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CASTELLANO 5to AÑO. DOCENTE: Lcda.

Olga Márquez
Referencia general a la "Alocución a la Poesía"
Durante su estada en Londres Bello escribió lo que la crítica ha considerado lo mejor de su producción poética:
la "Alocución a la Poesía" publicada en 1823 en la Biblioteca Americana y la "Silva a la Agricultura" que
apareció en 1826 en "El Repertorio Americano". Para este momento histórico la mayoría de los países
americanos habían alcanzado su independencia política; pero en el aspecto cultural se encontraban en el mayor
atraso. Esta situación hace que Bello se convierta en el abanderado de la independencia cultural americana por
lo que concibe la idea de escribir un largo poema que se titularía "América", de proyección muy amplia; pero,
por razones que no se han precisado, sólo llegó a publicar las dos Silvas a que hemos hecho referencia.
Nuestra tarea será comentar fragmentos seleccionados de ambas poesías para observar preferentemente sus
caracteres neoclásicos; pero antes es conveniente hacer algunas referencias sobre las mismas.
La "Alocución a la Poesía" se abre con una invocación a la musa para que abandone la culta Europa y se dirija a
la América, donde la esperan grandes motivos dignos de ser cantados. Luego se anuncia que llegará el día en
que algún varón americano cantará la belleza de sus campos. Esto está considerado como un manifiesto poético
de la independencia americana desde el punto de vista literario. Al respecto dice el crítico Arturo Uslar Pietri
que "es la primera declaración de autonomía de las letras del mundo criollo".
Después de la invocación, el poeta incita a la musa para que recorra, una por una, las naciones americanas y
exalta sus bondades. La naturaleza y los héroes de Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Méjico, van desfilando,
hasta que se llega a Colombia donde el poeta "enumera con morosa prolijidad sus ciudades y sus campos".
Luego va aludiendo a los grandes héroes: primero a los que se inmolaron por la Patria como Ricaurte, Ribas,
Miranda, Girardot y finalmente los vivos como Páez y Bolívar cuya gloria considera Bello que debe ser cantada
por "ingenio más feliz" y por "más docta pluma".
ALOCUCION A LA POESIA Fragmentos de un poema titulado "América"

I
Divina Poesía, ¿Qué a ti, silvestre ninfa, con las pompas
tú de la soledad habitadora, de dorados alcázares reales?
a consultar tus cantos enseñada ¿A tributar también irás en ellos,
con el silencio de la selva umbría, en medio de la turba cortesana,
tú a quien la verde gruta fue morada, el torpe incienso de servil lisonja?
y el eco de los montes compañía; No tal te vieron tus más bellos días,
tiempo es que dejes ya la culta Europa, cuando en la infancia de la gente humana,
que tu nativa rustiquez desama, maestra de los pueblos y los reyes,
y dirijas el vuelo adonde te abre cantaste al mundo las primeras leyes.
el mundo de Colón su grande escena. No te detenga, oh diosa,
esta región de luz y de miseria,
También propicio allí respeta el cielo en donde tu ambiciosa
la siempre verde rama rival Filosofía,
con que al valor coronas; que la virtud a cálculo somete,
también allí la florecida vega, de los mortales te ha usurpado el culto;
el bosque enmarañado, el sesgo río, donde la coronada hidra amenaza
colores mil a tus pinceles brindan; traer de nuevo al pensamiento esclavo
y Céfiro revuela entre las rosas; la antigua noche de barbarie y crimen;
y fúlgidas estrellas donde la libertad vano delirio,
tachonan la carroza de la noche; fe la servilidad, grandeza el fasto,
y el rey del cielo entre cortinas bellas la corrupción cultura se apellida.
de nacaradas nubes se levanta; Descuelga de la encina carcomida
y la avecilla en no aprendidos tonos tu dulce lira de oro, con que un tiempo
con dulce pico endechas de amor canta. los prados y las flores, el susurro
de la floresta opaca, el apacible
murmurar del arroyo trasparente. Allí memorias de tempranos días
las gracias atractivas tu lira aguardan; cuando, en ocio dulce
de Natura inocente, y nativa inocencia venturosos,
a los hombres cantaste embelesados; sustento fácil dio a sus moradores,
y sobre el vasto Atlántico tendiendo primera prole de su fértil seno,
las vagorosas alas, a otro cielo, Cundinamarca; antes que el corvo arado
a otro mundo, a otras gentes te encamina, violase el suelo, ni extranjera nave
do viste aún su primitivo traje las apartadas costas visitara.
la tierra, al hombre sometida apenas; Aún no aguzado la ambición había
y las riquezas de los climas todos el hierro atroz; aún no degenerado
América, del Sol joven esposa, buscaba el hombre bajo oscuros techos
del antiguo Océano hija postrera, el albergue, que grutas y florestas
en su seno feraz cría y esmera. saludable le daban y seguro,
¿Qué morada te aguarda? ¿qué alta cumbre, sin que señor la tierra conociese,
qué prado ameno, qué repuesto bosque los campos valla, ni los pueblos muro.
harás tu domicilio? ¿en qué felice La libertad sin leyes florecía,
playa estampada tu sandalia de oro todo era paz, contento y alegría;
será primero? ¿dónde el claro río cuando de dichas tantas envidiosa
que de Albión los héroes vio humillados, Huitaca bella, de las aguas diosa,
los azules pendones reverbera hinchando el Bogotá, sumerge el valle.
de Buenos Aires, y orgulloso arrastra De la gente infeliz parte pequeña
de cien potentes aguas los tributos asilo halló en los montes;
al atónito mar? ¿o dónde emboza el abismo voraz sepulta el resto.
su doble cima el Avila entre nubes Tú cantarás cómo indignó el funesto
y la ciudad renace de Losada? estrago de su casi extinta raza
¿O más te sonreirán. Musa, los valles a Nenqueteba, hijo del Sol; que rompe
de Chile afortunado, que enriquecen con su cetro divino la enriscada
rubias cosechas, y suaves frutos; montaña, y a las ondas abre calle;
do la inocencia y el candor ingenuo el Bogotá, que inmenso lago un día
y la hospitalidad del mundo antiguo de cumbre a cumbre dilató su imperio,
con el valor y el patriotismo habitan? de las ya estrechas márgenes, que asalta
¿O la ciudad que el águila posada con vana furia, la prisión desdeña,
sobre el nopal mostró al azteca errante, y por la brecha hirviendo se despeña.
y el suelo de inexhaustas venas rico, Tú cantarás cómo a las nuevas gentes
que casi hartaron la avarienta Europa? Nenqueteba piadoso leyes y artes
Ya de la mar del Sur la bella reina, y culto dio; después que a la maligna
a cuyas hijas dio la gracia en dote ninfa mudó en lumbrera de la noche,
Naturaleza, habitación te brinda y de la luna por la vez primera
bajo su blando cielo, que no turban surcó el Olimpo el argentado coche.
lluvias jamás, ni embravecidos vientos.
¿O la elevada Quito Ve, pues, ve a celebrar las maravillas
harás tu albergue, que entre canas cumbres del ecuador: canta el vistoso cielo
sentada, oye bramar las tempestades que de los astros todos los hermosos
bajo sus pies, y etéreas auras bebe coros alegran; donde a un tiempo el vasto
a tu celeste inspiración propicias? Dragón del norte su dorada espira
Mas oye do tronando se abre paso desvuelve en torno al luminar inmóvil
entre murallas de peinada roca, que el rumbo al marinero audaz señala,
y envuelto en blanca nube de vapores, y la paloma cándida de Arauco
de vacilantes iris matizada, en las australes ondas moja el ala.
los valles va a buscar del Magdalena Si tus colores los más ricos mueles
con salto audaz el Bogotá espumoso. y tomas el mejor de tus pinceles,
podrás los climas retratar, que entero
el vigor guardan genital primero bajo una fresca palma en la llanura,
con que la voz omnipotente, oída viese arder en la bóveda azulada
del hondo caos, hinchió la tierra, apenas tus cuatro lumbres bellas,
sobre su informe faz aparecida, oh Cruz del Sur, que las nocturnas horas
y de verdura la cubrió y de vida. mides al caminante
Selvas eternas, ¿quién al vulgo inmenso por la espaciosa soledad errante;
que vuestros verdes laberintos puebla, o del cucuy las luminosas huellas
y en varias formas y estatura y galas viese cortar el aire tenebroso,
hacer parece alarde de sí mismo, y del lejano tambo a mis oídos
poner presumirá nombre o guarismo? viniera el son del yaraví amoroso!
En densa muchedumbre
ceibas, acacias, mirtos se entretejen, Tiempo vendrá cuando de ti inspirado
bejucos, vides, gramas; algún Marón americano, ¡oh diosa!
las ramas a las ramas, también las mieses, los rebaños cante.
pugnando por gozar de las felices el rico suelo al hombre avasallado,
auras y de la luz, perpetua guerra y las dádivas mil con que la zona
hacen, y a las raíces de Febo amada al labrador corona;
angosto viene el seno de la tierra. donde cándida miel llevan las cañas,
y animado carmín la tuna cría,
¡Oh quién contigo, amable Poesía, donde tremola el algodón su nieve,
del Cauca a las orillas me llevara, y el ananás sazona su ambrosía;
y el blando aliento respirar me diera de sus racimos la variada copia
de la siempre lozana primavera rinde el palmar, da azucarados globos
que allí su reino estableció y su corte! el zapotillo, su manteca ofrece
¡Oh si ya de cuidados enojosos la verde palta, da el añil su tinta,
exento, por las márgenes amenas bajo su dulce carga desfallece
del Aragua moviese el banano, el café el aroma acendra
el tardo incierto paso; de sus albos jazmines, y el cacao
o reclinado acaso cuaja en urnas de púrpura su almendra.

La "Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida" fue publicada tres años después que la "Alocución" en ella
se van a desarrollar y ampliar algunos temas que en la primera "apenas habían sido esbozados".
En esta Silva, (Bello demuestra una mayor madurez poética por lo que presenta una elaboración artística
superior a toda su producción lírica anterior.
Es un extenso Poema que va dirigido a la agricultura tropical lo que de por sí destaca "la in- tención cívica y
didáctica con que fue escrito". Si nos adentramos en él mediante una visión de conjunto encontraremos dos
partes bien diferenciadas: una en la que el poeta "habla enamorado de la naturaleza" y otra en que "deja oir su
voz de filósofo, sociólogo, moralista o patriota".
La "Silva a la Agricultura" tiene trescientos setenta y tres versos distribuidos en siete núcleos y presenta "un
plan más cerrado que el de la Alocución". Comienza con un saludo que el poeta dirige a la Zona que va a
cantar y toma como punto de partida la zona tropical de su Patria para luego "irradiar a todas las naciones del
nuevo mundo".
Los dos primeros núcleos son fundamentalmente descriptivos y la intención es destacar los grandes frutos
tropicales como la caña de azúcar, el cacao, la vid, el tabaco y la palma. A partir del tercer núcleo comienza a
desarrollarse el aspecto doctrinario o sea la parte didáctico-moral de su contenido. Alaba la vida feliz del
labrador sencillo y censura a los ricos que abandonan sus heredades y se van a las ciudades.
Reelaborando temas de inspiración clásica el poeta manifiesta su amor por la paz y su odio a las guerras;
contrapone la vida del campo a la de la ciudad y describe dos de los grandes males de la agricultura: la tala y
las quemas.
En los dos últimos núcleos el poeta invoca a Dios para que proteja el mundo de la agricultura, nos reitera su
amor por la paz y al finalizar se dirige a las jóvenes naciones para que honren los campos y sus labradores
como un ejemplo para las futuras generaciones.
SILVA A LA AGRICULTURA DE nectáreos globos y franjadas flores;
LA ZONA TÓRRIDA y para ti el maíz, jefe altanero
¡Salve, fecunda zona, de la espigada tribu, hincha su grano;
que al sol enamorado circunscribes y para ti el banano
el vago curso, y cuanto ser se anima desmaya al peso de su dulce carga;
en cada vario clima, el banano, primero
acariciada de su luz, concibes! de cuantos concedió bellos presentes
Tú tejes al verano su guirnalda Providencia a las gentes
de granadas espigas; tú la uva del ecuador feliz con mano larga.
das a la hirviente cuba; No ya de humanas artes obligado
no de purpúrea fruta, o roja, o gualda, el premio rinde opimo;
a tus florestas bellas no es a la podadera, no al arado
falta matiz alguno; y bebe en ellas deudor de su racimo;
aromas mil el viento; escasa industria bástale, cual puede
y greyes van sin cuento hurtar a sus fatigas mano esclava;
paciendo tu verdura, desde el llano crece veloz, y cuando exhausto acaba,
que tiene por lindero el horizonte, adulta prole en torno le sucede.
hasta el erguido monte, Mas ¡oh! ¡si cual no cede
de inaccesible nieve siempre cano. el tuyo, fértil zona, a suelo alguno,
Tú das la caña hermosa, y como de natura esmero ha sido,
de do la miel se acendra, de tu indolente habitador lo fuera!
por quien desdeña el mundo los panales; ¡Oh! ¡si al falaz ruido,
tú en urnas de coral cuajas la almendra la dicha al fin supiese verdadera
que en la espumante jícara rebosa; anteponer, que del umbral le llama
bulle carmín viviente en tus nopales, del labrador sencillo,
que afrenta fuera al múrice de Tiro; lejos del necio y vano
y de tu añil la tinta generosa fasto, el mentido brillo,
émula es de la lumbre del zafiro. el ocio pestilente ciudadano!
El vino es tuyo, que la herida agave ¿Por qué ilusión funesta
para los hijos vierte aquellos que fortuna hizo señores
del Anahuac feliz; y la hoja es tuya, de tan dichosa tierra y pingüe y varia,
que, cuando de suave el cuidado abandonan
humo en espiras vagorosas huya, y a la fe mercenaria
solazará el fastidio al ocio inerte. las patrias heredades,
Tú vistes de jazmines y en el ciego tumulto se aprisionan
el arbusto sabeo, de míseras ciudades,
y el perfume le das, que en los festines do la ambición proterva
la fiebre insana templará a Lico. sopla la llama de civiles bandos,
Para tus hijos la procera palma o al patriotismo la desidia enerva;
su vario feudo cría, do el lujo las costumbres atosiga,
y el ananás sazona su ambrosía; y combaten los vicios
su blanco pan la yuca; la incauta edad en poderosa liga?
sus rubias pomas la patata educa; No allí con varoniles ejercicios
y el algodón despliega al aura leve se endurece el mancebo a la fatiga;
las rosas de oro y el vellón de nieve. mas la salud estraga en el abrazo
Tendida para ti la fresca parcha de pérfida hermosura,
en enramadas de verdor lozano, que pone en almoneda los favores;
cuelga de sus sarmientos trepadores mas pasatiempo estima
prender aleve en casto seno el fuego el campo es vuestra herencia; en él gozaos.
de ilícitos amores; ¿Amáis la libertad? El campo habita,
o embebecido le hallará la aurora o allá donde el magnate
en mesa infame de ruinoso juego. entre armados satélites se mueve,
En tanto a la lisonja seductora y de la moda, universal señora,
del asiduo amador fácil oído va la razón al triunfal carro atada,
da la consorte; crece y a la fortuna la insensata plebe,
en la materna escuela y el noble al aura popular adora.
de la disipación y el galanteo ¿O la virtud amáis? ¡Ah, que el retiro,
la tierna virgen, y al delito espuela la solitaria calma
es antes el ejemplo que el deseo. en que, juez de sí misma, pasa el alma
¿Y será que se formen de ese modo a las acciones muestra,
los ánimos heroicos denodados es de la vida la mejor maestra!
que fundan y sustentan los estados? ¿Buscáis durables goces,
¿De la algazara del festín beodo, felicidad, cuanta es al hombre dada
o de los coros de liviana danza, y a su terreno asiento, en que vecina
la dura juventud saldrá, modesta, está la risa al llanto, y siempre, ¡ah! siempre
orgullo de la patria, y esperanza? donde halaga la flor, punza la espina?
¿Sabrá con firme pulso Id a gozar la suerte campesina;
de la severa ley regir el freno; la regalada paz, que ni rencores
brillar en torno aceros homicidas al labrador, ni envidias acibaran;
en la dudosa lid verá sereno; la cama que mullida le preparan
o animoso hará frente al genio altivo el contento, el trabajo, el aire puro;
del engreído mando en la tribuna, y el sabor de los fáciles manjares,
aquel que ya en la cuna que dispendiosa gula no le aceda;
durmió al arrullo del cantar lascivo, y el asilo seguro
que riza el pelo, y se unge, y se atavía de sus patrios hogares
con femenil esmero, que a la salud y al regocijo hospeda.
y en indolente ociosidad el día, El aura respirad de la montaña,
o en criminal lujuria pasa entero? que vuelve al cuerpo laso
No así trató la triunfadora Roma el perdido vigor, que a la enojosa
las artes de la paz y de la guerra; vejez retarda el paso,
antes fió las riendas del estado y el rostro a la beldad tiñe de rosa.
a la mano robusta ¿Es allí menos blanda por ventura
que tostó el sol y encalleció el arado; de amor la llama, que templó el recato?
y bajo el techo humoso campesino ¿O menos aficiona la hermosura
los hijos educó, que el conjurado que de extranjero ornato
mundo allanaron al valor latino. y afeites impostores no se cura?
¡Oh! ¡los que afortunados poseedores ¿O el corazón escucha indiferente
habéis nacido de la tierra hermosa, el lenguaje inocente
en que reseña hacer de sus favores, que los afectos sin disfraz expresa,
como para ganaros y atraeros, y a la intención ajusta la promesa?
quiso Naturaleza bondadosa! No del espejo al importuno ensayo
romped el duro encanto la risa se compone, el paso, el gesto;
que os tiene entre murallas prisioneros. ni falta allí carmín al rostro honesto
El vulgo de las artes laborioso, que la modestia y la salud colora,
el mercader que necesario al lujo ni la mirada que lanzó al soslayo
al lujo necesita, tímido amor, la senda al alma ignora.
los que anhelando van tras el señuelo ¿Esperaréis que forme
del alto cargo y del honor ruidoso, más venturosos lazos himeneo,
la grey de aduladores parasita, do el interés barata,
gustosos pueblen ese infecto caos; tirano del deseo,
ajena mano y fe por nombre o plata, de la lucha mortal, burla del viento.
que do conforme gusto, edad conforme, Mas al vulgo bravío
y elección libre, y mutuo ardor los ata? de las tupidas plantas montaraces,
Allí también deberes sucede ya el fructífero plantío
hay que llenar: cerrad, cerrad las hondas en muestra ufana de ordenadas haces.
heridas de la guerra; el fértil suelo, Ya ramo a ramo alcanza,
áspero ahora y bravo, y a los rollizos tallos hurta el día;
al desacostumbrado yugo torne ya la primera flor desvuelve el seno,
del arte humana, y le tribute esclavo. bello a la vista, alegre a la esperanza;
Del obstruido estanque y del molino a la esperanza, que riendo enjuga.
recuerden ya las aguas el camino; del fatigado agricultor la frente,
el intrincado bosque el hacha rompa, y allá a lo lejos el opimo fruto,
consuma el fuego; abrid en luengas calles y la cosecha apañadora pinta,
la oscuridad de su infructuosa pompa. que lleva de los campos el tributo,
Abrigo den los valles colmado el cesto, y con la falda en cinta,
a la sedienta caña; y bajo el peso de los largos bienes
la manzana y la pera con que al colono acude,
en la fresca montaña hace crujir los vastos almacenes.
el cielo olviden de su madre España; ¡Buen Dios! no en vano sude,
adorne la ladera mas a merced y a compasión te mueva
el cafetal; ampare la gente agricultora
a la tierna teobroma en la ribera del ecuador, que del desmayo triste
la sombra maternal de su bucare; con renovado aliento vuelve ahora,
aquí el vergel, allá la huerta ría... y tras tanta zozobra, ansia, tumulto,
¿Es ciego error de ilusa fantasía? tantos años de fiera
Ya dócil a tu voz, agricultura, devastación y militar insulto,
nodriza de las gentes, la caterva aún más que tu clemencia antigua implora.
servil armada va de corvas hoces. Su rústica piedad, pero sincera,
Mírola ya que invade la espesura halle a tus ojos gracia; no el risueño
de la floresta opaca; oigo las voces, porvenir que las penas le aligera,
siento el rumor confuso; el hierro suena, cual de dorado sueño
los golpes el lejano visión falaz, desvanecido llore;
eco redobla; gime el ceibo anciano, intempestiva lluvia no maltrate
que a numerosa tropa el delicado embrión; el diente impío
largo tiempo fatiga; de insecto roedor no lo devore;
batido de cien hachas, se estremece, sañudo vendaval no lo arrebate,
estalla al fin, y rinde el ancha copa. ni agote al árbol el materno jugo
Huyó la fiera; deja el caro nido, la calorosa sed de largo estío.
deja la prole implume Y pues al fin te plugo,
el ave, y otro bosque no sabido árbitro de la suerte soberano,
de los humanos va a buscar doliente... que, suelto el cuello de extranjero yugo,
¿Qué miro? Alto torrente erguiese al cielo el hombre americano,
de sonorosa llama bendecida de ti se arraigue y medre
corre, y sobre las áridas ruinas su libertad; en el más hondo encierra
de la postrada selva se derrama. de los abismos la malvada guerra,
El raudo incendio a gran distancia brama, y el miedo de la espada asoladora
y el humo en negro remolino sube, al suspicaz cultivador no arredre
aglomerando nube sobre nube. del arte bienhechora,
Ya de lo que antes era que las familias nutre y los estados;
verdor hermoso y fresca lozanía, la azorada inquietud deje las almas,
sólo difuntos troncos, deje la triste herrumbre los arados.
sólo cenizas quedan; monumento Asaz de nuestros padres malhadados
expiamos la bárbara conquista. el ramo de victoria
¿Cuántas doquier la vista colgado al ara de la patria sea,
no asombran erizadas soledades, y sola adorne al mérito la gloria.
do cultos campos fueron, do ciudades? De su trïunfo entonces, Patria mía,
De muertes, proscripciones, verá la paz el suspirado día;
suplicios, orfandades, la paz, a cuya vista el mundo llena
¿quién contará la pavorosa suma? alma, serenidad y regocijo;
Saciadas duermen ya de sangre ibera vuelve alentado el hombre a la faena,
las sombras de Atahualpa y Moctezuma. alza el ancla la nave, a las amigas
¡Ah! desde el alto asiento, auras encomendándose animosa,
en que escabel te son alados coros enjámbrase el taller, hierve el cortijo,
que velan en pasmado acatamiento y no basta la hoz a las espigas.
la faz ante la lumbre de tu frente, ¡Oh jóvenes naciones, que ceñida
(si merece por dicha una mirada alzáis sobre el atónito occidente
tuya la sin ventura humana gente), de tempranos laureles la cabeza!
el ángel nos envía, honrad el campo, honrad la simple vida
el ángel de la paz, que al crudo ibero del labrador, y su frugal llaneza.
haga olvidar la antigua tiranía, Así tendrán en vos perpetuamente
y acatar reverente el que a los hombres la libertad morada,
sagrado diste, imprescriptible fuero; y freno la ambición, y la ley templo.
que alargar le haga al injuriado hermano, Las gentes a la senda
(¡ensangrentó la asaz!) la diestra inerme; de la inmortalidad, ardua y fragosa,
y si la innata mansedumbre duerme, se animarán, citando vuestro ejemplo.
la despierte en el pecho americano. Lo emulará celosa
El corazón lozano vuestra posteridad; y nuevos nombres
que una feliz oscuridad desdeña, añadiendo la fama
que en el azar sangriento del combate a los que ahora aclama,
alborozado late, «hijos son éstos, hijos,
y codicioso de poder o fama, (pregonará a los hombres)
nobles peligros ama; de los que vencedores superaron
baldón estime sólo y vituperio de los Andes la cima;
el prez que de la patria no reciba, de los que en Boyacá, los que en la arena
la libertad más dulce que el imperio, de Maipo, y en Junín, y en la campaña
y más hermosa que el laurel la oliva. gloriosa de Apurima,
Ciudadano el soldado, postrar supieron al león de España».
deponga de la guerra la librea;

Características del Neoclasicismo Hispanoamericano presentes en las silvas americanas de Andrés Bello
El neoclasicismo fue un movimiento artístico-literario que tuvo su origen en Francia a fines del siglo XVII
por ser este país el primero que reaccionó contra los excesos del llamado barroquismo. Durante el siglo XVIII
este movimiento se extendió a otros países europeos especialmente Alemania, Inglaterra, Italia y España.
La mayoría de los textos y diccionarios de Literatura definen al neoclasicismo como "una corriente literaria
que aspiraba a restaurar el gusto y las normas del clasicismo grecorromano". De manera que fue una tendencia
de carácter imitativo que tomó como modelos los grandes artistas y poetas de Grecia y de Roma. Para lograr
este objetivo los neoclásicos formularon una serie de principios o reglas que debían seguirse en el proceso de
la creación artística. Ese cuerpo de doctrinas, en lo que se refiere a la Poesía, constituyeron las llamadas
Poéticas entre las cuales sobresalió la del escritor español Ignacio de Luzán, en 1737, con la cual se cimentó
el movimiento en España.
La influencia neoclásica en Europa se deja sentir hasta 1830, cuando surge un movimiento que lo combate: el
romanticismo.
En lo que respecta a la América Hispana el movimiento cobró importancia en "el primer tercio del siglo XIX"
cuando los poetas se ciñen estrictamente a las normas sustentadas por Luzán quien en su Poética consideraba
que "la poesía es un género imitativo cuyo instrumento es el verso" y que debía estar al servicio de la verdad y
de la razón.
Los autores E. Díaz Echarri y J. M. Roca Franqueza en su "Historia General de la Literatura Española e
Hispanoamericana" señalan entre los temas predominantes de la poesía americana neoclásica los siguientes:
a) la exaltación a los héroes y a las grandes hazañas realizadas por nuestros pueblos en su lucha por la
emancipación.
b) el sentimiento de admiración por la naturaleza americana.
En lo que se refiere al primer motivo se destacó el poeta ecuatoriano José Joaquín de Olmedo con su
célebre "Canto a Junín", que se ajusta en todo a los preceptos neoclásicos.
EI poeta venezolano Andrés Bello y el cubano José María de Heredia fueron los que se inspiraron con
mayor acierto en la naturaleza americana. El primero con las Silvas y el segundo con su conocido
poema "Canto al Niágara".
ASPECTOS NEOCLASICOS DE LAS SILVAS DE ANDRES BELLO
Antes de precisar las características del neoclasicismo hispanoamericano a través de las Silvas de Andrés
Bello es conveniente señalar que algunos críticos lo consideran como un perfecto neoclásico y otros como un
poeta de transición entre lo clásico y lo romántico o sea como "un prerromántico". El eminente crítico
Eduardo Crema, recientemente fallecido, estudió lo que él denominaba "drama artístico de Bello" y
argumenta que Bello, por temperamento y por formación, fue un neoclásico: un hombre estudioso,
meticuloso, investigador; cuya base cultural hay que buscarla en el manantial de los autores clásicos: Horacio
y Virgilio, preferentemente. Sin embargo, durante su juventud, estuvo en contacto con el ambiente
revolucionario venezolano, que fue de naturaleza romántica, sintió gran amor por la tierra americana y, por
medio de lecturas, se puso en contacto con los grandes escritores románticos franceses e ingleses.
Sin duda alguna que su sólida formación y erudición clásicas actuaron como un freno a sus "vuelos
románticos" y esto es lo que considera Crema "su drama artístico". Estas consideraciones nos explican el por
qué Bello sea fundamentalmente un neoclásico, a pesar de los elementos románticos que afloran en su
poesía.
A continuación mencionaremos algunas características del neoclasicismo hispanoamericano, haciendo
referencias a las dos Silvas de Bello, que hemos comentado.
1. PREDOMINIO DE LA RAZON EN EL ACTO CREADOR
EJ neoclasicismo consideraba que la creación poética era un acto de reflexión en donde el yo no debía
intervenir ya que el arte es objetivo e impersonal.
Este aspecto se puede observar en las dos Silvas de Andrés Bello, pues ambas obedecen a un plan
preconcebido al cual se ciñó el poeta. En ellas predomina el aspecto intelectual sobre lo emocional y todo va
encaminado a una finalidad práctica.
2. INTENCION DIDACTICA Y MORALIZANTE
Para los neoclásicos "el arte es utilitario". La poesía vendría a ser un instrumento más en la tarea de enseñar
y dar consignas morales. Por esto en las poesías neoclásicas encontramos la presencia de contenidos
ideológicos que el poeta desea propagar.
Esta tendencia didáctico-moral es evidente en ambas Silvas de Andrés Bello. En la "Alocución a la Poesía" se
persigue crear conciencia para que los poetas se inspiren en la tierra americana. Está presente también el
aspecto didáctico porque hay una enumeración de lo geográfico americano con su flora y su fauna. Hay,
además, referencias históricas y "hasta las biografías de sus varones más ilustres".
Es tanto el afán de enseñar de la Alocución que es considerado por algunos críticos "su mayor defecto".
Si nos trasladamos a la "Silva a la Agricultura" en este sentido vamos a encontrar un llamado a las gentes para
que acudan al campo a salvar la agricultura; se critica el vicio y la corrupción que impera en las ciudades; se
denuncia las talas y las quemas y se elogia la agricultura como factor de progreso.
3. IMITACION DE LA NATURALEZA
Los neoclásicos debían presentar la naturaleza tal como es sin manifestar subjetividad en la captación de sus
elementos por lo tanto los sentimientos del poeta no se van a reflejar en la naturaleza.
Este hecho se observa en gran parte de las Silvas de Bello quien en algunos casos se contenta con una simple
enumeración de los elementos naturales, sin proyectar sus estados de ánimo en las descripciones.
4. IMITACION DE LOS CLASICOS
Esto es la característica más determinante de la poesía neoclásica. Los poetas "vuelven sus ojos a la
antigüedad grecolatina" y allí buscan sus temas y muchos de sus recursos poéticos.
En las Silvas de Andrés Bello se pueden observar variados elementos que nos confirman esta influencia
clásica. Los más importantes serían los siguientes:
a) La influencia de poetas clásicos, especialmente Horacio y Virgilio. En la "Alocución a la Poesía" hay
una referencia directa a Virgilio cuando se anuncia que vendrá un poeta que cantará a las bellezas de
América. También se plantea el tema de la edad dorada que Virgilio enfoca en una de sus églogas.
En lo que respecta a la "Silva a la Agricultura" se enfocan varios temas de origen clásico: el elogio de la
vida del campo que es de Virgilio; la contraposición entre campo y ciudad, tema que Horacio desarrolla
en su Beatus Ille.
b) La invocación a las musas con que se inicia la "Alocución a la Poesía" es un recurso muy usado por los
poetas clásicos. Bastaría recordar la invocación que hace Homero al comenzar "La Iliada". También se
considera como una reminiscencia horaciana el verso con que comienza la "Silva a la Agricultura": Salve,
fecunda Zona...
c) Presencia del elemento pagano a través de algunas referencias de carácter mitológico.
Especialmente en la "Alocución a la Poesía" encontramos alusiones a Céfiro, a la Poesía, el Olimpo, la
Parca, Alba, Marte, Apolo y la Fortuna. En la "Silva a la Agricultura", en cambio, podemos observar
"escasas referencias mitológicas".
d) Utilización de recursos literarios y figuras de construcción que buscan imitar las construcciones
literarias griegas y latinas.
En las Silvas encontramos con frecuencia "el uso sostenido del hipérbaton"; la frecuencia de los epítetos,
las enumeraciones, descripciones, la personificación, el apostrofe y la interrogación.
5. SENTIDO MÁS UNIVERSAL QUE LOCAL
La poesía neoclásica se caracteriza por el universalismo o sea que sus temas van referidos más “al
significado del hombre que a su entorno". La problemática de las Silvas se refiere a la América en su totalidad
y no a determinados países en particular. Va a ser el romanticismo el movimiento literario que introduce "el
color local" en la poesía americana.
6. METRICA UNIFORME
Todas las estrofas que componen las Silvas se forman por la combinación de versos endecasílabos y
heptasílabos. Se adaptan así al precepto neoclásico que dice: "dentro de una composición debe haber
uniformidad métrica"; por esto algunos críticos hablan de "la monótona repetición neoclásica".
APOYADO EN LA INFORMACIÓN SUMINISTRADA, COMPLETE EL SIGUIENTE CUADRO.
AJUSTE CAMBIOS SEGÚN LO CREA CONVENIENTE.

Neoclasicismo Alocución a la poesía Silva a la Agricultura

Capacidad para expresar


Sistema de signos verbales, pensamientos e ideas a través
escritos y gestuales que usa del uso de signos verbales,
un grupo para comunicarse. escritos y gestuales. Expresión individual de la
Definición
Incluye las normas lengua.
gramaticales.

Es el patrimonio de una
comunidad.
Se expresa a través del
habla.
Es un patrimonio universal. Es concreta.
Es social.
Requiere de la lengua y el Está sujeta cambios
Está conformada por signos
habla para ser expresado. geográficos, culturales,
Características que se organizan por reglas
Es una habilidad humana físicos y otros.
y convenciones.
innata. Se manifiesta mediante la
Cambia con el tiempo.
Es intangible. palabra hablada o escrita.
Es intangible.
Es arbitrario, pues
corresponde a acuerdos de
cada comunidad.

Versos en que se
concentra el mensaje
ideológico.

Preocupación de
carácter didáctico o
moralizante.

Señale algunas alusiones


de carácter mitológico.

Biografía de Andrés
Bello.

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