DE LA COMUNICACIÓN
PÚBLICA
EMPRESAS, GRUPOS E INSTITUCIONES EN EL
ESCENARIO PÚBLICO
COLECCIÓN BOSCH COMUNICACIÓN
Dirigida por Marcial Murciano
1. Historia de la comunicación 17. Los efectos de la nueva
Vol. 1 Del lenguaje a la escritura comunicación
Raymond Williams (ed.) Roger Silverstone / Eric Hirsch (eds.)
2. Historia de la comunicación 18. La investigación científica de los
Vol. 2 De la imprenta a nuestros días medios de comunicación
Raymond Williams (ed.) R. D. Wimmer / J. R. Dominick
3. El periodista en el espacio público 19. Manual de periodismo científico
José Luis Dader Manuel Calvo Hernando
4. Estructura y dinámica de la 20. La comunicación en la historia
comunicación internacional David Crowley / Paul Heyer
Marcial Murciano 21. La comunicación en la empresa y en
5. Periodismo de precisión las organizaciones
Philip Meyer Antonio Lucas Marín
6. Televisión e interés público 22. Cine e historia
Jay G. Blumler (ed.) Michele Lagny
7. Los grupos multimedia 23. La semiótica social de la
Juan C. Miguel de Bustos comunicación de masas
8. Metodologías cualitativas de Klaus Bruhn Jensen
investigación en comunicación de 24. Economía política y estudios
masas culturales
K. B. Jensen / N. W. Jankowski (eds.) M. Ferguson / P. Golding (eds.)
9. Introducción a los estudios 25. Los cinco principios básicos de la
culturales cinematrografía
M. Barker / A Beezer (eds.) Joseph W. Mascelli
10. La transición de la televisión 26. El diario digital
Giuseppe Richeri José Ignacio Armentia
11. Información audiovisual 27. Tecnología de la información
Francisco Sanabria audiovisual
12. El diseño en prensa diaria Iñaki Zabaleta
Jesús Canga 28. El profesional de las relaciones
13. Periodismo de servicio externas
María Pilar Diezhandino Miguel Ángel Vázquez Burgos
14. La invención de la comunicación 29. Teoría y técnica de la información
Armand Mattelart digital y analógica en televisión y
radio
15. Gabinetes de comunicación Iñaki Zabaleta
Txema Ramírez
30. El déficit mediático
16. Texto y contexto en los medios de Bernardo Díaz Nosty
comunicación
Roberto Grandi
LUCIANO H. ELIZALDE
GESTIÓN
DE LA COMUNICACIÓN
PÚBLICA
EMPRESAS, GRUPOS E INSTITUCIONES
EN EL ESCENARIO PÚBLICO
Es propiedad,
© 2009, Luciano H. Elizalde
ISBN: 978-84-9790-482-7
Depósito legal: B. 20.708-2009
Impresión y encuadernación:
Ingrapuva / La Noográfica
Passeig del Comerç, 122 - 08203 Sabadell (Barcelona)
Impreso en España
0
RICHARD G. STILWELL
Teniente General
Ex Jefe de Operaciones del Estado Mayor General
del Ejército de los Estados Unidos
HANNAH ARENDT
«La mentira en política.
Reflexiones sobre los Documentos del Pentágono»,
en Crisis de la República.
0
Índice
Prólogo ............................................................................................. 11
Prefacio............................................................................................. 19
8. Conclusiones........................................................................ 108
Esquema general ........................................................................ 110
Bibliografía....................................................................................... 227
1
Prólogo
Prefacio
del jugador integra la «teoría del actor social», es decir, la teoría de la inte-
racción estratégica y de las influencias que las situaciones de interacción
generan en las decisiones de los jugadores (agentes). Los autores centrales
que permiten desarrollar una teoría del jugador social son Thomas Schelling
(teoría de juegos), Norbert Elias (sociología de los procesos), Erving
Goffman (microsociología de la interacción), Gregory Bateson (perspectiva
cibernética) y Ronald Laing (psicología de la interacción). Cada uno de
ellos, desde diferentes perspectivas, aporta componentes teóricos centrales
para la formación de una teoría amplia y operativa de los jugadores sociales.
Finalmente, este trabajo incluye un resumen de una teoría de la comu-
nicación integrada, es decir, de una teoría de la comunicación que parte de
tres funciones antropológicas: la de representar simbólicamente algo, la de
establecer relaciones subjetivas entre los jugadores sociales y, tercero, la
de coordinar y ajustar expectativas impersonales y sistémicas. Estas tres
funciones cubren la mayoría de los aspectos estratégicos de la comunica-
ción, como también de aquellos que generan complejidades y patologías.
Más allá de la cortesía habitual, creo verdaderamente que un libro nun-
ca es un producto completamente individual. Al contrario, siempre lleva
algo de carga colectiva, aunque convencionalmente sea incluido bajo la
responsabilidad de alguien en particular, o sea, del autor. Por eso, los agra-
decimientos deben hacer referencia a quienes han aportado a la obra, in-
cluso sin ser conscientes de ello. Por otra parte, y en mi caso particular,
escribir un libro también es una «tarea familiar»; por eso no sería justo que
deje de reconocerles a mis hijos –de mayor a menor, Bautista, Cesira,
Pedro y Nuria– la paciencia que me han tenido, ya que han soportado
menos tiempo de salidas y un poco menos de atención de mi parte (por
otro lado, compensada con creces por la cantidad y calidad de tiempo que
les brinda su mamá). Para terminar, quiero reconocer, la participación que
mis padres han tenido en este libro; particularmente de ellos he aprendido
a sobrellevar las dificultades de los últimos tiempos, que, por otra parte,
sumadas a las debilidades propias –sean éstas corporales, psicológicas o
intelectuales (juntas y por separado)– restringen la capacidad de pensar y
de escribir. Si las he podido dirigir y canalizar hasta lograr cierto resultado
final, solamente fue posible gracias a lo que ellos me han enseñado con el
ejemplo de tantos años de esfuerzos y paciencia.
L. H. E.
Buenos Aires, diciembre de 2008
1
Asuntos públicos y
perspectiva comunicativa de
análisis
1. Introducción
2. Asuntos públicos
dad, más allá de lo que uno puede pensar, en este trabajo no se parte de la
idea de que todo es comunicación. Pero se acepta un principio relevante:
cualquier acontecimiento o acción puede ser transformado en un hecho
comunicativo, aunque intrínsecamente no lo sea. Esto quiere decir que es
posible, aunque no necesario, hacer una «lectura» comunicativa de las ac-
ciones, interpretaciones, decisiones, órdenes y relaciones que se desarro-
llan dentro y fuera de las corporaciones.
Los asuntos públicos son, por partida doble, un problema comunicati-
vo. Primero, porque son asuntos sobre los que no puede actuarse con «au-
tarquía» y sólo con una autonomía muy relativa, casi nula en relación con
otros asuntos llamados privados. Como «asuntos no privados», los asuntos
públicos son aquellos en los que pretenden participar o realmente partici-
pan, en sus decisiones y ejecuciones, varios jugadores sociales. Esto im-
plica coordinar la manera de definir, decidir y ejecutar un plan para cierto
fin. Y este proceso de coordinación implica gestionar y dominar ciertas es-
trategias de comunicación. En segundo término, los asuntos públicos son
cuestiones que fácilmente pasan a estar en el escenario público, es decir,
son expuestos a millones de personas que miran televisión, escuchan ra-
dio, navegan por Internet o leen diarios, revistas y periódicos. Los asuntos
públicos son asuntos no secretos, exhibidos, expuestos. Y al tener este
rasgo, entonces, es necesario plantear la resolución del problema implícito
en el asunto público también comunicativamente.
En definitiva, la comunicación es un mecanismo doblemente impor-
tante para gestionar los asuntos públicos: para coordinar a los diferentes
jugadores que participan o pretenden participar, por un lado, y para pre-
sentar, exponer, diferenciar y proyectar ciertas cuestiones en el escenario
público, por el otro.
La comunicación cumple tres funciones generales en las que es necesa-
rio implicarla para gestionar los asuntos públicos: primero, establece rela-
ciones entre los jugadores; segundo, construye y proyecta representaciones
sobre objetos y jugadores, sobre relaciones entre jugadores entre sí, sobre
relaciones entre objetos (proyectos, programas, políticas, decisiones, et-
cétera); en definitiva, la comunicación sirve para conocer ciertas repre-
sentaciones simbólicas sobre el mundo. Finalmente, la comunicación
funciona como coordinadora de sistemas de relaciones impersonales o no
subjetivas entre jugadores; el objetivo es proveer de informes o de noticias
(en el sentido más básico del término, no en el sentido periodístico) para
que los jugadores decidan, pero sin importar las características subjetivas
36 Gestión de la comunicación pública
de los jugadores, sino sobre la base de los criterios propios del sistema en
cuestión.
En la medida en que es necesario participar, entrar o salir, decir o no
decir, aparecer o no aparecer en el escenario público, y en tanto el proceso
de persuasión privado denominado lobbying también depende, entre otras
cosas, de algunas variables comunicativas, es necesario analizar de qué
manera la comunicación realizada alrededor de un asunto público afecta la
estructura de gestión de la comunicación y al programa de comunicación
de una corporación.
Esquema general
2
Cada corporación y persona que debe emprender una acción para al-
canzar cierto objetivo necesita realizar un proceso previo de auto-
conocimiento. Esto no puede ser tomado a la ligera en tanto que de ello
dependerán las decisiones y el tipo de acciones que se realizarán para
llegar a la meta definida, o incluso a plantearse cierta meta o no. Sin este
adecuado autoconocimiento, uno no sabe si puede aplicar cierta acción o
si la opción analizada es la que mejor corresponde con su propia estructura
psíquica, axiológica y social. Cualquier estrategia planeada o elegida co-
mo opción debería partir de un profundo autoconocimiento, de las limita-
ciones, de los antecedentes, de las competencias, de los intereses y de las
metas estables de la propia corporación y de quienes actúan en ella y por
ella.
plejo que esta «verdad evidente» puede ser percibida como «no verdad». En
este sentido, la discusión y la crítica racional aparecen como mecanismos
relevantes para lograr el consenso sobre la verdad. Pero no son, en ningún
sentido, infalibles, ni siquiera indispensables, desde el punto de vista fáctico.
Y si además se analiza cuál es el mecanismo más efectivo, entonces es
necesario decirlo claramente: el consenso público es lo que genera fuerza,
fortaleza, autonomía y hasta cierta autarquía a las decisiones de los jugado-
res sociales. Para llegar a saber de qué manera es posible encontrar el apoyo
de otros, o de qué manera es factible conseguir coordinar acciones para
alcanzar ciertos objetivos, es necesario «conocerse a sí mismo», saber cuá-
les son las limitaciones propias, pero también es relevante preguntarse acer-
ca del consenso que se tiene y del disenso que ha generado. Mao Tse Tung
definió su estrategia con un principio casi trivial, expresado, por otro lado,
de manera poética: «Todos los principios orientadores de las operaciones
militares provienen de un solo principio básico: hacer todo lo posible por
conservar las propias fuerzas y aniquilar las del enemigo» (1967: 169). Del
mismo modo, pero aplicado al problema de los asuntos públicos, se podría
decir: el principio general de la gestión de los asuntos públicos es exhibir el
consenso y ocultar el disenso hacia las propias posiciones. Este es un prin-
cipio minimalista. Es lo que se necesita como mínimo para llegar al consen-
so, meta final de cualquier gestión sobre los asuntos públicos. La «exhibi-
ción de consenso» permite aumentar la sensación de apoyo, de seguridad y,
al contrario, de anormalidad y de aislamiento de los otros, o de la otra parte.
«Ocultar el disenso» es una medida preventiva, como se dijo antes, mini-
malista. Ocultando el disenso no se soluciona un problema, ni tampoco es la
medida que más coincide con los principios filosóficos de la teoría política
moderna o de la filosofía del Estado de derecho. Sin embargo, el funciona-
miento fáctico del escenario público en la actualidad muestra la efectividad
de este principio general. Los equilibrios de consentimiento se alcanzan,
luego de una controversia, cuando se acalla el disenso y no siempre por
medio de alcanzar un consenso definitivo que, por otro lado, es casi una
medida imposible de alcanzar.
El poder es, además, una relación social. Como cualquier otra relación
social –aunque muy especial– el poder es «la» relación de interdependen-
La gestión de los asuntos públicos. Un análisis desde bastidores 41
Recursos Negociación
Discurso Problemas y Com.
Funciones Monitoreo con Prensa
e imagen soluciones interna
estratégicas stakeholders
Core business
(«clientes»)
Institucionalidad
(ambiente)
Comunicación
interna (auto
control)
Asuntos
públicos
(habilitaciones)
Asuntos
jurídicos
(litigios,
contratos)
La gestión de los asuntos públicos. Un análisis desde bastidores 43
por el encuentro entre los jugadores implicados (Scott y Lane, 2000: 45-
47).
Recursos Negociación
Discurso e Gestión de Relaciones Comunicación
Funciones Monitoreo con
imagen urgencias con la prensa interna
estratégicas stakeholders
Core busi- Análisis de Negociación Este tipo de Manifesta- Trato periodís- Comunicación
ness («clien- los clientes y económica industria no ciones públi- tico, publicita- interna de orden
tes») de la forma con provee- tiene proble- cas de los rio y político sistémico y
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ción y el uso de
negativa de
ciertos produc-
alguno de los
tos.
clientes de la
empresa. El
Estado podría
estar impli-
cado y verse
también
perjudicado.
48 Gestión de la comunicación pública
Recursos Negociación
Discurso e Gestión de Relaciones Comunicación
Funciones Monitoreo con
imagen urgencias con la prensa interna
estratégicas stakeholders
Institucio- La estructura Desde una Valores, Crítica a los Los mensajes La comunica-
nalidad (am- de investiga- ONG hasta relatos, valores de la que aparecen ción dentro de
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determinar como las sobre el uso parte de una deberían coin- debe estar
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mejor per- tiro serían vos. dad. cionales.
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el tipo de discurso
producto de institucional.
la compañía.
La gestión de los asuntos públicos. Un análisis desde bastidores 49
Recursos Negociación
Discurso e Gestión de Relaciones Comunicación
Funciones Monitoreo con
imagen urgencias con la prensa interna
estratégicas stakeholders
Asuntos Los jugado- Por lo gene- El discurso y Controlar y Los asuntos Quienes tienen
públicos res impor- ral se mane- la imagen o pensar en los públicos son el la responsabili-
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La noticiabili-
estarán algunos manejo de los una de las cómo deben
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mas» y de sus
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mientras que público para estructura. públicos, y
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ciones erró- Escándalos, relación que la
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contra. públicos debe-
posible que operaciones ría tener con la
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tica» y «ética-
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Asuntos Las cuestio- Tratos, La imagen y En el equipo AJ debe aseso- AJ y Recursos
jurídicos nes jurídicas compromi- el discurso de manejo de rar a la empre- humanos deben
(AJ) (liti- no son sos y acuer- corporativo crisis y de sa acerca de trabajar en la
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que no haya dos, los jurídicos. no debe judiciales confidencial y
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al sector que res. significa que estrategia en de la informa- debería ser
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las reglas del defina rasgos des. establecer una cos trabaja con
juego. de la imagen relación con la ambas áreas
pública. prensa desde el para asegurarse
punto de vista de que no se
Significa que
judicial. produzcan
el discurso
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público de la
dirigidas o no
empresa
dirigidas.
debería
conocer los
límites y los
alcances del
marco jurídi-
co para
establecer
una posición
discursiva.
50 Gestión de la comunicación pública
das con los asuntos públicos. Para que las comunicaciones de marketing y
la comunicación de imagen sean compatibles con los asuntos públicos se
debe buscar que estas áreas de comunicación corporativa apoyen a los
asuntos públicos, en tanto los asuntos públicos que son la zona menos au-
tónoma de un jugador social. Muchas veces las compañías no son cohe-
rentes en el manejo de la política de imagen y de la política estricta de los
asuntos públicos.
Además del modelo ABCD, el otro modelo básico que sustenta el aná-
lisis es la relación entre jugadores sociales e instituciones sociales. Los
jugadores son entidades con dos funciones: a) agentes sociales, «deciso-
res», y b) actores sociales, es decir, actuantes. Pero ni las decisiones ni la
forma e interpretación de las acciones se realizan solo desde la individua-
lidad del jugador. Al contrario, el jugador se encuentra condicionado por
reglas, modelos, esquemas, representaciones que provienen de las institu-
ciones. Las instituciones y los jugadores se transforman mutuamente por
medio de los hechos institucionales y de las intervenciones de los jugado-
res en las instituciones. Estos cambios son los que se denominan «histo-
ria». Los niveles de análisis son tres: 1) jugadores, sus características,
2) relaciones subjetivas y objetivas entre jugadores, 3) instituciones que
caracterizan a la cultura política.
En conclusión, el análisis de los asuntos públicos es el análisis de las
funciones de los jugadores en el modelo ABCD: sus características, sus
relaciones y las instituciones que desarrollan la relación pública o la rela-
ción privada. Por lo tanto, una de las primeras actividades de análisis será
la identificación de los jugadores y observadores, y sus funciones en el
campo de actividad en el que se encuentran actuando (política nacional,
política medioambiental, negocios inmobiliarios, relaciones laborales,
sector metalúrgico, etcétera).
Para determinar las diferencias y las identidades entre cada una de es-
tas posiciones, es posible analizar y relacionar dos dimensiones:
La gestión de los asuntos públicos. Un análisis desde bastidores 63
__________
1. El motivo que me llevó a combinar ambos puntos de vista es el hecho de haberme
encontrado con las conclusiones a las que llegaron, por vías y en contextos distintos, Marga-
ret Thatcher y Henry Kissinger. Thatcher (1994: 401) consideró concluyente el análisis que
aportaron los historiadores acerca de la ex URSS, antes de la caída del Muro de Berlín.
Desde su punto de vista, la perspectiva histórica –que marcaba más diferencias que simili-
tudes entre la URSS y el sistema político democrático– estuvo más en lo cierto que el punto
de vista de los analistas de sistemas. Kissinger, por otro lado, valora –aunque no sin críti-
La gestión de los asuntos públicos. Un análisis desde bastidores 65
A) «Método histórico»
Primero: trabajar con los hechos; identificar y analizar los hechos que
caracterizan a la situación para estar seguros de tener una imagen más o
menos realista del caso. Realice un esquema con los «períodos» que los
diferentes hechos delimitan como antecedentes.
B) «Método interpretativo»
Segundo: identificar las estrategias; analizar las estrategias (racionali-
dades) de los agentes y actores que participan en los hechos a los fi-
nes de relacionar lo objetivo (los hechos, la interdependencia) con lo
subjetivo (los intereses, los valores y las acciones de los participan-
tes).
Tercero: aislar y analizar las consecuencias de los hechos sobre los
participantes; diferencie de acuerdo con sus condicionamientos positi-
vos (oportunidades) o negativos (desventajas) en relación con los
agentes y asegúrese de que haya o no una relación buscada entre estra-
tegia y hecho.
70 Gestión de la comunicación pública
C) «Método sistémico»
Cuarto: buscar puntos de apalancamiento y de restricción en la rela-
ción entre sistema y entorno; volviendo al análisis de los hechos y de
las estrategias, explorar y determinar cuáles son las causas precisas o
puntos de determinación que llevan a la formación de oportunidades y
de desventajas.
Quinto: definir una nueva estrategia; establecer el modo de intervenir y
de buscar nuevas opciones que capitalicen las oportunidades y anulen
las amenazas.
A) Método histórico
B) Método interpretativo
res. Pregúntese «para qué», es decir, qué motivos hacia el futuro tienen los
jugadores para haber decidido lo que decidieron. También es necesario
preguntarse «por qué» (motivos históricos o genéticos): qué experiencias
pueden haber generado valores e intereses pasados que determinen el
presente. En tercer lugar, es necesario saber que existen intereses o valores
que actúan en un nivel no intencional o consciente para los jugadores;
estos dependen de experiencias culturales que calan en aspectos psico-
lógicos.
2.2. Medios (acciones, políticas, recursos, compromisos, alianzas).
Analice los hechos como si fuesen el resultado de la confluencia o conci-
liación entre los fines y los medios. La relación entre los intereses y los
medios (las acciones y sus características) determinarán los hechos. Si hay
compatibilidad entre fines y medios, los resultados (los hechos) deberían
ser de acuerdo con los deseos de los jugadores.
2.3. Efectos (resultados). Hay que considerar si dentro de la relación
fines-medios los agentes y actores pensaron o no acerca de los efectos que
generarían sus acciones y políticas. Esto permite analizar los efectos de
sus estrategias y las intenciones en relación con ellas.
1) Delimitación de la oportunidad.
2) Evaluación de la oportunidad.
2.1. Capacidad del agente.
2.2. Intenciones del agente.
2.3. Fortalezas y debilidades del agente.
C) Método sistémico
Finalmente, puede ser que sea necesario, para aplicar la nueva estrate-
gia, el cambio y la renovación total o parcial de ciertas estructuras de
gestión. Esto es parte de los medios y recursos.
76 Gestión de la comunicación pública
Esquema general
3
Escenario público (EP) y
gestión de los asuntos
públicos. Estrategias,
jugadores,
mecanismos
gica de acuerdo con políticas internas del agente, y tercero, por la coyun-
tura, es decir, por las condiciones de imposición de los aspectos tácticos
en la situación de contradicción, conflicto o crisis. Si hay una actividad en
la que se deben aceptar los principios de la teoría de los sistemas comple-
jos y de la teoría del caos es en el proceso de activación, desarrollo y solu-
ción de los asuntos que entran o pasan por el escenario público. La plani-
ficación del manejo y de la gestión de los asuntos públicos y de sus resul-
tados está condicionada por factores tan poco controlados por la corpora-
ción, interesada y tan condicionada por la interdependencia incierta y la
incertidumbre de las estrategias de los actores y agentes sociales, que no
es posible prever cómo resultará el futuro de esta planificación. Uno de los
problemas centrales que introduce la teoría de los sistemas es el del tiem-
po. Los efectos que los acontecimientos, actos, acciones y versiones tienen
sobre la realidad no siempre son inmediatos. Por el contrario, al ser efec-
tos sobre la memoria de las personas, sobre la percepción y el sistema de
clasificación y de evaluación subjetivo e intersubjetivo de las personas y
corporaciones es posible que los resultados de las conductas solo puedan
ser evaluados a largo plazo (cuando no le han dejado de comprar el pro-
ducto, o cuando se han encontrado con apoyo de cierto sector del Congre-
so, o cuando los votos no llegan a su favor). Esta situación, en la que re-
sulta tan difícil predecir con algo de detalle cómo actuar para conseguir lo
que se pretende (queja constante de los abogados pasados a las oficinas de
asuntos corporativos), está determinada por tres niveles diferentes de
complejidad: en primer lugar, existen unas condiciones estructurales,
formadas a largo plazo o que no pueden modificar la mayoría de los
agentes en el corto plazo, que presionan o se transforman en coactivos
para los agentes y actores; segundo, en relación con lo primero, pero de
modo independiente en su formación, aparece el nivel estratégico de deci-
sión: qué quieren los actores a largo plazo y cómo deciden llegar a lo que
quieren; tercero, condicionado por el primer nivel, existe el nivel táctico o
coyuntural: qué condiciones concretas existen en un caso determinado
para resolverlo, cuáles son los protagonistas, qué racionalidad tienen, qué
condicionamiento llevan. En síntesis, al tener en cuenta la dificultad que
presentan los tres niveles por separado y, al mismo tiempo, la coordina-
ción que se necesita entre ellos, surge la imagen de un sistema complejo
que no puede ser intervenido simplemente por medio de un proceso de
planificación, sino que hay que conocer las particularidades del sistema
para actuar del modo más adaptado posible.
Escenario público y gestión de los asuntos públicos 83
urbano una parte muy importante del total de noticias que exhibe y publica
diariamente. Tercero, el control de medios propios para comunicar es un
elemento que depende, sobre todo, de recursos financieros y tecnológicos
para llegar a los canales. La sociedad actual tiene en estos medios, los
principales mecanismos de comunicación colectiva, de gestión de las imá-
genes visuales y audiovisuales y de textos escritos y verbales más impor-
tantes desde el punto de vista cuantitativo.
ración, al aumentar, deja de lado las posibilidades de que otros agentes con-
dicionen sus decisiones y acciones. Sin embargo, tiene razón Jürgen Ha-
bermas cuando habla de «autonomía pública», ya que es la capacidad de
actuar en el escenario público. ¿Qué sucede con el agente que tiene toda la
autonomía en el plano privado y nada en el plano público? Estaría despro-
tegido, ya que no tendría capacidad para defenderse de ataques y de inten-
tos de ser controlado o dominado. La autonomía relativa y los ajustes ins-
titucionalizados de la autonomía, la formación histórica de diferentes
agentes o agencias sociales pueden ser procesos sociales relacionados con
el intento por el control del poder de ciertas clases, para el beneficio del
mayor dominio y poder de otros grupos. Un agente social sin autonomía
quedaría a merced de las influencias y decisiones y reglas de otros agentes
que no son parte de él. La absoluta heteronomía es igual a «totalitarismo».
No contar con posibilidades de decidir por sí mismo sobre algo en la vida
es lo mismo que ser parte de un organismo total. Todo lo que el agente
hace estaría determinado por influencias externas a él mismo. No tendría
capacidad de autodeterminación, ya que estaría externamente determinado.
Y eso estaría justificado por un conocimiento o saber que definiría qué es
lo propio o lo particular, y qué es de otros, de todos o de nadie en particu-
lar. Cuando es de «otros» estamos frente a un litigio o conflicto; cuando es
de «todos» podemos estar frente a un escándalo o frente a un hecho estatal;
cuando no es de «nadie» podemos caer en una crisis de falta de coordina-
ción, de incertidumbre y de falta de gestión de poder.
5.4. Contradicción
La contradicción surge del hecho de que otro agente hace o dice algo
que puede ser sintetizado como una «negativa», aunque sin llegar a plan-
tearse como conflicto. La contradicción surge como un «no» ante la pre-
sencia o acción de un agente ante un estado de cosas. Esa contradicción
puede ser transformada en un «contradicción oculta» o en una «contradic-
ción no exhibida». El método de resolución de esta contradicción es la
«negociación». Las partes tratan de llegar a un acuerdo entre sí.
Una de las perspectivas más importantes del análisis de los asuntos pú-
blicos es la que considera de un modo especial a los actores y agentes que
cumplen funciones de stakeholders. La perspectiva de stakeholders se
Escenario público y gestión de los asuntos públicos 97
Los grandes temas que dominan el escenario público han sido ges-
tionados por alguno de los agentes y actores interesados y por los agentes
estructurales del escenario público. Los temas son en realidad «saberes»,
conocimientos o discursos que establecen mucho más que ciertas redun-
dancias sobre las que es necesario hablar, mostrarse o actuar. Las funcio-
nes de estos temas son más específicas:
8. Conclusiones
Esquema general
4
Institucionalización y
legitimación
1.1. Corporación
ya que las bases culturales, sociales y políticas son más inestables que en
los inicios de la sociedad capitalista.
1.2. Organizaciones
1.3. Instituciones
filósofo alemán Arnold Gehlen dice que solo es posible una reflexión radi-
calmente humana o antropológica al pensar en el desarrollo de las institu-
ciones humanas. Gehlen cree que la instituciones predicen las conductas
humanas, dan modelos para sustentar conductas, generan obligaciones
sociales, pero liberan a los individuos de tener que tomar decisiones en
exceso y en todo momento (Gehlen, 1993: 89). Las instituciones neutrali-
zan las discusiones y las diferencias subjetivas e individuales, con lo cual
no pueden ser reemplazadas por la discusión abierta (Gehlen, 1993: 93).
Las instituciones comienzan siendo intenciones individuales, dice
Mary Douglas (1996: 75) pero, al cabo de un tiempo, cobran carácter
impersonal y generan efectos sobre las personas. Se desarrollan por con-
vención; es la organización de un «orden cognitivo» por medio de «expe-
riencias pasadas», que terminan teniendo efectos y desarrollando «expec-
tativas futuras» (Douglas, 1996: 77).
El término puede ser usado tanto en un sentido jurídico como en uno
sociológico. Esta diferencia define a las instituciones formales (jurídicas)
e informales (sociales). Las formales son leyes y reglamentos, tienen ob-
jetivos precisos y pensados, se cumplen por medio de la coerción y son ca-
si siempre de dominio público. Las informales son reglas no escritas,
convencionales; son formas de codificación de valores; su cumplimiento
2
es, por lo general, voluntario y funcionan dentro del ámbito privado.
__________
2. Pienso que hay excepciones: por ejemplo, el caso de la «mafia» u otras organiza-
ciones criminales: las reglas generadas son informales, pero tienen una sanción precisa, que
la propia organización se encarga de comunicar para que los agentes estén en conocimiento
de las consecuencias de desobedecerlas. Incluso en un caso extremo como son las corpora-
ciones criminales, desde el punto de vista de su economía de acción, les resulta más conve-
niente que los agentes se comporten dentro de sus normas por aquello que saben y han sido
informados o influidos (por el miedo o por el hábito), y no por el proceso de coerción y
sanción. En esto funcionan del mismo modo que las instituciones no criminales.
Institucionalización y legitimación 117
4. Conclusiones
1. Introducción y problema
_________
4. Este capítulo está basado en la comunicación de apertura de las Jornadas Interna-
cionales de Comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral, en
Buenos Aires, en el año 2002, un año después de la crisis político-financiera que hizo caer
el gobierno de Fernando de la Rúa y que generó una de las crisis económicas más impor-
tantes de la historia de Argentina. Las referencias implícitas se orientan a este contexto,
dentro del cual, por otro lado, no funcionaba ninguna de las estrategias de comunicación de
asuntos públicos efectivas para otros contextos. Esto generó una necesidad de plantearse el
modo de utilizar la comunicación para reconstruir la confianza.
128 Gestión de la comunicación pública
Jon Elster (1997: 13-14) define el desorden social desde dos puntos de
vista: por un lado, el desorden se manifiesta y se desarrolla en tanto existe
un grado relativo, pero alto, de incertidumbre. Es decir, los jugadores
sociales no saben qué es lo que sabe el otro, no saben lo que el otro podría
hacer y, en definitiva y como consecuencia de lo anterior, tampoco saben
qué harán ellos mismos.
La segunda dimensión de la crisis como desorden social, siempre si-
guiendo a Elster, es la ausencia o la falta relativa de cooperación entre
jugadores sociales. La falta de cooperación aparece como consecuencia de
que los jugadores sociales no lo ven ventajoso o porque no saben que coo-
perando obtendrían beneficios individuales. Es fácil observar que con la
falta de cooperación surgen conflictos, es decir, relaciones sociales carac-
terizadas por el intento de producir algún daño al otro.
La crisis, en tanto incertidumbre, es la primera razón que encuentro pa-
ra que los economistas, los periodistas y los políticos afirmen que es nece-
sario recuperar la confianza. Entienden «confianza» como sinónimo de
certidumbre: el aumento de la certidumbre haría descender el grado de
complejidad social en tanto y en cuanto haría posible que los actores so-
ciales pudiesen determinar qué es lo que los demás harán en determinadas
circunstancias.
El segundo aspecto de la crisis (falta de cooperación) como desorden
social se manifiesta en los conflictos entre agentes sociales y en la falta de
capacidad para solucionarlos, sea de manera centralizada (por ejemplo,
por reglas coercitivas impuestas por el Estado) o por un medio de un pro-
ceso de negociación entre los implicados. Algunos ejemplos de la falta de
cooperación pueden ser, de acuerdo con la representación que hace la
prensa:
• hay conflictos entre las fracciones políticas y entre los partidos políti-
cos;
• entre diferentes sectores de la economía: por ejemplo, se lucha para
trasladar la culpa desde los sectores productivos hacia los sectores fi-
nancieros y viceversa;
• entre movimientos sociales, por ejemplo, entre piqueteros y ahorristas
organizados,
• entre el Congreso y los bancos,
• y finalmente, dentro del sector productivo, el conflicto que se traslada
al escenario público entre los grupos de empresarios industriales y los
agropecuarios.
3.4. Última cuestión: ¿tiene la comunicación algo que ver con la confian-
za? La construcción comunicativa de la confianza: fallos y soluciones
de la comunicación
Mao Zedong creía que el cambio colectivo debía generarse por medio
de un proceso crítico, en el cual el conocimiento no se separa de la expe-
riencia social. «La existencia social de la gente determina sus pensamien-
tos» (1980: 161), decía. El conocimiento en la práctica debe ser guiado
por la crítica y por la autocrítica más contundente y exhaustiva.
4. Conclusiones
Esquema general
6
Problemas de consenso:
la percepción del peligro y
la comunicación del riesgo
1. Introducción
¿Por qué es necesario tratar el problema del riesgo dentro de una teoría
de los asuntos públicos? ¿Qué relación existe entre riesgo y asuntos públi-
cos? ¿Es el riesgo un nuevo problema? ¿Qué es necesario hacer en rela-
ción con el riesgo? Estas son algunas de las preguntas que deberían res-
ponderse antes de entrar de lleno al problema de la definición del riesgo y
de la risk communication.
El riesgo se ha transformado en un tema de discusión política a partir de la
escalada de tecnificación que han experimentado las sociedades modernas
durante el siglo XX. En la medida en que los entornos humanos son, cada vez
más, el resultado de la acción de los mismos seres humanos –en lugar de ser
productos de los cambios de la naturaleza–, entonces comienza un proceso de
escisión entre quienes producen riesgo y quienes deben sufrirlo. Se inicia un
proceso social y cultural, psicológico y político de percepción de ciertos peli-
gros que tienen un origen identificable con precisión. La diferencia con socie-
dades en las que los peligros tienen su origen no en la «mano humana», sino
en la «mano de Dios», la percepción de su responsabilidad y de la asunción de
los costos, consecuencias y resarcimientos es completamente diferente.
El proceso de percepción del peligro, sin embargo, comenzó en las
sociedades primitivas. Mary Douglas cree que «los tabúes funcionaban
146 Gestión de la comunicación pública
_________
5. Es la sigla en inglés de la «Encefalopatía espongiforme bovina» o, como se llama
popularmente, el mal de «la vaca loca» (Giddens, 1998: 74, nota del traductor).
148 Gestión de la comunicación pública
2. Definición de «riesgo»
La teoría económica tal vez fue la primera que identificó los problemas
de riesgo, aunque solo, y como es evidente, desde el punto de vista de los
150 Gestión de la comunicación pública
_________
6. El cuadro de tres columnas es de configuración propia, tomando como fuente el
análisis de Giddens (1994) en las figuras: 1 (p. 64), 4 (p. 149), 5 (p. 153) y 7 (p. 160).
154 Gestión de la comunicación pública
1) Dimensiones
2) Efecto 3) Movimiento social
institucionales
a) «Vigilancia». «Poder totalitario». Grupos de libertad de expre-
Control de la información. sión. Movimientos democrá-
ticos.
Supervisión social.
b) «Capitalismo». «Colapso del crecimiento Movimiento obrero.
Acumulación de capital en económico».
el mercado competitivo de
productos y de trabajo.
c) «Poder militar». «Gran guerra y conflicto Movimiento por la paz.
Control de los medios de nuclear». Desmilitarización de la socie-
violencia en el contexto de dad.
la industrialización de la
guerra.
d) «Industrialismo». «Desastre ecológico». Movimiento ecológico.
Entorno creado. Contracultura.
Transformación de la natu- Humanización de la tecnolo-
raleza. gía.
Algo sobre lo que han hecho hincapié quienes tratan sobre el riesgo so-
cial es la dependencia de este respecto a las expectativas sociales. Nunca
será poco el intento por mejorar nuestra comprensión de este mecanismo
psico-social. Las expectativas se encuentran directamente relacionadas
con el riesgo al ser mecanismos de espera, de anticipación del futuro. Este
proceso de anticipación se puede dividir entre lo que se espera como nor-
mal y lo que no se espera que suceda. Una de las funciones básicas de la
comunicación del riesgo es construir expectativas ajustadas entre los im-
plicados. Expectativas sobre los costos, los responsables y las posibilida-
des de que el sistema tenga fallos, de cierto tipo y magnitud.
El problema de las expectativas es su grado de inestabilidad, de incapaci-
dad de hacerlas previsibles y de su activación volátil. En realidad son meca-
nismos básicos en la cognición humana. Adquieren forma de conjeturas,
anticipaciones, prejuicios y valores (preferencias), y no se puede estar muy
seguro de cómo se activan y se desactivan en cada persona, grupo o corpora-
ción. En cuanto al riesgo, en no pocas circunstancias, y aunque parezca con-
tradictoria la medida, se intenta empeorar una expectativa en el público. Se
trata de restarle valor a su espera, de que no tenga esperanzas o no sobreesti-
me un producto, una situación futura o la relación con la corporación.
Por otro lado, la comunicación sobre expectativas se sale de la línea
que sigue la comunicación comercial (publicitaria o institucional). Está
mucho más cerca de la propaganda o de la guerra psicológica. Y su simi-
litud se encuentra en que puede tener como objetivo desilusionar al desti-
natario con su mensaje.
Hay otros elementos que pueden activar el riesgo y los fallos inheren-
tes a la comunicación cuando esta se define como una estructura intersub-
Problemas de consenso: percepción del peligro y comunicación del riesgo 163
Acuerdos Desacuerdos
Relevantes 1 4
Irrelevantes 2 3
_________
7. Cfr. capítulo 4 en esta obra.
168 Gestión de la comunicación pública
5. Conclusiones
1. Introducción y problema
citivos que afectan a los dos jugadores y a los observadores del juego
de comunicación que da forma al conflicto. El contexto tiene la capa-
cidad de «proveer» información, de dar significados a los mensajes
intercambiados y a las relaciones entre los jugadores.
• Relación. Las relaciones se forman de los vínculos generados por las
percepciones mutuas entre los jugadores, por las interdependencias
objetivas o subjetivas que los unen y los separan; son instancias que
anteceden y trascienden la producción y la recepción de mensajes.
Regulan los significados atribuidos a los mensajes, transforman con-
ductas en mensajes cuando en realidad no lo son. En realidad, los jue-
gos de comunicación son juegos de relación.
• Público-privado. La dicotomía más universal que afecta a la comuni-
cación es la que determina qué se dirá abiertamente y qué se manten-
drá en secreto o bajo control para alguien. En todos los juegos de co-
municación usados en un contexto de conflicto, esta diferencia es
central. Aquí aparece el canal como una variable determinante para
controlar la situación. El canal determinará, a su vez, los destinatarios
y los receptores.
• Intencionales-no intencionales. Ayuda a salir o a profundizar un con-
flicto el hecho de saber si lo que el otro hace es intencional o no in-
tencional. Por otro lado, la identificación de un mensaje como «men-
saje» o como «conducta sintomática» (no controlada ni intencional) es
importante para saber a qué tipo de juego se está jugando.
• Percepción. Las percepciones que tienen los jugadores de la comuni-
cación de todas las variables (intenciones, expectativas y creencias del
otro, del contexto, de la relación) determinan la salida o entrada al
conflicto y condicionan la definición de un juego de comunicación de-
terminado. Percibir que es necesario considerar al otro como un ene-
migo produce las condiciones mínimas para que el juego de comuni-
cación se transforme en bélico.
• Expectativas y creencias. Las conductas y pensamientos (intenciones,
sobre todo) que se esperan del otro, lo que se espera que el otro espere
de uno (es posible seguir con la cadena de expectativas), por un lado,
y las creencias más o menos fijas que tienen los jugadores de la co-
municación y del conflicto, por otro, colaboran en la fijación y deter-
minación de la dinámica de la comunicación.
• Intenciones. Uno de los mecanismos menos tangibles y más determi-
nantes de las relaciones humanas y de los juegos de comunicación
Disolución del consenso: conflicto y enfrentamiento en el escenario público 177
Los juegos básicos son siete. Cada uno de ellos tiene un principio es-
tratégico dominante. Este principio puede ser considerado la «meta» es-
tratégica objetiva del juego.
Los juegos morales se diferencian porque lo que está en duda entre los
jugadores son los valores, principios o criterios que diferencian lo «bue-
no» de lo «malo». En casi todos los conflictos en el escenario público
Disolución del consenso: conflicto y enfrentamiento en el escenario público 181
Sin embargo, los jugadores con «carreras morales» dudosas, o con histo-
rias que los implican como sospechosos de haber participado o de tener
responsabilidad en ciertos acontecimientos escandalosos o públicamente
trágicos, también pueden atacar a otros jugadores menos implicados y
ganar la posición.
El cálculo que realizan los jugadores de un juego bélico está relaciona-
do con el modo de dañar a otro jugador ante la observación de ciudadanos,
de audiencias o de la opinión pública. Este tipo de pensamiento está es-
tructurado sobre la base de comprender la gestión de los asuntos públicos
y del escenario público como un «campo de batalla». Los efectos de un
juego bélico pueden ser varios: obstaculizar una acción, desarticular una
posición o desorientar a otro jugador de modo directo o indirecto. Se sus-
tenta, evidentemente, en la estructura básica de los «juegos de cálculo»: el
juego dramático. Y pueden tener como «materia prima» a los juegos mo-
rales y a los juegos judiciales.
En el proceso de comunicación, el juego en diferentes etapas produce
un aumento de la tensión en la relación entre los jugadores. Por lo menos
en el contexto o en la situación precisa en el que se lleva a cabo el inter-
cambio. La comunicación del «juego bélico» se estructura sobre las fun-
ciones de establecimiento de relaciones subjetivas de los jugadores, es
decir, por medio de mensajes que intentan dañar la imagen de sinceridad,
de corrección, perjudicar rasgos que definen el papel que trata de cumplir
el otro en el asunto (esto significa que se trata de desarticular el juego
dramático del enemigo) y los intentos de apertura o de diálogo que pre-
tende mostrar el otro. Los ataques y las defensas no solo se realizan y
repercuten sobre los jugadores directamente implicados en un asunto pú-
blico conflictivo. También afecta a sus «equipos» (Goffman, 1993: 33 y
ss.), es decir, a las personas que colaboran con ellos. Es más común toda-
vía que se ataque o se tenga que defender a los aliados, es decir, a jugado-
res sociales con los que se tienen relaciones de colaboración o de coope-
ración.
Algunos de los mensajes típicos que usan los jugadores en los juegos
bélicos en el escenario público son:
• Mensajes que atacan las acciones de los jugadores, es decir, los me-
dios para alcanzar el fin o el proyecto de solución a un problema pú-
blico.
• Mensajes de ataque indirecto en tanto condicionan la imagen, las
acciones y los objetivos de los jugadores cercanos, aliados o relacio-
nados con los jugadores centrales de un asunto público.
• Mensajes de ataque o de defensa de la identidad y de la reputación de
los jugadores centrales o de sus aliados y amigos.
Entre los «juegos de competencia» hay dos formas básicas: los «juegos
de mercado» y los «juegos deportivos». En los primeros, la dinámica de la
interacción se organiza alrededor de la búsqueda de «satisfacción de
clientes», es decir, de observadores o de otros jugadores que pueden nece-
sitar o demandar algo. En la forma «deportiva», en realidad, lo que se
pretende es aparecer como «ganador» ante la percepción de los observado-
res y de los jugadores.
Este juego se utiliza cuando los participantes son adversarios porque
compiten sobre un mismo objeto deseado; algo que pretenden obtener am-
bas partes; se percibe y se cree que la otra parte no puede hacerse desapa-
recer; o no es su intención hacerlo, aunque podría (de otro modo buscarían
un modelo bélico). La comunicación se realiza con la intención (emisor) de
ganar una posición en la mente de los destinatarios y receptores. Lo que
busca el emisor es conseguir consenso alrededor de su postura o de su ofer-
ta. El receptor y destinatario es observado y considerado un cliente, alguien
que debe comprar su mensaje. Con el mensaje se intenta persuadir sobre las
ventajas, para el receptor, de los valores del referente (identidad, relación,
referente o representación real, argumento) ante la propuesta de otros men-
sajes con una oferta similar. El mensaje se organiza (código) de acuerdo con
unas ventajas y fortalezas que tiene la propuesta para el receptor-cliente. El
contexto en el que funciona este tipo de comunicación es el de varias ofertas
de mensajes para los receptores. Los receptores tomarán una opción o dos.
La opción se verá, en algún momento, traducida en una acción concreta.
En los «juegos de mercado», específicamente, la comunicación se debe
organizar para «seducir», para «acordar» o para generar identificación de
parte de la audiencia. En los «juegos de mercado» los mensajes son el re-
sultado de hacer hincapié en los puntos de observación, en los intereses y en
los criterios de evaluación de los jugadores y de los observadores considera-
dos como audiencias. Esto es diferente que en otros juegos. En los «juegos
morales» se intenta establecer una imagen valorativa de uno mismo o de
otro jugador; en los «juegos acusatorios» (judiciales), aunque se tiene en
cuenta la expectativa de la audiencia, es más importante saber si lo que se
plantea como acusación de culpabilidad para cierto jugador es creíble o no.
En los «juegos bélicos» se intenta que la crítica a ciertos rasgos, acciones o
criterios de un jugador genere una imagen negativa de parte de los observa-
dores. No se parte, necesariamente, de una imagen previa negativa, al con-
192 Gestión de la comunicación pública
3. Conflictos mediatizados
3.1. Desinformación
Puede ser una estrategia muy general dentro de cualquiera de los jue-
gos de comunicación antes explicados. Cualquiera de esos juegos pueden
incluir engaños. La diferencia será el objetivo y el alcance del engaño o de
la no verdad utilizada.
3.3. Activismo
1. Introducción
_________
11. Agradezco al Dr. Jorge Walter (Universidad de San Andrés-CONICET) el hecho
de haberme acercado a la obra y al pensamiento de Karl E. Weick.
204 Gestión de la comunicación pública
intereses que se definen por fuera del problema de la crisis. Los conflictos
de intereses son importantes generadores de las crisis. La crisis genera
suficiente confusión como para provocar un estado general de desconfian-
za, de descontrol de las conductas y de reacciones emocionales, donde no
se sabe bien quién es amigo y quién enemigo, quién adversario y quién
aliado. Es el final posible de la crisis, es decir, la visión de futuro o la
capacidad de previsión de los agentes lo que produce parte de la crisis o su
estado de confusión y de estrés. Se prevé que puede haber un final muy
negativo para el agente implicado, lo que genera un estado de pensamiento
y de comportamiento que puede ser altamente errático.
«Una sola chispa puede incendiar la pradera». Así se titula la carta fe-
chada el 5 de enero de 1930, escrita y enviada por Mao Tse Tung a quie-
nes tenían una concepción pesimista dentro del Partido Comunista Chino
acerca de la posibilidad de la revolución. La idea central de la carta es que
es necesario poco esfuerzo, pero bien organizado, dentro de una situación
adecuada, para producir efectos devastadores. Al mismo tiempo, parafra-
seando a Mao, se puede decir: «una vez comprometida la pradera, es muy
difícil detener el fuego; es obvio que no basta una sola gota de agua, es ne-
cesario una gran y abundante lluvia».
La idea de que la crisis puede comenzar con poco, pero que solo se de-
tiene con mucho, lleva a la reflexión acerca de los procesos de prevención
y de estudio de la crisis. Y si las crisis son situaciones en las que una per-
sona, un grupo o una corporación (o toda una sociedad) se encuentran
Problemas para la construcción de consenso: crisis y gestión de la complejidad 209
Solo si se entiende ante qué tipo de proceso social uno debe actuar
cuando se dice que se está en crisis es posible mejorar el rendimiento de
su gestión.
La crisis tiene etapas o niveles de desarrollo y de evolución. Muchos
de ellos no son fáciles de identificar porque se desarrollan a largo plazo;
otros, porque son incorporados como aspectos normales de la vida social,
laboral, profesional o familiar.
a) Filosofía corporativa
b) Intereses
_________
12. Cfr. Elizalde, 2004: 19 y ss.
210 Gestión de la comunicación pública
_________
13. Cfr. Arendt, 1973: 143 y ss.
214 Gestión de la comunicación pública
__________
14. Estos tipos de crisis podrían definirse como tipos ideales weberianos o, como les
dice Norbert Elias, tipos empírico ideales, ya que están construidos de acuerdo con casos
reales, con datos empíricos y con la comparación entre las tendencias y las excepciones de
los casos.
Problemas para la construcción de consenso: crisis y gestión de la complejidad 215
sactivar o anular las capacidades del otro. También puede tomar el modelo
diplomático de comunicación: aquí es más importante la negociación y la
disuasión que el enfrentamiento directo.
4. Conclusiones
Esquema general
0
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