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EL MÉTODO MIDRÁSICO
Y LA EXEGESIS
DEL NUEVO TESTAMENTO
VALENCIA
19 8 5
ÍNDICE GENERAL
Pág.
Prólogo 15
Siglas y abreviaturas............................................................................................................. 19
Introducción: el método midrásico en la exégesis actual del Nuevo Testamento .. 21
PRIMERA PARTE:
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAISMO ANTIGUO
Pág
SEGUNDA PARTE:
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO
Pág
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PRÓLOGO
E ste libro es el resultado de casi cuatro años de estudio bajo la guía del
querido maestro Prof. Alejandro Diez Macho, hoy ya tristemente
desaparecido. Para su publicación he querido esperar el tiempo sufi
ciente para, de mi parte, madurar en lo posible el contenido, siendo
consciente también de que un tipo de libro como éste no puede darse
por concluido. De ahí que quede abierto a las sugerencias que sin duda
la crítica me irá aportando. Sí parece, sin embargo, que pueda ya
ofrecerse lo que a mi modo de ver constituye la teoría del método
derásico en su aplicación a la exégesis del Nuevo Testamento. Ello no
significa que no deba seguir completándose todavía. Por otra parte, la
aportación indudable de los métodos histórico-críticos parece llegar a
un cierto agotamiento al tiempo que algunas lagunas van recibiendo
una explicación más en sintonía con el medio natural en que nace el
Nuevo Testamento.
En la introducción que sigue indico el planteamiento fundamental
de la investigación actual del der᧠en su aplicación al ámbito del
Nuevo Testamento. El derák es hoy un término de moda en la
investigación bíblica por constituir uno de los campos más actuales y
avanzados en los estudios acerca de los orígenes del cristianismo en su
relación con el mundo judío. La investigación española en este área de
los estudios midrásicos y targúmicos ha supuesto, dentro del panorama
internacional de los estudios sobre la Biblia y judaismo, una aportación
absolutamente pionera y decisiva, por obra sobre todo de los descubri
mientos y trabajos del Prof. A. Diez Macho, auténtico creador e
impulsor de lo que hoy bien pudiera llamarse “escuela española de
targumistas y midrasistas”. Los nombres de M. Pérez Fernández, Diez
i í I í I i
16 EL MÉTODO MIDRÁSICO
TM Texto Masorético.
LXX Versión griega de los Setenta.
Tg Targum.
TgP Targum Palestinense.
PsJ Targum Pseudojonatán.
TgF Targum Fragmentario.
N Ms Neophyti I.
Onq Targum de Onqelos.
AT Antiguo Testamento.
NT Nuevo Testamento.
TB Talmud de Babilonia.
TJ Talmud de Jerusalén.
GnR Génesis Rabbá; Ex Rabbá..., etc.
TWNT Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament.
Revistas
E l m é t o d o m id r á s ic o e n l a ex ég esis a c t u a l d e l N u e v o T e s t a m e n t o
7 íd., Jewish Studies and the New Testament Interpretation, JJS 31 (1980) 1-17.
8 J. W. D oeve, Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, Assen 1953.
9 M. G ertner, Midrashim in the New Testament, JSS 7 (1962) 267-292.
10 A. D íez M acho, Deras y exégesis del Nuevo Testamento, Sefarad 35 (1975)
37-89.
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INTRODUCCIÓN
< r ~’ ( r* 25
i
un mundo de tradiciones y representaciones que le otorgan un carácter
polivalente y rico. Así, en efecto, se entiende mejor por qué la
redención cristiana fue expuesta por la haggadá cristiana como aconte
cimiento de rescate y expiación, instaurador de una Alianza Nueva,
basada en la propia sangre de Jesús, verdadero cordero pascual, cuya
inmolación sacrificial estaba prefigurada en el sacrificio de Isaac de Gn
22. Así también, la presentación de la redención cristiana como nueva
creación, nuevo éxodo, celebración del cumplimiento mesiánico...
Esto lleva al autor a concluir que la riqueza de expresión de la
redención cristiana tiene su preparación e ilustración en la tradición de
la gran Pascua judía.
La tesis de doctorado de J. P ó t i n , La Theophanie du Sinai et le don
de la Loi dans de la liturgie juive de la Jete de la Pentecóte, publicada
bajo el título: La Jete juive de la Pentecóte I-II, París 1971. Este trabajo
merece especial atención por cuanto supuso una decisiva aportación
en orden a comprender la formulación del Pentecostés cristiano (Hch 2)
a la luz de la celebración del Pentecostés judío. En efecto, a través del
prisma del calendario de lecturas y temas que se conmemoraban en
dicha fiesta de Sebu'ot, fiesta de las semanas, posteriormente llamada
Pentecostés o fiesta de la cincuentena (Tob 2,1; 2 M 12,31; Hch 2,1),
formularon los escritores del N.T. el Pentecostés cristiano como el don
de la nueva Ley, en el marco de la Nueva Alianza, constitutiva del
nuevo y definitivo Israel de Dios.
La tesis de J. L u z á r r a g a , Las tradiciones de la nube en la biblia y
en el judaismo primitivo (Analecta Bíblica 54), Roma 1973, permite
entender mejor el sentido de la presencia de la nube en tantas escenas
del N.T.: Transfiguración, sermón escatológico (Me 13 par), Ascen
sión...
La investigación de L. C . C r o c k e t t , The Oíd Testament in the
Gospel o f Luke; with Emphasis on the Interpretation oflsaiah 61,1-2,
Brown University, Ph. D. 1966. Después de la lectura de este trabajo, se
comprende mejor por qué el evangelista Lucas incluye la figura de
Elias en la homilía de Jesús en la sinagoga de Nazaret (Le 4,16-30)
donde se aplica a Jesús el texto de Is 61,1-2. A este propósito, la
tradición exegética judía había considerado el papel escatológico de
Elias a base de interpretarlo mediante la asociación de textos, entre
ellos Is 61,1-2 (no debe olvidarse que en 1lQMelch el texto de Is 61,1-2
es relacionado con la figura escatológica de Melquisedec). Este desarro-
í I i 1 í 1 I
26 EL MÉTODO MIDRÁSICO
lio midrásico hizo del retomo de Elias una vuelta para la reconcilia
ción, el perdón y la resurrección en parte explicada por el uso de Is
61,1-2, imagen que aparece en la visita de Jesús a la sinagoga de
Nazaret.
Las obras de D. M u ñ o z L e ó n , Dios-Palabra. Memrá en los Tar-
gum del Pentateuco, Madrid 1974, y Gloria de la Shekiná en los
Targumim del Pentateuco, Madrid 1977. En ellas el autor pone de
manifiesto el sentido teológico de los conceptos “Palabra” y “Gloria de
la Presencia”, en cuanto metonimias sustitutivas del nombre de Dios en
el judaismo con el fin de evitar antropomorfismos. A su vez, esta
investigación iluminará las presentaciones de Cristo en el N.T. como
Áóyog y 5ó£oc a través de la trasposición derásica de las diversas
funciones que dichas sustituciones desempeñaban en la tradición targú-
mica.
La tesis de M. P é r e z F e r n á n d e z , Tradiciones mesiánicas en el
Targum palestinense. Estudios exegéticos, Valencia-Jerusalén 1981. En
esta densa investigación se analizan detenidamente los textos del
Targum palestinense al Pentateuco que la tradición sinagogal interpre
taba como mesiánicos. Dichas tradiciones, que el autor muestra como
muy antiguas, son las que aplican los autores del N.T. a Jesús para
confesar y confirmar su mesianidad.
Un trabajo de la misma índole que el anterior es la tesis de A.
R o d r í g u e z C a r m o n a , Targum y resurrección. Estudio de los textos del
targum palestinense sobre la resurrección, Granada 1978. Aparte de la
conclusión de la antigüedad que muestran dichas tradiciones, ya impor
tante por sí misma, de este estudio se desprende la necesidad de conocer
dicha área de tradición judía para comprender muchos textos del N.T.
en tomo a la resurrección.
Recientemente se ha publicado la tesis de doctorado de G. Ma-
n e s c h g , Die Erzáhlung yon der ehernen Schlange (Num 21,4-9) in der
C a p ít u l o I
In t r o d u c c i ó n
13 1 Co 15, 3.4, cfr. T. Holtz, Zur Interpretador! des Alten Testaments im Neuen
Testament TLZ 99 (1974) 19-32; también J. Schreiner, E l mensaje neotestamentario y
la palabra de Dios en el Antiguo Testamento, en: J. Schreiner (Edit.), “Forma y
propósito del Nuevo Testamento”, Barcelona 1973, pp. 12-14; P.-M. Beaude, "... según
las Escrituras” (Cuadernos Bíblicos, 10), Estella (Navarra) 1979; Id., L'accomplissement
des Ecritures. Pour une histoire critique des systémes de répresentation du sens chrétien,
París 1980.
14 A. D íez M acho, Derás y exégesis del Nuevo Testamento, Sefarad 35 (1975) 41; cfr.
también S. M uñoz Iglesias, Midrás y evangelios de la infancia, EstE 47 (1972) 338.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 33
I. N a t u r a l e z a d e l a e x é g e sis d e r á s ic a
Midrás sobre la historia de les plagues, en: “Miscellanea Bíblica B. Ubach”, Montserrat
1953, pp. 97-114; íd., Midrás. “Enciclopedia de la Biblia”, V, 19692, 129-134. A este
respecto hay que señalar los artículos y oras de A. D iez M acho y R. Le D éaut que se
citarán a lo largo de este trabajo. Para el midrás rabínico nos remitimos de momento a la
obra clásica de L. Z unz , Die Gottesdienstlichen Vortráge der Juden. Ein Beitrag zur
Altertums¡cunde und biblischen kritik zur Literatur- und Religionsgeschichte, Hildesheim
1966 (= Frankfurt a. Main 1892). Otra bibliografía se citará oportunamente.
21 A. G. Wright, The Literary Genre Midrash, Staten Island 1967; aparecido con
anterioridad en forma de artículos: CBQ 28 (1966) 105-138; 415-457. A propósito de esta
obra se hace obligado citar la documentada respuesta en recensión a la misma, hecha
por R, Le D éaut, A propos d ’une définition du midrash, Bib 50 (1969) 395-413.
22 La exégesis derásica se puede aplicar a diversos géneros literarios. En el judaismo
farisáico: a) a géneros haggádicos como Targum; Homilías sinagogales; Midrásim Rabbot
y otros; textos litúrgicos de la sinagoga; b) géneros halákicos, como los Midrááim
halákicos: Mékilta (al Éxodo), Sifrá (al Levítico), Sifré (a Números y Deuteronomio),
como la M ñná (en la que la Ley suele ir sin texto bíblico); Tosefla, y en época más tardía
a los Talmudes.
También puede aplicarse a géneros literarios de los grupos apocalípticos y sectarios de
Qumrán, p.e. en géneros literarios pseudo-epígrafos, como el Testamento de los Doce
Patriarcas; en reelaboraciones de la Escritura como el Libro de los Jubileos (reelaboración
de Génesis y Éxodo); en textos históricos como partes de los Documentos Sadoquitas o el
M anual de disciplina; o en textos de visiones, sueños o profecías (peíarim de Qumrán);
textos litúrgicos como la Liturgia angélica de Qumrán; en los Himnos... etc.
23 A. D iez M acho, Deráí y exégesis del Nuevo Testamento, p. 37, nota 1.
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36 EL MÉTODO MIDRÁSICO
c .
2. Objetivos de la exégesis derásica
24 El p éia t era aquel sentido derás sobre el que todo el mundo estaba de acuerdo:
dabar íeha-seduquim modim bó “una cosa en la que convienen incluso los saduceos”,
cfr. TB Sanhedrin 33b; cfr. J. Faur, The Targumim and Halaka, JQR NS 66 (1975) p. 21 s.
25 Cfr. A. D íez M acho, E l Targum, p. 14 s.; íd., Derás y exégesis del Nuevo
Testamento, p. 38 s.; así también R. Loewe, The Plain Meaning o f Scripture in Early
Jewish Midrash, en: “Papers o f Institute o f Jewish Studies”, J. G. W eiss (Ed.), London
1964, pp. 140-185.
26 Este concepto de bat-qol puede verse en Strack-Billerbeck, Kommentar zum
Neuen Testament aus Talmud und Midrash, I, München 1922, p. 125 ss.; también
G. V ermes, Jesús el Judio, Barcelona 19732, pp. 93-109.
27 Entre otros pueden verse, G. V ermes, Midrásica (Tradición), “Enciclopedia de la
Biblia”, V, Barcelona 1969, el. 134 ss.; R. Bloch, Midrash, DBS, V, el. 1268 s,
28 Entre otros: Ch . T ouati, Rabbinique (Littérature), DBS, IX, 1979, el. 1019 ss.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 37
29 G. Vermes, Bible and Midrash. Early Oíd Teslament Exegesis, en: Id., Post-
Biblical Jewish Studies (Studies in Judaism in late Antiquity, VIII), Leiden 1975, pp.
59-91. 63ss. 80ss.
30 Cfr. G. V ermes, Haggadah in the Ongelos Targum, JSS 8 (1983) 159-169. 162.
31 Sifré a Nm 10,29.
32 Cfr. K. G. K uhn , npoaiíÁUTO?, TWNT, VI, pp. 727-745.
33 M. Ohana , Prosélytisme et Targum Palestinien: donnés nouvelles pour la datation
de Neophyti I, Bib 55 (1974) 317-332.
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38 EL MÉTODO MIDRÁSICO
39 Cfr. G. V ermes, Bible and Midrash. Early Oíd Testament Exegesis, a.c. nota 29, p.
69 ss.
40 A. D iez Macho, E l Targum, p. 81 ss.
40 EL MÉTODO MIDRÁSICO
41 Cfr. M. McN amara, The New Testament and the Palestinian Targum, Roma
1966, pp. 49-51. LXX también evita la mención del fuego y traduce en el sentido de no
dar hijos al culto de Arconte, es decir, del Faraón-dios: “Y no darás tu simiente para dar
culto al Arconte”, cfr. G. V ermes, Bible and Midrash Early Oíd Testament Exégesis, a.c.
nota 29, p. 74 s.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 41
47 TB Pesahim 66a.
48 Este es el parecer de A. D íez M acho, también Ch . A lbeck, Ha-halakhot weha-
dérashot, en: “A Marx Jubilee Volume”, 1950, p. 1 ss., citado en P. M erril, Targum,
Midrash and the Use o f the Oíd Testament in the New Testament, JSJ 2 (1971) p. 47, nota
2.
49 Los fariseos integraron en la Torá de Moisés la Ley oral, incluso la de origen no
escriturario. No todas las leyes de tradición oral podían ser justificadas directamente con
un texto de la Biblia: cfr. Z. H. chajes, The Student's Guide through the Talmud, New
York 19602, pp. 17-20. Sin embargo, se les dio la autoridad de la Ley escrita: eran leyes
orales recibidas por tradición desde Moisés que a su vez recibió de boca de Dios en el
Sinaí (hülakot Te-Mole mi-Sinai), cfr. TB Sukka 34a; Qiddusin 38b. A los fariseos bastaba
saber que la Biblia habla de tradición oral: Jr 17,21 s.; Ag 2,12s.; MI 3,10; N e 9,14.
Los sectarios de Qumrán, al no reconocer la autoridad del templo, deducían su hálaká
de la exégesis.
Los saduceos sólo otorgaban autoridad divina a la Ley escrita, aunque también tenían
su libro de decretos, pero no los vinculaban ni directa ni indirectamente con la Ley
escrita. Los qaraítas seguidores de ‘Anan ben David únicamente admitían, como los
saduceos, la Ley escrita.
50 Para un resumen de las diferentes clases de Ley oral y su vinculación con la Biblia:
Z. H. Chajes, The Student’s Guide through the Talmud, p. 111.
í r~ " r~ i " ' i" r
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 43
II. P r i n c i p i o s , p r o c e d i m i e n t o s y r e g l a s d e l a e x é g e s is d e r á s ic a
predilección por las analogías numéricas: así, las 123 veces que se
repite halleluya en los Salmos hallel, corresponden a los 123 años de
Aarón.77 Basta el mismo número, una palabra común, para relacionar
dos o más pasajes de la Biblia.
La analogía verbal desempeña un papel importante. Así, por analo
gía verbal se prueba que el amor y el odio subvierten el orden natural
de las cosas: “Pues Abraham (por amor) se levantó de mañana y
aparejó él el asno” (Gn 22,3), aunque tenía muchos esclavos -a quienes
correspondía hacerlo-. Asimismo, el odio, pues “Balaam se levantó de
mañana y aparejó el asno” (Nm 22,21) -para maldecir a los israelitas
por odio- aunque tenía muchos esclavos. El amor subvierte el orden
natural, pues: “José preparó su carro” (Gn 46,29); en el caso del Faraón
es el odio, pues (el Faraón, por odio) “preparó su carro” (Ex 14,6)
aunque tenía mucho esclavos.78
Una analogía privilegiada es la analogía ética: los exégetas destacan
la correspondencia entre conducta y retribución: Middá ké-néged
middá: “Con la misma medida con que midiereis seréis medidos” (por
Dios). Así, la mujer de Lot se convirtió en estatua de sal porque había
pecado por causa de la sal: fue a pedir sal a la gente de la ciudad para
contarles que habían llegado ángeles a su casa.79
El Mar de los Juncos se partió en dos por los méritos de Abraham
que había partido los leños del sacrificio de Isaac (Bérésit Rabbá 51,8).
Según el Libro de los Jubileos 4,31, Caín fue matado de una
pedrada porque mató a Abel con una piedra.
2 M conoce la analogía cualitativa o moral (castigo semejante al
pecado), pero ignora la analogía numeral. El libro de la Sabiduría desde
cap. 10 hace la analogía entre pecados y castigos de los egipcios:
adoraron animales, fueron castigados por animales: Sb 11,15-16.
En Qumrán se utiliza la analogía verbal (gezerá sawá).
91 Sifiré Nm 15,31.
92 En toda la literatura tannaita no aparece el termino pesat o pásut, sentido simple
(W. Bacher, Die exegetische Terminologie, I, p. 162, nota 3). Aunque había expresiones
en su exégesis que parece tenían cierta conciencia de un sentido obvio: K é-m ism a' tal
como suena; plérái, sentido claro; ké-kitaban, como está escrito; ’emet, la verdad (cfr. J.
Bonsirven, Exégése rabbinique et exégése paulinienne, p. 35).
93 Sabbat 63a; cfr. J. Bonsirven, id., p. 34 ss.
94 Sanhedrin 34 a.
I
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 55
100 Para una amplia exposición de las middot nos remitimos a H. L. Strack,
Einleitung in Talmud und Midrasch, pp. 96-108. Las 7 reglas de Hillel se encuentran en
pp. 96-99.
58 EL MÉTODO MIDRÁSICO
E x cursus I
T argum y D eraS
101 Ibíd., p. 99 s.
102 Ibíd., pp. 100-108.
103 Se pretende ofrecer aquí una bibliografía selectiva que, a su vez, se^ha tenido en
cuenta para elaborar esta síntesis. A. D iez M acho, El Targum, pp. 12-31; íd., Targum y
Nuevo Testamento, en “Mélanges Eugéne Tisserant, I: Ecriture Sainte-Ancient Orient”,
Cittá del Vaticano, 1964, pp. 153-185; íd., las introducciones a los diversos volúmenes de
la edición príncipe de Ms Neophyti I, de las que destacamos Targum palestinense y
hermenéutica, en: IV Números, Madrid 1972, pp. 51-69; íd., Targum en: “Enciclope
dia de la Biblia” VI, Barcelona 19692, el. 865-881; íd., E l Targum en la liturgia de la
Iglesia, “Apostolado Sacerdotal” 23 (1967) 33-39; íd., ¿Habla de la Virgen el Antiguo
Testamento?, “Madre y Maestra”, mayo 1979, pp. 15-17; R. Le D éaut, Targumic
Studies and New Testament Interpretation, BTB 4 (1974) 243-289; íd., Introduction á la
littérature targumique, Roma 1966; J. Bowker, The Targum and Rabbinic Literature. An
Introduction to Jewish Interpretations o f Scripture, Cambridge 1969, pp. 3-28. Una
bibliografía actualizada sobre el concepto y características del Targum se encuentra en M.
Pérez F ernández, Tradiciones mesiánicas en el Targum palestinense. Estudios exegéti-
cos, Valencia-Jerusalén 1981, p. 25, nota 1, y en las notas de las páginas que llevan por
título “el procedimiento targúmico”, pp. 25-30.
I . 1 I. I I I ..................... I ............. - (1
LA EXEGESIS DERASICA EN EL JUDAISMO ANTIGUO 59
Ex c u r su s II
C l a s i f i c a c i ó n g e n e r a l d e l “ m i d r á S”
la M is n á y el T a lm u d p a r a f ija m o s so la m e n te en e s t o s tre s a s p e c to s: m id r á s
se g ú n e l c o n te n id o , e n b a se a su e stru c tu r a (lite ra ria ) y se g ú n su p r e s e n ta c ió n
lite ra ria . L a s d is tin ta s “ e sp e c ie s” d e l g é n e ro e x e g é tic o d e r á s ic o la s r e u n im o s y
e n u n c ia m o s en e l E x c u r s u s IV .
U n a d iv isió n c lá s ic a en tre lo s tr a ta d ista s d el m id rá s e s la q u e se h a c e en b a se
a su c o n te n id o : M id rá 's h a lá k ic o , c u a n d o e l c o n te n id o e s le g a l, y h a g g á d ic o ,
c u a n d o e l c o n te n id o e s d e c u a lq u ie r o tro g é n e r o .110
P o ste r io rm e n te lo s ‘M id r á S im ’ se a g r u p a n n o r m a lm e n te en h o m ilé tic o s 111 y
e x e g é tic o s ,1'213te n ie n d o e n c u e n ta su d iv e rsa e stru c tu r a lite r a r ia . S u fu n d a m e n to
re sid e en e l d istin to “ S itz im L e b e n ” en q u e su rg e el M id rá S . L a le c tu r a d el
te x to b íb lic o , en la litu r g ia sin a g o g a l, p r o p o r c io n a b a la m a te r ia d e la h o m ilía
(d é rá é á ) su b sig u ie n te q u e c o n sistía en u n c o m e n ta rio h a g g á d ic o d e la E sc r itu r a
c o n fin e s d e in stru c c ió n y p a r é n e s is . E n e l b e t h a -m id r a s , la E s c r itu r a e ra o b je to
d e e s tu d io y e n s e ñ a n z a , c o n e l fin d e d e d u c ir u n a r e g la d e v id a o h á la k á (la
ju r isp ru d e n c ia ).
D e la é p o c a d e lo s T a n n a im (s. n d .C .) e x iste n lo s M id r á s im e x e g é tic o s
titu la d o s M é k i lt a (c o m e n ta rio a É x o d o a p a r tir d el c a p . 1 2 ); S ifrá (c o m e n ta rio a
L e v ític o ) y S ifré (c o m e n ta rio a N ú m e r o s y D e u te r o n o m io ). S u c o n te n id o e s en
su m a y o r p a r te h a lá k ic o , p e ro ta m p o c o fa lta la h a g g a d á .
E n la s é p o c a s sig u ie n te s se c o m p ila r o n o tro s M id r a S im h o m ilé tic o s y
e x e g é tic o s. E n tre lo s h o m ilé tic o s h a y q u e m e n c io n a r lo s lla m a d o s P é s iq ta d e
R a b K a h a n a y P é s iq ta R a b b a ti (h o m ilía s d e fe stiv o s y a lg u n o s sá b a d o s ), c u a tr o
d e lo s R a b b o t (h o m ilía s so b re É x o d o , L e v ític o , N ú m e r o s y D e u te r o n o m io );
T a n h u m a o Y é la m m e d e n u R a b b e n u (h o m ilía s so b re e l P e n ta te u c o ), y o tro s
m e n o s im p o rta n te s c o m o c o m o A g g a d a t B é r e s it (h o m ilía s so b re e l G é n e sis),
M id rá S H a s k e m (h o m ilía s so b re el É x o d o , L e v ític o y N ú m e r o s , sig u ie n d o el
c ic lo a n u a l d e le c tu ra s), P é s iq ta h a d a ta (h o m ilía s so b re la s p r in c ip a le s fe stiv id a
d es). E n tr e lo s e x e g é tic o s, lo s m á s im p o rta n te s so n B é r e s it R a b b a (c o m e n ta rio
a l G é n e s is ) y lo s re sta n te s R a b b o t (c o m e n ta rio a L a m e n ta c io n e s , C a n ta r , R u t,
E c le s iá stic o , E ste r).
A . G . W r ig h t , a ñ a d e a d e m á s el M id r á á n a r r a tiv o . 113 E n e ste te rc e r tip o d e
M id r á S se tr a ta d e u n a c o m p le ta r e le c tu r a d e la n a r r a c ió n b íb lic a , en la q u e el
m a te r ia l in te r p re ta tiv o e s in tro d u c id o d e n tro d e l te x to b íb lic o , fo r m a n d o c o n él
u n a n a r r a c ió n c o n tin u a d a : L ib r o d e lo s J u b ile o s, G é n e s is A p ó c rifo , A n tig ü e d a
d e s ju d a ic a s , e l L íb e r A n tiq u ita tu m b ib lic a r u m d e l P s e u d o filó n y o tro s M i-
d rá S im r a b ín ic o s.
M . G e r t n e r 114 d istin g u e , a d e m á s, d o s tip o s d e M id r á S en b a se a su d istin ta
p re se n ta c ió n lite ra ria : e l a b ie r to o v is ib le y e l e n c u b ie r to o in v isib le . E n el
p rim e ro , e l te x to b íb lic o es c ita d o e x p líc ita m e n te ; en el se g u n d o , en c a m b io , n o
Exc u r su s III
E x é g e s is e n Q u m r a n 115*
La secta
Por Qumrán entendemos los sectarios de Jirbet Qumrán y de todas
sus comunidades. Había, en efecto, comunidades dispersas por Palesti
na y aun fuera del ámbito de Palestina. Así, por ejemplo, los Documen
tos Sadoquitas pertenecen al grupo de sectarios de Damasco.
Dentro de la secta de Qumrán hubo cierta evolución, lo cual explica
discrepancias en sus actitudes respecto a ciertos temas. Sin embargo,
aparte de ser difícil definir con exactitud esta evolución, hay caracterís
ticas comunes a todo el grupo sectario. Es común el considerarse una
yahad o comunidad, una Alianza, la Nueva Alianza (CD 6,19; 8,21;
20,12), el resto fiel de Israel con el que se había renovado la Alianza, a
pesar de que la renovación definitiva quedaba aún en el futuro.
Se consideraban, por tanto, una comunidad escatológica que vivía
los últimas tiempos y, a pesar de que éstos no habían llegado todavía a
su fase final, participaban de sus beneficios. Al final de dicha época
escatológica vendrían los Mesías, uno o dos, según los documentos o la
época de la comunidad.
Los sectarios debían vivir en santidad como la comunidad del viejo
Israel ante el Pacto del Sinaí (Dt 33,2-5; Ex 19), una comunidad
hermanada en sus miembros, con vínculos estrechos de caridad como
los que unieron a Israel ante el Sinaí (lQSa 1,26).
Si ya los fariseos habían aplicado a sus miembros, y extendido al
resto del pueblo, ciertas prácticas de purificación propias del oficio de
los sacerdotes en el templo, los sectarios de Qumrán se consideraban
especialmente ligados a la pureza ritual de los sacerdotes, ya que eran
sacerdotes que se habían separado del templo (corrompido) de Jerusa-
lén.
115 Para este “Excursus” se ha tenido como libro base: D. Patte, Early Jewish
Hermeneutic in Palestine, 1975.
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68 EL MÉTODO MIDRÁSICO
7) 4Q Testimonia
4Q Test es un documento con varios textos proféticos mesiánicos:
Dt 5,28-29 y 18,18-19 (acerca de que Dios enviará un profeta como
Moisés, es decir, una figura de índole profética para los tiempos
escatológicos); Nm 24,15-17 (el oráculo de Balaam sobre la estrella de
Jacob y el cetro de Israel, es decir, profecía del Mesías sacerdotal), y Dt
33,8-11 (la bendición a Leví, es decir, la profecía del Mesías sacerdotal).
La parte final se refiere a maldiciones contra sus hombres y sus hijos,
basándose en una cita de un libro de Josué Apócrifo (que se refiere a los
enemigos de los sectarios qumranitas).
A través de 4Q Test aparece claro que los sectarios se acercaban a la
Biblia como fuente de profecías y esto no sólo por lo que respecta a
Profetas y Hagiógrafos, sino que también la propia Torá era utilizada
como fuente de profecía.125
8) 4Q Florilegio
4Q Fio es más que un conjunto de “testimonios” como quiere
Allegro, una serie de textos bíblicos seguidos de interpretación de tipo
péser: textos con interpretación valiéndose de otros textos bíblicos. Los
textos bíblicos llamados “testimonia” eran textos proféticos sin inter
pretación. ^
Los textos que se citan e interpretan son los siguientes: a) 2 S
7,10b-14a; interpretado con ayuda de Amos 9,11, como profecía de la
futura venida del Mesías davídico “que surgirá junto con el intérprete
de la Ley” (línea 11); b) Sal 1,1, introducido por la expresión “midrás”;
es interpretado mediante Is 8,11 y Ez 44,10; c) Sal 2,1, del que el mal
estado del manuscrito no nos ha legado los textos bíblicos usados como
prueba.
En el Florilegio se encuentra, por tanto, el estilo péser que ya
aparece en algunas partes de los Documentos Sadoquitas. 126
9) Los pesarim
Los pesarim son comentarios de Profetas o de Salmos considerados
como proféticos. Los pesarim representan lo más típico de la exégesis
de Qumrán.
Hay péser de Habacuc (lQpHa); de Isaías (4QpIs); de Miqueas
(4QMic) (1Q 14: fragmento de Miqueas); de Nahum (4QpNh); de
Oseas (4QpOs); del Salmo 37 (4QpPs 37); de Sofonías (lQpSof = 1Q
15), aparte del Florilegio y Testimonios que se han considerado.
Lo característico de los pésarim es que son comentarios seguidos a
todo un libro, no como en el caso del Florilegio en que sólo se comenta
un texto. Es peculiar también la aplicación de los textos proféticos a la
historia presente de la Comunidad Qumránica.
El nombre de péser se encuentra una vez en Qo 8,1. En los
capítulos 2,5 y 7 del libro de Daniel se encuentra, sin embargo, 30
veces como término arameo con vocalización hebrea. En Gn 40 y 41
aparece la raíz equivalente: ptr.
Péser significa, entre los sectarios, interpretar una visión o un
sueño. Al propio tiempo, basándose en Sifré a Nm 12,6: “Dios habló a
los Profetas, excepto a Moisés, en sueño y en visión”, estaban en la
creencia de que las profecías eran sueños o visiones de los profetas. De
ahí que los qumranitas aplicasen a la interpretación o comentario de
las profecías, de sus misterios (razin), el termino péser. Sin embargo,
para ellos la interpretación de las profecías no se refería al sentido
histórico que éstas tuvieron en tiempo del profeta, sino a los tiempos
escatológicos en los que ya vivía inmersa la Comunidad.
Por todo ello, la exégesis péser debía estar atenta a cualquier detalle
del texto, en razón de que en él todo era significativo, y, por tanto,
podía contener el secreto de la interpretación del sueño enigmático. No
se trata, sin embargo, de una exégesis alegórica.
Síntesis conclusiva
74 EL METODO MIDRASICO
E x c u r s u s IV
L a s d i s t i n t a s f o r m a s d e g é n e r o d e r á s ic o
Deráií alegórico-tipológico'29
128 Este elenco de las diversas formas de género derásico lo desarrollamos a sugerencia
del Dr. Alejandro Diez Macho.
129 Es preferible hablar de derás alegórico-tipológico por cuanto la distinción entre
alegoría y tipología es vaga y de origen moderno. Un modo de diferenciarlas es ver si su
contenido prescinde de la historia de la narrado o se basa en ella. En el primer caso se
trata de alegoría, en el segundo de tipología, cfr. F. Pastor, Alegoría o tipología en Gal
4,21-31, EstBíb 34 (1975) 113-119 (bibliografía).
130 H. de Lubac, "Typologia" et “allégorisme", RechSR 34 (1947) 180-226; íd., A
propos de l ’allégorie chrétienne, RechSR 47 (1959) 5-43.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO 75
131 L. A lonso Schokel, Importancia del Antiguo Testamento para los cristianos, en:
“Comentarios a la Constitución ‘Dei Verbum’ sobre la divina revelación” (BAC 284),
Madrid 1969, pp. 506-575, 547 y 516.
Como obra, ya clásica, dedicada a la interpretación tipológica del A.T. en el N.: L.
G oppelt, Typos: Die Typologische Deutung des Alten Testaments im Neuen, Gütersloh
1939 (= Darmstadt 1969), Goppelt afirma que se trata de una ‘perspectiva espiritual’ más
que de un sistema de interpretación, pp. 183, 243 s.; W. G. K ummel, ‘Schriftauslegung’,
RGG3 V, 1519, afirma que la interpretación tipológica es la actitud básica del cristianis
mo primitivo hacia el A.T.
La tipología de la Alianza responde a la convicción judía de que todas las acciones
redentoras de Dios se ajustan al modelo del éxodo: cfr. D. D aube, The Exodus Pattern in
the Bible, London 1963.
Sobre interpretación tipológica del A.T. en el Nuevo puede verse también: E. E. Ellis,
Prophecy end Hermeneutic, Tübingen 1978, pp. 165-169.
132 Cfr. J. A. Fitzmyer, 4Q Testimonia and the New Testamenl, TS 18 (1957)
513-537.
I
76 EL MÉTODO MIDRÁSICO
El derás targúmico-homilético
Cuanto se ha dicho en el Excursus I: Targum y Derás aclara
perfectamente esta forma de deráS.
El Targum, en tanto que traducción del sentido del hebreo al
arameo, busca hacer comprensible el texto a los oyentes. Para ello,
utiliza los procedimientos y técnicas de la exégesis derásica. De ahí, el
afirmar que el Targum es derásico.
La homilía o déráSá tenía, a su vez, como finalidad, el exhortar con
fines de edificación y parénesis. Iluminaba la realidad presente desde la
Escritura o buscaba un soporte bíblico a una enseñanza que trataba de
inculcar.134 Se nos han trasmitido en los Midrasim homiléticos.
133 A este respecto, cfr. la ya citada obra de J. M ann , The Bible as read and preached
in the Oíd Synagoge, I-II.
134 Cfr. A. D iez M acho, Targum, “Enciclopedia de la Biblia”, VI, 865-868.
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LA EXEGESIS DERASICA EN EL JUDAISMO ANTIGUO 77
Se trata del recurso al texto bíblico llevado a cabo por la “Ley oral”
o Hülaká, que gozaba en el judaismo, de línea farisaico-rabínica, de
idéntica autoridad que la “Ley escrita”.
En la Misná no aparece el texto bíblico del que se deduce o por el
que se justifica una hálaká.
Ya hemos tratado la cuestión de si la hálaká se deducía, desde un
principio, de la Biblia o procedía, por el contrario, de las decisiones de
la autoridad o del Bet-din, Sanhedrín. Es probable que coexistiesen ya
V , .
desde antiguo ambos procedimientos: exégesis deductiva y justificativa.
Es, sin embargo, cosa admitida por todos que, a partir de Hillel, la
hálaká se deducía, por exégesis, de la Biblia.
El derás péser135
135 Cfr. W. R. Brownlee, Biblical Interpretation among the S edan es o f the Dead Sea
Scrolls, BibArch 14 (1951) 54-76.
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78 EL MÉTODO MIDRÁSICO
140 Parece claro que tuvo que haber una línea de continuidad entre el método de
enseñanza, a partir de la Escritura, utilizado por Jesús, y el de las ‘escuelas’ y procedi
mientos que parecen estar a la base del N.T., cfr, el anexo final: El papel de la “escuela
midrásica'' en la configuración del Nuevo Testamento. Allí se recoge la bibliografía al
respecto, particularmente en sus notas 650 y 651.
141 Cfr. C. H. D odd , According to the Scripture. The Sub-Structure ofN ew Testament
Theology, London, 1952; íd., The Apostolic Preaching and its Developments, London,
1936 (trad. española: La predicación apostólica y sus desarrollos, Madrid, 1974).
84 EL MÉTODO MIDRÁSICO
142 A este respecto escribe G. V ermes, Jewish Studies and the New Testament
Interpretation, JJS 31 (1980) p. 13: “Ya es obvio para muchos -¡Al menos en teoría!- que
ser experto en el trasfondo judío del Nuevo Testamento no es un extra optativo; que por
el contrario, sin tal condición es inconcebible una adecuada comprensión de las fuentes
cristianas”; cfr. también A. D iez M acho, Deras y exégesis del Nuevo Testamento, Sefarad
35 (1975) pp. 39-41.
143 La diferencia entre el derás rabínico y el cristiano es comentada así por X. León
D ufour, en la introducción a la edición francesa de la obra de C. H. D odd , According to
the Scriptures, 1952: Conformement aux Ecritures, París, 1968, p. 12: “Quelque chose
cependant différencie de fagon radicale leur antreprise de l’exégése juive. Ce qui est
premier pour les chrétiennes ce n’est pas le texte scripturaire mais Tévenement. S’il
recourent á I’Ecriture, ce n’est pas pour la commenter en fonction de leur époque; c’est
pour mieux comprendre les événement vécus pour eux. L’Ecriture n’est pas un but, mais
un moyen”; también P. G relot, La exégesis bíblica en el judaismo; La exégesis del
Nuevo Testamento, en Robert-F euillet, “Introducción a la Biblia”, Barcelona, 19703,
pp. 183-187 y 187-192 respectivamente.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 85
M o d e l o s d e r e c u r s o d e r á s ic o a l A.T.151
149 Así F. V ouga, Jésus et l ’A ncien Testament, LumiéreV 28 (1979) 55-71. 57s.
150 Cfr. A. Suhl , o.c. nota 144, p. 46 s.; 48; 50; 51...
151 F. Vouga , Jésus et l ’Ancien Testament, a.c. nota 149, propone cuatro modelos
según los cuales los textos del N.T. dan cuenta de la relación del cristianismo con su
antepasado, el judaismo. Primer modelo: la identidad, cuyo interés es subrayar la
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88 EL MÉTODO MIDRÁSICO
152 A este propósito, afirma R. Le D éaut, La Nuit Pascale, Roma, 1983, p. 201: “Les
traces de l’haggadah juive décelables dans le Nouveau Testament ont été transformés par
la Théologie chrétienne: il ne s’agit pas d’un répetition ni méme d’un simple prolonge-
ment, mais toujours d’“acomplissement”. Nous ne sommes plus ici d’ailleurs dans
l’haggadah morale comme chez les Juifs, mais dans l’haggadah typologique prope á la
perspective chrétienne”.
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90 EL MÉTODO MIDRÁSICO
153 Todos los ejemplos que aducimos pueden verse analizados en M. Pérez Fernán
dez, Tradiciones mesiánicas en el Targum palestinense, Valencia-Jerusalén, 1981.
154 Cfr. E. E. Ellis, Prophecy and Hérmeneutic in Early Christianity, Tübingen,
1978, p. 160 s.
155 He aquí los textos: Mt 1,22-23; 2,5b-6; 2,15b; 2,17-18; 2,23b; 3,3; 4,14-16; 8,17;
12,17-21; 13,14-15; 13,35; 21,4-5; 26,56; 27,9-10; cfr., sobre todo, K. Stendhal, The
School ofSt. Matthew, Uppsala, 1954.
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LA EXEGESIS DERASICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 91
Otros ejemplos:
2. Modelo inserción-sustitución
160 Entre otros: L. Goppelt, Typos. D ie Typologische Deutung des Alten Testaments
im Neuen, o.c. nota 157, pp. 127-144.
161 J. Potin, Le Féte juive de la Pentecóte, I, París, 1971, pp. 299-317.
162 Además de los comentarios a Jn, puede verse en particular: R. Bohrig, Der Wahre
Weinstock, München 1967, pp. 79-128; N. Lazure, Les valeurs morales de la théologie
joannique, París 1965, pp. 218, 221,225, 226, 227; M. L. Ramlot, Le nouveau comman-
dement de la nouvelle alliance, LumiéreV 44 (1959) 9-39.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 93
3. Modelo oposición/contraposición
170 Como obra más reciente sobre el particular nos remitimos a: J. Swetnam, Jesús
and Isaac. A Study o f the Epistle to the Hebrews in the Lighl o f the Aqedah (Analecta
Bíblica, 94), Roma 1981. En el cap. II: "The Aqedah. A Century o f Research in
perspective”, pp. 4-22, el autor ofrece una panorámica de la investigación de la 'Aqedá en
su relación con el N.T.
171 Cfr. D. D aube, The Exodus Pattern in the Bible, London 1963.
172 Una panorámica de la “Nueva Creación” en el N.T. como trasposición derásica del
A.T. puede verse en R. Le D éaut, La Nuit Ráscale, pp. 252-257.
Para S. Pablo: B. Rey, Creados en Cristo Jesús. La nueva creación según San Pablo,
Madrid 1968; A. del A gua P érez, Antropología teológica en San Pablo..., a.c. nota 151.
173 R. Bultmann, Das Evangelium des Johannes, Gottingen 196410, p. 167 nota 2.
174 J. Luzárraga, Presentación de Jesús a la luz del A. T. en el Evangelio de Juan,
EstE 51 (1976) 497-520. Para una síntesis de la fiesta de los Tabernáculos en Jn 7-8: M.
E. Boismard - A. Lamouille, L ’évangile de Jean, París 1977, pp. 23-24.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 95
175 D. D aube, The New Testament and Rabbinic Judaism, London 1956, pp. 55-62;
W. D. D avies, The Setting o fT h e Sermón on the Mount, Cambridge 1966, pp. 93-108.
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96 EL MÉTODO MIDRÁSICO
L a p r o c l a m a c ió n d e l c u m p l im ie n t o
176 Cfr., entre otros, V. T aylor, The Gospel According to St. Mark, London 1952,
19662, pp. 164-67; J. A lonso D íaz, Evangelio de San Marcos, e n: “La Sagrada Escritura:
98 EL MÉTODO MIDRÁSICO
Nuevo Testamento” I (BAC 207), Madrid 19642, p. 344 ss.; R. Pesch, Das Markus-
Evangelium, I Teil. Einleitung und Kommentar zu Kap 1, 1-8, 26 (HThKomNT II/1)
Freiburg-Basel-Wien 1976, pp. 100-108; K.-G. Reploh, Markus Lehrer der Gemeinde
(Stuttg Bibl. Monogr. 9), Stuttgart 1969, pp. 13-26; A. Kretzer, Die Herrschaft des
Himmels und die Sdhne des Reiches. Eine redaktionsgeschichtliche Untersuchung zum
BasileiabegrifF und Basileiaverstándnis im Matthausevagelium (Stuttg. Bibl. Monog. 10),
Stuttgart 1971, p. 81 ss.
177 Así J. Schlosser, Le Régne de Dieu dans les dits de Jésus. I, París 1980, pp.
91-126, con bibliografía exhaustiva en las notas.
178 Cfr. Strack-Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und
Midrash, I, pp. 172-184; O. Camponovo, Kdnigtum, Kónigsherrschaft und Reich Gottes
in den Frühjüdischen Schriften (Orbis Biblicus et Orientalis, 58), Freiburg-Gottingen
1984.
179 Strack-Billerbeck, I, pp. 162-172.
180 Cfr. R. Pesch, Das Markus Evangelium, I, p. 101; L. Cerfaux, La mission
apostolique des Douze et sa portée eschatologique, en: “Mélanges E. Tisserant”, I, Cittá
del Vaticano 1964, pp. 43-64.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 99
184 Ibíd., pp. 197-199. Sobre Is 61,1-2 en 1 lQMelch A. del A gua Pérez, El cumpli
miento del Reino de Dios en la misión de Jesús..., a.c. nota 181, pp. 276 y 283 s. En la
nota 28 del mismo trabajo, se ofrece el estado de la cuestión de los estudios en tomo a
llQM elch.
185 C. Perrot, La lecture de la Bible, o.c. nota 183, pp.197-199.
186 A. del A gua Pérez, E l cumplimiento del Reino de Dios en la misión de Jesús...,
a.c. nota 181, pp. 271 s. 289-291.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 101
187 Cfr. C. H. D odd , La predicación apostólica y sus desarrollos, Madrid 1974, p. 54:
“El tema del evangelio de Marcos no es simplemente la sucesión de acontecimientos que
culminaron en la crucifixión de Jesús. Es el tema del Kerygma como un todo... Me
describe su obra como ‘evangelio’ (Me 1,1) y esta palabra es un equivalente real de
kerygma”.
188 Así M. Black, An aramaic Approach to the Gospels and Acls, Oxford 19673, p. 98
s.; también, A. del A gua Pérez, El deras cristológico, Scripta Theologica 14 (1982)
203-217. 210s.
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102 EL MÉTODO MIDRÁSICO
E je m p l o s d e d e r á s s e g ú n el m o d e l o p r o m e s a - c u m p l im ie n t o
1. D e r á S e n l o s e v a n g e l io s d e l a i n f a n c i a (M t -L c )
189 Así, entre otros, G. Schrenk, ypá<pco, xtá, TWNT, I, p. 754; G. Reim, Studien
zum Alttestamentlichen Hintergrund des Johannesevangeliums, Cambridge 1974, p. 49 s.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 103
192 Así K. Stendahl, The School o f S. Mathew and its Use o f the O íd Testament,
Uppsala 1954, pp. 35, 183-202, 203-206.
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LA EXÉGES1S DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 105
203 Tal como se hizo notar en el Excursus IV: Exégesis en Qumrán, En 4QTest se
encuentra una cadena de textos mesiánicos: Dt 5,28-29; 18,18-19; Nm 24,15-17; Dt
33,8-11. Cfr. también CD VIII, 18-21: “La estrella es el intérprete de la Ley que vendrá a
Damasco, como está escrito; Avanza la estrella de Jacob, se alza el cetro de Israel. El cetro
es el cipe de toda la asamblea y cuando se presente aplastará a todos los hijos de Set”. El
oráculo de Balaam se ha adaptado al sistema mesiánico de Qumrán: la estrella es el
intérprete de la Ley... etc.
204 La relación de la tradición mesiánica de Nm, 24,17 con los textos mesiánicos del
Semah (Jr 23,5; Za 3,8; 6,12 LXX) se establece a través de analogía verbal: ávaxeLeí-
ávaroLfi.
205 Cfr. nota 200.
206 Targum Palestinense a Ex. 1,15: “El Faraón tuvo un sueño: sobre un platillo de
balanza estaba todo Egipto; sobre el otro estaba un tely (un cordero, un hijo). El platillo
del cordero inclinó de su lado el fiel de la balanza. Despertado el Faraón, llamó a los
adivinos a quienes contó el sueño. Janes y Jambres, jefes de los adivinos, dijeron al
Faraón: En la comunidad de Israel va a nacer un hijo (tely) cuya mano destruirá todo el
país de Egipto. Por esto el Faraón dio orden a las comadronas israelitas...”. Cfr. también
Fl. Josefo, Ant. II, 9,2 (cfr. A. D íez M acho, Derás y exégesis del N. T., p. 49).
207 Los tres tipos de textos: Ley: Nm 24,17; Profetas: Is 60,5-6; y Escritos: Sal 72,10,
utilizados por Mateo en esta haggadá, son comunes a la forma de los testimonios de
4QTest: Dt 5,28-29; 18,18-19; Nm 24,15-17 y Dt 33,8-11; recurren también a Jos 6,26
(líneas 22-23); Lm 2,4 y Sal 79,2 (línea 29). Sobre el carácter implícito de Is 60,6 y Sal
72,10 como cita de cumplimiento cfr. R. E. Brown, o.c., p. 186 s.; también A. D iez
M acho, Derás y exégesis del N. 71, p. 50 ss.
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LA EXEGESIS DERASICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 109
214 K. Stendahl, o.c., p. 101. Las tres citas de reflexión de esta sección se estudian
en R. E. Brown, o . c ., pp.223-229.
2,5 A. D íez M acho, Deras y. exégesis del N.T., p. 46. Detrás del relato de la
persecución de Jesús niño por Herodes se adivina la historia bíblica y derásica de Moisés,
cfr. el Targum Pseudojonatán a Ex 1,15 que hemos indicado en la nota 206.
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112 EL MÉTODO MIDRÁSICO
proyecta en los textos y tradición del A.T., el sentido nuevo que los
cristianos han experimentado a la luz de la revelación escatológica
experimentada en Cristo.
Estructura interna
220 Cfr. cuanto se ha dicho sobre este procedimiento derásico en el cap. 1 °, apartado:
Procedimientos de la exégesis derásica y en el Excursus IV: Las distintas formas de
género derásico.
221 Cfr. W. Bacher, Die exegetische Terminologie der jüdischen Tradition Literatur, I,
p. 125. Se trata de la 27.a middá (regla) de R. Ben José Ha-Gélili (cfr. H.-L. Strack,
Einleitung in Talmud und Midrasch, p. 107).
222 En la 2.a middá de R. Hillel (cfr. H.-L. Strack , o.c., p. 97).
223 Cfr. W. Bacher, Die exegetische Terminologie der jüdischen Tradition Literatur, I,
p. 46; J. Bonsirven, Exégése rabbinique et exégése paulinienne, p. 89 s.; J. W. D oeve,
Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, p. 66.
224 Cfr. S. Lieberman, Hellenism in Jewish Palestine, New York 1950, pp. 59-62.
225 S. Muñoz Iglesias, E l Evangelio de la Infancia en San Lucas y las infancias de los
héroes bíblicos, EstBíb 16 (1957) 329-364; Id., Los géneros literarios y la interpretación de
la Biblia, Madrid 1968, pp. 67-70; id., E l procedimiento literario del anuncio previo en la
Biblia, EstBíb 42 (1984) 21-70.
226 Cfr. S. M uñoz Iglesias, Estructura y Teología de Lucas /- //, EstBíb 17 (1958)
101-107; R. Laurentin, Structure et Théologie de Luc /- //, París 1957; R. E. Brown , El
Nacimiento del Mesías, o.c., pp. 253-259.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 1 15
I. Anunciaciones
a) Juan Bautista: 1,5-35
b) Jesús: 1,26-38
c) Conclusión: Visitación y Magníficat 1,39-56
II. Nacimientos
a) Juan Bautista: 1,57-80
b) Jesús: 2,1-21
c) Conclusión: presentación en el templo: 2,22-40
d) Final: hallazgo en el templo: 2,41-52.
227 Así, S. Muñoz Iglesias, E l Evangelio de la Infancia en San Lucas y las infancias
de los héroes bíblicos, a.c. nota 225, pp. 355-364.
228 Ibíd., pp. 334-352.
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116 EL MÉTODO MIDRÁSICO
rio” -donde se revela que por metonimia significa “el Santo” que
habita en el Santuario (=Maqom), es decir, Dios. Esto viene corrobora
do por la presentación de Juan Bautista como el profeta Elias (V 17) en
cumplimiento de la profecía de MI 3,23-24: “reconciliará a padres con
hijos, a hijos con padres ...”.231
A base, pues, del procedimiento derásico antológico y siguiendo la
técnica del paralelismo o imitación, Lucas presenta el anuncio de Juan
Bautista a través del esquema fundamental de los anuncios del A.T. El
esquema se completa con otros temas y rasgos veterotestamentarios. La
resultante es un verdadero mosaico de referencias bíblicas. Con ello, y a
partir de una tradición histórica básica del personaje, parece que la
pretensión del evangelista no es tanto contar la historia del personaje
cuanto presentar teológicamente la figura de Juan Bautista como
precursor del Mesías.
La concepción virginal
El relato lucano entraña, en opinión de algunos intérpretes, exégesis
derásica del texto de Is 7,14 (LXX). A diferencia, sin embargo, de
Mateo que lo cita explícitamente y lo aplica a la manera del péser, en
Lucas se recurriría al mismo texto a través del procedimiento derásico
de la alusión o rémez. En este sentido entienden dichos exegetas la
doble mención de la palabra ncxpBévoi;, Virgen, en V 27, para designar a
María, así como la fraseología de V 31: “concebirás y darás a luz un
hijo, y le pondrás de nombre ...”, eco de Is 7,14: “Mirad la virgen
concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá de nombre ...”. En este
mismo sentido estaría la afirmación de que José es de la “casa de
David” en V 27, en paralelismo con Is 7,13 que se dirige a la “casa de
231 Cfr. P. Scháfer, Die Vorstellung vom heiligen Geist in der rabbinischen Literatur,
München 1972, espec. pp. 135-139.
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118 EL MÉTODO MIDRÁSICO
232 Así A. V ógtle, Ojfene Fragen zur lukanischen Geburts- und Kindheitsgeschichte,
BibLeb 11 (1970) 51-67; H. Schürmann, Das Lukas-evangelium (HThKomNT, III/l),
Freiburg-Basel-Wien 1968, pp. 62-63; I.-H. M arshall, The Gospel ofLuke, Exeter 1979,
p. 64; G. Schneider, Das Evangelium nach Lukas (ÓkumTaschKomNT, 3/1), Gütersloh
1977, p. 48 ss.
233 Cfr. R. E. Brown, o.c., p. 319 s.
234 Los términos del oráculo de Natán (2 S 7) se reflejan también en los Salmos
relativos a la coronación y linaje del rey davídico: Sal 2,7b; 110,3; 89,4 ss.; cfr. 1 Cro
17,13; 22,10 y 28,6.
235 Como filiación divina se entendía la entronización del rey davídico en Sión. Así lo
muestran los textos indicados en la nota anterior. Para una síntesis del concepto y
aplicación del concepto ‘hijo de Dios’ en el A.T. puede verse M. H engel, E l Hijo de Dios,
Salamanca 1978, pp. 38-40.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 1 19
Por nuestra parte hemos tratado ampliamente este tema en A. del A gua Pérez,
Procedimiento derásico del Sal 2,7b en el Nuevo Testamento: “Tú eres mi hijo: yo te he
engendrado hoy", EstBíb 42 (1984) 391-414, espec. pp. 399-404 don de se estudia la
haggadá mesiánica de Sal 2,7 en el ámbito del A.T. y en el judaismo.
236 Cfr., entre otros, S. M uñoz Iglesias, Lucas 1,35b, EstBíb 27 (1968) 275-299. 293s.
237 Ibíd., p. 283 ss.
238 Como representante para muchos: L. Legrand, L ’arriére plan néotestamentarie de
Luc 1,35, RB 70 (1963) 162-192; también R. E. Brown, o.c., pp. 320-326.
239 J. D upont, "Filius meus es tu". L ’intérpretation de Ps 2,7 dans le Nouveau
Testament, RechSR 35 (1948) 522-543. Por lo que se refiere a los procedimientos
derásicos: A. del A gua Pérez, Procedimientos derásicos del Sal 2,7b en el N.T...., a.c.
nota 235, p. 404 ss.
240 Cfr. H. Schürmann, Lukasevangelium, I, p. 47 s.
241 Cfr. nota 231.
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120 EL MÉTODO MIDRÁSICO
242 Cfr. G. D alman, Die Worte Jesu, I, Leipzig 19302 (= Darmstadt 1965), p. 164; A.
M. Goldberg, Sitzend zur Rechten der Kraft. Zur Gottesbezeichnung Gebura in der
frühenrabbinischen Literatur, BZ 8 (1964) 284-293.
243 Cfr. A. Fitzmyer, The Gospel According to Luke I-IX (The Anchor Bible, 28),
New York 1982, p. 339 s., 350 s.
244 Cfr. J. Luzárraga, Las tradiciones de la nube en la Biblia y en el judaism o
primitivo, Roma 1973, espec. pp. 212 ss.
245 S. Lyonnet, Chaire Kecharitómené, Bib 20 (1939) 131-141; íd., Le récit de
l ’Annonciation et la Maternité Divine de la Sainte Vierge, Ami du Clergé 66 (1956) 33-48;
R. Laurentin, Structure et Théologie de Luc /-//, París 1957, pp. 148-161; P. Benoit,
L ’Annonciation, Assemblées du Seigneur 6 (1955) 313-316; A. D íez M acho, Deras y
exégesis del N, T., p. 60 s.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 121
Juan Jesús
Será grande ante el Señor Será grande
Estará lleno del Espíritu Santo El Espíritu Santo baja sobre
(Espíritu de profecía) María.
Elías-precursor El Mesías-Hijo de David-Hijo de
Dios.
Generación humana extraordina Concepción virginal.
ria.
1.2.1.3. Deras en el relato de la Visitación y Magníficat 1,39-56:
El primer díptico del evangelio de la infancia culmina con la visita
de María a Isabel. En el conjunto se dintinguen netamente el relato
mismo de la visitación, con la bendición de Isabel a María (1,39-45.56),
del canto del Magníficat (1,46-55). Sin embargo, todo el conjunto
presenta una misma técnica derásica en sintonía con lo precedente.
Estamos, de nuevo, ante un mosaico de referencias a lugares paralelos
del A.T.
Le 1 S 2,1-10 y otros
Proclama mi alma la grandeza del Mi corazón se regocija por el Se
Señor, se alegra mi espíritu en ñor, mi poder se exalta por Dios
Dios mi Salvador (V 46b-47) (1 S 2,1-2)
Porque se ha fijado en su humilde Señor de los ejércitos, si te fijas en
esclava (V 48a) la humillación de tu sierva ... (1 S
1,11; cfr. Gn 29,32; 4 Esd 9,45)
Pues, mira, desde ahora me felici ¡Qué felicidad! las mujeres me fe
tarán todas las generaciones (Y licitarán (Gn 30,13)
48b)
Su brazo interviene con fuerza El Señor da la pobreza y la rique
desbarata los planes de los arro za el Señor humilla y enaltece. El
gantes, derriba del trono a los po levanta del polvo al desvalido,
derosos y exalta a los humildes. alza de la basura al pobre, para
A los hambrientos los colma de hacer que se siente entre los prín
bienes y a los ricos los despide de cipes y que herede un trono glo
vacío (VV 51-53) rioso (1 S 2,7-8, cfr. Sal 89,11;
Eclo 10,14; Job 12,19; 1QM 14,
10,11; Ez 21,31; Sal 107,9).
Rebeca dio a luz a Esaú y Jacob. El estribillo de Y 80, que se repite con
algunas variantes en 2,40 y 2,52, tiene su paralelo más próximo en las
varias indicaciones del crecimiento de Samuel al servicio del templo: 1S
2,21: “En tanto, el joven Samuel iba creciendo en la presencia de
Yahveh”; 1 S3,19: “En tanto, Samuel creció y Yahveh estaba con él”;
1 S 2,26: “En cuanto al joven Samuel, iba creciendo y era grato
así a Yahveh como a los hombres” (cfr. también Gn 21,8 y Je
13,24-25).249
El cántico del Benedictus (Le 1,68-79) es también una pieza com
puesta según el procedimiento derásico antológico o estilo de mosaico.
Es un entramado de expresiones y reminiscencias que tienen eco en
otros lugares paralelos del A.T. y de la literatura intertestamentaria.
Como antecedente bíblico de los cánticos de la infancia, en lo que a
su método derásico de composición se refiere, cabe citar, sobre todo,
aquellos salmos que son composiciones antológicas a base de material
procedente de otros salmos: p.e. Sal 9-10; 25; 33; 34; 103; 111; 112;
119; 145 ...) en ellos se encuentran términos y giros de “formas
cúlticas” que reciben un nuevo significado distinto del “Sitz im Leben”
del culto.250 Así también el Benedictus es un auténtico centón de frases
e ideas veterotestamentarias.251
El himno celebra, en sus dos primeras estrofas: VV 68b-71 y 72-75,
el cumplimiento de la expectación mesiánica del A.T. Por lo que al
derás se refiere, hay que destacar que se trata del cumplimiento de una
promesa, proclamada por los profetas, hecha a David y a su casa, y de
un juramento hecho a Abraham (= Alianza) y a sus descendientes ...
Con ello, estamos ante el mismo tema que Mateo expresa por medio de
una genealogía (Mt 1,1). A partir de Abraham y David todo el A.T. es
leído derásicamente desde Cristo, el Mesías esperado.
En la tercera estrofa, YV 76-77, donde se cambia de perspectiva de
lo cumplido hacia lo que se va a realizar próximamente, se hace
referencia a Juan Bautista combinando Is 40,3 y MI 3,1.23 (cfr. Le 3,4;
7,23), como en Le 1,17.
267 Cfr. lo que se dice posteriormente del “signo de Jonás” en el apartado siguiente de
este segundo capítulo, al tratar del derás en los relatos de la pasión, muerte y resurrección
de Jesús.
268 Cfr. la exposición de R. E. Brown, o.c., pp, 482-484.
269 Ibíd., pp. 484-486.
270 Ibíd., pp. 486-488.
271 Fl. Josefo, Ant. II, 9,6; Filón, De Vita Mosys, 1,21 ss.
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LA EXEGESIS DERASICA EN EL NUEVO TESTAMENTO
2. D e r á S e n t o r n o a l a p a s i ó n , m u e r t e y r e s u r r e c c ió n d e C r is t o
Podrían aducirse otros textos como Le 22,22: “El Hijo del Hombre
se marcha según está determinado” (también Hch 2,23; 4,28; 10,42;
17,31), que aunque no es propiamente hablando una fórmula de
cumplimiento, no está lejos del “según las Escrituras”.278
289 Los textos de Jn 3,14s; 8,28 y 12,32-34, que contienen las tres predicciones de la
“elevación” de Jesús, sustituyen en el cuarto evangelio a las tres predicciones de la Pasión
en los sinópticos (Me 8,31; 9,31; 10,33 par) y son, al mismo tiempo, una profundización-
actualización de las mismas (cfr. cuanto se dice en el cap. 5, acerca del derás de las
palabras de Jesús en la tradición del N.T.); cfr, R. Schnackenbrurg, E l Evangelio según
San Juan, I, Barcelona 1980, p. 445 ss.
290 Esta exposición se basa en la tesis de H. M aneschg, Die Erzáhlung von der
ehernen Schlange (Num 21,49) in der Auslegung der frühen jüdischen Literatur. Eine
Traditionsgeschichtliche Studie, Frankfurt-Bem 1981. De esta obra hemos ofrecido una
emplia nota bibliográfica en: EstBíb 42 (1984) 203-206, haciendo hincapié en los
procedimientos derásicos.
1 1 i \ I \
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 13 7
Jn 3,14-15
Esta referencia a la serpiente de bronce se encuentra en la segunda
parte del diálogo de Jesús con Nicodemo (VV 11-21) en que se trata de
la aceptación del testimonio y de la revelación de Jesús que ha de tener
su punto culminante en su “elevación” en la cruz como Hijo del
Hombre. Más concretamente, los VV 14-15 pertenecen a la parte del
discurso en que Jesús se presenta como el único revelador del Padre. En
dicho contexto se habla de la necesidad de aceptar la revelación por la
fe a través de la imagen de “nacer de arriba”. En correspondencia con
dicho tema se dice que este Hijo del Hombre tiene que ser “elevado”
para que todo el que crea tenga “vida eterna”. Y para resaltar la
singularidad de este acontecimiento recurre el evangelista al episodio
del éxodo en que los israelitas, entregados a la muerte, son salvados de
297 Cfr., sobre todo, W. T hüssing, Die Erhohung und Verherrlichung Jesu im
Johannesevangelium, Münsteri.W. 19692.
298 Así E. D. Freed, Oíd Testament Quotations in the Gospel o f John, Leiden 1965, p.
114 s.; R. Schnackenburg , E l Evangelio según San Juan, III, p. 360.
En el TM, el pasaje citado de Za 12,10 dice: “Me contemplarán a mí al que han
traspasado”, referido a Yahveh o al traspasado como lugarteniente de Yahveh (cfr. F.
Buck , Zacarías, en: “La Sagrada Escritura”. Antiguo Testamento, VI (Profesores de la
Compañía de Jesús. BAC 323), Madrid 1971, pp. 506-550. 533-536).
299 A pesar de que la figura del traspasado de Za 12,10-14 permanezca en una
penumbra misteriosa (como el Siervo de Yahveh de Is 53), su sentido mesiánico aparece
tanto en el contexto general del deutero Zacarías (9-14) (cfr. C. Stuhlmueller, Zecha-
riah, en: “The Jerome Biblical Commentary”, I, pp. 394-398), como en el Targum
palestinense a Za 12,10. He aquí la haggadá targúmica: “Y haré morar sobre la casa de
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 141
Jn 8,28
“Cuando hayáis levantado (órocv úxi/óctete) al Hijo del Hombre,
entonces sabréis que Yo Soy...”. Se trata del segundo anuncio de la
“elevación” predicho por Jesús, a través de una alusión o rémez a la
serpiente de bronce, a que hace referencia el futuro “cuando hayáis
levantado...”,300 y, por el procedimiento del doble sentido, al Siervo de
Yahveh de Is 52,13.
Jn 12,32-34
Es la tercera predicción de la “elevación”.301 En ella se contiene
también ina alusión o rémez a la serpiente de bronce cuando el
305 Así J. Jeremías, La Última Cena. Palabras de Jesús, Madrid 1980, p. 86; R. Le
D éaut, La Nuit Pascale, p. 202; J. Bonnet, Le “midrash" de l ’évangile de Jean, p. 70.
De la antigüedad de la comparación de Jesús con el cordero pascual son testigos
numerosos textos del N.T.: 1 Co 15,7; 1 P 1,19; cfr. Ap 5,6.9.12; 12,11...
306 Así R. Le D éaut, La Nuit Pascale, p. 330, quien sostiene la fusión de ambos
motivos: el cordero y la protección de Dios sobre el justo preseguido de Sal 34,21, a la
manera del Siervo de Yahveh (Is 53). A este respecto comenta A. D iez M acho, Targum y
Nuevo Testamento, en: Mélanges Eugene Tisserant I, Cittá del Vaticano 1964, pp.
153-185: “Los círculos teológicos judíos del s. i de la Era cristiana habían asociado
‘Aqedá, Siervo de Yahveh y sacrificio del cordero pascual... " (p. 162).
I r * r.. í... í.... í r.. í . í í
144 EL MÉTODO MIDRÁSICO
317 P. Bonnard , Evangelio según San Mateo, Madrid 1976, p. 589 s.: “ Mateo... juega
con las dos lecturas que conocía, de Za 11,13, donde el texto hebreo alude tanto a un
tesoro como a un alfarero” .
318 R. H. G undry , o . c ., nota 315, p. 125.
319 J. W. D oeve, Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, p. 185 s.
320 P. Benoit , La morí de Judas, a.c. nota 309, p. 349: “Ce sont plutót les fatis que,
cette fois, ont commandé l’utilisation contoum ée des textes...” .
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 149
Dema’ Hch 1,19) parece, por tanto, poder interpretarse como un
nombre puesto por los cristianos a este lugar. La topografía de Jerusalén
vendría a corroborarlo. Sería el propio nombre de “campo de sangre”
lo que habría sugerido a Mateo el recurso al A.T. para dar soporte
bíblico al deras toponímico cristiano que, según el evangelista, explica
ba el nombre del lugar en función de la sangre de Cristo, con cuyo
precio, fruto de la traición de Judas, había sido adquirido.321
2.5. Recurso derásico a la expresión del A.T. “al tercer día’’ como
signo de la acción salvadora de Dios en la resurrección de Cristo
De la misma forma que el derás del N.T. recurrió a la figura del
Siervo de Yahveh, al Salmo 22 ... etc., para buscar una explicación
teológica a la contradicción que suponía para la mentalidad judía un
Mesías sufriente, también para el hecho de que Jesús estuviera tres días
en el sepulcro y al tercero resucitara, encontró el N.T. un paralelismo
con una tradición veterotestamentaria que había resaltado las acciones
salvíficas de Dios cuya peculiaridad era el haber sido realizadas “al
tercer día”. Los diversos textos del kerygma en que el N.T. utilizó la
fórmula “resucitó al tercer día (según las Escrituras)”, hay que exami
narlos a la luz de ese contexto amplio de textos del A.T. que tienen en
común la señal de la actuación salvadora de Dios llevada a efecto al
tercer día. 322 Por ello, no puede limitarse el estudio del trasfondo
veterotestamentario a Os 6,2 sino prestar atención al conjunto. En
dicho contexto, debe ser considerado también el signo de Jonás de que
se hace eco el N.T.
321 Ibíd., p. 358: “II est bien plus simple et plus plausible de le recevoir tel qu’on nous
le donne, comme un nom imposé á ce lieu par les premiers chrétiens de Jérusalem, et qui
authentique de fagon puissante l’historicité substantielle de tout ce dram e de Judas”.
Sin embargo, hace notar P. Benoit en la misma pág. nota 4: “Sans qu’il soit possible
de choisir avec süreté entre les deux étimologies difíerentes qui en sont données. Au reste,
on doit observer que celle de M t (sang de Jésus) est parfaitement claire, tandis que celles
des Actes (sang de Judas) n ’est qu’implicite et peu assurés. Les exégétes la concluent du
texte, mais il n’est pas évident que Luc, ou sa tradition, l’ait eue en vue” .
322 Para este planteamiento, recientemente: W. L. Craig, The Historicity o f the Empty
Tomb o f Jesús, NTS 31 (1985) 39-67. 44s. Otra bibliografía: G. D elling, fipépoc, TW NT,
II, pp. 945-956. 951-953 ; F. N otscher, Zur Auferstehung nach drei Tagen, Bib 35 (1954)
313-319; J. D upont, Ressucité “le troisiéme jo u r’\ Bib 40 (1959) 742-761; F. M ildenber-
ger, Auferstanden am dritten Tage nach der Schrifi, EvT 23 (1963) 265-280; J. Schmitt,
Résurrection de Jésus, DBS, X, el. 487-582. 504-508.
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150 EL MÉTODO MIDRÁSICO
- “Al tercer día ... etc. (Gn 22,4). Está escrito, después de
dos días él nos hará revivir, al tercer día nos levantará para que
podamos vivir en su presencia (Os 6,2). Es decir, al tercer día
de los antepasados tribales: Y José les dijo al tercer día: haced
esto y viviréis (Gn 42,18); al tercer día de la revelación: al
tercer día por la mañana (Ex 19,16); al tercer día de los espías:
y quedaréis allí escondidos tres días (Jos 2,16); al tercer día de
Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días con sus tres
noches (Jon 2,1); al tercer día de su retomo del exilio: y
descansamos allí tres días (Esd 8,32); al tercer día de la
resurrección: después de dos días él nos hará revivir al tercer
día no levantará (Os 6,2); al tercer día de Ester: al tercer día,
Ester se puso sus vestidos de reina (Est 5,1)”. 323 (Ver también
textos paralelos en GnR 91, a propósito del comentario a Gn
42,18 y EstR 9,2 como comentario derásico de Est 5,1).
- EstR 9,2 comienza el comentario de Est 5,1 con estas
palabras: “Nunca Israel fue dejado en su desgracia más de tres
días”.
GnR 56,1 y par. Son tres las perícopas del N.T. en que se menciona el
signo de Jonás: Mt 12,38-42 en cuyo versículo 40 se cita explícitamen
te Jon 2,1; Le 11,29-32, que procede de la misma fuente que el texto ya
citado de Mateo y Mt 16,1-4 (hay también un derás oculto de Jon 1 en
la perícopa de la tempestad calmada en Me 4,35-41 y par).325
El episodio en que se recurre al signo de Jonás de Mt 12,38-42, lo
ha relacionado el evangelista con la respuesta de Jesús a quienes le
acusan de expulsar los demonios con el poder de Beelzebul (Mt
12,22-37) y le piden un signo (V 38; Le 11,29; Me 8,11) que les permita
creer que actúa con el poder de Dios. En dicho contexto tiene lugar el
recurso al signo de Jonás que conecta con el relato, a través de la
técnica derásica de analogía verbal, por medio de la palabra aripeíov
(signo).
Por otra parte, el procedimiento derásico por el que se comparan la
muerte y resurrección de Cristo con el signo de Jonás es el paralelismo,
o correspondencia de los hechos. A los tres días que Jonás (“tipo”)
estuvo en el vientre del pez y su liberación por orden de Dios al tercer
día, corresponden la estacia de Jesús (“antitipo”) en el sepulcro y su
resurrección al tercer día. Así lo muestran claramente las partículas
“como... así también” (oóoTiep-oÜTog) de V 40 (Le 11,30).
Ya se dijo, a propósito de la cita de Sal 22,2 en Me 15,34 par Mt
27,46, que es usual en el judaismo hacer referencia a un salmo o un
libro completo citando solamente las palabras del comienzo. Con ello,
la cita incluye el sentido último y total del Salmo o libro citado. Este
parece ser el caso del texto que nos ocupa. En efecto, la cita de Jon 2,1
en Mt 12,40: “Jonás estuvo en el vientre del pez tres dias y tres noches”,
330 Además de los comentarios a la perícopa: H. E. T ódt , o . c . , nota 324, pp. 48-50.
194-197.
331 A. D iez M acho, D e r a s y e x é g e s is d e l N . T., p. 71 s.
332 Cfr. M. Pérez Fernández, T r a d ic io n e s m e s iá n ic a s e n e l T a r g u m P a le s tin e n s e , pp.
109-111.
154 EL MÉTODO MIDRÁSICO
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3¿.tí'EL DERÁS CRISTOLÓGICO333
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Recurso al A. T. para presentar la persona y la obra de Cristo
333 Entre las categorías más importantes que el N.T. heredó del A .T. se encuentran,
sin duda, las cristológicas. Cristo se presentó y fue, después, proclamado por los discípulos
a base de conceptos mesiánicos que tenían tras de sí una larga historia en el A.T. Pero al
mismo tiempo la aplicación y trasposición de dichas concepciones y representaciones
mesiánicas a Jesús se verificó a través de los procedimientos y técnicas peculiares de la
herm enéutica derásica, aspecto que, a veces, no se tiene todavía en cuenta. Este es el
planteam iento que ya hemos iniciado en otros estudios: A. del A gua Pérez, El derás
cristológico, Scripta Theologica 14 (1982) 203-207; íd., Derás cristológico del Salmo 110
en el N.T., en: “ Simposio Bíblico Español” (Salamanca 1982), M adrid, 1984, 637-662;
íd., Procedimientos derásicos del Sal 2,7b en el Nuevo Testamento: “Tú eres m i hijo, yo
te he engendrado hoy", EstBíb 42 (1984) 391-414; íd., D eráí cristológico en el relato
tucano de la entrada de Jesús en Jerusalén, “ Palabra y Vida” . Homenaje a José A. Díaz,
M adrid, 1984, pp. 177-188. Nuestra intención es introducir en el estudio de la cristología
del N .T. la hermenéutica derásica en la que configura el kerygma cristológico y sus
desarrollos. Con ello pretendemos hacer una aportación al conocimiento de la epistemo
logía propia del N.T.
334 La cristología subyacente a la aplicación a Jesús de textos que al A.T. aplicaba
exclusivamente a Yahveh la hemos iniciado en el estudio citado en prim er término en la
nota anterior con el título El deráí cristológico.
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335 Cfr. para este planteamiento G. Segalla, L uso del ’A ntico Testamento nel Nuovo:
possibile base per una nuova Teología Bíblica?, RiBi 32 (1984) 161-174. 167.
336 En estas páginas no pretendemos abordar el estudio completo de la trasposición
derásica de todos los títulos cristológicos del A.T. a Jesús, sino, más bien, introducir la
metodología derásica en la interpretación de los mismos. Por ello, algunos como el de
“Profeta escatológico” (Dt 18,15) (cfr. M. Pérez Fernández, Tradiciones mesiánicas en
el Targum Palestinense, p. 183 s.), o “ Rabbi” (cfr. R. H. Fuller, Fundamentos de la
cristología neotestamentaria, Madrid, 1979, p. 61 s.) no son tratados en este estudio.
337 Allí se estudia, sobre todo, el procedimiento derásico mediante el que se trasponen
a Jesús nombres de Dios en el A.T.: Kúptoi;, ’Eyá eipi.
338 Aunque Jesús mismo no utilizara el término “ Mesías” para designarse a sí mismo,
los autores del N.T. se sirvieron ampliamente de todas las tradiciones veterotestamenta-
rias referentes al Mesías davídico para interpretar la persona de Jesús.
156 EL MÉTODO MIDRÁSICO
343 Cfr. L. D iez M erino, Targum de Salmos. Edición príncipe del Ms. VillaAmil n. 5
de Alfonso de Zamora, Madrid 1982, p. 334 s. donde el editor destaca “el Mesías” como
uno de los principales temas haggádicos del Targum de Salmos.
344 W. G. Braude, The Midrash on Psalms, I, New Haven, 1959, p. 40 s.
345 Strack-B illerbeck, IV: "Der 110 Psalm in der Altrabbinischen Literatur", pp.
452-465, espec. 458-460.
346 Ibíd., p. 457.
I
al Sal 8,7b: “todo la sometiste bajo tus pies”; a su vez, unos se refieren
al sometimiento futuro (1 Co 15,24-28; Hb 1,3.13; 10,11-13) y, otros, al
sometimiento ya presente logrado por la resurrección de Cristo (Ef
1,20-22 y 1 P 3,22); finalmente, Sal 110,1 se encuentra citado en un
pasaje en tomo a la filiación davídica del Mesías (Me 12,35-37; Mt
22,41-46; Le 20,41-44).357
La profecía clásica del mesianismo real, 2 S 7, se encuentra citada,
en Le l,32s.35; Hch 2,30; Hb 1,5, y aludida en Hch 13,17ss y Rm
1,3-4.
Del Sal 2 se encuentran citas en Hch 13,33; 4,25s; Hb 1,5; 5,5 y
una alusión en el relato del Bautismo de Jesús: Me 1,11 par.
A continuación se estudian los procedimientos derásicos por los que
la haggadá neotestamentaria aplicó las tradiciones mesiánicas subya
centes a dichos textos a los distintos capítulos de la cristología. He aquí
algunos ejemplos:
Hch 2,14-36
La exégesis contemporánea ha reconocido la presencia de la exégesis
derásica en los discursos kerigmáticos de Hch 2 y 13.358 Dicha tesis
puede también corroborarse en el resto de los discursos. En efecto, Hch
2,14-36, discurso de Pedro el día de Pentecostés, es un derás homilético
que sirve de explicación al relato de la venida del Espíritu Santo el día
de Pentecostés (Hch 2,1-13).359 Veamos la construcción de todo el
relato y la función que desempeñan en él las citas de Sal 110,1 y 2 S 7.
Hch 13,17-41
En Hch 13 de encuentra .también una aplicación derásica de 2 S 7 y
Sal 2,7b a la resurrección de Cristo. El discurso de Pablo en la sinagoga
de Antioquía de Pisidia ha sido clasificado también literariamente
como un deras homilético péser implícito, 366 fundado sobre la profecía
de 2 S 7 y en el que se trata de exponer, partiendo de la resurrección,
2S7 Hch 13
V 11b ájiayyE7,sí V 23 énayyeXíav
V 32 EÚayyE7,tCópE0a
£7tayye7Áav
V 38 xaTocyyéA.£Toa
V 12 XOl|!T10f¡Gq V 36 Exorn-TÍSú
V 12b ávacmíaco V 33 ávaaif|Gag
V 34 ávécrrnaEV
Y 12c Gxéppa V 23a CT7téppaT0g
V 14a pot sig uióv V 33b uióg poo eí aú
V 15a éXeóg pou V 34b xá ooia AautS
(TM hasdi) (TM hasedey)
Y 16a ntOTCOOlíCTEXai V 34b id TtlCTlá
acontecimiento por el que Jesús era confirmado por Dios como Mesías,
hijo de Dios.
Rm 1,3-4
En Rm 1,3-4 se encuentra también un ejemplo de cuanto venimos
diciendo. Ello viene a corroborar que, en el libro de los Hechos,
Lucas cuenta con elementos de una cristología prelucana (cfr. Le
l,32s.35).
Hch 4,23-31
En Hch 4,25-28, dentro del marco de la oración de la comunidad
ante la persecución (Hch 4,23-31), se halla una cita explícita del Sal
2,1-2 a la que acompaña su aplicación péser referida a las personas y
grupos que llevan a cabo la pasión y muerte de Cristo:371372
371 Cfr. M.-B oismard, "Constitué Fils de Dieu (Rm 1,4)", RB 60 (1953) 5-17. El autor
sostiene que el título de “Hijo de Dios” tiene en el texto una significación mesiánica (p.
14). En este mismo sentido, cfr. tam bién B.M.F. van Iersel, ‘Der Sohn’ in den
synoptischen Jesusworten. (Supplements to Novum Testam entum , 3), Leiden 1964, pp.
71-72; E. Schweizer, The Concept o f the Davidic 'Son o f G od’ in Acts and its Oíd
Testament Background, en: “ Studies in Luke-Acts” , L. E. Keck.-J. L. M artin (Edits),
Nashville 1966, pp. 186-193. 186-187.
372 Cfr. J. W. D oeve, Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, p. 173;
M. R ese, o.c., pp. 94-97; G. Schneider, Die Apostelgeschichte. 1 Teil, p. 358 s.; A.
W eiser, Die Apostelgeschichte. Kap. 1-12, p. 133 ss.
r~ r r~ n I í
Hb 1,5-14
En el exordio de la carta a los Hebreos el autor da cuenta de la tesis
fundamental que va a sostener a lo largo de su escrito pastoral, a saber,
el Nombre de Hijo de Dios que Jesús posee y que le hace superior a los
ángeles (Hb 1,1-4). Para él, el termino uióg abarca desde la preexisten
cia, en virtud de la cual le atribuye la creación de los mundos (V 2),
pasando por su encamación y muerte redentora, hasta su exaltación por
la resurrección (V 3).374
designación divina Ziw ’lqar (resplandor de la Gloria divina); cfr. Sb 7,26, así como tras
X apaxrfiP tfí? Ú7to0rácj£ü)i; puede recordarse la designación de la Sabiduría “ hipostasia-
da” como “imagen de Dios” (Sb 7,26).
375 A, del A gua P érez, E l derás cristológico, a.c. nota 333, pp. 207-210.
374 íd., Procedimientos derásicos del Sal 2,7b en el Nuevo Testamento..., a.c. nota 333,
pp. 410-412.
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172 EL MÉTODO MIDRÁSICO
Una cita del Sal 110,1 en una cuestión acerca de la filiación davídica
del Mesías: Me 12,35-37 par Mt 22,41-46; Le 20,41-44
El pasaje se inicia con una pregunta a primera vista enigmática:
“¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David?” (Me 12,35).
Se trata, a nuestro entender, de una cuestión (escolástica) en búsqueda
de sentido nuevo en tomo a la filiación davídica del Mesías y, por
consiguiente, acerca de la índole del mesianismo, tal como era concebi
do en la mente de los interlocutores (los escribas). Dicha pregunta
presenta el cariz de un procedimiento derásico, a saber, el poner lo
afirmativo en interrogativo (cfr. lo dicho a propósito de Mt 2,6) para
obtener sentido nuevo (derásico). En el texto que consideramos, la
respuesta viene dada por recurso a Sal 110,1 que aparece citado
completo (Me 12,36 par). Ahora bien, el relato introduce una evidente
trasposición del sentido histórico del Salido. En efecto, las palabras que
en estilo cortesano dirigía el salmista ar|jpy en su entronización, son
palabras que ahora dirige David al Mesías (Jesús): “David mismo dijo,
movido por el Espíritu Santo...”. El relato prosigue y culmina sacando
la conclusión de la trasposición efectuada en el Salmo. Para ello,
avanzando sobre la pregunta inicial que se interesaba por la filiación
davídica del Mesías en general, el relato plantea otra pregunta-búsqueda:
“El mismo David le llama Señor; ¿Cómo entonces puede ser hijo suyo?”
(V 37). Dicha pregunta constituye un argumento qal wahomer (“a
fortiori”, “a minori ad maius”; 1.a de las reglas de Hillel),377 por el que
377 Otros ejemplos de argumento qal wahomer: M t 7,11; “si vosotros, siendo malos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos
dará cosas buenas a los que se las pidan” ; M t 10,25: “ ...Si al dueño de la casa le han
llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!; Le 12,28: “ Pues si a la hierba que hoy
está en el campo y m añana se echa al hom o, Dios así la viste, ¡cuánto más a vosotros,
hombres de poca fe!; Rm 11,12: “ Y si su caída [de Israel] ha sido una riqueza para el
mundo, y su mengua, riqueza para los gentiles ¡qué no será su plenitud!”; cfr. también Rm
11,24; Hb 9,14; 10,29.
Jn. 10,34-36: “Jesús les respondió: “ ¿No está escrito en la Ley: Yo he dicho dioses sois?
(Sal 82,6). Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios -y no puede
fallar la E scritura- a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al m undo, ¿cómo le
decís que blasfema por haber dicho: ‘Yo soy Hijo de Dios'?", el argumento es claro: si a
ellos los llama dioses... cuánto más al Hijo...
Otro ejemplo de esta argumentación derásica es Mt 12,1-8, las espigas arrancadas en
sábado. Jesús resuelve la dificultad que le ponen los fariseos de que sus discípulos
quebrantan la hülaká del sábado arrancando y comiendo espigas, argum entando por
recurso a un caso similar (procedimiento de gézerá Sawá) y a través del argumento qal
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 173
wahomer. En efecto, si David rompió la halaká del templo cuando sintió hambre,
comiendo de los panes de la Presencia que no le era lícito comer, cuánto más puede
romperse la halaká del sábado que es menos estricta, en caso de necesidad. Ambos casos
son similares porque, aunque la infracción de la halaká no sea la misma en el caso de
David que en el de los discípulos, en ambos casos se trata de asunto de comida. Al mismo
tiempo, en el V 5 se refuerza la argumentación con otro caso similar: el de los sacerdotes
que aún en día de sábado han de sacrificar los corderos para el tamid, la ofrenda diaria,
trasgrediendo tam bién la hálaká del sábado. Si, pues en ambos casos es lícito quebrantar
la hálaká: “yo os digo que aquí hay algo mayor que el Templo” (V 6). Y finaliza el
argumento por recurso a Os 6,6: "Misericordia quiero que no sacrificio”. Jesús no niega
la hálaká del sábadp sino simplemente dice que como Hijo del Hombre puede rom per la
hálaká en ciertos casos y que, para él, la razón de la misericordia es suficiente (J. W.
D oeve, Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, pp. 105-107).
Otro tipo de argumentación derásica se encuentra en Mt 22,32, cuando algunos
saduceos niegan la posibilidad de la resurrección de los muertos y Jesús les remite a Ex
3,6: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” . Y concluye: “No
es un Dios de muertos, sino de vivos” , Para saber, sin embargo, de qué tipo de
argumentación se trata habría que saber si la última frase es un teorema o la conclusión.
En el prim er caso sería: -y o soy el Dios de Abraham... etc.-, dado que Dios, no es Dios
de muertos... A braham no puede morir. Se trataría de una aplicación del principio
rabínico: “no hay antes ni después en la T orá” . Si, por el contrario, la frase “Dios no es
un Dios de muertos...” es una conclusión, el argumento sería: el tiem po de Ex 3,6 tiene
que ser el presente porque no dice “Yo fui el Dios de Abraham ...” Por lo que Jesús lo
aplicaría al m om ento presente en que estaba hablando (J. W. D oeve, o.c., p, 106).
378 A. del A gua Pérez, Derás cristológico del Sal 110 en el Nuevo Testamento, a.c.
nota 333, p. 656 s.
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174 EL MÉTODO MIDRÁSICO
La idea central para el tema que nos ocupa es que el remedio contra
la mordedura de la serpiente se dará en el tiempo del Rey Mesías. De
ahí que su aplicación en el derás cristiano tenga el carácter de
proclamación del cumplimiento mesiánico en Cristo. Para ello, el autor
de Ap desarrolla en el cap. 12 un derás haggádico péser de carácter
implícito a partir de dicha tradición mesiánica.
Las referencias de Ap 12 a dicha tradición mesiánica, y concreta
mente a TgP Gn 3,14-15 son claras. En ambos textos se trata de la
lucha del dragón o “serpiente antigua” (V 9) contra la mujer y su
descendencia. Sin embargo, la haggadá cristiana de Ap 12 presenta, en
relación a la haggadá targúmica, claros rasgos diferenciales. La descen
dencia de la Mujer (antitipo de Eva) tiene en el texto de Ap dos
significados: el Mesías: “La Mujer dio a luz un hijo Varón, el que ha de
regir a todas las naciones con cetro de hierro [Sal 2,9; cfr. SalSa 17,24];
y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono” (V 5), y “el resto
de la descendencia de la Mujer, los que guardan los mandamientos de
Dios y mantienen el testimonio de Jesús” (V 17), referencia clara a Tg
Gn 3,15. Se trata, por tanto, del procedimiento derásico tarté misma'
(doble sentido) aplicado a la descendencia de la mujer. La razón de la
descendencia individualizada, el Mesías, que muchos autores niegan en
el texto targúmico,381 se fundamenta en que en el texto hebreo de Gn se
habla de la descendencia de la mujer como de una persona del género
masculino: “él” (hü’; aútóq LXX). La descendencia colectiva -ya
indicada en el texto hebreo- Ap 12 la toma -tal como hemos dicho- de
TgP Gn 3,15 en donde aquella se ha interpretado derásicamente como
“los que guardan los mandamientos de la Ley”.
Una ampliación haggádica del verbo “acechar” (de Gn) es la
escenificación del dragón al acecho de la Mujer que va a dar a luz (V
4b).
La interpretación derásica de la Mujer (de Gn) se efectúa, al parecer,
también por medio del procedimiento derásico del doble sentido. En
sentido individual, la Mujer sería María, la madre del Mesías.382 En
sentido colectivo, la Mujer representaría, por alegoría, a la Iglesia,
nuevo Israel, o Israel de Dios (¿simbolizado en la diadema de las doce
383 M. Pérez Fernández, o.c., p. 88: “El autor del Apocalipsis se inspira en la lucha
primordial anunciada en Gn 3,15, relee en ella la experiencia del Pueblo de dios en el
Éxodo e ilumina la condición presente de la Iglesia de Cristo”.
384 Entre los autores que han estudiado la relación de la tradición mesiánica que se
remonta al oráculo de Judá en Gn 49-10-11 y Za 9,9 se encuentran: J. Blenkinsopp, The
Oracle o f Judah and the Messianic Entry (Gen 49, 8-12; Zac 9,9; Me 11,1-6 par.), JBL 80
(1961) 55-64; H.-W. Kuhn , Das Reittier Jesu in der Einzugsgeschichte des Markus
evangeliums, ZNW 50 (1959) 82-91; M. Pérez Fernández, o.c., pp. 130-133.
385 M. Pérez Fernández, o.c., p. 127 ss.
386 Ibíd., p. 128; R. le D éaut, Targum du Pentateuque. I. Genése, París 1978, p. 437
nota 19.
I I
\
Miraba yo en la visión de la nochfyy he aquí que con las nubes
del cielo venía uno como un hijo a$jhombre, que vino hasta el
anciano de días y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue
dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran; su dominio, es dominio eterno,
que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
389 Entre la bibliografía más reciente en tomo a la figura del Hijo del Hombre cabe
destacar: G. V ermes, Jesús el judio, Barcelona 1977, pp. 171-202 (ed. original: Jesús the
Jew, London 1973; R. Pesch-R. Schnackenburg (Edits.), Jesús und der Menschensohn.
Für A. Vogtle, Freiburg-Basel-Wien 1975; M. Casey, Son ofM an. The Interpretation and
Influence ofD aniel 7, London 1979; B. Lindars, Jesús Son ofM an. A fresh examination
of the Son ofM an Sayings in the Gospels, London 1983; C. Coppens, L e Fils d ’homme
vétero- et intertestamentaire, Leuven 1982; íd., Le Fils de l ’homme néotestamentaire,
Leuven 1981.
390 La escuela de la historia de las religiones buscó el origen del “Hijo del Hombre” en
el mito oriental gnóstico del hombre celeste (Reitzenstein, Bousset, G ressmann). La
escuela de Upsala lo ha derivado de la misma raíz que el concepto de “Mesías”, a saber,
del mito oriental y de los ritos de la monarquía sagrada (cfr. R. H. Fuller, Fundamentos
de la Cristología Neotestamentaria, o.c., pp. 42-54).
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 179
ría una característica del lenguaje de Jesús que utilizaría la técnica del
péser para autodesignarse: interpretación escatológica de una tradición
mesiánica aplicada a sí mismo. De este modo, Jesús consideraría
cumplida en sí mismo la tipología del Hijo del Hombre.
Sin embargo, la cuestión no ha sido tan fácilmente aceptada por la
crítica. En efecto, los críticos más radicales han llegado a negar hasta
que Jesús hubiera utilizado un sola vez dicho título. Otra crítica, menos
radical, ha admitido alguna mención del Hijo del Hombre salida de
labios de Jesús, en cambio, no admite que Jesús se identificara con
él.395
La crítica, ya antes de R. Bultmann, había elencado las sentencias
del Hijo del Hombre de los evangelios en tres grupos distintos: los logia
referentes al Hijo del hombre terrestre que ha de padecer; los del Hijo
del Hombre terrestre no paciente y los deLHijo del Hombre en relación
con la “parusía”.396
Los textos más utilizados por los críticas para afirmar que Jesús se
distingue a sí mismo del Hijo del Hombre son aquellos que contienen
logia del Hijo del Hombre futuro y particularmente: Me 8,38 y Le 12,8
(Q interpretado en su par Mt 10,32). Me 8,38: “Quien se avergüence de
mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también
el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga a la gloria de su
Padre con los ángeles santos”. Le 12,8s: “Yo os digo: por todo el que se
declare por mí ante los hombres, también el Hijo del Hombre se
declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante
de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios”. Estos dos
logia manifestarían la distinción entre Jesús y el Hijo del Hombre
porque Jesús, para referirse al Hijo del Hombre, utiliza la tercera
persona al igual que en otros tipos de logia.
403 Así, K. Stendahl, The School o f St. Matthew, pp. 67-69; tam bién M. R ese,
Alttestamentliche Motive in der Christologie des Lukas, p. 173; en contra, T. H oltz ,
Untersuchungen über alttestamentliche Zitate bei Lukas, Berlín 1968, p. 161 s.
404 El texto más antiguo para la interpretación mesiánica de una expresión de la
piedra, la ofrece probablemente la añadidura érc’ <J)
ocút a Is 28,16 (LXX): ó tucfteúcov érc’
aúnp ou jj.fi xataioxouGfj de A (Alejandrino) y que falta en B (Vaticano). Así Rm 9,33;
10,11; 1P 2,6. Para el Targum la piedra es el Rey-Mesías: “He aquí que establezco en
Sión un Rey, un Rey potente ...".
405 J. Jeremías, MGog, TWNT, IV, p. 277 ss.; R. V icent, Derash homilético en
Romanos 9-11, Salesianum 42 (1980) 751-788. “Pablo a pesar de unir las dos citas
distingue claramente los dos sentidos de piedra: el sentido negativo (Is 8,14 piedra de
tropiezo) lo aplica a los judíos que no aceptan el evangelio; el sentido positivo (Is 28,16
piedra escogida, cimiento) lo aplica a los que creen en Cristo” (p. 766).
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184 EL MÉTODO MIDRÁSICO
406 Cfr. R. le D éaut, La Nuit Pascale, p. 203 s. y nota 189 donde el autor recuerda
que el término áy<x7tTytó<; tiene en el A.T. una especie de sensus technicus designando
siempre que traduce al hebreo yahid, un hijo único enviado a la muerte. De ahí que el
recuerdo de la 'Aqedá de Isaac no deba estar ausente del relato de la parábola.
407 Cfr. M. Black, The Christological Use o f the Oíd Testament in the New Testa-
ment, a.c., p. 12.
408 Cfr. C. H. D odd , Secondo le Scritture, pp. 92-100.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 185
409 Para un planteamiento de la problemática en tomo a la figura del Siervo, cfr. p.e.
F. M ichaeli, Siervo, en: “Vocabulario Bíblico”, J.-J. von A llmen, Madrid 1973, pp.
319-520.
‘"° Sobre el deráS intrabíblico operado en los cantos para dar sentido a la figura del
Siervo se expresa así A. D iez Macho, E l Mesías anunciado y esperado, Madrid 1976,
p. 40: “N o se sabe con mínima certeza qué figura histórica amaga la denominación
“Siervo de Yahveh”. Como en Is 44,1 y 42,18-19 se llama a Israel Siervo de Yahveh, hay
quienes pretenden interpretar estos cánticos en sentido colectivo: Israel que sufre por
salvar a los hombres. Pero no es aceptable tal interpretación, porque Israel no fue
inocente como el Siervo. Los dos parajes de referencia no son más que una aplicación a
Israel, que sufre y es perseguido, de esa figura individual inidentificable a que se refieren
constantemente los cánticos: es un caso de derash practicado en los mismos cánticos”.
í ¡ ' i í r' r~ r " r ‘ í í
186 EL MÉTODO MIDRÁSICO
será exaltado, crecerá, se hará muy poderoso”. Todos los rasgos que son
coherentes con esta imagen se aplican al Mesías. Sin embargo, las
imágenes de sufrimiento se aplican a la comunidad de Israel en
continuidad con la interpretación colectiva del canto ya clásica en el
judaismo precristiano.420
A pesar de que el judaismo no llegara a identificar nunca al Mesías,
hijo de David, con el Siervo de Yahveh sufriente, los círculos teológicos
judíos del s. i de la era cristiana ya habían asociado, por otro capítulo,
‘Aqedá (sacrificio de Isaac), Siervo de Yahveh y sacrificio del Cordero
Pascual. En efecto, la ‘Aqedá -que se conmemoraba cada año en la
fiesta de Pascua como un sacrificio redentor en razón de los méritos de
Abraham pero, sobre todo, de los méritos de Isaac que ofreció volunta
riamente su vida como un cordero (cfr. Is 53,7)- para llegar a adquirir
sentido expiatorio fue necesario que conectara con los temas del Siervo
sufriente. Probablemente esto aconteciéi$,( al leerse el cuarto canto
como haftará profética que acompañaba a la lectura de la ley (séder) en
tomo al sacrificio de Isaac en la tradición sinagogal. Esta consideración
será de gran importancia al tratar, en el siguiente capítulo, la presenta
ción de la obra redentora de Cristo como una Pascua, a base de la
trasposición derásica de los diversos componentes ideológicos de la
Pascua judía a la persona y obra de Cristo.421
422 Cfr. P. G relot, o.c., p. 161 s.; J. Jeremías, La Última Cena. Palabras de Jesús,
Madrid 1980, pp. 193-198.
423 J. Jeremías, o.c., p. 221: “el núcleo común de los relatos nos ha conservado un
recuerdo fundamentalmente fidedigno de las palabras de Jesús en la última cena”.
424 Cfr. P. G relot, o.c., pp. 158-161.
r. r' " r r c~~ \ r r
190 EL MÉTODO MIDRÁSICO
429 Cfr. M. R ese, Alttestamentliche Motive in der Christologie des Lukas, pp. 111-113;
P. G relot, o.c., p. 171.
430 Cfr. M. R ese, o.c., pp. 97-104; P. G relot, o.c., pp. 172-174.
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en mí esto que está escrito: ha sido contado entre los malhechores” (Le
22,37). La pasión de Jesús, que comienza seguidamente, se intepreta
como cumplimiento de la Escritura por medio del recurso al Siervo. La
muerte de Jesús, en paralelismo derásico con la del Siervo, se asemeja a
la de un malhechor. De ahí la aplicación directa péser que Jesús hace
del texto a sí mismo: “... es necesario que se cumpla en mí esto que está
escrito”.
Dado que algunos manuscritos citan en Me 15,28 el texto de Is
53,12, a propósito de la crucifixión de Jesús entre los dos ladrones,
algunos autores consideran que la aplicación péser se refiere a dicho
episodio concreto de la pasión. Sin embargo, la tradición textual, a este
respecto, no es segura.431
434 Cfr. J. O’R ourke, John’s Fulfilment Texis, ScEcl 19 (1967) 433-443; R. Schnac-
kengurg , E l Evangelio según San Juan, II, Barcelona 1980, pp. 508-516; R. E. Brown,
El evangelio según Juan, I-XII, Madrid 1979, pp. 749-753.
435 Según Jn 8,56 Abraham vio también de antemano el día de Jesús.
436 Cfr. Jn 1,14; 11,40; 12,41; 17,24.
437 C. H. D odd , Interpretación del Cuarto Evangelio, Madrid 1978, p. 213 s.; R.
Schnackenburg, El Evangelio según San Juan, II, pp. 508-516; R. E. Brown, El
Evangelio según Juan, I-XII, pp. 749-753.
I
«
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 195
440 Los motivos veterotestamentarios del relato, los analiza F. Lentzen-D eis, en el
cap. IV de la obra citada, pp. 97-193.
441 D. D aube, The New Testament and Rabbinic Judaism, London 1956, p. 11 s.
442 Así p.e. A. Feuillet, Le Baptéme de Jésus d'aprés l'Evangile selon Saint Marc
(1,9-11), CBQ 21 (1959) 468-490; íd., Le symbolisme de la colombe dans ler récits
évangeliques du Baptéme, RSR 46 (1958) 524-544; P. Benoit-M. E. Boismard, Synopsis
de los cuatro evangelios, Desclée/Bilbao 1977, p. 71 s.
443 Así R. Pesch, Das Markus-Evangelium, I, Teil (HThKomNT. II/l) Freiburg-
Basel-Wien 1976, p. 90.
444 Ibíd.
i c~ - í ! r
Santo con el Mesías: Así SalSl 17,42; 1 Hen 49,3; 62,2; llQMelch 18;
TgJ Is 11,2 y 42,1; TestLv 18,6s y Test Jud 24,2s (estos dos últimos
textos considerados frecuentemente como interpolaciones cristianas). ,,
El descenso del Espíritu sobre Jesús supone, de una parte, el regreso
del Espíritu extinguido con el ocaso de la profecía en el A.T. -que
según la tradición rabínica445 había de volver en la era escatológica- y,
de otra, el don del Espíritu reservado singularmente al Mesías, el
heraldo de los últimos tiempos (cfr. Le 4,18; Hch 10,38).
La expresión “como una paloma” es metafórica, en correspondencia
con el estilo apocalípticao que da tonalidad al relato. Su función es la
de comparar la bajada del Espíritu, que viene y permanece sobre Jesús,
con una paloma; cbg es, en efecto, la partícula comparativa específica
del estilo apocalíptico. Sin embargo, el significado preciso de la
paloma, como símbolo del Espíritu, ha sido objeto de gran debate, hasta
el punto de na haberse impuesto ninguna de las propuestas al efecto.446
Sobre la base de un trasfondo veterotestamentario, algunos han visto la
semejanza del Espíritu con un ave que vuela sobre las aguas del
abismo en el relato de la creación (Gn 1,2). Otra opinión se ha
inclinado por una analogía con la paloma soltada por Noé después del
diluvio (Gn 8,8). También se ha propuesto la semejanza con el águila a
que es comparado Yahveh en Dt 32,11.
Probablemente, en la comparación del descenso del Espíritu con
una paloma haya que ver una referencia al descenso de la Sekiná, la
divina Presencia, sin ver necesariamente en ello el recurso a un símbolo
que la tradición del A.T. hubiese normalizado para referirse al Espíritu
o a la Sekiná. Seguidamente apuntamos las razones sobre las que
creemos poder apoyar esta opinión.
Espíritu Santo y Sekiná se relacionan entre sí. De hecho ambos son
metonimias de designación divina en la tradición targúmica. Precisa
mente el texto de Is 61,1, aplicado por la tradición al Mesías dice: “el
Espíritu del Señor Yahveh está sobre mí...”. La propia tradición
rabínica, que veía en la Sekiná y en el Espíritu Santo los dos distintivos
que diferenciaban a Israel de los demás pueblos, 447 hace depender la
445 Cfr. P. Schafer, Die Vorstellung vom heiligen Geist in der Rabbinischen Literatur,
München 1972, pp. 112-115; también J. Jeremías, Teología del Nuevo Testamento. I.,
Salamanca 1974, p. 68 ss.
446 Cfr. L. E. Keck, The Spirit and the Dove, NTS 17 (1970-71) 41-67.
447 P. SCHAFER, O .C ., p. 75.
í í ■'■ f. i f
198 EL MÉTODO MIDRÁSICO
454 Así J. E. Wood, Isaac Typology in the New Testament, NTS 14 (1967-68)
583-589; G. V ermes, Scripture and Tradition in Judaism, Leiden 1961, p. 194 ss.; R. le
D éaut, La Nuit Pascale, p. 203 s.
455 Esta es la interpretación más común. Para una discusión completa del texto de Is
42,1 y sus citas en el N.T. cfr. K. Stendahl, The School o f St. Matthew, pp. 107-115.
r .. r " í~ í í~ " r ~ ¡ r™ r
la bendición del Dios Altísimo por ayuda del cual pudo el patriarca
obtener la victoria. Abraham, a su vez, corresponde a dicha iniciativa
dándole el diezmo que implica un reconocimiento de superioridad y
supremacía.457
3.4.1.2. UQMelch
En 11 QMelch se encuentra un midras péser que presenta a Melqui
sedec como una figura escatológica relevante: es el Mesías sacerdotal,
que en Qumrán antecede en importancia al Mesías davídico. Posible
mente integra la figura del Mesías davídico en razón de que aparece
como rey.459
La exposición la desarrolla el péser aplicando a la figura mesiánica
de Melquisedec tres citas bíblicas: de la Ley, Lv 25,13; Dt 15,2; de los
profetas, Is 52,7 y de los escritos, Sal 82,1-2 y 7,8-9. En cada caso el
comentario interpretativo es llevado a cabo a través de Is 61,1-2, texto
que no es citado nunca explícitamente sino sólo por medio de alusio-
457 G. von Rad, El libro del Génesis, Salamanca 1977, pp. 218-221; P.-M. G uillau-
me, Abraham et Melkisédek, Assemblées du Seigneur 32 (1971) 48-54.
458 H.-J. Kraus, Psalmen (Bibl. Komm. A.T., XV/2), Neukirchen 1961, pp. 752-754;
A. G onzález, E l libro de los Salmos, Barcelona 19662, p. 500; M. D elcor, Melchizedek
fron Génesis to the Qumran Texis and the Epistle to the Hebrews, JSJ 2 (1972) 133 ss.
459 A. S. van der Woude, Melchisedek ais himmlische Erlosergestalt in der neugefun-
denen eschatologischen Midrashim aus Qumran Hohle, Oudtestamentische Studien 14
(1965) 354-373;J. T. M ilik, "Milki-Resa' dans les anciens écrits juifs et chrétiens” I, JJS
23 (1972) 96.126; M. de Jonge.-A. S. van der Woude, lIQM elchisedek and the New
Testament, NTS 12 (1966) 301-326; A. D iez M acho, M s Neophyti I, IV Números,
Introducción, p. 59* ss.
í ~ r r
460 P. M iller, The function o fls 61,1-2 in HQMelchizedech, JBL 88 (1969) 467-469.
461 Y. Y adin , A Note on Melchizedech and Qumran, IEJ 15 (1965) 152-154.
462 J. T. M ilik, a.c., p. 119.
463 R. le D éaut, Le titre de "Summus Sacerdos” donnée a Melchisedech est-il
d'origine juive?, RechSR 50 (1962) 222-229; para el estudio de Melquisedec en el Targum,
r I I i f
204 EL MÉTODO MIDRÁSICO
c) El diezmo
El motivo del diezmo es utilizado también en la exposición haggádi-
ca para presentar la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el de
Aarón. Según Hb 7,2.4 -basándose en Gn 14,20- Abraham pagó a
Melquisedec el diezmo de todo. De ello se deduce derásicamente el
autor que el sacerdocio de Melquisedec es superior al de Leví, descen
diente de Aarón. Efectivamente, aunque Leví percibe los diezmos del
pueblo, sin embargo, al ser descendiente de Abraham también pagó el
diezmo a Melquisedec “pues [Leví] estaba en las entrañas de su padre
[Abraham] cuando Melquisedec le salió qil encuentro” (V 10). Si pagó el
diezmo es que es inferior. Por otra parto, a pesar de que los hijos de
Leví reciban el diezmo, no dejan de ser horidbres mortales, mientras que
Melquisedec es “uno de quien se da testimonio que vive” (V 8) pues su
sacerdocio es eterno. Esta es la grandeza de Melquisedec que le
convierte, por deráS, en la gran prefiguración de Cristo.
A p é n d ic e
467 G. Segalla, L ’u s o dell’Antico Testamento nel Nuovo: possibile base per una nuova
Teología Bíblica?, RiBi 32 (1984) 162-174. 167.
i ¡ ' " i ........ f r » r ..... í i
del A.T.468 De ahí que una señal de este modelo de derás sea que a las
diversas trasposiciones veterotestamentarias les acompañe, en ocasio
nes, algún adjetivo como: “nuevo”, “verdadero”, “superior”, “mejor”
... Se trata, en todo caso, de realidades que ya habían tenido una
consistencia en el ámbito del A.T. y que vienen a ser sustituidas por
otras con las que guardan una relación de índole derásico-tipológica. A
diferencia de este modelo de inserción-sustitución, el de promesa-
cumplimiento, considerado anteriormente, aplicaba al N.T. no realida
des que habían tenido ya consistencia en el ámbito del A.T. sino textos
y tipos que en el propio A.T. hacían referencia o simplemente prefigu
raban los tiempos mesiánicos.
Los ejemplos que vamos a considerar a continuación están com
prendidos en dos capítulos principales: el derás eclesiológico y el derás
cristológico en cuyo ámbito aparece también el derás antropológico que
interpreta al hombre redimido por Cristo dábase de categorías del A.T.
E je m p l o s d e d e r á S s e g ü n el m o d e l o in s e r c i ó n - s u s t i t u c i ó n
1. E l d e r á S e c l e sio l ó g ic o
469 L. G oppelt, Typos. Die typologische Deutung des Alten Testaments im Neuen,
Gütersloh 1939 (= Darmstadt 1981), p. 127 s.
470 Ibíd., pp. 127-152.
471 Cfr. C. D. D odd , Secondo le Scritture, pp. 35-39.
472 Ibíd., pp. 77-92.
I í
473 Cfr. L. G oppelt, Typos, pp. 127-131; J.-J. von A llmen, Números, en: “Vocabula
rio Bíblico”, J.-J. von A llmen (Edit.), Madrid 1973, pp. 237-240. 238; Doce, en:
“Diccionario de la Biblia”, H. H aag.-A. van den Born .-S. de A usejo (Edits.), Barcelona
1981, el. 491 s.; TWNT, II, pp. 321-328; A. Mederbielle, Apostolat, DBS, I, el. 540-44.
474 Sobre este tipo de procedimiento derásico, cfr. A. D iez Macho, D erái y exégesis
delN .T ., pp. 84-87.
475 G. Schneider, Die Apostelgeschichte. 1 Teil (HThKomzNT, V /l), Freiburg-Basel-
Wien 1980, pp. 215-221, bibliog. p. 221 s.; A. W eiser, Die Apostelgeschichte, Kapitel
1-12 (ÓKumTaschKomzNT, 5/1), Gütersloh-Würzburg 1981, pp. 62-72, bibliog. p. 63.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 213
476 Nos remitimos a J. Jeremías, La Última Cena. Palabras de Jesús, Madrid 1980,
pp. 42-64.
477 Ibíd., pp. 113-148.
478 Cfr. L. G oppelt, o.c., pp. 131-139.
479 R. le D éaut, La Nuit Pascale. Essai sur la signification de la Pague juive á partir
du Targum d ’Exode XII, 42, Roma 1963.
f í
451 J. Potin, La Jete juive de la Pentecóte, I-II, Paris 1971; también J. D upont, La
premiére Pentecóte chrétienne, en: “Assemblées du Seigneur” 51 (1963) 39-62; R. le
D éaut, Pentecóte et tradition juive, en: “Assemblées du Seigneur” 51 (1963) 22-38; M.
D elcor, Pentecóte (Féte de la), DBS, VII, el 858-879; G. Schneider, Die Apostelges-
chichte, 1 Teil, pp. 239-256, bibliog., p. 239 s.
492 J. Potin, o.c., p. 301 s.
493 Ibíd.
494 Ibíd., p. 302.
f i r r r r í * r* r
218 EL MÉTODO MIDRÁSICO
a) Tiempo y lugar495
Así como la tradición farisaico-rabínica consideraba la fiesta de
Pentecostés en estrecha unión con la Pascua y como su culminación, la
cincuentena era para la Iglesia de los tres primeros siglos una celebra
ción continuada de la resurrección y de la efusión del Espíritu.
Lucas establece un paralelismo entre el Sinaí y el don del Espíritu,
situando su venida “el día de Pentecostés” (Hch 2,1). La promulgación
de la Ley antigua es sustituida en el derás lucano por el Espíritu de
profecía, dando así al Espíritu el sentido teológico de nueva Ley,
fundamento de una Alianza Nueva (Ez 36,27).
El paralelismo entre el Sinaí y Jerusalén es frecuente en la tradición
judía, cfr. p. e. Tg Sal 68,16: “el Monte Moría, lugar donde adoraron
los Patriarcas ante Yahveh, ha sido elegido para la edificación de la
casa del santuario, y el Monte Sinaí para el don de la Ley”. Otra
aproximación entre el Sinaí y Jerusalén aparece en la expresión “el
ruido llenaba toda la casa” al igual que según Ex 19,18: “temblaba toda
la montaña”.
503 M. M c N a m a r a , The New Testament and the Palestinian Targum to the Penta-
teuch, Roma 1966, pp. 78-81.
504 Cfr. P. Scháfer, Die Vorstellung vom heiligen Geist in der rabbinischen Literatur,
München 1972, p. 113 s.
505 Ibíd., p. 114 s.; Strack-Billerbeck, II, p. 616.
r~ r~ r~ í r. r r~ r~ r
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 223
s06 Al hablar aquí de desarrollos haggádicos entendemos que el fundamento del derás
eclesiológico se encuentra en la propia actuación del Jesús histórico: la elección de los
doce y la interpretación de la institución de la Eucaristía como la Nueva Alianza... como
momentos principales.
507 Cfr. sobre todo, W. T rilling, Das wahre Israel. Studien zur Theologie des
Matlhaus Evangeliums, München 1957. Aquí citamos la Trad. española: El verdadero
Israel. Estudio de la Teología de Mateo, Madrid 1974,
508 Ibíd., p. 15.
509 Ibíd., p. 320. Esta es también la tesis de K. Stendahl, The School o f St. Matthew,
Uppsala 1954.
510 Cfr. E. Schweitzer, Gemeinde und Gemeinde Ordnung im Neuen Testament,
Zürich 1959, p. 48: “No cabe duda de que (la comunidad de Mateo) se comprende como
Israel. La pregunta de dónde hay que encontrar el verdadero Israel recorre todo el
evangelio” citado por W. T rilling, o.c., p. 138 nota 121.
511 Una parte importante de la investigación moderna sobre Mt se ha orientado por
esta línea del medio y circunstancias históricas en que se elaboró el evangelio. Así ya G. D.
K ilpatrick, The Origins o f the Gospel according to St. Matthew, Oxford 1948, que
destacó la importancia de la expresión “su”, o “vuestra sinagoga”; posteriormente, R.
Hummel, Die Auseinandersetzung zwischen Kirche und Judentum im Mattháusevange-
lium, München 1963, 19662; sobre el problema “Israel” en el evangelio de Mt: G.
Strecker, Der Weg der Gerechtigkeit. Untersuchung zur Theologie des Matlhaus
(FRLANT 82) Gottingen 19662, pp. 98-118; B. R igaux, Pour une histoire de Jésus, II:
Témoignage de l ’évangile de Matthieu, Bruges 1967. Trad. española: Para una historia de
Jesús. Testimonio del evangelio de Mateo, Bilbao 1969, pp. 197-206; S. van T ilborg,
The Jewish Leaders in Matthew, Leiden/Brill 1972; para el problema “Israel” en los
sinópticos: G. G nilka, Die Verstockung Israels, Isaías 6,9-10 in der Theologie der
Synoptiker (STANT 3), München 1961.
Se considera, pues, a Mt como un escritor enraizado en una situación concreta que
influyó decisivamente en la configuración que el evangelista dio a los materiales de la
r í ¡— r ( r i
tradición evangélica de que disponía. Una tesis distinta ha mantenido R. Walker, Die
Heilsgeschichle im ersten Evangelium, Gottingen 1967.
512 W. T rilung , o.c., p. 138.
513 Ibíd., pp. 80-91; X Léon D ufour, La parabole des vignerons homicides, ScE 17
(1965) 365-396.395; R. Silva, La parábola de los renteros homicidas, Compostellanum
15 (1970) 319-355.
514 W. T rilling, o.c., p. 91.
i r í í i í r i
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 225
515 A. Schwaeles, L ’arri'ere-fond Scripturaire de Matt. XXI, 43 et son lien avec M alí
XXI, 44, NTS 6 (1959-60) 310-313.
516 La cita de Mt 21,43 es la única en que el evangelista usa ÉOvoi; en singular, puesto
que la otra vez que aparece en Mt 24,2 procede del par. Me 13,8.
517 E. Lohmeyer, Das Evangelium des Matlháus, Gottingen 1956, p. 314.
518 W. T rilling, o.c., p. 85.
519 T. Zahn , Das Evangelium des Matlháus, Leipzig 19222, p. 634 (citado por W.
T rilling, o.c., p. 85).
520 Así también X. Léon D ufour, La parabole des vignerons homicides, a.c. nota 513,
p. 395 s.; J. Jeremías, Las parábolas de Jesús, Estelia-Navarra, 1971, p. 95; A. K retzer,
Die Herrschaft des Himmels und die Sohne des Reiches, Stuttgart-Würzburg 1971, p.
160.
521 Cfr. A. Kretzer, o.c., p. 159 s.
522 Ibíd., pp. 167-171.
523 Esta es la tesis fundamental de A. Kretzer.
i i r ~í í ¡ i r
226 EL MÉTODO MIDRÁSICO
(Rm 2,29), Israel (Rm 9,6), Israel según el Espíritu (cfr. 1 Co 10,18),
descendencia de Abraham (Ga 3,29), el Israel de Dios (Ga 6,16),
la circuncisión (Flp 3,3), pueblo de su propiedad (Tt 2,14; cfr. Ex
19,5).
Tal como ya hemos señalado a propósito del evangelio de Mateo, en
Pablo tampoco cabría hablar de un antiguo o un nuevo Israel, sino de
un Israel fiel o infiel. La comunidad cristiana, por tanto, no se siente,
según el testimonio del Apóstol, como una secta dentro del judaismo o
un pueblo de Dios diferente, sino como el Israel que acoge el plan de
Dios revelado en Cristo -en continuidad con el A.T.- y se hace, en
consecuencia, heredero y portador de las promesas. De ahí la expresión
de Pablo: “yo también soy un israelita” (Rm 11,1). Otra característica
del verdadero Israel, es que está basado en vínculos de fe y no en la
descendencia física de Abraham, criteri^ que Pablo aplica también al
Israel del A.T. En este sentido, utiliza dé^rásicamente Gn 15,6 (en Ga
3,6; Rm 4,3) y Ha 2,4 (en Rm 1,17; Ga 3,f l) como fórmulas-principio
de su tesis teológica acerca de la justificación por la fe, y no por las
obras de la Ley.
El texto paulino más notable acerca del verdadero Israel lo consti
tuye el midr᧠homilético sobre Israel y lo paganos ante la salvación de
Rm 9-11. Entre las citas bíblicas utilizadas como textos-prueba se
encuentra Os 2,25; 2,1 en Rm 9,25ss: “ llamaré pueblo mío al que no es
mi pueblo; y amada mía a la que no es mi amada. Y en el lugar mismo
en que se les dijo: No sois mi pueblo, serán llamados: Hijos de Dios
vivo”. Pablo incluye a los gentiles que entran ahora en la Iglesia en una
profecía que se refería originalmente a los israelitas infieles. De este
modo, los infieles en el Israel histórico entran para Pablo en la
categoría de los gentiles. En consecuencia, si Dios los aceptó a ellos en
la Alianza, así también acepta ahora a otros gentiles en el verdadero
Israel.
Un caso semejante de derás se encuentra en 1 Co 15,55 donde se
cita como texto-prueba Os 13,14: “¿dónde está, oh muerte, tu victoria?,
¿dónde está, oh muerte, tu aguijón?” Así como la nación de Israel va a
sufrir invasión y muerte pero Dios la redimirá finalmente, así también,
para Pablo, Dios ha de redimir al verdadero Israel en la resurrección
final. El procedimiento derásico utilizado consiste en la reinterpreta
ción de un futuro profético: las predicciones de los antiguos profetas
concernientes a Israel son ahora aplicadas al futuro de la Iglesia.
r i r
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 229
531 Para el tema de la Alianza en los discursos de la Cena en Jn 13-17 nos remitimos
a R. E. Brown, El evangelio según Juan, X1I1-XXI, pp. 782-1055.
532 El mandamiento nuevo en relación con la Alianza se encuentra tratado en M. L.
Ramlot, Le nouveau commandemení de la nouvelle alliance, LumiéreV 44 (1959) 9-36;
D. Muñoz León, La novedad del mandamiento del amor en los escritos de San Juan:
intentos modernos de solución, en: “La ética Bíblica” (XXIX Semana Bíblica Española.
Madrid, 22-26 sept. 1969), Madrid 1971, pp. 193-231. 225-227.
533 El mandamiento nuevo está en Jn 13-17 en parangón con el decálogo, del que
viene a ser su resumen, cfr. Rm 13,30: “el amor es la plenitud de la Ley”.
i r~ ~ í i ' í í i .... r í
536 Cfr. R. Schnackenburg , El evangelio según San Juan, III, pp. 139-141 y
“expresiones e imágenes eclesiales” pp. 258-263 dentro del Excursus 17: “discípulos,
comunidad e Iglesia en el evangelio de Juan” pp. 251-267.
537 Cfr. R. Schnackenburg, El evangelio según San Juan, I, p. 351 s.; R. E. Brown ,
E l evangelio según Juan, I-XII, p. 272.
f r ... í ~ f ( r..... f r
541 M. M cN amara, The New Testament and the Palestinian Targum to the Penta-
teuch, Roma 1966, pp. 227-230! íd., Targum and Testament, pp. 148-159; J. Potin, La
jete juive de la Pentecóte I, pp. 218-230; R. le D éaut, Targum du Pentateuque, II, Exode
et Levitique, París 1979, p. 155 nota 10.
542 A. D iez M acho, Derás y exégesis del N. 71, p. 70 s.
234 EL MÉTODO MIDRÁSICO
2. E l d e r á S c r is t o l ó g ic o
547 A. D iez M acho, Deras y exégesis del N. T., p. 85 s.; A. del A gua Pérez, E l derás
cristológico, Scripta Theologica 14 (1982) pp. 213-15; íd., Derás cristológico del Salmo
110 en el N.T., a.c., p. 659 s.
548 M. Black, The Christological Use o f the Oíd Testament in the New Testament,
NTS 18 (1971) 1-14.
i
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 237
que los reasume el derás cristiano-, eran categorías con las que la
tradición veterotestamentarias se figuraba la edad mesiánica. A este
respecto, la nueva creación sería el marco necesario de la Alianza
definitiva. De ahí la necesidad de conocer el medio sobre el que gravita
la trasposición paulina. 553 Pablo expresa en dichas categorías tanto la
obra de Cristo y la del Espíritu como la propia vida cristiana, el hombre
nuevo que resulta de ellas. Se trata del derás antropológico.
558 íd., pp. 28-42; cfr. también F. Mussner, Der Galatterbrief (HThKomNT, IX),
Freiburg 1974, p. 414 s. El autor señala que la nueva creación remite al momento del
Bautismo (Ef 2,15). Por él tiene lugar la nueva creatura en Cristo (Cfr, Ga 3,27 s.; 2 Co
5,17).
559 Cfr. la bibliog. de nota 552.
r r i í i
560 H. Schlier, Der Rdmerbrief (HThKomNT, VI), Freiburg 1977, pp. 158-178 y
Excursus: ‘Adam bei Paulus’, pp. 179-189.
244 EL METODO MIDRASICO
561 Ibíd.
562 J. Gnilka , Der Kolosserbrief (HThKomNT X, 1), Freiburg 1980, pp. 177-192; F.
Mussner.-A bbot.-B. R ey, L ’homme nouveau d ’aprés S. Paul, RSPhTh 48 (1964)
603-629; R. Schnackenburg , Der neue Mensch. Mitte christlichen Weltverstandnisses
(Kol 3,9-11), en: Schriften zum N.T., München 1971, 392-413.
563 Así J. A. G rassi, The Letter to the Ephesians, en: “The Jerome Biblical Commen-
tary”, II, London 1970, p. 396: “en Cristo se ha creado la nueva base de unidad y armonía
porque él se ha convertido en un verdadero lugar de encuentro para los hombres”.
I
568 Ibíd., pp. 203-207 donde estudia la antítesis letra-espíritu; también S. W ester-
holm, "Letter" and “Spirit": the Foundation o f Pauline Ethics, NTS 30 (1984) 229-248.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 247
569 E. E. Ellis, Prophecy and Hermeneutic, pp. 159-161; cfr. 173-181. T. J. D eidun ,
New Covenant Morality in Paul, p. 253 s.
570 E. Cothenet, A l ’arriére-plan de l'allégorie d ’Agar et Sara (Ga 4,21-31), en: De la
Tórah au Messie, J. D ore.-P. G relot.-M. Carrez (Edits.), Mélanges Henri Cazelles,
París 1981, pp. 457-465.
571 Cfr. nota 569.
r í... i r~ r í r r .. í
248 EL MÉTODO M1DRÁSICO
578 Entre los autores que estudian la interpretación del A.T. en la epístola a los
Hebreos: P. Schróger, Der Verfasser des Hebrüerbriefes ais Schriftausleger, Regensburg
1968, para la sección que concierne a la presente investigación pp. 162-179; también F.
C. Synge, Hebrews and the Scriptures, London 1959; Kennet J. T homas, The Oíd
Testament Citations in Hebrews, NTS 11 (1964-65) 303-325. 310-313.
579 Para el autor sacerdotal (P), la relación culto-alianza es patente. Una vez que la
Alianza se había roto, su renovación se obtenía restaurando el culto. A este respecto, si el
templo había sido destruido, se necesitaba reconstruirlo y purificar el culto por cuanto
ello implicaba renovar la Alianza, cfr. sobre todo W. Eichrodt, Teología del Antiguo
Testamento, I, Madrid 1975, pp. 89-161.
252 EL MÉTODO MIDRÁSICO
580 Para el tema de la Alianza de 1 Jn, H. A. A.-K ennedy, The Covenant Conception
in the First Epistle o f John, ExpTim 28 (1916) 23-26; M.-E. Boismard, La connaisance
de Dieu dans l'Alliance Nouvelle d ’aprés la premiére lettre de S. Jean, RB 56 (1949)
365-391; Id., Je ferai avec vous une alliance nouvelle (introduction á la premiére épitre de
S. Jean), LumiéreV 8 (1953) 94-109; íd„ La Foi et l ’E sprit, LumiéreV 21 (1955) 65-81;
E. M alatesta, Interiority and Covenant. A Study o f stvoci év and péveiv év in the First
Letter o f Saint John (Analecta Bíblica, 69), Roma 1978 (bibliog.).
581 Cfr. R. Schnackenburg, Cartas de San Juan, Barcelona 1980, p. 113 ss. y las
indicaciones a lo largo del comentario a toda la carta.
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254 EL METODO MIDRASICO
- la inhabitación
- péveiv év: permanecer en Dios: 2,6.24.28; 3,6.24; 4,13.15.16;
reciprocidad: 3,24; 4,13.15.16.
- péveiv év: Dios permanece en nosotros: 4,12.
- sxeiv: tener al Hijo y al Padre, “tener la vida”: 2,23; 5,12;
3,15; 5,13.
- la filiación:
- “Haber nacido de Dios”: 2,29; 3,9; 4,7; 5,1.4.18.
- “ser hijos de Dios”: 3,1.2.10. Se trata siempre de una filiación
“dinámica”, que corresponde a la interiorización de la palabra
de Dios: cfr. Jn 1,12-13.
E l c u m p l i m i e n t o , c o m o n o t a d if e r e n c ia l d e l d e r á § n e o t e s t a m e n t a r i o ,
l l e g a a s u e x p r e s i ó n c u l m i n a n t e e n e l m o d e lo o p o s i c i ó n / c o n t r a p o s i -
c i ó n . 582
Procederemos, primero, a exponer brevemente la índole de esta
forma de recurso derásico a la tradición veterotestamentaria para
presentar, posteriormente, algunos ejemplos del mismo.
El concepto de deras de contraposición. La formulación, por parte
de Jesús, de las exigencias evangélicas referentes al cumplimiento de la
Ley antigua, a la luz del mandamiento del amor, así como la distinta
naturaleza de las realidades de la Nueva Alianza, conduce a los
hagiógrafos del N.T. a presentar el cumplimiento en una aparente
contraposición con el A.T. a que recurren.
El N.T. aun resultando un orden de valores diverso hubo de recurrir
al A.T. para hacer comprensible su mensaje. A este respecto, la
resurrección de Cristo relativizaba el pasado valorándolo en relación de
aproximación cualitativa a dicho acontecimiento escatológico.
Por todo ello, este modelo de derás corría el riesgo de establecer una
ruptura definitiva con el A.T. Tal situación tuvo lugar de hecho en el
tratamiento que Marción, nacido en tomo al 85 y muerto hacia el 160,
dispensaba al A.T, Marción establecía una ruptura total con el A.T. en
una perspectiva que fue rechazada oficialmente por la Iglesia. Pretendía
luchar contra la gran Iglesia amenazada, según él, por una vuelta al
582 Cfr. A. D iez M acho, E l Mesías anunciado y esperado, Madrid 1976, p. 12; G.
Segalla, L ’uso dell’A ntico Testamento nell Nuovo: Possibile base per una nuova
Teología Bíblica?, RiBi 32 (1984) p. 172.
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256 EL MÉTODO MIDRÁSICO
E je m p l o s d e d e r á S s e g ú n e l m o d e l o o p o s ic ió n / c o n t r a p o s ic i ó n
584 Cfr. P. Bonnard , Evangelio según San Mateo, Madrid 1976, p. 101 ss.
585 Ibíd., p. 103 donde el autor se inclina por la tercera de las tres hipótesis.
586 Así la ‘Biblia de Jerusalén’ en la nota al texto de Mt 5,17. Cfr. P. Bonnard ,
o.c., p. 99. En este mismo sentido de ‘radicalización’ no ‘abolición’ del valor de la Ley:
W. D. D avies, E l sermón de la montaña, Madrid 1975, p. 45: “Las llamadas ‘antítesis’ de
Mt 5,21-48 parecen anular ciertas partes de la Ley, pero es preciso examinar con cuidado
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258 EL MÉTODO MIDRÁSICO
Con ello, el derás cristiano no hacía sino tomar el A.T. como punto de
apoyo para proclamar una mayor exigencia en los comportamientos
morales. A este respecto, ha señalado recientemente H. Conzelmann,
que Mateo piensa sobre todo en una nueva interpretación (derás) de la
Ley en el sentido del mandamiento del amor “al Cristo de Mateo le
interesa... interpretar el sentido de toda la Ley a la luz del mandamien
to del amor”.587
De esta forma, Jesús radicaliza la Ley del A.T., tanto en su
interpretación, fijándola en su valor esencial, como en relación a la
obediencia que ella exige del hombre, no simplemente externa sino
enraizada en el corazón. Tal era uno de los contenidos fundamentales
de la Nueva Alianza profetizada por Jeremías y Ezequiel, y que en el
contexto se aplica a la nueva inteligencia de la Ley.588
Por consiguiente, Jesús expone en el evangelio de Mateo la radicali-
dad de la Ley en la etapa de la Nueva ^lianza mediante el recurso
derásico de contraposición a la Ley tal c o rn e e entendía, sobre todo, en
los círculos rabínicos con los que polemiza.’Al reinterpretar la fidelidad
(Sixatooúvr): Mt 5,20) a la Ley, Jesús eleva a un plano superior tanto
sus exigencias, tal como aparece en VV 21-48, como su obediencia
frente a escribas y fariseos (cfr. Mt 23,3). A este respecto, la fórmula
“habéis oído que...” tiene un acento claramente polémico.589
tales antítesis. El hecho es que en ninguna de ellas se intenta anular lo previsto en la Ley,
sino únicamente llevarlo a su último significado. Interpretar la Ley con rigor no es
anularla, sino modificarla de acuerdo con la intención de la misma. Desde este punto de
vista, no podemos decir que la Ley es anulada en las antítesis, sino únicamente que es
intensificada en sus exigencias o reinterpretada en un plano superior”. Las mismas ideas
las expone el autor ampliadas en: The Setíing o f the Sermón on the Mount, Cambridge
1966, pp. 93-108, en p. 101 se remite a D. D aube, The New Testament and Rabbinic
Judaism, London 1956, pp. 55-62, quien señala que el segundo miembro de las antítesis
no elimina sino que desarrolla el primero.
A. D íez M acho, En torno a las ideas de W. D. Davies sobre el sermón de la montaña,
en: W. D. D avies, E l sermón de la montaña, pp. 187-245, p. 200: “...este logion (Mt 5,15)
contiene una paronomasia de las que llaman perfectas entre los dos infinitivos clave del
logion: “No he venido a destruir (lekallot) sino a dar cumplimiento (Tkallot). La
paronomasia es un indice de la autenticidad del logion y subraya la voluntad de Jesús de
“acabar” no de “destruir” la Ley”; D. Flusser, Jesús en sus palabras y en su tiempo,
Madrid 1975, pp. 76-89, donde afirma que esta actitud de Jesús equivalía a “radicalizar
la Ley” (p. 86).
587 H. Conzelmann, Grundriss der Theologie des Neuen Testaments, Tübingen 1966,
p. 166 (citado por P. Bonnard , p. 99).
588 w o d Avies, The Setting o f the Sermón on the Mount, p. 122 ss.
589 P. Bonnard , o . c . , p. 103.
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LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 259
C a p ít u l o V
605 Cfr. B. G erhardsson, M emory and Manuscript. Oral Tradition and Written
Transmission in Rabbinic Judaism and Early Christianity, Uppsala 1961.
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266 EL MÉTODO MIDRÁSICO
E je m p l o s d e d e r á S s o b r e p a l a b r a s d e J e s ú s
608 Ibíd.
609 L. H artman, Prophecy Interpreted, Uppsala 1966.
610 A. del A gua Pérez, Derás lucano de Me 13 a la luz de su "teología del Reino":
Le 21,5-36, EstBíb 39 (1981) 285-313.
611 Ibíd., p. 297 s.
LA EXÉGESIS DERÁSICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 269
612 Cfr. E. Stein, Die homiletische Peroratio im Midrash, HTJCA 8-9 (1931-32)
353-71.
613 R. P esch, Salvación futura y futuro de la salvación, en: J. Schreiner, Forma y
propósito del Nuevo Testamento, Barcelona 1973, p. 371.
614 H. Schürmann, Das Lukasevangelium. I Teil (HTKmNT, III/l), Freiburg-Basel-
Wien, 1969, p. 551.
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Uno de los ejemplos más notables de este tipo de derás tiene lugar
en tomo al sintagma “Reino de Dios”. Me 1,14b-15 resume programá
ticamente la predicación inaugural de Jesús como el anuncio de la
inminencia del Reino referida al propio ministerio de Jesús que
comienza. La Basileia, por tanto, viene a resumir el mensaje de Jesús
bajo el punto de vista del contenido, el objeto. En cambio, eúocyyéXiov
(Me 1,1) es el resumen del mensaje de Jesús considerado en su aspecto
formal, es decir, kerygma.615 Lucas, sin embargo, “ha avanzado sobre
esta noción marcana en el sentido de que la Basileia es para él el
aspecto formal en cuanto califica formalmente la misión de Jesús, y
cuyo contenido es el kerygma cristologico, que es salvación para judíos
y gentiles (contenido eclesiológico). De ahí que Lucas haya experimen
tado la necesidad de la trasposición de la Basileia en la terminología
de la proclamación (Le 4,43; 8,1; 16,16; Hch 8,12; 28,31), por cuanto
en el kerygma cristologico están mutuamente implicadas la pasión y el
cumplimiento”.616 El concepto de Basileia, por tanto, se amplía para
615 Cfr. C, H. D odd , La predicación apostólica y sus desarrollos, Madrid 1974, p. 54.
616 A. del A gua Pérez, El cumplimiento del Reino de Dios en la misión de Jesús:
Programa del evangelio de Lucas (Le 4,14-44), EstBíb 38 (1979-80), p. 291.
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617 Cfr. G. D alman, Die Worte Jesu, Leipzig 1930 (=Darmstadt 1965), p. 77: “...Diese
Redeweise Gottesherrschafl ist auch die der Targume, welche malkuta da-Yhwh setzen,
wo der hebraische Text davon redet, dass Jhvh Konig ist”. Recientemente O. C ampono-
vo, Kónigtum, Kdnigsherrschaft und Reich Gottes in den Frühjüdischen Schriften, Frei-
burg/Schweiz-Góttingen 1984.
6,8 Mi estudio del concepto lucano de Basileia según el método derásico, tema de mi
tesis de doctorado en teología bíblica, lo publicaré próximamente con el título: Evangeli
zar el Reino de Dios. Actualización derásica del concepto de Basileia en la obra lucana.
La aplicación del método derásico al estudio de dicho tema aparece ya en los artículos que
cito en este libro.
619 A. Kretzer, Die Herrschaft des Himmels und die Sohne des Reiches, Stuttgart
1971.
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272 EL MÉTODO MIDRÁSICO
620 A. del A gua Pérez, Derás tucano de Me 13,.., a.c., nota 610, pp. 299-301.
621 W. T rilling, El verdadero Israel. La teología de Mateo, p. 166 ss. 171 s.
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A nexo
1. L a n o c i ó n s o c io l ó g ic a d e “ p a p e l i n t e l e c t u a l ”
ANEXO 275
Los cristianos, tal como aparece en los sumarios del libro de los
Hechos de los Apóstoles (Hch 2,42-47; 4,32-35; 5,12-16), se sienten
desde el principio sociológicamente identificados: "Acudían asidua
mente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del
pan y a las oraciones” (Hch 2,42). Ahí se encuentran enunciados
627 Cfr. L. G oppelt, Christentum und Judentum im ersten und zweiten Jahrhundert.
Ein Aufriss der Urgeschichte der Kirche, Gütersloh 1954; R. Schnackenburg, Das
Urchristentm, en: J. Maier - J. Schreiner (Edits.), Literatur und Religión des Frühjuden-
tums, Würzburg 1973, pp. 284-309 (bibliografía).
628 Cfr. W. T rilling , E l verdadero Israel. La Teología de Mateo, Madrid 1974.
ANEXO 277
629 Así G. Stáhlin, Die Apostelgeschichte, en: Das Neue Testament Deutsch, II,
Gottingen 1979, p, 56; B. G erhardsson, M emory and Manuscript. Oral Tradition and
Written Transmission in Rabbinic Judaism and Early Christianity, Uppsala 1961, p.
245. Señala Gerhardsson a este respecto que la 5i8axfi xcóv ájioaxóíwv es un concepto
prácticamente idéntico a la Siaxovíoc xou Xóyou, pp. 243-245. Que la StSaxá xc6v
áTtoaxóXcov se refiere también a la interpretación cristológica del Antiguo Testamento lo
corroboran: Hch 13,13ss; 17,1 ss (“Pablo discutió con ellos basándose en las escrituras,
explicándoles y probando que...”; 17,11; 8,26ss: VV 30-31.35...).
630 H ínchen , Die Apostelgeschichte, Gottingen 19686, p. 153 y nota 3.
r i r í " í... i í “ ¡... í
278 EL MÉTODO MIDRÁSICO
631 Así J.-W. D oeve, Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and Acts, Assen
1953, p. 103 s.
632 Cfr. P. Schubert, The Structure and Significance o f Luke 24, en: Neutestamen-
tlichte Studien. Mélanges R. Bultmann, W. Eltester (Edit.), Berlín 1954, pp. 165-186; J.
D upont , L ’utilisation apologétique de l'Ancien Testament dans les discours des Actes,
EThL 29 (1953) 289-327; B. G erhardsson, M emory and Manuscript, pp. 225-234; J.
Ernst, Schriftauslegung und Auferstehunsgblaube bei Lukas, en: Schriftauslegung. Bei-
trage zur Hermeneutic des Neuen Testaments und im Neuen Testament, Miinchen-
Padembom-Wien 1972, pp. 177-192.
633 La expresión técnica es drs, cfr. Strack-Billerbeck, II, p. 467. De “investigar la
Torá” se trata en 1QS l,lss; 5,7ss; 6,6ss; 8,1 lss.
ANEXO 279
634 Así R. Schnackenburg, El evangelio según San Juan, II, Barcelona 1980, p. 183;
B. G erhardsson, M em ory and Manuscript, p. 233.
635 Entre la amplia bibliografía que investiga el trasfondo judío-rabínico de los escritos
de Pablo: W. D. D avies, Paul and Rabbinic Judaism. Some Rabbinic Elements in
Pauline Theology, London 1948; Id., Jewish and Pauline Studies, London 1984; J.
Bonsirven, Exégése rabbinique et exégése paulinienne, París 1939; H.-J. Schoeps,
Paulus. Die Theologie des Apostéis im Lichte der jüdischen Traditionsgeschichte, Tübin-
gen 1959 (= Darmstadt 1972).
636 Cfr. Particularmente E. E. Ellis, Prophecy and Hermeneutic, Tübingen 1978, en
especial: II Prophecy as Exegesis, pp. 147-253; también K.-H. Rengstorf, AiSáoxco, xtA.,
TWNT, II, pp. 138-168. 147-150. 160-163; X. Léon D ufour, Enseñar, en: “Diccionario
del Nuevo Testamento”, Madrid 1977, p. 195 s.
280 EL METODO MIDRASICO
4. La “ e s c u e l a ” , S it z im L e b e n d e l a p r im i t i v a Ig l e s ia e n q u e se
CONFIGURA EL NUEVO TESTAMENTO
637 M. D ibelius, Die Formgeschichte des Evangeliums, Tübingen 1919, 19716 (Trad.
española: La historia de las formas evangélicas, Valencia 1984); R. Bultmann, Die
Geschichte der Synoptischen Tradition, Góttingen 1921, 19708.
638 R. Bultmann, Die Geschichte der Synoptischen Tradition, p. 4.
639 M. D ibelius, La historia de las formas evangélicas, pp. 23-43.
640 R. Bultmann, Die Geschichte der Synoptischen Tradition, p. 64.
r
ANEXO 281
644 Cfr. L. G oppelt, Christentum und Judentum..., o.c. en nota 627, pp. 72-75;
también: J. D ore - P. G relot - M. Carrez, De la Torah au Messie. Mélanges Henri
Cazelles, Desclée-Paris 1981.
I
ANEXO 283
645 Cfr. entre otros, B. G erhardsson, Memory and Manuscript, pp. 56-66; G.
Stemberger, Das Klassische Judentum. Kultur und Geschichte der rabbinischen (70 n.
Chr. 1040 n. Chr.), München 1979, pp. 109-115.
646 Cfr. B. G erhardsson, M emory and Manuscript, pp. 85-92; G. Stemberger, Das
klassische Judentum, o.c. nota 645, pp. 115-120.
647 Cfr. Ch . Perrot, La lecture de la Bible. Les anciennes lectures palestiniennes du
Shabbat et de fétes, Hildesheim 1973; A. del A gua Pérez, La sinagoga: orígenes, ciclos
de lectura y oración. Estado de la cuestión, EstBíb 41 (1983) 341-366.
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La escuela de Mateo
En su obra The School of St. Matthew, K. Stendahl sostiene que tras
algunos rasgos particulares de Mt como son: su peculiar sistematización
del material evangélico, su inclinación a la casuística (18,10-35; 19; cfr.
16,19) más que a los principios generales, su reflexión sobre el puesto y
ANEXO 285
656 Cfr. nota 648; también R. E, Brown, E l Evangelio según Juan, I-XII, Madrid
1979, habla de “una escuela de pensamiento” (p. 100-118) subyacente al cuarto evange
lio; íd., La comunidad del discípulo amado. Estudio de eclesiología juánica, Salamanca
1983; R. Schnackenburg , El evangelio según San Juan, I, 129-133.
657 Cfr. p. e. R. Schnackenburg, E l evangelio según San Juan, I, pp. 149-163; R. E.
Brown, E l evangelio según Juan, I-XII, pp. 67-74 (bibliografía); C. E. Barret, Das
Johannesevangelium und das Judentum, Stuttgart 1970.
658 Cfr. C. H. D odd , Interpretación del cuarto evangelio, Madrid 1978; también R.
Schnackenburg, E l evangelio según San Juan, I, pp. 147-179 y R. E. Brown , El
evangelio según Juan, I-XII, pp. 58-74.
659 Cfr. p. e. McN amara, Targum and Testament. Aramaic Paraphrases o f the
Hebrew Bible: A Light on the New Testament, Shannon 1972, pp. 142-159; recientemen
te; J. Bonnet, Le "midrash" de l'évangile de Saint Jean, París 19822.
ANEXO 287
soy el buen pastor” (Jn 10); “yo soy la vid verdadera” (15,1-8);660 “Yo
soy el pan de vida” (Jn 6);661 la designación de Cristo con un nombre
de Dios del Antiguo Testamento: “Yo soy”... 662 etc.
Las tradiciones del éxodo: los milagros teologizados como “signos”
a través del midrás de Sb lOss en tomo a las plagas; la tradición de la
serpiente de bronce de Nm 21,4-9 como tipo de la exaltación de Cristo
en la cruz;663 el maná como prefiguración de la Eucaristía (Jn 6).
La aplicación de la profecía de la Nueva Alianza de Jr 31,31-34 en
Jn 13-17 y 1 Jn.
La trasposición de las fiestas principales del calendario judío:
Pascua, Tabernáculos, Pentecostés...664
La escuela de Lucas
ANEXO 289
C o n c l u s ió n
673 Para este resumen cfr. H.-J. Schoeps, Paulus. Die Theologie des Apostéis im Lichte
der Jüdischen Religionsgeschichte, Tübingen 1959, pp. 27-34.
SUMARIO