Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRIMER ACTO
El Mundo ordinario:
La Llamada de la Aventura:
El Rechazo de la llamada:
Esta es una cuestión que tiene que ver con el miedo. Con mucha frecuencia
llegado a este punto, el héroe se muestra remiso a cruzar el umbral de la
aventura, rechazando la llamada. Después de todo, se enfrenta al mayor de
todos sus temores: el terror a lo desconocido. El héroe todavía no se ha
comprometido por completo con el viaje y puede que esté pensando en echarse
atrás. Será necesaria alguna influencia externa − un cambio en las
circunstancias, una ofensa mayor contra el orden natural de las cosas o el
encuentro con un mentor − para que logre superar este instante de miedo
absoluto y paralizante.
El Mentor:
El Primer Umbral:
SEGUNDO ACTO
La fortuna del héroe toca fondo y es hora de que se enfrente directamente con
quien más teme. Se enfrenta a una muerte posible y da inicio la batalla con la
fuerza hostil. La odisea, este calvario, constituye un momento negro para la
audiencia, que es mantenida en tensión al no saber si el protagonista sobrevivirá
a esa situación límite. En tu historia debe haber un punto álgido donde tu
personaje estará al límite y parecerá que no va a conseguir su objetivo.
La Recompensa:
TERCER ACTO
El Camino de Regreso:
Pero nuestro héroe todavía no ha salido del mundo especial. Estamos, pues, a las
puertas del tercer acto, y el protagonista empieza a vivir las consecuencias de su
enfrentamiento con las fuerzas del mal, que supuso su particular odisea. Si
todavía no ha alcanzado la reconciliación con su progenitor, con los dioses o las
fuerzas hostiles, podrían enfurecerse y volverse en contra suya. Algunas de las
mejores escenas de persecución se inician en este momento, cuando el héroe
debe huir e iniciar el camino de regreso, perseguido por las fuerzas vengativas
que ha importunado al apoderarse de la espada, el elixir o el tesoro.
La Resurrección:
En tiempos pasados, los cazadores y los guerreros debían ser purificados antes de
regresar a sus comunidades de origen porque tenían las manos manchadas de
sangre. Aquel héroe que se ha adentrado en el reino de los muertos tendrá que
renacer y purificarse por medio de un último calvario de muerte y resurrección
antes de iniciar su retorno al mundo ordinario de los vivos. Estamos ante el
segundo lance a vida o muerte, poco menos que una repetición de la muerte y el
renacimiento que caracterizan la odisea. La oscuridad y la muerte por fin se
funden en un postrero y desesperado envite que precede a su derrota definitiva.
Es una suerte de examen final para el héroe, que deberá superar una vez más
para refrendar las lecciones aprendidas en el transcurso de la odisea. Estos
momentos de muerte y renacimiento transforman al héroe tanto que regresa a su
vida ordinaria anterior convertido en un nuevo ser con nuevas miras.