra incognita; que exige para su recorrido una cultural de poblaciones rurales aisladas. Val del
—lo que es insólito aún— hasta es una presencia posición tan inicial como aquella que él reclamaba Omar produjo innumerables fotografías, y más
extraña incluso para muchos de sus connacionales, para los espectadores ideales de su cine, o la que in- de 50 documentales hoy perdidos —aunque de
excepto para un núcleo de amigos que, por suerte, cluso reservó a lo largo de medio siglo para sí mismo acuerdo al testimonio de alguno de sus interlocu-
ha comenzado a crecer. Y aquí estamos ante una de el artista que hoy comenzamos a recuperar. tores en alguna oportunidad dejó entrever que algo
las claves de su producción, y el efecto principal de de ellos todavía podría subsistir—. Además, redactó
su contacto. Val del Omar encaraba sus obras para Tránsito de Val del Omar. Nacido un 24 de octu- en 1932 su manifiesto didáctico Sentimiento de la
aquellos a quienes consideraba como semejantes bre de 1904 en Granada, Val del Omar se ligó muy Pedagogía Kinestésica, en el que formulaba su idea-
cercanos; sus films, su discurso, aprojimaba (aten- tempranamente, en un oportuno viaje durante los rio de una educación por la imagen, proponiendo al
diendo a su grafía) a espectadores e interlocutores. años 20, con las experiencias de la vanguardia poé- cine como una vía de formación por los instintos.
Y la influencia, a corta escala, paulatina, ha venido tica francesa y el surrealismo. En su magistral texto La Guerra Civil y luego el régimen de Fran-
creciendo —si bien en círculos restringidos— en los sobre VDO, El llanto de las máquinas, Víctor Erice co podrían haber significado para VDO el exilio,
últimos años. destaca la condición decisiva de ese el ostracismo absoluto o la muerte,
A comienzos de los años 90 muchos de los con- encuentro, que aunque no se hiciera como ocurrió con algunos de sus
vocados para participar en la valerosa operación de explícita en el discurso del cineasta Había en compañeros en las Misiones. En lu-
rescate de su obra —encabezada por su hija María sobre su obra, puede evidenciarse en gar de ello, subsistió mediante una
José y su yerno Gonzalo Sáenz de Buruaga, que ya su misma concepción del cine. Aun- Val del Omar maniobra no exenta de riesgos. Su
dio lugar a inapreciables documentos y estudios—
ignoraban o apenas conocían la existencia de su fi-
que Erice no lo consigne, es interesan-
te resaltar que el mismo término de ci-
no un anuncio perfil se transformó en el de un in-
ventor, un desarrollador de nuevas
gura. Una década antes, al principio de los 80, pre- negrafía que VDO propiciaba para sus de mejoras tecnologías de sonido e imagen. Ci-
cisamente cuando la existencia de VDO llegaba a producciones es el mismo que Ger- tamos al sonido en primer término,
su fin por las secuelas de un accidente de tránsito maine Dulac propuso para su forma
técnicas, sino dado que como bien destaca Román
en Madrid, unos pocos realizadores vinculados al de entender el cine como una música un proyecto Gubern, las primeras invenciones
cine experimental y al videoarte tenían noticia de visual: una cinegrafía integral. con aplicación práctica de VDO du-
su obra por fuentes llamativamente indirectas. El Vuelto a España, tras una exitosa radical de rante los años 40 estuvieron ligadas
cineasta experimental e historiador Eugeni Bonet
comenta que reparó en Val del Omar a través de un
aunque fugaz gestión en el comercio
de automóviles Buick (otra faz de la
reorientación a la amplificación y difusión acústica.
Primero colaborando en la Unión Ra-
ya clásico estudio de Amos Vogel, Film as a Subver- temprana pasión por la máquina) se del cine dio de Madrid, luego fundando Radio
sive Art (1974). Allí, el autor norteamericano desta- le revelan el cine y la técnica; en un Mediterráneo de Valencia, en 1940,
caba Aguaespejo granadino (1955) en los siguientes proceso cercano al de una iniciación, junto a una participación decisiva en
términos: “Una obra explosiva y cruel, de la más no sólo medita aislado sobre el sentido místico de la los sistemas de amplificación pública del sistema
honda pasión: un grito silencioso, una evocación energía sino que procede a idear nuevos artefactos hilo musical –que propalaba incesantemente voz
mística de las pesadillas de España. Reminiscente para el cine, visto como una maquinaria redentora y sonido en el espacio urbano, y de lo cual luego
de Tierra sin pan, de Buñuel, logra transmitirnos por medio de la visión. Así, a los 25 años, en 1928, VDO se arrepentiría amargamente considerándose
un horror y una ansiedad sin nombre. Una de las promueve la invención de una óptica temporal de uno de los fundadores de la cretinización masiva–.
grandes obras ignoradas de todo el cine mundial.” ángulo variable (que tres décadas más tarde comen- Simultáneamente el cineasta preparó su sistema de
Más allá de que uno pueda coincidir con la muy opi- zaría a difundirse en la tecnología audiovisual con sonido cinematográfico, la Diafonía, que patentó
nable lectura del fundador del Festival de Nueva el nombre más familiar de zoom), un nuevo sistema en 1944.
York, lo indiscutible es que el llamado de atención de proyección sobre la sala de cine, desbordando La época de inventos de aplicación exitosa, que
se dirigía a otro punto; hacia la simple referencia. la pantalla, y una técnica de iluminación en movi- accedían a la etapa de innovación práctica en la in-
¿Quién fue Val del Omar? No mucho tiempo atrás miento. Ideas de formulación temprana pero cuya dustria, pronto llegaría a su fin. El decurso de la ca-
(tan sólo un año) el autor de este ensayo compartía concreción técnica abarcarían el resto de su tarea. rrera de VDO se enrarecería de a poco, hasta llegar

62 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


VAL DEL OMAR

Val del Omar se refugió


durante el franquismo en
el papel de inventor de
muchas tecnologías del
sonido y la imagen. A la
derecha, “Diamagneto,
aparato de relieve
poliperifónico”. Archivo
María José Val del
Omar/ Gonzalo Sáenz de
Buruaga.

a un estado de exilio interior, del cual esporádica-


mente intentaba surgir mediante alguna nueva tec-
nología para la cual la tibia aprobación oficial o un
subsidio para su desarrollo se convertía a la vez en
un pequeño impulso para la subsistencia del crea-
dor y para su perpetuo relegamiento a la oscuridad.
Su hija denominó al proceso como una lenta muerte
de cuatro décadas. No obstante, Val del Omar siguió
pensando refundaciones para el cine. A la Diafo-
nía se le sumaría, una década más tarde, el sistema
Tactilvisión, el perfeccionamiento del sistema de
proyección que bautizó como Desbordamiento apa-
norámico de la imagen, el sistema Bi-standard de 35
mm (que ahorraba el 50% de cinta cinematográfica
para archivos y proyección, luego patentado en Ita-
lia como Techniscope), y el formato Intermediate, de
16 mm que aumentaba dramáticamente su cuadro,
haciéndolo fácilmente expansible a 35 mm Más tar-
de sus experimentos sobre sinestesia lo llevaron a
presentar el sistema Palpicolor (1963) y el proyecto
de Cromatacto (1967). Invenciones presentadas en
un discurso globalizador y de resonancias místicas,
que desbordaba lo técnico.
Había en VDO no el anuncio de mejoras téc-
nicas, sino un proyecto radical de reorientación
del cine, espectáculo al cual asistía entonces con
creciente desazón. Sostenía una verdadera utopía
cinematográfica, una suerte de cine total que avan-
zara sobre la sincronización de los sentidos que, a
juicio de Gubern, lo acerca a los actuales desarrollos comerciales. Tampoco, como recuerda Erice en Acaso por conocer de sobra el verdadero sentido
sobre realidad virtual. También es posible detectar una anécdota de valor ejemplar por su perfil casi de la palabra, rechazaba el apelativo experimental a
una considerable similitud de sus ideas con las pro- absurdo, encajaba en los esquemas del poder por menudo destinado a su cine, aunque presentase sus
puestas de Gene Youngblood en su Expanded cine- complicarle —inadvertidamente, mejora tecnoló- obras en secciones o festivales en las que el casillero
ma (1970). Rara ubicación geográfica y temporal la gica mediante— la vida a los censores. Esta soledad formaba parte de lo establecido. Para él los experi-
de Val del Omar; un vanguardista en tierra extraña, valdelomariana atraviesa toda su producción y lo mentos estaban en el laboratorio, mientras que la
dando forma a su proyecto en el interregno entre convierte en una suerte de héroe olvidado, el caba- experiencia ofrecida a los espectadores se ubicaba
las vanguardias históricas y el underground, en una llero andante de un cine por venir. en la posibilidad de una revelación, de una con-
Madrid indiferente y por momentos aplastante. En templación del estado final de un poema acústico
los últimos años de su vida experimentó con el vi- La técnica y la poesía. Lo realmente extraño es y visual, más del orden del descubrimiento que de la
deo y los hologramas, en un aprendizaje continuo el modo en que los films de Val del Omar son a la invención, del encuentro que de la búsqueda.
que se truncó sólo con su muerte. vez, sin manifestar el menor conflicto en ello, in- Para Valdelomar, la categoría adecuada para
Las décadas finales de VDO estuvieron signa- tensos poemas audiovisuales y demostración de su profesión no era la de cineasta, sino la de cine-
das por la oscilación entre la desazón y la utopía. innovaciones tecnológicas. Un caso extremo de mista; sus películas eran cinegrafías, su género
La soledad parecía un dato constitutivo de su pre- convivencia de dos discursos que el espíritu román- era el de elementales. Más allá de una presunta
sencia en convenciones científicas o en reuniones tico quiere que pretendamos apartados, cuando no manía denominatoria estaba su ubicación en una
de la industria. Fue a instancias de su hija que sus contrapuestos. En el caso de Aguaespejo Granadino, posición fundacional, como la de aquellos pione-
films fueron exhibidos en festivales internaciona- la Diafonía; en el de Fuego en Castilla, la Tactilvi- ros que veían, como una necesidad tan imperiosa
les, mereciendo varios premios y con considerable sión. Intentan alcanzar dimensiones inexploradas como la del diseño de un mecanismo, aquella de
repercusión crítica. Pero en su tierra siguió siendo no solo en la forma poética, sino también en las ser dotados de un nombre para dar cuenta de eso
un recluso, una presencia incómoda, que no encaja- modalidades sensoriales en las que percibimos el distinto, cuya idea, a la par de su presencia en tanto
ba en los moldes empresariales ni en los programas cine. En ese sentido, Val del Omar se postula como dispositivo, agregaba al mundo. Se trataba de dar
de innovación tecnológica del cine o la televisión aquellos artistas-inventores del Renacimiento. un lugar en el lenguaje al objeto nuevo, crear el

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 63


DOCUMENTA

Toda la obra de Val las tierras de España táctiles y sensoriales.


del Omar presenta en “Fuego en Castilla”, Sobre estas líneas cuatro
en palabras de Victor “Aguaespejo granadino” visiones de la parte
Erice, un “llanto de la y “Acariño galaico” dedicada a la tierra
máquina”, una poética fundiendo en dicho gallega.
experimental que recorre tríptico experiencias

espacio lingüístico apropiado a la experiencia sin valencianos de Ojalá Val del Omar. Su presencia los films (Aguaespejo granadino y Fuego en Casti-
precedentes. Y para Val del Omar, como para un polvorienta, como enormes signos de una lengua lla) llegaran a una versión acabada, luego de años
puñado de realizadores en la historia —vienen a la perdida, de los que nadie adivina el sentido, pun- de trabajo cada uno. En el caso de Do Barro, poco
memoria pocos más que Eisenstein, Vertov, Bres- túan los pasajes más melancólicos del documental. antes de su muerte llegó a una suerte de edición en
son o Rossellini— la misión del cine no había sido Como una instalación poética compatible con el es- video, de acuerdo a la cual en los últimos años se ha
consumada todavía. Esta creencia en los poderes tado de ánimo del último VDO, cuando apreciaba establecido una versión, que es la que actualmente
de la imagen cinematográfica lo llevó a fundar en la eficacia de otras máquinas industrializadas por permite recorrer el tríptico en su conjunto, trazar
1935 una Sociedad de Creyentes del Cine para la que las grandes corporaciones para reproducir funcio- la diagonal elemental de su lírica exploratoria de
incluso escribió el respectivo manifiesto. nes degradantes entre un público planetario: “La la tierra española.
Erice no duda: Val del Omar era ante todo un verdad es que muchos de nosotros vivimos entre
poeta, y la técnica era uno de los modos particu- máquinas de ensuciar cerebros, donde conquis- Aguaespejo Granadino. En un cortometraje de 20
lares por los que su poesía podría llegar a adve- tar, sugestionar, seducir, alucinar, son actividades minutos (estamos al tanto de que VDO también ha-
nir. Como esos artistas contemporáneos que se encomiables, admitidas como excelentes.” El poe- bría rechazado esta idea de corto, de minoridad, ya
proponen dominar el hardware y el software para ta de la técnica seguía no obstante trabajando. Y que posiblemente sea la única duración viable para
producir su obra mediante una manipulación ac- a lo largo de varias décadas produjo una obra ci- una experiencia de semejante concentración) Val
tiva que se orienta más a desplegar la técnica hasta nematográfica escasa, espaciada, pero de logros e del Omar ensaya sobre Granada y la Alhambra. La
su forzamiento que a obedecer su manual de ins- intensidad insólitos, que hoy es preciso apreciar revela, con sus rostros moros y gitanos. Aguaespejo
trucciones, Val del Omar inventaba para que una aunque no poseamos los medios tecnológicos que es un prodigio tecnológico. Con sus quinientos so-
nueva idea pudiera tener lugar entre los hechos él dispuso para su adecuada presentación. Ver en nidos procesados con tecnología diafónica –puesta
perceptibles por sus pares ( jamás entendió a sus video el cine de VDO, escucharlo en Dolby SR y no a punto en 1944– se adelanta más de un cuarto de si-
espectadores de otro modo que como sus próji- en su sistema diafónico, implica de seguro pérdidas glo al concepto de sound design. La imagen también
mos). Comprendió de manera cabal la raíz ma- y contraviene su deseo explícito. De todas maneras, aporta lo suyo al asombro permanente, muchos de
quínica de la poesía cinematográfica, y se decidió algo pasa a través de las obligadas mediaciones del los rostros humanos tienen, en Aguaespejo granadi-
a potenciarla operando desde la máquina misma. soporte, y la experiencia se sostiene en su cualidad no una dimensión líquida, al estar tomados a través
Máquinas ajenas al discurso industrial, diseñadas y deslumbrante. de una lente de agua (otro invento de VDO), y los
armadas en forma casi marginal, solitaria, como la paisajes granadinos estallan en pulsaciones lumíni-
de aquellos pioneros cuyos desarrollos avanzaban El tríptico elemental de España. Val del Omar, cas por la acción de filtros, mientras la luna ascien-
a despecho del descreimiento condescendiente del fiel a su intento de definición permanente de un de veloz por el cielo o las nubes se agitan en frag-
establishment. Lo asombroso es que Val del Omar cine que requería de una propia dimensión fun- mentos tomados con fotografía en time lapses. Pero
pudo sostener esta posición riesgosa, casi suicida dacional, rechazaba para sus películas la deno- los logros técnicos se encuentran al servicio de una
en lo profesional (“He descubierto que he sido ante minación que la práctica impone para ellas, de visión. Aquí es donde Val del Omar —que gustaba de
todo un gran amateur”, confiesa insistentemente la acuerdo a la duración de su proyección. Ajeno a la arabizar el grafismo de su apellido— se demuestra
narración del documental Ojalá Val del Omar) en clasificación genérica de documentales, preten- como un cineasta oriental. En esa conexión mile-
una época donde el lugar natural del inventor no es día la atención a su esencia, bautizándolos como naria entre Oriente y Occidente que es Andalucía,
otro que el de la gran corporación, la industria en la elementales. De ese modo, Aguaespejo Granadino, con su epicentro en Granada y su condensación ar-
que desarrolla en forma colegiada su trabajo. El la- Fuego en Castilla y Do Barro -Acariño Galaico eran, quitectónica en La Alhambra, VDO se ocupa —con
boratorio PLAT (Picto-Lumínica-Audio-Tactil) era en su poética, puntos en perpetuo movimiento en tanta pasión como han demostrado algunos de sus
residencia -de actividad febril como de ocio esca- transformación —en sus propias palabras, vórti- pares orientales, como los rusos Tarkovski y Par-
so— de un sólo sujeto. Y algo similar ocurría con los ces— de un Tríptico Elemental de España, trazando adjanov, o antes, Dovjenko— de filmar la materia.
prototipos en desarrollo. Luego de su desaparición, un recorrido en diagonal, de Norte a Sur. Preten- No por ímpetu científico, sino por un intento de fu-
los instrumentos quedaron arrumbados en un sub- día que el orden de su visión fuera inverso al de la sión guiado por una mística. Gilles Deleuze observó
suelo de la Escuela Oficial de Cine madrileña. Nadie cronología de su realización. Un cuarto vórtice, alguna vez cómo ese escrutamiento de lo inmóvil
sabe qué hacer con ellos, pero las máquinas hablan, Ojalá, convertiría al tríptico en un cuadríptico. El parecía diferenciarse del énfasis puesto en el apa-
como bien lo advirtieron los jóvenes realizadores esfuerzo programático determinó que sólo dos de rato desde el cine dominante, que desde sus más

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VAL DEL OMAR

tempranos se dedicó a la impresión y reproducción signos de lo mundano —en las vidrieras de comer- Pero en su convivencia con las esculturas del Museo
del movimiento. Val del Omar interroga lo inmóvil: cios o el confort de un tren ultramoderno–. Val del de Arte Religioso pudo exprimir algo del corazón
lo escruta, le impone el movimiento de la cámara, Omar hasta sorprende con algún detalle que provo- sangrante de la religiosidad hispana, del drama in-
le inyecta un movimiento artificial por la ilumina- ca una de aquellas junturas que tanto fascinaron al herente al catolicismo, que aquí se convierte en una
ción, lo promueve potenciándolo con el recurso del surrealismo, cuando filma un Cristo en procesión epopeya del éxtasis y del terror, de la elevación y
time lapse, lo analiza por el ralentí o lo agita con abrigado con una pieza de plástico para protegerlo de la sensualidad. Filmando estatuas. Interrogando
la cámara acelerada. Todo conduce a una apertura de la lluvia. Pero su intención no es iconoclasta, no lo permanente mediante el cambio perpetuo. De la
de la mirada que, en los momentos privilegiados de hace una crítica social o religiosa, sino que suspen- fluidez de Aguaespejo a los espasmos cinematográ-
Aguaespejo Granadino lleva al mismo éxtasis que de toda fijación de un sentido, para abrir camino ficos de Fuego en Castilla hay una inversión crucial.
el de sus personajes, especialmente el de una niña a una contemplación fascinada. Con la siguiriya Si en la primera, VDO espacializaba el agua en todos
cuya mirada compartimos (otra conexión notable castellana de Vicente Escudero (que con zapateos sus estados, hasta llegar a la imagen detenida que
con algunos de los más intensos momentos poé- y rasgar de uñas sobre la guitarra contribuye a la la convertía en una escultura suspendida, en Fuego
ticos de Tarkovski, también ligados a una mirada sequedad y la agitación acústica del trabajo) y las en Castilla temporaliza las estatuas y las anima, las
infantil, que no es otra que la que el cineasta ruso esculturas de Alonso Berruguete y Juan de Juni, hace crepitar por el fuego hasta que parecen gritar
reclamaba como ideal para asistir a sus ficciones). Val del Omar diseña lo que denomina —evitando ante un espectador casi alucinado. Hay algo terro-
Val del Omar, formidable fotógrafo, también trabaja toda clasificación— su cinegrafía libre. rífico en este film, que lo hace arraigar íntimamente
cuadros casi fijos, en los que uno puede encontrar En lugar de la naturaleza, agua en el primer en las fantasmagorías que precedieron al cine y que
un arte del encuadre difícilmente superable, con film y tierra en el último del tríptico, en Fuego en revelaban a sus espectadores aspectos del mundo
curiosas resonancias con el Eisenstein de Que viva Castilla la materia es ya cultura: mineral y madera ultraterreno. Los planos finales de la obra, en co-
México. en los sufrientes San Sebastián y Santa Ana. Mate- lor y describiendo un apacible paisaje campestre,
En sus tramos finales, los chorros ascenden- ria dotada de forma por la mano y la pasión huma- son la vuelta obligada a una naturaleza armónica,
tes de agua en La Alhambra animan una danza con na, expresando el éxtasis y el sufrimiento. Val del el punto de contacto entre esa nocturna experien-
dos aristas destacadas: o bien sincronizan su fluir Omar pasó casi tres años iluminando y registran- cia límite y la vida a la salida del cine. Pero “en la
con los sonidos de las fuentes que se confunden do estas esculturas para su cinegrafía, en el que es noche de un mundo palpable”, Val del Omar se ha
por momentos con la música flamenca, o —en los acaso el más solitario de sus proyectos. Luego de permitido enunciar su fusión mística que en lugar
tramos más sorprendentes— alteran el ritmo y ex- la vida acuática de Granada, el fuego nocturno de de renegar del cuerpo se apoya en su sensorialidad
ploran el silencio en instantes congelados, como Valladolid, Val del Omar incendiado por el cine. más inmediata: “El que ama, arde/ Y el que arde
esculpidos en el tiempo. La trayectoria dominante Una memorable foto del stand de España en vuela a la velocidad de la luz/ porque amar es/ ser
—acaso en todo el cine de VDO, pero más intenso Cannes en 1961 instala una conexión ejemplar: Un lo que se ama”
en la misma tematización del ascenso y caída de anuncio promueve a Viridiana, de Luis Buñuel, la
las aguas en este film— es indudablemente verti- película del escándalo que llegó a ser abolida (no Do Barro-Acariño Galaico. Rodado entre 1961
cal, así como su tiempo es el de los orígenes. Es en censurada, sino simplemente inexistente para la y 1967, Do Barro era la secuela lógica de las ante-
ese sentido que su cine no sólo es elemental, sino dictadura franquista) junto a otro cartel que pro- riores y a la vez, en el proyecto valdelomariano, un
también original. mueve Fuego en Castilla, de Val del Omar. A la se- viaje hacia el inicio del mundo, el destinado punto
gunda le tocó en su tierra el desinterés y el largo de partida para la trayectoria del Tríptico Elemen-
Fuego en Castilla. Descrita en su mismo inicio olvido. Juntas, formarían parte de uno de los más tal de España. Su evolución cuenta con otro viraje
como “Una cinegrafía libre de José Val del Omar”, formidables dobles programas que pudieran pen- decisivo. Al principio, según lo estipulado por su
y definida como una “Tactilvisión del páramo del sarse en el cine, a la vez de un compendio insupe- autor, iba a ser una película sobre el aire, rodada
Espanto”, Fuego en Castilla se abre con un exordio rable sobre el catolicismo en el imaginario español. en Galicia. Poco a poco, se fue transformando en
provisto por Federico García Lorca: “En España/ Val del Omar no era un “ateo, gracias a Dios” como un film sobre la tierra. La tierra y los rostros hu-
cada primavera viene la muerte/ y levanta las corti- el aragonés. Ni siquiera era católico practicante. manos —estos últimos, más aún que en Aguaespe-
nas”. El registro de los exteriores del film recoge los Era un andaluz de raigambre mora, místico a me- jo granadino— son el sujeto de Do barro. Rostros
oscuros rituales de la Semana Santa vallisoletana, dio camino entre San Juan de la Cruz y los sufíes, de carne y de barro. Las esculturas de Baltar, el
y las procesiones lastimeras, en contraste con los entusiasta seguidor del jesuita Teilhard de Chardin. artesano, puntúan la película en la que también

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 65


DOCUMENTA

José Val del Omar en un


momento del rodaje con
parte de su equipo de
“Acariño galaico”, en el
año 1961. Quizás la parte
más arcaica y primigenia
del Tríptico de España.

se deja armar cierta lógica situacional, con más en contacto con la tierra. A su vez, los rituales, desde por el cumplimiento de un anhelo, que VDO había
insistencia que en los films anteriores. El hombre la iglesia al ejército con sus cuerpos uniformados, elegido como título para la película que iba a cerrar
sobre la tierra, en contacto estrecho con esa masa se avecinan con otras figuras humanas, modeladas su colección de elementales. Estructurado a partir
de barro de la que extrae la forma con sus manos, o esculpidas, que hablan de otros códigos. En un de una meticulosa investigación y animado por un
es una presencia dramática más intensa que la de registro que toma —más que en sus antecesoras— amor por la figura del cineasta, que se compenetra
esa vida al borde de lo mineral que fluye en extensos modalidades de la toma documental, donde el agua en su discurso hasta permitirle ser el enunciador
tramos del film granadino. A la mirada de niño y sale caliente de la tierra, donde los seres del barro de su historia a través del recurso ficcionalizante de
casi desencarnada, angelical, de aquel Aguaespejo —ranas, anguilas— se convierten en hermanos me- un viejo grabador de cinta a través del cual se oyen
le corresponderá una erótica intensa y acaso más nores de los hombres que se afanan en los bosques, sus memorias, Ojalá Val del Omar asume un tono
primaria que aquella que se guía por la luna y las entre la niebla o bajo la luz del sol, confundidos en meditativo, casi de confesión, que arroja nueva luz
aguas dóciles de la Alhambra. Iba a ser un film del el barro o con la tierra reseca sobre la piel. sobre el enigma, a la vez que un núcleo de éste per-
aire, y termina siendo de tierra. Acariño Galaico es el vórtice más arcaico del manece en el misterio.
La participación senso rial del espectador Tríptico de España, así como Aguaespejo —vía el re- Lejos está el documental de pretender una
—atravesando las mediaciones propias del soporte finamiento de la cultura árabe— es el más civiliza- versión definitiva de la multiplicidad irreductible
video, el único en el cual Do Barro conoce la exis- do. Algunos enigmáticos pasajes del film, respetan- que ostenta Val del Omar para cualquiera que se
tencia— se hace más intensa al provocar, median- do la falta de decisión de su autor al respecto, han le acerque, sino que procura aportar la informa-
te lentes especiales y movimientos de cámara que quedado desprovistos de sonido. No está ausente ción necesaria, algunas ideas para su comprensión
refuerzan la anamorfosis, la impresión de que los en él, sin embargo, el homenaje, como lo demuestra tentativa, aunque dejando abierta esa puerta que
volúmenes tienden a salir de la pantalla. A la vez, la piedra funeraria de Rosalía de Castro (que aquí nunca dejó de asomarse a un misterio. El itinerario
las imágenes del film evocan ese relieve que llama, podría ser una referencia tan crucial como lo fue que elige Ojalá Val del Omar es el de una historia
desde el ojo, a la aprehensión táctil. Piedras, escul- Lorca en los films anteriores) aunque el final, de de vida, guiada por el mismo VDO. Uno de los ma-
turas, tallas, modelados y yesería, como siempre en violencia inusitada a partir exclusivamente de su yores aciertos del trabajo del Equipo Civic consiste
Val del Omar pero aquí más todavía: un ojo prensil, banda sonora, abra un espacio insólito en la obra en no establecer fronteras entre acontecimientos
respondiendo a la sinestesia que su autor intentaba valdelomariana: voces de una rebelión, tambores y vitales e invenciones técnicas. La obra de Val del
probar, contemporáneamente a su rodaje, en dis- disparos de una represión (llamativamente cerca- Omar resulta así una amalgama de invenciones tec-
tintos encuentros internacionales sobre tecnología nos a los de algunas experiencias sonoras del último nológicas, experimentaciones formales y búsque-
audiovisual. Hasta el zoom, ese invento que Val del Buñuel) parecen dar cuenta de la dimensión trunca da poética. Quiera que la empresa de rescate em-
Omar perfiló en 1928 y que en la década del regis- de un proyecto, de la tensión inherente a una obra prendida durante la última década llegue, en poco
tro de Acariño Galaico se había convertido en un cuyo lirismo cósmico no desecha un costado de la tiempo más, a lograr para Val del Omar y su obra
verdadero tic del lenguaje audiovisual, responde más humana amargura por la incomprensión y el el reconocimiento largamente postergado, para
en este film a la lógica impuesta por su creador. En desencuentro. Como si en este punto resonase de que finalmente pueda cumplirse aquella anhelada
lugar de funcionar como una lente de aumento, de nuevo la exclamación que abre Aguaespejo grana- revelación que, plano a plano, no cesa de prometer
acercamiento, de exacerbación del recorte de una dino: “Qué ciegas son las criaturas que se apoyan su poética. Ojalá. x
imagen en el cuadro para su escudriñamiento, el en la tierra”.
zoom es lanzado como un látigo hacia los objetos,
como si fuera a asirlos, a apropiárselos en detalle, Apéndice, en forma de documental: Ojalá, Val Eduardo A. Russo es director del Doctorado
a tocarlos. del Omar. Un elemento destacado dentro de la em- en Arte Contemporáneo Latinoamericano de la
Como en Fuego en Castilla, este film explora presa de rescate de la obra y figura de Val del Omar Universidad de La Plata (Argentina). Este texto,
también el peso de la imaginería religiosa. Aunque es, desde 1994 (cuando se estrenó en Venecia), un revisado por el autor, fue escrito en junio de
aquí no se extienda en el análisis exhaustivo de algu- largometraje documental dirigido por Cristina Es- 2000. La exposición Desbordamiento de Val del
nas figuras privilegiadas, sino que más bien revisa su teban y producido por el Equipo Civic. Su título, Omar puede verse en el Centro José Guerrero,
presencia en la imaginación popular, en los ritos ofi- Ojalá Val del Omar, retoma en su primera parte de Granada, hasta el 4 de julio y, desde el 14 de
ciales de una procesión y misas en Santiago. Las ca- la denominación del último proyecto inconcluso setiembre hasta el 28 de febrero de 2011, en el
tedrales, del Medioevo al Barroco, se contrastan con del granadino, con esa voz árabe que ha pasado a Museo Nacional Reina Sofía.
la roca y la vegetación que albergan a los humanos nuestra lengua como expresión de deseos, de voto

66 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


VAL DEL OMAR

Luz táctil. Música callada


Por Eugeni Bonet

S
oy un profesional de nada” –escribió José tura. Mientras que lo que a él le tentaba era lo visi- lo en dos– en una práctica que podría tildarse de
Val del Omar con fecha 9 de diciembre de ble, lo palpable y, a su vez, lo inasible. Su nombre, en poscinematográfica y a la que Val del Omar se re-
1980– “un pobre bicho humano soñante cambio, sí aparece asociado con los círculos de una firió mediante la retahíla de una Picto Lumínica
de Dios, que emplea para su tarea de co- emergente cultura cinematográfica, a través del Audio Táctil, y su sigla PLAT, que aun así se queda
municación el contagio de su propia pasión ciega Cineclub Español o el del GECI (Grupo de Escri- corta respecto al vuelo de su imaginación.
desordenada caótica.” Le sobraban las reglas de tores Cinematográficos Independientes), así como Regresemos ahora a la nada y al abatimiento
puntuación, como tantas otras. Y en otra ocasión, de los ámbitos del cine amateur y el cine educati- aparente de las frases citadas al principio. En las
en 1952 según una anotación añadida: “Me llaman vo. No perteneció a otros grupos o colectivos que notas de sus últimos años, Val del Omar se refiere
inventor y la verdad es que no invento nada.” La las Misiones Pedagógicas, inspiradas por Manuel a menudo a la idea del punto vacío, y alcanzar esta
melancolía desencantada que se colige de estas Bartolomé Cossío, o la Asociación Creyentes del oquedad se convierte en el reto de una plenitud
palabras es sin embargo engañosa. Uno cree oír la Cinema, que alentó él mismo y en la que involucró perseguida. La nada no es pues un principio nega-
voz de un hombre confuso y perplejo, ahogándose a otros misioneros de la cultura y evangelistas del tivo ni un saldo estéril, sino el envés del Todo. Es
en una noche oscura, pero en muchas fotografías cine. Trampear su compromiso republicano para el cero, que precede al uno y expresa la abstracción
se le ve sereno y feliz. congraciarse con el bando de los vencedores debió del lugar vacío. Es el silencio, la música callada y el
Y así yo le recuerdo de un breve y estimulan- ser desazonador, por mucho que se escudara en su fundamento de la escucha reducida en acusmáti-
te encuentro. Tenía carácter, eso se adivina, y era inocencia política. ca. Sobre ello y sus querencias metamísticas anotó
tremendamente obstinado. Había de serlo con la Tras la guerra, Val del Omar se desenvolvió lo siguiente: “El mundo del místico es el vacío / la
tarea quimérica que se había impuesto. Una “ta- como técnico antes que como el “extraordinario transparencia / el todo y nada / una sola idea / «sin
rea de comunicación” en sus propias palabras. Y de artista de la cámara” al que se había referido Luis pies ni suelo».”

O
conmoción, que para él era cosa pareja. Desbordan- Cernuda, y sus exploraciones se centraron en el
te de ideas e iluminaciones, le atrajo especialmente campo del sonido durante unos quince años. Dos curre que la potencia de las pocas obras
la nueva lengua de la imagen y el sonido. No sólo motivos para ello pudieron ser: la convicción de que Val del Omar dejó terminadas pro-
el cine (o la radio, en la que también se inmiscu- que la cinematografía habría de progresar por el ducen sed de más a quienes las descu-
yó) sino también todos los medios que siguieron y flanco sonoro y el hecho de que su esposa María bren. Pero, a fin de cuentas, eligió decir
que reclamaron su atención: el vídeo, Luisa Santos, que había sido locutora poco y los residuos de sus proyectos abandonados
el láser y los que llamó medios mix- de radio, estaba perdiendo la vista a o inconclusos no nos sacian, aunque sí nos propor-
tos. Al cabo –pero también de buen causa de una afección diabética. Así cionan una visión más completa de lo que hizo o
principio: eso es lo extraordinario–, Alentó la mismo, antes de regresar a la prácti- dejó de hacer. Incluso la mayoría de los aparatos o
el espectáculo que él perseguía no se Asociación ca cinematográfica, hacia 1951 con- prototipos que engendró han desaparecido. Y los
confinaría en una pantalla sino que cibió el “auto sacramental invisible” escasos descartes que se han encontrado de los fil-
pretendía apelar a todos los senti- Creyentes del El mensaje de Granada, una obra de mes que llegó a terminar, llevan a pensar que, frugal
dos. Incluido el sexto, que es como la
cuarta dimensión o la séptima cara
Cinema en la creación sonora con “acústica esféri-
ca (siete canales diafónicos) y órde-
como era en muchas cosas, aprovechaba al máximo
el material rodado.
del dado. que involucró nes de luminotecnia, olor y llamas”, ¿Cómo exponer entonces la obra asaz intan-
Fue un futurista. Sin saberlo, si-
guió el rumbo señalado en el Mani-
a otros que probablemente sólo llegó a reali-
zar de manera parcial. Las obras que
gible de Val del Omar? ¿Y de qué manera, cuan-
do sus películas se hallan en el tubo de la abun-
fiesto de la cinematografía futurista misioneros de nuevo le revelaron como un gran dancia o circulan por las redes de intercambio y
(1916) de una concepción del cine artista y poeta del cine, las concibió bajo mano? Concebí una exposición pletórica de
como sinfonía poliexpresiva. Fue un de la cultura en primer lugar como manifestacio- pantallas, proyecciones, dispositivos de escucha,
futurista hispánico y por cuenta pro- y evangelistas nes demostrativas de sus técnicas: el máquinas de visión, pulsaciones lumínicas, rebo-
pia, lo que no le auguraba otro por- sonido diafónico en Aguaespejo gra- samientos… Y que procurara una inmersión au-
venir que el que tuvo: sobrevivir de del cine nadino (1953-55), al que se sumarían diovisual, multisensorial incluso, llevando a cabo
milagro, como él decía; ser tenido por la visión táctil y el desbordamiento muchas de las intuiciones que él mismo no logró
un insensato y sólo merecer el máxi- de la pantalla en Fuego en Castilla poner en práctica.
mo respeto después de muerto. Aún (1958-60). Luego, los imponderables han podado algu-
no había cumplido veinte años cuando emprendió Al faltarle dicho asidero –el pretexto de una nos extremos del proyecto inicial y así han fre-
su primer negocio con la venta de automóviles de técnica nueva–, se atascó además en la imposibi- nado la tentación de sobredimensionar aquello
importación, aunque en seguida descubrió el cine y lidad de expresar aquello que pretendía, como le que él habría resuelto con los medios que tuviese
se volcó en el ojo mecánico. Compró una cámara de sucedió con Acariño galaico (De barro), que rodó a mano y con su destreza para sacarles el máximo
segunda mano y, financiándose con recursos pro- a continuación, sin llegar a perfilar su monta- partido. En cualquier caso, confío que la exposi-
pios de su abolengo, rodó su primera película en je hasta unos veinte años después. Entonces, ya ción Desbordamiento de Val del Omar contribuya
1925. Pero, una vez terminada, la consideró un for- con un presentimiento testamentario, pretendía a la rehabilitación de un artista un tanto secreto
midable fracaso y la destruyó pisoteándola, como culminar su obra en la unidad a la vez centrípeta todavía. Además de sacar a la luz algunos aspectos
en un zapateado iconoclasta y purificador. Según y centrífuga del Tríptico Elemental de España. Al inéditos o poco conocidos en cuanto a la actividad
relató en diversos escritos autobiográficos, segui- que se añadiría un vórtice o agujero negro como en sordina de quien escribió: “En alguna parte hay
damente se retiró a las Alpujarras durante varios compendio y desvelamiento de las investigacio- un paraíso”. x
meses y allí soñó otra película enteramente distin- nes y experiencias que le mantuvieron ocupado
ta, a propósito del sentido místico de la energía. tras los continuos fracasos de sus aportes técnicos
Como fue un futurista por cuenta propia, sin en materia de formatos y otras mejoras del instru- Eugeni Bonet es comisario de la exposición Des-
adhesiones manifiestas, no aparece adscrito a los mental audiovisual. Episodios que le llevaron a bordamiento de Val del Omar y autor del film Tira
movimientos de vanguardia de la época, ya fueran incorporar una diversidad de medios, formatos y tu reloj al agua (Variaciones sobre una cinegrafía
de influencia europea o de ascendencia autóctona, soportes –desde los más humildes a los más avan- intuida de José Val del Omar).
que en España tuvieron un mayor peso en la litera- zados entonces: del super-8 al láser, por resumir-

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 67


PORTFOLIO

Horacio Zabala
Serie de las hipótesis. Anteproyectos

“El término anteproyecto es de uso frecuente en la arquitectura propósito de las correspondencias, enlaces y analogías entre
y el diseño, pero no en el arte. Sin embargo, lo prefiero a monocromos y signos. Pero poco es lo que señalo, activo o
croquis o boceto pues éstos están demasiado próximos al resuelvo. Más bien reitero las premeditaciones y sospechas
gesto y la improvisación. En cambio, un anteproyecto es la que me inquietaban al principio. Una y otra vez. En mi
premeditación de un problema, la condensación de un ensayo, práctica artística siempre intento ensayar lo que tengo que
el resultado de una sospecha. Siempre hice anteproyectos de decir, hacer y mostrar, antes de saber lo que tengo que decir,
obras, algunos quedaron como tales y otros se concretaron. hacer y mostar”. x h.z.
La Serie de las hipótesis, es una investigación en curso sobre
las relaciones entre monocromos (pintura sin imagen ni
composición) y signos (gramaticales o matemáticos). Aunque Horacio Zabala (Buenos Aires, 1943) es un artista
tanto unos como otros son presencias visibles, mi interés no y arquitecto argentino. Residió en Europa entre los años 1976
sólo se orienta hacia lo que se ve, sino también hacia lo que se y 1998, en que regresó a Buenos Aires. Su primera exposición
piensa de lo que se ve”. individual la realizó en 1967. En 1998, publicó el libro “El arte o
“En términos generales, me interesan más las relaciones el mundo por segunda vez” (Universidad Nacional de Rosario,
entre las cosas que las cosas en sí mismas. Mis anteproyectos Argentina).
surgen de la tentación de señalar, activar o resolver algo a

68 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PORTFOLIO

Página anterior: En esta página:


“Anteproyecto para un “Anteproyecto para tres
monocromo y un signo de monocromos, dos paréntesis
puntuación”, 2009. y una coma”, 2009. Lápiz y
Lápiz y acrílico sobre acrílico sobre papel.
papel. 23, 5 x 33, 6 cm. 23, 5 x 33, 6 cm.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 69


PORTFOLIO

“Anteproyecto para dos


monocromos y un signo de
producto”, 2009. Lápiz y
acrílico sobre papel,
23,5 x 33, 6 cm.

70 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


HORACIO ZABALA

“Anteproyecto para
cuatro monocromos y una
ecuación”, 2009. Lápiz y
acrílico sobre papel.
23,5 x 33,6 cm.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 71


PORTFOLIO

“Anteproyecto para tres


monocromos y dos signos
de división”, 2009. Lápiz
y acrílico sobre papel,
23,5 x 33,6 cm.

72 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


HORACIO ZABALA

“Anteproyecto para dos


monocromos y un signo
de equivalencia”, 2009.
Lápiz y acrílico sobre
papel, 23,5 x 33,6 cm.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 73


PORTFOLIO

Efrén Álvarez
Las memorias del mono

“Llevo algún tiempo dedicado a desarrollar métodos visuales”,


escribe Efrén Álvarez (Barcelona, 1980), “orientados a la
representación de fenómenos sociopolíticos complejos.
Hago esto con la convicción de que podemos comprender
significativamente mejor nuestra situación política y de que
ese conocimiento puede ser tan consensuable y tan poco
exclusivo como puedan serlo el conocimiento geográfico o las
técnicas de escritura.Puedo mostraros algunos testimonios de
mis preocupaciones en torno al drama de la organización.
1. La red afectiva espontánea que se construye de las
memorias agradables o agresivas es la matriz básica sobre la
que se tejen el resto de estructuras sociales.
2. La empresa, con sus tan familiares brazos se abre desde
el eumónico mundo que los proveedores y los clientes han
construido para sí mismos hasta las masas de trabajadores.
Edifica con esto una muralla energética infalible que les
separará de la masa de obreros.
3. El estado poliárquico, que se eleva sobre las masas
partiendo de la política municipal y convirtiéndose en un
belicoso juego de selección de cuadros”. x e.a.

“Las memorias del mono”


representan una geografía
irónica e irreverente de las
llamadas “redes afectivas
espontáneas” sobre las
que se teje el entramado de
la estructura social.

74 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


EFRÉN ÁLVAREZ

La representación del
Estado Poliárquico con
algunos personajes de
sobra conocidos. En la
parte superior, el “árbol de
los negocios” regido por el
principio “cada uno en su
sitio, voluntariamente”.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 75


DEBATE Principio para muchos y fin para otros del arte experimental español, Pamplona
72 fue una excepción cultural en el paisaje del tardofranquismo. Algunos testigos de excepción
debaten sobre el legado de una eclosión hasta la fecha silenciada o condenada a la anécdota.

Pamplona 72
La invasión de los tomates asesinos
Por Francesc Torres

N
o sé si la película que da título a este tex- ni principio utópico. El final de la utopía española, en el terreno que le correspondía: el de los lengua-
to, The Invasión of the Killer Tomatoes desgraciadamente, se había producido el 18 de julio jes estéticos. Cuando Lenin, algo requemado por
en inglés, se llegó a ver en España en de 1936 y estaba por verse lo que el futuro nos iba los artistas de la vanguardia rusa que no entendía,
algún momento. Si la respuesta es no, a traer; ahora el futuro ya ha tenido lugar y cons- le preguntaba a Lunacharsky, su primer comisa-
es una lástima, porque conociéndola me ayudaría tatamos que de utopía no tiene, por no tener, ni la rio político para la cultura: “¿pero estos son de los
a explicar por analogía lo que representaron, en supuesta capacidad auto-reguladora del mercado nuestros?”, Lunacharsky, para protegerlos res-
mi opinión, los Encuentros de Pamplona de 1972. capitalista, en cuyo regazo el arte representa ale- pondía: “claro, son revolucionarios”, y no mentía.
Descendieron sobre la ciudad como algo potencial- gremente su papel de putón verbenero. En este mismo sentido partía optimísticamente
mente peligroso proveniente de la oscuridad del es- De lo que se trataba en Pamplona, creo yo, era de la base de que el arte conceptual que yo y otros
pacio exterior dejando unas burbujas blandas en el de hacer llegar a España la vanguardia de la déca- hacíamos en aquel momento era la antítesis de la
lugar del impacto que duraron poco. Se fueron de la da anterior –acompañada de exotismos algo fuera cultura franquista y que la proletarización desde
misma manera que llegaron y una semana después de lugar, como el grupo de danza Katakali de Ke- arriba a base de cuadros con grises repartiendo es-
corrían los morlacos por la calle de la Estafeta, para rala, por ejemplo– y dar visibilidad también a un topa entre heroicos manifestantes me parecía una
que los participantes foráneos en los arte joven y/o experimental español actitud retórica y mojigata. Para retórica mojigata
Encuentros, que no tomaron la pri- aparentemente exento de cualquier ya estaban Sáenz de Tejada y Ábalos. Bajo esta pers-
mera nave espacial de vuelta a casa,
pudieran experimentar una muestra
La iniciativa contenido político o ideológico, con la
notable excepción del Equipo Crónica
pectiva fue realmente inaudita la velocidad con que
se pasó del planteo que acabo de señalar a un arte
de la España Eterna que también es de Alexanco y –en retrospectiva, quizá el proyecto conceptual ferozmente ideológico cuyo represen-
cultura, faltaría más. En una primera en artes visuales más memorable de tante más señalado fue el Grup de Treball catalán
lectura, los Encuentros de Pamplona Luis de Pablo los Encuentros, con su invasión de la que se constituyó también en 1972, poco tiempo
fueron algo tan descontextualizado tenía la vir- ciudad por unos cientos de maderos después de los Encuentros y en el que yo también
en la recta final del tardofranquismo de la Brigada Político-Social de cartón formé parte, lo que son las cosas.
como para calificarlo de delirio en es- tud de abrir piedra a tamaño natural, sentados por Fui invitado a Pamplona como miembro in-
tado químicamente puro. Lo pasaba
de rosca hasta niveles surrealistas el
la mazmorra todas partes (aquí mi recuerdo emo-
cionado a Manolo Martín, maestro
tegrante de un grupo que no tenía ni nombre. Se
nos conocía en Barcelona, poco, como los del estu-
hecho de estar financiados por la fa- en la que se fallero muerto hace unos pocos años di de Gràcia (el estudio de Gràcia, por el barrio, y
milia Huarte o su empresa construc-
tora, no recuerdo, un baluarte econó-
encontraba el que fue quien fabricó la versión pop
del carnicero franquista)–. Y digo arte
porque mis compañeros compartían el estudio en
cuestión, un servidor acababa de terminar la mili
mico e industrial, en cualquier caso, arte en aparentemente exento de ideología en Barbastro). El grupo estaba compuesto por Xa-
cuya preeminencia no era ajena a sus porque algunos, entre los que me vier Franquesa y Salvador Saura, pintores, Jordi
buenas relaciones con el Régimen. España contaba, pensábamos entonces que la Pablo, escultor, Carles Camps y Santi Pau, poetas
La iniciativa de Alexanco y Luis puntilla de la represión franquista en visuales y el segundo peligroso pirómano incine-
de Pablo saltando con pértiga por en- las artes visuales era, además de estar rador de obra ajena y, finalmente yo, el raro, con
cima de las contradicciones que la idea comporta- uno jodido, verse obligado a tener que ser política- dos años de experiencia en París a mis espaldas.
ba, tenía la virtud de abrir simbólicamente la maz- mente explícito para dejar claro que se estaba de Visitábamos periódicamente a Joan Brossa y a An-
morra en que se encontraban el arte y la cultura verdad en contra del Régimen, y la única manera toni Tàpies. Cuando íbamos a ver a Tàpies yo tenía
en España con la benevolente colaboración de los inequívoca de hacerlo era mediante estrategias instrucciones precisas de no contarle ni enseñarle
carceleros, en un ensayo a pequeña escala de lo que figurativas reaccionarias, retrógradas y sobretodo lo que hacía para no hacer quedar mal al resto.
sería la Transición política pocos años después. Las mortalmente aburridas, con la excepción ya citada No recuerdo ahora qué circunstancias previas
cosas no empiezan cuando la narrativa histórica del Equipo Crónica y también del Equipo Realidad, se dieron para que Alexanco nos invitara a Pamplo-
oficial quiere, sino cuando realmente pasan. De éstos últimos no presentes en Pamplona y víctimas na, pero lo cierto es que aceptamos sin demasiados
manera parecida a que la Transición no empieza de un olvido escandaloso mantenido durante déca- problemas. La oportunidad de entrar en contacto
con la muerte de Franco sino con el asesinato de das hasta hoy mismo. directo con otros artistas, sobre todo americanos,
Carrero Blanco tres años antes, en el terreno del Para mí el paradigma a seguir en aquel mo- pero también españoles que apenas conocíamos
arte los Encuentros de Pamplona de 1972 mar- mento era el arte ruso del período revolucionario era muy atractiva. Hay que recordar que la incomu-
can un revulsivo que no es, sin embargo, ni final (1917-1924), cuyo primer requisito era que lo fuese nicación entre Barcelona y el resto de España en-

76 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


La imagen delata unos
primeros años 70
hambrientos de acción
colectiva. Este era el
ambiente que se
respiraba en La
Ciudadela.

tonces era realmente clamorosa, mucho peor que de que durase solo unas horas para quedar oliendo die pensaba en su carrera con excepción de algún
ahora, al fin y al cabo Madrid no era para nosotros a rosas. adelantado. Para la mayoría no había carrera.
otra cosa que la capital de la España franquista y Una vez arrancó el evento, se transformó Visto en retrospectiva, no creo que sea dema-
la cuna del requiebro y del chotis, con perdón. Los instantáneamente en un glorioso monumento a siado defendible la tesis de los Encuentros como
más guapos y vanguardistas éramos los catalanes, o la segunda ley de la termodinámica, a la pura en- final o comienzo de época. Los Encuentros no se
al menos nos lo creíamos. Y aquí entramos en uno tropía, un concepto que se entiende mejor como hicieron con esa intención programática y care-
de los episodios más curiosos de toda esta historia, simple caos a cien por hora. Sin embargo sucedían cen de proceso histórico, tanto previo como pos-
porque volteaba como un guante lo que se había muchas cosas, algunas de ellas extraordinarias, terior, para ser un momento de inflexión tangible,
dado siempre por supuesto en cuanto al monopolio como por ejemplo el concierto de Steve Reich en la prueba está en que durante décadas quedaron
catalán, real o imaginado, de la creación artística el polideportivo de Pamplona, lleno a rebosar y no totalmente olvidados. Por carencias, no tenían ni
experimental y de todo tipo de iniciativas punte- únicamente por enterados. Fue una experiencia contexto real; se hicieron en Pamplona como se
ras en aquella época. Los Encuentros de Pamplona absolutamente inolvidable. Mientras, la estructu- hubieran podido hace en Los Monegros, en el de-
salieron de Madrid, sorry, y eso fue algo que pilló ra neumática que actuaba como centro de exposi- sierto de Tabernas, en el de Gobi o en la cara oculta
a unos cuantos con el paso cambiado camino de ciones dentro del patio de armas del de la Luna. En todo caso sí dejaron
Boccacio. Baluarte se deshinchaba (se decía que claro que las artes y los artistas en

L
a reacción consistió en una dura descalifi-
por un acto de boicot sin aventurar
autorías) y quedaba hecha un colador
Sucedían España habían llegado a un punto
en el que ya no podían soportar el
cación desde Cataluña con un demoledor por los tubo metálicos que aguanta- muchas co- sofocante ambiente de miseria inte-
análisis político e ideológico por parte de ban los cables de sujeción de obra en lectual del franquismo, y ese aumen-
un grupo muy visible de intelectuales de su interior. Se especulaba también sas, algunas to de presión sobre el contexto hacía
la izquierda bruñida local. La argumentación en con temor sobre qué se le ocurriría de ellas ex- que el status quo empezara a reven-
términos de materialismo dialéctico era impeca- hacer a ETA (que yo sepa creo que no tar por las costuras. En este sentido
ble, nada de extrañar con Pere Portabella de por hubo ni comunicado por parte de los traordinarias, los Encuentros fueron una señal de
medio. A tenor del ataque del bolchevismo caviar
barcelonés, los Encuentros no eran otra cosa que
etarras, pero podría equivocarme).
Daba igual, lo que no funcionaba no
como el alerta para navegantes. Aunque aún
vivíamos en una situación de penuria
un intento de lavarle la cara al régimen con la ayuda impedía que otras cosas lo hicieran y concierto de de la que solo era posible librarse co-
de la oligarquía industrial y económica de la Caste-
llana. Por lo tanto se deducía que participar en el
había tanto de todo que nadie se iba
de vacío. Mi proyecto funcionó, y no
Steve Reich giendo los bártulos y dejando el país,
como algunos acabamos haciendo, el
evento era una forma de colaboracionismo con la muy bien, durante muy poco tiempo, en el polide- nuevo guión ya estaba escrito en la
dictadura o, en el mejor de los casos, una bobada el justo para hacer unas fotos que se pared.
propia de tontos carentes de formación política. acabaron perdiendo. De todas mane- portivo Los Encuentros se entienden
Todo ello hacía pensar en una especie de se- ras, que una obra funcionara o no era mejor, pienso yo, leídos en tándem
gunda versión de la jugada de Luis González Robles una cuestión muy relativa en aquellos con el proyecto Vanguardia y rea-
al conseguir que los Informalistas en pleno repre- tiempos. Si funcionaba, mejor, claro, pero en rea- lidad social en España, 1936-1976 de la Bienal de
sentasen a la España nacionalcatólica en las Biena- lidad lo que se hacía era experimentar en público Venecia de aquel año. Este proyecto, a años luz
les de Venecia, Sâo Paulo, La Habana, etc., durante más que otra cosa, algo que ahora es equivalente a de la época utilitarista de González Robles, sí se
las décadas de los cincuenta y sesenta. un suicidio profesional. puede considerar como el cierre de una época y el
En realidad sigo pensando que el sustrato del En Pamplona la sensación de precariedad en comienzo de algo radicalmente nuevo en el caldo
ataque era la estupefacción de verse pillados cazan- todo se podía cortar con un cuchillo, pero no im- de cultivo del arte español, todo ello enfocado por
do moscas desde unas latitudes que no cuadraban. portaba mucho, lo único que importaba era estar una lente ideológica de izquierdas sin complejos
En cualquier caso, de haberse hecho los Encuen- allí viendo como la gente se jugaba el tipo y dejarse y ayudado por la muerte del dictador, condiciones
tros o algo parecido en Cataluña, es probable que el impregnar por la furia derrochada en generar y pro- que los Encuentros no tuvieron. Éstos sin embargo
discurso ideológico que hubiese podido aflorar no bar ideas (un recuerdo aquí para los corredores de manifestaron claramente que nada es importante
hubiera sido tampoco demasiado explosivo dado Robert Llimós haciendo marcha atlética por todo si no se parte de la necesidad perentoria de forzar
el problema universal de la censura, a menos que Pamplona con shorts y camiseta blanca, pintados a los límites de lo posible, de inventar otro mundo,
se hubiese inaugurado con la intención implícita mano, con barras azules verticales. Glorioso). Na- en lugar de simplemente medrar en este. x

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 77


DEBATE

El carnaval de la comunicación
Por José Díaz Cuyás

E
ntre los olvidos relacionados con los En- cos, Oteiza como portavoz de la Escuela de Deba y, mental”, así rezaba el titular de La Voz de España,
cuentros el más llamativo y, sin duda, el desde Cataluña, el círculo de Antoni Tàpies y Pere unos meses antes anunciando lo que se avecinaba.
más sintomático desde un punto de vista Portabella. Lo significativo es que si fue el arte quien provocó el
político es el que afecta a sus patrocina- Si aquello ocurrió por razones privadas, como experimento, no puede decirse de los asuntos civi-
dores. De hecho los Encuentros fueron la culmina- así fue, y el arte que se iba a mostrar tenía en ge- les que le anduvieran a la zaga. José Luis Alexanco
ción de un periodo de intensa actividad cultural. neral una intención política indisciplinada, como lo ha sabido ver con claridad cuando hablando de
Una etapa que el propio Juan Huarte considera correspondía a la vanguardia militante, ambas vo- todo aquello retrospectivamente sostiene que “la
inaugurada cuando entra en contacto con Oteiza luntades terminaron por concurrir con la volun- situación política en la España del momento era
y comienza a formarse, según sus propias palabras, tad colectiva de expresar y activar el lugar público, un laboratorio”. Aquel “intento experimental de
un grupo basado en la amistad y los intereses co- como correspondía a la época, y como nunca antes acercar el arte al pueblo”, como decía otro titular
munes en torno a ellos. ni después volvió a sentirse con convicción el deseo de prensa, se desarrolló en un espacio político que
El círculo de los Huarte aglutinó en un proyec- común de hacerlo. Aquélla era una se encontraba, ya de por sí, en una
to común y abierto a las iniciativas más aventura- situación muy singular. La disfun- fase aguda de experimentación so-
das a figuras señeras, en las décadas de los cincuen- cionalidad entre la realidad política cial. Si a Luis de Pablo le parece que
ta y sesenta, de nuestra arquitectura, diseño, artes y la social había llegado a un grado La disfuncio- Pamplona fue un “carnaval político”,
plásticas, música, cine o literatura. Entre aquel de tensión casi insostenible. De aquí nalidad entre bien podría considerarse retrospec-
próposito experimental oteiziano y esa fiesta del que los alegatos a favor de una acción tivamente como una metáfora de la
arte experimental que fueron los Encuentros, los pública y participativa de las tenden- la realidad situación general por la que atrave-
Huarte habían venido desarrollando un proyecto
intenso y sistemático de introducción y difusión
cias arte-vida, con su desobediencia
formal y con su contenido implícito
política y la saba del país.
Aquel estado general de expe-
del arte moderno. Sólo por su modo de estar en el de liberación corporal e ideológica, se social había rimentación tenía una palabra cla-
arte y su trayectoria anterior puede entenderse recibieran en Pamplona amplificados ve: comunicación. En sus charlas
que aquello, a diferencia de cualquier otro festival hasta el extremo. Cualquier propues-
llegado a de presentación los organizadores
internacional, naciera bajo la forma de un don. Por ta artística individual, podía verse allí un grado de planteaban como primera finalidad
sorprendente que resulte, los Encuentros fueron el sobrepasada, y en los Encuentros hay de los Encuentros la “información
regalo de unos particulares al pueblo de Pamplona. múltiples ejemplos de ello, por el tensión casi mutua” entre artistas, entre éstos y
El pueblo, un concepto con resonancias simbólicas
tan poderosas como las del propio don.
lado de la vida. En el ambiente circu-
laban anuncios constantes de cierre,
insostenible el público, así como la comunicación
entre las artes. Según se decía en una
En los equívocos que se producen en torno comunicados políticos, escritos de reseña de prensa: “Los músicos pin-
a estos dos términos, a la cuestión de por qué y a protesta, coloquios no programados, tarán, los pintores se atreverán con
quién se dirigía aquel obsequio, descubrimos lo que una presencia policial permanente, bombas que los espacios sonoros y los poetas se encargarán de
aquella iniciativa tuvo de admirable y también el explotaban y otras que amenazaban con hacerlo… matizar precisamente donde será necesario: en la
motivo por el que destapó las furias de la polémica. Entre la inquietud y la incertidumbre, en las ca- incomunicación”. Ésa fue la queja general y la más
De manera que si sus patrocinadores organizaron lles y en los distintos actos reinaba una contagiosa grave que se les hizo desde distintas instancias: “No
aquello para ofrecer desinteresadamente cultura alegría vandálica que, por algún motivo, no llegó a hubo comunicación”. Con ello se aludía, como es
de vanguardia al pueblo, la defensa de los intereses derivar en violencia. Aquello se acabó asemejando, obvio, al fracaso de una comunicación libre y re-
del pueblo fue también el principal argumento de por la manera en que lo público llegó a desbordar cíproca, y de manera indirecta, a la imposibilidad
sus detractores que, dando por descontado los re- aquel programa de obras públicas, a una bulliciosa de un verdadero diálogo cultural en un país some-
celos del régimen, fueron numerosos: entre otros mascarada de carnaval. tido a la restricción de libertades. Es comprensi-
la extrema derecha, ETA, el entorno intelectual “Pamplona se convertirá, durante dicha se- ble el intenso contenido político que tenía aquel
del PCE, un sector de la Asamblea de Artistas Vas- mana, en una verdadera ciudad artístico-experi- afán por comunicarse. Pero lo que no resulta tan
obvio a nuestros oídos es la poderosa carga sim-
bólica de aquella invocación: comunicar. Para la
época era como un talismán entre cuyas virtudes,
Dos carteles a las ya mencionadas, cabría añadir las novedades
correspondientes a la
frenética actividad
científico-técnicas: los medios de comunicación de
desarrollada aquellos masas y su teoría de la comunicación, incluidas la
días: en uno se presenta semiótica y la cibernética; así como las novedades
un concierto del grupo
artísticas: en sentido amplio las connivencias del
Zaj, en otro, una acción
cibernética de Lugan. arte con unos media globalizados y, de manera más
En la otra página, Antoni restringida, las de un arte de medios comunicantes
Muntadas en los o entre medios, así como las de un arte limitado a
preparativos de su
su función comunicativa o informativa.
“Polución audiovisual”.
Por eso, de aquella situación experimental,
podría decirse, al contrario de lo que sugerían sus
críticos, que comunicación la hubo y en exceso.
Todo acabó descompartimentado e intercomu-
nicado, hibridado y confundido. No sólo las obras
entre sí y éstas con los sucesos, también los pa-
trocinadores con los organizadores, éstos con los
artistas, los artistas con el público, y los artistas y
el público invitado con los opositores y detracto-
res. Aquel auténtico carnaval de la comunicación,
polarizado por la tensión política, es un ejemplo
privilegiado de la facilidad con que las formaliza-
ciones transitorias de la pasión vanguardista por
desenmascarar lo “real”, esas formas literales de

78 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PAMPLONA 72

la verdad cruda y en presente, pueden verse arro- En cualquier caso aquella intervención, contraria muestra del CAYC instalada en la Cúpula.
lladas y travestidas por los sentidos perentorios a los Encuentros pero tan cercana en su formali- Con independencia del valor que aquello tuvo
e imprevistos de esa misma vida a la que aspiran. zación inconsciente al arte que allí se mostraba, como acontecimiento artístico y del interés de la
Ése fue el caso, por ejemplo, de los Parangolés de tampoco tuvo, en un primer momento, un signi- mayor parte de las obras presentadas, este carnaval
Hélio Oiticica, la pieza con el significado carnava- ficado político concreto. La prensa local dudaba de las artes habría resultado sugerente en sus para-
lesco más explícito de cuantas acudieron a Pam- en atribuirla a grupos de carlistas-leninistas, una dojas, e incluso cómico en algunos de sus equívocos,
plona, cuyas telas fueron descarnavalizadas para tendencia monárquico-marxista y revolucionaria si no hubiera también dejado mostrar lo que hay de
travestirse en banderas festivas y reivindicativas; que parecía remedar, en el terreno de terrible en la negatividad purificadora
o el de los secretas del Equipo Crónica, salvados lo político, el carácter experimental y destructiva de esa pasión desmedida
in extremis de la turbamulta por la misma policía del arte que había ocupado la ciudad. por un nuevo comienzo común a las
franquista a la que parodiaban. La desarticulación Aunque no hay que llamarse a enga- “Este es artes y a la política del siglo pasado.
y la discontinuidad de la escena artística españo- ño, si el arte se había visto superado John Cage Una negatividad identitaria, en
la, junto a lo extravagante de su situación política, por la realidad cruda de la violencia este caso, que acabó mostrándose en
hicieron de Pamplona un lugar privilegiado para política, otro tanto podría decirse paseando toda su brutalidad, desde el lado de la
asistir a ese proceso generalizado de carnavaliza-
ción final de la vanguardia.
de los defensores enmascarados del
pueblo vasco. Los Encuentros fueron
libremente política, con el secuestro a los pocos
meses de un miembro de la familia
por las calles

S
la ocasión para la primera edición en Huarte a manos de ETA. Una acción
on numerosos los ejemplos de esta ambi- agosto de ese mismo año de Hautsi, que vino a cercenar violentamente el
valencia de los signos, en tránsito y en sus- el boletín cultural de la organiza-
de Pamplo- proyecto inicial de los Encuentros, su
penso, como aquellas letras aeronáuticas ción terrorista. Mientras en su pá- na”, decía un continuidad como Bienal, así como
suspendidas de globos en las acciones de gina diez explicaban los motivos de del resto de sus actividades públicas
poesía pública. Pero nos bastará con un caso inau- sus acciones contra el festival, en la informativo del grupo Huarte. Con lo que puede
dito de comunicación travestida entre los lenguajes
y las acciones del arte y la política. La propuesta de
página contigua reproducían una se-
rie de principios para ser un artista
de la época darse por clausurado, con indepen-
dencia de otras lecturas posibles –los
Luis Muro para los Encuentros consistía en la colo- revolucionario encabezados como Encuentros, por su carácter paradóji-
cación de unos paquetes adheridos con unas cintas Estética y Revolución. Aquello imi- co, se prestan a interpretaciones di-
a los umbrales de las casas que, por su aspecto, pa- taba irónicamente los típicos decálogos del buen versas y en apariencia contradictorias- un periodo
recían bombas. Cada pieza iba acompañada de una empleado característicos de las empresas america- de la historia cultural española.
nota en la que se indicaba al viandante curioso que nas. En una primera lectura esos quince preceptos Una etapa en la que unas pocas iniciativas, a
se trataba de una obra arte. Pero la bomba, en este “para estar involucrado en una labor útil” –como contrapelo del oficialismo, intentaron crear un
caso auténtica, colocada por ETA en el monumen- artista revolucionario-, con el formalismo de “debe tejido civil receptivo a lo moderno, lo que las obli-
to al General Sanjurjo obligó a la retirada de los ob- usted”, dos puntos, podrían parecer fruto del de- gaba a enfrentarse al contrasentido de hacerlo en
jetos sin identificar del artista. Aunque observando lirio lírico experimental de algún miembro de la un régimen político que era estructural y belige-
el resultado final, y a sabiendas de que el afán de banda terrorista. Lo cierto es que aquí se invierte rantemente antimoderno. Lo que vino después ya
destrucción ha sido común a la política y al arte en el movimiento anterior y va ser una pieza de fic- sería otra historia. Ésta termina en torno a 1972 y
su arrebatado deseo de un nuevo comienzo, la de- ción artística la que se trasvista en un auténtico y viene a resumirse, con todas sus contracciones, en
capitación de aquella obra modernista de Fructuo- burdo mandamiento político. El texto en cuestión una frase definitiva a propósito de los Encuentros
so Orduna, aquel acto de vandalismo político, bien resulta ser una traducción literal, sin asomo de dis- emitida por entonces desde la televisión pública:
pudo ser interpretado por muchos de los asisten- tancia irónica, de la pieza homónima con la que el “Este es John Cage paseando libremente por las
tes como una acción afín de iconoclasia artística. Guerrilla Art Action Group había colaborado en la calles de Pamplona”. x

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 79


DEBATE

El resto es silencio
Por Jorge Fernández Guerra

L
os Encuentros de Pamplona de 1972 han gione, que formaban parte de la denominada ALEA el contexto político, la propia irrealidad del evento,
podido ser leídos como una contínua Electrónica Viva, y estaban encargados, además, de la aceleración del contexto social de los setenta (la
fuente de paradojas: la del difícil e inade- dar forma a la parte sonora de Soledad interrum- crisis económica del 73; la ampliación del escena-
cuado momento político, la de su situa- pida. Algunas de las actividades de los citados se rio artístico a países y áreas nunca percibidas en el
ción de bisagra entre dos movimientos tectónicos cuentan entre lo más memorable que allí sucedió, discurso artístico; el agotamiento de la sensación
de la vanguardia artística, la de un conflicto genera- es el caso del concierto de John Cage o el de Steve de confort económico derivada del modelo produc-
cional travestido de traspaso de poderes, pero, a mi Reich, y mostró con fuerza que la vanguardia más tivo de la posguerra, de las posguerras; la invasión
juicio, la paradoja más señalada es la de la posición radical y convincente llegaba ya de soviética de Checoslovaquia; la radi-
de la música misma. Los Encuentros de Pamplona Estados Unidos. Podríamos añadir calización de las protestas sociales
nacieron coordinados y diseñados desde una or- como colofón que también recibió posteriores al 68 y la consiguiente vi-
ganización estrictamente musical: ALEA, fundada acomodo la entontes llamada música
No hay rulencia de la represión de los setenta,
por Luis de Pablo en 1965 y financiada por Juan étnica (con presentaciones de música recuerdo Chile, Argentina; el shock emocional
Huarte, el industrial pamplonés que siete años más de Irán, India y Vietnam), el flamen- de la guerra de Vietnam; el nacimien-
tarde tendría la debilidad de poner a su ciudad natal co (con Diego el del Gastor) e incluso de un evento to del terrorismo en Europa...)
en la geografía europea de las ciudades en las que
pasaban cosas. Aunque los intereses artísticos de
a punto estuvo de entrar el rock si
el elevadísimo caché exigido por un
así en que la Pero, ¿por qué todo esto afectó de
manera diferente a la peripecia musi-
Huarte fueran muy variados desde que inició su grupo entonces de moda no lo hubie- música fuera cal que a la plástica o a otros ámbitos
función de mecenas apoyando a Oteiza, la música
contó con un apoyo insospechado, mucho más si
ra impedido.
Todo este apresurado resumen
motor y su de la expresión? Desde el propio cam-
po de la música se pueden apuntar
cabe tratándose de música de vanguardia, algo que viene a cuento de lo que he denomi- recuerdo razones que luego comentaré. Pero
podía lindar con aficiones extraterrestres en esos nado al principio la principal parado- antes conviene no olvidar la responsa-
años. Puesto que la propia presión de la vanguardia ja de los Encuentros de Pamplona: la se haya bilidad de un entorno cultural que, de
artística en ese cambio de década (de los sesenta música. En efecto, no hay memoria de volatilizado manera elegante, diríamos que no se
a los setenta) empujaba hacia una superación de un acontecimiento artístico así en el siente cómodo pensando el arte si la
códigos y disciplinas, De Pablo encontró en la pre- que la música fuera motor y presencia música se mezcla. Esta incomodidad
sencia del artista plástico José Luis Alexanco el principal y que luego su recuerdo se es muy evidente en cualquier análisis
aliado indispensable que conduciría a ALEA hacia haya volatilizado. La Documenta 5, que tuvo lugar de los realizados a posteriori sobre los Encuentros
una manifestación múltiple (¡artistas de todo gé- ese mismo año, no acogió manifestaciones musi- de Pamplona.
nero y tendencia, uníos!). cales, como ha ocurrido en las anteriores y en las Se ha señalado que Pamplona 72 fue el ori-
Los propios instigadores de los Encuentros han posteriores más allá de algún concierto decora- gen del arte conceptual español; la música, por lo
contado que los rasgos y motivaciones de lo que tivo o las instalaciones en las que lo sonoro es ya visto, se limitaba a pasar por allí. Para las fuerzas
luego serían estos Encuentros surgieron mientras concebido como otro aspecto del espacio plástico. políticas de la época (franquistas o de oposición,
preparaban su espectáculo conjunto Soledad inte- Tampoco hubo nunca bienales mixtas ni festivales reformistas o radicales), Pamplona fue el culmen
rrumpida. Allí la música de De Pablo (electrónica musicales en los que la plástica hablara de igual a de cómo se puede llegar a hacer el ridículo sin coste
manipulada en vivo) se aliaba con unas esculturas igual al hecho sonoro. En suma, desde este punto alguno; pero para los analistas y críticos posterio-
de Alexanco que representaban figuras humanoi- de vista, los Encuentros de Pamplona del 72 ha- res, que se han dado una fiesta descuartizando las
des de plástico hinchable en posición entre orantes cen figura de acto único e irrepetible. Tan inaudito contradicciones y el dogmatismo de colegio mayor
y humilladas. Este espectáculo, acción musical o parece haber sido que, de hecho, la posteridad ha de aquellos bobos, no parece haber relación entre
como se llame, tuvo su presentación mundial en terminado por modificar el recuerdo y determinar aquellos comportamientos y los que ellos practican
los Encuentros y luego realizó una extensa gira que realmente no ha sido así. cuando se trata de tener en consideración el espe-
mundial. ¿Cómo y por qué ha sucedido tal cosa? Algunas sor musical de los Encuentros. De pronto, como si
De resultas de este origen, la música tuvo una razones pueden responder a partir de otros análisis: la historia se repitiese con un aburrimiento mortal,
posición central en el acontecimiento, y sus invi-
tados internacionales más significativos fueron
músicos: John Cage, el máximo exponente en ese
momento de la música de indeterminación; David
Tudor, su fiel colaborador; Steve Reich, que aterri-
zaba en Europa con sus músicas procesuales (más
tarde llamadas repetitivas y aun minimalistas); Le-
jarin Hiller, el primero que creo una obra musical
con un ordenador, la Suite Illiac, para cuarteto de
cuerda; Mauricio Kagel, el máximo representante
del teatro musical (aunque él mismo no asistió en
persona, pero se presentó su filme Ludwig van);
Sylvano Bussotti, ya célebre por sus barroquis-
mos de música en acción; el francés Luc-Ferrari,
ya hábil impulsor del espacio sonoro; y en el capí-
tulo español, nombres como los de Zaj (formado
entonces por los socios originales Juan Hidalgo y
Walter Marchetti y la artista plástica Esther Fe-
rrer); alguno de los que habían transitado por Zaj,
como Tomás Marco; Carlos Cruz de Castro, fun-
dador del creacionismo; así como algunos de los
jóvenes cachorros de una novísima generación que
apenas acababa de cumplir los veinte años: Paco
Guerrero o Antonio Agúndez, entre otros. Añada-
mos a los músicos Eduardo Polonio y Horacio Vag-

80 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PAMPLONA 72

La música contemporá-
nea ocupó un lugar cen-
tral de los Encuentros. En
la otra página, John Cage
en plena ejecución de
“62 Mesostics”. Junto a
estas líneas, la compañía
de Laura Dean bailando
“Drumming”,
de Steve Reich.

comentaristas y críticos entre los que se incluyen mientos últimos más significativos a estos artistas entre las personas, algo seguía interponiéndose
muchos actuales repiten comportamientos dignos lleguen de la mano de museos de arte contempo- entre ellos.
de una antimusicalidad que la generación del 27 ráneo. Pero aún hay más, algunos ejemplos de radica-
sentenció como eterna maldición del intelectual En todo caso, lo que parece claro es que la con- lidad musical apenas escondían su realidad simbó-
español. Si se habla de música, no saben, no con- testación radical de esos años, que los situacionis- lica; el más flagrante es la conocida pieza de John
testan ni se les espera. ¿Será posible? tas ejemplifican mejor que nadie, no parece sino Cage 4’33’’; en esta obra para piano el intérprete de-
Ahora bien, también la música debe asumir su rozar muy tangencialmente el estado de la cuestión bía abrir la tapa del instrumento y esperar exacta-
cuota de responsabilidad; en algunos casos, por ra- de las músicas de vanguardia. En el cambio de dé- mente el tiempo indicado en el título sin tocar nada;
zones intrínsecas, y en otros, por carencias gemelas cadas (60-70), la música de vanguardia se debatía la música era la realidad, pero... ¿Por qué 4’33’’? La
de los propios músicos. Hablaré de lo primero, que entre fuerzas propias muy poco socializables: el respuesta es que, convertidos a segundos, se trata
es lo único sustancial, dejando lo segundo para que fin del serialismo (tan identificado con la técnica de 273, la misma cifra en la que cesa todo movi-
una deseable evolución cultural corrija lo que sea y un cierto futurismo de película de marcianos); miento molecular en una escala de grados Fahren-
posible. el manejo en vivo de los aparatos de música elec- heit, o sea, el cero absoluto. Cage se dio cuenta de la

E
trónica; la aleatoriedad (casi siempre trampa y nunca más puso límite a sus
n primer lugar, los Encuentros de Pam- entendida como un mecano móvil, a piezas de indeterminación, ya que, los
plona del 72, como acto situado en la lo Calder); la espacialización del so- segundos no son grados Fahrenheit,
estela del 68, estaban exacerbando el nido, concebida en términos acústi- La revolu- una cosa remite a la otra a través de
modelo del arte occidental al atacar los cos; el diálogo, o lo que fuera, entre ción y el arte la metáfora, en suma, a través de un
paradigmas de la representación: el arte no podía la vanguardia occidental y las recién mecanismo lingüístico. ¿Podríamos
ser ya algo distinto a la vida; también se atacaba con emergidas tradiciones no occidenta- manejan llamar a esto representación, o in-
saña la cualidad de mercancía del objeto artístico.
Como indica Mario Perniola: “Para Debord, la tarea
les; la atención al proceso sonoro en
movimiento al modo del arte cinético,
unos códigos cluso pseudocomunicación?
Los ochenta se cansaron un poco
propia del arte es la de sustraer al tiempo, hacién- cuya aportación se terminó definien- en los que de tanto juego de la verdad y decidie-
dolas eternas, las experiencias vividas. [El arte] se
contrapone por ello a la vida, precisamente porque
do en el minimalismo musical; y sólo
en el caso de Cage y Zaj, una no inten-
la música ron que lo lingüístico y la represen-
tación no eran tan diabólicos como
inmoviliza, cosifica, reduce a objeto la existencia cionalidad activa con un empalagoso siempre los pintaban los alborotadores de los
subjetiva de lo singular. Constituye además una regusto zen pero enormemente libe- sesenta, pero eso ya es otra historia.
forma de pseudo-comunicación que obstaculiza la radora en el plano intelectual, el que parece fuera La que nos trae aquí es la de dilucidar
que se produce directamente entre los individuos.” más falla en los músicos. de lugar por qué la música se difuminó de un
Es complicado ver cuál es el lugar de la música en ¿Qué tiene que ver todo esto con evento trascendental iniciado por ella
este análisis, pero para los situacionistas está claro el ataque frontal a la representación, misma. Y es que quizá fue muy osada:
que no hay tal lugar cuando proponen en sus bús- a la pseudo-comunicación? Bien poco, el arte, la revolución, la revolución del
quedas: “el control de las nuevas técnicas de condi- seguramente. El serialismo operaba sus novedades arte y el arte de la revolución manejaban (manejan)
cionamiento, la pintura industrial, la psicogeogra- en el interior de la escritura, su aparato simbólico unos códigos en los que la música siempre parece
fía, el urbanismo unitario, el juego, la construcción era el mismo que el de toda la tradición occidental, estar fuera de lugar.
de situaciones, el desvío, y el cine.” por más que sus sonoridades fueran las más mo- Quizá la historiografía manejada por espe-
Algunas de estas situaciones se identifican me- dernas. cialistas en artes plásticas debería ser un poco
jor con el trabajo de John Cage, especialmente en La música electrónica era técnica en estado más neutra, pero eso es también otra historia. El
las décadas de los sesenta y setenta, y Zaj que con puro e incluso, en esos años, se encontraba a pun- hecho es que los Encuentros de Pamplona 72 se
cualquier modalidad de comportamiento concep- to de ser fagotizada por el emergente ordenador, la están reescribiendo sin que el anfitrión sea consi-
tual. Pero esa supuesta incongruencia ya ha sido simulación estaba esperando detrás de la puerta. derado como tal, más aún, como si nunca hubiera
corregida por el aparato artístico al haber asumido Las novedades acústicas, los cambios de situación estado allí.
tanto a Cage como a Zaj como una modalidad de del espectador, la ruptura del modelo de concier- Un curioso enigma que legamos al estudioso
arte plástica y no es casualidad que los reconoci- to no propiciaban una comunicación liberadora del futuro. x

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 81


DEBATE

Una postradición paradójica


Por Juan Luis Moraza

R
ecuerdos y sueños son indiscernibles, en por conflictos internacionales aún más terribles y a los ensayos de institución de cualquier estética
el cerebro humano, tal y como las leyen- generalizados pero desplazados, encriptados; la internacional. Es la simetría de una localidad de
das, los mitos, la historia y los hechos son transición democrática se fue afianzando en el pretensiones globales, y una globalización de ins-
indiscernibles en el imaginario social. Y Estado como una inmersión absoluta en la lógica trumentalizaciones locales.
ello a pesar de los esfuerzos ilustrados por abolir del capitalismo avanzado; los excesos de la indus-
el encantamiento de los relatos. Más aún, la mito- trialización se han complementado con los de la II. Arte/Sociedad. Otra paradoja remite precisa-
logía de la verdad ha generado los monstruos na- globalización y la tecnodependencia informáti- mente a la insostenibilidad de la suposición de la
turalistas de la tecnociencia y las malversaciones ca; las discusiones estilísticas han dejado lugar a incompetencia social frente a la radicalidad van-
gnoseológicas de la fenomenología fotográfica y la competencias financieras; la institucionalización guardista. Tanto los intentos de adecuación social
realidad virtual. Más acá de su magnitud, los relatos y desarrollo de la industria artística impide casi to- del arte, como los de adecuación artística de la so-
importan como factores dinámicos, como cataliza- talmente cualquier acontecimiento imprevisible, ciedad, habrán presupuesto una falsa exterioridad
dores, más allá de su verificabilidad, casi siempre en un formalismo expandido; la ingenuidad expe- recíproca. La creciente radicalidad transgresora del
indecidible. La precariedad del sentido de verdad rimental, basada en la impericia y la dificultad de arte moderno ha sido directamente proporcional a
en el relato apunta precisamente a la persistencia, acceso, ha sido sustituida por los excesos a menudo su falta de complicidad social: su velocidad crítica
a la pervivencia en el mundo contemporáneo de anodinos de un tecnovirtuosismo de acceso total; la de transformación potencial sólo ha sido posible
lo que como fenómeno pudo suceder aquellas vís- obstinación de una indagación apasionada ha deja- desde su imposibilidad negociadora, desde su ver-
peras de San Fermín del 72, entre el 26 de junio y do paso a una profesionalización normalizada; y los tiginoso estatismo. Esta paradoja implícita favore-
el 3 de julio. Ni siquiera el historiador puede con- gestos ajenos a los intereses patrimoniales han sido cerá renovados y persistentes proyectos simétricos
firmar lo que sucedió y lo que no sucedió. Sin duda sustituidos por una capitalización del patrimonio de disolución del arte (tanto de sus contradicciones
existen más Encuentros que testigos presenciales, inmaterial… Cada uno de esos cambios -indiferen- como de sus excelencias) -en nombre de la equi-
y todos los que tenemos noticia de ellos, somos casi tes a cualquier valoración-, no impiden apreciar la paración igualitaria-, y proyectos de elusión de la
sin querer testigos no presenciales. Las tensiones persistencia de ciertas paradojas: sociedad -en nombre de una reserva aristocrática-,
entre recuerdos y memorias, entre reflexiones y propiciando los malentendidos de una distinción
reflejos, entre lo sucedido y lo deseado, son simi- I. Local/Global. La primera paradoja refiere a no basada en las singularidades y las interacciones.
lares al hecho y a su pervivencia, al acontecimiento la insostenibilidad de la falsa dicotomía entre La estabilización e institucionalización internacio-
y a nuestra situación. También aquí, el fetichismo lo nacional y lo internacional. La programación nal del arte experimental habrá contado con un
del documento impide radicalmente el acceso al de los Encuentros desvela una sensibilidad que pequeño pero poderoso núcleo de apoyo político y
acontecimiento. actualmente se identificaría como poscolonial, financiero, articulado con un sistema del arte que
Hoy no se trata, pues, de cualificar ni de valo- desterritorializada y globalizadora. La programa- ya había adquirido una notable autonomía fun-
rar los Encuentros, ni seguramente, ción multicultural de los Encuentros cional, fue contribuyendo a transformar incluso
ni siquiera, de apreciar su influencia, hoy seguiría siendo atrevida, pero al las formas más fehacientes de arte transgresor y
difícilmente cuantificable, ni mucho mismo tiempo en su apreciación de comprometido, -por muy destructiva o anodina
menos su actualidad. Sino de consi- La creciente culturas no-occidentales, populares que pueda llegar a resultar- en una formalización
derar hasta qué punto una reflexión radicalidad y periféricas, renunciaba los apropia- retórica, perfectamente legitimada de antemano
sobre el presente puede aprovechar cionismos vanguardistas que la cultu- por ese endogrupo especializado. Internamente, la
la ocasión de una crónica; hasta qué transgresora ra posmoderna simultáneamente ha puesta en crisis de los formatos, de los géneros, de
punto la crónica puede estar siendo
el síntoma de una cronificación; has-
del arte mo- denunciado y desarrollado. La deste-
rritorialización antihegemónica no ha
los medios, de los procesos artísticos, -y las consi-
guientes prácticas intergenéricas, intermediáticas,
ta qué punto aquel presente, escasa- derno ha sido supuesto de facto una relativización fuera de formato- habrá supuesto una parcelación
mente presencial, pudo estar siendo de los parámetros culturales de la cul- categorial y un desarrollo estructural: el arte en el
actual, y por lo tanto obsoleto. Una proporcional tura occidental, sino la integración en campo expandido ha sido pormenorizadamente
perspectiva deconstructiva hace a su falta de ella del espectro completo de modos clasificado en un archivo expandido. No es que la
insustancial la certificación de los culturales. Así, es indudable que la cultura contemporánea se haya hecho más sensible
fracasos inherentes a cualquier ini- complicidad total desconexión entre el ámbito lo- a la diversidad y a la excelencia, sino que ha per-
ciativa auténticamente sustancial.
O si aquellos siete días constataron
social cal (pamplonica-vasco-español) y el
internacional (italo-franco-gemano-
feccionado sus sistemas de clasificación y compu-
tación de acuerdo a una autocomplaciente ilusión
la frustración o la apoteosis de la anglosajón) delataba una auténtica de reconocimiento, que convierte la singularidad
vanguardia o el atisbo o la imposibi- falta de contexto propicio para el arte y el mestizaje en requisitos de homologación. Ex-
lidad de una nueva sensibilidad posmoderna. In- de vanguardia, tal y como se produjo en el 72; y que ternamente, la puesta en crisis del arte como prác-
dependientemente de la capacidad artística de las los conflictos locales -sociopolíticos y estéticoca- tica y como agencia simbólica —teorizada por los
obras allí convocadas para trascender su carácter rismáticos- realmente impidieron el desarrollo más aviesos y revolucionarios teóricos—, junto a
documental y operar efectos más allá de su con- completo de la agenda de los Encuentros y su pe- la creciente indiscernibilidad del acontecimiento
texto (temporal, ideológico, cultural), incluso si riodicidad. Pero tanto la falta de perspectiva como artístico en el seno de una sociedad creativa, ha-
los Encuentros no se hubieran podido realizar, su la ausencia de un contexto propicio representaban brá confinado el mundo del arte a un microsector
programación actúa sobre la historia con la fuerza de forma precisa el aislamiento de la vanguardia financiero que promociona prácticas cada vez más
de sus contenidos, de sus intenciones, de su orga- internacional respecto a la cultura y a la sociedad necesitadas de intermediaciones discursivas espe-
nización implícita. Sin embargo, la mezcla entre a la que pertenecía: la vanguardia se constituía cializadas de carácter compensatorio, capaces de
lo programado y lo sucedido, entre la voluntad ar- como contracultural mediante una profecía auto- justificar los altos niveles de plusvalía que dentro
tística y el acontecimiento social, entre las contra- cumplidora de desconexión social, incluso cuando del arte pueden producir objetos y acciones ordi-
programaciones y los desalojos, entre las bombas actuaba físicamente en territorios públicos, inclu- narios y cotidianos. Así, los mismos agentes que ha-
y los happenings, entre las intenciones y los resul- so cuando se apropiaba de referencias, contenidos, brán promovido artes que disminuyen sus niveles
tados, entre las posibilidades y las realizaciones iconografías populares, incluso cuando pretendían de exigencia y que reducen la riqueza de factores y
son precisamente la ocasión -casi una cuarentena dirigirse a la sociedad -contribuyendo a convertirla de expresiones, convertirán esas consecuencias en
después- para reflexionar sobre las paradojas de en abstracción instrumental o en fantasía de ple- justificación del desprecio del arte mismo. Y todo
nuestro presente. nitud. Y los ensayos de institución de una estética ello en nombre, precisamente del doble complejo
Desde entonces, los conflictos locales más te- local o nacional desde, frente, hacia, contra un es- de la revolución y de la experimentación: de la re-
rribles del final del franquismo han sido sustituidos tilo internacional -sea el que sea- son equivalentes ducción funcional del arte a instrumento de trans-

82 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PAMPLONA 72

Tres eventos que resumen del Equipo Crónica, el José María Prada Poole
el caracter heterodoxo recital de Lily Greenham que se desinfló antes de
de los Encuentros y la célebre y efímera lo previsto, también en la
Pamplona: la ironía social instalación neumática de foto de la parte inferior.

formación social, y de la reducción experimental de Los Encuentros se produjeron sobre las ascuas la confianza en cierta ideología del progreso de los
variables (adopción acrítica de modelos tecnocien- de la constitución y la disolución instantánea de progres del 72 (experimentalismo ensimismado y
tíficos) en nombre de una apertura conceptual y de los grupos de la Escuela Vasca (1965/1966)2, pre- activismo alienado).
una adaptación cultural… cisamente por una disputa sin solución entre van- En efecto, los impulsos desarrollistas que con-
guardia estética y servicio revolucionario, entre tinuaron a la restauración tras la Segunda Guerra
III. Ideología/Estilo. La tercera paradoja refiere estilo y política, entre forma y contenido, entre Mundial, supusieron además un creciente encan-
a la insostenibilidad de la presunción de una co- medio y mensaje, entre abstracción (vanguardista) tamiento cientifista cuyas manifestaciones artísti-
rrespondencia entre estilo e ideología. Si el XIX y figuración (revolucionaria)3… Los defensores de cas incluyeron computacionalismo, sociologismo,
supuso la conciencia de la independencia entre la vanguardia aspiraban a una transformación cul- experimentalismo y documentalismo. Las formu-
época y estilo, el XX supuso la certificación de la tural que afectaba a las formas más profundas de laciones recientes de esa ideología del progreso
independencia entre estilo e ideología. Los recí- sentir y pensar la representación y la realidad, por incluyen modelos de formalización complejos,
procos coqueteos iniciales entre la vanguardia y lo que no podían conformarse con los sistemas de fluidos, caóticos, formalizaciones antiformalistas:
el fascismo -rotos unilateralmente por el Reich1-; representación naturalistas ni con los significantes el archivo en el campo expandido actúa en tiempo
la entente implícita entre el franquismo y los he- y significados culturalmente reconocidos. real, de modo que la definición es coetánea a la pro-
róicos artistas antifranquistas para su promoción Los defensores de un arte revolucionario, por ducción; por ello la suposición de una correspon-
internacional (grupo El Paso, Oteiza, Chillida, etc.), el contrario, defendían una instrumentalización dencia entre estilo e ideología elude la formaliza-
o la tolerancia -cuando no promoción indirecta de del arte a la revolución, y si sus mensajes debían ción de los gestos revolucionarios y experimentales
los Encuentros- por parte del Opus Dei, son sólo ser comprendidos por todos, la estética debía ser convertidos en repertorio formal, en argucia retó-
algunos ejemplos que contradicen la vigencia de suficientemente convencional, comprensible, na- rica, perfectamente solubles con cualquier fin.
esas correspondencias que reescriben un supuesto turalista... Los artistas y los grupos surgidos tras
vínculo entre vanguardia estética y revolución so- estos acontecimientos procuraron una despoli- IV. Realidad/Real. La cuarta paradoja refiere a la
cial: las ideologías más conservadoras son a menu- tización política y una deconstrucción o deseste- insostenibilidad del escepticismo ingenuo. La pa-
do promotoras de las estéticas más transgresoras, tificación artística; pero la paradoja perdura: La radoja entre conocimiento y acción, entre la van-
y viceversa. aspiración revolucionaria persiste en intenciones guardista crisis de representación y la revoluciona-
Las necesidades de legitimación ideológica -en antihegemónicas; la aspiración vanguardista per- ria voluntad de transformación, atraviesa la fractura
su amplio espectro- encuentran un fuerte aliado siste en voluntades sorpresivas; como, a pesar de posmoderna. El arte moderno (y postmoderno) se
en los posicionamientos críticos y rompedores. estas suposiciones -que pertenecen más a la teoría desarrolla recorrido por una doble preocupación:
Por lo demás, en cada momento, en cada lugar, los y a la estética que a la práctica artística-, perdura en una gnoseológica (¿hasta qué punto podemos decir,
comprometidos gestos heroicos no siempre coin- las prácticas el anhelo de una fusión entre poética con cierto fundamento, que conocemos el mundo
ciden con su adscripción a ciertos elencos de pro- y política. real?) y otra praxiológica (¿hasta qué punto pode-
tagonistas. Cada ideología no es sino la oferta de Estas complejidades se traducen hoy en día en mos transformar el mundo?). En esa encrucijada,
un sistema autoinmune de pensamiento. Mientras las supuestas correspondencias entre las estéticas el arte ensaya una articulación de la misma encru-
la generación de un estilo supone una operación revolucionarias, antiformalistas -suscritas por los cijada mediante todos los modos posibles de una
simbolizadora que queda anulada conforme el es- hackers de lo real, las estéticas relacionales, etc.- y crisis de representación que opere efectos de trans-
tilo está suficientemente configurado como para sus condiciones reales de vínculo social -que con- formación. Pero se trata de una falsa dicotomía: el
permitir suscripciones. firmarían las mismas contradicciones visibles en experimentalismo antinaturalista que deconstruye

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 83


DEBATE

Pamplona fue un baile


de paradojas entre la
tradición y la vanguardia,
lo local y lo universal,
la ideología y el estilo.
En la imagen, “Poema
público”, de Ignacio
Gómez de Liaño.

los parámetros representacionales (desvelando la feccionamiento ficcional que pretende una nueva sino un reconocimiento revolucionario dentro
arbitrariedad de los signos, el constructivismo so- indiscernibilidad entre la representación y el mun- del contexto simbólico del arte. El contextualis-
cial de las significaciones, y del imaginario, la pre- do al que refiere, entre la realidad (construida) y lo mo propio de las estéticas relacionales, de las artes
cariedad de la verdad) es además el agente de una real (impensable), y que lo hace mediante la técnica de acción, de un neosituacionismo, etc. resumen
reconstrucción del sentido de realidad. Cada estilo moderna de fingir una inmediatez de la experiencia, las versiones contemporáneas de los defensores
es una vacuna contra la simplificación, que delata presuponiendo la evidencia como prueba de verdad, de una instrumentalización del arte al servicio de
la ingenuidad del estilo anterior, del estilo otro. presuponiendo la posibilidad de un acceso directo una revolución sin contexto.
Así, atravesando las diversidades estilísticas, a los acontecimientos, un arte que opera fuera de Así, el supuesto fosteriano retorno de lo real
puede apreciarse la continuidad de esta “acucian- la representación, con el mundo en sí, que incluso (en todas sus modalidades de notaría de lo peor),
te necesidad de verdad”4, de este impulso único produce acontecimientos sin obra. se apodera de la vigencia de la episteme moderna
de deconstrucción (revolución) y reconstrucción Se trata del paso de la crisis de representación -legitimada en sus desocultamientos críticos- para
(restauración): realismo decimonónico, literalismo a las políticas de representación, a la reinserción perfeccionar el archivo, y catalizar la adaptación
del objeto específico, hiperrealismo, en un imaginario tanto más indiscu- anestésica e hiperestética al terror, a la imposibi-
arte concreto, documentalismo, arte tible cuanto más se funda en la legi- lidad, la aceptación…
relacional despliegan la transparen- timidad antihegemónica de la crisis Con todo, estas paradojas apenas si confirman
cia de los modos de producción, pero Los Encuen- de representación; se trata del paso la complejidad de nuestro compromiso, la dificul-
en su afán antinaturalista suponen la tros se produ- del descrédito de las vanguardias6 a tad de nuestra labor. x
restauración de todos los modos po- las vanguardias del descrédito, a la
sibles de naturalismo sumergido: na- jeron sobre omnipotencia y omnisciencia de un
turalismo psicomotriz del expresio-
nismo, del surrealismo; naturalismo
las ascuas escepticismo ingenuo.
Es la institución invisible de un
1 Ver Jean Clair. La responsabilidad del
artista. Barcelona: Visor, 1998
fenomenológico del impresionismo; de una dis- omnímodo naturalismo hiperrea- 2 Esta discusión fue planteada de forma abierta ya
en 1966, con motivo de la presentación del grupo
naturalismo geométrico del construc-
tivismo, del arte concreto; naturalis-
puta entre lista, de una virtualización de lo
real: así, realidad virtual debería ser
ORAIN y la contestación de Ibarrola, que de facto
supusieron la fisura definitiva de la Escuela Vasca
mo hiperreal en el ready-made, en el vanguardia y considerada como una fórmula de la en el instante mismo de su constitución. La crisis
objeto específico del minimalismo, en extensión imaginaria. Realismo so- abierta por esa disolución se intensificó tras el
el relacionalismo; naturalismo con- servicio revo- cial y arte abstracto eran dos polos primer atentado mortal de ETA en 1968 que
ceptual en el conceptualismo; natu- lucionario de una misma literalidad figurativa condicionó una nueva discusión entre arte y
revolución.
ralismo experiencial en el happening, (materialismo dialéctico o neoposi-
3 Y esta misma discusión quedó patente en el 72 en
en el situacionismo; naturalismo au- tivismo estructural); y tanto el rea- la oposición más o menos activa a los Encuentros
toreferencial en el simulacionismo; lismo social como el contextualismo tanto de ETA, como de algunos de los artistas vascos
naturalismo realista en el documentalismo... conceptual son dos polos de sumisión superestruc- más relevantes.
El reencantamiento del mundo no produce tural al contexto de institución naturalista de la 4 Victor Hugo, en 1824, cit. por Boime, A. (1989)
fantasías, sino simulaciones, aunque con el mismo realidad cultural: el arte por el arte es una figura- Thomas Couture and the Eclectic Vision. Yale
efecto de suspensión del descrédito. La delación ción del arte comprometido, y el arte comprometi- University Press.
antinaturalista fortalece una inmediatez del juicio do una figuración del arte ensimismado. Se trata 5 Ver S. Freud, “La represión” (1915), en Obras Com-
pletas. vol. XIV. Buenos Aires: Amorrortu, 1996
(psicosensorial, conceptual, etc.), mejorada con la de un formalismo inherente a ese ideologismo, y
6 Ver S. Marchán, El descrédito de las
fantasía de la presencia, de la presentación de las un ideologismo inherente a esos formalismos 7. vanguardias. Madrid: Blume, 1980
cosas reales, de los sistemas mecánicos de registro En efecto, en nombre de un retorno de lo real8, se 7 Ver J.L. Moraza, “Performa contra el
representacional (fotocinematográficos). No se tra- habrá instalado en nuestro presente un espectro formalismo”, en Cortes, J.M (ed.) La creación
ta de un retorno de lo real en el sentido psicoanalíti- de soluciones estilísticas que adoptan los signos artística como cuestionamiento. Valencia: IVAJ, 1990
co -como la emergencia de todo aquello encriptado de anteriores gestos modernos de transgresión y 8 Ver Hal Foster, El retorno de lo real.
o reprimido5-, y que desvelaría la precariedad de la emancipación, confiando a ellos no tanto una efec- Barcelona: Akal, 2001
representación imaginario-simbólica, sino del per- tividad de transformación o construcción social,

84 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PAMPLONA 72

Bajo la nieve un mundo por descubrir


Por Gabriel Villota Toyos

C
uando se me invitó a participar en este los ciclos de vídeo arte en el Instituto Alemán de larmente de uno de los cineastas experimentales y
debate, con el objetivo de rastrear una Cultura de Barcelona programados por Antoni políticos por excelencia, Pere Portabella4.
posible genealogía del vídeo español (o Mercader serían los primeros pasos reales hacia Si es que hay, por lo demás, un hito que histo-
del audiovisual experimental, en su sen- una cierta idea de exhibición; mientras que la riográficamente señale un punto de inflexión en la
tido más genérico) en los ya míticos Encuentros de producción de los años 70 quedaría casi relegada existencia del audiovisual experimental español,
Pamplona del año 1972, decidí comenzar por inda- por completo a los artistas que trabajaban desde este lo vamos a encontrar sin duda antes del lado
gar qué tipo de huella habían dejado, qué rastro de el (auto)exilio neoyorquino (Muntadas, Torres, de la teoría que del de las prácticas, con la publica-
su existencia podía seguirse en años posteriores: Balcells), al trabajo posterior de corte militante/ ción del libro En torno al vídeo por parte del grupo
armado con un pico y una pala como Gabi Teichert, mediático del colectivo VideoNou, y formado por los ya citados Bonet,
la protagonista del film de Alexander Kluge Die Pa- a la esporádica producción de cintas Mercader y Muntadas, más Joaquim
triotin (La patriota, 1979) que busca bajo la nieve y pequeñas películas experimentales Dols, en una fecha por lo demás tan
del bosque las raíces de la cultura alemana, me puse aquí y allá, como las de los pioneros Todo aquello tardía como el año 19805.
a cavar, con escaso resultado.
Podemos pensar que Teichert es ingenua en
Carles Pujol y Ramón de Vargas, en-
tre otros. Igualmente, Eugeni Bonet
parecía ya Después ya sí que vendrían, de
un lado, los festivales (los mayores,
su literalidad, porque evidentemente lo único ha señalado la importancia que en su desprender en Madrid, Donostia; los pequeños
que encuentra bajo la nieve son raíces, piedras, momento tuvieron ciertas actividades luego, con la gran labor desarrollada
gusanos y tierra: sin embargo, ¿no estaban tam- didáctico-divulgativas desarrolladas un cierto desde una periferia activada y activis-
bién ahí simbólicamente las verdaderas raíces de por Muntadas a mediados de los años tufillo a fin ta en torno a la imagen experimen-
la patria (Heimat) que buscaba, encarnadas en setenta2. tal: Tolosa, Cádiz, Vitoria, Valencia,
el propio bosque, en el claro del bosque y en los Otra cuestión a tener en cuen- de fiesta o a Vigo…), la producción ya mucho más
senderos de Heiddeger, en tantas imágenes de esa
naturaleza romántica en las que un pueblo había
ta sería la del papel jugado por los
rescoldos de cierta tradición de cine
funeral de las regular de esa que Bonet calificara
como segunda generación del vídeo,
depositado en cierto momento las claves de su re- experimental, o incluso simplemen- prácticas ex- la de los audiovisualistas6, las prime-
presentación? te alternativo al modelo clásico (el ras exposiciones de videoartistas en
Las respuestas que me fueron llegando eran, Nuevo Cine español, la Escuela de
perimentales el Reina Sofía (Muntadas, Odenbach,
en ese sentido, bastante refractarias al hecho de Barcelona) en la configuración de un etc.), el nacimiento de las primeras
interpretar ese origen en su posible clave simbó- imaginario de prácticas audiovisuales distribuidoras, etc. Pero eso ya es la
lica: nada constatable, ni un rastro efectivo, nada divergentes, y a las que ya se refirió en cierto mo- historia más o menos conocida y documentada.
quedaba, puesto que en realidad nadie se había mento Eugeni Bonet, cuando propuso en sus No- El origen, sin embargo, sigue quedando envuelto
enterado siquiera en su momento de lo de Pam- tas para una contrahistoria del vídeo independiente en las tinieblas de la indefinición y del mito: ¿por
plona, y mucho menos cabía pensar que esa infor- español que obras cinematográficas de personajes qué no asumir, entonces, lo que pasó en Pamplona
mación se hubiera transmitido a las generaciones tan dispares como Val del Omar o Iván Zulueta como nuestro bosque nevado particular, en el que
siguientes. Si como bien se indicó en el título de la deberían también ser tenidas en cuenta a la hora poder excavar y encontrar las raíces de nuestro pa-
exposición del Museo Reina Sofía, todo aquello ya de concebir una genealogía del mismo3.En ese or- sado? Quizás guiados por esa intuición, en el año
parecía desprender un cierto tufillo de fin de fiesta den de cosas, convendría igualmente recordar el 1996 un relativamente numeroso grupo de artistas,
y de funeral (a saber, el de las prácticas así llamadas posicionamiento crítico respecto a los Encuentros programadores, críticos y teóricos del audiovisual
experimentales, incluso ya denunciado por el pro- de algunos miembros del Grup de Treball, particu- español independiente nos juntamos al calor del
pio Oteiza en su carta de respuesta a la invitación a
participar en Pamplona), además habría que añadir
que todo lo que pudiera quedar de esas prácticas
participativas, utópicas y extemporáneas en rela-
ción al rancio contexto en que eran presentadas
(una ciudad gris de provincias dominada ideológi-
camente por el Opus Dei en un país gris atrasado y
dirigido por una decadente dictadura de corte fas-
cista), resultaría enseguida borrado de la memoria
y sepultado por lo que vino después: una transición
política basada en el consenso, la implantación del
olvido y la amnesia colectiva, y seguida de los fue-
gos de artificio de una posmodernidad entendida
entre nosotros como vía abierta a la frivolización
institucionalizada.
Así pues, lo primero que pensé fue no, no es
posible encontrar vinculación histórica alguna de
relevancia, más allá del carácter testimonial que
pudieran tener las instalaciones con televisores
de Muntadas, los ejercicios fenomenológico-per-
ceptivos de Torres (aún grabados en súper 8), las
filmaciones también en súper 8 de Sistiaga, o una
de las primeras proyecciones habidas en este país
de un programa de videotapes, incluyendo obras
de Acconci, Matta-Clark, Oppenheim y el propio
Muntadas, entre otros1.
Ateniéndonos de forma rigurosa a los hechos, La música fue uno de los
protagonistas centrales
las primeras exhibiciones de cintas de vídeo en la
de los Encuentros. En la
galería Vandrés de Madrid y en el Colegio de Ar- imagen, Jesús Ocaña en
quitectos de Catalunya, en Barcelona, y después el laboratorio de ALEA.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 85


DEBATE

Festival de Vídeo de Pamplona, con la idea de desa-


rrollar unas jornadas dedicadas a la reflexión sobre
el sector, y también a la programación y exhibición,
decidimos llamar a aquello Encuentros Vídeo en
Pamplona, en lejana referencia a los Encuentros
del 727.
Todavía no había llegado la recuperación
de esa memoria que vendría de la mano de José
Díaz Cuyás dentro del proyecto Desacuerdos en
2003/2005, y casi nadie de los que estábamos allí
teníamos mayor idea de lo que aquello había su-
puesto en relación al audiovisual experimental,
pero ni cortos ni perezosos comenzamos a excavar
en la nieve con nuestros picos y palas, y nos dispu-
simos de forma colectiva a situar, siquiera nomi-
nalmente y con más de veinte años de retraso, un
punto de origen mitológico para nuestro periplo,
así como unas líneas de actuación pensando en el
futuro. Apenas casi nada sucedió después, como allí
se preveía, y sin embargo algunos hitos sucedidos
con posterioridad inciden en esa lectura poética
del origen, del que los Encuentros de Vídeo en
Pamplona bien podrían funcionar como acta de
defunción, en perfecto y simétrico bucle, con unos
Encuentros de Pamplona entendidos como partida
de nacimiento, sin insistir demasiado en ello, pues
ya he rendido problemática y abundante cuenta en
otros lugares8, tan sólo señalaré el hecho de que lle-
gado cierto momento, a finales de los años 90, pa-
reció clara la coincidencia de un inusitado interés
comercial del mercado del arte por la producción
audiovisual experimental con la desaparición de
los circuitos alternativos que dicho sector, preca-
rizado anteriormente en ese mismo mercado, había
sido capaz de generar con los años.
Sin embargo, y habiendo ya concluido la pri-
mera década del siglo XXI, podemos decir que las
cosas no son en realidad tan en blanco y negro, ni
las formas de la historia muestran la perfecta sime-
tría del bucle que se cierra sobre sí mismo. Más bien
podríamos decir con Deleuze que crecen de forma
rizomática; o como dijera en su día Achille Bonito
Oliva, a propósito de ese gran invento construido
retrospectivamente, a saber, la transvanguardia
italiana, “la historia avanza en espiral: hay cosas
antiguas que vuelven, pero evidentemente no al
mismo lugar”.
Sobre estas líneas, el
Y es que encontramos hoy de nuevo que el au- polémico concierto del
diovisual experimental español sigue existiendo al gupo ZAJ en el Teatro
margen de mercados del arte y circuitos de exhi- Gayarre de Pamplona.
Fotos: Cortesía de Antoni
bición hegemónicos: ni la feria Arco ni la entrega Muntadas.
anual de los Goya son su sitio, sino más bien aquel
que, como sucediera en Pamplona en aquél leja-
no 1972, sigue produciéndose en los intersticios.
Intersticios como los que posibilitan que hoy en Notas
día exista una distribuidora profesional de vídeo
y audiovisual experimental como Hamaca9, fruto
en buena medida del trabajo colectivo de varias 1 Efectivamente sería una de las primeras que 6 Ver Eugeni Bonet: “Notas para una contrahistoria
generaciones de artistas y activistas del vídeo es- tendrían lugar en España, tras dos exhibiciones del vídeo independiente español”, en Televisión y vídeo
pañol, y en cuyo catálogo coexisten clásicos como habidas en los años precedentes, en el Colegio de de creación en la Comunidad Europea, Madrid 1992.
los de Muntadas y Balcells junto con los trabajos Arquitectos de Cataluña en Barcelona, y la Galería 7 Ver Eugeni Bonet: “Encuentros vídeo en Pamplona
de videoartistas de las más recientes generaciones, Vandrés, de Madrid (ver cronología en La imagen 1996. Una breve recapitulación y otras observaciones
sublime, MNCARS, Madrid, 1987). preliminares”, en Encuentros vídeo en Pamplona 1996.
así como con las experimentaciones en celuloide
2 Eugeni Bonet, en Bienal de la Imagen en Movimiento Actas y documentos de trabajo. Pamplona, 1996.
de cineastas contemporáneos como Isaki Lacues- ´92. Visionarios Españoles (MNCARS, Madrid, 1992). 8 Ver el dvd Devenir vídeo (adiós a todo eso), publicado
ta o las propuestas híbridas de León Siminiani o 3 Ver Eugeni Bonet: “Notas para una contrahistoria del conjuntamente con la edición del libro Desacuerdos
Andrés Duque, entre otros. O intersticios como vídeo independiente español”, en Televisión y vídeo de nº4 (Arteleku, MACBA, UNIA, Centro José Guerrero,
aquellos en los que surgen nuevos festivales de creación en la Comunidad Europea, Madrid 1992. 2006), así como los artículos “Espectáculo y devenir
audiovisual independiente como Punto de Vista, 4 Ver entrevista a Pere Portabella en Desacuerdos nº1, audiovisual en la escena artística contemporánea”, en
donde se dan cita desde hace ya seis años en go- pg. 59. Arteleku, MACBA y UNIA, 2004. Revista de Occidente nº261 (Madrid, 2003), y “Notas
5 El libro, agotado desde hace varios lustros en su desde ambos lados de la trinchera (acerca de la evolu-
zosa confusión documentales de autor, cintas de
primera edición de Gustavo Gili, será próximamente ción del audiovisual artístico español en la década de
cine o vídeo experimentales, y heterodocsias (sic)10 reeditado por inicitiva de la Fundación Rodríguez, con los 90)”, en Impasse nº5 (La panera, Lleida, 2005).
varias, curiosamente en Pamplona, de nuevo: bajo la colaboración del Centro Cultural Montehermoso de 9 http://www.hamacaonline.net/default.php
la nieve, un mundo por descubrir, un mundo por Vitoria-Gasteiz y la Universidad del País Vasco (UPV/ 10 Se trata de hecho el nombre de una sección habitual
inventar. x EHU). de este festival.

86 CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010


PAMPLONA 72

El origen y el fin
Por Jesús Carrillo

A
pesar del subtítulo Fin de fiesta del arte denunciar ambiciones espurias, corregir rumbos la memoria y del territorio generales; reflejan una
experimental, que apostilla la exposición errados y renovar alianzas. voluntad jurisdiccional y legal que delimita los
acogida por el Museo Reina Sofía, los En- A aquel momento y a aquel lugar se vuelve una márgenes, que distribuye los valores y recursos,
cuentros de Pamplona de julio de 1972 y otra vez, como al escenario de un crimen, siguien- que autoriza y prohíbe, que premia y castiga, que
forman parte de la narración de los orígenes de la do la estructura de un sueño, pareciendo siempre incluye y que excluye. Por lo tanto, a ellas recurren
vanguardia española contemporánea, aunque lo ha- que no se sabe lo suficiente o que lo que se sabe incluso aquellos a quienes deshereda y aquellos
gan como un acontecimiento fallido, sin trayectoria es inexacto, ya que se espera, o bien desentrañar que las impugnan, sobre todo cuando la norma se
ni linaje continuado, tal y como coinciden casi siste- aquel origen verdadero que autorice una posición ha naturalizado tanto que los únicos interesados
máticamente los testimonios que recogemos aquí. en el presente, o por el contrario, dar cuenta de que en revisitar los orígenes son aquellos que fueron
La narración del origen encierra las aspiracio- todo fue un fiasco y que los supuestos herederos no excluidos entonces o sus sucesores.
nes más profundas y las frustraciones más íntimas tienen título legítimo sobre nada. Simultáneamen- Como suele ocurrir, en fin, las narraciones de
de una comunidad real o imaginaria, tanto en lo te, se negocia con la posición contraria: la de no los orígenes son lugares de conflicto, y no solo por
territorial como en lo histórico; la comunidad del querer saber demasiado, la de no romper el cliché las interpretaciones enconadas que encierra, sino
arte español en este caso. Ésta proyecta sus an- ya codificado, la de poner coto a un conocimiento porque sus hitos son origen común de varias co-
siedades identitarias sobre un hito, un momento demasiado específico que resquebrajara los marcos munidades de trayectorias divergentes, y porque
memorable, buscando reconocer en ese inicio las consensuados o impuestos. existen otros hitos que, dentro de la misma comu-
herencias, los parentescos y las idiosincrasias que Las narraciones de orígenes no afectan ex- nidad, le disputan la prioridad.
marcan carácter; pero, sobre todo, las promesas y clusivamente a aquellos pocos que las reclaman En los Encuentros de Pamplona se han entre-
las metas que vinculan el pasado y el presente con como un patrimonio grupal, sino que responden cruzado y encabalgado narraciones diferentes y a
un futuro posible y a las que se puede recurrir para a una intención hegemónica de organización de menudo contrapuestas. A saber: la construcción

Una de las más polémicas


intervenciones fue la del
Equipo Crónica y sus
replicantes de la policía
“secreta” dispersos por
la ciudad.

CARTA. PRIMAVERA-VERANO 2010 87


DEBATE

de una escena de vanguardia española normali- En este periodo se producen también los compro- cuentros de Pamplona, fuera enunciada al margen
zada frente al panorama artístico trasnochado y misos y las alianzas que forjarían el presente tal de los marcos del discurso académico y en el espa-
castizo dominante en el franquismo y que se des- como es. cio de una feria comercial de arte en Ámsterdam.

S
plegaría plenamente en la España democrática; La tercera razón, derivada también de las ante-
la formación de una vanguardia española idiosin- riores, pero más específica de lo que aquí nos ocupa, i muchas son las dificultades para fijar el
crática, que se descubre a sí misma a través de su es que la narración de los Encuentros de Pamplona papel de los Encuentros dentro del dis-
contacto directo con las tendencias internaciona- es narración de origen y de fin simultáneamente. Se curso central del arte español, más com-
les; la eclosión pública de los nuevos formatos y el plantea a menudo como el principio de un proceso plicado es, si cabe, el enfocarlo desde una
arte no objetual: el cine experimental, el video, las concluido prematuramente y, por lo tanto, como un genealogía de la esfera crítica o antagonista del
instalaciones multimediales, las performances, los inicio en falso que sólo puede evocarse melancóli- arte. Un acontecimiento incoado al margen de la
happening y las intervenciones interactivas en el camente dentro de una evocación de la ruina. dialéctica antifranquista y enmarcado económica
espacio urbano. Esta cadencia sirve tanto para señalar con el e ideológicamente dentro de la noción burguesa
Pero también estaba presente la puesta de lar- dedo a los culpables, dentro de un esquema parro- del arte, difícilmente podía interpretarse al lado de
go de una nueva generación de artistas sonoros que quial de la historia, como para justificar, desde un actividades artísticas que vinculaban experimenta-
rompen el aislamiento y el retraso de la vanguardia pesimismo conservador, la situación actual como la ción lingüística y subversión política. La izquierda
musical en España; la equivalente demostración de única posible, dadas unas circunstancias de las que del arte de entonces, que respondió de modo esqui-
la potencia de una escena local de poe- los actuales agentes ya no se hacen zoide y discontinuo al llamamiento de Pamplona,
sía visual conectada con la tupida red responsables. no iba a tener un interés particular en señalar la
internacional de sus practicantes; la Otra razón, tiene que ver con el importancia de ese desconcertante evento.
materialización del arte de vanguardia La narración rol de los Encuentros en la génesis En las décadas sucesivas, muchos de aquellos
como un esfuerzo colectivo y colabora-
tivo que se actualiza en contacto direc-
del origen del arte español contemporáneo, y
es su competencia con narraciones
agentes, convertidos después en establishment,
estarían demasiado ocupados en la construcción
to con la masa social y, finalmente, el encierra las mucho más poderosas desarrolla- del sistema de la cultura del nuevo régimen como
aglutinamiento de una vanguardia vasca das desde los discursos nacionales para recordar unas aventuras juveniles que poco
que reconoce y manifiesta su identidad aspiraciones catalán y vasco en particular, pero tenían que ver con los nuevos patrones que estaban
diferencial en un escenario local como más pro- también desde las múltiples voces diseñando para el arte.
es Pamplona, y frente a la comunidad locales que se articulan durante la Habría que esperar al nuevo milenio, en el
artística estatal e internacional que se fundas y las construcción del nuevo Estado de marco de un proyecto que reunía a investigado-
reúne en los Encuentros.
Casi todas estas narraciones com-
frustraciones las autonomías.
Las narraciones del arte se han
res, activistas e instituciones bajo el ilustrativo
título de Desacuerdos, para que los Encuentros de
parten, más allá de la estructura pro- más íntimas desarrollado dentro de procesos Pamplona merecieran la atención de una mirada
blemática que acabamos de comentar, de configuración identitaria muy crítica rigurosa4. Dentro del mismo, la noción ba-
la peculiaridad de su escasa pregnancia
de una intensos en los que los Encuen- jtiniana de carnaval iba a servir a José Díaz Cuyás
en la memoria colectiva y su corto re- comunidad tros de Pamplona encuentran mal para interpretar las contradicciones y ambivalen-
corrido historiográfico. En este senti- acomodo, como nos muestra Juan cias de un acontecimiento plural, inasequible a in-
do, la narración de Los Encuentros de real o Luis Moraza respecto al caso vasco, terpretaciones doctrinarias, pero que en su misma
Pamplona no es solamente la narración
de un origen fallido, sino que ella mis-
imaginaria cuando no son directamente im-
pugnados, como revela Francesc
naturaleza paradójica, ofrecía el mejor retrato de
una época y de una situación sistemáticamente
ma falla como narración, una situación Torres desde la perspectiva de la malentendida.
que el proyecto emprendido por el Mu- izquierda catalana. Recordemos, La imagen enfocada de los Encuentros de Pam-
seo Reina Sofía y el comisario José Díaz Cuyás han en relación con esto último, que la primera recu- plona que se deriva de la reciente exposición del
intentado resolver mediante un notable esfuerzo peración en toda regla de las prácticas conceptua- Museo Reina Sofía debería ser el punto de partida
de investigación, clasificación, exposición y escri- les de los setenta se produce dentro de un discurso de una reevaluación crítica del periodo que va de
tura. marcadamente catalanista en la exposición comi- 1972 a 1976, fecha esta última de la exposición Van-
Aquí sólo apuntaremos algunas de las posi- sariada por Pilar Parcerisas en 1992, bajo el título guardia y realidad social que se inauguró dentro del
bles explicaciones de la peculiar imperfección de “Idees i actituds”1. marco de la Bienal de Venecia a los pocos meses
la historiografía de los Encuentros de Pamplona. En este contexto, la historia del arte español de la muerte del dictador. En este caso se trata de
La primera y más obvia es la débil estructura de la reciente ha sido un tema incómodo, abordado en una narración retrospectiva del rol de la vanguar-
historia del arte español contemporáneo, una de- positivo casi exclusivamente por un españolismo dia durante el franquismo, que pretendía marcar
bilidad que contrasta con la prolijidad del discurso trasnochado o por la autocomplacencia del dis- las pautas del rol social del arte en la futura España
sobre el arte del presente desplegado en catálogos curso oficial de uno u otro color. Una excepción democrática. Paradójicamente, supuso el inicio del
de infinitas exposiciones. Este desequilibrio deriva reseñable es la reivindicación que hiciera José fin de la alianza entre vanguardia y crítica social y
de la misión ideológica del arte contemporáneo en Luis Brea de los Encuentros de Pamplona en 1989, política que el mismo proyecto analizaba.
nuestro país de generar espectáculo, el espectáculo dentro de su proyecto 72-1992. Antes y después del El estudio de este periodo, objeto de narra-
de la modernidad, cuyos cauces son la exposición y entusiasmo2. La evocación de las prácticas de base ciones fragmentadas y contrapuestas, nos parece
los medios de comunicación. conceptual que se dieron cita en Pamplona en 1972, fundamental para entender los procesos que se

L
le sirve para ofrecer una alternativa al arte español desarrollarían en los años y décadas sucesivos y
a investigación académica sobre las prác- del entusiamo desarrollado en la década que en- de los que aún somos herederos. x
ticas contemporáneas se ha visto lastrada tonces concluía y que, a juicio de José Luis Brea,
por la lentitud de la renovación metodo- no era sino el resultado vacuo de unas políticas de
lógica y por el desvío de buena parte de promoción artística erradas tanto en sus referentes 1 Ver Idees i actituds. En torn de l’art conceptual a
sus energías a satisfacer las demandas inmediatas internacionales como en sus procedimientos. Catalunya, 1964-1980, Centre d’Art Santa Mónica,
Generalitat de Catalunya. Barcelona, 1992
de las instituciones. En su diagnóstico coincidía con los puntos de
2 La exposición vendría acompañada de un libro que
La segunda razón, de la que deriva la primera, vista enunciados por Mar Villaespesa en El síndro- contenía un texto introductorio de José Luis Brea
es la dinámica de olvido que acompañó a la cons- me de mayoría absoluta, publicado ese mismo año y la transcripción de una serie de mesas redondas
trucción del sistema del arte en España durante las en la revista Arena, que ambos editaban junto con con los participantes. Antes y después del entusiamo,
décadas de los ochenta y de los noventa. Ello forma el crítico Kevin Power3. En 1989, aún parecía perti- 72-1992. La Haya, SDU, 1989.
parte de una tendencia más general en la cultura nente esbozar alternativas críticas al arte español 3 Ver Mar Villaespesa “Síndrome de mayoría absolu-
española de la democracia en lo que respecta al en su conjunto como reacción a unas políticas ar- ta”, Arena nº 1, 1989, pp.81-83
4 Ver “Pamplona era una fiesta. Tragicomedia del arte
periodo inmediatamente anterior a la muerte del tísticas diseñadas también desde una perspectiva
español”, Desacuerdos 1. Sobre arte, políticas y esfera
dictador. En este periodo aparecen las cartas que centralista, como fuera el caso durante la década pública en el Estado español, Barcelona, Ediciones
se barajarían durante la Transición y en las que se de los ochenta. Es sintomático, sin embargo, el que del MACBA 2004, pp.17-74.
encerraba la promesa de otros presentes posibles. dicha alternativa que buscaba sus raíces en Los En-

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Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía

Edificio Sabatini Biblioteca Otros servicios


Santa Isabel, 52 De lunes a viernes Servicio de información
de 10.00 a 21.00 h Visitas guiadas
Edificio Nouvel excepto festivos Visitas guiadas con intérprete
Plaza del Emperador en LSE
Carlos V, s/n Librería La Central Lazos de inducción magnética
28012 Madrid De lunes a sábado Programas escolares y familiares
Tel. 91 774 10 00 de 10.00 a 21.00 h Audioguías
Fax 91 774 10 56 Domingo Asistencia médica
de 10.00 a 14.00 h Guardarropa
Horarios Martes, cerrado Teléfonos
De lunes a sábado Tel. 91 787 87 82 Cajero automático
de 10.00 a 21.00 h Parking para bicicletas
Domingo Cafetería/Restaurante
de 10.00 a 14.30 h De lunes a sábado
Martes, cerrado de 10.00 a 21.00 h
La salas de exposiciones Domingo
se desalojarán 15 minutos de 10.00 a 14.00 h
antes de la hora de cierre Martes, cerrado
Tel. 91 467 02 02

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