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El príncipe, Maquiavelo

Aportación II trimestre

Introducción
El príncipe se publicó en 1531, tras la muerte de Nicolás Maquiavelo, autor de este libro, escritor, diplomático
y filósofo político italiano del Renacimiento. Esta obra se dirige hacia Lorenzo de Médici, popularmente
conocido como ‘el Magnífico’. En ella, Maquiavelo le explica cómo debe actuar para unificar el país italiano
y sacarla de la crisis en la que se encuentra.
El libro se compone de XXVI capítulos, en los que expone detalladamente la forma en la que el gobernante
debe enfrentarse a las diferentes situaciones que se le presenten, y establece que el principal fin de la práctica
política es conservar con éxito el poder. Presenta situaciones históricas reales, desde la Antigüedad hasta su
presente. Menciona numerosos personajes históricos, tanto reyes como papas (como ejemplo, Luis XII en el
capítulo III y el papa Julio II en el capítulo VII).

Controversia
A veces se considera El príncipe como una de las primeras obras de la filosofía moderna, principalmente de
filosofía política. Se escribió en 1513, durante el confinamiento del autor a causa de las acusaciones sobre él
por sospecha de conspirar contra los Médici, por lo que se publicó más adelante. Algunos consideran el libro
como una respuesta a dicha acusación.
Incluso tras la muerte de Maquiavelo y la población del libro, siguió generando controversia. Fue una obra
innovadora, en conflicto directo con las doctrinas dominantes católicas y escolástica de la época con respecto
a la política y la ética.

Resumen
Parte I: Los principados (capítulos 1 – 9)
Nuevos principados
La obra comienza explicando las distintas clases de principados que existen (hereditarios o nuevos), y las
maneras en las que se pueden adquirir. No obstante, aparte de los principados existen también las repúblicas,
aunque no profundiza en el tema puesto que el libro se centra en los principados.
Los hereditarios, cuando una misma familia ha reinado en ellos por largo tiempo, o nuevos, obtenidos ya sea
como un miembro agregado al Estado hereditario, o por las armas propias o ajenas, por la suerte o por la
virtud.
Considera que los principados hereditarios son más fáciles de conservar, acostumbrados ya a una dinastía, con
tal de no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores y adaptarse a los cambios.
Principados mixtos
Son los principados mixtos los que encuentran una dificultad, debido a sus enemigos por ocupar el principado,
y la escasez de amigos que le han ayudado por conquistarlo al no estar satisfechos con su gobierno. Además,
no se puede estar en contra, ya que siempre es necesaria la colaboración de los ciudadanos para conquistar una
ciudad.
Según él, es más sencillo conquistar una provincia con costumbres, lengua y organización similares, al no
existir demasiados cambios que confundan a los ciudadanos. Le da especial importancia a imponerse al grupo
de poder anterior, sofocar rebeliones y manejar la política interna con eficacia.
(Capítulo V) De qué modo hay que gobernar las ciudades o principados que, antes de ser ocupados, se regían
por sus propias leyes. Existen tres modos.
1. Destruirlo
2. Radicarse en él
3. Dejarlo regir por sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y establecer un gobierno compuesto por un
corto número de personas
Advierte que, en realidad, el único medio seguro de dominar a una ciudad a vivir libre es destruirla.
Principados nuevos
Los príncipes que suben al poder a través de ellos mismos lo adquieren con dificultades, pero lo mantienen sin
sobresaltos si conserva su fuerza, al ganarse el respeto de los demás y aplastar a sus oponentes. Por otro lado,
los principados adquiridos con las armas o por figuras poderosas, por fáciles que hayan sido de obtener, son
difíciles de mantener, puesto que existen numerosos factores que lo condicionan.
Maquiavelo define también un ‘’principado civil’’, aquel en el que un ciudadano llega al poder por el apoyo
de sus conciudadanos. No requiere virtudes ni fortunas extremas, sólo “astucia afortunada”.

Parte III: Comportamiento de un príncipe en el trato con súbditos y amigos capítulos 15 – 21)
Dependiendo de las circunstancias y consecuencias de sus acciones y decisiones

Valores
Algunos son considerados pródigos, otros tacaños, uno dadivoso, otro rapaz, uno cruel, otro clemente, uno
traído otro leal… todo dependiendo de lo que haga el príncipe será lo que le consideren, si alabarle o
censurarle.

Pone en balanza la generosidad y la avaricia, ¿cuál es más conveniente? La primera es el valor bueno, aunque
a la larga resulta perjudicial, pues el príncipe habrá de gastar su patrimonio. En cambio, la avaricia lo ayudará
en momentos decisivos, al poder defenderse en guerras y acometer nuevas empresas sin gravar al pueblo.

En el siguiente capítulo habla sobre la crueldad y la clemencia, si es mejor ser amado que temido, o ser
temido que amado (aconseja simultaneidad). El autor declara que todos los príncipes deben desear ser
tenidos por clementes y no por crueles y, sin embargo, deben cuidarse de emplear mal esta clemencia. No
obstante, un príncipe no debe preocuparse de que los tachen de cruel, siempre que tenga el objetivo de
mantener unidos y fieles a los súbditos.

Sobre
A pesar de que Platón y Maquiavelo vivieron en épocas muy diferentes y tenían
perspectivas filosóficas y políticas bastante distintas, existen algunas similitudes en
sus postulados relacionados con la formación de Europa:
1. Idealismo político y educación:
- Platón abogaba por la educación filosófica y la formación de filósofos-reyes que
gobernarían idealmente la sociedad en su obra "La República". Esta idea se relaciona
con la noción de que la formación adecuada de los líderes es esencial para la buena
gobernanza.
- Maquiavelo, aunque adoptaba un enfoque más realista y pragmático, también
reconocía la importancia de la formación y habilidades políticas del líder (el
príncipe) en su obra "El Príncipe". Ambos autores enfatizaban la preparación de los
gobernantes.
2. La relación entre ética y política:
- Platón exploró la relación entre la justicia y la política en "La República", y
argumentaba que un gobierno justo y virtuoso debería ser el objetivo.
- Maquiavelo, en contraste, sugirió que los gobernantes a menudo deben tomar
decisiones pragmáticas que pueden ser moralmente ambiguas o incluso inmorales
para mantener el poder y la estabilidad del Estado.
3. La búsqueda de la estabilidad y el orden:
- Ambos autores estaban preocupados por la necesidad de establecer un orden y una
estructura en la sociedad. Platón creía en una sociedad jerárquica y organizada
gobernada por filósofos-reyes. Maquiavelo, por otro lado, abogaba por la estabilidad
y la seguridad del Estado como prioridad, incluso si esto implicaba acciones
impopulares.
Explicación:
En resumen, aunque Platón y Maquiavelo tenían enfoques y contextos muy
diferentes, compartían ciertas preocupaciones sobre la formación de líderes, la
relación entre ética y política, y la búsqueda de la estabilidad en la gobernanza, que
en ciertos aspectos influyeron en la formación de Europa y su desarrollo político y
filosófico a lo largo de la historia.

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