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La actividad agrícola no era más que una manifestación de la unión de los astros
celestes que fertilizaban la tierra, la cual proveía los alimentos y los materiales
para elaborar los instrumentos. El hombre contribuía con este proceso arando la
tierra y recogiendo los frutos que ella ofrecía.
El trabajo desde esa perspectiva era concebido como algo obligado y penoso,
una actividad degradante totalmente opuesta a la esencia del hombre. Así, en la
Grecia clásica, el trabajador era esclavo, no era hombre, no era un ciudadano.
Las actividades desarrolladas por los griegos y que ahora se identifican con el
concepto de trabajo son: labor, poesis y praxis.
Labor, se refería a la disposición corporal en las tareas pertinentes del hombre
para mantener su ciclo vital y perpetuar la especie. Así, el campesino ejerce una
labor cuando interviene para la obtención de frutos de la tierra. O la mujer
cuando da a luz un nuevo ser.
Por lo tanto, en el mundo antiguo, el trabajo manual o físico era entendido como
humillante y servil, mientras el que llamaríamos trabajo intelectual se identificaba
con la libertad y la esencia de ser hombre.
Desde este punto de vista, el trabajo para el masón es una actividad que lo
ensalza, lo enaltece, porque a través de él se transformará hasta lograr la
perfección interior y pueda ocupar el lugar que le corresponde en el gran templo
universal. El trabajo de desbastar la piedra bruta significa que debemos
despojarnos de una serie de prejuicios, creencias aprendidas y asumidas como
propias en el transcurrir de nuestra existencia. Por ello el simbolismo de la
iniciación, donde renacemos como hombres nuevos, para afirmar y afianzar
nuestros valores.
Es evidente que este trabajo no podrá ser realizado sólo con obra de nuestras
manos, requeriremos el uso de algunas herramientas que faciliten nuestra labor.
Las herramientas asignadas a los aprendices son la regla de 24 pulgadas, el
mazo y el cincel.
Precisamente por esto es que el aprendiz recibe como herramienta el mazo. Por
ello simbólicamente en la iniciación damos un golpe en la piedra bruta. Es el
primer paso del aprendizaje, ya que con esta herramienta deberemos de
aprender a golpear lo material para moldear el espíritu, aprender a graduar la
intensidad del golpe y la fuerza con que se aplica, aprender a golpear con calma
y constancia para no fatigarnos pronto, aprender a hacerlo a un ritmo
determinado para poder cumplir la tarea diaria y no retrazar el trabajo.
Bibliografía
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