Los ejercicios de respiración para niños favorecen en ellos: La relajación. Una concentración más óptima.
Los ejercicios de respiración para niños son tan útiles como
beneficiosos: Les ayudan a controlar mucho mejor sus emociones. Mejoran su capacidad de atención y focalización. Se sienten más relajados porque toman mayor conciencia de su cuerpo, incluso mejora sus procesos comunicativos. Pero no siempre respiramos de forma correcta, no aprovechamos toda nuestra capacidad pulmonar, respiramos muy rápido, tomamos muy poco aire en cada inhalación y ello nos obliga a hacerlo varias veces, todo ello se traduce en mayor sensación de cansancio, en dolores de cabeza frecuentes y en un mayor impacto del estrés y la ansiedad en nuestro organismo. Cuando un niño llega al mundo respira de forma correcta, lo hace de modo profundo y usa el diafragma. Sin embargo, a medida que crece, ya sea por las posturas o por el estilo de vida, va perdiendo esa habilidad natural. Enseñar a los niños mediante juegos cómo se hace eso de respirar “bien”, les permitirá recuperar esa capacidad olvidada para ganar en calidad de vida. Ejercicios de respiración para niños Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de en Australia nos demuestran los beneficios físicos y psicológicos de la respiración profunda. Daniel Goleman explicó una vez en un artículo lo beneficiosos que pueden resultar los ejercicios de respiración para niños. Daba el ejemplo de un pequeño colegio del Harlem, en Nueva York, y cómo una profesora había introducido en sus aulas la dinámica de “los amigos que respiran”. Los beneficios de cinco minutos de respiración profunda Cada mañana, y antes de empezar las clases, todos esos pequeños de entre 5 y 6 años se tumbaban sobre unas colchonetas con un osito en sus vientres. Debían tomar aire durante 3 segundos y ver cómo su peluche favorito se elevaba. Después inhalaban profundamente y volvían a empezar. Este juego duraba poco más de 5 minutos y sin embargo, algo que pudo ver Daniel Goleman sus efectos fueron realmente beneficiosos. Ese ejercicio fortalecía los circuitos cerebrales de los niños para mejorar los procesos de atención y de gestión emocional. Así, aquellos alumnos que ya llevaban más de 2 años practicando esas sesiones matutinas de respiración, evidenciaron menos problemas de atención e hiperactividad así como una mayor disposición para estudiar y aprender. Como podemos ver, algo tan simple y elemental como dedicar un pequeño intervalo al día a esta serie de ejercicios de respiración, puede impactar de forma muy positiva en su desarrollo y en sus capacidades.
¡Feliz cumpleaños! (enseñar la forma adecuada de respirar y hacer
que se relaje a través de la inspiración y la espiración)
Colocamos un papel de seda delante de la cara del niño-a para que
pueden observar de donde sale y entra el aire. Enseñarles que el aire debe entrar por la nariz y salir por la boca. Deberán imaginarse que delante de ellos hay una tarta de cumpleaños con una vela. Antes de soplar cantaremos la canción “Cumpleaños feliz”. Si lo hacen bien les aplaudimos y felicitamos
¿Cómo respiran el ratón y el elefante? (apreciar los ritmos de
respiración y cuál es el más adecuado)
Les enseñaremos a respirar de manera pausada y floja y de manera
rápida y fuerte. El ratón es pequeño y respira despacio y lento, pero en cambio el elefante que es grande y fuerte necesita respirar rápido y fuerte. Los niños y niñas aprenden que la respiración adecuada es la del ratón. También nos podemos ayudar del papel de seda. Así pueden observar como el papel no se mueve cuando respiramos como una ratón y como se mueve cuando respiramos como un elefante.
La sopa está caliente o fría (lograr que alcancen un estado de
tranquilidad mediante la respiración y conseguir que mantengan la atención)
Los niños-as hacen como si tuvieran entre las manos un plato de
sopa. Les indicamos que cojan la cuchara pero han de tener cuidado porque puede estar fría o caliente, por lo que deberán soplar para enfriarla si les decimos que está caliente. Cada vez existen más casos de niños con estrés, de pequeños sumergidos en un ritmo de vida acelerado que les obliga a vivir a toda prisa. Todo niño tiene la necesidad de relajarse, de estar tranquilo. La relajación adulta puede resultar un poco pesada para los pequeños, por lo que una buena estrategia para conseguir que los más pequeños se relajen es unir el mundo del juego y el mundo de la relajación. ¿Qué aportan los juegos para relajarnos que te comentamos a continuación? Ayudan a eliminar el estrés de los músculos Combaten el estrés mental Fomentan la concentración Ayudan a mejorar la calidad del aprendizaje Canalizan la energía de los más pequeños Aporta bienestar, calma Reducen los síntomas de ansiedad Mejoran el sueño Reducen los ataques de pánico Ejercicios propuestos para ejercitar la relajación en estudiantes. Pintar mandalas Pintar mandalas es una técnica perfecta para relajarnos con niños. Esta actividad de relajación es muy efectiva porque, al pintarlas, nuestros hemisferios (derecho e izquierdo) trabajan conjuntamente. Te recomendamos que pongáis de fondo una música suave o que disfrutéis del silencio. Dale a cada niño un mandala y pinturas, y acompáñalo a pintar en silencio, sin hablar, para que viva el bienestar y tranquilidad de la experiencia.
Jugar a ser “la primavera”
Esta actividad, ideal para que los niños alcancen un estado de calma a través de la contracción y posterior distensión de los músculos del cuerpo. ¿Cómo se juega? Para jugar, les contamos una bonita historia a los niños. Una opción es decirles que estamos terminando el invierno y que muy prontito llegará la primavera. El juego consiste en que los niños sientan que son “bloques de hielo” que poco a poco se van derritiendo, hasta que llega la primavera y el bloque de hielo se convierte en un árbol florido. Los niños pueden moverse libremente y cuando digas la palabras “hielo” tendrán que apretar fuerte todos los músculos del cuerpo hasta congelarse. Sin embargo, cuando digas “primavera”, se derriten y mueven libremente como una flor al viento. El cambio de ambos estados ayudará a que los niños se relajen y noten lo diferente que puede percibirse un mismo cuerpo cuando tomamos conciencia del mismo y actuamos para modificarlo. Juego del silencio El juego “del silencio” tiene muchísimos beneficios para los niños. Además de aportar relajación, también ayuda a fomentar la concentración, a tomar conciencia del propio cuerpo y refina todos los sentidos. Este juego funciona mejor si hay varios niños, pero también se puede jugar únicamente con un pequeño. ¿Cómo funciona? Los niños tienen que sentarse en círculo. Les puedes explicar que vamos a jugar al “Juego del Silencio”. Durante su transcurso, los niños tendrán que quedarse quietos y silenciosos (como si fueran una planta o una flor). Podrás invitarles a cerrar los ojos y a mantenerse en silencio hasta que se termine el tiempo. Puedes empezar solo con 30 segundos de silencio, e ir aumentando poco a poco el tiempo. Una vez finalizado el juego, pregúntales a los niños qué han sentido durante este periodo de tiempo. Este método de relajación aporta muchos beneficios, como, por ejemplo: Desarrolla la disciplina Mejora su concentración Mejora el autocontrol Ejercita la paciencia Aumenta la agudeza auditiva