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Respiración de la Flor

La Respiración de las Flor es la forma perfecta de empezar a enseñarles a los niños de qué trata el
Yoga, y de manera divertida. Que es buena para los peques tiene como ejercicio de respiración
para niños base que a ellos normalmente les atraen los olores y los colores llamativos de las flores.
Para ellos es algo por descubrir, incluso si nunca se han puesto a observarlas detenidamente, o
intentar distinguir unas flores de otras a través del olor.

Como se les puede presentar como un juego, es genial como ejercicio de


respiración para niños.

Elige una flor que encuentres en el jardín de tu casa, o en uno cercano, o cuando vayas al campo o
la montaña. Es mejor que sea una flor que despida una gran fragancia, de colores llamativos, a lo
mejor que combine muchos, que sea un poco rara. Diles a los niños (si juegan varios todavía es
mejor) que respiren hondo por la nariz. Todo lo que puedan. Y que lo expulsen por la boca.

Para empezar está bien. Luego, poco a poco, se les enseñará a hacerlo manteniendo el aire unos
segundos, dependiendo de su edad (no más de tres o cinco, si son de 5 o 6 años, 10 si ya tienen 10
años). Y con el tiempo aprenderán que la expulsión del aire por la boca se hace lentamente, no
todo de golpe, como seguro que harán al principio.

La Serpiente

Ejercicio de respiración para niños la serpiente

¡Que no te dé asco! Como en el primer ejercicio te pedí que usaras una flor, a lo mejor te has
creído que este caso te exigía coger la serpiente del zoo y meterla en casa. Nada más lejos de la
realidad.

La Serpiente es una estupenda forma de hacer ejercicios de respiración para niños porque, como
en el caso anterior, lo verán como un juego. Además, en este caso, será mucho más sencillo
enseñárselo porque los animales les atraen mucho a los niños.

La Serpiente consiste en que el niño coja aire profundamente y que cuando lo suelte, lo haga
siseando, como si imitara a una “sssserpiente”. Que mueva mucho la lengua o lo que le parezca.
Puedes enseñarle a prolongar la exhalación con una sencilla pregunta: ¿Cuánto aguantas haciendo
la serpiente? ¡Ya verás cómo lo hace de bien!

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