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Metaplán es Metaplán

una metodología cualitativa


de grupo, que busca
generar ideas y soluciones;
desarrollar opiniones y
acuerdos; o formular
objetivos, recomendaciones
y planes de acción.
Su instrumento de
recolección de información
son las tarjetas, por el gran
componente visual que
aportan en la discusión.

Esta metodología implica la Concepto: Es un método de moderación grupal,


participación de líderes en la que se basa en una tormenta de
discusión, conocidos como ideas (o brainstorming) estructurada,
moderadores. Su rol es que garantiza una contribución
fundamental para el equilibrada y activa de todos los
desarrollo de las participantes y la consecución de los
actividades, ya que son ellos objetivos de la reunión en el tiempo
quienes estructuran el previsto.
proceso de análisis y
discusión, de acuerdo con el
contexto de cada uno de los grupos de trabajo.

Contenido

1 Metodología

2 Utilidad del método

3 Dirige

4 Fuentes

Metodología

Al iniciar las mesas de trabajo, es ideal que el moderador haga una ronda de
presentación de los asistentes, dichas preguntas deben incluir entre otras, sus
nombres, profesión e intereses (de acuerdo con el tema a discutir).
Este primer acercamiento genera proximidad entre los participantes y facilita
el trabajo de grupo. Dentro de este proceso de aproximación, es útil también que
los integrantes escriban sus nombres y lo tengan en un lugar visible.

El metaplán inicia entonces con la introducción de una pregunta. Cada una de las
personas que participa debe escribir en una tarjeta una frase, palabra o idea que
responda al tema en discusión. Luego, cada asistente ubica su tarjeta en
un tablero, previamente dispuesto para tal fin. Las tarjetas se deben agrupar por
temas. La idea es que los participantes creen categorías, en donde vayan
agrupando las respuestas de acuerdo con la afinidad que haya entre éstas. Dichas
categorías deberán tener un título que haga referencia al tema del que hablan o al
que se refieren las tarjetas en él contenidas.

El componente visual de las respuestas es muy importante, ya que esto permite


que los demás participantes analicen y discutan otras ideas que no habían
contemplado antes.

El rol del moderador es fundamental en esta etapa, toda vez que desde este
momento se estructuran las categorías generales para responder a la pregunta, y
además se construyen conclusiones y propuestas que recogen la opinión de todos
los participantes. Al finalizar la discusión del metaplán, se designará a un relator
designado por el grupo, quien expondrá frente a los demás grupos, con ayuda del
tablero, las conclusiones a las cuales llegó su mesa de trabajo.

Utilidad del método

Todos hemos vivido situaciones en las que, al intentar encontrar una solución a
un problema con la colaboración de un grupo de personas, una de ellas se ha
convertido espontáneamente en líder de la reunión (sin ser necesariamente quien
tuviera ideas más brillantes); y en contrapartida, otras (tal vez con ideas más
relevantes) han permanecido totalmente en silencio, quizá por no discutir, por
miedo a que su aportación no sea bien recibida o, sencillamente, por no tener la
oportunidad de exponer sus propuestas. Así, con mucha frecuencia, los debates
se alejan del tema inicial, las reuniones se alargan innecesariamente y, raramente,
se alcanzan acuerdos y/o conclusiones realmente operativas.

Una reunión dinamizada mediante la técnica metaplán se inicia con una “discusión
por escrito”; esto es, tras anunciarse el tema de debate se establecen unos
minutos de reflexión en silencio al objeto de que cada participante escriba sus
propuestas en tarjetas anónimas sin estar condicionados por la opinión del grupo.
A continuación, un moderador pone en común todas las ideas en un panel; y
luego, a la vista de todas las ideas surgidas, se celebra una discusión abierta que
conduce hasta la conclusión del debate.
Dirige

El método metaplán requiere un moderador entrenado cuyas funciones principales


son: (a) definir la secuencia del debate; (b) distribuir los turnos de palabra, (c)
facilitar el entendimiento entre los participantes propiciando que se debatan ideas
y no enfrentamiento entre personas; y (d), gestionar el tiempo previsto para cada
tema objeto de la reunión. En suma, la competencia del moderador es la clave del
éxito de la reunión.

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