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Una corona escondida

1 Samuel 9:3-27 RVC


“Un día, se perdieron las asnas de Cis, su padre, así que este le dijo a su hijo Saúl: «Levántate y
ve enseguida a buscar las asnas. Lleva contigo a uno de los criados.» Saúl y su criado atravesaron
los montes de Efraín y llegaron hasta el territorio de Salisa, pero no las encontraron. De allí
siguieron a la tierra de Sagalín, y tampoco las hallaron. Fueron entonces a la tierra de Benjamín, y
tampoco estaban allí. Cuando llegaron a la tierra de Suf, Saúl le dijo al criado que lo acompañaba:
«Vamos a regresar. Tal vez ahora mi padre esté más preocupado por nosotros que por las asnas.»
Pero el criado le dijo: «En esta ciudad hay un hombre de Dios, a quien todos respetan, pues todo lo
que él anuncia sucede sin falta. Vamos a verlo; tal vez nos dé alguna pista en cuanto al propósito
de nuestro viaje.» Y Saúl le respondió: «Está bien, vamos; pero ¿qué podemos ofrecerle? Ya no
tenemos pan en nuestras alforjas. ¿Qué podemos llevarle a ese hombre de Dios?» El criado
respondió: «Yo tengo un poco de plata, pero se la daré a ese hombre para que nos diga hacia dónde
dirigirnos.» Antiguamente, cualquiera en Israel que consultaba a Dios, decía: «Vamos a ver al
vidente», porque así se le llamaba al que luego se llamó «profeta». Así que Saúl le dijo a su criado:
«Bien dicho. Vamos, pues.» Y se dirigieron a la ciudad en donde estaba el hombre de Dios. Cuando
subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas jóvenes que salían por agua, y les
preguntaron: «¿Vive aquí el vidente?» Ellas les respondieron: «Sí, pero más adelante. Dense prisa,
porque hoy ha venido a la ciudad para acompañar al pueblo, que va a ofrecer sacrificios en el
santuario que está en lo alto del cerro. En cuanto entren en la ciudad lo van a ver, pero búsquenlo
antes de que suba al santuario para el banquete, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, ya
que es él quien bendice el sacrificio; después de eso, comen los invitados. Vayan ahora mismo, y lo
hallarán.» Ellos se dirigieron a la ciudad, y cuando llegaron al centro, Samuel ya venía hacia ellos
y en dirección al santuario del cerro. Pero el Señor ya había hablado con Samuel un día antes de
que Saúl llegara. Le había dicho: «Prepárate, porque mañana a esta misma hora te enviaré a un
joven benjaminita. Vas a consagrarlo como rey de mi pueblo Israel, pues él lo va a salvar de los
filisteos. El clamor de mi pueblo ha llegado a mis oídos, y yo he puesto en ellos mis ojos.» En
cuanto Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: «Este es el hombre de quien te hablé. Este es el que va a
gobernar a mi pueblo.» En cuanto Saúl vio que Samuel entraba en la ciudad, se acercó a él y le
dijo: «Te ruego que me digas dónde vive el vidente.» Y Samuel le respondió: «Yo soy el vidente.
Acompáñame al santuario allá arriba, y come hoy conmigo. Mañana, cuando te vayas, te diré todo
lo que te está inquietando. Yo sé qué hace tres días se perdieron las asnas de tu padre, pero no te
preocupes, porque ya las encontraron. Ahora dime: ¿Quién merece tener lo mejor que hay en
Israel? Te lo voy a decir. Lo merecen tú y la familia de tu padre.» Pero Saúl respondió: «Yo soy
descendiente de Benjamín, que es la más pequeña de las tribus de Israel. ¿Por qué me dices estas
cosas?» Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, y los llevó a la sala y les ofreció la cabecera
de la mesa, aun cuando Samuel tenía treinta invitados más. Luego le dijo al cocinero: «Trae la
porción de carne que te dije que apartaras.» El cocinero llevó la espaldilla y todo lo que iba con
ella, y la puso delante de Saúl. Entonces Samuel le dijo: «Esto estaba reservado para ti. Sírvete y
come, pues se reservó para tu visita que ya esperaba, aun cuando todo el pueblo también estaba
invitado.» Y Saúl comió aquel día con Samuel. Y cuando bajaron del cerro, fueron a la ciudad y
Samuel habló con Saúl en la azotea de la casa. Al día siguiente, al despuntar el alba, Saúl estaba
en la azotea; pero Samuel lo llamó y le dijo: «Levántate, para que te despida.» Saúl se levantó, y
ambos salieron; y cuando se dirigían al otro lado de la ciudad, Samuel le pidió a Saúl que ordenara
al criado adelantarse. El criado se adelantó, y entonces Samuel le dijo a Saúl: «Tengo un mensaje
de Dios para ti.»”
DIOS ESCOGE UNA FAMILIA SIMPLE PARA GLORIFICARSE
“Había un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de
Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita.” 1 Samuel 9:1 RVR1960
La tribu de Benjamín era la más pequeña de todas y Cis era de una familia común y corriente, pero
era alguien muy respetado muy valeroso. Y Dios escoge a su hijo para gobernar al pueblo de Dios. -
Dentro de esa casa estaba la respuesta para la nación. - Dentro de tu casa esta la respuesta para esta
generación. ¡Dios va a transformar tu casa en un palacio!

ESTA HISTORIA COMIENZA CON UN PROBLEMA


¿El problema? Se le perdieron las asnas.

- Cuando quiere promover a alguien primero lo quiebra.


- Cuando Dios quiere darle algo alguien primero lo hace perder.
Este problema lo envió Dios, y a lo largo de la biblia encontramos 3 tipos de problemas:
1. Problemas que el enemigo envía para tratar de detenernos.
2. Problemas que nosotros creamos con nuestras malas decisiones
3. Problemas que Dios nos manda para que crezcamos Tenemos que aprender a identificar en que
problemas estamos hoy

Problemas permitidos por Dios:


1. Job 1:12 - "Y el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que él tiene está en tu mano;
solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová." En este pasaje,
Dios permite que Satanás pruebe a Job para demostrar su fe.
2. 2 Corintios 12:7-9 - "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me
abofetee, para que no me enaltezca sobremanera. Respecto a esto, tres veces he rogado al
Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad."
3. Salmos 66 del versiculo 10 al 12
"Porque tú, oh Dios, nos probaste; Nos ensayaste como se afina la plata.
Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia."

Estos versículos expresan la idea de que Dios pone a prueba a su pueblo, como se afina la
plata en el fuego, pero finalmente los libera y los lleva a la abundancia después de pasar por
pruebas y dificultades.
Problemas causados por Satanás:
1. 1 Pedro 5:8 - "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar." Este versículo habla de Satanás como un
adversario que busca causar problemas y tentaciones.
2. Efesios 6:12 - "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestiales." Este versículo se refiere a la lucha
espiritual contra fuerzas malignas que son instigadas por Satanás.

¿Cómo sé que un problema me lo mando Dios?

- Sabemos que un problema viene del enemigo ya que cuando oramos y ayunamos y el problema se
va.

- Pero cuando un problema lo manda Dios, por más que ayunamos, oramos y adoramos, el
problema no desaparece. Lo que para mí es un problema para Dios es un entrenamiento!

DIOS TE HACE PERDER


A nadie el gusta perder, antes del arca él tenía una viña, Dios hizo que Noé perdiera su pedazo de
tierra antes de que construyera un arca. ¡Dios te hace perder un pedazo de tierra para darte toda la
tierra en tu mano!

- Dios te hace perder poco para darte mucho


- Dios va a restituir lo que perdiste
- Lo que perdiste no se compara con lo que Dios está preparando para darte.
Sacrificio no es una opción, el sacrificio es la llave del éxito.
Cada “no” que recibes te acerca al “si” de Dios.
Cada “no” y puerta cerrada han marcado una ruta que te va a llevar a tu propósito.

DIOS TE CONECTA CON UN HOMBRE DE DIOS


Cuando estaba a punto de darse por vencido, su criado, un hombre pequeño, humilde le dice:
“Conozco un hombre que todo lo que dice se cumple”

- Dios te da la promesa, pero no la corona, lo que marca la diferencia no es una palabra sino poner
por obra esa palabra.
¿Qué es lo que hace eso posible?… ¡la gente que te rodea!
No solo necesitas la promesa, necesitas alguien a tu lado que te conecte con el hombre de Dios
para qué es hombre te lleve de la promesa a la corona.
Ellos fueron donde ese hombre para saber dónde estaba lo que se había perdido, y ese hombre lo
conectó con su destino.
Cuando el criado le dice que era profeta lo primero que Saúl hizo fue pensar en cómo honrar a ese
hombre. Unción que honras, unción que recibes.

LA UNCIÓN LO ESTABA BUSCANDO


El andaba buscando las asnas, pero, ¡la unción lo estaba buscando a él!
Pero el Señor ya había hablado con Samuel un día antes de que Saúl llegara. Le había dicho:
«Prepárate, porque mañana a esta misma hora te enviaré a un joven benjaminita. Vas a
consagrarlo como rey de mi pueblo Israel, pues él lo va a salvar de los filisteos

DIOS TE DA LO MEJOR
¿Quién merece tener lo mejor que hay en Israel? Te lo voy a decir. Lo merecen tú y la familia de tu
padre. Antes de ir a ver al profeta no se les había acabada el pan, cuando llegaron a ver al profeta Él
le tenía preparado la mejor comida. Conectarte con el hombre de Dios te conecta con la provisión.

UNA CORONA ESCONDIDA


¿Por qué el papá mando a Saul a buscar las asnas?, ¿Por qué no mandó al criado? Porque era
necesario que pasar un momento de humillación antes de levantarlo. En el valle de la humillación
nadie se te acerca, no tienes ganas de defenderte, no entiendes el por qué y nunca lo entenderás. Se
te tiene que revelar el para que, el propósito.
¿Para que Dios permitirá cosas en nuestras vidas donde hemos sido humillados?, ¿Dios es malo?

- No es que Él no puede negarse a sí mismo, él dijo que el que se mi humilla será exaltado. Tu
tiempo de humillación es una señal que estas listo para ser promovido.

- Dios escondió una corona en esa humillación.


- Hay una corona en escondida en el problema, tu destino está escondido en la dificultad que
estas pasando.

Antes de Dios darte algo, primero te hace perder para preparar tu


corazón.

Título del Sermón: "Descubriendo la Corona Escondida: Lecciones de la Búsqueda de Saúl"


Introducción:
 Saludo a la congregación y presentación del pasaje bíblico de 1 Samuel 9:3-27.
 Breve contexto histórico: En un momento de la historia de Israel, Dios escogió a un hombre sencillo
llamado Saúl para un propósito extraordinario.
 Introducción:
 En 1 Samuel 9:3-27, encontramos una historia fascinante que nos enseña valiosas lecciones sobre
cómo Dios trabaja en nuestras vidas. Esta historia se centra en Saúl, un hombre común de la tribu
de Benjamín, y su búsqueda de las asnas perdidas de su padre, Cis. Aquí, veremos cómo Dios escoge
a personas sencillas para cumplir propósitos extraordinarios, cómo permite que enfrentemos
problemas como parte de nuestro crecimiento y cómo nos conecta con figuras espirituales clave en
nuestro camino hacia la coronación.
I. Dios escoge a una familia simple para glorificarse A. La elección de Saúl, un hombre común de la tribu de
Benjamín. - Lectura: 1 Samuel 9:1-2. B. El mensaje central: Dios no mira la apariencia externa, sino el
corazón. - Lectura: 1 Samuel 16:7.
II. Esta historia comienza con un problema A. La pérdida de las asnas de Cis como punto de partida. -
Lectura: 1 Samuel 9:3-4. B. Los tres tipos de problemas que enfrentamos y cómo identificar su propósito
divino. - Problemas del enemigo (1 Pedro 5:8). - Problemas que creamos (Proverbios 19:3). - Problemas
permitidos por Dios (Salmos 66:10-12). C. La necesidad de buscar a Dios en medio de los problemas. -
Lectura: Proverbios 3:5-6.
III. Dios te hace perder para ganar A. La importancia de entender que Dios permite pérdidas en nuestras
vidas. - Lectura: Job 1:21. B. Ejemplos bíblicos de pérdidas que preceden a bendiciones. - Abraham y la
promesa de Isaac (Génesis 22:1-18). C. La lección del sacrificio como clave del éxito. - Lectura: Lucas 9:23.
IV. Dios te conecta con un hombre de Dios A. La intervención del criado de Saúl y la importancia de
conexiones divinas. - Lectura: Proverbios 27:17. B. La relación entre la honra y la unción en nuestra vida
espiritual. - Lectura: 1 Timoteo 5:17. C. La necesidad de guía y mentoría en nuestro caminar con Dios. -
Lectura: Proverbios 13:20.
V. La unción estaba buscando a Saúl A. Cómo Dios busca a las personas incluso en medio de problemas y
preocupaciones. - Lectura: Mateo 18:12-14. B. La importancia de la revelación divina y el propósito en
nuestras vidas. - Lectura: Jeremías 29:11. C. La promesa de que Dios siempre tiene un plan. - Lectura:
Romanos 8:28.
VI. Dios te da lo mejor A. La generosidad divina y la provisión que sigue a la conexión con un hombre de
Dios. - Lectura: Filipenses 4:19. B. Cómo Dios provee en cada paso de nuestro camino. - Lectura: Mateo
6:33. C. La importancia de reconocer y agradecer por las bendiciones de Dios. - Lectura: 1 Tesalonicenses
5:18.
Conclusión:
 Resumen de las lecciones clave: Dios tiene un plan en medio de nuestros problemas y pérdidas.
 Llamado a la acción: Buscar a Dios en las dificultades, reconocer las conexiones divinas y estar
dispuestos a sacrificarnos por Su propósito.
 Oración de cierre y bendición para que todos puedan descubrir la corona escondida en sus vidas.

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