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Profesor:
Cecilia Inojosa Grandela
Sección: 3
Nombre Alumno:
Nicolás Martínez Alfaro
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“Pero no se puede llamar virtud a matar a sus conciudadanos (…).” (página 97,
Maquiavelo, El príncipe. (Edición CORE UAI))
Respecto a la diferencia con la virtud cristiana con la de Maquiavelo, podemos notar que
esta se origina centrándose sólo en una vida terrenal, y a diferencia de todos los autores que
hemos analizado antes, él denota al humano como un ser que es imposible que sea bueno en su
totalidad y aspirar a ello sería necio y provocaría un mal. De hecho, se puede inferir que
Maquiavelo se refiere a Platón cuando señala “Y muchos se han imaginado republicas y
principados que nunca se han visto ni se ha sabido que existieran realmente.” (página 120,
Maquiavelo, El príncipe. (Edición CORE UAI))
El “nuevo príncipe” no tiene virtudes que le sean propias por definición, un claro ejemplo
de esto, son los príncipes que llegan a gobernar por medio de la fortuna y las armas ajenas, ya
que su poder no tiene el mérito en ellos, lo tiene en terceros, al igual que en un principado
hereditario. Pero cabe destacar, como se ha mencionado antes, que para que un principado nuevo
perdure, el príncipe debe poseer virtudes, sin importar la manera en que este haya llegado al
poder. En virtud de lo anterior, cabría preguntarse ¿por qué éste tiene que ganarse la confianza
del pueblo, hacerse respetar y evitar ser odiado? Ya que su perdición sería el odio del pueblo.
Otra característica del nuevo principado, es que el pueblo va a tener expectativas,
esperando la realización de nuevas medidas, respecto de este nuevo príncipe que llega a gobernar,
pues este debería ser mejor que el anterior (en caso de que se usurpe un territorio). Maquiavelo,
señala que es mejor que el pueblo, en un comienzo, no esté a favor de este nuevo príncipe, para
que de esta manera el pueblo no se cree falsas expectativas y vean lo que hace este príncipe como
cosas buenas y no cosas que le debe al pueblo.
“(…) considera que únicamente si el poder está en manos de un individuo (especialmente
cualificado) se poder refundar un Estado que ha caído en corrupción.” (página 25, Ángeles J.
Perona, El príncipe. (Edición CORE UAI))
En conclusión, la única manera de salvar a un Estado que está sometido por un mal
gobernante y que por ello cae en vicios, es que un príncipe nuevo llegue a gobernar, y que este
príncipe sea una persona de gran virtud, le será difícil llegar a la adquisición de principado, pero
una vez adquirido será fácil mantenerlo. Pero cuando un Estado no está corrompido, por el
contrario, puede llegar un príncipe nuevo que no posea virtud y adquiera de manera fácil el
principado, pero su gobierno será efímero.