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Antología poética

Un canto a Bolívar
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A Simón Bolívar, Libertador
de Colombia y del Perú y creador
de Bolivia
Nota explicativa
Sueño infantil, en cuna infamatoria
hecha de oro que su seno cría,
D entro del marco de voces latinoamericanas que han dedicado su
poesía a Bolívar, la presente antología incorpora autores fun-
damentales que sumaron las suyas ante la trascendencia de la obra y
perezosa la América dormía,
mísera esclava, sin blasón ni historia.
pensamiento del Libertador. Como parte de este aporte, se contó con
las selecciones hechas por los escritores Gustavo Pereira, Luis Alberto Diole Colón en su inmortal victoria,
Crespo e Iván Villamizar; con el fin, también, de sentar un punto de
partida hacia la realización de futuras compilaciones de esta naturaleza,
su nueva luz, odiosa tiranía,
quedando abierta la invitación para que se agrupen, en sus expresiones, estrago y luto: con victoria pía,
experiencias y visiones, escritores y poetas de las generaciones actuales. el gran Bolívar libertad y gloria.
A Bolívar
Así, los pueblos que fundó su espada,
Un canto a Bolívar sacra aureola de perpetua lumbre
Antología poética ¡Padre y creador de vírgenes naciones,
(Selección) a la conspicua frente le ciñeron.
astro de libertad, genio de gloria,
Agradecimientos a Y al ver la antigua afrenta ya vengada, árbitro del destino y la victoria,
Fundación Editorial El perro y la rana de los soberbios Andes en la cumbre terror de España y sus rugientes Leones!
las sombras de los incas sonrieron.
Desciende a contemplar tus creaciones,
Ministerio del Poder Popular
para la Comunicación y la Información acatada y triunfante tu memoria,
Avenida Universidad, Torre Ministerial Rafael María Baralt tus grandes hechos que la absorta historia,
piso 8,9 y 10, Caracas-Venezuela
(Maracaibo, Venezuela, 1810-Madrid, España, 1860) acaso un día llamará ficciones.
www.minci.gob.ve
Rif: G-20003090-9
Pueblos son tus pirámides triunfales.
Un bello mundo de tu genio el fruto,
Directorio tu herencia gloria, libertad, anales;
Nicolás Maduro Moros
Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela
Y la gloria es tu féretro: de luto
Ernesto Villegas Poljak mi patria ante las pompas funerales
Ministro del Poder Popular duelo inmenso te rinde por tributo.
para la Comunicación y la Información
Heidi Domínguez
Viceministra de Estrategia Comunicacional
Fanny Febles Juan Vicente González
Viceministra de Gestión Comunicacional (Caracas, Venezuela, 1811-1866)
Adriana Grebson
Directora General de Difusión y Pulicidad
Ramón Medero
Director de Publicaciones

Edición y corrección
Coral Pérez
Ricardo Romero
Diseño y diagramación
Saira Arias
Ilustraciones
Omar Cruz
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A la estatua del Libertador Juramento de Bolívar
en la Plaza Mayor de Bogotá en el Monte Sacro (1805)
(fragmento)
A M. S. de Schryver, autor de una “Vie de Bolívar” IV
¡Bolívar! no fascina Recorren Brescia, Crémona, Milán, Padua, Verona,
a tu escultor la Musa que te adora ..Siguieron luego los dos viajeros a pie, haciendo cortas la lírica Venecia y la adriática Ancona,
Sobre el collado que a Junín domina jornadas, por consejo de Rodríguez, y como único y la ciudad de fuerza y hermosura triunfante
donde estragos fulmina medio –decía él– de que su discípulo recobrara la salud perdida... cuyo nombre es más bello que un terceto del Dante.
tu diestra, de los incas vengadora. ...En el Monte Sacro los sufrimientos de la Patria Caminan y caminan. Una mañana adusta,
se agolparon a su mente, y sintiéndolos en toda de neblina, llegaron a una ciudad vetusta,
No le turba la fama, intensidad, cayó de rodillas e hizo aquel voto de cuyo de elefanciacos muros, y vigas con carcoma.
alada pregonera, que tu gloria cumplimiento es glorioso testimonio la emancipación La ciudad de paredes leprosas era Roma.
del mundo por los ámbitos derrama, de la América del Sur.
y doquier te proclama Himno al Libertador Simón Bolívar V
genio de la venganza y la victoria. Memorias del general O’Leary La villa dormitaba, perezosa, en sus ruinas,
¡Gloria al Genio! A la faz de la tierra
al histórico amparo de sus Siete Colinas.
Él no supo el camino de su idea corramos en pos,
De entre las piedras grises brotaba esplendorosa
por do el carro lanzaste de la guerra, que en su brazo hay ardores de guerra ¡Oh, la estación florida! Ya la tierra de Europa, la belleza de mármol de alguna blanca diosa,
que del Orinoco al Potosí argentino y en su frente vislumbres de Dios. empapada de sangre y de recuerdos, copa de una Efigie cristiana, de un Efebo gentil,
impetuoso vino de lágrimas, esponja de amargura, sonríe. centenario, y más fresco que una rosa de abril.
temblar haciendo en derredor la tierra. ¡Epopeya! No pinta la estrofa La primavera triunfa. La campaña se engríe. En la mitad de Roma, gloriosamente feo,
Ni sordos tambores del gran héroe la espléndida talla, Suceden el aroma y el canto a los dolores: alzaba su esqueleto de piedra el Coliseo;
oyó, ni en las abiertas capitales que en su airoso corcel de batalla por donde quiera pájaros, por donde quiera flores. y la niebla, trocada por Febo en chal de oro,
entrar vio tus banderas tricolores es su escudo, firmeza y verdad.
caía con la gracia de un manto sobre el Foro.
bajo lluvia de flores II
y al estruendo de músicas marciales. Y subiendo la cima del Ande, Dos peregrinos cruzan los desiertos caminos: VI
Ni a sus ojos te ofreces asomado al fulgor infinito, ¿a dónde se endereza el par de peregrinos? Los viajantes corrieron hacia el Monte Sagrado,
cuando nuevo Reinaldo, a ti te olvidas, coronado de luz, lanzó un grito Atrás quedó la Francia, resonante de gloria, donde vengara Icilius al pueblo despojado;
y el hechizante filtro hasta las heces que resuena doquier: ¡Libertad! que a triunfo por jornada, de victoria en victoria y el héroe adolescente, sobre la Sacra loma,
bebiendo te adormeces recorrió el Continente: París tierra encantada, por los recuerdos clásicos, a la vista de Roma,
del Rímac en las márgenes floridas. patria de la hermosura, ciudad de cuentos de hada. juró al viejo filósofo cortar la garra ibérica,
Rubén Darío Dijon, la pintoresca, de campos labrantíos; y conquistar un día la libertad de América.
(Metapa , Matagalpa, Nicaragua, 1867-1916)
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como fluvial paréntesis, Lyon, entre dos ríos;
Miguel Antonio Caro y Chambéry la blanca, por el amor famosa.
(Bogotá, 1843-1909) Atrás quedan la Suiza y sus lagos de rosa Rufino Blanco Fombona
y de azur, sus montañas y florida leyenda, (Caracas, 1874-Buenos Aires, 1944)
donde vibra en los aires una flecha tremenda.

III
Los viajadores cruzan los alpestres senderos,
a pie, bordón en mano. ¿Quiénes son los remeros?
Un anciano y un joven: águila y aguilucho:
el viejo mucho sabe; el joven sueña mucho.
Y al transitar senderos de tortuoso meandro,
aquel nuevo Aristóteles y el futuro Alejandro,
la brisa de los Alpes, con gracia femenina,
1. Hoy Ciudad Darío. mezcla cabellos blancos con cabellos de endrina.
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Alegoría de Bolívar

I ¡Oh, alegría de libertar del Libertador! cendieron lámparas como flores en los ojos.
Muchacho, ¡cómo te latía el corazón! Sentado bajo un Alegría de crear del creador. ¡Oh, admirado, he aquí otra admiración: Tu frente de
árbol venezolano en la noche contemplabas las estrellas Alegría de soñar del soñador. mármol en medio del infortunio!
que significaban algo y sentías el llamado de tu tierra Era preciso que el esclavo levantara la frente. Y tu tenacidad, tu tenacidad inalterable.
natal. Y contemplara el mundo como un enfermo que sale a la Tu tenacidad inagotable.
Y sentías el rumor de los llanos más allá de tu jardín y orilla del mar. Tu tenacidad de océano llamando al infinito.
Bolívar, toma mi canto el ruido de las grandes montañas como un resplandor y Es en el desastre en donde siento el incendio de tus
el ruido lejano de las selvas que conjuran la noche y el III venas.
rumor de los ríos que parecen llevar un tambor ronco al América dormida, envuelta en olas que hacen crujir sus Y el vagido anunciador de la borrasca. La nueva racha,
Mi canto no se alza hoy a tu frente, fondo de sus aguas. huesos y silban en enormes remolinos. la próxima siembra del pavor en praderas de triunfo
ni a tu brazo. ¿Por qué latía tanto tu corazón? América levanta la cabeza. La bella nadadora entre dos resonante de alaridos y cascos de potros desbocados.
Anhela probar el gusto de tu corazón. océanos suntuosos. Ni un minuto desfalleces. El torrente no está quieto
Busca tu pecho, lo hiende, lo penetra, El soñador tenía un árbol para hacer techo a sus sueños, Levanta la cabeza. jamás hasta alcanzar su gran designio.
porque quiere gustar el sabor bullente y para murmurar la misma frase de tierra, las mismas Un huracán vertiginoso sacude sus espaldas tan adorna- Simón, allí estaba América gimiendo como una enorme
de esa eterna sangre. palabras o tal vez peticiones de suelo nativo que quiere das como el cielo. flor entre sus mares encadenados.
Unta sol en mi voz, sol de tu corazón; romper cadenas y saludar al sol. América resuena de marchas militares y de cantos fúnebres. Y tú te ofreciste a los pueblos como un leño macizo.
unta luna de tu corazón en mi voz. ¡Oh tristeza de las hojas al nivel del cielo! ¡Oh esperanza Los ríos son arterias de sangre valerosa y pulsos de ago- Ahora te preguntan tus estatuas: ¿Cumpliste con la ley
Pon en mi canto el gusto que saboreaste de las raíces en su larga noche! nía. Los árboles son llamas de entusiasmo. prevista de tu día histórico?
en el intento y en la victoria y la derrota. Era esbelto como la palabra Héroe y tenía ojos de re- Se cruzan los ejércitos atentos a la noche y entregados Y tú crees que sí. Y tal vez la razón sea contigo.
Aparta tu mágico pensar lámpago libertador. Se llamaba Simón. al día. Simón, hay tinieblas sobre el mundo. Aún reina la no-
y dame tu vibración íntima, humana… La cabeza erguida parecía estar contando planetas. En Polvareda de marchas y contramarchas. Orgías de la che en tus Américas.
Dame lo que sentiste en el éxito, la garganta sentía el gusto amargo de la tempestad que muerte y delirio de victorias. Hoy los hombres estamos empeñados en libertar al
lo que palpitaste en los cabales desengaños, se avecina. Bolívar a caballo saludado por dos mil volcanes. hombre de una esclavitud igual, si no mayor a la que tú
lo que sufriste sin decirlo, El ensueño entornaba los párpados y alguna repentina Bolívar a caballo en la aurora que asoma en todas las rompiste. Estamos batallando por una libertad más alta
las lágrimas que enterraste vivas… imagen violenta volvía a levantarlos y dilataba las pupilas. montañas. que la tuya.
Y andaré por las cálidas costas, Aspiraba la noche en voluptuosos tragos de oscuridad Orgullo de las selvas cantando un himno más grande La libertad total a que aspiramos busca en estas tierras
y escalaré los montes esbeltos brillante. que el sol en su trozo de cielo. un nuevo y gran Libertador.
y atravesaré las anchas aguas Su tierra se extendía como dos alas a derecha e izquier- Resplandor de las hogueras velando en los desfiladeros
y mi voz irá grávida de tu vida. da de su corazón. Y más allá de su tierra las otras tierras y en los llanos impacientes de momentos de gloria. Pronto, Simón, desata tus amarras de las sombras, des-
Podré entonces decir a los hombres: hermanas. Y todas le llamaban por su nombre en las Al anuncio del Centauro se preparan las flores. Al paso envaina tu espada color lluvia bienhechora y toma tu
os amo en patria, tomadme, noches tan lentas. Y todas le hablaban en las sombras. del jinete infatigable nacen rosas y campanadas. sitio en nuestras filas.
bebed mi sangre y gozad mi sacrificio. Su corazón se dilataba. Sus ojos adquirían un fulgor El huracán Bolívar no reposa. Vencido o vencedor no se Ahí está tu caballo de ijares impacientes, vibrando como
Y podré perdonar a los que enredan tus caminos, tremendo. fatiga ni conoce el desaliento. un gran violín de marsellesas y cantos resucitados. Ahí
a los que no te buscan espontáneos, Su corazón se dilataba de un modo pavoroso. Su cora- Banderas visionarias tremolan sobre la audacia electri- está esperando tu caballo.
a los que se conforman con tu bronce… zón tomaba la forma de un continente. zada de los vientos. Y detrás millones de jinetes como olas efervescentes.
El huracán exclama: “Si la naturaleza se opone, luchare- Pronto nuestras montañas saludarán al alba que se acer-
II mos contra ella y haremos que obedezca”. ca con un rumor de pasos milenarios que vienen desde
Enriqueta Arvelo Larriva Simón Bolívar. Tu nombre ha atravesado toda América Con tan mínimos recursos este jinete en su caballo au- el fondo de la historia en una interminable procesión de
(Barinitas, 1886-Caracas, 1962) en un áspero galope. daz realiza empresa tan enorme. esqueletos heroicos.
Los tejados de mil pueblos ven pasar tu caballo como América romperá sus primeras cadenas y quedará
una noche por la noche. Y ven allá lejos tu mano desco- aguardando otro Centauro para romperlas todas.
rrer el alba. ¡Oh glorioso! Pero he aquí tu gran gloria. Vicente Huidobro
Aliento de millones de gargantas de grandes pueblos Por primera vez en todo el continente, antes que el (Santiago, Chile, 1893-1948)
apretados como racimos cósmicos que te saludan y te arcoíris se levante con sus ropas de lujo, declararás la
aplauden. Abolición de la Esclavitud. Y la tierra fue azul y se en-
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Reláfica de la negra Hipólita, Credo
nodriza de Bolívar
¡Creo en la Libertad, Madre de América,
creadora de mares dulces en la tierra,
¿Uté ha visto? ¡Le va a pegá! me dejaba arrugao el pesón! y en Bolívar, su hijo, Señor Nuestro,
¿Y po qué le va a pegá? ¡Ese se va a poné flaco que nació en Venezuela, padeció
¿Po que é su mama ? arriando mandigas con su mandadó! bajo el poder español, fue combatido,
¿Esa é rasón? Ese va a sé bueno; ese va sé santo… sintiose muerto sobre el Chimborazo,
Yo también soy su mama; No le pegue, mi ama, no le pegue! y con el iris descendió a los infiernos
su mama somo la dó. El caporal malo, el dueño ladrón, resucitó a la voz de Colombia,
¡No me le pegue al niño, el mal blanco y el mal negro, tocó al Eterno con sus manos
misia Consesión! esguañangaos en sus manos los vamos a vé a los dó. y está parado junto a Dios!
déjemelo maluco, Mire, mi ama Cosesión : ¡No nos juzgues, Bolívar, antes del día último,
déjemelo grosero, el é del blanco y del negro, porque creemos en la comunión de los hombres
déjemelo lambío, el é pa to’s en la vida. que comulgan con el pueblo, sólo el pueblo Este niño don Simón
déjemelo pegón. De noble, de grande, de santo, hace libres a los hombres, proclamamos
¿Qué les pega a los blancos?, pa los Palasio, pa los Boliva… guerra a muerte y sin perdón a los tiranos, El niño Simón Bolívar
¿que le pega los negros?, pero, mire, misia Cosesión, creemos en la resurrección de los héroes tocaba alegre tambor
¿qué le pega a tós? de pelión y justisiero, y en la vida perdurable de los que como tú, en un patio de granados
¡pues, que les pegue, que les pegue, pa su mamita lambía. Libertador, ¡no mueren!, que siempre estaban en flor
que les rompa el morro, que les rompa el josico, ¿Qué uté é su mama?... Sí… la sangre é suya, ¡cierran los ojos y se quedan velando!
que tiene razón! pero… ¡la leche é mía! Montó después a caballo
Mi niño no é malo, dicen que en potro veloz,
lo que pasa é lo que pasa, misia Cosesión: Miguel Ángel Asturias por campos de San Mateo
que defiende a los chiquitos, Andrés Eloy Blanco (Ciudad de Guatemala, 1899-Madrid, 1974) era el jinete mayor.
a los negritos, (Cumaná, Venezuela, 1896-México, D. F. , 1955)
a los blanquitos, Pero un día se hizo grande
contra e grandulón. el que fue niño Simón,
Mi niño Simón é malo, y a caballo sigue andando
mi niño Simón pelea, sin fatiga el soñador.
mi niño Simón é el diablo,
mi niño Simón é la incorresión de la incorresión… De Angostura hasta Bolivia
¡Pero é que uté no sabe, fue guerrero y vencedor,
é que uté no sabe cómo hay gente mala, por el llano y por la sierra
mi ama Consesión! con la lluvia y con el sol.
Que viene lo blanco malo, A caballo anda en la historia
que viene lo negro malo, este niño don Simón,
que viene lo grande malo, como anduvo por América
¡ahí eta él pegao! cuando era El Libertador.
que le brinca a la bemba, que le brinca al guargüero,
que le brinca a la pasa, que le brinca a tó;
y tiene justisia pa pone la mano Manuel Felipe Rugeles
y é la incorresión de la incorresión… (San Cristóbal, Venezuela, 1903-Caracas, 1959)
¡No me le vaya a pegá!
Uté no é más mai que yo.
Déjemelo endiablao,
deje que pelee mi niño Simón…
¡Ese va a sé el Coco! Cuando me mamaba,
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Un canto para Bolívar Por aquí pasó

Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, Los malvados atacan tu semilla de nuevo, Por aquí pasó compadre, como el águila en el ceibo,
en el aire clavado en otra cruz está el hijo del hombre. hacia aquellos montes lejos. como el trueno en las lejuras,
de toda nuestra extensa latitud silenciosa, Por aquí vestida de humo como el cuatro en el alero,
todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada: Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra, la brisa que cruzó ardiendo como el eco en las tonadas,
tu apellido la caña levanta a la dulzura, el laurel y la luz de tu ejército rojo fue silbo de tierra libre como el compás en el remo,
el estaño bolívar tiene un fulgor bolívar, a través de la noche de América con tu mirada mira. entre su manta y sus sueños. como el tiro en el asalto,
el pájaro bolívar sobre el volcán bolívar, Tus ojos que vigilan más allá de los mares, como el toro en el rodeo,
la patata, el salitre, las sombras especiales, más allá de los pueblos oprimidos y heridos, Mírele el rastro en la paja, como el relincho en el alba,
las corrientes, las vetas de fosfórica piedra, más allá de las negras ciudades incendiadas, míreselo, compañero, como el casco en el estero,
todo lo nuestro viene de tu vida apagada, tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace: como las claras garúas como la pena en la canta,
tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios, tu ejército defiende las banderas sagradas: en el terronal reseco, como el gallo en el silencio,
tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre. la Libertad sacude las campanas sangrientas, como en las mesas el pozo, como el grito del Catire
y un sonido terrible de dolores precede como en el caño el lucero, en las Queseras del Medio,
Tu pequeño cadáver de capitán valiente la aurora enrojecida por la sangre del hombre. como la garza en el junco, como la Patria en el Himno,
ha extendido en lo inmenso su metálica forma, Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos. como la tarde en los vuelos, como el clarín en el Viento.
de pronto salen dedos tuyos entre la nieve La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron, como el verde en el quemado,
y el austral pescador saca a la luz de pronto de nuestra joven sangre venida de tu sangre como en el banco el incendio, Por aquí pasó, compadre,
tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes. saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos. como el rejón en la carga, dolido, gallardo, eterno
como la garza en el rejo, El sol de la tarde estira
¿De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos? Yo conocí a Bolívar una mañana larga, como el cocuyo en el aire, su perfil sobre el desierto.
Roja será la rosa que recuerde tu paso. en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento, como la luna en el médano,
¿Cómo serán las manos que toquen tu ceniza? Padre, le dije, ¿eres o no eres o quién eres? como el potro en el Escudo
Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen. Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo: y el tricolor en el cielo. Alberto Arvelo Torrealba
¿Y cómo es la semilla de tu corazón muerto? “Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”. (Barinas, 1905-Caracas, 1971)
Es roja la semilla de tu corazón vivo. Por aquí pasó, compadre,
hacia aquellos montes lejos.
Pablo Neruda Aquí va su estampa sola;
Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti. (Chile, 1904-1973) grave perfil aguileño,
Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella, arzón de cuero tostado,
y otra más, hasta el fondo del continente oscuro. tordillo de bravo pecho.
Y otra mano que tú no conociste entonces
viene también, Bolívar, a estrechar a la tuya: De bandera va su capa,
de Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro, su caballo de puntero,
de la cárcel, del aire, de los muertos de España baquiano, volando rumbos,
llega esta mano roja que es hija de la tuya. artista, labrando pueblos,
hombre, retoñando patrias,
Capitán, combatiente, donde una boca picando glorias, tropero.
grita libertad, donde un oído escucha,
donde un soldado rojo rompe una frente parda, Óigale la voz perdida;
donde un laurel de libres brota, donde una nueva sobre el resol de los médanos,
bandera se adorna con la sangre de nuestra insigne la voz del grito más hondo
aurora, óigasela, compañero,
Bolívar, capitán, se divisa tu rostro. como el son de las guaruras
Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo. cuando pasan los arrieros,
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado. como la brisa en la palma,
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Oración a Simón Bolívar en la noche Bolívar en un libro de lectura
negra de América
Cuando en su esbelta alfajía
Atraviesas la eternidad, con un hueso de caballo, ¡Eres tú, Capitán! ¡Estás despierto! surge la aurora mojada
incendiando el abismo, como el abanico de una vieja Avanza sobre el pantano, cual la pantera sobre la estepa para tender su mirada
diosa; amarilla, sobre los campos del día,
corre el tiempo, el agua verde entre tus piernas de coloso, avanza sobre esta tierra mojada y en la temprana herrería
como la flor indígena de la metáfora, –arcángel de luto de las escrituras– despierta el yunque cantor,
A Bolívar como el lienzo manchado sobre la cara de Cristo, vuelve a andar, cíñete de nuevo la espada, porque habla en lengua de amor
seco, como tú, magro, arando en el mar, arando. severo, insaciable, como la ceniza del tiempo antepasado. y por claro y por fecundo,
Capitán, macho de amargura, se llama entonces el mundo
No sobre la sustancia de tu historia germinada en arca- ¿en qué oscura caja reventaron tus sueños, ¡Despierta, Capitán! Bolívar Libertador.
nos sin segundo no sobre la virtualidad de tus hazañas entre el gusano y el oro de la tarde americana? ¡Despierta!
urgida de realización a las criaturas, me proyectaré en ¿Qué pupila enluta tu pabellón furioso? América te llora, como una gran viuda apasionada. Cuando obediente al anzuelo
este minuto. Oh Capitán, como en las lúgubres consejas, derrama el mar en la orilla
como en las leyendas de los reinos perdidos, sobre la arena amarilla
Las australes hegemonías del hombre vivo y padeciente las grullas entraron en la noche, Mahfud Massis sus pescaditos de yelo,
sobre sus inmensidades tácitas con destinos de cofia echaron sus huevos bajo la luz macerada de la luna; (Iquique, Chile, 1916-Caracas, Venezuela, 1990) porque no es otro su anhelo
secreta, tu inconcluso final enraizando más allá del rodaron los torreones en los anaranjados potros que dar de sí lo mejor,
horizonte danme el color que ahora demando desde mí inmortales, un nombre tiene de honor
misma hacia mi verbo. y pequeños dioses, con su plumaje cadavérico, y un apellido ese mar:
dejaron caer la pierna anciana, lo llama el aire al pasar
Me proyectaré en este minuto hacia el lugar de tu pecho la pezuña podrida del asno. Nuestros hijos, con la barri- Bolívar Libertador.
desde donde tus dueños patriarcales ordenaron los vol- ga abierta,
canes de tu sangre y los ocultos veneros del sempiterno con un trapo escarlata, lloran en la espesura. Cuando el rescoldo tranquilo
surtidor de la gloria y los relámpagos sembradores en la Rameras fúnebres, rodeadas de blancas moscas, de su cesto de costuras,
tierra de un nuevo ciclo de esperanzas. mariscales leprosos, verdugos ahorcados, mi madre borda blancuras
enanos de largas tetas surgieron, como doncellas inver- con sus estambres en vilo,
Invoco en este instante el día por ti creado para el sol nales, y palomillas de hilo
del indio en libertad el Sol en creciente que deslumbra y chivos melancólicos vuelan a su alrededor,
los meridianos de la América. ascendieron en la hechicería de la noche, ese universo de amor
destrozaron la guerrera del héroe, a que entonces pertenece,
Y el hombre esencial, el conductor del fuego, el que el agitando un cascabel de miseria, se llama, pues lo merece,
ardor de Pativilca con una palabra por señal batió a la un plato de sangre ante los propios ojos. Bolívar Libertador.
muerte en campo propio hablando en nombre de
la vida. ¡Malditos! Cuando el aguacero frío
¡Malditos desde el fondo de la tierra, sus rotas cántaras vierte
desde el fondo del aire, y en toronjiles convierte
Pálmenes Yarza las candelas del estío;
Cabezas Negras, rufianes coronados,
(Nirgua, Yaracuy, 1916) cuando la tierra es plantío
sobre nuestras cabalgaduras de pies de seda,
sobre el terciopelo que os cubre, como a antiguas queridas, con altas yerbas de olor,
una Sombra, un cráneo terrible, ese tiempo labrador
una sombría sombra desolada, que abril cantando inaugura,
vadeando el cielo, el valle negro de los gavilanes, se llama por su hermosura
cae sobre vuestras crines; y los gallos Bolívar Libertador.
rojos de la tempestad
encienden la eternidad anunciando su nombre!
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Mi patria y sus caseríos, Canción bolivariana
sus petróleos torrenciales,
sus comarcas vegetales
y su tumulto de ríos, Bolívar bolivariano Bolívar: Niño:
salinas y labrantíos, no es un pensamiento muerto “Los Estados Unidos parecen destinados Y lo peor es que a mi pueblo
animales de labor, ni mucho menos un santo por la Providencia a plagar la América ya lo están dejando sin Bolívar.
llanto, júbilo y sudor para prenderle una vela de miserias en nombre de la libertad”.
de esta tierra y de su gente, Bolívar:
se llaman sencillamente Un niño de Venezuela Niño: “¿Lo están dejando sin dinero, carajito?”.
tuvo un encuentro con él “Hoy acudimos a tu idea visionaria
Bolívar Libertador. puede ser imaginario al antiimperialista pensamiento de tu frente, Niño:
pero pudo suceder disculpa que te trate de tú “Sin conciencia Libertador, sin conciencia.
pero para ser mi Libertador El pueblo en su engaño
Aquiles Nazoa Y esto lo conversaron tuviste primero que ser mi amigo cree que la alta burguesía,
(Caracas, 1920-1976) Bolívar y el carajito grandioso capitán navegando hacia Angostura va a llevarte flores al Panteón Nacional
debajo de un arbolito con la cara mojada por el Padre Río cada Aniversario de tu muerte”.
que se salvó de la quema jamás en la historia de la Patria
debajo de un arbolito hubo tantos borrones Bolívar:
que se salvó de la quema sobre un papel escrito “Y entonces ¿a qué van pequeño compatriota?”.
y el amor por el pueblo
Niño: llevado a tanta altura”. Niño:
“¿No es verdad Simón Bolívar “A asegurarse de que estés bien muerto Libertador,
que al hacer tu juramento Y Bolívar sonreído Bien muerto”.
histórico en Monte Sacro y lleno de comprensión
no pensaste que tu brazo le saltaba el corazón Y Bolívar sonreído
hoy se sintiera cansado por lo que estaba escuchando. y lleno de comprensión
de tantos que se han colgado le saltaba el corazón
para escudarse en tu nombre?”. Y mirando fijo al niño por lo que estaba escuchando.
de edad escolar sin escuela
Bolívar: dijo: Toma mis espuelas El resultado es claro
“Hay razón en lo que dices que hay que jinetear de nuevo la burguesía es hija de la colonia y viceversa
yo frente a Simón Rodríguez tú te vas de pueblo en pueblo la opresión está reunida en masa
juré liberar a mi patria a despertar a la gente bajo un solo estandarte
y tal vez por inocencia que alcen más y más la frente y si la lucha por la libertad se dispersa
no la soñé gobernada para merecer la gloria no habrá victoria en el combate,
por indignos de mi herencia”. y hacer de nuevo la historia ¡que si la lucha se dispersa,
liberando al oprimido no habrá victoria popular en el combate!
Niño: que si el pueblo está dormido
“Al pueblo tratan de quitarle la memoria nunca ganará la gloria. Bolívar bolivariano
por eso al gringo Henry Clay no es un pensamiento muerto
quien te insultó en tu vida y en tu muerte Niño: ni mucho menos un santo
le levantaron una estatua en nuestra Patria “Bolívar, en Birongo para prenderle una vela
y la doctrina latinoamericana allá por Barlovento
que acrisolaste en tu carta de Jamaica hay una placita con tu nombre Un niño de Venezuela
le han disminuido su esencia y prohíben visitarla sin camisa tuvo un encuentro con él
patriota y libertaria, para que veas que nuestras leyes oigan sonar sus espuelas
¡ah! si vieras el destino las dictan los de frac y de levita va cabalgando otra vez,
de los pueblos que liberó tu espada en contra de los descamisados. oigan sonar sus espuelas
su mayor libertad va cabalgando otra vez.
es la de morirse de hambre Bolívar:
pisoteados por la bota norteña “... y se olvidan que yo usé camisa prestada Letra y música de Alí Primera
sobre la que nos alertaste”. cuando estuve en Santa Marta...”. (Coro, 1941-Caracas, 1985)
RIF G-20003090-9

“Debemos avanzar hacia una explosión masiva del conocimiento”


Hugo Chávez

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