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1.

Totalitarismo
- Se suele considerar que la guerra civil española fue debida a su propio atraso, a sus
inercias autoritarias carentes de aquellos procesos modernizadores que le habrían
permitido resolver sus conflictos de forma más civilizada y sin excesos de barbarie.
Sería un episodio de tradición añeja de espaldas a la razón moderna. Esto se asume
como si la geopolítica de entonces no hubiera influido, como si la Legion Cóndor o los
escuadrones de Mussolini hubieran sido anecdóticos, o como si la política de no
intervención de Francia y Reino Unido fuera asimilable a una equidistancia neutral
(miles de exiliados pasaron por los campos de concentración improvisados por Francia
en el 39, donde fueron tratados como enemigos más que refugiados ante una guerra
perdida por defender valores e instituciones democráticas y republicanas. Europa
comenzó a reconstruirse dando la espalda a lo que Arendt describe como “apatride”
en Los orígenes del totalitarismo. Hoy día, la responsabilidad histórica de la memoria
agoniza por haber resurgido la dialéctica schmittiana de amigo-enemigo. Así, el exilio
filosófico del 38 sigue sin reconstruirse de manera sistemática y crítica. La obra
filosófica del exilio republicano del 39 es mucho más que una reflexión sobre España y
lo español.
- La crítica del totalitarismo ha sido significativa en el pensamiento del siglo XX, como
referente para explicar la quiebra de la razón moderna en el periodo de entreguerras.
El totalitarismo puede referir a una forma de vida moldeada por la tecnología, la
publicidad, la razón instrumental y la secularización incluso, todo ello compatible con
la democracia liberal y las lógicas de la Modernidad.
- Las derrotas de la batalla hermenéutica de la historia hacen de la memoria de la guerra
y del totalitarismo que lo amparó, un deber del presente.

2. El consumidor en la modernidad 1 (Szlechter, 2007)


- En la modernidad se produce una subjetividad de mercado donde los productos tienen
vida propia y sus “almas” son las marcas, que suponen conocer al consumidor,
ofreciéndole el estilo de vida que este necesita. La figura del consumidor da cuenta del
grado de cosificación que ha alcanzado el sujeto en la sociedad de consumo de masas.
- (NIHILISMO, SECULARIZACIÓN) En una sociedad donde casi todo tiene precio y casi
nada tiene valor puede conducir al sujeto al cinismo. Pero también, y este es el
potencial emancipatorio de la modernidad, puede provocarle un distanciamiento de
objeto que termina agudizando la percepción del mismo.
- La propaganda, otrora reservada a la política, pasa a publicitar las necesidades ficticias,
que necesitan ser creadas en un círculo continuo para así poder cumplir con el fin
último del dinero. El sujeto importa en tanto consumidor objetivado en el producto
consumible.
- El dinero se interpone entre el hombre y las cosas, alejándolo del reino de la
necesidad, liberándolo de las relaciones inmediatas, permitiendo el desarrollo de la
subjetividad, la autonomía y la experiencia estética del mundo. La manera en que le
dinero conforma sujetos provistos de sensibilidad estética, o convierte a los objetos en
dominadores de los hombres no depende de este, sino que se trata de los dos ejes de
una dialéctica sin síntesis característica de la modernidad (Simmel, 1977, 592).

1
La figura del consumidor en la modernidad: Un análisis simmeliano de las estrategias empresariales de
marketing. Diego Szlechter. Buenos Aires. Athenea Digital. 2007.
- La división de trabajo, producto de la revolución industrial, ha logrado separar a la
persona creadora de la obra creada. En etapas precapitalistas predominaba el trabajo
para el cliente, por lo que se establecía una relación personal entre el artesano y el
consumidor, perteneciéndole a ambos. Con la división del trabajo surge la mercancía
de forma independiente del consumidor, que pasa a conocer “el precio de todo y el
valor de nada”.
- …Porque el universo establecido del discurso está atravesado por la marca de las
formas específicas de dominación, organización y manipulación a las que están sujetos
los miembros de la sociedad.; se ven obligados, por necesidad social, a identificar la
“cosa” (incluyendo su propia persona, su mente y sus sentimientos) con sus funciones”
(Marcuse, 1984: 174-175).
- (*) El capital es una configuración análoga al ansia incesante de sujeto moderno, que
nunca encuentra satisfacción, que para crecer necesita seguir alimentando su propio
deseo. El eterno retorno tiene el mismo mecanismo que la plusvalía.

3. La ilustración
- Según los historiadores, la Ilustración o Siglo de las Luces coincide en su cronología
aproximadamente con lo que se ha llamado Modernidad. Para pensadores como
Cassirer más que comenzar en el siglo XVIII, la ilustración parecía culminar en la
Revolución Francesa un proceso ya comenzado en la baja Edad Media y en el
Renacimiento.
- La sociedad europea del siglo XVI al XIX fue producto de la razón humana que se
elevaba sobre los mitos y engaños a través de un nuevo modo de saber que prometía
un mundo mejor. La ciencia, el progreso, los avances técnicos, la nueva consideración
del hombre en el cosmos. El siglo XVIII era el resultado exitoso de los avances
anteriores, recogiendo los frutos que habían empezado a gestarse con Maquiavelo,
Copérnico, Galileo, Bacon.
- Con la revolución industrial y la aparición de la prensa periódica, surge la necesidad de
aprender y enseñar. La Enciclopedia de Diderot abandonaba los fundamentos
religiosos que habían regido el mundo y otorga al conocimiento un carácter laico y
materialista, acorde a los principios de la burguesía. Será completado con el
Diccionario Filosófico de Voltaire, que abogaba por el progreso y el dominio del
hombre sobre la naturaleza por sus propios medios.
- El fundamento de las monarquías absolutistas se venía abajo, pues Dios no confiere el
poder a nadie. Así surge el reformismo político, pero tras su fracaso en la Revolución
Francesa, da lugar a una corriente más fuerte, el Liberalismo

4. Ilustración y judaísmo
- Moses Mendelssohn. Critón cubrió las necesidades de Sócrates, por considerar que su
talento podría ser más útil al género humano con su reflexión que con su trabajo
manual. Así, comienza, junto a los sabios de aquel tiempo, a contemplar e imitar
bellezas de orden superior: “Aprendéis el arte de imitar la vida en lo inanimado, a
hacer la piedra semejante a la persona; buscad, en cambio, la sabiduría de imitar lo
infinito en lo finito, acercar tanto como sea posible en esta vida el alma de la persona a
la belleza y perfección orignales”.
- Se dedicó al principio a la física, después advirtió que había llegado el momento de
reconducir la sabiduría de la contemplación de la naturaleza a la contemplación de la
persona. “Ese es el camino que la filosofía debe recorrer siempre. Tiene que empezar
por la investigación de los objetos exteriores, pero a cada paso tendrá que dirigir su
mirada a la persona, a cuya verdadera felicidad deberían tender todos sus esfuerzos. Si
el movimiento de los planetas, la esencia de los cuerpos celestes, la naturaleza de los
elementos, etc. No tienen, al menos indirectamente, cierta influencia en nuestra
felicidad, la persona no está destinada a investigarlos.” (p. 66) “Sócrates fue el
primero, como dice Cicerón, que trajo la filosofía del cielo a la tierra, la colocó en las
ciudades”. No obstante, como suelen hacer los innovadores, fue demasiado lejos
despreciando las ciencias.

5. La modernidad
- Para los historiadores, tiene una cronología bien definida entre mediados del siglo XV
(conquista de América) hasta finales del XVIII (con la Revolución Francesa o la
Independencia de los EEUU (76), cuando se iniciaría la época contemporánea. Sin
embargo, como concepto, abarca ambas épocas, la moderna y la contemporánea, al
menos hasta la segunda mitad del siglo XX.
- Los rasgos que definen lo moderno son el predominio de método científico (Galileo,
Bacon, Descartes) como nuevo modo de saber, la organización política en Estados de
Derecho y la organización económica capitalista.
- Esos rasgos novedosos parecen también propios de la Ilustración. De hecho, es la
razón humana en su propia autocomprensión quien se considera a sí misma capaz de
generar novedades. El conocimiento mismo es novedad, avance, progreso, poder,
capacidad de generar cambio. Tras estas transformaciones opera la subjetividad
moderna.
- (*)Hasta la modernidad, los hombres se colocaban por debajo de Dios, al mismo nivel
que el resto de criaturas.
- Rompe con todos los esquemas anteriores que colocan al hombre en posición
subordinada, no hay principio explicativo alguno más allá del sujeto: ni idea, ni
sustancia, ni Dios.
- El sujeto hereda los 3, pues el principio explicativo de la modernidad es la sustancia
hecha sujeto, el Espíritu hegeliano. Ahora el sujeto es protagonista.

6. La escolástica
- Tal como asimiló el mundo griego, la noción que lo explicaba todo era la sustancia/ el
ser, el ser humano era un objeto más. De esta categoría derivaban los principios de la
ciencia y del obrar humano.
- Nociones como causa y efecto, acto y potencia (Aristóteles), en ellas el sujeto humano
no juega un papel relevante. En Platón la idea es anterior al sujeto, que depende de
ella.
- En el mundo cristiano la subordinación ya no es a la naturaleza, sino a la divinidad, que
tiene rasgos de lo humano. Así, lo humano se degrada frente a la omnipotencia, pero
toma una posición superior frente a la naturaleza, posición que ocupará en la
modernidad. (*)

7. Secularización
- Para Marx, el problema religioso se ha desplazado desde la religión premoderna hacia
objetos propios de la modernidad.

8. Subjetividad moderna e ilustrada. La brecha.


- La subjetividad moderna es deudora de un racionalismo cartesiano que queda muy
lejos de la razón ilustrada entendida como crítica.
- El sujeto cartesiano no es racional: quiere, imagina, desea. Si bien en el Discurso es
crítico con la escolástica y lo premoderno, en las Meditaciones es dogmático. Si esto le
ocurre al representante del racionalismo, qué no le ocurrirá a Pascal, Kierkegaard,
Jacobi, ¿acaso no son modernos?
- Romanticismo: es la soledad del sujeto, por la capacidad de absorberlo todo en una
idea, en una verdad. Dios ya padecía esa soledad, pero no le es atribuible a un sujeto
que es la suma de la perfección. La soledad del sujeto moderno lo es de un todo que
no puede serlo por definición. (Nietzsche: no puede sobrepasar sus límites)
- Cuando hablamos de sujeto, la totalidad es la suma de sujeto y objeto, cuando uno de
los dos pretende derivar al otro de sí mismo, pretende ser el todo. (Fichte, Hegel,
Husserl). La modernidad está así constituida como una deficiencia con pretensiones de
completud.
- El sujeto moderno se prefigura en San Agustín, pero como un sujeto que entra en
conexión con un ser superior, fuente de toda verdad, satisfacción y perfección. En la
modernidad, la verdad desaparece, y aquella ansiedad que culminaba en la divinidad
se queda sola consigo misma, obsesionada con alcanzar la perfección a partir de sí.
- El sujeto moderno es la metáfora que condensa todas las demás, y de lo que habla esa
metáfora es de la sustancia inasible y cambiante en la que vivimos desde hace 3 siglos,
en una contingencia que es lo que de un modo u otro llamamos modernidad.
- El sujeto es la metáfora de la modernidad, un intento de unificar en un proyecto
emanado de una voluntad lo que solo es una contingencia compleja. Una respuesta a
algo más amplio que lo borra y lo reescribe.

9. Sujeto cartesiano
- Pone en marcha el mecanismo ilustrado de la crítica, apuntando al núcleo de la
modernidad, pero deja de ser ilustrado al detener su crítica en un yo engañado más
allá del cual no cabe ir.
- El fundamento de la modernidad que nos ofrece es la conciencia del engaño, donde la
existencia del engañador es desconocida salvo por el hecho de que nos engaña. Para
resolverlo echa mano de Dios y el argumento ontológico. La modernidad es aquí pura
teología, si eliminamos la teología se viene abajo el edificio entero. ¿Qué quedaría? La
modernidad tiene más que ver con eso que con el sujeto racional, que no es más que
un recurso literario.
- Por tanto, Marx, Nietzsche y Freud no inician la crítica y superación de la modernidad,
sino que la empiezan a definir con más precisión: como una estructura deseante que
carece de fines, de causas y de todas las nociones procedentes de Aristóteles.

10. El discurso del método


- La geometría analítica es una herramienta de conocimiento que podría compararse
con la mirilla de un rifle, donde se presenta en un plano a la naturaleza, que la recoge
para cazarla.
- Lo que interesa es la nueva máquina y aquello para lo que sirve. El yo es la máquina
capaz de conocer, de adquirir la verdad. Las Reglas para la dirección del
espíritu/máquina.
- Se prescinde de la vieja sabiduría (especulación, sustancias, ser, acto y potencia) para
aplicar los principios de la ciencia moderna, que ya Galileo puso en marcha, la cual
permite actuar sobre la naturaleza.

11. Ciencia
- La ciencia era cualitativa, se fijaba en el ser de las cosas, en cualidades internas. Ahora
la ciencia prescinde del ser, busca cómo se comportan los cuerpos. La naturaleza está
escrita en caracteres matemáticos.
- Los principios de la filosofía moderna son un simple panfleto explicativo de la ciencia.
Entonces ¿por qué en el Discurso vuelven las nociones? Modificadas y al servicio de la
máquina, publicidad porque la autoridad era la Iglesia, su lenguaje es de sustancias y
de Dios. Quiso adaptar el viejo lenguaje al nuevo mundo.
- Los objetos son sustancia extensa, matematizable. La sustancia pensante es el yo,
desde su interior habrá que recuperar a Dios y al mundo. Pero solo mediante su
existencia podemos salir del solipsismo.
- Pero el yo, la sustancia extensa, Dios y lo demás son personajes de una ficción que
sirve a la máquina.

12. Filosofía moderna


- Hasta Kant, es una sucesión de críticas a los puntos débiles del relato cartesiano. Pero
al no verlo como ficción, contribuyen a su fin.
- Para Ockham y Duns Escoto, incluso las verdades matemáticas y lógicas quedaban
subordinadas al arbitrio divino, cuya voluntad no quedaba sometida a ellas. Como
quiere partir desde cero el edificio del saber, su experimento del Discurso resulta
insuficiente, por lo que en las Meditaciones introduce al genio maligno. Ahora la
existencia no la deduce del pensar, sino de engaño.

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