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Actividad de lectura poética

Relación entre la historia (hechos reales) y la reconstrucción del sujeto del enunciado
histórico.
En la literatura, existe una tendencia por escoger héroes o personajes históricos para
recrear su vida con un fin de elogio, crítica o ridiculización. En este caso, en la lírica
Aurora Estrada i Ayala ha recurrido a un personaje. Tu actividad es la siguiente:
1. Leer íntegramente el poema e ir subrayando
2. Grabar la lectura con la entonación oral. Subir a la nube y mandar el PDF del
link (archivo con sus apellidos)
3. Buscar y ejemplificar con algunos versos, los siguientes subtemas
Ambiente Construcción del Hechos históricos
personaje

EL GRITO 1

El tiempo es una mole con raíces de sombra,


pero también con raíces de crispada luz,
como de helechos pétreos que hundieron en la tierra
cataclismos prehistóricos.
I sin embargo vivas, palpitantes i ardientes,
red de arterias monstruosas de un titán,
donde la sangre asciende al cielo como un oculto surtidor,
donde desciende roja al abismo i la noche,
tendiendo un puente arcano entre el Ayer i el Hoi.

Erguida antena, pirámide infinita,


yo con temblor extraño i esotérica angustia
con mi pequeña sombra trémula me acerco…
I de pie en el silencio germinado en preguntas
junto a tu sombra inmensa mi viril sombra inquieta,
para que me hagan presa tus palpos gigantescos,
para que me ciñan tus millones de sierpes
i ser una contigo en la savia i la vida,
1
De este poema tenemos una impresión en forma de folleto o librillo –debió ser entregado al público
antes de la obra–. La única copia disponible está en la Biblioteca del Ministerio de Cultura y Patrimonio,
Sede Quito. 1947.
escucharte la voz, entenderte el idioma
i luego de tu verbo, crucificadas hostias
hacer, para una nueva comunión.

Sobre mi tierra viven más de tres millones de hombres


formando una colmena de múltiples rumores:
el amor, el trabajo, el canto, la protesta,
la rabia, la alegría
el ímpetu de avance i el amasar de auroras.
Hai ciudades i campos sobre estas tierras mías,
en ellas hombres dentro las fábricas,
hombres que se doblan sobre los surcos grises,
i hombres frente a los libros i en los laboratorios.
¡No sólo están marcados por los días que vivieron,
millares i millones, son jóvenes i fuertes!

Debieran sonreír, hablar alto, luchar.


¡Mas, el silencio sobre sus frenes pone
una lápida oscura que ni los sismos mueven!
I sobre la miseria i el dolor de mi tierra
hasta la esperanza parece que está muerta…
El viejo sol Shiri es el ojo de Dios
que mira con asombro nuestra heredad…
¡No es vuestro el Amazonas!
Bolívar nos pregunta: ¿Por qué olvidamos el lindero que
trazó su espada?

Sobre el solar mínimo, tan mínimo que apenas


alcanza a sostener nuestra bandera,
el viento entona un largo miserere…

I he aquí que de la mole


con raíces de sombra i crispada luz,
no salió la palabra de flamígero arcángel
sino la grave voz con que hablan los abuelos,
que es lírica i que es dulce,
como la mano disipadora de la noche
al encender la clara lámpara de la leyenda…
I era como un canto que acunaba mi angustia,
como si floreciera la Selva de la Gesta
la palabra que oí…

Fue cerca la mar de Balboa,


hace más de cien años,
se abrieron dos ojos suaves
de infante privilegiado.
Cerca al mar i en Montecristi,
tronco hispano-ecuatoriano,
abrió sus ojos un niño,
(…)

Bajo el teogónico sol,


de los Shiris legendarios,
entre el mar i la montaña
vivió sus primeros años.
Cuéntase que adolescente
i sin ayuda ni amparo
a un ágil tigre abatió
su corazón i su brazo.

Que amor endulzó su oído


con el oro de su canto,
pero él vivía de una estrella
en alma i sangre abrasado.
La pasión de libertad
era en sus venas amor
i el anhelo de justicia
le golpeaba el pecho bravo.

Tenía, al empezar la lucha,


veintidós años contados.
I alzó la bandera roja
que nunca arriaron sus manos.
Su vida de guerrillero
está grabada en los campos
de la Sierra i de la Costa
i en el pecho ecuatoriano.

Él la comenzó venciendo,
él con ánimo esforzado,
fue su nombre de rebelde
en las conciencias izando.
Sembraba nuevos ideales
para un porvenir más claro.
Por su corazón magnánimo
lo adoraban sus soldados.

Los campesinos costeños


i los del agro serrano
cantando alegres seguíanle
por los campos i los llanos.
Por él la copla espontánea
les brotaba de los labios
i en el vivac se escuchaban
canciones (…).

Es que en su vida de lucha


Alfaro fue democrático.
Soñaba con la igualdad:
libertadora de esclavos.
Del arco tenso de su alma
flechas de luz se elevaron
a los cielos del Futuro,
clavándose entre los astros.

Vencedor en cien combates,


como un héroe sobrehumano
en Jaramijó tornose
el Capitán Legendario.
En el heroico Alhajuela,
entre el incendio i las balas,
él, más bravo que el océano,
ciñó sus sienes de lauros.

I este caudillo del pueblo,


como Jefe del Estado,
creó leyes amparadoras
de los hombres del trabajo.
De la Cultura i del Arte
fue el impulsador magnánimo.
Están allí los Normales
bajo el estandarte laico.

La Escuela de Bellas Artes


i el Conservatorio, creados
por él, son de los artistas
los dos encendidos faros.
El instituto Mejía
es una antorcha brillando
sobre los nuevos senderos
del futuro ecuatoriano.

Escuelas que ennoblecieron


la carrera del soldado,
haciendo par el ejército
obra cierta de adelanto.
La mujer del Ecuador
hoi se emociona al nombrarlo
pues emancipó su espíritu
i le dio derecho humano.

El Ferrocarril del Sur


es la obra cumbre (…),
él anudó Sierra i Costa
con un efectivo lazo.
Sus paralelas de acero
van cantando, van cantando,
desde Quito a Guayaquil
(…).

Del Libertador el sueño


en su mente estaba claro,
Pensaba en la Gran Colombia
i en su destino sagrado,
su visión continental
fue de panamericano,
i su palabra i acción
ese idealismo encarnaron.

Lo reconocen los pueblos


centro i sur americanos
donde hai estatuas i bronces
que son sus mejores lauros.
Norteamérica lo admira
como apóstol democrático,
como adalid del progreso
i patriota ciudadano.

Una vez, allá en el Sur,


voces de reto se alzaron.
(…) con ira cívica
organizó a sus soldados.
Su jipijapa famoso
ciñó al cabello nevado,
rojo pañuelo en el cuello
i marchó al lindero patrio.

¡Era él (…)
las tropas encabezando
i habría habido un nuevo Tarqui
para los ecuatorianos!
¡Hoi... no es nuestro el Amazonas! 2
¡Nuestro iris está enlutado!
¿Dónde, dónde está el caudillo
a quien seguirle confiados?

El niño de Montecristi,
el Rebelde sobrehumano,
cambió el curso de la Historia
roturando nuevos campos.
¿Qué 3 tuvo en su vida errores?
Él era un hombre preclaro
i el error fue siempre precio
que la grandeza ha pagado.

Pero el soñador de ideales,


el valiente doctrinario
sufrió en su Patria el martirio
i viles lo traicionaron.
Más… ¿A qué hablar de esa página
de dolor, de sangre i llanto?
I la voz grave de Gesta
se fue apagando, apagando…

Ahora frente al silencio,


en el Hoi, que es torvo, torvo,
ante la piedra inmensa, con raíces de sombra i luz,
alzo mi voz que interroga
i mirando a un pretérito junio
donde clavó su grímpola roja el Héroe,
con mi voz, donde vibran mil voces juveniles,
por los nuevos caminos que abriremos nosotros.
Por el Porvenir que espera nuestros pasos,
2
En este verso he tomado la escritura del folleto.
3
«Que» en la edición de Isabel Ramírez Estrada.
mi grito dice, solamente, ¡PADRE!

Quito, 2 de mayo de 1947

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