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Prueba - CRIA PDF
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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
CALIDAD DE VIDA:
A LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA
FICHA DE CATEDRA: N 3
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN
2.2.2 VALIDEZ
2.2.3 CONFIABILIDAD
3.9.4 CONCLUSIONES
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4. APORTES A LA PERSPECTIVA DE CALIDAD DE VIDA (ICV)
5.4 TABLAS
6.3 TABLAS
7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
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1. INTRODUCCION
Las pruebas de evaluación psicológica constituyen una de las herramientas más
importantes con la que contamos los psicólogos para la investigación y la práctica
profesional. Como sucede con cualquier otra tecnología científica, los instrumentos
de evaluación psicológica pueden ser usados de forma correcta o incorrecta, en
cuyo caso se corre el riesgo de un grave perjuicio para los involucrados en el
proceso evaluativo o en la investigación. En múltiples ocasiones nos hemos
preguntado ¿por qué se hace un uso incorrecto de los instrumentos de evaluación
psicológica? Anastasi (1987) sugiere tres razones posibles: a) intención deliberada
de deformar la verdad, b) negligencia, y c) insuficiente conocimiento de los
instrumentos evaluativos. La autora remarca esta última explicación como la causa
más frecuente del uso inadecuado de las pruebas de evaluación psicológica. Si este
fuera el caso en nuestro país, y creo que no dista demasiado de la realidad
planteada en otros contextos, necesitamos reflexionar sobre qué podemos hacer
para solucionar este problema. En realidad, existen diversas fuentes potenciales de
error en el uso de instrumentos de evaluación psicológica. Eyde y colegas (1993)
identificaron algunas de las más frecuentes: desconocer la necesidad de usar
diversas fuentes de información convergente, tomar decisiones importantes
solamente en función de los puntajes obtenidos en un instrumento, el uso irrestricto
de tests por parte de personas no entrenadas, realizar inferencias que exceden los
límites impuestos por el propio instrumento, etc.
El uso incorrecto de las técnicas, tanto en el plano de la investigación como en el de
la intervención, se produce en diversos campos de aplicación de la Psicología:
educacional, organizacional, clínico, jurídico, etc. Esta situación tan extendida como
preocupante nos impulsa a pensar en instrumentar estrategias para afrontar este
problema tales como la restricción al acceso de los instrumentos o, mejor aún, la
capacitación y especialización en el uso de los mismos. Es decir, por un lado,
plantear restringir el acceso, en este momento totalmente “libre” a los instrumentos
de evaluación psicológica, condicionándolo a la demostración de la capacidad y
entrenamiento habilitante de quienes deseen utilizarlos tanto en el quehacer
profesional como en el investigativo. En tal caso, solamente podrían utilizar tests
quienes se hayan especializado y tuvieran el entrenamiento necesario para ello. En
este sentido, cabe recordar el sistema de clasificación de la American Psychological
Association, que categorizó los tests en tres niveles A, B y C. Esta clasificación fue
implementada para mostrar el diferente grado de especialización y experticia que
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requiere el uso de los diferentes instrumentos. Así, en el grupo A se incluyen los
tests de rendimiento y de conocimiento, en el grupo B se encuentran los tests
colectivos de aptitud e inteligencia, y en el C encontramos los individuales de
inteligencia y personalidad y las técnicas proyectivas. Sin embargo, aun cuando
lográramos implementar esta restricción, que implicaría un cambio importante en el
estado actual de situación, esta restricción por sí sola no nos garantizaría que los
instrumentos de evaluación psicológica reciban un uso adecuado tanto a nivel
interventivo como investigativo. Moreland, Eyde, Robertson, Primoff y Most (1995) y
Simner (1996) demostraron empíricamente que la especialización académica como
único factor asociado con niveles de restricción al uso de instrumentos de
evaluación, no asegura un mejor uso de los instrumentos. Por tanto, al
entrenamiento y capacitación de posgrado en instrumentos específicos y con
acreditación de los conocimientos adquiridos y las prácticas realizadas, deberíamos
sumar la capacidad de autoevaluación de las propias competencias como un factor
crucial ante la decisión de utilizar un determinado instrumento evaluativo. A los
psicólogos que utilizan técnicas les cabe la responsabilidad en la constante
especialización y actualización en el uso de instrumentos de evaluación psicológica,
partiendo del supuesto de que si un profesional está suficientemente capacitado y
entrenado en la práctica con instrumentos de evaluación se reduce la probabilidad
de que estos no sean correctamente utilizados (Fremer, 1996; Martínez, García y
Muñiz, 2000).
Al centrarnos en las pruebas, encontramos que sería importante que todo psicólogo
pudiera disponer de una valoración realizada por personas expertas en el área de
evaluación psicológica que informaran la calidad técnica de los instrumentos,
construidos y adaptados, en nuestro medio. En Holanda, por ejemplo, es la
Asociación Psicológica Nacional la que se encarga de revisar los instrumentos que
están en el mercado y publicar una guía con toda la información actualizada para los
profesionales que utilizan pruebas. En Inglaterra se aplica un sistema similar, solo
que los expertos que evalúan la calidad técnica de los instrumentos provienen de las
editoriales de los mismos. Lo propio está sucediendo en otros países como España
que ha formado ya una Comisión de Tests dentro del Colegio Oficial de Psicólogos
con esta finalidad. Existen organizaciones como la Federación Europea de
Psicólogos o la Asociación de Psicólogos Americanos, que desde hace algún tiempo
se encuentran publicando códigos deontológicos y éticos, que incluyen la
problemática de la construcción y uso de los instrumentos. También existen
organizaciones, como las nombradas que han establecido standards específicos o
lineamientos a tener en cuenta, dando orientación a los profesionales en aspectos
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centrales de la práctica interventiva e investigativa con instrumentos, abarcando
tanto su construcción como su adaptación y aplicación.
Es que un aspecto muy importante en el uso de instrumentos de evaluación es
cómo éstos han sido construidos o si han sido traducidos y adaptados de una
cultura a otra, especialmente en lugares donde se habla más de una lengua. En
1994, la Comisión Internacional de Tests, mejor conocida como ITC, en conjunto
con otras siete organizaciones internacionales publicaron el borrador de las Normas
para la Adaptación de Instrumentos de Evaluación Psicológica de un idioma y
cultura a otro idioma y cultura. Estos lineamientos son útiles a la hora de adaptar
instrumentos y al aplicarlos podemos revisar dichos principios para los casos
particulares, tanto en el área investigativa como interventiva, en nuestro medio. En
general, tanto para los psicólogos interesados en utilizar un instrumento construido
en otra cultura o idioma como para quienes deseen realizar trabajos de
investigación transculturales, será decisivo conocer y tener en cuenta los
lineamientos sugeridos por la ITC ya que son los que han sido adoptados por los
psicólogos de todo el mundo, probando tener cada vez mayor validez. Siguiendo
dichos principios y en total acuerdo con la guía de procedimientos específicos para
la correcta adaptación de los tests de Hambleton (1994); dos especialistas en el
tema Fons J.R. van de Vijver de la Universidad de Tilburg (Holanda) y Chantale
Jeanrie de la Universidad de Labal en Québec (Canadá); han propuesto en el 28
Congreso Internacional de Psicología celebrado en Beijing (China) en Agosto del
2004, una metodología de trabajo para la adaptación y validación de instrumentos
de evaluación psicológica, cualquiera sea su aplicación. Esta propuesta incluye
analizar teórica y metodológicamente el “background” o sea los antecedentes de los
instrumentos a utilizar. Esto significa que el aspecto crucial en esta etapa será
hallar las equivalencias. ¿Qué tipo de equivalencias nos ocuparán?
Por una parte la Equivalencia Lingüística. Esta equivalencia implica realizar un
mapa de los aspectos lingüísticos del significado: el significado de la palabra y el
significado de la oración, dedicando especial atención al orden de las palabras y a la
presencia de giros idiomáticos. Por otra parte, debemos considerar la Equivalencia
Psicológica, o sea la necesidad de realizar un mapa de los significados psicológicos
considerados en dicho instrumento. Esto nos remite al eterno dilema de la
psicología transcultural ¿un constructo tiene la misma función psicológica en todos
los idiomas? Para lograr una buena traducción y adaptación de un instrumento de
evaluación construido y validado en otro contexto que el propio, se deben combinar
estas consideraciones y garantizar una buena equivalencia en las adaptaciones.
¿Qué significa hallar la equivalencia en las adaptaciones? Significa establecer la
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Equivalencia estructural, es decir, conocer si el instrumento evalúa el mismo
constructo subyacente en todas las versiones Aquí tiene un rol importante el análisis
factorial. En cambio en la otra Equivalencia a establecer la Métrica, que nos
permitirá conocer si los puntajes de las distintas versiones son comparables, nos
prestará ayuda el Análisis del Funcionamiento Diferencial de los Items y la detección
de los sesgos en los items o “ítem bias”. Es decir que al análisis comparativo entre
instrumentos de medida como conjunto de items, se debe agregar el estudio de sus
componentes individuales que evalúe el funcionamiento diferencial como paso
previo a una posterior evaluación del sesgo o falta de equivalencia métrica.
Sintetizando, en la experiencia desarrollada por los autores antes citados y
siguiendo los lineamientos de la International Test Comisión publicados por
Hambleton en 1994, para realizar la adaptación de un instrumento se deberían
contemplar los siguientes pasos: a) Primer paso: Traducción: un número importante
de traductores, al menos cuatro traductores con conocimientos académicos en
Psicología deben traducir en forma independiente el mismo instrumento. A cada uno
de los traductores se le entrega instrucciones sobre el tipo de traducción a realizar y
el tipo de ítem que se espera obtener.
b) Segundo Paso: Este se centra en la adaptación, en la que se someterá a cada
ítem traducido al análisis de un grupo de al menos cinco jueces bilingües. Ellos
deberán evaluar en una escala de cuatro puntos la equivalencia conceptual
respondiendo a la consigna: “Comparando con el significado del ítem original, el
significado del ítem que se ha traducido es
1. idéntico
2. bastante similar
3. bastante diferente
4. diferente
Luego, dos investigadores o especialistas estudiarán los resultados obtenidos y
seleccionarán los items adaptados. Además se deberán realizar los cambios
necesarios en los items que así lo requieran a fin de obtener la versión final del
instrumento. Como último paso, se ha de realizar una prueba piloto a cargo de dos
investigadores o especialistas con entrevistas semidirigidas que permitan conocer la
opinión de los participantes respecto de los items que presentan dificultad en el
instrumento. Este proceso es por demás complejo y detallado, pero finaliza con un
instrumento adaptado que nos permite acceder a un último paso, no por último
menos importante.
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A través de la administración y el estudio del funcionamiento de la versión final
obtenida se buscará obtener la consistencia interna de la prueba, comparando el
Alpha de Cronbach obtenido en cada versión y el original del autor; y estudiar la
equivalencia de constructo que consiste en analizar hasta qué punto las pruebas
evalúan lo mismo en ambos grupos culturales. Cuando se superan los problemas
derivados de la traducción, se debe indagar en la distinta relevancia o familiaridad
de los items en los dos idiomas y para ambas culturas. Los conceptos de un idioma
tienen dimensiones semánticas que no necesariamente coinciden con su traducción
literal a otro idioma, se produce una falta de concordancia semántica. Es muy
necesario un estudio normativo que evalúe las dimensiones semánticas de las
palabras para que se produzca una concordancia semántica que garantice la
igualdad en la familiaridad y significatividad de los términos. Contar con pautas
normativas objetivas basadas en la frecuencia de uso de las palabras es esencial
para alcanzar la equivalencia semántica y en consecuencia la equivalencia métrica.
Resumiendo, si queremos obtener instrumentos con equivalencia conceptual,
lingüística y métrica; debemos realizar un trabajo fundado en habilidades y
conocimientos de especialistas que tengan en cuenta la cultura, el idioma, las
metodologías de investigación y el correcto uso de los procedimientos estadísticos.
O sea que la calidad de la adaptación de una prueba es el resultado de la calidad de
los diversos pasos y de la cadena de sucesivas decisiones interdependientes que se
deben tomar. En este sentido es destacable el análisis de los “sesgos” o “bias” que
se encuentran en los items y en los instrumentos como un punto a tener en cuenta
al seleccionarlos para su adaptación. Adaptación que como bien planteamos
anteriormente es una de las tantas situaciones problemáticas referidas a los
instrumentos de evaluación que debemos afrontar en nuestro quehacer investigativo
o interventivo.
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si se los utiliza en forma conjunta y adecuada con otros medios de recolección de
información. Los instrumentos más utilizados siguen siendo las Escalas Weschler
(WAIS y WISC), el Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota (MMPI),
el Test de Raven, el Test de Bender y el Cuestionario de Personalidad de Eysenck
(EPQ); demostrando un claro predominio de los instrumentos psicométricos sobre
los proyectivos. En este punto encontramos un interesante contraste con los
resultados obtenidos para el mismo período por Muñiz, Prieto, Almeida y Bartram
(1999) en América Latina donde los instrumentos más utilizados son los tests
proyectivos. Otro punto interesante a tener en cuenta en cuanto al tema de los
instrumentos de evaluación es que los profesionales de la psicología tanto en el
área de la investigación como en la de intervención han incorporado muy poco el
uso de instrumentos provenientes de los últimos avances en técnicas psicométricas
como las que derivan de los modelos de la Teoría de Respuesta al Ítem. Pareciera
existir en nuestro entorno académico y científico, una especie de actitud
conservadora en el uso de los instrumentos de evaluación, probablemente debida a
que los profesionales de la psicología se sienten satisfechos con el funcionamiento
de los tests clásicos o porque se ignora que existen nuevas aunque aún escasas
alternativas.
Arribamos así al punto crucial: el desarrollo de nuevos instrumentos de evaluación
psicológica en los contextos donde se han de utilizar tanto para la investigación
como para la intervención. En “Un modelo para evaluar la calidad de los tests
utilizados en España” Gerardo Prieto de la Universidad de Salamanca y José Muñiz,
actual presidente de la Comisión de Tests del Colegio Oficial de Psicólogos de
España, establecen que para mejorar el uso de los tests, además de restringir el
acceso de los usuarios, permitiendo su empleo solamente a profesionales
debidamente capacitados y acreditados; e incrementar la formación de los
profesionales, es menester fomentar la investigación para desarrollar pruebas
eficientes o sea construir nuevas pruebas, adaptar ecológicamente las desarrolladas
en otros países y revisar periódicamente la calidad técnica de las ya disponibles. Y
aunque lo ideal sería avanzar en los tres sentidos, encontramos que es prioritario en
nuestro medio el primer punto enunciado: construir nuevas pruebas.
A continuación presentaremos la construcción de una prueba para evaluar Calidad
de Vida percibida y la adaptación de una prueba para evaluar Respuestas de
Afrontamiento, en el contexto de las investigaciones realizadas y los estudios de
validación efectuados.
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PRIMERA PARTE:
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también influirán su satisfacción con dicha área, tal como cuando el sujeto distorsiona
una realidad objetiva en una situación determinada ya sea hacia el lado positivo o
negativo de la misma. Además de ser una parte constitutiva de la puesta a prueba de
la realidad, este componente de la realidad de los juicios sobre la satisfacción de una
persona, incluye la forma en que dicho sujeto interpreta la realidad o el conjunto de
circunstancias. Esta interpretación incluye el tomar decisiones sobre las implicancias
que un conjunto de circunstancias tenga para la autoestima y el futuro bienestar.
Desde la teoría de la Calidad de Vida y de la satisfacción de vida, se integran afecto y
cognición para definir el bienestar de un sujeto. La satisfacción de vida y los afectos
positivos y negativos se conciben como componentes de un constructo más amplio de
bienestar subjetivo o felicidad. Se asume que los correlatos afectivos del bienestar
subjetivo provienen ampliamente de los juicios cognitivamente basados sobre la
satisfacción de vida (Lazarus, 1991). Las características percibidas de un área de la
vida se evalúan a través de categorías referidas al grado de satisfacción que reflejan
las aspiraciones y metas en un área particular de la vida. Eso significa que una
persona decidirá si sus necesidades y aspiraciones han sido cumplidas en un área de
vida que valora. Las personas se sentirán más satisfechas cuando perciban que sus
niveles de satisfacción han sido cumplidos y menos satisfechas cuando no suceda
ésto.
La teoría de la Calidad de Vida propone que la satisfacción de una persona en un área
particular de vida se evalúe teniendo en cuenta tanto su importancia o valor antes de
que dicho nivel de satisfacción con esa área entre dentro de la ecuación que incluye el
contexto total de la satisfacción de vida. Así, la satisfacción en áreas muy valiosas de
vida se asume que tiene una influencia en las evaluaciones de la satisfacción de vida
total mayor que las áreas que tienen igual grado de satisfacción pero que son
juzgadas como de menor importancia para el individuo. La teoría de Calidad de Vida,
así planteada, presume que la satisfacción de vida es el aspecto más importante del
bienestar subjetivo ya que asume que los elementos afectivos provienen de los juicios
de satisfacción (Ferrans & Powers, 1992, George & Bearon, 1980). Una vez que se
realizan y asocian los juicios sobre satisfacción de vida y se discriminan ambos
afectos, tanto positivos como negativos, se asume que estas emociones afectarán, en
su momento, las evaluaciones cognitivas de la satisfacción. Se plantea una medida de
"causalidad bidireccional" entre pensamientos y emociones (Lazarus, 1991; Lazarus &
Folkman, 1984). En síntesis, la satisfacción de vida en su conjunto y los afectos
negativos y positivos se combinan para formar un constructo de nivel superior que es
la Calidad de Vida.
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El modelo de Calidad de Vida se relaciona, por otra parte, con conceptos tales como
depresión y desórdenes psicológicos, al asumir que, por ejemplo en el caso de la
depresión por insatisfacción esta es causada por una combinación de una
desesperanza y autoevaluación negativa, que a su turno se basa en repetidos
fracasos en poder satisfacer aspiraciones y concretar expectativas personales en
áreas de la vida sumamente valoradas por el sujeto. Si recorremos el camino desde
los lugares más distantes hasta los más inmediatos de la secuencia de sucesos que
llevan a la depresión por insatisfacción, podemos llegar a la hipótesis de que la baja
satisfacción respecto de la vida en general puede causar disforia, que a su vez sirve
de motivación a los sujetos para realizar esfuerzos para incrementar los grados de
satisfacción con sus vidas. La mayoría de las personas tienen éxito en sus esfuerzos
por alcanzar sus logros, y por lo tanto aumentan su satisfacción con la vida y reducen
la intensidad y frecuencia de los afectos negativos, e incrementan la frecuencia e
intensidad de los afectos positivos en sus experiencias. En cambio, aquellos que
devienen en una depresión por insatisfacción no tienen éxito al tratar de aumentar su
satisfacción en áreas valiosas y, por lo tanto, fracasan en incrementar el grado de
satisfacción que tienen con toda su vida. Es más, se transforman en personas
desesperanzadas que se culpan a sí mismas por haber fracasado en la consecución
de la satisfacción; como parte de una evaluación general negativa de sí mismos. Esta
autoevaluación negativa, consistente en cinco procesos y estructuras cognitivas, se
resume en: una mayor atención focalizada en sí mismos, culparse a sí mismos,
autocrítica con fracasos repetidos frente a los intentos realizados para incrementar la
satisfacción con la vida, baja autoeficacia con respecto a las áreas valoradas de vida;
y baja autoestima. Está generalmente aceptado que la mayoría de las depresiones,
son depresiones por insatisfacción y que otros desórdenes relacionados con ello
pueden también deberse a una falla repetida al tratar de tener más satisfacción en
determinadas áreas valiosas de la vida de una persona. Estos desórdenes incluyen,
por ejemplo, el abuso de alcohol y drogas, la ansiedad generalizada, y los desórdenes
psicofisiológicos.
Finalmente, al analizar el constructo Calidad de Vida creemos oportuno realizar un
recorte que contemple un enfoque ecológico al estilo del modelo propuesto por Vaux
(1990) al plantear el tema del apoyo social, de acuerdo con el cual los recursos
sociales, las conductas de apoyo, las valoraciones subjetivas, etc. no son propiedades
estáticas de la persona o del entorno sino que reflejan las transacciones dinámicas
que se producen entre las personas y sus contextos de vida. De acuerdo con el
modelo de Vaux, este proceso complejo que contempla el concepto de calidad de vida
estaría determinado por factores personales, sociales y ecológicos. De igual modo,
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tomando el marco teórico sustentado por Sarason (Sarason , 1992) postularíamos la
interacción entre tres conjuntos de variables o contextos: intrapersonal, interpersonal y
situacional; para explicar la relación entre conceptos como apoyo social y bienestar
personal o calidad de vida. En síntesis, existe gran cantidad de material teórico
referido al multidimensional concepto Calidad de Vida que no ha logrado ser
operacionalizado a través de instrumentos de evaluación psicológica válidos y
confiables que permitieran el avance científico requerido por este importante indicador
psicológico. Esta es la razón que animó a investigar en este tema con la finalidad de
diseñar un instrumento de evaluación que permitiera abordar dicho constructo.
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básicamente en la polaridad Cuanti-Cuali. Los enfoques cuantitativos han tenido
como objetivo operacionalizar la Calidad de Vida estudiando indicadores: Sociales
(condiciones externas relacionadas con el entorno como la salud, la educación, el
vecindario, la vivienda, la recreación, la amistad, etc.); Psicológicos (reacciones
subjetivas del individuo a la presencia o ausencia de determinadas experiencias
vitales); y Ecológicos (ajuste entre los recursos del sujeto y las demandas del
ambiente). Los enfoques cualitativos se centran en las percepciones de los sujetos
sobre sus propias experiencias vitales, desafíos y problemas.
Entre las Ciencias de la Salud, este término ha derivado en uno nuevo: Calidad de
Vida Relacionada con la Salud. Numerosos trabajos de investigación científica lo
usan con la finalidad de evaluar intervenciones en pacientes con cáncer, HIV, asma,
esclerosis múltiple, discapacidades diversas, etc. También desde la Psicología se
realizan evaluaciones de Calidad de Vida para valorar programas y terapias para
enfermos crónicos. Es un concepto guía adoptado por programas de
desinstitucionalización y acceso al empleo por parte de personas con discapacidad
y se ha convertido en diversos ámbitos en un lenguaje común de quienes pretenden
evaluar resultados.
Por todas estas razones y, en especial, por nuestro interés en la evaluación
psicológica y la construcción de instrumentos en el contexto en donde se han de
aplicar llegamos a la necesidad de desarrollar el ICV. El Inventario de Calidad de
Vida percibida (ICV) ha sido desarrollado con la finalidad de tener un instrumento
que permitiera evaluar un constructo multidimensional que incluye tanto los
aspectos positivos como los negativos en relación no solo a la salud mental del
evaluado sino también a toda su vida cotidiana, trabajo, estudio, finanzas, ambiente
físico y social, etc. Siguiendo la teoría de la Calidad de Vida que plantea que existe
un número finito de áreas de la vida de una persona que pueden identificarse para
poder explicar el bienestar y la satisfacción que una persona experimenta con su
vida, hemos trabajado en la delimitación conceptual de dichas áreas. Se realizó una
revisión exhaustiva de la bibliografía internacional, especialmente de los estudios
que identificaban áreas específicas de la vida que estuvieran asociadas con la
satisfacción vital y el bienestar (Andrews y Whitey, 1976; Campbell, 1976; Diener,
1984; Flanagan, 1978; Veenhoven, 1984). Se revisaron instrumentos existentes
para la evaluación de Calidad de Vida y Calidad de Vida Relacionada con la Salud,
en los diversos ámbitos de aplicación y para diversos grupos según etapa del ciclo
vital (niños, adolescentes, adultos y ancianos). A partir de dichas revisiones y de las
entrevistas con informantes claves expertos en la temática, fue posible seleccionar
primeramente 16 áreas que requirieron su ampliación a las definitivas 18 áreas que
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han demostrado estar asociadas empíricamente a la satisfacción vital y al bienestar
de las personas, incluyendo: Salud, Autoestima, Valores, Religión, Finanzas,
Trabajo, Recreación, Estudio, Creatividad, Solidaridad, Amor, Amigos, Hijos,
Parientes, Casa, Vecindario, Comunidad y Ambiente. Cada área de la vida evaluada
por el ICV refleja un factor, personal o contextual, de peso, para poder explicar el
funcionamiento de una persona en su medio natural.
El modelo de Calidad de Vida que trabajamos supone que las personas perciben
características o sucesos objetivos y los evalúan en base a sus expectativas
personales o a una satisfacción personal promedio y esa satisfacción ponderada por
la importancia o el valor asignado a ese factor es la que conforma, conjuntamente
con otras correspondientes a diferentes áreas de la vida de la persona, su
satisfacción vital o Calidad de vida.
Con este instrumento se han realizado una serie de investigaciones en diversos
contextos como el hospitalario y el carcelario (Mikulic, 2003). En una investigación
realizada en contexto rural (Mikulic, 2000) se utilizó este inventario para evaluar la
Calidad de Vida en diversas provincias, considerando población rural desde una
concepción estadística (personas que viven en lugares cuyo tamaño del núcleo de la
población no supera los 2.500 habitantes). Participaron de esta muestra intencional
rural 53 sujetos provenientes de las siguientes provincias: Tucumán, Catamarca,
Provincia de Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco, Entre Ríos, Misiones, Chubut,
Río Negro y Tierra del Fuego. También se seleccionaron 52 participantes
provenientes de un contexto urbano por excelencia como es la Ciudad de Buenos
Aires con sujetos provenientes de barrios ubicados en áreas que fueron
contrabalanceadas en función a las zonas demarcadas según el Anuario Estadístico
de la República Argentina, INDEC 1999. Como síntesis de los estudios de correlación
y análisis de regresión realizados a fin de explicar la calidad de vida percibida en
contexto urbano y rural, pudimos concluir que:
Al explicar la calidad de vida percibida, la interacción entre las variables sexo, edad
y religión era signficativa al 5% con un F = 3.731 p=0.08. Con lo cual se reforzó la
necesidad de incluir constructos como “espiritualidad o religión” al evaluar este
constructo. En tal sentido, la interacción más fuerte con calidad de vida percibida
demostró concentrarse en tener una creencia religiosa y practicarla con un F=3.97
p=0.05 significativa al 5%.
El estudio alcanzado por los sujetos mostró ser un predictor de la calidad de vida
percibida significativo al 5% con un F = 2.48 y p = 0.03, ya que el nivel educativo
alcanzado permite diferentes accesos a empleos y trabajos que a su vez equivalen
a diferentes niveles de ingresos.
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Los estresores vitales y los recursos sociales demostraron explicar el 21% de la
varianza con una correlación con contexto urbano que explica el 45%.
En el contexto rural, los estresores correspondientes al dominio Salud y Vivienda y
Vecindario explicaron el 30% de la correlación con calidad de vida percibida,
mostrando la importancia de evaluar la calidad ambiental.
En los factores ambientales encontramos que en el contexto urbano no se
producían diferencias significativas; en cambio, en el contexto rural encontramos
que existían diferencias significativas entre la calidad de vida percibida entre los
habitantes de las distintas provincias. Especialmente: provincia de Buenos Aires y
Tucumán (t = 2.205 p≤ 0.05); las provincias del Sur (t = 3.565 p≤ 0.05);
Mesopotamia y Tucumán (t = 2.721 p ≤ 0.05) y Catamarca y Tucumán ( t = -2.256
p≤ 0.05).
Estos y otros resultados nos confirmaron la necesidad de evaluar los factores
contextuales así como los personales al medir la Calidad de Vida percibida.
2.2.2 Validez
Validez de Constructo: Este inventario refleja de manera directa la teoría de Calidad
de Vida que lo sustenta: a) por la manera en que define satisfacción con la vida, b)
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porque la satisfacción vital total se obtiene a través de la sumatoria de las
satisfacciones percibidas en cada área vital específica, c) por la manera en que se
promedia la Satisfacción con la Importancia asignada a cada área y d) por las 18
áreas que se valoran. La satisfacción vital que equivale a la calidad de vida de una
persona se refiere a la evaluación subjetiva que realiza una persona del grado en el
cual se ven cumplidos sus deseos, metas y necesidades. La distancia percibida
entre lo que la persona tiene y quiere tener en las áreas vitales evaluadas determina
su satisfacción o insatisfacción.
Este instrumento responde a un modelo lineal y sumatorio, en el cual la satisfacción
vital total de una persona está integrada por la satisfacción que la persona percibe
en áreas específicas que son valoradas o no como importantes para la misma. Así
la satisfacción de una persona en un área específica de su vida está compuesta por
cuatro elementos: a) las características objetivas del área, b) la forma en que la
persona percibe y evalúa el área, c) la evaluación que realiza la persona en dicha
área considerando el promedio o lo esperable de lograr en dicha área, y d) el valor o
importancia que la persona otorga a un área en relación a su bienestar general.
Las características objetivas de un área vital contribuyen a la evaluación de la
satisfacción ya que las personas, por ejemplo al evaluar el área trabajo, tienen en
cuenta el sueldo que reciben, los compañeros de trabajo y los jefes que tienen, el
ambiente de trabajo, la seguridad en el trabajo, etc. La percepción y evaluación
subjetiva de las características de un área vital también influyen ya sea que se
produzca una distorsión positiva o negativa en la forma en que la persona evalúa
sus situaciones vitales, por ejemplo cuando la persona atraviesa situaciones
complejas como estar en prisión y las consecuencias que ello tiene en su
autoestima o en su salud. La persona evalúa las características percibidas de un
área vital teniendo en consideración determinados parámetros de cumplimiento de
expectativas de logro y aspiraciones en dicha área específica. La persona decide si
sus necesidades y expectativas en un área particular se han cumplido o no; y se
sentirá más satisfecha cuanto más cerca se encuentre de cumplirlas.
Validez Concurrente: Hemos buscado establecer la validez concurrente de este
instrumento, poniendo en relación los puntajes del ICV con un criterio
contemporáneo aceptado del desempeño de la variable Calidad de Vida que mide.
Encontramos que la prueba con mayor validación internacional en la medición de
Calidad de Vida y que goza de mayor prestigio por la calidad que sustenta y sus
propiedades psicométricas demostradas en la bibliografía disponible, es la WHOQL.
Esta prueba desarrollada por la Organización Mundial de la Salud se encuentra
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integrada por una serie de escalas que evalúan Calidad de Vida en un sentido
amplio (Sartorius, 1993)
Se administró esta técnica conjuntamente con el ICV con la finalidad de contrastar
dicho instrumento y el WHOQL, en la escala correspondiente. Se obtuvo un
coeficiente de 0.73, p< 0.001, indicando una validez adecuada. Si bien esta validez
cuenta con un valor relativo ya que se trata de un criterio externo que también
adolece de los errores de todas las pruebas, consideramos que este procedimiento
es de práctica común y el instrumento seleccionado cuenta con una validez
reconocida internacionalmente.
2.2.3 Confiabilidad
Test-Retest: La estabilidad temporal de los puntajes del ICV se estudiaron utilizando
un intervalo de cuatro semanas entre la primer y la segunda administración a la
misma muestra de 90 participantes. Resultó tener un coeficiente test-retest de 0.82,
estadísticamente significativo al p<.001, para dicho intervalo de cuatro semanas.
Consistencia Interna: La confiabilidad que se ha obtenido a través del Coeficiente
Alfa de Cronbach es de 0.85. Para obtener este coeficiente no se han utilizado los
puntajes brutos sino la suma de los promedios de satisfacción ponderados. Un ítem
individual de esta prueba es el producto del valor asignado en Importancia y el
asignado en Satisfacción dividido el número de áreas de la vida de la persona en la
cual ésta ha registrado el 1 para Importante o el 2 para Muy importante. Por lo tanto,
el puntaje correspondiente a un ítem individual depende de las respuestas a todos
los otros ítems. Por eso, calcular el coeficiente alfa con los puntajes brutos del ICV
no es lo adecuado debido a la dependencia de los puntajes de los ítems de las
respuestas a los otros ítems que no observa el supuesto de errores no
correlacionados. Usar la suma de los puntajes de satisfacción ponderados para
obtener el coeficiente alfa ha sido considerado un buen sustituto (Frisch, Cornell,
Villanueva, Retzlaff; 1992), y es lo que se ha realizado en este trabajo.
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• Análisis de las características socio-demográficas de la muestra: edad,
género, nivel de instrucción, residencia, nacionalidad, estado civil.
• Comparación de las características socio-demográficas de la muestra
seleccionada con los valores poblacionales de capital y gran buenos aires
según datos del último censo (fuente: INDEC)
• Análisis de normalidad (distribución normal de las puntuaciones)
• Obtención de las puntuaciones originarias (puntajes brutos)
• Transformación de puntuaciones originarias en puntuaciones derivadas
(puntuaciones t y puntuaciones percentilares)
Para la adaptación métrica del Inventario de Calidad de Vida a nuestro medio
participaron 587 sujetos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. La totalidad de la
muestra es de nacionalidad Argentina. Dentro del rango de edad estudiado (20-60
años), la media obtenida es 36 años (SD=10,5). La variable género se distribuye en:
56% mujeres, 44% hombres, siendo la media de edad para cada grupo de 36 años
(SD=10). En cuanto al nivel de instrucción: el 20% refiere tener estudios primarios
completos, el 25% estudios secundarios, mientras que el restante se polariza entre:
3% primario incompleto, 10% terciario completo, 32% universitario incompleto y el
10% universitario. El 53% de la muestra es soltero, y el restante se distribuye entre:
27% casado, 12% juntado y 8% separado.
Se compararon las medias de edad y género con los valores poblacionales de
Capital y Gran Buenos Aires observando una configuración similar en dichas
variables. En la distribución según género el porcentaje en el Censo INDEC para
dicha región muestra 52% mujeres y 48% hombres y en la variable edad para el
rango entre 20 y 60 años el promedio femenino es 37,05 y el masculino 37,04.
En cuanto a los puntajes correspondientes a las Normas Locales de esta prueba
podemos observar que en las distintas áreas de la vida se toman en cuenta los
puntajes en Satisfacción y en Importancia mostrando el grado en que tales variables
se encuentran presentes en cada sujeto. Luego estos puntajes transformados en
puntajes T, permiten comparar sujetos de una misma población no clínica, siendo la
media de 50 y el desvío standard de 10. Así los puntajes transformados obtenidos por
los sujetos se interpretan teniendo en cuenta su distancia de la media en términos de
su desvío standard, por ejemplo un puntaje T 40 muestra un puntaje que se encuentra
a un desvío estándar debajo de la media. Los percentiles que se pueden obtener con
estos puntajes describen la posición exacta del evaluado con respecto a su grupo
normativo de referencia. Los percentiles muestran el porcentaje de sujetos que en la
muestra de estandarización tuvieron puntajes superiores o inferiores al puntaje de un
19
sujeto evaluado en particular. Las normas locales obtenidas en Puntajes T y
Percentiles se encuentran en la sección Anexos.
2.3 Administración del ICV
El ICV es un inventario de papel y lápiz consta de 18 ítems, cada uno de los cuales
representa un área de vida de las personas. En la primer hoja se presentan las
instrucciones para que el evaluado comprenda la consigna y un ejemplo de la tarea.
En la segunda hoja el instrumento cuenta con la definición operacional de cada una
de las áreas, que la persona puede leer antes de responder sobre el grado de
importancia y de satisfacción que estas áreas tienen para la misma. En la tercer hoja
se presenta el perfil a partir del cual se realizara la evaluación.
El inventario de calidad de vida puede ser administrado por el evaluador o
autoadministrable, en forma individual o colectiva. Puede ser aplicado a población
adulta, de 18 años en adelante.
NO IMPORTANTE 0
IMPORTANTE 1
MUY IMPORTANTE 2
20
Los puntajes correspondientes a Satisfacción son:
SATISFACCION
INSATISFECHO SATISFECHO
MUY -3 PUNTOS MUY SATISFECHO 3 PUNTOS
INSATISFECHO
BASTANTE -2 PUNTOS BASTANTE 2 PUNTOS
INSATISFECHO SATISFECHO
POCO -1 PUNTO POCO 1 PUNTO
SATISFECHO SATISFECHO
21
metas en todas o en la mayoría de las áreas de la vida que valoran. Debido a que sus
necesidades, deseos y metas han sido satisfechas, no se encuentran bajo distrés
psicológico. Los puntajes altos denotan personas resistentes al estrés ya que cuentan
con apoyo psicológico, social y contextual. Personas que se rodean de circunstancias
y relaciones de vida gratificantes. Pueden tener la habilidad de resolver problemas por
sí mismos y tienen un buen sentido de la realidad, como habilidad para poder percibir
el mundo precisamente sin hacer distorsiones negativas significativas. Estas personas
no transforman todo en una catástrofe, sobretodo cuando se les presenta un
problema. Tienen la habilidad de obtener metas que son casi un reto. También,
establecen prioridades, así ellos pueden concentrar sus energías en aquellas
situaciones de la vida que les son gratificantes y controlables; y les restan importancia
a las áreas que no pueden satisfacer o controlar. En general, son personas que viven
vidas equilibradas, con un buen grado de satisfacción proveniente de diversas áreas
de su vida. Con este tipo y variedad de recursos, son personas que pueden afrontar el
estrés o los problemas de salud sin tener que sufrir consecuencias importantes para
su salud mental y funcionamiento.
Las personas que tienen bajos puntajes en este inventario, se autoperciben,
generalmente, como infelices e insatisfechas; en algún sentido fracasan en tratar de
obtener lo que quieren de la vida, y no son capaces de satisfacer sus necesidades
básicas y conseguir sus metas en diversas áreas importantes de la vida. Sin embargo,
pueden conseguir algo de satisfacción proveniente de algunas áreas de vida, lo cual
sirve para que en el tratamiento se motiven esfuerzos tendientes al cambio. A pesar
de que pueden no mostrar signos visibles de distrés, pueden sufrir de algún desorden
psicológico o médico, especialmente de depresión clínica. A este tipo de personas
sería conveniente evaluar más exhaustivamente en sus trastornos médicos y
psicológicos del tipo de depresión, ansiedad, abuso de alcohol y drogas, desórdenes
psicofisiológicos, problemas de interrelación o de salud que pueden estar causadas o
contribuir a su baja calidad de vida. La satisfacción con el trabajo y con la forma en
que se trabaja, se resiente debido a los niveles de infelicidad (Rain, Lane & Steiner,
1991). Este tipo de sujetos se beneficia al encarar el tratamiento de los problemas
referidos al diario vivir o a la satisfacción con la vida, para así aliviar sus problemas
médicos o psicológicos, aumentar su calidad de vida y prevenir problemas de salud.
En general, son personas colaboradoras con los tratamientos debido a que significan
para ellos una manera de reducir el distrés y la infelicidad. De todas maneras, se
deben realizar reevaluaciones periódicas para controlar el progreso en el tratamiento y
ver si requieren un tipo de intervención diferente o adicional para mejorar.
22
En cuanto a la evaluación de áreas de vida específicas, tiene una doble vía de acceso:
por un lado, cada una de las secciones y sus puntajes; y por el otro, el listado de
problemas que interfieren con la satisfacción del sujeto en cada área. Con esta
información se puede interpretar el inventario y planificar, por ejemplo, un tratamiento
psicoterapéutico en el cual se tenga :
a) Una evaluación completa y precisa de los problemas del evaluado;
b) Una evaluación de la forma en que se van desarrollando, interrelacionando o
agravando los problemas del sujeto; y
c) Una planificación de las prioridades y objetivos en cuanto al tratamiento de los
mismos.
Desde el punto de vista de la investigación (Kazdin, 1993, Grant, 1994) se sugiere que
el realizar un plan basado en las áreas de insatisfacción del sujeto para su tratamiento
lleva a cambios clínicos significativos en cuanto a depresión, satisfacción de vida y
autoeficacia, que previenen futuros problemas de salud. Los cambios positivos en
algunas áreas llevan a cambios en la satisfacción en áreas que no fueron objeto de
tratamiento; por ejemplo, un paciente que ha observado un incremento en la
satisfacción con su Vecindario a pesar de estar internada, este cambio refleja el
componente cognitivo de la satisfacción de vida. Los cambios de un área que se
generalizan en cambios en otras áreas se deben a que los sujetos aprenden a no
distorsionar sus percepciones de la realidad y a tener una actitud más realista de lo
que es la satisfacción promedio.
Toda la amplia y detallada información que se puede obtener en cada área, no
siempre se pone de manifiesto en las entrevistas debido a las limitaciones en tiempo y
en áreas de vida que pueden ser tratadas. Por eso el uso de este instrumento puede
complementar, con un bajo costo en tiempo y esfuerzo por parte del evaluado, la
información requerida por el psicólogo para la comprensión de los diversos problemas
complejos a evaluar.
SEGUNDA PARTE:
23
recursos necesarios para que el paciente restablecido pudiera afrontar la búsqueda de
ayuda y apoyo durante el proceso de reinserción a su vida comunitaria. Años después
Duhl (1963) estudiando problemas comunitarios, recomienda el aprovechar los
recursos comunitarios. Así se consolida una tendencia a analizar y tener en cuenta
tanto los recursos sociales disponibles en la comunidad como las respuestas de
afrontamiento instrumentadas por las personas que deben enfrentar algún problema
específico, cubriendo los niveles de prevención e intervención.
Con el surgimiento del movimiento de salud mental comunitaria se impulsa la
deshospitalización a favor de ambientes naturales; y crece la evidencia ecológica
proporcionada tanto desde dentro como desde fuera de los centros de salud mental
que muestra que una comunidad atomizada y disgregada fomenta la aparición de
problemas emocionales en sus miembros (Hughes et al., 1960). Los pilares del estudio
de la salud mental ahora se centran en el afrontamiento, el estrés y el apoyo social
que demuestran tener un real valor teórico y estar en relación, directa e indirecta, con
el proceso salud - enfermedad en las personas y el bienestar en la comunidad.
Es así que la conceptualización de los procesos de afrontamiento es un aspecto
central en las teorías actuales sobre la adaptación de las personas y el proceso de
estrés que las mismas enfrentan en su vida cotidiana. El afrontamiento se enfoca
como un factor estabilizador que puede ayudar a los individuos a mantener su
adaptación psicosocial durante períodos de alto estrés (Lazarus y Folkman,1984;
Moos y Schaefer, 1993). Sin embargo, carecemos de una comprensión adecuada de
muchos mecanismos básicos, por ejemplo, necesitamos aprender cómo pueden
moderar los factores contextuales el rol del afrontamiento en el proceso de adaptación.
Fleishman (1984) define el afrontamiento como las respuestas cognitivas o
comportamentales “para reducir o eliminar el distrés psicológico o las condiciones
estresantes”. Las teorías contemporáneas enfatizan los aspectos multidimensionales
de los procesos de percepción y afrontamiento. Si las tuvieramos que resumir diríamos
que los investigadores han usado dos perspectivas conceptuales para clasificar las
estrategias de afrontamiento. Un punto de vista pone énfasis en la orientación o foco
del afrontamiento, ya sea focalizado en un problema o en una emoción, mientras que
el otro privilegia el método del afrontamiento, ya sea cognitivo o conductual (Lazarus y
Folkman, 1984; y Moos y Schaefer, 1994).
Las investigaciones focalizadas en el apoyo social y el afrontamiento, han demostrado
que existen evidencias de que el apoyo social (Cohen y McKay, 1984 ; y Thoits, 1985)
influye en las estrategias de afrontamiento en las que se comprometen los sujetos bajo
estrés. Por ejemplo, Lazarus y Folkman (1984) definieron los recursos tales como el
apoyo social como aquello con lo que un individuo “cuenta para afrontar” y ellos
24
plantean que tales recursos “preceden e influencian el afrontamiento”. En forma
similar, Thoits (1986) postula que el apoyo social bajo la forma de consejo y aliento
puede incrementar la posibilidad de que una persona elija una estrategia como la
resolución activa de un problema, la búsqueda de información, etc.
En síntesis, para nuestro modelo ecoevaluativo y sobre la base de éstos y otros
descubrimientos relacionados (Cronkite y Moos, 1984) proponemos un modelo
general del afrontamiento donde los recursos sociales o contextuales y los personales
se relacionan con la salud mental y el bienestar psicológico tanto directa como
indirectamente, a través de respuestas de afrontamiento adaptativo (Hollahan y Moos,
1992). También, presumimos que la relativa fuerza de las asociaciones predictivas en
este modelo general del afrontamiento varía de acuerdo con los factores moderadores
contextuales (Hollahan y Moos, 1991). En tal sentido Moos y Shaefer (1993) plantean
que “los procesos de afrontamiento de aproximación deberían ser más efectivos en
situaciones que sean valoradas como cambiables y controlables… el estilo de
afrontamiento de un sujeto necesita ajustarse con la situación”.
3.2. Objetivos
El inventario CRI, desde un marco conceptual ecológico social, combina dos
perspectivas al evaluar el afrontamiento de un sujeto, por un lado considera la
orientación o el foco del afrontamiento y por el otro el método de afrontamiento. Desde
el foco de afrontamiento, las respuestas se dividen en: aproximación y evitación. Cada
uno de estos dos grupos de respuestas se divide en dos categorías que reflejan los
métodos de afrontamiento cognitivo y conductual. En general, el afrontamiento de
aproximación se focaliza en el problema y refleja los esfuerzos cognitivos y
25
conductuales para manejar o resolver los estresores vitales. En cambio, el tipo de
afrontamiento por evitación tiende a estar centrado en una emoción; refleja intentos
cognitivos y conductuales para evitar pensar en un estresor y sus implicancias, o para
manejar el afecto asociado al mismo.
Cada una de estas ocho dimensiones o escalas está compuesta por seis items. Al
responder este cuestionario, los sujetos seleccionan y describen un estresor reciente y
puntual y usan una escala de cuatro puntos que varía entre “Nunca” y “Muchas veces”
para puntuar cada uno de los cuarenta y ocho items sobre afrontamiento. Este
inventario también incluye un conjunto de diez items que suministran información
26
sobre la forma en que el sujeto evalúa el problema seleccionado y sus consecuencias.
Estos diez items cubren el contexto del estresor con información sobre si era
esperado, si había ocurrido anteriormente, y, también, si el sujeto ha reaccionado
como si fuera una amenaza o un reto. También, se evalúa la percepción del individuo
sobre la causa del estresor y si ha sido o no resuelto el problema. Estos items han sido
incluidos en razón de la probada relación existente entre las respuestas de evaluación
y afrontamiento, por ejemplo, en el caso de que las personas perciban un estresor
como un desafío son más propensas a afrontarlo activamente.
También se puede obtener una versión ideal del CRI, en la que el sujeto evaluado
indica el mejor modo de enfrentar un problema o estresor, según su opinión. Este
inventario se puede usar con personas adultas en población normal, pacientes
clínicos, psiquiátricos y drogadictos. Es adecuado para la evaluación de sujetos de 18
años de edad o más, y se puede administrar como una entrevista estructurada o como
un inventario autoadministrable, en forma individual o colectiva.
3. 4 Administración y Evaluación
El CRI es un inventario de papel y lápiz que consta de una serie de preguntas a
contestar en el protocolo de respuesta. En la primer hoja se presenta las instrucciones
para que el evaluado complete la primera parte y conteste los diez items sobre la
evaluación del evento estresante o problema definido por el mismo. La segunda parte
presenta los 48 items referidos al afrontamiento.
Para la forma autoadministrada del CRI-A se entregan los materiales y se pide al
evaluado que lea las instrucciones para completar el inventario. Cuando la
administración es grupal, se leen las instrucciones en voz alta mientras los evaluados
siguen la lectura en sus propias copias. Una vez leído y entendido el tipo de tarea a
realizar, se solicita completar los datos sociodemográficos antes de contestar los items
siguientes. Si existen preguntas se contestan clarificando el significado de los términos
pero teniendo cuidado de no influir ni en un sentido ni en otro las respuestas. Se debe
alentar a los sujetos indecisos a contestar teniendo en cuenta lo que sucede “en la
mayoría de las veces” o “la mayor parte del tiempo”. Se debe controlar que cada hoja
de respuestas esté completa e incluya los datos sociodemográficos. Si existieran
preguntas sin contestar es necesario que se completen antes de proceder a la
evaluación del protocolo, aunque el evaluado deba contestarlas telefónicamente.
El CRI es fácil de administrar en forma de entrevista ya que todos sus items están
formulados en forma de preguntas. Se siguen los procedimientos comunes a la
entrevista, por ejemplo se establece y mantiene un buen rapport con el sujeto, se
explica el propósito de la prueba, se leen los items y se anotan las respuestas.
27
Algunas personas dan respuestas más detalladas de lo que la prueba requiere, en
ese caso, es conveniente escucharlas, tomar nota y comentar si hay más preguntas al
respecto y, también que se quiere tener un panorama integrador de sus habilidades
para el afrontamiento. Cuando el evaluado se siente cansado o cuando han pasado
más de treinta minutos, es conveniente realizar un descanso de al menos cinco
minutos antes de completar el resto de la prueba.
El Inventario de Respuestas de Afrontamiento se puede evaluar en aproximadamente
cinco minutos. Se suman los valores de los items ubicados en cada columna y luego
se dividen por el número de ítems contestados, se coloca el valor así obtenido debajo
de cada columna junto a las iniciales correspondientes a la Respuesta de
Afrontamiento evaluada. En la primera columna, por ejemplo se suman los valores de
los items 1, 9, 17, 25, 33 y 41 para obtener el valor total, que luego se divide por 6 en
caso de haber sido todos contestados, y el número resultante se escribe en el espacio
correspondiente a la primer columna de “Análisis Lógico” cuyas iniciales “AL” figuran
debajo. El mismo procedimiento se realiza con las siguientes escalas y sus valores.
a) Respuestas “Missing”
Cuando faltan datos se hace más difícil obtener los puntajes del CRI. Hay que revisar
la hoja de respuestas cuando la entregan los evaluados y observar si existen
preguntas para las cuales se han hecho círculos alrededor de los números de los
items (indicando que si se quieren contestar) o si se ha señalado con “NA” para
informar que ese ítem “no es aplicable” al evaluado. Si el evaluado deja otras
preguntas sin contestar, se le debe pedir que las complete. Si no se lo puede
encontrar personalmente, ni telefónicamente, se debe determinar si los datos serán
válidos para su evaluación e interpretación.
Si solamente se han completado entre uno y tres items por escala no se podrá obtener
ningún puntaje en dichas escalas, si al menos cuatro o cinco items tuvieran respuesta
en una escala se podrá proceder del siguiente modo: sumar los items contestados y
aplicar un factor corrector. Por ejemplo, si una persona contestó cuatro de los seis
items de la Escala Análisis Lógico, se suman esos cuatro valores (el resultado oscilará
entre 0 y 12 puntos en vez del esperable para los seis items que cubre de 0 a 18).
Luego se multiplicará la suma por la razón obtenida de 18 sobre 12. Esto corrige la
suma para que la amplitud de valores sea la misma que si hubiesen sido contestados
los seis items de la escala total. Si el evaluado contesta cinco de los seis items de la
escala, se suman los valores de estos cinco items y se multiplican por la razón
obtenida de 18 sobre 15.
b) Puntajes y Perfiles
28
En el perfil se trasladarán los puntajes brutos obtenidos como promedio de los ítems
contestados por escala, para cada una de ellas. Para completar los perfiles se colocan
los puntajes brutos de cada escala en el espacio correspondiente al final del área
seleccionada. Para empezar se situará la columna de Análisis Lógico (AL) en el perfil
de Respuestas de Afrontamiento. En esta columna se hará un círculo en el número
que corresponda al puntaje bruto de Análisis Lógico del evaluado. Cuando todos los
puntajes están localizados se unen y se traza una línea contínua que muestra un
gráfico con las respuestas del inventario y sus puntajes. Cada perfil se marca con
líneas horizontales
29
• Identificación de los dominios del afrontamiento, creación y reducción de un
conjunto de items obtenidos de los datos suministrados por diferentes tipos de
muestras (pacientes alcohólicos, deprimidos y normales de control).
• Construcción de un inventario preliminar de 32 items.
• Ampliación del número de items del inventario para cubrir otras dimensiones
adicionales del afrontamiento.
• Prueba de campo inicial y revisión posterior en base a los datos obtenidos en
entrevistas realizadas a una muestra de pacientes con artritis, depresivos y
alcohólicos; y adultos sanos.
• Segunda prueba de campo y revisión final del inventario en base a datos obtenidos
en un grupo de 1,800 adultos que participaron en un estudio sobre personas
normales y con problemas de alcoholismo.
ETAPA 1: IDENTIFICACION DE DOMINIOS EN EL AFRONTAMIENTO Y CREACION
DE UN INVENTARIO PRELIMINAR
En la primer etapa se usó un marco conceptual inicial para seleccionar un conjunto de
items y categorizarlos dentro de los dominios del afrontamiento que se centran en el
foco y en el método. Los items seleccionados respondieron a las descripciones de
cómo las personas afrontan una amplia gama de transiciones de vida y crisis vitales
(Moos y Tsu, 1976); a continuación se consideraron las respuestas de afrontamiento
de las personas a enfermedades físicas serias y a la hospitalización (Moos y Tsu,
1977). Con estos procedimientos se obtuvo un inventario de 19 items que fue utilizado
para evaluar pacientes alcohólicos, sus esposas y personas sin problemas con la
bebida en un grupo control (Billings y Moos, 1981).
ETAPA 2: CONSTRUCCION DE UN INVENTARIO PRELIMINAR
A partir de los resultados obtenidos y del análisis conceptual de la versión inicial se
amplía la perspectiva utilizada para evaluar las dimensiones del afrontamiento (Moos y
Billings, 1982). Para realizar una prueba empírica de este enfoque se pidió a un grupo
de pacientes depresivos y a otro de sujetos no depresivos de control, que
seleccionaran un estresor reciente y que describieran con qué frecuencia utilizaban
cada una de las 32 respuestas cognitivas y conductuales de afrontamiento. Se
construyeron nuevos indicadores de respuestas de aproximación cognitiva y
conductual; y de evitación (Holahan y Moos, 1987) así como también indicadores de
tres tipos de respuestas centradas en el problema y dos tipos en la emoción (Billings y
Moos, 1984). Esta versión del inventario está incluido en el Protocolo de Salud y Vida
Cotidiana (Moos, Cronkite y Finney, 1990). Este se usó en estudios con pacientes
depresivos, sus esposas y un grupo control de sujetos no depresivos y sus esposas.
ETAPA 3: AMPLIACION DEL GRUPO DE ITEMS
30
Los resultados de dicho estudio mostraron la necesidad de ampliar la cantidad de
items para evaluar más adecuadamente las dimensiones del afrontamiento en lo
referente a: revaloración positiva, evitación cognitiva y búsqueda de gratificaciones
alternativas. De tal manera que fue necesario realizar un nuevo análisis de contenido
de cómo las personas afrontan la enfermedad física y otras crisis vitales (Moos y
Schaefer, 1984, 1986). Así se amplió el número de indicadores seleccionados para
cubrir las diferentes dimensiones del afrontamiento. Se estableció un criterio específico
para clasificar items y excluir los que fueran redundantes, poco claros, complejos o
poco frecuentes. En base a entrevistas piloto se volvieron a escribir los items
clarificándolos y modificando el formato y el lenguaje del inventario. Todo ello condujo
a una versión revisada del inventario.
ETAPA 4: PRUEBA INICIAL DE CAMPO Y REVISION DEL INVENTARIO
Se administró el protocolo resultante a tres grupos de pacientes (N = 20 en cada
grupo) y un grupo de control de personas sanas (N = 20) quienes participaban en un
estudio sobre estresores de vida y recursos sociales (Moos, Fenn, Billings y Moos,
1989). En cada uno de los tres grupos: pacientes con artritis, depresivos y alcohólicos;
se solicitó describir un evento reciente estresante y luego colocar un puntaje en una
escala de cuatro puntos al contestar a cada uno de los items sobre afrontamiento. Se
analizó esta información y se obtuvo una versión del inventario compuesta por 72
ítems de un grupo de indicadores de afrontamiento que reflejaban ambas categorías:
el foco y el método (Moos, 1988). Los indicadores mostraron consistencias internas
aceptables y no estaban influídos por la deseabilidad social. Sin embargo, algunos de
los indicadores estaban altamente intercorrelacionados.
ETAPA 5: PRUEBA DE CAMPO. REVISION DEL INVENTARIO FINAL Y
RECOLECCION DE LOS DATOS NORMATIVOS.
Se realizó un nuevo trabajo de campo con la versión de 72 ítems que fue administrada
a 1800 adultos, algunos de los cuales eran sujetos con problemas de alcoholismo. La
muestra incluía 1100 hombres y 700 mujeres, el promedio de edad era 61 años y el
90% era Caucásico. En cuanto a su estado civil: el 69% era casado, el 19% era
separado o divorciado y el 7% era viudo. Los evaluados tenían una educación que
superaba el primario completo y un nivel socioeconómico medio alto. El análisis de los
datos obtenidos en este estudio llevó a la versión actual de esta prueba compuesta por
48 items distribuidos en ocho escalas que reflejan tanto el afrontamiento por
aproximación como por evitación.
b) Criterios Utilizados para Construir los Indicadores de Estresores y Recursos
Para construir el contenido y encarar la validación del CRI, se definieron dominios
específicos, se prepararon items que se ajustaran a las definiciones de los
31
constructos, y se seleccionaron los items que no solamente se relacionaran
conceptualmente a una dimensión sino que también mostraran empíricamente
pertenecer a dicha dimensión. Para aumentar la claridad, cada ítem se colocó en
solamente una dimensión. En cada etapa de la revisión, se aplicaron cuatro criterios
para seleccionar los items y construir las dimensiones.
1. Significado de los Items: Para ubicar un ítem en una dimensión se debe juzgar que
dicho ítem se refiere conceptualmente a esa dimensión, eso significa que el ítem
debe tener un contenido adecuado y válido. Tres jueces experimentados deben
concordar en este criterio. Se eliminaron items que eran difíciles de comprender,
que correspondían a varias dimensiones, que no podían ajustarse confiablemente
a un dominio conceptual, o que se prestaran a confusión.
2. Distribución de los items: Cada ítem que conste de más de un punto debe tener
una variada distribución en la respuesta. Específicamente, se seleccionaron items
en los cuales los evaluados usaron la escala de respuesta de 4 puntos.
3. Interrelación de los items: Para construir las escalas con una consistencia interna
de moderada a alta, se calcularon las correlaciones ítem-escala y se cambiaron los
items que correlacionaban más con otra escala que con la propia. También, se
eliminaron los items con baja correlación en cualquier escala.
4. Independencia de las escalas: Para aumentar la claridad conceptual y minimizar
las repeticiones entre dimensiones, se colocó a cada ítem en una sola dimensión.
Se unieron dimensiones que eran conceptualmente similares y que se encontraban
altamente correlacionadas para reducir la redundancia y acortar el inventario. Al
final se obtuvieron ocho escalas con seis items cada una tal como se describe en
el siguiente cuadro:
32
ESCALAS de AFRONTAMIENTO del CRI
Respuesta de Aproximación
33
trabajos de campo realizados con muestras de adultos alcohólicos, pacientes
depresivos y con artritis y grupo de control normal.
ESCALAS DE AFRONTAMIENTO: Realizadas las medias, los desvíos y la
consistencia interna (alfa de Cronbach) de las ocho escalas, en forma separada
para hombres y mujeres. Las mujeres muestran tener mayor cantidad de
respuestas de afrontamiento en las ocho áreas, comparadas con los hombres,
especialmente en Búsqueda de Apoyo y Orientación, Búsqueda de Gratificaciones
Alternativas y Descarga Emocional. En este sentido, Hinrichsen (1991) encontró
que las mujeres buscaban más apoyo que los hombres y Whitsett & Land (1992)
demostraron que comparadas con los hombres las mujeres utilizan más
estrategias cognitivas-activas y conductuales en el afrontamiento. Las
desviaciones standard de las escalas demuestran que hay una considerable
variación entre todas las escalas de afrontamiento y las consistencias internas de
las escalas son moderadas para ambos sexos. Los datos de las pruebas de campo
muestran que las escalas están minimamente correlacionadas con la deseabilidad
social.
ASOCIACION ENTRE ESCALAS DE AFRONTAMIENTO: Al examinar las
asociaciones entre las escalas de afrontamiento y se encontraron
intercorrelaciones moderadas demostrando que las personas que utilizan un tipo
de respuestas de aproximación también usan las de evitación, en parte debido a
que aquellas personas que experimentan más estresores severos tienden a
emplear todas las estrategias de afrontamiento posibles. Los resultados también
reflejan que la naturaleza recíproca y dinámica de las relaciones entre
aproximación y evitación, y entre cognitivo y conductual en el proceso de
afrontamiento y en el estrés. Por ejemplo, un hecho traumático puede,
inicialmente, provocar una respuesta de Búsqueda de Ayuda y Orientación y luego
de la expresión de emociones, pasado el tiempo, se recurra a la Resolución de
Problemas y la Búsqueda de Gratificaciones Alternativas, como respuestas más
importantes.
ESTABILIDAD DE LAS ESCALAS DE AFRONTAMIENTO: Más del 90% de los
evaluados en la última prueba de campo participaron en un estudio longitudinal en el
que completaron el CRI nuevamente luego de 12 meses. Las escalas se mantenían
relativamente estables a través del tiempo, especialmente Revalorización Positiva,
Búsqueda de Apoyo y Orientación, Evitación Cognitiva y Descarga Emocional. Las
menos estables a lo largo del tiempo son el Análisis Lógico y la Resolución de
Problemas. La tendencia de los sujetos a utilizar las respuestas por aproximación y
evitación en el afrontamiento permanecen estables a lo largo de intervalos mayores
34
(2 o 3 años) (Swindel, Cronkite y Moos, 1989). En realidad existe cierta consistencia a
través del tiempo en las respuestas de afrontamiento de los sujetos a pesar de la
variedad de circunstancias estresantes que ellos deben enfrentar.
CORRELACIONES ENTRE RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO Y
CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS: Al correlacionar las escalas de
afrontamiento con características sociodemográficas como edad, educación, estado
civil y raza, los autores hallaron las asociaciones más fuertes, tanto en hombres como
en mujeres, con educación y confirmaron anteriores resultados (Billing y Moos; 1981,
1984) que mostraban que los evaluados de mayor nivel educativo tienden a usar
respuestas de evitación, en especial la Evitación Cognitiva, la Aceptación o
Resignación y la Descarga Emocional. Y son menos propensos a usar la
Revalorización Positiva.
35
utilizaban más la Descarga Emocional y menos la Resolución de Problemas como
respuesta de afrontamiento
Diferencias entre pacientes depresivos y casos control: Luego de comparar a los
pacientes depresivos con los casos de control y con los pacientes con artritis y
alcohólicos, se comprobó que utilizan más que los otros tres grupos, las
respuestas de afrontamiento: Evitación, Aceptación o Resignación y Descarga
Emocional. Y, a su vez, usan menos que los otros tres grupos, las respuestas de
afrontamiento por aproximación, especialmente la Revalorización Positiva. Con lo
cual se observa un serio déficit en tal sentido.
Diferencias entre pacientes clínicos: En sucesivas pruebas de campo, los autores
de la prueba comprobaron que los sujetos con uno o más diagnóstico médico
informaron menos uso de respuestas de afrontamiento por aproximación, que los
sujetos sanos (Holahan, Moos y Brennan, 1991). Rosenberg, Peteron y Hayes
(1987) con este inventario encontraron que los pacientes depresivos hospitalizados
utilizaban más las estrategias de evitación que las de aproximación en cuanto al
afrontamiento. En general, los resultados de variadas investigaciones han
demostrado que las diferencias individuales en el afrontamiento están más
asociadas a los problemas psicológicos (tales como disfunciones del
comportamiento y del carácter) que a problemas médicos. Es más, algunos
enfermos a pesar de su enfermedad física afrontan efectivamente sus problemas,
e inclusive mantienen un adecuado funcionamiento psicológico o vivencian un
crecimiento personal (Schaefer y Moos, 1993).
b) Los Determinantes de las Respuestas de Afrontamiento: En el modelo de
afrontamiento de Moos (Moos, 1988; Moos y Swindle, 1990), se postula que las
características específicas de una crisis o transición vital focalizada y la evaluación
que un sujeto hace de la situación contextualizan las selecciones de respuestas
específicas de afrontamiento. Otros aspectos del sistema de variables a cargo de
la persona como las variables sociodemográficas y otros factores personales y un
sistema ambiental más amplio (tal como recursos sociales y estresores de vida),
también influyen en la selección de respuestas de afrontamiento.
Tipo, severidad y evaluación de estresores: Al centrarse en cómo influían el
número de sucesos vitales estresantes vivenciados en el último año, el tipo y
severidad del estresor focalizado y el grado en que tal estresor fue vivenciado por
el evaluado como un reto, se pudo lograr una clasificación en ocho categorías de
estresores que luego se redujeron a tres: enfermedades, familia y amigos; y
finanzas y trabajo. El tipo de estresor también influye en las respuestas de
afrontamiento ya que por ejemplo los estresores debidos a enfermedades físicas
36
promueven mayor cantidad de respuestas de afrontamiento activo conductual y los
debidos a relaciones interpersonales más de afrontamiento focalizado en la
emoción (Billings y Moos, 1981).
La severidad de los estresores focalizados fue ponderada según los estudios de
Holmes y Rahe (1967) y Dohrenwend, Krasnoff, Askenasy y Dohrenwend (1978);
demostrándose que varían las respuestas de afrontamiento en relación a la
severidad del estresor (Holahan y Moos, 1987). A mayor cantidad de sucesos de
vida negativos y estresores crónicos menor uso de la respuesta de afrontamiento
Resolución de Problemas y más uso de la respuesta de evitación Descarga
Emocional (Fondacaron y Moos, 1989). En cuanto a la evaluación de los
problemas, se ha demostrado que cuando los estresores son evaluados como un
reto tienden a provocar respuestas de afrontamiento de aproximación más que de
evitación. En síntesis, tanto el tipo como la severidad y la evaluación realizada de
los estresores influyen en las respuestas de afrontamiento. Los estresores severos
movilizan más respuestas de ambos tipos y cuando persisten, se aumentan las
respuestas de evitación en detrimento de las de aproximación, especialmente de la
Resolución de Problemas.
Recursos sociales y afrontamiento: Hay mucho interés en estudiar cómo los
recursos sociales influyen en el afrontamiento y la adaptación. La mayoría de los
estudios han considerado al afrontamiento y el apoyo social como procesos
separados y han analizado en forma independiente sus efectos sobre la relación
entre estresores de vida y desórdenes. Sin embargo, los recursos sociales pueden
influir en la adaptación al facilitar el uso de estrategias de afrontamiento más
activas. Al estudiar, los autores del CRI, las relaciones entre los recursos sociales y
la familia y los amigos; por ejemplo, encontraron que éstos pueden contribuir a una
buena adaptación de la persona a su contexto al hacer decrecer en el sujeto el uso
de estrategias de evitación frente a los problemas y ayudándolos a cambiar (Moos
y Moos, 1992). También se encontraron asociaciones entre los ambientes
familiares y las respuestas de afrontamiento de los cónyuges, en general, las
personas que viven en ambientes con familias cohesivas y orientadas al logro de
determinados objetivos se inclinan por el uso de estrategias centradas en el
problema o de aproximación. La independencia de la familia también se asocia al
uso de éstas respuestas. En cambio, los miembros de familias orientadas al
conflicto y controladoras, usan las estrategias de evitación en el afrontamiento
(Billings y Moos, 1982). Los recursos financieros pueden proteger a una persona
de la necesidad de tener que adoptar estrategias de evitación al proveerle una
manera de cambiar o moderar las circunstancias estresantes que lo rodean
37
(Holahan y Moos, 1987). Al tener los medios económicos para solventar una
variedad de alternativas de afrontamiento, los sujetos más seguros desde el punto
de vista económico pueden tener una orientación más fuerte al encarar las
consecuencias de los estresores de vida. En relación a los recursos provenientes
del contexto laboral, existen asociaciones probadas con la selección de respuestas
de afrontamiento (Fondacaro y Moos, 1987). En general, cuanto más
comprometida y apoyada se encuentra una persona en su medio laboral más
tiende a buscar apoyo y orientación; y percibe la situación como menos estresante.
En síntesis, además de los estresores de vida, los recursos personales y sociales
influyen en las respuestas de afrontamiento seleccionadas por los sujetos ya que
generalmente facilitan un afrontamiento más activo, aunque puedan llevar a un
menor uso de las respuestas de Resolución de Problemas, cuando el sujeto pasa
por una crisis aguda en alguna enfermedad. Los recursos económicos y
personales, tales como la confianza en sí mismo y el optimismo, reduce la
tendencia a seleccionar estrategias de evitación en el afrontamiento.
38
maduración y crecimiento (Caplan, 1966; Melillo y Suarez Ojeda 2004). Siguiendo los
lineamientos propuestos por esta última perspectiva de desarrollo reciente, podemos
definir crisis vital como aquellos puntos transicionales que suponen situaciones nuevas
que el individuo no puede manejar con los mecanismos de superación habituales,
exigiendo la movilización de nuevos recursos, y que pueden representar una
oportunidad de crecimiento (Caplan, 1966). Las crisis vitales pueden llegar a
constituirse en confrontaciones constructivas que permiten a las personas desarrollar
nuevas habilidades para enfrentar su realidad, una nueva perspectiva de su situación
vital, o nuevos recursos personales y sociales. Es decir, que los sucesos estresantes
pueden beneficiar al sujeto hasta el punto de permitirle apreciar la vida de otra manera
y madurar psicológicamente (Mikulic, 1998). Si
consideramos que el ciclo vital de una persona esta formado por todos los sucesos
que ha tenido que enfrentar desde su nacimiento hasta su muerte (Schulz & Rau,
1985), es posible distinguir momentos relativamente apacibles y estables alternando
con otros donde aparecen nuevas exigencias y demandas, necesitándose un periodo
de transición entre los estadios del ciclo vital para adecuarse a estas. Se necesita
tiempo para desprenderse de una situación pasada y adaptarse a otra nueva. Otras
veces los cambios, por el contrario, marcan un período de crisis: ya sean internos o
externos; enfrentan a la estructura mental y emocional de la persona con exigencias
que sobrepasan la capacidad de adecuarse a ellos, se quiebra el orden previo, y
sobreviene una crisis. Estas últimas son las denominadas "crisis accidentales" o crisis
inesperadas o imprevisibles, en las que estarían incluidas tanto las crisis cotidianas
como separación, pérdidas, muerte, enfermedades, como los desastres y las
catástrofes. Es decir, existen sucesos que la mayoría de las personas enfrentan
durante determinados periodos, por ejemplo la jubilación; y que por ello pueden
considerarse sucesos temporalmente normativos o propios del desarrollo. Mientras
que otros no se corresponden con etapa alguna de la vida del individuo, y en este
sentido pueden considerarse sucesos temporalmente no normativos (Schulz y Rau,
1985). Al considerar los sucesos vitales por los que atraviesan los sujetos a lo largo de
su ciclo vital, será importante tomar en cuenta la distinción entre sucesos normativos y
no normativos, ya que la predictibilidad de un suceso vital tiene un peso fundamental
al evaluar los recursos de que se disponen y la adecuación de los mismos. La
predictibilidad y la frecuencia de los acontecimientos a los que se encuentra expuesta
una persona, permite, en primer lugar, que la persona desarrolle una adaptación o
preparación previa, y en segundo lugar, que el contexto brinde sistemas formales o
informales de apoyo para ayudarla a afrontar dicho evento (Caplan, 1966). De modo
que, como plantea Moos (1993) las características y naturaleza de los sucesos a los
39
que se enfrentan los sujetos influyen en la disponibilidad y movilización de recursos,
así como también en las modalidades de afrontamiento de los mismos. Desde el
modelo de afrontamiento que plantea el autor antes mencionado, las características
específicas de una crisis o transición vital y la evaluación que un sujeto hace de la
situación, contextualizan las selecciones de respuestas específicas de afrontamiento.
En este sentido, se ha observado que sucesos tales como enfermedades físicas
tienden a promover mayor cantidad de respuestas de afrontamiento activo conductual
y los debidos a relaciones interpersonales más de afrontamiento focalizado en la
emoción (Moos, 1986). En esta misma línea Holahan y Brennan (1987) demostraron
que varían las respuestas de afrontamiento en relación a la severidad del estresor. A
mayor cantidad de sucesos de vida negativos y estresores crónicos menor uso de
respuestas por aproximación al problema y más uso de respuestas por evitación. En
cuanto a la evaluación de los sucesos vitales estresantes, se ha demostrado que
cuando los estresores son evaluados como un desafío tienden a provocar respuestas
de afrontamiento por aproximación más que de evitación. De modo que tanto el tipo
como la severidad y la evaluación realizada de las situaciones de crisis influyen en las
respuestas de afrontamiento, lo que evidencia la necesidad y la pertinencia de
considerar el interjuego que se establece entre las modalidades de afrontamiento y la
especificidad de la situación de crisis por la que atraviesa el sujeto. En el trabajo
investigativo que presentamos, se postula como objetivo analizar las modalidades de
afrontamiento implementadas ante situaciones no normativas, desde el punto de vista
del ciclo vital, como son el encarcelamiento, la migración y la separación o divorcio.
Cuando hablamos de afrontamiento nos referimos a aquellos esfuerzos intrapsíquicos
y orientados a la acción (cognitivos y conductuales), en aras de manejar demandas
internas y ambientales que ponen a prueba o exceden los recursos personales, al ser
valorados como excesivos por el individuo en relación con los recursos de que dispone
o cree disponer (Lazarus y Folkman, 1986). Al estudiar el afrontamiento desde esta
perspectiva contextual y transaccional, se pondera una forma específica de interacción
en la que hay efectos retroactivos entre las variables personales y situacionales; y, por
tanto, una causación recíproca. En esta investigación, para poder estudiar la relación
existente entre dichas variables personales y contextuales, ha sido necesario
seleccionar algunos sucesos vitales que por los cambios que conllevan en la vida de
las personas, se proponen como más significativos para el presente estudio. Los
eventos estresantes seleccionados generan una ¨transición ecológica” entendiendo
por tal los cambios en la posición de una persona dentro del ambiente ecológico en el
que está inmersa, como consecuencia de un cambio de rol, de entorno, o de ambos a
la vez (Bronfenbrenner, 1987). Además, estas complejas problemáticas influyen en la
40
disponibilidad de recursos y modalidades de afrontamiento implementadas, así como
en la configuración de factores de riesgo y protección. Dado que la situación de crisis
supone un estado temporal de desorganización, caracterizado principalmente, por la
incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos
acostumbrados para la solución de problemas, es posible identificar factores
específicos de dicha transición que pueden operar como riesgo, y por tanto aumentar
la probabilidad de generar un desajuste psicosocial (Munist, 2002). Pero al mismo
tiempo, en tanto crisis no solamente implica aumento de vulnerabilidad sino también
oportunidad de crecimiento, es importante identificar aquellos aspectos protectores
que pueden concebirse como fortalezas del individuo y/o de su entorno que aumentan
su capacidad para afrontar las adversidades y transformarlas en circunstancias
fortalecedoras a través de estrategias de afrontamiento exitosas (Kotliarenco, 2000). El
propósito de este trabajo investigativo ha sido integrar en un marco comprehensivo las
características de las personas (demográficas y de personalidad), las de la situación
motivo de la crisis o transición vital y las del contexto (ambiente físico, familiar y social)
porque consideradas en su interdependencia permiten analizar de manera más
exhaustiva el complejo fenómeno que se advierte en aquellos individuos que a pesar
de vivir condiciones adversas logran alcanzar una buena calidad de vida desplegando
conductas resilientes. En este sentido, otro objetivo fundamental de este trabajo ha
sido plantear una evaluación psicológica centrada en las fortalezas y recursos de los
sujetos, más que en los trastornos o déficit, planteando la posibilidad de un nuevo
enfoque evaluativo que desde la Psicología Positiva permita incluir dimensiones tales
como esperanza, confianza, optimismo, sentido del humor, etc.
En esta investigación se ha seleccionado una muestra intencional constituida por
tres grupos de 30 sujetos cada uno y un grupo control de una muestra intencional de
65 sujetos que no sufrieron las crisis vitales a estudiar. Para la conformación del grupo
de internos se contó con la colaboración de diversas cárceles de la Provincia de
Buenos Aires, en el marco del convenio con el Ministerio Público de la Defensa. En el
marco del Programa “Fundando Redes frente a la Migración Chubutense”, de la Casa
de la Provincia del Chubut, se realizó la selección de la muestra de migrados.
Se tomaron como criterios de inclusión:
- Residencia en Buenos Aires (Ciudad / Provincia de Buenos Aires)
- Que registren tan solo uno de los siguientes sucesos vitales enunciados en la Escala
de Holmes Y Rahe (1967) Social Readjustment Rating Scale (SRRS):
1. Migración
2. Divorcio
3. Encarcelamiento
41
- Que el suceso vital tuviera más de un año y menos de tres años de ocurrido.
Todos los participantes fueron evaluados por psicólogos pertenecientes al equipo
UBACYT que lleva adelante la investigación, especialmente entrenados en las
técnicas administradas; y se contó con el consentimiento informado de los mismos.
42
Para la selección de los sucesos estresantes a estudiar se ha utilizado la Escala de
Acontecimientos Vitales Estresantes (SRRS) de Holmes y Rahe (1967), en la cual se
enumeran una serie de acontecimientos asociados con diferentes grados de estrés y
medidos en unidades de cambio vital en personas normales. La escala fue construida
después que cientos de personas con diferentes historias vitales, cuantificasen el
grado de ajuste relativo que necesitaron para adaptarse a los cambios producidos por
diversos acontecimientos significativos vividos, entre ellos la separación o divorcio, el
encarcelamiento y la migración.
La batería de instrumentos administrada consistió en:
a) Inventario de Personalidad de California (H. Gough 1957. Tercera Revisión 1996.
Traducción y Adaptación: Isabel. M. Mikulic
b) Inventario de Estresores de Vida y Recursos Sociales, (LISRES- Moos, R. & Moos,
B.; 1994. Traducción y adaptación: Isabel M. Mikulic.
c) Inventario de Respuestas de Afrontamiento. (CRI- Moos, R. & Moos, B.; 1994.
Traducción y adaptación: Isabel M. Mikulic.
d) Inventario de Calidad de Vida. (ICV- Adaptación: Isabel M. Mikulic)
e) Entrevista Estructurada para evaluar Factores de Riesgo y Protección (EERA- I. M.
Mikulic, M. Crespi, 2003).
Se analizarán los resultados obtenidos con los tres últimos instrumentos que
operacionalizan las variables en estudio: El Inventario de Respuestas de
Afrontamiento (CRI), el Inventario de Calidad de Vida percibida (ICV) y la Entrevista
Estructurada para evaluar Factores de Riesgo y Protección y Fuentes de Resiliencia
(EERA), que permite evaluar la dinámica entre factores de riesgo y factores, y fuentes
de resiliencia que operan como protección en distintos niveles del marco ecológico en
el que el sujeto esta inmerso: personal, familiar, relaciones con pares y macrosocial.
El estudio de las respuestas de afrontamiento ante las distintas crisis vitales evaluadas
presenta las siguientes características (Anexo: Tabla 1 y Gráfico 1):
• Respecto al fenómeno migratorio, se observa un patrón de respuestas de
afrontamiento con características similares al de la muestra de divorcio, es decir
que si bien las respuestas focalizadas en el problema se encuentran dentro de la
media indicando su implementación ante esta situación, tienden a movilizarse en
mayor grado las repuestas focalizadas en la emoción, principalmente la Evitación
Cognitiva, la Búsqueda de Gratificaciones Alternativas y la Descarga Emocional
(Ver Anexo Tabla 1).
• En el caso de los sujetos que han atravesado una situación de divorcio, si bien las
respuestas por aproximación al problema como son el Análisis lógico (M= 11;
SD=3), la Revalorización positiva (M=11, SD=3) y la Resolución del Problema
43
(M=11; SD=3) se encuentran dentro de la media indicando la utilización de este
tipo de respuestas ante dicho suceso, se observa que las estrategias de
afrontamiento más utilizadas por esta muestra son las respuestas evitativas de
Búsqueda de Gratificaciones Alternativas y de Descarga Emocional (Ver Anexo
Tabla 1). Es decir que ante la transición ecológica que representa el divorcio los
sujetos tienden a involucrarse en actividades substitutivas y crear nuevas fuentes
de satisfacción, como forma de afrontar el evento estresante, así como también se
evidencian intentos conductuales de reducir la tensión que el mismo genera a
través de la descarga y expresión de sentimientos negativos.
• Al evaluar la distribución de respuestas de afrontamiento en la muestra de
personas privadas de libertad se evidencia un mayor uso de respuestas de
afrontamiento por evitación, mientras que las respuestas por aproximación al
problema como son el análisis lógico, la búsqueda de apoyo, la revalorización
positiva, muestran un nivel inferior al promedio (Ver Anexo, Tabla1). Es decir que
ante la situación específica de privación de libertad, los sujetos tienden a
implementar en mayor grado respuestas tales como: la Evitación Cognitiva (M=11;
SD=4), que supone el evitar pensar en el estresor de manera realista; la
Aceptación o Resignación (M=11; SD=3), que refiere a la aceptación de lo
inevitable de la situación sin intentos de resolución de la misma; la Búsqueda de
Gratificaciones Alternativas (M=7; SD=3), que implica buscar nuevas fuentes de
satisfacción; y la Descarga emocional (M=6; SD=2), a través de la cual se busca
reducir la tensión mediante la expresión de sentimientos negativos. Este patrón de
respuestas ya ha sido observado en anteriores investigaciones (Mikulic, 1998;
Crespi, 2004), en las que se evaluó el afrontamiento en detenidos primarios y
reincidentes, y en liberados condicionales. El encontrarse detenido constituye una
transición ecológica en la que intervienen variables que escapan al control de los
individuos, y en donde la capacidad de acción se ve seriamente perturbada,
restringiendo la posibilidad de movilizar recursos conducentes a la resolución de tal
problemática (Mikulic, Crespi, 2004). Esto permite entender la mayor utilización
que hacen los detenidos de las respuestas de afrontamiento no focalizadas en el
problema, hecho que muchas veces llega a configurar una situación de riesgo en
tanto conlleva un posicionamiento pasivo por parte de los sujetos, que en algunos
casos se asocia con la percepción de no poder operar sobre una realidad que
genera sufrimiento, para modificarla a través de los propios medios.
• Al evaluar las repuestas de afrontamiento correspondientes a la muestra de
población general se evidencia que tanto las respuestas focalizadas en el
44
problema como las focalizadas en la emoción presentan un nivel promedio,
existiendo así una distribución equilibrada entre las mismas.
45
3.9.3 Análisis de Correlaciones entre Afrontamiento, Calidad de Vida y Factores
de Riesgo y Protección
El estudio de las respuestas de afrontamiento ante situaciones estresantes o adversas
es sumamente importante si se quiere evaluar la configuración de factores de riesgo y
protección presente en cada caso. En efecto, el tipo particular de respuesta que el
sujeto implemente para manejar las demandas específicas externas y/o internas
percibidas como excedentes o desbordantes puede resultar un factor de riesgo que
coloca al individuo en situación de vulnerabilidad, o bien, constituir un factor que opera
como protección ante el carácter adverso de tales demandas. Asimismo, distintas
investigaciones han puesto en evidencia la relación que existe entre las estrategias de
afrontamiento y su influencia en la valoración positiva o negativa de la calidad de vida
de los sujetos (Díaz Corral, 2003). En términos generales se ha observado que estilos
de afrontamiento activos o focalizados en el problema correlacionan positivamente con
la satisfacción experimentada en la calidad de vida. Mientras que las respuestas por
evitación se asocian con menor satisfacción percibida respecto a la misma (López
Martínez, 1997).
Al evaluar las correlaciones lineales entre los constructos: afrontamiento, calidad de
vida y factores de riesgo y protección, en las distintas crisis vitales analizadas se ha
observado que:
• En la muestra de migrados existen correlaciones significativas entre la escala de
Factores Protectores Personales de la Entrevista EERA tales como y las
respuestas de afrontamiento por aproximación al problema (Análsis Lógico: “r”de
Pearson = .465; Búsqueda de Apoyo: “r”de Pearson = .379 y Revalorización
Positiva: “r”de Pearson = .525). Esto significa que las respuestas de afrontamiento
que impliquen un posicionamiento activo por parte de los evaluados se asocian
con factores que operan como protección ante la transición ecológica que
representa la migración.
• En la muestra de divorciados se han observado correlaciones significativas entre la
Calidad de Vida Percibida y la respuesta de afrontamiento Análisis Lógico (“r” de
Pearson=.455), así como entre la respuesta de afrontamiento de Resolución de
Problemas y la Escala de Factores Protectores Personales de la EERA. Tal como
se señaló anteriormente el tipo de afrontamiento activo parece operar como
¨buffer¨ ante los potenciales efectos negativos de los estresores de vida, y en un
sentido que correlaciona con la calidad de vida positiva.
• Respecto a los sujetos que se encuentran privados de libertad, se observa esta
misma tendencia: existen correlaciones positivas entre los factores protectores
personales de la EERA y la respuesta de afrontamiento de Búsqueda de Apoyo
46
(¨r¨de Pearson=.442), así como entre el Indice de Calidad de Vida Percibida (ICV)
y los factores de protección (EERA) (¨r¨de Pearson=.584.). Mientras que se
evidencian correlaciones negativas entre la Calidad de Vida (ICV) y las escalas de
Factores de Riesgo de la EERA (¨r¨de Pearson= -.518)
• En la muestra de Población General (sin suceso vital estresante), el patrón de
correlaciones observado sigue los lineamientos de lo obtenido en otras
investigaciones tal como se detalló anteriormente: existen correlaciones positivas
entre la Calidad de Vida y las Escalas de Factores Protectores (EERA) (¨r¨de
Pearson=.259), mientras que la relación es negativa con las escalas de Factores
de Riesgo (¨r¨de Pearson= -.375) (Ver Anexo Tabla 6). Asimismo se hallaron
correlaciones positivas entre las respuestas de afrontamiento de Búsqueda de
Gratificaciones Alternativas, Revalorización Positiva y Análisis Lógico y las escalas
de Factores Protectores, y en este mismo sentido se evidencian relaciones
negativas entre las escalas de afrontamiento focalizadas en la emoción como son
la Aceptación y la Descarga Emocional y los Factores de Protección.
3.9.4 Conclusiones
Los resultados obtenidos permiten arribar a algunas conclusiones como por ejemplo
que en aquellos grupos que se encuentran atravesando una situación vital estresante
como divorcio o migración, las respuestas focalizadas en el problema muestran un
nivel promedio y, en este sentido, no se observan diferencias respecto a los
participantes correspondientes a población general que no han sobrellevado dichas
crisis vitales. En cambio, existen diferencias significativas en las respuestas centradas
en la emoción, particularmente en la Búsqueda de Gratificaciones Alternativas, la
Evitación Cognitiva y la Descarga Emocional. Los grupos con crisis vitales muestran
puntajes más elevados en tales respuestas, lo que permite afirmar, tal como observó
Moos (1986) que las características específicas de una crisis o transición vital y la
evaluación que un sujeto hace de la situación, contextualizan e influyen en la selección
de respuestas de afrontamiento.
47
combinatoria. Entre las respuestas cognitivas se utilizan menos el Análisis Lógico y la
Revalorización Positiva y entre las respuestas conductuales se utilizan más la
Búsqueda de Gratificaciones Alternativas y la Descarga Emocional, con lo que las
estrategias seleccionadas pueden constituirse en factores de riesgo en tanto se
centran en la reducción de la tensión o el posible acting out que implican un peligro
potencial ante esta crisis vital específica pues no fortalecen el control emocional
(Moos, 1986).Tal como se evidenció en anteriores investigaciones (Font Guiteras,
1990; López Martínez, 1997) el afrontamiento forma parte de los recursos psicológicos
de cualquier individuo, y es una de las variables intervinientes o participantes en los
niveles de calidad de vida percibida y el bienestar psicológico. Se ha podido observar
que ante las distintas transiciones ecológicas analizadas en este estudio, las
respuestas que implican un afrontamiento activo presentan una relación positiva con la
Calidad de Vida percibida por los participantes; y pueden considerarse como factores
protectores en el afrontamiento de las mismas. Lo inverso puede plantearse respecto a
las respuestas de evitación, que dependiendo de la situación vital especifica pueden
constituirse en factores de riesgo, menoscabando la Calidad de Vida percibida por los
sujetos. A través de este trabajo se ha intentado brindar un aporte al estudio del
afrontamiento de crisis vitales como divorcio, migración y privación de libertad, desde
una perspectiva del afrontamiento que privilegie su relación con la Calidad de Vida
percibida por los sujetos. En este sentido, el enfoque de la Psicología Positiva
aplicado a la evaluación psicológica de estas transiciones vitales permite ampliar el
horizonte investigativo históricamente centrado en el potencial patológico para incluir
un incipiente análisis de las emociones positivas, el bienestar psicológico y la felicidad,
(Carr, 2004). El análisis integral de estas variables es sumamente importante si se
pretende generar intervenciones que promuevan calidad de vida y bienestar en el
afrontamiento de las distintas crisis vitales, de manera de reducir el aspecto de riesgo
que las mismas encierran y de potenciar su carácter de oportunidad y crecimiento.
Moos (1993) ha estudiado las conexiones entre las respuestas de afrontamiento y el
bienestar, adaptación y calidad de vida de los sujetos demostrando la trascendental
importancia que tiene el afrontamiento activo de los situaciones estresantes de vida
más que la aceptación pasiva de las mismas. Por ello es importante tener en cuenta la
especial combinatoria de respuestas de afrontamiento que producen los sujetos
evaluados y realizar su adecuado análisis como elemento de incalculable valor en la
evaluación de la Calidad de Vida Percibida por los propios evaluados.
48
4. APORTES A LA PERSPECTIVA DE CALIDAD DE VIDA
49
frente a estresores vitales es un factor de riesgo que predice distrés y desadaptación
tanto en adultos individuales como en sus familias (Holahan y Moos, 1987). En
cambio, los recursos sociales y personales como la confianza en sí mismo, el
optimismo y el apoyo familiar; están asociados con estrategias de aproximación, y
éstas a su vez están asociadas con un bienestar personal estable (Holahan y Moos,
1991).
50
5.ANEXOS
INSTRUCCIONES
Este cuestionario le pregunta sobre su grado de satisfacción con diversas partes de su vida
tales como su trabajo o sus amigos. También le pregunta si estas cosas son importantes para
que Ud. sea feliz. Todas las palabras tienen una definición en este inventario a fin de que Ud.
pueda leer y pensar en lo que quiere decir cada palabra al responder las preguntas. No hay
respuestas correctas o incorrectas, lo que importa es que Ud. conteste siempre teniendo
solamente en cuenta sus sentimientos y opiniones. Conteste lo que mejor describa lo que Ud.
siente o piensa.
A continuación encontrará un ejemplo de cómo responder seleccionando una respuesta en
cada opción. Importante significa en qué medida esa parte de su vida le hace sentir más feliz.
Satisfactorio significa en qué medida se cumplen sus necesidades, metas y deseos en esa
área de su vida. Luego de completar este ejemplo proceda a rellenar el cuadro de la página
siguiente, colocando los números correspondientes tal como en este ejemplo.
EJEMPLO:
AMBIENTE es el conjunto de factores contextuales referidos tanto a lo climático como a lo
arquitectónico propio del entorno de la persona (Ej. Ruidos, contaminación ambiental, lluvias,
viento, etc.).
35. ¿Cuán importante es su AMBIENTE para su felicidad?
_______⏐________⎮________⎮________
No Importante Importante Muy Importante
36. ¿Cuán satisfecho está Ud. con su AMBIENTE?
___⎮____⏐____⎮____⎮____⎮____⎮____
Muy Bastante Poco Poco Bastante Muy
INSATISFECHO SATISFECHO
51
2. Autoestima: significa respetarse a sí mismo y gustarle a uno mismo su forma
de ser con sus virtudes y defectos, éxitos y fracasos, y la habilidad para
manejar los problemas.
3. Metas y valores: son creencias sobre qué es lo más importante en la vida y
cómo debe vivir una persona, tanto ahora como en el futuro. Esto incluye sus
metas en la vida, lo que cada uno piensa que está bien o mal y la finalidad y el
significado de la vida tal como cada uno lo siente.
4. Religión: es el conjunto de sentimientos y creencias que las personas
profesan en su relación con la divinidad, y las normas morales y las prácticas
que realizan para darle culto.
5. Finanzas: abarca el dinero que se gana, los bienes que se poseen y la
creencia de que se dispondrá del dinero y de los bienes que se necesiten en el
futuro.
6. Trabajo: se refiere a la profesión, oficio, o a como utilizar el tiempo. Puede
incluir el trabajo del ama de casa o la ocupación del estudiante porque incluye
las obligaciones que tiene cada uno, el dinero que gana y la gente con quien
trabaja.
7. Recreación: es lo que cada uno hace con su tiempo libre para divertirse,
relajarse o gratificarse. Incluye visitar amigos, mirar películas, practicar un
hobby, deporte, jardinería, etc.
8. Estudio: significa obtener nuevas habilidades e información acerca de aquello
que le interesa. Incluye leer libros, tomar clases de computación o cualquier
otra materia.
9. Creatividad: consiste en usar la imaginación para encontrar nuevas y más
inteligentes formas de resolver problemas cotidianos, o tener un hobby como la
pintura, la fotografía o el tejido. Puede incluir la decoración de la propia casa,
tocar un instrumento musical o encontrar una estrategia nueva para resolver un
problema en el trabajo o en otro ámbito.
10. Solidaridad: significa ayudar a otros en sus necesidades o ayudar a hacer de
la comunidad un lugar mejor para vivir. Puede concretarse por cuenta propia o
en un grupo, como la iglesia o un partido político; puede incluir el trabajo
voluntario o el dar dinero como donativo. Implica ayudar a personas que no son
familiares o amigos.
11. Amor: es una relación cercana y romántica con otra persona, generalmente
incluye tanto los sentimientos amorosos, la necesidad de ser comprendido y
cuidado como las relaciones sexuales con otra persona.
52
12. Amigos: son personas a las que se conoce bien y a las que se aprecia;
personas con quienes se comparten momentos de diversión y con quienes
existen intereses comunes. Incluye personas con quienes se conversa sobre
los problemas personales y que reciben y prestan ayuda.
13. Hijos: se refiere a los vínculos con hijos/hijas. Incluye cómo se lleva cada uno
con ellos cuando los cuida, cuando los visita o cuando juega con ellos.
14. Familiares: se refiere a los vínculos con padres, hermanos, hermanas,
abuelos, tías, tíos y familia política en general. Incluye cómo se lleva cada uno
con ellos cuando hacen cosas juntos tales como visitarse, salir de paseo,
ayudarse mutuamente, conversar, etc.
15. Vivienda: es el lugar donde cada uno vive, puede ser una casa o un
departamento, si tiene patio o jardín. Incluye la percepción que cada uno tiene
de la misma, si es linda o si es grande, y de lo que ha pagado o paga por su
compra o alquiler.
16. Vecindario: es la zona más próxima a la casa de cada uno. Incluye la
percepción que se tenga del mismo, de las personas que lo habitan, por
ejemplo si está limpio, lindo, si se registran delitos, si existen vínculos con los
vecinos, etc.
17. Comunidad: es la ciudad entera, el pueblo o el área rural donde cada uno
vive. Incluye la percepción que cada uno tiene de esta área, de las personas
que la habitan. Incluye los lugares de diversión como plazas, parques,
restaurantes, clubes deportivos, etc. También se puede tener en cuenta si hay
trabajo en la zona, la contaminación o inseguridad vivida, el precio de los
artículos o los impuestos que se pagan por vivir en ella.
18. Ambiente: es el conjunto de factores contextuales referidos tanto a lo climático
como a lo arquitectónico propio del entorno de cada uno, por ejemplo ruidos,
lluvias, viento, etc.
53
IMPORTANCIA SATISFACCION
AREAS No Imp. Muy Muy Bastant Poco Poco Bastant Muy
imp. imp. e. e
1. Salud
2. Autoestima
3. Valores
4. Religión
5. Finanzas
6. Trabajo
7. Recreación
8. Estudio
9. Creatividad
10. Solidaridad
11. Amor
12. Amigos
13. Hijos
14. Parientes
15. Casa
16. Vecindario
17. Comunidad
18. Ambiente
IMPORTANTE INSATISFECHO SATISFECHO
54
Inventario de Calidad de Vida – I. C .V
Dra. Isabel María Mikulic
Nombre y Apellido.................................................................................................................................................
Fecha.................... /.......................... /........................Edad .............................. Sexo ..........................................
Estado Civil ........................................................ Nivel de Instrucción...................................................................
Nacionalidad ...................................................... Ocupación.................................................................................
55
5.3 NORMAS LOCALES
La evaluación del Inventario de Calidad de Vida se realiza teniendo en cuenta que:
56
5.4 Tablas
57
6 ANEXO INVENTARIO DE RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO ( CRI)
Instrucciones
Datos Personales
Nombre y Apellido...................................................................................................
Edad..........................................................Sexo........................................................
Estado Civil................................ Nivel de Instrucción.............................................
Nacionalidad........................................Ocupación....................................................
Lugar y Fecha……………………………………………………………………...
58
Describa el problema o situación:
...........................................................................................................................................
...........................................................................................................................................
...........................................................................................................................................
...........................................................................................................................................
...........................................................................................................................................
..........
Conteste, por favor, cada una de las preguntas que se refieren al problema o situación
que describió anteriormente, haciendo una cruz en el casillero seleccionado.
Hacer una cruz en “N” si su respuesta es NO
Hacer una cruz en “GN”si su respuesta es GENERALMENTE NO
Hacer una cruz en “GS” si su respuesta es GENERALMENTE SI
Hacer una cruz en “S” si su respuesta es SI
N GN GS S
1. ¿Tuvo que enfrentar un problema como este antes?
2. ¿Sabía que ese problema le iba a pasar?
3. ¿Tuvo tiempo para prepararse para enfrentar este
problema?
4. ¿Cuando sucedió este problema, ¿Pensó en él como una
amenaza?
5. ¿Cuando sucedió este problema, ¿Pensó en él como un
desafío?
6. Este problema, ¿Fue causado por algo que Ud. hizo?
7. Este problema, ¿Fue causado por algo que alguien hizo
además de Ud.?
8. ¿Hubo algo positivo al enfrentar este problema?
9. ¿Se resolvió este problema o situación?
10. Si el problema está resuelto, ¿Se resolvió en forma
favorable para Ud.?
59
0 Si su respuesta es NUNCA.
1 Si su respuesta es UNA O DOS VECES.
2 Si su respuesta es ALGUNAS VECES.
3 Si su respuesta es MUCHAS VECES.
0 1 2 3
1. ¿Pensó en diferentes formas de solucionar estos
problemas?
2. ¿Se dijo cosas a sí mismo para sentirse mejor?
3. ¿Hablo con su esposo/a u otro familiar sobre estos
problemas?
4. ¿Hizo un plan de acción para enfrentar esos problemas y
lo cumplió?
5. ¿Trató de olvidar todo?
6. ¿Sintió que el paso del tiempo cambiará las cosas, que
esperar era lo único que podía hacer?
7. ¿trató de ayudar a otros a enfrentar problemas similares?
8. ¿Se descargó con otras personas cuando se sintió
enojado, deprimido, bajoneado o triste?
9. ¿Trató de salir de la situación, como para verla desde
afuera y ser más objetivo?
10. ¿Se dijo a Ud. mismo que las cosas podían ser peores?
11. ¿Habló con algún amigo de estos problemas?
12. ¿Se esforzó tratando de hacer algo para que las cosas
funcionaran?
13. ¿Trató de evitar pensar en el problema?
14. ¿Se dio cuenta que no tenía control sobre los
problemas?
15. ¿Se dedicó a nuevas actividades como nuevos trabajos
o distracciones?
16. ¿Hizo algo arriesgado tratando de tener una nueva
oportunidad?
17. ¿Se imaginó, una y otra vez, qué decir o hacer?
18. ¿Trató de ver el lado positivo de la situación?
19. ¿Habló con algún profesional (médico, sacerdote, etc)?
20. ¿Decidió lo que quería hacer y trató firmemente de
60
conseguirlo?
21. ¿ Se imaginó o soñó un tiempo o un lugar mejor del que
Ud. vivía?
22. ¿Pensó que el destino se ocuparía de todo?
23. ¿Trató de hacer nuevos amigos?
24. ¿Se mantuvo alejado de la gente en general?
25. ¿Trató de preveer o de anticiparse a cómo resultaría
todo?
26. ¿Pensó cuánto mejor estaba Ud. comparándose con
otras personas con el mismo problema?
27. ¿Buscó la ayuda de personas o de grupos con los
mismos problemas?
28. ¿Trató de resolver los problemas, al menos en dos
formas diferentes?
29. ¿Evitó pensar en el problema, aún sabiendo que en
algún momento debería pensar en él?
30. ¿Aceptó los problemas, porque pensó que nada se podía
hacer?
31. ¿Leyó, miró televisión, o realizó alguna otra actividad
como forma de distracción?
32. ¿Gritó como forma de desahogarse?
33. ¿Trató de encontrarle alguna explicación o significado a
esa situación?
34. ¿Trató de decirse a sí mismo que las cosas mejorarían?
35. ¿Trató de averiguar más sobre esa situación?
36. ¿Trató de aprender cómo hacer más cosas por sí
mismo?
37. ¿Deseó que los problemas hubieran desaparecido o
pasado?
38. ¿Esperó que sucediera lo peor?
39. ¿Le dedicó más tiempo actividades recreativas?
40. ¿Lloró y descargó sus sentimientos?
41. ¿ Trató de preveer o de anticiparse a los nuevos pedidos
que le harían?
42. ¿Pensó cómo podrían estos sucesos cambiar su vida en
un sentido positivo?
61
43. ¿Rezó pidiendo ayuda o fuerza?
44. ¿Tomo las cosas de una por vez?
45. ¿Trató de negar lo serio que eran en realidad, los
problemas?
46. ¿Perdió la esperanza de que alguna vez las cosas
volvieran a ser como eran antes?
47. ¿Volvió al trabajo o a otras actividades que lo ayudaran a
enfrentar las cosas?
48. ¿Hizo algo que pensó que no iba a funcionar, pero por lo
menos intentó hacer algo?
62
Inventario de Respuestas de Afrontamiento – CRI - C
Autor: Rudolf H. Moos, Ph. D.
9 10 11 12 13 14 15 16
17 18 19 20 21 22 23 24
25 26 27 28 29 30 31 32
33 34 35 36 37 38 39 40
41 42 43 44 45 46 47 48
AL R BA RP E A BG DE
63
PERFIL
Datos Personales
Nombre y Apellido...................................................................................................
Edad..........................................................Sexo........................................................
Estado Civil................................ Nivel de Instrucción.............................................
Nacionalidad........................................Ocupación....................................................
Lugar y Fecha……………………………………………………………………...
3 3 3 3 3 3 3 3
2 2 2 2 2 2 2 2
1 1 1 1 1 1 1 1
AL R BA RP E A BG DE
64
TABLA 1. RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO POR CRISIS VITAL
Privación de
Divorcio Migración Pob.General
Libertad
(30 casos) (30 casos) (30 casos)
Escala (30 casos)
Desv. Desv. Desv. Desv.
Media Media Media Media
típ. típ. típ. típ.
AL 8,57 3,32 11,03 3,35 11,94 3,69 11,50 3,09
R 11,63 3,09 11,31 3,26 10,89 4,21 11,17 3,76
BA 7,60 3,44 9,90 3,29 8,89 3,36 10,20 4,16
RP 8,57 3,21 11,07 3,34 10,60 4,09 11,07 3,46
E 11,43 3,79 8,21 3,48 9,77 3,23 7,20 3,64
A 10,80 3,16 8,24 3,86 9,37 3,97 7,43 3,23
BG 7,27 3,25 10,72 3,34 10,60 4,76 8,13 3,43
DE 5,83 2,04 8,55 3,20 7,89 2,99 6,67 3,30
* Signif. Al 5%
** Signif. Al 1%
65
TABLA 3. COMPARACIÓN DE LAS RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO
ENTRE POBLACIÓN GENERAL Y MIGRADOS (Test de Mann-Whitney)
* Signif. Al 5%
** Signif. Al 1%
66
TABLA 5. COMPARACIÓN DE LAS ESCALAS DE AFRONTAMIENTO ENTRE
POBLACIÓN GENERAL Y SUJETOS PRIVADOS DE LIBERTAD (Test de Mann-
Whitney)
U de Mann- W de Sig. asintót.
Whitney Wilcoxon Z (bilateral)
AL 230,500 695,500 -3,263 ,001**
R 410,000 875,000 -,594 ,552
BA 293,500 758,500 -2,325 ,020*
RP 270,000 735,000 -2,680 ,007**
E 192,000 657,000 -3,827 ,000**
A 204,500 669,500 -3,657 ,000**
BG 377,000 842,000 -1,085 ,278
DE 351,000 816,000 -1,474 ,140
* Signif. Al 5%
** Signif. Al 1%
14
12
10
0
AL R BA RP E A BG DE
67
GRÁFICO 1. RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO POR CRISIS VITAL
14
12
10
0
AL R BA RP E A BG DE
68
69
TABLA 6. ANALISIS DE CORRELACIONES ENTRE CALIDAD DE VIDA, AFRONTAMIENTO Y FACTORES DE RIESGO Y PROTECCION
Muestra Escala ICV AL R BA RP E A BG DE
ICV 1 -,007 ,170 ,204 ,037 -,090 -,131 ,194 ,049
Fppers ,584(**) -,091 ,239 ,442(*) -,029 -,285 -,127 ,054 -,086
Fpforig ,305 -,042 ,195 ,047 -,130 ,279 ,157 ,176 ,217
Fpfact ,445 -,270 -,395 ,464 ,058 -,182 -,065 -,022 ,017
Fpsoc ,706(**) -,369(*) -,147 ,151 -,231 -,147 -,114 -,088 -,236
Frpers -,611(**) ,182 ,181 -,138 -,044 ,159 ,100 -,052 ,219
carcelario
Frforig -,518(**) ,125 -,087 -,122 -,006 -,199 -,181 -,091 -,160
Frfact -,021 ,059 ,454 -,470 -,319 ,222 ,117 -,023 -,096
Frsoc -,643(**) ,080 -,173 -,544(**) ,025 -,081 -,004 -,213 ,048
Fresil ,342 -,016 ,263 ,436(*) ,329 -,012 ,129 ,285 ,297
ICV 1 ,455(*) ,351 ,100 ,365 -,184 -,031 ,142 -,006
Fppers ,168 ,041 ,158 ,152 ,417(*) -,190 -,403(*) -,015 ,115
Fpforig ,358 ,075 ,321 -,239 ,177 -,297 -,350 -,361 -,211
Fpfact ,289 ,153 ,367 ,137 ,263 -,310 -,144 -,470(*) ,004
Fpsoc ,319 ,066 -,038 -,059 ,139 -,113 -,313 -,001 -,010
Frpers ,330 ,364 ,147 ,214 ,033 ,253 ,613(**) ,274 ,220
Frforig -,070 ,250 -,232 ,260 -,179 ,297 ,520(**) ,418(*) ,380
divorcio
Frfact ,046 ,235 -,181 -,030 -,152 ,368 ,153 ,587(**) ,358
Frsoc -,253 -,326 -,312 -,241 -,334 ,486(*) -,122 ,110 -,127
Fresil ,102 ,043 ,274 ,051 ,220 -,392(*) -,086 -,411(*) -,130
ICV 1 ,059 ,082 ,259 ,329 -,039 -,165 ,020 -,121
Fppers ,492(**) ,465(**) ,170 ,379(*) ,525(**) -,288 -,214 -,124 -,310
Fpforig ,329 ,008 ,027 ,076 ,042 -,087 -,010 -,073 -,196
Fpfact
Fpsoc ,116 ,159 ,266 ,207 ,242 -,078 ,161 ,007 ,110
Frpers -,406(*) -,031 ,043 -,416(*) -,303 -,083 ,375(*) ,260 ,244
migrados
Frforig -,231 ,163 ,198 ,141 ,140 ,157 ,137 ,085 ,344(*)
Frfact -,144 -,563 -,215 -,452 ,080 -,643 ,361 -,786 ,014
Frsoc -,096 ,056 -,083 -,263 -,049 -,199 ,035 ,136 -,002
Fresil ,348(*) ,305 ,189 ,365(*) ,176 -,048 ,053 -,135 -,063
69
70
Frfact -,443(**) -,024 ,096 -,082 ,011 ,100 ,236(*) -,086 ,129
Frsoc -,375(**) ,036 -,043 -,147 -,105 ,183(*) ,160(*) -,209(**) ,004
Fresil ,257(**) ,059 ,211(**) ,241(**) ,158(*) ,019 -,056 ,264(**) ,036
* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
70
71
7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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