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El negrito pastor.

¿De qué trata?: Uno de los pastorcitos pierde a sus ovejas, pero una de las empleadas
le recomiendan rezar al negrito pastor para que le ayude a encontrar a las ovejas
perdidas.

Personajes: el pastorcito, Mama Juana, el negrito pastor.

En el interior de Uruguay donde hombres fuertes trabajan en el campo, quienes bien


temprano por la mañana antes de que el sol se levante ya se han incorporado en sus
deberes vivía uno de varios negritos pastores quien tenía un gran problema desde
hace días.

— ¿Por qué tan afligido muchacho, usted no es así, que le ha pasado? — Pregunto la
anciana.

— Es que se me han perdido varias ovejas mama Juana — Respondió el joven pastor.

— ¿Cómo va a ser? No me digas que te quedaste dormido mientras las sacabas a los
terrenos muchacho descuidado — Le regaño la señora mayor quien evidentemente
no era su madre si no una de las empleadas del lugar.

— No para nada, siempre estoy como águila atento, pero esta vez no que paso,
simplemente se esfumaron — Respondió el muchacho.

— Vamos a pedirle al negrito pastor que nos ayude —

— ¿Negrito pastor? De que me habla mama Juana — Pregunto confundido el


muchacho

— A poco no sabe la historia del muchacho pastorcito, bueno mijo le contare la


historia del negrito pastorcito — Se preparó la señora para contar el relato.

Quizás haya sido cerca de aquí, pero paso hace muchísimo tiempo, uno de los
negritos esclavos de aquel entonces tenía la tarea de cuidar las ovejas, se levantaba
bien temprano para llevarlas a los campos, pero el chico tenía un problema, era algo
despistado y así fue como perdió a un gran grupo de ovejas.

Quería esconder la verdad de su patrón pero este se dio cuenta, así que lo llamo y
mando a azotar, el chico se había desmayado del dolor tras recibir aquella paliza, el
patrón no conforme con lo que le hizo lo arrojo a un enorme hormiguero donde fue
devorado poco a poco por las hormigas en una eterna agonía.

Cuenta la leyenda que quienes piden su ayuda serán gratamente recompensados,


sobre todo si de pastores descuidados se tratase.

— No creo que eso sea cierta mama Juana —

— A ver cuánto quiere apostar muchacho porfiado — Le reto la señora — Voy a


prenderle una velita y a encomendarme a la virgen María primero, le pediré al
negrito que le ayude a encontrar sus ovejas — Concluyo la señora.

El chico salió de nuevo al campo en la búsqueda de sus ovejas, si no las encontraba


podía perder su trabajo, y lo peor de todo sería que no recibiría ni un centavo,
pasaron varias horas y la tarde comenzaba a menguar, se había dado por vencido,
tendría que darle la cara a su patrón.

De pronto algo lo sorprendió, una a una las ovejas que había perdido marchaban
hacia el en orden, no podía creer lo que ocurría, el chico estaba que brincaba a una
pata ya no perdería su trabajo.

— ¡No las vuelvas a perder! — Una vos grito a lo lejos

— ¡Oye muchas gracias! — Solo logro ver que era otro pastor, un pasto negrito, en un
momento se concentró en sus ovejas para cuando regreso la vista al muchacho este
se había esfumado, acaso podría ser el negrito del cuento.

Pensar en eso de verdad lo asusto, así que como pudo obligo a las oveja a regresar lo
más rápido posible antes de que otra cosa extraña pudiera pasar.

Autor: Gregoric Pacheco Oliveros

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