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Podría cuestionarse, con relativo sustento, cuál es la razón por la que una decisión
judicial obtenida en base a un proceso regular y con una actuación probatoria plena,
deba ser nuevamente examinada, si la parte a quien la decisión no la favorece lo
solicita.
Sin embargo, tenemos para nosotros que el fundamento del nuevo examen no
admite duda. Juzgar es una actividad humana, en realidad es algo más que eso, es
la expresión más elevada del espíritu humano; de alguna manera es el acto
realizado por el hombre que más se acerca al quehacer divino. Decidir sobre la vida,
libertad, bienes y derechos es, definitivamente, un acto trascendente.
Por cierto, aquí surge otro dilema: ¿cuántas veces debe revisarse una decisión?
Descartada la infalibilidad del acto humano, tal convicción no puede conducirnos a
un reexamen permanente de la decisión, básicamente porque si así fuera, los fines
del proceso (resolver conflictos de intereses y, a través de ello, lograr la paz social
en justicia) serían irrealizables, meras utopías.
Juan Monroy Gálvez define a este instituto procesal terceros legitimados para que
soliciten al juez que, el mismo u otro de jerarquía superior, realice un nuevo examen
de un acto procesal o de todo el proceso, a fin que se anule o revoque éste, total o
parcialmente.
Adviértase que se trata de un instituto sólo utilizable por los elementos activos de la
relación procesal que tienen interés directo en el resultado del proceso o del acto
procesal que se impugna, es decir, la parte o el tercero legitimado. También es
notorio el hecho que él uso de un medio impugnatorio implica una petición a un juez,
sea para que éste realice el acto concreto que implica la impugnación -el nuevo
examen- o para que lo haga el juez jerárquicamente superior a éste.
Por ello DEVIS Echandia sostiene que: “La revocabilidad es un remedio jurídico
contra la injusticia de la resolución del juez, al paso que la nulidad lo es en contra de
su invalidez. La impugnación es el género, el recurso es la especie. La revocación
procede no sólo cuando el juez aplica indebidamente la ley o deja de aplicarla, sino
también cuando se dejan de cumplir formalidades procesales, si se recurre en
tiempo oportuno; después sólo puede pedirse la nulidad. La impugnación debe
hacerse oportunamente, hasta cierto momento, llegado el cual la decisión adquiere
firmeza, pues de lo contrario sería imposible concluir un proceso y se perdería la
certeza jurídica.”
Debemos precisar que tanto la nulidad como la apelación deben ser interpuestos de
manera oportuna puesto que sino la consecuencia será contraria si solamente se
tiene plazo para impugnar y no para solicitar la nulidad, más aún si como vamos a
ver más adelante, el recurso de apelación lleva intrínsecamente el de nulidad, por
ello la imposibilidad de plantear doble recurso respecto de una misma resolución.
El artículo 355 del nuevo código procesal civil describe con propiedad este objeto de
los medios impugnatorios.
CAUSAS
Error in iudicando: o vicios de juicio. Es un error del Juez que lo lleva a una
subsunción errónea de los hechos a una norma jurídica que no le es
aplicable. Por ellos generalmente se presenta con la violación del
ordenamiento sustantivo, o se aplica indebidamente una norma, se implica o
se interpreta erróneamente.
SEGÚN EL VICIO QUE ATACAN: Según este criterio tenemos los medios
impugnatorios ordinarios y extraordinarios. Son ordinarios cuando a través de
ellos se puede atacar cualquier vicio o error, como por ejemplo el recurso de
apelación; mientras son extraordinarios cuando su interpretación solo procede
por causales específicas como por ejemplo de ello es el recurso de casación.
SEGÚN EL ORGANO ANTE QUIEN SE INTERPONE: Según este criterio
podemos hablar de recurso propio e impropio. Propio cuando de interponer
ante un órgano distinto al que exilio la resolución. Por ejemplo, el recurso de
apelación. Impropio, cuando se interpone ante el mismo órgano que expidió la
resolución. Por ejemplo, el recurso de reposición.
CAPITULO II
LOS REMEDIOS
CONCEPTO DE REMEDIO:
El profesor Juan MONROY señala que “Los remedios son aquellos a través de los
cuales la parte o el tercero legitimado pide se reexamine todo un proceso a través de
uno nuevo o, por lo menos, el pedido de reexamen está referido a un acto procesal.
El rasgo distintivo está dado porque el remedio está destinado a atacar toda suerte
de actos procesales, salvo aquellos que están contenidos en resoluciones.”
Así, los remedios pueden ser dirigidos contra el acto de notificación, la actuación de
un medio de prueba, una diligencia externa realizada por el secretario, etc. es decir
cualquier acto procesal que no se encuentran comprendidos en una resolución.
Estos deben ser puestos de conocimiento es decir interpuesto, dentro de tercer día
de conocido el agravio, ante el órgano jurisdiccional donde se produjo el acto
procesal que se cuestiona, debiendo, asimismo, precisar el agravio, vicio o error que
lo motiva
Di Iorio define a los remedios como:” los que se dan por via deaccion o pretencion,
ya sea contra actos aislados del proceso o contra l mismo proceso, aunque haya
recaido sentencia que goce de la autoridad de la cosa juzgada. Pero no se los
deduce contra las resoluciones judiciales”.
El articlo 356 del Codigo Procesal Civil, que versa sobre las clases de medios
impugnatorios, contempla prácticamente la concepccion de los remedios en la parte
inicial de su primer párrafo establecioendo que: “los remedios pueden formularse por
quien se considere agraviado por actos proceales no contenidos en resoluciones”.
REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD:
Ahora bien, son requisitos de dmisibilidad de los remedios que son los siguientes:
Su interposición dentro del tercer dia de conocido el agravio, salvo disposición legal
distinta.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA:
CLASES DE REMEDIOS:
De acuerdo con el articulo 356 del Codigo Proceal Civil enuncia exclusivamente de
un modo expreso a la oposición, de la definición de los remedios contenida en dicho
numeral podemos colegir que aquellos son los siguientes:
La oposición
La tacha
La nulidad de actos procesales
LA OPOSICION
El artículo 356 del Código Procesal Civil establece que la oposición y los demás
remedios solo se interponen en los casos previstos en el mencionado código, la
concepción de aquella está vinculada a los medios probatorios, pues prácticamente
es en relación a estos que el Código Adjetivo prevé la oposición.
Una exhibición
Una pericia
Un medio probatorio
La pericia es un medio probatorio que se actúa por orden oficiosa del Juez o a
instancia de parte, y que la llevan a cabo personas ajenas a la relación procesal,
quienes, en razón de sus conocimientos especiales sobre determinada ciencia,
oficio, arte, técnica o industria, emite opinión calificada respecto de algún punto o
materia que escapa al entendimiento adecuado del juzgador, y que están destinada
a formarle convicción al último.
En artículo 193 del código procesal civil preceptúa que los medios probatorios
atípicos están constituidos por auxilios técnicos o científicos que permiten lograr la
finalidad de los medios probatorios.
Tal oposición en cada caso que se diera la actuación de esta clase de pruebas
podría fundarse en la inidoneidad de los medios probatorios atípicos, la exigencia
legal de determinados medios de prueba para acreditar algún hecho la inutilidad de
haber quedado suficiente demostrado son otros medios de probanza el asunto
controvertido, entre otros supuestos.
TRAMITE DE LA OPOSICIÓN
En principio, cabe indicar que los plazos para plantear oposición a los medios
probatorios (declaración de parte, pericia, inspección judicial y pruebas atípicas) o la
la exhibición de documentos, o para observarla, son los siguientes:
Cinco días para interponer oposiciones a los medios probatorios, contados desde a
notificación de la resolución que los tiene por ofrecidos, tratándose de los procesos
de conocimiento.
Cinco días para absolver las oposiciones, computados a partir del día siguiente de
notificado el traslado, en el caso de los procesos de conocimiento.
Tres días para interponer oposiciones a los medios probatorios, contactos desde la
notificación de las resoluciones que los tienes por ofrecidos, si se trata de procesos
abreviados.
Tres días para absolver las oposiciones, contados desde el día siguiente de
notificado el traslado, en el caos de los procesos abreviados.
El trámite de las oposiciones es, según se infiere del artículo 301 del Código
Procesal Civil, en el que se señala seguidamente:
La oposición contra los medios probatorios se interpone en el plazo que establece
cada vía procedimental, contado desde notificada la resolución que los tiene por
ofrecidos, precisándose con claridad los fundamentos en que se sustentan y
acompañándose la prueba respectiva.
Todo litigante debe observar los deberes procesales de veracidad, probidad, lealtad
y buena fe, porque, de no ser así, se hará merecedor de sanciones. Justamente, con
relación a este tema, cabe señalar que al litigante que obrando con malicia formule
oposición, se le impondrá una multa no menor de tres ni mayor de diez unidades de
referencia procesal, sin perjuicio de las cosas y costos de su tramitación. Así lo
establece el artículo 304 del C.P.C.
LA TACHA
Teniendo en cuenta que la parte final del primer párrafo del artículo 356 del Código
Procesal Civil dispone que la oposición y los demás remedios (entre los que se
encuentra la tacha) solo se interponen en los casos previstos en dicho Código, la
concepción de la tacha está vinculada a los medios probatorios, pues es en relación
a estos que el Código adjetivo prevé aquella.
La tacha es aquel instrumento procesal dirigido a invalidad o restar eficacia a
determinados medios de prueba, en razón de existir algún defectos o impedimento
respecto de ellos.
DEFINICION:
De la definición de los remedios que contempla la parte inicia del primer párrafo del
artículo 356 del código procesal civil, en el sentido que aquellos pueden formularse
por quien se considere agraviado por actos procesales no contenidos en
resoluciones, se puede colegir que, dentro de esta hipótesis, la nulidad constituye
precisamente un remedio. Si el acto procesal afectad de vicio o error se trata de una
resolución, entonces, el pedido de nulidad correspondiente deberá adoptar la forma
de un recurso (estando a los dispuesto en el último párrafo del artículo 356 del
C.P.C.)
Couture no informa que el “el prestigio del precepto nullum st quod nullum effectum
producit, parece no haber decaído sensiblemente, a juzgar por su constante
repetición. Pero es fácil advertir que definir la nulidad como lo que no produce
ningún efecto, significa, en todo caso, anotar sus consecuencias, pero no su
naturaleza” añade dicho tratadista que “siendo el derecho procesal un conjunto y
formas dadas de antemano por el orden jurídico, mediante las cuales se hace el
juicio, la nulidad consiste en el apartamiento de ese conjunto de formas necearías
establecidas por la ley”.
Alsina define la nulidad como “la sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de
sus efectos normales cuando en su ejecución no se han guardado las formas
prescriptas para ello. El mismo Alsina advierte que “esta es una definición provisoria,
porque la función especifica de la nulidad no es propiamente asegurar el
cumplimiento de las formas, sino de los fines asignados a estas po el legislador”
Devis Echandia comenta que “la nulidad impide os efectos jurídicos de acto y se
debe a defectos de forma, capacidad, representación o competencia”
Luis a Rodríguez entiende por nulidad procesal “la sanción por inobservancia de las
formas de los actos procesales existente mientras la invalidez no haya quedado
convalidad.
Mario Alzamora Valdez, refiriéndose a las causas de nulidad del acto procesal.
Señala que son diversas, a saber:
“en primer lugar, son actos procesales nulos los efectos por incumplimiento de los
presupuestos procesales.
En segundo lugar, vician los actos procesales los defectos en la aplicación y las
colaciones de las reglas de procedimiento.
En cuarto lugar, el contenido mismo del acto, ya por inexactitud o por ilegalidad,
genera su ineficacia; y
Por último, los defectos estrictamente formales, dado el carácter público del derecho
procesal”
Las clases de nulidad de los actos procesales son las que a continuación señalan:
Nulidad absoluta
Se da cuando los vicios que afectan al acto son tan graves que el proceso es
violentado o distorsionado en demasía. No puede ser objeto de subsanación o
convalidación. Una situación de nulidad absoluta seria la derivada del vicio que
afecta presupuestos procesales como la capacidad de las partes y la competencia
del juez.
El acto absolutamente nulo tiene una especie de vida artificial hasta el día de su
efectiva invalidación; pero la gravedad de su defecto impide que sobre él ese eleve
un acto valido.
La fórmula seria, pues, la de que la nulidad absoluta no puede ser convalidada, pero
necesita ser invalidada”
Nulidad relativa
Couture indica al respecto que “el acto viciado de nulidad relativa puede adquirir
eficacia”. Añade dicho tratadista que “en el existe un vicio de apartamiento de las
formas dadas para la realización del acto; pero el error no es grave sino leve. Solo
cuando haya derivado en efectivo perjuicio, podrá ser conveniente su invalidación.
Pero s no lo trajera aparejado, o si trayéndolo, la parte perjudicada cree más
conveniente a sus intereses no acudir a la impugnación, el error y opera la
homologación o convalidación del acto. Sus efectos subsisten hasta el día de la
invalidación; y si esta no se produjera, la ratificación da firmeza definitiva a estos
efectos”. Concluye afirmando que “la formula sería la de que el acto relativamente
nulo admite ser invalidado y puede ser convalidado”