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Sol, Luna y Talía

Escultura de Louis Sussmann-Hellborn. En esta escultura aparece Talía, la bella


durmiente, tal y como la dejó su padre, el rey, dormida en un sillón de terciopelo.

Sol, Luna y Talia es un cuento de hadas de tradición oral, escrito por Giambattista
Basile y publicado en 1634 en el libro de cuentos el Pentamerón.1

Este cuento es la base de las siguientes versiones conocidas como el cuento de


hadas de La bella durmiente (versión de Perrault de 1697 y los hermanos Grimm en
1812).

En el cuento de hadas escrito por el italiano Basile, cuyo origen se remonta a


Perceforest, una novela anónima del siglo XIV, no es un príncipe quien despierta a
la princesa dormida en el castillo, Talía, sino un rey; además, el despertar no se
produce por medio de un beso, sino de una violación a una princesa niña durmiente
dejándola embarazada de Sol y Luna quienes buscando amamantarse extraerán la espina
de lino que la hizo dormirse. El rey, además, en la versión de Basilea está casado
con otra mujer que no tiene hijos. El rey, después de la violación abandona a Talia
y vuelve a su reino aunque luego volverá y acabará casándose con ella después de
arrojar a la reina al fuego.1

Este cuento de hadas puede definirse como un "cuento de hadas en sentido estricto",
ya que contiene referencias directas a la desfloración, la violación, la
necrofilia, la infidelidad conyugal, el embarazo, el amamantamiento, la
infertilidad, el canibalismo, así como otros temas adecuados para el público de
aristócratas adultos a los que se dirigía el escritor napolitano.
La princesa con la anciana, la rueca y el huso antes de pincharse. Ilustración de
Gustavo Doré.
Índice

1 Argumento de Sol, Luna y Talía


1.1 Un rey tiene una hija - la maldición
1.2 La violación, embarazo y parto
1.3 Sol y Luna - De princesa a reina
2 Interpretaciones
3 Bibliografía
4 Enlaces externos
5 Referencias

Argumento de Sol, Luna y Talía


Un rey tiene una hija - la maldición

Un rey tiene una hija, Talía, y llama a todos los adivinos del reino para predecir
el futuro de la niña. Éstos le dicen que está en un gran peligro mortal a causa de
una espina de lino -una maldición-. El Rey prohibió que en su casa entrase lino o
cáñamo o cualquier cosa parecida. La pequeña Talía, sin embargo, una vez que crece,
ve a un anciana con una rueca y un huso delante del castillo e intrigada por el
objeto sale fuera y cogiendo la rueca con la mano y tirando del hilo se le clava
una espina de lino en la uña y e inmediatamente cae muerta, dormida al instante. El
padre, desconsolado, deja a su hija sentada en un sillón de terciopelo en una
habitación de aquel castillo, cierra todas las puertas y se va para siempre.
El rey que estaba cazando descubre el castillo. Gustavo Doré.
La violación, embarazo y parto

Pasado un tiempo un rey que estaba cazando por el bosque se le escapó un halcón,
que entró volando por la ventana de aquel palacio, intrigado el rey fuerza las
puertas y entra, encontrando sentada a la princesa dormida. La lleva a una cama, la
viola y regresa a su reino, dejándola embarazada. Nueve meses después, la joven,
que sigue dormida, da a luz a dos gemelos, Luna y Sol. Dos hadas cuidarán de ellos
hasta que un día, al buscar los niños el pecho de la madre y no encontrarlo la
chuparán su dedo, extrayendo así los huesos fatales que la mantenían dormida.
Despierta la princesa y comienza una nueva vida con sus hijos.
Sol y Luna - De princesa a reina

Un día, el rey violador regresa al castillo y encuentra a la princesa viva y


despierta con sus dos hijos. El rey y la princesa se hacen amigos y se queda unos
días con ellos. Promete a Talia que la llevará de vuelta junto a él.

De vuelta a su castillo el rey habla a la reina de la princesa Talia y los gemelos.


Se desata la ira de la reina que pide a un secretario y amigo que le cuente qué
sucede y le convence para que traiga a los dos niños para conocerlos, pero instruye
al cocinero para que los mate y les sirva de comida a su marido. El cocinero
apiadado por los niños, se los da a su mujer para que los esconda y sirve al rey
dos cabritillos y hace creer a la reina que son los niños.

La reina empuja a su marido a comer, con las palabras: -Come, come, porque comes de
lo tuyo-. El rey, perturbado por la insistencia de su esposa e inconsciente de la
implicación, le dice -¡Ya lo sé, que como de lo mío, porque tú no has traído nada a
esta casa!- (haciendo referencia a su infertilidad y al que no le haya dado
descendencia) abandona el castillo. La reina, llena de ira, trae a Talía al
castillo y ordena que la arrojen al fuego. La joven mujer se lanza a los pies de la
Reina rogando misericordia. Pero la reina solo quiere que muera en el fuego aunque
codiciosa de las perlas que adornan la ropa de la princesa, consiente que se
desnude antes de morir lo que ella hace lentamente y así da tiempo a el rey llegue,
y ordene que su esposa sea quemada, al saber lo sucedido premia al cocinero por
haber salvado a los niños nombrándole primer caballero de la corte y casándose con
Talia la convertirá en reina. Y ella gozó de una larga vida con su marido y los
hijos, disfrutando de todas las muestras que da la buena fortuna: Pues aún cuando
duerme le llueven los bien.1
Interpretaciones

Las primeras interpretaciones de los cuentos de hadas suponen que son meras
alegorías sobre el mundo natural. Así, los folkloristas de finales del siglo XIX
vieron en Sol, Luna y Talía y otras versiones de la Bella Durmiente un mito solar,
asociándola al ciclo día-noche o al ciclo de las estaciones o a ambos. La
resurrección de la bella evoca el renacer de la vida en primavera, siendo los cien
años durante los que duerme una trasposición poética de los cien días de invierno.
Estas interpretaciones quedaron eclipsadas por las más atentas a los procesos
psíquicos.2

Desde la crítica de orientación psicoanalítica se consideran los cuentos de hadas


transcripciones simbólicas de procesos psíquicos -con una fuerte carga de
simbolismo sexual-. Las variantes obligan, sin embargo, a cuestionar una
interpretación fuerte desde este campo. Por ello las interpretaciones como las de
Bettelheim (1976) han sido reprobadas por folkloristas y etnógrafos que indican la
pobreza o parcialidad de la interpretación psicoanalítica para entender todos los
elementos que poseen estos relatos de tradición oral.2

Desde posturas psicológicas también se habla en las bellas durmientes del tiempo de
paso desde la infancia a la madurez y el período de adolescencia en el que los
jóvenes están dormidos hasta que despiertan. También a la aparición de la
menstruación y a la explicación freudiana de que por mucho que intenten los padres
impedir el florecimiento sexual de su hija, éste se producirá inexorablemente.2

Desde la crítica feminista se ha destacado el dominio masculino aunque también se


hace una interpretación textual, aplicada al descubrimiento de estereotipos y
tópicos negativos para la mujer: rol pasivo de la mujer-princesa (inocencia,
virginidad y belleza), rol activo de salvador asignado al hombre, matrimonio entre
ambos como único final feliz posible, señal de flagrante heteronormatividad. El
sello machista en innegable y sencillamente sería propio de las sociedades donde
fueron creados, contados y transmitidos.2

En la crítica feminista a las distintas versiones de los cuentos de hadas sobre


bellas durmientes y en especial a Sol, Luna y Talía se señala que la maldición de
la hija del rey no tiene causa y puede interpretarse que la causa el hecho de nacer
mujer que era en general, para la sociedades rurales y/o medievales una desgracia
frente al nacimiento de un varón. Y siendo mujer deberá, en esas sociedades, ser
madre. Esa maldición o peligro no tiene remedio, sucederá se haga lo que se haga
para evitarla. La maldición de la mujer es, frente la hombre, la capacidad de
procrear y para ello deberá tener inevitablemente relaciones sexuales. Esa
maldición se simboliza en la forma de espina, púa, astilla que se introduce en el
dedo de la mujer y que la dejará dormida y paralizada hasta que no tenga relaciones
sexuales. Por otro lado la importancia tradicional de la fidelidad -en este caso
entre el rey y la reina- pierde su fuerza, su legitimidad o legalidad ante la
fertilidad de la princesa aunque sea fruto de la infidelidad conyugal y la
violación. El único fin y objetivo de la mujer es, por tanto, procrear. La mujer
que procree será, desde esta perspectiva, recompensada siempre. La Reina infertil
se convierte en la tradicional bruja -en esta ocasión reina vengativa- pero podría
haber sido hechicera, ogresa, o madrastra- que debe morir y muere finalmente en el
fuego ya que no tiene objeto ni fin. La ausencia de hijos marca radicalmente a la
mujer. Siempre está sometida al hombre, al rey en este caso, que es libre y nunca
cuestionado en sus deseos sexuales, sean los que sean, incluso como este cuento, la
violación a una muerta -necrofilia-.3
Bibliografía

Sol, Luna y Talia, (El Pentamerón) (1634), Giambattista Basile, Trad. Carmen
Bravo-Villasante, Ed. José J. de Olañeta, 1991, pp. 84-87.
Sole, Luna e Talía, Giambattista Basile, Napoletano letterario da lo cunto de
li cunti di Giambattista Basile, S. XVII.
El cuento de los cuentos: EL Pentamerón (1634) -selección-: Giambattista
Basile, Carmen Bravo-Villasante, José J. de Olañeta, Editor, 1991. ISBN 84-7651-
049-7
Andrea Lombardi, O pai dos contos: Lo cunto de li cunti. O trattenimiente de li
peccerille (Pentamerone) de Giambattista Basile, Anuário de literatura: Publicaçao
do Curso de Pós-Graduaçao em Letras, Literatura Brasileira e Teoria Literária, ISSN
1414-5235, Vol. 20, Nº Extra 0, 2015, págs. 51-744
Mónica María Martínez Sariego, Lo que los adultos encontraron en los libros
para niños: (sobre)interpretación de los cuentos de hadas en la crítica
contemporánea, Impossibilia, ISSN-e 2174-2464, Nº. 8, 2014, págs. 64-85.

Enlaces externos

Español

Sol, Luna y Talia, (El Pentamerón), Giambattista Basile, Trad. Carmen Bravo-
Villasante, Ed. José J. de Olañeta, 1991, pp. 84-87.

Italiano

Sole, Luna e Talía. Napoletano letterario da lo cunto de li cunti di


Giambattista Basile, S. XVII

Referencias

Sol, Luna y Talia, (El Pentamerón), Giambattista Basile, Trad. Carmen Bravo-
Villasante, Ed. José J. de Olañeta, 1991, pp. 84-87.
Mónica María Martínez Sariego, Lo que los adultos encontraron en los libros para
niños: (sobre)interpretación de los cuentos de hadas en la crítica contemporánea,
Impossibilia, ISSN-e 2174-2464, Nº. 8, 2014 (Ejemplar dedicado a: Dimensiones de la
literatura infantil y juvenil), págs. 64-85.
La bruja debe morir: De qué modo los cuentos de hadas influyen en los niños.
Sheldon Cashdan, 8499927475

O pai dos contos: Lo cunto de li cunti. O trattenimiente de li peccerille


(Pentamerone) de Giambattista Basile

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