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El mundo de Odiseo

Hemos resumido lo mejor posible este capituo en resumen el Mundo de odiseo por M.I Finley. La
población referida en el mundo de Odiseo no era numerosa, sin embargo existe en los poemas un
exagerado número en las descripciones. Por otro lado podemos conocer la profunda separación
horizontal marcada en ambos poemas, encima de la línea estaban los aristoi, “la mejor gente”,
nobles hereditarios que poseían la mayor parte de la riqueza y todo el poder, debajo los demás, la
multitud.
La economía funcionaba de tal manera que era imposible la creación de nuevas fortunas, al igual
que el matrimonio estrictamente limitado por la clase. Existían además otras divisiones pero no
hay un término en los poemas que signifique “labrador o artesano”. Por otro lado aparecen con
claridad términos que definen el hombre libre del esclavo. La palabra drester que significa
“alguien que trabaja o sirve “que se utiliza tanto para los libres como para los esclavos. Sabemos
que la principal fuente de esclavos y sobre todo mujeres esclavas, son las guerras, donde los
héroes como regla general mataban a los varones y se llevaban a las hembras. El lugar de las
mujeres esclavas era la casa para los quehaceres del hogar, si eran jóvenes su lugar era el lecho
del amo. Sabemos también que algunos hombres también eran cautivos.
En la población natural y libre de Ítaca estaban los jefes de familias independientes, ganaderos y
campesinos y especialistas (carpinteros y trabajadores en metal, adivinos, bardos y médicos). Nada
se ha dicho acerca de remuneración pero el autor deduce que cada familia de la comunidad daría
a los demiogergoi, especialistas, una cuota de mantenimiento con la condición de que estuvieran
a disposición del pueblo. Eumeo indicaba otra cualidad especial de los demioergoi, para él todos
los artesanos eran extranjeros. Probablemente algunos lo eran y otros no. Para el trabajo básico
de pastoreo y de labranza en los campos, mayordomía y servicio en la casa, no hacían falta
especialistas: todo hombre en Ítaca podía guardar ganado y labrar y trinchar, y los plebeyos que
tenían hacienda la trabajaban ellos mismos.
Debemos también mencionar a los thetes, hombres sueltos, jornaleros sin propiedad que
trabajaban por un salario y que mendigaban lo que no podían robar. Un thes, estaba
desprovisto de cualquier vínculo al oikos , centro donde se organizaba la vida, la casa
autoritaria, esto le situaba en un escalón incluso inferior al propio esclavo. En general el esclavo
recibía un mejor trato. Las mujeres esclavas rara vez contraían matrimonio con esclavos pues
eran pocos , lo más corriente eran encontrar niños nacidos de esclavas procreados por el amo u
otros varones libres de la casa. En el mundo de Odiseo la situación del niño estaba determinada
por el padre.

Con el tiempo las conquistas o riquezas adquiridas crearon la separación entre el terrateniente
ordinario y el noble reflejado en la magnitud de sus respectivos oikoi.
Además bajo las líneas hereditarias sirvió para sellar y conservar la línea de clases.

El uso principal de la tierra era el de pastoreo. El propio mundo de Odiseo era de pastoreo, no de
cultivo ya que el suelo griego es pobre y rocoso. Las casas solariegas de los poemas realizaban un
mínimo necesario de arado y plantación. Dependían de sus animales para el vestido, el tiro, el
transporte y buena parte de la alimentación. Con sufrientes piedras de construcción y arcilla para
alfarería estas casas podían alcanzar su ideal de absoluta autosuficiencia.

Los oikos cubrían las necesidades materiales de consumo del señor y de su gente, pero la
necesidad de metal cuya fuente de suministro eran extranjeras de Asia occidental y Europa central
era algo que impedía la autosuficiencia absoluta. Claro está, que el metal significaba herramientas
y armas, y sobre todo no olvidemos el valor simbólico. El keimelion, “algo que puede guardarse,
era un tesoro en forma de copas, trípodes o calderos cuyo material era el bronces, hierro o oro. Su
uso utilitario no suprimía la satisfacción estética y el valor de riqueza simbólica y prestigio. Poseer
un tesoro y regalarlo eran sus usos más corrientes aunque paradójicos. Estos botines para adquirir
metal eran obtenidos por la fuerza o bien , como ocurría en sociedades primitivas y arcaicas, en
forma de regalo por servicios u honores. Este intercambio de regalos está reflejado en ambos
poemas atribuidos a Homero. La diplomacia está regida por este intercambio de regalos , dentro
de relaciones exteriores y manifestaciones pacificas, frente a la ganancia a expensas de otro en un
terreno totalmente diferente, la guerra y la incursión. Si no situamos en un mundo sujeto por una
costumbre rígida que sujetaba al individuo más si cabe que la propia ley, entenderemos como el
botín era repartido con reglas que creaban un intercambio equitativo. Nadie debía sacar provecho
del intercambio. La ética del mundo de Odiseo prohibía la práctica del comercio como profesión.
Dentro de este patrón lo que salvó al Odiseo homérico del engaño fuel empleo en la persecución
de objetivos heroicos. La necesidad de metales , o cualquiera otra, era asunto, como
mencionamos antes de los oikos.

Se intercambiaban artículos de primera necesidad, materias primas, indudablemente bajo los


mismos principios de equivalencia, relaciones fijadas por la costumbre y sin ganancia. Los
ganaderos y los labradores, incluyendo los thetes, tenían siempre otro recurso para obtener cosas.
Podían trabajar. Lo mismo con el trabajo que con el comercio; existía una gran línea divisoria en la
sociedad entre los que estaba obligados a trabajar y los que no. Los primeros serían los individuos
con habilidades inspiradas. Esto se resume en la admiración por la destreza y la artesanía frente al
desprecio al trabajador. Luego por ello aparecen divinidades entorno a esta tarea, por ejemplo
Hefesto, hijo de Hera, al que se le atribuye una destreza fabulosa.

Los dioses; no obstante, debe constituir de algún modo un ser aparte de los demás dioses.
Por último mencionar que las mujeres trabajaban sin distinción de clases, ejemplo de Nausícaa,
hija del rey feacio, que lavaba la rapa de la casa familiar o como no Pénelope tejiendo y
deshaciendo el ardid para alejar a sus pretendientes. ¡Ya queda menos para terminar el Resumen
el Mundo de odiseo por M.I Finley!

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