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Tema 1

El Derecho Constitucional y la Constitución


1. El Derecho Constitucional y sus ramas. Derecho Constitucional General, Particular y
Comparado.- 2. Denominación.- 3. Definición.- 4. Objeto.- 5. Fin.- 6. Definición de
Constitución.- 7. Condiciones que debe reunir toda Constitución.- 8. Las clases de
Constitución y sus partes.- 9. Clasificación Ontológica de Loewenstein.- 10. El Preámbulo y
su Juridicidad.- 11. Supremacía de la Constitución.- Bibliografía

1. El Derecho Constitucional y sus ramas. Derecho Constitucional General, Particular y


Comparado

La Teoría del Derecho Constitucional o Derecho Constitucional General, el Derecho


Constitucional Particular y el Derecho Constitucional Comparado tienen por objeto de estudio al
Estado. Mientras el Derecho Constitucional Particular se ocupa del análisis, interpretación,
sistematización y crítica de un ordenamiento estatal específico; el Derecho Constitucional General
configura principios generales, conceptos y formas comunes a todos los ordenamientos
constitucionales modernos; Santi Romano lo define como aquella disciplina que “delinea una serie de
principios, de conceptos, de instituciones que se hallan en los varios derechos positivos o en grupos
de ellos para clasificarlos y sistematizarlos en una visión unitaria”.1 El Derecho Constitucional
Comparado confronta las normas constitucionales e instituciones de distintos estados, destacando
similitudes y diferencias.2

2. Denominación del Derecho Constitucional

De acuerdo a Duverger, la denominación del Derecho Constitucional tiene su origen en la


práctica norteamericana, luego francesa y luego generalizada, de reunir en un texto solemne
denominado Constitución las reglas de derecho relativas a los órganos esenciales del Estado.3

Según Lucas Verdú, las primeras cátedras de nuestra disciplina fueron creadas en Ferrara, Italia,
en 1797, bajo el nombre de “Diritto costituzionale cispadano e giuspubblico universale”, siendo su
primer titular Giuseeppe Compagnoni Di Luzo. Más tarde se dictaría en Pavia y Bolonia4 y no
obstante haber ordenado la Asamblea Constituyente francesa de 1791, impartir la enseñanza de la
Constitución, será en 1834 en la Facultad de Derecho de la Universidad de París cuando se cree la
cátedra de Derecho Constitucional, siendo su titular Pellegrino Rossi.5

En España, la Constitución de Cádiz de 1812 ordenaba que se explicase “la Constitución política
de la Monarquía en todas las universidades y establecimientos literarios, donde se enseñen las
ciencias eclesiásticas y políticas” y el Plan de Estudios de 1821 reintroduce en las Facultades de
Derecho las cátedras de Derecho Constitucional que desaparecerán en el Plan de 1824, en la Segunda
restauración no reapareciendo la expresión derecho constitucional para designar las cátedras
correspondientes hasta 1984.6
3. Definición
1
GARCÍA PELAYO, Manuel, “Derecho Constitucional”, Madrid 1951, p. 21.
2
CHALBAUD ZERPA, Reinaldo: “Estado y Política”, Universidad de los Andes, Mérida, 1983, p. 20.
3
Chalbaud…, ibídem. p. 22.
4
BISCARETTI DE RUFFÍA, Paolo: “Derecho Constitucional”, Editorial Tecnos, Madrid 1973, p. 21.
5
RIVAS QUINTERO, Alfonso: “Derecho Constitucional”, Clemente Editores, C.A. Valencia 2002, p. 50.
6
DE OTTO, Ignacio: “Derecho Constitucional”, Editorial Ariel, S.A. Barcelona 1997, p. 12.
Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

Múltiples son las definiciones del Derecho Constitucional, variando de acuerdo a la preeminencia
que se le asigna a la libertad o al poder. Prélot lo define como una “técnica de la autoridad”, “ciencia
de las reglas jurídicas conforme a las cuales se establece, se ejerce y se trasmite el poder político”.7
Para B. Mirkine-Guetzevith es “una técnica de libertad”. 8 Hariou señala que la misión del Derecho
Constitucional es “organizar, en el marco del Estado-Nación, una coexistencia pacífica del poder y
de la libertad”9 y puede definirse como “ciencia de las reglas jurídicas según las cuales se establece,
ejerce y trasmite el poder político”.10

Para Arismendi, el Derecho Constitucional “es un conjunto de principios y normas que establece
el ámbito, la titularidad y la estructura del Poder del Estado y regula el ejercicio de las funciones
públicas”.11 Rivas Quintero afirma que el Derecho Constitucional “es la rama del Derecho Público
Interno que estudia la estructura organizativa del Estado, el origen de la soberanía, los mecanismos
de autolimitación del Poder del Estado en resguardo de los derechos y garantías ciudadanas”.12 La
Roche, señala que el Derecho Constitucional “es la parte del Derecho Público Interno que estudia la
organización fundamental del Estado, determinando sus órganos primordiales y señalando las
limitaciones de los poderes públicos frente a los individuos”.13

4. Objeto

En un sentido amplio, el Derecho Constitucional se ocupa del “estudio jurídico de las reglas
fundamentales de la organización política de la sociedad”.14 Para Hariou, el objeto del Derecho
Constitucional se puede definir como “el encuadramiento jurídico de los fenómenos políticos”. La
política es la búsqueda de lo “bueno” o “útil” para la sociedad. Es la determinación del “bien
común”. Las ramas del Derecho son “sistemas de encuadramiento de las relaciones humanas para
introducir en ellas el orden y la justicia”.15

Según Biscaretti, el Derecho Constitucional estudia “el Estado más en su aspecto institucional
que en su vertiente puramente normativa examinándolo en la compleja y variada estructura de sus
instituciones, en su perfeccionamiento diario, en su concreta y continua actividad, y no sólo
limitándose a la mera exégesis de los textos, a la simple interpretación de las normas jurídicas
particulares, sin preocuparse de la vida que hierve activamente en torno al jurista.16

Conforme sostienen Esmein, Adhemar et Nezard, Henry, el Derecho Constitucional tiene un


triple objeto: 1°) La forma del Estado; 2°) La forma y los órganos de gobierno; 3°) Los límites a los
derechos del Estado.17
7
LA ROCHE, Humberto J.: “Derecho Constitucional”, Tomo I, (Parte General), Valencia 1991. 529 p.
ob. cit. p. 36.
8
HARIOU, André: “Derecho Constitucional e Instituciones Políticas”, Edic. Ariel, Barcelona 1971, p. 41.
9
Hariou..., ibídem, p. 36.
10
Hariou..., ibídem, p. 39.
11
ARISMENDI A., Alfredo: “Derecho Constitucional”, UCV, Caracas 2002, p. 5.
12
Rivas..., ob. cit. p. 42.
13
La Roche (1991)..., ob. cit. p. 64.
14
VALLEJO MEJÍA, Jesús: “Lecciones de Teoría Constitucional”, Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín,
2000, p. 19.
15
Hariou…, ob. cit. p. 17.
16
Biscaretti (1973)..., ob. cit. p. 75.
17
La Roche (1991)..., ob. cit. p. 64.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

García Pelayo considera que el Derecho Constitucional se ocupa de las reglas que regulan la
organización del poder estatal estableciendo a) Quiénes están llamados a ejercer el poder; b) con
arreglo a qué principios orgánicos; c) según qué métodos y; d) con qué limitaciones.18

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha recogido la opinión de Pérez Royo,
según la cual “El derecho constitucional es el único derecho que contempla los dos polos
indispensables para que el derecho exista en cuanto tales y no en sus diversas formas de
manifestación. Es el único cuyo objeto de estudio es exclusivamente el ciudadano y sus derechos y el
estado y sus poderes. El objeto del derecho constitucional es el estudio de aquello que hace que los
individuos sean ciudadanos y de aquello que hace que el poder político sea el estado, así como de las
relaciones entre ambos polos en los que la existencia del derecho descansa”. (Pérez Royo. Javier. “El
Derecho Constitucional en la Formación del Jurista” REDC. Nº 46. CEC. Madrid. 1996. p. 57).19

5. Fin

El fin fundamental del Derecho Constitucional es establecer el imperio de la legalidad. La


Constitución como conjunto normativo y fundamental, se ha hecho con el objeto de someter todas
las personas que habitan en el territorio de un Estado a los preceptos consagrados en su texto.20 El
Derecho Constitucional tiene como fin el estudio de las normas supremas contenidas en la
Constitución que no pueden prescindir de su carácter garantista. En este sentido, no sería admisible
una dictadura constitucional, es decir, un Estado con Constitución pero no constitucional por cuanto
no se asegura la libertad de los ciudadanos.

La Constitución de 1999 consagra el principio de la legalidad al disponer que “esta Constitución y


la ley definen las atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Público, a las cuales deben
sujetarse las actividades que realicen”. 21 Asimismo, establece que “toda autoridad usurpada es
ineficaz y sus actos son nulos”.22

6. Definición de Constitución

Romagnosi concibe la Constitución como “un instrumento impuesto por el pueblo para asegurar
los derechos individuales frente al despotismo.23 Sismondi la define como “la manera de existir de
una sociedad, de un pueblo o de una nación”.24 Lorenz Von Stein expresa que la Constitución es “la
forma en la que la pluralidad de la voluntad del pueblo se configura en voluntad unitaria del
Estado”.25 Para Vallejo Mejía “es el conjunto de normas jurídicas fundamentales del Estado, sobre las
cuales reposa la validez de su ordenamiento jurídico”.26 Según Posada, la Constitución es “la

18
García Pelayo (1951)…, ob. cit. p. 19.
19
“Sentencia N° 1488 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia del 28.07.06” en
www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/julio/1488-200706-06-0737.
20
LA ROCHE, Humberto: “Derecho Constitucional General”, Maracaibo 1969, p. 14.
21
“Exposición de Motivos. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, G.O. N° 5453 Ext. del
24.03.00, p. 25. Artículo 137.
22
Exposición…, ibídem. p. 25. Artículo 138.
23
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 148.
24
García Pelayo (1951)…, ob. cit. p. 47.
25
García Pelayo (1951)…, ibídem. p. 50.
26
Vallejo…ob. cit. p. 98.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

expresión del régimen jurídico de un Estado con respecto a la organización de los poderes y las
instituciones en las cuales encarga prácticamente el ejercicio de la soberanía, y las limitaciones del
Estado, frente a los derechos individuales”.27 Oropeza define la Constitución como el “ordenamiento
o norma suprema que establece los organismos superiores del Estado, determina la competencia y las
relaciones entre ellos y los modos de ejercicio de la autoridad frente a las personas y cosas sometidas
en un ámbito territorial definido a su imperio y jurisdicción”.28

Para Jellinek, “La Constitución del Estado comprende los principios jurídicos que determinan
cuáles son los órganos supremos del Estado, el modo de su formación, sus relaciones recíprocas y su
esfera de acción, y en fin la posición fundamental del particular respecto al poder del Estado”.29
Donnedieu de Vabres señala que la existencia de las constituciones escritas obedece a diversos
motivos. “En primer lugar, se trata de definir y justificar la autoridad política. Además de distribuir el
poder entre las fuerzas dominantes a fin de explicar a la opinión pública lo que se puede esperar del
Poder. El objeto de una Constitución es establecer un orden claro y estable que evite, en la medida
de lo posible, la subversión, el golpe de Estado, las intrigas palaciegas, las agitaciones colectivas y los
delitos políticos. Una Constitución aparece así progresivamente como una barrera al abuso del poder
y como una manera organizada de excluir ciertas formas o ciertos temas de cuestionamiento al
Poder. La elaboración de una Constitución es un rito pacificador que acaba con las revoluciones y
pacifica los tumultos para los pueblos que se someten a ello. Es también símbolo de independencia”.
(Vid. L’Etat. París, 1971, p. 20).30

7. Condiciones que debe reunir toda Constitución

Las disposiciones que integran una Constitución deben ser normas jurídicas caracterizadas
por un alto grado de generalidad y abstracción. Su aplicación permitirá la creación de las normas
jurídicas que constituyen un determinado orden jurídico capaz de ser modificadas cada vez que las
nuevas realidades así lo requieran.

Dice La Roche: “Las Constituciones no pueden ser el producto arbitrario de la mentalidad


humana ni pueden resultar de esnobismos que muchas veces son perjudiciales para el desarrollo de
las mismas instituciones políticas”.31 Adecuación a la realidad institucional, estabilidad, flexibilidad,
fundamentalidad, prudencia, claridad y concisión en el estilo, son las condiciones que debe reunir
toda Constitución que pretenda el desarrollo político de los pueblos.32

Adecuación a la realidad institucional significa que la Constitución debe ser producto de la


realidad social y política que pretende regir. Las posibilidades de permanencia en el tiempo de un
proyecto constitucional están íntimamente ligadas al diagnóstico del punto de partida de su
realización que no es otro que la correcta consideración de la realidad que se pretende regular. La

27
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 148.
28
OROPEZA, Ambrosio: “La Nueva Constitución Venezolana 1961”, Editorial Panamo, Caracas 1992, p. 63.
29
FIORAVANTI, Maurizio: “Constitución, de la antigüedad a nuestros días”, Editorial Trotta, Bologna 1999, p.
141.
30
TRIBUNAL SUPREMO de JUSTICIA: “Bases Jurisprudenciales de la Supraconstitucionalidad” Caracas 2000,
p. 16.
31
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 162.
32
La Roche (1969)…, ibídem. p. 162.

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Derecho Constitucional y la Constitución
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crítica a la Constitución de 1811 formulada por Bolívar en el Manifiesto de Cartagena expresa la


convicción de que dicho texto era extraño a la Venezuela de aquel entonces.33

Estabilidad implica la posibilidad de la Constitución de mantenerse en el tiempo, permitiendo el


desarrollo de las instituciones y la concreción de sus propósitos. En ningún caso significa
inmutabilidad absoluta, permanencia inalterable como pretendían las llamadas constituciones pétreas.
Las constituciones de mayor duración, la que por mayor tiempo pueden servir de marco normativo a
la vida de un pueblo, son consideradas las mejores constituciones, como la norteamericana vigente
desde 1787 o la Suiza desde 1848. En Venezuela, por el contrario, hemos tenido numerosas
constituciones, la mayoría de efímera vigencia. Las constituciones venezolanos de mayor duración
han sido la de 1961, vigente hasta 1999, y la de 1830, vigente hasta 1847.34

Flexibilidad significa que la Constitución debe estar dotada de elasticidad suficiente para
adecuarse a las variadas situaciones políticas y sociales que se le presentan en su trayectoria
histórica.35 Para Loewenstein, debe reflejar un equilibrio temporal entre las fuerzas sociales que
participan de su nacimiento, las cuales se esfuerzan a través de la mutua acomodación de intereses,
por alcanzar un equilibrio aceptable haciendo posible el máximo acercamiento entre la Constitución
real y legal, tal como fue formulado por Lasalle en su famosa conferencia de 1862 sobre la esencia de
la Constitución, o, como se podría decir, que muestre una concordancia entre la estructura social y
legal. En un Estado democrático, aun la mejor Constitución, es decir, la elaborada consensualmente
es tan solo un compromiso que integra el statu quo existente en el momento de su nacimiento, y no
puede prever el futuro, pudiendo en el mejor de los casos prever necesidades futuras y establecer
adecuados mecanismos ya que una formulación muy elástica podría perjudicar la seguridad jurídica.36
En los Estados Unidos, el sistema de enmiendas de la Constitución ha hecho posible su adaptación a
la evolución de la sociedad estadounidense.

Fundamentalidad significa que las normas constitucionales deben circunscribirse a señalar los
elementos primordiales de la organización del Estado. La Constitución debe limitarse a lo básico en
la organización del Estado y a los principios esenciales que deben regular su existencia para hacer
realidad los derechos ciudadanos.37

Prudencia significa que la Constitución debe representar una resultante equilibrada de aquellos
extremos que reclaman constitucionalmente la atención de gobernantes y gobernados. Equilibrio
entre los poderes, entre el poder y el pueblo.38

Claridad para que la Constitución pueda ser fácilmente inteligible para todos y concisión en el
estilo, es decir, precisión, certeza.39

33
La Roche (1969)…, ibídem. p. 163.
34
La Roche (1969)…, ibídem. p. 164.
35
La Roche (1969)…, ibídem. p. 165
36
LOEWENSTEIN, Karl: “Teoría de la Constitución”. Editorial Ariel, Barcelona, p. 163.
37
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 166
38
La Roche (1969)…, ibídem. p. 166.
39
La Roche (1969)..., ibídem. p. 166.

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Derecho Constitucional y la Constitución
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8. Las clases de Constitución y sus partes

Biscaretti distingue entre Constitución en sentido institucional, substancial, formal e


instrumental. En sentido institucional, Constitución significa: “status, orden, conformación,
estructura esencial de un ente o de un organismo en general”. En sentido sustancial se entiende por
Constitución: “todo aquel complejo de normas jurídicas fundamentales, escritas o no escritas, capaz
de trazar las líneas maestras del mismo ordenamiento”, lo cual permitiría contraponer a las
constituciones escritas, las constituciones consuetudinarias (o históricas). En sentido instrumental,
Constitución sería “el acto fundamental en el cual han sido formuladas solemnemente la gran
mayoría de las normas materialmente constitucionales”. Tanto en sentido instrumental como
substancial, todos los estados tienen Constitución, aunque no siempre en sentido formal, es decir,
como “complejo de normas legislativas que se distinguen de las ordinarias por su más arduo y
solemne proceso formativo”, lo cual diferencia el Poder Legislativo ordinario del Poder
Constituyente o de revisión constitucional y da lugar a la distinción entre constituciones rígidas y
flexibles, de acuerdo a que su procedimiento de elaboración sea igual o distinto al de la ley ordinaria.
En sentido instrumental constitución sería “el acto fundamental en el cual han sido formuladas
solemnemente la gran mayoría de las normas materialmente constitucionales”.40

Mortati habla de Constitución en sentido material para indicar el “conjunto de los elementos
organizadores necesarios para que subsista el Estado, es decir, la comunidad social subyacente al
orden normativo, en cuanto se le considere ordenada según un mínimo de elementos organizadores
(fuerza política) capaces de presentarla dotada de una actividad dirigida hacia un fin determinado (fin
político)”.41 Barile define la Constitución en sentido material como “aquel complejo de instituciones
jurídicas, positivamente válidas y operantes, que realizan un fin político que es el resultado de los
diversos fines perseguidos por las distintas fuerzas políticas activas en lucha entre sí. En un país
determinado y en un momento histórico dado”.42 Kelsen entiende por Constitución en sentido
material “aquellas normas que se refieren a los órganos superiores (Constitución en sentido estricto)
y a las relaciones de los súbditos con el poder estatal (Constitución en sentido amplio)”.43 Para de
Otto, Constitución en sentido material alude al conjunto de normas cuyo objeto es la organización
del Estado, los poderes de sus órganos, las relaciones de éstos entre sí y sus relaciones con los
ciudadanos, es decir, las normas que regulan la creación de normas por los órganos superiores del
Estado. En sentido formal se refiere a la Constitución escrita, a los textos que se diferencian de las
restantes leyes por su nombre y, en su caso, porque su aprobación y reforma están sujetos a
especiales requisitos. En base a esta distinción es posible hablar de normas solo formalmente
constitucionales porque están incluidas en la Constitución escrita y solo materialmente
constitucionales cuando no estando en la Constitución su objeto son los órganos superiores del
Estado.44

Si atendemos a la forma como históricamente se han formado las constituciones podríamos


distinguir entre procedimiento monárquico y democrático. Al primero corresponderían las cartas
octroyée o constituciones otorgadas, discrecional y unilateralmente, por el monarca a sus súbditos
(Constitución de Bayona de 1808, francesa de 1814, de Baviera y Baden de 1818, española de 1834,

40
Biscaretti (1973)…, ob. cit. p. 148.
41
Biscaretti (1973)…, ibídem. p. 152.
42
Biscaretti (1973)…, ibídem. p. 152.
43
KELSEN, Hans: “Teoría General del Estado”, Editora Nacional, México, 1975, p. 330.
44
De Otto…, ob. cit. p. 17.

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Derecho Constitucional y la Constitución
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Estatuto Albertino de 1848, japonesa de 1898, de Mónaco de 1911, etíopes de 1931 y 1955,
tailandesa de 1974) y las cartas o constituciones pactadas entre el monarca y los ciudadanos (Carta
Magna de 1215, constituciones francesas de 1791 y 1830, noruega de 1814, prusiana de 1850,
españolas de 1845 y 1876). De procedimiento democrático tendríamos las constituciones impuestas
por el pueblo al monarca (Constitución española de 1820), constituciones sancionadas por una
Asamblea Constituyente (Constitución norteamericana de 1787, francesas de 1791, 1848 y 1875,
italiana de 1945, y portuguesa de 1976) y constituciones refrendarías aprobadas directamente por el
pueblo (constituciones francesas de 1793, 1795, 1946, 1958, española de 197845 y venezolana de
1999).

Vergottini agrega los procedimientos formativos donde la decisión constituyente es imputable a


un Estado distinto al que será regido por la nueva Constitución como ocurre después de una derrota
militar (Constitución japonesa de 1947, Ley Fundamental alemana de 1949) o por habérsele
concedido la independencia a una antigua colonia (Constitución de Canadá de 1867, de Australia de
1901, de Sudáfrica de 1909, de Nigeria de 1946, de Jamaica de 1962, de Malta de 1964, de Anguila de
1967, de Isla Mauricio de 1968, de Fiji de 1970).46

También incluye los procedimientos adoptados por autocracias contemporáneas producto de


decisiones unilaterales del detentador del poder (Chile 1973) o de plebiscito constituyente, versión
autoritaria del referéndum, por el carácter meramente formal de la adhesión (procedimientos de
Napoleón en 1799 y 1802, de Napoleón III en 1851, Constitución portuguesa de 1933, griega de
1968, argelina de 1976, iraní de 1979, chilena de 1980)47 y los seguidos en los estados socialistas
donde la decisión constituyente corresponde al partido único (constituciones rusas de 1918 y 1924,
Kampuchea democrática de 1976) eventualmente ratificada por una asamblea (constituciones de la
URSS de 1936 y 1977, chinas de 1954, 1975 y 1978, democrática alemana de 1976) o por un
referéndum plebiscitario (Constitución de Alemania Democrática de 1968, búlgara de 1971, cubana de
1976).48

Finalmente, añade Vergottini, los procedimientos constituyentes provisionales los cuales


incluirían a los hechos y actos desarrollados que ocurrirían cuando se da el paso de una forma de
Estado a otra. Estos actos, emanados por un Poder Constituyente provisional son el núcleo de una
Constitución provisional vigente hasta la aprobación de la nueva Constitución. El régimen político de
transición de Portugal entre 1974 y 1976 conocido como Revolución de los Claveles o la Ley
Fundamental de 1976 aprobada por las Cortes españolas, son ejemplos de “hechos y actos que
formalmente no se pueden calificar como constituciones, pero presentan en sustancia, ese carácter,
aunque sea transitoriamente”. También se dan casos de “textos normativos que se definen
expresamente como constituciones provisionales o transitorias, casos típicos en que los órganos
militares se apoderan del poder comprometiéndose a restituirlo a los civiles después de restablecer el
orden”.49 Ocurría con frecuencia en los estados africanos al independizarse. Pudiéramos encontrar
varios ejemplos venezolanos como el Acta Constitutiva de la Junta Militar de Gobierno de la
República de Venezuela,50 la Ratificación de Principios de la Junta de Gobierno de 1958,51 el Acta
45
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 151.
46
DE VERGOTTINI, Giuseppe: “Derecho Constitucional Comparado”, Espasa-Calpe, Madrid 1985, p. 146.
47
De Vergottini..., ibidem. p. 152.
48
De Vergottini..., ibidem. p. 154.
49
De Vergottini…, ibidem. p. 155.
50
“Las Constituciones de Venezuela”, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas 1997, p. 1065.
51
Las Constituciones…, ibídem. p. 1067.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

Constitutiva de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela,52 algunos


de sus Decretos y mutatis mutandis el Acta de instalación de la Junta Suprema de Venezuela del 19 de
abril de 1810.53

Algunos autores distinguen entre constituciones históricas (Inglaterra y Estados Unidos) y


teóricas (Francia, Italia, América Latina, incluyendo Venezuela). En las primeras la Constitución ha
sido la respuesta concreta a los problemas políticos de un momento determinado. En las segundas se
corresponden más con una respuesta racional que pretende organizar las instituciones políticas de un
país determinado partiendo de los principios y elaboraciones teóricas.54

Burdeau distingue entre constitución natural que viene a ser el producto decantado de
costumbres y tradiciones, resultado de la manera de ser y de comportarse de un pueblo; y
constitución institucionalizada, pacto derivado del proceso de institucionalización del poder
adelantado por el pueblo.55

Por su parte, Schmitt establece cuatro tipos de Constitución: a) Constitución como concepto
absoluto cuando se entiende como una unidad total, como la unidad necesaria del régimen estatal
que se presenta en varias modalidades como Estatuto que rige íntegramente el devenir del Estado,
como referida a su dinámica, siempre en movimiento o a la normatividad que regula la vida del
Estado; b) Constitución como concepto relativo cuando la Constitución es producto de una
pluralidad de leyes donde será necesario distinguir entre Constitución y Leyes Constitucionales; c)
Constitución en sentido positivo entendida como el conjunto de reglas jurídicas que existen en el
instrumento constitucional y que son efectivamente aplicadas dentro del Estado, en oposición a
aquellas reglas o normas que solo existen en la mente de los individuos; d) Constitución de tipo ideal
concebida como una aspiración en determinados sectores que aspiran pueda articularse.56

García Pelayo señala tres conceptos-tipos de Constitución: racional normativo, histórico


tradicional y sociológico. El concepto racional normativo concibe la Constitución como un sistema
de normas “establecido de una sola vez y en el que de una manera total, exhaustiva y sistemática se
establecen las funciones fundamentales del Estado y se regulan los órganos, el ámbito de sus
competencias y las relaciones entre ellos”.57 Se corresponde con el proceso histórico de
racionalización, objetivación y despersonalización del Estado. Distinguirá entre Poder Constituyente,
originario y derivado y Poder Constituido. Constitución sería sólo la expresada jurídicamente y por
escrito. El concepto histórico tradicional entiende la “constitución de un pueblo como una estructura
resultado de una lenta transformación histórica, en la que intervienen frecuentes motivos irracionales
y fortuitos irreducibles a un esquema”.58 Característica de este concepto sería la distinción entre leyes
constitucionales y leyes ordinarias. El concepto sociológico de Constitución se caracteriza por
entender la estructura política real de un pueblo como expresión de una infraestructura social, lo cual
le permitirá distinguir entre Constitución real o sociológica y una Constitución jurídico política, cuya
vigencia y eficacia dependerán de las coincidencias con la anterior.59 Según Lasalle, “los problemas

52
Las Constituciones…, ibídem. p. 975.
53
Las Constituciones…, ibídem. p. 261.
54
La Roche (1969)..., ob. cit. p. 118.
55
La Roche (1969)..., ibídem. p. 153.
56
La Roche (1969)..., ibídem. p. 149.
57
García Pelayo (1951)…, ob. cit. p. 34.
58
García Pelayo (1951)…, ibídem. p. 41.
59
García Pelayo (1951)…, ibídem. p. 48.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

constitucionales no son primariamente problemas de Derecho, sino de poder; la verdadera


Constitución de un país sólo reside en los factores reales y efectivos de poder que en este país rigen;
y las constituciones escritas no tienen valor ni son duraderas más que cuando dan expresión fiel a los
factores de poder imperantes en la realidad social”.60

Oropeza distingue entre “constitución jurídica con sus notas de legalidad, de legitimidad, de
racionalidad, y la constitución dictatorial, con sus características de facticidad, de simplicidad no
escrita, de positividad sociológica” que expresa la voluntad personalista de un jefe, a las cuales agrega
las “constituciones de papel o inauténticas” y la constitución social.61

La distinción entre constituciones consuetudinaria y escritas atendiendo a la ubicación de sus


fuentes en el derecho producto de la costumbre, como sería el caso del Reino Unido, Nueva
Zelandia o Israel o en el derecho sancionado por la autoridad política como ocurre en la mayoría de
los estados. Las constituciones escritas se codifican, es decir, están contenidas en un solo texto;
mientras que las consuetudinarias se encuentran dispersas en varios instrumentos, por lo cual se dice
son inorgánicas. En la Constitución del Reino Unido a una base consuetudinaria se le fueron
uniendo textos escritos considerados constitucionales (Magna Charta, 1215, Confirmatio Chartarum,
1227; Petition of Rights, 1628; Instrument of Government, 1653; Bill of Rights, 1689; Act of Settlement, 1701;
Parliament Acts, 1911 y 1949, entre otros).

También es posible distinguir entre la Constitución política, constituida por los derechos
políticos de los ciudadanos y las estructuras del Estado; Constitución humanística o dogmática, que
alude a los derechos, deberes y responsabilidades de los ciudadanos y Constitución económica
integrada por los principios en los cuales el Estado sustenta su actividad y la de sus súbditos, los
derechos que le acuerda en tal ámbito y las actuaciones que realiza como regulador de la economía.62

En las constituciones escritas se distingue una parte dogmática y una parte orgánica. La primera
contiene los derechos ciudadanos que deben ser garantizados por el Estado y constituyen límites a su
actuación, así como el programa político que define los fines hacia los cuales el Estado debe encausar
su acción. La segunda contiene las normas referentes a la organización del Poder Público. Tena
Martínez agrega una superestructura, que consiste en aquellos principios que son distintos a la
organización del Estado y a los derechos del hombre, pero que definen y direccionan al Estado.
Superestructura constitucional con cuatro contenidos fundamentales: soberanía popular, forma de
gobierno, supremacía constitucional e inviolabilidad constitucional a los cuales Quiroz Acosta agrega
el control constitucional.63

La Constitución venezolana de 1999 está precedida por un Preámbulo, e integrada por


trescientos cincuenta artículos, ordenados en capítulos agrupados en nueve títulos, una disposición
derogatoria, una disposición final y dieciocho disposiciones transitorias.

60
García Pelayo (1951)…, ibídem. p. 51.
61
Oropeza…, ob. cit. p. 65.
62
RONDÓN DE SANSÓ, Hildegard: “Análisis de la Constitución Venezolana de 1999”, Caracas 2000, p. 20.
63
QUIROZ ACOSTA, Enrique: «Teoría de la Constitución», Editorial Porrúa, México 2005. p. 31.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

9. Clasificación ontológica de Loewenstein

Para Loewenstein, cada sociedad, independiente de su estructura social, posee ciertas


convicciones y formas compartidas que constituyen, en el sentido Aristotélico de politeia, su
Constitución. El telos de toda Constitución es la creación de instituciones para limitar y controlar el
poder. “La clasificación de un sistema político como democrático constitucional depende de la
existencia o carencia de instituciones efectivas por medio de las cuales el ejercicio del poder público
esté distribuido entre los detentadores del poder, y por medio de las cuales los detentadores del
poder estén sometidos al control de los destinatarios del poder, constituidos en detentadores
supremos del poder”.64

Convertida la Constitución en el dispositivo fundamental para el control del proceso del poder, la
clasificación ontológica permite ver las concordancias entre el contenido de las normas
constitucionales y la realidad del proceso del poder. Dependiendo de lo que los destinatarios y
detentadores del poder hagan de ella tendremos una Constitución normativa, nominal o semántica.
Podemos calificar a una Constitución de normativa, cuando sus normas dominan el proceso político
o el proceso del poder se adapta a las normas de la Constitución y se somete a ellas. Supone una
experiencia vivida. La Constitución será nominal, cuando siendo jurídicamente válida carece de
realidad existencial por no adaptarse a ella el proceso político. Implica la existencia de un proceso
educativo que la transforme en normativa. Semántica, cuando su realidad existencial es la
formalización del proceso del poder en beneficio exclusivo de los detentadores del poder fáctico, que
disponen del aparato coactivo del Estado. La Constitución se convierte en el instrumento para
estabilizar y eternizar la detentación del poder por parte de sus dominadores de hecho. Loewenstein
compara las constituciones con los trajes y dirá que en el caso de las normativas, luce y se lleva bien;
en las constituciones nominales queda un poco holgado, deberá pasar un tiempo guardado mientras
el cuerpo crece; y las semánticas son un disfraz.65

10. El Preámbulo y su juridicidad

La antigua costumbre de preceder las leyes con una explicación o exposición de motivos sobre
los fines que orientan al legislador ha recibido el nombre de Preámbulo cuando se refiere a la
Constitución. Esta práctica, como se entiende hoy, se origina en la Constitución norteamericana de
1787, la cual adquirió particular relevancia al no incluir una declaración de derechos.66

Señala Eduardo Fernández que “La constitución no es sólo un documento descriptivo de la


institución estatal sino también un programa para la comunidad que la sanciona. Este aspecto de la
constitución que no es la parte “orgánica” ni “dogmática”, que recoge fines y valores y el espíritu
predominante de las instituciones inspirado a su vez en la sociedad que rige, es lo que se conoce con
el nombre de Preámbulo”.67

64
Loewenstein…, ob. cit. p. 149.
65
Loewenstein…, ibídem. p. 216.
66
FERNÁNDEZ, Eduardo: “El Preámbulo de la Constitución de 1961” en Estudios sobre la Constitución, Tomo I,
Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Caracas 1979, p. 178.
67
Oropeza…, ob. cit. p. 154.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

En el Diccionario de Derecho Usual, de Guillermo Cabanellas, se define el Preámbulo como


“declaración o justificación inicial. Primeras palabras, fuera del articulado, con que una constitución
expone sus grandes principios o el poder que la dicta”.68

El Preámbulo es el pórtico, fachada, punto de partida, antesala de la Constitución. “Las


constituciones americanas en general, encabezan su articulado con la proclamación de un conjunto
de principios en donde se encierran los propósitos y anhelos de los constituyentes”.69

El texto del Preámbulo norteamericano es el siguiente:

“Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, con el objeto de formar una unión más perfecta,
establecer la justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, promover a la defensa común, promover el
bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros y para nuestra posteridad,
ordenamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América”.70

En Latinoamérica tienen preámbulo las constituciones de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, El


Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela. Costa Rica, Ecuador y
Perú tienen una brevísima declaración inicial sin mayor contenido que denominan Preámbulo.
Carecen de él las constituciones de Bolivia, Chile, México, República Dominicana y Uruguay.71

De las veintiséis constituciones que ha tenido Venezuela se encuentran precedidas de un


Preámbulo, algunos muy breves, las de 1811, 1819, 1821, 1830, 1858, 1947, 1961 y 1999. Carecen de
ella los textos constitucionales de 1857, 1864, 1874, 1881, 1891, 1893, 1901, 1904, 1909, 1914, 1922,
1925, 1928, 1929, 1931, 1936, 1945 y 1953.72

Nuestra primera Constitución comienza con el texto siguiente: “EN NOMBRE DE DIOS
TODOPODEROSO Nos, el pueblo de los Estados de Venezuela, usando de nuestra soberanía y
deseando establecer entre nosotros la mejor administración de justicia, procurar el bien general,
asegurar la tranquilidad interior, proveer en común a la defensa exterior, sostener nuestra libertad e
independencia política, conservar pura e ilesa la sagrada religión de nuestros mayores, asegurar
perpetuamente a nuestra posteridad el goce de estos bienes y estrecharlos mutuamente con la más
inalterable unión y sincera amistad, hemos resuelto confederarnos solemnemente para formar y
establecer la siguiente Constitución, por la cual se han de gobernar y administrar estos Estados”.73

Para algunos autores, el Preámbulo ni siquiera es parte de la Constitución. Carece de valor


jurídico. Son textos de carácter retórico, simples declaraciones con un sentido más bien ideológico o
político. Para otros, constituyen una importante fuente del derecho ya que nos permite conocer los
propósitos, motivaciones, principios, fines primordiales y características fundamentales de la acción
del Estado que se pretende organizar. El Preámbulo puede considerarse una síntesis del programa
político que se aspira realizar. En la doctrina constitucional ha prevalecido el criterio de considerar el
Preámbulo formando parte de la Constitución.

68
Fernández, E…, ob. cit. p. 178.
69
La Roche (1969)…, ob. cit. p. 178.
70
Fernández, E…, ob. cit. p. 179.
71
“Constituciones Latinoamericanas”, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas 1997, p. 963.
72
Las Constituciones…, ob. cit. p. 1.043.
73
Las Constituciones…, ibídem. p. 285. Constitución de 1811.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

El Preámbulo, conforme a lo expuesto por Bidart Campos: “...nos proporciona base para pensar
que la ideología de la Constitución no consiente desfigurar, alterar o suprimir nada de los que da
fisonomía y estilo a nuestra convivencia...”. (Vid. “Manual de Derecho Constitucional” Argentino,
Buenos Aires, 1975, pg. 36).74 Por su parte Bielsa sostiene que el Preámbulo “es una expresión
solemne de propósitos y anhelos de los constituyentes y no una declaración de normas ni principios,
pero eso no significa que él no tenga cierto substrato jurídico subyacente”.75

Para Brewer Carías, el Preámbulo consagra “los principios fundamentales que inspiran el Texto
Constitucional y que como tales gozan de la misma imperatividad, obligatoriedad y rigidez
constitucional que las normas contenidas en el articulado de la Constitución. Esto significa que su
violación por un acto estatal, podría dar lugar a una acción de inconstitucionalidad”.76

Caldera definió el Preámbulo de la Constitución de 1961 (fue su redactor) como “la base
fundamental, el presupuesto que sirve de fundamento a la norma constitucional y que señala los
valores sociales y económicos, políticos y jurídicos, que inspiran la acción del Estado”.77 Según la
Exposición de Motivos del Proyecto de Constitución de 1961 el Preámbulo “constituye la base
fundamental, el presupuesto que sirve de fundamento a la norma constitucional; señala los valores
sociales y económicos, políticos y jurídicos que inspiran la acción del Estado”.78

Para Sarmiento, el Preámbulo “es el resumen de todas sus disposiciones, el objeto que éstas se
proponen asegurar, y como una tesis que todos los parágrafos siguientes vienen a comprobar”.79
Sánchez Viamonte lo describe como “...encabezamiento explicativo de los fines mediatos y
propósitos inmediatos de una constitución... que consigna aspiraciones y promesas de carácter
general, al mismo tiempo que principios de valor humano permanente”.80

Lo cierto es que más allá del valor jurídico atribuido al Preámbulo, la Constitución a la cual
antecede es la materialización de los propósitos, directrices y programa en él contenido. De tal
manera, que el Preámbulo resume la inspiración y objetivos que el constituyente pretende alcanzar
con la Constitución que ha elaborado. Eduardo Fernández le asigna al Preámbulo la triple función de
establecimiento y determinación de presupuestos ideológicos, fuente de interpretación, motivación y
guía para el legislador y el intérprete.81

Tradicionalmente, nuestras constituciones comienzan con la invocación de Dios, lo cual en


modo alguno significa la pérdida del carácter laico del Estado y mucho menos en la Constitución de
1999 cuando se antecede a la invocación divina los poderes creadores del pueblo. En efecto, el
Preámbulo de la Constitución vigente comienza así: “El pueblo de Venezuela. En ejercicio de sus
poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador
Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y
forjadores de una patria libre y soberana.”

74
Tribunal…, ob. cit. p. 23.
75
Fernández E..., ob. cit. p. 182.
76
BREWER-CARÍAS, Allan R.: “La Constitución de 1999”, 2° edición, Editorial Jurídica Venezolana, Editorial
Arte, Caracas, 2000, p. 39. (12).
77
Fernández E..., ob. cit. p. 167.
78
Brewer (12)…, ob. cit. p. 39.
79
Fernández E…, ob. cit. p. 182.
80
Fernández E…, ibidem. p. 182.
81
Fernández E…, ibidem. p. 188.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

Seguidamente, la Asamblea Constituyente que elaboró la Constitución señala como “fin supremo
refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica,
multiétnica y pluricultural”. Como valores a consolidar se indica “la libertad, la paz, la integridad
territorial, la convivencia y el imperio de la ley”. El Estado concebido como “de justicia, federal y
descentralizado” tendría como fines asegurar “el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la
educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”.

En el ámbito internacional, el Estado debe promover “la cooperación pacífica entre las
naciones”, impulsar y consolidar “la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no
intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos
humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico
y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad”.82

11. Supremacía de la Constitución

La Constitución como ley fundamental -lex fundamentalis- sirve de fundamento y validez del
ordenamiento jurídico de un Estado. El ordenamiento jurídico existe conforme a la Constitución y se
encuentra sometido a ésta para la creación y modificación de las normas que lo regulan. Una norma
es constitucional porque el ordenamiento jurídico le atribuye una posición suprema al situarla
jerárquicamente por encima de la legislación; sin embargo, ello no significa que pueda prescindirse de
la finalidad garantista propia del constitucionalismo reduciendo la Constitución a un concepto
neutral, puramente técnico y formal. Sería contradictorio con la idea misma de la Constitución como
norma suprema a la cual debe subordinarse el poder.83

En Venezuela, “La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento


jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta
Constitución”.84

Tres son las consecuencias fundamentales:

1. Su legitimidad es incontrolable por los poderes constituidos.

2. Deroga el ordenamiento jurídico preexistente que lo contradiga.

3. Son nulos todos los actos que contravengan sus disposiciones.85

También establece la Constitución venezolana que “Todos los jueces de la República, en el


ámbito de sus competencias y en la ley, están en la obligación de asegurar la integridad de esta
Constitución. En caso de incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u otra norma jurídica, se
aplicarán las disposiciones constitucionales, correspondiendo a los tribunales en cualquier causa, aun
de oficio, decidir lo conducente. Corresponde exclusivamente a la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia como jurisdicción constitucional, declarar la nulidad de las leyes y demás actos

82
Exposición…, ob. cit. p. 16.
83
De Otto…, ob. cit. p. 18-19.
84
Exposición…, ibídem. p. 17. Artículo 7.
85
BREWER-CARÍAS, ALLAN R.: “Instituciones Políticas y Constitucionales”. Tomo I: “El régimen histórico-
constitucional del Estado”. Editorial Jurídica Venezolana. Caracas – San Cristóbal, 1996. p. 495. (6).

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

de los órganos que ejercen el Poder Público dictados en ejecución directa o inmediata de esta
Constitución o que tenga rango de ley, cuando colidan con aquella”.86 Igualmente, se dispone que “El
Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales...”.87

La supremacía de la Constitución consagrada ahora expresamente en la Constitución de 1999, es


consecuencia lógica de la rigidez de la Constitución. Cuando la Constitución y la ley tiene un mismo
proceso de creación y modificación sólo es posible distinguir la norma constitucional y la legal
atendiendo a su contenido material. Constitucionales serían las normas que se ocupan de regular la
organización fundamental del Estado y los derechos ciudadanos; y legales, las de contenido distinto.
La Constitución rígida nos permite la distinción entre Poder Constituyente y Poder Constituido que
abordaremos en el próximo tema.

Por su parte, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional, ha señalado que “lo que
conocemos hoy por Derecho Constitucional, ha sido el producto de un proceso de encuadramiento
jurídico de dos vertientes que confluyen; una, el poder y la autoridad, otra, la libertad individual y la
búsqueda de lo que es bueno para la sociedad. La Constitución es, sin duda, el principal y máximo
arbitrio político-jurídico de ese proceso, del cual emerge como el eje del ordenamiento jurídico todo.
El principio de supremacía de la Constitución en un reflejo de ese carácter.

La Constitución es suprema, entre otras cosas, porque en ella se encuentran reconocidos y


positivizados los valores básicos de la existencia individual y de la convivencia social, al tiempo que
instrumenta los mecanismos democráticos y pluralistas de legitimación del poder, tales como los
relativos a la designación de las autoridades y a los mandatos respecto al cómo y al para qué se ejerce
autoridad. Persigue con ello el respeto a la determinación libre y responsable de los individuos, la
tolerancia ante lo diverso o lo distinto y la promoción del desarrollo armonioso de los pueblos. El
principio de supremacía de la Constitución, responde a estos valores de cuya realización depende la
calidad de vida y el bien común”. 88

Xifra señala que “la rigidez constitucional puede ser de índole “orgánica o formal” según que la
reforma se realice por órganos especiales distintos de los legislativos ordinarios (Asamblea Nacional,
Convención, referéndum obligatorio, intervención de estados federados), o bien se actúe por estos
mismos, pero con arreglo a un procedimiento agravado (mayoría cualificada, doble aprobación,
referéndum facultativo)”.89

La supremacía constitucional aceptada por la doctrina tiene sus antecedentes más lejanos en
Inglaterra y Norteamérica. El origen más remoto se ubica en 1610 en Inglaterra cuando el magistrado
Sir Edward Coke al resolver un caso presentado a su consideración sentenció que las Cortes de
Derecho Común eran superiores al Rey. Después de la Revolución de 1688 la doctrina Coke no
volvió a ser aplicada.90 Por su parte, la Constitución norteamericana establece en su artículo 6°,
cláusula segunda, que “esta Constitución, las leyes de Estados Unidos que en su consecuencia se
dicten, y todos los Tratados celebrados o a celebrarse bajo la autoridad de los Estados Unidos, serán
86
Exposición…, ob. cit. p. 40. Artículo 334.
87
Exposición…, ibídem. p. 41. Artículo 335.
88
“Sentencia 0033 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia del 25.01.01”, en
www.csj.gov.ve/decisiones/scon/Enero/33-250101-00-1712.
89
Rivas…, ob. cit. p. 79.
90
La Roche (1991)..., ob. cit. p. 137.

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Derecho Constitucional y la Constitución
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la ley suprema del país, y los Jueces en cada Estado estarán sujetos a ella, no obstante, cualquier
disposición en contrario contenida en la Constitución o en las Leyes de cualquier Estado”.91 Refiere
La Roche que ya en 1792 se planteó el caso de una Ley de Pensiones contraria a la Constitución, cuya
preeminencia la establecería en 1795 el Juez de la Corte de Pensilvania.92 Pero sería el Chief Justice Juez
Marshall en 1803 al declarar por primera vez la inconstitucionalidad de una ley del Congreso (la
Judiciary Act) al resolver un recurso interpuesto contra el secretario de Estado por no haberle dado
cumplimiento al nombramiento de un juez de paz en el caso Marbury v. Madison, quien desarrollaría
plenamente la Doctrina de la Supremacía Constitucional.93 La superioridad material de la
Constitución tiene como consecuencia el control de la constitucionalidad sobre todo el
ordenamiento jurídico y actos de los poderes públicos.

91
“Constitución de los Estados Unidos de América” consultada en www.usainfo.state.gov/espanol/contestes.htm
92
La Roche (1991)..., ob. cit. p. 138.
93
Biscaretti (1996)…, ob. cit. p. 181.

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Derecho Constitucional y la Constitución
Rafael Díaz Blanco

Bibliografía

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rdb

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