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David
David
DAVID
UN HOMBRE SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS
Yahveh se ha buscado un
hombre según su corazón.
1Sam 13,14
2
CONTENIDO
PRESENTACION 5
1. Marco histórico 9
2. Nacimiento de David en Belén 13
3. David pastor 21
4. Dios rechaza a Saúl 25
5. Unción de David 31
6. David calma con su cítara a Saúl 39
7. Combate con Goliat 43
8. Meditaciones de David 53
9. Rivalidad de Saúl contra David 55
10. David perseguido 61
11. Abigaíl 67
12. Muerte de Saúl y subida de David al trono 71
13. Joab 77
14. La danza ante el Arca 81
15. Lucha contra la idolatría 85
16. Las guerras de David 89
17. David como juez 95
18. La profecía de Natán 97
19. Pecado del "hombre según el corazón de Dios" 101
20. Conversión de David 105
21. Sublevación de Absalón 111
22. Humildad de David 117
23. Ajitófel y Jusay 121
24. Subida de Salomón al trono 129
25. Muerte de David 133
26. El arpa de David 137
27. David en el paraíso 143
28. La espada de David 145
29. Jesús, hijo de David 149
3
PRESENTACION
1
1Sam 16,7.
4
la casa y hallaron al hombre sentado a la mesa con su mujer. Este
pobre hombre, apenas los vio, se levantó y los recibió con toda
amabilidad, ofreciéndoles la mejor comida que encontró en la casa.
Los dos peregrinos comieron y bebieron y el buen hombre les honró
todo lo que pudo. Cuando amaneció, el ángel se levantó, mató la vaca
y se marcharon los dos.
5
Cuando éstos los vieron se apresuraron a acogerlos con alegría y
muestras de amabilidad. Les honraron según sus posibilidades y les
ofrecieron abundante comida. Comieron y bebieron y pernoctaron en
paz. Cuando se levantaron por la mañana, el ángel les dijo:
El ángel le dijo:
-¿Y por qué apuntalaste la pared de la casa del rico, que no nos
hizo el mínimo caso?
Después añadió:
6
mensaje escondido en ellos. Se trata de descubrir las raíces del árbol
en que estamos injertados.
7
alegría. Los hebreos no han llamado libros históricos a los libros de
Samuel, de los Reyes, como el libro de Rut y de los Jueces, sino que los
han considerado como "profetas anteriores". La historia es profecía, en
ellos está el dedo de Dios actuando. Y ya sabemos que Dios escribe
derecho hasta con líneas torcidas. Con ojos de fe podemos intuir la
profecía luminosa debajo de la opacidad de la historia. La fe saca a la
luz lo que se encuentra escondido debajo de la envoltura contingente
de los hechos. Cada hecho nos revela una teofanía, una epifanía de
Dios encarnado en la historia. David se nos hace figura anticipada del
Mesías, Hijo de David.
8
1. MARCO HISTORICO
9
establecido en medio de otros pueblos, contempla a esos pueblos y le
nace el deseo de organizarse como ellos. Quiere cambiar sus estatutos
políticos, sin darse apenas cuenta que con ello algo está cambiando en
su alma. Pidiendo un rey, "como tienen los otros pueblos", Israel está
cambiando sus relaciones con Dios.
10
filisteos prohibieron a Israel, sometido a ellos, la industria de los
metales, dependiendo, para todos los servicios, de los artesanos
filisteos (1Sam 13,19-22). Además los tiranos filisteos actuaban
concertadamente entre ellos. Los israelitas, divididos en tribus,
difícilmente podían hacerles frente.
11
los hombres, sólo lograba indisponerse con todos. Sus compromisos le
enemistaron con Dios, y Samuel rompió con él. Saúl llega a usurpar la
función de sacerdote (1Sam 13,4-15) y viola el anatema (1Sam 15). El
"espíritu malo" de Yahveh le invadió hundiéndolo en la depresión, de la
que sólo se libraba con los acordes de la música del joven David, el
último de los ocho hijos de Jesé.
12
primero en atravesar el mar Rojo después de la salida de Egipto... Pero
ya cercanos a su nacimiento, están, como elegidos de Dios, su abuelo
y su padre. La vida de su abuelo Obed no tuvo otro objetivo que el
servicio a Yahveh, como indica su mismo nombre: "el siervo". Y Jesé, el
padre, fue uno de los más grandes sabios de su tiempo y uno de los
cuatro que murieron sin contaminarse con el pecado. Si el Santo,
bendito sea, no hubiese decretado, a raíz del pecado de Adán, la
muerte para todos los hombres, ciertamente Jesé hubiera vivido para
siempre. Por ello, Jesé no murió de muerte natural, sino que, al cumplir
cuatrocientos años, murió de muerte violenta a mano del rey de Moab,
a cuyo cuidado dejó David su familia cuando huía de Saúl.
Protegido por los ángeles del Señor, David salva su vida, pero
sólo a condición de ser considerado como siervo y así, durante
veintiocho años, se dedicó a pastorear el rebaño de su padre Jesé en
los campos de Belén.
13
puede cantar, al caer la tarde: "En paz me acuesto y en seguida me
duermo, porque Tú, Señor, me haces vivir tranquilo". 7
7
Sal 4,9.
8
1ª: Gén 3,17;2ª: Gén 5,29;3ª: Gén 12,10;4ª: Gén 26,1;5ª: Gén 45,6;6ª: Rut 1,1;7ª:
2Sam 21,1;8ª: 1Re 17,1;9ª: 2Re 6,25;10ª: Am 8,11.
14
establecieron allí". El glorioso Elimélek ha decidido dejar tras de sí, en
el pasado, la patria de Israel. ¡Qué bien expresan los nombres de los
hijos la situación a que ha llegado esta familia: Majlón, el enfermizo,
y Kilyón, el anonadado! Esta era la situación de Israel al final de la
época de los jueces. El pueblo elegido se estaba arruinando, enfermo y
anonadado. De aquí la necesidad de instaurar un rey, que salvara a
Israel.
Moab, junto con Ammón, al este del Jordán, son dos pueblos que
viven sin espíritu, en la más cruda exterioridad materialista. Allí espera
Elimélek encontrar la solución para su familia. Pero, al poco tiempo,
Elimélek murió y Noemí quedó viuda. Sus dos hijos, violando la ley de
Moisés, se casaron con Orpá y Rut, dos muchachas moabitas no
convertidas, de las que no tuvieron hijos. El dedo de Dios, que conduce
la historia, les cerró el seno, haciéndoles estériles. Y, a los diez años,
murieron también los dos esposos, los hijos de Noemí. La
descendencia de Elimélek y Noemí se ha terminado en Moab; parece
cancelada para siempre su existencia.
15
hijas mías, no amarguéis más mi alma, haciendo que viva angustiada
por mí y por vosotras.
Noemí le dijo:
Rut replicó:
Noemí añadió:
Rut replicó:
Respondió Rut:
16
-No me llaméis ya Noemí -"mi dulzura"-, sino Mara, porque
Sadday me ha llenado de amargura. Marché satisfecha con mi marido
y mis hijos, pero Yahveh me ha hecho volver vacía sin ellos. ¿Por qué,
pues, me llamáis Noemí? Ante Yahveh ha sido testificada mi culpa
contra mí y El me ha llenado de amargura.
17
Elimélek, el esposo de Noemí. A media mañana llegó Booz, despierto y
campechano, saludando a los segadores:
Ella, con los ojos bajos, pero con el coraje del amor, se acercó y
le dijo:
Y Booz le respondió:
Le replicó ella:
18
-Encuentre yo gracia ante ti, señor mío, porque tú me has
confortado considerándome digna de ser aceptada en la asamblea de
Yahveh.
Le preguntó su suegra:
-¿Dónde has espigado hoy, que te fue tan bien? ¡Que sea
bendito quien se ha interesado por ti!
Le respondió:
Y Rut le dijo:
-Bueno es, hija mía, que vayas con ellos y que no te encuentren
en otros campos.
19
-¿Quién eres?
Así Rut es rescatada por Booz, su go'el que, según la ley del
levirato, la esposa y la hace madre en Israel. De este modo, a través
de Rut, entra en la historia de la salvación el pueblo de Moab,
condenado a las tinieblas desde sus orígenes incestuosos. Lot, el
ascendiente de Rut, se une finalmente a Abraham, ascendiente de
Booz. Lot, el ambicioso sobrino de Abraham, se separó del tío
descendiendo a las llanuras fértiles de Sodoma para establecerse en
ellas. Rut, en cambio, siguiendo la fe de Abraham, decide emigrar
"lejos de la casa de su padre, de su ciudad", para seguir a Noemí a
Belén, al encuentro de su redentor (su go'el). De esta unión
inesperada de un descendiente de Abraham y de una moabita, más
tarde, nacerá el Mesías de Israel.
El Santo, bendito sea, bendijo a Rut y a Booz con un hijo, a quien
llamaron Obed, y que Noemí, la abuela, adoptó como hijo. Así la
felicitaron en Belén:
-Que tu casa sea como la casa de Peres, el hijo que Tamar dio a
Judá, gracias al semen (a la posteridad) que Yahveh te dará a través de
esta mujer.
20
Oh Dios, tú mereces un himno en Sión,
porque tú escuchas las súplicas.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
3. DAVID, PASTOR
21
Sus hermanos mayores, orgullo de su padre, son presentados a
Samuel y, más tarde, enviados al ejército de Saúl. Son grandes y
fuertes, hombres de guerra. David es el pequeño, que nadie invita al
sacrificio de Samuel ni se cuenta con él para luchar contra los filisteos.
En cambio, David, el pequeño, va y viene,13 va a la corte del rey y
vuelve a cuidar el rebaño de ovejas. Pero no va con armas, sino con su
arpa; no se le invita a la guerra contra los extranjeros, sino a sanar con
la música el corazón del rey de sus enemigos internos.
13
1Sam 17,15.
22
"salmos de David". El salmo brota en el corazón de Belén
silenciosamente como los sueños de la hierba en la noche.
14
Sal 19,2-3.
23
Yahveh, que escruta al justo,15 examinaba a David en el
pastoreo. Así el Señor apreció el comportamiento de David con el
ganado y, viendo su corazón de pastor, se dijo el Santo, bendito sea su
nombre:
David ve pasar los días, sin darse cuenta de que cada día le
acerca al cumplimiento de la profecía. Sin pensar en Jacob, su
antepasado, "ata a la vid su asno". 17 Ve cómo la luna crece y mengua
mes tras mes y canta: "Toda carne es como hierba del campo; su
magnificencia, como flor que brota y enseguida se seca y desaparece".
Pero esto no le impide amar a las flores y a las estrellas, al agua que
corre y canta, las ondulaciones del desierto sobre las que cabalga su
alma. La poesía polícroma de la jornada se le hace música y silencio.
Sí, al final de su vida podrá confesar: "He amado la belleza,
transformándola en salmos; he amado apasionadamente, con
vehemencia la vida y las cosas, sin importarme su fragilidad, más aún,
su fragilidad aumentaba mi amor por ellas".
24
¡Alza sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahveh, tú has dado a mi corazón más alegría
que cuando abundan el trigo y el vino nuevo.
En paz yo me acuesto y me duermo,
pues tú solo, Yahveh, me haces vivir tranquilo. 18
25
cansado de ser distintos. ¡Es pesado ser diferente! Ser el pueblo
elegido, separado, consagrado a Dios, con una misión para los otros
pueblos... es maravilloso, pero la diferencia pesa, cansa. Ser como los
demás no es muy sublime, pero es cómodo. Es la tentación. En Ramá
Samuel y los representantes del pueblo se enfrentan en una dramática
discusión:
-Estos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros hijos
los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y
caballería, y para que corran delante de su carroza; los empleará como
aradores de sus campos y segadores de su cosecha. A vuestras hijas
se las llevará como perfumistas, cocineras y panaderas. Vuestros
campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dárselos a sus
servidores. De vuestro grano y de vuestras viñas os exigirá el diezmo.
A vuestros criados y criadas, vuestros mejores bueyes y burros, se los
llevará para él. De vuestros rebaños os exigirá el diezmo. ¡Y vosotros
mismos seréis sus esclavos!21 El rey es la peligrosa zarza que devora a
cuantos se acogen a su sombra.
19
Ju 8,22-23.
20
Ju 9,8-15.
21
1Sam 8,11-17.
26
Samuel, el profeta de Dios, se opone visceralmente a la
monarquía, calificándola de idolatría. Pero Dios, en su fidelidad a la
elección de Israel, mantiene su alianza y transforma el pecado del
pueblo en bendición. El rey, reclamado por el pueblo con pretensiones
idolátricas, es transformado en don de Dios al pueblo: "Dios ha
constituido un rey sobre vosotros". 22 Dios saca el bien incluso del mal,
cambiando lo que era expresión de abandono en signo de su presencia
amorosa en medio del pueblo.23 Por ello dirá a Samuel:
22
1Sam 12,13.
23
Cfr Rom 5,20-21.
27
-El Señor te unge como jefe de su heredad, de su pueblo Israel;
tú gobernarás al pueblo del Señor, tú lo salvarás de sus enemigos.
Tras esta unción en las afueras del pueblo, al amparo del alba,
sin testigo alguno, Samuel convocó al pueblo en Mispá, sacó a Saúl de
su escondite, lo puso en medio del pueblo y dijo a los israelitas:
Y el pueblo lo aclamó:
-¡Viva el rey!
Samuel le replica:
24
1Sam 10,17-24.
28
-Te has portado como un necio. Si te hubieras mantenido fiel a
Yahveh, El habría afianzado tu reino para siempre sobre Israel. Pero
ahora tu reino no se mantendrá. Yahveh se ha buscado un hombre
según su corazón, que te reemplazará.
-¿Y qué son esos balidos que oigo y esos mugidos que siento?
Saúl contestó:
29
-Los han traído de Amalec. El pueblo ha dejado con vida a las
mejores ovejas y vacas, para ofrecérselas en sacrificio a Yahveh, tu
Dios...
25
Sal 51.
30
5. UNCION DE DAVID
31
quedó adormilado, Ana se levantó sigilosa y se fue al templo, en
aquella hora, solitario. Sólo el sacerdote Elí cabeceaba ante la puerta,
sentado en su silla baja. Sin dejarse ver ni hacerse sentir, Ana penetró
en el interior fresco y oscuro del Santuario. En un murmullo, apenas
perceptible, comenzó a susurrar su pena ante el Señor:
32
enviado a ungirlo como primer rey de Israel? Después de toda su
repugnancia, Samuel se había doblegado a la voluntad del pueblo y a
la voluntad de Dios y había ungido a Saúl como rey. Y ahora, ¿podía
ungir a otro, mientras Saúl estaba en vida?
27
Os 13,10-11.
33
estaba con ellos en casa, sino que se hallaba en el campo pastoreando
el ganado.
34
profeta metió casi en el cuerno sus ojos miopes y pudo comprobar que
estaba lleno de óleo. Siguió así con los seis hijos de Jesé, uno detrás de
otro.
Jesé, más por respeto al profeta que por otra cosa, mandó que
fueran a buscar a David. Corrieron al campo y, sin explicación alguna,
llevaron a David ante el profeta. El corazón le dio un vuelco en el
pecho a Samuel apenas vio a David ante sí. A Samuel, al ver a David
agitado y lleno de polvo de los pies a la cabeza, no le pareció que
tuviera el aspecto de un rey y se preguntó si una persona de cabellos
tan rojos no sería un sanguinario como Esaú. Se quedó fijo, mirándole,
mientras David clavaba sus ojos en los ojos del profeta, a quien le
28
Cfr 1Sam 17,42.
35
palpitaba el corazón como si quisiera salírsele. Pero la voz del Señor
cortó sus reflexiones y dudas:
Samuel respondió:
Jesé cantó:
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
David exultó:
36
Los hermanos, a coro, cantaron:
Samuel proclamó:
37
¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu,
a dónde de tu rostro huiré?
Si subo hasta el cielo, allí estás tú,
si desciendo hasta el abismo, allí te encuentras.
Si tomo las alas de la aurora,
si voy hasta los confines del mar,
también allí te encuentras tú...30
30
Sal 139.
38
Nadie sintió mayores celos que Doeg, el sabio más grande de su
tiempo.
-Un mensajero del rey Saúl ha llegado a pedir a Jesé que mande
a su hijo al palacio real.
39
mandes a palacio. Así, cuando al rey le dé una crisis de tristeza, tu hijo
tocará el arpa ante él y quizás la música logre sanarlo.
-¿A mí?
-Pondrás a los pies del rey este presente, le dice su padre con
voz apagada.
Cuando estuvo listo, David volvió donde estaban los demás. Dos
soldados, con cara de aburrimiento, esperaban a David para conducirlo
a la casa real de Saúl. Así David tuvo que dejar una vez más su rebaño
y partió con los mensajeros del rey. Pero, de pronto, uno de los
soldados preguntó a David:
40
tristeza y una especie de dejadez le daban el aspecto de un ídolo, que
tiene boca que no habla, ojos que no ven y oídos que no oyen. El rey
no se movió en absoluto cuando David entró a su presencia. Sin saber
explicar porqué David sintió una inmensa piedad por él. Sentía deseos
de acercarse a él y besarle las manos. Pero no se atrevió; se sentó en
el suelo a cierta distancia. Y al sentarse descubrió, detrás del rey,
apoyada en la pared, la gigantesca espada dorada. La piedad que
sentía por el rey se tiñó de miedo y terror, hasta paralizarlo,
impidiéndole huir, como deseó en aquel momento.
Así encontró David, por primera vez, al rey Saúl. Saúl y David, el
uno frente al otro. Sus vidas y sus personas, contrapuestas, seguirán
unidas por mucho tiempo. El uno ya rechazado por Dios y el otro ya
ungido para sustituirlo. Enfermo y solo Saúl, perdido en medio de su
delirio; David, aún un muchacho, pero elegido por Dios y colmado del
espíritu que ha abandonado a Saúl. Pero David no se ha presentado en
la corte del rey Saúl para suplantarle, sino para ayudarle con su
música. A la cabecera de Saúl está su hijo, el príncipe Jonatán, que
suplica a David:
David rozó suavemente las cuerdas del arpa y una dulce melodía
llenó la tienda. Las palabras temblaban en sus labios, pero seguían
fluyendo como agua que mana y se abre paso entre las rocas. La
música, que David arrancaba al arpa, se difundía por la habitación
como alas protectoras. Como cuando el viento cruza las ramas de los
árboles y agita suavemente sus hojas, que vuelan y descienden en
lentos giros, así iban volando las notas y las palabras hasta serenar la
mente turbada de Saúl. Sorprendido, Saúl alzó la cabeza y sus ojos
desprendieron un pequeño brillo de sosiego. Con voz apenas audible
dijo:
41
Saúl, aunque no renunció a la presencia de David, pues necesitaba de
su música para calmar su espíritu agitado. David con su arpa es
medicina para Saúl, pero su persona terminará siendo la verdadera
enfermedad de Saúl.
31
Sal 29.
32
Sal 131.
42
Tengo el alma en delirio,
y tú, Señor, ¿hasta cuando?
Vuélvete, Señor, salva mi vida.
Estoy extenuado de gemir,
baño de lágrimas mi lecho cada noche.
Mis ojos se consuman por el tedio,
envejezco entre tantas contradicciones. 33
-¿Por qué sólo han sido llamados a las armas los hombres de
más de veinte años? ¿Es que un joven como yo no puede batirse con el
enemigo? Si se me permitiera enrolarme en el ejército del rey estoy
seguro que lograría levantar el honor de Israel.
33
Sal 6.
43
Con estos pensamientos en el cuerpo, al regresar a casa, día
tras día, pedía a su padre que le permitiese ir al campamento a ver a
sus tres hermanos mayores. Pero el padre siempre le repetía lo mismo:
44
Esta es una de las muchas ocasiones en que David, en la
soledad del desierto, demostró su valor. La aventura más prodigiosa
fue la del mamut. La verdad es que David la guardó como un secreto,
pues nunca supo si fue algo más que un sueño. David encontró el
mamut dormido y, tomándolo por una montaña, empezó a subir a ella.
Pero, de repente, el mamut se despertó y se puso en pie. David se
encontró en el aire encima de la enorme bestia. Asustado, David hizo al
Señor el voto de construirle un templo alto como el mamut, si salía
salvo de aquella situación. Dios entonces acudió en su auxilio. Mandó
un león, que era el único animal que infundía temor al mamut. El
mamut se arrodilló ante el rey de la selva y así David pudo descender
fácilmente de él. En aquel momento apareció un ciervo y el león salió
corriendo tras él. De este modo David se libró del mamut y del león.
Con la piel del león vencido David se hizo un vestido de piel, que
siempre llevó consigo como memorial de la bondad del Señor para con
él. Satisfecho con su hijo, mientras acariciaba sus rojos cabellos, el
padre añadió:
45
eran sólo los centinelas y los controles, ante su vista aparecía el
campamento de Israel. Primero sus ojos no divisaron más que una
masa informe de gente que se movía desordenadamente, casi como un
rebaño enorme de ganado. Pero, al acercarse, pudo distinguir los
diversos escuadrones, cada uno en torno a la propia bandera. Ya
llegaba a sus oídos un rumor sordo y creciente como de mar agitado.
46
dedo en la llaga y se alza como la conciencia de Israel, manifestando lo
que cada fiel israelita debería hacer.
47
David y Goliat estaban unidos por lazos de sangre. Goliat era
descendiente de la moabita Orpá, la cuñada de Rut, antepasada de
David. Pero David y Goliat eran tan diferentes como sus abuelas. En
contraste con Rut, la piadosa y prosélita judía, Orpá se había
mantenido en la idolatría, llevando una vida infame. De Goliat (padre)
se decía que "era el hijo de cien padres y una madre". Pero, aunque se
le escarneciera justamente de este modo, Dios no deja sin
recompensa, incluso a los malvados, por sus buenas acciones. En
premio a los cuarenta pasos con que Orpá acompañó a su suegra
Noemí, Goliat recibió fuerza y destreza durante cuarenta días,
amedrentando al ejército de Israel. Y como recompensa por las cuatro
lágrimas que Orpá había derramado al despedir a su suegra, se le
concedió la gracia de dar a luz cuatro hijos gigantes. El más fuerte de
los cuatro era Goliat. Pero no tuvo tiempo David de recordar todas
estas cosas, pues se oyó la voz atronadora de Goliat:
Goliat esperó unos instantes y, viendo que nadie salía de las filas
de Israel, volvió a lanzar palabras injuriosas, despreciando a Israel y
blasfemando contra su Dios...
48
-Mañana y tarde, cuando nos preparamos para recitar el Shemá,
él sale a injuriar a nuestro Dios.
David replicó:
49
-Cuando tu siervo estaba guardando el rebaño de su padre y
venía el león o el oso y se llevaba una oveja del rebaño, yo salía tras
él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y si se revolvía contra
mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. Tu siervo ha
dado muerte al león y al oso, y ese filisteo incircunciso será como uno
de ellos, pues ha insultado a las huestes del Dios vivo.
-El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me
librará de la mano de ese filisteo.
50
de Goliat. Mientras David se alejaba, el rey y los generales le seguían
con la vista, bendiciéndolo y suplicando para él la ayuda del Santo,
bendito sea su nombre. En su interior, mientras se va acercando a
Goliat, que ha blasfemado el Santo Nombre, David recita el Shemá:
"Escucha, Israel, Yahveh es nuestro Dios, Yahveh es uno". Pero, en su
apuro, desde lo más hondo de sus entrañas aflora la plegaria que, de
pequeño, su madre le hacía recitar al ir a dormir: "En nombre del
Eterno, Dios de Israel, que Miguel esté a mi derecha, Gabriel a mi
izquierda, Ariel delante de mí, Rafael detrás de mí y por encima de mí
la Shekinah". Esta oración era el escudo que envolvía a David,
protegiéndole mucho mejor que la coraza de escamas a Goliat.
51
Goliat ante el pequeño David se siente ofendido, no es un digno
rival de su potencia. ¿Por quién lo toman? ¿Por un perro? David le había
comparado con un león o un oso, algo más aceptable, pero Goliat no lo
ha oído. Lo que oye es la réplica de David a sus palabras:
52
del Señor".37 Ante el Señor cae la hueca potencia de la idolatría,
derribada con la piedra de la fe, por pequeña que sea... Con las dos
manos David levantó la cabeza para que la vieran bien todos los
soldados, los del ejército de Israel y los filisteos. David, exultante,
eleva su canto:
53
Saúl, ahora acepta el gesto profético de Jonatán. David y Jonatán se
juraron amistad eterna. Y desde entonces ambos se amaron como
hermanos.41
41
Jonatán que se alegra con el triunfo de David es una figura de Juan Bautista, que
dice ante el Mesías, "hijo de David": "El que posee la esposa es el esposo; pero el
amigo del esposo, que está presente y le escucha, exulta de alegría al oír la voz del
esposo. Ahora mi alegría ha llegado a su plenitud. El debe crecer y yo disminuir" (Jn
3,29-30). Jonatán dará testimonio a favor de David, arriesgando incluso su propia vida
por el amigo: 1Sam 19,4ss;20,32-33.
42
Sal 144.
54
8. MEDITACIONES DE DAVID
Así como Dios estuvo con David en su lucha con Goliat, también
estuvo con él en otras muchas ocasiones, ayudándolo en sus
dificultades. Con frecuencia, cuando perdía toda esperanza, el brazo de
Dios intervenía y le salvaba de forma inesperada. Y no sólo le ayudaba,
Dios le iba comunicando sabiduría para descubrir cómo El guía el
mundo con justicia.
43
Sal 19,2.3.
55
En aquel instante una rana se puso a croar a poca distancia y
David, al oírla, siguió el hilo de su vanidoso pensamiento: ¿Qué placer
puede hallar Dios en esos sonidos de rana que no dicen nada? Esta
pregunta desagradó grandemente a la rana, que, con voz humana, se
dirigió al pastor:
Replicó la rana:
56
Dios, siempre atento al corazón de David, descubrió su estado
de ánimo y guardó en su memoria los sucesos de ese día, decidiendo
aclarárselos a David, mostrándole en su propia vida cómo esos seres,
que le habían perturbado, tenían su razón de ser...
Pero, aún eran más las cosas que turbaban la paz de David. Ese
mismo día, después de recoger el rebaño, mientras regresaba a casa,
David se encontró con un loco que gesticulaba y gritaba, babeando y
desgarrando sus vestidos. David le miraba ese día como si nunca antes
le hubiera visto. Así se dio cuenta cómo los muchachos del pueblo
rodeaban al loco y se burlaban de él. La vista del loco, y el espectáculo
de los muchachos riendo y abusando de él, hizo que David reviviera en
una forma mucho más aguda las dudas del día sobre la bondad de la
creación: ¿Qué ha buscado el Creador al mandar al mundo personas
como ésta? ¿Por qué y para qué existen los locos?
Esta aclamación provocó los celos del rey Saúl, envidioso del
triunfo de David. Saúl no pudo soportarlo:
-Han dado a David diez mil y a mí sólo mil. Sólo falta que le den
el reino.
57
Dios. Los celos le trastornan la razón y la rivalidad se hace irracional
en su lucidez.
58
metió de nuevo Doeg, el viejo enemigo de David. Pero Doeg fue
confundido por el Señor. Doeg se presentó ante Saúl y le informó:
59
-¡Hijo de una perdida! ¿Crees que no sé que tú estás de su
parte? ¡Vergüenza para ti y para tu madre! Pues has de saber que
mientras viva el hijo de Jesé no estarás seguro tú ni tu reino. Anda,
manda a buscarlo y traémelo, pues debe morir.
-Huye y vete en paz. Ahora que nos hemos jurado amistad, que
el Señor esté conmigo y contigo.
60
cerrando el ingreso de la gruta. Cuando Saúl, con sus soldados, pasó
ante la gruta, David sintió su taconeo y se estremeció de terror. Pero, al
instante, se tranquilizó, oyendo la voz de Saúl:
El rey Akíš oyó la voz de sus centinelas y corrió a impedir que los
hermanos de Goliat hicieran justicia por su mano:
61
-No permitiré una acción semejante. Goliat fue vencido en
combate, ¿y vosotros queréis matar a David a traición?
-Mirad, este hombre está loco. ¿Qué hace aquí? ¿Es que me
faltan locos para que venga a mi casa uno más?
62
Bendeciré a Yahveh en todo tiempo,
sin cesar en mi boca su alabanza;
en Yahveh mi alma se gloría,
¡óiganlo los humildes y se alegren!
He buscado a Yahveh y me ha respondido:
me ha librado de todos mis temores.
Cuando el pobre grita, Yahveh oye
y le salva de todas sus angustias.
Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón,
él salva a los espíritus hundidos.
Muchas son las pruebas del justo,
pero de todas le libra Yahveh. 48
48
Sal 34.
49
Sal 23.
63
10. DAVID PERSEGUIDO
64
Con razón dice un sabio, bendita sea su memoria: Para todo el
que, antes de subir yo al poder, me decía "sube", no tenía más que un
deseo: ¡perseguirlo hasta la muerte! Pero, una vez que he alcanzado el
poder, no tengo más que un deseo para todo el que me dice que lo
deje: ¡derramar sobre él una olla de agua hirviendo! Pues es difícil
ascender al poder, pero más difícil es descender de él. Por eso
encontramos respecto a Saúl que cuando se le dijo: "Sube a la
realeza", se escondió, según se dice: "Y dijo Yahveh: ahí está oculto
entre los bagajes".50 Pero cuando le dijeron: "desciende de ella",
persiguió a David para matarlo.
50
1Sam 10,22.
51
1Sam 19,11-17. Mikal es hija de Raquel, con quien tiene tanto en común, y sabe
qué hacer con los terafim: Cfr Gén 31,17-35; Cfr también Jos 2,1-16.
65
porque has sido mi refugio en el día del peligro. 52
Sin tiempo para tomar nada, comida, ropa o una espada, David
tuvo que huir a toda prisa de Saúl. En su huida, David llegó a Nob,
donde estaba el sacerdote Ajimélec, que, temblando, le salió al
encuentro y le preguntó:
Le contestó el sacerdote:
Dijo David:
66
cavernas como refugio.54 La existencia de David entra en precariedad,
marcada por encuentros y enfrentamientos, huidas y agresiones,
traiciones y amistades, delaciones y ayudas. El desierto inhóspito se
hace refugio acogedor.
67
A la mañana siguiente, cuando Saúl y sus huestes se alejaron de
la cueva, David salió y, mostrándole el borde del manto que le había
cortado, llamó a gritos a Saúl:
-¿Es ésta tu voz, hijo mío, David? Más justo eres tú que yo. Tú
me haces el bien y yo te devuelvo males. Hoy has mostrado tu
bondad, pues Yahveh me ha puesto en tus manos y no me has matado.
¿Qué hombre encuentra a su enemigo y le permite seguir su camino
en paz? Que Yahveh te recompense por el bien que hoy me has hecho.
68
esperaré en tu nombre, bueno con los que te aman. 56
Y añadió David:
56
Sal 52.
69
Pero David se dijo: Hoy el rey me ama, pero mañana le volverá
el mal depresivo y me odiará de nuevo. Si permanezco, un día u otro
me capturará. Mejor es que me aleje del rey y huya al país de los
filisteos. Es lo que propone a su brigada de valientes y fieles soldados,
que aceptan, aunque algunos murmuren contra él, por su actitud con
el rey Saúl. Al llegar la noche, David se retira y, en su soledad, abre su
corazón al Señor:
57
Sal 4.
58
Eclo 40,5-7.
70
En su huida, con el desierto como marco, le brotan a David los
versos de lamentación, de súplica y de abandono confiado en el Señor.
El desierto hace aflorar la situación interior de David, perseguido, solo,
sin apoyos, obligado al silencio, amenazado de muerte. Arido y con la
boca reseca anhela el agua de la presencia y ayuda del Dios salvador.
Sólo el agua de su gracia puede abrir los labios al canto y a la
alabanza:
-Paz para ti, para tu casa y para todo lo tuyo. He sabido que
estás de esquileo. Pregunta a tus pastores y te dirán cómo nosotros
nunca les hemos molestado ni les ha faltado nada desde que hemos
estado con ellos en Carmelo. Que estos muchachos encuentren gracia
a tus ojos, ya que hemos venido en un día de fiesta. Dales lo que
tengas a mano para tus siervos y tu hijo David.
59
Salmo 63.
71
-¿Quién es David? Abundan hoy los siervos que andan huidos de
sus señores. ¿Acaso voy a tomar mi pan, mi vino y mis reses, que he
sacrificado para mis esquiladores, para dárselas a unos hombres que
no sé de dónde son?
Pero ante él estaba ya Abigaíl que, apenas vio a David, bajó del
asno, se postró en tierra ante él y le dijo:
60
Nabal en hebreo significa necio. Es un "nabal" quien piensa que Dios no exista
(Sal 14,1;53,2); es "nabal" Israel cuando responde con el pecado a los dones de Dios
(Dt 32,6); es "nabal" quien, como en este caso, habla pérfidamente de Dios y niega el
alimento al hambriento (Is 32,5-6).
72
mismo le hubiera hablado por boca de Abigaíl, a él le brotó la
exultación:
61
Nabal, el necio rico, que responde al bien con el mal, es una copia de Saúl. David,
por el contrario, renuncia a pagar el mal con el mal, dejando a Dios que le haga
justicia, como anuncia la sabia Abigaíl: "Sean como Nabal todos tus enemigos y
quienes intentan el mal contra mi señor" (1Sam 25,26).
73
Aunque tramen tu ruina y urdan intrigas,
nada podrán, pues tu arco les pondrá en fuga.
¡Levántate, Yahveh, con tu fuerza
y al son del arpa salmodiaremos para ti!62
74
exulte mi corazón con tu auxilio
y te cantaré por el bien que me has hecho. 63
-Evócame a Samuel.
63
Sal 13.
64
Is 8,16-20.
75
mágicamente de la tumba, pronuncia el oráculo de condena definitivo
contra Saúl. La voz del muerto sigue siendo la voz del profeta, que
transmite la palabra de Dios:
Respondió Saúl:
Samuel le dijo:
76
había prohibido la nigromancia, a Samuel, que está muerto, y,
humillado, implora a su escudero que le dé muerte con su espada.
Derrotado no logra siquiera morir en la batalla. Ve que los filisteos han
vencido, que todo está perdido y desea morir. No quiere caer
prisionero de sus adversarios. Se expone para caer en el combate,
pero sólo logra salir herido. Busca entonces a su escudero y le dice:
Le respondió:
-Los israelitas han huido del campo de batalla y han caído todos.
Saúl y Jonatán han sido matados sobre el monte Gelboé.
65
1Cro 10,6. "Saúl murió a causa de la infidelidad que había cometido contra Yahveh,
porque no guardó la palabra de Yahveh..., por lo que le hizo morir y transfirió el reino a David,
hijo de Jesé" (1Cro 10,13-14).
66
Saúl tiene muchos aspectos comunes con Goliat. Grandes, imponentes, los dos son una
amenaza para la pequeñez de David. Los dos, confiando en sus armas, han sufrido el mismo
fin: derribados por tierra, atravesados por su propia espada, a los dos se les ha cortado la
cabeza y la han paseado por distintas ciudades.
67
Esta imprecación contra los montes de Gelboé se ha cumplido. Incluso en el
Estado de Israel actual se ha prohibido todo cultivo y que se planten árboles, para que
no quede frustrada la maldición de David.
77
Allí quedó manchado el escudo de Saúl.
¡Arco de Jonatán, que no volvía atrás!
¡Espada de Saúl, que no tornaba en vano!
Saúl y Jonatán, amables y amados,
ni vida ni muerte los pudo separar.
Muchachas de Israel, llorad por Saúl,
que os vestía de púrpura y de joyas.
¡Cómo cayeron los valientes en el combate!
¡Jonatán, cómo sufro por ti, hermano mío, Jonatán!
Tu amistad era para mí mejor que amor de mujer.
David había sido ya consagrado rey por Samuel, pero había sido
en privado. Ahora su investidura se realizará solemnemente. Los
hombres de Judá ungieron a David como rey de su tribu. Pero las otras
tribus estaban divididas. Unos querían que David fuera el rey y otros
preferían que subiera al trono uno de los hijos de Saúl. Hubo confusión
y discordia, pero al final todas las tribus de Israel reconocieron a David
como rey. Le decían y se decían unos a otros:
-Mira, ya mientras Saúl era nuestro rey, tú nos has guiado contra
nuestros enemigos y salíamos victoriosos. Hemos sabido además que
Samuel, el profeta y vidente, te ha ungido como rey hace ya tanto
tiempo, cuando aún eras un pastor en Belén. ¡Dios te ha ungido como
rey!
78
-¿No queda nadie de la familia de Jonatán con quien yo pueda
mostrarme bueno y generoso?
13. JOAB
79
La vida de David, rey de Israel, está ofuscada por la sombra de
una figura misteriosa y turbia. Desde lo escondido su influencia pesa
sobre David. Se trata de su sobrino, el general Joab, hijo de su hermana
Sarvia. Hábil guerrero, pero implacable y ambicioso.
Lo mismo hará con los dos jefes de banda, Baaná y Rekab, que
mataron mientras dormía a Isbaal, el hijo cojo de Saúl, y tuvieron el
atrevimiento de cortarle la cabeza y llevársela a David:
-Benditos seáis del Señor por haber hecho esta misericordia con
Saúl, vuestro señor, dándole sepultura. Que el Señor sea con vosotros
misericordioso y fiel. También yo os trataré bien por haber hecho esto.
Y ahora, tened fortaleza y sed valerosos, pues murió Saúl, vuestro
señor, pero la casa de Judá me ha ungido a mí por rey suyo.
80
de atraer a la unidad a cuantos podían soñar con reconstruir un ejército
de fieles a Saúl en torno a su capitán.
-¿Qué has hecho? ¿Por qué lo has dejado irse en paz? ¿No sabes
que Abner ha venido a engañarte, espiando tus movimientos, y a
enterarse de lo que piensas?
81
Caíste como se cae
a manos de traidores.68
68
2Sam 3,33-
82
Este es el modo rudo de razonar de Joab, que entiende más de la
guerra que de los sentimientos humanos. Es de la familia de David,
pero sus almas son muy distintas. Hasta el lecho de muerte se llevará
David esta amargura. Morirá confiando que Salomón, su sucesor,
vengue todos los delitos del sanguinario hijo de su hermana Sarvia. Así
lo consigna en su testamento:
83
14. LA DANZA ANTE EL ARCA
Yahveh les había derrotado. Habían ido a la guerra sin contar con
El, apoyados en su propia fuerza. Esto era verdad. Pero no entendieron
al Señor. Siguieron sin convertirse al Señor, aunque los ancianos de
Israel decidieron llevar el Arca del Señor al campo de batalla. El Arca es
capturada por los filisteos y llevada hasta Asdot, al templo de Dagón,
colocándola junto a Dagón. Pero "la mano del Señor" triunfa de las
manos cortadas de Dagón, derribándolo por tierra. Comienza entonces
la larga peregrinación del Arca cautiva. El Señor hiere a los filisteos con
plagas, pero ellos se endurecen y, en vez de devolverla, la van
paseando por su territorio. Como la plaga también recorre el territorio,
los filisteos atemorizados deciden soltar el Arca:
84
Todo el pueblo era presa de un pánico mortal. Los siete meses
que estuvo el Arca en poder de los filisteos fue un sucederse de
desgracias. Convocaron a los príncipes y les dijeron:
Respondieron:
85
Cuando les llegan rumores de su asedio se echan a reír, pues estaban
seguros de que hasta los ciegos y cojos podían defenderla.
Y el pueblo exclamaba:
86
no niegues audiencia a tu Ungido.
87
-¡Cómo se ha cubierto hoy de gloria el rey de Israel,
descubriéndose a la vista de las criadas de sus servidores, como lo
haría un cualquiera!
David le respondió:
-¿No fue Saúl un rey ungido con el óleo santo? ¿Acaso no abolió
la idolatría? ¿Y no sabes que es compañero de Samuel en el paraíso? Y
mientras tú habitas en tierra de Israel, ¡él está aún sepultado fuera de
Israel, entre los idólatras!
88
Inmediatamente David, acompañado de los sabios y nobles del
reino, se fue a Yabés de Galaad, desenterró los restos de Saúl y Jonatán
y solemnemente fueron llevados en procesión a la tierra de Israel,
donde fueron enterrados en la heredad de Benjamín. Este acto de
afecto, que Israel rindió a su rey fallecido, suscitó la compasión de
Dios, que mandó a las nubes descargar sus aguas sobre el campo
reseco.
Dios le replicó:
David tuvo que dar satisfacción a los Guibeitas por los crímenes
de Saúl contra ellos. Entonces los paganos reconocieron:
89
Entonces él, sin consideración alguna, les reprochó:
-No es así como debes orar. Pide a este ídolo que se mueva de
su sitio y muestre así a tu hijo cómo se mueven las piernas. ¡Díle que
le dé ejemplo a tu hijo!
-¿Cómo es posible que tú alejes a la gente del ídolo del que eres
sacerdote?
90
-¿Cómo es posible que un levita como tú se ponga a servir a un
ídolo?
70
Sal 16; Cf Sal 115.
91
mismo emprenderá como rey y liberador de Israel: "Por donde quiera
que iba le daba Yahveh la victoria". 71
Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey de
Israel, subieron todos en busca de David, desplegándose por el
profundo Valle de Refaím. David, al enterarse, bajó al refugio de Adul-
lam. Allí imploró a Dios, al son del arpa:
71
2Sam 8,14.
72
Sal 2.
92
Una vez que tomó posesión de Jerusalén, David se dirigió hacia
el valle de los Gigantes, para entablar la guerra contra sus eternos
rivales, los filisteos.
93
-Ved la diferencia entre Saúl y David.
Estos dos pueblos, habiendo oído que Joab era fiel observante de
las órdenes bíblicas y que gracias a ello se habían salvado sus vecinos
los edomitas, enviaron también ellos una delegación de personalidades
con el encargo de recordarle el texto bíblico: "No hagas daño a Moab y
teme al Señor, tu Dios..."
94
con Amalek en guerra contra nosotros, ¿no violaron la alianza, que
ahora quieren hacer valer? Y en tiempos de los Jueces, ¿no nos han
atacado y derrotado los reyes de Aram y de Moab?
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni camina por la senda de los pecadores,
ni se sienta en el banco de los burlones;
sino que su gozo es la Torá del Señor,
meditándola día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto a su tiempo y no se marchitan sus hojas.
Cuanto emprende le sale bien.
No así los impíos, no así;
serán como paja que se lleva el viento.
El Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.73
73
Sal 1.
95
David, sin descubrir en el ciervo la trampa que Dios le estaba
tendiendo, no se dio por vencido. Se empeñó en seguirlo, ¿cuándo se
le había escapado a él un animal? Abišaí corría junto a David tras el
ciervo hasta que se detuvo para atarse el lazo de una de sus sandalias.
Fue sólo un momento, pero bastó para que David desapareciera de su
vista. Corrió y buscó su rastro pero no logró encontrarlo.
A todo correr Abišaí daba vueltas por un lado y por otro, sin
saber hacia dónde dirigirse. Pero, al rato, se topó con una paloma que
se agitaba prisionera entre las púas de un espino y se arrancaba las
plumas. Esta nueva señal le anunciaba la gravedad del peligro que
estaba corriendo David, aumentando su preocupación. Elevó la vista al
cielo y su mirada descubrió la torre donde se encontraba prisionero
David. Penetró a todo correr y se chocó con Orpá, madre de Iskí,
sentada con el huso en sus manos. La preguntó si había visto a David,
pero no halló respuesta alguna. Abišaí intuyó que el silencio era señal
de que sí estaba allí David.
96
Apenas David vio a su compañero, le explicó la causa de lo que
estaba viendo, cómo Dios lo había entregado en manos del enemigo
como castigo por su orgullo. El amigo, entonces, le exhortó a pedir
perdón a Dios, asegurándole que, apenas Dios viera su corazón
compungido y arrepentido, se haría presente para salvarlo.
74
Sal 18; 2Sam 22.
97
17. DAVID COMO JUEZ
98
estado de miseria. La sentencia era justa y la aceptó con ánimo sereno.
Sin embargo, aún aceptando la sentencia, preguntó a David:
David era más severo consigo mismo que con los demás. Se
cuenta que en una ocasión, durante una de sus guerras con los
filisteos, tuvo la inspiración de hacer una libación en honor del Señor,
pero, al ir a hacerla, se dio cuenta de que no había agua en el
campamento.
99
A ti, Señor, me acojo, no quede defraudado,
Tú, que eres justo, ponme a salvo,
sé tú la roca de mi refugio,
sácame de la red que me han tendido,
porque Tú eres mi amparo. 75
-Pero, Señor, ¿no te agrada que David edifique una casa para ti?
75
Sal 30.
100
El Señor le respondió:
-¿Quién soy yo, mi Señor, para que me hayas hecho llegar hasta
aquí? Y, como si fuera poco, haces a la casa de tu siervo esta profecía
para el futuro. ¡Realmente has sido magnánimo con tu siervo!
¡Verdaderamente no hay Dios fuera de ti! Ahora, pues, Señor Dios,
mantén por siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su
familia. Cumple tu palabra y que tu nombre sea siempre memorable.
Ya que tú me has prometido "edificarme un casa", dígnate bendecir la
casa de tu siervo, para que camine siempre en tu presencia. Ya que tú,
mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo, pues
lo que tú bendices queda bendito para siempre.
101
Esta esperanza contra toda esperanza, fruto de la promesa gratuita de
Dios, basada en el amor de Dios a David, se mantuvo viva a lo largo de
los siglos. La promesa de Dios es incondicional. El Señor no se
retractará por nada. El rey esperado, el hijo de David, no será un
simple descendiente de David. Será el salvador definitivo, el Ungido de
Dios, el Mesías.
76
Sal 72.
77
Cfr 1Cro 22-29.
102
para construir un templo a tu santo nombre viene de tus manos y a ti
pertenece. Sé, Dios mío, que sondeas el corazón y amas la sinceridad.
Con sincero corazón te ofrezco todo esto, y veo con alegría a tu pueblo
aquí reunido ofreciéndote sus dones. Señor, Dios de nuestros padres
Abraham, Isaac e Israel, conserva siempre en tu pueblo esta forma de
pensar y de sentir, mantén sus corazones fieles a ti. Concede a mi hijo
Salomón un corazón íntegro para poner en práctica todos tus
preceptos y para edificarte este templo que he proyectado.
Una vez que haya preparado todo para la construcción del
templo, David ya podrá morir en paz. Pero esta paz está aún lejos de
David. Antes tendrá que purificarse con el sufrimiento para poder
"dormir en paz con sus padres".
Ornán le respondió:
103
extienda por todas las naciones. Voy a comenzar los preparativos".
Llamó a su hijo Salomón y le dijo:
104
adormilado, han caído sus ojos sobre aquella bella e inolvidable mujer,
que estaba bañándose desnuda. Desde aquel momento David pasa de
delito en delito, de vergüenza en vergüenza, tratando de revestirse de
mentiras e hipocresías, que le van encadenando y arrastrando hacia lo
que nunca imaginó.
105
con ella, que acababa de purificarse de sus reglas. Después Betsabé se
volvió a su casa. Quedó encinta y mandó este aviso a David:
-Estoy encinta.
106
-Pon a Urías en primera línea, donde sea más recia la batalla y,
cuando ataquen los enemigos, retiraos dejándolo solo, para que lo
hieran y muera.
107
debe sentenciar con su autoridad suprema. Y, mientras escucha,
David, que había logrado acallar su conciencia con fútiles razones,
ahora, con la palabra del profeta, se le despierta. Rojo de cólera
exclama:
108
Purifícame con el hisopo y quedaré limpio.
Devuélveme el gozo y la alegría,
que se alegren mis huesos quebrantados.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu;
devuélveme la alegría de tu salvación.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación
y mi lengua proclamará tu justicia.79
109
a combate y él se quedó en Jerusalén, se sentía solo y aburrido, y
comenzó a desvariar en su mente. Una tarde se quejó ante Dios:
-Oh Señor, ¿por qué la gente dice "el Dios de Abraham, el Dios
de Isaac y el Dios de Jacob" y no dice el Dios de David? Tú has
levantado el trono de tu gloria sobre los tres Patriarcas, pero un trono
con tres patas es inestable, incorpórame a ellos y así tú trono estará
firme para siempre, "pues mi pie está firme en suelo llano". 81
El Señor le respondió:
David repuso:
81
Sal 26,12.
82
Sal 26.
110
protégeme de los malvados que me acosan,
del enemigo mortal que me cerca.
Avanzan contra mí, ya me cercan,
me clavan sus ojos para derribarme,
como un león ávido de presa,
como cachorro agazapado en su guarida.
¡Levántate, Yahveh, hazle frente, derríbale,
libra mi alma de sus enemigos!
Y a mis enemigos, mortales de este mundo,
cuyo lote es esta vida, llénales el vientre,
que se sacien ellos y también sus hijos.
Pero yo, con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.83
Desde su pecado, David comprende que los juicios del Señor son
justos. Su arrogancia cede ante el Señor, que le hace experimentar la
83
Sal 17.
84
Pr 28,13; Sal 32.
85
Sal 19,13.
111
muerte que ha sembrado su pecado. El niño, nacido de su adulterio,
cayó gravemente enfermo. David, entonces, suplicó a Dios por el niño,
prolongando su ayuno y acostándose en el suelo. Los ancianos de su
casa le suplican que se levante del suelo y coma, pero él se niega. En
su lecho se debate y suplica al Señor: Señor, he pecado y es justo tu
castigo. Pero no me corrijas con ira, no me castigues con furor. Ten
piedad de mí que estoy postrado y sin fuerzas. Sé que necesito los
dolores, que me mandas, para desatar mi alma de los lazos del
pecado. Pero mis huesos están desmoronados, abatida mi alma, y tú,
Yahveh, ¿hasta cuando? Estoy extenuado de gemir, cada noche lavo
con mis lágrimas el lecho que manché pecando con Betsabé. Mira mis
ojos, los "bellos ojos" que tú me diste, ahora hundidos y apagados, y
escucha mis sollozos.86
Les respondió:
112
¿cuando entraré a ver el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan noche y día,
mientras todo el día me repiten:
¿Dónde está tu Dios?
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
Salud de mi rostro, Dios mío.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué me olvidas?
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos por las burlas
de quienes todo el día me preguntan:
¿Dónde está tu Dios?87
-¿Qué le pasa al príncipe que cada día está más afligido? ¿No me
lo vas a contar?
Ammón le respondió:
Ella replicó:
87
Sal 41.
113
quedarás como un infame en Israel. Por favor, díselo al rey, que no se
opondrá a que yo sea tuya.
-¡Levántate, vete!
114
-Absalón ha dado muerte a Ammón, como había decidido el día
en que fue violada su hermana.
115
exigir disculpas, abrazó al hijo. Pero Absalón, que se considera con
derecho a la sucesión, no quiere esperar. Teme que el rey se elija otro
sucesor entre sus muchos hijos. ¿Acaso no muestra preferencias por
Salomón y, sobre todo, por su madre, Betsabé? Absalón se hizo con
una carroza, caballos y cincuenta hombres de escolta. Cada mañana,
temprano, se ponía a las puertas de la ciudad, para intrigar contra su
padre. A los que iban con algún pleito al tribunal del rey les decía:
116
Era tal la depresión de David, que se culpaba a sí mismo de lo
que estaba sucediendo, que buscó la forma de disculpar a su hijo
Absalón, al menos ante el pueblo. Un día, después de dar vueltas en su
mente a sus pensamientos, llamó a sus fieles seguidores y les dijo:
-¿Dónde vais?
Le respondieron:
117
estos méritos, mi hijo se ha levantado contra mí y me quiere matar?
¿No se sentirán confundidos y les entrarán dudas sobre la justicia
divina?
118
tú mantienes alta mi cabeza.
No temo al pueblo innumerable
que acampa en torno contra mí.
¡Levántate, Yahveh!
¡Dios mío, sálvame!
De ti, Yahveh, viene la salvación
y la bendición sobre tu pueblo. 88
88
Sal 3.
89
Ex 20,13.
119
El asesino, que destruye una vida, podrá esconderse de la vista
de los mortales, pero no se podrá ocultar de la vista del Señor, pues
sus ojos observan todas las acciones de los hombres; no hay tinieblas
ni obscuridad en las que se pueda ocultar el malvado. ¿Cómo va a
poder ocultarse del Santo, bendito sea, que vierte y forma al niño en el
vientre de su madre?, según lo dicho: "¿No me vertiste como leche y
cual queso me cuajaste?".90
90
Job 10,10.
91
Sal 58,11-12.
92
Sal 17.
93
Cfr. Sal 4.
120
22. HUMILDAD DE DAVID
94
Sal 17.
95
Sal 16.
121
guíame en tu verdad, enséñame, tú, Dios de mi salvación.
Acuérdate, Yahveh, de tu ternura y de tu amor
y no recuerdes los pecados de mi juventud,
tú, que muestras a los pecadores el camino.
Por tu gran bondad perdona mi culpa, que es grande. 96
122
¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?
¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro?
¿Hasta cuándo he de estar preocupado,
con el corazón apenado todo el día?
¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo?
Atiende y respóndeme, Dios mío, da luz a mis ojos
para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: "Lo he vencido",
ni se alegre mi adversario de mi fracaso.
Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio
y te cantaré por el bien que me has hecho. 97
David contestó:
El rey reflexionó:
97
Sal 13.
98
1Cro 21,1.
123
cuando David vio al ángel que estaba hiriendo la población, dijo al
Señor:
99
Sal 30.
124
23. AJITOFEL Y JUSAY
125
Betsabé. Esto le llevó a tomar parte en la rebelión de Absalón contra
David. A pesar de todas las lecciones que había impartido a David
sobre la Torá, él no había aprendido que ningún pecado puede borrar el
amor de Dios, si uno ama su Torá. Este amor salvó a David de la
desgracia, mientras que Ajitófel perdió este mundo e incluso su
participación en el mundo venidero.
126
ambos tramaron la caída de David, intentando borrar su nombre con la
calumnia.
-Si vienes conmigo, me vas a ser una carga. Pero puedes hacer
fracasar el plan de Ajitófel si vuelves a la ciudad y le dices a Absalón:
"Soy tu siervo, oh rey mi señor; antes serví a tu padre, ahora soy siervo
tuyo".
127
-Anda, que allí están también los sacerdotes Sadoc y Abiatar.
Todo lo que oigas en la casa del rey, se lo comunicas a los sacerdotes y
ellos, por medio de sus hijos Ajimás y Jonatán, me transmitirán las
noticias.
Absalón le dijo:
-¿Es este tu afecto por tu amigo? ¿Por qué no te has ido con él?
Ajitófel, que sabe que David y sus gentes están agotados, piensa
que lo mejor es atacar, sin darles tregua para recuperarse. Por eso
aconseja a Absalón:
Jusay respondió:
128
Absalón y los israelitas exclamaron:
Le respondieron:
104
Ajitófel abrió el camino de los traidores: Cfr. Mt 27,3-10.
105
Sal 7.
129
-No vengas. Que si nosotros tenemos que huir, eso no tiene
importancia; y si morimos la mitad, tampoco nos importa. Pero tú vales
por mil de nosotros. Es mejor que nos ayudes desde la ciudad.
-Pues si lo has visto, ¿por qué no le has derribado allí mismo por
tierra y yo te habría dado diez siclos de plata y un cinturón?
130
Entonces Joab le rechazó, diciendo:
Preguntó el rey:
Respondió:
131
Al oírlo, el rey se estremeció, subió a la estancia que había
encima de la puerta y rompió a llorar, exclamando:
132
Te pidió vida y le has concedido años sin término.
Tus victorias han engrandecido su fama,
lo has circundado de gloria y esplendor,
lo colmas de alegría en tu presencia.
¡Levántate, Yahveh, con tu poder,
y te cantaremos al son de instrumentos!108
108
Sal 21.
133
-No serás tú quien me edifique una casa, porque has sido un
hombre de guerra. Un hijo tuyo, hombre de paz, será quien edifique mi
Templo.
134
-Ahí están banqueteando todos y aclamando: "¡Viva el rey
Adonías!". Si esto se ha hecho por orden de mi señor el rey, ¿por qué
no habías comunicado a tus siervos quién iba a sucederte en el trono?
109
Sal 39.
135
-Amén. Así habla Yahveh, Dios de mi señor el rey. Como ha
estado Yahveh con mi señor el rey, así esté con Salomón y haga su
trono más grande que el trono de mi señor el rey David.
Salomón dijo:
136
Salomón amaba a Dios, siguiendo el camino de su padre David.
Se sentía hijo de la promesa de Dios a su padre, que él mismo oyó
repetida:
-Por este templo que estás construyendo, yo te cumpliré la
promesa que hice a tu padre David: habitaré entre los israelitas y no
abandonaré a mi pueblo Israel.
110
Cfr. 1Re 3,3.6.14;6,12-13;7,51;8,15-26;11,4.6.11-13.31-39;15,3-5;2Re 8,19...
137
25. MUERTE DE DAVID
138
destinado está por concluir... Lo que yo te pido es únicamente que me
reveles el día de la semana en que moriré.
-Morirás en Sábado.
Le replicó el Señor:
139
Pero aquí nosotros lo celebramos
hasta el fin de nuestros días. Aleluya.
El cadáver del rey no podía moverse, por ser Sábado. Esto era
algo doloroso para todos los que estaban en palacio con él, pues al
estar tendido por tierra estaba expuesto a los rayos del sol. Por ello,
Salomón convocó a las águilas para que custodiaran el cuerpo del rey,
protegiéndolo con la sombra de sus alas desplegadas.
111
Ex 33,21.
112
1Sam 25,29.
140
Pero el espíritu de los salmos de David no fue arrebatado por el
ángel de la muerte. Sigue vivo entre nosotros hasta el fin de los
tiempos. Es el espíritu mismo de David que no ha muerto, de este rey
de Israel que continúa vivo en medio del pueblo de Dios.
141
-Soberano del universo yo ofrezco a David setenta de mis años
para que él los viva cantando ante ti.
114
Gén 5,1.
115
Gén 3,6.
142
sólo le correspondían tres horas de vida, le cedió setenta años de su
vida, para que David organizara el coro de la creación.
Así hasta David, cuya vida era don de Dios, ante la petición de
Adán. Nadie apreciaba a David, el pastor, que "era rubio, de bellos
ojos". Cuando Samuel -¡el Vidente!- vio a David ante sí se alarmó:
"Este tipo rojo es una copia del malvado asesino Esaú". Pero el Santo,
bendito sea, cortó sus pensamientos: "¡No! Este es diferente, porque
tiene bellos ojos. Los ojos de Esaú arrastraban sus pies a satisfacer
sus bajos deseos; los bellos ojos de David le llevarán a cantar las
alabanzas del Creador con el coro de toda la creación. Toda su pasión
la empleará en dar gloria al Señor: ¡Ungelo!” 119
Pero los sabios no olvidan que también los ojos de David fueron
puestos a prueba. En la somnolencia de la tarde, sus ojos se hallaron
ante un signo que les arrastra desde la pureza del cielo hasta los
deseos de la tierra: desde la terraza del palacio vio a una mujer
excepcionalmente hermosa. 120 En ese momento en que los ojos de
David caen sobre Betsabé se distraen y dejan de mirar a Dios: "apartó
116
Ex 20,18
117
1Sam 9,9.19.
118
1Sam 16,6-7.
119
1Sam 16,12.
143
los ojos de Dios", "hizo lo que está mal a los ojos de Dios". La rojez de
David destruyó la belleza de sus ojos. La pasión oscureció su mirada.
David que había dicho tantas veces: "tu amor está ante mis ojos" 121,
"sin cesar tengo a Yahveh ante mí", después del pecado se lamenta:
"mi pecado está sin cesar ante mí".122
144
extrañas visiones que le perseguían y de las que no lograba liberarse.
Y si hasta de su misma sombra sentía terror, se puede comprender que
viese en los demás traidores que buscaban matarlo.
Pero también, más tarde, cuando, pasados los años, David subió
al trono y sus victorias le cubrieron de gloria, el arpa era el
instrumento amado con el que David se recreaba, retirándose a la
escondida estancia de su magnífico palacio, que se había mandado
construir para él solo. Era una estancia revestida de cedro del Líbano,
donde David, a solas, acompañaba con su arpa los cantos de acción de
gracias al Creador.
145
construido como canto en piedra levantado al Señor. David la recorría
con mirada agradecida y gozosa. Los montes la ceñían como corona
espléndida. El rey no dudaba que el espíritu del Señor la protegía. Y, al
solo pensarlo, el cantor que llevaba dentro entonaba las laudes,
mientras las manos buscaban solas las cuerdas del arpa para
acompañar los salmos que hoy nosotros seguimos entonando cada
mañana.
146
Pues él aplastó a los enemigos vecinos,
derrotó a los filisteos, sus adversarios,
quebrantando para siempre su poder.
En todas sus empresas elevó acción de gracias,
alabando la gloria del Dios Altísimo.
Con todo su corazón amó a su Creador,
entonando salmos en cada momento.
Instituyó salmistas ante el altar
y con su música dio dulzura a los cantos.
Dio a las fiestas esplendor y solemnidad;
cuando alababa el Santo Nombre del Señor,
el Santuario resonaba desde la aurora.
El Señor perdonó sus pecados y le dio gloria,
otorgándole el poder real para honor de Israel. 124
124
Eclo 47,2-11.
125
2Sam 23,1;2Cro 23-25.
126
Am 6,5.
127
Is 40,5.
147
estas ocasiones un trono de fuego para él enfrente del trono de Dios.
Sentado en este trono y rodeado por los reyes de su dinastía, él entona
sus salmos al Altísimo. Al final siempre proclama el verso:
Pero replica:
148
-Recuerda que no fui digno de entrar en la tierra prometida, no
me corresponde a mí la bendición.
Y David responde:
-Amén, Amén.
128
Sal 116,12.
129
Sal 71,22.
130
Sal 72,11ss. Ultimo salmo de David.
149
28. LA ESPADA DE DAVID
Sobre una mesa de oro está apoyado el libro de los salmos y una
jofaina para las abluciones purificadoras de después del largo sueño.
150
Pero tampoco la noticia de este trágico suceso bastó para
desanimar a otros jóvenes de futuras generaciones, que mantuvieron
la esperanza de llegar a la gruta y recibir la espada de la redención.
151
Querida, pura paloma,
desvélanos el lugar de la gruta de David.
152
Al terminar de hablar, se elevó al cielo en un carro de fuego. Y
los dos jóvenes, con el corazón que les martilleaba el pecho,
penetraron en la gruta lentamente. La gruta era un puro fulgor de oro y
piedras preciosas de los más variados colores, mientras una suave
melodía de arpa llenaba de gozo el aire interior. Perfumes
desconocidos embriagaban los sentidos...
153
29. JESUS, HIJO DE DAVID
131
Cfr Is 11,1-9;Jr 23,5-6;Miq 5,1-3...
132
Desde Mateo: 1,1ss;9,27;20,30.31;21,9..., hasta el Apocalipsis: 5,5;22,16.
133
Sal 131.
154
peligro. En ese momento, Dios envía al profeta Isaías al incrédulo Acaz
a anunciarle:
Pues tu, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de
Judá, de ti ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos
orígenes son de antiguo, desde los días de antaño. Por eso El los
abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a
luz... El se alzará y pastoreará con el poder de Yahveh su Dios. 136
134
Is 7,14-16; Mt 1,23.
135
Is 8,9-10.
136
Miq 5,1-3; Mt 2,6; Jn 7,42.
137
Is 9,1-6; Mt 4,15-16; Lc 1,78-79; Jn 8,12; 1Pe 2,9; 2Cor 4,6.
155
Alégrate, hija de Sión; grita de alegría, hija de Jerusalén;
mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso,
humilde y cabalgando un asno, una cría de borrica.
Destruirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén;
destruirá los arcos de guerra y proclamará la paz a las naciones;
dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. 138
156
El profeta Jeremías, dirigiéndose a los reyes que no piensan más
que en "comer, beber y pasarlo bien", sin tener "ojos y corazón más
que para el lucro, para derramar sangre inocente, para el abuso y la
opresión" (22,15.17), les dirige la tremenda amenaza: "juro que este
palacio se convertirá en ruinas" (22,5). Pero, al mismo tiempo que
denuncia a los reyes que "dispersaron a mis ovejas, las expulsaron y no
hicieron caso de ellas" (23,1-2), anuncia que Dios mismo intervendrá
para congregar de nuevo a su rebaño:
141
Jr 23,5-6; Zac 3,8;6,12-13; Lc 1,78. Hermosamente aparece lo mismo en Ez
17,22-24.
142
Jr 30,8-9; Os 3,5.
143
Jr 33,14-17; Lc 1,32-33.
157
multiplicaré la descendencia de mi siervo David
y de los levitas que me sirven.144
Para ello:
144
Jr 33,20-22ss; Cfr Ag 2,21-23; Zac 4,6-10.
145
Ez 34,23-24; Mt 18,12-14; Lc 15,4-7; Jn 10,1-18.
146
Cfr. Ez 37,15-28; Os 2,1-3.
147
Am 9,11-15; He 15,16-17.
158
La monarquía de Israel ha terminado. Pero la esperanza no ha
muerto, porque Dios es fiel a la promesa hecha a David, que se
cumplirá en el rey Mesías. La alianza establecida con David sólo era
una anticipación de la alianza definitiva con el futuro rey Mesías. Cristo,
el hijo de David, es el Ungido de Dios, pues "Dios ungió a Jesús con el
Espíritu Santo y con poder".149
159
Israel es un pueblo de pastores, de nómadas, de hombres de la
estepa, pero es el pueblo elegido de Dios y, por tanto,
extraordinariamente sensible al misterio. La concepción espacial o
sacra es común a todas las religiones de los pueblos. Todas las
religiones circunscriben un perímetro, un espacio como casa de Dios.
Es el lugar sagrado de su presencia.
160
verdaderas. Por eso dice también en otro lugar: No
permitirás que tu santo experimente la corrupción. Ahora
bien, David, después de haber servido en sus días a los
designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y
experimentó la corrupción. En cambio aquel a quien Dios
resucitó, no experimentó la corrupción. 154
***
161
de David acabe con los enemigos y permita servir al Señor en santidad
y justicia. Los ángeles lo aclaman como salvador, aunque haya nacido
en pobreza, débil como un niño: "Hoy os ha nacido en la ciudad de
David el Salvador, el Mesías y Cristo" (Lc 2,11). Simeón lo ve como
salvador y luz de las naciones... Pedro lo confiesa como el Mesías, Hijo
de Dios. También lo hace Natanael: "Maestro tú eres el hijo de Dios, el
rey de Israel".
160
Lc 1,68-70.
162