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Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, p.

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Contenido
Content
El Difícil Arte de Editar (Editorial) 2
The Difficult Art of Editing (Editorial)
Alberto S. Segrera

La Investigación Cualitativa en el Quehacer Social (Editorial invitado) 4


Qualitative Research in the Social Work (Invited Editorial)
Antonio Tena Suck y Martha Patricia Bonilla Muñoz

Una “Idea” de Investigación Cualitativa 7


An “Idea” of Qualitative Research
Euclides Sánchez Véliz

La Disputa Cuantitativo-Cualitativo en Ciencias Sociales: Un Falso Dilema 11


The Quantitative-Qualitative Dispute in Social Sciences: A False Dilemma
Claudio Carpio Ramírez y Martha Patricia Bonilla Muñoz

Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se Angustia? Una Investigación sobre


la Angustia Materna ante la Separación 20
In the Presence of Separations, Only the Baby Gets Anxious? A Research on
Maternal Separation Anxiety
Patricia García Fernández

Significado Psicológico del Suicidio en Adolescentes 30


Psychological Meaning of Suicide in Adolescents
María del Carmen Farfán García

La Soledad y sus Manifestaciones en la Adolescencia 34


Loneliness and its Manifestations in Adolescence
Patricia Balcázar Nava, Martha Patricia Bonilla Muñoz y Gloria Margarita Gurrola Peña

La Mikvah: ¿Tina o Manto Espiritual? 41


The Mikvah: ¿Tub or Spiritual Mantle?
José Liht Sigall

Vergüenza y Culpa: Dos Sentimientos Encontrados 45


Shame and Guilt: Two Different Feelings
Alejandra Moysén Chimal

Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 50


Intrafamily Violence: A Case Study by Means of Contingential Analysis
María de Lourdes Rodríguez Campuzano

Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 60


Considerations About Professional Ethics for the Psychotherapist
Jorge Francisco Aguirre Sala

Departamento de Psicología: Exámenes Profesionales y de Grado: Octubre-diciembre de 2002 71


Department of Psychology: Professional and Degree Exams: October-December 2002
2 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 2-3

Editorial
El Difícil Arte de Editar
The Difficult Art of Editing
Alberto S. Segrera*

Cumplo con este número un año de haber asumido la lograr nuestro objetivo de promover el enriquecimiento
responsabilidad de editor de Psicología Iberoameri- de las tareas de investigación, docencia y práctica
cana. Aprovecho esta oportunidad para compartir con profesional de la Psicología en sus diferentes enfo-
ustedes, amables lectores, algunas reflexiones sobre el ques y áreas mediante la difusión de los trabajos rea-
difícil arte de editar una revista académica de psico- lizados por académicos, profesionales y estudiantes,
logía publicada por una universidad de un país lati- con especial énfasis en la región iberoamericana y el
noamericano. sistema educativo UIA-ITESO.
Este proceso requiere ser llevado a cabo de mane-
ra continua. Uno de mis aprendizajes ha sido que debo
Obtención de artículos procurar obtener simultáneamente material para, al
menos, cuatro números siguientes, ya que, de lo con-
El hecho de que nuestra revista no sea editada por una trario, corro el riesgo de incurrir en retrasos en la
asociación científica o profesional, sino por una ins- publicación regular de Psicología Iberoamericana.
titución de enseñanza superior, plantea la especial
necesidad de promover, entre nuestros profesores,
estudiantes y exalumnos, especialmente de posgrado, Preparación del material
la elaboración de trabajos que puedan ser sometidos
para su posible publicación. Lamentablemente, en Un buen número de trabajos requiere un proceso de
nuestra cultura son pocos los académicos y profesio- preparación del material, que incluye la corrección
nales, y muchos menos los estudiantes, que tienen el de elementos de formato, la solicitud de aclaraciones
hábito de publicar. Los medios más productivos para sobre aspectos no suficientemente claros en los origina-
esta promoción han sido las invitaciones personales, les recibidos y la ayuda a los autores para cumplir con
en reuniones o por medio del correo electrónico. los elementos establecidos por la Asociación Psicoló-
Otras fuentes de trabajos han sido las reuniones gica Americana (American Psychological Association),
llevadas a cabo en la Universidad Iberoamericana, así especialmente en la manera de hacer las referencias en
como los conjuntos de artículos sobre un tema coor- el texto y en la lista de fuentes (referencias); en particu-
dinados por uno o varios editores invitados. Desde el lar, no se deben incluir como referencias fuentes no
año 2002 el Consejo Editorial decidió que los edito- mencionadas explícitamente en el texto del trabajo.
res invitados deben incluir un académico de tiempo Los autores, en la mayoría de los casos, aceptan
de la Universidad Iberoamericana para garantizar una de buen grado las observaciones y se esmeran en acla-
comunicación fluida con los mismos. rar y corregir los aspectos señalados. Este esfuerzo
Sin embargo, aún queda mucho por hacer para lle- previo contribuye en gran medida a hacer más fluido
gar a un universo más amplio de académicos y profe- el siguiente paso del proceso editorial, la dictaminación
sionales de México y de otros países, que nos permitan de los trabajos.

* Mexicano, nacido en Cuba. Licenciado en Psicología y candidato a Maestro en Ciencias Familiares y Sexológicas por la Université Catholique de
Louvain, Bélgica; especialista en Psicoterapia Centrada en el Cliente y candidato a Maestro en Educación por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Académico Titular Numerario en el Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Educador y orientador.
Creador de los Foros Internacionales del Enfoque Centrado en la Persona. Fundador y director de los Archivos Internacionales del Enfoque Centrado en
la Persona. Miembro del Consejo de la World Association for Person-Centered and Experiential Psychotherapy and Counseling. Editor de Psicología
Iberoamericana. Correo electrónico: albertos.segrera@uia.mx
El Difícil Arte de Editar 3

Recibir los trabajos en formato uniforme de proce- La dictaminación de trabajos y la decisión sobre
sador de palabras y utilizar los medios electrónicos para su publicación toma entre uno y dos meses en prome-
la comunicación con los autores ha agilizado nuestra dio, sin contar el tiempo requerido, en su caso, para
tarea. Actualmente el acceso al correo electrónico es las modificaciones solicitadas.
mucho más amplio que hace unos pocos años y facilita Por pretender Psicología Iberoamericana ser un
la recepción y envío de los archivos correspondientes elemento integral del proceso de enseñanza-aprendi-
con las observaciones y correcciones señaladas con cla- zaje de los programas de psicología de nuestra Uni-
ridad. Este aspecto del proceso editorial toma actual- versidad, se considera importante realizar un esfuerzo
mente un promedio de unos seis meses a partir de la editorial adicional de promoción del aprendizaje de
recepción del trabajo, aunque con un amplio rango la redacción de trabajos para publicación. Esta labor
diferencial. de asesoría exigirá, por un buen tiempo, un volumen de
energía que, paulatinamente, se reducirá, en la medida
en que los programas académicos de formación de
Dictaminación de los trabajos psicólogos, y en especial los cursos de metodología
de investigación de nuestras instituciones iberoame-
Una vez corregidos los aspectos de formato y redac- ricanas, incorporen más adecuadamente la enseñanza
ción básicos, los trabajos pasan a ser dictaminados por de los elementos requeridos para la redacción de tra-
dos miembros de nuestro Comité Arbitral, seleccio- bajos científicos.
nados, en todo lo posible, de acuerdo a sus capacidades
y a sus preferencias de marco teórico y de metodología.
En caso de duda se solicita un tercer dictamen. Producción de la revista
El resultado de estos dictámenes puede ser de tres
tipos: Los trabajos aprobados son sometidos a una correc-
ción fina de estilo, a su adaptación al formato de pre-
a. Recomendación de publicar el trabajo, tal cual sentación de la revista, así como a la revisión y
o con correcciones formales menores. aprobación de las primeras y segundas pruebas, para
b. Recomendación de publicar el trabajo, condi- luego pasar a la impresión del número.
cionada a que se realicen modificaciones con- La producción de la revista, aun realizando el mayor
sistentes en la reelaboración de una o varias de esfuerzo de agilización por todos los involucrados por
las secciones del trabajo. parte de la Universidad Iberoamericana y de la Edi-
c. Recomendación de no publicar el trabajo, por torial Plaza y Valdés, pide, en la etapa actual, un pla-
una o más de cuatro razones principales: no zo mínimo de tres meses, a pesar de nuestros esfuerzos
contestar preguntas importantes para un mar- por reducirlo.
co teórico ni para resolver problemas humanos, En este último año hemos también llevado a cabo
no entrar dentro de las líneas editoriales de Psi- progresivamente diversos cambios en el formato de
cología Iberoamericana, presentar carencias presentación de Psicología Iberoamericana, en los
metodológicas que requerirían un nuevo trabajo elementos de la portada, el directorio y la página de
o presentar carencias éticas serias. condiciones de publicación, así como una ampliación
de la presentación de los autores, la utilización de
En caso de recibirse dictámenes de tipo b o c, se le tamaños de letra diferentes para los resúmenes, el
envían al autor dichos dictámenes, protegiendo la iden- cuerpo del texto y las referencias de los artículos, la
tidad de los dictaminadores; si los señalamientos son de inclusión del título en inglés, los datos de identifica-
tipo b, se le invita a realizar las modificaciones señala- ción bibliográfica completa y la fecha de recepción y
das; si son de tipo c, se le indica que siempre tendrá las aprobación de los mismos.
puertas abiertas para la presentación de un nuevo tra- Esperamos que todos estos esfuerzos contribuyan
bajo en el que se corrijan las carencias señaladas. a aumentar la calidad académica, científica y profe-
En el caso de recibirse dictámenes de tipo a, el sional de los trabajos y a hacer más agradable la lec-
artículo es aprobado para su publicación y así se le tura de los mismos.
notifica al autor.
4 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 4-6

Editorial Invitado

La Investigación Cualitativa
en el Quehacer Social
Qualitative Research in the Social Work
Antonio Tena Suck* y Martha Patricia Bonilla Muñoz**

Una de las críticas positivistas al método cualitativo Esta fase desarrolla un marco conceptual con el
ha sido la flexibilidad en el proceso metodológico; cual comparar y contrastar los resultados y no un
sin embargo, es necesario entender que cuando se lleva conjunto de categorías a priori que fuercen y constri-
a cabo este tipo de investigación, si bien no existe un ñan el análisis. Es decir, el marco teórico que subyace
esquema predeterminado de acción, también es cierto a la investigación cualitativa es planteado como un
que se debe contar con una planeación que permita elemento referencial, que genera una fuerte de infor-
llevar a cabo la investigación con una cierta organi- mación y no sólo un “modelo teórico explicativo”.
zación que ayude a cumplir los objetivos de la misma. Tras el proceso de reflexión teórica viene el momen-
En general se habla de cuatro fases. En cada una to de planificar las acciones, de diseñar la investiga-
de ellas el investigador tendrá que ir tomando opcio- ción. Este diseño suele estructurarse a partir de cues-
nes entre las diferentes alternativas que se van pre- tiones como las siguientes:
sentando. Asimismo, es importante señalar que en la —¿Qué diseño resultará más adecuado a la forma-
investigación cualitativa se requiere de un proceso ción y experiencia del investigador?
continuo de evaluación y toma de decisiones. —¿Qué se va a estudiar y con quiénes se va a contar?
El punto de partida de la investigación cualitativa —¿Qué método y técnica(s) se utilizarán en la re-
es el propio investigador, su preparación y experien- colección de datos? (Rodríguez, Gil & García, 1999).
cia. A partir de estos dos elementos, el investigador La investigación cualitativa no se origina en el
elige un determinado tema y define las razones de su planteamiento de un problema específico, sino a par-
interés en tal o cual temática. El tópico a investigar no tir de una problemática más amplia, en la que existen
tiene por qué ser, en un primer momento, algo total- muchos elementos entrelazados que son contempla-
mente definido, puede ser un tema aun muy general. dos durante el avance de la investigación, es decir,
Una vez identificado el tópico, el investigador suele requiere de cierto tiempo para la acumulación de la
buscar toda la información posible sobre el mismo; información, que brinde nuevos enfoques que, en al-
en definitiva, trata de establecer el “estado del arte” o gún momento, pueden llegar a cambiar la perspectiva
“el estado de la cuestión”, es decir, conocer la situa- inicial de la investigación.
ción actual de la problemática, lo que se conoce y lo Por esto tampoco se formulan hipótesis que con-
que no, lo escrito y lo no escrito, lo evidente y lo tácito. llevan a una verificación, sino más bien las primeras

* Licenciado en Psicología por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Maestro en Psicología Clínica por la Universidad Nacional
Autónoma de México. Especialista en Psiquiatría Dinámica por la Asociación Psicoanalítica Mexicana. Doctor en Investigación y Docencia de la Psico-
logía por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Académico Titular Numerario de Tiempo Completo, miembro del Consejo Académico,
Coordinador y miembro del Consejo Técnico del Posgrado en Psicología en el Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Correo electrónico: antonio.tena@uia.mx
** Licenciada en Psicología Social por la Universidad Metropolitana - Iztapalapa. Maestra y Doctora en Psicología Social por la Universidad
Nacional Autónoma de México. Estancia postdoctoral en Sexualidad y Adolescencia en el Colegio de México. Profesora-investigadora “E” de Medio
Tiempo en la Maestría en Intervención Familiar y la Maestría en Psicología Clínica de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autóno-
ma del Estado de México. Profesora de cátedra en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica de la Infancia y la Adolescencia y la Maestría en Psicoterapia
Humanista, de la Universidad Vasco de Quiroga, Morelia, Michoacán. Profesor de cátedra del Colegio de México. Académica “A” por Honorarios y
miembro del Consejo Técnico del Posgrado en Psicología en el Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México.
Miembro del Comité de Publicidad del Centro de Comunicación Avanzada Eulalio Ferrer. Correo electrónico: patyb@prodigy.net.mx
La Investigación Cualitativa en el Quehacer Social 5

conjeturas se pueden ir modificando durante el proceso, —Triangulación de datos. Consiste en la utiliza-


enriqueciéndose a lo largo del quehacer científico. ción de la variedad importante de fuentes de datos
El diseño toma la forma de documento escrito en para la realización del estudio.
el que se contemplan los siguientes apartados: —Triangulación del investigador. Tiene como fi-
1. Marco Teórico. Elaboración de un marco de nalidad la participación en el estudio de varios inves-
referencia de información que determine el “estado tigadores o evaluadores.
del arte” en la temática a investigar. —Triangulación teórica. Se llama a la utilización
2. Objetivos del estudio. Éstos determinarán en de diferentes perspectivas para interpretar y analizar
parte las estrategias y procedimientos metodológicos. un grupo de datos relacionados con una investigación.
3. Método de investigación. En este apartado se —Triangulación metodológica. Utiliza varios mé-
podrá hacer alusión a los sujetos de investigación que todos para estudiar una determinada problemática.
constituyen la muestra, entendiéndose ésta como un —Triangulación disciplinar. Considera la inser-
todo sistemático con vida propia, como sería una perso- ción de diversas disciplinas que aporten información
na, una institución, una etnia, un grupo social, en donde a la investigación.
se pone énfasis en la profundidad del análisis y no en la Para la realización del análisis de los datos es im-
extensión, tomando en cuenta atributos o factores como portante tener en cuenta los objetivos de la investiga-
el género, la edad, el nivel socioeconómico, etcétera. ción como punto referencial en la construcción de
4. El trabajo de campo. Hasta ahora el investiga- grandes ejes temáticos subyacentes en todo el proce-
dor no ha tenido un acceso directo al mismo; en el mejor so de investigación, es decir, la creación de un primer
de los casos ha tenido breves momentos de acercamien- borrador de los resultados que deberá contemplar los
to al campo para la recolección de los datos requeridos. puntos nodales del proceso. Se contará con ejes, que
Esta fase se entiende como un proceso por medio del a su vez contengan una serie de categorías que van
cual el investigador va accediendo progresivamente a surgiendo en la medida en que se avanza en la investi-
la información fundamental del estudio. En momentos gación; estas categorías pudieran estar preestablecidas
iniciales de acceso al campo se recomienda la realiza- al inicio de la misma sólo de manera provisional, ya
ción de un estudio piloto, como paso previo que permi- que las definitivas se construirán a lo largo del proceso
ta ir planteando la estrategia de inclusión en el grupo. de teorización; son éstas las que analizan, se relacio-
En el proceso de acceso al campo se recomienda la nan, se comparan, con un patrón congruente y lógico
realización de un acercamiento inicial, con el fin de que da sentido a todas sus partes y componentes.
conocer la problemática y facilitar el uso de las es- Recientemente se han creado elementos tecnológi-
trategias utilizadas a lo largo del mismo. Esto per- cos que facilitan el análisis y manejos de la multipli-
mitirá al investigador clarificar áreas de contenido cidad de datos obtenidos, como serían los paquetes
no delimitadas del todo en las primeras etapas, com- Etnographic, Nudis, Atlas Ti, In Vivo, entre otros.
probar la adecuación de las cuestiones de investiga- El investigador cualitativo requiere contar con una
ción, descubrir nuevos aspectos que no se habían gran posibilidad para interpretar toda la información
contemplado inicialmente o iniciar una buena rela- recopilada en el campo de investigación; esto, más
ción con los participantes y establecer con ellos mar- que una técnica, es un arte, que no consiste sólo en el
cos adecuados de comunicación. análisis frío de los datos obtenidos, sino en una des-
Entre las principales técnicas e instrumentos de cripción sensible y detallada de los mismos.
recolección de datos se encuentran los diversos tipos Por otro lado, no es posible pensar en el abandono
de observación, diferentes clases de entrevista, estu- del campo sin tener un bagaje enorme de datos anali-
dio de casos, historias de vida, historia oral, entre zables, y es a partir de la trascripción y comprensión
otros. Asimismo, es importante considerar el uso de de los mismos que se da inicio al proceso de interpreta-
materiales para el acopio de información como cintas ción, es decir, a partir de los datos fieles y de las notas
y grabaciones, videos, fotografías y técnicas de mapeo de campo que posteriormente serán analizadas.
necesarias para la reconstrucción de la realidad social. Este texto es reconstruido como un trabajo de in-
La utilización de varios métodos permite la trian- terpretación que contiene los hallazgos iniciales, así
gulación metodológica, pero no es ésta la única exis- como aquellos aspectos que el investigador aprendió
tente en la investigación cualitativa, por lo que se pueden en el campo.
considerar también las siguientes (Rodríguez, Gil & Así, los resultados de la investigación cualitativa
García, 1999): son expuestos en el llamado “Informe final”, en el
6 Antonio Tena Suck y Martha Patricia Bonilla Muñoz

cual se presentan los resultados alcanzados, señalan- la muerte y teniendo como desencadenantes o
do el proceso por el cual se construyeron y analiza- justificantes más frecuentes los problemas atribuidos a
ron los datos del tema estudiado, la estructura general, la falta de amor y a la familia, donde se tiene como
las interpretaciones y experiencias adquiridas en el antecedente un vacío, desesperanza o depresión.
campo de estudio. Patricia Balcázar Nava, Martha Patricia Bonilla
El presente número de Psicología Iberoamerica- Muñoz y Gloria Margarita Gurrola Peña se adentran
na contiene 8 artículos que proceden, en su mayoría, en el tema de la soledad, que, pese a ser una experien-
de nuestros estudiantes de posgrado del programa de cia humana común, ha resultado difícil su delimita-
Doctorado en Investigación Psicológica de la Univer- ción y definición. La soledad es un factor que se
sidad Iberoamericana y que abordan diferentes temas relaciona con acontecimientos como la depresión, ten-
de interés relacionados con la investigación cualitati- dencia al suicidio, consumo de alcohol, entre otros,
va en el quehacer social. que se incrementan cada vez más entre la población
En el primero de ellos, “Una ‘Idea’ de Investiga- adolescente.
ción Cualitativa”, por Euclides Sánchez, doctor en Por otro lado, José Liht Sigall trata uno de los te-
Psicología e investigador del Instituto de Psicología mas más importantes y controversiales dentro del ju-
de la Universidad Central de Venezuela, reconocido daísmo: “La Mikvah: ¿Tina o Manto Espiritual?”, con
investigador latinoamericano, nos plantea algunas re- el fin de investigar la razón de la poca participación
flexiones personales sobre el dinamismo constructivo en dicho ritual en miembros de la comunidad judía de
de la investigación cualitativa, su evolución históri- México, a través de redes semánticas naturales. La
ca, los valores que la orientan y los elementos que la poca participación aparente en el ritual podría ser
tipifican en la actualidad. resultado del desinterés o el alejamiento general de
Por su parte, Claudio Carpio y Martha Patricia las tradiciones religiosas, más que una reacción en
Bonilla Muñoz examinan la naturaleza de la disputa contra del mismo.
cuantitativo-cualitativo en ciencias sociales. En par- Alejandra Moysén Chimal investiga, en una mues-
ticular, sostienen que la disputa acerca de la “vali- tra de 130 adolescentes, estudiantes del nivel medio
dez” de estas tradiciones de investigación en ciencias superior, el significado psicológico de vergüenza y
sociales es un falso dilema, que no merece más aten- culpa. Se aplicó la técnica de redes semánticas y se
ción que la necesaria para clarificar que una y otra se observaron las diferencias por la variable sexo.
derivan de fundamentos epistémicos distintos. Finalmente, en un estudio de caso sobre Violencia
“¿Ante las separaciones, sólo el bebé se angus- Intrafamiliar mediante el Análisis Contingencial, por
tia?: Una Investigación Cualitativa sobre la Angustia María de Lourdes Rodríguez Campuzano, se trata el
Materna ante la Separación”, por Patricia García cómo a través de esta propuesta metodológica se per-
Fernández, busca conocer si las madres experimen- mite analizar y alterar las distintas relaciones que con-
tan angustia al separarse de sus bebés. Participaron forman las personas con su entorno en situaciones
en un grupo focal ocho madres cuyos bebés tienen determinadas. Siguiendo las distintas fases del siste-
entre 8 y 18 meses de edad. Se plantea que el grado de ma, se evaluó el caso, se llevó a cabo la intervención,
ansiedad ante la maternidad es directamente propor- así como un seguimiento de tres años.
cional a la posibilidad de gozar el vínculo madre-hijo. Esperamos que este número de la revista sea un
María del Carmen Farfán García trata el signifi- material de consulta frecuentado y apreciado por pro-
cado psicológico del suicidio en adolescentes, la reco- fesionales que incursionen en la investigación cuali-
lección de los datos se realizó a través de la técnica de tativa, que a menudo se ven obligados a realizar
redes semánticas. Los adolescentes le dan un signifi- propuestas de investigación en ciencias sociales con
cado psicológico negativo al suicidio, asociándolo con metodologías no tradicionales.

Referencia

Rodríguez, G., Gil, F., & García, J. (1999). Metodología de


la investigación cualitativa (2ª ed.). Málaga: Aljibe.
Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 7-10 7

Una “Idea” de Investigación Cualitativa


An “Idea” of Qualitative Research
Euclides Sánchez Véliz*

Resumen

El objetivo de este artículo sobre la investigación cualitativa (IC) es proveer “una idea” acerca de este tipo de investiga-
ción, tal que pueda diferenciarse como una estrategia investigativa que se rige por su propia racionalidad. Con esta
finalidad, se describen seis momentos de su desarrollo, que demuestran cómo la IC, desde sus inicios en 1900 hasta el
presente, ha intentado desprenderse de la lógica del modelo positivista de ciencia y adoptar paradigmas alternativos
que encajan mejor con las finalidades que se propone. Igualmente, se hace referencia al contexto, la diversidad y la
potenciación como principios básicos que la guían y a algunas características que la califican.
Descriptores: historia, paradigma, positivismo, valores, investigación cualitativa

Abstract

The objective of this article about qualitative research (QR) is to present “an idea” of this kind of research, in order to
establish that it has its own rationality, such that it differentiates from other strategies of research. To this end, I
describe six moments of the development of qualitative research, which show that, since its beginnings in 1900, QR has
attempted to separate from the logic of science of the positivism model and to adopt alternatives paradigms which fit
better with the purpose it pursues. At the same time, I examine contex, diversity and empowerment as the values in
which QR is based and some of the traits which characterizes it.
Descriptors: history, paradigm, positivism, values, qualitative research

¿Por qué este título “Una ‘idea’ de investigación cuali- sentar algunos datos sobre su evolución histórica, luego
tativa”? Porque el desarrollo de la investigación cuali- describiré los valores que la orientan y finalmente des-
tativa (IC) se produce con tal celeridad que las nociones cribiré algunos elementos que tipifican hoy a la IC.
que se generan en cada fase o periodo se modifican al
poco tiempo. La expresión “una idea de...” es un re-
curso retórico tomado de Rappaport (1984), que luce Una historia de la investigación cualitativa
más conveniente para expresar tal dinamismo cons-
tructivo en la IC, sobre todo si lo comparamos con La historia de la IC depende del contexto disciplinar
enunciados tradicionales de títulos que sugieren me- que se elija para el análisis. Sin embargo, como su
nor movimiento en el campo a que se refieren. desarrollo ha estado más marcado en ciencias sociales
Por otro lado, como este trabajo es una introduc- como la antropología, la etnografía y la sociología, me
ción sobre la IC, consideré que el objetivo debía ser la basaré en la historia escrita desde estas disciplinas, se-
elaboración de un texto que proveyese un sentido sobre gún la versión que ofrecen Denzin & Lincoln ( 2000).
ella, con el ánimo de interesar a otros en su estudio, en De acuerdo con estos autores, el desarrollo de la IC se
su empleo y en la producción de ideas que enriquezcan ubica en periodos que van desde 1900 hasta la presente
el discurso sobre la IC. Para esto comenzaré por pre- fecha. En el primer periodo (1900-1950), denominado

* Licenciado en Psicología por la Universidad Central de Venezuela. Maestro en Psicología Social por la London School of Economic and Political
Sciences de la University of London, Inglaterra. Doctor en Psicología, con honores, por la Universidad Central de Venezuela. Profesor Titular de la
Universidad Central de Venezuela. Miembro de diversos consejos editoriales. Profesor visitante de varias universidades latinoamericanas y europeas.
Correo electrónico: eusanche@reacciun.ve
8 Euclides Sánchez Véliz

tradicional, la IC es una investigación interesada en el teorías más locales ajustadas a problemas o situaciones
estudio de los fenómenos en el propio campo de los específicos y se continúa experimentando con nuevas
acontecimientos, pero como objetos foráneos o “exó- formas de representación del otro. Se incrementa el
ticos” al resto de las culturas o colectivos sociales. Esta interés por una IC orientada a la acción.
es la época de los trabajos de Malinoski sobre las lla- En el sexto periodo, postexperimentación (1995-
madas culturas “primitivas” o de los estudios de la 2000) y el séptimo, el futuro, se da por sentado el
Escuela de Chicago sobre las pandillas urbanas. La empleo de otras formas de representación de las ex-
lógica de la investigación que impera es la del positi- periencias, tales como la ficción, la poesía, el texto
vismo: la investigación debe producir conocimientos multimedia, pero también hay más preocupación por
objetivos, válidos y confiables. una IC más interesada en lo moral y en lo político.
En el segundo periodo, modernista (1950-1970), La descripción anterior revela varias cuestiones.
se continúa bajo la influencia de la racionalidad positi- En primer lugar, tal como lo señalan Denzin & Lincoln
vista y se enfatiza el estudio de procesos sociales como (2000), el significado de IC ha cambiado en los dife-
la desviación y el control social. Sin embargo, éste es rentes periodos, acentuándose en la actualidad el in-
el periodo en que aparecen las ideas de Campbell & terés por entender las narrativas del otro sobre la
Stanley (1963) sobre la validez científica y las ideas realidad. En segundo lugar, los periodos anteriores
de Glaser & Strauss (1967) sobre el papel de la induc- coexisten en el ejercicio de la IC , de modo que no es
ción para la producción de teoría, que en cierto modo difícil percibir la existencia de tensiones en la IC en-
flexibilizan la rigidez de la lógica experimental que tre diversos modelos metateóricos. En tercer lugar, se
predominaba. Estos aportes también son tomados en observa que la IC, y apoyada en la profundización de
cuenta por la IC del momento, coincidiendo con su la crítica al positivismo y el desarrollo de nuevas pro-
búsqueda de otros modelos interpretativos en campos puestas epistemológicas, progresivamente se despren-
como la etnometodología, la fenomenología y el fe- de de la influencia positivista tanto en lo ontológico,
minismo. en lo epistemológico y en lo metodológico, así que se
Tercer periodo, géneros difusos (1970-1980). Aun- puede concordar con los mencionados autores que hoy
que continúa la presencia del positivismo, ahora se cuenta día la IC trasciende una disciplina o campo de estudio
con otros paradigmas (constructivismo, pospositivismo, particular, de modo que su empleo puede producir
teoría crítica), otras teorías (interaccionismo símbólico), conocimientos valiosos en disciplinas tan diferentes
otros enfoques (postestructuralismo), y otros métodos como la medicina, la educación, la arquitectura, la
(estudio de caso, semiótica, método histórico, método antropología o la psicología. Igualmente puede afir-
biográfico). Las ciencias sociales, además, se acercan marse que a pesar de la existencia de múltiples pers-
a las humanidades indagando por otros medios de pectivas de abordaje de los objetos de estudio, tiende a
análisis, por ejemplo la hermenéutica, que refuercen enfatizar un enfoque interpretativo y naturalista de la
la postura interpretativista que se venía desarrollando. realidad mediante el estudio de los eventos en sus
Todo lo anterior contribuye a debilitar más la hege- contextos naturales y desde los significados que le
monía del modelo positivista y posibilitar el pluralis- asignan los sujetos, destacando de esta manera su vi-
mo conceptual en la IC . sión de construcción social de la realidad.
Cuarto periodo, crisis de la representación (1986-
1990). Continúa la competitividad anterior con el
positivismo, pero ahora desde la postura de otras epis- Valores de la IC
temologías (crítica, feminista, de color, etc.). Los aspec-
tos cruciales de este momento son el cuestionamiento Hay tres valores principales que, según Banyard &
a la posibilidad de que el investigador pueda describir Miller (1998), apoyan la IC: énfasis en la diversidad,
con fidelidad la experiencia del otro (la experiencia es énfasis en el contexto y énfasis en la potenciación
creada por el investigador en el texto, crisis de repre- (empowerment) de los participantes, los cuales, como
sentación) y el cuestionamiento a los criterios tradi- puede observarse, están implícitos en las argumenta-
cionales (validez, confiabilidad y generalización) para ciones anteriores.
juzgar la calidad de la IC (crisis de legitimación). El valor de la diversidad refiere a la variedad de
Quinto periodo, postmoderno (1990-1995). La experiencias y significaciones que la gente elabora
doble crisis anterior está presente. Las teorías se estruc- sobre éstas en los diferentes contextos en que las
turan como narrativas, la gran teoría es sustituida por interacciones humanas se llevan a cabo. Este valor
Una “Idea” de Investigación Cualitativa 9

requiere que la IC testimonie sobre la multiplicidad de Interactividad


perspectivas existentes, buscando los diferentes puntos
de vista que los participantes puedan tener sobre un La IC es interactiva en dos aspectos. En primer lugar,
evento e informe sobre las condiciones históricas y porque cada componente del diseño de la investiga-
culturales del contexto en que se dan las experien- ción interactúa de tal manera con los otros, que la
cias; pero, también, requiere que la IC reconozca la modificación en uno de ellos genera cambios en los
posibilidad de significación diferencial del evento en restantes. En segundo lugar, porque investigador y
diferentes contextos. participante están en una relación de frecuente
El valor del contexto destaca la atención que la IC interacción, en la que se admite que los valores de uno
debe prestarle a los condicionantes ecológicos, es influyen en el otro, reconociéndose así la imposibili-
decir, culturales, sociales, políticos, económicos, his- dad y la inutilidad de ejercer controles para lograr la
tóricos y físicos que constituyen el contexto, para en- neutralidad.
tender la significación de las experiencias. Según este La cualidad interactiva le imprime un sello particu-
valor, la interpretación del comportamiento humano lar a la IC , como lo es el carácter participativo del
en la IC es contextual, por tanto local, alejándose de sujeto en las deliberaciones sobre el plan de la inves-
esta manera del peso intrapersonal que ha dominado tigación, sobre su ejecución y sobre la difusión de los
en la investigación psicológica. resultados que produzca. Esta participación es perti-
El valor de la potenciación (empowerment) tam- nente con la reivindicación que la IC hace del valor de
bién coloca exigencias específicas a la IC . Así, la IC las contribuciones particulares de los sujetos a la inves-
admite como necesarias relaciones colaborativas en- tigación, las cuales deben producirse con la garantía
tre investigador y participantes, de tal manera que de que sus voces tendrán peso en las decisiones que im-
éstos puedan intervenir en las decisiones del diseño de plique el proceso investigativo. La participación del su-
la investigación, asegurándose de este modo que el jeto también es congruente con la cualidad emergente
diseño se ajuste a sus maneras de entender el evento del diseño de la IC, precisamente porque la estructuración
que se investiga y se promueva al mismo tiempo su constante de éste requiere de la presencia casi perma-
capacidad para influir en decisiones que correspon- nente del participante al lado del investigador para la
dan a otro ámbito. Particularmente, en la IC se debe reordenación de los pasos metodológicos.
respetar las formas, el lenguaje, por ejemplo, cómo el
sujeto constituye sus experiencias. Se trata de respe-
tar la estructura del relato del sujeto y no de modifi- Ideográfica
carla a través de la imposición de la perspectiva del
investigador. Como vemos, el cumplimiento del valor La IC es ideográfica porque asume que toda acción o
de la potenciación demanda relaciones investigador- situación pertenece a un contexto y a un tiempo de-
participante más simétricas, menos jerárquicas. terminado, en vista de lo cual su entendimiento debe
hacerse estudiándola en profundidad, verticalmente,
y no horizontalmente, buscando la frecuencia con que
Características de la investigación cualitativa se repite en uno o varios conjuntos poblacionales.

De las consideraciones anteriores se deduce un con-


junto de aspectos básicos que tipifican a la IC y que Holística
examinaremos a continuación.
La IC es holística porque toma el objeto de estudio no en
piezas (variables), sino como totalidad, tanto en lo refe-
Realidad múltiple rente a la constitución del evento o proceso en estudio,
como en su relación con el contexto al que pertenece.
Realidad socialmente construida, múltiple, es la no-
ción de realidad que se propone para la IC en la mayoría
de los planteamientos de los investigadores cualita- Diseño emergente
tivos. Esta idea de realidad admite la existencia de
múltiples criterios que orientan la interpretación de El diseño de la IC es emergente ya que, como dicen
los fenómenos y originan pluralidad de perspectivas. Lincoln & Guba (1985), se desconoce el significado
10 Euclides Sánchez Véliz

de los procesos a estudiar; esos significados están en en el colectivo, reduciendo así las visiones hegemónicas
función del contexto que es también desconocido y de algún grupo y favoreciendo la negociación en los
porque los significados que pueden ser distintos de intercambios entre los participantes. El criterio de au-
un participante a otro se van desarrollando en una re- tenticidad catalítica compromete a la IC a propiciar la
lación dinámica del investigador con el o los sujetos. acción de los participantes en la solución de sus pro-
Una estructuración previa del diseño tiene el riesgo blemas, objetivo que es complementado por el crite-
de no ser consonante con las particularidades del fenó- rio de autenticidad táctica según el cual la IC prepara
meno que van surgiendo, por lo que es necesario un plan a los participantes para la realización eficiente de las
de investigación que vaya constituyéndose a la medi- acciones que son activadas.
da de la especificidad con que se construye del objeto. En síntesis, los argumentos expuestos dejan claro
Hay otras características que pueden añadirse a la que la IC no refiere a un tipo de dato, por lo general
IC , que se derivan de lo que Guba & Lincoln (1989) llamado cualitativo, ni a un tipo de método particu-
identifican como criterios de autenticidad y que están lar, sino a un proyecto diferente de producción del
relacionados con el interés de este modelo, con la ac- conocimiento, que tienden a una noción de realidad cons-
ción y con los valores de la IC. tituida y no reproducida; a la consideración de los
Según el criterio de autenticidad ontológica, la IC actores de la investigación, los tradicionalmente lla-
promueve en los participantes el cambio de las cons- mados sujetos e investigador, como entes activos e
trucciones existentes hacia construcciones más comple- interactuantes en la generación de los productos de la
jas que puedan incorporar aspectos no contemplados, investigación, los cuales juzga como problemáticos
por ejemplo aspectos políticos, económicos y ambienta- dada su posibilidad desconstrutiva. A la IC le interesa,
les que enriquezcan la interpretación de la realidad. además, ser un escenario de encuentro donde se pro-
El criterio de autenticidad educativa estimula el recono- muevan conocimientos útiles para el desarrollo social y
cimiento de la diversidad de interpretaciones existentes para la profundización de valores democráticos.

Referencias

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Y. Lincoln (Eds.), Handbook of qualitative research (pp. to the issue. Prevention in Human Services, 3, 1-7.
1-28). Thousand Oaks, California: Sage.

Recibido: 2 de enero de 2003


Aceptado: 22 de abril de 2003
Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 11-19 11

La Disputa Cuantitativo-Cualitativo en Ciencias


Sociales: Un Falso Dilema
The Quantitative-Qualitative Dispute in Social
Sciences: A False Dilemma
Claudio Carpio Ramírez* y Martha Patricia Bonilla Muñoz

Resumen
El presente ensayo examina la naturaleza de la disputa cuantitativo-cualitativo en ciencias sociales. En particular, se
sostiene que la disputa acerca de la “validez” de estas tradiciones de investigación en ciencias sociales es un falso dilema
que no merece más atención que la necesaria para clarificar que una y otra se derivan de fundamentos epistémicos distin-
tos. Se muestra que el problema del lenguaje como portador de verdades acerca del mundo “real” ha sido sustituido por la
postulación de sentidos y significados colectivamente construidos y por tanto sujetos a las dinámicas del devenir socio-
histórico de los grupos humanos y sus relaciones de poder.
Descriptores: investigación cualitativa, investigación cuantitativa, lenguaje, poder, interpretación

Abstract
In the present essay, the nature of the quantitative-qualitative in social sciences is examined. In particular, it is sustained
that the dispute about the “validity” of these research traditions in social sciences is a false dilemma that doesn’t
deserve more attention than the necessary one to clarify that one and the other are derived from different epistemic
foundations. It is shown that the problem of language as bearer of truths about the “real” world has been substituted by
the postulation of senses and meanings collectively built and, therefore, subject to the socio-historical dynamics of
human groups and their power relationships.
Descriptors: qualitative research, quantitative research, language, power, interpretation

Algunas veces de un modo explícito y otras apenas ser evaluadas con base en el mismo conjunto de reglas
esbozado, toda aproximación a la realidad tiene como y criterios de validez y verdad que tales compromisos
propósito imprimir a ésta un sentido que oriente nuestra amparan, nunca a la luz de criterios ajenos a dichos
acción como parte de ella. En esta búsqueda de sentido, compromisos. Por esta razón, resulta impropio inten-
los científicos sociales han desarrollado estrategias y tar confrontar directamente estructuras conceptuales
tradiciones de investigación comprometidas con distin- y metodológicas que se fundamentan en compromisos
tos conceptos fundamentales (v.g. conocimiento, rea- epistemológicos diferentes. La inconmensurabilidad
lidad, orden, lenguaje, etc.) que justifican sus modos de este tipo de estructuras impide, por supuesto, asignar
específicos de recolección e interpretación de datos, así a cualquiera de ellas un estatus preeminente o de mayor
como las acciones e intervenciones transformadoras validez respecto de la otra.
que de ellas se derivan. A pesar de lo antes expresado, son frecuentes las dis-
Los compromisos epistemológicos específicos de cusiones en torno a la mayor validez de las tradiciones
cada tradición de investigación les imprimen peculiari- cualitativas con respecto a las tradiciones de investi-
dades teóricas y metodológicas que únicamente pueden gación cuantitativa en ciencias sociales. En apariencia,

* Licenciado y Maestro en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor Titular de Tiempo Completo, Jefe del Proyecto de
Investigación en Aprendizaje Humano UNAM -Iztacala, Coordinador Académico del Grupo T de Investigación Interconductual y Jefe del Laboratorio de
Creatividad y Aprendizaje de la Ciencia en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electró-
nico: carpio@servidor.unam.mx
12 Claudio Carpio Ramírez y Martha Patricia Bonilla Muñoz

quienes se enfrascan en este tipo de discusiones pre- mas sólo se les puede disolver mediante la correcta
tenden demostrar que uno u otro tipo de investigación ubicación de los planos discursivos, lógicas y proble-
es mejor, más completo o más válido. En la perspec- mas a los que cada una de las posiciones aparente-
tiva de los autores del presente ensayo, este tipo de mente antagónicas corresponde (Ryle, 1980).
disputas es infructuoso, porque se derivan de un Un ejemplo que puede ilustrar apropiadamente un
pseudo-problema y, más propiamente, de un falso di- falso dilema es aquel en el que se pregunta por el peso
lema que, como se señalará a continuación, no puede de un ángel en movimiento y se ofrecen como posibles
ser resuelto, sino que debe ser disuelto mediante el soluciones: a) nada, porque de los ángeles no es pre-
análisis de las diferencias existentes en los compro- dicable la propiedad de pesar, y; b) diez mil veces más
misos epistemológicos de una y otra tradición de in- de lo que pesa en reposo. En este caso es evidente que
vestigación en ciencias sociales. la postura (a) no está refutando la exactitud de la
postura (b); por igual, es evidente que la postura (b) no
es opuesta en cantidad a la propuesta (a); aún más, es
De los falsos dilemas y su dilución claro que la disputa entre ambas posiciones no es una
cuestión relativa a la precisión del cálculo realizado
Los dilemas genuinos son aquellos en los que, alrede- en cada una de ellas. ¿Debe elegirse una de ellas como
dor de algún problema, existen dos o más soluciones respuesta correcta? Ciertamente no es éste el caso en
propuestas que son mutuamente excluyentes, opues- que se pueda aplicar a ambas el mismo tipo de valora-
tas, y de las cuales se presume que sólo una es verda- ción, toda vez que la posición (a) del anterior ejemplo
dera, correcta o aceptable, dado un marco o sistema de sostiene una imposibilidad lógica de hacer enuncia-
reglas de valoración cuya rigurosa aplicación permite dos relativos al peso de los ángeles, mientras que la
determinar cuál de éstas es la más apropiada. La cues- opción (b) realiza un cálculo sobre bases completa-
tión a resolver en estos casos es, precisamente, cuál de mente distintas (i.e. que de los ángeles sí es predicable
las soluciones es la que debe aceptarse y cuál rechazarse, la propiedad de pesar). Así, la primera opción es un
bajo el supuesto de que ambas se ubican en el mismo enunciado lógico, mientras que la segunda es un cál-
plano discursivo, sometidas a las mismas reglas de opera- culo cuantitativo, es decir, enunciado de distinta na-
ción conceptual y de validación. turaleza y, por tanto, ambas son inconmensurables,
En contraste, un falso dilema es aquel en el que la incontrastables a la luz de una misma métrica o siste-
oposición o antagonismo de las soluciones propuestas ma de valoración y validación. En otras palabras, las
es una apariencia engañosa que oculta el hecho de “soluciones” propuestas sólo son aparentes solucio-
que las tales soluciones en realidad no están dirigidas nes y, entonces, aparentemente contradictorias. No
al mismo problema, sino a cuestiones distintas y que existe, en este caso, posibilidad de optar entre ellas,
parecen ser opuestas sólo porque comparten elemen- ergo, no son opciones, ergo, estamos frente a un fal-
tos superficialmente comunes (como las palabras que so dilema que, al esclarecerse, podría dar lugar a otros
se emplean para referir el problema). En otras pala- problemas mejor planteados pero en niveles diferen-
bras, en los falsos dilemas las soluciones correspon- tes (por ejemplo, ¿es válido o no es válido predicar pro-
den a problemas distintos, aunque parece que están piedades como el peso de entidades no corpóreas como
dirigidas a uno sólo, y debido a esto es que parecen los ángeles?, o bien, dando por supuesto que la res-
opuestas cuando en realidad no existe para ellas un puesta a la pregunta anterior se asume afirmativa,
mismo sistema de reglas de valoración que pudiera ¿cuánto pesa un ángel en reposo y cuánto en movimien-
someterlas al mismo proceso de evaluación. to?), lo cual, además de evitar desgastes innecesarios e
Una de las consecuencias más graves de los falsos infructuosos, abre nuevas posibilidades interroga-
dilemas es que generan esfuerzos de solución tan in- tivas en los distintos ámbitos de disquisición inte-
tensos y costosos como infructuosos en principio, pues, lectual.
a diferencia de lo que ocurre con los dilemas genuinos, De manera general, los falsos dilemas son alta-
en los que la solución deriva de la correcta y precisa mente costosos por cuántos esfuerzos y recursos se
aplicación del sistema de reglas de operación y vali- invierten en ellos, que bien podrían ser más fructífe-
dación, en los falsos dilemas esta operación es impo- ros de aplicarse a dilemas genuinos. Sin embargo,
sible, porque cada posición responde a problemas, cuando estos falsos dilemas se ubican en el ámbito
lógicas y sistemas de operación y validación distin- del conocimiento social sus efectos son aún más gra-
tos. De hecho, más que resolverlos, a los falsos dile- ves. En razón de esto, se pretende mostrar cómo la
La Disputa Cuantitativo-Cualitativo en Ciencias Sociales: Un Falso Dilema 13

disputa entre las tradiciones de investigación mal lla- a) El rechazo a un orden natural establecido en la
madas cuantitativa y cualitativa constituye un falso realidad.
dilema, en el que sólo vale la pena trabajar para es- b) El reconocimiento de una naturaleza histórico-
clarecer su naturaleza y dar lugar a nuevas y produc- social (construida) de los hechos de la realidad
tivas discusiones ubicadas en su estatuto lógico, (incluyendo los fenómenos “naturales”).
conceptual y empírico. c) El rechazo a la pretendida objetividad y neu-
tralidad del observador respecto a sus objetos
de conocimiento.
De la oposición cuantitativo-cualitativo d) El rechazo a la homegeneidad descriptiva, de-
mandando un discurso propio para los fenóme-
La tradición de investigación cuantitativa, situada en nos humanos.
la racionalidad de la modernidad y en las nociones e) El abandono de las hipótesis como guía inflexi-
renacentistas de movimiento, causa, orden y verdad, ble de la investigación.
alcanzó su cúspide en la noción positivista de la ciencia f) La sustitución de los intereses descriptivos y
como conjunto de proposiciones fácticas cuya validez explicativos en favor de la interpretación de la
descansaba en la verificación por contrastación con realidad como motivo último de la investigación.
una realidad que se asumía única e independiente de
quien la conoce. Es precisamente en este último aspecto donde se
Al amparo de esta concepción, se asignó a la investi- considera que reside la clave para descifrar el falso
gación la tarea básica del descubrimiento de los hechos dilema entre la investigación cuantitativa y la cuali-
del mundo y su orden natural e inmutable, así como la tativa: la cuestión de la interpretación como una di-
verificación de los enunciados hipotéticos, asumiendo mensión completamente distinta a la explicación y
que es posible un único nivel de descripción-verifica- generalización que la investigación cuantitativa adopta
ción-explicación (el lenguaje de la física) para todos los como propósitos principales. A lo largo del presente
fenómenos de la realidad (físicos, químicos, biológicos, trabajo se sostiene que no es una cuestión de elección
psíquicos, etc.), a los que se atribuyó homogeneidad en explicación versus interpretación, sino de una cues-
cuanto a su ajuste a las “leyes de la naturaleza”. tión de categorías epistemológicamente independien-
Con estas tareas a cuestas, la investigación cuanti- tes que nos son directamente contrastables, y que, en
tativa se orientó al refinamiento de los procedimientos consecuencia, no son susceptibles de oponerse en un
de verificación de hipótesis, de medición de las pro- mismo plano electivo. En otras palabras, no se trata de
piedades de objetos y eventos, el desarrollo del ins- determinar cuál de ellas es mejor, ¿mejor para qué?,
trumental de análisis cuantitativo apropiado para la sino de intenciones de conocimiento distintas, incon-
predicción, siendo este último el objetivo prioritario mensurables. A favor de esta tesis, se analizará a con-
de la investigación, objetivo cuya expresión adoptó tinuación el tránsito del lenguaje como portador de
la forma de formulación de leyes generales de aplica- verdades, al lenguaje como amalgama de sentidos co-
ción pretendidamente universal. lectiva e históricamente construidos, cuyo estadio
Las limitaciones que los paradigmas positivistas actual sirve de fundamento a un inquietante y enig-
enfrentaron en los numerosos intentos por extender mático estado de pluralidad epistemológica y aun
sus alcances a los fenómenos derivados de la práctica ontológica, en el que la noción de verdad ha sido por
social humana (la Historia, la Sociología, la Psicolo- completo abandonada.
gía, la Antropología, etc.), dieron lugar a una serie
de reflexiones críticas acerca de los fundamentos sobre
los que aquéllos habían sido construidos. Dos ver- De los enunciados atómicos a los juegos del
tientes históricas de estas reflexiones son el desarro- lenguaje
llo de la investigación cualitativa y la nueva filosofía
de la historia y del lenguaje (véanse, por ejemplo, Es a partir de las reflexiones del Círculo de Viena
Wittgenstein, 1988; Ryle, 1949; Turbayne, 1980; que la reflexión filosófica es llevada a los terrenos
Kuhn, 1972; Taylor & Bogdan, 1986). del análisis del lenguaje. En el célebre escrito de
Las principales características de la autodesignada Carnap (1961), La superación de la metafísica a tra-
investigación cualitativa pueden sintetizarse en los vés del análisis lógico del lenguaje se postula que los
siguientes aspectos nodales: tradicionales problemas propuestos por la metafísica,
14 Claudio Carpio Ramírez y Martha Patricia Bonilla Muñoz

y en gran parte por la filosofía, son en realidad pseudo- El significado flotante del lenguaje y el problema
problemas que surgen de un uso defectuoso del lengua- de la interpretación
je. Tal aseveración conoce dos momentos importantes
en sus ulteriores desarrollos: uno, el iniciado por Rusell El reconocimiento de que el sentido del lenguaje no se
(1977) y por Wittgenstein (1973) en el Tractatus y otro, encuentra “fijado” a la formalidad de los signos llevó
el del segundo Wittgenstein (1988) y su propuesta de las consideraciones en torno al lenguaje a plantear el
los juegos del lenguaje. problema de ¿cuál es el sentido del lenguaje?, ¿cómo
En el primer momento se busca esclarecer los pro- aprehender su sentido si éste es siempre huidizo?
blemas de la filosofía y de las ciencias, buscando un Tales interrogaciones pusieron a debate el asunto
lenguaje que elimine toda ambigüedad y que encuen- de la interpretación, problema crucial para todas las
tre en los hechos del mundo sus referentes inequívo- ciencias del hombre. Abierto este expediente, resulta
cos. Aparece en escena el problema del Significado. ineludible afrontar el problema de los consensos, tanto
En este primer momento, se considera que un enun- en el orden epistemológico y ontológico como en el
ciado sólo tiene sentido si nombra algo del mundo, el político y, con ello, arribar al problema del poder.
lenguaje es analizado buscando sus elementos cons- Foucault señala que todo discurso y, dentro de ellos,
titutivos, “átomos” que, para tener sentido o signi- el de las ciencias sociales, al ser portados en lenguaje
ficado, han de referir también objetos del mundo se hace subsidiario de dos grandes sospechas:
“atómicos”. En última instancia, toda construcción
lingüística podría ser reductible a estos elementos ató- Ante todo la sospecha de que el lenguaje no dice exac-
micos. tamente lo que dice. El sentido que se atrapa y que es
Se busca entonces una lógica formal —matemáti- inmediatamente manifiesto no es quizás, en realidad,
sino un sentido menor, que protege, encierra y, a pe-
ca— que dé cuenta de la estructura del lenguaje, que
sar de todo, transmite otro sentido [...] por otra parte, el
permita operar con él en un contexto lógico. Con tal lenguaje hace nacer esta otra sospecha: que el lenguaje
aproximación se resuelve que los problemas de la fi- desborda, de alguna manera, su forma propiamente
losofía son problemas del lenguaje, quedando como verbal, y que hay muchas otras cosas en el mundo que
un gran metalenguaje la lógica formal. hablan y no son lenguaje (1976, pp. 33-34).
Pronto, los mismos filósofos lingüistas operan un
cambio en su comprensión del lenguaje y, en lugar de Esta opacidad del lenguaje crea una tensión que es
buscar una estructura lógica que permita desmontar “resuelta” en la interpretación. Pero, ¿de dónde le
su lógica de operación, vuelven la mirada al lenguaje viene el valor de verdad a una interpretación? Para
ordinario, considerando a los lenguajes lógicos como Foucault, el valor de una interpretación depende de
un caso particular del lenguaje. Wittgenstein, en sus la posición en que está colocado el intérprete; al res-
Investigaciones filosóficas (1988), propone que, en pecto afirma:
realidad, el significado de los enunciados no puede
obtenerse de una supuesta estructura lógica, sino de los Esto también lo dice Nitzsche cuando afirma que las
usos que damos a las palabras, las reglas de uso son palabras han sido inventadas siempre por las clases
superiores; ellas no indican un significado: imponen
lo que define el lenguaje.
una interpretación [...] Por esto también en Nitzsche
Liberados de la tentación logicista, los filósofos el intérprete es lo “verídico”; es lo “verdadero”, no
lingüistas asumen que el lenguaje no sólo son palabras porque él se apodere de una verdad en reposo para
sino aun actos y acciones humanas cuyo sentido o proferirla, sino porque él pronuncia la interpretación
significado se encuentra en las reglas que definen su (1976, p. 45).
uso. Y como los usos no son universales, sino que co-
rresponden a regiones de uso, o como dice Wittgenstein El intérprete, al proferir la interpretación, define
a “formas de vida”, el análisis del lenguaje muestra un sentido, impone un sentido. Colocados ya en el
el aspecto “flotante” de los significados. problema de la imposición de sentido y de la verdad
La revelación de este aspecto descentrado y móvil del acto interpretativo, se desliza subrepticiamente el
del significado contribuye a erosionar una racionali- problema del poder.
dad lingüística universal que pudiera ser develada Si, en el horizonte de la modernidad, este poder de
mediante el análisis lógico; así, el análisis del len- los discursos en ciencias sociales aparece como des-
guaje se vuelve relativo a las formas de racionalidad pliegue de la razón, en el horizonte posmoderno que
que sostienen los distintos juegos de lenguaje. ha erosionado sus pretensiones de universalidad, el
La Disputa Cuantitativo-Cualitativo en Ciencias Sociales: Un Falso Dilema 15

poder no puede menos que ser interrogado. Si los dis- Las distintas concepciones de “lo social” y su apre-
cursos de las ciencias sociales son juegos de lenguaje o hensión a través de distintas racionalidades se expre-
actos de habla, si su significado es definido por reglas, san en los diferentes discursos de las ciencias sociales.
cabe preguntarse ¿quién establece las reglas?, ¿quién Al respecto, me parecen sumamente interesantes las
define los límites de las reglas? Wittgenstein nos re- reflexiones de Castoriadis (1995), ya que considera
mite en última instancia a las formas de vida, los jue- una dimensión de lo social que tradicionalmente ha-
gos son así porque así es la vida, pero, ¿quién define bía sido abordada desde la comprensión estética o
el así de la vida?, ¿es acaso sólo un problema de auto- desde la comprensión mentalista; me refiero a la di-
asunción de las pretensiones de validez de la acción mensión imaginaria.
comunicativa como pretende Habermas (1989)? Castoriadis (1995) propone una visión de la so-
Por nuestra parte, consideramos que detrás de es- ciedad que podemos llamar indeterminista, esto es,
tas reglas de uso del lenguaje circula siempre un poder que no presupone condiciones universales de deter-
que impone su normatividad y que permite el recono- minación para el Ser social, más aún, el único tras-
cimiento o no de un interlocutor, poder que circula fondo ontológico de suyo dado para la sociedad es el
por las formas de vida en los que se asientan los juegos caos, la nada: “Antes de entrar de lleno en el campo
del lenguaje. social histórico quisiera hacer algunas afirmaciones
Si el lenguaje se encuentra articulado con la vida bastante dogmáticas. Primera: el Ser es abismo o caos
misma y con ciertas formas de poder que impone re- o aquello que carece de fundamento” (Castoriadis,
glas de uso, que acota los sentidos posibles, entonces 1986, p. 7); “La sociedad no es cosa, ni sujeto, ni idea,
su lectura o, mejor aún, su interpretación resulta ni tampoco colección o sistema de sujetos, cosas o
problemática en la medida en que nos remite al com- ideas” (Castoriadis, 1989, p. 28).
plejo campo de los anudamientos entre el sentido del Renunciando a las tradiciones que él llama “con-
lenguaje y lo social. juntistas-identitarias”, que postulan una visión del Ser
La introducción de la dimensión social en el análi- como un agrupamiento numerario o colección de con-
sis del sentido del lenguaje nos remite, inevitablemente, juntos cuyos elementos son ontológicamente entidades
a múltiples interpretaciones de lo social o de lo humano. individuales, de los que se pueden predicar relaciones
Nos lleva a reconocer, como lúcidamente señala Grüner lógicas desde las cuales es posible extraer todas sus
(según Foucault, 1976, p. 14), que, en medio de las in- combinatorias para establecer así un a priori necesa-
terpretaciones acaece: “una lucha por el sentido, que rio, Castoriadis propone, para el Ser en general, que
busca violentar los imaginarios colectivos para redefinir es al mismo tiempo el Ser de la sociedad, una visión
el proceso de producción simbólica mediante el cual que hace recaer su institución ontológica en la ince-
una sociedad y una época se explican a sí mismas el sante creación desde la imaginación radical.
funcionamiento del poder”, lucha que se disputa la
narrativa de los horizontes sociales para dar cuenta de La organización de la sociedad vuelve a desplegarse a
una autorreflexividad que se busca hacer aparecer como sí misma en cada momento de manera diferente, no
“verdadera” y “legítima”. Así pues, analizar los regí- tan sólo en la medida en que supone momentos, sec-
menes de interpretación del sentido significa también tores o dominios diferentes en y por los cuales existe,
hacer explícita la circulación del poder que recorre las sino también en tanto da lugar a un tipo de relación
entre esos momentos y el todo que puede ser novedo-
diferentes interpretaciones de lo social y de lo humano.
so, y que incluso lo es siempre en un sentido nada
trivial. Ni los momentos ni el todo pueden inferirse
por inducción de las formas de vida social observadas
El lenguaje como creación de sentidos hasta aquí ni deducirse a priori por la reflexión teóri-
ca, ni pensarse en un marco lógico dado de una vez y
El universo de apuestas de comprensión del lenguaje para siempre (Castoriadis, 1989, p. 32).
implica, como hemos apuntado, revisar algunos ele-
mentos de la formación de la sociedad, pues es ésta, a Como se advierte, Castoriadis hace descansar to-
final de cuentas, el locus de creación del lenguaje y das las dimensiones de lo social en un proceso de
circulación del poder. Pensar el lenguaje en tanto crea- autoinstitución desde la creación imaginaria. Así, por
ción social vuelve ineludible el análisis de la sociedad ejemplo, tiempo y espacio dejan de ser categorías ab-
para comprender cómo ésta y lenguaje son creacio- solutas por donde transcurre la sucesión; por el con-
nes de sentido. trario, para él, tiempo y espacio sólo cobran sentido
16 Claudio Carpio Ramírez y Martha Patricia Bonilla Muñoz

dentro de una sociedad al amparo del magma de sig- nes, las significaciones imaginarias sociales [...] Lo
nificaciones sociales que esa sociedad ha creado; en imaginario social es, primordialmente, creación de
consecuencia, la historia deja de ser un transcurrir de significaciones y creación de imágenes o figuras que
fenómenos para ser despliegue de lo social-histórico, son su soporte (Castoriadis, 1989, p. 122).
despliegue del magma de significaciones imaginarias.
Así no sólo tiempo, espacio e historia son debilitados Finalmente, Castoriadis propone una caracteriza-
de sus anclajes en el horizonte moderno, sino también ción de la significación que nuevamente se aparta de
la dimensión ontológica deja de ser absoluta para con- las tradicionales formas de entender el significado
vertirse en emergencia nueva, emergencia desde lo como ligazón necesaria de referencias tautológicas,
imaginario, o si se prefiere, lo imaginario alcanza un sean éstas en el orden lingüístico u ontológico:
estatuto ontológico legítimo para el análisis y discur-
so social. Al respecto señala: ¿Qué es una significación? Sólo podemos describirla
como un haz indefinido de remisiones interminables
a otra cosa [...] Estas otras cosas son siempre al mis-
Pues así como la sociedad no puede pensarse bajo nin-
mo tiempo significaciones y no significaciones [...]
guno de los esquemas tradicionales de la coexisten-
Pero el léxico de las significaciones está abierto por
cia, tampoco puede pensarse la historia bajo ninguno
doquier; pues la significación plena de una palabra es
de los esquemas tradicionales de sucesión. Pues lo que
todo lo que, a partir o a propósito de esa palabra, se
se da en y por la historia no es secuencia determinada
puede decir, pensar representar o hacer socialmente
de lo determinado, sino emergencia de la alteridad
(Castoriadis, 1989, p. 132).
radical, creación inmanente, novedad no trivial [...] y
sólo a partir de esta alteridad radical o creación pode-
mos pensar verdaderamente la temporalidad y el tiem-
Desde la perspectiva castoridiana, lo social es de
po, cuya efectividad excelente y eminente encontramos suyo histórico, es creación incesante de alteridades
en la historia (Castoriadis, 1989, p. 38). y es postulación de significados siempre flotantes,
no anclados a un centro fijo y dado de una vez y para
Al postular como elemento central constitutivo de lo siempre. La propuesta de la noción de imaginario
social-histórico la dimensión imaginaria categorizada social permite darle otra vuelta de tuerca al problema
como magma de significaciones imaginarias, la noción del poder, al señalar que uno de los mecanismos que
de sentido es descentrada de la referencia a hechos permiten mantener el núcleo central de las significa-
“atómicos” del mundo para proponer que se es en la ciones de una sociedad (magma) es el anudamiento
medida en que se sea significativo: de los imaginarios sociales con el poder, convir-
tiéndose éste en el garante coercitivo del monopolio
de las significaciones “legítimas” (Castoriadis, 1995,
Todo lo que de una u otra manera, es aprehendido o
percibido por la sociedad, debe significar algo, debe
p. 132).
estar investido de una significación, y más aún, que Lo político, como lo que atañe a la analítica del
siempre es aprehendido de antemano en y por la posi- poder, se convierte entonces en disputa por la institu-
bilidad de significación [...] Para una sociedad, que ción de nuevos imaginarios sociales. Plantear que una
un término es quiere decir que un término significa sociedad se mantiene como esa sociedad gracias al
[...] por el mismo hecho de ser tiene siempre un sen- monopolio de los imaginarios es plantearse el proble-
tido [...] La institución de la sociedad es institución ma de la disputa por el poder. Bajo esta perspectiva,
de un mundo de significaciones (Castoriadis, 1989, la lucha por el consenso o el debate de las interpretacio-
p. 118). nes conoce un nuevo corrimiento hacia la interpelación
del monopolio de los imaginarios y, correlativamen-
Así, la sociedad es en la medida en que se instituye te, del poder.
como magma de significaciones (magma que a su vez La propuesta castoridiana de la sociedad como
se constituye en y por el imaginario social) producto- magma de significaciones imaginarias sociales desa-
ras de sentido que se despliegan en y por la ocurren- rrolla nuevas y sorprendentes formas de interpretar
cia de alteridades: la naturaleza del lenguaje. El sujeto, entonces, es
redimensionado como creador de sentidos, él hace el
La institución histórico-social es aquello en y por lo lenguaje, pero también se crea con él; en consecuencia,
cual se manifiesta y es lo imaginario social. Esta ins- el lenguaje deviene instrumento de la autoinstitución
titución es institución de un magma de significacio- del sujeto y de la sociedad.
La Disputa Cuantitativo-Cualitativo en Ciencias Sociales: Un Falso Dilema 17

De las sospechas del lenguaje al problema de la acabado por perderse, es una hermenéutica de la nos-
interpretación talgia y, como sucede con la historia, se convierte en
el ejercicio contemporáneo del duelo (De Certeau,
Hasta ahora se han apuntado las sospechas que Foucault 1993, pp. 11-40).
hace recaer sobre el lenguaje, a saber, que el lenguaje Otro posicionamiento interpretativo postula que el
dice más de lo que dice y que hay cosas que sin ser acto mismo de textualizar, esto es, de significar, es
lenguaje hablan, con lo cual da lugar a una importante ya una interpretación. Separado como está el hombre
tensión alrededor del sentido del lenguaje. De hecho, de las cosas, al decirlas las interpreta, les impone sen-
es en el lenguaje en el que se proyecta la disputa de las tido: “Decimos lo real significándolo; en este sentido,
interpretaciones y, con ello, el problema de su verdad, lo interpretamos. La ruptura entre la significación y la
problema que, por otro lado, se encuentra anudado cosa ya está consumada con el nombre, y esa distan-
también al asunto del poder en tanto imposición de cia señala el lugar de la interpretación” (De Certeau,
sentidos. 1993, p. 23).
La primera sospecha ha sido explorada por el psi- Pero, recuperando las reflexiones castoridianas,
coanálisis a partir de La interpretación de los sue- podemos decir que, al imponerles un sentido, al inter-
ños, donde Freud (1984) afirma que el relato del pretarlas, las instituye como universo de significa-
soñante tiene un doble sentido, uno manifiesto y otro ciones imaginarias y, consecuentemente, fractura la
latente. Es en el contenido latente donde Freud apun- continuidad del Ser para crear una nueva dimensión
tala una noción de lectura del relato del soñante que ontológica, la del sentido, que es la realidad efectiva
se desliga de la semiología formal del lenguaje para de lo humano; como hemos dicho, el mundo para el
deslizarse al de la interpretación. hombre sólo es tal en tanto le significa. Significación
La segunda es examinada por Foucault cuando que, por otro lado, es operacionalizada en su contex-
señala que el lenguaje en realidad forma parte de una to, en su discurso, en su lenguaje.
discursividad integrada por otras cosas que sin ser La operacionalidad de los discursos es, entonces,
lenguaje “hablan”, vr. gr. la arquitectura del panóptico el lugar de la tensión entre lo real y su significación;
no sólo presentifica la mirada del poder, también pone así, la interpretación descansa en la imposibilidad de
en circulación la discursividad de la exclusión y la recuperar completamente lo real en tanto que la enun-
reclusión (Foucault, 1997), generando una textualidad ciación y su texto no guardan una relación isomórfica
que no se limita a los semas del lenguaje. con lo real.
La ambigüedad del lenguaje (manifiesto-latente) y Pero si la operacionalidad es ya una interpretación,
la tensión significante-significado de las que emergen ¿qué es entonces su lectura? Es otra interpretación que
las sospechas sobre el lenguaje, representan el espa- se le enfrenta para crear, no sin violencia, nuevos sen-
cio analítico que permite pensar una noción de len- tidos al texto. Es una operación de imposición de sen-
guaje como un orden de significaciones que en su tido: “¿No se ve que la interpretación no es un mero
estructura misma son ya una interpretación hecha intento de ‘domesticación’ de los textos sino toda una
desde el sujeto que enuncia. estrategia de producción de nuevas simbolicidades,
El reconocimiento de las tensiones del lenguaje de creación de nuevos imaginarios que construyen
introduce la problemática de la lectura del lenguaje sentidos determinados para las prácticas sociales?”
humano, ¿cómo ha de leerse la textualidad del hacer- (Grüner, citado en Foucault, 1976, p. 84).
decir humano?, ¿qué me dicen las distintas modalidades Si en la exegética se instituye una doble ilusión, la
de su discursividad? Dos diferentes posicionamientos de profundidad de sentido y la de verdad como recupe-
frente a esta problemática son posibles. La exegética ración de ese sentido, en la hermenéutica que confronta
que la mira como enmascaramiento de un sentido ocul- sentidos se opera una doble fractura: por un lado hace
to, que, separado del sentido superficial, aguarda a ser insostenible la ilusión de profundidad al mostrar que
reconocido y, en su reconocimiento, estaría la posibi- tan sólo son pliegues de sentido que se encuentran en
lidad de arrancarle la verdad. el texto mismo; por el otro, muestra que la verdad no
Es la exaltación bíblica que reclama una lectura de es un vaciado de sentido profundo en la superficie,
sus arcanos mediante claves que revelan una profun- sino una construcción que se pone en marcha en el
didad a la que sólo el intérprete, cual iniciado, puede doble ejercicio de interpretación: en el de la “escritura”
acceder. Desde la exegética, la interpretación es un ejer- de la textualidades y en el de su lectura. El error como
cicio de recuperación de sentido que por tan oculto ha contrastación con el sentido “original” es insostenible.
18 Claudio Carpio Ramírez y Martha Patricia Bonilla Muñoz

Esta noción de hermenéutica parecería que se opo- Sin embargo, aún quedan muchas dificultades por
ne a la interpretación psicoanalítica que hace del sen- resolver para darle consistencia plena a tal racionali-
tido latente el objeto de interpretación, sin embargo, dad. Por otro lado, la segunda pregunta alude a la esti-
dice Ricoeur (1970, p. 18) que: mación de las interpretaciones, lo que nos lleva al
problema del “todo vale”. Si los textos por los que transi-
No hay simbólica antes del hombre que habla, aun si ta el sentido tienen mucho de delirio, ya que no existen
la fuerza del símbolo está arraigada más abajo de la correspondencias isomórficas entre los gramas y las
expresividad del cosmos, en el querer decir del deseo, significaciones, entonces, la pregunta es pertinente.
en la variedad imaginativa de los sujetos. Pero en cada Una salida es apelar a una suerte de hermenéutica
caso es en el lenguaje donde el cosmos, el deseo, lo trascendente (incluso a las propias interpretaciones)
imaginario llegan a la palabra (itálicas nuestras). que pudiera servir de juez gnoseológico, es decir, ape-
lar al espiritualismo puro. Parece entonces que resul-
Paradójicamente, es en el relato del sujeto, por su ta imprescindible la insoportable “relatividad de las
textualidad, que el inconsciente habla, no se accede interpretaciones”.
al inconsciente si no es por la textualidad del sujeto, Una solución a tan dilemática situación es aquella
por su relato. Podríamos decir que en el relato mani- que propone la legitimidad de las interpretaciones a
fiesto del sujeto se encuentra ya inscrito el relato del partir del reconocimiento de un pluralismo episte-
inconsciente: “retomando las lúcidas formulaciones mológico y un regionalismo ontológico. En todo caso,
de Assoun, entonces, se trata de que a partir del ‘su- el problema está lejos de resolverse. Otra salida ha
jeto del relato’, se pueda encontrar en él y totalmente sido el llamado a pensar que no todo vale y que exis-
apresado en éste, al ‘sujeto del inconsciente’” (Perrés, ten criterios para estimar las interpretaciones.
1998, p. 102). La tercera interrogante inquiere acerca de la rela-
Es, pues, el lenguaje y sus textualidades, o, po- ción entre el poder y la interpretación. Si el sentido
dríamos decir, la hermenéutica de la textualidad, la es, ante todo, construcción, a partir de la confronta-
que se somete a una nueva interpretación en la lectu- ción de distintos universos de significación, no hay
ra; por eso, es en la interpretación de las textualidades nada más alejado que la “naturalidad” de la interpre-
del lenguaje en donde hay que intentar aprehender los tación. Toda construcción del sentido tiene algo de
sentidos que imponen a la sociedad y la psique los violencia. Parece inevitable.
imaginarios sociales. Éstos son algunos de los problemas a los que fre-
cuentemente nos enfrentamos cuando se reflexiona
acerca de los discursos del sentido; lo cierto es que
Discurso del sentido y hermenéutica: Algunos estos problemas, en los que se debate cualquier re-
problemas flexión sobre la interpretación como propósito de la
investigación cualitativa, no son, lejos están de serlo,
En el plano teórico, una dificultad esencial se presen- los problemas que son pertinentes a la investigación
ta cuando se utilizan categorías como discurso y tex- cuantitativa, especialmente los de mayor actualidad,
to y se piensan como algo cualitativamente distinto a relativos a los modelos probabilísticos de espectro
las formalidades del lenguaje. ¿En qué consistiría su amplio como herramientas para la predicción.
peculiaridad para servir de portadores de los senti- Finalmente, en relación con la disputa entre inves-
dos?, ¿cómo estimar la pertinencia de una interpreta- tigadores cualitativos y cuantitativos, es claro que el
ción?, ¿cómo evitar la violencia de la interpretación? problema de la verdad, el sentido y la interpretación
Respecto a la primera interrogación, se puede ima- es un auténtico centro conceptual de discusiones en
ginar una racionalidad de lo imaginario y lo simbóli- el que el principal dilema será preguntar cuál es el
co que permita pensar sus articulaciones como paradigma adecuado, saber cuál es el mejor; es la
formando un “discurso” expresado y expresable en y pregunta pertinente lo que puede llevar a concluir en
por múltiples producciones de lo humano. un falso dilema.

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Recibido: 2 de enero de 2003


Aceptado: 9 de abril de 2003
20 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 20-29

Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se


Angustia? Una Investigación sobre la Angustia
Materna ante la Separación
In the Presence of Separations, Only the Baby Gets
Anxious? A Research on Maternal Separation Anxiety
Patricia García-Fernández*

Resumen
Diecisiete madres fueron entrevistadas para investigar la angustia que ellas experimentan al alejarse de sus bebés. Se
encontró que: a) el grado de ansiedad ante la maternidad es directamente proporcional a la posibilidad de gozar el
vínculo madre-hijo; b) la ansiedad materna ante la separación aparece en un continuo desde lo moderado hasta lo
intenso, aunque lo más común es un nivel de ansiedad que permite la separación pero que genera cierto malestar o culpa;
c) las madres con mayor ansiedad reflejaron una falta de diferenciación del sí mismo, tanto de sus bebés como de sus propias
madres; d) las madres de bebés tranquilos y poco demandantes mostraron menos ansiedad que las de bebés activos.
Descriptores: angustia materna ante la separación, vínculo madre-bebé, apego, metodología cualitativa, entrevistas

Abstract
Seventeen mothers were interviewed in order to explore their anxiety when separating from their babies. It was found
that: a) the level of anxiety towards maternity is related to the possibility of enjoying the mother-infant relationship;
b) maternal separation anxiety appears in a continuum that goes from moderate to extreme anxiety, however, most of the
subjects experience a kind of anxiety that allows them to separate from their babies feeling somewhat guilty; c) mothers with
higher levels of anxiety showed a lack of differentiation of self from their babies and from their own mothers; d) mothers
with easygoing babies felt less anxious than those with active or difficult babies.
Descriptors: maternal separation anxiety, mother-infant relationship, attachment, qualitative research, interviews

Introducción cuencias de la pérdida del otro, debido a que se necesi-


tan mutuamente para vivir. Entonces, en psicología, esta
Diversas investigaciones han demostrado que los bebés pérdida representaría una gran angustia para ambos.
experimentan angustia cuando su madre se aleja de Existen muy pocos estudios (DeMeiss, Hock &
ellos (Bowlby, 1989; Mahler, 1975; Ainsworth, Blehar, McBride, 1986; Hock, McBride & Gnezda, 1989;
Waters & Wall, 1978; Spitz, 1982); pero, ¿no será tam- Hock & Schirtzinger, 1992; Lutz & Hock, 1995) que
bién que las madres sienten ansiedad ante la separa- han investigado la angustia de separación desde la
ción de sus bebés? Si se habla de una simbiosis, que en perspectiva materna. Ninguno de ellos se ha realiza-
biología implica la dependencia de dos seres vivos, no do en muestras mexicanas, ni con una metodología
sería posible que sólo uno de ellos sufriera las conse- cualitativa.

* Licenciada en Psicología por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Especialización en Psicoterapia Psicoanalítica por el Council of
Psychoanalytical Psychotherapy, Inc, EUA. Doctora en Investigación Psicológica por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Académica de
Asignatura B y Secretaria del Consejo Técnico de Posgrado en Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Consulta privada.
Correo electrónico: pgarciaf@yahoo.com
Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se Angustia? 21

El objetivo de este trabajo es comprender, en lo El nivel de angustia materna ante la separación


general, cómo percibe una madre la relación con su está relacionado significativamente con la personali-
bebé y, en lo particular, cómo experimenta las separa- dad de la madre (Hock, McBride & Gnezda, 1989),
ciones breves y cotidianas que la obligan a alejarse de así como con el grado en el que la madre ha adquirido
su hijo durante algunas horas. Con ello, se podrá co- la experiencia de individuación y un sentimiento cons-
nocer qué se necesita para favorecer el establecimiento tante del sí mismo (Hock & Schritzinger, 1992).
de un vínculo positivo y seguro entre la mamá y su En personas sanas, la representación del sí mismo
bebé, el cual es la base de un desarrollo mental sano. está lo suficientemente diferenciada del otro, lo cual
provoca que la separación del otro no se experimente
como la pérdida del sí mismo; ello permite que la
El vínculo materno-infantil y la angustia de madre se sienta cómoda en la cercanía con su bebé y
separación que pueda manejar las situaciones de separación para
promover la autonomía personal y la autonomía del
El concepto de angustia de separación fue investiga- hijo. Contrariamente, cuando una madre no ha adqui-
do por Mahler (1975), quien, a través de múltiples rido un sentido del sí mismo sólido, se le dificulta
observaciones, encontró que el bebé pasa por varias sentirse separada de su bebé (Lutz & Hock, 1995).
etapas para poder separarse psíquicamente de su ma- Niveles extremos de angustia materna ante la se-
dre y lograr una individualidad propia. A estas etapas paración afectan negativamente el vínculo madre-hijo.
las llamó el proceso de separación-individuación. La madre puede volverse sobrepermisiva, sobreprotec-
La angustia de separación, también denominada tora e intrusiva y esto limita todos los intentos del bebé
angustia del octavo mes o angustia ante los extraños por buscar autonomía y diferenciación. Sin embargo,
(Spitz, 1982), aparece entre el sexto y el octavo mes, carecer totalmente de angustia de separación tampoco
cuando el bebé reacciona ante las personas extrañas es adecuado, pues refleja el abandono emocional que
mostrando distintos niveles de ansiedad, ya sea ba- una madre puede tener para con su hijo. Lo ideal es
jando la mirada, cubriéndose la cara o llorando. Esta experimentar angustia moderada, pues se ha visto que
es una respuesta que refleja el temor de perder a al- este tipo de madres logra relaciones de apego seguro
guien amado o quedar separado de él. con sus bebés (Hock, McBride & Gnezda, 1989).
Este mismo autor sostiene que la madre se relaciona
con su bebé adoptando el mismo patrón de apego que
ella, siendo niña, estableció con su madre (Bowlby, 1989). Metodología
Por otro lado, y a partir de estudios etológicos,
Bowlby (1989) describió la conducta del apego como Se eligió el método hermenéutico para investigar
la necesidad de proximidad con otro individuo al que cualitativamente la angustia materna ante la separa-
se le considera mejor capacitado para enfrentarse al ción, pues se buscó que las participantes proporcio-
mundo. Dicha conducta es considerada como rasgo naran descripciones substanciales de sus vivencias
importante de la salud mental y es característica tan- como madres, así como la interpretación que ellas dan
to de bebés y niños como de adolescentes y adultos. a sus experiencias de separación (Glesne, 1998).
Explicó que cuando un individuo de cualquier edad Se utilizaron dos técnicas de recolección de datos:
se siente seguro, puede explorar lejos de su figura de un grupo focal de ocho personas (Krueger, 1991; Mor-
apego; en cambio, cuando está ansioso, cansado o gan, 1997) y nueve entrevistas individuales semies-
enfermo, siente la necesidad de proximidad. tructuradas en profundidad (Kvale, 1996). Los ejes
Hock y su equipo (Hock, 1978; Hock, McBride & temáticos que guiaron la discusión grupal y las entre-
Gnezda, 1989; DeMeiss, Hock & McBride, 1986; vistas fueron: a) la experiencia emocional del emba-
Hock & Schirtzinger, 1992; Lutz & Hock, 1995) son razo y el parto; b) el vínculo durante los primeros
el único grupo de investigadores que ha estudiado la meses del bebé; c) el apoyo de la pareja; d) las necesi-
angustia de separación desde la perspectiva materna, dades personales; e) el dilema madre vs. profesionista;
definiéndola como “un estado emocional desagrada- f) el recuerdo infantil de la relación con su madre; g)
ble que refleja inquietud y aprensión por el hecho de la relación con la propia madre; h) su autodescripción
alejarse de su hijo; incluye sentimientos de preocupa- como madre; i) el vínculo actual; j) las separaciones
ción, tristeza, o culpa ante las separaciones breves” del bebé.
(Lutz & Hock, 1995, p.57). El muestreo fue basado en los criterios de Gehart,
22 Patricia García Fernández

Ratliff & Lyle (2000) y Ruiz (1996) y se alcanzó la evento generador de ansiedad. Para cumplir con el
saturación (Gehart, Ratliff & Lyle, 2000; Kvale, objetivo general de esta investigación, se reportarán
1996) con 17 participantes. Todas ellas son madres que en primer lugar las situaciones de la maternidad que
cuentan con una relación de pareja estable. Sus edades despiertan ansiedad, y se presentará el análisis temá-
fluctúan entre los 25 y 35 años de edad y su nivel socio- tico de la relación de las participantes con sus madres.
económico es medio-alto. Cuentan con estudios univer- Finalmente, para cumplir con el objetivo particular,
sitarios y dos de ellas con posgrado. Diez se dedican se darán a conocer las variables que explican la an-
exclusivamente a la maternidad, una trabaja tiempo com- gustia materna ante la separación.
pleto y cinco tienen un trabajo de medio tiempo. Las
edades de sus bebés van de los 8 a los 18 meses. Diez de
ellas son primerizas, seis están criando a su segundo La ansiedad en la maternidad
hijo y una al tercero. En total tienen 20 hijos, cinco de
los cuales son varones y quince son niñas. Se pudo ver que el embarazo y parto ocasionan angus-
La investigadora y moderadora es una psicotera- tia y temor en todas las participantes; la causa principal
peuta con características similares a las de las muje- es la fantasía de que el bebé tenga alguna malforma-
res que participaron, excepto que sus hijos están en edad ción o de que llegue a morir. Sin embargo, la mayoría
escolar. busca rescatar algo positivo de la experiencia y es
El análisis e interpretación de los datos fueron rea- este sentimiento agradable el que primero se reporta:
lizados por la autora pero pidiendo la revisión del
material y la opinión profesional de un psicoterapeuta “Estaba feliz… pero soy muy aprensiva. Tuve
varón para evitar interpretar la información en forma mucho miedo de que el bebé viniera mal, soy especia-
sesgada; asimismo, se revisaron las codificaciones por lista en enterarme de los casos trágicos, de niños que
un grupo de supervisión formado por seis investiga- nacen con síndromes raros”.
dores. El método que se siguió fue: 1. Grabar las en- “Los tres primeros meses estuve preocupada de
trevistas y tomar notas. 2. Transcribir las grabaciones. perderlo, porque tuve sangrado y me mandaron repo-
3. Leer los datos en crudo repetidas veces. 4. Identi- so absoluto”.
ficar categorías temáticas para codificar los datos
(Gehart, Ratliff & Lyle, 2000; Taylor & Bogdan, El punto en el que se manifestó mayor angustia
1992; Kvale, 1996), con ayuda del programa de com- fue el posparto. En esta etapa, justificados bajo la
putación para análisis cualitativo “QSR NUD*IST Vivo influencia hormonal o la inexperiencia, las madres se
(NVivo)” creado en Melbourne, Australia. permiten sentir y expresar los afectos desagradables
Las técnicas de verificabilidad fueron: a) trian- implícitos en la maternidad pues es una forma de no
gulación (emplear más de una técnica de recolección culpar al bebé por sentirse infelices o ansiosas:
de datos); b) obtener retroalimentación de las partici-
pantes para conocer si se interpretó correctamente la “Empecé a sentir pánico...Yo lloraba y les decía:
información; c) ocupar múltiples codificadores para ‘No me dejen con ella porque no sé qué hacer. ¿Qué
contrastar hallazgos; d) grabar las entrevistas para con- tal si se me muere? ¿Qué tal si no sé qué necesita?
servar los datos fidedignos; y e) incluir citas textua- Ella confía en mí y yo soy una tonta’”.
les para apoyar las inferencias descritas (Gehart, “Las hormonas te la cobran. Me dio una depresión
Ratliff & Lyle, 2000; Kvale, 1996; Ruiz, 1996; Taylor posparto gruesa... la bebé lloraba y yo junto con ella”.
& Bogdan, 1992).
Otro tema que provoca ansiedad es la relación con
la pareja, ya que consideran que aunque sus esposos
Resultados las apoyan, no es suficiente. Asimismo, expresaron
que no siempre se sienten comprendidas por ellos:
Al analizar los datos, lo primero que resalta es que las
participantes sí experimentan angustia cuando se alejan “Me apoya mucho pero no lo que yo quisiera. Sé
de sus hijos. Sin embargo, se encontró que las separa- que él trabaja y tiene su rol, pero cuando está en la
ciones breves y cotidianas que se dan entre una mamá casa también tiene otro rol... según él las está cuidando
y su bebé no son la única causa por las que una madre pero se emboba con la televisión y las niñas se están
se angustia, ya que la maternidad, por sí misma, es un tirando el ventilador encima”.
Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se Angustia? 23

“Creo que no entendía mis miedos, pero me decía Todas las participantes coincidieron en que la rela-
que no me preocupara”. ción con el bebé en la actualidad resulta más llevade-
ra que cuando era más pequeño, puesto que se sienten
Todas las madres reportaron que sus necesidades menos ansiosas, menos cansadas y con más tiempo
personales pasan a segundo término y anteponen la para atender sus propias necesidades. También ayu-
satisfacción de las necesidades del hijo. Ello obedece da que perciben a su hijo como menos vulnerable o
a una demanda cultural que exige a la madre olvidar- frágil, de modo que pueden confiar en ellos y en sí
se de sí misma; sin embargo, hacerlo resulta cansado mismas:
y frustrante, por lo que buscan alternativas que faci-
liten las tareas de la maternidad y que les permitan “Va creciendo y es más fácil, como que ya la co-
gratificar sus propias necesidades: noces, ya sabes qué onda, te va dejando hacer más
cosas... me siento más relajada y tengo más tiempo
“¿Y yo dónde quedo? Siento como que me he que- para mí”.
dado un poco afuera de la jugada. Para mí, ésa ha “Como hasta el cuarto o quinto mes empecé a sen-
sido la parte difícil de ser mamá: dejar mi persona. tir que ya conocía a mi hija, que ya sabía qué necesi-
Sigo atendiéndome pero no igual... no puedo ni co- taba, que ya no le iba a pasar nada. Me empecé a
mer tranquila, ni ir al baño tranquila, ni meterme a sentir como buena mamá y me di cuenta de que ya
bañar tranquila, ni maquillarme tranquila. No puedo ir había cumplido bien. Después de eso la relación fue
al salón de belleza a arreglarme los pies, ni hacer ejer- más tranquila, ya no estaba encima de ella todo el
cicio, me siento aguada, celulítica, gorda, estresada”. tiempo sino que la dejaba estar solita en algunos mo-
“Trato de hacer mis cosas hasta que lo acuesto a mentos, ya estaba muy feliz”.
dormir”.
Las situaciones que les preocupan en la actuali-
Otra situación que se vive como pérdida y que ade- dad son las mismas que les generaban ansiedad du-
más provoca estrés es el dilema madre vs. profesionista. rante los primeros meses; no obstante, por el tono y
Para las madres que optaron por dedicarse a la crianza la forma de narrarlo, es evidente que ahora cuentan
de sus hijos, les resultó más fácil y menos angustiante con un mejor manejo y control de la ansiedad:
la decisión que para las que eligieron seguir trabajando
en su profesión. Las primeras consideran que pueden “Lo mejor de que crezcan es que voy dejando de
posponer su reingreso laboral, mientras que las se- preocuparme, sigo poniéndoles el monitor para dor-
gundas sienten ansiedad y culpa al dejar a sus bebés mir, pero ya no voy a cada quejidito a ver si siguen
para ir a trabajar: respirando”.

“Cuando regresé a trabajar iba medio tiempo pero Durante el embarazo muchas de las madres fan-
me sentía culpable dejando diario a mi bebé, entonces tasearon acerca de cómo iban a ser sus hijos al nacer.
pedí permiso para trabajar algunas cosas en mi casa Afortunadamente para la mayoría, sus expectativas
y solamente ir tres días”. fueron satisfechas; no obstante, para otras madres sus
“Por nada regresaría (a trabajar) ahora que son expectativas fueron frustradas. Las mamás de niños
chiquitas, tal vez cuando crezcan... ahora que estoy muy activos, inquietos, intolerantes o demandantes
con ellas me la paso muy a gusto... fue algo que yo se sienten menos satisfechas y muestran mayor an-
decidí y no me arrepiento”. siedad que las madres de niños tranquilos o poco de-
mandantes:
Cabe señalar que dos participantes trabajan fuera
de casa y se sienten contentas por ello: “Yo me imaginaba que mi bebé iba a ser dócil.
Ella es muy cariñosa, pero a la vez es muy inquieta.
“No podría quedarme sin hacer nada. Como voy Desde los tres meses de embarazo ya sentía las patadas
sólo dos o tres horas, se la dejo a mi mamá o a mi cuña- y sí me la imaginaba inquieta, pero no tanto como es...
da; ella se queda muy bien y yo me quedo tranquila. Me crea mucha angustia porque no sé si sea una niña
Luego ya todo el tiempo me dedico a ella, es que tam- hiperactiva, o a lo mejor la del problema soy yo”.
bién quiero disfrutar esa parte porque si no al rato ya “Es un niño súper noble, súper entendido, una
se van, ya están en la escuela y ya ni te pelan”. maravilla, travieso pero tranquilo. Nunca ha sido un
24 Patricia García Fernández

niño que me preocupe de que se suba a la silla o le Las mujeres que recuerdan a sus madres como
pase algo”. exigentes durante la infancia mantienen una relación
distante con ellas y a la vez son exigentes con sus hijos:

La relación con la propia madre “Cuando yo era niña mi mamá no era cariñosa,
era fría y muy regañona; todo el día eran órdenes,
En este apartado se hace un análisis de la relación gritos y nalgadas. Yo le tenía miedo a mi mamá y yo
que las participantes tuvieron con sus madres durante no quiero que mis hijos me tengan miedo... Hoy la
la infancia, así como de la relación que tienen con ellas llevamos bien, la llevamos en paz, pero no hay una
en la actualidad. Además se reportan semejanzas y di- relación de confianza. Hablamos de cosas triviales:
ferencias en el estilo de maternidad que ellas ejercen en del clima, de las ofertas del súper, de cualquier cosa.
comparación con el de sus madres. Pero si tengo un problema yo no se lo cuento a mi
Las mujeres que manifiestan una relación de depen- mamá y si quiero un consejo de qué hacer con los
dencia con sus madres las describen en inicio como po- niños, no se lo pido a mi mamá... Bueno, yo trato de
sitiva, aunque luego agregan los aspectos negativos de no hacerlo, pero también les pego de gritos a mis hi-
la relación: jos. No todo el día, ni a todas horas, pero claro que
les grito y los castigo y de repente me da remordi-
“Mi mamá es mi súper amiga… vivo muy cerca miento. Yo me imaginé que iba a ser una mamá amo-
de su casa y la veo diario, la acompaño de compras, rosa y que siempre estaría contenta. Creía que todo
me acompaña al pediatra y así. Lo malo es que cuan- era como tratarlos bien y ser linda con ellos para que
do no puedo verla porque tengo otro plan, entonces sí ellos fueran lindos conmigo; pero no”.
me reclama y me chantajea, claro que caigo redondi-
ta y muchas veces hasta cancelo mi plan”. En estas narraciones resalta la existencia de una
“Estoy apegada a mi mamá y me gusta, me la paso continuidad entre la relación infantil que establecie-
bien con ella y la disfruto mucho... a veces siento que ron con sus madres y la relación que mantienen en la
se mete demasiado y no sé cómo decirle las cosas, actualidad con ellas. Asimismo, se nota cómo tienden
por ejemplo, les dice a mis hijas algunos comentarios a reproducir aquella relación en la que ahora estable-
que me molestan, o les da órdenes a mis muchachas cen con sus hijos.
(del servicio) en mi propia casa”. Por otro lado, se puede interpretar como una falta
de diferenciación entre la individualidad de la madre
Las mujeres que recuerdan a sus madres como y la de ellas mismas el hecho de anteponer las necesi-
sobreprotectoras cuando ellas eran niñas se sintieron dades de la madre y quedar atrapadas dentro de la
inseguras y aún ahora consideran que sus madres in- manipulación y el chantaje sin poder delimitar su iden-
tentan controlar sus vidas: tidad.

“Mi mamá siempre me sobreprotegió muchísimo


en todo... no podía hacer tales cosas, no podía ir a La angustia materna ante la separación
tales lugares, para ir a fiestas siempre tenía que ir
con mi hermano. Pero en muchas cosas sí me sentía En los siguientes relatos resulta evidente que la an-
muy insegura, porque tenía que sentir la aprobación gustia materna ante la separación sí existe y que se
de mi mamá. Siempre buscaba su protección y que da en un continuo que va desde lo moderado hasta lo
viera bien lo que yo hacía. En algún momento yo sen- intenso. Lo más común es encontrar un nivel de an-
tí que me limitó porque me sentía muy insegura para siedad moderado que permite la separación física pero
tomar algunas decisiones, primero tenía que pregun- que genera cierto malestar. Ésta puede manifestarse
tarle... Hasta la fecha me quiere ver como su niña, como intranquilidad, pesar, o culpabilidad leve:
me sigue diciendo cómo hacer las cosas. En eso me
parezco a ella, en que trato de dedicarle lo más que “No me encanta dejarla; me da culpita y la extraño,
puedo de mi tiempo a la niña. Trato de que primero pero hablo por teléfono varias veces para saber cómo
sea ella antes de que se ofrezca cualquier otra cosa, está, si ya comió, si ya durmió la siesta o si ya se des-
trato de dedicarle su tiempo y que no le falte nada o le pertó. Es que prefiero dejarla a tener que renunciar al
pase nada”. trabajo”.
Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se Angustia? 25

“La mayor me hace grandes dramas si voy a salir gundo porque no le vayan a hacer algo’. Yo soy mu-
y hasta me dice: ‘mami, no vayas’, claro que me voy cho de pensar que las muchachas son buenas, pero
muy intranquila y con un remordimiento... A veces con tal de evitarme el reclamo de ‘¿por qué la dejas-
me le he tenido que escapar o me la termino llevando”. te?’, mejor no la dejo”.
“Con mi mamá sí me quedo tranquila y hasta me
relajo porque sé que ella es igual que yo y no les va a Se encontró también que a cierto tipo de madres
quitar el ojo de encima. Pero con el resto de la gente no; les resulta problemático tolerar la proximidad del vín-
no sé por qué pero no les tengo confianza... Así estén culo que se establece con un bebé. Ellas, en lugar de
con su papá, no me siento tranquila ni para ir al baño”. prestarse como una base segura para el apego, utili-
zan el mecanismo de formación reactiva para alejar a
Un nivel intenso de angustia materna ante la sepa- sus hijos de sí y justifican su conducta como necesa-
ración produce malestar significativo que se experi- ria a pesar de sentirse ansiosas.
menta como ansiedad, desconfianza, tristeza, miedo,
o culpa exageradas. Dichos sentimientos dificultan o “Lo metí a la guardería a los cuatro meses, estaba
impiden que las madres se alejen de sus hijos: bien chiquito. Primero me dio un sentimiento de cul-
pa terrible, pero luego me di cuenta de que le iba a
“Yo nunca dejé a mi hija en su primer año de vida hacer muy bien porque como estaba todo el día con-
con alguien que no fuera yo. Yo tenía muchacha, cho- migo lo iba a hacer marica. Le gusta todo lo mío. Se
fer y nana y aún así mi vida giraba en torno a ella”. ponía mis zapatos, mi bolsa... Sí, pensé: ‘Lo voy a
“Trato de no dejarla, no confío en que los demás llevar porque me tengo que desprender de éste’. Te digo
la cuiden bien porque es muy activa, es agotador se- que iba al banco cinco minutos y ya estaba yo angus-
guirla y vive al borde del peligro; cuando no me que- tiada. Por supuesto no se lo dejaba a nadie. Me costó
da otra y tengo que dejarla, me quedo con el pendiente trabajo llevarlo a la guardería... pero prefiero que se
y con mucha culpa”. vaya a que lo haga joto. Es que me da mucho miedo
“En realidad casi no lo dejo. Al principio porque estar toda aprensiva con él”.
casi nadie quería; me decían que no sabían cómo cam-
biarle el pañal y sentían mucho miedo de que fuera el Al parecer un elemento que está asociado a una
primer bebito. Además, llevármelo conmigo a todos intensa angustia materna ante la separación es la fal-
lados no me angustia, no me causa preocupación. ta de diferenciación en los límites del yo; es decir, no
Prefiero que la muchacha haga la limpieza y la comi- logra distinguir la frontera entre lo que es ella (el yo
da, y yo cuido al bebé”. o lo interno) y lo que ya no es ella (el no-yo o lo
externo). Dichas mujeres son las que muestran ma-
Algunas madres no reconocen sentir ansiedad al yor dependencia hacia sus hijos y las que tienen mayor
alejarse de su hijo, sino que proyectan el malestar ante dificultad para percibirlos como seres diferenciados de
la separación sobre el bebé, sobre la persona que lo ellas con individualidad propia, de modo que confunden
cuida o sobre el esposo: sus sentimientos y necesidades con las de sus bebés y
las separaciones les resultan sumamente conflictivas:
“Mi tía me dijo que claro que se quedaba con mi
hija. Yo no vi a mi hija tan tranquilita porque llevaba 3 “De recién nacida me la pasan para besarla, la veo
semanas de no ver a mi tía y porque no era su casa. y me impresiono: ‘¡Qué bárbaro! Es mi vivo retrato.
Estaba bien si yo estaba con ella, pero si me desapare- Soy yo en chiquitita!’ Todo mundo empezó a decir
cía, empezaba a buscarme... Decidí no ir al viaje por- que se parecía a mi marido. Pero no, es igualita a
que si me doy un avionazo voy a dejar a mi hija solita. mí... Durante los primeros meses fuimos haciendo una
¿Qué va a ser de ella? Nadie la va a cuidar como yo y relación muy, muy estrecha, al grado de que por ejem-
nadie la va a querer como yo”. plo, yo tenía que ir a hacer pipí con mi bebé en bra-
“Yo a veces no los dejo porque siento que les doy zos, porque si ella lloraba yo sentía que me necesitaba
más chamba a los demás, me da pena, pobres. Por o no sé, tal vez la que la necesitaba era yo... De los 8
ejemplo, con mi hermana se me hace mala onda que meses a los 12, yo seguí dedicándome a ella en cuerpo
por quedarse con mis hijos, ella ya no salga o cancele y alma. Ella se levantaba, nos bañábamos, comíamos,
sus compromisos”. bailábamos juntas... bueno, todo mi día era mi hija,
“Mi marido sí es muy de: ‘No la dejes ni un se- hasta que empezó a ser como una cosa triste para mí”.
26 Patricia García Fernández

A continuación se presenta un modelo explicativo gustia de separación, el cual se interpreta de la si-


(figura 1) sobre las variables involucradas en la an- guiente forma:

Figura 1
Modelo explicativo de la angustia materna ante la separación

La primera línea que explica dicha angustia está Una línea más que explica la ansiedad de separación
relacionada con la percepción que tiene la mamá de son las pérdidas personales (necesidades básicas, auto-
su hijo: imagen, realización profesional, relación de pareja,
a) Si lo percibe como un bebé demandante, sus ex- etc.). Éstas generan sentimientos depresivos, rechazo
pectativas previas al nacimiento acerca de un niño fácil inconsciente al bebé o al papel materno y culpabili-
y manejable se ven frustradas. Ello provoca depresión, dad, que tienden a compensarse manteniéndose cerca
un rechazo inconsciente hacia el bebé o la materni- del bebé para evitar dicha angustia.
dad y culpabilidad, que tienen que compensarse con La falta de apoyo de la pareja es otro factor que
la necesidad de mantenerse en proximidad con el hijo, complica las separaciones ya que genera sentimien-
de modo que padece ansiedad al separarse de él. tos depresivos y una necesidad de mantenerse en proxi-
b) Si lo percibe como un bebé frágil aparecen fan- midad con su bebé para compensar esa carencia.
tasías de enfermedad o de muerte, de tal forma que no La última línea que explica la angustia materna
querrá separarse de su bebé por temor a que algo gra- ante la separación es la falta de diferenciación en los
ve le suceda. límites del yo, de modo que la mujer confunde sus
En otra línea se observó que las complicaciones necesidades con las de su propia madre y también con
en el embarazo o en el parto representan también una las de su bebé. Dicha no-diferenciación encuentra sus
posibilidad de enfermedad o muerte del bebé que tam- raíces en la relación infantil con cualquiera de los si-
bién provocan angustia al separarse de su hijo. guientes dos tipos de madres:
Por otro lado, la inexperiencia hace que ciertas a) Las madres sobreprotectoras que se conducen
madres se sientan incompetentes o incapaces de en- con aprensión estimulan la inseguridad y desconfian-
frentar las tareas de la maternidad. Ello genera fanta- za en su hija, quien a su vez, al volverse madre repite
sías de daño, de enfermedad o de pérdida permanente la aprensividad y sobreprotección con su hijo, de tal
que dificultan la separación del hijo. forma que siente angustia intensa al separarse de él.
Ante las Separaciones, ¿Sólo el Bebé se Angustia? 27

b) Las madres estrictas y exigentes inducen en su del primer al segundo mes de vida respecto a la co-
hija tendencias perfeccionistas. Cuando esta última modidad, seguridad, adaptación y confianza que sin-
se convierte en madre, confunde las exigencias de su tieron como madres. Lutz & Hock (1995) y Hock &
propia madre con las suyas, de forma tal que sus ex- Shritzinger (1992) explican esta situación afirmando
pectativas de excelencia se ven frustradas causándo- que conforme el bebé va creciendo y adquiriendo au-
le sentimientos de depresión y de culpabilidad que se tonomía, ella va logrando la suficiente confianza como
traducen en angustia de separación. para permitirle separarse y así la angustia materna
Finalmente, vale la pena exponer que las partici- ante la separación va disminuyendo.
pantes de esta investigación manifestaron la existen- Con relación a la percepción de los hijos, los ha-
cia de una relación entre la angustia materna ante la llazgos indican que el encuentro con el recién nacido
separación, la depresión y la culpa, debido a que di- confronta las fantasías previas de las mamás con la
chos afectos se retroalimentan. realidad, de modo que se sienten desilusionadas al no
ser posible que el bebé iguale totalmente sus fanta-
sías. Al respecto, las observaciones de Brazelton
Conclusiones (1993) ya habían revelado que cuando el bebé es tra-
tado como una extensión de la madre, todas las fallas
Las descripciones que aportaron las participantes son o deficiencias del bebé son experimentadas como fa-
congruentes con lo que señalan la teoría de las relacio- llas de ella misma. Él sugiere que hay que ayudarla a
nes objetales y la teoría del apego. Langer (1983) ya separar su ansiedad, su pasado y sus expectativas de
había afirmado que el embarazo y la maternidad des- las del hijo, para que logre verlo como un individuo.
piertan sentimientos ambivalentes. Agregó que la ansie- En el presente estudio se encontró también que las
dad principal durante el parto es el temor a la separación, mamás utilizan diferentes mecanismos para enfrentar
pues simboliza la angustia de separación de la madre. la angustia que les despiertan las separaciones: a) al-
El posparto fue el punto en donde todas las parti- gunas madres evitan alejarse de sus hijos, b) otras
cipantes coincidieron en sentir mucha ansiedad. Su- proyectan su ansiedad y otras utilizan la formación
cede que al convertirse en madres se enfrentan con su reactiva. La proyección de la ansiedad en el bebé ya
propia inexperiencia, con la percepción de un bebé había sido señalada por Brazelton (1993) y Bowlby
vulnerable y con un sinfín de pérdidas personales. Los (1989), quienes explicaron que estas madres colocan
hallazgos de las investigaciones de Nicholson (1999) en sus hijos sus propios temores inconscientes y se
y Mauthner (1999) concuerdan con los de esta inves- quejan de la conducta extremadamente apegada y de-
tigación. Sugieren que se les debe permitir a las madres pendiente del niño cuando en realidad es ella quien
la expresión de los sentimientos negativos, depresivos por su angustia de separación establece una relación
y de ansiedad para que puedan elaborar las pérdidas de dependencia con él. Mientras tanto, Mayseless y
que trae consigo la maternidad y logren integrar todos su equipo (Mayseless, Danieli & Sharabany, 1996;
los cambios en su nuevo papel de madres. Vale la pena Mayseless & Scher, 2000) encontraron que las ma-
agregar que los esposos son quienes deben poner es- más ansiosas que reportan que sus bebés o ellas mismas
pecial cuidado para posibilitarles la expresión de di- se sienten contentos ante la separación, no se refieren
chos afectos (Stern, 1997), pues los resultados de esta en realidad a una sensación de bienestar, sino a una
investigación reportan que de ellos es de quienes las formación reactiva.
madres esperan la mayor empatía y apoyo durante la El hallazgo principal que resulta de este trabajo es
crianza. que las madres que mostraron mayor grado de ansie-
Asimismo, todas las madres participantes coinci- dad ante la maternidad continuamente dieron indica-
den con que la maternidad se vuelve más fácil con- dores de una falta de diferenciación tanto de sus bebés
forme el bebé crece debido a que lo perciben como un como de sus propias madres. Este hecho coincide con
ser menos vulnerable, a la vez que ellas se sienten la investigación de Hock & Shritzinger (1992), quie-
con más experiencia y confianza. Así pues, les resulta nes también encontraron que la falta de diferencia-
menos complicado interactuar con su bebé y mante- ción del sí mismo es un determinante importante de la
ner bajo control las situaciones conflictivas. Los re- angustia materna ante la separación. Al respecto, se
sultados de Paine (1999) apuntan sobre la misma línea argumenta que durante la crianza la madre revive
al afirmar que las madres de su investigación repor- experiencias tempranas de dependencia y de separa-
taron una notable mejoría en la relación con su bebé ción pero ahora en el papel de “proveedora” y no de
28 Patricia García Fernández

niña “receptora” de cuidados y atenciones (Stern, que brindó los cuidados de la crianza. Dichas relacio-
1997). Así, la madre que no pudo independizarse de su nes crean una base psicológica que moldea las rela-
propia madre y aún está muy apegada a ella tiene más ciones interpersonales posteriores y las respuestas ante
dificultad para ver a su hijo como un ser diferenciado las separaciones de las personas significativas, inclu-
de ella y busca convertirlo en su figura de apego. Este yendo a sus propios hijos.
tipo de madre no permite que su hijo se independice Cabe señalar que cuando una mujer logra recuperar
debido a que experimenta la separación como la pér- los recursos de su infancia, haya sido ésta desdichada
dida del sí mismo. Por el contrario, la madre que está o satisfactoria, y los procesa para poder aceptarlos,
lo suficientemente diferenciada de los otros y ha lo- se vuelve capaz de responder a las señales de su hijo
grado consolidar su identidad puede reconocer a su permitiéndole desarrollar un apego seguro con ella
bebé como un individuo separado y diferente de ella. (Bowlby,1989; George, Kaplan & Main, 1996). Si
Por ello se siente menos amenazada ante la responsa- esto se consiguiera, ya sea a través del entendimiento
bilidad de la crianza y es más empática y sensible de los conflictos, de relaciones de apoyo o de ayuda
con su hijo. Además, permite las separaciones del bebé terapéutica, se daría un paso trascendental hacia la
con confianza favoreciendo que el proceso hacia la salud mental de las próximas generaciones logrando
autonomía y la individuación se dé sanamente (Hock que el bebé y la mamá establezcan un vínculo sano en
& Shritzinger, 1992). el que ambos encuentren satisfacción y confianza.
Esto se hizo patente en la información proporciona- Hasta donde se sabe, ésta es la primera investiga-
da por las participantes, pues se encontró que quienes ción que se hace sobre la angustia materna ante la sepa-
mantienen una relación cercana y agradable con sus ración en México. Por consiguiente, valdría la pena
madres reflejaron una angustia de separación mode- seguir profundizando en su estudio utilizando diferentes
rada con sus hijos; por otro lado, quienes mantienen variables, poblaciones o procedimientos metodológicos
una relación conflictiva con sus madres, sin importar para ampliar su comprensión y la generalización de los
si es cercana o lejana, reflejaron un grado mayor de resultados. Mientras tanto, los hallazgos arrojados
ansiedad de separación. Lo anterior también fue en- aquí sirven como base para intervenir de modo opor-
contrado por Lutz & Hock (1995), quienes concluye- tuno y atinado dando apoyo profiláctico o terapéuti-
ron que el significado que cada individuo le otorga a las co a las madres que presenten angustia ante la
separaciones se deriva de las relaciones con la figura separación de sus hijos.

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Recibido: 15 de marzo de 2002


Aceptado: 28 de abril de 2003
30 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 30-33

Significado Psicológico del Suicidio en Adolescentes


Psychological Meaning of Suicide in Adolescents
María del Carmen Farfán García*

Resumen
En el presente trabajo de investigación el objetivo fue conocer el significado psicológico de suicidio en dos grupos de
estudiantes adolescentes, un grupo formado por estudiantes de nivel preparatoria y el otro formado por estudiantes
universitarios de psicología. La recolección de los datos se realizó a través de la técnica de redes semánticas. Los
principales resultados indican que los adolescentes participantes le dan un significado psicológico negativo al suicidio,
asociándolo con la muerte y teniendo como desencadenantes o justificantes más frecuentes los problemas atribuidos a
la falta de amor y a la familia, donde se tiene como antecedente un vacío, desesperanza o depresión.
Descriptores: suicidio, adolescentes, significado psicológico, vacío existencial, redes semánticas

Abstract
In this investigation the objective was to construct the psychological meaning of suicide in two groups of adolescent
students. One group was formed by students of high school level and the other was formed by Psychology college
students. The data gathering was done by the technique of semantics nets. The main results indicate that the participant
adolescents give a negative psychological meaning to suicide, associating it with death, and having as trigger or more
frequent justification the problems attributed to the lack of love and to the family, where they have as antecedent a
vacuum, hopelessness or depression.
Descriptors: suicide, adolescents, psychological meaning, existential void, semantics nets

Introducción puede conducir directamente a la muerte o puede ser


un intento cuando la persona no muere, pero siem-
Se sabe que el suicidio es un comportamiento que data pre existe una intención letal en su misma esencia
de muchos siglos atrás; de acuerdo con algunas cultu- (Balcázar, 2001).
ras, como la oriental o la india, se ha visto como algo Para explicar el suicidio, diferentes modelos han
positivo que indica valentía o que en determinado dado su propia versión; entre ellos se pueden mencio-
momento es solamente para personas elegidas, y en nar el modelo biológico, el genético, el psicológico y
algunos otros casos, como en el cristianismo, se ha el sociológico.
considerado como algo negativo e indeseable. —Desde el punto de vista del modelo biológico
De acuerdo con el Diccionario del Uso del Español (Souza & Machorro, 1988), las personas que pare-
de Moliner (citado por Villardón, 1993), se define al cen tener cierta vulnerabilidad hacia el suicidio pre-
suicidio como “la acción de matarse a sí mismo”; sentan un descenso en los niveles de serotonina
etimológicamente, se incluyen los vocablos “sui” y la (neurotransmisor) en el líquido cefalorraquídeo; tam-
terminación de “homicidio”; de esta manera se le lla- bién se ha encontrado un descenso en la actividad
ma suicidio a aquella acción por la cual una persona dopaminérgica.
acaba con su propia vida. —En el modelo con una perspectiva genética se
Desde el punto de vista psicológico, se clasifica hace referencia a que en el estudio de los árboles genea-
como una conducta autodestructiva porque esa acción lógicos se confirma cierta transmisión genética.

* Licenciada en Psicología y Maestra en Planeación y Evaluación de la Educación Superior por la Universidad Autónoma del Estado de México.
Estudiante del Doctorado en Investigación Psicológica en la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Profesora de Tiempo Completo E y
Subdirectora Académica de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México. Profesora de Cátedra del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Toluca, México. Correo electrónico: mfarfan@itesm.mx
Significado Psicológico del Suicidio en Adolescentes 31

—En cuanto al modelo psicológico, no puede fal- bién que 53.3% no reporta el móvil o la causa de sui-
tar la mención del psicoanálisis sobre el suicidio, que cidio, siguiendo en porcentaje de 12.2% como causal
es definido como un homicidio contra uno mismo a de suicidio los disgustos familiares.
causa del abandono vivido por los demás; “la agresi- Por lo que respecta al adolescente y al adulto joven,
vidad que siento hacia el entorno la dirijo hacia mí y con relación al suicidio, es importante destacar que
por eso me suicido”. Dentro del mismo modelo psico- desde la década de 1960 la mortalidad por suicidio en
lógico, el suicidio es la búsqueda de solución a un pro- los jóvenes de 15 a 24 años ha ido aumentando, sobre
blema que genera sufrimiento, es una manera de cesar todo en los varones (Facultad de Ciencias de la Conduc-
la conciencia, no necesariamente la vida (Souza & ta, 2000); cabe resaltar que las cifras no son absolutas,
Machorro, 1988). En ese mismo sentido, el dolor que ya que por la naturaleza del acto éste es poco reportado
no controlamos es un riesgo de suicidio para acabar o su ocurrencia se disfraza como otra conducta.
con ese malestar incontenible. Para el suicida, el acto Farberow (citado por Sarró & De la Cruz, 1991)
siempre es lógico, la emoción del suicidio es la deses- realizó una revisión bibliográfica sobre suicidio en la
peranza y el desamparo. Su actitud: la ambivalencia, juventud en diferentes países y observó que los senti-
vivir y morir a la vez pero uno de los sentimientos mientos y conductas más halladas eran vivencias de
surge con más fuerza. depresión y desesperanza, antecedentes de tentativas
—El modelo sociológico, representado entre otros de suicidio, tendencia al aislamiento, escasas relacio-
autores por Emile Durkheim, 1858-1917 (citado por nes interpersonales, dificultades escolares y, sobre
Souza & Machorro, 1988), indica que a cada sociedad todo, la relación que mantienen con los padres.
le corresponde un número x de suicidios; los hay de tipo Por su parte, Pfeffer (citado por Sarró & De la
altruista, egoísta, anómico (sociedad cambiante en la Cruz, 1991) resume algunas de las múltiples varia-
que se pierde el control social) o incluso ritualista. bles asociadas a la conducta suicida, mencionando
Con respecto a los factores de riesgo en el suici- entre otras presencia de trastornos depresivos, de per-
dio, de acuerdo a Marsellach (2000), se puede decir sonalidad, de abuso de alcohol y de otras sustancias,
que, anteriormente, la mayor parte de suicidios con- sentimientos de desesperanza y preocupación sobre
sumados se daban a partir de los 65 años, pero ahora la la muerte, problemas con la familia y los amigos, proble-
tasa de suicidio juvenil se ha incrementado conside- mas de salud y antecedentes familiares de depresión
rablemente entre los 15 y los 25 años, siendo el desen- y de conductas violentas. En cuanto a la preferencia
cadenante más frecuente de tentativa de suicidio el de los métodos para suicidarse entre los jóvenes, se
fracaso en la relación amorosa. mantienen constantes en el caso del sexo masculino:
La Organización Mundial de la Salud (citada por actos violentos, sangrientos y de mayor dolor; mien-
Balcázar, 2001) clasifica las tasas de suicidio con base tras que en las mujeres, los actos son más recurrentes
en el número de suicidios por cada 100 mil habitantes y a través de somníferos y algunas drogas que no im-
que éstas varían en cada país y en diferentes épocas, plican dolor, desfiguración o violencia.
ocupando Italia, Estonia, Lituania, Letonia y Hun- Finalmente, las causas de suicidio suelen ser múl-
gría las tasas más altas (entre 38 y 32 por cada cien tiples y complejas. En el ámbito individual, entre los
mil habitantes, hacia 1992). Otros países, como Ja- factores de riesgo podrían incluirse la depresión, la deses-
pón y el Reino Unido, refieren un descenso en las ta- peranza, la impulsividad y la conducta de agresión; no
sas de suicidio a lo largo del tiempo. obstante, las influencias y las alteraciones familiares,
En ese mismo sentido, México se ha situado entre los altos niveles de estrés en el colegio y en las relacio-
los países con una de las tasas más bajas (2.8 por nes sociales, así como las influencias socioculturales
cada cien mil habitantes, hacia 1992). Sin embargo, (entre las que se incluye el fácil acceso a las armas de
las cifras han variado en función de las condiciones fuego), son factores que podrían contribuir a aumentar
socioeconómicas, culturales y de otro tipo que influ- el riesgo (Facultad de Ciencias de la Conducta, 2000).
yen en su aparición.
De acuerdo con las estimaciones del Instituto Na-
cional de Estadística, Geografía e Informática (cita- Método
do por Balcázar, 2001), en 1998 se reportaron 2 414
suicidios, de los cuales 2 043 correspondieron a perso- El presente trabajo de investigación cualitativa tiene
nas del sexo masculino y 371 al sexo femenino; en cuanto como objetivo conocer el significado psicológico de
al estado civil, 42.3% eran casados; se menciona tam- suicidio a través de redes semánticas en dos grupos
32 María del Carmen Farfán García

de estudiantes adolescentes, un grupo formado por jerarquizaran todas las palabras que dieron como defi-
estudiantes de nivel preparatoria y el otro formado nidoras, en función de la relación, importancia o cerca-
por estudiantes de psicología. nía que consideraran que tiene cada una de ellas a partir
del estímulo. Una vez obtenidas las listas, se procedió a
la obtención de los valores correspondientes, con los
Participantes cuales se analizó la información; estos valores son: el
valor J, el valor M y el conjunto SAM.
La selección de los participantes se realizó de manera
intencional, considerando como características en los
sujetos ser estudiantes de la escuela Preparatoria No. 1 Resultados
Adolfo López Mateos, distribuidos de la siguiente
manera: dos grupos de segundo semestre, con un to- A partir del valor J = 15, que es el total de palabras
tal de 65 alumnos, y de la Facultad de Ciencias de la definidoras generadas por los sujetos para definir el
Conducta de la carrera de Psicología, en dos grupos estímulo, se obtuvieron los siguientes resultados:
de sexto semestre, con un total de 53 alumnos, ha-
ciendo un total general de 118 estudiantes adolescen- Tabla 1
tes. Conjunto SAM: Grupo de preparatoria

No Grupo 1 Grupo 2
Definidora Valor M Definidora Valor M
Escenario 1 Muerte 99 Muerte 302
2 Problemas 68 Problemas 180
La aplicación de la técnica se realizó en los salones 3 Desesperación 45 Desesperación 164
de clase correspondientes, al término de las mismas. 4 Soledad 44 Tristeza 115
5 Depresión 42 Soledad 100
6 Arma 41 Dolor 92
7 Tristeza 34 Locura 85
Técnica 8 Droga 30 Depresión 72
9 Amor 28 Angustia 71
La técnica utilizada fue la de redes semánticas natu- 10 Comprensión 28 Cobardía 64
11 Salida 24 Autoestima baja 59
rales, la cual en sus inicios fue trabajada por Figueroa 12 Autoestima baja 22 Miedo 57
y colaboradores en 1981, como una alternativa de eva- 13 Sangre 22 Incomprensión 54
luación del significado a partir de los modelos que se 14 Respeto 15 Decepción 53
habían desarrollado para explicar la forma en la que 15 Desilusión 13 Salida 52
se organiza la información en torno a la memoria se- J = 15
mántica (Quillian y colaboradores, según Valdez, Tabla 2
2000). La red semántica natural de un concepto es Conjunto SAM: Grupo de Psicología
aquel conjunto de conceptos elegidos por la memoria No. Grupo 1 Grupo 2
a través de un proceso reconstructivo, que permite a Definidora Valor Definidora Valor
los sujetos tener un plan de acciones, así como la eva-
1 Muerte 253 Muerte 96
luación subjetiva de los eventos, acciones u objetos y 2 Depresión 155 Depresión 76
se ha ido constituyendo como una de las técnicas más 3 Desesperación 152 Soledad 60
potentes que se tienen para evaluar el significado de 4 Soledad 101 Desesperación 59
los conceptos (Valdez, 2000). 5 Angustia 88 Tristeza 53
6 Problemas 78 Autodestrucción 35
7 Falta de amor 63 Vacío 25
8 Escape 52 Jóvenes 23
Procedimiento 9 Tristeza 50 Desilusión 21
10 Dolor 48 Falso 18
11 Desesperanza 39 Desamor 15
Al término de la clase, se les pidió a los alumnos que, en 12 Autoestima baja 37 Frustración 14
una hoja en blanco, definieran con 10 palabras sueltas 13 Valor 34 Sufrimiento 14
(que pudieran ser verbos, adverbios, sustantivos, adje- 14 Fin 31 Solución 14
tivos, etc.), la palabra suicidio, considerada como estí- 15 Salida 18 Estrés 12
mulo; una vez definido el estímulo se les solicitó que J = 15
Significado Psicológico del Suicidio en Adolescentes 33

Análisis de datos & De la Cruz, 1991), los adolescentes de la muestra


reportan sentimientos de desesperanza y soledad, como
Con base en los resultados obtenidos, se puede obser- asociados a las posibles causas del suicidio, esto co-
var que existen similitudes entre las dos muestras; la rrobora lo que Pfeffer (citado por Sarró & De la Cruz,
más significativa es que la palabra definidora utiliza- 1991) llama factores de riesgo. Asimismo, la depre-
da para suicidio en primer lugar es muerte, siguiendo sión y el dolor se pueden observar en los presentes
con valores diferentes, pero presentes en la muestra: resultados como sentimientos asociados al suicidio.
problemas, soledad, depresión, tristeza, autoestima En cuanto al acto en sí del suicidio, se pudo obser-
baja, dolor y desesperanza; esto es, ocho de las 15 defini- var, como menciona Farberow (citado por Sarró &
doras coinciden y éstas nos hablan de una connota- De la Cruz, 1991), que las armas, las drogas y la sangre
ción negativa. Posteriormente se presentan definidoras son elementos que asocian los jóvenes con el suicidio;
que se categorizan con una significación causal de esto puede deberse a que, como afirma Pfeffer (Sarró &
suicidio, tales como: problemas, soledad, autoestima De la Cruz, 1991), las influencias socioculturales en-
baja, tristeza, dolor, depresión, desesperanza, des- tran en juego y facilitan el acceso a las armas, contri-
amor, sufrimiento, frustración y vacío. Otra connota- buyendo así a aumentar el número de jóvenes en riesgo.
ción que se le atribuye al suicidio, que se podría Por otra parte, a diferencia de lo hallado por autores
nombrar como instrumental, se presenta al utilizar como Farberow y Pfeffer (citados por Sarró & De la
definidoras que están relacionadas con el acto suici- Cruz, 1991), en el presente trabajo no se encontraron
da como arma, droga y sangre. Finalmente, la signi- los problemas familiares específicamente asociados al
ficación en cuanto a la visión que se tiene del suicidio suicidio.
aparece como una salida o escape.

Conclusión
Discusión
Los estudiantes adolescentes atribuyen un significado
Como se pudo observar en los resultados y al encontrar psicológico negativo al suicidio y esto se puede deter-
consistencia en ocho de las 15 definidoras, se puede afir- minar a partir de la misma definición, la cual indica la
mar, de acuerdo a Díaz Guerrero (citado por Valdez, autodestrucción o matarse a sí mismo, siendo los desen-
2000), que existe una forma particular de aprehender cadenantes o justificantes más frecuentes los problemas
la realidad, de concebirla, de entenderla, y esto debe ser atribuidos a la falta de amor o a la familia, donde se
puramente un producto cultural. tiene como antecedente un vacío, desesperanza, de-
En lo referente al significado que los adolescentes presión, considerando el futuro a partir de que nada
atribuyen al suicido, se representa en el modelo psico- positivo lo espera. Todo ese pensamiento cargado de
lógico, ya que en general le atribuyen un significado negatividad hace que la persona responda con el suici-
de solución a problemas, salida o escape (Marsellach, dio como una alternativa de salida a sus problemas.
2000). En coincidencia con Farberow (citado por Sarró Balcázar, P. (2001). De la explicación a la prevención. Som-

Referencias
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Recibido: 15 de marzo de 2002
Aceptado: 21 de abril de 2003
34 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 34-40

La Soledad y sus Manifestaciones


en la Adolescencia
Loneliness and its Manifestations in Adolescence
Patricia Balcázar Nava*, Martha Patricia Bonilla Muñoz**
y Gloria Margarita Gurrola Peña***

Resumen

La soledad es entendida como un sentimiento, un estado afectivo displacentero o una inhabilidad personal que implica
una discrepancia entre el nivel de interacción deseado y el nivel real de interacción social. La soledad es asociada
frecuentemente con alteraciones afectivas, de tipo cognoscitivo y conductual, particularmente en la adolescencia, debi-
do a los múltiples cambios y ajustes propios de este periodo. Si se consideran las consecuencias que esta vivencia de
soledad puede tener entre los jóvenes, se justifica la importancia de estudiar cómo esta población la percibe. El objetivo
de esta investigación fue determinar cómo el adolescente conceptualiza la soledad, qué definidores se asocian a ella,
mediante el uso de la técnica de grupos focales y de redes semánticas naturales.
Descriptores: soledad, adolescencia, grupos focales, sentimientos negativos, redes semánticas

Abstract

Loneliness is understood as a feeling, an unplaisant affective state or a personal inability that implies a discrepancy
between the desired interaction level and the real social interaction level. Loneliness is frequently associated with
affective, cognitive and behavioral alterations, particularly in adolescence, due to the multiple changes and adjustments
characteristic of this period. If consequences that this loneliness experience can have among the youths are considered,
the importance of studying how this population perceives it is justified. The objective of this investigation was to
determine how adolescents conceptualize loneliness, what words are associated with it, by means of the focusing group
and natural semantic networks techniques.
Descriptors: loneliness, adolescence, focusing groups, negative feelings, semantic nets

La soledad es una experiencia humana común que, a sociales, con poca cercanía y oportunidades de intimar
pesar de su frecuencia, ha resultado difícil de deli- emocionalmente con los demás (Rook, 1984, citado
mitar y definir; es vivenciada como una condición en Brage, Meredith & Woodward, 1993). Para Medora
dolorosa que surge cuando la persona se siente incom- & Woodward (1986, citados en Brage, Meredith &
prendida, rechazada por otros, con pocas habilidades Woodward, 1993), es una respuesta que la persona da

* Licenciada en Psicología y Maestra en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma del Estado de México. Candidata a Doctora en Investiga-
ción Psicológica por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Profesora-investigadora de tiempo completo en la Licenciatura en Psicología, la
Maestría en Intervención Familiar y la Maestría en Psicología Clínica, y Jefe del Área Metodológica de la Facultad de Ciencias de la Conducta de
la Universidad Autónoma del Estado de México. Profesor de cátedra en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica de la Infancia y la Adolescencia de la
Universidad Vasco de Quiroga, Morelia, Michoacán. Correo electrónico: pbalcazarnava@hotmail.com
** Licenciada en Psicología Social por la Universidad Metropolitana - Iztapalapa. Maestra y doctora en Psicología Social por la Universidad Nacio-
nal Autónoma de México. Estancia postdoctoral en Sexualidad y Adolescencia en el Colegio de México. Profesora-investigadora E de Medio Tiempo en
la Maestría en Intervención Familiar y la Maestría en Psicología Clínica de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del
Estado de México. Profesora de cátedra en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica de la Infancia y la Adolescencia y la Maestría en Psicoterapia
Humanista, de la Universidad Vasco de Quiroga, Morelia, Michoacán. Profesor de cátedra del Colegio de México. Académica A por Honorarios y
miembro del Consejo Técnico del Posgrado en Psicología en el Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México.
Miembro del Comité de Publicidad del Centro de Comunicación Avanzada Eulalio Ferrer. Correo electrónico: patyb@prodigy.net.mx
*** Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Maestra en Psicología Clínica por la Universidad de las Américas-
Puebla. Doctora en Psicología por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Profesora-investigadora de tiempo completo en la Licenciatura en
Psicología, profesora y coordinadora de la Maestría en Intervención Familiar y la Maestría en Psicología Clínica de la Facultad de Ciencias de la
Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México. Profesora de cátedra en la Escuela Preparatoria y en la Escuela de Negocios y Humanidades
del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Toluca. Correo electrónico: ggurrola@itesm.mx
La Soledad y sus Manifestaciones en la Adolescencia 35

ante la ausencia de una relación positiva con los demás, Su estudio ha recibido considerable atención en
en diferentes lugares. Peplau & Perlman (1982, citados las dos últimas décadas (Page & Cole, 1993; Roberts,
en Brage, Meredith & Woodward, 1993) la refieren Lewinhson & Seeley, 1993; Montero, 1994; Hartshorne,
como un estado psicológico que resulta de la dis- 1993; Trout, citado en Page & Cole, 1993) e investi-
crepancia entre una relación deseada y la situación gaciones al respecto (Peplau & Perlman, 1982, 1987;
actual. Por su parte, para Villardón (1993) es un sen- Russell, Peplau & Cutrona; citados por Roberts,
timiento relacionado con la percepción subjetiva de Lewinhson & Seeley, 1993) indican esfuerzos por in-
carencia de apoyo social necesario, sumado a una serie tegrar conceptualmente el trabajo en relación con este
de deficiencias en la relación con los otros. constructo.
Desde la perspectiva de la psicología, existen di- Por lo anterior, es necesaria la investigación para
versas definiciones sobre este término: como senti- identificar aquellos factores relacionados con esta ex-
miento, como mecanismo adaptativo, estado afectivo, periencia, que de acuerdo con Anderson & Lars (1993),
inhabilidad personal o como una experiencia displacen- incluyen depresión, fatiga, ansiedad, un alto consu-
tera (Montero, 1994). Sin embargo, de alguna u otra mo de drogas, el consumo de alcohol y la propensión
forma, la soledad provoca que la gente experimente a enfermedades, así como una baja autoestima. Es
dificultades para establecer relaciones interpersonales necesario también indicar su sintomatología, reper-
y consigo misma, lo cual pone en riesgo, entre otras cusiones y tratamiento, pero sobre todo, determinar
cosas, su estabilidad emocional (Haines & Scalise, previamente cómo es vivenciada o percibida por la
1993). Asimismo, la soledad es una condición por la población adolescente entre la cual es usual esta ma-
cual el ser humano atraviesa en algún momento de su nifestación. De lo anterior, el objetivo del presente
vida y que se intensifica particularmente en algunas trabajo de investigación fue, por una parte, conocer
etapas, como es el caso de la adolescencia y la vejez cómo el adolescente conceptualiza este constructo, con
(Brennan, Gaev, Weis, Woodward & Frank, citados qué es asociado frecuentemente, así como las respues-
en Brage, Meredith & Woodward, 1993). tas y repercusiones más usuales ante este hecho, todo
Desde esta perspectiva, la soledad puede ser expe- esto mediante la técnica de grupos focales, y por otra
rimentada por la persona como la falta de apoyo de parte, determinar cuál es el significado psicológico
los otros significativos, de no pertenencia a un grupo de soledad que presentan adolescentes de nivel se-
social, de minusvalorización, el sentimiento de que cundaria, con la finalidad de sentar las bases para la
los miembros del entorno no muestran amor, entendi- elaboración de un instrumento válido y confiable para
miento y valoración, siendo un fenómeno cuya conocer este constructo.
sintomatología se aparece cada vez con más frecuen-
cia entre la población adolescente (Brennan, citado
por Montero, 1994), probablemente debido a los cam- Método
bios psicofísicos propios del desarrollo, a las trans-
formaciones en la dinámica familiar, en los ajustes de Sujetos
su autoconcepto, la tendencia hacia la autonomía y
otros factores (Montero, 1994), y es por ser percibida De acuerdo con los objetivos de la investigación, se
como una experiencia negativa e indeseable, así como trabajó el estudio en dos fases, para lo cual se eligieron
por considerarse que puede ser el disparador de múl- dos muestras, mismas que se describen a continuación:
tiples padecimientos y desórdenes de tipo afectivo Primera fase (aplicación de la técnica de redes
(Sullivan, citado en Brage, Meredith & Woodward, semánticas). Se trabajó con 100 sujetos (50% hom-
1993), que se justifica la importancia de su abordaje bres y 50% mujeres) de una escuela preparatoria pú-
entre la población joven. blica de la ciudad de Toluca, con una edad entre 15 y
Por otro lado, se considera a la adolescencia como el 17 años.
grupo demográfico de edad con el más alto riesgo con Segunda fase (aplicación de la técnica de grupos
relación a la soledad según estudios efectuados ante- focales). Se conformaron tres grupos de adolescentes
riormente (Brennan, citado por Montero, 1994). Den- entre 17 y 18 años de edad, constituyéndose cada grupo
tro de este grupo, esta experiencia es vivenciada de por 12 sujetos cada uno; los grupos fueron uno de
diferente manera por los jóvenes que por la gente mayor hombres, otro de mujeres y uno mixto, a quienes no
(Roberts, Lewinhson & Seeley, 1993), considerando la se les informó con antelación del propósito ni de la
importancia de la interacción social en esta etapa. temática de la reunión.
36 Patricia Balcázar Nava, Martha Patricia Bonilla Muñoz y Gloria Margarita Gurrola Peña

En ambos casos, se utilizó un muestreo de tipo a seguir. Se inició con una ronda de preguntas en tor-
intencional. no a la soledad y se les pidió que aclararan la infor-
mación conforme iban surgiendo los comentarios. Las
entrevistas en cada uno de los grupos tuvieron una
Técnica de recolección de datos duración en promedio de 45 minutos y los resultados
fueron registrados en audiocasetes, lo cual fue infor-
Primera fase: se utilizó la técnica de Redes Semánticas mado a los participantes al inicio de la reunión; adi-
Naturales (Figueroa, González & Solís, 1981, cita- cionalmente, un observador tomó notas respecto de
dos por Bravo, 1994), considerada idónea para obte- las actitudes, información relevante y respuestas de los
ner la representación mental del concepto a estudiar. participantes.
Esta técnica consiste en solicitar a los sujetos que defi-
nan la palabra estímulo, que en este caso era soledad,
con verbos, adverbios o sustantivos, evitando el uso Análisis de datos
de artículos o preposiciones y luego asignen un nú-
mero a las palabras que consideren son más cercanas Primera fase: se utilizó el procedimiento original pro-
a la palabra estímulo en orden jerárquico. puesto por Figueroa et al., 1981 (citados en Bravo,
Segunda fase: se utilizó la técnica de Grupos Focales, 1994), a partir del cual se obtuvieron los siguientes
que es un tipo especial de entrevista grupal estructurada datos:
para recolectar opiniones detalladas y conocimientos
acerca de un tema particular, vertida la información 1. Total de palabras definidoras (valor J), que se
por los participantes seleccionados, que se considera refiere a la cantidad de palabras generadas en
útil para explorar los factores en los cuales hay in- cada grupo.
fluencia de conductas y actitudes (Morgan, 1998). 2. Frecuencia de ocurrencia de las palabras
definidoras y la jerarquización asignada por los
sujetos para cada palabra (valor M), que indica
Escenario y procedimiento el valor semántico de cada palabra definidora.
3. Categorías semánticas a través de la sinonimia
Primera fase: para la obtención de las redes semánticas entre palabras definidoras.
naturales sobre el concepto de soledad, se acudió a la 4. Conjuntos SAM por sexo, obteniendo las 15
escuela preparatoria para contactar a los sujetos que palabras con el puntaje M más alto.
integraron la muestra, previa autorización de la Di-
rección del plantel. Una vez obtenido el permiso, se Segunda fase: se obtuvieron los análisis de resulta-
acudió a los tres grupos asignados por la Dirección y dos de los grupos focales, atendiendo a dos subgrupos:
se les explicó a los sujetos el objetivo de la investiga- masculino y femenino, ya que de acuerdo con la lite-
ción y el procedimiento de la aplicación con una ratura (Montero, 1994), la soledad puede tener dife-
palabra-estímulo de ejemplo; se les pidió que men- rencias cuando se le intenta definir, explicar o describir
cionaran en voz alta aquellas palabras que se relacio- según el género, pues al parecer, el significado de
naran con la palabra-estímulo, anotándolas en el soledad difiere en tanto se es hombre o mujer. Consi-
pizarrón y jerarquizándolas. Una vez que no existie- derando los dos subgrupos, se hicieron análisis agru-
ron dudas con relación a cómo realizar la tarea, se pando los hallazgos por temas o ejes y finalmente, se
les repartieron hojas blancas, pidiéndoles que anota- obtuvo lo común en ambos grupos.
ran sus datos generales y que definieran y jerar-
quizaran las palabras relacionadas con el término
soledad. Una vez terminada la actividad, las hojas Resultados
fueron devueltas al investigador y se agradeció su co-
laboración. Primera fase
Segunda fase: se atendió a cada uno de los grupos
en el lugar, fecha y hora acordados. Una vez reunidos A partir del análisis de datos utilizando la técnica de
los integrantes, se les indicó el objetivo de la reunión redes semánticas naturales, se obtuvieron los totales
y el tópico a tratar, comentando la importancia de su de palabras generadas (Valor J), haciéndose los aná-
participación y estableciendo la dinámica de trabajo lisis por género.
La Soledad y sus Manifestaciones en la Adolescencia 37

Se encontró que los sujetos del sexo femenino fue- Los resultados en los tres grupos respecto a cómo es
ron quienes aportaron el mayor número de palabras percibida la soledad, indican que es una experiencia
definidoras (J = 164), en comparación con el del mas- negativa e indeseable y sólo en el grupo de hombres
culino (J = 79). Para continuar con la técnica, se ob- indicaron que puede visualizársele como una oportu-
tuvieron los valores M correspondientes al valor nidad para la reflexión o como un estado positivo.
semántico de cada una de las palabras generadas; una Con respecto a cómo consideran los adolescentes
vez hecho esto, se obtuvo en cada uno de los grupos que es sentirse solos, indicaron que es cuando no tie-
el conjunto SAM, que contenía las 15 palabras defi- nen compañía adecuada para comentar sus cosas, o
nidoras cuyos valores M resultaron más altos (véase bien cuando no existe alguien alrededor de ellos. Se
tabla 1). asocia a la soledad con experiencias como haber sido
En ambos grupos se encontraron palabras en co- abandonado por la pareja o estar lejos de un ser que-
mún cuyo valor M varía de acuerdo a la frecuencia y rido, sobre todo de la pareja.
jerarquización que cada grupo realizó de las palabras: La otra percepción asociada con la soledad se re-
solo, tristeza, pensar, abandono, melancolía y angus- laciona con la falta de cuidado o de atención por parte
tia. Además, se encontraron dos grupos de palabras de los familiares, específicamente de los padres; los
cuyo contenido es similar en sinonimia (amargada, adolescentes indicaron en una gran parte que sienten
amargura, llanto-llorar), mismas que fueron puestas la experiencia de soledad cuando sus padres parecen
en un lugar similar, atendiendo a las indicaciones plan- despreocuparse por ellos, cuando no les hacen caso y
teadas por los autores de la técnica de redes semán- en consecuencia, ante la falta de apoyo y de cuidado,
ticas en lo que a sinonimia se refiere. el joven recurre a la compañía de los pares y de la
pareja, en quienes perciben encontrar el apoyo que en
Tabla 1 casa parecen no sentir.
Conjuntos SAM por género para la palabra soledad En lo que se refiere a los pensamientos asociados
en adolescentes de preparatoria
con la soledad, se considera que este estado propicia
Mujeres Hombres pensamientos negativos como deseos de morir, que
Palabra Definidora VMT Palabra Definidora VMT van desde una falta de confianza en sí mismo (tanto
en el presente y en lo que pasará a futuro), sentimien-
Solo 222 Tristeza 226
Tristeza 199 Solo 148 tos de inutilidad, de abandono, negativismo hacia todo
Reflexión 110 Amargura 108 lo que la persona vive, inseguridad al relacionarse con
Pensar 60 Dolor 89 otros, la creencia de que se es insuficiente o que existe
Miedo 58 Abandono 79 una falla en la persona que hace que los demás se
Abandono 53 Sufrir 69
Problemas 51 Nombre 55
alejen de uno, es difícil pensar que la vida pueda ser
Melancolía 49 Llanto 53 valiosa o que tiene algo positivo, al grado de experi-
Angustia 48 Infelicidad 50 mentar deseos de morir.
Tranquilidad 43 Pensar 47 En el caso de las mujeres, reportan que cuando están
Nadie 25 Desesperación 45
Amargada 22 Silencio 43
solas algunas de las conductas que denotan es la
Felicidad 22 Angustia 42 tendencia a aislarse, existe una creencia de que son feas
Vacío 21 Odio 41 o de que algo de su físico o de su forma de ser no está
Llorar 20 Melancolía 37 bien y es por eso que están solas. Para este grupo, expe-
J = 164 J = 79 rimentar soledad implica deprimirse debido a que con-
sideran que es un estado negativo y que tiene una
duración más o menos prolongada o por lo menos, de
Segunda fase mayor duración que en el caso de los hombres. En-
cuentran fácil comentar su experiencia de soledad a
Se observó que en cada uno de los grupos existió inte- personas cercanas a ellas y es común que durante esta
rés y buena disposición por parte de los participantes. experiencia exista llanto. Su sentimiento está ligado
En el caso del grupo de mujeres, fue necesario que en fuertemente a la pérdida o al alejamiento de su pare-
más de cuatro ocasiones se replanteara el tema-obje- ja, o bien, que en su familia existe una ausencia o
tivo de la sesión, ya que constantemente se desviaban alejamiento provocado por diversos problemas.
de la conversación a otros temas no considerados en En los hombres, es común que experimenten sole-
la reunión. dad como un sentimiento negativo, pero que les sirve
38 Patricia Balcázar Nava, Martha Patricia Bonilla Muñoz y Gloria Margarita Gurrola Peña

para reflexionar o para pensar en su situación. Con- Los hombres perciben que pierden más rápidamen-
sideran que cuando están solos, es necesario recurrir a te el interés por las actividades o ideas del grupo, se les
alguna actividad en vez de encerrarse, pudiendo optar dificulta realizar en grupo las metas que se han plan-
por salir con amigos, buscar alguna persona del sexo teado, les cuesta trabajo darse a entender con los de-
opuesto para mitigar el sentimiento, ingerir alcohol, más, hacen lo que otros dicen y no lo que quieren y no
hacer deporte, ver televisión o dormir. tienen metas claras sobre su vida. Con base en la per-
Los varones consideran que la soledad es un senti- cepción de que existe más dificultad para intimar con
miento poco usual en ellos y la mayoría reporta que no los otros, puede explicarse que aun cuando el hombre
ha experimentado ese estado desde hace más de seis joven tenga la oportunidad de relacionarse con los
meses. Comentan que la gente solitaria es muy rara, otros, permite menos acercamiento con las activida-
pues entre los adolescentes varones piensan que la des, metas, intereses, relaciones y motivaciones de tipo
soledad se evita buscando compañía para mitigarla o grupal. De incrementarse esta tendencia, la soledad
eliminarla. emocional resultante indica una falta de unión íntima
y cercana a otra persona y es producto de la falta o de
una escasa red de relaciones sociales (Russell, 1984,
Discusión citado por Villardón, 1993), que puede convertirse en
un círculo vicioso, ya que la soledad es el resultado de
La literatura indica que la soledad es un factor que se un insuficiente reforzamiento social y el reforzamiento
relaciona con acontecimientos como la depresión, ten- social implica también que la persona aprenda a con-
dencia al suicidio, consumo de alcohol, entre otros, fiar en otros.
que incrementa cada vez más entre la población ado- En este sentido, pareciera que el mismo ambiente
lescente (Brennan, 1982, citado en Montero, 1994). moldea a los hombres de tal forma que sean menos
De acuerdo con los hallazgos, existe una dificultad expresivos, ya que a través de los grupos focales los
para intimar, para establecer relaciones cercanas con varones manifestaron tener mayor dificultad para ex-
otros, que es más evidente en el caso de los hombres, presar sus emociones, y más aún cuando éstas son
quienes tienen mayor dificultad para encontrar alguien negativas. Contrariamente, las mujeres manifestaron
con quien poder platicar de sus cosas; se observa tam- mayor facilidad para poder hablar de sus emociones,
bién mayor dificultad en comparación con las muje- con la posibilidad de acercarse a otros que consideran
res para buscar y pedir ayuda; el varón prefiere callar cercanos a ellas para platicar de lo que les ocurre, inde-
lo que siente por otros, prefiere que la gente no se entere pendientemente de que esto implique hablar de senti-
de lo que piensa, puede ser poco expresivo con lo que mientos o estados de ánimo negativos, lo cual confirma
le pasa o lo que siente, llega a percibirse incompren- algunos hallazgos de investigaciones anteriores (Brage,
dido por los demás y se le hace difícil pensar que fa- Meredith & Woodward, 1993) en lo que respecta a las
miliares o conocidos entiendan lo que piensa o siente. diferencias de percepción y de vivencia de la soledad
De acuerdo con Peplau & Perlman (1982, citados entre géneros.
por Brage, Meredith & Woodward, 1993), la soledad Peplau & Perlman (1982, citados en Brage, Meredith
es una condición dolorosa que provoca estrés y an- & Woodward, 1993) citan que la soledad es un estado
siedad, ya que la persona solitaria siente que no es psicológico que resulta de la discrepancia entre una
entendida y que es rechazada, que tiene pocas opor- relación deseada y la situación actual. Esta condición
tunidades de cercanía y de intimidad emocional con dolorosa provoca estrés y ansiedad, pues la persona
los demás. Es de esperarse también que en este rubro, siente que no es entendida, que es rechazada, que tiene
y debido a la diferencia de educación de acuerdo con pocas habilidades sociales, que existen pocas oportu-
el género, esto pueda influir en la percepción de sí nidades de cercanía y de intimidad emocional con los
mismo, en el papel o rol sexual que se le impone a la demás. Por el planteamiento anterior es que se hace
persona (Gupta, 1991; Markus & Wurf, 1987), lo que importante una oportuna detección de la vivencia de
eventualmente puede influir para que los hombres soledad, ya que de ser experimentada, pero no expre-
adopten un papel de no expresividad que caracteriza sada por los jóvenes, se corre el riesgo de desencade-
más a la población masculina (Alegría, 1981). Final- nar conflictos que se agraven.
mente, en este punto se indica que entre los varones En la discusión generada durante los grupos focales
consideran que no hay la necesidad de intimar y de se encontró que la gente joven tiene la necesidad de
integrarse socialmente (Villardón, 1993). sentirse acompañada y de tener amistades. Para Green
La Soledad y sus Manifestaciones en la Adolescencia 39

& Wildermuth (1993), en el caso de los hombres, la los seres humanos (Villardón, 1993; Roberts, Lewinhson
soledad puede predecirse como una falta de expresión y & Seeley, 1993; Montero, 1994). Junto con esta no-
un deseo por controlar a los otros, una relación pasiva ción de negativo e indeseable, se asocia a la soledad
interpersonal donde dejan que otros tomen decisiones, con problemas, abandono y expresiones asociadas con
contrario al caso de las mujeres, donde no se mani- sensación de vacío.
fiesta como una falta de expresión de afecto pero sí En ambos grupos se mencionó a la soledad como
como una expresión de lo que les está pasando. Ade- una oportunidad para pensar o reflexionar sobre uno
más, Bhogle (1991) indica que la soledad puede estar mismo, que fue consistente con los hallazgos repor-
ligada al factor cultural y que es posible encontrar tados en la fase de grupos focales, que es el aspecto
conexiones entre conductas de relación específicas y positivo que se percibe de la soledad y que no se en-
sentimientos de soledad que varían de cultura a cul- contró como definidor o concepto reportado por otros
tura y también entre géneros. autores.
Los resultados sobre el concepto psicológico de Así, la soledad ha recibido considerable atención
soledad indicados por el conjunto SAM generado en- en su estudio, aunque gran parte de la literatura está
tre la muestra demuestran claramente la diferencia enfocada hacia la población adulta (Roberts, Lewinhson
entre el número de palabras generadas por los hombres & Seeley, 1993). La investigación al respecto ha ido
y las mujeres (Valor J), lo que denota la riqueza con- progresando, aunque con algunos obstáculos en su
ceptual y demuestra la mayor capacidad lingüística conceptualización y medición. Si se considera que la
de las mujeres, quienes generaron mayor cantidad de edad de aparición más común es durante la adoles-
palaras a diferencia del grupo de varones. Esto con- cencia (Brage, Meredith & Woodward, 1993;
firma hallazgos al respecto de la diferencia de habili- Anderson & Lars, 1993; Montero, 1994), debido en-
dad verbal entre géneros (Balcázar, 1995). tre otras cosas a los cambios a nivel físico, psicológi-
Al comparar las palabras definidoras generadas co y social que el joven sufre, a la adaptación a nuevos
en el grupo femenino y en el de hombres, se encontra- papeles, a la toma de decisiones hacia el paso de la
ron consistencias en algunas palabras (tristeza, solo, vida adulta, lo anterior se asocia frecuentemente a
amargura-amargada, abandono, melancolía, angustia, otros problemas (Rich, Kirkpatrick-Smith, Bonner &
llorar-llanto), que aun cuando se presentan con un Jans, 1992) y puede pasar de ser situacional a cróni-
VMT de diferente cantidad, hablan de que en ambos ca. Es necesario entonces que se identifiquen aque-
géneros se percibe a la palabra-estímulo con esas ca- llos factores relacionados con esta identidad y que se
tegorías verbales, que están asociadas con sentimien- determinen sus síntomas o manifestaciones comunes,
tos negativos, con aspectos indeseables y, tal y como para así sentar las bases de programas de tratamiento
se elicita desde la teoría, como un estado de ánimo y/o prevención a este respecto, así como para su de-
subjetivamente experimentado como indeseable para tección y comparación oportuna.

Referencias

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Recibido: 15 de marzo de 2002
Aceptado: 21 de abril de 2003
Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 41-44 41

La Mikvah: ¿Tina o Manto Espiritual?


The Mikvah: ¿Tub or Spiritual Mantle?
José Liht Sigall*

Resumen
Uno de los rituales más importantes y más controversiales en el judaísmo es el baño ritual de la Mikvah. Toda mujer por
casarse debe acudir al baño ritual antes de su boda y después de cada uno de sus periodos menstruales. Con el fin de
investigar la razón de la poca participación en dicho ritual se obtuvo la red semántica natural evocada por la palabra
estímulo Mikvah. Las 15 palabras obtenidas con mayor peso semántico fueron: pureza, limpieza, purificación, espiritual,
ritual, espiritualidad, agua, baño, acercamiento, bendición, pura, tranquilidad, emotiva, intimidad y buena. La conno-
tación positiva de las palabras sugirió que la poca participación en dicho ritual no parece ser resultado de una construcción
negativa de la Mikvah.
Descriptores: judaísmo, baño, ritual, Mikvah, redes semánticas

Abstract
One of the foremost and most controversial rituals in the Jewish religion is the Mikvah ritual bath. All women are
required to bathe themselves before their wedding and after each of their menstrual periods. With the objective of
investigating the reason for the poor participation in this ritual, the natural semantic grid was obtained for the stimulus
word Mikvah. The 15 words with the heaviest semantic weight obtained were: purity, cleanliness, purification, spiritual,
ritual, spirituality, water, bath, closeness, blessing, pure, tranquility, emotive, intimacy, and good. The positive connotation
of the words obtained suggests that the lack of participation in this ritual is not the result of a negative construction of
the Mikvah.
Descriptors: Judaism, bath, ritual, Mikvah, semantic nets

Introducción su casa y la convierte en un lugar de uso comunitario


que a menudo se encuentra cerca o forma parte de la
Uno de los rituales más importantes del judaísmo es sinagoga (Wagschal, 1997).
el uso de la Mikvah. La Mikvah es un depósito con La ley requiere que todas las mujeres casadas acu-
agua del tamaño de una alberca pequeña que se llena dan a la Mikvah, cada mes, siete días después de que ha
con agua de lluvia o de río y su principal uso es el de cesado su periodo menstrual, se sumerjan y así sean puri-
purificación para las mujeres después de la menstrua- ficadas. El periodo que comprende desde que comienza
ción (Wagschal, 1997). La ley judía determina que una la menstruación hasta que la mujer se sumerge en la
mujer permanece en estado de impureza a partir de Mikvah se denomina Nidah. Una mujer en el estado de
que comienza su menstruación hasta que se sumerge Nidah no puede tener contacto físico con su esposo. La
en un río, en el mar o en la Mikvah (la cual se cons- única manera en la que la mujer pierde el estatus de
truye por la dificultad de acceso a un manto de agua Nidah y puede reanudar el contacto físico con su esposo
natural). La Mikvah es construida bajo amplias res- es a través de sumergirse en la Mikvah (Wagschal, 1997).
tricciones y especificaciones dictadas por la ley judía, El ritual de la Mikvah es causa de gran controversia
lo que hace imposible que cada mujer posea una en y de diferencias de opiniones. Según Slonim (1996),

* Bachelor en Psicología por la Universidad de las Américas - Ciudad de México. Maestro en Psicología por The California State University Sacra-
mento, EUA. Estudiante de Doctorado en Investigación Psicológica en la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Profesor de Asignatura en
Psicología en la Universidad de las Américas - Ciudad de México. Profesor de Asignatura en Psicología en la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Profesor de Asignatura en Psicología en el Endicott College, Ciudad de México. Correo electrónico: jose_liht@hotmail.com
42 José Liht Sigall

muchas mujeres consideran a la Mikvah como un instru- motivación para la participación en este ritual por me-
mento arcaico de opresión patriarcal; otras consideran dio de la red semántica natural evocada por la palabra
que es injusto e ilógico que un proceso natural como estímulo Mikvah. Ya que todas las mujeres judías son
la menstruación afecte la pureza de una mujer y por obligadas a acudir a la Mikvah un día antes de su boda,
lo tanto que sea necesaria una purificación. Asimis- parte del valor del presente estudio residió en explo-
mo, Slonim (1996) reporta que para un número cre- rar los significados con los que las parejas se aproxi-
ciente de mujeres, la Mikvah ha pasado a ser una man a este requerimiento ritual.
práctica religiosa que no sólo no atenta en contra de
la mujer, sino que reafirma su autonomía del hombre
y la provee de una oportunidad de relación con lo sa- Método
grado (Slonim, 1996).
Ya que la mayoría de los rituales religiosos del Participantes
judaísmo pertenecen a la esfera masculina, Slonim
(1996) considera que con el ritual de la Mikvah la En el presente estudio los participantes fueron reclutados
mujer accede a la experiencia religiosa no pasivamen- de manera no probabilística e intencionalmente hasta
te, sino en un papel protagónico que de otra manera juntar 61 sujetos. Con el fin de reclutar a los participan-
está reservado para el hombre. Slonim (1996) señala tes, el investigador y sus colaboradores acudieron a
también que la prohibición de tener contacto físico escuelas, al centro comunitario y a la sinagoga, así como
durante el estado de Nidah afirma su autonomía ante a amigos y familiares de cada uno de ellos. A cada
el varón, al comunicarle a este último que la mujer no uno de los participantes se les pidió que contestaran un
es un objeto accesible a sus deseos en todo momento. cuestionario que consistía de una primera parte de pre-
En cuanto a señalar las bondades del ritual de la guntas sobre datos demográficos y una segunda que
Mikvah, varios autores (Aiken, 1993, 1996; Berko- presentaba la palabra estímulo e instrucciones para
witz, 1996; Bulka, 1996; Frankiel, 1990; Kaplan, generar la red semántica. De los 61 entrevistados, 46
1982; M. Kaufman, 1996; D. R. Kaufman, 1993; fueron mujeres y 15 fueron hombres; 36 fueron casa-
Shmaryahu, 1996; Slonim, 1996) señalan que el ma- dos, 16 solteros y nueve divorciados; 12 tuvieron es-
yor beneficio derivado de dicha práctica probablemen- tudios inferiores a licenciatura, 42 tuvieron estudios
te sea que, al estarle prohibido el contacto físico, la universitarios y seis tuvieron postgrado; cuatro per-
pareja desarrolla habilidades de comunicación para tenecieron a la comunidad de origen árabe, siete a la
resolver diferencias, lo que le beneficia aun no estan- de origen turco y 50 a la de origen europeo. La edad
do en periodo de Nidah. promedio fue de 40.8 años (DE = 13.04).
Slonim (1996) señala que, además de afirmar la
autonomía y de promover la comunicación, las leyes
de la Mikvah propician que la mujer piense en la Técnicas de recolección de datos
menstruación como algo sagrado, que se sienta liga-
da con los ritmos de la naturaleza y que la eleve a un La técnica de recolección de datos fue la de redes
nivel sublime, lo que la cultura occidental estigmati- semánticas descrita por Valdez (2000) como una he-
za y trata de esconder. rramienta que “permite describir el conocimiento o al
Es interesante notar la diversidad en la manera de menos la información relevante que determina el com-
construir la Mikvah y las leyes que la rodean y cómo portamiento de los humanos” (p. 64). Para Valdez
un mismo acto físico puede significar opresión, ar- (2000),
caísmo y denigración a la vez que feminidad, comu-
nión mística, sabiduría y bendición. la red semántica natural de un concepto es aquel con-
El objetivo del presente estudio fue conocer el sig- junto de conceptos elegidos por la memoria a través
nificado que evoca la palabra estímulo Mikvah en una de un proceso reconstructivo, que permite a los suje-
tos tener un plan de acción, así como la evaluación
muestra no representativa de la comunidad judía mexi-
subjetiva de los eventos, acciones u objetos y se ha
cana. Partiendo de un paradigma cognitivo del com- ido constituyendo como una de las técnicas más po-
portamiento humano en donde la conducta se explica tentes que se tienen para evaluar el significado de los
como el resultado de la mediación de los significados conceptos [en comparación con otras ténicas] (p. 62).
entre la acción y el objeto, se pretendió explorar la
La Mikvah: ¿Tina o Manto Espiritual? 43

Material (continuación)

M Definidora
El material utilizado fue un cuestionario que constó
10 31.00 Bendición
de dos partes. La primera estuvo constituida por: a) 11 28.00 Pura
preguntas sobre datos demográficos (sexo, edad, es- 12 28.00 Tranquilidad
tado civil, nivel educacional y sub-comunidad a la 13 27.00 Emotiva
que pertenecían); b) la pregunta “¿Qué tan religioso(a) 14 26.00 Intimidad
te consideras?”, que fue posicionada en una escala de 15 25.00 Buena
3 puntos, abarcando desde 1 (nada) hasta 3 (mucho);
y c) la pregunta “¿Cuál es tu opinión sobre las leyes
de Mikvah?”, posicionada en una escala de 4 puntos, Discusión
abarcando desde 1 (no sé) hasta 4 (buena). La segun-
da parte presentó la palabra estímulo Mikvah y con- El resultado más importante fue que un gran número
tenía instrucciones, ejemplos y un espacio especial de palabras definidoras fueron generadas por los su-
para generar la red semántica. A los participantes no jetos en respuesta al estímulo Mikvah. Dicha diversidad
se les dio límite de tiempo alguno y la mayoría se en los significados indica que la socialización del signi-
tomó sólo un par de minutos en acabar. No se dieron ficado para Mikvah no es homogéneo o es más idio-
instrucciones verbales además de las ya contenidas sincrásico que social. Slonim (1996) mantuvo que la
en el cuestionario. Mikvah es un tema que se deja de lado en la educación y
que se prefiere esconder por estar relacionado con la
menstruación. Dicha afirmación es congruente con los
Resultados resultados ya que parecería que cada individuo for-
ma sus propias ideas sobre lo que significa la Mikvah
Los participantes generaron 158 palabras definidoras y hay poco en común en su significación.
para Mikvah (J = 158). Se observó una correlación Sorprendentemente, la gran mayoría de las pala-
positiva significativa entre qué tan favorable era la bras definidoras para Mikvah tuvieron una connota-
opinión acerca de las leyes de Mikvah y la religiosi- ción positiva. En vista de dichos resultados se vuelve
dad de los participantes (P = 43, p. < .01). difícil mencionar posibles causas que expliquen por
Se procedió a la obtención del valor M o peso se- qué la Mikvah no es un ritual más practicado por los
mántico de cada una de las palabras definidoras con el miembros de la comunidad judía en México. El hecho
objeto de obtener el conjunto SAM (grupo de 15 pa- de que la mayoría de las definidoras fueron palabras
labras definidoras con mayor valor M). De acuerdo a con connotación positiva hace dudar de la opinión
los valores obtenidos en el conjunto SAM para el compartida por los autores revisados en las que se
estímulo Mikvah, los sujetos la definieron como: pure- propone que la Mikvah es percibida negativamente
za, limpieza, purificación, espiritual, ritual, espirituali- por un amplio sector y que ésa es la razón por la que
dad, agua, baño, acercamiento, bendición, pura, dicho ritual no es más practicado (Aiken, 1996, 1993;
tranquilidad, emotiva, intimidad y buena (tabla 1). Berkowitz, 1996; Bulka, 1996; Frankiel, 1990; Ka-
plan, 1982; D. R. Kaufman, 1996; M. Kaufman, 1993;
Tabla 1 Shmaryahu, 1996; Slonim, 1996).
Palabras definidoras Es posible que el concebir un ritual como algo
con mayor peso semántico valioso y positivo pero no practicarlo indique una
M Definidora
pérdida de motivación para observar preceptos reli-
giosos. Indiferencia más que reacción. En dicho caso,
1 175.00 Pureza
2 137.00 Limpieza
más que buscar eliminar una connotación supuesta-
3 120.00 Purificación mente negativa del ritual, la labor de los promotores
4 64.00 Espiritual de la adopción de la Mikvah debiera centrarse en de-
5 64.00 Ritual sarrollar motivos vigentes para participar en el ritual,
6 44.00 Espiritualidad
como podría ser la de tener la posibilidad de experi-
7 38.00 Agua
8 38.00 Baño mentar lo sagrado a través de la misma.
9 32.00 Acercamiento Otra posible interpretación de los resultados obe-
(continúa) dece a que varias de las palabras definidoras están
44 José Liht Sigall

vinculadas con la limpieza (limpieza, agua y baño), este caso, la poca participación en la Mikvah podría
lo cual podría indicar que el ritual está siendo vincu- resultar de su íntima asociación con las leyes de pureza
lado con la limpieza física. Slonim (1996) indicó que familiar más que por una construcción propiamente
es erróneo concebir a la Mikvah como una limpieza negativa de la misma. En dicho caso, la motivación
física en vez de entender el sentido espiritual de la para participar en el ritual podría aumentar al recons-
purificación, y agregó que una de las razones por las truir los significados que la comunidad le da a la sepa-
que la Mikvah ha perdido participación es que si a la ración física, enfatizando los beneficios derivados de
misma se le malentiende como una obligación religio- la misma mencionados anteriormente.
sa de mantener la higiene física, dicha obligación pasa Finalmente, la generación de una red semántica
a ser redundante en un mundo en el que existen rega- podría no ser suficiente para generar todos los ele-
deras y en donde la mayoría de la comunidad cuenta mentos que predicen la conducta de los individuos, al
con tuberías y agua potable. Si la poca participación limitarse a conocer la construcción cognitiva cons-
en la Mikvah surge de su vinculación con la higiene, ciente de un objeto. El paradigma cognitivo acepta
esto apoyaría una de las explicaciones dadas por procesos sin acceso inmediato a la conciencia y como
Slonim (1996). Sin embargo, prácticamente todas las resultado, la necesidad de métodos de sondeo que reve-
demás palabras aparte de las tres que tienen un senti- len contenidos subconscientes ampliamente utilizados
do de limpieza física, sí tienen una connotación espi- como parte de las herramientas del terapeuta cognitivo
ritual, o al menos emocional, lo cual hace menos conductual. Existe una escasez de estudios que hayan
contundente dicha explicación. tratado de verificar la validez predictiva de ins-
Una posible dirección futura sería el investigar la trumentos que utilicen la técnica de las redes semánticas.
construcción del significado de las leyes de separación Sería pretencioso suponer que las redes semánticas son
marital por el periodo de menstruación que junto con superiores a instrumentos psicométricos tradicionales
la Mikvah componen las leyes de pureza familiar. Tal para predecir la conducta. El desarrollar un instru-
vez una exploración más amplia de dicha área de la mento con validez predictiva implica un laborioso
ley judía, la cual dictamina la separación entre cón- proceso de refinamiento y verificación empírica y esto
yuges durante la menstruación, revelaría connotacio- no tiene por qué ser diferente para información deri-
nes más negativas que las asociadas a la Mikvah. En vada de técnicas cualitativas.

Referencias

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Vergüenza y Culpa: Dos Sentimientos


Encontrados
Shame and Guilt: Two Different Feelings
Alejandra Moysén Chimal*

Resumen
El presente trabajo muestra los resultados de un estudio realizado en 130 adolescentes (65 mujeres y 65 hombres), a los
cuales se les preguntó el significado psicológico de vergüenza y culpa, dos emociones íntimamente ligadas (Fernández-
Abascal & Palmero, 1999); sin embargo, existen diferencias. Se aplicó la técnica de redes semánticas, encontrándose
que existen palabras definidoras en común para vergüenza y culpa: temor y miedo; el significado psicológico de ver-
güenza se relaciona con pena, timidez, inseguridad, culpa, nervioso y cohibido; mientras que el significado psicológico
de culpa es: remordimiento, mentiras, angustia, deshonesto, desobediencia y sentimiento. Se encontró que los hombres
dan más palabras relacionadas con hechos y las mujeres hacen hincapié en cuestiones personales.
Descriptores: vergüenza, culpa, adolescentes, universitarios, redes semánticas

Abstract
The present work shows the results of a study carried out in 130 adolescents (65 women and 65 men), who where asked
the psychological meaning of shame and guilt, two intimately bound emotions (Fernández-Abascal & Palmero, 1999),
there are, however, differences. The technique of semantic nets was applied, and it was found that words exists in
common for shame and guilt: fear and scare; the psychological meaning of shame is related with: pain, shyness,
insecurity, guilt, nervous and restrained; while the psychological meaning of guilt is related with: remorse, lies, anguish,
dishonest, disobedience and feeling. It was found that men refer more to facts and women make emphasis on personal
questions.
Descriptors: shame, guilt, adolescents, university students, semantic nets

Introducción enfermedades; también pueden ser responsables de las


crisis o agravamiento de las mismas.
Las emociones y las conductas juegan un papel impor- La principal función de la emoción es la organiza-
tante en el bienestar de las personas. Fernández-Abascal ción de una actividad compleja en un lapso muy bre-
& Palmero (1999) mencionan que las emociones po- ve, con la finalidad de anticiparse a las consecuencias.
sitivas, como la felicidad, el placer y el amor, mantienen Así las emociones alteran otros procesos psicológi-
o recuperan el equilibrio en un organismo, preservando cos como la percepción, la atención, activan la me-
su salud. Por su parte, las emociones negativas, como moria, movilizan los cambios fisiológicos, intervienen
la tristeza, temor, ira, parecen afectar desfavorable- en la planificación de acciones, ejecución de la co-
mente de diferentes modos; pueden actuar como de- municación verbal y no verbal, entre otros (Fernández-
sencadenantes o coadyuvantes en el desarrollo de Abascal & Palmero, 1999).

* Licenciada en Psicología, diplomada en Evaluación de la Personalidad, diplomada en Investigación y Docencia y Maestra en Psicología Clínica
por la Universidad Autónoma del Estado de México. Estudiante de Doctorado en Investigación Psicológica en la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Profesor de Tiempo Completo C, docente de la licenciatura en Psicología, la Maestría en Intervención Familiar y la Maestría en Psicología
clínica, y Coordinadora de la Licenciatura en Psicología en la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Miembro estudiante del Consejo Técnico del Posgrado en Psicología en el Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Correo electrónico: amoysen@hotmail.com
46 Alejandra Moysén Chimal

Es por ello que los psicólogos han tratado de iden- Morrison (1997) refiere que existen diversas ex-
tificar y analizar las diferentes emociones. Ekman plicaciones teóricas de las diferencias entre la ver-
(citado por Rice, 1997) encontró que la gente era ca- güenza y la culpa. La vergüenza es producto de las
paz de distinguir seis emociones básicas en distintas relaciones interpersonales, mientras que la culpa lo es
expresiones faciales: felicidad, tristeza, ira, sorpre- de un conflicto moral interno. La culpa tiene un ori-
sa, disgusto y temor. No obstante, en investigaciones gen interno, suscita el deseo de perdón que sólo puede
subsecuentes, Goleman (1993) establece un grupo de venir a través de la confesión, no del escondimiento,
emociones básicas, las cuales son: placer, dolor, amor, mientras que la vergüenza genera escondimiento, di-
tristeza, odio, miedo, ira y culpa. simulo y deseo de ser aceptado (por uno mismo y por
Con relación a la vergüenza, se refiere al fracaso de los demás).
una persona para poder ser; las personas dominadas por Según Kaufman (1994), la culpa refleja un am-
la vergüenza creen que hay algo malo intrínsecamente plio espectro de estado afectivo. El rostro particular
en ellas como seres humanos, generalmente se preocu- de la culpa puede ser la vergüenza y el yo cabizbajo.
pan por sus deficiencias, se ven a sí mismas como seres La culpa puede ser también aflicción moral, y el yo
inútiles, incapaces de alcanzar las metas que se han fi- está atormentado de remordimiento; la culpa puede
jado en la vida; piensan que no son tan listos como sus también adoptar la forma de autorreprobación puni-
compañeros de trabajo, tan atractivos como sus padres, tiva, reclutando el afecto de ira pero dirigiéndolo de
tan bondadosos como sus socios ni tan interesantes modo autoculpador o autocensor.
como sus amigos; además, temen ser abandonadas La culpa, entonces, es un sentimiento doloroso de
(Kaufman, 1994). arrepentimiento y responsabilidad por los actos de uno
Por otra parte, Potter-Efron (1993) menciona que (Fossum y Mason, 1986). Tiene que ver con actos o
el sentimiento de la vergüenza es tan doloroso que, a pensamientos que dañan a los otros (Morrison, 1997).
veces, se siente en todo el cuerpo y nunca es exactamen- La conducta que provoca la culpa es específica de
te igual en un individuo que en otro. La experiencia de una persona dada, no suele repercutir en la experien-
la vergüenza tiene algunas características comunes: cia de otro. Conflicto moral interno. Suscita deseo de
respuestas físicas y definidas, pensamientos desagra- perdón, que sólo puede venir a través de la confesión,
dables, conductas problemáticas y gran sufrimiento no del escondimiento, genera confesión y tiene como
espiritual. Es una experiencia abrumadora. Antes de meta el perdón.
sentir vergüenza uno se siente bien, lleno de energía, Por otra parte, Izard (citado por Wiks-Nelson &
autoestima y alegría, y repentinamente algo malo su- Israel, 1997) menciona que las emociones se van de-
cede, son momentos en que se quisiera quedar tranquilo sarrollando durante los primeros meses de la vida, en
y sereno, pues en esta situación nada se desearía más donde algunas de ellas son: ira, sorpresa, tristeza,
que responder con dignidad, gracia y compostura. Por vergüenza y timidez. Asimismo, Erikson (citado por
alguna razón no se puede hacer que los ojos miren al Bischof, 1992) menciona que el desarrollo claro de sí
frente, el cuerpo no coopera, se siente como si la cara mismo del niño no existiría sin vergüenza y culpa, ya
estuviera muy caliente, en ocasiones se siente una opre- sea porque a determinada edad luche por salirse con
sión en el pecho, al mismo tiempo el corazón empieza la suya sin importar lo que sus padres piensen o por-
a latir aceleradamente, en ese momento no se tiene con- que tiene que verse involucrado con los límites de la
trol sobre el cuerpo. Algunos tienen la sensación de vacío misma para desarrollar los referentes necesarios den-
en el estómago, y el tiempo parece arrastrarse con tro de los cuales debe comportarse. De la misma ma-
lentitud mientras se retrocede preso de una aguda con- nera, menciona que el niño carece de espontaneidad,
ciencia acerca de uno mismo. Casi no se puede hablar, padece celos infantiles, es evasivo, desconfiado, inhibe
se tiene vergüenza. papeles. En la adolescencia, de acuerdo con González
Por otra parte, la vergüenza es un sentimiento dolo- (2000), existe una hipermotividad añadida a una gran
roso sobre uno como persona (Fossum & Mason, 1986); inestabilidad del humor, tan pronto pasa de una risa
la vergüenza de otra persona evoca en uno mismo senti- espasmódica a un llanto escandaloso. También destaca
mientos de fracaso, inferioridad e incompetencia. La la melancolía, ausente en la infancia. Otra caracterís-
vergüenza engendra vergüenza entre personas (Morrison, tica del adolescente es la timidez, la capacidad de
1997). La vergüenza es producto de las relaciones autocontrol, la imaginación.
interpersonales, genera escondimiento y disimulo y el De acuerdo con Moore (1995), durante la adolescen-
deseo de ser aceptado (por uno mismo y por los demás). cia la menstruación, la primera cita, pueden generar
Vergüenza y Culpa: Dos Sentimientos Encontrados 47

vergüenza, como para mirarse al espejo con recato o Material


aislarse de los círculos de amigos para evitar las invi-
taciones a la convivencia. El manejo de la vergüenza, Para recabar la información a través de las redes semán-
en este sentido, es importante para desarrollar buenas ticas se le proporcionó a cada uno de los participantes
formas de convivencia con quienes rodean al indivi- una hoja en la cual se preguntaban datos generales
duo (Rossiter, 1994). (edad, sexo y grado); además, contenía las palabras
A partir de lo anterior, el presente estudio tuvo estímulo a ser investigadas, vergüenza y culpa, en
como propósito conocer el significado psicológico de ese orden, con el propósito de que proporcionaran el
vergüenza y culpa desde el punto de vista de los ado- significado psicológico de las mismas.
lescentes estudiantes del nivel medio superior, com-
parando hombres y mujeres; para ello se empleó una
metodología cualitativa a través de la técnica de re- Resultados
des semánticas.
Una vez aplicada la técnica de redes semánticas se
extrajo el siguiente conjunto SAM.
Método
Tabla 1
Participantes Significado psicológico de vergüenza en estudiantes
del nivel medio superior
Se trabajó con 130 adolescentes entre los 15 y los 20 Hombres Mujeres
años, 65 mujeres y 65 hombres, de nivel socioeconómico Palabras VMT Valor Palabras VMT Valor
medio y medio alto; 89% de la población son solteros FMG FMG
y 11% casados. Estudiantes todos del nivel medio su- Pena 369 100% Pena 517 100%
perior de escuelas incorporadas a la Universidad Au- Timidez 241 69.31% Timidez 302 58.41%
tónoma del Estado de México. Temor 215 58.27% Temor 162 31.33%
Miedo 147 39.84% Inseguridad 124 23.98%
Inseguridad 92 24.93% Miedo 107 20.70%
Técnica de recolección de datos Culpa 68 18.43% Nervioso 104 20.11%
Vergonzoso 55 14.91% Soledad 84 16.25%
Robar 48 13.01% Sonrojo 80 15.47%
La técnica que se empleó para el presente estudio fue
Angustia 43 11.65% Desconfianza 65 12.57%
de redes semánticas, la cual permite obtener el signi-
Nervioso 38 10.30% Humillación 57 11.02%
ficado psicológico de un concepto (Figueroa & Solis, Introvertido 35 9.49% Culpa 55 10.64%
1981), que consiste en dos tareas fundamentales para Tristeza 35 9.49% Cohibido 48 9.28%
cada uno de los sujetos de la muestra: Burla 32 8.67% Pudor 47 9.09%
Remordimiento 31 8.40% Deshonesto 30 5.80%
1. Se les pide que definan la palabra estímulo, Cohibido 29 7.86% Mentir 26 5.03%
utilizando entre 5 y 10 palabras, como verbos, n = 65 n = 65
adverbios, sustantivos, adjetivos, entre otros, J= 151 J = 170
sin utilizar ninguna particula gramatical (artí-
culos o preposiciones), y La tabla 1 muestra el conjunto SAM de vergüenza,
observándose las palabras definidoras que dieron los
2. Jerarquizar todas y cada una de las palabras hombres y las mujeres; la palabra de mayor peso para
que dieron como definidoras, en función de la ambos grupos es pena; asimismo, se encuentran las
importancia que tienen para con la palabra es- palabras: timidez, temor, miedo, inseguridad, culpa,
tímulo de manera individual, asignándole el nervioso y cohibido.
número uno a la palabra que esté más cerca o Por otra parte, cabe mencionar que las mujeres
que mejor defina a la palabra estímulo, el nú- proporcionaron mayor número de palabras definidoras
mero dos a la que sigue en relación, el tres a la (J = 170) con relación a los hombres (J = 151); también
siguiente y así sucesivamente hasta terminar de se puede ver que, aunque en ambos casos la palabra pena
jerarquizar todas las palabras que anotaron para es la que tuvo mayor peso semántico, el valor M total es
definir el estímulo. más alto en el caso de las mujeres.
48 Alejandra Moysén Chimal

Tabla 2 Para los participantes, el significado psicológico


Significado psicológico de culpa en estudiantes del de vergüenza es: pena, timidez, temor, miedo, insegu-
nivel medio superior ridad, culpa, nervioso y cohibido. Posiblemente esto
se relaciona con lo expuesta que se encuentra la per-
Hombres Mujeres
sona ante los demás y, sobre todo, ante ella misma
Palabras VMT Valor Palabras VMT Valor
FMG FMG
(Fossum & Mason, 1986; Kaufman, 1994).
Remordimiento 193 100% Remordimiento 216 100%
Por otra parte, Morrison (1997) menciona que la ver-
Mentiras 122 63.21% Miedo 170 78.70%
güenza tiene una expresión visual, que suele reflejar un
Miedo 117 60.62% Temor 131 60.65% doloroso intento de esconderse o desaparecer. Kauf-
Temor 113 58.55% Mentiras 128 59.26% man (1994), en relación con esto, menciona que la ver-
Angustia 83 43.01% Angustia 87 40.28% güenza tiene signos faciales, entre los que se puede
Culpabilidad 74 38.34% Tristeza 85 39.35% observar el sonrojo, desviar la mirada, una mueca, echar
Desobediencia 71 36.79% Sentimiento 81 37.50% la cabeza hacia atrás; lo anterior coincide con lo men-
Sentimiento 68 35.23% Error 77 35.65% cionado por las mujeres que conformaron el estudio, para
Deshonesto 65 33.68% Desobediencia 73 33.80% quienes vergüenza se define con sonrojo y pudor.
Arrepentimiento 63 32.64% Vergüenza 68 31.48% Por otra parte, Fossum & Mason (1986) citan al-
Inseguridad 61 31.61% Deshonesto 67 31.02% gunas otras características ligadas con la vergüenza,
Conciencia 54 27.98% Resentimiento 60 27.78%
como: temor, aflicción (respuesta de llanto y tristeza)
Malo 52 26.94% Soledad 59 27.31%
y rabia (intensifica el enfado); en cuanto a estas carac-
Irresponsabilidad 44 22.80% Matar 58 26.85%
Odio 38 19.69% Pena 57 26.38%
terísticas, se mencionaron el temor y miedo. Kaufman
n = 65 n = 65 (1994) menciona que el temor de que se repita la expo-
J = 144 J = 162 sición o que ocurra más veces es una destacada conse-
cuencia del afecto alienador. En el caso de los hombres
La tabla 2 muestra el conjunto SAM de la palabra se presentan algunas palabras relacionadas como:
culpa; entre las palabras que se asocian con ésta se angustia, tristeza, burla y remordimiento.
encuentran remordimiento, mentiras, miedo, temor, Morrison (1997) menciona que las mujeres tienden a
angustia, deshonesto, desobediencia y sentimiento. valorar la intimidad, la conexión y el apego, mientras que
Asimismo, en dicha tabla puede observarse que el los hombres tienden a valorar la competencia, los lo-
valor J es mayor para las mujeres (162) que para los gros y las normas; hace hincapié en que las mujeres son
hombres (144), así como que el valor M total es mayor más vulnerables a la decepción y a la pérdida, más abier-
en el caso de las mujeres. tas a las relaciones de dependencia y necesidad, por
De acuerdo con las palabras que se mencionaron y ello más susceptibles a experimentar; en relación con
que conforman el conjunto SAM para cada una de las esto, las mujeres definen la vergüenza como soledad, des-
palabras estímulo, se puede observar que las palabras confianza, humillación, vergüenza. Por el contrario, Mo-
que se encuentran presentes tanto para vergüenza como rrison indica que los hombres suelen sentir vergüenza
para culpa son miedo y temor; sin embargo, no tienen por el fracaso en los logros o competiciones, pero esa ver-
el mismo peso semántico; asimismo, cabe mencionar güenza no es necesariamente menos intensa que el ape-
que en vergüenza se define como culpa y en culpa, en el go; en el presente estudio este grupo hace mención a de-
caso de las mujeres, está presente la palabra vergüenza. finidoras como: robar, burla, angustia y remordimiento.
En cuanto a la culpa, es un sentimiento doloroso
de arrepentimiento y responsabilidad por los actos de
Discusión uno (Fossum y Mason, 1986). En el presente estudio,
el significado psicológico de culpa es un sentimiento
Kaufman (1994) menciona que la vergüenza es el afecto de remordimiento, mentiras, miedo, temor, angustia,
de inferioridad, no hay otro afecto que sea central en deshonesto y desobediencia.
el desarrollo de la identidad. La vergüenza se experi- La culpa, de acuerdo con Morrison (1997), tiene que
menta como un tormento interior, es la más dolorosa ver con actos o pensamientos que dañan a los otros. La
experiencia del yo por el yo. Fenomenológicamente, conducta que provoca la culpa es específica de una per-
sentir vergüenza es sentirse visto de un modo doloro- sona dada, no suele repercutir en la experiencia de otro.
samente disminuido; la vergüenza revela el yo inte- Es un conflicto moral interno, que suscita deseo de
rior y lo expone a la vista. perdón, que sólo puede venir a través de la confesión,
Vergüenza y Culpa: Dos Sentimientos Encontrados 49

no del escondimiento. De acuerdo con esto, se puede ver Con relación a esto se puede observar que, en el
que la culpa se define, en el caso de las mujeres, como caso de vergüenza, existe mayor distanciamiento en
un error que causa tristeza, vergüenza, resentimiento, el peso que tienen las palabras estímulo, por lo que
soledad, pena, a causa de un hecho (matar). En el caso podría pensarse que fue más difícil definirla.
de los hombres, el significado psicológico de culpa tiene
que ver con sentimientos de culpabilidad, inseguridad, Conclusiones
que provoca el arrepentimiento y odio, atormentando a
la conciencia, por algo malo o por irresponsabilidad. De acuerdo con los resultados obtenidos, se puede
De acuerdo con las palabras definidoras proporcio- decir que la vergüenza está ligada con: pena, timidez,
nadas por los hombres para los dos estímulos, se puede inseguridad, temor, miedo, con una manifestación fi-
denotar que éstas tienen mayor connotación hacia las siológica de ella como el sonrojo, en donde la perso-
características instrumentales que representan a este gé- na se siente insegura, nerviosa, cohibida y con culpa.
nero; algunas de ellas son: burla, remordimiento, culpabi- En el caso de los hombres, la vergüenza se relaciona
lidad, inseguridad, irresponsabilidad, robar, malo y odio. con un hecho (robar) y se asocia con la angustia, tris-
En el caso de las mujeres, se encuentran algunas pa- teza, remordimiento y la burla. Para las mujeres, la
labras que caracterizan la expresividad y las relaciones vergüenza genera soledad, desconfianza, humillación,
con los demás; algunas palabras asociadas a ello son: pudor, sonrojo, a consecuencia de un hecho (mentir).
soledad (presente en vergüenza y culpa), sonrojo, hu- En cuanto a la culpa, ésta es definida como un senti-
millación, pudor, tristeza, resentimiento y pena (tam- miento relacionado con el remordimiento, mentiras, mie-
bién para ambas palabras estímulo). do, temor, angustia, deshonesto, desobediencia. Para los
Asimismo, cabe resaltar que en el caso de las mu- hombres existen algunas causas, como lo malo, la
jeres se proporcionaron mayor cantidad de palabras irresponsabilidad y el odio, ocasiona el arrepentimien-
definidoras para cada uno de los estímulos presenta- to, la inseguridad y culpabilidad; mientras que, para
dos, lo que hace pensar en una mayor riqueza de vo- las mujeres, la causa es un error o el matar, genera tris-
cabulario; por otra parte, este mismo grupo obtuvo teza, vergüenza, resentimiento, soledad y pena.
mayor peso en las palabras estímulo de pena y re- Asimismo se puede observar que existen palabras
mordimiento y hay menos separación en el valor FMG, que definen tanto a la vergüenza como a la culpa: temor
lo que se relacionaría con una mayor concordancia. y miedo, y la vergüenza se relaciona con la culpa.
Por otra parte, cabe hacer mención de que existen Sin embargo, la vergüenza marca aspectos que
palabras que definen tanto a la vergüenza como a la afectan al yo, a la personalidad, como el ser tímido, cohi-
culpa: temor y miedo, lo anterior de acuerdo con bido, la soledad, la desconfianza, el pudor; la culpa, en
Morrison (1997) y Kaufman (1994), el rostro particu- contraparte, hace referencia al hecho o a la causa, como
lar de la culpa puede ser la vergüenza, de ahí que el matar o cometer un error, lo cual causa el arrepen-
también se defina la vergüenza como culpa. timiento, tristeza y la vergüenza.

Referencias
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personalidad. México: Trillas. na: Herder.
Fernández-Abascal, E. & Palmero, F. (1999). Emociones y Moore, S. (1995). Girls, understanding and social constructions
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Figueroa, F. & Solis, A. (1981). Estudio de redes semánticas Morrison, A. (1997). La cultura de la vergüenza. Barcelo-
naturales y algunos de sus procesos básicos. México: na: Paidós.
Universidad Nacional Autónoma de México (Facultad de Potter-Efron, D. (1993). La vergüenza. México: Pax México.
Psicología). Rice, P. F. (1997). Desarrollo humano. México: Prentice-Hall.
Fossum, M. & Mason, M. (1986). La vergüenza. Cómo Rossiter, A. (1994). Chips, coke and rock´n-rol: Children´s
enfrentarla y resolverla. México: Pax México. mediation of an invitation to first dance party. Feminist
Goleman, D. (1993). Inteligencia emocional. Barcelona: Review, (46), 1-20.
Paidós. Wicks-Nelson, R. & Israel, A. (1997). Psicopatología del
González, E. (2000). Psicología del ciclo vital. Madrid: CCS. niño y del adolescente. Barcelona: Prentice Hall.

Recibido: 15 de marzo de 2002


Aceptado: 25 de marzo de 2003
50 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 50-59

Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso


Mediante Análisis Contingencial
Intrafamily Violence: A Case Study by Means
of Contingential Analysis
María de Lourdes Rodríguez Campuzano*

Resumen
En este trabajo se presenta un estudio de caso relacionado con la violencia intrafamiliar. Este problema tiene una
enorme repercusión tanto física como psicológica en las personas y es de fundamental importancia atenderlo. El caso se
abordó desde una perspectiva particular, el análisis contingencial, que permite analizar y alterar las distintas relaciones
que conforman las personas con su entorno en situaciones determinadas. Siguiendo las distintas fases del sistema, se
evaluó el caso, se llevó a cabo la intervención, así como un seguimiento de tres años. Se alcanzaron los objetivos
planteados, por lo que la intervención se consideró exitosa. Se concluye presentando este sistema como una alternativa
para la sistematización de estudios de caso.
Descriptores: violencia intrafamiliar, estudio de caso, interconductismo, sistema macrocontingencial, análisis
contingencial

Abstract
An intrafamily violence related case study is presented on this paper. This kind of problem has important physical and
psychological consequences, so it has to be studied and attended. This case is analysed within the framework of a
particular analysis system, contingential analysis which allows the evaluation and change of the different interactions
among people on social situations. The case was profoundly studied following the different phases of the system.
Solutions were chosen as a result of the analysis and then intervention program was planned and executed. A three year
follow up period was realized. The goals were reached, thus this program was considered as successful. It is concluded
that contingential analysis could be an alternative to systematize study cases.
Descriptors: intrafamily violence, case study, interbehaviorism, macrocontingential system, contingential analysis

Introducción Justamente por esta característica, difícilmente se


detectan casos de violencia o se brinda la ayuda apro-
La violencia entre parejas es un grave problema con piada en el momento en que se requiere. Ya la medicina
consecuencias tanto médicas como psicológicas y so- está promoviendo y desarrollando modelos para en-
ciales. La psicología apenas recientemente ha conside- trenar estudiantes y profesionales para identificar y
rado que éste es un fenómeno que requiere atención; ayudar a estas víctimas de parejas violentas (Hamberger
de hecho, la investigación formal sobre violencia do- & Ambuel, 1997). En psicología, para este problema
méstica se podría ubicar en los últimos 25 años, esto actualmente se están desarrollando metodologías rele-
gracias a grupos feministas que llamaron la atención vantes a las víctimas de violencia interpersonal. Se han
pública sobre una gran problemática mantenida en el empleado fundamentalmente pruebas psicológicas,
ámbito de lo privado (Trujano, 1997). como el MMPI o el Inventario de Síntomas de Trauma

* Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestra en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de
México. Estudiante de Doctorado en Investigación Psicológica en la Universidad Iberoamericana - Ciudad de México. Profesora Asociada C Definitiva
de Tiempo Completo en la Facultad de Estudios Superiores - Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico:
carmayu5@yahoo.com
Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 51

(Briere & Elliot, 1997), con la idea de identificar carac- ello se generan una serie de problemas psicológicos
terísticas relevantes que ayuden a entender este pro- que podrían llevar, incluso, al suicidio.
blema. Se han examinado ya factores tales como la De hecho, este tipo de casos sale de lo privado
dificultad que presentan las víctimas de abuso domés- generalmente para solicitar ayuda médica, aunque,
tico para dejar a sus parejas, la pasividad de las mis- cuando la ayuda que se solicita es psicológica, usual-
mas y el hecho de que la violencia física es el factor mente se hace en el contexto de la llamada psicología
más importante para que una mujer tome la decisión clínica y en situaciones de desesperación.
de abandonar su hogar (Gortner, Berns, Jacobson & El estudio de caso representa una fuente impor-
Gottman, 1997). tante para generar conocimientos sobre este fenóme-
Algunos estudiosos del tema han llegado a plan- no. Por un lado, se sabe que no se cuenta con perfiles de
tear la posibilidad de conocer perfiles psicológicos víctimas y victimarios. Cada individuo, en cierto tipo
del hombre maltratador, o de la mujer golpeada; sin de circunstancias, podría jugar uno de estos papeles, es
embargo, se ha llegado a la conclusión de que casi por ello que más que generar perfiles, valdría la pena
cualquier persona puede ser, en un momento dado, conocer qué circunstancias favorecen este tipo de re-
parte de la díada víctima-victimario. De cualquier lación y de qué manera se puede ofrecer una mejor ayu-
manera, se han logrado establecer algunos elemen- da. Un examen sistemático y exhaustivo de casos clínicos
tos de este tipo de relación; por ejemplo, el Colec- puede arrojar información que permita sugerir estra-
tivo de Hombres por Relaciones Igualitarias, A. C. tegias de intervención eficaces. Partiendo de lo anterior,
(1996) identifica diversos tipos de violencia relacio- en este trabajo se presenta un estudio de caso referido a
nados entre sí: una mujer víctima de la violencia de su pareja.

1. Física: que es la más evidente.


2. Sexual: hostigamiento, caricias indeseadas, vio- Aplicación práctica
lación.
3. Económica: controlar los recursos, restringir- El caso se investigó desde la perspectiva del análisis
los, esconderlos. contingencial y se llevaron a cabo los siguientes pasos:
4. Objetal o ambiental: asustar a la pareja, mal- — Elección del modelo teórico desde el que se ana-
tratar sus cosas. liza el caso.
— Definición de los intervinientes: esposa, hijo,
Así, si bien la violencia física es la más evidente, amistades muy cercanas.
hay otras modalidades más sutiles pero no menos dañi- — Recepción y recolección de datos a través de
nas: un marido que se burla de su esposa, que la insulta, entrevistas, tanto para el análisis del caso, como para
que no reconoce sus habilidades, está siendo violento el análisis de soluciones.
(Trujano, 1997). — Diseño de las estrategias de intervención.
Independientemente de que se esté trabajando ac- — Implementación del programa de intervención.
tualmente con la idea de desarrollar métodos y proce- — Evaluación continua de los cambios generados.
dimientos terapéuticos para detectar, evaluar y ayudar — Análisis de los resultados obtenidos.
a las víctimas de la violencia doméstica, la psicología — Conclusiones en términos del marco teórico
todavía tiene mucho que hacer en este terreno. Hay adoptado.
muchas preguntas por contestar, como: ¿por qué es tan
difícil o tan poco probable que la mujer deje a un mari-
do violento?, ¿qué debe hacerse para dotarla de los re- Marco teórico
cursos, destrezas y disposiciones que le permitan ter-
minar la relación?, ¿cómo es y por qué funciona la El análisis contingencial es un sistema que permite
dinámica de este tipo de relación? Se han propuesto analizar e investigar cualquier fenómeno psicológico.
diversos modelos teóricos para explicar la permanen- Este sistema tiene también una metodología para ana-
cia de la mujer en una relación abusiva (Zubizarreta, lizar, prevenir o intervenir en casos concretos. Surge a
Sarasúa, Echeburúa, de Corral, Sauca & Emparanza, partir de un modelo teórico particular, el intercon-
1994); sin embargo, no se encuentra aún la manera de ductismo (Ribes & López, 1985), así como de algunas
solucionar y prevenir el problema. Este tipo de pare- consideraciones sobre la aplicación del conocimiento
jas suelen durar más de diez años en promedio y con psicológico (Ribes, 1982). Esta metodología, así como
52 María de Lourdes Rodríguez Campuzano

sus fundamentos, están descritos en otros textos (Ribes, Presentación del caso
Díaz-González, Rodríguez & Landa, 1986; Díaz-
González & Carpio, 1996; Díaz-González, Landa, Se presentó una señora de 38 años solicitando ayuda
Rodríguez, Ribes, & Sánchez, 1989; Ribes, 1990, voluntaria para poder dejar a su marido. Su familia
1993; Rodríguez & Landa, 1993), por lo que se reco- está conformada por cinco personas. Ella, madre y es-
mienda su lectura. posa. Él, padre y esposo. Dos hijas de un matrimonio
Como metodología para análisis e intervención, cons- anterior de él y un hijo de ambos. La madre (Laura)
ta de cinco pasos: I. Definición del sistema microcontin- tiene 38 años; el padre, 45; la hija mayor, 23; la se-
gencial. II. Evaluación del sistema macrocontingencial. gunda, 21; y el hijo menor, 12.
III. Análisis de la génesis. IV. Análisis de soluciones y Laura es médico y tiene tres empleos. Trabaja dos
V. Diseño, selección, planeación, implementación y eva- turnos entre semana en dos distintas instituciones de
luación de las estrategias de intervención. Estos cinco salud pública y los fines de semana en una tercera
pasos que permiten, por un lado, tener una compren- institución. Una o dos veces a la semana le toca hacer
sión del fenómeno de estudio y, por otro, planear, con guardias nocturnas en alguna de las instituciones. Ella
base en la singularidad del fenómeno, soluciones y es el sostén de la familia y sus ingresos le permiten
estrategias de intervención específicamente diseñadas. mantenerlos con un buen nivel de vida.
I. El sistema microcontingencial permite llevar a El padre (Luis) es arquitecto, no trabaja en la
cabo un análisis de todos aquellos factores que com- actualidad. Cuando ha trabajado lo hace de manera
ponen la relación de una persona con otras significa- independiente y sus trabajos tienen siempre un ca-
tivas y su entorno, en situaciones específicas. rácter eventual. No coopera con el mantenimiento
II. El sistema macrocontingencial permite anali- de la familia.
zar el contexto valorativo de las prácticas de compor- La hija mayor estudia la carrera de comunicaciones
tamiento, particularmente la moralidad que se concibe en una escuela particular. Pasa mucho tiempo fuera
como una dimensión de las propias prácticas. de casa porque tiene un horario mixto. En la escuela
III. La génesis del comportamiento parte de que la es estudiante promedio. Tiene novio, pero jamás lo
historia no es causal, como tampoco determinista, sino lleva a casa, como tampoco lleva amigos ni amigas.
que resume la disposicionalidad ante circunstancias La hija menor está empezando la carrera de dise-
presentes. La historia de un sujeto puede facilitar, in- ño gráfico en una escuela particular distinta que la de
terferir o probabilizar cierto tipo de comportamien- su hermana. Ella tampoco pasa mucho tiempo en casa.
tos en el presente. Dice que tiene que ir a la biblioteca a hacer las tareas.
IV. Análisis de soluciones. Aquí se analiza la per- Tampoco lleva a nadie a su casa.
tinencia de distintas posibilidades de solución. Para El hijo estudia sexto de primaria en una escuela pú-
ello se parte de la información obtenida en los análi- blica cercana a su casa. No va muy bien en la escuela,
sis micro y macrocontingenciales, así como del estu- saca bajas calificaciones y por ello el padre decidió que
dio de la génesis. no valía la pena pagar por su educación. Va y regresa
V. Selección, diseño, aplicación y evaluación de solo a la escuela. Es el que más tiempo pasa en su casa.
las estrategias de intervención. En el análisis contin- La familia vive en un departamento en la colonia
gencial se parte de que cada problema es único, dado Nativitas. El departamento pertenece al esposo desde
un contexto social particular, una génesis histórica su primer matrimonio y está amueblado con todas las
irrepetible y circunstancias específicas singulares a comodidades, tiene tres recámaras, estancia grande,
cada individuo, en consecuencia, el componente tec- cocina y dos baños.
nológico debe sintetizarse en forma individualizada a
partir del examen de las dimensiones micro y macro-
contingenciales, así como de la génesis particular. Para Metodología
seleccionar, o diseñar procedimientos de cambio se
emplean tres tipos de criterios funcionales: a) La na- Recepción del caso
turaleza de la interacción terapéutica, b) el tipo de
procedimiento en términos de sus efectos y c) las fun- La señora se presentó en una de las clínicas universi-
ciones del terapeuta. tarias a solicitar ayuda psicológica. Se quejaba de su
Aun cuando no se presenta el sistema a detalle, se relación familiar. A partir de ese momento, con el fin
pretende ilustrar su empleo con un estudio. de recolectar la información pertinente, se llevaron a
Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 53

cabo entrevistas y autorregistros de observación. Las temáticas, civismo e historia, en las demás llevaba un
entrevistas fueron con ella, con los hijos y con dos promedio de 7.
amigas muy cercanas que conocían bien el problema.
Igualmente, desde la primera sesión se contactó con
un abogado y con un terapeuta especializado en pro- Morfologías de conducta en la relación de pareja
blemas académicos.
Se presenta a continuación la información más Luis acostumbraba burlarse de su esposa, menospre-
relevante, desde el sistema de análisis contingencial. ciar su carrera, preguntar insistentemente dónde y con
quién había estado, le exigía que se ocupara perso-
nalmente del lavado y planchado (porque sus hijas no
Sistema microcontingencial lo sabían hacer), así como de la preparación de los
alimentos. Cuando se trataba de tomar una decisión
Morfologías de conducta en la circunstancia con respecto a los hijos, él la tomaba porque decía que
social del trabajo solamente él tenía derechos sobre sus hijas (Laura no,
porque no era su madre) y sobre su hijo, porque era
Luis generalmente no trabajaba. A veces porque no él quien más tiempo le dedicaba. También decidía los
le llegaba ninguna solicitud para diseñar o construir, gastos. Había muchas circunstancias que lo enfurecían
y a veces porque lo que se le solicitaba no le parecía y entonces gritaba, amenazaba e insultaba, esto pasaba,
importante o atractivo. Ocupaba el día visitando a su por ejemplo, cuando Laura no estaba de acuerdo con él
madre, saliendo a tomar café con los amigos, leyendo en cualquier asunto, cuando no se mostraba entusiasta
o pintando. El dinero que requería se lo pedía a su para relacionarse sexualmente, cuando se enteraba de
esposa, ocasionalmente le decía que en cuanto le pa- algún secreto de sus hijas que Laura sí conocía, cuando
garan algo o le cayera algún trabajo, se lo devolve- Laura o su hijo visitaban a la abuela materna, cuan-
ría. También se ocupaba de ir a las juntas de la escuela do la comida no estaba rica, cuando no encontraba algo,
de su hijo, y a veces de llevar o recoger a alguno de cuando su ropa no estaba preparada en el momento en
ellos a algún lado. Igualmente se encargaba de hacer que él la necesitaba o cuando llegaban las calificacio-
los pagos de teléfono, luz o predial. nes de su hijo. Ocasionalmente les pegaba a sus hijos,
Laura, como se había mencionado, tenía tres tra- especialmente al menor (por no ser listo). A su esposa
bajos y aparte se ocupaba de su casa. Ella era la que no le daba golpizas, propiamente, aunque sí la empu-
lavaba y planchaba la ropa de todos, cocinaba para jaba, le aventaba cosas y la insultaba. Después de los
toda la semana (en algún momento del fin de semana), ataques de furia, acostumbraba salirse por horas y
recogía el tiradero de todos, si tenía tiempo, ayudaba cuando llegaba, a veces pedía disculpas y prometía
a su hijo a estudiar e iba al mercado a comprar provi- que no lo volvería a hacer, aunque en otras ocasiones
siones, entre otras actividades. Para cumplir con es- le decía que eso pasaba porque ella lo provocaba.
tas jornadas, se levantaba todos los días a las cuatro Laura acostumbraba sujetarse a lo que el marido
de la mañana y dormía aproximadamente a las doce o decía. Ocasionalmente, y sobre todo tratándose de de-
doce y media de la noche. Las veces que le tocaba cisiones relacionadas con su hijo, se atrevía a protes-
hacer guardia, de un trabajo se iba al otro, sin dor- tar, pero ante la amenaza o los gritos, se sometía.
mir, y volvía a llegar en la noche a su casa a trabajar Mientras trabajaba en las actividades domésticas pro-
en la rutina doméstica. Se quejaba de estar extenua- curaba platicar y ayudar a su hijo a estudiar. También
da. En su trabajo era considerada como muy buena intentaba platicar con su marido. Siempre que estaba
doctora, muy cumplida y en general, muy capaz. con él ponía mucha atención a lo que hacía y decía,
procurando no hacerlo enojar. Los ratos que estaba
sola pensaba que no valía nada como persona. A veces
Morfologías de conducta en la escuela planeaba la manera de dejarlo pero no se atrevía por-
que sabía que tarde o temprano iba a volver con él.
El único que presentaba algunos problemas en la es- Creía que vivía una relación “psicótica” y “enfermiza”
cuela era el hijo menor. A veces reprobaba algunas que probablemente se merecía. Cuando su marido la
materias, su maestra señalaba que no era muy sociable, agredía, ella procuraba quedarse absolutamente ca-
aunque tampoco presentaba conductas disruptivas. Él llada y esperar a que él se tranquilizara. Cuando él le
decía que no le entendía a ciertas materias como ma- pedía perdón, ella aceptaba pero solamente por miedo.
54 María de Lourdes Rodríguez Campuzano

Morfologías de conducta en la relación familiar crítico era el miedo a Luis y que este miedo condicio-
naba prácticamente su manera de relacionarse con él,
Las hijas se llevaban bien con su madrastra, aunque no aunque también influía en lo que pensaban acerca de
la ayudaban mucho en las labores domésticas. Pasaban sí mismos y de otros.
mucho tiempo fuera de casa porque no querían estar
con su papá, decían que le tenían miedo. Si tenían
algún problema con novios, amigas, o en la escuela, Personas
se lo contaban a Laura y le pedían consejo. La rela-
ción con ella era más bien de respeto y complicidad, Mediador: Luis era el que dominaba la relación fami-
aunque no convivían mucho por las ocupaciones de liar. Imponía una serie de normas familiares: ponía
todas. Con el papá eran muy obedientes, mostraban te- horarios para ver televisión, daba o negaba permisos,
mor y procuraban evitarlo. decidía las escuelas de sus hijos, los egresos, etcétera.
El hijo menor le tenía miedo a su padre y a veces Mediados: Esposa e hijos. Se ajustaban a lo que Luis
decía que lo odiaba. A su madre le pedía siempre que se prescribía.
fueran a vivir solos y también le recriminaba que
permitiera que la trataran así. La mamá le dedicaba
todo el tiempo posible a su hijo, procuraba escucharlo, Efectos
jugar con él y ayudarlo en las tareas. Intentaba de-
fenderlo de su padre, así como interceder siempre por Del marido sobre otros: lo evitaban y le temían, el
él, aunque no lo lograba. hijo menor se distraía fácilmente al estudiar. Ningu-
no llevaba visitas a su casa
De la esposa al marido: su comportamiento en ge-
Situaciones neral era inefectivo. Solamente los intentos por de-
fender un derecho, tomar una decisión o expresar su
Lugar o lugares: los episodios de agresión general- opinión tenían como consecuencia la agresión.
mente se presentaban en casa. Fuera de casa, las po- Del comportamiento de su esposa sobre sí misma:
cas veces que podían asistir a un compromiso juntos, ella, como efecto de su comportamiento pasivo, se
la agresión de él era más bien verbal. consideraba indigna, culpable, lloraba, se considera-
ba tonta, anormal y sin valor. También se sentía tensa,
Conductas socialmente esperadas: el marido espera- angustiada y con dolores de cabeza ocasionales. Como
ba de su esposa que tuviera ingresos suficientes, que efecto de su comportamiento de trabajo excesivo, se
se ocupara personalmente de algunas actividades sentía agotada físicamente siempre.
domésticas, que fuera complaciente siempre; de sus
hijos que fueran totalmente obedientes, buenos estu-
diantes, cariñosos con él y que no dieran problemas. Sistema macrocontingencial
La esposa esperaba del marido que trabajara, que no
fuera agresivo, que respetara su carrera, sus comen- En este sistema se detectó una falta de corresponden-
tarios y que la tomara en cuenta. El hijo menor espe- cia entre lo que la señora hacía en su rol de esposa y
raba de su madre un comportamiento diferente, que lo que creía con respecto al mismo, lo que aquí se
fuera valiente, no permitiera más abusos y se separa- denomina falta de correspondencia intra-sujeto. Con
ra. Las hijas esperaban de su padre que no fuera agre- su marido era sumisa y sin embargo creía y abogaba
sivo y de su madrastra que las atendiera. por la igualdad de derechos hombre/mujer. En conse-
cuencia, creía que estaba actuando de manera indebi-
Competencias en el ejercicio de dichas conductas: da y que debía hacer algo por cambiar la situación.
la esposa era muy capaz en el trabajo. Sabía hacerse La familia extensa de Laura eran su madre y her-
respetar por sus subordinados. Sabía hacerse obede- mana. Sus padres se divorciaron cuando ella tenía 10
cer por el hijo. Con la única persona que no podía años de edad. Su madre y hermana creían en la igual-
defender sus derechos era con su marido. dad y su madre había actuado en consecuencia en su
momento, es decir, había correspondencia entre los
Propensiones e inclinaciones: aquí se identificó que, valores enseñados por su familia y sus creencias ac-
tanto para los hijos como para la madre, un factor tuales, aunque esta correspondencia solamente se daba
Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 55

en la dimensión de las creencias. En las prácticas Historia mediadora de la conducta problema


Laura era inconsecuente.
Ella, en general, fue una hija obediente y sumisa y lo
fue también como novia, aunque en su trabajo tenía a
Génesis del problema cargo subordinados y era muy competente con ellos.
Igualmente, como madre, era capaz de mediar la re-
Historia de la microcontingencia lación con su hijo de una manera positiva.

La relación de pareja comenzó desde que la señora


tenía 15 años, desde entonces, él medió la relación. Funcionalidad de las conductas comprendidas en
Siendo novios Laura y Luis, él se casó con otra mujer. otros contextos
Este matrimonio duró aproximadamente 10 años, du-
rante los cuales nunca dejó de frecuentar a Laura. Le La funcionalidad de su comportamiento pasivo se res-
explicó que se había tenido que casar porque, como tringía al contexto familiar, esto es, no reportaba pro-
producto de un error, había embarazado a su esposa. blemas con nadie más.
Posteriormente se divorció, quedándose con la custo-
dia de sus hijos, dado que a su esposa la declararon
incapaz de ejercerla. Poco tiempo después le propuso Disponibilidad de otras conductas no problemáticas
matrimonio a Laura y ella aceptó. Ya casados, los potencialmente funcionales en la microcontingencia
episodios de ira se fueron haciendo cada vez más fre- presente
cuentes, aunque desde novios se presentaban en me-
nor intensidad y con reconciliaciones muy afectivas. 1) Evaluación de microcontingencias no problemáticas:
Ella siempre aceptó las distintas condiciones que él le a) Sus relaciones no problemáticas eran las laborales
impuso porque “estaba muy enamorada” y lo consi- y académicas.
deraba “muy superior” a ella: maduro, inteligente, Se identificó como un comportamiento de Laura,
creativo, un artista. Al poco tiempo de casados, confor- potencialmente funcional para la solución de este pro-
me él fue exigiendo más, se empezaron a presentar blema, su seguimiento de instrucciones, su disciplina
los efectos de culpa, vergüenza y desesperación. Ella y su capacidad para tomar decisiones y autorregular
intentó dejarlo en tres ocasiones. El mayor tiempo que su comportamiento. Comportamientos que se presen-
duró la separación fue de una semana. Ella se iba con taban en otros contextos.
su hijo a algún hotel, pero él la buscaba en alguno de
sus trabajos, o iba por el niño a la escuela y daba con
ella. Ahí, le suplicaba arrepentido que volviera bajo Estrategias de interacción
la promesa de que iba a cambiar. Ella cedió esas tres
ocasiones, pensaba que a pesar de todo no iba a poder a) Caracterización de los tipos de contingencia en-
vivir sin él y le daba lástima que él no tuviera trabajo. frentados: para este caso, se identificó como un tipo
Para ella, desde prácticamente el inicio de su matrimo- de contingencia significativo, en la medida en la que
nio su relación era “psicótica”, sin embargo, lo que la facilita el comportamiento problemático identificado,
llevó a solicitar ayuda psicológica esta ocasión y por la “persistencia” (Ribes, 1990).
primera vez, fue que su hijo le dijera que debería darle b) Consistencia en la forma de confrontación de los
vergüenza permitir que la trataran así. tipos de contingencia:
Se logró identificar que cada vez que una situación,
condición, o persona demandaban un mayor esfuerzo
Funciones disposicionales de otros en el pasado por parte de Laura, ella se esforzaba hasta el cansancio,
independientemente de que fuera a lograr algo mejor.
Las amigas más cercanas de ella, que eran quienes co-
nocían el problema, la animaban a dejarlo y le ofre-
cían su ayuda. Su hijo la motivaba también. Su madre Hipótesis
y su hermana, aun cuando no conocían su situación,
regulaban sus estados de ánimo al comentarle que Para empezar, se consideró que Laura era una persona
siempre se veía triste y preguntarle los motivos. central en el problema. Por un lado era la más afectada,
56 María de Lourdes Rodríguez Campuzano

por otro la más motivada a un cambio y, por último, en conducta propia, esto es, cambio en disposiciones
la que podía alterar la situación. Es importante hacer y creencias. Por último, se consideró que parte de la
notar que Luis no solamente no estaba dispuesto a solución estaría dada por otras opciones funcionales
recibir ayuda profesional, sino que ante la sola men- del comportamiento, es decir, por el desplazamiento
ción de esto se enfurecía. Se consideró, entonces, que de competencias.
el caso debía enfocarse a la ayuda a Laura, quien in-
cluso presentaba ya problemas físicos relacionados
con el agotamiento y el estrés. Se pensó que el pro- Selección y diseño de las estrategias de
blema podía abordarse desde tres vertientes: interven- intervención
ción psicológica con ella, asesoría legal e intervención
con el hijo. Con base en criterios funcionales (véanse Ribes, Díaz-
Considerando a Laura el objeto principal de la aten- González, Rodríguez & Landa, 1986; Díaz-González,
ción psicológica, la hipótesis que se manejó es que Landa, Rodríguez, Ribes & Sánchez, 1989), se eli-
podían desplazarse competencias para solucionar el gieron los siguientes procedimientos, que se descri-
problema, así como alterar sus disposiciones y algu- ben de manera muy general y somera a continuación
nas creencias, es decir, ella tenía habilidades para esta- (véase tabla 1). Hay que aclarar que se seleccionaron
blecer relaciones no problemáticas que desplegaba en procedimientos para alterar disposiciones, conducta
su contexto laboral, como madre, amiga, hija y herma- propia y desplazar competencias, con base tanto en
na; por ello se pensó que más que una enseñanza de el análisis del caso, como en las hipótesis y el análi-
este tipo de habilidades, había que facilitar que las des- sis de soluciones:
plegara con las personas adecuadas y en las situaciones
adecuadas. Por otra parte, se pensó que requería un Tabla 1
manejo de disposiciones, especialmente eliminar el Selección de procedimientos de cambio
miedo a abandonar a Luis. Por último, aunque tam-
Dimensiones Procedimientos
bién con una función disposicional, había que alterar Objetivos
de la solución
una serie de creencias con respecto a sí misma que se
estaban generando como efecto de la relación. Disposiciones Eliminar el miedo —Información
Con respecto al hijo, se decidió remitirlo a otro espe- a dejar al marido y —Auspicio para que ella
facilitar su hablara con su familia
cialista para abordar sus problemas académicos y se separación extensa y pidiera
manejó la hipótesis de que lo poco sociable era efecto apoyo
de la relación familiar. —La propia asesoría legal
—Instrucciones y auspi-
Antes de planear la intervención, se llevó a cabo cio para planear el uso
junto con Laura un análisis de soluciones: se consi- de recursos
deraron recursos, costo emocional, viabilidad de la —Planificación del modo
y momento para irse
solución, así como los posibles efectos a corto, me- —Ensayo de estrategias
diano y largo plazo. Se discutieron distintas posibili- de enfrentamiento a
dades enmarcadas en el contexto que se ilustra a reclamos y peticiones
continuación. del marido para volver
—Información y ensayos
sobre solución de pro-
blemas
Análisis de solución Creencias Alterar sus creencias —Información objetiva
de autodevaluación sobre su ejecución en
A partir del análisis realizado, ella decidió que la ayu- otros ámbitos
—Contrastación de la
da que requería era para dejar a su marido, esta vez lógica de sus creencias
definitivamente. Decidió también que se iría solamente con lógicas diferentes
con su hijo y que no quería llevarse a sus hijastras. —Información sobre su
propio comportamiento
Atendiendo a esta primer decisión, se consideró que
la intervención debía dirigirse a optar por nuevas Desplazamiento Lograr que ella —Información
de competencias regule su nueva —Instrucciones
microcontingencias, es decir, salir de la relación va- situación específicas
lorada como problema para generar nuevas relacio- —Modelamiento y
nes. Igualmente se definió como solución un cambio ensayo
Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 57

Implementación del programa el análisis contingencial (véase tabla 2). Dicho formato
permite evaluar, sesión tras sesión, si se genera un cam-
El programa de intervención se llevó a cabo desglosando bio, cuándo ocurre y qué tipo de cambio es. En la pri-
objetivos particulares y específicos y jerarquizándolos, mera columna se identifica el momento terapéutico:
de modo tal que ella pudiera abandonar su hogar como Definición del problema, Análisis de soluciones, Inter-
último objetivo de la intervención. Una vez que se tuvo vención y Seguimiento. En la segunda columna se debe
el plan de intervención, de manera simultánea se lleva- señalar si se empleó algún procedimiento, ya sea estan-
ron a cabo las sesiones de asesoría legal, así como la darizado o no estandarizado en el momento terapéu-
atención académica al hijo. Se llevaron a cabo sesiones tico correspondiente. La tercera columna debe llenarse
en conjunto con el consejero legal. con los cambios observados que se identifican de acuer-
Atendiendo al plan, se empezó a trabajar con la alte- do al código que se describe en la cuarta columna. Se
ración de disposiciones, posteriormente de creencias presenta un ejemplo del formato de la guía, sin datos
y por último el desplazamiento de competencias. sobre procedimiento ni evaluación de cambios, dado
que se llena un formato por sesión.
Se programó también llevar a cabo un periodo de
Evaluación seguimiento de tres años, dada la reincidencia en es-
tos casos. Este seguimiento se programó con base en
Sesión tras sesión, desde el momento de recepción del entrevistas que uno de los investigadores efectuaría
caso, se empleó un formato diseñado ex profeso para cada cuatro meses.

Tabla 2
Guía de Evaluación de Cambios (GEC)

Momento Procedimiento Tipo de cambio Código


terapéutico empleado observado

I. Definición del Disposiciones


problema
1. Propiedades de objetos y acontecimientos físicos
2. Desplazamiento de competencias
3. Inclinaciones
4. Tendencias
M 5. Conducta propia con efectos disposicionales sobre sí mismo
O 6. Estrategias de interacción
M
II. Análisis de Conducta de otros
E soluciones
N 7. Conducta de auspiciadores
T 8. Conducta de reguladores de propensiones e inclinaciones
O 9. Conducta de reguladores de tendencias
10. Conducta de mediadores
D
III. Procedimiento Alteración de conducta propia
E
de cambio
L 11. Efectos sobre sí mismo de la propia conducta
12. Conducta mediadora propia
C 13. Desarrollo de competencias
A 14. Establecimiento de conductas que alteran efectos de otras
M conductas propias
B
IV. Seguimiento Alteración de prácticas macro
I
O 15. Conducta propia que altera prácticas valorativas de otros
16. Conducta propia para ajustarse a prácticas valorativas de
otros
17. Conducta de otro que cambia prácticas valorativas propias
y/o de otros

Observaciones

18. Sin alteración o cambio


58 María de Lourdes Rodríguez Campuzano

Resultados después de concluida la intervención), los ingresos


económicos de Laura habían mejorado a pesar de
La intervención duró tres meses. Desde las primeras haber dejado un trabajo. Ahora, ella y su hijo podían
sesiones de la aplicación del programa se empezaron salir de vacaciones varias veces al año, invitaban
a generar cambios. Los procedimientos disposicionales amistades a su casa, invitaban a la familia extensa, y
tuvieron un efecto muy importante. Laura reportó sen- en general, tenían una vida social activa. El hijo estaba
tirse segura para abandonar a su marido y hacerlo sin por terminar la secundaria con un promedio de 9.
miedo. Al alterar disposiciones, el entrenamiento para Ambos reportaron que tenían una relación muy posi-
desplazar sus competencias tuvo resultados rápida- tiva. Luis había insistido unos meses y después dejó
mente, e igualmente los procedimientos para alterar de hacerlo, incluso, ya en esta etapa, vivía con otra mujer.
sus creencias con respecto a su propio comportamiento. Las hijastras se mantenían en contacto. Una de ellas
A los dos meses de la intervención, ella y su hijo aban- se casó y la otra seguía evitando a su padre.
donaron el hogar. Rentaron un departamento mucho
más cercano a los lugares donde ella trabajaba. Al
hijo lo cambió de escuela y el niño se sintió mucho más Conclusiones
seguro ahí. Sus calificaciones empezaron a mejorar,
además consiguió amigos y ahora los invitaba con En este trabajo se ilustra un estudio de caso relacio-
frecuencia a su casa. nado con la violencia intrafamiliar. El caso puede
Laura dejó uno de los trabajos para tener más tiem- considerarse exitoso. Los resultados obtenidos apo-
po para dedicarle al niño. También contrató a una per- yan no solamente las hipótesis planteadas, sino la
sona para que le ayudara con las tareas domésticas. pertinencia de la estrategia de intervención elegida.
Podía dormir más horas y ya no se sentía tan cansada. Ello lleva a concluir que el análisis contingencial es
El marido la buscó en el trabajo, reiteradamente, una metodología útil para este tipo de estudios. Su
desde la primer semana de la separación, en ningún metodología permite abordar, a través de criterios
momento la agredió. Todas estas ocasiones le suplicó funcionales, diferentes problemáticas en distintos con-
que volviera y le hizo promesas, sin embargo, ella se textos sociales. Ello lleva a una visión integral de cada
rehusó con firmeza a volver. Incluso, una de las oca- caso, que va desde el análisis de la conducta valorada
siones, Luis le dijo que le acababan de descubrir una como problema hasta la evaluación de resultados de
enfermedad cardiaca. Ella se mantuvo firme en su la intervención, permitiendo un análisis exhaustivo
decisión. que no se limita al estudio de un solo factor, o de
Con todo lo anterior, Laura reportó sentirse “ex- parámetros cuantitativos de una relación, sino que da
traordinariamente bien”. Empezó a hacer planes para cuenta de cambios cualitativos importantes. El siste-
estudiar un diplomado, cambiar de automóvil y man- ma facilita la evaluación de características cualitati-
dar de viaje a su hijo, entre otros. Dijo que se sentía vas que dan cuenta de la complejidad de cada caso,
valiosa y no descartó la oportunidad de enamorarse así como de su singularidad.
más adelante. El hecho de que cada relación entre grupos de per-
Con las hijastras tuvo una larga conversación antes sonas presente características únicas, no significa que
de irse y ellas la apoyaron en su decisión. Le comen- no puedan abordarse con categorías más generales
taron que en su lugar, ellas harían lo mismo. Acorda- que se pueden sintetizar en lo particular. Ello puede
ron mantener contacto, siempre y cuando Luis no se resultar una aportación en la medida en la que es posi-
involucrara ni enterara. ble sistematizar este tipo de estudios con una metodo-
La relación con la familia extensa se volvió más logía lo suficientemente genérica como para abordar
cercana. Madre y hermana la apoyaron en su deci- cualquier problemática psicológica y lo suficientemente
sión y la ayudaban eventualmente a atender al hijo. sintética como para dar cuenta de su singularidad. En
Una de las preocupaciones que Laura manifestaba el caso que se ilustra, se eligieron los procedimientos
era el cómo iban a sobrevivir Luis y sus hijas sin lo de cambio como resultado del análisis de la proble-
que ella aportaba; sin embargo, una de sus hijastras mática. Hay que considerar, por supuesto, que el he-
le comentó que su padre había entrado a trabajar a cho de que la señora fuera el sostén económico facilitó
una compañía. la consecución del objetivo general; sin embargo el
En el seguimiento se encontraron cambios cada vez sistema de análisis contingencial presenta una fase de
más favorables. En la última entrevista (tres años análisis de soluciones que permite considerar la o las
Violencia Intrafamiliar: Un Estudio de Caso Mediante Análisis Contingencial 59

soluciones más pertinentes para cada caso, dependien- cientemente complejas como para que una sola disci-
do de sus características. Como se señaló en un prin- plina dé cuenta de las distintas dimensiones que las
cipio, no parece posible hacer un perfil de víctimas y componen, por ello se plantea la necesidad de traba-
victimarios, incluso, si ello fuera posible, las capacida- jar a través de la interdisciplina y la multidisciplina.
des, recursos o preferencias de cada persona son di- En este caso, se contó con un equipo de consejeros
ferentes y pueden llevar a soluciones e intervenciones legales, así como de un especialista en problemas edu-
distintas. En este caso el disparador del cambio fue cativos. Ello facilitó abarcar las dimensiones perti-
eliminar el miedo, lo demás recayó fundamentalmen- nentes de la problemática y, curiosamente, tuvo un
te en desplazar habilidades con las que ya se contaba. efecto disposicional.
Otros casos podrían requerir soluciones y procedi- Por último, hay que enfatizar que este sistema
mientos de cambio distintos. puede funcionar como una alternativa que permite
Ahora bien, en este sistema se parte de que las sistematizar el análisis de casos y su evaluación des-
relaciones humanas en su contexto social son lo sufi- de su recepción hasta el seguimiento.

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Recibido: 15 de marzo de 2002


Aceptado: 28 de marzo de 2003
60 Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 11 No. 1, pp. 60-70

Consideraciones Sobre la Ética Profesional


para el Psicoterapeuta
Considerations About Professional Ethics
for the Psychotherapist

Jorge Francisco Aguirre Sala*

Resumen

Desde la definición general de ética se deducirán, a través de la definición de ética profesional, las consideraciones
éticas para el psicoterapeuta. Pero como el trabajo terapéutico no es ajeno a la diferencia entre una supuesta “neutrali-
dad moral del psicoterapeuta” y la ideología ética del paciente, se estudia la discrepancia de credo religioso y moral entre el
psicoanalista y el paciente católico. Dicha desigualdad se revisa en el contexto asimétrico de salud mental que guarda
la relación entre ellos, la transferencia, la contratransferencia y el involucramiento mutuo. Además, se discierne entre
culpa y sentimiento de culpa, para distinguir entre la moralidad del paciente y las razones de su neurosis.
Descriptores: ética profesional, neutralidad del terapeuta, credo del paciente, contratransferencia, culpa

Abstract

From the general definition of ethics, and through the definition of professional ethics, the ethical considerations for
the psychotherapist will be deduced. But the therapeutic work isn’t detached from the difference between an ostensible
“moral neutrality of the psychotherapist” and the ethical ideology of the patient; discrepancy of religious and moral
creed between the psychoanalyst and the catholic patient is studied. Such inequality reviews itself in the asymmetric
context of mental health that keeps a relationship between them, the transference, the counter-transference and the
mutual involvement. Besides, it is discerned between guilt and fault feeling, to distinguish between morality of the
patients and the reasons of theirs neurosis.
Descriptors: professional ethics, neutrality of psychotherapist, creed of patient, counter-transference, guilt

Introducción determinar cómo deberían de ser aquellos que toda-


vía no realizamos. Pero las tradiciones y costumbres
El título de nuestro trabajo nos obliga desde el inicio (realidades a las que hace referencia el término ética
a abordar tres referentes, y por lo demás, cada uno por su etimología) que se dan en una comunidad, en
puede estudiarse en sí mismo y con un sinnúmero de un pueblo, en una nación, en una cultura, etc., de
relaciones con otras instancias. Éstos son: ética, éti- hecho constituyen el mundo moral y, en contraste,
ca profesional y psicoterapia. Se presentan con un existe el mundo ético que es la parte de la filosofía
campo amplísimo de consideración que es necesario encargada de juzgar del bien o del mal, que califica y
acotar, acerquémonos de una en una. también que marca un deber ser. Es decir, existe una
1. Si iniciáramos sólo con ética nos vendría a la diferencia entre moralidad y ética. La moralidad es
mente el estudio de tradiciones y costumbres que pre- una cuestión de hecho, de lo que sucede en el ámbito
tenden señalar lo bueno y lo malo, tanto para juzgar humano, mientras la ética aborda las cuestiones de
con estas nociones los actos, como para orientar o derecho, de lo que debería suceder (pretendidamente

* Licenciado en Filosofía por la Universidad Iberoamericana y Especialización en Psicología Terapéutica de la Universidad Iberoamericana - Ciudad
de México. Maestro en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctor en Filosofía por la Universidad Iberoamericana - Ciudad de
México. Profesor Titular en la Universidad de Monterrey, México. Correo electrónico: joaguirre@udem.edu.mx
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 61

mejor) en vez de lo que sucede. Pero ¿quién dicta lo que se aplica particularmente a la psicología en todas
que debería suceder?, ¿con qué criterios se puede cali- sus ramas y especialidades.
ficar algo como bueno o malo?, ¿con qué criterios se De esta manera podríamos encontrarnos con prin-
podría establecer el deber de lo que habría de ser? La cipios y valores que puedan valer para la psicología
historia de la filosofía, y de la humanidad entera está en general pero no para alguna de sus ramas en espe-
llena de estas descripciones morales y de estas pro- cial. Como por ejemplo algunos de los cánones del
puestas éticas. código profesional que versa sobre la investigación y
Pero dentro de las muchas cosas que ocurren en experimentación en animales, probablemente poco
las sociedades y en las culturas está la realidad que tendrá que aplicarse al quehacer profesional del psi-
ahora denominaremos el ejercicio de las profesiones. coanalista.
Dicho ejercicio no está exento de juicio moral (que Podríamos establecer subespecies de la ética pro-
según la distinción arriba planteada mejor debería- fesional del psicólogo para las áreas que constituyen
mos decir juicio ético) para elucidar si una acción en los diferentes tipos de psicología: psicología educativa,
el ejercicio de la profesión puede calificarse de “bue- psicología industrial, psicología de la investigación y
na” o de “mala”. El ejercicio profesional tampoco está psicología clínica, por mencionar las principales.
exento de ser orientado, o mejor valdría decir, dirigido B) Para la segunda tarea, una vez cumplida la mi-
por el deber ser que le proponga la ética. sión de establecer códigos generales y específicos, se
Así, una definición general de ética podría rezar: podrán aplicar esos principios, valores y cánones a los
ciencia práctica y normativa que juzga de la bondad casos particulares según la rama o especialización.
y maldad de los actos humanos. En este contexto nuestro trabajo pretende abordar
2. Dicho lo anterior, un acercamiento para definir algunas consideraciones del caso particular del ejer-
la ética profesional podría ser: ciencia práctica y nor- cicio profesional del psicólogo como psicoterapeuta
mativa que juzga de la bondad o maldad de los actos de tratamiento individual. En este último campo tam-
cometidos en el ejercicio profesional. Decimos que bién se debe advertir que en la psicología psicoterapéu-
es ciencia porque implica un conocimiento que debe tica existen muchas cuestiones específicas que la ética
ser demostrado con cualquiera de los métodos espe- profesional no debe olvidar, entre otras, por ejemplo:
cíficos, argumentación o prueba que la epistemología
reconoce y promueve. Afirmamos que es práctica y — Las cuestiones relativas al inicio de un trata-
normativa porque orienta, sugiere, exhorta a ciertas ac- miento: tipo de contrato, costos, pagos direc-
ciones (tanto profesionales como no profesionales) tos o por terceros.
para que éstas resulten buenas. Y finalmente decimos — La evaluación psicodiagnóstica y su predicción,
que juzga de las acciones realizadas en razón de su bon- para efectos de cambio de contrato, uso de di-
dad o maldad, y todo ello implica lo que por bondad o ván, frecuencia de sesiones.
maldad se entienda, según tanto en los contextos ha- — El proceso y el trabajo de elaboración que se
bitualmente convenidos, como por las aportaciones da en él: cancelaciones, interrupciones, consen-
del sentido común y sus enriquecimientos con la es- timiento informado, contactos con familiares y
peculación de diversas doctrinas filosóficas. con instancias jurídicas, etcétera.
3. Así, la ética profesional de la psicología tendrá — Y sobre todo los problemas éticos que pueden
como tarea una función doble. Por un lado orientar, por darse a partir del manejo de la transferencia y
no decir normar (con coerción ética y moral, no con la contratransferencia.
coacción jurídica), el quehacer profesional del psicó-
logo y por otra parte podrá tener a su cargo la evalua- Sobre este último punto tratan nuestras considera-
ción de la acción profesional realizada por el psicólogo ciones, pues cabe destacar la posibilidad de problemas
en el despliegue de su labor. específicos tanto de índole teórica como de la práctica
A) Para la primera tarea la historia nos muestra la (profesional) como cuando se atiende a pacientes de
realización de múltiples estudios sobre los principios, distinto credo religioso, o con diferencias de credo
valores, cánones y códigos profesionales de los psicó- moral o institucional, como podría ser típicamente
logos. Algunas de estas ideas se encuentran consigna- un caso mexicano en que el psicoterapeuta pretenda
das en las reflexiones de los códigos, pues en ellas existe ubicarse en la zona de “la neutralidad” ortodoxa de
claramente un campo de nociones generales que se la ciencia de la psicología y el paciente declare ser
aplican para todas las profesiones, así como un campo cristiano o resulte católico, aunque no sea practicante.
62 Jorge Francisco Aguirre Sala

Este último problema, la intervención del psicoterapeuta La teoría de Freud, que por razones de espacio no
con orientación psicoanalítica —dado el contexto de la reproduciremos aquí, aporta los matices del origen y
transferencia y la contratransferencia—, en referencia desarrollo de la conciencia, de la culpabilidad, de los
a la ideología ética del paciente, a su nivel moral de criterios personales para considerar lo correcto y lo
vida y a la neurosis que padece y su pretendida cura, incorrecto, la génesis y establecimiento de principios
será el asunto que nos ocupe. ético-operativos en el sujeto como la justicia, el amor,
los ideales, los propósitos de vida, etcétera.
Rosenbaum (1985, p. 26) nos dice que
Método
Freud, interesado en que sus teorías fueran considera-
Tal y como corresponde a una temática límite del cam- das como una parte de la ciencia y del positivismo lógi-
co, evitó el campo de la ética. Sentía curiosidad y al
po de la filosofía como lo es la ética profesional, y en
mismo tiempo escepticismo por la obra de James Jackson
este caso con la profesión de la psicología y particu- Putnam, un neurólogo que trabajaba en Boston y que
larmente con el quehacer del psicoterapeuta, se ha fue uno de los primeros en practicar el psicoanálisis en
seguido el método cualitativo de revisión e interpre- Estados Unidos. Le preocupaba que la psicoterapia lle-
tación filosófica de ideas en una bibliografía y hemero- gara a verse mezclada con la teología. Sin embargo,
grafía amplia y variada. Putnam creía que era imposible realizar una psicotera-
La revisión e interpretación filosófica se ha reali- pia intensa a menos que se explorara la moralidad del
zado en estricto apego al método de argumentación paciente. La ética de Freud era simple: perseguir la ver-
filosófico, sin que por ello exista un abuso en el uso dad a expensas de la ilusión, sin importar cuán confor-
de la lógica y las expresiones de formalización que en tante fuera esta última.
la misma abundan. El criterio lógico de consistencia
Sin duda alguna Rosenbaum no profundiza cuando
y validez ha sido aplicado y se considera que es sufi-
escribe este comentario, pues la metapsicología, la
ciente para el propósito fenomenológico-descriptivo
reflexiones de Freud sobre la religión y la moralidad
y propositivo de este trabajo.
juegan un papel esencial en su explicación de la gé-
nesis y constitución de las psicopatologías.
Sin embargo es cierto lo que Rosenbaum (1985) a su
Planteamientos
vez toma de Polanyi (1974), pues éste observó en los
científicos el deseo moderno de proteger el conoci-
La intervención del psicoterapeuta (de orientación
miento del dogmatismo religioso y de sus excesos. De
psicoanalítica) en referencia a la ideología ética del
este modo, nos relata, las afirmaciones científicas llega-
paciente, a su nivel moral de vida y a la neurosis
ron a ser aceptadas porque satisfacían las pasiones mo-
que padece y su pretendida cura
rales (refiriéndose, claro está, al caso del psicoanálisis
y a su descubrimiento de las pulsiones inconscientes).
La teoría psicoanalítica subraya que la moralidad se basa Una vez que se excitaban las pasiones, le daban aún más
en la identificación con los padres. Considera que la poder de convencimiento a las afirmaciones científicas.
conciencia (entendida como conciencia moral) es lo Así, el sistema estaba estructurado de manera invulne-
mismo que el súper-yo y, por lo tanto, los criterios del rable: cuando se criticaba una verdad científica, la pa-
bien y el mal son las reglas paternas que absorbe el niño, sión “moral” salía al paso para rebatir la crítica, y si había
y su respuesta a estas reglas arbitrarias constituyen la objeciones basadas en la moralidad, entonces los descu-
fuente de los actos que determinarán su moralidad. Del brimientos científicos se alegaban en defensa de la nue-
choque entre las pulsiones y el súper-yo, es decir, de va ciencia.
entre los deseos y la ética, de entre sus apetitos y la Por esto podemos comprender la pretensión de al-
identificación paterna, proviene la neurosis que even- gunos seguidores de Freud: el psicoanálisis separa la
tualmente atenderá el psicoterapeuta. Este choque tiene moralidad (y en especial la moralidad sexual) de la ética
entonces un elemento de moralidad que provoca “la de las relaciones humanas, de manera que la vida psí-
disfunciona-lidad” y que el terapeuta deberá a su vez quica (y en especial la que corresponde a la sexualidad)
tratar con ética profesional. Y por si esto fuera poco, el no tiene nada que ver con el bien y el mal. Pero... ¿será
terapeuta deberá realizar su trabajo en una posición pro- esto cierto?
fesional que se ubica más allá de su propia convicción Drane (1985) considera que los psicoterapeutas,
ética y de la personalidad moral que tiene en su vida. como los filósofos y los sacerdotes, trabajan con un
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 63

modelo de lo que es deseable y bueno para los seres sidera malo, llega a ser conocido para el paciente, e
humanos, de cómo deben comportarse consigo mis- influyen enormemente en él, no como sugestión sino
mos, con los demás y con la sociedad. Y cualquier como inspiración.
persona con un poco de sentido común se sumará con
nosotros a suscribir tal afirmación. El altruismo, por No es posible entonces considerar el trabajo psico-
ejemplo, se considera más sano que el narcisismo, y terapéutico moderno en la neutralidad y al margen de
el pacifismo mejor que la agresión y la hostilidad. los valores. Sin embargo hay quienes no piensan así
Entonces, el psicoterapeuta es un filósofo en el senti- y pretenden que al realizar el tratamiento, los psicote-
do ético. Cuando más porque su intervención sobre la rapeutas mantengan sus valores en reserva: “(refiriéndo-
cura, o la salud mental del paciente no puede estar des- se a los psicoterapeutas) se concentrarán únicamente
ligada de la calidad de vida y ésta incluye la calidad en la realización de una categoría de valores: los va-
de vida moral. lores de la salud” (Hartmann, 1960, p. 55). Fromm-
Pero por si esto fuera poco, el psicoterapeuta ade- Reichmann (1950, p. 17) considera que el terapeuta
más está involucrado en creencias ontológicas y éticas “debe estar libre de cualquier meta evaluativa mien-
existenciales referentes a su cultura, lugar geográfico e tras trata con los pacientes”. Muchos otros autores
histórico y formación profesional. Y en este tenor, mu- consideran que los terapeutas no deben dar consejos
chos atributos éticos son reconocidos y también exigi- a sus pacientes, ni compadecerlos, ni siquiera simpa-
dos como esenciales para funcionar como psicoterapeuta. tizar con ellos o tomar decisiones por ellos o con ellos,
Así, los problemas ético-profesionales que enfrenta no se debe intentar hacerles felices ni incluir ninguna
el psicoterapeuta tienen dos dimensiones; por una actitud moral que pueda obstruir el tratamiento. En
parte la calidad moral y la condición ético-profesio- una palabra: la psicoterapia que proponen es tan anár-
nal del psicoterapeuta en relación a la objetividad y quica como nihilista y con ello tratan de quedar fuera
positividad de la ciencia que sustenta su quehacer. Y de cualquier ideología, sin darse cuenta de que esta
en segundo lugar, el trabajo con los problemas éticos misma posición es ya tomar una ideología. Sin duda
que son parte de la etiología de sus pacientes sobre los alguna lo extremos no son deseables.
cuales no sólo hace juicios clínicos, sino también, ine- Pero también, sin mayor dubitación, los valores
vitablemente, juicios éticos (aunque no los manifieste de salud en el orden de la psique incluyen las tenden-
al paciente, claro está) más allá de su perspectiva clí- cias al crecimiento y la maduración, el desarrollo y la
nica, pues necesariamente está involucrado en su per- realización personal, y en ello no pueden quedar indi-
sonal “metapsicología”. ferentes los valores personales, como los de la ética y
Para el primer asunto existen los códigos y las de la religión, la filosofía y la política, por mencionar
normatividades que sobre el derecho de los pacientes sólo algunos. Spotnitz (1985, p. 131) considera que
se cuestionan los alcances y límites del comportamien- “la opinión de que el psicoterapeuta puede y debe
to del psicoterapeuta. Aquí hacen presencia los tópi- mantener una actitud de verdadera neutralidad encuen-
cos sobre confidencialidad, consentimiento informado, tra pocos partidarios en la actualidad”, pues si bien los
valoración diagnóstica capaz, etcétera. psicoterapeutas no adoctrinan en ética, sí dotan de
Pero en la segunda dimensión, debemos considerar a una cosmovisión filosófica y moral a sus pacientes
la conciencia moral del paciente como raíz probable cuando les ayudan a adoptar nuevas actitudes hacia
de su conflicto, que puede poner al psicoterapeuta en sí mismos y hacia los demás, y muchísimo más cuando
la necesidad del juicio ético y lo fuerza a la orientación les auxilian a ensayar y evaluar diversas estrategias
ética de la vida del paciente, pues la salud mental no para este propósito.
es ajena al estado de moralidad, como en tantas ocasio- Se adiestra en las instituciones a los psicoterapeutas
nes insistió Fromm (1985) en su Ética y psicoanálisis. como si su ejercicio profesional, por definición, no tu-
Puestas así las cosas, en el trabajo psicoterapéutico viera nada que considerar respecto a la ética y el nivel
existen valores que el terapeuta trata de fomentar en de calidad moral de sus pacientes. Se aconseja, cuando
algunos pacientes y muchos de estos valores están no se exige, a quien se está formando en los programas
estrechamente arraigados en la cosmovisión ética del para psicoterapeuta, que no intervenga en las creen-
terapeuta. Menninger (1958, p. 94) lo explicita: cias éticas, políticas, filosóficas o religiosas del pacien-
te, que sólo se le ubique en algunas de estas categorías
[...] lo que cree el psicoanalista, aquello por lo que para completar la historia clínica, que se le tenga en
vive, lo que ama, lo que considera bueno y lo que con- cuenta para no marginarle y que toda intervención se
64 Jorge Francisco Aguirre Sala

reduzca a curar el sufrimiento. No aparece más la ética se elige entre ellos y en el sentido de que el propio
en la psicoterapia que como un elemento de certifica- modelo de diagnóstico lleva en sí mismo un sistema
ción social que garantiza la psicoterapia competente de evaluación. Un modelo valora la adaptación, otro
y eventualmente exitosa. la productividad, un tercero el máximo incremento
Existen en esta postura de pretendida “neutralidad de la satisfacción personal.
científica” de parte de los psicoterapeutas psicoanalí-
ticamente orientados, dos actos de reduccionismo: el Aunque en esto Drane sigue a Macklin (1973),
primero consiste en reducir la ética y la vida moral del nosotros notamos que esta intervención evalúa a la
paciente a una de las instancias etiológicas del con- psicoterapia, y en general a la psicología, como una
flicto psíquico, sin dar oportunidad a que las orienta- ideología. Braunstein (1970), en un texto que se con-
ciones de credo religioso, ético, político, etc., puedan virtió en clásico dentro de algunos círculos latinoa-
ser un elemento de estrategia y plenitud para la salud mericanos, denunció, con todo rigor y acierto, que la
mental. Y la otra reducción consiste en considerar a psicología ha sido manejada como una ideología y que
la psicoterapia como una mera instrumentalización en ello y por ello, agregamos nosotros, es imprescin-
para alcanzar la cura psíquica sin mayor asociación dible su vinculación con la ética más allá de su operati-
a las dimensiones morales de la psique que pueden con- vidad de eficiencia. Pero también añadiremos que la
formar tanto su salud como su patología, pues como ética obedece a principios de índole filosófica, en los
lo dice Rilke en uno de sus versos: ahí dónde está lo que cuales se dirimen y se soslayan todas las diferencias
mata, también se encuentra lo que cura. ideológicas.
Si salvamos ambas reducciones comprenderemos Kohlber (1971) y Piaget (1966) nos enseñan que
que no hay forma de evadirse de la responsabilidad la distinción entre las deficiencias psicológicas y las
ética en el ejercicio profesional de la psicoterapia. El deficiencias éticas referidas al diagnóstico de la pa-
ejercicio profesional, entonces, exige un ejercicio ético: tología y su respectiva asignación de etiología, es sutil.
el juzgar en forma racional, lógica y rigurosa, a los Y ¿no es acaso una deficiencia ética, en la formación,
valores y hechos de moralidad que presenta la vida en la asimilación de principios morales, lo que da
clínica del paciente; el intervenir en ellos y también pauta para detonar las psicopatologías?
con ellos para buscar la cura, y el reconocer que dada Frente a esta situación creemos que lo mejor que
la complejidad asimétrica entre psicoterapeuta y pa- puede hacer el psicoterapeuta es abandonar su pre-
ciente —no sólo en el orden profesional, de salud men- tendida posición cientificista de “neutralidad” y re-
tal y de posición moral y cosmovisión ética—, se trata conocer que posee una cosmovisión ética, que es un
de ir más allá de la aplicación de los cánones y nor- sujeto con ideas e ideales éticos y con el deseo de pro-
mas de cualquier código. Todo exige que los problemas pagar sus valores. Quien se niegue esta autoconciencia,
sean tratados con una reflexión filosófica de alto nivel se halla más expuesto a convertirse en un tirano que
que no sólo cuestionan la moralidad y la patología del busca imponer sus creencias, aun a expensas de auto-
paciente, sino la tradición y los principios sobre los cua- ignorarlas.
les operó en el último siglo la psicoterapia. El psicotera- Otra razón para aceptar la necesidad de la inter-
peuta requiere una sólida formación filosófica para vención ética en la intervención psicoterapéutica de
ejercer con irreprochable eticidad su profesión. las neurosis, estriba en el hecho comprobado por la
Drane (1985) propone varios niveles para analizar práctica profesional común de que cualquier modali-
y aprovechar la necesidad de la incursión de la ética dad terapéutica tiene éxito por el aumento de la capa-
en la psicoterapia. En un nivel básico, el existencial, cidad del paciente al desarrollar su sistema personal
donde se dan los valores contextualizados, se reconoce de valores y actuar de acuerdo a dicha axiología. El
que la ética está implicada en el diagnóstico, la pato- psicoterapeuta tiene entonces la tarea de conocer,
logía, pero sobre todo en la transferencia y en las metas reconocer y distinguir las razones éticas de los con-
del tratamiento. Nosotros debemos añadir que tam- flictos neuróticos y la forma ética de alcanzar la au-
bién en la contratransferencia. Drane (1985, p. 40) lo tonomía y la mejor calidad de vida, con calidad moral
reconoce implícitamente cuando afirma: y soporte ético en la vida del paciente.
No desconocemos la probable objeción sobre la
Los conceptos y las categorías mismos por los cuales relatividad de los valores, de los principios éticos y por
se distingue la salud de la enfermedad y la normali- tanto la apelación a la inutilidad de la ética. Pero consi-
dad de la anormalidad son éticos en el sentido de que deramos que todos estos alegatos, que bien sabemos
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 65

provienen de los relativistas culturales diseminados y nos decía: adopte el mal menor, y si no sabe cuál es
entre los situacionistas (ética de situación), emotivistas éste, se debe obrar en cualquier sentido... pues ni si-
y sentimentalistas, no hacen blanco alguno en nues- quiera los psicoterapeutas están obligados a acertar
tra consideración, porque sólo postulamos la genera- siempre después de haberlo intentado con su mejor
ción autónoma de una axiología y el cumplimiento esfuerzo.
congruente y consistente de dicha axiología en la vida Pero lo importante de los principios es su capaci-
psíquica, para salvar cualquier escollo moral que le dad formativa. Más que acentuar su extraordinaria
impidiera al paciente ser psíquicamente saludable. cualidad de universalidad, lo que interesa es encarnarlos
Para evitar el relativismo ético (tanto en la forma- en la existencia concreta y particular. Esta circuns-
ción de los psicoterapeutas como en la expresión de tancia, su capacidad formativa, sobre todo vía intro-
sus códigos), debemos prever que cualquier canon (que yección, es uno de los fenómenos mejor conocidos por
norme una conducta profesional ética, un juicio ético los psicoterapeutas. Pero éste no es el lugar donde he
o moral, o un código ético), puede ser cuestionado, querido tratar lo que llamo la mediación simbólica en
ser contradicho por otra regla o instrucción, puede la (se)elección de valores (Aguirre 1999). Baste por
entrar en conflicto con tradiciones o posibilidades (por ahora tomar en cuenta que nos aparece, en el fondo
ejemplo, del avance científico-tecnológico) hasta hoy de las cosas, una mayor verdad la sabiduría de la psi-
desconocidas. ¿Qué prever para estos casos? cología que la de la filosofía, cuando aquélla nos mues-
La única salida que ha aportado la filosofía y la tra las relaciones entre cosmovisión axiológica y
ética de todos los tiempos es resolver dichas cuestio- conducta explicadas por las instancias psíquicas (so-
nes en y por principios. Cuando una regla contradice bre todo las pasionales) que por las reglas, principios
a otra, cuando una realidad enfrenta a un canon esta- y teorías de la razón, muchísimo peor si se trata de
blecido, cuando una duda aparece respecto a cierta “la razón pura”.
norma, hay que elucidar qué regla se encuentra más Por lo anterior, Grayson (1985) considera impor-
cercana a los principios. La norma más cercana a la tante que los terapeutas aprendan las contradicciones
evidencia, necesidad, obviedad y universalidad de los de las diversas terapias, particularmente las de su pro-
principios adquiere, por esta misma cercanía, prima- pia especialidad. Pues ningún psicoterapeuta está al
cía frente a la contraparte en conflicto. Esto supone, margen de las influencias científicas, sociales, cultura-
claro está, que los principios proporcionan una base les, filosóficas y religiosas de diversos géneros ideoló-
para juzgar reglas y situaciones existenciales. gicos. Y en particular, no está al margen de esas mismas
Sin embargo no deseamos caer en la clasificación influencias en la vida que tienen sus pacientes.
ideológica de “principalistas”, puesto que la ética es Pero si volvemos a la discusión sobre la psicoterapia
algo mucho más sofisticado que la mera aplicación psicoanalíticamente orientada y nos situamos en la
de principios a las conductas. La función de los prin- ética profesional del psicoterapeuta, descubriremos
cipios estriba en su auxilio para determinar lo inacep- que el punto más álgido en la práctica clínica estriba en
table en lugar de indicar una receta técnico-operativa. vigilar los sentimientos de contratransferencia que su
Es decir, los principios nos ayudan a juzgar más y a labor le provoca. Y dicha contratransferencia no es
orientar o normar menos. Por ello los solos principios ajena a la introyección de los principios morales que
no bastan, y el principalismo, tan en boga hoy en día deambulan por el sistema psíquico del psicoterapeuta.
en bioética, olvida que se requiere gran sensibilidad y Freud consideraba que la religión (en términos
prudencia, mucha creatividad y astucia para obtener amplios, toda la moralidad social) era una neurosis
una correcta conclusión y una sana aplicación cuando universal. La religión y la moral se basan en el hecho
se trata de los casos particulares. (interpreta el psicoanálisis) de tener protección de un
La formación ético-profesional del psicoterapeuta padre. Así, la religiosidad y la moralidad no son sino
parece ser más efectiva cuando se aprenden e interio- un sustituto de la racionalidad y la cientificidad. Y
rizan principios, que cuando se aplican y memorizan muchos de los seguidores de Freud han tomado tal
cánones de los códigos. Los estudios de Piaget y Kohl- posición como una declaración ideológica y creen que
berg ya referidos dan prueba de ello. Pero de igual entre más agnósticos, ateos y reaccionarios se mues-
modo la moral tradicional exige del profesional un tren, más profesionales son. Y, evidentemente, no es así.
dictamen de conciencia cierto para tomar decisiones. Debemos recordar que en la correspondencia de
¿Qué hacer cuando no hay certeza para ejecutar una Freud hacia Oskar Pfister, un amigo suyo que era
decisión? La moral tradicional ya preveía estos casos ministro protestante, Freud le dice: “el psicoanálisis no
66 Jorge Francisco Aguirre Sala

es religioso ni no religioso, sino una herramienta impar- atenta en nada contra los principios de la moral cató-
cial” (citado en Meng & Freud, E. L., 1964, p. 17). Del lica, pues admite que el hombre no posee ningún prin-
mismo tenor es la distinción freudiana que encontra- cipio innato que le oriente hacia lo bueno. Ahora bien,
mos en una carta que le envía en 1927: “Dejemos claro no es posible, considera, que los elementos constitu-
—le dice Freud a Oskar Pfister— que las opiniones tivos del ser ético de las personas estén puestos en su
expresadas en mi libro (se refiere a El porvenir de historia al azar, sino que deben hallarse integrados en
una ilusión) no forman parte de la teoría analítica”. un marco significativo; ahí se podría defender la exis-
Con todo lo dicho anteriormente podemos sospechar tencia de un foco de aparición de las leyes éticas de-
de la verdad de la primera afirmación freudiana, mien- nominado la orientación trascendental hacia el bien.
tras que la última la damos por suscrita. Así, coincide con la teoría psicoanalítica, pues el niño
Braun (1985) ha estudiado las respuestas protestan- en principio es un ser amoral, pero se halla en un pro-
tes, católicas, judías ante este problema y las respuestas ceso de constitución de su personalidad por el cual
de la comunidad de psicoterapeutas y psicoanalistas ante devendrá con conciencia moral.
dichas comunidades, con singular objetividad. Por En este sentido, el complejo de Edipo representa un
nuestra parte, dado que la mayoría de la población en conflicto de estructuración de las relaciones afectivas
México se declara católica (o por lo menos dice serlo del niño. Las relaciones entre niño-padre-madre po-
con el adjetivo de “no practicante”), sólo diremos al- sibilitan los aspectos fundamentales de la maduración
gunas palabras con referencia al catolicismo. psíquica y, en consecuencia, de la constitución y ma-
López Castellón (1972) se vio en la intención de duración moral. De este modo, el conflicto freudiano
señalar algunas obligaciones a los psicólogos y psico- entre pulsiones y represión externa debe ser desecha-
terapeutas que él mismo adjetivó de “cristianos”. Sin do, pues el auténtico conflicto es el que se produce en
explicar, claro está, si se refería a cristianos que ejer- el seno mismo de la libido, por lo que es anterior a la
cen tales profesiones o si se refería a una teoría de la violencia de la prohibición social. (No está demás
psicología cristiana. Les exigía que deberían consi- recordar que antes del conflicto edípico y de la prohi-
derar al hombre como unidad y conjunto psíquicos, bición del padre, existe entre el niño y el padre una
unidad cerrada en sí misma, unidad social y unidad relación de ternura, la cual facilitará la identificación
trascendente, es decir, tendente a Dios. necesaria para salir del conflicto y transitar por la
El universo de los autores católicos que abordaron etapa de latencia.)
este problema es inmenso y, evidentemente, no es ho- El conflicto entonces es primordial, anterior en
mogéneo. Destacan en el mundo europeo de la prime- tiempo y natura, al conflicto edípico, pues se da entre
ra parte del siglo XX las consideraciones de Dalbiez, el placer y la conservación, entre la pulsión y sus
de Liertz, de Maritain y, sobre todo, de A. Vergote de la movimientos y la estabilidad. El conflicto, por tanto,
Universidad Católica de Lovaina. Este último autor, en exige la síntesis entre el renunciar a una moral de la
un libro intitulado El conocimiento del hombre por honradez y las realidades del principio del placer. El
el psicoanálisis, del que tenemos noticia por López yo debe enriquecerse con las estructuras del incons-
Castellón (1972), critica a Freud el hecho de haber ciente (pues esto es justo lo que constituye la cura;
aplicado una interpretación ética y de la religión en ahí donde es lo inconsciente que devenga consciente),
los historiales de sus casos clínicos. Considera que con lo cual pasa de una ética de la represión a una
ética de la felicidad y del amor.
[...] la cultura precede al individuo y le anima por su Los psicoterapeutas saben que la vocación del hom-
poder de simbolización; en la óptica freudiana no es el bre consiste en conquistar el dominio del inconsciente
individuo el que explica la cultura, sino por el contra- y sustituir los motivos inconscientes por normas cons-
rio, la cultura es la que forja al individuo. Al tratar del
cientes y libremente admitidas. El psicoterapeuta busca
malestar de la civilización, dice Freud que las personas
en qué momento y de qué modo apareció en la vida psí-
quedan prendidas en amplios movimientos que las re-
basan, que se desarrollan por encima de ellas y que de- quica del sujeto la ley moral y busca ponerla en el plano
terminan sus destinos. La ética, el arte, la política y la de la positividad, la autonomía y el carácter racional de
religión forman parte de esos movimientos envolventes la conciencia.
(Vergote, según López Castellón, 1972, p. 603). López Castellón (1972, p. 606), siguiendo a Vergote,
nos muestra la paradoja de que se considere al psicoa-
Vergote ofrece entonces las bases de una ética que, nálisis como una ética de la liberación de las pulsiones,
teniendo en cuenta el punto de partida freudiano, no impregnada de hedonismo utilitarista y libertino. “Nada
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 67

más lejos de la verdad, nos dice, la aceptación del tiempo distingue que ser pecador no es lo mismo que
principio de realidad supone la aceptación de nuestra estar neurótico o enfermo.
propia limitación”. En ese tenor entendemos que la Lo propio del concepto de la culpa, o del mal mo-
psicoterapia nos ayuda a reconocer la imposibilidad ral, para ponerlo en términos estrictamente éticos y
de alcanzar la perfección y el paraíso perdido en donde racionales, es que se cometa u omita un acto sabiendo
se sacia todo deseo. Nos invita a abandonar el ideal que se atenta contra el dictamen libre y cierto de la
perfeccionista del puritanismo, escondido tras el nar- propia conciencia. No hay culpa inconsciente e invo-
cisismo, y nos exhorta al dominio racional de noso- luntaria en el sentido religioso o ético, ni puede haberla,
tros mismos en tanto es posible adecuar las pulsiones porque las condiciones de culpabilidad son la liber-
al principio de realidad sin quedar presos del ideal tad y la conciencia. Si el psicoterapeuta trabaja con
utópico e inaccesible. el sentimiento de culpa o la culpa inconsciente e invo-
Si la psicoterapia tiene como propósito suprimir luntaria, entonces se ocupa de un fenómeno distinto
la angustia, la culpabilidad y obviamente, la neurosis al que ocupa al moralista y al teólogo. Toda culpa mo-
que ambas provocan, no por ello tiene como finalidad ral, ética, teológica, ha de ser una culpa en el saber y
suprimir la religión. en el querer. El psicoterapeuta trabaja con una repre-
En 1953, el Papa Pío XII, al dirigir su mensaje ante sentación de la culpabilidad, representación incons-
el Congreso Internacional sobre Psicoterapia y Psi- ciente a nivel noesis. El moralista trabaja sobre la cul-
cología Clínica expresó: “Ciertamente no debemos pabilidad que da origen a la representación en el or-
criticar a la psicología profunda si trata el aspecto psí- den del noema, para decirlo en los términos de la más
quico de los fenómenos religiosos, y se esfuerza por ana- estricta fenomenología.
lizarlos y reducirlos a un sistema científico, incluso si La culpa tal como la entiende el moralista y el teó-
esta investigación es nueva” (1953, pp. 10-11). logo no es un estado de psiquismo. Son acción y suceso,
Debemos advertir que cuando existe —más allá no estado ni representación. La acción moralmente
del sentimiento— una culpa verdadera, dicha culpa culpable es la acción libre, no la inconsciente.
persiste aunque el sentimiento de angustia y culpabi- De manera tal que los campos de la dimensión
lidad desaparezcan, sea por motivos del tratamiento, teológica y ética no coinciden con los de las dimen-
por sugestión o por cualquier otra variable indepen- siones psicopatológicas del sentimiento de culpabili-
diente. La psicoterapia es muy útil para quitarse de dad. Por tanto, no hay razón para repugnar los aportes
encima sentimientos de culpas ficticias, pero las cul- de la psicoterapia cuando ésta se encuentra en el cam-
pas reales se solucionan por otras vías. po que le corresponde. No podemos dejar de enume-
El catolicismo, entonces, no tiene como intención rar los casos en que un sujeto ha recibido la absolución
curar los “sentimientos” de culpa, sino abolir la culpa sacramental y ésta no ha llevado automáticamente a
verdadera, cause o no ésta los sentimientos corres- la desaparición del sentimiento de culpabilidad. De
pondientes. Salvarse de la culpa es una cosa que tiene igual manera la desaparición del sentimiento de cul-
que ver con Cristo, el arrepentimiento y la absolu- pabilidad no exonera a nadie de sus responsabilida-
ción sacerdotal como sacramento. Y muchos son los des religiosas, morales y legales.
sacerdotes que relatan casos confesionales entre sus El moralista y el teólogo, o más precisamente el
feligreses que se arrepienten de cosas que no son, ni sacerdote, no deben incurrir en la tentación de auxiliar
en latus sensu, pecado. Así que tenemos, por un lado, a desaparecer la angustia neurótica. Son cosas distintas
sacerdotes a los que se les solicita perdonar y salvar de la salud y el estado de gracia, como lo son diferentes la
pecados que no lo son, y por otro a psicoterapeutas enfermedad y el pecado. Más de un neurótico se ha
que a veces se empeñan en exentar de sentimientos de salvado y también a más de dos los han canonizado.
culpa a sujetos que los padecen por causas ajenas a su El lado recalcitrante de la psicoterapia dirá que la
responsabilidad. Por supuesto que no son estos todos culpa real, el pecado real que provoca culturalmente
los casos, pero sí una buena parte de lo que sucede en muchas neurosis, es una mera invención de la religión
ambas prácticas. y de la moralidad, que se dan sentimientos de culpa
Además, es ilustrativa la distinción que adopta falsos que es necesario atender, porque éstos surgen de
López Castellón (1972) cuando —sin dar la referencia culpas falsas imputadas por la Iglesia y la moralidad.
bibliográfica precisa del artículo de Rahner intitulado La respuesta de la ética más ortodoxa sigue siendo la
Culpa y Perdón— define el pecado y la culpa como un misma: en religión y en moral no hay culpas falsas, o
fenómeno teológico por excelencia. Pero al mismo son culpas verdaderas porque fueron conscientes y
68 Jorge Francisco Aguirre Sala

libres o simplemente no son culpas, aunque pueda manifestó que sus creencias religiosas eran una parte
persistir dicho sentimiento. Si un moralista o un sa- importante de su filosofía de la vida y que en general
cerdote, en la orientación o en la confesión trata con eran mucho menos religiosos que la población de su
un neurótico que se arrepiente de lo que no debe, debe comunidad y que las personas formadas en otras
canalizarlo al psicoterapeuta. La confesión es tera- profesiones. También es de hacer notar que entre las
péutica pero sólo en sentido indirecto, es decir, bien diversas orientaciones y escuelas, excepto el grupo
pobre, pues su función no es la de resolver la etiología de conductistas, no hubo diferencias significativas.
de las neurosis, aunque puede descubrirla. De igual Los conductistas manifestaron menos religiosidad y
modo la psicoterapia, de manera indirecta, podría alla- una actitud más negativa hacia la religión.
nar el camino para la conversión. En todo caso, de todas las corrientes y escuelas
Ahora bien, no todo en el sentimiento de culpabili- psicológicas, seguramente la última que elegiría nues-
dad es negativo o falso. Cuando este sentimiento pro- tro lector para recibir tratamiento sería conductista.
viene de una culpabilidad real, entonces provoca el Pero es de justicia señalar que en esta técnica sería
arrepentimiento, y con él la posibilidad de adoptar difícil detectar una problemática ética de contratrans-
nuevas actitudes más positivas que ayuden al trabajo ferencia. De todos modos los problemas éticos del
de reparación. psicoterapeuta respecto a la contratransferencia es-
Pero desde estas consideraciones de Pío XII y triban en que éste puede utilizar a sus pacientes para
Rahner a la fecha mucho ha llovido y, como en todo y satisfacer necesidades personales en lugar de utilizar
siempre, el grupo universal de católicos no acaba de sus sentimientos en beneficio de la alianza terapéutica.
guardar cierta unidad de opinión respecto al psicoa- Los psicoterapeutas pueden caer en una contratransfe-
nálisis o la psicoterapia psicoanalíticamente orien- rencia individual que los atrape en su necesidad de
tada. Debemos entonces también mencionar, por el omnipotencia, en su narcisismo y su mercantilismo.
propósito de hacer justicia, que uno de los pensado- La omnipotencia, como actitud éticamente defec-
res católicos más versados en el asunto y cuya auto- tuosa en el psicoterapeuta, se concretiza cuando se hace
ridad intelectual y moral es destacable, ha considerado del sistema de terapia una especie de religión o culto
la psicoterapia y el psicoanálisis como uno de los sig- en lugar de un simple método. El narcisismo lleva,
nos científicos y teológicos positivos de la evolución por su parte, a que el psicoterapeuta tenga la sensa-
del hombre. Sin duda nos referimos al controvertido ción —poco realista— de superioridad y se alimente
Pierre Teilhard de Chardin, de quien, como Michael de con el ejercicio constante de la autoridad que ejerce
Certau (y no es casualidad que ambos fueran miem- sobre la vida de los pacientes y manipule a éstos, en
bros de la Compañía de Jesús, el primero sui generis, su transferencia, a que le tengan admiración, servi-
el segundo lacaniano), nos lamentamos no nos hayan lismo y un culto ritualístico y neurótico hacia su per-
ilustrado más sobre las implicaciones éticas de la con- sona. La parte del mercantilismo puede generar tensión
tratransferencia en la práctica terapéutica. hacia el paciente por lo que se refiere a las diferen-
Antes de abordar la práctica terapéutica en el con- cias de dinero entre los estatus sociales de ambos, las
texto de los valores que están puestos en la transfe- ganancias y acumulación de bienes que obtiene el
rencia y la contratransferencia, aportemos algunas de psicoterapeuta mercantilista a costa de los honora-
las cifras que Nix (1978) nos proporcionó al estudiar rios que el paciente paga y que, muchas veces siente,
los valores religiosos en los psicoterapeutas norteame- nunca terminará de cubrir.
ricanos, pues el caso de México, según tenemos noti- De los tres aspectos anteriores quizá el más difícil
cias, apenas va planteándose en los estudios que poco de controlar sea el narcisismo, pues en él está involu-
a poco se hacen por Lafarga et al. (1998), pues en la crada toda la persona del psicoterapeuta. Éste se sa-
variable “respeto cultural” no se diferencia el plura- tisface emocionalmente cuando ayuda a sus pacientes,
lismo moral, ético o religioso, y dentro de la variable se siente fuerte, rico, poderoso, pues se ve a sí mismo
general, sólo 20.1% de sus encuestados consideró men- como capaz de satisfacer a los demás en todo lo que
cionarlo. Los datos de Nix son más amplios, pues necesitan profunda y realmente. Ello conlleva, ade-
descubrió que 17.7% de los terapeutas de su muestra más del narcisismo, el deseo del psicoterapeuta de no
manifestaron ser ateos, 9.7% agnósticos y 60% poseer concluir pronto, quizá nunca, el tratamiento. Pues si
algún grado de religiosidad. De éstos, 10.5% se consi- bien es agradable el poder de ayudar, no lo es el darse
deraba muy religioso, mientras que 32.3% sólo de ma- cuenta de que la propia ayuda ya no es necesaria. Los
nera moderada. El dato interesante es que 16.8% psicoterapeutas no están exentos de calcular que su
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 69

trabajo profesional es más útil de lo que en verdad cación, a diferenciar entre la moralidad del paciente
resulta. Pero debemos recordar que la finalidad pro- y las razones de sus neurosis. El psicoterapeuta no es
fesional del terapeuta es conseguir que sus pacientes un abogado, tampoco, estricto sensus, un moralista,
sean emocionalmente capaces, independientes, autó- pero el mundo moral y el mundo legal están presentes
nomos, que logren satisfacer y dar cumplimiento a en las dimensiones humanas del universo psíquico. Y
sus propias necesidades narcisistas y no a la de sus por ello es necesario ubicar, distinguir y volver a dar
psicoterapeutas. Como bien ha señalado Wolman unidad a cada objeto de estudio y a cada propósito
(1985, pp. 212-213): “El objetivo de la psicoterapia profesional.
es hacerla superflua. Un buen psicoterapeuta trabaja Para que el psicoterapeuta tenga una práctica sana
de tal manera que su trabajo llega a ser innecesario”. debe poseer una práctica ética, pero como señalaba
Sin duda éste es un duro golpe al “narcisismo pro- el propio Freud (1980, p. 249), todo ello dentro de
fesional” del terapeuta. Wolman (1985, p. 210) nos los límites de lo razonablemente humano:
relata qué responde ante la pregunta más halagadora
que hace el paciente para colocar al terapeuta en el Detengámonos un momento para asegurar al analista
narcisismo: nuestra simpatía sincera por tener que cumplir él con
tan difíciles requisitos en el ejercicio de su actividad.
En varias ocasiones los pacientes me han pregunta- Y hasta pareciera que analizar sería la tercera de aque-
do: “Doctor, ¿me quiere usted?”. Mi respuesta —dice llas profesiones “imposibles” en que se puede dar an-
Wolman— es inequívoca: “Me interesa su bienestar. ticipadamente por cierta la insuficiencia del resultado.
Es mi responsabilidad moral hacer todo lo que pueda Las otras dos, ya de antiguo consabidas, son el educar
por ayudarlo, pero no soy un mago ni un ángel. Mi pro- y gobernar. No puede pedirse, es evidente, que el futuro
fesión es ayudar a la gente, es la forma en que me gano analista sea un hombre perfecto antes de empeñarse
la vida. Mi tarea es ayudar a la gente y la llevo a cabo en el análisis, esto es, que sólo abracen esa profesión
concienzudamente. Yo no soy su padre ni su amante. personas de tan alto y tan raro acabamiento.
Soy su médico, y haré todo lo que pueda por ayudarlo”.
Sería una exigencia exagerada pedir al psicotera-
Por esto podemos establecer un principio ético que peuta la perfección, o un trabajo que lleve a todo tipo
regule la contratransferencia: un buen psicoterapeuta de pacientes a la legalidad, la honorabilidad moral y
se involucra con el caso de su paciente, sin involucrarse la santidad religiosa. Pero es completamente legítimo
con su personalidad. Atiende los rasgos que le aque- pedirle una madurez mínima para ocuparse de indivi-
jan, otorgando tratamiento integral a la persona del duos trastornados de los nervios y que los ayude con
paciente. las sensaciones de culpa y de angustia, en especial de
aquellas de las que no son culpables.
Esta madurez mínima es la que exige y garantiza el
Conclusiones cumplimiento del código ético, a pesar de los desfases
de las posiciones morales entre paciente y psicotera-
Al distinguir entre culpa y sentimiento de culpa (y a peuta y de la presencia de estos desfases en la contra-
su vez, entre culpa real —libre y consciente— de culpa transferencia.
ficticia, ya sea por el sentimiento infundado o por la Para finalizar, necesitamos reconocer que este tra-
instancia externa de una falsa imputación legal, mo- bajo inspirará un estudio más detenido del fenómeno
ral o religiosa), podemos establecer una normatividad de la contratransferencia y su posible regulación ética,
profesional para reconocer, tratar e intentar evitar la desde el inicial adiestramiento de candidatos a psico-
intervención psicoterapéutica inadecuada en la vida terapia, hasta lo más íntimo de la supervisión avanza-
moral del paciente. Esta distinción obliga, por impli- da y del abandono de la supervisión.

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Recibido: 28 de febrero de 2002


Aprobado: 2 de mayo de 2003

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