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Renacimiento Portugués

Uno de los hechos que hace diferente al Renacimiento Portugués es que en 1416
sus naves ya recorrían los mares abriendo nuevas rutas para el comercio, pues
tenía posesiones en África, Asia y América, y la imaginación. Además, adelantan
los estudios humanísticos gracias a la corte de Juan II.
Por último, la corte Juan II facilita el viaje al extranjero a lo escritores
Portugueses, fue ese el primeri factor para el crecimiento literario de Portugal.

Poesía lírica
 Francisco Sá De Miranda (1481-1558)

De Coímbra, Portugal. Escritor portugués. Estudió humanidades y lenguas en su


ciudad natal. Más tarde se traslada a Lisboa a estudiar leyes, doctorándose en
dicha materia.
Tras la muerte de su padre viaja a España e Italia. Se mantuvo en Italia por 4
años y durante ee tiempo entabló relación con varios escritores. Devido a los
recursos literarios que poseía Italia, Sá de Miranda se convenció de la nececidad
de efectuar una reforma de la poesía en letras portuguesas, obviamente,
semejante a la que se había producido en Italia. Por otro lado, sus poesías son
sentenciosas y ricas en filosofía moral.
Debido a su odio a las guerras, su fidelidad hacia la vida Horaciana y la
busqueda de la tranquilidad, el cual encontró en el campo, fue capaz de:

- Hacer dialogar rústicamente, tomaba frases de los pueblerinos y los


implementaba en sus obras (Égloga de Basto)
- Expresar en sonetos magistrales, la suave melancolía.
- Recrear siguiendo la actitud clasicista, es decir, los temas no eran de carácter
religioso. Lo fantasioso estaba de la mano con la razón.
 Antonio Ferreira (1528-1569)

Escritor humanista nacido en Lisboa. Se le conoce como el Horacio portugués.


Fue magistrado y miembro destacado del humanismo en su país.
En sus obras se intensifica el petrarquimo, de este modo, sus soneto parecen
ser las simples traducciones de las del autor de el Cancionero. Además, notamos
la presencia de Horacio y la de Virgilio en sus Odas. Destacó en la elegía, la
epístola, la oda y el teatro.
Su hijo publicó póstumamente sus poemas Lusídanos (1598), que contiene
sonetos, epigramas, odas, elegías, epístolas, y epitafios.
En sus obra más destacadas tenemos a Castro o Tragedia de Inés de Castro.
Fue escrita en verso y es notable la presencia de recursos de la tragedia griega.
Se compone en 5 actos escritos en endecasílabos y reproduce en sus coros la
manera de Seneca, con lo cual el poeta se enfatiza su ascendencia clasicista. El
tema gira en torno a los amoríos de Pedro de Portugal y de doña Inés de Castro.
La obra presenta la lucha entre la pasión desenfrenada y la fría razón de estado.

SONETO A LA MUERTE DE SU ESPOSA (ANTONIO FERREIRA)

Aquel radiante sol que me mostraba


el camino del cielo llano y cierto,
que de mi corazón triste e inexperto
toda sombra mortal siempre ahuyentaba.
Dejó ya la prisión en que se hallaba,
y ciego y solo estoy… Con paso incierto,
voy como un peregrino en el desierto
al que falta la luz que le guiaba.
Con la alma triste y el juicio obscuro,
sus benditas pisadas voy buscando
por los montes y valles florecientes.
En todas partes verla me figuro;
ella toma mi mano y va guiando,
y mis ojos la siguen hechos fuentes.

Estrofa 1: El autor tomaba a su esposa como luz de su sendero, como un guía


hacia un destino claro y lleno de felicidad. Esto quiere decir que estándo con ella,
él olvidaba la razón de su sufrir, el miedo a perder, a perderla, desaparecía.
Estrofa 2: “Dejó ya la prisión en que se hallaba”, un mundo al cual se refiera que
estaba lleno de injusticias. Pero, aún así, desde que ella no está, él emprende
un nuevo rumbo con pasos inciertos, de otro modo, se encontraba perdido, no
sabe por donde está ni para donde va. Le faltaba algo, le faltaba un apoyo, una
guía y era su esposa difunta.
Estrofa 3: Triste y desolado, sin saber donde está parado, busca sus pisadas en
lugares donde, al parecer, eran favoritos para ella, o tal vez para ambos.
Estrofa 4: Debido a la tristeza por su muerte, por su ausencia, él se digna a
imaginarla como si estuviese viva, como si tomase su mano guiándolo a su
destino, mientras él se digna a sollozar.

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