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LA CIUDAD
ANTIGUA
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ESTUDIO SOBRE EL CULTO, EL DERECHO
Y LAS INSTITUCIONES DE GRECIA
Y ROMA
ESTUDIO PRELIMINAR
DE
DANIEL M O R E N O
EDITORIAL PORRUA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15. MÉXICO
by Quattrococodrilo
"SEPAN CUANTOS..." NÚM. 181
FUSTEL DE COULANGES
LA CIUDAD ANTIGUA
ESTUDIO SOBRE EL CULTO,
EL DERECHO Y LAS INSTITUCIONES
DE GRECIA Y ROMA
E S T U D I O PRELIMINAR
DE
DANIEL M O R E N O
DECIMOTERCERA EDICIÓN
EDITORIAL PORRÚA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15
MÉXICO, 2003 _
by Quattrococodrilo
Primera edición, 1864
Primera edición en la Colección "Sepan cuantos...", 1971
Copyright © 2003
versión, el estudio preliminar y las características de esta edición
son propiedad de
EDITORIAL PORRÚA, S. A. de C. V. — 2
Av. República Argentina, 15, 06020 México, D. F.
Derechos reservados
IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO
LIBRO III
LA CIUDAD
CAPÍTULO I
identificaran. Pero era posible que varias familias, sin sacrificar nada
de su religión particular, se uniesen al menos para la celebración de
otro culto que les fuese común. Esto es lo que ocurrió. Cierto número
de familias formaron un grupo, que la lengua griega llamó fratría y [ a
lengua latina curia. ¿Existía entre las familias del mismo grupo u
1
n
No había curia ni fratría sin altar y sin dios protector. El acto reli-
gioso era de idéntica naturaleza que en la familia. Consistía esencial-
mente en una comida celebrada en común; el alimento se había prepa-
rado en el altar mismo y, por lo tanto, era sagrado. La divinidad estaba
presente y recibía su parte de alimento y bebida. 3
mento de Dicearco (Fragm. hist. gr., edic. Didot, tomo II, página 238); tras haber hablado
del culto de familia, que no se comunicaba ni siquiera por el matrimonio, añade: éxépa xis
ÉxéSn iepcov xoivcovixr] aúvoSos nv cppaipíav tbvópa^ov. Las fratrías están indicadas en
Homero como una institución común a toda la Grecia; Iliada, II, 362: xpív' avSpas xaxá
cpBXa, xaxá cppñxpas, 'AycqxEUVov, cbs tppñxpri cppñxp-tW-v ápñyn. (pü^a 8e <púXois.—
Pollux, III, 52: (ppaxpíai ñaav SuoxcáSExa, xcá EV éxáaxri yévn xpiáxovxa. Demóstenes,
in Macartatum, 14; Iseo, de Philoct. hered., 10.—Había fratrías en Tebas (Escoliasta de
Píndaro, Istm., VI, 18); en Corinto (ibid., Olimp., XIII, 127); en Tesalia (ibid., Istm., X,
85); en Neápolis (Estrabón, V, pág. 246); en Creta (Bceckh, Corp. inscr., núm. 2555).
Algunos historiadores creen que las wpoa de Esparta corresponden a las fratrías de Atenas.
Las palabras fratría y curia se consideraban como sinónimas; Dionisio de Halicarnaso (H,
85), y Dion Casio (Fragm., 14) las traducen indistintamente.
2 Demóstenes, in Macart., 14, e Iseo, de Apollod. hered., mencionan el altar de la
fratría y el sacrificio que en él se hacía. Cratino (en Ateneo, XI, 3, pág. 460) habla del dios
que preside a la fratría, Zevo cppaxópios. Pollux, III, 52: SEO! cppáxpioi. Tó ÍEpóv év w
auvfiEaav cppáxopES, (ppáxpiov éxaX,£íxo, tppáxpios ai!;, Ñ 9'0)J.ÉVTI XOIS cppáxopcn.
3 Opaxpiaxá SEÜtva (Ateneo, V, 2); Curiales mensce (Festo, pág. 64).
4 Cicerón, De orat., I, 7: dies curias, convivium. Ovidio, Fast., VI, 305. Dionisio,
II, 65.
LA CIUDAD A N T I G U A - L I B R O III.-CAP. Ili 111
Dionisio, II, 23. No obstante lo que éste dice, se introdujeron algunas alteraciones.
5
Las comidas de la curia sólo eran una vana formalidad, buena para los sacerdotes. Los
miembros de la curia se dispensaban con gusto de acudir a ellas, y se estableció la cos-
tumbre de sustituir el banquete común con una distribución de víveres y dinero. Plauto,
Aulul., V. 69 y 137.
Iseo, de Apollod. hered., 15-17, describe una de esas comidas, y en otra parte (de
6
Astyph. hered., 33) habla de un hombre que, habiendo salido de su fratría mediante una
adopción, era considerado en ella como extraño; en vano se presentaba a cada comida
sagrada, porque no se le daba ninguna parte de la carne de la víctima. Cf. Lisias, Fragm.,
10 (edic. Didot, tomo II, pág. 255): "Si un hombre nacido de padres extranjeros se incorpora
a una fratría, cualquier ateniense podrá acusarlo ante la justicia."
Demóstenes, in Macan., 13-15. Iseo, de Philoct. hered., 21-22; de Cironis hered.,
7
18. Recordemos que una adopción regular producía siempre los mismos efectos que la
filiación legítima, que la sustituía.
Esta misma opinión es el principio de la hospitalidad antigua. No es del caso des-
8
cnbir esta curiosa institución. Digamos solamente que la religión tuvo en ella gran parte.
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112 FUSTEL DE COULANGES
tencia de tribus antiguas, en número de tres o cuatro, es un hecho común a todas las
ciudades griegas, dóricas o jónicas; Ilíada, II, 362 y 668; Odisea, XIX, 177; Herodoto, IV,
161; V, 68 y 69; véase Otf. Muller, Dorier, tomo II, pág. 75. Hay que establecer una
distinción entre las tribus religiosas de los primeros tiempos y las tribus meramente locales
de los tiempos siguientes, más adelante volveremos sobre este punto. Sólo las primeras
tienen relación con las fratrías y los YÉvr|.
LA CIUDAD A N T I G U A - L I B R O I I I . - C A P . Ili 113
CAPÍTULO II
Pocas trazas en los documentos. Lo único que se sabe es que estaban compuestas de curias
y de gentes, y que cada una tenía su tribunus. Sus nombres de Ramnes, Ticies, Luceres,
se han conservado, así como algunas ceremonias de su culto. Por otra parte, estas tribus
eran cuerpos demasiado considerables como para que la ciudad no tratara de debilitarlas
y quitarles su independencia. Los plebeyos también trabajaron para hacerlas desaparecer.
Sófocles, Antígona, V, 879. Los Vedas expresan frecuentemente la misma idea.
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'igión de Júpiter una religión joven y relativamente reciente? Grecia e Italia habían con-
re
servado el recuerdo de un tiempo en que las sociedades humanas ya existían y en que esta
'igión aún no se había formado. Ovidio, Fast., II, 289; Virgilio, Geórg., I, 126; Esquilo,
re
ménides; Pausanias, VIII 8. Parece ser que, entre los indos, los Pitris han sido anteriores
a 'os De vas.
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adjetivos que designaban al Ser divino por uno u otro de sus atributos
más relevantes. Pero los diferentes grupos de hombres no podían cree r
iás pequeña parte; pues muchos han sucumbido sin dejar ni el recuer-
do de su nombre, porque las familias que los adoraban se extinguieron,
las ciudades que les habían rendido culto fueron destruidas.
Se necesitó mucho tiempo antes de que esos dioses saliesen del
sen o de las familias que los habían concebido y los consideraban como
su patrimonio. Hasta se sabe de muchos que jamás se despojaron de
esta especie de lazo doméstico. La Démeter de Eleusis persistió como
la divinidad particular de la familia de los Eumólpidas. La Atenea de la
Acrópolis ateniense pertenecía a la familia de los Butadas. Los Poticios
de Roma tenían un Hércules, y los Naucios una Minerva. Existen 18
"> 69. Lo mismo la familia Aurelia profesaba el culto doméstico del Sol (Festo, V Auretíam,
9
8. Platón, Leyes, VI, pág. 759; Banquete, pág. 40. Plutarco, Teseo, 23; Vida de los diez
° adores, Licurgo, cap. 11. Filócoro, Fragm., 158, pág. 411. Diódoro, V, 58. Pausanias,
r
IV, 15; VI, 17; X, 1. Apolodoro, III, 13. Justino, XVIII, 5. Harpocración, V.
ETe°Potná8ai, ei>vET8ai.—Cicerón, De Divinatione, I, 41.—Estrabón, IX, pág. 421; XIV,
P 8- 634. Tácito, Anales, II, 54.
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mayor. Ninguna ley rigurosa se oponía a que cada uno de estos culto s
LIBRO I
CREENCIAS ANTIGUAS
CAPÍTULO 1.—Creencias sobre el alma y sobre la muerte 7
CAPÍTULO II.—El culto de los muertos 14
CAPÍTULO III.—El fuego sagrado 18
CAPÍTULO IV.—La religión doméstica 27
LIBRO II
LA FAMILIA
CAPÍTULO I.—La religión ha sido el principio constitutivo de la
familia antigua 33
CAPÍTULO II.—El matrimonio 35
CAPÍTULO III.—De la continuidad de la familia; celibato prohibi-
do; divorcio en caso de esterilidad; desigualdad entre el
hijo y la hija 41
CAPÍTULO IV.—De la adopción y de la emancipación 45
CAPÍTULO V.—Del parentesco, de lo que los romanos llamaban ag-
nación 48
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379
380 ÍNDICE
"gens" 92
2° Examen de algunas opiniones emitidas para explicar la "gens"
romana 95
3- La "gens" es la familia, conservando todavía su organización
primitiva y su unidad 98
4 Extensión de la familia; la esclavitud y la clientela
9 102
LIBRO III
LA CIUDAD
CAPÍTULO I.—La fratría y la curia; la tribu 109
CAPÍTULO II.—Nuevas creencias religiosas 113
l Los dioses de la naturaleza física
9 113
2° Relación de esta religión con el desarrollo de la sociedad
humana 115
CAPÍTULO III.—La ciudad se forma 119
CAPÍTULO IV.—La urbe 125
CAPÍTULO V.—El culto del fundador; la leyenda de Eneas 134
CAPÍTULO VI.—Los dioses de la ciudad 138
CAPÍTULO VII.—La religión de la ciudad 148
ÍNDICE 381
LIBRO V
DESAPARECE EL RÉGIMEN MUNICIPAL
CAPÍTULO I.—Nuevas creencias; la filosofía cambia las reglas de la
política 339
CAPÍTULO II.—La conquista romana 346
l Algunas palabras sobre los orígenes y la población de Roma
9 347
2 Primeros engrandecimientos de Roma (753-350 antes de
9
Cristo) 349
3 Cómo adquirió Roma el Imperio (350-140 antes de Cristo)
9 352
4 Roma destruye en todas partes el régimen municipal....
9 359
5 Los pueblos sometidos entran sucesivamente en la ciudad
9
romana 364
CAPÍTULO III.—El cristianismo cambia las formas del gobierno . . 372
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTA OBRA
EL DÍA 7 DE MARZO DE 2003 EN LOS TALLERES DE
IMPRESORES ALDINA, S. A.
Obrero Mundial, 201 - 03100 México, D. F.
by Quattrococodrilo
Fustel de Coulanges, uno de los grandes sociólogos, a
la par que singular historiador, tiene en La ciudad an-
tigua su obra más conocida.
Esta obra, que parece más bien literaria por la
singular calidad con que fue escrita, constituye una
*ERIA PORRUA fuente amena, a la vez que erudita, para conocer los
DESDE 1900 sistemas sociales de los pueblos antiguos, tanto de
SIERRA V ARGENTTINA
IUDAD DE MÉXICO Roma como de Grecia; y de paso, tener una noción
cabal de los problemas sociológicos derivados de la
religión y del derecho.
De Coulanges alcanza en el campo de los juristas
una relevancia singular debido a la agudeza de sus ob-
servaciones, a la profundidad con que analiza los an-
tecedentes de la legislación, por la concatenación que
encuentra entre los hechos y las creencias.
La lectura de esta obra es de enorme actualidad
porque la profundidad con que caló en el mundo an-
tiguo le permitió a su autor sentar principios válidos
para varias épocas. EDITORIAL
PORRÚA
00 737799 La ciudad antigua es uno de los libros más bellos, MÉJICO
está impregnado de pasión y sentimiento, de emoción,
que hacen que la lectura se deslice placenteramente.