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VOCES DE CHERNÓBIL EN MI VIDA.

Mi libro favorito hasta el día de hoy ha sido voces de Chernóbil, en mi experiencia leyéndolo
aprendí demasiado sobre una realidad que afecto a miles de personas que un día
abandonaron todo lo que tenían por un accidente nuclear en la central de Vladímir Ilich
Lenin. Empecé leyendo este libro con el propósito de hablar sobre él a mi curso y termino
siendo uno de los mejores libros que he leído, lo que más me gusta de él son las diferentes
historias que narran todo acerca de la realidad de aquellos que un día tuvieron que afrontar
esta problemática, historias tan descriptivas que me llevaron a sentir el dolor de estas
personas ya que un día los hicieron abandonar su ciudad pensando que volverían cuando
se solucionará la problemática, que todo había sido una pequeña falla en la fábrica cuando
la verdad fue que tuvieron que irse a ciudades vecinas y empezar de nuevo en lugares
donde los discriminaban por miedo, los consideraban tóxicos y la verdad fue que la tragedia
no termino en la explosión, esto los marco de por vida y tuvieron que vivir con un trauma
que varios nunca lograron superar. Para mí fue increíble llegar a entender lo que tuvieron
que afrontar esas personas, saber que mujeres embarazadas tuvieron hijos con
enfermedades incurables, que personas afectadas por la alta radiación murieron porque no
sabían cómo curarlas y tuvieron que sufrir hasta el último día, además algunas personas
fueron olvidadas por el estado y no recibieron ayuda. Varias frases de este libro me
marcaron para siempre porque son las palabras de aquellos que fueron victimas de esta
gran catástrofe y nunca olvidare estas historias porque me hicieron reflexionar sobre lo
incierta que es la vida, una noche estas personas se acostaron pensando que al otro día
irían a estudiar o al trabajo pero horas más tarde escucharon una explosión que les cambio
la vida y así como ellos todos estamos en constante riesgo, entendí que hay que vivir la
vida siempre dando lo mejor de nosotros porque no sabemos que nos vaya pasar el día de
mañana. En conclusión el 26 de abril de 1986 se perdió más que una planta de energía
atómica, se perdieron vidas que nunca se lograran recuperar.

Laishin Wong Hernández.

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