La autonomía en la gestión escolar es uno de los principales aspectos de
la reforma educativa; permite particularizar la administración de recursos considerando las características y necesidades de cada plantel.
La gestión escolar es un proceso que busca fortalecer el funcionamiento
adecuado de las escuelas, mediante la autonomía institucional. Esto no quiere decir que las escuela publicas vayan a ser “privatizadas” o que se les “retiene el apoyo gubernamental”, lo que la autonomía institucional busca es dar a las escuelas la posibilidad de que puedan tomar las decisiones individuales que les permitan mejorar sus áreas de oportunidad, siempre cuidando que se realice dentro de la ley general que se resguarda la educación en México.
Las características de la gestión escolar son:
Simplificación: La simplificación de procedimientos administrativos,
así como de los trámites burocráticos debe ser una de la organización educativa, desde el aula, centros educativos y sus diversas dependencias.
Flexibilidad: Que se caracterice por su capacidad de adaptabilidad al
entorno para resolver a cualquier contingencia o aquellas situaciones no previstas. Innovación: Capacidad de resolver al mejoramiento de la calidad de la educación y la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje.
Comunicación Telemática: Hoy es necesario repensar los conceptos
que tenemos de distancia, división territorial, para demarcar las áreas de supervisión regional educativa, considerando que hoy existe la telecomunicación o comunicación a distancia, es decir el uso del teléfono telefax, etc.
Meritocracia: Favorecer radicalmente los procedimientos de
selección de personal , pero fundamentalmente de valoración de la profesionalización de la educación como el elemento central que permite a la educación la incorporación de sus mejores recursos humanos , acompañado de una nueva filosofía de estímulos al educador por tener una Meritocracia educativa (por méritos).
Productividad: No podemos seguir dándonos el lujo de hacer
fracasar a los alumnos (repitencia, deserción, ausentismo, baja promoción, la inasistencia del profesor, etc.).Deben ser factores que tienen que ser modificados. La gestión educativa debe ser preparada para ser capaz de tomar decisiones en el nivel que le corresponda para mejorar la educación. Liderazgo: El liderazgo de los dirigentes debe fundamentarse en su formación, de su fuerza moral para poder exigir a los otros un comportamiento efectivo. El educador es fundamentalmente un ejemplo para los estudiantes, para la comunidad, la función de un directivo debe ser gran líder para el cambio social para el progreso económico de su comunidad y en formal hombre y mujeres capaces de desear triunfar; no es buscar la formación de estos condenados al fracaso o a la mediocridad.
Resistencia al cambio: Este factor debe ser analizado y minimizado
a través de un amplio sistema de participación de los actores en la toma de decisiones (recordemos que siempre que haya cambios existirán personas que normalmente persiguen sus propios objetivos).
Clima de trabajo: Tener en cuenta todas aquellas variables que
contribuyan a generar un clima de trabajo adecuado, comprendido con los objetivos de la educación y donde el trabajador se sienta totalmente vinculado. Debe corregirse la tendencia histórica de tener factores de la personalidad como elementos de la cotidianidad de la gestión escolar a fin de que la resolución de conflictos se realice en un clima cordial donde el lema principal sea ganas-ganar. INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES DE TAMAULIPAS CAMPUS MADERO 2005